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Especialidad: Construcción
Grado: 6to A
Cuando de niña comenzaba a tener ciertos gustos y disgustos, como por ejemplo
que no me gusta comer cosas tan picantes o que no me gustaba dormir sola.
Sin embargo, la identidad no se forma de un día para otro; cambia, así como nuestro
cuerpo va cambiando. Entonces la identidad la vamos moldeando conforme
crecemos, ya que nuestros gustos no se mantienen estáticos, también nuestros
disgustos cambian, ya que pueden comenzar a gustarnos. Recuerdo que de niña
no me gustaban los frijoles, ni los bisteces, ni cebolla, o tomate, pero hoy en día me
gusta mucho. Hoy en día me disgusta ver mi casa sucia, o cosas desordenadas, por
lo que mejor comienzo a ordenarlo. Tampoco me gusta tener tarea, el hecho de
tener esa responsabilidad me inquieta, así que por ello procuro quitarme ese peso
de encima lo más pronto posible.
Por ejemplo, cuando era niña una prima llego a cuidarme a mi casa cuando mi
mama estuvo en el hospital y mi papa trabajaba, entonces no había quien me
cuidara. Con el tiempo empezó a revisar mis tareas y si tenía un mínimo error hacia
que la volviera a hacer, además no me dejaba salir a jugar a la calle, y contaba el
tiempo que tardaba en ir a la tienda a lado de mi casa, entonces por motivos como
estos comencé a enojarme, y por ello llegue al punto en correrla de la casa, hoy sé
que estuvo mal, y sé que las cosas que hacía era por mi bien, y porque ella tenía la
responsabilidad de cuidarme, sin embargo en ese tiempo yo solo me guie por lo que
sentía y además no reflexionaba ni analizaba la situación, y tampoco pensé que mis
palabras tal vez podrían herirla. Hace unos meses llego una tía a mi casa por
problemas económicos que tiene, sin embargo, me disgusta la manera en que es,
ya que es súper desordenada, y las cosas no las deja en su lugar, sin embargo,
ahora ya soy más grande que la vez pasada y soy capaz de reflexionar y razonar
que esto será solo pasajero y debo aguantar un poco más, ya que mi familia la está
apoyando por su situación y el hecho que me moleste lo que hace lo puedo cambiar
diciéndole que sea más ordenada. Sin poner primero mis emociones que están un
poco fuera de lugar y que, si las expreso de manera desconsiderada podría
quebrantar nuestra relación familiar.
Por ello hoy en día sé que las consecuencias de mis actos no solo me afectan a mí,
sino que también afectan a los que me rodean, por lo que antes de tomar decisiones
debo reflexionar y razonar para que estas decisiones me lleven por un mejor camino
como persona.