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ARQ. RAÚL EDUARDO JORGE


INTENDENTE

AÑO 2009
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

LIC. GUSTAVO RICARDO MURO

SECRETARIO DE PLANIFICACIÓN Y
DESARROLLO

SRA. MARTA ITATÍ RUSSO ARRIOLA

DIRECTORA GENERAL DE PLANIFICACIÓN


ESTRATÉGICA

DR. SERGIO VIDAURRE

DIRECTOR DE INSTITUCIONES
INTERMEDIAS

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

“ANECDOTARIO DEL BARRIO CUYAYA”

Sara Velasquez de Alvarez García

COLABORACION EN LA ILUSTRACION:

Hugo Bustamante

Dedicatoria

A mi querido esposo, a mis hijos, a mi


madre y a mis amigos, para compartir un
terroncito de alegrías vividas en el querido Barrio
Cuyaya.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

ÍNDICE

Introducción….……………………………………Pág. 06

Prólogo…………………………………………..…Pág. 09

Orígenes……………………………………………Pág. 15

La Defensa del Río Chico……………………….Pág. 20

El Arroyo………………………………………...…Pág. 23

San Juan, San Pedro y San Pablo…………….Pág. 44

Día de los Muertos………………………………..Pág. 45

Los Velorios……………………………………….Pág. 47

Por la Santa Fe y La Rioja………………………Pág. 49

La Escuela 23 de Agosto………………………..Pág. 55

Gente Humilde, Gente de Cuentos……………Pág. 64

Mitos o Cuentos…………………………………..Pág. 74

Casa de Citas……………………………………...Pág. 77

Camino a la Almona………………………………Pág. 79

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

El Río Chico………………………………………..Pág. 82

La Plaza Constitución de 1853...……………….Pág. 89

El Club……………………………………………...Pág. 101

La Sociedad Vecinal……………………………..Pág. 118

Obras y Servicios Públicos…………………….Pág. 140

Colegio Pablo Pizzurno…………………………Pág. 149

La Seccional 4°…………………………………...Pág. 155

Parroquia San José Obrero…………………….Pág. 157

Festejos y Celebraciones……………………….Pág. 159

Espacios Verdes………………………………….Pág. 164

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

INTRODUCCIÓN

La publicación de la presente obra


se enmarca en el “Programa de Recuperación
de la Memoria Histórica de los Barrios de la
Ciudad de San Salvador de Jujuy”, instituido a
partir de la sanción de la Ordenanza Municipal
Nº 3532/02 que propicia la recuperación de la
historia oficial y testimonial de los barrios de
nuestra Ciudad Capital, y que fuera lanzado
oficialmente en el mes de Junio de 2008 por la
Dirección de Instituciones Intermedias
dependiente de la Secretaría de Planificación y
Desarrollo de la Municipalidad de San Salvador
de Jujuy.
La articulación del mismo, impuso la
necesaria participación de las instituciones de la
sociedad civil (Centro Vecinal, Club Deportivo,
Asociaciones Civiles, Parroquia,
Establecimientos Educacionales, Salas de
Primeros Auxilios, Destacamento Policial etc.),
revitalizándose así los vínculos vecinales y
promoviéndose el reconocimiento de los
diferentes actores de la comunidad como
formadores del sentimiento de pertenencia
barrial.
Para su desarrollo, fue necesario
desplegar acciones tendientes a lograr la mayor
participación, incentivándose canales de diálogo
que fortalecieron la identidad y la memoria

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

colectiva del barrio. De esta manera, fue posible


identificar y evidenciar los distintos intereses,
historias, costumbres, tradiciones, problemáticas
y necesidades vecinales.

El presente “Anecdotario” fue


elaborado por la Prof. Sara Velázquez y
complementado con tareas investigativas
realizadas por las agentes: Natalia Molina,
Esther Brizuela, Rosario Barrón, Victoria Baca,
Noemí Velazquez, Marcela Ríos, Claudia
Velazquez, Mónica Gutierrez, Natalia Cari y
Silvia Guzmán dependientes de la Dirección de
Instituciones Intermedias de la Municipalidad de
S.S. de Jujuy.

Asimismo, deviene necesario citar


que este trabajo no pretende ni busca alcanzar
el rigorismo formal que impone la “historia” como
ciencia, sino que por el contrario, es sólo el
reflejo de las vivencias, recuerdos y sentimientos
de los habitantes del Barrio Cuyaya, a quienes
agradecemos profundamente, ya que sin su
predisposición y colaboración la tarea
emprendida no hubiera sido posible.

Dirección de Instituciones Intermedias


Municipalidad de S.S. de Jujuy
Año 2009

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

PRÓLOGO

Rescatar los hechos de un barrio


significa recuperar la memoria de una
comunidad, sus vivencias, su cultura. Más que
una descripción fotográfica, es penetrar en su
historia, en esas relaciones de afectos, de vida,
de espíritu de lucha.
Esta tarea no pasa por lo
estrictamente racional, ni lo sentimental, es una
conjunción de ambas, se trata de querer
entender una manera de ver el mundo, por eso
es que tal vez uno selecciona los aspectos más
sobresalientes intentando darle una explicación
intuitiva, racional y a veces mitológica que de
una manera u otra se vinculan a los afectos más
profundos que el espíritu indica.
Las personas y el paisaje divagan
por los años, se confunden los olores y los
colores, los nombres y los sobrenombres, las
alegrías y las penas, las cosas serias y
superfluas, se perpetúan en el ser.
La intención es entonces, hacer una
recorrida por el tiempo, buscar las huellas del
espíritu del barrio que no es otro que el de su
lucha por la supervivencia en todos los tiempos.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Se piensa entonces que la savia simple quedó,


todavía está. Cuyaya, cuyo nombre derivado del
quechua Quyaya lo explica todo “ama pues”,
aunque otros dicen que es anterior al aymara,
que es de origen yacan, lo cierto es que me
quedo con el primero, porque es lo que vi
desde la infancia reflejado, en ese espacio
soñado del universo.
Un barrio que se proyecta, se hace
sentir, define su existencia día a día, busca
sacar a luz su energía dormida; eso es Cuyaya,
su vocablo invita a salir de la resignación “Ama
Pues”. Cuyaya lo demostró, con su gente, con
su esfuerzo, con su solidaridad.
El Sr. Nasif refiere: “…bueno acá
siempre hubo un dilema, está escrito en el
libro del Doctor Cicarelli de que Cuyaya
deriva del nombre de un cacique pero con
otro tipo de acentuación y era de una tribu
que justamente residía en estos lugares de
ahí viene el nombre de Cuyaya…”
“…Según Andrés Fidalgo
significa: tristeza, lugar de llantos y
despedidas, donde dobla el sendero o el
camino. Era el paraje hasta el cual
acompañaban amigos y parientes a los
viajeros que partían hacia el sur”…”Según
Félix Infante es palabra del idioma cacana,
según ella “Cuyaya” es una voz derivada de
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

“Kukay”, cacique de la región…Según


Antonio Paleari Cuyaya proviene del quichua
“Kuya” que se refiere a una piedra o mineral
de propiedades mágicas (lira), o a un
talismán de cualquier tipo…si al vocablo
“kuya” agregamos el sufijo “yok” que denota
posesión, componemos la voz “kuyayoc”
(lugar de piedra mágica). Por lo tanto era
paraje donde una “kuya” (piedra hechizada,
maravillosa), ejercía sus poderes. Lugar de la
piedra sagrada engarzada tal vez, como un
peñasco saliente, en las barrancas
occidentales del Xibi Xibi.” (extraído de un
volante publicado por las autoridades de la
Sociedad Vecinal del B° Cuyaya en oportunidad
del aniversario de la institución en el año 1994).

Por su parte, la Sra. Amanda


Dávalos, docente de 6° año “B” del Colegio
Pablo Pizzurno refiere: “… Cuyaya en lengua
madre significa lugar de encuentros o de
despedidas, y en feliz coincidencia el Colegio
(Pablo Pizzurno) recibe y despide
diariamente a niños y padres que confían en
el servicio educativo de esta institución…”

“… En el repaso de la historia del


barrio encontramos que el término “Cuyaya”

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

es un nombre aborigen, ya que pertenece al


idioma Kakama usado por los diaguitas. La
palabra tiene su origen en el nombre del
cacique “Cucay”, quien era cabeza de tribu
en el valle del Río Xibi Xibi…” (Publicación “El
Coya”, sección Barrios, Pág. 3. de fecha 31-07-
01)
Cuando se es niño, generalmente se
sobredimensionan las vivencias, es cierto, pero
ocurre también que algunos hechos se imprimen
con fuerza en la mente, hasta caer prisionero,
con gusto, de un pasado para poder proyectarse
con decisiones al futuro, esto hace más
dignificante la tarea, traer al presente sus
personajes, valorar a esos hombres y mujeres
que se impregnaron en ese pedacito de tierra,
que supieron vivir en común unión, con dignidad.
Siempre cuando se habla de un
barrio por lo general, se obvia la cotidianeidad o
se buscan nombres de un sector de la sociedad ,
que se destacaron por sus acciones visibles, por
sus apellidos ilustres, por su posición, sin
registrar a los que con el ejemplo de honradez,
de fuerza, de creatividad, en la simpleza, en el
anonimato supieron educar a sus hijos, darles el
pan de cada día, y construir un mundo de
valores que practicaron, y aun hoy los practican,
brindando la esperanza a los más jóvenes que
hoy tanto necesitan.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La idea de escribir algo acerca de


toda la gente que se nombra en el trabajo es de
alguna forma una manera de agradecer toda la
felicidad que alguien pudo vivir junto a otras
personas, haber percibido sus bondades,
sentirlas y pensarlas, haber compartido sus
espacios y sus tiempos, las cosas simples de
sus vidas, ese aura de unión, en definitiva eso
que hoy no es frecuente encontrar, sobre todo la
transparencia y coherencia de sus ejemplos.
El barrio es la vida, su dinámica
escribe la historia, su fuerza marca los rumbos
de los pueblos, sus hombres son el trabajo
digno. Estas son las motivaciones que llevan a
cualquier sujeto a rescatar las experiencias, las
buenas y las malas.
Los recuerdos de la niñez dejan
profundas huellas que van construyendo las
subjetividades y reconstruyéndolas
constantemente. Depende de muchos adultos
que sepamos discernir los esquemas que
debemos cambiar para no seguir pensando que
la opresión está entre las rosas, y no
paralizarnos en la idea de que todo está hecho,
de que nada puede cambiar.
No encontraremos en este relato
una puntual cronología de los hechos.
Seguramente muchos hombres y mujeres,
injustamente no son nombrados, es simplemente
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

un anecdotario, no más que eso, otros podrán


escribir una historia más completa. Simplemente
son recortes de vivencias, de la cotidianeidad,
de la vida, del amor, de los dolores, de la
felicidad, de la lucha, en fin, un sencillo
homenaje a quienes aportaron con mucho o
poco al sentido de la vida.

Sara Velasquez

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

ORÍGENES

“…Cuyaya fue uno de los primero


sectores en ser habitados luego de la principal
zona urbana que hasta las primeras décadas del
Siglo XX estaba inserta entre los ríos Chico y
Grande. Los terrenos donde actualmente se
encuentra el barrio se constituyeron entonces,
en la alternativa de expansión del valle de Jujuy,
y lo convirtieron en una de las primeras
comunidades vecinales de la ciudad. Con el paso
de los años Cuyaya fue creciendo gradualmente,
hasta llegar a ser hoy en día uno de los barrios
más extensos y poblados de Jujuy. Si bien
aproximadamente desde hace una década todo el
sector delimitado por las avenidas Hipólito
Irigoyen, Olavarría y Ruta Nacional N° 9 es
conocido generalmente como Cuyaya, tiempo
atrás era muy notoria la distinción entre
Castañeda y Cuyaya. Debemos especificar que
actualmente la parte de las 790 viviendas del
barrio Cuyaya, ubicado entre Avenidas Olavarría
y Álvarez Prado, y las calles San Pablo y
Diagonal Este, cuenta con Centro Vecinal
propio…”
“…Antes del loteo ocurrido a
principios de 1900, la zona de Cuyaya conocida
en esa época como “La Banda” fue campo de
sembradíos con huertas y chacras que proveían
de frutas, verduras y hasta de flores a los
antiguos habitantes de Jujuy. En el lugar se

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

acostumbraba a sembrar maíz, alfalfa y cebada.


