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ANÁLISIS TECNO-FUNCIONAL DE LAS AzAGAYAS DE BASE HENDIDA EN EL ÁREA CENTRAL DE LA REGIÓN CANTÁBRICA.

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Kobie Serie PaleoantroPología nº 31: 57-72


Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia
Bilbao - 2012
ISSN 0214-7971
Web http://www.bizkaia.eus/kobie

ANÁLISIS TECNO-FUNCIONAL DE LAS AzAGAYAS DE BASE


HENDIDA EN EL ÁREA CENTRAL DE LA REGIÓN CANTÁBRICA.

Techno-functional analysis of the splint base point from


the central area to the Cantabrian region.

Daniel Garrido Pimentel1


(Recibido 23.I.2012)
(Aceptado 18.IV.2012)

Palabras clave: Análisis tecnológico. Auriñaciense. Azagaya de base hendida. Enmangue. Industria ósea.
Funcionalidad. Paleolítico superior cantábrico.
Key Words: Aurignacian. Bone tool. Cantabrian Upper Paleolithic. Functionality. Hafting. Splint base point.
Technological analysis.
Hitz gakoak: Azterketa teknologikoa. Aurignac aldia. oinarri pitzatuko azagaia. Eskulekua jartzea. Hezur-
industria. Funtzionaltasuna. Kantauri aldeko Goi paleolitoa.

RESUMEN

Las azagayas de base hendida o del Aurignac han ostentado un papel importante en la metodología de estudio
por ser un fósil director que en ocasiones ha servido para designar el contexto cultural de un determinado nivel
arqueológico. Sin embargo, en la Cornisa cantábrica, estos artefactos no han sido analizados con profundidad
dentro del ámbito económico, tecnológico y funcional al que están asociadas, es decir, al de los primeros humanos
anatómicamente modernos que poblaron la región cantábrica a principios del Paleolítico Superior.

SUMMARY

The split based points or the Aurignac points have held an important role in the methodology of study becau-
se sometimes has used as a fossil director to designate the cultural context of a particular archaeological level.
However, in the Cantabrian cornice, these artifacts have not been analyzed in depth in the economic, technologi-
cal and functional scope that they are associated, the first humans anatomically modern that occupied the
Cantabrian region in the Upper Paleolithic.

1 Cuevas Prehistóricas de Cantabria. Monte Castillo. 39670 Puente Viesgo (Cantabria). E-mail: danielgarrido@usal.es
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LABURPENA

Oinarri arrakalatuko azagaiek edo Aurignaceko azagaiek rol garrantzitsua izan dute aztertze-metodologian,
zeren eta, batzuetan, maila arkeologiko jakin baten testuinguru kulturala izendatzeko erabili den fosil zuzendari
bat izan baita. Hala eta guztiz ere, Kantauri aldean, tresna horiek ez dira sakontasunez aztertu dagozkien eremu
ekonomiko, teknologiko eta funtzionalean, hau da, Goi paleolitoaren hasieran Kantauri aldea populatu zuten
lehenengo gizaki anatomikoki modernoen testuinguruan.

Kobie. PaleoantroPología 31, año 2012 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
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1. INTRODUCCION. 1988a: 5; Knecht 1993; Nuzhnyi 1998: 117; Cabrera et


al. 2001: 525).
En 1860, Édouard Lartet y Henri Christy (1875:
95), descubrieron en el yacimiento del Aurignac la 2. ASPECTOS TECNOLOGICOS.
primera azagaya de base hendida. Desde un principio,
ambos investigadores fueron conocedores de su anti- Las azagayas ostentaron un papel importante en la
güedad, al señalar “that the lanceolate arrow-head is economía cazadora del grupo. Su generalización en
nearly always associated with a larger assemblage of asta de cérvido, por los primeros grupos humanos
extinct species of animals than that ordinarily accom- anatómicamente modernos que poblaron Europa a
panying the barbed kind of arrow-heads and other inicios del Paleolítico superior, es un claro referente de
products of more advanced art and industry”. la intensa labor cazadora que estas poblaciones lleva-
ron a cabo.
Sin embargo, es Gabriel de Mortillet (1869) el
primero en defender la existencia de un nuevo contex- La caza no sólo estaba encaminada a la adquisición
to cultural, asignado al Auriñac (Haute-Garonne) tras de recursos nutricionales, sino también al acopio de
el descubrimiento de estas azagayas de base hendida otras materias de origen animal, asociadas a los recur-
que diferían mucho de la industria ósea encontrada sos tecnológicos del grupo como los tendones (usados
hasta el momento en el Solutré, La Madeleine o para enmangar útiles o hacer collares), las pieles (para
Laugerie-Haute (Déchelette 1908: 117-118). De esta calentarse) o los huesos y astas (en donde confeccionar
manera, G. de Mortillet relaciona el Paleolítico medio objetos asociados a labores de vida cotidiana, la capta-
con la época de “le Moustier”, y subdivide el Paleolítico ción de recursos e incluso, la decoración corporal,
superior en “l’Aurignac” (el más antiguo), seguido del entre otros).
“Solutré” y de “La Madeleine”, comenzándose a utili-
zar las azagayas de base hendida como “fósil director” Se desconoce si con anterioridad al Auriñaciense,
del Auriñaciense desde finales del siglo XIX. se confeccionaron azagayas en material perecedero
como la madera, o si ambas coexistieron en el
En 1906 Henri Breuil retoma la cuestión del Auriñaciense. Heidi Knecht (1991: 122) tras analizar
Auriñaciense, valiéndose de una visión más global que trescientas ochenta y una azagayas de base hendida
Gabriel de Mortillet, gracias a los trabajos de campo pertenecientes a niveles auriñacienses de treinta y un
llevados a cabo en toda Europa, con posterioridad a la yacimientos de Bélgica, Alemania y Francia, sólo diez
publicación de este último. H. Breuil (1906, 1907a, estaban realizadas en hueso y el resto en asta de cérvi-
1907b, 1909a, 1909b y 1911) incluye en el Auriñaciense do. Joachim Hahn (1988: 13) comparó las azagayas de
los yacimientos cántabros de Hornos de La Peña base hendida existentes en varios niveles auriñacienses
(excavada por Hermilio Alcalde del Río) y la desapa- del Suroeste francés y la Cornisa cantábrica, recono-
recida cueva de Camargo (excavada en 1908 por el ciendo un claro predominio en el uso del asta de reno
Padre Lorenzo Sierra). Esta última con un nivel de en el Suroeste francés, y el asta de ciervo en la Cornisa
ocupación compuesto por numerosas láminas apunta- cantábrica.
das y una “punta del Aurignac” carente de hendidura
basal (Breuil 1909a). La morfología apuntada de su área distal, apenas se
modifica a lo largo del Paleolítico superior, mientras
Denis Peyrony (1934) subdivide el Auriñaciense que la sección (oval, triangular o aplanada) del fuste
francés en cinco “estadios culturales”, tras analizar el (alargado o losángico3) y la respuesta de su área de
registro arqueológico de Laugerie-Haute y La Ferrasie enmangue, dotado de una pequeña hendidura longitu-
(Les Eyzies-de-Tayac, Dordoña), asignando a su con- dinal por los laterales, es sometido a numerosos cam-
texto más antiguo (Ariñaciense I) las azagayas de base bios en el tiempo, con el objeto de incrementar la
hendida. capacidad funcional y durabilidad de las mismas,
aclarando a veces el contexto crono-cultural al que
Hoy sabemos que las azagayas de base hendida pertenece el registro arqueológico asociado.
fueron utilizadas en el Centro y Suroeste europeo,
entre los 40.000 y los 29.000 años de antigüedad, La técnica empleada para la confección de su hen-
datándose las puntas más antiguas en el Auriñaciense didura basal, ha sido objeto de debate a lo largo del
cántabro, en concreto en el nivel 18c de la cueva de El
Castillo (Puente Viesgo, Cantabria) con diez ejemplos
(42.915 ± 1.569 calBC), 40.000 ± 2.100 B.P. (42.136 ± 1.640
asociados, y once dataciones del nivel en torno a los calBC), 39.800 ± 1.400 B.P. (41.815 ± 1.072 calBC), 39.500 ±
40.500 años de antigüedad2 (Cabrera 1984: 219; Hahn 2.000 B.P. (41.699 ± 1.487 calBC), para el nivel 18c y de: 40.700
± 1.600 B.P. (42.533 ± 1.384 calBC), 38.500 ± 1.300 B.P. (40.998
2 Las once dataciones por AMS de C14 del nivel 18c y b de El ± 974 calBC), 38.500 ± 1.800 B.P. (40.910 ± 1.305 calBC), 37.100
Castillo fueron realizadas en tres laboratorios diferentes: Tucson, ± 2.200 B.P. (39.259 ± 2.154 calBC), 37.700 ± 1.800 B.P. (40.116
Oxford y Gif-sur-Yvette. Las fechas obtenidas son (Cabrera ± 1.601 calBC).
Bernaldo de Quirós 2000: 28; Cabrera et al. 2001: 511; Cabrera et 3 El término “losángico” proviene de la forma romboidal del fuste,
al., 2005:16) de: 40.000 ± 5.000 B.P. (42. 265 ± 5.108 calBC), debido al ensanche de éste en su área meso-proximal que dota a la
40.700 ± 1.500 B.P. (42.495 ± 1.312 calBC), 41.100 ± 1.700 B.P. azagaya de una forma lanceolada o de punta de lanza.

