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FRANCISCO MORA

NEUROEDUCACIÓN
Solo se puede aprender
aquello que se ama

Tercera edición

ALIANZA EDITORIAL
Primera edición: 2013
Tercera edición: 2021

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© Francisco Mora Teruel, 2013, 2021


© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2013, 2021
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ÍNDICE

PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN ............................................... 13

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN ............................................ 17

PRÓLOGO ................................................................................. 21

INTRODUCCIÓN ........................................................................ 25

1. ¿QUÉ ES NEUROEDUCACIÓN? ............................................ 33

2. ALGUNOS PILARES CEREBRALES BÁSICOS .............................. 41

3. APRENDIENDO TEMPRANO .................................................. 51

4. ... Y TAMBIÉN INTERVINIENDO TEMPRANO ........................... 61

5. DEL COLOR DE LAS MARIPOSAS AL PENSAMIENTO ABSTRAC-


TO..................................................................................... 67

6. PROGRAMANDO ALEGRÍA: EMOCIÓN.................................. 73

7. UNA JIRAFA EN EL AULA: CURIOSIDAD ................................... 81

8. LA VENTANA DEL CONOCIMIENTO: ATENCIÓN .................... 89

9. DISTINGUIENDO Y CLASIFICANDO: APRENDER ...................... 99

10. GUARDANDO LO APRENDIDO: MEMORIA ............................. 107

11. INDIVIDUALIDAD Y FUNCIONES SOCIALES COMPLEJAS ........... 117


8 NEUROEDUCACIÓN

12. EDUCANDO EN VALORES .................................................... 127

13. REPITIENDO Y EQUIVOCÁNDOSE O CÓMO ENSEÑAR Y


APRENDER MEJOR ............................................................... 139

14. ALONDRAS Y LECHUZAS: OPTIMIZANDO LAS ACTIVIDADES


EDUCATIVAS ....................................................................... 145

15. NEUROMITOS: CONOCEMOS DESTRUYENDO LO FALSO ....... 151

16. APRENDIENDO CON MUCHA LUZ ........................................ 161

17. ¿QUÉ ES RENDIMIENTO MENTAL? ........................................ 167

18. DESPERTANDO A LO NUEVO: INTERNET ................................ 173

19. EVALUANDO A QUIENES TIENEN DIFICULTADES: DE LA ANSIE-


DAD, DISLEXIA Y ACALCULIA AL AUTISMO Y LAS LESIONES CE-
REBRALES SUTILES ................................................................ 181

20. ENSEÑANDO EN LA UNIVERSIDAD O CÓMO CONVERTIR


ALGO SOSO EN ALGO INTERESANTE ................................... 195

21. CIENCIAS Y HUMANIDADES: FORMANDO EL PENSAMIENTO


CRÍTICO Y CREATIVO ........................................................... 203

22. NEUROEDUCADORES: FORMANDO NUEVOS PROFESIONALES .. 209

ALCANZANDO ALGUNA CONCLUSIÓN ....................................... 217

GLOSARIO ................................................................................. 219

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................. 231

ÍNDICE ANALÍTICO ..................................................................... 247


A los maestros,
cuya labor tanto admiro.
Hay un abismo entre la ciencia actual y su aplicación directa
en el aula. La mayoría de los científicos sostienen que relle-
nar ese abismo es prematuro. Sin embargo, en la actualidad,
los maestros son receptores de programas de información
sobre cómo enseñar basados en los conocimientos que se tie-
nen del cerebro. Algunos de estos programas contienen can-
tidades alarmantes de información errónea y a pesar de ello
son utilizados en muchas escuelas.
Usha Goswami

Los científicos a veces argumentan que hablar sobre la bio-


logía de la educación es algo prematuro. Dicen que la cien-
cia tiene antes que responder a las preguntas profundas acerca
de cómo funciona la relación cerebro-mente. Por el contra-
rio, nosotros afirmamos que es de la investigación científica
(ahora) de donde vendrán los grandes descubrimientos por
venir en el campo del aprendizaje y el desarrollo.
Fischer, Daniel, Immordino-Yang, Stern,
B
Battro, Kolzumi, editores de la revista
Mind, Brain and Education
PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN

