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Introducción

El impacto cultural fenicio también alcanzó al ámbito de las creencias, aunque es dificil determinar
el alcance y las repercusiones concretas de las influencias orientales en el mundo indígena.
• Divinidades fenicias: Melqart, Astarté, Baal Hamón, Baal Safón, Bes, Resef
Las representaciones de estas divinidades en ambientes indígenas no sabemos hasta qué punto
obedecen a una permeabilización de las creencias orientales en el mundo autóctono o a la simple
expresión del propio universo espiritual con un lenguaje ajeno prestado por los colonizadores, sin
cambios apreciables en los sistemas religiosos tradicionales.
La casi absoluta ignorancia sobre el panteón, las prácticas cultuales y los rituales funerarios indígenas
anteriores a la presencia fenicia es un grave obstáculo para decidir sobre las expresiones religiosas
tartésicas de la fase «orientalizante». La impronta claramente fenicia de todas estas manifestaciones
señala hacia una asimilación de ideas religiosas y divinidades semitas por parte de las poblaciones
indígenas o a la expresión de una religiosidad propia con lenguaje estrictamente fenicio.

Escasez de fuentes
Las fuentes literarias interpretan las manifestaciones religiosas indígenas desde la óptica griega o
latina. Por otra parte, las fuentes arqueológicas, consistentes en estatuillas, relieves, decoraciones
cerámicas u otros objetos, resultan muy difíciles de interpretar ya que, a falta de una mitología,
normalmente no podemos saber qué clases de dioses representan, cuál era su significado o función,
etc.

Religión en los pueblos del área íbera


El sur peninsular
Importancia de las divinidades importadas del Próximo Oriente, semíticas principalmente, puede
radicar en el propio culto a estas divinidades o a que eran simples objetos de prestigio.
- Baal y Astarté son las divinidades mejor documentadas
- Melkart de Tiro: divinidad foránea más importante = HERACLEION DE CADIZ
Distinguir en la mezcolanza religiosa y cultural que traducen las fuentes tanto literarias como
arqueológicas, lo que sería propiamente indígena de los elementos importados es espurio ya que desde
el comienzo lo indígena y lo mediterráneo aparecen mezclados en las culturas del sur peninsular.
Tres tipos iconográficos que parecen corresponder a dos divinidades indígenas de nombre
desconocido son:
• Despotes hippon (Señor de los caballos) = territorio bastetano
• Diosa de la vida, de la muerte y de la tierra nutricia = Dama de Elche, Dama de Baza y quizás la
"supuesta" Dama sentada de Verdolay.
• Diosa curotrofa (alimentando a un niño) = Terracota del Cabecico del Tesoro. La albufereta y la
Serreta de Alcoy.

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SANTUARIOS
- Torreparedones (Córdoba, S.IV-la.C.). renovado completamente en el siglo II a.C cuando se
construyó un edificio monumental con una pequeña cella abierta a un patio o habitación mayor por
el lado sur.
- Cerro de los Santos (Murcia, S. IV-IV d.C.), probablemente en la órbita bastetana, famoso por la
cantidad de esculturas de tamaño mayor y menor que nos ha deparado. Este santuario no parece haber
tenido construcciones importantes hasta la época tardorrepublicana. Probablemente en su origen fuese
un santuario a cielo abierto, quizá con alguna construcción de madera que sirviese de almacén o de
sacristía de objetos litúrgicos.
- Collado de los Jardines y Castellar de Santiesteban (Jaén, S. IV-III a.C.)
Lo más notable de estos santuarios es el elevado número de exvotos, generalmente figurillas de
bronce, aunque las hay también de terracota o piedra, que representan a hombres y mujeres, animales,
partes del cuerpo humano, etc.

El levante mediterráneo
En la zona ibérica oriental la influencia externa parece más bien griega.
[Los massaliotas]: Más tarde. gracias a sus buenos oficios. anexionarse algunas de las llanuras
colindantes desplegando la misma habilidad que les llevo a fundar las cidades y fortalezas que les
protegen contra los iberos, del lado de Iberia, a las cuales han transmitido el culto nacional de la
Artemis Efesia y los ritos sacrificiales griegos (Estrabón, IV.1.5).

