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A medidas que envejecemos aumenta el riesgo de padecer enfermedades

crónicas y dentro de ellas, las de origen neurológico marcan un punto


crucial.
Las enfermedades neurológicas son alteraciones que se producen a nivel
del sistema nervioso, ya sea desde el punto de vista estructural, bioquímico
o eléctrico; generándose consecuencias funcionales desde el punto de vista
individual, pero también económico y social.
Pero, ¿sabes cuáles son las enfermedades neurológicas que más
frecuentemente afectan a los adultos mayores?
ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS MÁS FRECUENTES EN
LOS MAYORES DE 65 AÑOS

1. Enfermedad de Alzheimer
Esta enfermedad es actualmente la causa más común de demencia.
En ella el paciente comienza a presentar un deterioro cognitivo progresivo,
afectándose sustancialmente la memoria inmediata (recuerdos más
recientes) y el comportamiento.
El enfermo comienza a presenta alteraciones para realizar actividades de la
vida diaria, que al inicio pueden ser confundidas con manifestaciones
propias de la edad, pero a medida que avanza la enfermedad estos
síntomas aumentan en intensidad.
Llegado determinado punto de deterioro al realizarse exámenes médicos,
especialmente los de tipo neuropsicológicos, se esclarece el diagnóstico.
Aunque actualmente para la enfermedad de Alzheimer no existe cura
definitiva, la comunidad científica trabaja intensamente en hallar una
solución para este terrible mal.
El alzhéimer es una enfermedad progresiva e invalidante donde el apoyo
familiar es fundamental. Un ambiente familiar estable, el cuidado físico y el
apoyo social son factores importantes a velar.
2. Enfermedad de Parkinson
Es otra enfermedad crónica degenerativa y neurológica, donde la muerte de
las neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra del cerebro
desencadena las manifestaciones clínicas que la caracterizan: temblor,
rigidez y bradicinesia.
A medida que progresa la enfermedad, las capacidades físicas y
neurológicas del paciente se deterioran.
Aunque actualmente se conoce más sobre la evolución de la enfermedad,
aún su cura no se ha podido lograr, solo se realizan acciones que
garantizan la mejoría transitoria de los síntomas motores.
En el tratamiento farmacológico del párkinson la levodopa, sin ser el único,
continúa siendo el medicamento más usado. Quirúrgicamente también hay
opciones para el control sintomático, como la estimulación cerebral
profunda.
Así mismo no hay que ignorar la rehabilitación física y de fonación; así
como la ayuda y el apoyo familiar, factores que ayudan a sobrellevar los
puntos más complejos en la vida de estos enfermos.

ENFERMEDADES CEREBROVASCULARES EN LOS ADULTOS


MAYORES
Enfermedades neurológicas en los adultos mayores
Otra forma frecuente de enfermedad neurológica es la enfermedad
cerebrovascular. La demencia vascular una de sus variantes principales en
los mayores de 65 años.
1. DEMENCIA VASCULAR

Daño cerebral ocasionado por múltiples derrames cerebrales.

La demencia vascular provoca la pérdida de la memoria en los adultos de


edad avanzada, especialmente en aquellos con riesgo elevado de derrame
cerebral debido a obesidad o diabetes.

En las primeras etapas, este trastorno causa dificultades cognitivas con el


razonamiento y el discernimiento. En las etapas posteriores, afecta a la
memoria.

Controlar las afecciones que dañan la salud del corazón puede disminuir la
progresión de la enfermedad. Los medicamentos contra el Alzheimer pueden
controlar los síntomas cognitivos.