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tiempo, siendo las técnicas descritas por Henri-Martin longitudinal en esta cara. Por último, se separan las
(1930), Denis Peyrony (1935) y Dimitri Nuzhnyi dos áreas delimitadas por sendas incisiones y se obtie-
(1998) las más aceptadas: ne por un lado; una varilla de base hendida, y por el
otro; una fracción de la varilla dotada por uno de sus
1. Henri-Martin (1930: 36-37) tras analizar varias extremos de una lengüeta (fig. 1).
azagayas de base hendida asociadas a la ocupación
auriñaciense de La Quina (Gardes-le-Pontaroux, 3. La técnica propuesta por Denis Peyrony (1935)
Charente), plantea la introducción de cuñas en asta o no pasa desapercibida entre los investigadores
hueso por el extremo proximal del soporte hasta la (Cheynier 1958: 190; Hahn 1988: 13; Koz owski y
realización de una hendidura basal. Esta técnica fue Koz owski 1976: 207), influyendo en la propuesta
avalada años más tarde por Heidi Knecht (1991: 125) descrita años más tarde por Dimitri Nuzhnyi (1998:
mediante la aplicación de un programa experimental. 121; fig. 4). Según éste, debe aplicarse en el área
mesio-proximal del soporte una sola y profunda ranu-
2. Denis Peyrony (1935) justifica su método a tra- ra, transversal a su eje morfológico. Una vez realizada
vés de la presencia de numerosos “desechos de talla”, esta ranura, se introduce la varilla por el orificio de un
localizados entre el registro óseo del nivel A bastón perforado, apoyando la cara sin ranura sobre la
(Auriñaciense I) de Castanet (Sergeac, Dordoña). La superficie del orificio y ésta se flexiona desde ambos
hendidura se efectúa realizando un corte en la cara extremos longitudinales hasta producir una fisura de
ventral y otro en la cara frontal, ambos cortes deben escaso recorrido y en sentido longitudinal a su eje
ser simétricos entre sí. Con una orientación transversal morfológico. Con posterioridad, se introduce por la
al eje morfológico de la varilla utilizada como soporte. ranura una cuña, aprovechando la abertura producida
Ambos surcos no deben superar una profundidad por la fisura longitudinal. Una vez emplazada la cuña,
mayor a un tercio o un cuarto del espesor total de la se efectúan varios golpes de percusión sobre ésta,
varilla. Una vez efectuados ambos surcos, se sostiene combinándose con un continuo movimiento continuo
la varilla con una mano en cada lado de la incisión, de palanca. La inflexión del fuste no sólo origina la
flexionándose la varilla con los pulgares hasta produ- hendidura basal de la futura azagaya, también ocasiona
cir una fisura longitudinal el eje morfológico del la fractura transversal del soporte (fig.2)
soporte. Después, se gira la varilla y se efectúa la
misma operación hasta obtener una segunda fisura

Figura. 1. Sistema propuesto por Denis Peyrony para la realización de la


hendidura basal; 1. Detalle de un desecho de talla perteneciente
al nivel A de Castenet; 2. Fases para la fabricación de la
hendidura basal; 3. Aspecto de la lengüeta (a) y el soporte (b) Figura. 2. Sistema de fractura aplicado para la elaboración de la hendidura
antes de ser separados (en Peyrony 1935: 426, Fig.9.2 y 9.4). basal según Dimitri Nuzhnyi (en 1998: 129, Fig. 4).