Los terrenos de Cuyaya pertenecían a Ernesto
Claros y el de Villa Castañeda a Don Gaspar
Castañeda y en ambos se levantaban 4 casas y
60 ranchos en total…Antes de la urbanización del
barrio, la gente que vivía en la Ciudad (o entre os
dos ríos) acostumbraba a cruzar el Río Chico
para dirigirse hacia la Banda en busca de un
lugar fresco que aliviara el calor del verano. Allí
era normal encontrar variedades de helechos y
árboles como paraísos, molles, tarcos, lapachos,
carnavales y ceibos. La vegetación se
completaba con cantidades de multiflores,
bejucos, tripa de fraile y corolas que
aromatizaban el aire de la zona. Los más
memoriosos también recordarán la presencia de
diferentes pájaros, pero en especial al
“Chalchalero”, gran tenor de nuestros campos.”
(Texto extraído de la Publicación “El Coya” de fecha
31-07-01).

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

A continuación, se transcriben algunos


hechos históricos del Barrio Cuyaya, extraídos de la
publicación del Diario “Pregón” de fecha 29-11-94:

Año 1927: El día 05 de Marzo se produjo una gran


creciente del Río Chico. En esa época, la margen
derecha del Río Xibi Xibi no tenía defensas dejando
desamparado al Barrio de La Banda con el peligro
de las crecientes, aislando poblaciones durante
varios días, alarmando al vecindario de Villa
Castañeda y Cuyaya.
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Año 1933: En Setiembre la Comisión Vecinal de


Villa Cuyaya trabaja decididamente para poner a
aquella barriada a tono con el ambiente social y
cultural del momento. Dicha comisión tiene el
propósito de crear una escuela en el mencionado
barrio donde existen 130 niños en edad escolar que
requieren los beneficios de la instrucción pública.
Año 1935: En Agosto la Legislatura sancionó la
distribución de Empréstito para la realización de
obras públicas, destinándose parte del mismo para
la construcción de una escuela en Villa Cuyaya y la
instalación de aguas corrientes en el citado barrio.
Año 1936: El 23 de Febrero se llevó a cabo la
inauguración del edificio escolar en Barrio Cuyaya.
La bendición estuvo a cargo del Obispo Monseñor
Muhn.
Año 1937: El día 16 de Junio, en una reunión que se
llevó a cabo en un local cedido por el Señor Ángel C.
Alba, se reunieron los siguientes vecinos de Villa
Cuyaya: Ángel Gerez, Federico C. Alba, Alfredo
Cáceres, Ángel R. Alba, Rosario J. Cari, Ramón
Agûero, Bautista Vivero, Benancio Guerra, Adolfo
Molina, Aurelio Surlín, Menigno Ayala, Alfredo Díaz,
Guillermo Surlín, Eusebio Romero y otros para
fundar un club deportivo para la práctica del fútbol,
siendo elegido presidente provisorio de la asamblea,
el señor Ángel Gerez. Por mayoría se decidió
denominar a la institución en formación con el
nombre de “Club Atlético Cuyaya” en homenaje al
barrio.
Año 1938: En el mes de Setiembre se construye la
defensa del Río Chico en la parte SO, a la altura de

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Villa Cuyaya, donde año tras año las crecientes


constituían una serie de amenazas para el
vecindario de la zona.
Año 1939: En Mayo, el Gobernador de la Provincia,
Dr. Pedro Buitrago en su mensaje a la Legislatura
expone sobre las obras públicas realizadas y en
ejecución mencionándose entre otras, la provisión
de aguas corrientes en Villa Cuyaya.
Año 1940: Se realizan obras de instalación de
juegos de ejercicios físicos en la Plazoleta de Villa
Cuyaya.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

LA DEFENSA DEL RÍO CHICO

Parece extraño que un conjunto de


piedras, la defensa del río Chico, haya sido el
mejor testigo de la amistad serena de unos
cuantos hombres. La tormenta de los 55´ había
dejando algunas heridas profundas, deduzco
que años más tarde sería la causa de las
conversaciones de quienes se juntaban sobre

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

esa masa de piedras, a mirar pasar el río y la


vida, esos grandes observadores, lectores de la
naturaleza, sabían si llovería o no, si venía
fuerte la creciente o si solo era aspaviento.
Si la tormenta venía de los Pericos
o del Ramal tenía una u otra característica.
Estos hombres miraban los cerros y predecían el
viento norte, y después de él, el frío, en fin, en
medio de las charlas y profecías el viejito
David, ”Don” Carnicer y “Don” Cáceres, hombres
alegres, disfrutaban de la vida y de las
empanadas ricas de “Doña Felisa”, mujer
trabajadora, de ojos profundos como profundas
sus virtudes, se destacaba por su hospitalidad
que luego heredarían sus hijos, Cacho, el Flaco,
su hija Susana persona brillante, que dejó en la
Escuela Normal todo el ejemplo de sus virtudes,
buena e incansable luchadora. La casa de los
Carnicer era alegre sencilla, era un corazón
abierto y bondadoso.
La actividad de “Chuspudo” Coca
Alba era distinta, trabajador, esclavo de su oficio,
arreglaba camas solitariamente, eso sí, cuando
llegaba el carnaval exteriorizaba su alegría y
disponía su casa “en la esquina de Constitución
y José de la Iglesia” afirma Don Adrián Alvarez
presidente del Centro Vecinal del Barrio Cuyaya.
Otra casa ubicada entre la José de
la Iglesia y Avellanada, era para cualquier
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

persona por esos tiempos, imponente, de piedra,


de techos altos, era un bar con un gran
mostrador, se armaban allí unas sapeadas
interminables, los hombres dejaban sus penas y
su poco dinero, mientras “Don” Gómez, con sus
ojitos azules no se perdía ningún detalle, serio,
muy respetado, allí llegaban los gauchos, se
tomaban unas ginebras, cargaban unos vinos,
simulando que ya partían rumbo a la “Almona”,
en realidad sabían que antes tenían que pegar
una vueltita por el bar de Loza que quedaba
frente a la placita.
Por supuesto, también
estratégicamente estaba el negocio de don
Bahena, familia bienuda de la época, entre los
57´ y 60´ que yo recuerdo, era una tienda
completa, uno encontraba de todo allí. Los
gauchos cargaban sus alforjas y partían
desparramando vino y yerba, vino y penas.
Era sapeador indiscutido “Don”
Cáceres, más conocido por “Mosquito Cáceres”,
un hombre simpático, su característica sin igual
era su andar, siempre caminando con las
manos cruzadas atrás. Don Adrián Alvarez
agrega a mis recuerdos que “fue fue uno de los
fundadores del Club Atlético Cuyaya y llegó a
ser Sub-tesorero de la Sociedad Vecinal.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

EL ARROYO

Parecía una campiña pintada en los


libros de cuentos la parte del arroyo, antes y
después de que pasara la topadora para
agrandar los senderos, que luego serían la calle
Vélez Sarsfield.
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Aguas saltarinas, sauces, Ceibos,


tierra removida, las imágenes van y vienen,
hilos dorados y plateados, recorren el lugar. El
arroyo bajaba desde el cerro hasta el río. Por
esas cosas de la vida tuve la suerte de conocer
casi todos sus secretos y las personas que por
esos lados vivían. Una de ellas por ejemplo era
doña Paula Leaños, vivía en la esquina de La
Rioja y de la Vélez Sarsfied, ella era alta,
callada, de caminar ligero, una mujer que
despertaba curiosidad. De su casa, un poco más
arriba, vivía una familia muy conocida por la
amabilidad de recibir siempre gente y convidar
con chicha, claro que “doña Cándida Flores” no
se quedaba atrás además vendía uvas, que eran
la gran tentación de los chicos.

Frente a los Leaños había un tuscal


que luego fue reemplazado por una plaza muy
bonita, dice don Coca “…A la plaza le dicen La
tusca porque era un tuscal, en la gestión del
Ing. Labarta hizo colocar unos juegos en la
plaza de todas clases pero su verdadero
nombre es “Operativo Independencia” en
homenaje a los caídos en Tucumán…el
ingeniero así le puso ese nombre y así
debería quedar no como le dicen y como es
conocida por tusca...”

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Según Ordenanza Municipal N°


366/1981 se designó con el Nombre de
“Operativo Independencia” a la Plaza ubicada
entre las Calles Vélez Sársfield, Dr. Baldi,
Avellaneda y La Rioja. De acuerdo a dicho
dispositivo legal, la Plaza sería inaugurada
oficialmente el día 14 de Marzo de 1981. El
nombre impuesto a este espacio verde del
barrio, pretendía rendir homenaje a un
acontecimiento histórico y a sus mártires, los

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

soldados jujeños de la clase 54 Rogelio René


Espinosa, Pío Ramón Fernández, Mario
Gutiérrez, Rubén Cesario Moya y Eusebio
Calixto Puca que ofrendaron sus vidas en el
referido hecho de armas.

Ordenanza Municipal N° 366/1981

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Quien diría que cerca de la plaza y


desde los años 60´ y pico se iría construyendo
una planta de gas, don Hugo César Espinosa
recuerda: “… yo vivo del 64´ no había nada
aquí (se refiere a la planta de gas) y en ese
trayecto empezaron a cavar y se levanto la
planta. Cuando vinimos habían tres familias
que eran los Burgos, Roselli, y Muro, pero
ahora vive la familia Farfán y todo lo demás
era monte no había ruta nada…”

“… A la planta la inauguraron en
el 64´, el dueño era Francisco Yapur. En la
planta había un torito, era de un encargado,
un vecino un tal Cruz, como había pasto el
hombre lo llevaba a pastar y Yapur con el
tiempo se adueño del torito era como la
mascota se llamaba Manolo, era buenito
andaba tranquilo pastando por el lugar.
Después tuvieron gansos no me acuerdo si
eran cuatro o cinco gansos pero eran
bochincheros siempre solían gritar en las
tardes, y también tenían un perro que se
llamaba Fisher…”
Por esa parte de la Rioja las familias
eran muy unidas y fiesteras, eran muy alegres
“Doña Antonia Leaños, Doña Juana Flores,
Juana Quispe, Los Guanuco, Los Cunchila. Un
poco más serios eran Los Cárdenas, Los López,
Los Peralta.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Existía por ahí una casa llena de


flores que era la tentación de varios, el dueño
era Benito Avendaño, hombre alto, de sombrero,
de andar muy tranquilo, ese lugar nos parecía
paradisíaco, él tenía la habilidad de convertir los
espacios de tierra en algo bonito, decían las
mujeres que tenía un don especial para las
plantas, sus panales eran la envidia de los
golosos, su noble ocupación, criar abejas. Don
Avendaño era conversador, sus charlas con Don
Crespo eran interminables. El medio de
movilidad más preciado para ambos era la
bicicleta. Claro en los años 58´ tener una
bicicleta era una gran cosa.
Los niños como en todos los tiempos
tienen siempre la necesidad de la presencia de
un personaje que les brinde la oportunidad de
experimentar la ambivalente sensación del
miedo y la valentía, y eso ocurría con doña
Leonor, una viejita cascarrabias que fue placera
por muchos años, su sorongo la hacía más
respetable, eso no evitaba para nada la
travesura de los niños de ir en su búsqueda y
provocar la reacción de la anciana.
Siguiendo el dictado de la memoria
uno puede encontrar cosas bellísimas, así me
parecía la casa de los Rueda, pegadita al arroyo,
doña Genovesa Rueda era una mujer muy
trabajadora, criaba gallinas, patos, gansos,

