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ESTRUCTURA Y EVOLUCIÓN DE LOS CARGOS FISCALES.

CAJA REAL DE LIMA, SIGLO XVIII

Juvenal Luque Luque


Universidad Nacional Mayor de San Marcos
jluquelu@yahoo.es

CLADHE III 2012 Bariloche, Argentina

INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas el estudio de la fiscalidad colonial ha adquirido una gran importancia gracias,
sobre todo, a la labor de dos historiadores norteamericanos John TePaske y Herbert S. Klein, quienes
han marcado un punto de quiebre en los estudios fiscales al publicar los sumarios de las cartas cuentas
americanas para todo el periodo colonial. Como correlato de este aporte se han hecho estudios sobre el
tema en los países que fueron colonias de España. La fiscalidad puede convertirse en una especie de
barómetro de nuestras economías coloniales y a partir de esta fuente se pueden estudiarse diversos
sectores económicos como la minería, la agricultura, el comercio, presión fiscal y revueltas sociales,
producción sectorial, producción monetaria, gastos fiscales totales y sectoriales, el producto absoluto
total, el producto nominal y real per cápita, participación sectorial en el producto, tasas de crecimiento
de las variables anteriores, cargos y gastos fiscales, impacto de las políticas económicas y fiscales, etc.
Complementado con otras fuentes.

El organismo fiscal elegido es la Caja Real de Lima por varias razones como: fue la caja matriz del
virreinato y principal en el mismo periodo, remisora de los tesoros públicos a la metrópoli, y la
existencia de las fuentes contables casi completas en Lima. De las exploraciones preliminares que se
han realizado sobre los diversos rubros del que se componían los cargos de la Caja de Lima se ha
constatado que los sumarios de los cargos y montos monetarios varían notablemente entre la primera
mitad y segunda del siglo XVIII, siendo una evidencia empírica del impacto, directo o indirecto, de la
política reformista borbónica. Si bien en las cifras publicadas por TePaske y Klein (1982), para el siglo
XVIII, los cargos están expresados en 3 monedas (pesos de 8 reales, ensayados y oro) la primera
representa más del 95% de total de los cargos registrados, por lo que son marginales los montos
aportados por las otras 2 monedas, que figuran en las cuentas fiscales en las dos primeras décadas del
siglo XVIII, por lo que puede afirmarse que el peso de a 8 fue la moneda fiscal por excelencia durante
el siglo XVIII en la Caja Real de Lima.

Estudiar los cargos fiscales de Lima cuantitativamente permitirá descubrir cómo éstos cambian en el
segundo medio siglo respecto del primero como producto del influjo de las reformas borbónicas en
particular y política borbónica en general. Permitirá averiguar cuán importante fue el peso de los
montos aportados al fisco por sectores como la minería, agricultura y el comercio, considerados como
las principales actividades económicas, junto a la de otros sectores, a lo largo de los 3 tiempos: todo el
siglo, primera mitad y la segunda mitad, haciendo posible realizar comparaciones. Estudiando este
rubro fiscal (cargos) se podría averiguar también, fiscalmente hablando, si un sector o varios
desplazaron como los principales contribuyentes siempre comparando con el medio siglo precedente
(1700-1750). También permitiría comprobar que en la segunda mitad del siglo XVIII los cargos
literalmente se triplican respecto del periodo anterior semisecular. Cuantificar y someter a un análisis
cuántico se podría develar los ciclos de los tres sectores elegidos.

Estudiar los sistemas fiscales tampoco es sencillo porque hay diversos territorios para abordarlo:
cuantitativamente, ver sus efectos colaterales o la redistribución de los cargos fiscales, su retorno hacia
la economía y su impacto, los sectores sociales beneficiados. En esta última línea destaca el trabajo de
Alan K. Smith, que ha innovado los estudios en este sentido sosteniendo que en el caso europeo,
respecto del resto del mundo, hubo crecimiento económico durante la época moderna con amplia
distribución de los recursos fiscales sobre diversos sectores de la sociedad (1991).1 Otra arista para
hacer un estudio de la fiscalidad es hacerlo desde el punto de vista institucional o del poder financiero
de la fiscalidad. El primero es dedicarse a ver el entramado de los diversos organismos que comprendía
el sistema (cajas reales, tribunales de cuenta, la Superintendencia de la Real Hacienda, el Consejo de
Hacienda metropolitano) y ver la complejidad de su funcionamiento, los entresijos del funcionamiento
de los entes fiscales, los mecanismos elusionales. Otro arista es ver la evolución de la frondosa
legislación dictada con fines fiscales y la supletoria metropolitana; también puede trabajarse como tema
especializado la terminología hacendística de la época; la corrupción2 y el fraude en el manejo de los
cargos o gastos fiscales; la aritmética fiscal que estuvo detrás de la deducción de los cargos o datas.3
Otra veta a tomarse en cuenta son las prosopografías y/o biografías de los personajes que administraron
la hacienda real en el Perú.4 Los territorios no terminan ahí. La contabilidad es otra veta a explorarse:
ver la lógica del sistema de cargo y data y la frustrada implantación de la partida doble; también es

1
Sobre estudios importantes acerca de la hacienda española de los siglos XVI y XVII pueden consultarse los textos de
Miguel Artola “La hacienda del Antiguo Régimen”. Madrid: Alianza, 1982, y Carmen Sanz Ayán “Los banqueros de
Carlos II”. Valladolid: Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones, 1989,
2
Sobre la corrupción en España pueden verse los siguientes trabajos: J. Fontana «Las reglas y el juego. Algunas reflexiones
históricas sobre la corrupción», en Hacienda Pública Española Nº Extra 1, 1994, pp. 25-29.
B. Yun «Corrupción, fraude, eficacia hacendística y economía en la España del siglo XVII», en Hacienda Pública Española
Nº Extra 1, 1994, pp. 47-60.
B. Cárceles de Gea «Del juez de comisión al comisario real (1632-1643). El fraude fiscal como agente del gobierno
económico», en Studia Histórica XII, 1995, pp. 155-175.
J.A. Sánchez Belén «La represión del fraude fiscal a finales del siglo XVII. La Junta de fraudes, 1682-1687», en Política y
Hacienda, vol. I, pp. 519-534.
H. Pietschman “Corrupción en las Indias españolas. Revisión de un debate en la historiografía sobre Hispanoamérica
colonial” y de F. Comín “Corrupción y fraude fiscal en la España contemporánea”, recogidos en la miscelánea
Instituciones y corrupción en la historia, Valladolid, 1998, pp. 31-110.
Para el Perú pueden verse los trabajos de Alfonso W. Quiroz «Redes de alta corrupción en el Perú: Poder y venalidad desde
el Virrey Amat a Montesinos», en Revista de Indias, 2006, vol. LXVI, núm. 236, pp. 237-248.
Javier Tantaleán Arbulú «La corrupción en la colonia. Pizarro, el primer corrupto de la historia del Perú», en Perspectivas
latinoamericanas, Nº 2, 2005, pp. 132-157.
Héctor Omar Noejovich «El consumo de azogue: ¿indicador de la corrupción del sistema colonial en el virreinato del Perú?
(Siglos XVI-XVII)», en Fronteras de la Historia, anual, año/vol. 7, 2002, Ministerio de Cultura, Bogotá, Colombia, pp.
77-98.
3
Sobre este último punto pueden verse los trabajos de Juvenal Luque Luque L. “La revolución aritmética y las cuentas
fiscales: Perú siglo XVIII”, en Ensayos en Ciencias Sociales 2, Lima, 2007, UNMSM/IIHS, Fondo Editorial de la
Facultad de Ciencias Sociales; “Caja Real de Lima: registro contable del oro fiscal, siglos XVI-XIX”, en Investigaciones
Sociales, Revista del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales (IIHS) de la Facultad de Ciencias de la UNMSM,
Lima, Año XII, N° 21, 2008, pp. 185-202; “Precios fiscales de los quintos del oro Lima, Siglos XVI-XVIII”, en
Investigaciones Sociales, Revista del IIHS de la UNMSM, Lima, 2009, Vol. 13, N° 23, pp. 79-99.
4
Un interesante ejemplo en este sentido es el trabajo de Teodoro Hampe Martínez «Libros profanos y sagrados en la
biblioteca del tesorero Antonio Dávalos (Lima, 1583)», en Fénix, Biblioteca Nacional de Lima, Nº 36-37, pp. 125-145.
Para el caso español pueden verse los trabajos de C. J. de Carlos «Grupos de poder en el consejo de hacienda de Castilla:
1551-1556», en J. Martínez Millán (ed.) Instituciones y elites de poder en la Monarquía hispana durante el siglo XVI.
Madrid, 1992, pp. 107-136. «Ambiciones y comportamiento de los hombres de negocios. El asentista Melchor de
Herrera», en J. Martínez Millán (Dir.) La corte de Felipe I, Madrid, 1995, pp. 379-415; «Finanzas y relaciones
clientelares en la corte de Felipe II: Juan Fernández de Espinosa, banquero y ministro del rey», en P. Fernández
Albaladejo, J. Martínez Millán y V. Pinto Crespo (Coords.) Política, religión e inquisición en la España moderna.
Homenaje a Joaquín Pérez Villanueva, Universidad Autónoma de Madrid, 1996, pp. 221-237.
infaltable un estudio de las monedas y monedas fiscales que para el caso de los siglos XVI y XVII
peruano es un panorama esquizofrénico para uno no especializado.5