Es la segunda causa más importante de demencia en el adulto mayor. Es


generada por lesiones en los vasos sanguíneos a nivel cerebral y es la
arterioesclerosis su factor de riesgo principal. Se caracteriza por presentar, al
igual que el alzhéimer, trastornos de tipo cognitivo, aunque estos pueden ser
menos marcados, en especial en lo relativo al deterioro de la memoria. Entre
los síntomas que se pueden observar en una persona con demencia vascular
están:
 Trastornos relacionados con el lenguaje (afasia).
 Alteración en la ejecución del movimiento, donde la capacidad física se
conserva, pero la coordinación motora está limitada por afección
neurológica (apraxia).
 Incapacidad para reconocer e identificar objetos, pero la función
sensorial no presenta alteraciones (agnosia).
 Dificultad para planificar, organizar, ordenar.
 Alteración de la actividad constructiva (planificación, organización,
secuenciación, abstracción).
 Pérdida progresiva de la memoria, donde la de tipo inmediata es la que
más se deteriora, generándose en el paciente la incapacidad para
aprender y recordar información incorporada de forma reciente.

Mantener un estilo de vida adecuado, con dieta balanceada (rica en frutas y


vegetales, evitando las grasas y la sal), eliminado hábitos tóxicos como el
cigarro y el alcohol, controlando las enfermedades crónicas y realizando
ejercicio físico de forma sistemática, se ayuda a evitar el desarrollo acelerado
de la demencia vascular.
Desde el punto de vista de los cuidados de enfermería hay que fijarse
principalmente en dos aspectos:
 Mantener las actividades básicas de la vida diaria (o ABVD).
 Proporcionar los cuidados que permitan mantener, dentro de lo posible, el
estado de salud de la persona mayor con demencia.
Ayuda a con la pérdida de memoria
Las personas que tienen pérdida prematura de la memoria pueden brindarse
a sí mismos recordatorios que los ayuden a desempeñarse cada día.
Algunos de éstos son:

 Pedirle a la persona con la que está hablando que repita lo que dijo.
 Repetir usted mismo lo que alguien dijo 1 o 2 veces. Esto lo ayudará a
recordarlo mejor.
 Apuntar sus citas y otras actividades en una agenda o calendario.
Manténgalo en un lugar obvio, como al lado de la cama.
 Colocar mensajes alrededor de la casa donde usted los vea, como el espejo
del baño, al lado de la cafetera o sobre el teléfono.
 Mantener una lista de números telefónicos importantes al lado de cada
teléfono.
 Tener relojes y calendarios alrededor de la casa para permanecer orientado
con respecto a la hora y la fecha.
 Etiquetar los artículos importantes.
 Desarrollar hábitos y rutinas que sean fáciles de seguir.
 Planear actividades que mejoren el pensamiento, como crucigramas, juegos,
panadería o jardinería en espacios interiores. Procure tener a alguien cerca
para cualquier tarea que pueda tener un riesgo de lesión.

Alimentación y nutrición
Algunas personas con demencia pueden rechazar los alimentos o no comer
lo suficiente para permanecer saludables por su cuenta.

 Ayúdele a la persona a hacer suficiente ejercicio. Pídale que salga con usted
a dar un paseo.
 Pídale a alguien que a la persona le guste, como un amigo o un pariente, que
le prepare y le sirva alimento.
 Reduzca las distracciones alrededor del área de comidas, como la radio o la
televisión.
 No les dé alimentos que estén demasiado calientes o demasiado fríos.
 Dele a la persona alimentos para comer con la mano si tiene problemas con
el uso de utensilios.
 Pruebe con diferentes alimentos. Es común que las personas que tienen
demencia presenten disminución en los sentidos del gusto y el olfato. Esto
afectará el disfrute del alimento.
En las fases tardías de la demencia, la persona puede tener problemas para
masticar o tragar. Hable con el médico de la persona acerca de una dieta
apropiada. Es posible que en algún momento la persona necesite una dieta
de sólo líquidos o de alimentos blandos para prevenir un ahogamiento.

Consejos para hablar con alguien con demencia


Limite las distracciones y el ruido:

 Apague el radio o el televisor.


 Cierre las cortinas.
 Trasládese a un cuarto más silencioso.
Para evitar sorprender a la persona, trate de establecer contacto visual con
ella antes de tocarla o hablarle.

