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Recomendaciones:
Éxodo 15:26
Si escuchas con atención la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto delante de sus
ojos, y prestas oído a sus mandamientos y cumples todos sus estatutos, jamás te enviaré
ninguna de las enfermedades que les envié a los egipcios. Yo soy el Señor, tu sanador (Ex
15:26).
Santiago 5:14-15
¿Hay entre ustedes algún enfermo? Que se llame a los ancianos de la iglesia, para que oren
por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo, y el
Señor lo levantará de su lecho. Si acaso ha pecado, sus pecados le serán perdonados.
Mateo 11:28
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Clamor:
Salmo 130:16
Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron
luego formadas, sin faltar una de ellas.
Salmo 107:19-20
En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para
sanarlos, y así los rescató del sepulcro.
Salmo 30:2
Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.
Salmo 34:6
Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias.
Salmo 102. La oración de un afligido (de un deprimido):
SEÑOR, escucha mi oración; ¡deja que mi queja llegue a tus oídos! No te alejes de mí
cuando me veas angustiado; inclina a mí tu oído, ¡respóndeme pronto cuando te invoque!
Mi vida se va desvaneciendo, como el humo; mis huesos se deshacen, como tizón
quemado. Débil está mi corazón, y seco cual la hierba; ¡hasta me he olvidado de comer!
Tanto he llorado que los huesos se me pegan a la carne. Soy como los pelícanos del
desierto; soy como los búhos de las soledades. Ya no duermo, y hasta me siento como un
pájaro solitario sobre el tejado. Todos los días me insultan mis enemigos; se confabulan y
hacen planes contra mí. El pan que como, me sabe a ceniza; lo que bebo, se mezcla con mis
lágrimas. ¡Y es porque estás enojado conmigo! ¡Primero me elevas, y luego me dejas caer!
Mi vida se diluye como una sombra; ¡me voy secando como la hierba! 12 Pero tú, Señor,
permaneces para siempre, y todas las generaciones te recordarán. Te levantarás y tendrás
misericordia de Sión (de mi), porque ya se ha cumplido su tiempo; ¡ya es hora de que le
tengas misericordia!14 Tus siervos aman cada una de sus piedras; ven sus ruinas, y se
compadecen de ella. 15 Señor, las naciones honrarán tu nombre; los reyes de la tierra
reconocerán tu gloria, 16 porque tú, Señor, reconstruirás a Sión (coloca tu nombre,
reconstruirás mi vida, soy tu templo y morada), y en su esplendor serás reconocido.17
Tendrás en cuenta la oración de los pobres (de los deprimidos), y no dejarás de escuchar
sus ruegos. Esto, Señor, quedará escrito para los pueblos futuros, ¡para que las generaciones
del mañana te alaben! Desde su alto santuario, el Señor observa, desde los cielos, el Señor
contempla la tierra para oír el clamor de los cautivos (por la depresión) y dar libertad a los
sentenciados a muerte; para que en Sión se anuncie el nombre del Señor, ¡para que en
Jerusalén se proclame su alabanza! Entonces todas las naciones y todos los reinos vendrán
y se unirán para servir al Señor. En mi camino, el Señor me retiró su apoyo; ¡me recortó
los días de mi vida! Pero yo le supliqué: «Dios mío, tú vives por todas las generaciones: ¡no
me reduzcas la mitad de mi vida! Tú fundaste la tierra desde el principio, y con tus propias
manos formaste los cielos. Un día, ellos serán destruidos; envejecerán, como vestidos
usados, y tú los cambiarás por otros; ¡Pero tú permanecerás! ¡Tú seguirás siendo el mismo,
y tus años nunca tendrán fin! Los hijos de tus siervos vivirán tranquilos, y sus
descendientes se afirmarán en tu presencia. AMEN.