ESTRUCTURA DE LOS CARGOS FISCALES6


El total de denominaciones de cargos de la Caja Real de Lima a lo largo del siglo XVIII son 148 que
constan en sus libros de contabilidad entre 1700-1800, estos se pueden agrupar siguiendo varios
criterios como: la cuantía de los montos aportados, por sectores económicos, montos totales, número de
cargos anuales, etc.7 Por la cuantía de los cargos los rubros más importantes comprendieron lo
siguiente:

CUADRO Nº 1
PRINCIPALES CARGOS POR CUANTÍA, CAJA REAL DE LIMA 1700-1800
(En pesos de 8 reales)
Nº CARGOS PROM.8 AÑOS9 PESOS10 % P11 % G12
1 Venido de fuera 411.006 87 35.757.555 15,91 14,98
2 Extraordinario de real hacienda 345.797 87 30.084.365 13,39 12,61
3 Existencia 1.014.693 22 22.323.241 9,93 9,35
4 Otras tesorerías13 1.633.877 13 21.240.400 9,45 8,90
5 Alcabalas reales 235.412 84 19.774.581 8,80 8,29
6 Depósitos14 210.447 87 18.308.912 8,15 7,67
7 Tributos reales de indios 97.787 99 9.680.934 4,31 4,06

5
Sobre este punto puede verse el siguiente texto para el caso español: Juan Hernández Andreu (Coord.) Historia monetaria
y financiera de España. Madrid: Editorial: Síntesis, 1996, para el Perú el del Carlos Lazo García Economía colonial y
régimen monetario: Perú, siglos XVI-XIX, Lima, Banco Central de Reserva del Perú, Fondo Editorial, 1992, 3
Volúmenes.
6
Para evitar confusiones a lo largo del texto se usa el concepto de cargo y no el de ingresos, porque éstos pueden
comprender rubros que no son estrictamente impuestos como: los remitidos de las cajas sufragáneas, montepíos,
existencias o el Extraordinario de Real Hacienda. Sólo cuando el concepto esté claro cargo será sinónimo de ingreso
(por ejemplo los impuestos ligados al comercio o minería son impuestos, ingresos y su vez cargos).
7
Según el destino dado a lo recaudado a fines del siglo XVIII se dividían en: «masa común de la real hacienda» que estaba
compuesto por los ingresos de libre disponibilidad; los «ramos particulares» recursos que si bien pertenecían al gobierno
estaban destinados a un fin específico; y «ramos ajenos» eran fondos recaudados por el Estado en calidad de
fideicomisos, por pertenecer a individuos o corporaciones particulares, véase Ramiro Alberto Flores Guzmán,
“Fiscalidad y gastos de gobierno en el Perú borbónico”, en Compendio de Historia Económica del Perú. Economía del
periodo colonial tardío, Lima, IEP-BCRP, Tomo 3, pp. 305-306.
8
PROM.= promedio anual en pesos de a 8
9
Número de años que figuran como cargos a lo largo de todo el siglo.
10
Algunos cargos figuran en 2 o 3 monedas (pesos de a 8, pesos ensayados y pesos de oro), el peso ensayado se ha
convertido en pesos de a 8 por su valor universal (1 pe = 450 maravedís); en el caso del oro se ha usado el valor de su
coeficiente bimetálico fiscal que de 1700 a 1777 estuvo situado en la Caja Real de Lima en 669 maravedís por cada peso
de oro. Toda la columna está expresada en pesos de a 8 reales.
11
Porcentaje parcial que involucra sólo los cargos seleccionados como los mayores aportantes al cargo fiscal.
12
Porcentaje total respecto de todos los cargos.
13
«correspondía a fondos que llegaban a una caja real determinada proveniente de otra, generalmente una subordinada. En
los centros más grandes esta cuenta también manejaba los fondos provenientes de cuerpos autónomos tales como la casa
de moneda y el Banco de San Carlos, en Potosí» véase Herbert S. Klein, “Las finanzas del virreinato del río de la Plata
en 1790”, en Desarrollo Económico, Revista de Ciencias Sociales, 1973, Nº 50, Vol. 13, publicado por el Instituto de
Desarrollo Económico y Social, Argentina, Buenos Aires, p, 376.
14
Era una cuenta separada «empleada para conservar diversos fondos privados y públicos. Los privados eran principalmente
un respaldo de individuos que tenían algún tipo de deuda con la corona, mientras que las sumas reales eran ya sea de los
dinero adeudado a particulares, a otras tesorerías o que esperaban ser transferidos a otras cuentas» véase Herbert S.
Klein (1973), p. 376. El mismo autor sugiere también que las cajas fuertes fueron usadas por los individuos como bancos
temporales para conservar sus fondos.
8 Almojarifazgos 87.830 83 7.289.891 3,24 3,05
9 Casa de moneda 276.609 19 5.255.565 2,34 2,20
10 Suplemento a la Real Hacienda 1.590.719 3 4.772.158 2,12 2,00
11 Avería 74.433 63 4.689.248 2,09 1,97
12 Azogues del Almadén 212.211 17 3.607.588 1,61 1,51
13 Oficios vendibles y renunciables 29.141 100 2.943.241 1,31 1,23
14 Media anata 37.549 66 2.478.212 1,10 1,04
15 Novenos reales 24.978 98 2.447.849 1,09 1,03
16 1.5% y diezmos de plata 88.630 27 2.393.017 1,06 1,00
17 1.5% y diezmos de plata y oro 76.624 30 2.298.719 1,02 0,96
18 Imposición a censo 335.637 6 2.013.820 0,90 0,84
19 Bulas de santa cruzada 45.274 44 1.992.048 0,89 0,83
20 Empréstitos 88.774 22 1.953.020 0,87 0,82
21 Vacantes menores 36.948 51 1.884.346 0,84 0,79
22 Alcances de cuentas 21.294 88 1.873.842 0,83 0,79
23 Cobrado valores años anteriores 169.821 11 1.868.027 0,83 0,78
24 Comisos 21.394 86 1.839.842 0,82 0,77
25 Ferreterías 52.709 32 1.686.680 0,75 0,71
26 Azogues 57.686 28 1.615.205 0,72 0,68
27 Donativo 20.401 73 1.489.286 0,66 0,62
28 Imposiciones y rendiciones principales 148.674 10 1.486.735 0,66 0,62
29 Créditos pasivos 1.451.046 1 1.451.046 0,65 0,61
30 Tabacos 170.488 8 1.363.906 0,61 0,57
31 Asignaciones y reintegros para España 92.785 14 1.298.991 0,58 0,54
32 Papel sellado 12.962 92 1.192.497 0,53 0,50
33 Tercios de encomiendas 20.168 59 1.189.897 0,53 0,50
34 Vacantes mayores 16.831 66 1.110.873 0,49 0,47
35 Mesadas eclesiásticas 11.433 92 1.051.794 0,47 0,44
36 Alcabalas de efectos de castilla 344.315 3 1.032.945 0,46 0,43
Total parcial 224.740.276 100 94,18
Total otros cargos 13.898.541 5,82
Total general 238.638.817 100
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia.

Del cuadro anterior se desprende que a lo largo del siglo XVIII los principales cargos que destacaron
en cuantía fueron 3: extraordinario de real hacienda, venido de fuera y las alcabalas reales: y estos 3
principales cargos en conjunto a su vez representaron casi un tercio de todo lo recaudado a lo largo del
siglo. ¿Qué significan estas cifras? Que el impuesto que destaca por sobre todos los cargos es la
alcabala, en tanto los dos primeros pueden estar influidos fuertemente también por este impuesto
cuando se remiten los excedentes a Lima, sobre todo en el ramo venido de fuera. Este panorama a favor
de las alcabalas reales se ve más claro cuando se examina los cargos por sectores como el comercial,
agrupando los diversos cargos que lo componían. El Cuadro Nº 2 nos muestra otra información
interesante que se menciona tangencialmente en el Cuadro Nº 1. Es la recurrencia de los cargos que es
interesante destacar. No es lo mismo que un cargo se cobre un lustro que otro que se cobra a lo largo de
todo el siglo.