Use palabras y frases simples y hable lentamente. Hable en voz baja. Hablar
en voz alta, como si la persona tuviera dificultad para oír, no ayudará. Repita
sus palabras de ser necesario. Use nombres y lugares que la persona
conozca. Trate de evitar pronombres, tales como "él", "ella" y "ellos". Esto
puede confundir a alguien con demencia. Avísele cuando vaya a cambiar de
tema.

Hábleles a las personas que tengan demencia como adultos. No las haga
sentir como si fueran niños ni finja entenderlos si no comprende.

Haga preguntas para que ellos puedan contestar con un "sí" o "no". De ser
posible, deles opciones claras y una señal visual, como señalar algo. No les
dé demasiadas opciones.

Al dar instrucciones:

 Desglóselas en pasos pequeños y simples.


 Dé tiempo para que la persona entienda.
 Si la persona se frustra, piense en cambiar de actividad.
Trate de hacerla hablar sobre algo que disfrute. A muchas personas con
demencia les gusta hablar acerca del pasado y muchas pueden recordar el
pasado distante mejor que los eventos recientes. Aun cuando ellas
recuerden algo erróneamente, no insista en corregirlas.

Aseo personal
Las personas con demencia pueden necesitar ayuda con el aseo y el
cuidado personal.

El baño debe estar cerca y ser fácil de encontrar. Piense en dejar la puerta
del baño abierta para que puedan verlo. Sugiérales que vayan al baño varias
veces al día.

Constate que el baño sea cálido. Consígales ropa interior hecha para
escapes de orina o heces y verifique que se limpien bien después de ir al
baño. Sea amable cuando las ayude y trate de respetar su dignidad.
Constate que el baño sea seguro. Los dispositivos comunes de seguridad
son:
 Una silla para la tina o la ducha
 Pasamanos
 Esteras antideslizantes
NO les permita usar máquinas de afeitar con cuchillas. Es mejor que se
afeiten con máquinas de afeitar eléctricas. Recuérdele al paciente que se
cepille los dientes por lo menos 2 veces al día.

Una persona con demencia debe tener ropa que sea fácil de ponerse y
quitarse.

 NO le dé demasiadas opciones acerca de qué ponerse.


 El velcro es mucho más fácil de usar que los botones y las cremalleras. Si
aún usan ropa con botones y cremalleras, éstos deben estar al frente.
 Consígales suéteres y zapatos fáciles de poner y de quitar a medida que su
demencia empeore.

2. EPILEPSIA EN LOS ADULTOS MAYORES


Estas pueden ser de origen genético o aparecer de forma secundaria a otra
enfermedad. En el adulto mayor las causas secundarias de epilepsia son
las más comunes.
Puede formar parte del cuadro clínico de enfermedades como:

 Enfermedad de Alzheimer
 Enfermedades cerebrovasculares
 Tumores cerebrales
 Traumatismos cerebrales
 Enfermedades cardiovasculares

Ante un paciente que no presenta antecedentes personales de haber


padecido epilepsia y que presente un cuadro de reciente comienzo se
deben buscar y tratar las causas secundarias que lo pudiesen estar
generando.
3. NEUROPATÍAS EN EL MAYOR
La neuropatía diabética dolorosa es una de las que más destaca en los
pacientes de esta edad, siendo generadora de gran sufrimiento y
discapacidad.
Secundaria a una disminución en la oxigenación neuronal y en el aporte de
nutrientes (por causa vascular) se produce una lesión a nivel de los nervios
sensitivos.
En sus inicios, el paciente refiere dolor bilateral, profundo, a nivel de los
miembros inferiores (en dedos y pies), más intenso en horarios de la noche.
Este se puede extender a las piernas y rodillas, incluso llegar a afectar de
manera conjunta las manos y los pies, apareciendo el llamado patrón
“guante-calcetín”.
Al examen físico algunos pacientes pueden presentar trastornos sensitivos
y motores de la zona afectada (disminución de la sensibilidad y los reflejos).
El diagnóstico suele ser predominantemente clínico y la prevención de su
aparición en los pacientes diabéticos constituye el tratamiento más efectivo.
4. TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS, CAUSA FRECUENTE
DE AFECCIÓN NEUROLÓGICA
Son los traumatismos craneoencefálicos causa importante de afección
neurológica en los ancianos. Estos se producen como consecuencia de
accidentes, tanto en el hogar como fuera de este, por ejemplo, debido a
caídas o atropellamientos.
Varios factores incrementan el riesgo de accidentes que pueden conducir a
traumatismos craneoencefálicos en este periodo:

 Pérdida de habilidad en la actividad motora, generada principalmente


por enfermedades del sistema osteomioarticular.
 Acción colateral de enfermedades crónicas (diabetes mellitus,
cardiopatías, etc.).
 Pérdida progresiva de la agudización de los órganos de los sentidos
(oído/equilibrio, visión).

5. ESCLEROSIS MÚLTIPLE EN EL MAYOR, UN LOGRO CON RETOS


Gracias al desarrollo de los tratamientos para la esclerosis múltiple, hoy son
muchas las personas que han logrado llegar a la tercera edad con esta
enfermedad.
Sin embargo, los adultos mayores con esclerosis múltiple actuales no se
han llegado a beneficiar de los fármacos de última generación, con lo cual
su arribo a este periodo puede estar marcado por limitaciones físicas y
funcionales.
Insistimos en la importancia del apoyo familiar para vivir con una mejor
calidad de vida esta etapa con la enfermedad.

6. LESIONES DE LA MÉDULA ESPINAL


En los adultos mayores, la mayoría de las lesiones a nivel de la médula
espinal responden a causas traumáticas, principalmente las caídas, seguida
de los accidentes de tránsito. Otras causas se corresponden con las
complicaciones médicas, por ejemplo, las derivadas de una cirugía.
Existen causas no traumáticas que las pueden precipitar: tumores,
infecciones, medicamentos (causan hematoma epidural), etc.
En los pacientes mayores existe debilidad en la estructura
musculoesquelética, lo que puede favorecer el desarrollo de lesiones
medulares; así como cambios degenerativos.
En los que presentan estenosis del canal espinal disminuye el espacio para
la médula espinal, por lo existe mayor susceptibilidad ante los traumatismos
externos. Enfermedades neurológicas en los adultos mayores.

7. TUMORES CEREBRALES O METASTÁSICOS

Aunque es una enfermedad que se desarrolla a cualquier edad, el cáncer se


observa más frecuentemente en las personas adultas mayores.
Las enfermedades oncológicas, ya sea localizadas de forma inicial a nivel
cerebral o de forma metastásicas secundarias a la propagación desde otros
sitios hasta el área cerebral, constituyen en el anciano una causa de
enfermedad neurológica.
Al ser pacientes en los cuales coexisten enfermedades crónicas, esto puede
propiciar que los síntomas iniciales de la enfermedad oncológica se puedan
enmascarar, ocasionando su diagnóstico en estadios avanzados.
Ante un paciente que comience con pérdida de la memoria por periodos de
tiempo variables, inestabilidad para caminar, torpeza en su actividad diaria,
trastornos de personalidad, trastornos visuales, así como manifestaciones
generales (pérdida marcada de peso, pérdida del apetito, cansancio
excesivo), no se debe pensar en estados propios de la edad, la edad no es
una enfermedad, y las causas deben ser minuciosamente estudiadas.
Es por esto que recomendamos realizar exámenes médicos rutinarios para
la detección precoz de estas afecciones en el adulto mayor.
Enfermedades comunes entre los mayores
La sociedad ha evolucionado de una manera increíble. Los avances de la
ciencia, la tecnología y de la medicina han logrado cosas milagrosas.
La esperanza de vida ha aumentado y la mortalidad se ha reducido. Sin
embargo, en España, el sector más frágil ante las enfermedades y que
requiere de más cuidados son las personas mayores.
Las enfermedades más comunes entre las personas de la tercera
edad son:

8. Artritis y Artrosis
La artritis se caracteriza por la inflamación e hinchazón de las
articulaciones. La artrosis suele provenir de un cuadro de artritis
grave.
La artrosis aparece por la degeneración del cartílago articular
generado por la edad, esto genera dolor cuando nos movemos y otras
dificultades motoras. Casi todos los ancianos sufren artrosis en alguna de
sus articulaciones. Suele ser más común en las mujeres.
No obstante, estos pacientes pueden llevar una vida normal y disminuir
el dolor siguiendo un tratamiento basado en antiinflamatorios,
infiltraciones y rehabilitación.