Y en Hispania en Sagunto, el templo de Diana, cuya estatua llegó desde Zacinto con los fundadores
de la ciudad doscientos años antes de la destrucción de Troya, tienen el templo, al pie de la propia
ciudad - Aníbal lo respetó inducido por un sentimiento religioso perdurando todavía hoy sus vigas
de enebro (Plinio, HN, 16.216)

Estas noticias son muy importantes porque mostrarían la recepción, en algunas ciudades ibéricas por
lo menos, de cultos griegos; pero lo que se puede deducir de la evidencia arqueológica es muy escaso.
Thymiateria o quemaperfumes de terracota que representan la cabeza de Deméter (región de Alicante
y el Bajo Ebro) sin signos de combustión, procedentes de tumbas y casas, no parece que puedan
atestiguar la existencia a un culto de Deméter, aunque tampoco se puede negar ello de manera rotunda.
Lobo = parece asociarse en el mundo ibérico a la idea de la muerte y del Más allá (páteras de Tivissa,
Tarragona, S. III a.C.)

SANTUARIOS
En la zona ibérica del este peninsular no parecen existir los santuarios rurales tan característicos del
sur como los de Despeñaperros o Murcia (Cerro de los Santos, Collado de los jardines, etc.).
Conocemos el de la Serreta de Alcoy, probablemente dedicado a una diosa de la fecundidad.
Por el contrario, podemos identificar algunos santuarios urbanos como en la Illeta dels Banyels
(Campello, Alicante) donde se ha descubierto un posible templo con tres naves, de planta rectangular
y con un pórtico sostenido por dos columnas. Otro templo en el mismo lugar parece haber consistido
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en un recinto cuadrado a cielo abierto; Un edificio de la acrópolis de Ullastret, con dos columnas in
antis que debían de sustentar un pórtico, ha sido identificado también probablemente como un templo
o en Edetal (San Miguel de Liria) donde se ha descubierto un santuario de unos 70 m2.
Lo que puede observarse, en todo caso, es que los elementos que pueden relacionarse con el mundo
mediterráneo se documentan, sobre todo, como es lógico, en las zonas costeras.
Probablemente las creencias religiosas de los pueblos del Alto Aragón e interior de Cataluña fueran
bastante diferentes a las existentes en Sagunto o en Elche.

VIDA DE ULTRATUMBA
Incineración
Los rituales funerarios creencia generalizada muestran en la una supervivencia del alma después de
la muerte y, a juzgar por los objetos de los ajuares fúnebres, con unas necesidades y unas actividades
muy semejantes a la existencia de los vivos.
En las tumbas de guerreros aparecen armas: falcatas, puñales, umbos de escudo, normalmente
destruidas dobladas intencionadamente para que nadie pudiera utilizarlas ya más. En las tumbas de
mujeres se depositan espejos, ungüentarios, vasos de perfumes y otros objetos de tocador.
Evidentemente, los funerales aristocráticos debieron de revestir una brillantez mayor o menor, según
el rango del personaje.

Religión en los pueblos del área indoeuropea Pueblos de la Meseta: celtiberos y vacceos
Fuentes escasas
Los celtiberos y sus vecinos del norte hacen sacrificios a un dios innominado, de noche en los
plenilunios, ante las puertas, y que con toda la familia danzan y velan hasta el amanecer (Estrabón,
Geografía, III.4.16) = ¿DAGDA?: F. MARCO SIMÓN.

Llegan también los celtas, cuyo nombre está ligado al de los iberos: sucumbir en combate es para
ellos un honor, pero consideran un crimen incinerar el cadáver de un guerrero así abatido. Creen
que irán junto a los dioses en el cielo si los buitres hambrientos despedazan su cuerpo tendido (Silio
Itálico, GP. III, 340)

Los Vacceos ultrajan los cuerpos de los cadáveres de los muertos por enfermedad ya que consideran
que han muerto cobarde y afeminadamente, y los entregan al fuego; pero a los que han perdido la
vida en la guerra los consideran nobles, valientes y dotados de valor y en consecuencia, los entregan
a los buitres porque creen que éstos son animales sagrados (Claudio Eliano, De Nat., An., 10, 22).

