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SEMINARIO MAYOR LOS SAGRADOS CORAZONES

PRESENTADO POR: KEVIN DAVID BACCA ROSERO


TUTOR: PBRO. FRANKLIN BETANCOURT
AUDIENDAS
IV TEOLOGÍA

CASO 17 – FECUNDACIÓN IN VITRO


Una mujer de aproximadamente 35 años de edad, casada desde hace 12años, está
enfadada con todos y, sobre todo. Reza poco, va a la iglesia unas 3 o 5 veces al año. Su
última confesión fue más o menos 7 años atrás. Su marido tiene el vicio del alcohol. Ella
sabe que la engaña con otras mujeres.

Es un matrimonio que no tiene hijos. Ella se ha sometido tres veces al procedimiento de


fecundación in vitro (FIVET – ing. Fecondation In Vitro Embryo Transfer – it. fecondazione
in vitro con trasferimento dell’embrione). Cada vez le han transferido 3 embriones en el
útero, pero ninguno ha continuado a desarrollarse. Todos se han perdido. La pareja había
consultado antes al párroco, que es un hombre fiel a la doctrina de la Iglesia. Él les había
dicho que la Iglesia está a favor de las técnicas que ayudan a las parejas que no han
logrado tener hijos en modo natural. Por cada ciclo han pagado 4.000 dolares. Actualmente
están pensando en un nuevo y último ciclo con el traspaso de otros 3 embriones.

También ella ha sido infiel a su marido en algunas ocasiones, con amigos y compañeros
de estudios, con la esperanza de quedar embarazada… Además, desearían también
adoptar y bautizar a todos los otros embriones que han quedado (aproximadamente 12-
15), que todavía están en el Centro de Reproducción artificial, porque son sus hijos.
¿Cómo podrían adoptarlos y hacerlos bautizar? ¿Qué se puede recomendar?

MANDAMIENTOS TRANSGREDIDOS.

Quinto: No matarás
Sexto y Noveno: Adulterio

I. REPRODUCCIÓN ASISTIDA:

EL PROBLEMA DE LA ESTERILIDAD

Según la definición médica, por esterilidad se entiende la incapacidad de una pareja de tener
un embarazo después de un año de relaciones sexuales, sin uso de métodos
anticonceptivos. Existen parejas totalmente estériles, mientras que existe un número
considerable de parejas cuya fecundidad es baja por razones transitorias y de todas maneras
curables.
Las principales causas de este fenómeno en las mujeres, se debe a la tendencia de intentar
retrasar el primer embarazo (prácticas anticonceptivas); las infecciones sexuales a causa de
una alta y/o descontrolada actividad sexual (promiscuidad) que alteran por etapas
prolongadas las condiciones del útero de ser apto para la procreación (inflamación pélvica;
exceso de anticuerpos); y el stress físico y psíquico a la cual están sometidas la mayoría de
mujeres modernas, a causa de trabajo excesivo o problemas sociales.
En el hombre hay tres posibles causas: (1) esterilidad secretora: baja o nula cantidad de
esperma; (2) esterilidad excretora: poca cantidad de espermatozoides en el líquido seminal o
incluso presencia de espermatozoides deformes y/o con escasa movilidad; (3)
malformaciones del pene y/o patologías funcionales que inciden en la capacidad de erección.

FECUNDACIÓN ARTIFICIAL
Las técnicas de fecundación artificial han sido puestas, en primera instancia, precisamente
con el fin de remediar la esterilidad de la pareja, aunque después se han perseguido otros
fines. Existen aproximadamente una veintena de técnicas diferentes para realizar la
fecundación artificial, entre las cuales se distinguen tres grupos: inseminación artificial;
trasferencia de gametos en las trompas (GIFTS) Fecundo Invitro (FIV). Estas técnicas
pueden aplicarse de modo homólogo, que consiste en usar los gametos (espermatozoides y
óvulos) de la pareja, como también de modo heterólogo, usando gametos de donantes
externos a la pareja.