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El modo de inserción utilizado entre el astil y este


tipo de azagayas, también ha sido motivo de debate
entre los diferentes autores, coexistiendo varias pro-
puestas según su sección (aplanada, triangular o circu-
lar) y la forma del fuste (losángica o alargada):

1. Autores como Henri Breuil (1906b: 54) o


Joaquim Hahn (1988: 16, fig. 10a) proponen la utiliza-
ción de un astil de madera, cuyo extremo distal esté
provisto de un doble bisel. La fragilidad de sendas
lengüetas basales favorecería la fractura de estas aza-
gayas por su base: “les lèvres de la fente sont souvent
trop menues, pour donner passage au biseau d’une
hampe; certains sont trop menues, trop faibles; le
moindre choc aurait posse la fente jusqu’à l’extrémité,
éclatait l’objet en plusieurs fragments. On pourrait y
voir plutôt l’un des moyes primitif de fixer l’extrémité
d’un lien ou d’une cordelette à une à une sorte de
navette ou de «passe-fil» ” (Breuil 1906b: 54).

2. Heidi Knecht (1991: 131, fig. 4a; Knecht 2000:


32) propone para las azagayas fusifomes o biapuntadas
un astil de madera dotado por uno de sus extremos de
un orificio o abertura en forma de “U”. Este mismo
sistema de enmangue, pudo utilizarse en las azagayas
biapuntadas de base hendida, como la pieza aquí ana-
lizada perteneciente al nivel 18 de El Castillo.

3. Otro sistema de enmangue, propuesto por Heidi


Knecht (1991) para las azagayas losángicas (sin la
base hendida), es la introducción de la misma en un
astil de madera provisto de una horquilla que permita
introducir la base de la azagaya en el astil (articulación
hembra según la clasificación de Danielle Stordeur Figura. 3. Propuestas de enmangue asignadas a este tipo de azagayas: 1.
Mediante el empleo de un astil a doble bisel (en Hahn 1988:
1987) 16, Fig. 10a); 2. Mediante una articulación hembra en las
azagayas biapuntadas o; 3. losángicas de base hendida (en
4. Para las azagayas losángicas de base hendida, Knecht, 1991: 131, Fig. 4a) o ; 4. Mediante la introducción de
Heidi Knecht (1991: 129) propone la introducción de una pequeña cuña, la cual se situada entre la hendidura basal.
una cuña en la hendidura de la azagaya, con el propó-
sito de obtener una mayor adherencia al astil, y reducir
el riesgo de que la azagaya se separe del astil durante ce al nivel XIII (Auriñaciense), el cual fue datado en:
su uso, además de amortizar el golpe que se produce 36.500 ± 750 B.P. (39.591 ± 523 calBC).
entre la azagaya y el astil, cuando la azagaya invierte
su trayectoria inicial, tras impactar contra una superfi- En el sector central cántabro, el mayor número de
cie dura (fig. 3). ejemplares se ha constatado en el nivel 18 de El
Castillo, con diez ejemplares y uno asociado al nivel
16 (Cabrera 1984). En Covalejos (Velo de Piélagos) se
han documentado, al menos seis azagayas de base
3. AZAGAYAS DE BASE HENDIDA EN LA
hendida. Todas ellas asociadas al nivel B (Auriñaciense
REGIÓN CANTÁBRICA
típico), datado en: 30.380 ± 250 B.P. (32574 ± 212
calBC) (Sanguino y Montes 2008: 35). En cueva
Morín (Villanueva, Villaescusa, Cantabria) se recupe-
En el sector centro-occidental asturiano destacan ró otro ejemplar de “azagaya de base hendida al estilo
los hallazgos de: la cueva de Arnero (Posada de clásico” en el nivel 5 inferior (asignado al Auriñaciense
Llanes, Asturias) con la presencia de “puntas de hueso evolucionado) (González Echegaray 1971: 225, fig.
de base hendida” (Obermaier 1925: 184), asociadas al 112. 48; Bernaldo de Quirós 1981: 153; 1982: 218).
nivel 6 o B (asignado al Auriñaciense típico); y La En El Pendo (Escobedo de Camargo, Cantabria),
Viña (La Manzaneda, Asturias) con un ejemplar deco- Ignacio Barandiarán menciona la existencia de otra
rado por una serie de muescas más o menos alternas azagaya de base hendida asignada al nivel VII
(Fortea 1995: 23, fig. 5; 2001: 151). La pieza pertene- (Auriñaciense inferior), a la cual describe como un:
“fragmento de hueso (…). Muy posiblemente es frag-

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mento proximal de una azagaya aplanada de base hendida, y no ahorquillada como es lo habitual en
hendida: trozo de una de las aletas de esa base” este periodo. Xabier Peñalver y José Antonio Mújika
(González Echegaray et al. 1980: 152). (2005) publican otro ejemplo asignado a la ocupación
Magdaleniense de Aitzbitarte IV.
En el sector oriental vasco, existen dos ejemplares
asociados al nivel B de El Polvorín (Carranza, Han sido analizadas las azagayas de base hendida
Vizcaya) (Barandiarán 1958) y una tercera pieza de recuperadas en Santimamiñe (1), Covalejos (2), Morín
dudosa atribución tipológica por el tipo de fractura (1) y El Castillo (5). De las once azagayas de base
que presenta en su área proximal (Ruíz Idarraga hendida recuperadas por H. Obermaier en el El
1989: 47-48). En Santimamiñe (Kortezubi, Vizcaya) Castillo, se han analizado seis. Todas ellas asignadas al
se conoce un solo ejemplar asociado al nivel IX nivel 18. La posible lengüeta basal, asociada al nivel
(Auriñaciense típico), decorado en su cara dorsal por VII de El Pendo y cuatro de las seis azagayas de base
una serie de incisiones, paralelas entre sí y transver- hendida recuperadas en Covalejos, no han sido anali-
sales al eje morfológico del útil. En Labeko Koba zadas por no haber sido localizadas entre los fondos
(Arrasate-Mondregón, Guipúzcoa) se recuperaron del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria
dos azagayas de base hendida, asociadas al nivel VI (fig. 4).
(Auriñaciense típico; sin datar) y al nivel V
(Auriñaciense típico), respectivamente, datándose
este último en: 30.615 ± 820 B.P. (32.963 ± 757 4. DESCRIPCION DE LAS PIEZAS
calBC) (Arrizabalaga y Altuna 2000). En Ekain ANALIZADAS.
(Deva, Guipúzcoa) existe un caso publicado por
Amelia Baldeón (1984: 201, lám. 7.9.3) de azagaya
de base hendida asignada al Magdaleniense inferior Todas las azagayas han sido analizadas a través de
(nivel VII). Tiene la sección cuadrangular y una una lupa binocular. Las lupas utilizadas pertenecen al
ranura longitudinal (típico del Magdaleniense infe- Museo en el que fueron analizadas cada una de las
rior-medio del sector oriental vasco) pero con la base piezas. Por ejemplo, la azagaya de Santimamiñe se
estudió cuando aún estaba depositada en el Museo
Etnográfico Vasco (Bilbao), siendo examinada con
una Olympus SzH (de hasta 75 aumentos), sin posibi-
lidad de tomar imágenes macroscópicas de su superfi-
cie. Las tres azagayas de El Castillo, actualmente
depositadas en el Museo de Altamira, han sido anali-
zadas con una OLYMPUS Sz (de hasta 20 aumentos)
también sin posibilidad de tomar imágenes. Por tanto,
en estos casos no ha sido posible incorporar imágenes
en la descripción. El resto de las azagayas fueron
analizadas en el actual Museo de Prehistoria y
Arqueología de Cantabria (MUPAC) con una lupa
binocular Leica KL200D (de hasta 75 aumentos) que
nos permite la toma de imágenes mediante un soporte
informático, a la vez que observamos la pieza. En
estos casos ha sido posible la incorporación de imáge-
nes durante la descripción.

