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REVISTA CLÍNICA ,.

ESPANOLA
Director: C. JIMENEZ DIAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIV ANCO
Redacción y Administración: Antonio Maura, 13. Madrid. Teléfono 22 18 29

TOMO XLVI 15 DE AGOSTO DE 1952 NUMERO 3

REVISIONES DE CONJUNTO

LINFADENITIS MESENTERICA IN ESPECIFICA terística de determinados signos y síntomas y en


dos hechos anatomopatológicos: uno, negativo, la
R. MORANDEIRA VAAMONDE . ausencia de lesiones apendiculares, y otro positivo,
Jefe del Servicio de Cirugia.. la exist encia de hiperplasia de los ganglios mesenté-
ricos.
A. MARTÍNEZ MARTÍNEZ.
Jefe del Servicio de Pediatria.. FRECUENCIA.
Instituto Pollclinico San Antonio (Zaragoza.). A juzgar por los trabajos aparecidos últimamen-
Director; Dr. R. MORANDICIRA. te, es un síndrome muy frecuente. En recientes pu-
blicaciones tales como la de WEBSTER y MADORE 3 y
la de MADIGAN y COFFEY 4 se estudian 270 casos en
HISTORIA. la primera y 184 en la segunda; por otra parte,
para GuBERN 5 quizá sea en el futuro uno de los
Esta afección estuvo muchos años confundida síndromes más frecuentes en la infancia, creencia
con la apendicitis, con la que clínicamente tiene un que él avala con el ascenso que la línea de frecuen-
parecido extraordinario. Sin embargo, el hecho de cia que la linfadenitis mesentérica ha sufrido estos
que en muchas ocasiones la abertura del abdomen últmos años en la Clínica Universitaria del profe-
sorprendier a al cirujano por la ausencia de lesiones sor PIULACHS.
apendiculares aparentes, pese a la severidad del ata- En el cuadro núm. I , tomado de W ARo-McQuAID to ,
que, y el hecho de que en tales casos el único ha-
puede verse la incidencia de la linfadenitis mesen-
llazgo estuviera constituído por la existencia de una térica no específica según distintos autores.
pequeña cantidad de líquido ascítico y por una hi-
pertrofia más o menos acentuada de los ganglios Es más frecuente en el sexo masculino, y aunque
mesentéricos, hizo que a partir de los trabajos fun- afecta más frecuentemente a los niños, entre los
damentales de HEUSSER 1 y GULEKE 2 se prestara doce y los veinte años, se han referido casos entre
una mayor atención a este hecho, siendo indiYidua- diez meses y setenta años de edad.
lizado el síndrome de la adenitis mesentérica inespe- No parece existir una mayor incidencia en deter-
cífica al que la escuela anglosajona ha dedicado un minadas clases sociales, ya que aunque AsENCIO 7
particular interés en estos últimos años. sostiene que la linfadenitis mesentérica inespecífica
entre los pobres y desnutridos de Puerto Rico ad-
quiere una mayor incidencia, en la serie de W ARD-
DEFINICIÓN Y CONCEPTO. McQUAID 6 es por el contrario más frecuente en cla-
ses sociales más elevadas, lo que pudiera ponerse
La linfadenitis mesentérica inespecífica consiste, en relación, como este autor sospecha, con la cir-
como su nombre proclama, en una hipertrofia infla- cunstancia de que estas últimas acuden con pron-
matoria de los ganglios mesentéricos y especial- titud al médico y el diagnóstico puede hacerse con
mente de los del íleon terminal. Pudiendo o no de- más frecuencia.
pender de un proceso inflamatorio próximo o dis-
tante, su cuadro clínico, que recuerda el de la ANATOMÍA PATOLÓGICA.
。ーセョ、ゥエウL@ asume tal protagonismo que la lesión
p[iュセイゥ。 L@ cuando existe, queda relegada a segundo Ha sido edificada, en su casi totalidad, sobre los
termmo. De la pluralidad etiológica de este síndro- hallazgos operatorios de aquellos casos que con un
me ya se infiere que, como entidad patológica, su diagnóstico erróneo de apendicitis fueron llevados
personalidad se sustenta en la combinación carac- a la mesa de operaciones.
188 REVISTA CLINICA ESPA1VOLA Ul agosto l9S2

CUADRO NUM. 1

Incidencia
AUTOR OBSERVAC IO NF:8

---
Por ciento

POSTLETUWAlT y CAMPBELL (1950). Operación por apendicitis aguda en t odas las edades 16,7
ME.'\'1:\'I (1950) Operación por apendicitis aguda en todas las edades 3.7

KLEIN (1948) ........ ... ....... .. . Niños y adolescentes admitidos por sospecha de apendici'is
aguda y subaguda ........ ...... .... ..... ................... .. 18

Operación por apendicitis aguda en ni!'íos .................... .


