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SOBRE JETTATORE, Gregorio Laferrere

Estudio Preliminar
En el siglo XIX surgen el realismo y el naturalismo con el objeto de reflejar los cambios
producidos en la sociedad europea. Estas corrientes se alejan de la expresión lírica por el afán
de reproducir la realidad por lo que se vuelcan al género narrativo y, en algunos casos en el
dramático. Estas corrientes pasan a Hispanoamérica y se reproducen en obras teatrales y
narrativas, manifestándose con características diferentes de acuerdo a la realidad que vivía
cada país. 
Es importante resaltar que en un principio en Hispanoamérica se representaban
mayoritariamente obras de autores europeos pero a partir de la generación del 80 se
comienza a emancipar al teatro de esos modelos, surgiendo así un drama nacional. Podemos
ubicar el origen del teatro rioplatense en 1884 con el estreno de la obra “Juan Moreira” en Bs.
As de Eduardo Gutiérrez. 
Se puede decir que a principios del siglo XX tenemos el teatro costumbrista, que se
caracteriza por sus personajes con formas idiomáticas características delineando en ellos los
vicios y virtudes, como consecuencia de la influencia del medio ambiente. Se convierte, de
este modo, el teatro en una forma de exponer ideas políticas, denunciar situaciones sociales y
de “fotografiar” a representantes de clases sociales. También se da el desarrollo del sainete
criollo, con personajes humildes de los suburbios, reflejando así la vida local. 
Entre sus hombres más representativos nos encontramos con Roberto J Payro, Florencio
Sánchez y Gregorio de Laferre. 
Las obras que de Payro destacamos son: “Canción trágica” (1902), “Sobre las ruinas” (1904),
“Marco Severi” (1905), “El triunfo de los otros” (1907), “Vivir quiero conmigo” (1923), “Fuego en
el restrojo” (1925) y “Alegría” (1928) 
Por su parte Florencio Sánchez y Gregorio de Laferrere son autores totalmente antagónicos
representando la tragedia y la comedia, respectivamente. 
Entre las obras de Sánchez podemos mencionar: “M`hijo el dotor” (1903), “La gringa” (1904),
“Barranca abajo” (1905), “En familia” (1905), “Los muertos” (1905), “Nuestros hijos” (1906). 
Por ultimo, pero no de importancia, Laferrere escribió: “Jettatore” (1905),”Locos de verano”
(1905), “Bajo la garra” (1906), “Las de Barranco” (1908) y “Los invisibles” (1911). 

¡Jettatore! fue estrenada el 30 de mayo de 1904 por la compañía Podestá, con un rotundo


éxito de taquilla, tal que era común que se reservaran entradas con más de una semana de
anticipación. 
Gregorio de Laferrere (1867-1913), escritor argentino, nacido en Buenos Aires, que encabeza
la ‘época de oro’ de la escena nacional. 
Hijo de padre francés y madre argentina, fue por sobre todas las cosas un político que supo
mostrar al mundo la delicadeza y el amor al arte de los criollos americanos. Lo demostró en
cada uno de los lugares del mundo en los que le toco actuar. En el año 1889 viajó a Europa y
a su regreso fundó y dirigió varias instituciones políticas tales como el Partido Nacional
Independiente y la Acción Popular. 
En el año 1893 es elegido Diputado Provincial y en 1898 Diputado Nacional, banca que ocupó
hasta 1908. Además se desempeño brillantemente como Intendente Municipal de la comuna
de Morón. 
Fundó un periódico en el que actuaba con el seudónimo de Abel Stewart Escalada; así se
inició en las letras.Creó el Conservatorio Lavardén para el fomento del teatro y de la formación
de actores. 
Su dramaturgia está dentro de la comedia humorística reidera y casi bufona, cuyo escenario
es la sociedad porteña entre 1890 y 1910, principalmente la burguesía. Entre sus obras más
importantes se pueden señalar: ¡Jettatore! (1905), Bajo la garra (1906),Las de Barranco
(1908) y Los invisibles (1911). 
Su trágico deceso se produce en la ciudad de Buenos Aires. 

