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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES

Resumen y análisis: estética del siglo XXI

MARCO TULIO SOSA CASTILLO


CARNET 201014273

GUATEMALA, MARZO DE 2020


UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
Estética del siglo XXI

En el siglo XXI, gobiernos ven la perdida de su poder y el mercado impone su


criterio, según Lyotard el Mercado gobierna.

Byun Chul Han, propone que la cultura es en realidad una hipercultura, donde las
culturas comienzan a desaparecer para dar paso a un mundo que comienza a
mezclar las culturas en una sola: la hipercultura, que es producto de un mundo
globalizado.

La identidad de la hipercultura empieza a restarle importancia a la historia y la


relega como un simple suceso. La identidad de la hipercultura busca siempre una
uniformidad, es decir una sola cosa que no tiene relación con el legado histórico
de las personas. El sujeto posmoderno solo se ve identificado con la novedad.

El autor surcoreano plantea una dialéctica de la violencia, que es una


autodestrucción dentro de lo novedosos que nos ofrece el mercado, que
autodestruye el producto novedoso, con diferenciaciones marcadas de producto a
producto. La violencia se da gracias a la globalización, porque todo es transferible,
circulable, cambiable, vendible, todo es negociable, lo diferente no es
comercializable.

Para poder vender y consumir, deben existir cánones de belleza, tienen que ser
muy importantes, hay características que Byun Chul Han da las características de
lo bello en el siglo XXI: Lo pulido es lo pulcro, denota al objeto en cuestión, una
fascinación por el acercamiento, lo pulido nos permite acercarnos a contemplarlo;
la segunda característica es lo terso, produce un deleite inmediato, produce
comodidad; La tercera característica es lo digital, aquí pulido y lo terso convergen,
lo digital es impecable a la vista, no incomoda, es fácilmente contemplativo y
atractivo. En lo bello digital o puede existir algo diferente, no puede haber algo
poco terso, no hay nada que pueda incomodarnos, aquí toma forma la
autodestrucción de la dialéctica de la violencia. La cuarta característica es la falta
encubrimiento, esta belleza de lo pulido, terso y digital, es la apariencia que nos
hace pensar, pero no encubre nada, es una apariencia solo para el gusto de la
persona, es exclusivamente para que guste, para que atraiga, para que sea
comprada; la quinta característica es la falta de vulnerabilidad de la persona,
venden productos amigables, que no ofrecen variaciones, no frecen lo distinto, no
existe lo diferente, no existe lo otro, no existe algo que fomente una sensibilidad
del gusto, de los sentidos, por lo que no hay una reflexión interna acerca de lo que
se nos ofrece como lo bello.

Impera lo igual, lo bello, estéticamente hablando es lo igual, lo parecido, lo que no


tiene diferencia, lo que no tiene ninguna característica que nos haga pensar sobre
el objeto, no hay diferencias marcadas. Así es como, según Byun Chul Han, todo
el arte, todo lo estético se encuentra en un infierno de lo mismo, un infierno de lo
igual así es como el autor llama esta exclusividad de lo igual.
Lo otro es lo que se enfrenta al mercado, al sistema, es lo que nos hace
reflexionar y nos vuelve vulnerables, nos enfrentamos a un mundo que, en aras de
la globalización, le resta importancia a lo otro y se impone el imperio de lo mismo,
no hay nada que el ser humano piense por si mismo, se le otorgan objetos de
consumo y no hay nada que le haga reflexionar, deja de tener una acercamiento,
no entiende su entorno. Es así como en la estética del siglo XXI solo ha espacio
para lo mismo.

Comentario Personal:

La posmodernidad tal como lo dice el autor Byun Chul Han, se caracteriza por
impulsar la sociedad de consumo, donde no importa nada mas que ser
productivos para consumir sin cesar y en este afán no hay tiempo para la reflexión
y el análisis.

Lo bello en sí, pareciera haber pasado a un segundo plano, pues se da prioridad a


la apariencia irreflexiva, no se cuestiona, solo se consume, pero se consume lo
producido masivamente, el mercado nos impone consumir más, pues si no
consumimos lo que nos da el mercado, no existimos, pero para existir dentro de
esta sociedad hipercultural solo se nos vende lo igual, lo que es producido en
masa, de lo contrario estamos anulados, no somos nada. irónicamente el ser
humano pretende individualizarse, pero bajo las reglas del mercado que
únicamente permite consumir lo igual, es decir, hay una apariencia de ser igual,
libre e independiente, pero no es mas que eso, una apariencia, pues todo está
homogenizado, es como dice el autor: el infierno de lo igual.

No hay espacio para las anomalías, para los bordes, las superficies son pulcras,
pulidas, dinámicas, lo terso nos produce atracción,

Personalmente considero que la posmodernidad ha matado el arte, pues al


suprimir la reflexión, la duda por el consumismo, ya no se cuestiona el arte, se nos
venden obras sin técnica, sin profundidad sin contenido, prefabricadas, obras
concebidas sin inspiración alguna.

Lo pulido prevalece porque refleja nuestro rostro, alimenta la vanidad, no existimos


mas que nosotros pues el otro no importa, por eso nos atrae y nos causa placer,
no hay fijación en la obra, hay fijación en el reflejo de la obra, un reflejo que
alimenta la individualidad y el egocentrismo.

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