WliiTE (1943 ) .. セゥ￱ッウ@ de la práctica privada .. .. . .. . .. . .. .. . .. .. . .. . .. ...... .. .. . 30
AIRO (1945) :'IJ'¡ños admitidos por adenitis mesentérica y apE'ndicitis
aguda .............. ......... .. . . ........ ... ................... .. セQ@

KASS (19491 A pend1citis agudas entre dos y veinte añoH . . .. .. .. .. .. .. .. . ;.o

P OSTLETIIWAIT y cols. 119421 ....... Todas las apendícectomias ....... ..... ... .. .... ........ ... ..... 1!'

GAGE f19391 .. Operación por apendicitis crónica en todas las edadl'S . ..... . flO

\V ARD-MCQUA'JD (1951 ) .... . .... al Operaciones de urgencia por sospecha de apendici tis o
adenitis mesentérica en niños hasta catorce años . 1!), 1
tJ ' Todas las apendicectom!as en niños hasta catorce años. 17.2

Por de pronto la abertura del peritoneo anterior, mesenterio. son mucho mayores. Por lo tanto, es
que tiene siempre aspecto normal, da salida fre- muy importante tener en cuenta tal circunstancia
cuentemente, haya o no inflamación intestinal, a para interpretar correctamente sus lesiones (DO·
una pequeña cantidad de líquido claro de tipo ascí- セエeA|「c h@ ALsJ:-.:A ''), tanto máR cuunto que precisa-
tico en el que, como otros autores que lo investiga- mente los ganglios del ángulo íliocecal se encuen·
ron, no pudimos descubrir en ninguno de nuestros tran normalmente aumentados de tamaño: según
casos germen alguno. URACH 10 , en el 50 por 100 de los niños de siete a
Existe casi siempre una ligera dilatación del in- nueve años, en el 25 por 100 de los de diez a ca·
testino y del íleon, el ciego y el apéndice, así como torce años y en el 5 por 100 a los dieciocho años.
sus mesos, y el peritoneo posterior exhibe algu- Otro tanto opinan STILL n, para el cual la necrop·
nas veces cierta hiperemia o un edema más o me- sia descubre que el 59 por 100 exhiben una hiper-
nos extenso que abarca la totalidad de los órganos trofia de los ganglios mesentéricos, y PE.NNER 12 ,
mencionados o se circunscribe a un determinado que encontró prominentes, en la necropsia. los gan·
sector de los mismos. El apéndice por esta misma glios mesentéricos en los niños ingresados en el
circunstancia, y por la pequeñez de su diámetro. Hospital de Manitoba y en los que el óbito fué rá-
muestra cierta turgencia, pero presenta el mismo pido. Es esta misma circunstancia la que indujo a
color que el resto del colon y suele estar libre. Se- KING 13 a no considerar enfermos los ganglios cuyo
gún CHAMPEAU 8 , el informe histopatológico de los diámetro no excedía de 0,5 cms.
apéndices extirpados da, con cierta uniformidad, el La hiperplasia suele localizarse, por lo menos en
siguiente resultado: "aspecto inflamatorio con hi- el período inicial, en los ganglios yuxtaintestina·
perplasia de t ejido linfoide". En la serie de WEBS- les, limitándose generalmente a los de la región
TER y MADORE 3 , que ·hicieron apendicectomía en el íliocecal, que aparecen con un color rosáceo, blan·
97 por 100 de sus 270 casos, el microscopio descu- dos al tacto y jugosos al principio y elásticos o du·
brió la existencia de alteraciones inflamatorias ros posteriormente.
crónicas en el 62 por 100 de los apéndices extirpa- El examen histológico de los ganglios pone en
dos, el 15 por 100 presentaba lesiones exudativas evidencia la existencia de una hiperemiá no espe·
agudas y en el 20 por 100 el apéndice era normal. cífica, cdn hiperplasia celular.
Desde luego, el hecho que llama fundamentalmen- La búsqueda de gérmenes específicos en los gan·
te la atención en los casos agudos es siempre la pa- glos así como el intento realizado por varios Y
tente discordancia entre la severidad del cuadro muy recientemente por WEBSTER y MADORE 3 de
clínico y la nimiedad de las lesiones apendiculares, transmitir la enfermedad a animales ha dado re-
por lo que la vista dirigida al mesenterio halla en sultados completamente negativos. Sin embargo,
él el elemento anatómico fundamental de la afec- KING 13 encontró en los ganglios con cierta frecuen-
ción que nos ocupa: la hiperplasia de los ganglios cia bacilos coli y aerógenos, estreptococos y estafi·
que lo habitan. lococos hemolíticos, y ARANDES H obtuvo colonias
Todos sabemos que los ganglios se disponen en de bacillus coli comunis; pero tal hallazgo tiende a
el mesenterio en tres hileras: una, yuxtaintestinal; interpretarse como una contaminación accidental,
otra, intermedia, y la otra, en la raíz del mesente- llegando, cuando la infección sobreañadida alcanza
rio, y mientras que los ganglios de la zona perifé- cierta intensidad, a provocar la supuración ganglio-
rica y media son muy pequeños, apenas de unos nar, circunstancia que según AIRD 15 se presenta
milímetros, los centrales, situados en la raíz del como complicación en el uno por ciento de los ca-
To:.!O :XLVI LINFADENITIS MESENTERIO A IN ESPECIFICA 139
;\"(\MERO 3

