Está en la página 1de 2

A TU DÍA MALO HÁBLALE FE

¿Qué hacemos en aquellos momentos que sentimos


que nuestras fuerzas decaen y queremos abandonar todo? Tenemos que buscar la Palabra de
Dios, cuánto más lucha tenemos más palabras de Dios vamos a buscar. El enemigo querrá
remover la tierra, hacerte sentir que fracasaste, es por eso que frente a su movimiento,
debemos declarar: promesas, promesas y más promesas de Dios.
Todos en la vida tuvimos un día malo o varios de ellos.
Les voy a contar un testimonio personal: Cuando yo tenía 19 años tuve mi  primer trabajo en
una Administración Pública, allí yo era dactilógrafa, me hice de algunas amistades, entre ellas
una jefa, con la cual nos divertíamos, hacíamos bromas e íbamos a veces a bailar. Pero al poco
tiempo yo recibí a Jesús como mi Salvador y mi vida dio un giro tremendo, así que yo decidí
testificarle a esta señora, y lo hice a través de una carta porque en ese momento yo estaba de
vacaciones, pero me urgía compartirle mi testimonio. En esa carta, yo cometí el error de
señalarle algunas cosas que ella hacía, que no estaban bien, claro yo era muy jovencita y tenía
tanto fuego dentro de mí que no me imaginé que ella se enojaría mucho por esto. Cuando volví
demis vacaciones, ella me apartó a una oficina y me confrontó de tal manera, que hasta me dijo
que me podría demandar judicialmente por esa carta, y que yo no era nadie para meterme en su
vida personal.
Así que a partir de allí la tuve de enemiga, no sólo a ella sino que también se encargó de poner a
varias personas en contra mío. Uno de los empleados, me tenía que enseñar un trabajo nuevo,
pero no me lo enseñaba, porque fue inducido por ella para no hacerlo. La cosa es que a mí se
me llenaba de expedientes la mesa y el trabajo estaba estancado. Recuerdo que la primera
historia bíblica que conocí fue la del profeta Daniel, que cuando lo acusaron “por su religión” él
abrió las ventanas de su casa y oró aún más fervientemente. Bueno, eso es exactamente lo que
hice yo. Algunas personas de la iglesia me aconsejaban que cuidara mi trabajo, que me fijara la
próxima vez que testificara… Y yo cada vez entendía menos, porque pensé que ellos me darían
más ánimo y me regalarían alguna promesa de Dios que me alentara. Pero la verdad es que
estábamos solo Dios y yo en esa situación. Recuerdo haberle dicho al Señor, que yo sabía que
no había hecho nada malo, sólo quise hacerle el bien a esa señora, y que él era justo, y que yo
sabía que él me iba a hacer justicia.
Pasé unos días bien difíciles, pero me aferré a la Palabra de Dios, y recordaba que Daniel
significa “Dios es mi Juez”. Al poco tiempo y por primera vez en esa Institución, ascienden a una
señora como Director de Logística, ella ahora era la Directora del piso donde yo trabajaba.
Entonces les pedí permiso a mis jefes de sección para entrevistarme con ella, me presenté y le
conté toda la verdad, también le dije que yo necesitaba trabajar. Ella me respondió que estaba
necesitando una secretaria y que prontamente me contestaría. Y que por el momento no me
hiciera problema por los expedientes, que sólo estuviera atenta para prepararle el café a ella
cuando me lo solicitara.
¡Imagínense! efectivamente me llamó como su secretaria y muy pronto yo tuve mi oficina,
mi teléfono y cada vez que alguna de esas personas que me hicieron la guerra querían hablar
con ella, tenían que pasar por mi oficina primero, les estoy contando esto y es inevitable
emocionarme, por lo Grande, Bueno y Poderoso que es nuestro Dios.
Hubo alguien que menciona la Biblia que fue un ejemplo sin igual en relación a la fe. Y como
muchos saben esa persona fue Abraham el amigo de Dios. Cuando Dios le pidió que sacrificara
su hijo y ya estando al pie del monte él dijo: “Esperen aquí con el asno, y yo y el muchacho
iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros”. Eso es certidumbre de fe.
Abraham sabía que no lo iba a sacrificar, porque el que adora ¡siempre vuelve en
victoria! En cambio el criado de Abraham y el burro se quedaron abajo esperando,
porque los burros y los criados tienen mente de esclavo y no adoran; pero los hijos
siempre suben a adorarlo.
El Señor está listo para ponerse en tus zapatos, la espada de Él está lista para que seas
bendecido y prosperado. Está listo para darte tu sueño, el anhelo de tu corazón, la guerra ya
está lista y Dios ya la ganó. Ponete de acuerdo con el Señor; si querés que Dios te bendiga,
acordá con Él, el acuerdo siempre se da primero en la tierra para que repercuta en el cielo.
A continuación el hijo le hace una pregunta a su papá: “Padre mío, he aquí el fuego y la leña;
más ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y respondió Abraham: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío”. Una
vez más Abraham declara fe.
Estaban Abraham e Isaac, y cuando Abraham levanta el cuchillo, mira
hacia atrás y ve un corderito. Isaac nos representa a nosotros, el corderito
representa a Jesús, porque Jesús siempre va a proveer, por eso cuando
Jesús iba a bautizarse, Juan el Bautista que conocía esa historia dijo: “Acá
está el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Detrás de ti, Dios
está proveyendo, y el cuchillo que se levantó no te va a tocar, porque el
Señor va a tomar tu lugar y va a darte la victoria en todo lo que él te
prometió que vas a lograr, ¡habla lo que Dios habla y la promesa no se
retrasará!
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org

También podría gustarte