9. Enfermedades mentales:
Las enfermedades mentales son condiciones graves que influyen en
nuestro humor, pensamiento, sentimientos y actuaciones del día a día.
Las diferentes enfermedades mentales atacan a nuestro cerebro. Suelen
causar alteraciones cognitivas, emocionales, funcionales y de
movimiento, según la enfermedad.
Las enfermedades mentales con más incidencia entre los mayores
son: Alzheimer, Demencia Senil, Parkinson, Ictus y ELA.
1 de cada 4 personas en el mundo sufrirá algún trastorno mental a lo
largo de su vida. En la última etapa de la vida encontramos varias
enfermedades mentales, pero, ¿cuáles son los principales
desencadenantes de las enfermedades mentales?
Para poder cuidar de alguien con una enfermedad mental es muy
importante entenderlo. Para ello, el cine es un gran medio. Cuideo te
recomienda las mejores películas para comprender las enfermedades
mentales.
10. Osteoporosis
La Osteoporosis aparece como consecuencia de la disminución de
cantidad de minerales en los huesos. Las caídas en personas mayores
son muy peligrosas, pero si el paciente sufre osteoporosis se debe tener
aún más cuidado, ya que este tiene más riesgo de sufrir alguna fractura. 
Para un cuidador es muy importante saber cómo levantar a una
persona mayor.
11. Diabetes
Casi todos los adultos mayores sufren diabetes. El estrés, los malos
hábitos alimenticios y la inactividad son las principales causas de esta
enfermedad.
Si el paciente sigue el tratamiento indicado por el médico puede llevar una
vida normal, sin que la enfermedad influya en su día a día.

12. Desequilibrios alimentarios en la tercera edad


La obesidad es un serio problema para nuestra sociedad y va en aumento.
Se trata de una de las principales causas de muerte
predecibles. La obesidad en la tercera edad es más común de lo que
parece. Estadísticamente, entre los mayores de 60 años, el 35'5% de los
hombres padecen obesidad y más del 40% de las mujeres también. 
Debido a que las personas de la tercera edad suelen perder el apetito
conllevándoles a una situación de desnutrición. La ingesta de vitaminas,
proteínas y líquidos disminuye provocando deshidratación, gastritis,
anemia, entre otras enfermedades y trastornos.
La obesidad y la desnutrición no son sólo una cuestión de estética,
sino que puede conllevar enfermedades, trastornos y/o patologías
mucho más graves.

13. Gripe y neumonía en ancianos


Las personas de la tercera edad son muy susceptibles a la gripe. Este
virus, en personas mayores de 65 años, puede conllevar complicaciones
graves como la neumonía u otros problemas respiratorios, hasta el
punto de requerir hospitalización.
La prevención de la gripe es esencial en las personas mayores. para poder
prevenir otras enfermedades o patologías respiratorias.
Evitar la aparición de la neumonía en ancianos es muy importante, ya que
es la tercera causa de mortalidad en personas adultas que viven en
países desarrollados como España. Más del 40% de los mayores de 65
años que padecen esta patología respiratoria son hospitalizados y
pueden tener complicaciones. Además, la neumonía aumenta el riesgo
de padecer enfermedades cardiovasculares.
Las recaídas de neumonía en ancianos son muy preocupantes para su
salud y pueden conllevar una baja esperanza de vida.
14. Enfermedades de corazón
El infarto está considerado una de las primeras causas de muerte entre
las personas de la tercera edad.
El tabaquismo, la obesidad, la hipertensión, el colesterol y
la diabetes son factores riesgo que pueden conllevar un infarto.
Los síntomas más comunes antes de un infarto son:
o Disnea
o Falta de aire
o Mareos
o Dolor de pecho y en brazo izquierdo
o Fatiga o cansancio extremo