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de adenitis ュ・セョエ@ térica. inetspecíftica y セ@、 13; qute en contra de la opinión de PETERMANN 16, SrcKs 10 ,
nosotros hemos v1s o rec1en emen e e1 s1gmen e LANGE ¡, y otros, defensores de tal supuesto, las
ejemplo: estadísticas un poco numerosas, tales como las de
WELCKER 19, con un 34 por 10 de normalidad macro
p s. H. de ocho afios, natural de Calatorao. y microscópica del apéndice, y la de WEBSTER y
sin 。ョエセ」・、ウ@ personales ni familiares de interés. MADORE 3 , con más del 20 por 100 en esas condi-
Hace ocho días que comenzó con dolor en abdomen lo- ciones, proclaman por lo menos que el apéndice in-
¡¡zado en fosa illaca derecha, sin náuseas ni vómitos flamado, o simplemente acodado, adherido u oblite-
ca con deposición normal. Fiebre (sin termometrar)
besde dos días antes del ingreso presenta esealofrios, rado, no debe considerarse como la causa unívoca
anorexia, cefalalgia, diarrea. de la enfermedad, y ello incluso aceptando como
Exploración. 1' acies toxémica. Temperatura axilar, válida la pretensión de CHAMPEU セL@ según la cual
39 grados; rectal, 39,6. ァイ。、ッセN@ Pulso, 110 p. m. tenso, la apendicectomía conduce siempre a la curación;
regular, rítmico. Por mspecc1ón se 。ーイセ」Q@ una tumo- tanto es así, que algunos como AIRO 20 , defensor en
ración pcriumbi'ical un poco por debaJo y a la dere- parte de la génesis apendicular de la adenitis me-
cha del ombligo que no se desplaza por los movimien- sentérica inespecífica, reconoce sin embargo la
tos respiratorios. Por palpación se delimita y se apre- existencia de recidivas después de tal intervención
cia su tamafío de una cabeza de feto aproximadamente, quirúrgica cuando por lo tanto el factor apendicu-
es parcialmente desplazable, pastosa, intraabdommal.
Resto de abdomen blando, depresible y palpable. Tacto lar resulta inoperante.
rectal, normal. b) Infecciones intestinales.-Tampoco se apoya
Intervención (doctor MORA:\'DEIRA): Incisión de Jala- sobre bases sólidas la pretensión de vincular la ade-
guier: La tumoración está formada por un conglome-
rado de asas de delgado y el borde interno del colon
nitis mesentérica a alteraciones instestinales acae-
ascendente recubierto de epiplon muy engrosado. Apén- cidas en aquellos sectores en que las heces sufren
dice posterior, turgente, macroscópicamente normal. Se un estancamiento, tanto que sea éste producto del
libera el apéndice de su meso y se moviliza el ciego. propio fisiologismo intestinal, como la expresión de
comprobando entonces la existencia de una marcada hi- bridas, acodaduras o membranas. KING 13, que ha
perplasia de los ganglios fliocecales y que la tumora- insistido recientemente sobre este asunto, piensa
ción está en relación con un adenoflemón mesentérico en la posible absorción de bacterias o toxinas des-
sobre el cual se han conglomerado las asas del delgado de los tejidos linfáticos del íleon, cuyos espasmos
y el epiplón. Apcndicectomia. Punción del absceso, que Gerían la causa más probable del dolor; pero esta
da salida a un pus espeso y cremoso. Drenaje con
goma de guante envuelta en gasa. Cierre parcial de la
opinión, así como la posible etiología tifoparalífica
pared. El estudio del pus, hecho por el doctor LAZARO, o disentérica, adolece del inconveniente de ser in-
descubrió en él b. coli y estreptococos. El estudio his- aplicable a la generalidad de los casos y está en
tológico del apéndice denotó la normalidad microscó- pugna con los hallazgos anatomopatológicos y con
pica del mismo. el carácter inespecífico de la enfermedad.
El postoperatorio fué normal. Se retiró el drenaje en-
tre el cuarto y séptimo día, pudiendo ser dado de alta, e) Infecciones amigdalinas y faringeas.-A par·
curado, a los diez días. Durante los siete primeros dias tir de los hallazgos de GOLDBERG y NATHASON 21 , que
del postoperatorio se le administró, además de la medi- aislaron el estreptococo hemolítico en los ganglios
cación corriente, penicilina y estreptomicina. extirpados y en el exudado faríngeo de ocho casos
estudiados en 1934, ganó adeptos la idea de rela-
Para terminar, haremos r esaltar que por ser la cionar la adenitis mesentérica con las infecciones
linfadenitis mesentérica inespecífica una enferme- faringoamigdalinas, llegando AoAMS y ÜLNEY 22 a
dad de pronóstico benigno, el estudio necróptico de sostener cuatro años más tarde que aquélla no se-
la misma está prácticamente por hacer; pero en ría otra cosa que una manifestación local de una
uno de los casos de la serie de MADIGAN y COFFEY 4 , afección generalizada, originada en un proceso in-
en el que se siguió una conducta expectante con feccioso de las vías respiratorias. Tal pretensión
óbito del enfermo, la autopsia puso de relieve la parece avalada por lo frecuentemente que según
existencia de hepatomegalia y esplenomegalia con FLABEAU 23 se registra en la historia de estos en-
"esplenitis aguda" y adenitis mesentérica. · fermos la existencia de brotes repetidos de farin-
gitis y por la existencia de un período prodróm.i-
co cuya sintomatología sería equiparable, según
ETIOPATOGENIA. YoUNG 24, a la del "resfriado común".
d) Virus. - De las circunstancias señaladas
La etiología de la adenitis mesentérica inespecí- sub e), y ante la negatividad bacteriológica de la
ヲセ」。N@
sigue todavía sumida en la oscuridad y las po- siembra de los ganglios extirpados quirúrgicamen-
lemlCas que en torno a la misma se han planteado te en la adenitis mesentérica inespecífica, se llegó
son el fiel trasunto de nuestra ignorancia en asun- por muchos a la conclusión de que el agente etio-
to tan importante. La causa de esta dolencia ha lógico era un virus filtrable que alcanzaría los gan-
sido imputada a determinadas circunstancias mor- glios mesentéricos a través de la mucosa intestinal
bosas que en la generalidad de los casos no expre- y del tejido linfático submucoso. Para esta hipóte-
san otra cosa que la coincidente observación, de la sis serían aplicables algunos de los argumentos ex-
adenitis mesentérica inespecífica, con este o aquel
proceso morboso. puestos en el apartado anterior, así como el hecho
Intentaremos resumir en unos pocos apartados de que la enfermedad se presente algunas veces con
las distintas causas eX'hibidas como determinantes cierto carácter epidémico. Por de pronto RuGGE 2 l,
de la enfermedad: en 1925, hizo mérito de la aparición más frecuente
de apendicitis en el mes de agosto coincidiendo con
. a) Apendicitis.-El hecho de que el colorido clí- la mayor frecuencia de anginas en este mes, hecho
セQP@ セ・@ ambos procesos tenga tanta semejanza ha que también a nosotros nos ha llamado la atención
セャ@ uc i セッ@ セ@ muchos a sobreestimar la participación desde hace unos años y que, para ScHULTZ 26, que
apend1ce en la génesis de esta enfermedad. Pero refir ió que en un taller de 70 muchachas 15 enfer-
140 REVISTA OLINICA ESPA-hOLA 15 agosto QセᄋA@