1. La azagaya de base hendida de Santimamiñe


tiene forma biapuntada. En la sigla4 que actualmente
figura sobre su superficie, puede leerse su asignación
al nivel VIII (Gravetiense), pero José Miguel de
Barandiarán la asocia en sus memorias de excavación
(Barandiarán 1976: 294, 330, 441; lam. XVI, nº5) al
nivel IX, asignado al Auriñaciense típico. La azagaya
está realizada en el tejido cortical de una cuerna de
ciervo. Su sección es circular en todo el fuste y tiene
unas dimensiones máximas de 69mm de longitud,
6mm de anchura y 5mm de grosor. La superficie está
muy patinada, dificultando el reconocimiento de las
marcas tecnológicas asociadas a la transformación del
soporte y la técnica utilizada para la creación de su
hendidura basal. Como es un producto final completa-
Figura. 4. Azagayas de base hendida analizadas: 1. Santimamiñe; 2 al
6 El Castillo; 7 y 8 Covalejos y; 9. Cueva Morín. 4 Porta la sigla: S.8H.VIII.

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mente transformado, carece de marcas tecnológicas 3. Azagaya losángica de base hendida pertenecien-
asociadas a la extracción del soporte. El fuste se con- te al nivel 18 de El Castillo6. La materia prima utiliza-
figuró mediante un raspado longitudinal completo, al da es el tejido cortical de asta de cérvido. El útil posee
eje morfológico del útil. La hendidura basal presenta unas dimensiones máximas de 120mm de longitud,
una doble fisura en el extremo distal, a diferencia del 14mm de anchura y 8mm de grosor. Destaca su fuste
resto de las azagayas analizadas, pudiéndose haber de sección aplanada y arqueado, el cual puede haberse
aplicado la técnica propuesta por Denis Peyrony. Su originado durante o tras el uso del mismo, una vez
cara dorsal y ventral está decorada a través de una erguido mediante la acción térmica (Peltier 1992).
serie de grabados, transversales al eje morfológico del Tras la observación macroscópica de la pieza, se han
útil. La decoración es posterior a la configuración del encontrado pruebas de que ésta fue utilizada, y si
útil. No se ha reconocido la direccionalidad de todos hubiese estado arqueada durante su uso, ésta hubiera
los surcos, debido a su reducida profundidad y estado cambiado su trayectoria inicial, reduciendo su efecti-
de conservación, pero carecen de una misma direccio- vidad y por tanto, la obtención de los recursos que es
nalidad. A parte de estas series lineales y situados en el para lo que fue concebida. El soporte fue extraído
área medial de su cara posterior, se observan dos pro- mediante la aplicación de un sistema de fractura con-
fundos surcos, transversales al eje morfológico del trolado: el doble ranurado longitudinal. Este hecho se
útil. Su punta distal carece de fractura alguna, presen- observa a través de las dos plataformas de ranurado
tando una morfología roma por el uso (fig. 4.1). conservadas; una en cada lateral, aunque carecen de
marcas de ranurado, al haber sido éstas eliminadas
2. Azagaya biapuntada de base hendida pertene- durante la transformación del soporte (fig. 5.1). Tras la
ciente al nivel 18 de El Castillo5. La azagaya está rea- obtención del soporte, se efectuó la hendidura basal, a
lizada en el tejido cortical de un asta de cérvido de través de la introducción de una cuña por uno de sus
gran espesor. La sección del útil, al igual que en extremos longitudinales, tal y como se muestra en el
Santimamiñe, es circular y posee unas dimensiones recorrido sinuoso de la línea de fractura y el reducido
máximas de 125mm de longitud, 7mm de anchura y espesor de ambas lengüetas (fig. 5.2). Una vez realiza-
6mm de grosor. La pieza destaca por su longitud, a da la hendidura de la azagaya, el soporte fue transfor-
pesar de no conservar su área distal por tener una mado mediante un raspado longitudinal completo,
fractura “reciente” en su área medial. No se han iden- visible en sus cuatro caras. Este raspado longitudinal
tificado marcas tecnológicas asociadas con la extrac- pretende dotar al soporte de una forma final que
ción del soporte, debido a que la superficie del útil ha homogenice la superficie mediante la eliminación de:
sido completamente transformada mediante rapado la textura natural de su cara frontal; y el tejido espon-
longitudinal, y parte de un extremo a otro del útil. Los joso de la cara ventral (fig. 5.3).
laterales albergan profundos surcos, producidos por el
empleo de una lámina o lasca de sílex con el filo Con posterioridad, se ha reducido el espesor en su
retocado. Ambos fueron completamente rebajados, área proximal mediante un ranurado longitudinal par-
hasta adquirir su actual sección circular. Tras esta cial, a modo de doble bisel, creando una superficie
operación, se efectuó una fractura no controlada que completamente plana. En su área más proximal, las
constituye su hendidura basal, a través de la introduc- marcas de configuración son menos visibles por estar
ción de una cuña en su extremo proximal. Con poste- la superficie muy patinada, debido al enmangado de
rioridad, se efectuó tanto en la cara frontal como dor- éste. La punta distal, facetada, se encuentra muy
sal, un raspado parcial que parte del área mesial y embotada, y alberga una pequeña fractura por presión,
finaliza en su extremo proximal, con el objeto de al impactar contra una superficie dura. Las lengüetas
rebajar el espesor del útil, dotándole a éste de un doble se encuentran fracturadas y no se conservan en su
bisel. Los surcos producidos en la superficie del útil a totalidad. En su área distal puede observarse un raspa-
través de este raspado parcial, poseen una profundidad do parcial muy marcado, atribuible al re aguzado de la
y un espesor similar al de sendos laterales por lo que punta durante las labores de mantenimiento del útil
pudieron haber sido confeccionadas ambas partes con (figs. 5.4 y 4.3).
el mismo artefacto lítico. La superficie apenas está
patinada, indicando el reducido uso de la pieza duran- 4. Azagaya losángica de base hendida asignada al
te su vida funcional. En cambio, las melladuras cons- nivel 18 de El Castillo7. La materia prima utilizada es
tatadas en su extremo distal, ocasionadas por el retro- el tejido cortical de una cuerna de cérvido. Su sección
ceso de la azagaya y el choque de éste con el astil es circular en el área distal (apuntada), ovalada en el
durante el impacto contra una superficie dura, así área medial y aplanada en el área de enmangue o
como las huellas de enmangue, producidas a través de proximal. Tiene unas dimensiones máximas de 167mm
la fricción de la azagaya con la articulación hembra de longitud, 12mm de anchura y 6mm de grosor. Las
del astil, indican que esta azagaya fue utilizada (fig. marcas tecno-funcionales apenas han sido alteradas, a
4.2). pesar de que el útil se haya fracturado en varias por-
ciones durante el proceso de recuperación en el yaci-