Cuando nos vamos acercando a los diez años de la primera edi-


ción de Neuroeducación: Solo se puede aprender aquello que se
ama, presentamos, tras muchas reimpresiones y dos ediciones,
esta tercera edición. En el nuevo prólogo de esta nueva edición,
que ahora mismo estás leyendo, querido lector, lo que más me
gustaría resaltar se puede expresar en dos palabras que tienen
para mí un alto significado emocional: me refiero a la alegría y
al agradecimiento. La primera, la alegría (tan escasa en un mun-
do cultural de tanto ajetreo y velocidad, tan convulso a veces),
es lo que me produce ver el interés y los comentarios, muchos
de ellos tan positivos, que, en diversos foros, ha venido susci-
tando el libro a lo largo de los años. Comentarios que, me cons-
ta, vienen de un amplio espectro de lectores, pero principal-
mente de los maestros, por cuyo trabajo, muchos de ellos lo
saben, siento tanta admiración. Maestros que han encontrado
en este libro no solo una nueva visión conceptual de la educa-
ción, sino también la posibilidad de aplicar algunos de sus ele-
mentos e ideas en el aula. La segunda es clara consecuencia de
la primera. Me refiero al agradecimiento sincero que experi-
mento. Francamente, me siento muy agradecido a todos mis
lectores, no solo por la impronta de valor que le han dado al
libro mismo, sino por el añadido de lo que significa como sen-
timiento más personal, y que es el haber recibido una profunda
recompensa al trabajo realizado.
14 NEUROEDUCACIÓN

Lo cierto es que, en todo este tiempo, «neuroeducación» ha


sido un término y un concepto que ha venido creciendo, casi de
modo exponencial, en el mundo educativo. Es verdad que el
prefijo «neuro» ha sido también de algún modo devaluado, al ser
incluido como comienzo de tantos y tan variados títulos en li-
bros de temas diversos (neuroutopías, neuroarmas, neurolide-
razgo, etc.). Pero también, quiero creer, que todo ello «sedimen-
tará» en los tiempos que tenemos por delante. Me refiero a que
habrá un arelar de terminologías y que el prefijo «neuro», en el
marco de lo que viene conociéndose como «Tercera cultura»
(convergencia de humanidades y ciencia), retomará el verdade-
ro valor conceptual que acompañó en su origen, y acompaña en
la  actualidad, a la terminología médica. Pienso que nadie du-
daría hoy del valor semántico de términos como neurocirugía,
neurología, neuroquímica, neurofisiología. Lo mismo ocurrirá
con neuroeducación en este mundo y cultura nuevos en los que
estamos entrando. Visos de ello podría ser el que Neuroeduca-
ción: Solo se puede aprender aquello que se ama esté experimen-
tado una expansión a otras lenguas con la traducción, en estos
momentos, al griego, el italiano y el inglés.
La neuroeducación es para mí como un ser vivo que se desa-
rrolla y evoluciona en paralelo al devenir de nuestros conocimien-
tos acerca de cómo funciona el cerebro. Y es que la neurociencia
se expande y progresa de un modo acelerado, convergiendo en
ella conocimientos de otras disciplinas, como la psicología, la so-
ciología o la filosofía, pero también la genética y, desde luego, y de
forma impactante, la epigenética. Esto significa para la educación
y la instrucción un cambio de paradigma, un cambio en la direc-
ción que, partiendo de las humanidades, se adentra en entender
sus substratos biológicos, cerebrales. No cabe duda de que ello
alumbrará nuevos y fructíferos conocimientos. Y lo mismo ocu-
rrirá en la cultura en general, pues todo esto dará lugar, además, a
PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN 15

