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TEMAS DE INNOVEMOS, Nº 1 “CONVIVENCIA ESCOLAR”

Editorial

Con mucha alegría les presentamos hoy el primer número de nuestra colección Temas de Innovemos.

El objetivo de esta colección es compartir con nuestros suscriptores reflexiones en torno a diversas temáticas
que son de interés y preocupación en el ámbito educativo.

Trimestralmente compartiremos con ustedes una publicación en la que abordaremos una temática específica a
través de un artículo central que entregue elementos para el análisis y reflexión, y la presentación de experien-
cias educativas innovadoras en desarrollo en diferentes países de nuestra región.

Iniciamos esta colección con este número acerca de la Convivencia Escolar. En la región existe preocupación
por el aumento de la violencia en los centros escolares y los problemas en relación a la convivencia escolar. Las
oficinas de la UNESCO en la región hacen suyas las metas de la Década de las Naciones Unidas por una Cul-
tura de Paz y No Violencia y apoyan políticas educacionales que favorezcan el diálogo, promuevan el respeto al
otro y consoliden los conocimientos que se requieren para fundar y mantener una cultura de paz.

En el artículo central “Educar a cualquiera y a cada uno. Sobre el estar-juntos en la educación”, Carlos Skliar,
Coordinador del Área de Educación de FLACSO Argentina, reflexiona sobre el sentido de la educación en nues-
tro contexto actual. Educar es sentir y pensar otras formas posibles de vivir y convivir; pensar la educación como
el “estar-juntos”, como un espacio y un tiempo particular de conversación y de encuentro en nuestra diversidad.

En relación a las experiencias educativas innovadoras, se presenta una síntesis del proyecto “Escuelas que
construyen contextos para el aprendizaje y la convivencia democrática” que se enmarca en los trabajos de la
Red Latinoamericana de Convivencia Escolar (RLCE). Este estudio realiza un acercamiento exploratorio so-
bre los procesos de gestión escolar mediante los cuales se configura un sujeto colectivo comprometido con la
mejora del aprendizaje y la convivencia en la escuela. A manera de ejemplo, se presenta un breve resumen de
algunas de las experiencias analizadas en este proyecto. También presentamos la experiencia del Método Lan-
gford, una propuesta de trabajo desarrollada en Chile, cuyo objetivo es mejorar el clima escolar contribuyendo
al desarrollo cognitivo y emocional de los estudiantes y ayudando a fortalecer su voluntad y actitud de hacer.

Esperamos que esta publicación sea un aporte en sus contextos de trabajo. Los invitamos a leerla y a compar-
tirla con quienes les pueda interesar.

Cordialmente
Equipo Innovemos

1
Educar a cualquiera y a cada uno. Sobre el
estar-juntos en la educación
Carlos Skliar1
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, Argentina.
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, CONICET
De sensaciones y percepciones sobre la
educación y la escuela

Comenzaré este texto por una discusión quizá ines- No quisiera caer en la tentación de especular qué
perada: da la sensación de que la escuela, al menos sería de nosotros sin la escuela o qué fue de la hu-
en “este lado del mundo” ya no es lo que era, ya no manidad antes del surgimiento de las instituciones
está cumpliendo con su (aparente) misión de resol- educativas modernas. Lo que me parece sustancial
ver los problemas de convivencia, de desintegración es encontrar los sentidos del educar en este aquí y
social, de fragmentación, de inequidad, etc., que se ahora, es decir, en este presente en toda su exten-
le plantean al mundo. Y parece al mismo tiempo que sión, complejidad y hondura.
“el mundo” le demanda a la educación y a sus insti-
tuciones –ya de por sí desvalorizadas– un conjunto Veámoslo así: si bien las escuelas han perdido cierto
de valores y virtudes; es ese mismo mundo el que se rumbo –no apenas por las transformaciones vertigi-
desinteresa por la educación y la acusa de haber per- nosas y caóticas de estos tiempos, sino también por
dido el rumbo, su identidad y su razón misma de ser. la creciente precariedad de los objetos y del hábitat
educativo–, no menos cierto es que lo intentan todo
Resulta curiosa, por no decir trágica, la frecuente opi- para reconciliarse con los sentidos múltiples del acto
nión que sugiere que la escuela ha perdido en estos de educar.
tiempos su sentido más fundante y decisorio: el de
educar a todos. Esa opinión conlleva una tonalidad La crisis educativa es, sobre todo, un padecimiento
sombría, tosca, un encogimiento de hombros, una que atañe a una imagen del mundo y no solo a una
cierta mirada perdida que se abandona a sí misma. imagen escolar: se padece de la falta de conversa-
Y lo curioso de esa expresión, lo trágico de esa afir- ción entre generaciones, se padece de inequidad, se
mación, es que en buena medida se reproduce entre padece de promesas políticamente insulsas hechas
aquellas y aquellos que hemos pensado siempre en a la carta, se padece de la ausencia de experiencias
su carácter imprescindible, en su inestimable posibi- sentidas y pensadas.
lidad de crear vidas distintas, en su encomiable bata-
llar por un mundo distinto. La acusación acerca de que la educación ha per-
dido su fisonomía es falsa e injusta. Todo remite a
También es curioso que la sospecha acerca de la una paradoja de difícil solución: el mundo le pide
no-educación provenga sistemáticamente de cierto a la escuela que cumpla con su estirpe civilizado-
espíritu mediático que todo el tiempo cree de sí mis- ra, que ciudadanice, que abra el horizonte del tra-
mo que no educa, que no enseña, que no instruye, y bajo, que sea inclusiva, que genere valores de
que se omite a diario de su propia práctica irrespon- aceptación y pacificación, que cree una atmósfe-
sable. ra de armonía y convivencia. La cuestión es que el

1
Este artículo corresponde a una ponencia presentada por Carlos Skliar en las “VI Jornadas de Cooperación Educativa con Iberoamérica
sobre Educación Especial e Inclusión Educativa. Estrategias para el desarrollo de escuelas y aulas inclusivas”, realizadas en La Antigua,
Guatemala, 5 al 9 de octubre de 2009. La publicación de las memorias de esas jornadas está disponible en:
http://www.redinnovemos.org/content/view/1377/107/lang,sp

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mismo mundo que le exige todo esto a la educación, sino otras formas posibles de vivir y convivir. Si
es un mundo incapaz de realizarlo. Mientras la es- ello no ocurriera en las escuelas, probablemente
cuela intenta afirmar la vitalidad, la diferencia y el es- el desierto, el páramo, la sequía, ocuparían todo el
tar-juntos, el mundo, burdamente representado por paisaje de los tiempos por venir.
sus mecanismos de mediatización informativa, solo
aporta la estética de la violencia, la postergación de La “crisis” de la convivencia
lo humano, el folklore de lo bizarro y la espectaculari-
zación de los cuerpos diseñados por ciegos bisturís. Es necesario insistir con la pregunta sobre la con-
vivencia, por el estar-juntos; una cuestión quizá cu-
Aún así, en medio de la batalla por la sobrevivencia, riosa o excéntrica en tiempos en que parece que lo
en medio de los perversos conteos de muertes, se- habitual sea la in-comunión, la desidia, el abandono,
cuestros e indolencias, en medio de los apelativos el miedo a todo lo que pueda ser (en apariencia) ex-
(falsos o ficcionales) sobre la necesidad de diálogo traño o intruso o débil o ajeno o, sobre todo, indesci-
y consenso, en medio de la desolación planificada frable, incognoscible.
en secuencias de imágenes sobreactuadas, es po-
sible pensar todavía en la transparencia del gesto No es de extrañar que se diga y se escuche con de-
educativo. Un gesto que no es heroico, que no debe masiada frecuencia: hay crisis de convivencia, cues-
ser demasiado enfático, que no puede ser apenas un ta la convivencia, duele la convivencia, hay mal de
modo indirecto para definir nuestras virtudes, sino un convivencia. Y es que quizá no hemos sido lo sufi-
gesto diario, mínimo, que se relaciona con una res- cientemente fraternos ni amistosos y por eso la con-
ponsabilidad única: la responsabilidad por la vida de vivencia suena, al menos en las grandes urbes –con
cualquier otro. Con firmeza, pero no con rudeza, hoy sus enormes instituciones y su ritmo desenfrenado–,
la educación debe plantearse –como de hecho ya se como una suerte de lamento por la pugna entre veci-
lo plantea– la necesaria inauguración de otro tiempo nos desconfiados, una especie de inevitable peligro-
y de otro espacio con respecto al mundo mediático e sidad; en fin, la imagen de una batalla de desdicha-
híper tecnológico que la rodea. dos contra desdichados.