CUADRO Nº 2
CARGOS MÁS RECURRENTES: LIMA 1700-1800
Nº CARGOS A15 CARGOS A Nº CARGOS A

15
A= cantidad de años en el que estos ramos figuran como cargo fiscal entre 1700-1800.
1 Oficios vendibles y 100 Espolios 46 21 Casa de moneda 19
renunciables
2 Tributos reales de 99 Bulas de santa cruzada 44 22 Azogues del Almadén 17
indios16
3 Novenos reales17 98 Diezmos de plata 35 23 Subsidio eclesiástico 17
labrada
4 Composición de 97 Ferreterías 32 24 Juego de gallos 15
pulperías18
5 Mesadas eclesiásticas 92 1,5% y quintos de 31 25 Aprovechamientos 14
plata y oro
6 Papel sellado 92 1,5% y diezmos de 30 26 Asignaciones y reintegro para 14
plata y oro España
7 Alcances de cuentas 88 Azogues 28 27 Derechos de ensaye y 14
fundición
8 Depósitos 87 1,5% y diezmos de 27 28 Derechos de tomas de razón 14
plata
9 Extraordinario de real 87 Nieve 26 29 Monte pio de ministros 14
hacienda
10 Venido de fuera 87 Sisa 26 30 Real en marco de minería 14
11 Comisos 86 Tomín del hospital 25 31 Comisos del Excmo. Sup. 13
General de Real Hacienda
12 Alcabalas reales 84 3% del oro 23 32 Comisos del Real Consejo de 13
Indias
13 Almojarifazgos 83Empréstitos 22 33 Otras tesorerías 13
14 Donativo 73Existencia 22 34 Real orden de Carlos III 13
15 Lanzas 66Valimientos de 10% 22 35 Azogues de Huancavelica 12
de sueldos
16 Media anata 66 Inválidos 21 36 Fábrica de iglesias 12
17 Vacantes mayores 66 Lanzas de títulos 21 37 Guardia de a pie 12
18 Avería 63 Monte pio militar 21 38 Quintos al veintavo del oro 12
19 Tercios de 59 Composición de 20 39 Residuos 12
encomiendas tierras
20 Vacantes menores 51 Arrendamiento de 19 40 Arrendamiento de suertes 11
cajones fierro viejo
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia.

A lo largo de 100 años son 13 los cargos que más aportaron a las arcas reales,19 por un periodo de más
de 80 años, no necesariamente con montos significativos de pesos.20 Lo que importa es destacar la
permanencia, siendo los principales los siguientes: oficios vendibles y renunciables, tributos reales de
indios, novenos reales, composición de pulperías, mesadas eclesiásticas, papel sellado, alcances de
cuentas, depósitos, extraordinario de real hacienda, venido de fuera, comisos, alcabalas reales y los
almojarifazgos. La permanencia de algunos de ellos es explicable como los tributos reales de indios
como muestra de sumisión del sector social conquistado a la autoridad real, los oficios vendibles
formaron parte de la política de venalización de los cargos, el papel sellado una muestra del monopolio
real o actividad empresarial más; la composición, una muestra más ideada para captar nuevas fuentes
de ingresos, los venidos de fuera eran lo que esperaban los oficiales reales de Lima para remitir mayor
cantidad de pesos posible a la metrópoli como excedente.

CUADRO Nº 3
16
Los tributos reales sólo dejan de cobrarse entre los años 1766 y 1767.
17
No aparecen en las cuentas en los años 1796, 1797 y 1799.
18
Se dejan de cobrar en los años 1726, 1796, 1797 y 1799.
19
No todos son necesariamente impuestos.
20
A lo largo del texto se trata de pesos de 8 reales salvo indicación en contrario.
PRINCIPALES CARGOS POR CUANTÍA, CAJA REAL DE LIMA: 1700-1800
(En pesos de 8)
AÑOS V DE F AÑOS ERH AÑOS EXIST AÑOS OT TES AÑOS ALC R
1706 1.659.703 1707 1.175.098 1769 1.779.606 1787 2.098.635 1776 846.994
1780 1.237.816 1748 1.131.508 1770 1.724.270 1792 1.935.385 1778 677.969
1786 1.085.304 1784 911.569 1771 1.635.641 1791 1.769.270 1786 628.723
1781 1.044.877 1719 828.732 1767 1.572.214 1800 1.739.116 1777 614.072
1785 961.292 1752 755.247 1768 1.520.122 1794 1.678.706 1763 605.515
1701 949.519 1706 754.327 1765 1.451.672 1796 1.675.054 1762 536.080
1779 895.045 1700 716.662 1772 1.418.993 1797 1.671.317 1783 487.648
1772 872.063 1751 707.724 1766 1.380.583 1793 1.595.906 1716 475.422
1782 844.256 1749 683.875 1774 1.203.150 1789 1.551.176 1779 472.905
1765 741.729 1747 676.643 1773 965.930 1795 1.522.950 1784 463.933
1708 737.767 1746 672.256 1778 895.332 1799 1.475.104 1782 434.311
1778 737.688 1703 609.980 1780 847.641 1798 1.440.249 1771 427.023
1727 707.985 1779 588.914 1779 828.176 1790 1.087.532 1705 417.891
1776 705.395 1728 577.128 1782 742.795 1770 411.670
1719 657.445 1745 551.735 1785 699.641 1785 410.731
1784 646.542 1735 524.220 1777 695.727 1781 356.355
1721 637.007 1778 515.196 1775 670.428 1780 355.213
1724 633.140 1701 506.311 1781 642.891 1769 351.912
1774 627.628 1705 493.578 1784 611.760 1729 329.099
1730 617.733 1711 491.209 1776 441.426 1761 317.309
1762 605.165 1733 474.413 1783 393.437 1764 309.693
1729 599.914 1704 461.898 1786 201.806 1753 302.872
1775 598.919 1741 456.125 1711 296.184
1728 592.172 1721 446.824 1765 283.874
1703 588.776 1725 438.699 1728 277.420
1783 584.507 1720 434.158 1760 275.132
1731 544.647 1762 428.777 1735 269.915
1732 519.336 1783 416.352 1701 263.056
1766 517.687 1730 404.661 1756 253.970
1777 502.893 1786 402.728 1737 253.637
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Caja de Lima. Elaboración propia.
V DE F: Venido de fuera, ERH: Extraordinario de Real Hacienda, EXIST: existencia,
OT TES: Otras tesorerías, ALC R: Alcabalas reales

Tomando en cuenta el promedio de los cargos21 entre 1700-1800 en los primeros 70 años el promedio
de los cargos es de 20 a 26, en cambio en los últimos 30 años estos aumentan hasta literalmente
duplicarse en promedio. Esta tendencia puede apreciarse en los cuadros Nº 4 y gráfico Nº 1.

CUADRO Nº 4
PROMEDIO DE CARGOS POR DÉCADAS
Décadas Cargos Índice
1700-09 22 100
21
A fines del siglo XVIII los ramos de hacienda estuvieron divididos en tres grandes categorías no siempre mutuamente
excluyentes en el virreinato del Río de la Plata: «masa común» o «ramos de real hacienda», «ramos particulares» y
«ramos particulares ajenos». El primero incluía los cargos que estaban sujetos su uso a la voluntad de las autoridades
locales; los segundos eran aquellos que expresamente la corona reservaba para su remisión a la corona; el tercero
comprendía las remisiones a España con destino a particulares como las pensiones. Estas divisiones eran
extremadamente flexibles porque muchas veces no se remitía y se prefería gastar en América, sobre todo el de los ramos
particulares (Klein 1973, p. 376). Como se dictó una orden general para las nuevas cuentas para América esta norma
también se debió aplicar en la Caja Real de Lima y sus cuentas se pueden dividir con el mismo criterio (Nuevo método
de cuenta y razón para la Real Hacienda en las Indias, publicado por la corona en 1784).
1710-19 21 97
1720-29 20 90
1730-39 20 90
1740-49 21 96
1750-59 23 106
1760-69 26 116
1770-79 33 151
1780-89 42 192
1790-1800 42 192
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Caja de Lima. Elaboración propia.

GRAFICO Nº 1
NÚMERO DE CARGOS POR AÑO
60

55

50

45

40

35

30

25

20

15

10
1706
1709

1715
1718

1724
1727

1733
1736

1742
1745

1751
1754

1760
1763

1769
1772

1778
1781

1787
1790

1796
1799
1700
1703

1712

1721

1730

1739

1748

1757

1766

1775

1784

1793

Fuente: TePaske y Klein, 1982. Caja de Lima. Elaboración propia.