INSEMINACIÓN ARTIFICIAL: Consiste en introducir en el aparato reproductor el líquido


seminal donde se favorezca el tránsito de los espermas al óvulo.
GIFT: Consiste en el traslado de ovocitos y espermatozoides a la porción ampollar de las
trompas de Falopio por vía laparoscópica con un catéter en el cual los gametos son
separados por una burbuja de aire. Por consiguiente, la unión de los gametos tiene lugar en
la trompa, lugar natural de la fecundación.
FIV: Es la fecundación con transferencia de embriones y se realizan fuera del cuerpo de la
madre, consiste en extraer ovocitos de la madre y esperma del padre, que se colocan en una
caja de petri llena de una sustancia nutriente. Se espera unos días a que se dé la
fecundación y otros tantos para que se desarrolle el embrión, para ser introducidos en el
útero de la madre, se suelen utilizar en este proceso varios embriones, que, al conseguir la
anidación de uno, el óvulo fecundado (embrión 1) puede entonces ser transferido al útero de
la mujer, en vistas a que implante en el útero y continúe su desarrollo hasta el parto. los
demás son desechados y los que aún no han sido implantados, son congelados para usarse
en otra oportunidad.

1. CATECISMO DE LA IGLESIA SOBRE LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL


2374: Grande es el sufrimiento de los esposos que se descubren estériles. Abraham
pregunta a Dios: “¿Qué me vas a dar, si me voy sin hijos…?” (Gn 15, 2). Y Raquel dice a su
marido Jacob: “Dame hijos, o si no me muero” (Gn 30, 1).
2375: Las investigaciones que intentan reducir la esterilidad humana deben alentarse, a
condición de que se pongan “al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables,
de su bien verdadero e integral, según el plan y la voluntad de Dios” (Congregación para la
Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, intr. 2).
2376: Las técnicas que provocan una disociación de la paternidad por intervención de una
persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo de útero) son
gravemente deshonestas. Estas técnicas (inseminación y fecundación artificiales
heterólogas) lesionan el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos de él y
ligados entre sí por el matrimonio. Quebrantan “su derecho a llegar a ser padre y madre
exclusivamente el uno a través del otro” (Congregación para la Doctrina de la Fe,
Instr. Donum vitae, 2, 4).
2377: Practicadas dentro de la pareja, estas técnicas (inseminación y fecundación artificiales
homólogas) son quizá menos perjudiciales, pero no dejan de ser moralmente reprobables.
Disocian el acto sexual del acto procreador. El acto fundador de la existencia del hijo ya no
es un acto por el que dos personas se dan una a otra, sino que “confía la vida y la identidad
del embrión al poder de los médicos y de los biólogos, e instaura un dominio de la técnica
sobre el origen y sobre el destino de la persona humana. Una tal relación de dominio es en sí
contraria a la dignidad e igualdad que debe ser común a padres e hijos” (cf
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 82).
“La procreación queda privada de su perfección propia, desde el punto de vista moral,
cuando no es querida como el fruto del acto conyugal, es decir, del gesto específico de la
unión de los esposos […] solamente el respeto de la conexión existente entre los significados
del acto conyugal y el respeto de la unidad del ser humano, consiente una procreación
conforme con la dignidad de la persona” (Congregación para la Doctrina de la Fe,
Instr. Donum vitae, 2, 4).
2378: El hijo no es un derecho sino un don. El “don […] más excelente […] del matrimonio”
es una persona humana. El hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad, a lo
que conduciría el reconocimiento de un pretendido “derecho al hijo”. A este respecto, sólo el
hijo posee verdaderos derechos: el de “ser el fruto del acto específico del amor conyugal de
sus padres, y tiene también el derecho a ser respetado como persona desde el momento de
su concepción” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 2, 8).
1
En el caso específico del ser humano, el término se aplica hasta la octava semana desde la concepción. A partir de la
novena semana, el embrión pasa a denominarse feto.
2379: El Evangelio enseña que la esterilidad física no es un mal absoluto. Los esposos que,
tras haber agotado los recursos legítimos de la medicina, sufren por la esterilidad, deben
asociarse a la Cruz del Señor, fuente de toda fecundidad espiritual. Pueden manifestar su
generosidad adoptando niños abandonados o realizando servicios abnegados en beneficio
del prójimo.