tnaron de apendicitis en el plazo de un mes, se de- mente de las estadísticas. Una opinión parecida es
bería a la existencia de focos que, transmitiéndose sustentada en parte por W ARD-MCQUAID 6 , Para
de unos enfermos a otros, desencadenarían la infec · quien el diagnóstico operatorio de adenitis mesen.
ción apendicular, y ello no por que se trate preci- térica tuberculosa es recientemente mucho menos
samente de un agente determinado, sino porque las frecuente que el de adenitis mesentérica inespecj.
infecciones amigdalinas colonizan por vía hemató- fica, con lo cual, según él, quizá el péndulo se haya
gena el apéndice. A la vista de lo que precede, no movido demasiado lejos como parece probarlo la
nos parece demasiado temerario suponer que tam- circunstancia de que MCFADYEAN y MCCONKE\' o ha.
bién en la adenitis mesentérica inespecífica un vi- yan encontrado que el 25 por 100 de los ganglios
rus que pudiera ser el del "resfriado común" o cual- clínicamente no tuberculosos albergan organismos
quier otro, fuera capaz, con puerta de entrada fa- tuberculosos activos.
ringoamigdalina, de llegar por vía hematógena a Es indudable que también en la tuberculosis los
los ganglios mesentéricos provocando en ellos la hi- ganglios pueden reaccionar con simples hiperplasia,
perplasia característica de la enfermedad. Nos indu- pero no parece que el concepto expuesto pueda ge.
ce a pensar en este sentido, aparte de lo señalado, el neralizarse, no sólo porque corrientemente es posi-
hecho de que muy recientemente hemos tenido oca- tivo el hallazgo de lesiones específicas cuando 5,
sión de observar dos casos típicos de adenitis me- trata de una linfadenitis tuberculosa, sino también
sentérica inespecífica en los que el factor epide- porque esta última suele cursar con lcucopenia y
miológico es incuestionable como ahora veremos: linfocitosis y con ausencia de eosinofilia.