Inscripciones votivas de época romana: transmiten los nombres indígenas de algunas divinidades;
algunas de ellas, como Lug o las Matres, (divinidades que suelen representarse en grupos de tres y
que parecen representar a la Tierra nutricia y proteger la fecundidad de la naturaleza y de los seres
humanos) son conocidas también en otras partes de la céltica europea.

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Otras divinidades documentadas también célticas en Celtiberia son Epona, la diosa de los caballos,
Artio, la diosa-oso.
SANTUARIOS
Los conjuntos rupestres hallados en distintos lugares de la Meseta y del oeste peninsular, que
consisten en santuarios a cielo abierto. Destaca Peñalba de Villastar (Teruel).
El santuario céltico característico es el nemeton, un espacio a cielo abierto en el claro de un bosque,
en la cumbre de una montaña, cerca de un río, un lago o un árbol notable.
¿Druidas? = no poseemos ningún testimonio acerca de druidas ni de ningún tipo de sacerdocio que
pueda compararse con ellos. Conocemos la existencia de individuos investidos de una consideración
religiosa, normalmente asociada con la profecía:
… y animado tanto por los excelentes augurios y vaticinios de una virgen de honrada condición como
por un sacerdote de Júpiter de Clunia que, advertido por un sueño, había sacado del santuario los
mismos vaticinios que habían sido revelados, doscientos años antes, en la misma forma, por una niña
(fatídica puella) que poseía el don de la profecía. El contenido del vaticinio era: "un día surgirá de
Hispania el príncipe y señor de todo" (Suetonio, Galba, 9,2).

EL MÁS ALLA
Incineración
El hallazgo en las necrópolis de tumbas de guerreros contrasta con lo que afirman Silio Itálico (Punica
III.340-343) y Eliano (de nat. an. 10. 22), acerca de que los celtiberos dejan en el campo los cuerpos
de los guerreros muertos en combate, a fin de que las aves los despedacen y sus almas asciendan al
cielo.

[Sobre los Pueblos de la fachada atlántica]: Hay que añadir además a su irreflexión la barbarie y el
salvajismo que suele ser connatural a los pueblos del Norte, como por ejemplo la costumbre de
colgar, al volver de la batalla, las cabezas de los enemigos de las colas de los caballos, para
llevárselas y clavarlas ante las puertas de sus templos (Estrabón, IV, 5).

Distintas fíbulas de caballo celtibéricas, datadas entre los siglos IV y II a.C., que muestran una cabeza
humana colgando bajo el hocico del caballo, se pueden poner en relación con esta costumbre.

Pueblos del occidente peninsular: vettones y lusitanos


Esculturas de verracos, grabados e insculturas rupestres.
Santuarios indígenas: castro de Ulaca

Los verracos (S.IV-II a.C.)


¿Significado funerario? = Chamartín de la Sierra
No es imposible, sin embargo, como se viene suponiendo, que algunos verracos de época prerromana
estuviesen asociados con áreas de pastos y expresasen algún tipo de ideas mágico-religiosas en

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relación con el crecimiento y reproducción de las especies sobre las que se basaba la economía de los
vettones, pero es muy difícil concluir algo seguro.
Inscultura: Grabados rupestres de caballos y jinetes del castro de Yecla (Salamanca).
SANTUARIOS
Santuario del castro de Ulaca, en Solosancho (Ávila): Este tipo de santuario es semejante a otros que
encontramos fuera del territorio vettón, como el célebre de Panoias, entre los lusitanos, o el de Peñalba
de Villastar entre los celtiberos, y se relacionan con el concepto céltico de nemeton, un espacio natural
(peña, bosque, río, cueva, etc.) consagrado a los dioses en el que se les rendía culto y en el que se
depositaban las ofrendas.
La existencia de sacrificios, por otra parte, está bien atestiguada entre los vettones así como entre
todos los pueblos de la Península en general. El sacrificio era el acto central del culto en las religiones
indoeuropeas:

Los Insitanos son dados a los sacrificios y examinan las entrañas sin separarlas del cuerpo; se fijan
además en las venas del costado y adivinan palpando. Hacen también predicciones por las entrañas
de sus cautivos de guerra, a los que cubren con sayos. Luego, cuando son heridos por el aruspice en
las entrañas, adivinan en primer lugar por la forma en que caen. Cortan las manos de los prisioneros
y consagran las diestras (Estrabón, III, 6).