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

chivitos para las Navidades, tenía una parte de


su casa llena de dalias, el colorido de su casa
era realmente un espectáculo, era hermoso ver
a la mañana disparar a los animalitos cuando
ella los llamaba a comer, la melodía alegraba las
madrugadas, y estaba a cargo de la mejor
orquesta, relojes naturales llamaban a la rutina.
Por ese entonces ya era conocido
por sus canciones Huevito Helguera, en aquel
tiempo le decíamos Vilkika, él conocía palmo a
palmo el arroyo. Era un bohemio de la época,
tenía una hermosa costumbre cantar y cantar a
la hora que sea, inventaba canciones que los
amigos de su edad alababan y respetaban.
El arroyo era la vida del sector,
nuestro paraíso, el lugar de juego y más aún en
los días de tormenta, los chiquilines se tiraban
en cámaras de auto desde La Rioja hasta la
desembocadura ,sobre el río Chico, los más
audaces el Miguelito Leal, el Chicho Rueda , el
Vilkika, más abajo los Carnicer, Antonio Bahena
Los que venían del otro lado, es
decir de la Santa Fé arriba, por lo general
gozaban más mirando, que largándose, el Michi
Aramayo, Carmen Quispe, Quique Quiroz y la
Pocha Mendieta, Dani el mimado de la casa de
los Flores.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La Pocha Mendieta era mi


compañera de travesuras, terrible! dirían
nuestras madres, nos largábamos en bicicleta
cuesta abajo hasta parar a los Carnicer, y más
de uno salía corriendo.
En esos días de crecida, la música
del arroyo se transformaba en un temible
ruidaje, su fuerza desafiaba a la del río y
siempre como testigo, al fondo, arriba,
enigmática, la gran sala blanca de los Claros.
Los ojitos de agua eran la maravilla
del lugar y las anguilas el mayor entretenimiento
de los niños. Las chozas más lindas las hacían
el Chicho y Vilkika, que buscaban las mejores
ramas, las más grandes hojas de tártago para
cubrir el techo, las niñas colaboraban adornando
las mismas con plantitas de maravillas de todos
colores. Mientras los changos buscaban las
anguilas para cocinarlas.
Por todos los terrenos de la Vélez
Sarsfield del lado derecho del arroyo pasaba una
acequia bondadosa que permitía a los vecinos
regar sus huertas, Don Machaca era el
encargado de abrir la compuerta, avisar a los
de más abajo si había problemas, y cuando se
cortaba el agua los vecinos que vivían al frente
del arroyo sacaban el indispensable líquido con
unos tremendos tachos y los subían entre dos
con un palo atravesado, siempre me llamó la
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

atención que los chicos no nos quejáramos por


hacer ese trabajo, el más rápido era Raúl
Aparicio. Se hacían interesantes competencias,
quien terminaba más pronto la noble tarea de
regar primero las verduras, arvejas, habas,
papas, lechugas era el más respetado.
Era común ver los chacrales,
duraznales, todo lo necesario para el consumo
hogareño, luego las flores, dalias, arvejillas,
gladiolos, muchachos, rosas de todas las
variedades y en el tiempo de las frutas, el
entusiasmo era mayor.
Daba gusto ver los durazneros teñir
de rosado los cercos de las casas, en las
moreras se veían siempre colgando las hamacas
hechas por los mismos padres. Como los
terrenos por lo general eran grandes, alcanzaba
todavía para los gallineros que siempre eran
inmensos, el que se dedicaba a los gallos de
riña era Don Aparicio, cuando los chicos se
enteraban de las peleas, se pasaban la noticia y
todos nos poníamos detrás del alambrado para
ver el sangriento espectáculo.
El día que pasó la topadora para
abrir la calle Vélez Sarsfield, fue muy
significativo para el vecindario de esos lados, por
lo menos esa es la impresión que a mí me
quedó, entre el ruido atronador de la máquina y
los lamentos de las mujeres por sus flores, la
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

calle iba tomando forma, claro, los hermosos


jardines iban desapareciendo debajo de la tierra
y de las piedras, algo había que perder ante el
avance de la urbanización, las mujeres
desesperadas, trataban de salvar lo más
preciado: sus plantas, pero era inevitable, los
pétalos de todos los colores se resistían y
aparecían marchitos entre los montículos.
Pasando a la cuestión social, es
importante recordar que la reciprocidad, por el
cariño y por la necesidad, estaba presente en la
vida de todos los días, hoy aparece como
histórico cuando hablamos del “trueque”, y en
aquellos tiempo nos parecía algo tan común ver
esas formas de ayudarse, las verduras iban y
venían, los panes, las frutas, “se convidaba y se
aceptaba y luego se retribuía con algo” de la
manera más simple, de la manera más natural,
porque si no se aceptaba era considerado como
desprecio. Esto no pasaba desapercibido para
los niños, que, a escondidas de las madres,
solíamos intercambiar higos por bolillas, o
huevos por un trompo, o un quiquiriquí (gallito
enenano) por un pato o pollito, en realidad lo
lindo era experimentar la valentía de poder
hacerlo sin que los mayores se enteren, todas
estas actividades se hacían en el arroyo.
En esas épocas, por lo menos yo no
lo tengo registrado, no se hacían guitarreadas

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

tan completas como hoy, lo que sí se hacían


eran fiestas con música popular, quien siempre
se lucía con su combinado, de madera y sus
discos “de esos duros, negros”, era Quipildor, un
puneño que había logrado una buena posición
con el oficio de electricista. Los discos eran
comprados por supuesto en Casa Gasari, que
quedaba en la Alvear, atendida por un señor
muy bajito, bien puesto, amante de la musica
boliviana, El eco de “El Chañarcito” se
expandía por toda la cuadra, los niños ya
sabían que era día de propinas.
Sin ser la gran fiesta los niños
teníamos la suerte de tener nuestro propio
guitarrero, Huevito, quien se escapaba al arroyo
y allí se inspiraba, su canto siempre era extraño,
mezcla de llanto y de risa. Inventaba las letras y
por ahí alguna música, nos alegraba la vida.

(“Huevito Elguera” en la actualidad)

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Estaban también las familias serias,


reservadas, como los Ventura y los Manuel,
creyentes, siempre preocupados por la salvación
del prójimo, trataron de convertir a los vecinos,
Patricio, un hombre muy educado, solía andar
siempre con la Biblia bajo el brazo, invitando a
todos a las reuniones de la calle Salta, muy
pocos se convirtieron. Creo que las bendiciones
más grandes que recibió fueron sus hijos y
Rumalda, todos eran buena gente y muy
cordiales. El fondo de la casa de los Ventura
daba al arroyo, así que en su sencillez lo tenían
todo.
Y en medio de toda la dicha que la
naturaleza brindaba, inevitablemente
turbulentamente la presencia del progreso,
aparecieron las primeras radios transistores, el
que la tenía se sentía poderoso y era importante,
se veía los grupitos de muchachos escuchando
el partido para controlar luego la boleta de la
“polla” un juego que consistía en anotar
apostando a los equipos que ganarían en los
partidos.
Uno de los recuerdos más tristes fue
cuando en medio de la diversión de los niños
alguien dijo que habían escuchado en la radio la
transmisión del cumplimiento de la pena de
muerte de Carl Chesman. Eso fue muy
impactante y el comentario de varios días.

34
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Años más tarde, el pequeño aparato


difundía el enfrentamiento entre colorados y
azules, 1963 venía pesado para el país,
pasaban a cada rato en la radio los
comunicados. Alcira que tenía su hijo en la
Marina estaba pendiente de los acontecimientos,
hasta nuestro paraíso se vio amenazado,
recuerdo que nuestras madres por dos o cuatro
días, no nos permitían jugar en el arroyo, decían
que los Ejércitos “el 5°” y “el 20” se habían
levantado, que la gente de Ciudad de Nieva
venía para Cuyaya, evacuados, por supuesto
que para nosotros era toda una aventura, no
sabíamos que en Bs. As. Estaban jugando con
nuestro destino. La democratización de la
electrónica comenzaba y permitía además de
los placeres, enterarnos en cualquier lugar de
los hechos tristes y lindos que ocurrían en otras
partes. Los hombres se juntaban no solo para
escuchar los partidos sino también para saber
que estaba ocurriendo en otros lados del mundo.
Eran pocos los que escuchaban radio Minería,
para saber que estaba pasando al otro lado de la
cordillera de Los Andes.
En tema de deportes, el fútbol era
el preferido por los muchachos del barrio, eran
fanáticos de ese deporte los hermanos Candido:
Merengue, Dante, José, Juan, tenían unas

35
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

hermanas muy lindas Raquel que era jovencita y


la menor, Isabel.
Pero así como iba llegando el
progreso, todavía quedaban vestigios de épocas
pasadas, por ese entonces a mí me parecía
lindo, luego lo relacionaría con las fiestas del 25
de Mayo de la Escuela 23 de Agosto, poder
disfrutar por esos lados el recorrido de los
vendedores ambulantes, digo disfrutar porque
para nosotros era eso, no había cosa más linda
que ir corriendo detrás del aguatero “El Gringo”,
lindo hombre, y de muy buen carácter, dejaba el
agua en los tachos que los vecinos ponían en
las puertas con mucha anticipación, su demora
era motivo de enterarse de los últimos
acontecimientos del barrio.
El panadero, era otro personaje
inolvidable, solía recorrer las calles con su
jardinera pintada de celeste, a los niños les
encantaba subir en ella para poder tocar la
corneta, y sentir el olor a pan fresco, era la forma
de hacer notar su presencia. Su competencia
era el “panicachero”, un italianito duro para
hablar el castellano, que algunas veces venía de
Ciudad de Nieva. El lechero Torres era un señor
gordito, muy respetuoso y amable, vivía cerca
del arroyo, muy amigo de Gallo Pelao, un gringo
grandote, muy querido por su carácter
bonachón, su nombre era Rómulo Sanchez. El

