0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
14 vistas2 páginas
Este documento describe dos tipos de leyes penales: las leyes penales en blanco y los tipos penales abiertos. Las leyes penales en blanco son aquellas que requieren complementarse con normas externas para definir plenamente la conducta delictiva. Se distinguen dos tipos: las que se complementan con normas extrapenales y las que se complementan con otras disposiciones de la propia ley. Los tipos penales abiertos dejan al criterio del juez establecer qué conductas constituirán delito, caracterizando sistemas legales totalitarios.
Este documento describe dos tipos de leyes penales: las leyes penales en blanco y los tipos penales abiertos. Las leyes penales en blanco son aquellas que requieren complementarse con normas externas para definir plenamente la conducta delictiva. Se distinguen dos tipos: las que se complementan con normas extrapenales y las que se complementan con otras disposiciones de la propia ley. Los tipos penales abiertos dejan al criterio del juez establecer qué conductas constituirán delito, caracterizando sistemas legales totalitarios.
Este documento describe dos tipos de leyes penales: las leyes penales en blanco y los tipos penales abiertos. Las leyes penales en blanco son aquellas que requieren complementarse con normas externas para definir plenamente la conducta delictiva. Se distinguen dos tipos: las que se complementan con normas extrapenales y las que se complementan con otras disposiciones de la propia ley. Los tipos penales abiertos dejan al criterio del juez establecer qué conductas constituirán delito, caracterizando sistemas legales totalitarios.
La Primera Sala de la SCJN, en la jurisprudencia 1a./J. 10/2008, ha definido los
"tipos penales en blanco" como supuestos hipotéticos en los que la conducta delictiva se precisa en términos abstractos y requiere de un complemento para integrarse plenamente.
Con relación a la garantía de legalidad, deben distinguirse dos tipos de leyes penales en blanco: en sentido estricto y en sentido amplio. Las primeras, son aquellas leyes que han de recibir su complemento de normas extrapenales y que poseen un rango inferior al de la ley penal; las segundas, también llamadas leyes en blanco impropias, son las que confían su complementación a otra disposición contenida en ellas mismas o a otra ley emanada de la instancia legislativa.
Pen. Norma penal que al describir la conducta constitutiva de delito remite en
parte a normas reglamentarias o de rango inferior a la ley orgánica. «Por leyes penales en blanco se deben entender aquellas que solo contienen una amenaza penal para la infracción de otra norma a la cual remiten» (STS 849/1995, 7-VII-95). La constitucionalidad de las leyes penales en blanco exige que se den «los siguientes requisitos: que el reenvío normativo sea expreso y esté justificado en razón del bien jurídico protegido por la norma penal; que la ley, además de señalar la pena, contenga el núcleo esencial de la prohibición y sea satisfecha la exigencia de certeza o, como señala la […] STC 122/1987, se dé la suficiente concreción, para que la conducta calificada de delictiva quede suficientemente precisada con el complemento indispensable de la norma a la que la ley penal se remite, y resulte de esta forma salvaguardada la función de garantía de tipo con la posibilidad de conocimiento de la actuación penalmente conminada» (STC 127/1990, 5-VII-1990)
Tipo penal abierto
Los tipos penales abiertos caracterizaron el derecho penal nazi y se caracterizan por no definir con precisión qué conductas habrán de considerarse delito, quedando librado al criterio personal de un juez establecer si ciertas conductas no descriptas en la ley habrán de considerarse delito. En la teoría penal clásica los tipos penales abiertos eran totalmente rechazados, como normas totalitarias. Sin embargo en las últimas décadas los mismos han ido siendo cada vez más reconocidos en las legislaciones mundiales, en especial en delitos relacionados con los intereses del Estado, como las cuestiones impositivas y políticas (los tipos abiertos suelen ser crecientemente utilizados en la represión del terrorismo)
Clase de tipo de delito que, de modo excepcional, exige expresamente la
antijuridicidad (con ese nombre o con otro término equivalente) de la conducta, obligando con ello al juez a completar de ese modo la descripción típica, por lo que, como la ley penal en blanco, es un tipo incompleto, pero que remite mediante un «elemento de valoración global del hecho» (Roxin) a la totalidad del ordenamiento jurídico, y no a una norma concreta como hace la ley penal en blanco. El concepto de tipo abierto fue creado por Welzel y, aunque parte de la doctrina ha rechazado su existencia, esta categoría realmente se da en algunos tipos delictivos, en los que esa exigencia de antijuridicidad en el tipo es necesaria porque en ellos no se da la relación regla-excepción: los restantes elementos de la descripción típica no serían indicio de ilícito, e incluso unidos a la ausencia de causas de justificación no fundamentarían la antijuridicidad de la conducta; así ocurre, por ejemplo, en la prevaricación, consistente en que el juez o el funcionario adopta una resolución «injusta», adjetivo que remite a todo el derecho y sin el cual el resto del tipo no es ni siquiera un indicio de ilícito. En caso de error, como ha demostrado Roxin, si recae sobre los presupuestos del elemento de valoración global, es un error de tipo, mientras que si el error versa sobre la propia valoración global del hecho, es un error de prohibición.