2. PARTE BÍBLICA

"¿No los hizo él, igual que a mí, en el vientre? ¿no nos formó en el seno
Jb 31,15
uno mismo?"
"Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi
madre; yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios
son tus obras. Mi alma conocías cabalmente, y mis huesos no se te
Sal. 139,13-16
ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras
de la tierra. Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos
los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos."
"Así dice el Señor Dios que te creó, te plasmó ya en el seno y te da
ayuda: «No temas, siervo mío, Jacob, Yesurún a quien yo elegí.
Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca.
Is 44,2-3
Derramaré mi espíritu sobre tu linaje, mi bendición sobre cuánto de ti
nazca."
"Escuchadme, casa de Jacob, y todos los supervivientes de la casa de
Is 46,3 Israel, los que habéis sido transportados desde el seno, llevados desde
el vientre materno."
"Ahora, pues, dice el Señor Dios, el que me plasmó desde el seno
materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que
Is 49,5
Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos del Señor Dios, mi
Dios era mi fuerza."
"Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes
Jr 1,5 que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te
constituí."
"Más, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me
Ga 1,15
llamó por su gracia, tuvo a bien"
"A Efraím, como un pájaro, se le vuela su gloria, desde el nacimiento,
Os 9,11
desde el seno, desde la concepción."
Lc 1,15 "porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno
de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre,"
"Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo
Lc 1,41
el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;"
"Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el
Lc 1,44
niño en mi seno."

3. CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO: SOBRE LA PROCREACIÓN RESPONSABLE

 Código de Derecho Canónico de 1917


El can. referido se ubica en el Libro V, Parte III De las penas contra cada uno de los delitos,
Título XIV De los delitos contra la vida, la libertad, la buena fama y las buenas costumbres.
Su texto es el siguiente:
Can. 2350, 1. “Los que procuran el aborto, incluso la madre, incurren, si el aborto se verifica,
en excomunión Latae Sententiae reservada al Ordinario, y si son clérigos, deben además ser
depuestos”.
También se refiere al delito de aborto el can. 985 estableciendo lo siguiente:
Can. 985 “Son irregulares (para recibir las sagradas órdenes) por delito: 4. Los que
cometieron
homicidio voluntario o procuraron el aborto de un feto humano, si se realizó el aborto, y todos
los cooperadores”.
 Código de Derecho Canónico de 1983
El canon 1398 del Código de Derecho Canónico de 1983, actualmente en vigor, define en el
derecho de la Iglesia Católica el delito de aborto. Este es su tenor literal:
Can. 1398: “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae
sententiae”.
1096 § 1. Para que pueda haber consentimiento matrimonial, es necesario que los
contrayentes no ignoren al menos que el matrimonio es un consorcio permanente entre
un varón y una mujer, ordenado a la procreación de la prole mediante una cierta
cooperación sexual.

4. QUÉ DICE LA IGLESIA:

 CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE: DONUM VITAE: (SOBRE EL


RESPETO DE LA VIDA HUMANA NACIENTE Y LA DIGNIDAD DE LA
PROCREACIÓN): (22 de febrero de 1987)

El documento desarrolla después tres líneas de argumentación para apoyar su enseñanza


sobre la grave inmoralidad de la fecundación In Vitro. La primera (1) está basada en la
conexión inseparable deseada por Dios y que el hombre no está autorizado a romper por su
propia iniciativa, entre los significados unitivo y procreador del acto conyugal; la segunda (2),
en la dignidad del niño concebido, que no debería ser tratado como si fuera un producto; la
tercera (3), en el "lenguaje del cuerpo".

Nº.4: La primera línea de argumentación basada en el vínculo inseparable entre los


significados unitivo y procreador del acto conyugal, era, como observa la Donum Vitae, la
razón dada por Pío XII para rechazar la inseminación artificial por el marido. Reafirmando
esta conexión inseparable, la Donum Vitae declara después: "la fecundación artificial
homóloga, en busca de una procreación que no es fruto de un acto específico de unión
conyugal, objetivamente efectúa ... una separación entre los bienes y los significados del
matrimonio".

Nº.4: La segunda línea de argumentación mantiene que la dignidad del niño como persona
es violada por la fecundación artificial, aunque sea homóloga y no heteróloga. La dignidad
del niño es violada porque el niño es tratado como si fuera un producto y no como una
persona igual en dignidad a sus padres. Como señala la Donum Vitae, "la persona concebida
debe ser el fruto del amor de sus padres. Él no puede ser deseado o concebido como el
producto de una intervención de técnicas biológicas o médicas; eso sería equivalente a
reducirle a un objeto de la tecnología científica. Nadie puede someter la venida al mundo de
un niño a unas condiciones de eficiencia técnica, que deben ser evaluadas de acuerdo con
estándares de control y de dominación".