En Indias los dos virreinatos más importantes fueron Perú y Nueva España y en ellos funcionaron las
principales instituciones como las Reales Audiencias, Cajas Reales, Inquisición, tuvieron las
principales minas, etc. Entonces comparar los cargos de las dos cajas matrices más importantes de
Indias españolas durante el siglo XVIII resulta muy interesante. Ambas cajas prácticamente hasta 1765
han tenido en promedio una proporción casi constante de cargos en pesos, siendo los cargos de la Caja
de México más del doble de la de Lima después, salvo las dos primeras décadas del periodo en que sus
cargos fueron similares. El gran salto entre ambas cajas comienza después de ese año disparándose la
de México hacia 1781, llegando a niveles estratosféricos a partir de 1791 aproximadamente. A qué
razones obedeció el auge de los cargos fiscales mexicanos en las dos últimas décadas del siglo XVIII.
En general el crecimiento económico de ambos virreinatos fue atribuido al éxito del reformismo
borbónico que modernizó la estructura administrativa colonial, promovió la remisión de metales
preciosos a España, que sería la base del fortalecimiento imperial. Este éxito borbónico es lo que ha
sido denominado de diversas maneras como «revolución gubernamental», «reconquista de América» o
«expansión de la autoridad real» y que en lo político significó una disminución de la autoridad política
en Indias ganada durante el siglo XVII. La muestra máxima de este éxito borbónico de las reformas
borbónicas sería el aumento de los cargos fiscales más en México que en Lima.22

GRÁFICO Nº 2
CARGOS DE LAS CAJAS REALES DEL PERÚ Y MÉXICO: 1700-1800

Fuente: TePaske y Klein, 1982, Caja de Lima y John J. TePaske, y Herbert S. Klein, 1986, Caja de México.
Elaboración propia.

Desde la década de 1990 del siglo pasado se ha tratado de rectificar las primeras conclusiones acerca
del éxito económico de las reformas borbónicas muy optimistas argumentándose que detrás de estas
había otra realidad más negativa que positiva. Autores como John H. Coatsworth (1990) –desde la
producción argentífera de Nueva España–, A. Ouweneel y C. J. H. Bijleveld (1989) –a partir de la
producción agraria mexicana central–, usando series deflactadas han concluido que hacia fines del siglo
XVIII, en términos reales, lo que ocurrió fue un descenso de la productividad. Las cosas en el Perú
parece fueron diferentes porque la curva de inflación a lo largo del siglo XVIII (Gráfico Nº 3) tiene una
tendencia contante salvo alguno picos de alza o baja. Esto explicaría que las cifras de crecimiento fiscal
de la Caja de Lima sean más reales que la de México que deflacionada podría disminuir. Para ambos
22
Estas ideas están en las obras de John Lynch The Spanish American Revolutions, 1808-1826, Nueva York, Norton, 1973;
y Bourbon Spain, 1700-1808, Oxford, Basil Blackwell, 1989); John Fisher, Iberoamérica colonial (1700-1808), en
Lccena M. Salmoral (coord.), Historia de Iberoamérica, Madrid, Quinto Centenario-Cátedra, 1990, t. 2; Marck A. y
Burkholder y Lyman L. Johnson, Colonial Latin America, Oxford, Oxford University Press, 1990 y David A. Brading,
Bourbon Spain and its American Empire en L. Bethell (Comp.) Colonial Spanish America, Cambridge, Cambridge
University Press, 1987, pp. 112-62.
virreinatos habría que deflacionar aún más los pesos absolutos porque estas monedas a lo largo del
siglo XVIII sufrieron a su vez devaluaciones sucesivas en su fino que mermaron su poder adquisitivo.

GRÁFICO Nº 3
ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR, PERÚ: 1700-1800
(1700=100)
130

120

110

100

90

80

70

60
1700
1704

1712
1716

1724

1732
1736

1744

1752
1756

1764
1768

1776

1784
1788

1796
1708

1720

1728

1740

1748

1760

1772

1780

1792

1800
Alimentos IPC

Fuente: Seminario, 2011. Elaboración propia.

Quedarían varias tareas pendientes como corregir los «ruidos» de las series oficiales, identificar los
periodos de alza o baja de los porcentajes que gravan a algunos impuestos como a la minería, elaborar
un confiable índice de precios, tomando en cuenta las variaciones regionales, que quizás debería
hacerse por un equipo multidisciplinario de especialistas de las existentes Asociaciones de Historia
Económica latinoamericanas.

EVOLUCIÓN DE LOS CARGOS FISCALES


Estudiar la dinámica de los cargos fiscales muestra de manera objetiva, con los vacíos que implica
manejar series cuantitativas, cómo la economía de un Estado va cambiando vía crecimiento,
decrecimiento o estancamiento. Por la multitud de cargos fiscales es imposible examinar su evolución
uno por uno. Una salida para ver en conjunto la evolución fiscal a lo largo del siglo XVIII es escoger a
tres sectores económicos que se consideran más importantes por su cuantía fiscal: la minería, el
comercio y la agricultura. Como estamos ante una sociedad preindustrial no llama la atención que la
agricultura pueda ser una actividad económica importante, la minería tampoco llama la atención por ser
una actividad promovida y protegida por el Estado para cumplir el rol que la metrópoli asignó a sus
colonias americanas: remisora de metales preciosos. El comercio tampoco llama la atención que fuera
una de las principales actividades económicas proveedora de fondos al fisco colonial. El sector
comercial tuvo dos áreas de captación de ingresos para el fisco: los productos europeos internados a
América y los productos locales consumidos sea por la población española-criolla y los indígenas.
Estos 3 sectores se visibilizan a través de los indicadores fiscales. Más interesante es ensayar una
especie parecida al PBI moderno desagregado para el siglo XVIII. Con la inclusión de esta variable
cambiaría la situación o importancia relativa de los 3 sectores económicos. En el PBI calculado no
llama la atención que la agricultura sea la actividad económica más importante que la ofrecida por el
indicar fiscal. La importancia relativa de los tres sectores económicos enunciados en los cargos fiscales
se puede apreciar en el Gráfico Nº 4.

GRÁFICO Nº 4
INGRESOS SECTORIALES: COMERCIO, MINERÍA AGRICULTURA
LIMA: 1700-180023

800 COMERCIO

700

600
Millares de pesos de 8

500

400

300
MINERÍA

200

100

0
1700

1739

1760

1778

1799
1703
1706
1709
1712
1715
1718
1721
1724
1727
1730
1733
1736

1742
1745
1748
1751
1754
1757

1763
1766
1769
1772
1775

1781
1784
1787
1790
1793
1796
Minería Comercio Novenos

Fuente: TePaske y Klein,1982, Caja Real de Lima. Elaboración propia.

El gráfico anterior muestra que hay una tendencia al alza sostenida hacia finales del siglo en los tres
sectores, pero en mayor medida se da este fenómeno en el sector comercial y el minero. El ciclo
ascendente del comercio comienza hacia 1739 de manera sostenida alcanzando el pico alto más hacia
1762 y un pico más alto aún en 1774. Mostrando la misma información por décadas la situación en más
clara. Si tomamos en cuenta los mostos en pesos de los cargos y datas en general la tendencia al alza
(variación o tasa de crecimiento) también es evidente en la segunda mitad del siglo XVIII como se

23
La minería comprende los siguientes cargos: 1,5% de plata, 1,5% y diezmos de plata, 1,5% y diezmos de plata y oro,
1,5% y quinto de plata, 1,5% y quintos de plata y oro, 3% del oro, diezmos de plata, diezmos de plata labrada, quinto al
veintavo oro labrado, quintos al veintavo del oro, quintos de esmeraldas, quintos de perlas.
El comercio comprende: alcabalas reales, alcabalas de arrendamiento, alcabalas de efectos de Castilla, alcabala de tarifa y
nuevo impuesto al aguardiente (puede no ser alcabala sino un impuesto a la producción). La agricultura comprende sólo
los novenos reales sin aproximarlo al 100%.
puede ver en el cuadro Nº 5. El alza más alta se da en la década de 1760 en los cargos y en la data el
pico más alto se da en la década de 1780 que provisionalmente lo asociamos a la rebelión de Túpac
Amaru donde se reordena radicalmente los gastos dándose un enfoque más militar en los gastos.

CUADRO Nº 5
TASA DE CRECIMIENTO DEL CARGO Y DATA: CAJA DE LIMA
Décadas Variación cargo Variación data
1700-09 --- ---
1710-19 -48,04 -46,55
1720-29 36,58 36,69
1730-39 -9,03 -10,60
1740-49 14,68 14,77
1750-59 19,70 21,69
1760-69 72,87 33,50
1770-79 8,18 -0,73
1780-89 42,23 51,54
1790-99 -28,05 -28,87
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia.

De los tres sectores que estamos analizando el sector económico que más ha crecido en términos
porcentuales es la agricultura en primer lugar, el comercio en segundo lugar, y la minería en tercer
lugar, sin dejar de destacar el aumento de la acuñación de la moneda. El comercio entre 1729 y 1764
creció en 149,7% o aumentó en 2,497 veces, los otros sectores entre 1729-1761 como la minería creció
en 64,7% o en 1,647 veces y los novenos reales crecieron en 400% o en 5 veces (Lazo 2002, p. 100).
En otro cuadro Lazo muestra que los novenos reales para el periodo 1762-1764 se disparan a 738,4%
respecto del trienio 1729-1731 lo que significa que respecto de 1729 creció en 638,4% o se multiplicó
en 7,384 veces (2000, p. 30). La moneda, factor importante para actividad económica, también sufre un
crecimiento a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII, sumado al hecho de que se empiezan a
acuñar cada vez más moneda menuda para el mercado local sobre todo en la segunda mitad del siglo
XVIII. La moneda entre 1729-1761 creció en 127% o aumentó en 2,27 veces y los montos amonedados
respecto de los siglos anteriores son inmensamente superiores comparando con las acuñaciones de la
segunda mitad del siglo XVIII.