un reencuentro de disciplinas nuevas cuyo producto será un ma-


yor y contrastado conocimiento. Yo sigo manteniendo la esperan-
za de que seamos capaces de seguir arando y construyendo nuevos
surcos para que con estas nuevas semillas aflore una nueva dimen-
sión de la educación. Una nueva luz que nos debería permitir
iluminar las sombras que hasta ahora hemos tenido en la educa-
ción. Parte de todo esto, me gustaría creer, es, como modesta ex-
presión, mi reciente libro Neuroeducación y lectura: De la emoción
a la comprensión de las palabras.
En cualquier caso, quiero terminar reiterando mi agradeci-
miento a todos mis lectores. Y también a mis editores, Valeria
Ciompi y Jaime Rodríguez Uriarte. A la primera, por su visión,
siempre despierta, hacia todo devenir editorial. A ambos, por su
trato siempre distinguido y atento. Y, finalmente, mi agradeci-
miento «anónimo» a tantos compañeros de la UCM y también
a tantos colegas de tantas otras profesiones por las conversacio-
nes distendidas e informales que he mantenido con ellos y que
me han permitido pasar por el cedazo de sus críticas algunas de
mis ideas.
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN

Son ya cuatro años los que lleva «viviendo» este libro, Neuroedu-
cación, en las manos de muchos maestros, profesores de ense-
ñanza media, profesores universitarios y también de lectores de
diferentes ámbitos intelectuales. Y si algo ha ocurrido en este
tiempo es un aumento, en todos ellos, de su interés por una
nueva enseñanza y educación basada en cómo funciona el cere-
bro. Es cierto que muchos de estos profesores, en especial los
maestros, preguntan ¿pero cuándo saldrá un libro que nos deta-
lle cómo aplicar, en la práctica del día a día, estos nuevos cono-
cimientos sobre el cerebro, en los colegios, en las aulas? Por desgra-
cia hay que contestar que esto todavía no es posible hacerlo de
una manera reglada más allá de las pinceladas que poco a poco
permiten los avances de la neurociencia por un lado, y por otro
la de encontrar la vía por la que estos conocimientos permitan
superar las dificultades técnicas y de lenguaje por la que poder
transmitirlos con fidelidad y sin errores a esos mismos maestros.
Lo cierto es que ya ha calado y aplicado en la práctica el
fundamento emocional de toda enseñanza y la importancia so-
bresaliente de provocar ese chispazo, en cada clase, que es la
curiosidad, es decir, haciendo curioso lo que se enseña. La curio-
sidad es la llave que abre las ventanas de la atención, y con ella el
aprendizaje y la memoria, y con lo aprendido y su clasificación,
la adquisición de nuevos conocimientos. De esto, con ejemplos
aplicables, y de otros tantos aspectos importantes para la en-
18 NEUROEDUCACIÓN

señanza y la educación basadas en el funcionamiento del cerebro,


se da cuenta en los 22 capítulos que constituyen este libro que
ahora presentamos en su segunda edición revisada.
De lo que no cabe la menor duda, expresado —repito— en
este libro, es de que ya sabemos suficiente para asegurar que se
avecina un cambio importante en la educación y la enseñanza,
esta vez sólidamente basada en los datos obtenidos por la neuro-
ciencia. Y es que es un hecho incontrovertible, ya poca gente lo
discutiría desde una perspectiva científica, que lo que somos,
pensamos, sentimos, aprendemos, memorizamos y expresamos
en nuestra conducta y lenguaje es expresión del funcionamiento
de nuestro cerebro en interacción constante con el resto de los
órganos del cuerpo, y de este con todo lo que le rodea, desde lo
físico y lo químico, a lo familiar, lo social y la cultura en que se
vive.
Y es esto lo que nos empuja a continuar esta andadura «neu-
roeducativa». Andadura que ha de realizarse con pasos lentos y
seguros y de modo paciente y reflexivo. Y es que el traspaso segu-
ro, de conocimiento de la neurociencia al aula (permítanme repe-
tir lo dicho un poco más arriba) presenta muchos problemas, en-
tre ellos, por un lado, un largo camino todavía por recorrer de la
propia neurociencia y, por otro, la enorme dificultad de llevar lo
que conocemos en ella al maestro y el aula. Pero ahí andamos.
Con todo, está claro que la pequeña andadura ya iniciada
por la neuroeducación ha seguido aumentando esa «hambre» por
conseguir nuevos conocimientos que nos lleven a enseñar y edu-
car mejor y a ir desbrozando el camino de mitos (neuromitos) y
falsas verdades sobre la enseñanza. Y aunque es cierto que la
educación, mucha parte de ella, se sustenta en sistemas basados
en una sólida observación y sobre la que se construyen sólidos
pilares docentes, esto no es suficiente. Ahora, con el constante
aumento de los conocimientos científicos, se abre una nueva vi-
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN 19