6 Porta la sigla: 1564.


5 Porta la sigla: 1565. 7 Porta la sigla: 1561.

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Figura. 5. Marcas tecnológicas de la azagaya losángica de base hendida nº1564 de El Castillo: 1. Plataforma de ranurado que carece de marcas de
ranurado, eliminadas durante la transformación del soporte; 2. Detalle de la hendidura basal; 3. Aspecto de la cara ventral; 4. Raspado
longitudinal parcial asociado al de re aguzado del útil durante su uso.

miento, habiéndose reconstruido con posterioridad. En marcas de la cara dorsal y proximal, la transformación
su área proximal la superficie está ligeramente alterada del soporte en éste área se llevó a cabo, a través una
por la intervención de raíces durante el proceso de lamina o lasca de sílex dotado de al menos, una mues-
sedimentación del útil. La superficie carece de marcas ca por donde se introdujo de lado el soporte hasta
asociadas a la extracción del soporte por ser un pro- obtener la forma deseada. Una vez elaborada la forma
ducto final completamente trasformado. Lo primero en general del soporte, se ha reducido su área proximal
que se realizó fue su hendidura basal. La cara interior mediante un raspado longitudinal parcial, elaborando
de los labios o lengüetas que constituyen la hendidura un doble bisel, apenas visible. Sobre la lengüeta de su
basal, se encuentran distanciadas y presentan una cara proximal se aprecian dos surcos superficiales e
superficie muy aplanada. Sin embargo, la línea de intencionales, paralelos entre sí y oblicuos al eje mor-
fractura de su tramo final muestra un recorrido ligera- fológico del útil. En cuanto a las huellas de uso, su
mente sinuoso. Creemos que esta hendidura fue reali- punta distal se encuentra ligeramente embotada por el
zada a través de la técnica propuesta por Denis uso, pero no fracturada, y los labios formados por la
Peyrony (1935). De este modo, se explica la distancia hendidura basal, se encuentran desconchados a causa
entre ambas lengüetas y su superficie aplanada. La del retroceso de la punta al impactar contra una super-
línea de fractura sinuosa se produjo al extraer el ficie dura, golpeando de este modo contra la hendidura
desecho de talla. Ambos labios muestran el mismo del astil (fig. 4.4).
espesor. Una vez elaborada su hendidura basal, el
soporte fue trasformado por sus cuatro caras mediante 5. Azagaya losángica de base hendida y sección
un raspado longitudinal completo. Las marcas de ras- aplanada perteneciente al nivel 18 de El Castillo8. La
pado de los laterales concurren por encima de su hen- materia prima utilizada es el tejido cortical de asta de
didura basal, indicando la secuencia técnica descrita. cérvido. El útil posee unas dimensiones máximas de
El reducido espesor de los laterales y la continuidad
que presentan las marcas de raspado con respecto a las 8 Porta la sigla: 165.

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ANÁLISIS TECNO-FUNCIONAL DE LAS AzAGAYAS DE BASE HENDIDA EN EL ÁREA CENTRAL DE LA REGIÓN CANTÁBRICA. 65

Figura. 6. Marcas tecnológicas de la azagaya losángica de base hendida nº1564 de El Castillo: 1. Plataforma de ranurado; 2 y 3. Marcas de raspado
asignadas a la transformación del soporte en su cara dorsal y ventral; 4. Raspado longitudinal parcial asociado al re aguzado del útil durante
su uso.