La introducción se da en en primer acto, donde se pone en práctica la estrategia de Carlos y


Lucía para difamar a Don Lucas. De aquí en adelante Pepito será el encargado de marcar el
final de cada etapa, ya que es siempre el primero en dejarse llevar por la corriente. Ya a partir
del segundo acto se desarrolla lo que vendría a ser el nudo de la obra, en que todos los
personajes están al tanto del malintencionado rumor y el miedo se va arraigando en los más
susceptibles, e incluso la víctima acaba por caer en el enredo místico gracias a la oportuna
actuación de Enrique. 
Con el tercer acto se inicia también el desenlace de la obra, indicado por una conversación en
la que Doña Camila expresa su preocupación por el Jetattore a su marido, y concluye con la
rendición de Don Juan frente a las pruebas de la jettatura sufrida por los habitantes de la casa,
con la consecuente disolución del compromiso de Lucía y Don Lucas, que no volvería a pisar
la casa. 

Argumento: la obra se centra en la confubulación de Lucia, Carlos y Leonor, para hacer creer
a todos que Don Lucas es un jettatore, ya que Lucia no quiere casarse con él al estar
enamorada de Carlos. A partir de esta trama van ocurriendo desgraciados sucesos, mediante
los cuales, por las supersticiones sociales, todos se van convenciendo que Don Lucas es
realmente un jettatore (hasta él mismo), haciéndole creer que posee un flujo que le permite
sugestionar a otros. Llega un determinado momento que quienes lo rodean llevan objetos para
contrarrestar la mala suerte. Los jóvenes logran así desbaratar el matrimonio y echar a Don
Lucas de la casa de Lucia. 

El tema principal el la superstición y sus efectos sociales. A lo largo de la obra los personajes
que no forman parte del complot se ven sugestionados por Carlos y sus cómplices,
atribuyendo al pobre Don Lucas cualquier suceso desafortunado. Así para el tercer acto
encontramos que desde la señora de casa al personal doméstico llevan amuletos y cabalas
para protegerse de tan terrible mal, y hasta los impulsores de la difamación acaban por dudar
de hasta qué punto todo fue un juego. 

Entre los personajes principales mencionamos a Doña Camila, Lucia, Don Lucas, Carlos,
Enrique, Don Lucas y Pepito; y entre los personajes secundarios a Leonor, Elvira, Ángela, Don
Rufo, Luis y Benito. 
Se pueden distinguir tres clases socioeconómicas: la clase alta en la que ubicamos a doña
Camila, don Juan, Lucia, Leonor y Elvira ; la clase baja en la que ubicamos a Benito y Ángela,
los sirvientes; y por ultimo la clase media en la que mencionamos a Carlos, Enrique, Don Rufo
y Pepito. 
La accion transcurre en la casa de una familia bien posicionada economicamente, en Buenos
Aires a comienzos del siglo XX "Sala elegante... Una chimenea o piano sobre el foro izquierda.
Un sofá sobre el foro derecha. Araña encendida.", "Sobre una silla están el sombrero, el
baston y el sobretodo de don Juan". 
Se usa un lenguaje coloquial, familiar, el cual es tipicamente porteño. 

Don Lucas: personaje central, quien está enamorado de Lucia. Lo tratan de yeta, culpandolo
de desgracias y le hacen creer que tiene poderes hipnoticos. 
Enrique: amigo de Carlos, se hace pasar por doctor a pedido de su amigo, para llevar
adelante su plan; tambien es quien quien le mete la idea en la cabeza a don Lucas que tiene
poderes. 
Padres de Lucia: Camila y Juan son clasicos exponentes de su época. Ordenan a Lucia
casarse con don Lucas sin tener en cuenta los sentimientos de la joven. 
Pepito: cree en las supersticiones. 
Carlos: está enamorado de Lucia, e idea junto a ella un plan el cual marcara para siempre a
don Lucas. 