sión, esta vez basada en los tres pilares sólidos del método cien-
tífico (observación, experimentación e hipótesis) y, por supuesto,
en abrazo con la psicología y las humanidades. Y también en
levantar la mirada y detectar los problemas con los que se en-
frenta la educación en estos tiempos de profundo cambio social,
como bien pudiera ser, entre otros, la influencia de internet y las
redes sociales sobre el aprendizaje y la educación. En cualquier
caso, nunca me cansaré de repetirlo, este libro y su excelente
acogida por maestros, profesores y lectores de varia condición
académica o social, es clara expresión de ese cambio en los pro-
fesionales de la educación que se expresa en su interés por la
neuroeducación.
Y todo esto nos lleva a albergar con ilusión la esperanza de
que ocurran cambios importantes en nuestras sociedades occi-
dentales, en donde, por fin, se comience a reconocer y aceptar
«con calado» que el ser humano es lo que la educación hace de
él. Un cambio, por ejemplo, al darnos cuenta de que una ense-
ñanza en valores instrumentados en las normas que hay que res-
petar, no se puede iniciar en la pubertad, la adolescencia o la
juventud. Esas son ya edades tardías (en función de lo que sabe-
mos del desarrollo del cerebro y su organización sináptica y mie-
linización de sus vías de conexión). Las trazas elementales, las
ideas básicas de esos valores (puntualidad, respeto de compro-
misos, respeto al otro, responsabilidad, autosuficiencia, indivi-
dualidad, autocontrol, impulsividad, dominio emocional en la
conducta y el lenguaje, etc.) hay que comenzar a enseñarlas a
edades mucho más tempranas, ya desde los tres años. Y desde
luego también en edades tempranas, hacia los seis años, es posi-
ble comenzar a entronizar los fundamentos básicos de valores
como la libertad, la dignidad, la igualdad, la nobleza, la justicia, la
verdad, la belleza o la felicidad. Y continuar esas enseñanzas a lo
largo del arco vital del niño hasta alcanzar las enseñanzas medias.
20 NEUROEDUCACIÓN

Y ese magisterio, valga hacer aquí el apunte, lo tienen que im-


partir maestros y profesores «maduros», maestros y profesores
con edades en las que los circuitos y redes neuronales de su pro-
pio cerebro para los valores éticos (corteza prefrontal y resto de
las áreas de asociación de la corteza cerebral) hayan alcanzado su
completo desarrollo, que no es antes de los 27 años. Grandes
cambios se avecinan que, en lo que atañe a este país nuestro,
ojalá se logren cimentar en un auténtico y «cerebrudo» pacto de
Estado para la educación.
En esta nueva edición de Neuroeducación se ha incorporado
un capítulo sobre valores (capítulo 12: «Educando en valores»); se
ha introducido cada capítulo con una reflexión-resumen de su
contenido y se han añadido algunos cambios y extendido breve-
mente algunas ideas en otros capítulos (el 8, el18 y el 19 de esta
edición). También se han añadido referencias bibliográficas actua-
lizadas relevantes que pueden ayudar al lector a bucear por sí mis-
mo en las fuentes que han dado base a las reflexiones vertidas en
el libro. Mi esperanza es que este «sueño» de una nueva educación
basada en la evidencia sea la fuente que permita iluminar sólida-
mente el futuro.
Quiero expresar mi agradecimiento de modo muy sincero, y
una vez más, a todos mis lectores. Y también a todos aquellos,
muchos anónimos, otros no tanto, que han acogido con interés
mis charlas y conferencias públicas sobre estos temas. Hago ex-
tensivo este agradecimiento a todos los lectores con los que con-
tacto por los medios o en las redes sociales.
Y finalmente quiero expresar aquí mi profundo agradeci-
miento y cariño a Cristina Castrillo, mi editora en Alianza Edi-
torial, que durante años ha trabajado con tanto cuidado la edi-
ción de mis libros.