Se trataba de dos niños de la misma edad (cmco g) Oxiuros.- Este factor ha sido sobreestimado
años) que sin tener parentesco alguno vivían en el por WELCI<ER 10, para el cual la hiperplasia gan-
mismo domicilio y sujetos a las mismas condiciones glionar estaría íntimamente ligada al hallazgo de
ambientales, pero no alimenticias. El comienzo de la oxiuros en el apéndice, lo que según este autor acon-
enfermedad, así como su evolución, ha corrido pareja l tece en el 34,7 por 100 de sus casos. Más reciente-
en ambos casos, hecho difícilmente explicable sin la mente WELCI<ER 30 ha vuelto a insistir sobre lo que
admisión de un factor ep1demwlógico. En los dos se denomina "linfadenitis mesentérica oxiúrica.", la que
inició la enfermedad con un proceso de vías respirato- encuentra en el 15 por 100 de las apcndicectomías
rias altas, por cierto bastante discreto, y a los pocos y en el 50 por 100 de todas las alteraciones de los
días ingresan en E'l Servicio, ya pasado el ep:sodio res- ganglios mesentéricos en Wcslphalia. También jセN@
piratorio, con la sospecha de apendicitis aguda con
gran leucocitosis y dolores periumbilicales intensos. Tu- GELRANS y cols. 1 encuentran oxiuros asociados a
vimos desde el primer momento la evidencia de que se otros parásitos en nueve de los apéndices extirpa·
trataba de una adenitis mesentérica mespecifica, por lo dos en sus 11 casos de adenitis mesentérica inespe-
cual fueron tratados conservadoramente durante tres cífica. Sin embargo, estas cifras no han podido ser
días con penicilina. Pero por ¡>l'rsistir al cabo de ese confirmadas por otros autorl'S y la mayoría t:
tiempo la leucocitosis y los dolores, y por iniciarse en asignan papel patógeno en este sentido a la exis·
uno de ellos una discretísima defensa en fosa ilíaca de· tencia de vermes o gusanos en el intestino, los que.
recha, nos inclinamos por la intervención , que nos co- como en el caso de LATORRE 32 , pueden incluso emi·
locó ante la t!pica hiperplasia ganglionar de esta en- grar desde tal órgano y exteriorizarse por una de·
fermedad con apéndice normal. Hicimos apendicecto- hiscencia de la h erida laparotómica.
mia; proseguimos con la p enicilina, y después de un Tampoco ha sido confirmado por otros autores
postoperatorio correct o fu eron dados de alta, curados, a
los nueve dias. el hallazgo d e RAFTERY y cols. 33 , que describieron
la existencia de histoplasmosis en el 43 por 100 de
e) Alergia.- Cuando FISCHER y KEISSERLING 2 ' sus casos.
demostraron experimentalmente en conejos sensi- h ) Infecciones cutáneas.-Han sido señaladas
bilizados, y a los que se había r esecado el simpá- en cuatro casos de KERPEL-FRONIUS y Kocs1s 84 •
t ico abdominal, que el antígeno adecuado daba ori-
gen a cuadros de apendicitis de tipo hemorrágico i) Constitución general linfática.- Ha sido con·
con Iinfangitis, abrieron nuevos horizontes para la siderada por algunos como una manifestación par·
interpretación no sólo de las apendicitis agudas, cial de la mis ma sobre la base de la frecuencia con
sino también de otros procesos, y entre ellos de la que los enfermitos exhiben un h ábito linfático más
adenitis mesentérica inespecífica, que siguiendo o menos marcado.
este sentir no sería otra cosa que la traducción de De lo que precede se despr ende que el enjuicia·
una reacción hiperérgica ganglionar. Esta interpre- miento de la etiología de la a denitis mesentérica
. tación, defendida recientemente por GANGITANO 28 , inespecífica está mediatizado a severas reservas
tendría la ventaja de explicar el comienzo y mu- ya que al no poder ser imputada indefectiblemente
chos de los síntomas de la enfermedad, agrupando a una misma circunstancia en todos los casos, todo
como alergizantes muchos de los factores enume- lo más estamos a utorizados a pensar que quizá
rados. acontezca lo que es frecuente e n otros campos de
la patología , esto es, que diversas causas conduz·
f) Tuberculosis.-Para DALMAU SITGES 29 la hi- can al mismo efecto. P ero mientras la demostra·
perplasia folicular traduciría en la Iinfadenitis cró- ción etiológica no sea lograda, es lícito pensar,
nica una respuesta hipoérgica del organismo frente como sugiere STEPHENS 35 , que las alteraciones gan·
a un virus probablemente tuberculoso, pudiendo so- glionares son típicas de inflamación aguda e indu·
bre un ganglio crónicamente a fectado producirse cen a pensar que representan una r espu esta a la
respuestas hiperérgicas del mesénquima que expr e- infección.
sarían clínicamente las linfadenitis agudas. Gu- En cambio es muy dudoso, y por lo t a nto const!·
BERN 5 , que comparte estas ideas, encuentra en ellas tuye el motivo de la polémica ¡3lanteada, el encaJe
el fundamento de que las formas tuberculosas con de tal respuesta entre los diferentes mecanismos
o sin rotura ganglionar y con cuadro clínico de etiológicos enumerados adscribiéndoles el carácter
apendicitis aguda hayan desapa recido casi total- de iniciadores de la dole ncia, duda tanto más de
'l'oMO XLV! LINFADEN!TIS MESENTERIOA INESPECIFIOA 141
NCMflRO 3