Las alcabalas se comenzaron a cobrar en América a razón de 2 por 100, luego subió al 4 por 100 y por
Real Cédula de 8 de noviembre de 1763 quedó establecido en 6 por 100 (Zamora, 1844, p. 146). La
alcabala lo pagaba todo producto que se vendía y se compraba, salvo los exonerados, y era un derecho
tan antiguo invocado por los Reyes de Castilla. Se pensó en empezar a cobrar en Indias por consultas
hechas por el rey Felipe II a partir de 1558, encargándose su cobranza a los virreyes de Nueva España y
el Perú a partir de 1574. Este mandato no se cumple oportunamente en el caso de Lima porque el
primer asiento de las alcabalas reales aparece recién a partir de 1593 en los cargos de la Caja de Lima.

El crecimiento a niveles sorprendentes del sector comercial (Gráficos Nº 5 y 6) medido fiscalmente a


través de las alcabalas reales y el almojarifazgo aumentó en la segunda mitad del siglo XVIII gracias a
una política liberal borbónica que promovió la compraventa de artículos europeos, oferta que alcanzó
niveles nunca vistos en el mercado colonial. Por esta política los impuestos al comercio (aduana y
alcabala) pasaron a ser los ramos de mayor aporte en los cargos de la Real Hacienda, sobre todo el
segundo, dejando muy relegados a los clásicos ramos de los quintos mineros, tributos de indios o venta
de azogues, y superando también los cargos derivados de la «actividad empresarial del Estado» como
los estancos, la mina de Huancavelica y la casa de moneda.
GRÁFICO Nº 5
ALCABALAS REALES, CAJA REAL DE LIMA: 1700-178624
900

800

700
Millares de Pesos de a 8

600

500

400

300

200

100

0
1706
1709
1712

1721
1724

1733
1736
1739

1748
1751
1754

1764
1769

1778
1781
1784
1700
1703

1715
1718

1727
1730

1742
1745

1758
1761

1772
1775
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia.

Las otras alcabalas como la de arrendamiento comienza a cobrarse en la Caja de Lima recién en el siglo
XVIII entre 1766-1773, las alcabalas de efectos de Castilla solo por 3 años (1766-1768), las alcabalas
de tarifa entre 1766-1773 y el nuevo impuesto al aguardiente un poco más tarde durante 11 años
(1778-1785, 1788 y 1812). Estos ramos de hacienda se pueden estudiar por separado, al igual que
cualquiera de los ramos de Lima, como lo hicieron Assadourian y Palomeque (2001) al igual que Punta
para el caso del virreinato del Rio de la Plata (2001).

Los tres sectores económicos que más crecen cuantitativamente a lo largo del siglo XVIII hay que verlo
como una respuesta a las reformas borbónicas que tuvo dos fases. En la primera, que comprende hasta
1760 aproximadamente, tuvo como objetivo promover las bases de la acumulación y los sectores
beneficiados recibieron los siguientes estímulos y acciones (Lazo 2000, pp. 24-25):

1.- La reforma monetaria iniciada en 1728 mejora la producción de monedas en calidad y cantidad que
estimula la actividad económica. Paralelamente se estableció una relación bimetálica «perfecta» –
aritméticamente hablando– entre las monedas de oro y plata al establecerse que el escudo y el real
tenían la misma talla y fino (1/16).

24
No se toman en cuenta las nuevas alcabalas como: alcabalas de arrendamiento (1766-1773), alcabalas de efectos de
Castilla (1766-1768) y las alcabalas de tarifa (1766-1773) que son montos menores.
2.- Se dispone la disminución de la presión fiscal sobre la actividad minera en un 50%, rebajándose la
carga fiscal de 20 a 10% (1736), se crean bancos de fomentos para habilitar a los mineros y comprar
a buen precio los metales de los mineros (Potosí, 1747).
3.- Se dispone de un mayor circulante monetario interno en macuquinas al dictarse que en las
exportaciones no se admitan estas monedas en Portobelo.
4.- Hay una pasividad de parte de las autoridades estatales para tolerar una sistemática expropiación de
tierras de los indios por parte de los hacendados, para ampliar la base productiva del agro.
5.- Hay una forzosa inserción de los indígenas en la producción como parte de una política estatal que,
de manera indirecta, los obligó a alquilarse para pagar los repartos de los corregidores, que a pesar
de estar ya tasados, superaba en precios el doble del mercado o los cuadruplicaban (1751-1754).
6.- Hay una promoción y protección de grandes centros obrajeros, cuyas mercados a partir de 1754
fueron exceptuados del reparto por parte de los corregidores (ropa de la tierra). Esta norma favoreció
mayormente las provincias de Cajamarca, Huaylas-Santa, Tarma y otras.
7.- Se dispone que las imposiciones principales de la Caja General de Censos de Indios financiaran en
casos de «emergencia» las empresas agrarias. Por esta norma «los propietarios de las tierras rurales
hacia 1757 ya habían recibido el 44,36% de los fondos girados por la Caja, y los empresarios de la
industria (molineros, viñateros y obrajeros) aproximadamente el 15%».
8.- El apoyo al empresario colonial provino también de los fondos estatales de la Caja de Lima, vía
indirecta, a través de los ingentes gastos militares. Como parte de estos gastos comprendían los
llamados «situados», el dinero del situado se inyectaba a la economía empresaria rural o urbana para
aprovisionar de vituallas al ejército situado. Como estos eran sumamente elevados –entre 1729-1761
«alcanzó los 16 millones de pesos– suma equivalente al 31,7% del cargo total de la tesorería de
Lima, que incluía los envíos de las cajas de provincias. Porcentaje que no debe sorprendernos, si
consideramos que el gasto militar durante el trienio 1741-1743, representó el 63,4% del total de los
ingresos».
9.- Se amplió el mercado interno mediante la participación obligatoria de los indios en el mercado de
consumo, a través del reparto legalizado de los corregidores (un 10% de la oferta).
10. Para ampliar el mercado se abarataron también los precios de los artículos importados al disponerse
el fin del régimen de galeones y su reemplazo por el régimen de navíos de registro (1741-1748).
«Los defensores de los registros, con justa razón, argumentaron que los galeonistas vendían de
ordinario a ‘precios subidísimos’ y en tiempos de guerra a ‘precios inhumanos’, al elevar en 20
veces y más los efectos europeos, y por estas circunstancias habían contribuido a contraer la
magnitud de la demanda».

Todas las disposiciones anteriores, que fueron los pilares de la política borbónica reformista en su
primera fase, prepararon las bases para un crecimiento sostenido, según el autor citado, de los tres
sectores económicos mencionados, que a su vez estimuló la producción interna, sumada al aumento del
GDP de Europa occidental que de alguna manera aumentó el consumo indiano. ¿Cuáles fueron los
resultados? Los montos cuantitativos ofrecidos aquí y por Carlos Lazo demuestran, al menos, de
manera aproximada que la economía en general conoció una etapa de crecimiento sostenido en
términos nominales o absolutos. Los indicadores de este crecimiento son los siguientes en su segunda
fase (Lazo 2000, pp. 31 y ss.):

1.- Los cargos fiscales entre 1762-1797 crecen en 75% o en 1,75 veces.
2.- la producción minera en el mismo periodo creció, en todo el virreinato en 73,6% o 1,736 veces. Por
regiones el Bajo Perú fue el que creció a niveles más altos alcanzando cifras de 236% o aumentó en
3,236 veces, dejando muy relegado a la mina de Potosí. Estas cifras no mostrarían sino los
resultados de las políticas promocionales a la minería, favorecido con la mayor llegada de
mercaderías importadas desde mediados del siglo que actuó como impulsor de la producción minera
para responder a la cada vez mayor demanda de dinero por el nuevo mercado activo.