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Sr. Torres fue un ejemplo de padre, sus hijos


son personas de bien, la más estudiosa era
Martita, hoy una profesora muy dedicada.El
pescadero tambien un gringo grandote pasaba
con su carro, por las calles de cuyaya.
Una señora que vendía “panza”,
“mote y pata”, a veces bollo, María Alarcón, era
una mujer alta, pasaba seguido, vendía mientras
daba “La Palabra” porque era creyente
evangelista, el pañuelo en la cabeza le daba un
toque distinguido.
No podía faltar el recuerdo de la
perrera, un camión con una jaula arriba, que
pasaba levantando perros, era el terror de las
mujeres y niños, quienes corrían con piedras a
los hombres encargados de tan ingrata tarea.
Un recuerdo muy lindo fue el día de
reyes, la gran noticia la trajo una niña que no
recuerdo el nombre, reunidos en el arroyo, ella
afirmaba que había visto a los reyes con unas
capas oscuras, que los tres habían bajado al
arroyo a pastar a los camellos, por supuesto que
todos estábamos felices de que por fin alguien
haya podido ver las figuras tan queridas, claro
que mucho detalles no teníamos aunque era
suficiente para alimentar nuestras fantasías y
seguir esperando los regalos. En realidad lo que
había ocurrido era que la montada, en uno de
sus recorridos por esa parte, y con el pretexto de
37
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

hacer descansar los caballos habían hecho un


alto en el almacén que colindaba con la casa de
la niña, que, ante los pasos de los caballos
pensó que estos eran los camellos y los
hombres de capas, los reyes.
La Montada pasaba seguido por
allí, eran policías por lo general arrogantes, que
subían y bajaban el arroyo y hacían seguido su
paradita en el almacén de doña María Aparicio,
de paso ojeaban la casa del Mulato Velasquez,
donde se juntaban a truquear los amigos y a
hacer política clandestina.
También en la casa de Zigarán se
hacían este tipo de reuniones políticas, allí se
reunían “Juan Carlos Guzmán, papá de Noemí,
Anita, Enrique y Miguel, también era infaltable
“Don Caceres,” sus casas siguen iguales desde
hace más de 60 años.
Más arriba, también encontrábamos
este tipo de familias luchadoras que siguen
hasta hoy pensando que las utopías son
posibles, criaron sus hijos con el romanticismo
de la naturaleza pero con el ideal de la justicia,
así recuerdo a “Don Simón Flores” y a sus hijos,
todos trabajando ya sea en el almacén o con el
taxi, a la familia Alemán, Olguita y Héctor, el
pintor, gente honrada y buena, al igual que doña
Juanita Loaiza de Arias, los Villarubia, los Jerez,
los Garzón y algo para destacar: sus hijos
38
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

buenos jugadores de fútbol ,creo que hasta hoy


siguen practicando el popular deporte, ellos
recordarán también el lugarcito preferido para
las travesuras, nuestro querido arroyo. Los
hermanos Esteban: Celia, Berta y El Viborero
también supieron gozar de sus aguas.
Uno de los muchachos que poco
disfrutó ese rincón de la infancia feliz fue José
Bustamante, de chico ya trabajaba con su
carnicería, que se llamaba ”Santa Fe”, él casi no
salía, si lo hacía era porque algo especial
ocurría, como por ejemplo aquella vez que se
cayó un camión cargado de gente cruzando el
arroyo, por la calle Santa Fe, que en ese tramo
todavía era angosta, así que los vehículos
debían pasar con mucho cuidado para no
desbarrancarse, en esa oportunidad todos los
chicos fuimos testigos de una angustiosa
situación, y más de uno se sintió héroe al ayudar
a los heridos ,por suerte no hubo que lamentar
vidas. José debe recordar esa historia porque
fue por los años 59 o 60, su carnicería estaba en
su mejor momento.
También Julito Piñero recordará hoy
el arroyo, el verde, las flores, solo que él en ese
entonces ya demostraba su dedicación y entrega
total al estudio. Julito como cariñosamente lo
llamábamos era respetuoso, callado, y muy

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

responsable más tarde sería un profesor de


excelente trayectoria.
Cerca de la casa de los Bustamante
y en plena esquina de Santa Fé y Avellaneda
don Mariano Flores y haciendo honor a su
apellido, tenía cubierta su casa de flores de todo
tipo, realmente era ese lugar un deleite para los
ojos, pero era impenetrable, él cuidaba su
preciado tesoro, así que los niños volvían a su
refugio a seguir jugando con el capricho natural
Así transcurría la vida de estos
vecinos al lado del arroyo. Hombres y mujeres
trabajadores, amantes de la naturaleza. Niños
en constante contacto con ella, sin juegos
sofisticados, se divertían con las cosas simples,
chacoteando en el agua, persiguiendo los
gansos de Genoveva Rueda, juntando
chicharras secas en los Ceibos o pillando
tuquitos, esos bichitos de luz que adornaban la
noche, solíamos ponernos en la ropa para que
quedara fosforescentes así el cielo bajaba al
arroyo, estrellitas fugaces por todas partes se
movían inquietas en medio de los matorrales.
Ese hilo de agua, fue el edén de los
niños, Huguito Bustamante, había encontrado en
él la inspiración para continuar pintando, porque
allí encontró el verde que había dejado por los
ingenios. Era el artista del grupo, todos los niños
solicitaban su consejo cuando de arte se trataba.
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Para mí fue el inventor de los


dibujitos animados, porque hoy me doy cuenta,
lo que fue para los niños en esa época contar
con nuestro propio cine casero, con unos dibujos
en serie, que los pasaba Neldo en una caja de
cartón ingeniosamente preparada con un palito
de escoba en su interior que hacía girar la tira,
Neldo hacía este trabajo mientras relataba el
argumento, los niños del lugar sentados,
calladitos escuchábamos y mirábamos
extasiados “nuestra televisión”, porque en esa
época no existía por nuestros lados ni sabíamos
de su existencia.
Otra diversión era cambiar las
revistas, esto se hacía en la casa de los
Bustamente, eran lectores de primera, los
jóvenes intercambiaban novelas y unas revistas
grandes que no recuerdo el nombre.
La perdición y la tentación más
grande era jugar al “tilín campana”, al margen
del arroyo, la competencia era quién tenía los
mejores tejos, algunos los hacían con chapitas,
otros con piedras chatas, y los más envidiados
eran los que se armaban con cáscara de
mandarina, se las cortaba en redondelitas y se
las atravesaba con hilo, luego se las hacía
secar. Estos últimos eran los que mejor
resultado daban.

41
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Las niñas, Mariquita Cruz, Martita


Leal, Silvia Rementería entrenaban su
coquetería poniéndose en los labios flores de
maravilla para que parezcan pintados, las que
menos se animaban eran Yiya, Amelia, e Inés.
Armar gallitos con las flores de
ceibo, hacer tortitas de barro, era todo orgullo,
nuestro taller de artesanía era ese: el arroyo.
En los días de tormenta, se
convertía en un laberinto de agua, porque nos
tirábamos desde la Roque Alvarado hasta el río,
pasando por todos los túneles de ese sector, sin
pensar que en otras partes del mundo sería
éste un deporte de ricos.
El pesebre de los Guerrero, la
dueña doña Pancha Guerrero, el pesebre
muchas veces acalló con su bombo las melodías
del arroyo en las adoraciones navideñas, los
niños se preparaban temprano para adorar. Los
días que menos visitábamos sus aguas era para
las fiestas porque salíamos de visita, era lindo
ver la hilera de chicos, adelante iban los
ángeles, y atrás los músicos, con los bombos y
las quenas. La gente salía y nos convidaba con
bebida. La canciones más queridas por los
niños eran las que en el descanso entonábamos
con gran emoción: “Como será en el cielo la
cunita de Jesús, será de blancos azahares, será
de bordado tul…”, luego alrededor del palo
42
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

trenzábamos y destrenzábamos con cintas de


colores. La más difícil para todos, era la canasta,
todas estas figuras formábamos con gran amor.
Si mal no recuerdo, una de las hijas de don
Romero y Paula eran las maestras de tan
hermosa tarea.
Al lado de la casa de doña Pancha
Guerrero vivía el Negro Acuña, gran jugador de
fútbol, era un mulato grandote, callado y bueno.
Otro hilo de agua muy importante es
el que se encontraba cerca del Pasaje Tala,
refiere Don Néstor Ramón Coca, nieto de
Clementina Montaño y Bartoloné Coca, que
“…había una acequia que pasaba por ahí por
el fondo, que regaba la parte esta de acá y
después había una acequia que pasaba por
allá, que venía a donde está la pasarela más
o menos, había una toma de agua que venía
de la cárcel porque como regaban la cárcel
entonces venían hacia un paredón, que
después era bañadero para todos los
changos había un sifón que entraba por la
defensa, había un caño que estaba donde
entraba el agua y venía por la Hipólito
Irigoyen pasaba al frente por la orillas de las
casas más o menos por Comandante de la
Corte y Constitución por medio de unas
casas pasaba una acequia y venía por orillas
de las calles hasta dirección del pasaje Tala

43
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

cruzaba por un sifón, por los caños, para


estos lados abastecía de agua a la pileta de
Tiros, llenaban con agua la filtraban y la
pasaban así, a veces se filtraban unas
culebras ahí estaban bañándose y salían las
chicas a los griteríos no eran víboras
ponzoñosas mordían sí, pero no eran
peligrosas, esa acequia iba hasta la cárcel
porque en la cárcel ponían verduras
entonces venían los presos con los guardia
cárcel eran los que limpiaban la acequia;
pasaba por Villa Lujan, en los sifones había
viejas del agua, sardinas, bocudas y anguilas
todo eso sacábamos de la acequia, todo eso
sacábamos de la acequia que ahora no hay
nada…”

SAN JUAN, SAN PEDRO Y SAN PABLO

Cuando llegaban las fiestas de San


Pedro y San Pablo, los niños juntábamos
pocotes en cantidad, porque era fácil
encontrarlos y reventaban como el mejor cohete,
todos los vecinos, en casi todas las cuadras se
afanaban por armar la fogata más grande, yo
creo que por ese entonces los niños no
sabíamos porqué, solo presentíamos que ya era
el tiempo, así que todos nos ocupábamos de
armar la “luminaria” para la noche. Nos ayudaba
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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

siempre “Don Zalazar”, traíamos los mejores


palos del arroyo y las ramitas que
encontrábamos al paso. Siempre el más travieso
era el Chicho, en una oportunidad a alguien se le
había ocurrido la idea de saltar sobre las brazas
cuando la luminaria se iba terminando, por
supuesto que esto tentó a todos los chicos, y
formábamos fila para demostrar nuestra valentía
hasta que uno de nosotros se cayó sobre el
fuego, “chamuscado” (apenitas alcanzado por el
fuego) y asustado salió corriendo, terminando
así el jolgorio.
En todas las esquinas las fogatas
iluminaban el barrio, las llamas se elevaban
como queriendo tocar el cielo, iluminar las
almas de los más desposeídos.

EL DIA DE LOS MUERTOS

A los niños nos gustaban estas


cosas, porque significaba una fiesta para
nosotros, significaba un acontecimiento social
medio contradictorio, sensaciones de alegría y
penas movilizaban nuestras mentes y alguna
cuestión de misterio arremetía por nuestros
corazoncitos inquietos.

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Esto jamás nos enseñaba en la


escuela, no era necesario, lo aprendíamos en
familia, en comunidad.
El día antes del 2 de noviembre
comenzaban los preparativos, las madres
amasaban con tiempo, distintas figuras, la masa
tomaba formas, todo con profundo respeto
porque las almas de los finados recientes
llegarían a visitarnos, entonces había que hacer
lo mejor, y en lo posible lo que a ellos les
gustaba.
Una vez los chicos emprendimos la
gran caravana, comenzamos por la casa de
doña Antonia Leños, había preparado de todo:
escaleritas, para que el alma baje y suba,
perritos, palomas, ángeles, los ojitos los hacían
con masa quemada, todo esto sobre una mesa
con velas, fotos, bebida, ”chicha”, vino, ginebra,
alcohol, de todo; en un descuido de los mayores,
los niños aprovechaban y sacaban lo que más
les gustaba. Luego íbamos a la casa de doña
Juana Quispe y allí hacíamos lo mismo.

Lo que siempre me llamó la atención


era que estas celebraciones terminaban en una
gran fiesta, porque recuerdo que ya todos
“tomaditos” levantaban las ofrendas, cada vecino
se llevaba una cantidad, intercambiaban lo poco

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

o mucho que tenían. Yo pensaba que


celebraban esto porque habrían sufrido mucho,
tanto el muerto como los deudos. Hoy pienso
que algo de eso hay, de tanto sufrimiento a lo
mejor morir es la liberación.