Al introducir esta tercera línea de argumentación la Instrucción vaticana se refiere a la


enseñanza del Papa Juan Pablo II25, quien ha escrito y hablado largamente sobre la verdad
que los esposos mediante su único amor se expresan el uno al otro con el "lenguaje del
cuerpo". Resumiendo, su pensamiento, la Donum Vitae presenta la cuestión como sigue:

Nº.4: "El acto conyugal por el cual la pareja expresa mutuamente darse el uno al otro, al
mismo tiempo expresa su apertura al don de la vida. Es un acto inseparablemente corporal y
espiritual. Es en sus cuerpos y a través de sus cuerpos que los esposos consuman su
matrimonio y son capaces de convertirse en padre y madre. Para respetar el lenguaje de sus
cuerpos y su natural generosidad, la unión conyugal debe tener lugar con respeto de su
apertura a la procreación; y la procreación de la persona debe de ser fruto y el resultado de
un amor matrimonial. El origen del ser humano, por tanto, sigue a una procreación que está
"ligada a la unión, no sólo biológica sino también espiritual, de los padres, hecha una por el
pacto del matrimonio".

 CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE: DIGNITAS PERSONÆ


(CUESTIONES DE BIOÉTICA): (8 de septiembre de 2008)

LAS TÉCNICAS DE AYUDA A LA FERTILIDAD

12. Con referencia al tratamiento de la infertilidad, las nuevas técnicas médicas tienen que
respetar tres bienes fundamentales:

a) El derecho a la vida y a la integridad física de cada ser humano desde la concepción


hasta la muerte natural.
b) La unidad del matrimonio, que implica el respeto recíproco del derecho de los cónyuges
a convertirse en padre y madre solamente el uno a través del otro.
c) los valores específicamente humanos de la sexualidad, que “exigen que la procreación
de una persona humana sea querida como el fruto del acto conyugal específico del amor
entre los esposos”.

Las técnicas que se presentan como una ayuda para la procreación “no deben rechazarse
por el hecho de ser artificiales; como tales testimonian las posibilidades de la medicina, pero
deben ser valoradas moralmente por su relación con la dignidad de la persona humana,
llamada a corresponder a la vocación divina al don del amor y al don de la vida”.
A la luz de este criterio hay que excluir todas las técnicas de fecundación artificial
heteróloga y las técnicas de fecundación artificial homóloga que sustituyen el acto
conyugal. Son en cambio admisibles las técnicas que se configuran como una ayuda al
acto conyugal y a su fecundidad. A propósito de la inseminación artificial homóloga, dice:
“La inseminación artificial homóloga dentro del matrimonio no se puede admitir, salvo en el
caso en que el medio técnico no sustituya al acto conyugal, sino que sea una facilitación y
una ayuda para que aquél alcance su finalidad natural”.
13. Son ciertamente lícitas las intervenciones que tienen por finalidad remover los obstáculos
que impiden la fertilidad natural, como por ejemplo el tratamiento hormonal de la
infertilidad de origen gonádico, el tratamiento quirúrgico de una endometriosis, la
desobstrucción de las trompas o bien la restauración microquirúrgica de su
perviedad. Todas estas técnicas pueden ser consideradas como auténticas terapias, en la
medida en que, una vez superada la causa de la infertilidad, los esposos pueden realizar
actos conyugales con un resultado procreador, sin que el médico tenga que interferir
directamente en el acto conyugal. Ninguna de estas técnicas reemplaza el acto conyugal,
que es el único digno de una procreación realmente responsable.

FECUNDACIÓN IN VITRO Y ELIMINACIÓN VOLUNTARIA DE EMBRIONES

14. La Instrucción Donum vitæ puso en evidencia que la fecundación in vitro comporta muy


frecuentemente la eliminación voluntaria de embriones. Se ha demostrado que todas las
técnicas de fecundación in vitro se desarrollan de hecho como si el embrión humano fuera un
simple cúmulo de células que se usan, se seleccionan y se descartan. En realidad, es
extremadamente preocupante que la investigación en este campo se dirija sobre todo a
conseguir mejores resultados en términos de porcentaje de niños nacidos respecto al número
de mujeres que inician el tratamiento, pero no parece efectivamente interesada en el derecho
a la vida de cada embrión.
16. La Iglesia, además, considera que es éticamente inaceptable la disociación de la
procreación del contexto integralmente personal del acto conyugal: la procreación humana es
un acto personal de la pareja hombre-mujer, que no admite ningún tipo de delegación
sustitutiva. La Iglesia reconoce la legitimidad del deseo de un hijo, y comprende los
sufrimientos de los cónyuges afligidos por el problema de la infertilidad. Sin embargo, ese
deseo no puede ser antepuesto a la dignidad que posee cada vida humana hasta el punto de
someterla a un dominio absoluto. El deseo de un hijo no puede justificar la “producción” del
mismo, así como el deseo de no tener un hijo ya concebido no puede justificar su abandono
o destrucción.