GRÁFICO Nº 6
ALMOJARIFAZGOS, CAJA DE LIMA 1758-178825
600

550

500

450
Millares de pesos de 8

400

350

300

250

200

150

100

50

0
1765

1769

1779
1758
1759
1760
1761
1762
1763
1764

1766
1767
1768

1770
1771
1772
1773
1774
1775
1776
1777

1780
1781
1782
1783
1784
1785
1786
1788
Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia. Almojarifazgo

Este fenómeno externo que contribuyó a incentivar la producción minera puede apreciarse en los
montos recaudados por almojarifazgo que puede incluir además la de productos interregionales que
comienzan a circular por el virreinato con mayor fuerza. Al crecer la economía –visibilizado por el
indicador fiscal de manera parcial, aparte del PBI– aumentó el consumo creando una coyuntura que
estimuló el consumo de artículos importados y este a su vez empujó la producción minera. Las cifras
del historiador Carlos Lazo García muestran que entre alcabalas y almojarifazgo,26 sector comercial,
éste aumentó en 2,5 veces a lo largo del siglo XVIII. Respecto de los impuestos al comercio con el
cargo total de la caja matriz de Lima, ambos impuestos pasaron del 15,5% al 19% en el periodo que
estudia.

En la segunda mitad del siglo XVIII el sector comercial aumenta más por las nuevas disposiciones que
se dictan relacionadas con la actividad mercantil, que reforzaron las bases puestas en el primer periodo.
Los decretos del libre comercio lo único que hicieron fue aumentar la oferta de efectos europeos y de
paso aumentar el consumo en general abaratando los precios de los productos, que a su vez
retroalimentó el comercio y consumo de efectos fortaleciendo el crecimiento que benefició a otros
sectores como los cargos fiscales, rendiciones monetarias o mineras.

25
Para 1787 no hay datos.
26
Almojarifazgo en tanto internamiento de productos externos que van a pagar alcabala en el mercado interior.
Una de las causas principales de este crecimiento puede atribuirse a los efectos del libre comercio. De
todos los impuestos ligados al comercio las alcabalas reales son las que se cobran a lo largo de gran
parte del siglo XVIII, exactamente hasta 1777. A partir de 1766 aparecen nuevos impuestos
relacionados con el comercio como las alcabalas de arrendamiento (1766), las alcabalas de los efectos
de Castilla (1776), las alcabalas de tarifa (1776) y el nuevo impuesto del aguardiente (1778).27 Estos
nuevos impuestos se cobran de manera continua salvo en contadas años en que se deja de cobrar.

3.- Lo mismo ocurre con la producción de monedas macuquinas y circulares, básicamente de plata
amonedada en la ceca de Lima, que crece entre 1729-1764 y 1795-97 en 80% o 1,8 veces (casi se
duplica). La mayor acuñadora de numos fue Potosí que Lima. Lazo refiere que entre 1729-1765 se
inyectó al mercado 137.430.157 millones de pesos de a 8, de los que Lima aportó el 44,9% y Potosí la
diferencia. Tomando en cuenta las amonedaciones de oro y plata, Lima aventajó a la de Potosí.
Sumando las dos amonedaciones Lima inyectó al mercado 102.000.000 millones de pesos (en reales y
escudos), lo que cuantitativamente significó 27 millones más que la de Potosí (Lazo 2000, p. 29).

GRÁFICO Nº 7
NOVENOS REALES, CAJA DE LIMA 1700-1800

160

140

120
Miles de pesos de a 8

100

80

60

40

20

0
1715
1718
1721

1798
1700
1703
1706
1709
1712

1724
1727
1730
1733
1736
1739
1742
1745
1748
1751
1754
1757
1760
1763
1766
1769
1772
1775
1778
1781
1784
1787
1790
1793

Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia. Novenos reales

Otro hecho interesante a destacar son los montos de amonedación de la producción de plata que en el
siglo XVIII paulatinamente va aumentando de manera sostenida, sumado a la acuñación de circulante
menudo (2, 1, ½ y ¼ reales) en cantidades considerables. Lo que destaca es que casi cerca de la quinta

27
Mientras no se consulte las partidas fiscales de este ramo provisionalmente lo incluimos como impuesto al comercio
pudiendo no serlo sino a la producción de aguardiente.
parte en promedio de la acuñación es en moneda sencilla cuyo destino no puede ser otro que el
mercado interno. Un dato más interesante es el porcentaje de la producción minera que pasa por la
hornaza o fielatura de las cecas. Mientras más se acuñe más circulante se destinará al mercado aunque
gran parte pueda salir al exterior, si son en reales menudos es más probable se quede en el mercado
interno. Esta tendencia es fuerte en la segunda mitad del siglo XVIII para el Alto Perú y algo similar
sucede en el Bajo Perú.

Tomando en cuenta el largo periodo 1729-1797 que analiza Lazo destaca que la minería en el Bajo
Perú crece tanto que supera a la minería potosina en la etapa final del siglo XVIII. ¿Este sorprendente
desarrollo a qué factores puede asociarse? Una de las causas es la política de incentivo a la producción
minera cuando en 1736 se rebajó los derechos fiscales a la mitad (quinto al décimo), el otro factor sería
la ubicación geográfica de las minas cercana a los circuitos comerciales (puertos intermedios y Lima) y
un tercer factor sería la presión que ejercieron los otros sectores económicos sobre la minería para
cubrir sus necesidades de circulante (Lazo, 2000, p. 40).

4. La producción agropecuaria también aumentó. El indicador de este aumentó está representado por
los novenos reales, que en cifras absolutas creció en 638% o 7,38 veces entre 1729 y 1754.
Técnicamente los novenos reales eran una fracción del diezmo agrario, que gravaba la producción
agropecuaria. El aumento a niveles elevados se produjo por una década entre 1756 y 1765. La
evolución de este cargo está representada en el Gráfico Nº 7.

5.- El crecimiento de la economía colonial durante el siglo XVIII en su conjunto es evidente como se
puede apreciarse en el Gráfico Nº 8. En la segunda mitad este crecimiento fue más sostenido y en
cuantos muy superiores a la del primer medio siglo. Este crecimiento que se observa a través de los
cargos de la Caja Real de Lima se debe a que ahora sí jugó bien su papel de unidad fiscal centralizadora
y hasta financiadora del crecimiento como principal redistribuidora de los ingresos del Estado, porque
hacía una redistribución de cantidades importantes de los cargos a los funcionarios, militares y
economía colonial a través de la compra de efectos para los situados o comprando barras de plata para
remitir al exterior, operación con la que inyectaba circulante al mercado. Este dinero inyectado por el
fisco se podía usar para consumo interno o comercio exportador.

Feijoó en su momento ya advirtió este fenómeno cuando escribió «Hacia 1770, la Caja de Lima ya
asumía el 69,4% de los pagos del Estado. Lima abonaba anualmente nada menos que 1.114.366 pesos
del total de las obligaciones públicas que alcanzaban la cifra de 1.604.646 pesos. Los situados
representaban el 39% de sus cancelaciones» (Feijoó, citado por Lazo 2000, p. 39). El Gráfico Nº 8
muestra otra arista de este crecimiento: las variaciones proporcionales en los niveles de caídas y alzas
en todo el siglo XVIII de los cargos y datas. A lo largo del siglo la crisis fiscal más grave
proporcionalmente hablando se produjo en la segunda década del siglo que coincidió con una crisis
minera, monetaria, fiscal y demográfica.

La importancia de los cargos y datas de la Caja de Lima respecto de los de las otras cajas provinciales
bajo peruanas se pueden medir a través del mismo indicador. Las de provincias son insignificantes
respecto de los gastos de Lima, haciéndole competencia sólo las de Cusco y Pasco con gastos de 8 y
6% de todo el gasto virreinal. En el mismo periodo final del siglo los aumentos de los cargos fiscales y
la respectiva redistribución se contrapone con las remisiones al rey que disminuyen en casi la mitad
(1762-1797) respecto del periodo anterior (1729-64) según cálculos de Lazo.

Este crecimiento de los cargos fiscales y el aumento de la redistribución estatal benefician más a la
colonia que a la metrópoli porque las remisiones como renta real (tesoro real) son mínimas para todo el
siglo. En cifras relativas Lazo ofrece las siguientes cifras: entre 1762-1797, se remite únicamente el
3,8% del cargo total de la Hacienda Real, porcentaje muy inferior al de la fase mercantilista (el periodo
anterior del siglo XVIII), cuando lo remitido significó el 6,9% del cargo (Lazo 2000, p. 40).

GRÁFICO Nº 8
CARGOS Y DATAS DE LA CAJA REAL DE LIMA: 1700-1800
(Escala semilogarítmica, en pesos de 8 reales)
10.000.000

1.000.000

100.000
1700
1704

1712

1720

1728

1736

1744

1752

1760

1768

1776

1784

1792

1800
1708

1716

1724

1732

1740

1748

1756

1764

1772

1780

1788

1796
Cargo Data

Fuente: TePaske y Klein, 1982. Elaboración propia.