LOS VELORIOS

También los velorios nos parecían


todo un acontecimiento digno de ser recordado,
una vez fuimos a uno en la calle Rioja, había
muerto un angelito, todos los vecinos ayudaban
a hacer las palmas con las mejores flores que
eran traídas de la casa de don Avendaño,
ataban una por una a la palma hasta que iban
quedando seguras, las alas del angelito las
hacían con papel crep blanco y el niño o niña,
que creo era de Polo Quispe, estaba vestido con
una túnica blanca. En medio de esa tarea, las
mujeres mayores preparaban la comida, no
faltaban los guisos de “charqui”(carne seca), de
habas, el asado, al final un buen anchi (postre
dulce de semola) o una mazamorra, para todos.
Los cuenteros se lucían con sus
historias graciosas, entonces el dolor daba paso
al humor, entre vino y vino pasaba la noche.
El juego del botón era muy
entretenido. Pasaba una persona con el botón

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

en sus manos y hacía que dejarlo en las manos


de los que estaban sentados en el velorio, luego
había que adivinar en cuál de ellos estaba.
Los vecinos colaboraban, todos
traían algo, una botellita de ginebra, una
petaquita de coñac, una vela, un paquetito de
yerba, un bollo, carne, en fin de todo un poco.
Era la unión en las malas y en las buenas.
Recuerdo que a las mujeres
embarazadas no las dejaban entrar porque
decían que les hacía mal, el niño podía nacer
“ahicado”. Luego para curarlo había que meterlo
en la panza de la vaca, apenas carneada,
porque si pasaba mucho tiempo no hacía efecto.
Nosotros luego comentábamos esto como algo
gracioso.
Esas cosas nos quedaron muy
marcadas, no vimos luego con el pasar de los
años algo parecido, salvo en el campo o en los
sectores marginados. Parece que siempre las
costumbres de este tipo las practicaban los más
pobres.
Doña Marta Alemán recuerda: ”…El
servicio fúnebre lo hacían con una carroza y
tirada con 5 o 6 caballos…”
Doña Gregoria Mercado agrega algo
muy importante como costumbre de aquellas
épocas y dice: acerca del Luto:” cuando muere

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

un familiar por ejemplo la madre, eran tres


años de luto, el doliente se vestía todo de
negro se llevaba pañuelo, alpargatas, medías
todo negro”.

POR LA SANTA FE Y LA RIOJA

Hay personajes, que pesar de su


bajo perfil eran importantes en el barrio, el
peluquero que vivía al lado de los Aramayo, era

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

un hombre apuesto, elegante muy cortes y


respetable. Se supo poco de su vida aunque él
lo sabía todo, como buen peluquero estaba al
día de lo que ocurría, pero a diferencia de otros
él era prudente.
Los Aramayo también eran muy
conocidos en el barrio, el más mimoso “El Michi”,
era lindo y de ojos vivaces. Los Aramayo se
destacarían más tarde por su compromiso
social, en el club, en los gremios, en la justicia
en fin una familia muy nombrada.

(Imagen de la plaqueta recordatoria


que contiene la siguiente inscripción: “Querido
Michi: Rendimos este homenaje con el eterno

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

recuerdo del dirigente con quien transitamos


y compartimos muchas noches de boxeo.
Sabemos que nos acompaña en cada velada
deportiva. Con el cariño de ayer, hoy y
siempre”. Comisión Municipal de Box de S.S.
de Jujuy. Abril, 27 de 2007”.)
Por la vereda del frente vivía una
maestra llamada Sara Dávila, mujer fuerte de
voz gruesa y de carácter firme, recuerdo que el
barrio se sintió consternado por la forma de
cómo había muerto su hijito, pero allí no terminó
su drama, sólo era el inicio de un calvario para
esa familia, años después moriría su hija
Carmen, una linda jovencita de ojos verdes.
Yendo por la Rioja, hacia arriba
pasando el pasaje San José, vivían los Silisqui,
la madre, doña Julia una señora muy divertida,
hacía bailes muy lindos, comenzaban temprano
para los carnavales, se jugaba con agua y
exagerando, se metían a las mujeres en la
acequia que pasaba por el fondo de la casa, sus
hijos: Delia, Nati, Tincho y Beto, se deben
acordar hasta ahora de los encuentros de las
comparsas que por ahí se realizaban. El canto
de ellas todavía las tengo en el oído “Señora
dueña de casa, ay si, préstemelo su cuchillo ay
no”, eran comparsas con plumas de los mejores
colores, conformadas por grupos de jóvenes
muchachos, no habían comparsas como las de

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

ahora ni recuerdo desentierro ni entierro, esto


por los años 57-58 tal vez una mala jugada de la
memoria se está perdiendo una parte de la
historia.
Por esa época un amor muy grande
fue el que vivieron Emita y Miguel. Solían
frecuentar los bailes para el carnaval. En ellos se
destacaba un bailarín incansable de apellido
Choque, un hombre grandote codiciado por las
mujeres, que lo seguían de carpa en carpa, era
por los años 57´, en ese tiempo, por lo menos a
mí me parece ahora ,a la gente no le importaba
mucho la hora, cuando de carnavales se trataba.
Se divertían, comían, peleaban, las noches y los
días pasaban como si nada.
Las chicherías se llenaban, sobre
todo la de doña María Jerez, una mujer robusta,
casi siempre vestida de negro, solía verla
sentadas sobre una piedra, me llamaba la
atención por su pelo simbado hacia arriba como
una coronita, creo para las mujeres bolivianas
eso significaba estar casada.
Esto testimoniaba (Néstor Ramón
Coca):
“…Después arriba más o menos
entre la Rioja por la Santa Fe toda esa, ahí
habían dos o tres chichadas yo me acuerdo
que una era Silisqui y el otro era Cortés, creo
que era de la chichada que hacían ahí tipo
52
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

bailando la gente iba a tomar vino hacían


chicha y ahí se armaban el baile…”

La hilera de hombres y mujeres se


trasladaban luego hacia la casa de doña Teresa
Vargas, sus bailes bien carperos eran el lugar
preferido de los vecinos, su marido, un morocho
alto, tocaba el bandoneón hasta dormirse. Allí
llegaban muchos gauchos que manejaban muy
bien sus cuchillos, creo que es una de las pocas
cosas por lo que no le agradezco a mi memoria
el privilegio de recordar todo desde tan corta
edad. La casa de los Vargas quedaba antes de
llegar a Tiro Federal, era un campo bastante
extenso donde se practicaba “ese deporte” tan
especial.
Otro lugar de encuentro de los
gauchos era el almacén de un señor de apellido
Arjona, una casa que parecía siempre estar
cerrada. Otra casa misteriosa era la de don
Coca, por esos tiempos. Y la más linda, por lo
menos a los niños así nos parecía, era la de don
Zoilo Figueroa, porque allí criaba vacas, y hacía
más campestre esa zona.
Era referencia nombrar a los Liquin,
familia numerosa, trabajadora, una madre
espectacular tenían los Liquín, familia humilde
pero alegre, en aquel tiempo era orgullo tener
más de tres hijos, al igual que los Díaz. A la

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

primera familia Dios la premió con varios hijos


varones y a la segunda con unas morochitas
muy simpáticas.
El contraste de la zona lo marcaba
la presencia de casas bien construidas, a
diferencia de los rancheríos de esos lugares, la
casas del maestro Sala, la de José María Sadir,
hombre muy sencillo, honrado papá de Luciana
y de María Luz, más tarde tendría otros hijos tan
buenos como él, honró la Municipalidad porque
era un hombre justo, derecho, como pocos hoy
en día.
La casa de los Fascio, parecían
castillos inespugnables en medio de los árboles,
tuscales, barriales y algunos potreros. Yo
recuerdo a Alfredo ejemplo de hijo, era una
familia muy respetada al igual que la maestra
Carmela Ricotti, un ejemplo.

De la Santa Fe hacia abajo, una


parte de la Constitución parecía quedarse en el
tiempo, con carretas, tachos de leche, y , entre
todo eso “Don Burgos”, orgulloso de su destino,
vestido siempre de gaucho, de andar silencioso,
llevaba consigo, amenazante, un lazo colgado a
su hombro, daba orgullo tenerlo en el barrio. Sus
hijas serían profesoras con el tiempo. En su
casa tenía las carretas que se prestaban para el

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

día del Éxodo Jujeño, él se afanaba por


prepararlas lo mejor posible. La casa de los
Burgos creo que hasta ahora es una de las que
poco se ha reformado.
Por ahí cerca en una esquina la
casa de doña Anatolia Cabezas, familia muy
alegre y muy bien reconocida por el vecindario,
al frente Los Madueño, ejemplo de humildad, se
mantenían unidos, a pesar de todos los
contratiempos de la vida, padres compañeros de
sus hijas “La Cuca” y “La Mary”, se sentían muy
bien “protegidas” cuando iban a jugar al basquet,
eran otros tiempos….

LA ESCUELA 23 DE AGOSTO

Que lindo es traer al presente los


momentos más gratos que pueda tener una
persona, el lugar más bello cuando además del
saber uno encontró amor, dedicación y sobre
todo buena gente, eso representa hasta hoy el
espacio más codiciado: la escuela, en este caso
la Escuelita 23 de agosto.
“…En 1935 la Legislatura
provincial destinó recursos para la
construcción de una escuela en Villa
Cuyaya…En 1947, con motivo del 135

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

aniversario del Éxodo Jujeño, se la designa


con el nombre de “23 de Agosto”.
(Publicación “El Coya”, Pág. 3. Fecha 31-07-01).
“…El 23 de Febrero (año 1936) se
llevo a cabo la inauguración del edificio
escolar en B° Cuyaya. La bendición estuvo a
cargo del Obispo Monseñor Mûhn”. (Diario
Pregón, Pág. 2 de la Segunda Sección del día
29 de Noviembre del año 1994).
A veces resulta difícil escribir
cosas que parecen haber sido extraídas de un
cuento, no es para menos, pero los niños por el
año 59, deben haber sentido que vivían eso: un
cuentito cuando la Señorita María Angélica
Gutierrez preparó en el Jardín una fiesta
inolvidable, era un bosquecillo, con animalitos
de todo tipo, el canto que nos enseñó la maestra
de música acaricia hasta hoy mis oídos:… La
Blanca Paloma, La Blanca Paloma y el Pavo
Real, se quieren casar…se quieren casar…..”.En
esa fiesta se disfrazaron de hormiguitas: Adela
Peralta, hoy una extraordinaria enfermera
profesional y Sarita. De Pavo Real: Alfredo
Fascio, sus hermosos ojos verdes serían más
tarde la perdición de las chicas, de honguito:
Amalia Cabezas, prolija y aplicada desde
chiquita, el destino quiso que luego fuéramos a
parar al mismo barrio, Ciudad de Nieva, y
compartir algunos momentos de nuestra

56
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

juventud, pero el mismo destino fue quien guió


a Amalia (Liti) al jardín de los cielos para contar
su propio cuento de hadas a los ángeles más
bellos que haya conocido jamás, siendo todavía
muy joven. Sus padres Marcia y Alfredo tuvieron
otros hijos Piriqui, Carlos y Gustavito, era una
familia que aportó mucho a nuestra cultura. De
Cuyaya a las Nieves como se decía entonces a
Ciudad de Nieva, los Cabezas cruzaban el Río
Chico.