No se trata tanto de una enseñanza a propósito de Sin embargo, hay un equívoco desde el inicio: ni la
cómo se debería vivir (con demasiada frecuencia convivencia, ni el estar-juntos, pueden ser signos, o
teñida de brutal moralidad) sino de la transmisión símbolos, o indicaciones que señalan directamente
de la experiencia y del mundo de un tiempo a otro hacia la armonía, hacia la no-conflictividad, hacia la
tiempo; no tiene que ver tanto con la insistencia por empatía inmediata, el consenso instantáneo y, por
unos contenidos, sino más bien con la presencia de añadidura, hacia la plena satisfacción educativa. Qui-
quien inaugura el acto de enseñar; no se trata tanto zá en ello radique la principal desvirtuación de toda
de elaborar un discurso sobre los alumnos presentes noción de convivencia: si partiéramos de la idea que
o ausentes, sino de una ética a propósito de sus exis- se trata de relaciones de afección, de contradicción,
tencias; no tiene que ver tanto con una pretendida y fricción, contigüidad, no buscaríamos resolver la vida
esquiva homogeneidad o con la diversidad, sino con en común a partir de fórmulas solapadas de buenos
“abrir un lugar dentro de la norma para que surja el hábitos y costumbres, didácticas del bien-estar y del
otro” (Bárcena, 2008: 8-11). bien-decir, necios y banales experimentos de diálo-
gos ya preconstruidos.
Educar es conmover. Educar es donar. Educar
es sentir y pensar no apenas la propia identidad,

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En la convivencia hay, ante todo, una pregunta que aprendizaje, crisis curricular. Pero no siempre la des-
solo adquiere sentido en el interior de la conviven- cripción de la crisis es aguda o interesante, no siem-
cia, cuando la convivencia se revela como dificultad, pre es conmovedora, audaz, paciente. Ello ocurre,
como imposibilidad, como aquello existente y no sobre todo, cuando el lenguaje de la crisis comienza
existente al mismo tiempo. Porque, ¿qué otra cosa a teñir de más y más crisis cada uno de los espacios
podríamos hacer sino poner en cuestión los modos y los tiempos educativos y no dan ni dejan margen
de relación que habitamos y que nos habitan? ¿No para sentir y pensar otras cosas. La sensación de
será que convivir consiste en interrogarse sobre lo “crisis” parece ocupar toda la extensión de la mirada,
que nos pasa con los demás, entre los demás? ¿Y sin dejar margen alguno para mirar eso que nos pasa
cómo hacer para responder a esa cuestión si las en la educación.
primeras imágenes que sobrevienen expresan un
inhóspito espacio de cotidiana ajenidad, la amargu- Tal vez la “crisis” se extrema y se revela con crude-
ra extrema por la indiferencia y el padecimiento por za en esa suerte de incomprensión abundantemente
una comunión a veces tan forzada como forzosa? ejemplificada en los textos especializados sobre los
tiempos de crisis. Allí, el discurso habitual de la cri-
Una de las trampas que se deriva del pensar la convi- sis es, sobre todo, un miedo irremediable y un des-
vencia como problema es, precisamente, la tentación concierto generalizado frente a la crisis: miedo a un
de tener que responder cómo, al fin, dar solución a desorden humano que nunca fue sino desordenado,
su aparente “crisis”, prometer una nueva convivencia miedo a esos otros que se transforman en pura alte-
en las escuelas y tensar hacia delante la complejidad ridad por ignorancia o por desprecio, miedo a no vivir
del asunto. Inclusive, se podría pensar que la única ni convivir sino solo a durar, miedo a que el mañana
solución a la exclusión, al abandono, al rechazo, o educativo pierda su estirpe redentora.
también a esa aceptación a regañadientes hacia el
desconocido, es la inclusión. Pero si lo que ocurre es Ya es una tradición consagrada que ese tipo de dis-
que ni siquiera estamos juntos, si muchos no están curso arroje, impunemente, un epílogo anunciado:
dentro de las escuelas: ¿cómo hablar de una crisis de cuanto más infernal sea la crisis, cuanto más cala-
lo que no hay o que hay pero en pequeñas pócimas? mitosa, desgarradora, inmoral e inhumana, siempre
habrá a mano, como tenaz contrapartida, un discur-
Justamente uno de los modos más eficaces y qui- so de salvación, ese trazado inconfundible de un hilo
zá menos atractivo para comenzar a hablar de “los metálico hacia delante, de un hilo metálico capaz
tiempos que corren” en la educación, es el remi- de resistir toda crisis y conducirnos hacia un maña-
tirlo todo, absolutamente todo, a la vaga idea de na candoroso, hacia ese futuro inexcusablemente
“crisis”2: crisis de las instituciones, crisis en las con- mejor. “De todo lo que hemos vivido –escribe Cla-
diciones de trabajo, crisis en la profesionalización de rice Lispector (2007)– solo quedará este hilo. Es el
los docentes, crisis de la didáctica, crisis intergene- resultado del cálculo matemático de la inseguridad:
racional, crisis de accesibilidad de la población a la cuanto más depurado, menos riesgo correrá; el hilo
enseñanza, crisis de la transmisión, crisis de autori- metálico no corre el riesgo del hilo de la carne”.
dad, crisis de repitencia, crisis en los paradigmas de

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No estoy demasiado seguro de adoptar el término “crisis” en relación a lo educativo y a lo escolar. Y no, justamente, por la adhesión
o no a una cierta postura “crítica” relativa a los usos banalizados y a los abandonos frecuentes de esa palabra (donde tal postura crítica
forma parte interesada del asunto). En ciertos momentos se debería decir, en vez de “crisis”, más bien “dolor”, “agonía”, “sufrimiento”,
“trastorno”, “padecimiento”, “conmoción”. Así, al mencionar la “crisis” educativa, tal vez debería optar por escribir: “dolor, agonía, sufri-
miento, trastorno, padecimiento” de la educación. De todos modos, la palabra “crisis” que voy a utilizar a lo largo de este capítulo intenta
ser honesta y transparente, asumiendo el espíritu de aquello que dice Emmanuel Levinas: “Expresiones como ‘mundo roto’ o ‘mundo
trastornado’, por corrientes y banales que hayan llegado a ser, no dejan de expresar un sentimiento auténtico”. Emmanuel Levinas, De
la existencia al existente, Madrid: Arena Libros, 2006, pág. 23.

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El riesgo del discurso habitual sobre la crisis es su entre el qué decir, quién lo dice y cómo se disemina
propia habituación a la crisis, su comodidad apelativa lo dicho.
en medio de lo que es esencialmente ininteligible, su
aletargamiento frente al riesgo, el dolor y el padeci- Deberíamos prestar una atención más escrupulosa
miento, su constante invención de una realidad ya a las máscaras institucionales con que se pretende
corroída por el estrechamiento de aquello que consi- regular, administrar y de ese modo destruir la con-
dera, para sí misma, lo real. Su agotamiento ocurre versación. Pues se percibe la incomodidad mayúscu-
bien antes de su propia formulación: se nota en el la en relación a los simulacros de conversación que
hartazgo por los travestismos discursivos. ocurren, a diario, en el interior de ese lenguaje pre-
tendidamente académico. Miguel Morey (2007: 413-
La crisis de la convivencia como reflejo de la 440) nos dice que toda conversación debería desa-
pérdida de la conversación fiar a ese “porque lo digo yo” y el “tú qué”, para poder
ser, justamente, una conversación. Como si se trata-
Ya casi no se conversa con los otros, ya no se con- ra de un esfuerzo por quitarse de la idea de que con-
versa de otras cosas; en el mejor de los casos solo versar es apenas un doble monólogo de dos “yoes”
se conversa siempre entre los mismos y siempre de que siempre están en paralelo y nunca se tocan, es
las mismas cosas. El lenguaje se ha vuelto un refugio decir, que nunca se afectan, nunca se mueven, nun-
opaco de narrativas sombrías donde cada uno repite ca se quiebran. Así, la conversación se vuelve una
para sí y se jacta indefinidamente de sus pocas pa- impostura, una manera paradojal de quitarse de la
labras, de su poca expresividad y de su incapacidad conversación, aun haciendo de cuentas que estamos
manifiesta para la escucha del lenguaje de los de- conversando.
más. Casi nadie reconoce voces cuyo origen no le
sean propias, casi nadie escucha sino el eco de sus La convivencia como la existencia “con”
propias palabras, casi nadie encarna la huella que
dejan otras palabras, otros sonidos, otros gestos, Y quizá por eso mismo es que la pregunta sobre la
otros rostros. convivencia se ha vuelto una pregunta que remite
demasiado al lenguaje formal, a la suma o resta de
Esta dificultad o imposibilidad de conversación en cuerpos presentes, pero mucho menos a la contin-
educación tiene que ver en parte con el vaciamien- gencia de la existencia, de toda existencia.
to del lenguaje de la disciplina pedagógica. Hay una
clara sensación de vacuidad y la percepción de que Aquí reside la clave, entonces, de porqué la convi-
todo se ha vuelto impronunciable. Vale la pena citar vencia no puede ser entendida apenas como una
aquí a Jorge Larrosa (2006: 31): “Cuando digo que negociación comunicativa, como una presencia lite-
ese lenguaje parece vacío, me refiero a la sensación ral, física, material de dos o más sujetos específicos
de que se limita a gestionar adecuadamente lo que puestos a “dialogar”. La convivencia tiene que ver
ya se sabe, lo que ya se piensa, lo que, de alguna for- con un primer acto de distinción, es decir, con todo
ma, se piensa solo, sin nadie que lo piense, casi au- aquello que se distingue entre los seres y que es,
tomáticamente (…) Cuando digo que ese lenguaje se sin más, lo que provoca contrariedad. Si no hubiera
está haciendo impronunciable, me refiero, por ejem- contrariedad no habría pregunta por la convivencia.
plo, a su carácter totalitario, al modo como convierte Y la convivencia es “convivencia” porque en todo
en obligatorias tanto una cierta forma de la realidad caso hay –inicial y definitivamente– perturbación,
(…) como una cierta forma de la acción humana”. intranquilidad, conflictividad, turbulencia, diferencia
y alteridad de afectos. Hay convivencia porque hay
La vacuidad y lo impronunciable se refieren, casi en un afecto que supone, al mismo tiempo, el hecho de
el límite de la desesperación, a una filiación esquiva ser afectado y el de afectar, porque estar en común,

