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LA FAMILIA SE PUEDE TRATAR COMO UNA UNIDAD TERAPÉUTICA. EN CIERTOS CASOS ESTE
MÉTODO ES MÁS EXPEDÍTO, ECONÓMICO Y EFECTIVO QUE LA PSICOTERAPIA INDIVIDUAL Y
PROVEE MATERIAL PARA EL ESTUDIO DE LA ORGANIZACIÓN FAMILIAR (MRI, 1963).
* Aunque todos estos modelos surgen de la teoría de la comunicación o de las interacciones, cada uno aplica
principios de la teoría con diferencias de énfasis en ocasiones leves y en otras significativas.
Las influencias de la creación de la teoría de la comunicación son el uso del método cultural antropológico 1y la
integración a su proyecto por parte de Don Jackson de la teoría interpersonal 2de HS Sullivan.
La diferencia esencial entre Jackson y Sullivan es que el primero se orienta más al presente, en cómo se
origina y perpetúa el síntoma, mientras que el segundo se orienta más al pasado, en cómo se original el síntoma,
siendo más causal.
1 Implica compartir con los investigados su contexto, experiencia y vida cotidiana, para conocer directamente
toda la información que poseen los sujetos de estudio sobre su propia realidad.
2 “Parece que una personalidad nunca puede aislarse del complejo de relaciones interpersonales en que una
La conducta tiene sentido cuando se la considera en términos de cómo encaja en relación a la conducta de
los otros. El enfoque principal siempre está en la relación entre los individuos en el contexto presente. Poner énfasis
principal en la naturaleza de las relaciones y los contextos, tanto entre los miembros del grupo íntimo de un cliente
como entre el terapeuta y el cliente, son centrales para todos los modelos interaccionales.
Por lo menos inicialmente, la forma más eficaz de comprender la naturaleza de la conducta de una persona
en particular, es verla conjuntamente con las otras personas con quienes vive (principio de Jackson).
Los miembros de la familia actúan unos sobre otros constantemente, modificando sus respectivas
conductas de las formas más complejas. Cuando se adhiere a estas dos premisas (la naturaleza de la relación y la
causalidad recurrente) en forma inflexible, el terapeuta posee el marco conceptual necesario para experimentar o
“ver” la naturaleza de la interacción dentro de la cual la conducta “sintomática” nace, se refuerza y se perpetúa,
no como producto de los motivos internos o las interacciones de los participantes, sino por la naturaleza misma
de los intercambios conductuales que se escenifican en forma continua entre todos los miembros de la unidad de
estudio.
El aspecto referencial refiere a las palabras empleadas en la comunicación, sobre cuya definición debe haber
acuerdo, mientras que el aspecto conativo refiere a la naturaleza de la relación entre las personas.
Si se considera que el síntoma es un mensaje encubierto, entonces si se persuade al paciente que haga
manifiesto su mensaje, no necesitará del síntoma.
La imposibilidad de no comunicar
La conducta, cuando se la considera como parte de una interacción en curso con los otros, no es azarosa
sino que más bien se caracteriza por la redundancia o la repetición.
Homeostasis familiar
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Este concepto es una premisa central en la teoría sistémica o interaccional, e implica la constancia relativa
del ambiente interno que, sin embargo, se mantiene por un interjuego constante de fuerzas dinámicas. En la teoría
de la comunicación se utiliza para describir la interacción familiar como un sistema de información cerrado en el
que las variables en la salida (output) o la conducta se retroalimentan para así corregir la respuesta del sistema.
Entender de qué forma la conducta sintomática puede servir para estabilizar las relaciones entre los
miembros de la familia es central para muchas terapias familiares y breves.
Puntuación
Las secuencias de intercambio que se examinan aquí son largas y presentan la característica de que cada
ítem en la secuencia es, al mismo tiempo, estímulo, respuesta y refuerzo. Los intercambios aquí constituyen una
cadena de vínculos triádicos superpuestos, cada uno de los cuales resulta comparable a una secuencia estímulo-
respuesta-refuerzo.
“La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es la causa de incontables
conflictos en las relaciones”. Al culpar al otro y considerarse a sí mismos como inocentes, cada miembro que está
atrapado en interacciones de esta clase sólo se ve a sí mismo reaccionando, pero no contribuyendo, a la conducta
del otro. Facilitar el desenganche de estos círculos viciosos, constituye la escencia de toda terapia de orientación
interaccional
MÉTODOS DE PRÁCTICA
Por método de práctica se entiende a las formas de pensar y de actuar que caracterizan a las prácticas de
los terapeutas, en este caso centradas en la interacción, y derivadas de las premisas de la teoría de la comunicación-
interaccional. Son 3 las orientaciones fundamentales:
Orientación no-sentenciosa
Las características personales más importantes e un terapeuta eficaz son una postura no-sentenciosa
adherida a un punto de vista no patológico ni normativo.
Una orientación no-culpabilizante es la base de lo que más adelante se convirtió en una estrategia principal
de todos los modelos de práctica orientados interaccionalmente. En la terapia breve se toma la forma de la
instrucción de “ir despacio”, que transmite respeto por las acciones pasadas del cliente y sensibilidad frente a los
posibles peligros del cambio. En la terapia familiar sistémica el principio de connotación positiva trata la situación
aparentemente paradójica que puede ocurrir cuando un cliente pide ayuda. Al connotar positivamente la conducta
de los miembros de una familia, el terapeuta disminuye la posibilidad de dar a entender involuntariamente que 1
o + miembros están equivocados o son malos.
No se debe estudiar al individuo por sí solo, sino que se debe estudiar al grupo en el que toda conducta
particular del individuo es adaptativa, examinando los sistemas en los cuales la conducta individual es inseparable.
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En las terapias centradas en la interacción (a diferencia de las individuales), primero ocurre el cambio y
luego quienes participan de él le atribuyen un nuevo sentido a la situación. Suscitar el cambio supone que el
terapeuta entienda el patrón de interacción en el que la familia está atrapada y que se comporte de tal forma que
el patrón tenga que cambiar.
En terapia breve el énfasis se pone en clarificar los intentos que se están llevando a cabo para resolver el
problema y después hacer que los clientes desistan de esa conducta. En el enfoque estratégico se hace lo mismo pero
se describe en términos de entender e interrumpir la secuencia de conductas que intercambian la persona que trae
el problema y los otros en la situación vital intermedia. El enfoque estructural también hace esto entendiendo la
forma en que la jerarquía de la familia ha sido transgredida y luego centrando la intervención en reestablecer una
forma de organización que impide la continuación del síntoma. La terapia familiar sistémica y la terapia breve centrada
en soluciones pone énfasis en la evaluación y la intervención de acuerdo a como lo prefieren los practicantes de
esos modelos.
El modelo ha demostrado ser eficaz para el abanico más amplio posible de problemas emocionales y
conductuales, como por ejemplo el alcoholismo, la conducta psicótica, la depresión crónica, la violencia familiar,
la discordia matrimonial severa, y los conflictos parento-filiales, los problemas de conducta y asociados a la
escuela en niños y adolescentes y el trauma sexual.