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Por otro lado, “A partir del llanto del bebé por una necesidad desconocida para el
observador, y dado su desvalimiento inicial que le impide realizar el movimiento que
elimine esa vivencia de displacer, interviene una acción específica exterior de un “otro
primordial” que permite que se constituya la primera “vivencia de satisfacción” y posibilita
que desaparezca esa necesidad indeterminada” (Tendlarz, 2007, p. 35). Esta cita de
Tendlarz permite identificar que en el llanto del bebé hay una necesidad desconocida para
el observador a la que se le otorga un significado desde afuera y que, dada la incapacidad
del niño por satisfacer por sí mismo esas exigencias orgánicas, se vuelve indispensable y a
la vez justifica la presencia de otro que permita la satisfacción de la necesidad, dando pie a
que se produzca la primera vivencia de satisfacción (Dor, 2009).
Ahora, es cierto que, ante el primer grito del recién nacido, la madre bajo el supuesto de
que el niño pide algo, le otorga una significación al grito y le responde con significantes.
Sin embargo, en la realidad el ser viviente que nace grita por acto reflejo. Este es un grito
que viene del organismo y que no está pidiendo algo, el pedido lo vive el otro (en este caso
Otro Primordial) desde afuera. De esta manera, la madre interpreta el grito del niño como
un mensaje de petición y le otorga algo para calmarlo (Jáuregui, 2019). Ejemplo: Ser
viviente hambriento, grita, la madre le otorga su pecho o una mamadera. En esta primera
experiencia de satisfacción no hay ninguna intencionalidad por parte del niño para
movilizar el estado de su cuerpo en manifestaciones que tendrían valor de mensaje
destinado al otro (Dor, 2009). No hay que olvidar que la necesidad travesada por el
lenguaje ya no es necesidad, sino demanda, como dice Tendlarz (2007): “el reino del
instinto, de la necesidad, queda perdido para el hablante puesto que la necesidad se
metaforiza en demanda” (p.36).
Por lo tanto, puede afirmarse que la necesidad se caracteriza por un estado de insatisfacción
que es displacentero y que este se encuentra relacionado a las exigencias biológicas. Por lo
demás, es un estado que no tiene un representante a nivel simbólico todavía y que, por
tanto, es mitigado sin mediación psíquica (significantes). La necesidad, será aquello que
nos una al reino animal, por no encontrarse intervenida por el lenguaje y tener un origen
netamente natural.
De acuerdo con Freud (1905, p. 176): A la par del florecimiento de la vida sexual del niño
(3 -5 años) se inicia en él la actividad relacionada a la pulsión de saber o investigar, dentro
de los componentes pulsionales no puede decirse que se subordine exclusivamente a la
sexualidad. En los primeros segundos de la película (1:10 – 2:42) podemos ver que Mason
(protagonista) de 6 años, yace tirado en el suelo fuera de su escuela mirando al cielo
mientras su mamá se encuentra hablando con su profesora dentro del establecimiento.
Cuando la mamá lo sale a buscar para irse a casa, este le cuenta que ha descubierto de
dónde vienen las avispas y que si lanzas agua de la manera correcta al aire esta se convierte
en una. Aquella resolución deja entrever el interés y la curiosidad de Mason sobre el origen
de la vida, temática ligada a lo sexual. A continuación, su mamá en vez de corregirle su
respuesta (que es poco realista) le contesta con un “Hey, eso es genial” preservando la
curiosidad y la imaginación creativa del niño, incentivándolo a seguir elucubrando teorías,
lo que puede explicar por qué en momentos posteriores de su infancia este mantiene una
disposición de investigación frente a la realidad en la que se encuentra inmerso.
Luego, cuando ya se han subido al auto, la madre le comenta a Mason que su profesora ha
dicho durante la reunión que este se pasa todo el día mirando por la ventana (nuevamente se
puede apreciar lo absorto que se encuentra el niño en sus pensamientos e ideas) y que le ha
roto su sacapuntas intentando afilar unas piedras. Ante lo cual, Mason le contesta que no lo
ha hecho a propósito, pensó que si el sacapunta afilaba lápices también podría afilar piedras
y, que lo intentó porque quería hacer flechas para su colección. El hecho de que Mason
haya intentado meter piedras en un sacapuntas a partir de un pensamiento hipotético
deductivo fallido, reafirma que la pulsión de saber no se encuentra limitada a temas ligados
a la sexualidad, ni tampoco a lo teórico, con el sacapuntas roto nos queda claro que la
pulsión de saber también es puesta en práctica al momento de indagar.
A propósito de, Freud (1905) explica que la pulsión de saber “trabaja con la energía de la
pulsión de ver” (p. 177). Esta relación entre saber y mirar es posible apreciarla en Mason
cuando se muestra interesado en conocer la anatomía femenina. Con menos de 10 minutos
de película (6:40 – 7:03) vemos que Mason se encuentra revisando un catálogo de ropa
interior femenina con su amigo, quien ha encontrado la revista tirada en la calle. Ambos se
muestran muy entusiasmados y sorprendidos con los pechos de las mujeres en la revista,
apuntan riéndose nerviosamente a varias de ellas que aparecen en las fotografías y dicen
Jáuregui, M. [Maggie Jauregui]. (2019, noviembre 14). 2 Constitución del sujeto [Archivo
de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=feo0hi8z-4Y
Freud, S. (1906 -1908). El esclarecimiento sexual del niño (Carta abierta al doctor M.
Fürst) (1907). En S. Freud, Sigmund Freud Obras completas, El delirio y los sueños de
“Gradiva de Jensen”, y otras obras, Vol IX (pp. 111 – 121). Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu Editores, 1979.
Tendlarz, S. (2007). La constitución del sujeto. En S. Tendlarz, ¿De qué sufren los niños?
La psicosis en la infancia (pp. 35-64). Buenos Aires, Argentina: Lugar Editorial.