Dioses: Untermann y otros autores consideran que no todos los teónimos conocidos son nombres de
dioses distintos, sino epítetos de unos pocos sustantivos, como Bandua, Reue, Cosus, etc. Serían éstos
los nombres de dioses que tienen un culto geográficamente muy amplio y que, mediante aquellos
adjetivos, tienden a identificarse con lugares concretos, ciudades, grupos humanos, etc. Este
desconocimiento de aspectos tan básicos de la religión indígena hace que, en ciertos casos, no
sepamos incluso si estamos ante el nombre de uno o varios dioses en una misma inscripción.
Conocemos relativamente bien dos divinidades cuyo culto debió de ser importante entre los vettones:
Los más importantes son Vaelicus y Ataecina.

Pueblos del norte y la cornisa cantábrica


Algunos dicen que los galaicos no tienen dioses (Estrabón III,4,16)
Todos los montañeses son austeros (...) comen principalmente chivos, y sacrifican a Ares un chivo,
cautivos de guerra y caballos. Hacen también hecatombes de cada especie al modo griego (Estrabón,
III,3,7.

Estas contradicciones deben alertarnos acerca de la dificultad de conocer las manifestaciones


religiosas de los pueblos del norte peninsular a partir de los autores clásicos, a quienes dichas
manifestaciones les resultaban completamente ajenas y extrañas. Estas frases de Estrabón se han
interpretado maneras muy diferentes. La referencia al ateísmo de los galaicos se ha supuesto que
quiere decir que éstos no tenian imágenes de SUS dioses, puesto que posteriormente, en época
romana, la epigrafia muestra una gran abundancia de teónimos indígenas distintos precisamente en el
territorio galaico.

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A veces la identificación con un dios romano nos permite suponer un carácter determinado a una
divinidad, pero, dado que las divinidades romanas son plurifuncionales, no siempre estamos seguros
de cuál es el carácter que conviene ver en el dios romano y el indígena que con él se identifica. (Cosus-
Ares - Marte ¿guerra? ¿mundo agrario?)
Un fenómeno, sin embargo, que puede observarse a través de las inscripciones, y que concuerda en
parte con lo que dice Estrabón, es que, en el territorio de galaicos, lusitanos y, parcialmente, vettones,
conocemos una gran diversidad y abundancia de teónimos, lo que contrasta con lo que se observa
tanto en la Meseta oriental como entre las poblaciones orientales de la cordillera Cantábrica, donde
las menciones son menos abundantes y variadas. La mayor parte de estos teónimos son formas
adjetivales que terminan en -acus, -agus, -aegus y formas semejantes; por ejemplo: Tongoenabiagus.
Anabaraecus...
J. Untermann llamó la atención sobre la existencia de algunos sustantivos: Cossue Nidoledius, Cossue
Segidiaecus o Cossus Calaecius, serian advocaciones diferentes de un mismo dios, Cosus, que en el
último ejemplo evidentemente se relaciona con la comunidad de los callaeci o galaicos. Además de
éstas, encontramos también atestiguadas en el noroeste divinidades típicamente célticas. Las más
importantes son Lug y las Matres.
En todo el noroeste peninsular son muy abundantes, además, las dedicatorias a Júpiter acompañado
de diversos epítetos indígenas. Esta abundancia de inscripciones ha hecho que supongamos la
existencia de una divinidad indígena semejante al Júpiter romano. es decir, una divinidad del cielo
luminoso con asiento en la cumbre de las montañas, que habría terminado por ser suplantada por el
dios clásico.
Por lo que conocemos, no parece que antes de la época romana existiesen templos, ni dentro ni fuera
de las poblaciones. El culto se celebraría en santuarios a cielo abierto, en un claro del bosque, en la
cima de una montaña, junto a lagos o a fuentes y ríos, como era característico de la religión celta.

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