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estar juntos, estar entre varios, como lo expresa aquello que nos inquieta, no habría otro deseo po-
Jean-Luc Nancy (2007: 51): “Es ser tocado y es to- sible que aquel que expresa que el otro siga siendo
car. El ‘contacto’ –la contigüidad, la fricción, el en- otro, que la alteridad del otro siga siendo alteridad.
cuentro y la colisión– es la modalidad fundamental Ahora bien: ¿cómo sería factible ese deseo de dejar
del afecto”. Ese estar-juntos, ese contacto de afec- que el otro siga siendo otro? ¿Acaso la voluntad de
ción no es un vínculo de continuidad, no es reflejo la relación debe ser, siempre, voluntad de dominio
de una comunicación eficaz sino, fundamentalmente, y de saber/poder acerca del otro? ¿Qué límites de
un embate de lo inesperado sobre lo esperado, de la afección plantea el otro cuerpo no ya apenas en su
fricción sobre la quietud, la existencia del otro en la presencia material (es decir, el “aquí estoy yo”), sino
presencia del uno. sobre todo en su propia existencia (esto es: “no ape-
nas aquí estoy, sino yo también soy”)? ¿Y qué efec-
Sin embargo, buena parte de los discursos acerca tos podrían producirse al pensar en una transmisión
de la inclusión –sobre todo aquellos que pretenden educativa que no intenta cambiar al otro, que no pre-
capturar todas las configuraciones posibles de la re- tende hacerlo ajeno a su alteridad?
lación entre nosotros y ellos, o entre lo uno y lo otro,
lo mismo y lo diferente– afirman la convivencia pero Uno podría preguntarse aquí si algo de todo lo plan-
a condición de que no se perpetúen las embestidas y teado hasta aquí reaparece, aunque sea de otro
que el contacto se mantenga a una distancia pruden- modo, bajo otras palabras, con otras entonaciones,
cial, muchas veces matizada por palabras de orden, en la tradición relativamente incipiente de la educa-
tales como tolerancia o aceptación o reconocimiento ción inclusiva. Uno podría preguntarse si en verdad
del otro, porque allí no hay relación, sino un exceso lo que está en juego allí no sea una percepción tal
de lejanía o indiferencia3. Ahora bien esa distancia vez débil, liviana, de la idea misma de convivencia.
que se asume como distancia de altura o distancia Uno podría preguntarse si la inclusión es inclusión
de jerarquía es imposible, porque, como continúa di- cuando la alteridad del otro es apenas un tema de
ciendo Jean-Luc Nancy (2007: 51-52): “(…) lo que diagnóstico, la afirmación de una rápida y genérica
el tocar toca es el límite: el límite del otro –del otro formulación legal del otro como otro del derecho y
cuerpo, dado que el otro es el otro cuerpo, es decir lo de derechos, la suma presente de presencias pero
impenetrable (…) Toda la cuestión del co-estar reside no de existencias. Y uno podría preguntarse, tam-
en la relación con el límite: ¿cómo tocarlo y ser toca- bién, si en el estar juntos, en la coexistencia, hay que
do sin violarlo? (…) Arrasar o aniquilar a los otros –y nombrar la relación con el otro como una relación de
sin embargo, al mismo tiempo, querer mantenerlos inclusión, si hay que nombrar al otro, apenas, como
como otros, pues también presentimos lo horroroso ser incluido.
de la soledad”.
El pensamiento de la convivencia, del estar juntos,
La convivencia con los demás se juega, entonces, así como lo hemos asumido aquí a partir de algunos
entre un límite y un contacto con el otro. Una con- fragmentos de Jean-Luc Nancy (2007: 56), nos obli-
vivencia que no puede sino dejarse afectar o dejar ga a otras percepciones, a otras palabras: la exis-
afectarse con el otro. tencia común no puede expresarse en plenitud sino
pensando “ni a partir de uno, ni a partir de otro” –es
Y en esa afección que muchas veces pretende decir, evitando la identificación de sujetos y centrán-
aniquilar todo aquello que nos perturba, todo dose en lo que hay, lo que existe entre los sujetos–;

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“La práctica de la relación va más allá de la tolerancia; va más allá de la tolerancia porque no se limita a dejar existir a los demás
sino que entra en el juego delicadísimo de dar y dejarse dar: del amor, pues. (...) La práctica de la relación, de la relación que tiene
en cuenta el amor, se sitúa así más allá de la tolerancia; más allá, nunca en contra de la tolerancia”. En: Milagros Rivera, Mujeres en
relación: feminismo 1970-2000, Barcelona, Icaria, 2001, p. 69.

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sino “pensar absolutamente y sin reservas a partir del posibilidad de edificar algo, la imposibilidad y la posi-
‘con’”; sino pensando “lo que existe, sea quien sea, bilidad de una construcción en común.
existe porque coexiste”.
Pero no habrá demasiada resonancia mientras solo
Dicho esto en una progresión quizá más simplificada: se hable del desprecio y la desconfianza como mo-
neda corriente del intercambio, del despecho como
Estar juntos no tiene sentido en sí mismo, sino si fuera la única relación posible y disponible, de la
implicara sentir y pensar qué pasa entre nosotros. desazón como si fuera la única forma de superviven-
cia, de la incertidumbre como si fuera lo mismo que
Estar juntos no tiene valor moral por sí. la ignorancia, de la tozudez como si fuera un patrimo-
nio, de la herencia como si fuera una tradición muerta
Estar juntos incluye desde la amorosidad hacia y de la falta de futuro como si se tratara, entonces,
alguien hasta el enojo, pero tal vez no la de una salida autista y maníaca de este presente de-
indiferencia. presivo.

