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La Fotografia Post Mortem en Lima
La Fotografia Post Mortem en Lima
PRESENTACIÓN
Pero por qué fotografiar a los difuntos, a los pequeños párvulos fenecidos?... la
respuesta, observando el arte de muchos daguerrotipistas y posteriormente de los
fotógrafos era el buscar la ultima imagen del ser querido, así las familias podían
contar
con una retrato de ese entrañable hijo o del padre. Para nuestra actualidad y
producto de
los medios de comunicación estas imágenes nos traerían un poco de repulsión y hasta
miedo pero observando el conjunto nos puede llenar de paz y de fuerza de saber que
se
cuenta con la imagen de la persona que nos abandonó. Furnier, un reconocido
fotógrafo
de le época, comunicaba por entonces:
“Las familias que tengan la desgracia de perder algún deudo de quien deseen poseer
un momento de esta naturaleza pueden lograrlo por medio del daguerrotipo, para cuyo
efecto el profesor - Furnier -ofrece ejecutar el retrato en el mismo aposento
mortuorio;
como es costumbre en Europa en el día.”
Es quizás por ello que muchos de los retratos están artísticamente arreglados. En
esta
exposición se trata de exponer a los mas representativos maestros de la cámara del
siglo
XIX, por ello podemos encontrar marcadas diferencias en cuanto al tratamiento de la
imagen. Si bien, tanto Courret como Castillo diseñaron un modelo un tanto simple
para
retratar a los difuntos (llegando a lo mas sencillo en el caso de Castillo, a
excepción de
la imagen de Rosa Cáceres y Meiggs muertos) Dubreuil en cambio es mas artístico el
trabajo en estudio de finales del ochocientos es notable y conmovedor. El retrato
de
niños y de bebés era mas común por entonces, recordemos que nuestra medicina como
en general en todo el mundo para el siglo XIX no estaba lo suficientemente avanzada
para evitar hechos lamentables por ello los mas afectados eran los párvulos que no
teniendo mayores esperanzas de vida al nacer en la Lima, se entregaban a la muerte;
entonces, muchos padres a entrar en luto y a comunicar el hecho a los parientes mas
cercanos; en estos momentos es que se procedía a retratar al pequeño, por lo
general
muchos fotógrafos o daguerrotipistas ofrecían retratar al muerto en su lecho, es
decir en
su hogar pero al parecer, por las fotografías presentadas en esta exposición,
muchos eran
llevados al estudio, posiblemente para que pudieran ser arreglados e inclusos
maquillados para las tomas. No cabe la posibilidad que para aquellas familias que
contasen con el dinero suficiente para un retrato al colodión, alquilasen algún
traje
especial que los mismos estudios fotográficos ofrecían. El difunto, en este caso
bebés y
niños, era retratado desde diversos ángulos, llama mucho la atención que los
infantes
sean retratados con los ojos abiertos, esto puede ser fácil de entender si buscamos
la
posibilidad de relacionar el hecho con las costumbres del interior del país, de
velar y
enterrar a los niños con los ojos abiertos cuando no habían sido bautizados y de
tal
forma que pudiesen ver la gloria del Señor. Pero estudiando estas imágenesy
preguntándonos muchas veces cuando apreciamos en los periódicos populares,
comúnmente denominados periódicos «chicha», los cadáveres en diversos puntos y
actitudes, medios y formas en que la muerte los sorprendió...a todo ello,
¿constituye un
elemento documental revelador a la vez que ilustre el fin del sujeto?, ¿constituye
un
elemento que nos destine a mostrar el fin lastimoso del sujeto? o ¿el morbo y
atracción
sensacionalcita de la imagen «pega» al publico?. Indagando en los archivos
podríamos
decir en que momento la imagen del individuo fallecido dejó de ser una imagen bella
y
privada para convertirse en una imagen pública y comercial. En el año 1863 tras
meses
de penosa enfermedad fallecía el presidente de la república de entonces Don Miguel
de
San Román y a las pocos horas de ocurrido el hecho es retratado en su lecho de
muerte
por Maunoury, quién realizó 2 tomas (al menos hasta el momento son las más
conocidas), en una de ellas es mostrado de perfil, imagen que aparece luego en la
obra
Corona fúnebre del Excmo. Sr. Gran Mariscal Don Miguel San Román, Presidente de la
Republica, muerto en la Villa de Chorrillos el 3 de abril de 1863 (Lima: Imprenta
del
«Mercurio», 1863. 94p.); estas fotos post-mortem fueron posteriormente
comercializadas por Maunoury, declarando que su estudio era el único «...en tener
las
imágenes de dicho personaje». Este es el punto de partida para entender como un
acto
privado se convertía en figura pública y motivo de comercio entre las personas , a
lo
cual contribuyo en gran medida el formato de Tarjeta de Visita o «Carte de Visite»
el
cual democratizo la imagen fotográfica.
INTRODUCCIÓN
La imagen del cuerpo yaciente producto de la muerte es una practica muy antigua
como el retrato mismo de la muerte. En la mayoría de los casos tenemos que la
imagen
de la muerte data de la época medieval y se la representa como un esqueleto a veces
vestido otras veces sin ropas, pero siempre acompañado de una gran hoz con la cual
se
dice cortaba los nexos existentes con la vida. Esta imagen medieval era también
sinónimo de guerra y de peste, la muerte montada sobre un caballo, que manifestaba
similar estado de deterioro, o con un aspecto espectral, era la clásica imagen de
la
guerra, donde iba acompañaba de una gran trompeta, paseándose entre los cuerpos
inertes dejados por las batallas. Otra representación clásica medieval de la muerte
fue su
transfiguración en durante la época de la peste negra; se la representaba volando
sobre
la humanidad o posando en un risco ante los seres humanos yacientes o a punto de
fallecer.
La pintura por entonces jugaba un papel determinante dentro de la representación
grafica de este personajes. La creación de la imprenta en 1481 por Gutemberg hizo
que
la imagen de la muerte se extendiera principalmente en la obras de corte religiosa
como
en el la Biblia (especialmente en el libros del Apocalipsis), también encontró
otras
formas de representación en los textos médicos, donde se la ilustraba cuando los
casos
de enfermedades graves; también encontró un espacio gráfico en las obras de
carácter
filosófico. Por otro lado, no se la desliga de la heráldica, donde juega un
importante
papel dentro de las diversas categorías existentes. Una imagen clásica y
representativa
de nuestro arte virreynal lo constituye la escultura realizada por Baltazar Gavilán
“la
muerte”, que según tradición conocida, el autor murió de la impresión al ver el
parecido
que había logrado en relación al objeto de su escultura.
CATÁLOGO
[Anónimo]
Maunoury, Eugene
Maunoury, Eugene
Courret, Eugene
Courret, Eugene
Dubreuil, Adolphe
Dubreuil, Adolphe
Dubreuil, Adolphe
Dubreuil, Adolphe
Dubreuil, Adolphe
Dubreuil, Adolphe
01 a 0507
Courret, Eugenio
ARCHIVO CASTILLO
Castillo, Rafael
Castillo, Rafael
Castillo, Rafael
Castillo, Rafael
Castillo, Rafael
Richardson, Villroy L.
Negretti, José
Courret, Eugenio
Richardson, Villroy L.
Smeetom, Yilly.
Pease, Benjamín F.
PORCELANOTIPO
[Anónimo]
[Anónimo]
Tomado de:
http://bvirtual.bnp.gob.pe/memento_mori/Index_Portada.htm