Litita Cabezas

57
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La Blanca Paloma era Lucianita


Sadir, sus ojos negros y grandes eran tan
expresivos que uno podía darse cuenta de sus
miedos, alegrías y enojos, la vida quiso que
fuéramos compañeras por todo el secundario.
Pupi, no recuerdo su apellido, era la más alta del
grado, era el hada del bosque, muy bonita. Los
sapitos eran Alarcón y Liquín, uno de los más
chicos.
Esa escuelita 23 de Agosto!!
Algunos nombres que quedaron para siempre
grabados en el rincón del encanto fueron la
Señorita Carmela, la Señorita Teresa de
Espada, la Señorita Tula, Muñeca, el maestro
Salas, la Señorita Vargas, la Señorita Sara,
todas ellas muy comprometidas con la escuela.
Como no recordar a la señorita
Carmela Ricotti, siempre impecable, Hada
Barreto, María A. De Jerez, Elvira Basutti de
Cuchiaro, Ana María Lacunza tan romántica y
tan dedicada, Rosita Canedi, Sara San Martín de
Barreto, Gallega Carrión, Rita Guerrero, el
maestro Roque Nicolás Salas brillante maestro y
mejor compañero, su figura alta, elegante lo
hacía imponente en los actos. Y la señorita Zire
Llapur de Caballero, tan mesurada, tan
“derecha”, tan prudente. A todos los alumnos
nos gustaba charlar con la Señorita Elva
Guzmán de Sánchez, una mujer humilde,

58
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

tranquila, su hablar pausado invitaba a


escucharla Estos son algunos nombres que
quedan en la memoria de los niños cuando la
escuela fue algo muy importante en sus vidas,
cuando brinda algo más que el saber
académico, sus maestras no pueden pasar
nunca desapercibidas. Hombres y mujeres en
una escuelita de barrio.
Las fiestas del 23 de agosto eran
espectaculares, no faltaba el Pericón en ninguna
de ellas, “La cortejada”, los carnavalitos y las
poesías interminables, de memoria, todo se
preparaba con gran dedicación.
La escuela tenía su propio ropero
con los disfraces más lindos de fiesta, los niños
no necesitaban comprar nada.
Se destacaban por sus habilidades
en la danza Marisa, hermana de la hoy muy
conocida Cristina del Valle, eran chicas muy
lindas y muy bien preparadas para presentar
grandes espectáculos ya desde muy niñas, ellas
se acordarán de la fiesta de la Salamanca que
se presentó una vez en la escuela con un éxito
total. Eran vecinas de Don Ruiz casado con
Coca, tenían un gran almacén en una esquina,
por esas cosas de la coincidencia también los
Ruiz fueron a vivir a Ciudad de Nieva.

59
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Una anécdota inolvidable fue la


visita de un mago, que lo llamaban Fumanchú,
hacía cosas increíbles, al punto de hacer ver a la
concurrencia como salían los huevos de gallina
de las personas que se comedían de subir al
escenario, el niño más travieso de esa época fue
el hijo de la Señora Carmela Ricotti, quien se
animó a pasar la prueba del mago, pero al ver
que le salían huevos de su parte trasera se puso
a llorar desconsoladamente.
En los recreos podía uno observar
como se formaban las rondas: “ Saltar y jugar,
andar por los aires, y moverse con mucho
donaire…,sola, solita, que la quiero ver bailar..”,
estos y muchos cantos formaban parte del
aprendizaje motriz, saltar la piola, el balero, el
trompo, eran el entretenimiento de esos tiempos.
A la salida, en las calles que tenían pavimento,
se veía con frecuencia niños haciendo
competencia con la ruedita que empujaban con
un alambre fino, enganchado a la ranura del
borde, o jugando a las figuritas, en eso consistía
la llegada tarde al hogar.
Esas cosas tenía la escuelita, esas y
muchas más. Hoy sigue firme, con otros
nombres, con otros cantos, con otras historias,
para los niños que pasaron por ella seguirá
siendo la escuelita linda del barrio querido.

60
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

En la esquina y al frente de la
Escuela había un almacén llamado ¡La Goyita!,
la dueña doña Gregoria Mercado dice:

”…Cuando yo vine a vivir en el


año 1942 tenia 6 años aquí los terrenos eran
baldíos había casas distanciadas, Cuyaya
terminaba en la Santa Fe ahí terminaba el
barrio para arriba eran tuscales (señala para
el lado de la ruta). Mi casa era como esta (su
casa es de ladrillos con chapa de
fibrocemento donde actualmente es el
negocio) al lado teníamos un ranchito de
madera con ventana a la calle las otras casas
eran de adobe. Yo iba a esta escuela, era
chiquita la escuela no alcanzaban las aulas,
por eso yo iba antes de llegar al esquina era
una casa de familia que le alquilaban a la
escuela ahí funcionaban dos grados. Todo
era muy estricto en la escuela la maestra nos
revisaba las uñas y se saludaba con el usted.
Una vez me acuerdo que me pinte las uñas
con lápiz cuando la maestra vino a revisar,
nos hacia poner las manos sobre el banco y
yo salí con las uñas pintadas casi me ha
quebrado el dedo con el puntero…”

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Sra. Gregoria Mercado en la actualidad

La Sra. Gregoria Mercado junto a sus compañeros


de curso en la Esc. 23 de Agosto

62
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

El “huevito Elguera” comenta: “…yo


iba a esta escuelita el nombre de la escuela
era “23 de Agosto” y debe tener más o
menos 70 u 80 años de construcción por, allí
pasaron la mayoría de la gente vieja de
Cuyaya…”

(Escuela 23 de Agosto en la actualidad)

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

GENTE HUMILDE, GENTE DE CUENTOS

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Por las mañanas, apenas el sol


acariciaba los techos, solían salir las mujeres
con los atados de ropa rumbo al río, pero había
una muy especial, le decíamos “la Mudita de los
Ocampo” solía lavar todo el día, ya era grande
por esas épocas, lavaba con fuerza , golpeando
la ropa sobre las piedras, en especial las
sábanas, manteles, tres golpecitos o cuatro y
luego exprimía, volvía a remojar, jabonaba
nuevamente y ponía al sol sobre las piedras,
rociando de rato en rato, hasta alcanzar el
blanco perfecto, luego pasadas unas horas
recién las enjuagaba, y a eso de las 17hs. o tal
vez 18hs. con la ropa semi seca ,en un atado
sobre su cabeza , regresaba a su casa que
quedaba casi frente al club Cuyaya, creo que
hasta ahora los Ocampos siguen viviendo allí.
Tal como lo describe una canción
Las lavanderas del río Chico esperaban casi
hasta el anochecer que la ropa por lo menos se
oreara, mientras tanto saboreaban el mate con
aroma a poleo, junto a sus hijos que regresaban
de juntar piquillín, chalchal o en el tiempo de las
moras, con la boca morada y la “panza
hinchada”, según decían las madres, por
comerlas calientes.
Personajes para la historia del barrio
fueron Tronquito y Chalona, el primero era
conocido pos los chicos como “el hombre de la

65
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

bolsa”, porque así lo catalogaban las madres,


que para amenazar a sus hijos por cualquier
travesura, aprovechaban la presencia de este
humilde hombre, cuya figura era tenebrosa,
mezcla de tonto y pícaro, era mudo, que en su
afán de buscar afecto, jugaba correteando a
chicos y grandes. Tronquito vendía berro, su
figura retacona a los chicos nos parecía
simpática, con los pantalones arremangados,
rotoso y lleno de barro recorría cada calle del
barrio. Era un bolivianito que ya experimentaba
por esos años la emigración como exclusión.
Chalona, era el ejemplo del hombre
desarraigado, un coya duro, usaba ojotas,
menudo, estaba siempre como enojado. Su
trabajo era vender leña, algunos mandados,
siempre lo veíamos pasar llevando bultos sobre
sus espaldas, entre corriendo y caminando, sus
ojos de mirada profunda decían todo lo que a
veces no podía expresar con su castellano
quichuizado.
De noche Chalona parecía un
duende, no se sacaba el sombrero para nada,
con la cara hinchada de un solo lado, por el
acullico, porque para él la coca era un artículo
de primera necesidad, adormecía el hambre y el
cansancio, además era parte de él ,de su
naturaleza. Su carácter era firme, él era
orgulloso y fuerte, trabajaba.

66
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Nunca supe de dónde venían estas


personas, a mí se me ocurría que no tenían un
lugar fijo para vivir, a los chicos se nos ocurría
que venían del río, aunque algunos afirmaban
que Chalona con su trabajo se ganaba un
lugarcito en cualquier casa.
Volviendo atrás, en los años, en el
58´, el cuento que circulaba por el lado de las
chicherías, (que se lucían con su chicha para los
carnavales), cerca de La Rioja, era el del
“Vampiro”, según decía la gente, era un hombre
que se transformaba de noche y chupaba la
sangre, vivía cerca del Corsario Rojo, don Adrián
Álvarez ayuda a mi memoria y dice “que estaba
ubicado en la calle Álvarez Prado entre Santa Fe
y R. Alvarado” donde algunos hombres
desahogaban sus penas buscando el placer,
creo que la gente inventaba esos cuentos por
generar temor a los que se acercaban por el
“pecaminoso lugar”.
Hombre de cuentos era don
Arebalos, un chileno que hacía mudanzas en
jardinera, el fue quien trasladó a mi familia de
Las Nievas a Cuyaya, entrando los 57´. Era alto,
de ojos amarronados, vivía por donde era Tiro
Federal. El tenía por costumbre contar acerca de
los “tapaos” y entusiasmaba a la gente con la
idea de que si encontraban alguno ,podían
encontrar tesoros que salvaría los malos

67
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

momentos y de paso los espíritus dueños de los


mismos dejarían de asustar, contaba siempre de
un terrenito que tenía en Reyes, donde según
sus deducciones, su mujer antes de morir habría
enterrado plata y otras cosas de valor, me
consta que inspiró a varios cuenteros ,ya que en
una ocasión tentó a unos hombres a embarcarse
en la gran aventura, por supuesto, no recuerdo
que algo se haya encontrado.
Tuve la suerte de conocer a don
Arjona, amigo de Pérez y Velasquez, habían
trabajado juntos en Termas de Reyes, en la
usina. Cuando tomaban unos vinos, recordaban
el tiempo de oro, antes del despido masivo. Los
tres solían juntarse y hablar con bronca del
General Aramburu, de Frondizzi, según ellos,
habían hecho mucho mal a la patria. En Ciudad
de Nieva, años más tarde supe que el nombre
de Pedro Eugenio Aramburu se lo habían
colocado a una escuelita del barrio homónimo.
Arjona vivía por donde ahora está la
cancha de básquet, un poco más arriba. Él decía
que de todos los ojitos de agua del lado
izquierdo del río ,el más peligroso era el que
estaba antes de llegar a la piedra blanca, de ése
no había que sacar agua, porque allí salía el
duende, un hombrecillo con sombrero grande,
que de noche jugaba solo en el río, por supuesto
que esto atemorizaba a todos los chicos ,sobre

68
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

todo si se quedaban hasta la “oración” jugando


en la playa del río, aunque algunos que solían
sacar agua de allí tenían el gran pretexto para
no ir en búsqueda del rico líquido natural,
cuando las madres los mandaban .
Es increíble como algunos
elementos de la naturaleza presten sus formas
y su vida para la construcción de los mitos del
hombre, en ese tiempo habían pocas pasarelas
desde Ciudad de Nieva a la banda ,así que la
gente cortaba camino por un zanjón que venía
desde el alto y desembocaba en el río ,camino
de todos los días de las lavanderas de las
Nievas .En ese trayecto, ya casi sobre el río, una
tipa enorme , según se decía, era el lugar ideal
donde "hacían asustar", sin embargo era
codiciada por los “changos” que molestaban
hondeando por esos lados. Otros que se
tentaban con los “cuchis”, así se los llamaba a
los chanchos, a pesar del cuento, muchos iban
desafiantes hasta la tipa, que de por sí sola daba
miedo.
Extraño destino, los más audaces
Hugo De La Barra y su hermano Aldo, siempre
osaban ir por esos lados, dispuestos a todo,
murieron años más tarde por decisión propia.
Algo terrible sucedió también frente
a la carnicería de Costilla , si mal no recuerdo, al
lado del bar de Gómez, justo al frente vivía el
69
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

mecánico Romero, papá de Ino, subiendo la


Avellanada, justo ahí el vinero que solía dejar su
tentador elíxir en el almacén del “Coya Alancay”
don Álvarez afirma que ese almacén “estaba en
la esquina de Constitución y José de la
Iglesia”,el vinero visitaba a los Cueva, en uno de
esos recorridos atropelló un perrito , según
decían las mujeres que estaban “haciendo la
cola” en la carnicería, lo arrolló pudiendo
esquivarlo, Lucía contaba que el hombre murió
de la misma forma a los días ,según ella, por las
maldiciones recibidas por su maléfica actitud.
El barrio tenía de todo, no faltaban
los que curaban del susto, al que tengo muy
presente es a don Zalazar, padre de Paula, era
un señor muy bueno, conocedor de todo tipo de
plantas, conversador y buen vecino, vivía frente
al ceibo grande de la Vélez Sarsfield. Curaba
con secretos y también con yuyos, recomendaba
zarza parrilla para limpiar la sangre, cuatro
cantos para el hígado, yerba de siervo para los
riñones, yantén para las infecciones, resina de
tipa para el dolor de muela, palán palán para las
heridas, por supuesto que las mujeres estaban
horas y horas hablando del tema. Don Zalazar
siempre alertaba a los niños de no tocar la
ortiguilla, y no molestar a los “ciérrate compadre,
ciérrate comadre”, una plantita pequeña, que
entretenía a los niños porque con solo tocarla

70
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

diciendo ¡ciérrate compadre, ciérrate comadre!


sus pétalos se cerraban, él afirmaba que si uno
molestaba mucho a la obediente plantita se
cansaba y no salía más, tal vez era una forma
de cuidar la naturaleza a la que él respetaba y
mucho.