EL CONGELAMIENTO DE EMBRIONES

18. Uno de los métodos utilizados para mejorar el grado de éxito de las técnicas de
procreación in vitro es el aumento de los tratamientos sucesivos. Para no repetir la extracción
de óvulos de la mujer, se procede a una única extracción múltiple, seguida por la
crioconservación de una parte importante de los embriones producidos in vitro. Esto se hace
previendo la posibilidad de un segundo ciclo de tratamiento, en el caso de que fracase el
primero, o bien porque los padres podrían querer otro embarazo. En ocasiones se procede
además al congelamiento de los embriones destinados a la primera transferencia, porque la
estimulación hormonal del ciclo femenino produce efectos que aconsejan esperar la
normalización de las condiciones fisiológicas, antes de proceder al traslado de los embriones
al seno materno. La crioconservación es incompatible con el respeto debido a los
embriones humanos: presupone su producción in vitro; los expone a graves riesgos de
muerte o de daño a su integridad física, en cuanto un alto porcentaje no sobrevive al
procedimiento de congelación y descongelación; los priva al menos temporalmente de la
acogida y gestación materna; los pone en una situación susceptible de ulteriores ofensas y
manipulaciones. La mayor parte de los embriones no utilizados quedan “huérfanos”. Sus
padres no los solicitan, y a veces se pierden sus huellas. Eso explica la existencia de
depósitos de millares de embriones congelados en casi todos los países dónde se practica la
fecundación in vitro.
19. En relación al gran número de embriones congelados ya existentes, se plantea la
siguiente pregunta: ¿qué hacer con ellos? Algunos se interrogan al respecto ignorando el
carácter ético de la cuestión, movidos únicamente por la necesidad de observar el precepto
legal de vaciar cada cierto tiempo los depósitos de los centros de crioconservación, que
después se volverán a llenar. Otros, en cambio, son conscientes de que se ha cometido una
grave injusticia, y se interrogan sobre el modo de cumplir el deber de repararla.
Son claramente inaceptables las propuestas de utilizar tales embriones para la
investigación o para usos terapéuticos, porque implica tratarlos como simple “material
biológico” y comportan su destrucción. Tampoco es admisible la propuesta de descongelar
estos embriones y, sin reactivarlos, utilizarlos para la investigación como si fueran simples
cadáveres.

También la propuesta de ponerlos a disposición de esposos estériles como “terapia” de


infertilidad, no es éticamente aceptable por las mismas razones que hacen ilícita tanto la
procreación artificial heteróloga como toda forma de maternidad subrogada; esta práctica
implicaría además otros problemas de tipo médico, psicológico y jurídico.
Para dar la oportunidad de nacer a tantos seres humanos condenados a la destrucción, se
ha planteado la idea de una “adopción prenatal”. Se trata de una propuesta basada en la
loable intención de respetar y defender la vida humana que, sin embargo, presenta
problemas éticos no diferentes de los ya mencionados.

En definitiva, es necesario constatar que los millares de embriones que se encuentran en


estado de abandono determinan una situación de injusticia que es de hecho irreparable. Por
ello Juan Pablo II dirigió «una llamada a la conciencia de los responsables del mundo
científico, y de modo particular a los médicos para que se detenga la producción de
embriones humanos, teniendo en cuenta que no se vislumbra una salida moralmente lícita
para el destino humano de los miles y miles de embriones “congelados”, que son y siguen
siendo siempre titulares de los derechos esenciales y que, por tanto, hay que tutelar
jurídicamente como personas humanas».
II. EL ADULTERIO
1. DEFINICIÓN ADULTERIO:
Relación sexual que una persona casada mantiene voluntariamente con otra que no sea su
cónyuge. Civilmente el adulterio y el amancebamiento ya no constituyen delito.Adulterio
viene del latín adulterium y signigfica la relación sentimental y/o oasional que una persona
mantiene con otra, donde uno de los dos, o ambos son casados. A su vez esta palabra se
deriva del latín infidelĭtas denota el incumplimiento del compromiso de fidelidad o la falta de
ésta de esta forma el adultero comete a su vez una infidelidad.

