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gTolchinsky, Liliana & Simó, Rosa (2001).

 Escribir y leer a
bntravés del curriculum.  171 pp. Barcelona: Universidad
de Barcelona. ISBN 84-85840-90-9
 

La mirada sobre la escritura como objeto de estudio de la lingüística es bastante


reciente si se la compara con otros temas de esa disciplina, por lo que, pese a haber
importantes teorías que buscan explicar los procesos cognitivos y los factores sociales
involucrados en ella, son todavía escasas las propuestas que relacionan dichos
conocimientos teóricos con las prácticas educativas reales.

Es dentro de este contexto que cobra importancia el libro Escribir y leer a través del
curriculum de Liliana Tolchinsky y Rosa Simó, docentes de la Universidad de
Barcelona.

En él, proponen, desde los primeros años de educación formal, una enseñanza
transversal de la escritura, entendida como la posibilidad de escribir acerca de
diferentes contenidos (mediante todas las asignaturas curriculares) y para diversos
grupos, lo que otorga una mayor flexibilidad retórica.

Tanto los objetivos planteados como la estructura y el registro utilizado por las autoras
dan conocer que este texto está dirigido a especialistas del tema y a profesores, no
sólo del área de lenguaje y comunicación, que deseen reflexionar acerca de sus
prácticas pedagógicas.

El primer capítulo,"Conversación en el bar", introduce al tema de la representación y


enseñanza de la escritura desde las creencias tradicionales, cada una personificada por
un contertulio. Esta exposición, bastante anecdótica, es analizada en el segundo
capítulo, "Perspectivas sobre la lectura y la escritura", donde se confirman o refutan,
según el caso, dichas creencias a la luz de la teoría lingüística actual y de la psicología
cognitiva, principalmente.

Un punto central de este segundo capítulo es la representación del sistema alfabético
de escritura como un fenómeno complejo que incluye las dimensiones: a) fonográfica,
b) ideográfica y c) gráfico-ortográfica. Esto trae como consecuencia la necesidad de
reforzarlas tres dimensiones en toda tarea de escritura, pues, ya que están
involucradas unas en otras, saber escribir dentro de una comunidad implica el dominio
de las tres dimensiones.

Las nautoras también otorgan gran importancia al concepto de productos discursivos,


el que relacionan con las ideas fundacionales de Bajtín (1982) y con los conceptos de
la gramática sistémico-funcional: campo, tenor y modo (Halliday, 1989). Relación
teórica fundamental, pues cimenta las bases de la necesidad de enseñar no todos los
géneros discursivos existentes, tarea imposible e inútil, sino un variado repertorio para
que el niño descubra la necesidad de adaptación de los elementos propios de la
variación funcional de los discursos de acuerdo a la comunidad discursiva donde esté
inserto y la situación retórica específica.

En el tercer capítulo,"Una perspectiva constructivista sobre la lengua escrita", las


autoras afirman que el núcleo de su propuesta es el constructivismo piagetiano, al cual
incorporan otras teorías compatibles con sus supuestos básicos. Dentro de estas
teorías, es interesante el aporte de Annette Karmiloff-Smith, psicóloga cognitiva, de
quien Tolchinsky ya había tomado su teoría de redescripción
representacional (cfr. Tolchinsky, 1993; Karmiloff-Smith, 1994) y que subyace a la
propuesta actual, en la que ya no es el error el que permite el cambio cognitivo, o el
paso de una fase a otra, sino el éxito y la reflexión acerca del trabajo ya realizado.
Otras ideas centrales de Karmiloff-Smith, empleadas explícitamente en este
estudio, son la importancia de la observación microgenética de la resolución de tareas,
lo que permite descubrir las conductas que implican una reorganización en la manera
de entender una situación; la necesidad de incluir los sistemas simbólicos gráficos
como dominios de desarrollo; y, por último, los desarrollos recientes de la inteligencia
distribuida.