71
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

El Poncho Vera fue un clásico


hombre para incluirlo en las leyendas de un
barrio. Él representaba la resistencia,
transgresor, justiciero por mano propia, creo hoy
que sabiendo o sin saberlo, se resistía a las
viejas prácticas aristotélicas de que lo
imperfecto debía subordinarse a lo perfecto
como teoría para justificar la esclavitud. Su
rebeldía quería demostrar que podía negarse a
la vida si ésta era solo un sometimiento simulado
a un sistema de dogmas, él no quiso ser
partícipe de otras lógicas de muerte, creo ahora,
que quiso buscar la suya, a su manera.
Cuando al lado del río Chico se
construyó la primera cancha de fútbol, un
poquito más arriba de la piedra blanca, el
pedacito de luna en medio del río, se destacaba
por allí como parte de todo ese paisaje, una
figura colosal ése era El Poncho, parecía un
indio, grandote, de cara angulosa, de pelo lacio y
largo, de una mirada dura, penetrante. Era
fuerte y muy amigo de los humildes, porque él
era un hombre humilde, se destacaba por ser
un buen jugador de fútbol, truqueador, y farrero.
Amante de la justicia, tal vez sin
tener tiempo para la reflexión , el Poncho no tuvo
la oportunidad de practicarla y hacerla practicar
donde correspondía, porque era muy inteligente,
según comentaba su amigo el Mulato

72
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Velasquez, podía haber sido de esos que una


sociedad necesita todos los días. El Poncho no
toleraba la trampa, ni en el truco ni en el sapo,
menos la infidelidad de los amigos, odiaba la
injusticia que sufrían los pobres.
Pude ver una vez frente a los
Carnicer, una pelea de hombres después de
tomados unos vinos, allí afuera, ante la mirada
de todos, el Poncho enfurecido como su río
crecido levantó entre sus manos a un hombre y
desparramó su humanidad por el suelo, nadie lo
podía detener, era buen peleador, pero el
Poncho conocía sus límites jamás llegaría lejos,
así que soltaba su presa y sacudiendo su
cabellera, al igual que un gallo de riña,
emprendía la retirada. Poncho tenía un gran
amor, una mujer menudita, que le llegaría a la
cintura, con ella tuvo sus hijos, y por muchos
años vivieron al lado del río.
Colabora con mis recuerdos el Sr.
Adrián Alvarez y agrega “el Poncho cuyo
nombre de pila era Teofilo Isaac trabajaba en la
policía de la Provincia, y me corrige que “por lo
tanto no usaba cabello largo”, ”La Sra. de
Poncho se llama Regina, vivía a la sombra de su
marido, llegaron a tener 6 o 7 hijos…”

73
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

MITOS Y CUENTOS

Don Néstor Ramón Coca cuenta


que: “…un muchacho amigo me vino a pedir
un rebenque porque dice que en la casa de él
había salido una duenda por que el tenía un
hijo eran como las diez u once de la noche y
el andaba en un caballito de palo de escoba
paseando por ahí y dice que ellos le decían
yo esta hora ¿cómo le decían? Bambino
¿qué andas haciendo bambino esta hora por
acá? no aquí ando jugando con mi amiguita y
no iba nadie y era la duenda que le
acompañaba a él pero ello no lo veían pero el
si la veía a la duenda no lo dejaba dormir acá
fue hasta el cura el padre Yopel (Jerónimo
Shonfeld) búscate hijo un curandero joven
porque yo ya soy viejo que se yo no tengo la
fuerza para trabajar en esto entonces fueron
a buscar una curandera en Salta, porque
fueron varias curanderas fueron las mismas
Legionarias a rezar la casa todo eso pero no
pasaba nada, buscaron una curandera de
Salta que era descendiente Brasilera vino
ella y le curo la casa…”

Don Jaramillo relata: “… ¡Uy me


acuerdo que una noche yo tendría 8 años,
que en el parque se veía y se sentía niños

74
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

jugando en la plaza con los juegos y seria ya


muy tarde se los escuchaba en la casa, y se
decía que eran los duendes. También dicen
los más viejos que en la plaza antes se
enterraban a las criaturas recién nacidas o
algunas personas muy queridas que no se
querían desprender, o las enterraban en el
fondo de las casas…”

Doña Marta Alemán nos dice: “…Me


contaba la señora Gringa Senzeno que ella
tenía una morera en el fondo de su casa, era
allí donde ella también los veía a los
Duendes, a ella la molestaban demasiado,
ella ya no podía más, no podía dormir de
noche, entonces tuvieron que traer un
curandero o un chirete para curar la casa…”

Emiliano José Puca (El Chango


Huaira), recuerda: “…decían que por parte del
polígono aparecían muchos duendes…de
que salen los duendes mi madre me sabia
decir que era los bebes prematuros. En la
plaza, en el arroyo, cuando bajaba el arroyo
en la época de lluvia se sentía llorar a niños
y mujeres. El mito de los músicos
jujeños…les cuento lo que me paso: se me
apareció un gaucho en un caballo blanco
toda la indumentaria era de plata yo estaba
tomando agua cuando de repente levanto la

75
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

mirada y lo vi pasar al gaucho en su


resplandeciente caballo me quise parar y
cuando y cuando me pude parar ya no había
nadie y por lo que yo les comente, otras
personas me decían que era MANDINGA el
DIABLO que se me apareció en forma de
gaucho…”

Por su parte, el señor Miguel Ángel


Roselli comenta: “…bueno esas historias de
duendes y esas cosas en todos lados se
encuentran ¿no?, lo que si escuche mucho
es que esta zona prácticamente era un
cementerio y parece que desde hace mucho
años venia la costumbre de sepultar a los
muertos sobre todo en las zonas elevadas
porque, claro la gente autóctona creía que de
esa manera le quedaba más cerca para llegar
al cielo y de ahí viene el nombre de “Cuyaya”
que significa lloradero, eso más o menos le
da una pauta de lo que era este barrio, era
una zona elevada de la ciudad de la
población de Jujuy así que parece que acá
era un cementerio, yo lo he comprobado por
que una vez estuve haciendo unos cimientos
y encontré las tumbas es decir las paredes
laterales a las tumbas, encontré dos, pero no
me dedique a excavar porque suponía que
mas que huesos no iba a encontrar…”

76
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La Sra. Gregoria Mercado comenta:


“…hemos visto nosotros ahí en la escuelita,
porque antes teníamos el ranchito con la
ventana para la calle, un día sentíamos a
llorar a un chiquito, se levantó mi mama a ver
que pasaba, “era un chiquito ahí estaba con
chiripita déle tirar como piedritas, como si
estuviera jugando a la payana, así en chiripita
lloraba, siempre salía en la escuela…cuando
tenía como 25 años más o menos estaba
durmiendo, me despierto y escucho correr
los bancos de la escuela “¡huu me dormido!
me levanto rápido salí a mirar por la puerta
¡ta oscuro la escuela! ,que ocurre digo!, le
aviso a mi hermana, “ah! esas son cosas
malas que están ahí” pero corrían como si
estuvieran limpiando las porteras… siempre
salía algo en la escuela. Había un portero de
la nocturna que me sabia contar que salían
los chicos y cuando estaba limpiando le
apagaban la luz, después otras veces estaba
abierta la puerta y se cerraba sola, dicen que
había un cementerio ahí…”

CASAS DE CITAS

“…hubo una vez por acá en el


año 60´ más o menos hubo en dirección al
club Cuyaya un poquito más arriba él era

77
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

amigo mío trabajaba en fabricación militar y


parece que estaba relacionado con un mozo
que trabajaba ese tiempo en un cabaret por
que los cabaret estaban de Gorriti para abajo
entonces como estaba relacionado con esta
gente por intermedio de él habían puesto una
casa habían cerrado los cabaret de ahí abajo
entonces este aprovecho, era la época que
estaba Guzmán de gobernador por que había
una ley que no permitía vender bebida
alcohólica así que para carnaval estaba
prohibido trabajaban de contrabando estuvo
un tiempito después lo cerraron creo que se
llamaba Amancay algo así no me acuerdo...”

El “Huevito Helguera nos comenta:


“…Cuando yo era niño existía el Corsario
Rojo que quedaba en la calle Álvarez Prado y
Santa Fe. Corsario viene a ser un jinete que
va galopando y Rojo porque es atractivo,
hasta el año 72´ estaba y si todavía está vivo
el dueño debe tener como 90´ años el
señor…”

Estas y otras anécdotas podrían ser


motivo de asombro y hasta de planteos morales
en una sociedad, pero nadie puede silenciar el
testimonio de quienes vivieron en el barrio
Cuyaya.

78
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

CAMINO DE LA ALMONA

Como ya lo había contado antes,


los gauchos hacían una paradita en los Loza,
pero eso era un decir, porque en realidad la
última era en el bar de los Jerez, y recién partían
con las alforjas llenas. Por ahí cerca vivían los
hermanos Salas, tocaban de muy jóvenes
distintos instrumentos musicales.

Ese era un lugar especial, al bar de


los Jerez lo atendía una señora llamada Benita
Tolay de Jerez, mujer muy linda de pelo negro,
de aros de oro, y un lunar en la mejilla que la
hacía más sensual, su marido no era mucho
menos, un morocho apuesto, peinado hacia
atrás. Allí se bailaba, sapeaba, muy raras veces
se truqueaba, Benita tuvo varios hijos varones,
en el cumpleaños de Pepe, cumplía 5 años,
debe haber sido, si mal no recuerdo, cerca de
los sesenta, lo que me quedó grabado eran las
botellas de chinchibila, algo tan preciado por los
niños, yo las tenía ahí, frente mío, cuando Cuco
Jerez el más grande las bajó, me parecía tocar
el cielo con las manos. Don Adrián Alvarez me
recuerda que el hermano mayor de Cuco se
llama Eustaquio.