Viendo la fiscalidad limeña en el largo tiempo (1580-1809) el crecimiento de la misma es evidente para
el siglo XVIII, sobre todo para la segunda mitad del mismo. En líneas generales desde 1580 los cargos
de la Caja de Lima crecen, en promedio de manera sostenido hasta la década de 1740 del siglo XVII y
a partir de la década siguiente hay un decrecimiento también sostenido hasta que alcanza los niveles
más bajos en todo el periodo colonial en la década 1710-1720 debido básicamente al problema del
contrabando francés, crisis minera y monetaria. A partir de la década siguiente, en promedio hay un
crecimiento lento pero sostenido hasta que en la década 1770-89 alcanza los picos más alto de
crecimiento en todo el periodo colonial y en las décadas siguientes se vuelve a un proceso recesivo de
la economía reflejada en los cargos fiscales. Estas cifras son tomando como año base 1580. Graficando
la serie en pesos absolutos se obtiene la misma curva (Gráfico Nº 10).

Igual tendencia se observa manejando una sola variable como la producción minera de plata según las
últimas cifras disponibles para el Perú para un periodo más largo aún (1531-1810), en estos más de 3
siglos se produjo 35.901.880 millones de kilogramos finos de plata en el Perú, el nuevo mundo en total
aportó 85.982.261 millones de kilogramos finos, y el mundo en el mismo periodo produjo 124.441.400
millones de kilogramos finos; más importante son las cifras porcentuales: el nuevo mundo en total
produjo el 41,75% del total mundial (TePaske y Browm 2010, p. 212).

GRÁFICO Nº 9
PRODUCCIÓN DE PLATA PERUANA RESPECTO DEL MUNDO Y NUEVO MUNDO
(En %)
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1641-1650
1651-1660
1661-1670
1671-1680
1531-1540
1541-1550
1551-1560
1561-1570
1571-1580
1581-1590
1591-1600
1601-1610
1611-1620
1621-1630
1631-1640

1681-1690
1691-1700
1701-1710
1711-1720
1721-1730
1731-1740
1741-1750
1751-1760
1761-1770
1771-1780
1781-1790
1791-1800
1801-1810
Perú/Nuevo Mundo Perú/Mundo

Fuente: TePaske y Brown, 2010, p. 212. Elaboración propia.

GRÁFICO Nº 10
CARGO TOTAL MEDIO ESTIMADO DE LA CAJA DE LIMA
(1580=100)
160
150
140
130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1600-09

1730-39

1770-79
1580-89
1590-99

1610-19
1620-29
1630-39
1640-49
1650-59
1660-69
1670-79
1680-89
1690-99
1700-09
1710-19
1720-29

1740-49
1750-59
1760-69

1780-89
1790-99
1800-09
Fuente: Klein, 1994, p. 18. Elaboración propia.

El gráfico Nº 9 muestra además la presencia tangible de la plata peruana en el contexto mundial y


americano, que a pesar de rendir regalías al fisco no fue en cantidades suficientes para alzar las cifras
de producción en el XVIII respecto de los siglos anteriores. En la primera década del siglo XVI (1531-
1540) la plata peruana representó más del 65% de la plata americana, estos niveles considerables los
mantendrá hasta la década de 1550. Durante el siglo XVI el pico más bajo de la producción de plata lo
alcanza en la década de 1560 para luego recuperarse sostenidamente década tras década y mantenerse
por encima del 45% hasta la década 1660 del siglo XVII. A partir de esta década nunca más se
recuperará entrando en un proceso de recesión respecto del resto americano y mundial. Durante el siglo
XVIII sólo se mantendrá en promedio aportando la cuarta parte al total de la plata americana. Tomando
en cuenta sólo el siglo XVIII los ciclos de depresión, auge y depresión se mantienen en líneas generales
con las tendencias de las cifras fiscales de Lima (Gráfico Nº 8).

GRÁFICO Nº 11
EL PBI DEL PERÚ DURANTE EL PERIODO 1700-1800
(En millones de $ internacionales de 1990)28

28
Este dólar, llamado también dólar internacional, es uno imaginario o hipotético propuesto por Roy C. Geary en 1958 y
ampliado por Salem Hanna Khamis más tarde. La finalidad de ambas propuestas es hacer comparable los PBI, PBI per
cápita o hacer posible las comparaciones multilaterales de las producciones entre muchos países. Su empleo como
metodología es complicada. Descansa en el concepto de la paridad de poder adquisitivo (PPA) como la calculada por el
Banco Mundial, las «Penn World Tables» de la Universidad de Pennsylvania y el que Angus Maddison y sus
colaboradores han desarrollado para la OECD.
Los textos básicos que pueden consultarse sobre este son: R. C. Geary «A note on Exchange Rates and Purchasing Power
Between Countries», Journal of the Royal Statistical Society, CXXI, 1958, pp. 89-99. Augus Maddison, «La economía
mundial, 1820-1992. Análisis y estadísticas» en Perspectivas, París, OCDE, 1995 y varios trabajos de S. H. Khamis.
900

850

800

750

700

650

600

550

500

450

400

350

300

1766
1769
1772
1775
1700
1703
1706
1709
1712
1715
1718
1721
1724
1727
1730
1733
1736
1739
1742
1745
1748
1751
1754
1757
1760
1763

1778
1781
1784
1787
1790
1793
1796
1799
Fuente: Seminario, 2011. Elaboración propia.

La misma tendencia que TePaske y Brown nos ofrece Herbert S. Klein cuando estudia los cargos
fiscales y los gastos de gobierno del Perú para el siglo XVIII. Detecta una caída secular que viene de
mediados del siglo XVII alcanzando su punto más bajo en la década 1710-1720. De ahí en adelante ve
un crecimiento modesto hasta la década de 1780, que es su punto más alto a lo largo de todo el siglo
XVIII. Los cargos en las dos décadas siguientes siguen siendo altos pero no supera más el pico
alcanzado en la década de 1780, situación que va a empeorar con el proceso de la independencia, pero
comparando con las décadas anteriores a 1780 sigue siendo superior incluso hasta la década de 1760
del siglo XVII (Gráfico Nº 10).

ESTIMADO DEL PBI PERUANO DEL SIGLO XVIII


Uno de los ejercicios más interesantes y arriesgados para un científico social (economista o historiador)
es tratar de reconstruir el hoy llamado PBI para una época muy temprana como el siglo XVIII con
categorías económicas actuales más refinadas. El economista Bruno Seminario ha emprendido este
ejercicio intelectual que a los historiadores nos parece una empresa intelectual casi imposible si no
tenemos una formación académica en métodos cuantitativos avanzados. La metodología elegida puede
cuestionarse para la reconstrucción del PBI o la producción de larga duración para el periodo colonial
como el siglo borbónico, cuando el autor ha tenido que recurrir probablemente a veces a ponderaciones
e interpolaciones/extrapolaciones. A pesar de lo anterior los resultados podría reflejar la tendencia con
márgenes de error: mayor si el periodo temporal trabajado es lejano y menor si es actual.

GRÁFICO Nº 12
CARGOS DE LA CAJA DE LIMA Y EL PBI PERUANO: 1700-1800
(1700=100)
750
700
650
600
550
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
1724

1730

1751

1757

1784
1700
1703
1706
1709
1712
1715
1718
1721

1727

1733
1736
1739
1742
1745
1748

1754

1760
1763
1766
1769
1772
1775
1778
1781

1787
1790
1793
1796
1799
Cargos PBI

Fuente: TePaske y Klein, 1982 y Seminario, 2011. Elaboración propia.

Curiosamente sus estimaciones llegan a la conclusión de que, por ejemplo, en la composición del PBI
de 1795 la agricultura es la mayor actividad económica lo que es concordante con una sociedad
preindustrial como la peruana de esa época; y el PBI calculado para todo el siglo XVIII coincide
además, en líneas generales con el auge fiscal del periodo borbónico en la segunda mitad del siglo. Sin
embargo las cuentas fiscales, en tanto un indicador de la economía de la época, demuestran como el
sector más dinámico e importante al comercio. ¿Cuál sería una explicación probable a esta diferencia?
Suponiendo que la serie de Seminario es correcta la importancia de la agricultura en el PBI de 1795
(45%), este sector económico no está reflejada con similares porcentajes en los cargos fiscales de Lima
lo que supone aceptar lo siguiente: no toda la producción agraria estuvo afecta a impuestos o en las
cuentas de Lima no está representada la producción agraria de provincias. ¿Si esto es correcto para la
segunda mitad del XVIII porqué para la primera mitad no lo es? donde el PBI y cargos fiscales son casi
similares (véase el Gráfico Nº 12).

Otra de las razones puede estar en la doble contabilidad o contabilidad parcial en la Caja de Lima que
no pretende ser un reflejo del PBI. Según Ramiro A. Flores dentro del ramo Extraordinario de Real
Hacienda podían entrar cargos que figuraban como cargo aparte, y que en la práctica era un «cajón de
sastre» lo que explica que este ramo sea cerca de un tercio de los cargos. Otro ramo donde podía haber
doble contabilidad son las «Existencias» que normalmente eran superávits arrastrados del año anterior,
y que como ramo fiscal también era importante (Flores 2010, p. 335).