120mm de longitud, 14mm de anchura y 8mm de tejido esponjoso de la cara ventral (fig. 6.3). De este
grosor. Destaca el fuste arqueado del artefacto, el cual modo, se han eliminado las marcas de ranurado, aso-
puede haberse originado durante o tras su uso, tras ciadas a la extracción del soporte. Con posterioridad,
haber sido erguida por acción térmica (Peltier 1992). se ha reducido el espesor en su área proximal median-
Tras el análisis macroscópico de la pieza, se han te un ranurado longitudinal parcial, a modo de doble
encontrado pruebas de que ésta fue utilizada y si bisel, creando una superficie completamente plana. En
hubiese estado arqueada durante su vida funcional, su área más proximal las marcas de configuración son
hubiera cambiado su trayectoria inicial, reduciendo su menos visibles al estar muy patinada la superficie,
efectividad y por tanto, la obtención de los recursos debido al enmangando de éste. La punta distal, faceta-
para lo que fue concebida. El soporte fue extraído de da, se encuentra muy embotada y alberga una pequeña
su matriz, mediante la aplicación de un sistema de fractura por presión por impactar contra una superficie
fractura controlado: el doble ranurado longitudinal y dura. Las lengüetas se encuentran fracturadas y apenas
este hecho se observa a través de las dos plataformas se conservan en su totalidad. En su área distal existe
de ranurado conservadas, una en cada lateral (fig. 6.1). un raspado parcial muy marcado, atribuible al re agu-
Tras obtener el soporte, se efectuó la hendidura basal, zado de la punta como labor de mantenimiento (figs.
mediante la introducción de una cuña por uno de sus 6.4 y 4.5).
extremos longitudinales tal y como indica la sinuosi-
dad y coincidencia. Una vez efectuada la hendidura, el 6. Azagaya de base hendida de El Castillo9. Sin
soporte fue transformado mediante un raspado longi- atribución estratigráfica. Actualmente se exhibe en la
tudinal completo, visible en las cuatro caras y parte de exposición permanente del Museo de Altamira. La
un extremo a otro de la varilla. Este rapado longitudi- sección del útil es ovalada en su área mesio-proximal
nal pretende dotar al soporte de una forma final, y (apuntada), y triangular en su área distal. Tiene unas
homogeneizar la superficie mediante la eliminación de
la textura natural de su cara frontal (fig. 6.2); y el 9 Porta la sigla: 1564.

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Figura. 7. Marcas tecno-funcionales de la azagaya de sección plana y base hendida de Covalejos: 1. Marcas de ranurado; 2. Marcas asociadas a la
extracción del soporte mediante el uso de una cuña de sílex; 3. Surcos superficiales asignados a las ligaduras durante el enmangado del
útil; 4. Detalle de los desconchados producidos en el extremo basal de la azagaya, al invertir ésta su recorrido inicial durante el impacto.

dimensiones máximas de 87mm de longitud, 10mm de 7. Azagaya de sección aplanada y base hendida
anchura y 6mm de grosor. La azagaya fue elaborada en perteneciente al nivel B (Auriña-ciense) de Covalejos10
una varilla longitudinal, la cual se encuentra arqueada (Velo, Piélagos). La materia prima utilizada es el tejido
al adquirir de nuevo su forma original en la cuerna. cortical de un asta de cérvido. El útil posee unas
Las marcas tecno-funcionales apenas han sido altera- dimensiones máximas de 63mm de longitud, 9mm de
das por procesos post-deposicionales, permitiendo su anchura y 3mm de grosor. Su superficie presenta un
lectura tecno-funcional. No se han observado marcas estado de conservación óptimo y a pesar de tener la
asociadas con la extracción del soporte, al ser un pro- punta fracturada, la pieza se conserva casi en su totali-
ducto final completamente trasformado mediante un dad. La superflua configuración del artefacto, nos ha
raspado longitudinal secuenciado que parte de un permitido reconocer varias fases de la cadena operati-
extremo a otro del útil en su cara ventral y en los va como la extracción del soporte mediante fractura
laterales. Su cara dorsal no ha sido trasformada, con- controlada a través de un doble ranurado longitudinal.
servando la textura natural de la cuerna. Una vez Los laterales conservan en su área medio-proximal la
homogeneizada la superficie del soporte, se ha aguza- plataforma creada a través del ranurado, con marcas
do su área distal, efectuando un raspado parcial reba- asociadas al ranurado (fig. 7.1) y a la extracción del
jándose ambos laterales hasta crear una forma apunta- soporte (fig. 7.2). Estas últimas son estrías de corto
da. La azagaya se encuentra fracturada por la hendidu- recorrido y cierta profundidad, superpuestas a las
ra basal, impidiendo el reconocimiento de la técnica marcas de ranurado y asociadas al uso de una cuña de
utilizada para su elaboración. La hendidura se elaboró materia lítica. Una vez extraído el soporte, se ha
con anterioridad a la homogeneización del soporte por efectuado la hendidura basal. El interior de la hendidu-
raspado longitudinal (fig. 4.6). ra carece de marcas de extracción y el recorrido
sinuoso de la línea de fractura es correlativo en el

10 Porta la sigla: CV’99 (24-B) nº4193.

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ANÁLISIS TECNO-FUNCIONAL DE LAS AzAGAYAS DE BASE HENDIDA EN EL ÁREA CENTRAL DE LA REGIÓN CANTÁBRICA. 67

Figura. 8. Marcas tecno-funcionales de un fragmento proximal de azagaya de sección plana y base hendida en Covalejos: 1. Detalle de la línea de
fractura que configura su hendidura basal. Las marcas de raspado son posteriores a la configuración de la misma; 2. Detalle de las marcas
de raspado asociadas a la configuración del útil. Desconchados producidos al impactar el proyectil contra una superficie dura; 3. Patinado
de la superficie a causa del uso y la acción de los agentes erosivos que han intervenido sobre la misma; 4. Depresiones producidas por la
presión de las ligaduras de enmangue sobre la superficie ósea.

interior de ambos labios, revelando que fue obtenida La azagaya fue enmangada y así lo revela la depre-
mediante la introducción de una cuña por su extremo sión ubicada en su lateral derecho y las marcas de
proximal. El área distal de la azagaya no presenta una ligaduras presentes en el área proximal (fig. 7.3). Su
sección circular como es lo habitual en las azagayas, extremo distal se encuentra fracturado en sendos late-
sino espatulada. Por lo tanto, no ha sido apuntado sino rales. La causa es difícil de determinar, al tener una
afilado, extrayendo pequeñas varitas de asta a través línea de fractura oblicua al eje morfológico del útil. Su
de un raspado longitudinal parcial que ha dotado a la extremo proximal, al igual que en el resto de las aza-
superficie de pequeños desconchados con cierto carác- gayas descritas, muestra numerosos desconchados
ter intencional. Su área distal, elaborado a través de un producto del retroceso de la azagaya cuando estas
raspado longitudinal parcial de carácter somero, no impactaban contra una superficie dura (figs. 7.4 y
pretende buscar ningún canon de belleza estética sino 4.7).
más bien de carácter funcional, guardando los conven-
ciónalismos de las azagayas descritas con anterioridad: 8. Fragmento proximal de azagaya de sección
más estrecha en su base para ser enmangado; un raspa- aplanada y base hendida perteneciente al nivel B
do longitudinal de su cara ventral para la homogeniza- (Auriñaciense) de Covalejos11. La materia prima utili-
ción de la superficie a través de la eliminación de su zada es el tejido cortical de un asta de cérvido. Las
tejido esponjoso; y el rebajado de su área distal -de dimensiones máximas de esta fracción son 34mm de
sección aplanada- para favorecer la penetración de la longitud, 12mm de anchura y 5mm de grosor. Su
azagaya en la piel del animal abatido. El área medial superficie presenta un estado de conservación óptimo
de su cara frontal no ha sido transformada, albergando lo que permite la lectura tecno-funcional del área
la superficie natural del asta.
11 Porta la sigla: CV’02 (H5-sub.c) s/n.