2. PARTE BÍBLICA:
La Biblia condena este acto con claridad: “No cometerás adulterio.” (Éxodo 20, 14;
Deuteronomio 5, 18; Mateo 5, 27) Esto atenta contra la promesa del matrimonio de ser fiel al
cónyuge. También encontramos textos donde se profundiza o se extiende este
mandamiento:

Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, será muerto tanto el adúltero
como la adúltera. (Levítico 20, 10)
El Señor me dijo: “Ve otra vez, ama a una mujer que ama a otro y comete adulterio, como
ama Yahveh a los hijos de Israel, mientras ellos se vuelven a otros dioses y gustan de las
tortas de uva” (Oseas 3, 1)
porque obraron con fatuidad en Jerusalén, cometieron adulterio con las mujeres de sus
prójimos y fingieron pronunciar en mi Nombre palabras que yo no les mandé. Yo soy
sabedor y testigo - oráculo del Señor -. (Jeremías 29, 23)
Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella
en su corazón. (Mateo 5, 28)
Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra,
comete adulterio. (Mateo 19, 9)
“¿Cuáles?” - le dice él. Y Jesús dijo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
levantarás falso testimonio”, (Mateo 19, 18)
Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus templos!
(Romanos 2, 22)
Tienen los ojos llenos de adulterio, que no se sacian de pecado, seducen a las almas
débiles, tienen el corazón ejercitado en la codicia, ¡hijos de maldición! (II Pe 2,14)
“Honroso sea en todos los matrimonios, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a
los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13, 4)

Es bueno recordar que Dios “Todo lo hizo hermoso en su tiempo” como está escrito en
Eclesiastés 3, 11, y el tiempo que Él ha determinado para la intimidad sexual entre un
hombre y una mujer es dentro del matrimonio con su cónyuge, esto para los fines del
matrimonio como los veremos más adelante.

3. EL ADULTERIO EN EL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO.


Se habla aquí del valor de la alianza matrimonial y sus consumaciones.
1055§ 1. La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un
consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a
la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de
sacramento entre bautizados.
1056. Las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad, que en el
matrimonio cristiano alcanzan una particular firmeza por razón del sacramento.

4. ADULTERIO EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA.


2336: Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. En el Sermón de la
Montaña interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: «Habéis oído que se dijo: “no
cometerás adulterio”. Pues yo os digo: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya
cometió adulterio con ella en su corazón”» (Mt 5, 27-28). El hombre no debe separar lo que
Dios ha unido (cf Mt 19, 6).
2380: El adulterio. Esta palabra designa la infidelidad conyugal. Cuando un hombre y una
mujer, de los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque
ocasional, cometen un adulterio. Cristo condena incluso el deseo del adulterio (cf Mt 5, 27-
28). El sexto mandamiento y el Nuevo Testamento prohíben absolutamente el adulterio (cf Mt
5, 32; 19, 6; Mc 10, 11; 1 Co 6, 9-10). Los profetas denuncian su gravedad; ven en el
adulterio la imagen del pecado de idolatría (cf Os 2, 7; Jr 5, 7; 13, 27).
2381: El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el
signo de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y
atenta contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen. Compromete
el bien de la generación humana y de los hijos, que necesitan la unión estable de los padres.