COMPOSICIÓN DEL PBI DE 1795


De los sectores económicos que Seminario incluye en su PBI de 1795 (Gráfico Nº 13) algunos pueden
parecernos poco cuestionables (agricultura, minería, gobierno) en cambio otros que sí son difíciles de
cuantificar sino se recurre a ponderaciones e interpolaciones/extrapolaciones como sería el caso de los
sectores manufactura/artesanía,29 construcción, transporte, vivienda, servicios domésticos y los
servicios financieros. Los 4 últimos sectores sólo se pueden calcular a través de ponderaciones e
interpolaciones/extrapolaciones ante la falta de datos confiables y habría que aclarar qué rubros se está
incluyendo en sectores como el financiero y otros. La Real Hacienda, no se puede negar, prestó
servicios financieros durante el siglo XVIII lo que ameritaría incluirlo dentro de los servicios
financieros. La pregunta es con qué porcentaje. El sector informal o economía subterránea es fácil de
incluir en el PBI actual como en la metodología que usa el Banco Central de Reserva del Perú para
cuantificarlo, que lo deduce a partir de los censos de población. ¿Esto se puede hacer para el siglo
XVIII cuando no hay censos de población confiables y numerosos? El mismo problema surge para
tratar de calcular el PBI per cápita para el siglo borbónico por la falta de censos confiables.30

CONCLUSIONES
Las ideas liberales que arraigaron, tanto es España como en sus colonias, al apostar por la libertad,
privilegiaron el crecimiento económico, el aumento de los cargos fiscales consecuentes, y el circulante,
producto de ese crecimiento, aunque fuera en mayor cantidad a la metrópoli como pago a las mayores
importaciones de productos a América. En la segunda mitad del siglo a partir de 1752 se dictan muchas
medidas que tienen una orientación liberal (libre comercio, reorganización de la fiscalidad y del Estado,
masificación del comercio, etc.).

GRÁFICO Nº 13
PARTICIPACIÓN SECTORIAL EN EL PIB DEL PERÚ, AÑO 1795.31
(En %)

29
La acuñación de moneda, por ejemplo, debería incluirse dentro del sector manufacturero porque la labor de la moneda fue
manual y artesanal en la colonia hasta 1751 cuando recién se mecaniza y se acuñan monedas en serie en Lima.
30
Para calcular el PBI per cápita entre 1700-1800 se necesita el dato de la población año por año para dividir entre el PBI
respectivo de cada año. Según cifras de Seminario la población peruana entre 1700 y 1800 creció a una tasa de 0,67%
anual, pasando de 653.875 a 1.271.468 habitantes (casi se duplicó).
31
Cuando Seminario habla del peso fuerte que contenía 25,561 gramos finos de plata no aclara si son de alguna utilidad
cuando es suficiente hablar de pesos de 8 reales. De acuerdo a la legislación monetaria colonial un peso fuerte era aquel
que tenía un peso o fino por encima de la legal y peso feble aquel que estaba por debajo del peso o fino legal, siempre y
cuando que no superasen la llamada tolerancia, en cuyo caso debían volver a las hornazas para ser refundidas. Se
llamaba también peso fuerte a aquellas monedas que se acuñaron a una talla de 67 reales por marco monetario en
comparación a las acuñadas desde la segunda década del siglo XVIII a una talla de 68 reales por el mismo marco. Si son
pesos de la primera talla debían pesar 27,468 gramos monetarios, y si eran de los segundos pesar 27,064 gramos de fino
monetario, sin considerar las rebajas secretas de la moneda a fines del siglo XVIII que disminuyeron el fino de las
monedas a pesar que seguían teniendo el peso de talla en gramos.
Fuente: Seminario, 2011. Elaboración propia.

De todas las medidas dictadas la Real Cédula de octubre de 1778, el Decreto del «libre comercio» entre
Perú y España en la práctica significó el acaparamiento del mercado colonial peruano en provecho de la
metrópoli excluyendo a las otras potencias y de alguna manera también amplió el comercio
interregional.32

Otro factor que favoreció de manera indirecta el crecimiento económico en la segunda mitad del siglo
XVIII está relacionado con el crecimiento demográfico y económico de Europa occidental. Augus
Maddison (2005) ha demostrado cuantitativamente este crecimiento, en comparación con la economía
China, a partir del año 400 hasta el 2001 llegando a conclusiones interesantes. El crecimiento europeo
no es espectacular hasta mediados del siglo XIX y que había comenzado de manera sostenida pero
lenta a partir del año 1000, periodo en el que el PBI per cápita literalmente se duplica, y a partir de
mediados del siglo XIX el PBI de Europa Occidental se dispara a más de 10.000 dólares
internacionales de manera exponencial partiendo de una base de más de 1.000 dólares de base.

A la Real Hacienda puede considerarse también como el motor de la política liberal del crecimiento y
para ello se la reformó como parte de las reformas al sistema burocrático en lo relativo al aspecto
económico, potenciando su papel de supervisión y cobro de los impuestos. El virrey recibió el encargo
de ser el titular de la Superintendencia General de la Real Hacienda con lo que asumía toda la autoridad
32
Las principales disposiciones del libre comercio fueron:
1. Las manufacturas no españolas debían pasar por España para introducir a América.
2. El almojarifazgo de salida de puertos españoles tenía doble tasa: 7% los efectos extranjeros que salían por España y los
hispanos e «españolizados» sólo el 3%. Al entrar a puertos americanos debían pagar en la misma proporción.
3. Otros efectos manufacturados en España recibieron el beneficio de la condonación de derechos aduaneros (manufacturas
de lana, algodón, de acero, el azogue, clavos, harina, cristales, loza, papel, vidrios, sombreros, zapatos, etc. La misma
gracia se otorgó a algunos productos americanos que fueran a España (algodón, azúcar, café, cobre, estaño, lana de
auquénido, añil, es decir, todo producto que se consideraba propio de Indias.
sobre esta materia.33 Estas reformas chocaron con la no recta administración de los recaudos fiscales
que según el virrey Amat dormía en el soborno. Este fue el aliciente para el envío de un visitador
general en 1776 con amplios poderes para reformar el sistema fiscal. Al ser la Real Hacienda un ente
redistribuidor con muchos recursos inyectó circulante al mercado interno para beneficio de la
economía.

Desde 1773 se crean aduanas en Lima y en provincias con poder para abrir fardos de mercaderías para
el cobro del impuesto de aduanas levantándose una secular prohibición en ese sentido. La alcabala se
alza al 6%, se crea una oficina de temporalidades, se moderniza la vieja Junta de Hacienda, ente
colegiado que asesoraba al virrey en cuestiones hacendarias, ahora tiene más poderes como el judicial.

A partir de 1785 la real caja matriz de Lima pasa a denominarse «Contaduría y Tesorería General del
Ejército y Real Hacienda» reforzándose más su rol de ente fiscal centralizador en lo fiscal. Los cambios
en este orden también intentaron modificar el viejo sistema contable de «cargo y data» o partida simple
por la partida doble en 1785 aplicable a todas las tesorerías del reino que obligaba el uso de 3 libros
básicos: manual, mayor y de caja. Esta novedad contable no tuvo éxito en su aplicación pues se
suspendió en 1788 alegando los oficiales reales no «entenderla», volviéndose al antiguo sistema.

El pensamiento liberal de fines del siglo XVIII promovió un aparato estatal eficiente con una
burocracia mínimamente profesionalizada, que incluyó el ya mencionado en el aspecto fiscal, se
reajustó la política salarial como el no percibo de dos salarios, se reglamenta las licencias,
gratificaciones, se fija un horario de trabajo, se introduce las «libretas de servicios» (foja de servicios),
se dicta una legislación social para beneficiar a las viudas y huérfanos de los empleados públicos o del
Estado (montepío). La reforma política de mayor impacto fue la creación del virreinato del Rio de la
Plata y las intendencias (descentralización política) para promover el desarrollo interior.

Otra reforma importante que se deriva de las reformas en su fase liberal (segunda mitad del siglo) es la
masificación del comercio porque antes era casi monopolio de los comerciantes de Lima (Consulado) y
los «normados» como los tenderos, factores, ambulantes con permiso municipal. Este monopolio
comercial se rompe al autorizarse la apertura de nuevos puertos y el comercio interregional que invita a
muchos a participar de las ventajas del comercio. Aparecen los comerciantes ambulantes que disturban
la tranquilidad pública, como el lustre de la plaza mayor y vías aledañas, perjudicando a los
comerciantes legales cuando venden a precios menores. El gobierno o las autoridades en vez de
erradicarlos los trasladan a la plazuela de San Francisco y a la calle desamparados en Lima.

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33
Esta idea está graficada en la frase del virrey Amat cuando sostuvo que el virrey era «la cabeza que dirija la economía de
los tribunales de la Real Hacienda, (y) las manos mismas para la cobranza y para el ajustamiento y liquidación de todas
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diccionario alfabético. Tomo 1, letra A. Madrid: Imprenta de Alegría y Charlain.

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