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Figura. 9. Fragmento de costilla de cueva Morín utilizada como alisador: 1. Detalle de una marca de corte producida durante la extracción de los
tejidos blandos que recubrían la costilla; 2. Huellas de uso originadas durante el uso de la costilla como alisados; 3. Detalle de su extremo
distal; 4. Detalle de su fractura basal, cuya morfología provocó su errónea asignación como azagaya de base hendida.

conservada. Cabe destacar la fractura reciente que que en las azagayas mono o biseladas. Las numerosas
delimita el extremo más distal del fragmento conser- huellas de uso que recubren la superficie, indican la
vado. Al tratarse de un producto cuya superficie ha vida funcional tan intensa que tuvo esta punta de pro-
sido completamente transformada, no conserva marcas yectil como: el suavizado de las marcas de raspado
relacionadas con la extracción del soporte de su (fig. 8.3), los surcos superficiales, los desconchados de
matriz. Lo primero en configurarse fue la hendidura su extremo distal (fig. 8.2) o las depresiones produci-
basal, mediante la introducción de una cuña por su das por la presión de las ligaduras sobre la superficie
extremo distal como indica el recorrido sinuoso de la ósea (figs. 8.4 y 4.8).
hendidura. Con posterioridad el soporte fue transfor-
mado como indican las marcas de raspado que pasan 9. La “azagaya de base hendida al estilo clásico”
por encima de la hendidura basal (fig. 8.1). Las marcas recuperada en el nivel 5 inferior de cueva Morín
asociadas a la configuración del soporte, se conservan (González Echegaray 1971: 225, fig. 112. 48) es en
muy patinadas por la fricción de la ligadura sobre el realidad un fragmento de costilla perteneciente a un
proyectil los cuales se produjeron mediante un raspado animal de talla media (¿ciervo?), empleada como ali-
longitudinal que cubre toda la superficie (fig. 8.2). sador12. Las dimensiones máximas de este artefacto
Según descendemos hacia su extremo más proximal, poco elaborada son de 48mm de longitud, 9mm de
el útil reduce su espesor, formándose un ligero bisel anchura y 1mm de grosor. La superficie presenta un
por ambas caras. Los surcos paralelos entre sí y obli- estado de conservación óptimo, permitiendo el reco-
cuos al eje morfológico del útil, son de una longitud y nocimiento del artefacto y las marcas tecno-funciona-
profundidad diferente. Éstos fueron realizados inten-
cionalmente con posterioridad a la configuración del
12 Los alisadores están realizados por lo general en hueso y en menor
soporte, al encontrarse sobre puestos a las marcas de medida en asta de ciervo o reno. Los bordes son paralelos entre sí
raspado y tienen la intención de incrementar la adhe- y su extremo distal está pulido, mostrando el borde redondeado
sión del útil al astil una vez enmangado éste, al igual debido al desgaste del útil en esta área mediante su uso.

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ANÁLISIS TECNO-FUNCIONAL DE LAS AzAGAYAS DE BASE HENDIDA EN EL ÁREA CENTRAL DE LA REGIÓN CANTÁBRICA. 69

les asociadas a éste y presentes en su superficie. La encuentra muy estandarizado, destacando dos de ellas
fisura que muestra la costilla en sendos laterales es al compartir las mismas dimensiones: 120x14x8;
debido al desgaste producido por el uso en esta área,
exteriorizando el tejido esponjoso interno de la costi- - En tercer lugar, está la azagaya de base hedida,
lla, dotandola de una forma ahorquillada en su extremo sección plana y punta espatulada de Covalejos y;
proximal. Su área distal que coincide con la prolonga-
ción final de la costilla, se encuentra muy suavizada - En cuarto y último lugar, está la azagaya de base
por el uso, mostrando un extremo redondeado de sec- hendida de El Castillo, muy similar a la anterior pero
ción aplanada, lo que pudo llevar a la confusión la punta espatulada y con la sección distal triangular.
durante su anterior estudio. La costilla aún conservaba
marcas de corte asociadas a la extracción de la carne Todas estas azagayas de base hendida, a pesar de
(fig. 9.1) (Garrido 2008: 2009), al carecer su superficie sus diferencias morfológicas, no sólo tienen en común
de marcas asociadas a la transformación del soporte en su base hendida, también poseen analogías en los
un producto final cómo las marcas de raspado. El procesos técnicos aplicados para la elaboración de las
extremo distal de su cara ventral es romo, debido a la mimas, y en el orden establecido para ejecución de
fricción del útil a través de un continuo movimiento en estas técnicas dentro de la cadena operativa.
vaivén que provoca el bruñido superficial y embotado
de sus aristas. El ángulo existente entre éste extremo, Como todas las azagayas son un producto final
ligeramente biselado y la superficie sobre la que des- completa o parcialmente elaborado, sólo tres de las
cansa, indica el grado de inclinación aplicado durante ocho azagayas conservan marcas asociadas a la extrac-
el uso de la costilla. Este movimiento de fricción ha ción del soporte. Corresponden a dos azagayas losán-
producido sobre su cara ventral, numerosos surcos de gicas de El Castillo y una azagaya de sección aplanada
espesor y longitud diferente. Parten de su extremo de Covalejos. En ellas, el soporte fue extraído median-
distal y no superan nunca su área meso-proximal. Por te un doble ranurado longitudinal. El resto de las aza-
lo general, muestran una orientación longitudinal gayas, a pesar de no conservar marcas que testifiquen
aunque a veces es oblicua al eje morfológico del útil el tipo de fractura o extracción utilizado en la matriz,
(figs. 9.2 y 4.9). seguramente se obtuvo aplicando la misma técnica de
fractura controlada. La azagaya de Covalejos es la
única que alberga en sus laterales marcas asociadas al
5. CONCLUSIONES DE ESTUDIO uso de una cuña, utilizada para la extracción del
soporte de su matriz14.