tener en cuenta cuanto que no falta quien haya fermo en decúbito lateral, debido al desplazamiento
uesto que alguna de las causas enumeradas, ta- del intestino y del meso por la acción de la grave-
セオー@ como la apendicitis, serían en realidad una se- dad: maniobra de KLEIM 37 • Este signo, que ha sido
」セ・ョゥ。@ de la invasión visceral a partir del foco positivo en el 27 por 100 de los casos del Servicio
ganglionar. de PIULACHS 36, se negativiza cuando están infarta-
dos los ganglios íliocecales. Algunas veces el dolor
SINTOMATOLOGÍA. máximo corresponde al punto de Sternberg, a la iz-
quierda de la segunda vértebra lumbar. Existe cier-
El cuadro clínico es muy variable, por lo que se ta contractura en cuadrante abdominal inferior de-
han descrito diversas formas de las que nos ocupa- recho, pero nunca rigidez, por lo que actuando con
remos más adelante. suavidad se logra su relajación que permite palpar
En este momento hare mos mérito de la forma la foca ilíaca derecha comprobando que el ciego
aguda pseudoapendicítica, que es sin duda la más está dilatado y con borborigmos. El signo de Blum-
frecuente. berg puede ser positivo. Los ganglios mesentéricos
Afecta preferentemente a niños y jóvenes páli- sólo excepcionalmente son palpables; KERPEL-FRO·
dos con desarrollo deficiente, nerviosos, excitables NIUS y Kocs1s 34 aconsejan practicar dicha palpa-
y ・セ@ los que coexisten frecuentemente adenopatías ción con el enfermo anestesiado, con lo que se su-
múltiples e inflamación crónica de anginas y vege- prime la contractura muscular, lo que facilita ex-
taciones. Casi siempre refier en que padecían con traordinariamente aquella maniobra. Hemos com-
intermitencias, y durante algunas horas, dolores probado algunas veces la realidad de tal aserto. Co-
abdominales vagos e imprecisos. rrientemente es imposible descubrir por percusión
En tales sujetos surge un día una crisis que es la existencia de ascitis. El bazo es con frecuencia
calificada corrientemente de apendicular y que está palpable (MADIGAN y COFFEY 4 ) .
compuesta por los signos y síntomas siguientes:
g) Tacto rectal.-No provoca dolor especial al-
a) Dolor de tipo cólico, paroxístico, más inten- guno.
so y alarmante que el apendicular; es intermitente,
desapareciendo totalmente durante los intervalos. FORMAS CLÍNICAS.
que se caracterizan por sensación de alivio y bienes-
tar; no imnoviliza al enfermo, quien, durante el có- Consideramos perfectamente válida en la hora
lico, incluso se mueve y cambia constantemente de actual la clasificación clínica establecida por GuLE-
posición; el paciente lo localiza en fosa ilíaca dere- KE 2 en 1924, la cual comprende Jos tres grupos si-
cha, pero da muestras de imprecisión cuando pre- guientes :
tende señalar con exactitud el punto máximo del a) Forma pseudoapendicular.-Puede a su vez
dolor. evolucionar según el cuadro de la apendicitis agu-
b) Náuseas, vómitos y diarrea. - Para CHAM- da, subaguda o crónica.
PEAU 8 no hay habitualmente náuseas ni vómitos, b) Forma gastrointestinal.-Que cursa con las
que en cambio WEBSTER y MADORE 3 los encuentra en manifestaciones de determinada afección gastroin-
el 75 por 100 de sus casos. Más de la mitad de nues- testinal. En este grupo deben ser incluídas, según
tros enfermos han padecido náuseas seguidas o no nuestra opinión, las siguientes modalidades clíni-
de vómitos. Generalmente hay estreñimiento. La cas descritas recientemen te : disenteriforme (DOR·
diarrea, que se consigna en el 20 por 100 de los ca- MANNS 38 ), de ileitis regional (KING 13 ) , de oclusión
sos del Servicio de PIULACHS 36 , es excepcional en intestinal (GANGITANO 2 b, FLEBEAU 23 ), con hemorra-
nuestras observaciones, pese a que, como YouNG 24 • gia intestinal (LATORRE 3 2 ).
hemos comprobado frecuentemente la existencia de
hiperpedstaltismo intestinal. e) Forma de complejo sintomático indetermina-
do.-Con sintomatología referible al abdomen o
e) Aspecto del enfermo.-La impresión es de fuera de él (psoitis, coxitis y osteomielitis de la
escasa gravedad; el enfermo está pálido o con fa- pelvis).
cies febril; no hay postración y los movimientos del
cuerpo y de los miembros están libres y normales. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.