Estar juntos habla de un límite (es una relación Por otro lado, sería mucho más peligroso escudarse
entre dos cuerpos) no de una fusión o una de la complejidad de la pregunta por la convivencia
asimilación (de un cuerpo en otro cuerpo). y la educación y contagiarse, así, de ese hábito tan
actual y tan banal de sostener o bien una retórica
Estar juntos no proviene de la determinación de fatalista –que insiste en hablar de una separación ya
una relación jurídica obligada, sino de la potencia- definitiva o de un encuentro ya imposible de antema-
lidad y la singularidad de una pasión ética. no– o bien una retórica nostálgica –que se retuerce
en la búsqueda de una memoria desquiciada– o bien
Estar juntos refiere más a lo político que a la política. una retórica utópica –que nos obliga a retornar siem-
pre a la idea de una convivencia de superficie–.
Estar juntos supone a la vez hospitalidad y
hostilidad. Digamos que la única promesa posible es la de sentir
más y más aridez, más y más sequedad. Porque no
Estar juntos impide o suspende la idea de se trata apenas de los unos y los otros, de excluidos
tolerancia. e incluidos, de normales y anormales, y de las posi-
bles relaciones que a menudo se asumen como por
Estar juntos significa ir más allá de lo uno (y de fuerza convergentes, sino también de una tensión
su relato de identidad) y de lo otro (y de su relato que se extiende infinitamente: se trata, entonces, de
de identidad). cómo pensar las tradiciones implicadas en el pensar
la educación no apenas como el alojamiento institu-
La convivencia y la conversación “en el interior” cional de unas alteridades devaluadas, sino como el
de lo educativo estar-juntos un espacio y un tiempo particular de con-
versación entre diferencias.
La pregunta por la convivencia en educación no de-
jará nunca de resonar porque ha estado allí, quieta e Es indudable que ya tenemos una cierta experiencia
inquieta al mismo tiempo, desde el momento mismo acerca de la trama de dislates e injusticias que se ori-
en que lo humano parece encarnar la imposibilidad ginan en la caracterización obstinada, rígida y torpe
y la posibilidad del estar-juntos, la imposibilidad y la de ciertos tipos de aprendizaje, aunque no de todos;

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del ensañamiento con ciertos tipos de cuerpo, aun- tes en el campo educativo: el lenguaje de la técnica
que no con todos; de la sospecha sobre ciertos tipos y el lenguaje de la crítica (…) Por un lado, la lengua
de lengua, aunque no de todas; de la mirada sombría en la que se enuncia lo que nos dicen que hay, lo que
puesta sobre ciertos tipos de nacionalidad, raza, cla- nos dicen que es (…) Por otro lado, la lengua en la
se social, aunque no sobre todas; de la desconfian- que se enuncia lo que nos dicen que debería haber,
za acerca de ciertas inteligencias, aunque no acerca lo que nos dicen que debería ser”.
de todas. Ya hay una cierta experiencia acerca del
sentido de los excesivos, aunque siempre ambiguos Por lo tanto, afirman algunos, no habría más reme-
y violentos cuidados morales, políticos y educativos. dio que seguir naufragando eternamente entre dos
Ya hay una cierta experiencia cuando se piensa en aguas: o en las aguas contaminadas de una realidad
lo que ocurre cuando los otros (es decir, cualquier que se describe a sí misma como la realidad peda-
otros) devienen motivo de interpelación o de convi- gógica “actual” y, por lo tanto, “incontrastable e irre-
vencia programada o de conceptualización vacía o mediablemente inmodificable” (estos alumnos, estos
cuando son mencionados y reformados a propósito maestros, estas escuelas, estas didácticas, esta for-
de un cambio, tan evanescente como fosforescente, mación, esta transmisión, este currículum, estas con-
en los escenarios culturales, políticos y pedagógicos. diciones de trabajo) o bien en las aguas disecadas de
una realidad que se designa a sí misma como la rea-
Por ello mismo: ¿qué puede significar dotar de una lidad pedagógica “futuramente móvil” (los alumnos
cierta complejidad y a la vez de un cierto extraña- del mañana, los maestros del futuro, las escuelas
miento cuando se hace referencia a las formas con- que vendrán, las didácticas a innovar, el currículum a
temporáneas de la hospitalidad y su ya adherente y construir, las nuevas condiciones de trabajo).
por demás huraña relación con la hostilidad? ¿Cómo
desandar esa atribución persistente de la hospitalidad Pero si solo se hace posible hablar de la educación
al uno mismo y la fijación insistente en el otro de la en su presente real y depresivo (que no necesita de
figura del ser solo un intruso, un ajeno, un extranjero, la lengua a no ser su tibia e inexacta representación)
una amenaza? ¿Qué convivencia es posible más allá y/o de la educación en tanto futuro ya preconstrui-
del equilibrio imposible entre el enseñar y el apren- do (que tampoco requiere de la lengua pues ya está
der, los reconocimientos de ocasión, los eufemismos todo predicho y predispuesto de antemano), daría la
siempre toscos y provisorios, la extrema intocabilidad sensación que no quedan otras marcas de la lengua
entre los cuerpos que nos torna insensibles, los ade- disponibles en la educación, para la educación.
manes superfluos de encuentro y despedida, de la
exagerada proximidad que nos torna uno a uno en Entonces, las preguntas se tornan casi obvias: ¿que-
seres irrelevantes? ¿Y qué se pone en evidencia al da algo más por decir en educación? ¿Algo para de-
pensar en el destino educativo de la convivencia, si cir que no insista más en diagnosticar ni en arrojar
casi todo lo que se hace es merodear por los bordes estallidos de vacuas promesas? ¿Algo para decir
de una cierta aceptación “obligatoria” del otro? que no asuma ni el tono nostálgico de un pasado in-
conmovible ni la melodía utópica que borra de un vez
El problema es, tal vez, que el lenguaje que necesi- este presente impostergable?
tamos para pronunciar de otro modo esa convivencia
aún no existe o está fuertemente anclado en la híper
especialización del lenguaje educativo. Como bien lo
escribe Jorge Larrosa (2006: 30): “En las últimas dos
décadas se han configurado dos lenguajes dominan

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La “otra” inclusión educativa como una “otra” hospitalaria como hostil. Por eso la pregunta sobre
convivencia el enseñar y el aprender a vivir y convivir es también
una pregunta acerca de la hospitalidad y la hostilidad
Hace ya algunos años, junto a Jorge Larrosa (Larro- de la educación:
sa, J, y Skliar, C., 2001: 17-18), escribimos que:
“Aprender a vivir es madurar, y también educar: en-
“Parece que el problema ya no es la dominación… señar al otro, y sobre todo a uno mismo. Apostrofar
los hombres no deben aprender a vivir libres, sino a a alguien para decirle: ‘Te voy a enseñar a vivir’, sig-
vivir juntos y a comunicarse ordenadamente… reunir nifica, a veces en tono de amenaza, voy a formarte,
a los hombres… desde la diversidad bien ordenada y incluso voy a enderezarte (…) ¿Se puede aprender
bien comunicada… de lo que se trata es de adminis- a vivir? ¿Se puede enseñar? ¿Se puede aprender,
trar las diferencias identificándolas y de tratar de in- mediante la disciplina o la instrucción, a través de la
tegrar a todos en un mundo inofensivamente plural y experiencia o la experimentación, a aceptar o, mejor,
a la vez burocrática y económicamente globalizado… a afirmar la vida?” (Derrida. J., 2007: 21-22).
que lo que importa es seguir administrando y gober-
nando las fronteras y los pasos de frontera entre el sí Las preguntas de Derrida acerca de si es posible
y el no, el ser y el no ser, el poseer y el no poseer, el enseñar a afirmar la vida, solo encuentran un cierto
saber y el no saber, entre lo mismo y lo otro”. tipo de respuestas si, con anterioridad, se piensa la
educación no ya bajo la urgencia mezquina del uti-
Voy a traer al ruedo aquí aquella cuestión enuncia- litarismo de una cierta obligación moral a ser pade-
da por Jacques Derrida (2007), unos pocos días an- cida, sino como aquel tiempo y aquel espacio que
tes de morir: “¿Se puede enseñar a vivir?”, a lo que abre una posibilidad y una responsabilidad frente a
añado: ¿se puede enseñar a vivir y a convivir? En la existencia del otro, a toda existencia, a cualquier
cualquier caso todo depende de cómo suene ese existencia.
“enseñar a vivir y convivir”. Porque bien podría reso-
nar poniendo en primer lugar la figura agigantada de Afirmar la responsabilidad y el deseo por una convi-
ese “yo” que enseña, de ese “yo” que explica, de ese vencia educativa trae consigo la intención manifiesta
“yo” que sabe, de ese “yo” que instruye y que se na- de confrontarla tanto con aquella infertilidad de los
turaliza como “imprescindible”. Enseñar a vivir quizá novedosos planteamientos jurídico/educativos –que
signifique renunciar de plano a todo aquello que hue- solo reemplazan texto legal por otro texto legal ag-
le al “yo” como impostura: “Enseñar a vivir –escribe giornado– como con algunos de aquellos típicos rela-
Graciela Frigerio (2006: 140)– (…) renunciando a la tos de cuño integracionistas y/o inclusivos –que pare-
soberbia del ‘yo te voy a enseñar’. Fórmula que siem- cen obsesionarse, apenas, por la presencia literal de
pre trae velada una amenaza y anuncia la dependen- algunos otros concretos que, un poco o mucho antes,
cia como condición de la relación, porque presupone, no estaban dentro de los sistemas institucionales–.
da a entender que sin uno, el otro nunca aprendería”.
Entre el sobre-exceso de razón jurídica y la mera su-
¿Cómo responder, entonces, a la pregunta del ense- posición de una promesa inclusiva parece dirimirse
ñar a vivir y a convivir si al volver la mirada hacia las el relato actual acerca de qué es y qué debería ser
instituciones educativas ocurre por lo general aquello la educación. Y en medio de ello vuelve a emerger
que George Steiner (2005: 79) define como una “am- la invención de un realismo pedagógico que exige la
nesia planificada”? Pues habría que recalcar una y presencia de todos, la presencia universal, pero que
otra vez que la transmisión es, ante todo, una política muchas veces ahoga toda pretensión de existencia
de la memoria. Y la memoria puede –y suele– ser tan de un otro, de cualquier otro, de otro cualquiera.