15. Trastornos del sueño


Los trastornos del sueño en ancianos son especialmente comunes.
Las personas de la tercera edad, a parte de los cambios en su
metabolismo y la posible aparición de enfermedades o patologías diversas,
también suelen ver cambios en su ciclo del sueño. Los mayores suelen
tener un sueño más ligero y menos profundo que los jóvenes.
Existen varios tipos de trastornos del sueño, pero los más comunes en
personas mayores de 60 años son el Insomnio y la Hipersomnia.
Para poder prevenir los trastornos del sueño es esencial establecer una
rutina horaria y adoptar buenos hábitos de sueño.

16. Fibromialgia y Fatiga Crónica


La Fibromialgia y la Fatiga Crónica son las patologías cada vez más
comunes, pero son las más incomprendidas de la actualidad. Muchos
médicos no las consideran una enfermedad, pero se olvidan de la dificultad
del paciente de sobrevivir día tras día con todos sus síntomas.
La mayoría de pacientes con Fibromialgia y/o Fatiga Crónica se sienten
incomprendidos y acaban cayendo en depresión. Por ello, es muy
importante que estos pacientes reciban el mayor apoyo posible. Estas
enfermedades afectan a sus funciones motoras y no motoras y hacen el
día a día interminable y muy costoso. 
Muchos profesionales confunden estas enfermedades entre sí, ya que
son similares y pueden ir juntas. Ambas enfermedades están
caracterizadas por el dolor crónico y el agotamiento extremo, físico y
mental. Sin embargo, es esencial conocer sus diferencias para poder
tratar al paciente adecuadamente.
Más del 70% de los pacientes con Fatiga Crónica (FC) padecen
Fibromialgia, en cambio, sólo el 8% de los pacientes
con Fibromialgia cumplen los criterios de FC.
El tratamiento de la Fatiga Crónica y de la Fibromialgia se basa
principalmente en terapias y buenos hábitos de vida (ejercicio físico y dieta
saludable).

17. Problemas auditivos y visuales


La edad suele desgastar de manera natural algunas de nuestras
funciones sensitivas. El oído puede desarrollar algún grado de sordera y
la vista puede desarrollar problemas visuales.
Es esencial que las personas mayores de 60 años mantengan una
revisión auditiva y visual anual para poder detectar este desgaste natural
de los sentidos y tratarlo con el tratamiento adecuado.
La sordera en personas mayores puede conllevar al aislamiento social,
ya que causa problemas de comunicación y comprensión. Es muy
importante ayudar al mayor a solucionar este problema con audífonos para
mejorar su calidad de vida y autoestima.
Las enfermedades visuales más comunes entre la tercera edad son:
o Vista cansada
o Glaucoma
o Miopía
o Cataratas
o Tensión Ocular
o Presbicia
 
18. Soledad y depresión en la tercera edad
La soledad se ha convertido en un problema de salud grave para
nuestros mayores. Las situaciones de soledad en personas de la tercera
edad pueden conllevar al aislamiento social y provocar tristeza o miedo.
Todo esto no es lo más grave, sino que la soledad es un factor riesgo para
la aparición de la depresión u otras enfermedades neurodegenerativas.
La depresión en ancianos puede agravarse y conllevar a la aparición de
la distimia, el peso constante de la tristeza.
Vivir solo durante la vejez puede convertirse en un gran desafío para
afrontar el día a día. La soledad; un oscuro rincón para nuestros
mayores lleno de tristeza, dificultades, miedo, inseguridad y falta de
autoestima. 
Las familias deben ayudar mayores a no sentirse solos y hacerles ver que
juegan un papel importante en el hogar y en la sociedad. Los cuidadores a
domicilio son la mejor solución para darles a los mayores la compañía,
la atención y el cariño que necesitan cuando sus familiares no pueden
atenderles.

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