Oración por sanidad
¡Señor eres el alfa y la omega! Padre, creador del cielo y la tierra, eres el primero y el
último, el principio y el fin. Padre eterno, tú eres Dios de milagros que cumples tus
promesas y no invalidas tu palabra, el que abre camino en medio de la mar y levanta al
pobre y al necesitado. Tu palabra dice: «porque todo aquel que invocaré el nombre del
Señor, será salvo». Por ello te pido que tengas misericordia de mí, pues necesito ser sanado
de este mal. Señor, derrama tu libertad y sanidad sobre mi vida, mis huesos y mis órganos,
restaura mi salud y glorifícate una vez más en medio de este valle por el que estoy
cruzando, también dame la convicción y la fe suficiente para confiar en tus promesas de
sanidad. Quebranta Espíritu Santo el poder del enemigo, sácame del pozo de la
desesperación y libra mi alma del seol. Abre mis ojos espirituales para que sepa la
procedencia de esta enfermedad, sé tú Señor la cura de todos mis males, sana mi corazón,
mi mente y venda mis heridas, creo lo que tu palabra dice: «Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados». Me declaro en victoria, prosperado y bendecido en todas
las cosas, lléname de tu gozo Señor, sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo;
porque tú eres mi alabanza, en ti espero de día y de noche hasta ver tu poder obrar en mí, en
el nombre de Jesús. ¡Amén!
Promesas de sanidad
Isaías 57:18
Ya he visto el camino que siguen, pero a pesar de eso los sanaré y los consolaré; a ellos y a
los que lloran los dirigiré.
Salmos 103:3-4
El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la
muerte, y te colma de favores y de su misericordia (Sal 103:3-4).
Isaías 53:4-5
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros
lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras
rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra
paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Salmos 147:3
El Señor reanima a los descorazonados, y sana sus heridas (Sal 147:3).
Oseas 6:1
¡Vengan, volvamos nuestros ojos al Señor! Ciertamente él nos arrebató, pero nos sanará;
nos hirió, pero vendará nuestras heridas (Os 6:1).
1 Pedro 2:24
Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al madero, para que nosotros, muertos ya al
pecado, vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes sanados (1 Pe 2:24).
Jeremías 36:6
He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz
y de verdad.
Jeremías 30:17
Aunque te han llamado ‘la despreciada’, y aunque dicen: ‘Ésta es Sión, de la que nadie se
acuerda’, yo te devolveré la salud y sanaré tus heridas.
Salmo 147:3
(El SEÑOR) restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas.
Filipenses 4: 7
Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestros
PENSAMIENTOS en Cristo Jesús.
Salmos 94:14
Porque no abandonará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad.
Juan 8:32
Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Nahúm 2:13
Heme aquí contra ti (contra el diablo), dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a
humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos perros; y raeré de la tierra tu robo, y
nunca más se oirá la voz de tus embajadores.
Salmo 40:14-15
Sean avergonzados y confundidos a una los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan
atrás y avergüéncense todos los que mi mal desean. Sean asolados en pago de su afrenta los
que se burlan de mí.
Nehemías 4:4
No temeré delante de ellos, me acordaré del Señor, grande y temible, y pelearé por mis
hermanos, por nuestros hijos y por nuestras hijas, por nuestras mujeres (maridos) y por
nuestras casas.
Salmo 119:98
El Señor me ha hecho más sabio que mis enemigos con sus mandamientos; porque siempre
están conmigo.
Salmo 71:13
Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de
confusión los que mi mal buscan.
Isaías 41:11
He aquí que todos los que se enojan contra mí serán avergonzados y confundidos; los que
contienden conmigo serán como nada y perecerán.
Isaías 42:17
Serán vueltos atrás, y en extremo confundidos, los que confían en los ídolos, y dicen a las
imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses.
Salmo 129:5
Sean avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sión.
Jeremías 20:11
Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto los que me persiguen
tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán;
tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.
Salmos 17:13
Levántate, oh Jehová; Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu
espada.
1 Samuel 17:46
Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza; y daré hoy los
cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra: y sabrá toda la tierra
que hay Dios en Israel.