9
Pero: ¿de cuál crisis nos habla la “inclusión”? ¿Qué pérdida acaso irremediable: la educación no es una
introduce en la escena pedagógica como realidad del cuestión acerca del otro, ni sobre el otro, ni alrededor
presente y como presunción remediadora de futuro? de su presencia, ni en el nombre del otro, ni cuya
Se habla de una crisis en la noción y la percepción de función radica en la descripción del otro. La educa-
homogeneidad, de una crisis en la exacerbada unici- ción es, siempre, del otro, de un otro que es un otro
dad de los recursos pedagógicos, de una crisis en la cualquiera, que es, por lo tanto, cualquier otro4.
enseñanza de lo mismo dirigida hacia todos, de una
crisis en el diseño de los ambientes de aprendizaje, La tarea de quien enseña a vivir y a convivir es, jus-
de una crisis en la formación tradicional de las maes- tamente, la de responder éticamente a la existencia
tras y los maestros, etc. Aún así, las respuestas da- del otro. Lo que no quiere decir apenas afirmarlo en
das a este conjunto desordenado y siempre procla- su presencia, aunque esté más que claro que la edu-
mado de problemas obtiene a cambio la aplicación cación consiste en encontrarse de frente con un otro
de la fórmula conocida del “más vale más”: si hay concreto, específico, cara a cara. Ese encuentro es
problemas en el currículum, más vale más currícu- con un rostro, con un nombre, una palabra, una len-
lum; si hay problemas en la formación, más vale más gua, una situación, una emoción y un saber determi-
formación, etc. Quién sabe si no es el caso de pensar nados y singulares. Como lo sugiere Mèlich: “Desde
aquí ya no en esa ecuación en apariencia producti- el momento en que habitamos el mundo vivimos no
vista, sino más bien en una radicalidad de la alteridad solamente con los otros, sino frente a ellos, frente
educativa. a cada uno de ellos, frente al que se me presenta
como rostro, como único, como portador de un nom-
Por lo tanto: habría que decir aquí que la educación bre. Este otro singular que me apela o me encara
es una responsabilidad y un deseo por una “tarea de me recuerda que nunca estoy completamente solo
convivencia” que habilita, que posibilita, que da paso, en la configuración del sentido, en la invención del
que deja pasar, que enseña, la posibilidad de poner sentido”5.
algo en común entre las diferentes formas y expe-
riencias de la existencia. Responsabilidad y deseo Ahora bien: ¿cómo retornar, ahora, al relato o los re-
por una tarea de convivencia educativa que sienta y latos de la educación inclusiva? ¿Qué hay en todo
piense la transmisión no solo como un pasaje de un ello que afirme la vida y la existencia de cualquier
saber de un uno para otro, como si se tratara, al es- y de cada uno? ¿Cómo volver al pensamiento del
tilo de lo anunciado por Jacques Rancière (2007), de “estar juntos”, entonces, sin forzar la literalidad, la
un acto de desigualdad de inteligencias desde quien transparencia exacta entre la idea un tanto remani-
sabe el saber hacia quien no lo sabe, sino de aquello da de convivencia aquí planteada y ese “aprender y
que ocurre en uno y en otro (es decir, que en vez enseñar a vivir juntos” bastante más liviano que nos
de ser un acto de desigualdad es, quizá, un arte de ofrece y nos promete una buena parte de los discur-
la distancia). Y una responsabilidad y un deseo por sos y las imágenes de la inclusión? ¿Cómo no caer
una tarea que, entonces, no se torna ni obsesiva ni en la trampa de que todo se resolverá con más y más
complaciente ni suplicante con la presencia del otro. capacitación? ¿Y cómo desdecir aquella idea de que
para estar juntos habría que, primero, preparar la
Pero es por eso mismo, por esa insistencia en la to- bienvenida al otro en todos los detalles, conocerlo de
talidad, por esa exigencia de presencias, que da la antemano, regular su llegada y luego, después, más
sensación que hay un olvido, o un descuido, o una tarde, solo más tarde, sentirnos responsables y de-
sear la relación?

4
Expresión acuñada por José García Molina en su libro Imágenes de la distancia. Barcelona: Editorial Laertes, 2008.
5
Joan-Carles Mèlich, La persistencia de la metamorfosis, Ensayo de una antropología pedagógica de la finitud, Revista Educación y
Pedagogía, Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, Vol. XVI, núm. 42, (mayo-julio), 2005.

10
Por un lado quedarían repitiéndose insistentemente Referencias bibliográficas
aquellas voces que enuncian, como contrapartida a lo
recién dicho, la necesidad de la aceptación del otro,
BÁRCENA, F. (2008). Aprendices del tiempo. La educación
su reconocimiento como otro legítimo, el respeto y su entre generaciones. Revista Todavía, Buenos Aires, núm. 21.
tolerancia. Si bien no se trata de un mismo género
de respuestas, aceptación, reconocimiento, respeto COETZEE, J.M. (2002). La edad de hierro.
y tolerancia, suelen habitar juntos este tipo de gra- Barcelona: Mondadori.
mática educativa. Como sea, en este caso muy poco DERRIDA, J. (2007). Aprender (por fin) a vivir. Buenos Aires:
o nada se dice de las relaciones de alteridad sino Amorrortu Editores.
que, me parece, se trata más bien de decisiones que
debería tomar el uno (siempre el mismo uno) sobre el FRIGERIO, G. (2006). Acerca de lo inenseñable, en SKLIAR,
otro (siempre el mismo otro). C. y FRIGERIO, G. (2006). Huellas de Derrida. Ensayos pe-
dagógicos no solicitados. Buenos Aires: Del Estante Editorial,
2006.
La otra salida, el otro modo de diseñar una respues-
ta, tiene que ver más con una posición radicalizada GARCÍA MOLINA, J. (2008). Imágenes de la distancia.
de alteridad y de diferencia, que no es una decisión Barcelona: Editorial Laertes.
que involucre distancia y etiquetamiento de lo diver- LARROSA, J. (2006). Una lengua para la conversación, en
so, sino una idea sostenida en la conversación y el LARROSA, J. y SKLIAR, C. (Coordinadores) Entre pedago-
estar-juntos entre alteridades. gía y literatura, Madrid - Buenos Aires: Miño y Dávila.

Y para que haya alteridad, para que haya conversa- LARROSA, J. y SKLIAR, C. (2001). Habitantes de Babel. Po-
lítica y poética de la diferencia. Barcelona: Laertes Editorial.
ción de alteridad, para que haya convivencia entre
diferencias, para que exista el estar-juntos, debe ha- LEVINAS, E. (2006). De la existencia al existente.
ber tiempo. No “más tiempo”, sino “otro tiempo”. Des- Madrid: Arena Libros.
pués de todo es eso lo que escuchamos a diario en
LISPECTOR, C. (2007). Discurso de inauguración. En: Para
las instituciones educativas: “no hay tiempo, no tene- no olvidar. Crónicas y otros textos, Madrid: Editorial Siruela.
mos tiempo, necesitamos tiempo”. Por todo ello, qui-
siera terminar este texto tomando unas palabras que MÈLICH, J. C. (2005). La persistencia de la metamorfosis,
nos llegan desde la literatura y que apuntan hacia la Ensayo de una antropología pedagógica de la finitud, Revista
tragedia del no tener tiempo para estar-juntos y, así, Educación y Pedagogía, Medellín, Universidad de Antioquia,
Facultad de Educación, Vol. XVI, núm. 42.
la preeminencia de lo normal como la instauración de
una mirada que todo lo regula y todo lo juzga: MOREY, M. (2007). De la conversación ideal.
Decálogo provisional. En: Pequeñas doctrinas
“Lo cierto es que si tuviéramos tiempo para hablar, de la soledad. México: Editorial Sexto Piso.
todos nos declararíamos excepciones. Porque todos NANCY, J. L. (2007). La comunidad enfrentada, Buenos
somos casos especiales. Todos merecemos el bene- Aires: ediciones La Cebra.
ficio de la duda. Pero, a veces, no hay tiempo para
escuchar con tanta atención, para tantas excepcio- RANCIÈRE, J. (2007). El maestro ignorante. Barcelona:
nes, para tanta compasión. No hay tiempo, así que Editorial Laertes.
nos dejamos guiar por la norma. Y es una lástima RIVERA, M. (2001). Mujeres en relación: feminismo
enorme, la más grande de todas” (Coetzee, J.M., 1970-2000, Barcelona, Icaria, 2001.
2002: 94).
STEINER, G. y LADJALI, C. (2005). Elogio de la transmisión.
Madrid: Editorial Siruela.