La obra se desarrolla en el salón de una casa de Buenos Aires. Aunque se hace mención de
una estancia el ambiente presentado es el urbano, ya que la acción se realiza allí. Con
respecto a la escenografía, esta no cambia nunca siempre se mantiene a lo largo de la obra.
El salón contiene en el centro una mesa con revistas y diarios, sobre la izquierda una
chimenea o piano y un sofá a la derecha, arriba hay una araña. El medio social reflejado es el
de la clase alta, esto se percibe por el hecho de que la familia tiene varios sirvientes a su
disposición, por la posesión de una estancia y porque quieren casar a Lucía con Don Lucas
sin que exista entre ellos ningún tipo de romance, Lucía consiente la decisión de su padre. 
El transcurso temporal está marcado en los dos primeros actos en la acotación al inicio de
cada uno. En el primero es de noche: la acotación indica que la araña del techo está prendida,
mientras que en el segundo es más explícito, directamente aclara que es de día. Con el tercer
acto es diferente la acotación al inicio no hace referencia alguna al tiempo que ha pasado
desde el acto anterior, pero en un diálogo entre Don Juan y Doña Camila se precisa que pasó
una semana desde que le concedieron la mano de Lucía a Don Lucas.  

La obra en sí me pareció buena pero no excelente, el tema y su desarrollo me gustaron,


porque el autor lo supo llevar muy bien. Lo que no me gustó es que el lector tiene que avanzar
bastante para definir bien como son las relaciones entre los personajes. Los diálogos son
buenos pero el final no es tan explosivo como uno pensaba que iba a ser. Me gustó como
montaron toda la farsa alrededor de la jettatura de Don Lucas y como terminaron por creérsela
ellos mismos. Por otro lado un punto a favor es la variedad de personalidades existentes entre
los personajes y es lo que realmente le da sensación de realidad a la obra. 

Obra de teatro 

¡Jetattore! es una obra teatral escrita por el dramaturgo argentino Gregorio de Laferrère
(Buenos Aires, 8 de marzo de 1867 - Buenos Aires, 30 de noviembre de 1913) que fue
estrenada el 30 de mayo de 1904 por la compañía Podestá. A lo largo de los años fue
representada por diversos elencos en numerosas oportunidades tanto en teatro como en
televisión y en 1938 se realizó una película del mismo nombre basada en la obra y dirigida por
Luis Bayón Herrera. 
Desde su juventud Laferrère cultivó las letras en el género de la novela pero como no lo hacía
públicamente la aparición de su primera obra fue una sorpresa en el ambiente de la
aristocracia porteña al que pertenecía. Se trataba de ¡Jettatore! una comedia en tres actos
que, según el mismo autor, la escribió por humorada y sin imaginarse que alguna vez sería
representada. Un día, también por broma, se la leyó a un amigo quien le instó a enviarla al
teatro de la Comedia donde actuaba la compañía de Jerónimo Podestá, lo que hizo sin revelar
que era el autor. La obra fue rechazada por "irrepresentable" pero meses más tarde otro
amigo, Mariano de Vedia, la hizo llegar nuevamente y esta vez fue aceptada y estrenada por
la compañía Podestá.1 La función de estreno fue un acontecimiento social que tuvo en un
palco al presidente de la Nación, general Julio Argentino Roca y además contó con un público
que no era asiduo concurrente a las funciones de compañías nacionales.2 
¡Jettatore! fue caracterizado por el crítico e investigador Luis Ordaz como un vodevil con tema
ingenuo pero desarrollado con mano diestra y desbordante de humor satírico aunque sin caer
nunca en lo burdamente caricaturesco. Es la caricatura de la superstición que atribuye a
ciertos individuos una funesta influencia magnética; superstición muy difundida entonces
en Buenos Aires, especialmente en los clubes. El autor había leído un cuento análogo de
Théophile Gautier, que es citado en la segunda escena de la obra por un protagonista, pero
"Laferrère ha tomado casi todos los elementos pintorescos de la realidad de nuestro ambiente.
Don Lucas, protagonista inocente de cien tragedias, es el personaje central, ligado a la obra
por una tenue fábula de amor, y rodeado por numerosas personas de su amistad, en quienes
se realizan episodios casuales o fatales que crean en torno de Don Lucas una atmósfera de
hilaridad o de terror".

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