Madrid, marzo 2017


PRÓLOGO

Hace ahora unos cuatro años, a principios del año 2009, la Fun-
dación Nuevas Claves Educativas me invitó a dar una conferen-
cia en Bilbao con el título «Conocer el cerebro para enseñar me-
jor». Fue entonces cuando por primera vez puse juntas las notas
que había venido escribiendo sobre este tema. Y fue también, a
partir de ese momento, cuando la idea de convertir aquellas no-
tas en un libro comenzó a tomar forma. Forma que yo diría fue
definitiva a raíz de la conferencia que impartí en el I Congreso
Mundial de Neuroeducación que tuvo lugar en Lima en el vera-
no de 2010.
El interés por conocer y crear puentes de entendimiento en-
tre la neurociencia y la educación ha ido aumentando de forma
acelerada en los últimos años. Reflejo de esto último ha sido el
creciente número de publicaciones y editoriales en las más pres-
tigiosas revistas científicas del mundo (una expresión de ello se
puede ver en la bibliografía que acompaña este libro). Tanto y
tan acelerado ha sido el interés social y de tantos profesionales
por esta relación cerebro-enseñanza, que hoy se habla de una
verdadera «hambre», en especial por parte de los maestros, de
conocer todo aquello que sea nuevo en este campo. Los maestros
en particular parecen sentir esa necesidad de llevar estos nuevos
conocimientos a la enseñanza en las escuelas de primaria y se-
cundaria. Algo parecido está ocurriendo también entre los pro-
fesores universitarios. Decía una editorial reciente publicada en
22 NEUROEDUCACIÓN

la revista Science y que lleva por título «La pedagogía se reúne


con la neurociencia»:

El deseo evidente y en aumento por una educación «basada en la


evidencia» ha coincidido con un período de progreso tremendo
en el campo de la neurociencia que ha captado un enorme interés
público general con sus logros, y ello ha llevado a un debate, ya
en marcha, acerca de la potencialidad de la neurociencia para
propiciar una reforma de la educación.

Y es verdad. Como acabo de señalar, hoy se ha levantado un


interés, sin apenas precedentes, por cambiar, innovar y mejorar
la educación y la enseñanza teniendo como base los conocimien-
tos sobre el cerebro. Interés manifestado de modo explícito por
las más destacadas instituciones docentes del mundo y por algu-
nos gobiernos, como es el caso de Estados Unidos en particular.
Hoy cabe ya poca duda de que aprender, memorizar, enseñar,
educar y adquirir todo el amplio arco del conocimiento lo ela-
boran las personas con sus cerebros. Esto justifica, claramente,
cuanto he dicho en los parágrafos precedentes.
Este es un libro escrito con la pretensión de resaltar y poner
en perspectiva crítica y concisa, y con un lenguaje asequible y
directo, algunas ideas sobre lo que ha venido en llamarse neu-
roeducación y lo que esta implica. Es, por tanto, un cuadro no
figurativo, un marco cuya tela contiene solo pinceladas que aler-
ten sobre lo que en educación asoma en lontananza. Es un libro
que intenta destacar el momento actual de la relación cere-
bro-educación, no pensando en su inmediata aplicación en los
centros de enseñanza, sino en conocer cómo se está trenzando
ese enlace que, por otra parte, se avizora fructífero. En realidad
estas páginas son una reflexión sobre nuevos acontecimientos
que miran positivamente hacia un futuro que nos habla de un
PRÓLOGO 23