11
Una experiencia colectiva de investigación desde
la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar1
Ma. Cecilia Fierro Evans
Universidad Iberoamericana León

Ma. Bertha Fortoul Ollivier
Universidad La Salle

El proyecto “Escuelas que construyen contextos para en la escuela. Se espera generar conocimiento en
el aprendizaje y la convivencia democrática” se en- el campo e impulsar el compromiso y apoyo desde
marca en los trabajos de la Red Latinoamericana la academia, hacia movimientos de renovación pe-
de Convivencia Escolar (RLCE) www.convivenciaes- dagógica surgidos desde las propias escuelas y do-
colar.net, la cual tiene el propósito de contribuir al centes. El proyecto se ha sostenido con fondos SEP-
estudio y transformación de la convivencia escolar CONACYT México.
y la formación para una ciudadanía democrática en
las escuelas latinoamericanas. La RLCE está orga- La pregunta principal que guía esta investigación
nizada en cuatro nodos, uno de los cuales es in- tiene que ver con el tipo de prácticas de gestión
vestigación. Con apoyo de los fondos concursables escolar que caracterizan a escuelas que constru-
UNESCO-Red Innovemos, se llevó a cabo en 2007 yen ambientes para el aprendizaje y la convivencia
y 2008 un primer estudio comparado de siete casos democrática. A la vez interesa construir una pers-
de estudio en México, Costa Rica y Chile, interesado pectiva teórico-metodológica para analizar de ma-
en profundizar en el significado, los procesos, las re- nera concomitante la gestión de la convivencia y
laciones internas, las experiencias significativas y las la gestión del aprendizaje. Se trata de una investi-
lecciones aprendidas por escuelas que han logrado gación cualitativa, exploratoria y descriptiva la cual
exitosamente construir contextos para el aprendizaje retoma elementos de la perspectiva narrativa, en-
y la convivencia democrática. (Fierro y Mena, 2008). focada a la profundización de ciertas prácticas de-
Dicha investigación formó parte de un proyecto más nominadas “de respons-habilidad” (Fierro, 2008).
amplio el cual permitió constatar que existe una gran La investigación se organizó en tres momentos:
actividad innovadora en estos campos en la región,
la cual es muy poco difundida y compartida entre los 1.Primera sistematización de experiencias lati-
diferentes países. Se observó también la gran ausen- noamericanas. Se lanzó una convocatoria a través
cia de procesos de sistematización, evaluación e in- de la página www.convivenciaescolar.net difundida a
vestigación de las experiencias, lo que dificulta opti- través de diversas redes académicas y de docentes,
mizar los procesos de cambio y aprendizaje. (Blanco con vistas a promover la participación en la recu-
en: Hirmas y Eroles, 2008: 7) peración de experiencias innovadoras mediante un
apoyo financiero sujeto a concurso. Las experiencias
El presente estudio realiza un acercamiento explora- recibidas fueron evaluadas a partir los criterios de:
torio sobre los procesos de gestión escolar mediante pertinencia social, consistencia de las estrategias
los cuales se configura un sujeto colectivo compro- pedagógicas y de gestión, articulación convivencia
metido con la mejora del aprendizaje y la convivencia y aprendizaje, logros alcanzados y aportes para la

1
Más información en: http://www.convivenciaescolar.net/wp/2011/09/iv-jornada-internacional-de-la-red-latinoamericana-de-convivencia-escolar

12
generación de conocimiento en el campo. El jueceo 2004 en cinco comunidades del estado de Oaxaca.
fue realizado en México y Chile, con un dictamen gru- La escuela secundaria comunitaria seleccionada
pal ciego, de 3 expertos reconocidos en este campo para esta presentación se encuentra en la población
de investigación por sede. de San Andrés Solaga, Villa Alta, Oaxaca, población
de claros matices comunitarios, en donde la lengua
2. Profundización: Etapa central del proyecto, se zapoteca de la sierra mantiene su vigor. Es una po-
propone desentrañar la lógica que ha dado sustento blación históricamente expulsora de mano de obra
a las acciones orientadas a mejorar los aprendizajes hacia la ciudad de Los Ángeles, E. U. Su objetivo
y/o la convivencia en experiencias previamente foca- general es constituirse en una modalidad de educa-
lizadas. Supone poner un “lente de aumento” en unas ción indígena responsable de atender a la población
cuantas prácticas que están a la base de dichas ac- originaria de Oaxaca. Para ello, partimos del reco-
ciones. La coordinación del proyecto además de en- nocimiento de que los pueblos originarios poseen y
tregar las pautas de trabajo a los participantes, abrió preservan conocimientos y producen nuevos.
un foro de intercambio en la página de la Red, en el
cual se ofreció apoyo, ajustando los procedimientos Estas escuelas funcionan con una amplia colabora-
metodológicos y abriendo una discusión teórica en ción comunitaria y con un modelo pedagógico alter-
función de los tópicos analizados. El foro constituye nativo en donde un educador atiende una cohorte los
una “comunidad de aprendizaje” de los participantes, tres años de estudio.
a la vez que representa un espacio de metacognición
sobre el significado de las experiencias y del proceso
de trabajo en sí mismo.

3.Lectura transversal y discusión teórica de los


casos a partir de las unidades de análisis y tópi-
cos significativos que las experiencias ofrecen tales
como: dilemas y tensiones de la gestión directiva en
experiencias innovadoras; formación de docentes
en el contexto de proyectos; la conformación de una
comunidad ética al interior de la escuela; la participa-
ción democrática, apuntes para nuevas búsquedas
teóricas.

A manera de ejemplo, presentamos a continuación


un breve resumen de algunas de las experiencias San Andrés Solaga Oaxaca, México
analizadas en profundidad en este Proyecto:
Los principios que orientaron la construcción curricu-
Secundaria comunitaria indígena de Oaxaca. lar fueron: la comunalidad, el conocimiento y la expe-
México riencia comunitaria, la comunicación humana, el co-
nocimiento disciplinario y el desarrollo humano. Los
Responsable del caso: Estanislao Millán Figueroa dos ejes de acompañamiento en la experiencia de
aprendizaje son las distintas formas de apropiación
Se trata de un proyecto de atención educativa a la del conocimiento, y la comunalidad. En las activi-
población indígena oaxaqueña sin opciones para dades del modelo , la didáctica de proyectos y el
estudiar secundaria. La experiencia inicia en el año trabajo en equipo resultan centrales; la primera

