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Filosofía

La filosofía de Spinoza se desarrolló en una convulsa etapa histórica que azotó a la Holanda
del siglo XVII, sumida en un imparable cambio social y político. Altamente influenciado por sus
coetáneos, toda la filosofía de Spinoza gira en torno a unas directrices que acaban inundando, no solo
su metafísica, si no también su concepción de la política1.
Sumido en una época de cambio e influenciado por la lucha por la libertad religiosa de su buen
amigo Jan de Witt, Spinoza desarrolló una fuerte predilección por el reclamo a la libertad de expresión
y a la búsqueda de la libertad a través de la razón, creando una gran dicotomía entre teología y filosofía
o entre la fe y la razón. Este pensamiento le llevó a desarrollar teorías racionalistas y prácticas para
explicar la realidad y todo lo que acontecía en ella2. Además, su convulsa juventud, sumida en una
serie de persecuciones e inunda de la intolerancia religiosa, le llevó a una constante lucha y
reivindicación a través de su pensamiento filosófico y político de la libertad de expresión y la
tolerancia, premisas a partir de las cueles gira toda su metafísica.
Así pues, fundamentado siempre en el uso de la lógica y la razón, su filosofía supone una
ruptura con el pensamiento cartesiano que predominaba en aquella época, poniendo en jaque todo lo
establecido y sentando las bases para futuros pensadores conocidos como liberales3.
Como vemos, sin comprender las premisas metafísicas y ontológicas que desarrolla Spinoza
a través de sus obras filosóficas, como Ética o el famosísimo Tratado Teológico Político, comprender
los motivos de su pensamiento político y su posición ante algunas cuestiones del Estado y el gobierno
se hace prácticamente imposible. Todo su pensamiento gira en torno a un fuerte racionalismo que
busca explicar, no únicamente el mundo y lo que acontece en él, si no las causas que producen tales
hechos.

El Dios de Spinoza
El desarrollo filosófico de Spinoza se asentó sobre unas bases racionalistas, oponiéndose así
al dualismo cartesiano desarrollado durante los siglos XVII y XVIII. Baruch Spinoza dedicó su obra
Ética a definir y desarrollar el concepto de Dios alejándose de la dualidad alma-cuerpo de la que
bebía la filosofía cartesiana. Asistimos pues a una transformación de las bases fundamentales de la
metafísica expuesta por René Descartes.
Para Spinoza la realidad está constituida por una sustancia: Dios. Esta sustancia, es decir,
Dios, es aquello que forma la realidad y que además es causa misma de la realidad. Así pues, Dios
deja de ser un ente personal para ser el principio necesario, infinito y eterno que crea la realidad,

1
M. NIEVES SALDAÑA (2016), 18
2
M. NIEVES SALDAÑA (2016), 17-19
3
J. M. RODRÍGUEZ PANIAGUA (1983), 160
1
como él mismo decía: todo está en Dios y todo depende de Dios. Partiendo de esta sustancia infinita
se conforma todo lo demás gracias a los atributos de ésta. Con esta definición, Spinoza establece la
necesidad de existencia del mundo, pues la sustancia infinita, Dios, es causa misma de su propia
existencia y, por ende, de todos los atributos que derivan de Él y conforman la realidad, haciendo que
la existencia misma del mundo sea necesaria4.
A lo largo de la obra Ética encontramos multitud de argumentos que Spinoza lanza hace la
concepción cristiana y judía de Dios, alegando que tales afirmaciones no hacen más que demostrar la
imperfección de la divinidad. Así pues, encontramos que Spinoza rechaza la idea de que Dios
manifiesta su perfección a través de su cualidad de decidir qué crear y qué no, mostrando la libertad
que encarna Dios al poder imponer tal voluntad creadora. A esta cualidad divina se le suma la
imposibilidad de crear cosas infinitas. A partir de ésta última afirmación es donde Spinoza ataca a
esta teoría judeocristiana, alegando que la imposibilidad de Dios de crear cosas infinitas es prueba de
su imperfección, lo cual es imposible pues Dios es perfecto. Para Spinoza el hecho de que las
religiones judeocristianas hallan concedido a Dios atributos de entendimiento y voluntad se trata de
un error producido por un antropomorfismo impuesto a la divinidad que lo aleja de la verdadera
naturaleza de la sustancia. Dios carece de voluntad de acción pues Él en sí mismo es la causa necesaria
de la existencia de las cosas5.
Como vemos, en la teoría filosófica de Spinoza Dios es concebido como una sustancia infinita
y eterna, siendo Dios lo único que existe, convirtiéndole por tanto en el principio a partir del cual se
da la existencia de todo lo demás en dependencia causal directa de Dios. Todo lo acontecido en la
realidad es causa de Dios. Esta nueva definición del Dios judeocristiano se aleja de la concepción
divina de estas religiones, lo que le trajo a nuestro autor multitud de problemas, inclusive
persecuciones y acusaciones de ateísmo.