III. RECOMENDACIÓN PASTORAL

1. En primer lugar, es una persona que sufre, por un lado, el maltrato físico y psicológico
de su esposo, el adulterio de su conyugue y el propio, y además carga con la tristeza
de no poder procrear. Es necesario antes de dar cualquier concejo, brindarle una
acogida cristiana, para que sienta la compasión de Cristo ante su realidad concreta.
2. Hacerle caer en cuenta que un hijo es una bendición, fruto del amor de la pareja, por
ello si la relación está tan fragmentada, es necesario, primero arreglar las cosas con
su esposo, ayudarlo a superar su crisis de alcoholismo recurriendo a instituciones que
le permitan superar esta dificultad y acompañarlo siempre en su proceso, recordando
sus votos matrimoniales, de estar siempre unidos en las alegrías y las tristezas, en la
prosperidad y en la adversidad. Y recomendarle un acompañamiento psicológico
familiar que le ayude a ambos a superar sus propias crisis y apoyarse mutuamente.
3. En cuanto a su adulterio, justificado por su gran dolor de no poder tener hijos y la
propia infidelidad de su marido, también es necesario un acompañamiento espiritual,
por un lado, enfatizando las responsabilidades de la fidelidad en el matrimonio
propiciando un proceso de perdón y reconciliación al menos en ella y recomendarle
una vida de oración y cercanía con Dios por medio de los sacramentos para que
reciba la fuerza y sabiduría necesarias en todo este proceso.
4. Luego y muy necesario expresarle que el sacerdote que les aconsejó eso estaba
equivocado, porque la Iglesia apoya las técnicas pro-creativas siempre y cuando no se
atente contra la dimensión unitiva de la procreación, es decir aquellas que no
sustituyen el acto conyugal y que no atentan la integridad de los hijos desde el
momento de su concepción. Y esta práctica de la fecundación in vitro, viola estas dos
características del acto pro-creativo, es inmoral. Debe darse toda una catequesis al
respecto.
5. Después de hacerle comprender todo esto, recordarle que sigan intentando la
procreación por las vías naturales, apoyados por las auténticas terapias de fertilidad
que favorecen las dimensiones unitiva y procreativa del acto conyugal y la integridad
de la prole, descritas en el numeral 13 del documento de la congregación para la
doctrina de la fe, Dignitas Personæ.
6. Por último, aclararle que bautizar los embriones no es una solución realista al
problema, en el que entran muchos valores en juego y tiene que tenerse en cuenta la
jerarquía de valores éticos (1Vida, 2 justicia, 3 Libertad), y los principios bioéticos
(justicia, beneficencia, no maledicencia, autonomía) y los elementos éticos del acto a
realizar (objeto, intención, circunstancias) para poder tomar una decisión.
7. Cabe decir que en este caso no hay solución moral.
Otros puntos para comprender:
1. Toda forma de congelación de embriones humanos debe ser proscrita, pues al hacerlo
se viola su dignidad, además de que a largo término encierra un riesgo aún
desconocido. Congelar un embrión humano sería lo mismo que congelar un niño
recién nacido, cosa que nadie haría ...
2. "El embrión engendrado en el laboratorio, no puede ser manipulado ni explotado, y
esa capacidad desarrollada por los científicos, lleva automáticamente a la noción de
"control de calidad", en la fecundación en probeta y, por tanto, conduce a su
desperdicio, cuando él es ya un ser humano".
3. "Es una clara violación de la dignidad humana al reñir como el valor objetivo e
intrínseco, utilizar el embrión exclusivamente como un objeto de experimentación
científica".
4. "Tampoco es lícito arrebatar un feto o un embrión del cuerpo de la madre para
implantarlo en otra mujer a no ser que esto sea necesario para salvaguardar la vida
del mismo, pero pues en tal caso hay evidentemente una manipulación indebida".
5. "Todo atentado, con deliberación, contra la vida de un embrión, tiene el carácter de un
homicidio porque arrebata la vida a un ser humano, y cuando no se realiza los
esfuerzos razonables para su implantación, puede hablarse de omisión".
6. Viola los derechos del embrión a tener su propia identidad y padres naturales.
7. La Santa Sede reitera en sus documentos que el cuerpo humano no puede ser
considerado corno un simple complejo de tejidos, órganos y funciones. "Ningún
biólogo o médico puede pretender razonablemente decidir el origen y el destino de los
hombres en nombre de su competencia científica".

El papa Juan Pablo II, proponía que ya existe un gran mal: estas vidas congeladas que se
van acumulando como mercancía en muchos bancos criogénicos en el mundo entero,
esperando continuar su desarrollo natural. En esta encrucijada siempre debe optarse ante
todo por la vida que es el primero de los valores, y optar siempre por el mal menor, tienen la
opción de intentar con los embriones que son suyos hasta quedar embarazada y no volver a
recurrir a estas práctica (que atentaría contra la cuestión de la dimensión unitiva de la
procreación pero salvaría una vida) o dar esos embriones en adopción, para que al menos
alguno se salve y en otro procedimiento no se tengan que concebir nuevas vidas por medio
de esta práctica intrínsecamente mala (aunque se atentaría contra el principio de la
heteronomía). Todo depende de su decisión.

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