13
posee potencial para desencadenar efectos de donde se concentra esta problemática; por el otro
sinergia no solamente en la cohorte, sino en la propia pretende disminuir la cantidad de horas libres que en
comunidad. Implica, además, reconocer la presencia los primeros años atenta de modo decisivo contra la
de la investigación como herramienta de acercamien- permanencia del alumno en el sistema, impidiendo
to al conocimiento, uno de los cuales es el comuni- la concentración y el aprendizaje y generando en los
tario, aportado por miembros de la propia comunidad chicos una sensación de abandono.
que han acumulado conocimientos vitales para la
continuidad de la vida comunitaria. Además la reali- Se comienza en el 2006 desnaturalizando la existen-
zan los alumnos en el grupo grande o en pequeños cia de un elevado número de horas libres semanales
equipos, por lo que aprenden a organizarse, a tomar y sus efectos en los primeros en la enseñanza me-
decisiones, a negociar. dia. Se incorpora la figura del ayudante de clase y
una agenda cultural atractiva para los estudiantes. El
La secundaria comunitaria de San Andrés Solaga no año escolar siguiente se atiende a los alumnos que
solamente rompió el nicho del rezago educativo, sino deambulan por la escuela y que generan tensiones
que, sin proponérselo instaló un efecto de sinergia con los docentes, dando lugar a una oferta específica
que impulsó a los jóvenes a trazarse sus propias tra- para ellos: el curso integrado.
yectorias de vida, muy diferentes a las existentes el
año de 2004: el bachillerato, ocupar puestos comuni- Los principios básicos de referencia de la experien-
tarios. Se detuvo el caudal del flujo migratorio. cia y que devinieron estrategias de trabajo son: a)
Conformación de un marco institucional para un me-
Comunicación, socialización, significatividad y jor aprendizaje: la concentración, b) Inclusión de dos
deseo para una trayectoria escolar de calidad. nuevas figuras: el Tutor Informal y el Ayudante de
Fortalecimiento de los Primeros Años y Agenda Clase como asistentes de los docentes para atender
Cultural. Argentina a los distintos modelos de alumnos y sus trayectorias
singulares; c) Revisión de los programas, tanto en
Responsable del caso: Perla Zelmanovich lo curricular como en lo metodológico, priorizando la
experiencia del lenguaje en su relación con prácticas
La experiencia se despliega en una escuela de ges- humanas esenciales; d) Construcción de una “Agen-
tión estatal de educación media, emplazada en una da Cultural” y e) Creación de Talleres Extraprogra-
de las zonas de la ciudad de Buenos Aires donde se máticos.
concentra la población de mayor poder adquisitivo,
cuyos hijos han migrado mayoritariamente a la es-
cuela privada, quedando la escuela pública casi de
modo exclusivo destinada a los sectores pobres y
de clase media empobrecida. Un gran porcentaje de
los estudiantes es originario de provincias pobres del
norte de la Argentina y de otros países latinoamerica-
nos y asiáticos.

El objetivo general del proyecto es doble e interre-


lacional: por un lado se busca reducir los niveles de
abandono, fracaso, repitencia, violencia y brindar
una enseñanza de mayor calidad para los prime-
ros y segundos años de la escuela Media, que es
Buenos Aires, Argentina

14
La diversificación de la propuesta educativa logró que y actualmente se atienden trece alumnos con esta
los estudiantes encontraran placer en estas activida- discapacidad, distribuidos en los grados de primero
des, favoreciendo la construcción del sentido de per- a quinto, de una matrícula de 297 alumnos inscritos.
tenencia provocando efectos más allá del progreso La herramienta pedagógica que permite trabajar con
en el ámbito pedagógico alcanzando aspectos sub- los estudiantes que presentan la discapacidad audi-
jetivos y vinculares. Desde que se puso en marcha tiva y de habla fue el abecedario a señas, dado una
la experiencia se pasó del casi 50% de repitencia en vinculación con la asociación de Sordos de Guate-
2006 a menos del 10%. Hubo un considerable des- mala. Los alumnos que presentan problemas audi-
censo de los hechos de violencia, disminuyeron las tivos y de habla interactúen con sus compañeros en
inasistencias y el abandono, hay mayor entusiasmo las aulas regulares, quienes también son parte del
e interés en el estudio, mejoró la relación docente- proyecto, ya que están aprendiendo a comunicarse
alumno, algunos se fueron sumando; otros, recelo- usando el lenguaje a señas. Todos comparten los
sos de su espacio, muestran todavía resistencias. mismos espacios, realizan tareas grupales, partici-
pan en actos culturales y sociales, tienen los mismos
“Educación Inclusiva, Lecto-escritura en el derechos y obligaciones.
lenguaje a señas en aulas regulares”. Guatemala
Por su parte, los padres de familia están aprendiendo
Luis Adolfo García Cordova a comunicarse con sus hijos haciendo uso de códi-
gos definidos en sus conversaciones. El proceso de
La escuela oficial rural y mixta de la Aldea Las Tunas, alfabetización que han recibido varios de ellos ha
municipio de Jutiapa, departamento de Jutiapa, Re- facilitado también que se puedan comunicar por es-
pública de Guatemala, en su jornada matutina, inició crito y de esta forma tener una mejor relación con su
un proyecto de educación inclusiva con el propósito familia y la comunidad.
de responder ante la necesidad de incorporar a la
educación del nivel primario a niñas y niños con ca- El presente proyecto ha permitido que los niños con
pacidades diferentes. alguna discapacidad auditiva asistan a la escuela,
aprendan a leer y a escribir, viajen solos dentro y fue-
Los objetivos generales del proyecto son: Contribuir ra de su comunidad y se comuniquen más fácilmente
al desarrollo de una educación inclusiva; Promover con sus padres.
una atención educativa para todos y todas y Promo-
ver la equidad y la justicia.

Todo inicia en el año 2003, cuando un padre de fa-


milia llega a la escuela a inscribir a su hija con dis-
capacidad auditiva, manifestando que ella quería ir
a la escuela al igual que las niñas de la vecindad.
La directora la inscribe y designa al profesor de pri-
mer grado. Éste, al notar el deseo por aprender de
la niña, inicia la búsqueda de herramientas que le
permitieran trabajar en su aula regular. Al ver que la
niña mostraba avances, se incorporan al mismo sa-
lón tres niños más de la escuela que presentan la
misma discapacidad. El hecho se difunde en la zona
Las Tunas, Juitapa, Guatemala

15
Escuelas Concertadas Solaris de Alto Trujillo, lograr la mejora de la calidad educativa de nuestras
Calacota y Balsabe. Perú comunidades. La primera ECS se implementó en el
Se parte de la creencia que la escuela es una ins-
Responsable: Angela María Reymer Morales tancia de integración cultural y social así como del
reconocimiento y aceptación de las diferencias y se
Las Escuelas Concertadas Solaris (ECS) son institu- parte de la premisa de que la vida democrática se
ciones estatales, a cargo de la ONG Solaris Perú. Se construye en el día a día, en el estilo de relaciones
encuentran ubicadas en el distrito de Ilave, provincia que se establecen entre todos los miembros de la
de El Collao, Departamento de Puno, Perú. Atienden comunidad educativa. Los principios metodológicos
a niños y niñas de Educación Básica en los niveles que regulan los procesos pedagógicos y el estilo de
de inicial y primaria. relación de las ECS para alcanzar el perfil deseado,
son: Contextualización y Significatividad, Aprender a
La Provincia de El Collao es una zona donde se vive Aprender, Educar en el afecto y la Convivencia Soli-
fuertemente el espíritu de la Nación Aymara, por daria y Democrática.
considerarse la capital de esta nación. Es un espa-
cio donde se revaloran e impulsan costumbres en Entre los resultados más sobresalientes se encuen-
favor del bien común. Se evidencian problemas de tran que en las escuelas se respira un ambiente
violencia familiar, consumo de alcohol por parte de democrático y se solucionan los problemas con el
los padres, despreocupación por los niños y su edu- diálogo y respeto. Además los niños se muestran
cación; machismo. En el contexto rural la migración sociables, afectivos y confían en los adultos que los
de los adultos a la costa es frecuente e implica que rodean.
los padres dejen a los hijos al cuidado de familiares
por periodos largos. Los reportes completos de estas experiencias pue-
den consultarse en la página de la Red latinoamerica-
Los objetivos de las Escuelas Concertadas Solaris na de Convivencia Escolar: www.convivenciaescolar.
son: 1. Establecer Centros Educativos Públicos de net. Cada una de ellas es testimonio de la forma en
gestión privada, laicos, dinámicos y acogedores que que la escuela pública latinoamericana puede contri-
atiendan a niños y jóvenes de escasos recursos eco- buir a crear condiciones de aprendizaje y convivencia
nómicos, les brinden una formación integral basada que consideren la diversidad como una riqueza.
en valores como la justicia, la solidaridad, la demo-
cracia, el respeto a la diversidad cultural y la conser-
vación del medio ambiente, orientada al desarrollo
de competencias y habilidades intelectuales, perso-
nales y para el trabajo, que les permitan mejorar su
calidad de vida y la de su comunidad. 2. Formar un
equipo dinámico de profesionales de la educación
con vocación de servicio, que aprenda de manera
permanente, reflexione sobre su práctica, produzca
y valide propuestas pedagógicas innovadoras, efec-
tivas, replicables para contribuir al mejoramiento de
la calidad educativa de las Instituciones Educativas
Públicas. 3. Impulsar una comunidad educativa de
docentes, alumnos(as), padres, madres de familia y
autoridades locales, que trabaje en equipo para
Trujillo, la Libertad, Perú

16
Método Langford: una propuesta para mejorar la
convivencia escolar1
Sylvia Langford e Ismael Bermúdez

Actualmente vivimos en una sociedad que se queja La base del síntoma era mayoritariamente un proble-
continuamente de una serie de situaciones que se ma de voluntad y no de dificultad. Con esto nos refe-
repiten sin que encontremos soluciones que nos sa- rimos a que el 98,9% de los niños o jóvenes tratados
tisfagan. Si nos ceñimos al ámbito educativo, última- no padecía fisiológicamente ninguna dificultad que le
mente hemos asistido a un recrudecimiento de situa- impidiera mantenerse sentado en una silla, atendien-
ciones que afectan directamente al clima escolar, el do instrucciones y controlando su impulsividad.
aprendizaje y la convivencia, como son el bullying y
el Trastorno de Déficit Atencional. Este hecho nos llevó a concluir que se puede plan-
tear un trabajo de prevención si reflexionamos entre-
¿Qué está pasando? ¿En qué estamos entrampa- gamos herramientas concretas para trabajar tanto al
dos? Múltiples pueden ser las causas que expliquen interior de las familias como en las aulas.
los problemas que se viven dentro del aula. Y sin
duda, todos estamos de acuerdo en que el buen cli-
ma de convivencia en el aula es fundamental para el
buen desarrollo del aprendizaje.