La materia prima utilizada en todas las azagayas de Una vez extraído el soporte, lo primero en elabo-
base hendida analizadas, es el asta de ciervo ya que sus rarse es la hendidura basal como se puede observar en
propiedades mecánicas con un alto porcentaje en cinco de las ocho azagayas analizadas. En cuatro de
colágeno, dota al útil de una gran elasticidad, hacién- ellas esta hendidura fue realizada introduciendo un
dolas más resistentes a la fractura cuando golpean objeto apuntado por uno de los extremos del soporte,
contra una superficie dura o cuando son sometidas a y sólo en una azagaya de base hendida, asociada a El
un movimiento de inflexión, en el momento en el que Castillo15 se aplicó el método propuesto por Dimitri
la presa comienza a realizar movimientos bruscos con Nuzhnyi (1998). La elaboración de esta hendidura
el propósito de liberarse del venablo que le ha sido basal, es un momento crítico dentro de la cadena ope-
introducido. rativa en este tipo de azagayas, porque al realizarse
una fractura no controlada, un error puede seccionar
De las ocho13 azagayas analizadas se han reconoci- longitudinalmente su fuste, creando una plataforma
do hasta cuatro tipos de azagayas de base hendida bien biselada completamente irreversible.
diferenciadas entre sí por la morfología de su fuste y
de su sección: Todas las azagayas fueron configuradas a través de
un raspado longitudinal que parte de un extremo a otro
- En primer lugar, están las azagayas de doble de la varilla. En las cinco azagayas, cuya técnica
punta o biapuntadas asociadas a la ocupación aplicada para la configuración de la hendidura basal ha
Auriñaciense de Santimamiñe y de El Castillo. Ambas sido identificada, éste raspado fue aplicado con poste-
presentan, a pesar de las distancias, una morfología rioridad a la configuración de la hendidura.
muy similar;
Tras este raspado longitudinal, en las tres azagayas
- En segundo lugar, están las azagayas de base losángicas de El Castillo y en la azagaya de sección
hendida y fuste losángico pertenecientes todas ellas al plana de Covalejos, se efectuó un raspado parcial en la
nivel 18 de El Castillo. Este tipo de azagayas se base, con el objeto de crear un bisel doble. Sobre la
plataforma del bisel, se efectúo en la azagaya de

13 La novena, asociada a cueva Morín, resultó ser un fragmento de 14 Porta la sigla: CV’99 (24-B) nº4193
costilla utilizado como alisador. 15 Porta la sigla: 1561

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70 D. GARRIDO PIMENTEL

Covalejos y en una losángica de El Castillo16, una serie 1976 “Exploración de la caverna de Santimamiñe.
de grabados para nosotros de carácter funcional, al ser Cuarta Memoria. (Campaña de 1960). Quinta
series lineales de surcos no figurativos que permiten Memoria (Campaña de 1961). Sexta Memoria
una mayor adhesión del útil al astil una vez enmanga- (Campaña de 1962). Recapitulación y
dos. Por tanto, estas azagayas al igual que las de doble Apéndice”. Obras completas de José Miguel
punta, fueron insertadas en un astil hembra como ya de Barandiarán. Bilbao, La Gran Enciclopedia
propuso Joaquim Hahn (1988: 17, fig. 10b) quien tiene Vasca, 345-475.
en cuenta la fragilidad de las dos lengüetas basales en
Barandiarán Maestu, I.
este tipo de azagayas y propone su inserción en un astil
cuyo extremo distal se muestre hendido, con el objeto 1967 El Paleomesolítico del Pirineo Occi-dental.
de reducir las posibilidades de fractura en su área Bases para una sistema-tización tipológica
basal. del instrumental óseo paleolítico. zaragoza,
Monografías Arqueológicas. 3.
La constatación de puntas distales embotadas o
Bernaldo de Quirós, F.
fracturadas, son claros indicativos de que las azagayas
analizadas fueron utilizadas. Sin embargo, el área más 1981 “La industria del Paleolítico superior inicial”.
afectada por el uso es su área basal. A parte de conser- Trabajos de Prehistoria 38 (1), 69-92.
var las típicas depresiones laterales producidas por la
presión de las ligaduras, las lengüetas se encuentran 1982 Los inicios del Paleolítico superior cantábri-
fracturadas y perdidas en la mayoría de los casos o co. Madrid, Monografías del Centro de
están melladas a causa del retroceso de las mismas. Investigaciones y Museo de Altamira. 8.
Breuil, H.
Esta fragilidad patente en las lengüetas de este tipo
de azagayas, ha sido el motivo por el que autores como 1906 “Essai de stratigraphie des dépôts de l’âge du
Christiane Leroy-Prost (1974: 457) estiman la causa de Renne. I Congrès Préhistorique de France.
su desaparición. Como ya se ha dicho, la fractura de su Périgueux, 74-83.
base en este tipo de azagayas puede incluso producirse 1906 “Les Cottes: une grotte du vieil âge du renne
durante la manufactura del mismo (Hahn 1988: 17). à Saint-Pierre de Maillé (Vienne)”. Revue de
l’École d’Anthropologie de Paris XVI,
47-62
7. AGRADECIMIENTOS
1907 “La question Aurignacienne. Étude critique de
stratigraphie comparée”. Revue Préhistorique
2 (6/7), 173-219.
Quiero agradecer la amabilidad y los medios pro-
porcionados en todo momento por el equipo humano 1907b “Les gisements Présolutréens du type d’Auri-
del Museo Etnográfico Vasco, el Museo de Prehistoria gnac. Coup d’oeil sur le plus ancien âge du
y Arqueología de Cantabria (MUPAC) y el Museo de Renne”. La question Aurignacienne. Étude
Altamira durante el estudio de las piezas descritas en critique de stratigraphie comparée. Mónaco,
el presente artículo. 323-350.
1909 “Études de morphologie paléolithique I. La
transition du Moustérien vers l’Aurignacien à
8. BIBLIOGRAFIA l’Abri Audi (Dordogne) et au Moustier”.
Revue de l’École d’Anthropologie de Paris 19,
Arrizabalaga, A.; Altuna, J. 320-340.
2000 Hienas y humanos en los albores del Paleolítico 1909 “L’Aurignacien Présolutréen. Épilogue d’une
Superior. San Sebastián, Munibe. controverse”. Revue Préhistorique 8/9, 228-
265.
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16 Portan la sigla: CV’02 (H5-sub.c) s/n y 1561.

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