cambio, que de hecho ya se ha puesto en marcha, sobre cómo


poder enseñar y aprender mejor, y desde luego educar mejor. Es
un libro, pues, escrito con la esperanza de acercar estas ideas
nuevas a un amplio espectro de lectores, no solo profesionales de
la enseñanza o científicos del cerebro, sino también a padres,
familiares y amigos, porque es cierto que de todos depende una
mayor y mejor educación de todo el mundo, y por tanto todos
debemos conocer también en qué se basan estos cambios (cere-
bro). Espero que la lista de referencias y publicaciones científicas
que se incluyen al final del libro ayude, a quienes estén más in-
teresados, a expandir por ellos mismos el conocimiento sobre
este tema.
A la escritura del libro ha ayudado en gran medida mi estan-
cia en el departamento de Fisiología Molecular y Biofísica del
Carver College of Medicine de la Universidad de Iowa, en Esta-
dos Unidos, donde fui nombrado Helen C. Levitt Visiting Pro-
fessor para el curso académico 2011-2012 (agradezco sincera-
mente al profesor Kevin C. Campbell su propuesta y esfuerzo
que permitió finalmente la obtención de este nombramiento).
Ha sido un año de muchos aprendizajes. Año de reflexión, de
lectura y escritura intensa en muchas y variadas materias, y tam-
bién de viajes enriquecedores. Y de diálogos, muchos y frecuen-
tes, con varios colegas sobre gran variedad de temas, entre ellos
y de modo sobresaliente, aquellos sobre la enseñanza en general y
de la universitaria en particular. Es por ello que quiero expresar
aquí mi agradecimiento a Thomas Schmidt, Erwin Shibata, Ra-
fael Cabeza, Edgar Folk, Andrew Russo, Deborah Sigaloff, Mi-
chael Anderson y Mark Stamnes. Y también, por supuesto, a
quienes a lo largo de los años y de una manera más cercana han
compartido de forma cotidiana la docencia de Fisiología Huma-
na en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
de Madrid, en particular a Alberto del Arco, Jorge García Seoa-
24 NEUROEDUCACIÓN

ne, Jesús Tresguerres, Vicente Lahera, María Ángeles Villanua y


en especial a Gregorio Segovia, por su ayuda al proveerme con
abundante bibliografía sobre esta temática. Y también a Concha
Magariño y Ángela Amores, por ayudarme tanto, esta última en
particular, en la búsqueda de bibliografías a veces difíciles. No
menos ni pocos son mis agradecimientos a tantas personas, aquí
sin tiempo ni nombres, que a lo largo de conferencias y colo-
quios me han ayudado con sus ideas y opiniones sobre estos te-
mas. Gracias a todos ellos han seguido en mí vivas la emoción y
la responsabilidad por y con la enseñanza, y con ellas he hecho
el esfuerzo por aprovechar siempre lo mejor del conocimiento
disponible para enseñar mejor. Y para aprender mejor.
INTRODUCCIÓN

Todo conduce a pensar que en las sociedades occidentales, posi-


blemente en función a la globalización y el acelerado encuentro
de culturas, se comienza a considerar más que nunca a la educa-
ción como una de las materias de estudio más importantes, si no
la más importante. No se trata de que la educación, lo que
aprendemos y los conocimientos que adquirimos y cómo los
adquirimos, no haya sido reconocida siempre como materia im-
portante, eso parece evidente. Lo que ocurre es que parece ser
que ahora, con los conocimientos nuevos que aporta la neuro-
ciencia, comenzamos a darnos cuenta de esa importancia. Kant
en su obra Pedagogíaa afirmó que el ser humano es lo que la edu-
cación hace de él. Y tenía sobrada razón. Lo que Kant no sabía
es cómo esa educación opera en el cerebro humano para que esto
sea así. Y eso es lo que están empezando a desbrozar la psicología
y la neurociencia cognitiva actuales.
Pareciera que es ahora, ahora mismo, cuando muchos es-
pecialistas en tantas y tantas disciplinas académicas y profesio-
nales empiezan a tomar conciencia de este nuevo punto de
partida con el que cambiar el rumbo del aprendizaje y la ense-
ñanza en los colegios y las universidades. Hoy sabemos que
una buena educación produce cambios profundos en el cere-
bro que ayudan a mejorar el proceso de aprendizaje posterior y
el propio desarrollo del ser humano. Y el estudio del cerebro
aporta nuevos conocimientos que permiten diseñar nuevas

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