La naturaleza humana
Spinoza define a los seres humanos como una parte de la realidad, una partícula de la
sustancia. En la ontología de Spinoza el ser humano se concibe como una expresión de dos atributos
de la sustancia: la extensión y la mente. A través de la mente se expresa el pensamiento, lo abstracto,
mientras que a través de la extensión se expresa el cuerpo, la materia. Ambos atributos conforman la
naturaleza humana, siendo ésta una consecuencia más de una multitud de materia nacida
necesariamente de la sustancia infinita, es decir, de Dios. La existencia misma se basa en una
interacción entre la sustancia humana y la sustancia que conforma otros aspectos de la realidad. Como
vemos, no encontramos en esta definición distinción alguna entre los seres humanos de los demás

4
A. M. AYALA ROMÁN (2015), 106-108
5
A. M. AYALA ROMÁN (2015), 111-112
2
seres vivos. Las personas, al igual que todo lo demás, es decir, cada partícula o atributo derivado de
la sustancia infinita que conforma la realidad depende directamente de esa sustancia infinita, también
denominada Dios.
Esta forma de entender al ser humano hace que Spinoza trate los problemas que atañen a las
personas como una parte más de la naturaleza. Las acciones y los acontecimientos humanos son
percibidos como una causa más de la interacción natural de los diversos atributos que conforman la
sustancia6. Todo lo que sucede en la realidad no es más que una consecuencia de la interacción entre
la esencia del ser humano y las demás esencias que se encuentran en la naturaleza.
La particularidad humana se encuentra en la capacidad que tienen las personas de ser
conscientes de sí mismos y ser capaces de expresar aquello que desean. Unido al deseo, también
forma parte de la naturaleza humana el esforzarse por obtener aquello que anhelan, premisa que
servirá para llegar a la conclusión de que nada es más útil al hombre que el hombre7.

Libertad y razón
(esto lo pego esta noche)

Derecho Natural y Derecho Positivo


Su ontología influyó directamente en su concepción y desarrollo de la política. Así, partiendo
de la propia naturaleza humana, Spinoza reconoce un derecho natural que pertenece a cada individuo.
Este derecho no parte de premisas religiosas o políticas, si no de las propias reglas que reinan en la
naturaleza y que son propias de todo ser por el simple hecho de existir e interactuar con el medio8.
Este poder Natural, la potentia, viene derivado directamente de Dios. En las personas, este
Derecho Natural viene determinado por la capacidad de cada individuo de actuar para hacer
prevalecer su vida. Es, por tanto, un derecho innato en todas las personas, sean éstas guiadas por sus
deseos y pasiones, o aquellas guiadas por la razón, que se asemeja más a las leyes físicas a través de
las cueles se rige toda la naturaleza que a las reglas establecidas por cualquier doctrina religiosa o
política. No obstante, esta cualidad individualista que posee el derecho natural hace que los intereses
de cada persona entren en conflicto con los de los demás, provocando situaciones conflictivas9.

6
J. M. RODRÍGUEZ PANIAGUA (1983), 162
7
P. DE CUZZANI (2015), 99
8
P. DE CUZZANI (2015), 103
9
P. DE CUZZANI (2015), 104

3
Independientemente de la conflictividad que produce el regirse únicamente por el derecho
natural, Spinoza sostiene que, debido a la naturaleza humana, las personas deben necesariamente vivir
en comunidad para poder cooperar y así sobrevivir.
En contraposición al derecho natural, innato en cada individuo, surge el Derecho Positivo, que
aparece de forma necesaria en el hombre ya que, como se comentó en el párrafo anterior, el humano
es un ser social que precisa de otras personas para poder vivir. Además, a través de este derecho se
busca garantizar el derecho natural de cada persona de manera racional para dejar de lado los
conflictos.
Gracias a la aplicación del Derecho Positivo las personas pueden pasar de un estado natural,
en el que unas personas se encuentran supeditadas a otras debido a la superioridad de éstas últimas, a
un estado civilizado donde cada individuo tiene la posibilidad de expresarse y de actuar conforme a
sus derechos en un ambiente de igualdad y cooperación entre personas10.
Así pues, para Spinoza el paso de una sociedad fundamentada en los derechos naturales hacia
una sociedad basada en derechos positivos o civilizados se da de forma necesaria. En estos Estado
civilizados las leyes no se superponen a los derechos naturales de cada individuo si no que se utilizan
para poder garantizar, de manera racional, que todos los derechos naturales estén cubiertos sin que
éstos entren en conflicto con los de otros individuos11.
Estos tipos de derecho que diferencia y desarrolla Spinoza en su filosofía asentaron las bases
para su desarrollo político al mismo tiempo que contribuyeron de manera significativa al pensamiento
político moderno posterior al presentar una de las primeras teorías sobre la democracia12.

10
P. DE CUZZANI, (2015), 105
11
P. DE CUZZANI, (2015), 106
12
P. DE CUZZANI (2015), 107

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