. d) Temperatura y pulso.- La temperatura as-
Ciende precozmente a 38 grados o más. Habitual- Las características señaladas al hablar de la sin-
mente se encuentran temperaturas de 39-40 gra- tomatología sirven para diferenciar esta dolencia
dos, sin disociación recto-axilar. Suele preceder al de la apendicitis aguda, con la cual se confunde más
dolor. El pulso está de acuerdo con la temperatura. corrientemente, y en la cual el dolor es más locali-
zado y no se desplaza con los cambios de posición
e) Fórmula hemática.-Existe leucocitosis, que del enfermo, es continuo sin intervalos libres, obli-
ッセ」ゥャ。@ entre 12.000 y 20.000, con polinucleosis supe- ga al enfermo a permanecer quieto, hay defensa
nor a. 80 por 100. WEBSTER y MADORE 3 encuentran muscular y son positivos los signos de McBurney,
una hnfocitosis relativa que nosotros no hemos Meltzer, Blumberg, etc.
comprobado. Es rara la mononucleosis (CHAM- Más difícil es el diagnóstico diferencial con la
PEAu 8 ). Algunas veces la fórmula es normal. La linfadenitis mesentérica tuberculosa, que puede asi-
leucocitosis aparece bruscamente y tarda bastante mismo presentarse en forma aguda, subaguda y cró-
en desaparecer. La velocidad de sedimentación está nica, pero en ella no suele haber leucocitosis en nin-
frecuentemente acelerada. gún período de su evolución, el abdomen está blan-
f) Exploración del abdomen.-Suele estar discre- do y no existe ni siquiera la discreta rigidez de la
セ。ュ・ョエ@ .abultado, meteorizado. Sigue los movimien- linfadenitis mesentérica inespecífica por lo cual los
dos respiratorios. El dolor se localiza en fosa ilíaca ganglios pueden ser palpados más fácilmente; pue-
derecha,. pero muy alto, por debajo y a la derecha de servir también para el diagnóstico diferencial la
el ombhgo, y cambia de situación al colocar al en- existencia de procesos tuberculosos activos en otros
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ór ganos. Pero, repetimos, セオョ@ así el diagnóstico es a) Dificultades del diagnóstico diferencial Pr
muy difícil y con frecuencia sólo puede ser resuelto ciso (POSTLETHWAIT y CAl\IPBELL ''). "'
por el estudio histopatológico de los ganglios mesen- En la serie de MADIGAN y COFFEY 4 el diagnósti
téricos. clínico se hizo aproximadamente en la mitad de t
También puede confundirse con la ileilis regio- casos, mientras que en la otra mitad se hizo el 、ゥ。セ@
nal de Crohn, aunque no falta quien piense que en- nóstico durante la operación.
tre ambas enfermedades no existen más que dife- b) La linfadenitis mesentérica inespecífica no
r encias de grado, referibles en última ゥョウエ。 」セ。@ al aumenta de forma ostensible los peligros de la in.
mismo proceso. tervención (GUBERN '').
Mucho más raramente puede plantearse un diag- e) La apendicectomía evita la aparición de bro.
nóstico diferencial con las neoplasias de los gan- tes sucesivos, que no curan más que después de
glios mesentéricos, el linfadenoma o la mononu- esta intervención (CIIAMPEAU セIN@ Hemos señalado
cleosis infecciosa. más atrás los reparos que pueden ponerse a esta
Por último, hay que tener en cuenta, al hacer el opinión.
diagnóstico, otras afecciones gastrointestinales, ve- d) La posibilidad de que una linfadenitis me. ·
siculares, pancreáticas, así como la psoitis, coxitis, sentérica evolucione hacia la supuración y llegue a
etcétera. provocar una peritonitis secundaria, justifica la la.
paratomía exploradora en estos cuadros abdomina.
PRONÓSTICO Y EVOLUCIÓN. les (KING 13 ) .
e) La apendicectomía es el mejor エイ。ュゥ・ョセ@
La adenitis mesentérica no específica suele evo-
lucionar hacia la curación, pero en series como la
tanto para la apendicitis como para la adenitis '*
sentérica inespecífica (CIIA.\lPEAU ', BROWN u, cセ@
de KLEThi 37 se señala la reaparición postoperatoria, LEMAN ü y carboセiMNZl@ ) , sea o no el aréndice !a
por lo menos de alguno de los síntomas, en casi to- puerta de entrada de la infección y porque "los h•·
dos los casos. Más valor tiene el estudio estadístico chos clínicos pueden más que la teoría" (SoLr.
realizado por WARD-MCQUAID G, que agregó a las VILLA 47 ).
series agrupadas por PoSTLETHWAIT y cols. ·''1, las de f) El tratamiento quirúrgico es exigitivo en la;
FITZSIMONS セ L@ POSTLETWAIT y CAMPBELL 11 , VUORI 42