Una idea central y digna de ser destacada dentro de este libro, está formulada en el
capítulo cuarto, "Leer y escribir desde el parvulario". En él, las autoras reflexionan
sobre la necesidad de insertar a los niños en las prácticas discursivas de la cultura
escrita según una planificación anual, considerando todas las dimensiones propias del
objeto y sus múltiples facetas como instrumento de comunicación, objeto de
reflexión y herramienta de aprendizaje. Sin embargo, su análisis trasciende el aspecto
puntual y advierten acerca de los riesgos de utilizar el conocimiento sobre la
psicogénesis de la escritura como objetivos de la instrucción. Esto es, explicitan uno de
los problemas y carencias de la pedagogía actual: la necesidad de una correcta
delimitación entre la teoría que subyace las metodologías y los instrumentos utilizados,
y las prácticas pedagógicas en sí mismas.

En el capítulo quinto, "Escribir y leer a través del currículo", se desarrolla la propuesta


de la enseñanza transversal de la escritura, haciendo énfasis en que no se trata de
inventar situaciones extraordinarias para que los alumnos escriban en las diversas
asignaturas sino, por el contrario, considerar las prácticas discursivas que implica cada
temática y disciplina afín y transformarlas de aprendizajes obvios y ocultos a objetos
de reflexión e importantes en sí mismos. Las autoras no sólo fundamentan esta idea
en la necesidad de realizar tareas de escritura con sentido y significativas, sino,
además, en que el perfeccionamiento de la escritura, y la lectura, facilitan el acceso a
la información específica de una comunidad discursiva y mejoran el nivel de
entendimiento de dicha información, lo que influye en una mejor comprensión de la
disciplina estudiada.

En cuanto a la transversalidad de grupos escolares, la consideran fundamental para


lograr flexibilidad retórica, entendida como "la capacidad de movilizar y organizar
todos nuestros recursos lingüísticos adecuándolos a las circunstancias comunicativas
de tal manera que sintamos que cumplimos con nuestros propósitos" (Tolchinsky &
Simó, 2001:100).

Uno de los aspectos que hace valioso este libro es la rigurosidad con que las autoras
intentan hacer la relación entre su propuesta y el diseño curricular de Cataluña, con lo
que demuestran su preocupación por la viabilidad de su propuesta.

En los capítulos sexto y séptimo, "Escribir y leer en el área de conocimiento del medio
natural" y "Escribir y leer con otros", respectivamente, se relatan y analizan
experiencias de las investigadoras en los dos ámbitos de la transversalidad de la
enseñanza de la escritura que proponen. Ambos capítulos son muy valiosos, pues
continúan con la línea de demostrar que su propuesta es científicamente válida y
confiable.

Por último, el capítulo octavo, "La escuela en los procesos de alfabetización", es un


compendio de las ideas desarrolladas en el libro. Además, se analiza la importancia de
que la escuela sea verdaderamente un agente alfabetizador, y no, como ocurre
muchas veces, desalfabetizador, lo que incluye la necesidad de que se adapte a los
cambios que implican las nuevas tecnologías, como la computación e internet, las que
podrían producir una revolución en el concepto de alfabetización.

Se debe destacar que la obra presentada puede ser vista como una continuación lógica
de los trabajos de Tolchinsky (1993), donde su objetivo central es caracterizar la
escritura como sistema notacional. Respecto de la propuesta de la enseñanza a través
del currículo, tal como señalan las autoras, hay una larga tradición de estudios, tales
como los del movimiento WAC, writing- across- curriculum (ver Bazerman & Russell,
1994), inspirado en los estudios de Emig (1994) y Britton (1979).

En síntesis, el aporte más significativo de este libro es que expone y explica una
propuesta pedagógica, rigurosamente fundamentada desde la lingüística y la psicología
cognitiva, para la enseñanza de la escritura como objeto de reflexión, instrumento de
comunicación y herramienta de aprendizaje que da sentido a su enseñanza en todas
las asignaturas comprendidas en el currículo escolar.

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