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Mayrobi Payano

El Caribe, Polo del Nuevo Mundo


Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica, Ramón Gutiérrez
Capítulo 1

A medida que los conquistadores conocían y ampliaban sus conocimientos sobre el

mundo real, más crecía su imaginación e interés por lo no conocido. Siendo esto así, el

primer escenario de conquista fue el Caribe, el cual despertó asombros en los conquistadores.

No obstante, esta etapa temprana plasmó sus ideas, creencias y formas de vida, así como

garantizó mediante un “sistema del ensayo-error-corrección los caminos y propuestas de una

etapa más compleja.” (Gutiérrez, 1997, p. 13)

Siendo La Española el punto de inicio de las continuas expediciones españolas, en

esta se construyeron ciudades como la Isabela y, a su vez, se generaron despoblaciones en

algunos asentamientos ya existentes, como en el antes mencionado. Esto permitió el paso de

nuevas ciudades como la creada por Bartolomé Colón de Santo Domingo, la cual fue movida

más a la derecha del río Ozama, hecho que originó el primer asentamiento semirregular del

urbanismo en América. Estos hechos revelaron el poco desarrollo tecnológico en la isla,

dando paso a las condiciones y conceptos de los españoles, los cuales crearon un principio

hacia nuevos planteamientos teóricos en el diseño urbano.

A pesar de este traspaso de nuevos conocimientos que impulsan a América hacia la

modernidad, según Ramón Gutiérrez, lo que “podemos detectar en esta primera etapa se

aproxima más a una sumatoria de vertientes culturales que a una integración reelaborada de

las mismas.” (1997, p. 14), por lo tanto, “esta visión del primer impacto cultural del español

en América, ratifica el carácter de acumulación y reelaboración que esta nueva realidad

exigió al conquistador.” (Gutiérrez, 1997, p. 25)


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México. El Encuentro de dos Culturas


Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica, Ramón Gutiérrez
Capítulo 2

A pesar de que muchas culturas de América tenían grandes similitudes entre ellas, las

culturas encontradas en México, por los españoles, fueron algo distintas. Pues, como señala

Ramón Gutiérrez:

Ya no se trataba de tribus dispersas que viven de una economía de subsistencia, con

organizaciones primarias y carentes de cohesión política, militar y espiritual. El mundo

mexicano era la antítesis de la precariedad formativa que los españoles arrasaron en La

Española. (1997, p. 26)

Por lo tanto, además de lidiar con las condiciones naturales geográficas de la región, los

conquistadores debían lidiar con el desarrollo avanzado de estas civilizaciones.

A pesar de ello, la transferencia de conocimientos fue mutua entre ambas culturas, ya

que los españoles fueron flexibles ante las técnicas utilizadas por nativos, las cuales fueron de

necesario uso para la solución a los problemas constructivos, como la cimentación. Así

mismo los nativos recibieron nuevos conocimientos tecnológicos por parte de los españoles.

Según Ramón Gutiérrez, “La riqueza de este proceso de síntesis cultural que obliga a generar

nuevas respuestas arquitectónicas, señala la distancia entre la experiencia mexicana y la

transferencia lineal del periodo antillano.” (1997, p. 32)

Estos procesos muestran una articulación entre las variables y las distintas

capacidades de adaptación, de creación de arquitectura, de evolución constructiva y de

aplicación de criterios que unifiquen cada aspecto constructivo de un sistema influenciado

por distintas culturas, como lo es toda América.


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Referencia

Gutiérrez, R. (1997). Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica (3ra ed., p. 13-46). Madrid:


Cátedra.

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