complicaciones (adenoflemón mesentérico y obs·
y WEBSTER y MADORE 3 , lo que le permitió obtener trucción intestinal ).
una información rBferente a 800 enfermos, de los
cuales 185, es decir, el 22,8 por 100, continuaron BIBLIOGRAFIA
aquejando síntomas diversos después de la opera-
ción. Por último, puede dar origen a cuadros de l. H&USSER.-Dle Schwcllung dt•r mcscntl•rialcn L) mp
obstrucción intestinal o abocar a la supuración 2.
、イセ・ョN@ Beít Khn. <.:h!r , 130 QエセNZ^@
Gt:I.JtKII:. Verl• lt·Ut.'f b 1;1 Cl> r 1!1:!1
contingencia esta última que, como dijimos, puede 3. \VEBSTER y MAI>OilE.----Gastrol!ntl!rology, 13, 1ti0, 1\l.ll.
presentarse, según AIRD 15 , en el 1 por 100 de los 4. MAolGA.."' y COFFEY. - Arch. Surg., QNセRL@ 60, 6, 1K0.
5. GUII.ERN.-Rev. Esp. Pediat., 6, 648, Q YセPN@
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13. KINc.- Amer. J. Surg., 64, 92, 1944.
Proporciona excelentes r esultados la penicilina. 14. ARANDES.- Ciinica y Lab., 277, 1949.
Las sulfamidas fracasan en absoluto (KF.RPEL-FRo- 15. A IRD.-Brit. Med. J., 4.428, 680, 1943.
16. PETERMANN.-Cirugia Kirschner y Nordmann, t. 4, 1946
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Aun para aquellos que, como CHAMPEAU 8 , son 18. L ANGE.-J. Med. Bord. Sud -Ouest, 214, 204, 1947.
19. WELCKER.-Ergb. Chir. v . Orthop., 34, 775, 1943.
partidarios a ultranza del tratamiento quirúrgico, 20. AIRD.-El Dia Med., 19, 422, 1947.
está justificado el tratamiento médico cuando el 21. GOLDllERG y NATHANSON.-Amer. J. Surg., 2;), 35, 1934.
22. ADAMS y ÜLNEY. - Amer. Surg., 107, SセYN@ 1938.
enfermo presenta conjuntamente un brote rinofa- 23. F I..ABEAu.-Bull. Med., 61, 377, 1947.
ríngeo o bronquial al objeto de diferir la operación 24.
25.
YOUNG.-South Surg., 14, 22á, 1948.
R UGGE.-Loc. cit., 26.
hasta que éste se haya yugulado y porque la ope- 26. Scnuvrz.-Mü nch. Med. W schr., 88, 46, 1941.
ración en frío es siempre preferible, tanto más cuan- 27. F ISCHER y KEISSERLING. - Virchow's Arch., 297, !46.
1936.
to que BAKEN y JAMES 43 hablan de la frecuencia 28. GA..'<GITANO.-Ann. It. Chlr., 24, 144, 1947.
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30. WELCKER.-Deuts. Gesundheitswesen, U, 4:6, QYセPZ@
en su serie. 31. lNGELRANS, VALEREUVERGHIIl y LACHERm-z.-Lille Chtr., 29
256,19: 0.
Por último, para FITSIMONS 4 0 el único tratamien- 32. LATORRE.-Rev. Clin. Esp., 33, 348, 1949.
to efectivo es la permanencia en cama de seis se- 33. RAFTERY, TRAFAS y McCLURE.- Trans. Amer. Surg. ASS ,
68.399, 19:0.
manas, considerando, en cambio, ilógico el trata- 34. Kt.t<t't.u·L' k.ISIUS y K ocsts. Orv. Lapj., 3. 93". 1()47.
miento quirúrgico fundado en razones anatómicas 35.
36.
STEPHF:Ns.-Med. J. Australia, 1, 46;), 1938.
PIULACHS.-Cit. 5.
y clínicas, ya que según él es muy difícil concebir 37. Kl.EIM.- Arch. Surg., 36, 571, 1938.
que un apéndice normal pueda ser la causa de la 38. DORMANNS.- Med. K !in., 43, 13, 1948. 7
39. POSTLE'rHWAIT, SELF y BATCIIELOR.-Amer. J. Surg., 5 '
enfermedad, al propio tiempo que ésta puede no 3()4, 1942.
sólo recividar después de la operación, sino que in- 40. F ITZSIMONS.-N. Z. Med. J., 45, 248, セTVN@
41. POSTLETHWA lT y CAMPllELL.-Arch. Surg., E9, 92, 19:00.
cluso puede hacer su aparición por primera vez des- 42. VUORl.-Acta Chlr. Scand., 92, 231, 1945.
43. BAKER y JAMES.-Lancet li, 232, 1946.
pués de la misma. 44. BROWN.-Surg. Gyn. Obst., 63, f98. 1937.
Tratamiento quirúrgico.- Encuentra su justifica- 4'). COLEMAN.- Amer. J. Surg., 72, 879, 194.6.
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ción en las siguientes circunstancias: 47. Clinica y Labor'. , 172, 1949.

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