En la mayoría de las situaciones cuando un estu-


diante presenta o provoca un problema que altera el
desarrollo de su aprendizaje y/o el clima escolar, es
deriva por la escuela a un especialista que trata los
síntomas. Sin embargo creemos que hay otra ma-
nera de abordarlos sin nos preguntamos cuál es la
causa que genera los síntomas, ¿es un problema de
dificultad o de voluntad?
El desarrollo del Método Langford
Durante un año estudiamos los casos de 103 niños y
jóvenes atendidos en consulta y diagnosticados con Un trabajo de veinte años de estudio y de prueba de
Trastorno de Déficit Atencional. El trabajo específi- diversos materiales con niños y jóvenes con necesi-
co consistió en fortalecer la autoridad de los padres dades educativas especiales y con niños y jóvenes
(o adultos responsables), colocar límites y entrenar diagnosticados con Trastorno de Déficit Atencional
la voluntad de los niños. Con un promedio de tres ha dado lugar a esta propuesta. Una vez que se logró
sesiones se entregaban las herramientas necesarias despejar la incidencia de la dificultad fisiológica en un
para que las familias ordenen su estructura y los ni- porcentaje mayoritario de los niños con los que traba-
ños trabajen su voluntad, desapareciendo los sínto- jamos, nos percatamos de que realizando un trabajo
mas que generaron el trastorno. de entrenamiento específico mediante repeticiones,
podíamos obtener importantes avances en el desa-
rrollo cognitivo y emocional, y ayudar a fortalecer la
voluntad y la actitud de hacer.

1
Más información en http://www.redinnovemos.org/content/view/1344/42/lang,sp

17
Mediante la repetición de ejercicios relacionados con sus propias conclusiones, necesarias para abordar
la lectoescritura, el cálculo mental, la adquisición de los cambios que sean precisos en su proyecto de
vocabulario en inglés, la memoria y la dirección de familia. Además se les entregan consejos prácticos
trazo, la música, el canto y la expresión corporal los referentes al manejo de los niños y las situaciones en
niños alcanzan un estado para el aprendizaje. Se las que ponen a prueba la autoridad de los padres.
tranquilizan, se concentran, son capaces de seguir
instrucciones, desarrollan la autonomía, se sienten Por último, se lleva a cabo un seguimiento en el co-
preparados para enfrentar los retos del colegio y el legio, una vez iniciado el proceso de implementación
aprendizaje y se equilibran las diferencias de las que del método, para resolver cualquier tipo de duda o
surgen los principales conflictos que afectan el buen problema que pueda surgir.
clima escolar. Por ello decimos que el Método Lan-
gford es un entrenamiento de habilidades cognitivas Los profesores y educadoras de párvulos observan
y emocionales. cambios en la actitud de los niños frente al aprendi-
zaje, logrando el objetivo de generar armonía en la
sala de clases, aumentando la cantidad y calidad del
trabajo de todos los estudiantes. Se logra disminuir
en los niños las dificultades para seguir instruccio-
nes, la baja tolerancia a la frustración y los problemas
de concentración y aprendizaje, desarrollando su vo-
luntad de hacer y repetir. Lo que en conjunto contri-
buye a mejorar el clima escolar y la convivencia.

El método se compone de 6 manuales, 12 DVDs y


111 tarjetas diseñados para ser aplicados en la sala
de clases desde la educación inicial hasta el cuarto
año de la enseñanza primaria. Se aplica todos los
días por un período de tiempo que oscila entre los
cincuenta y los cien días., dependiendo del nivel, en
sesiones de diez a veinte minutos al inicio de la jor-
nada escolar.

Su implementación se acompaña de un proceso de


capacitación a los docentes y otros agentes educa-
tivos, con el fin de que se empoderen del método y
conozcan las distintas variables que trabaja; y a las
familias, para que se involucren en este proceso. Con
las familias se lleva a cabo un proceso de reflexión,
de manera que sean ellos mismos quienes obtengan

18
La experiencia desarrollada en Colegio Padre Relacionado con lo anterior, pude llevar a cabo un
José Kentenich, Santiago, Chile . Testimonio de proyecto grupal, con todo lo que aquello implica:
Maryorie Quiroz Espinoza Educadora de Párvulos escoger el tema, preparar materiales, optar por la me-
jor finalización, en este caso, elaborar una maqueta
Mi nombre es Maryorie Quiroz Espinoza, soy Edu- de una autopista para lo cual hicimos una lluvia de
cadora de Párvulos y estoy a cargo del Pre-kinder ideas, escogimos los materiales más adecuados, vo-
A del Colegio Padre José Kentenich, donde trabajo tamos por aquello que queríamos diseñar. Es más,
con grupo de párvulos compuesto por 12 niñas y 14 al final no fue sólo una autopista, se transformó en la
niños. maqueta de una ciudad, con parque, colegio, super-
mercado.
Cuando comenzó el año, tuve que derivar a nueve
estudiantes a la psicopedagoga y psicóloga del cole- También en matemáticas, desarrollamos un trabajo
gio para que los diagnosticaran porque presentaban interesante en el tema de patrones a través de la cla-
muchas dificultades en su proceso de aprendizaje. sificación de botones de diversos colores y formas.
El grupo en general tenía dificultades, la mayoría de Le entregué un puñado a cada uno de ellos con la
ellos no modelaba, no recortaba, no pintaba respe- sola instrucción que los exploraran, lo que bastó para
tando márgenes, por nombrar sólo algunas de las que observaran, manipularan, compararan, agrupa-
habilidades que a los cuatro años ya deberían estar ran, primero individualmente y luego con el resto de
internalizadas. los compañeros y compañeras de cada mesa. No
conforme con ello, y al observar lo que estaba su-
Es dentro de este contexto en el que comencé a tra- cediendo en el salón, comencé a motivarles para di-
bajar con el material preparado por Silvia Langford y señaran patrones a partir de alguna idea entregada:
su equipo. Comencé con muchas dudas al respecto, aquellos con el mismo color, los que tienen el mismo
incredulidad, diría yo, y decidida a comprobar si esta número de orificios, al ser de igual tamaño, incluso
“locura” iba a funcionar o no. combinando más de una variable. Grande fue mi sor-
presa cuando observé que todo el curso siguió al pie
Aproximadamente a las tres semanas de haber co- de la letra dicha instrucción.
menzado el trabajo, comencé a observar cambios
diversos en el grupo, cambios que, para mí, fueron Soy testigo del cambio que han tenido mis niñas y
bastante evidentes y, algunos de ellos, muy radica- niños, no sólo en cuanto a lo motriz o a las normas
les. Era cada vez más fácil comenzar la primera ac- establecidas que se refuerzan en lo cotidiano, sino
tividad del día, planificada justo después del primer que, especialmente, en el modo de enfrentarse a las
momento del trabajo de la voluntad, ya que se que- actividades, en la actitud frente al trabajo y la dispo-
daban sentados en el círculo en silencio, participa- sición a llevarlo a cabo, superando las frustraciones.
ban más, captaban más rápido las instrucciones y se
demoraban menos en terminar su trabajo. Luego de este trabajo, he podido ajustar mi mira-
da y me doy cuenta que de los nueve párvulos que
El trabajo individual fue cada vez más activo y con en un comienzo, a mi juicio, necesitaban apoyo
menos interrupciones, lo que enriqueció el trabajo en de otro profesional en realidad es sólo uno el que
equipo, ya que muy pocos discutían o no compartían tiene problemas reales y al resto, le faltaba edu-
los materiales. car, con apoyo de la familia y de la escuela, su vo-
luntad. A mi modo de ver: este trabajo funciona.

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