79
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Otros negocios importantes eran


lugares de parada de la gente que iba para la
Almona y Juan Galán, así Néstor Ramón Coca
recuerda que “…había un almacén que era de
un tal Abraham no sé el nombre, que estaban
ahí a media cuadra, después los Nasif que
tenían otra verdulería y almacén que vendía a
los gauchos y tenían palenque en la puerta
donde estaban caballos y compraban
mercadería y era como la pulpería de ante no!
Vendían bebidas, vendían fiambre para que
coman y vendían ¿Cómo se llama? Vendían
mercadería, entonces los gauchos venían
ataban su caballo ahí y tomaban; primero
venían y ataban dejaban los caballos ahí y se
iban. El almacén está uno entre Comandante
de la Corte y la Marconi esa es la de
Abraham, de Nasif está entre Comandante de
la Corte y Constitución y la de Baena taba en
cerca de la Constitución y Avellaneda casi
esquina Avellaneda ahí estaba el almacén ahí
venían en caballo guardaban los necesarios a
veces sacaban las monturas que se la
guarden ahí y se iban hacer su diligencias al
centro los tribunales aunque en los
tribunales habían para que aten su caballo
ahí después cuando volvían se quedaban a
tomar vino a comer algo ahí compraban
mercadería para llevar a su casa y esa era la

80
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

gente que venía de la Almona de Juan Galán


todos eso…”
Volviendo al bar de los Jerez
ubicado más arriba de la cancha de fútbol, y
cerca de una garita de policía, que no era más
que una cacilla de madera, ese bar, tenía un
salón, en la parte de arriba, allí los gauchos
también comían unos ricos picantes y
escuchaban música. Los hermanos Jerez,
amantes del fútbol, eran de esos muchachos
entregados a la vida deportiva, de esos que
como el Negro Acuña, o Yuyi Garzón o Lucho
Valencia no dejarán de jugar nunca, cualquiera
de ellos podía haber sido famoso en grandes
clubes, pero permanecen allí, no abandonan sus
colores. No muy lejos del bar se destacaban las
casonas de los Gringos, gente que no se metía
con nadie, la de los Álvarez Prado, parecía
colgada de la barranca, con pinos y otros
árboles. Por esa época ya vivían por esos lados,
un poco más arriba Miguel Quispe, la familia
Vacaflor, los Gareca, Froilán Flores, sus casitas
eran sencillas pero llena de árboles, frutales y de
vida.
El camino a la Almona tenía una
magia, su misterio tentaba a cualquiera a
recorrerlo en las tardecitas. Caminar bajo sus
árboles gigantes, observar los helechos
colgando como saludando al que pasaba, y el

81
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

trinar de las avecillas, invitaban a descansar


mirando el cielo, buscando en la alturas la
trascendencia, los sueños que daban las fuerzas
para continuar viviendo.
En las noches calladas cuantos
gauchos habrán buscado en su recorrido un
lecho verde negruzco para dormitar, recostados
sobre la luna llena y tapados con un manto de
estrellas, sin faltar una melodía simple, que les
adormeciera el alma: el croar de las ranas y las
buenas noches de los grillos.

EL RIO CHICO

82
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Además de las lavanderas, eran


parte del paisaje los pescadores, que solían
venir de todas partes, algunos con cañas, otros
con redes, con botellas con pancito adentro,
algunos traían arpones y los más “cancheros”,
sacaban con la mano las viejas, las yuscas,
hasta las anguilas.
La gente de Cuyaya no necesitaba ir
de picnic a otros lugares, el río sobraba y el
agua transparente invitaba a las familias a
quedarse todo el día. Los sauces hacían del río
un lugar paradisíaco, sus ramas caían hasta
acariciar el suelo, los helechos de todo tipo, y el
pasto verde servían de alfombra en los días
calurosos. El berro era algo que se ofrecía al
paso, pero la gente no abusaba, lo cuidaba al
igual que la leña seca, tan indispensable para
hacer el asado.
Parte del paisaje, como lo conté
antes, era la Mudita de los Ocampos, una
señora grande parecía del norte era buena y
juguetona, tenía un palo grande para correr a los
traviesos o para correr a los perros. Ella lavaba
la ropa y las extendía a solear por largas horas,
todas las niñas apreciaban su labor. Entre las
piedras quedaron las gotas de su sudor.
El entretenimiento de los niños y
padres era hacer los bañaderos, juntar flores,
pichana amarga o el romerillo, éste último era
83
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

veneno para las vacas o cualquier animal que


las comiera, ambas plantitas servían para limpiar
el horno de barro. Otra de las plantas
interesantes que se encontraba a lo largo de
todo el río era la “peladilla”, curaba las heridas
“damas de noche”, una enredadera con una flor
grande, blanca.
Los muchachos más audaces se
internaban a buscar corzuelitas, o simplemente a
hondear, a buscar tordos, mirlos, el chalchalero,
la chisca, por supuesto, eran otros tiempos.
Los bañaderos más famosos eran la
piedra blanca, allí aprendían a nadar los
bandeños, porque era bastante hondo, allí
jugaban Alicia Patrón, Amelia, Mariquita Cruz,
Noemí, Gladis, infaltable el Viborero Esteban.
De la piedra blanca, los chicos
extraían lo que llamaban Pulloy, que molían
hasta transformarlo en polvo, juntaban en una
bolsa que luego llevaban a sus casa para que
las madres lo usaran para dar brillo a las ollas,
de esa manera justificaban la tardanza en el río.
Ir 5 Km. más arriba de la Piedra
Blanca o como la decían también Pulloy (una
marca de un limpiador en polvo) era ya una
gran aventura, muchos iban por el camino de la
Almona, y bajaban directamente al hilo de agua
maravilloso.

84
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La Sra. Rosa Ocampo recuerda que:


“… venía gente de todas partes para bañarse
en el río por el balneario que hacían los
propios chicos. Estaba la “piedra blanca”, de
esa piedra se sacaba de a pedazos, se molía
y se hacía “pulloy” para limpiar las cosas de
metal…”

Sra. Rosa Ocampo


La Sra. Ocampo, quien actualmente
vive al frente al Club Cuyaya, era enfermera y
algunas veces oficiaba de partera, comenzó su
actividad cuando tenía 22 años, “…empecé en
el hospital San Roque y luego me trasladaron
al Pablo Soria, era más enfermera por
práctica que por teoría, yo participaba de
todos los cursos que daba el hospital…”

85
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Cuando el río Chico crecía, sus


aguas, enfurecidas, traían todo lo que
encontraban a su paso, Ceibos, tuscas, gallinas,
patos, palos, cercos, por supuesto que si alguien
se animaba a cruzar era inevitablemente
arrasado. Los truenos se confundían con el
ruidaje de las piedras, a los niños y grandes se
les ocurría que era el diluvio universal, algunos,
con esa sensación extraña, mezcla de miedo y
alegría, salían a calmar su curiosidad y se
paraban sobre la jaula de piedra que resistía
firme la creciente.
Pasada la tormenta, salían los
chicos detrás de sus padres a ver la maravillosa
vena de la naturaleza, tiraban tronquitos y ramas
porque era mucho para que los barquitos de
papel resistieran por largo tiempo. Mirando hacia
arriba, los pastos parecían más verdes, y los
pájaros entonaban sus trinos igualando al
griterío de los chicos.
A medida que las aguas bajaban,
aparecían los pescadores y los muchachos con
sus gomas de auto se tiraban río abajo,
simulando ir en una lancha, Antonio Bahena, a
pesar de ser un niño muy casero en aquellas
épocas, se largó una vez ante la mirada de los
vecinos rumbo a la aventura del río.
Del lado de arriba venían los Liquìn,
Los Vaca, Los Vargas, El Negro Guerra, Los
86
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Zenteno, Los Benencia, y tantos otros amantes


de las maravillosas bondades de la naturaleza.
Los Fascio se acercaban pocas veces, ellos
jugaban más en la sala donde vivían unos
gringuitos si mal no recuerdo Recchiuto. Era una
sala grande rodeada de eucaliptos.
Mi viejo barrio tenía olor a tierra
mojada, sus verdes variados invitan hasta hoy a
la esperanza, las campanillas violetas,
maravillas de todos los colores, todavía están,
solo esperan que las niñas como en otros
tiempos enhebren una por una sus flores en los
palillos de gramilla para armar las coronitas y
adornar sus cabezas.
En las noches pararse en la defensa
a mirar nuestro río era bello, el alma tranquila,
se conectaba con el cosmos, agua ,cielo y
tierra, la luna reflejada en el río invitaba al poeta,
al enamorado a soñar despierto, era fácil
colgarse de ella, subir a su vientre tiza y volver
más romántico.
Cuando se es niño llama la atención
ver a los enamorados caminar por las orillas del
río, así recordamos a la Japonecita (Ester
Rementería) y a Huguito Ramos, a las hijas de
don Romero, a las hijas de don Guzmán, a ese
amor tan simple de Lidia Patrón y Santos
Sánchez, a quien por un tiempo se lo veía
entregado al dolor en la copa del lamento,
87
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

deambular por las calles seguramente sin


superar la pérdida de su amada, agrega don
Adrián Álvarez que Santos Sánchez único
sobreviviente de los tres hermanos varones,
actualmente es un hombre que dejó la bebida
hace años y en compañía de sus hijos trabaja.
Alicita. Carmen y Horacio, como buenos hijos de
Lidia le siguen peleando a la vida. Son
excelentes personas.
El río Chico era testigo de los
amores, sus aguas enternecían las miradas y las
campanillas violetas se deslizaban entre los
dedos de las jovencitas hasta desplazarse por
sus aguas llevándose las promesas que
regresarían soñadas en gotas de lluvias de los
veranos.

88
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

LA PLAZA CONSTITUCIÓN DE 1853

El día 02 de Mayo del año 1956, el


entonces Sr. Intendente de la Ciudad de S.S. de
Jujuy, Ing. Eduardo Morera, sancionó la
Ordenanza N° 64/56 mediante la cual se
denominó “Constitución de 1853” a la plazoleta
situada entre Calles Nicolás Avellaneda, San
Juan, Constitución y Dr. Mariano Gordaliza.

89
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Ordenanza N° 64/56

Es difícil recordar a todos, pero me


quedan muy fresquitos algunos hechos que en
cualquier cabecita de niño se impregnan por lo
placentero, gracioso o triste. Tengo presente
por ejemplo a doña María Delgado, mujer
dedicada a la comunidad, ella era la encargada

90
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

de tocar las campanas de la iglesia, dar el


catecismo, y de atender todos los asuntos de la
cuestión religiosa.
Doña Marta Alemán recuerda que:
“…cuando llegamos al barrio no había
asfalto, yo vivía también frente a la plaza,
donde había una mora grande, donde
dejaban atados los animales cuando la gente
que llegaba de la Almona para el trueque que
se hacían en la plaza con queso, fruta,
mote…también estaba el que traía el pan le
decían cachero el venia a caballo a vender,
también venia una señora con aspecto de
gente campo con trenzas y pollera trayendo
una burrita que la ataba al mástil de la plaza
y vendía la leche de burra a 10 centavos el
vaso. Las calles era subidas y bajadas y de
tierra prácticamente era un monte, el dueño
de todas estas tierras era Ernesto Claros
habían muchas tusca, mora, pocotes, y
chalchal…”
De los vecinos más viejos recuerdo
a Don Mosquito Cáceres, así lo llamaban, vivía
en la calle San Juan, en la esquina.
Al frente de Mosquito don Máximo
Romero, uno de los más antiguos del barrio, él
era el encargado de arreglar radios, que según
palabras del mismo Mosquito Cáceres, heredó

91
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

de doña Máxima Romero un lindo terreno que


terminaba casi en el arroyo.
Doña Lucinda Ocampo de
Cáceres recuerda que “…la calle José de la
Iglesia era un sendero, de tierra y pasaba una
acequia, mi familia vivió aquí desde el año
33´, actualmente vivimos en la esquina de la
José de la Iglesia y Comandante de la Corte,
nuestros vecinos eran la familia Nasif, Zoila
era la esposa de Jacobo Nasif, tenían un
terreno grande y eran vecinos de los Flores…
antes se acostumbraba comprar los terrenos
grandes para poder tener junta la familia, así
hacían todos, respecto a los Flores, el padre
era el albañil del barrio trabajaba la piedra y
los frentes de las casas…el barrio se destaca
por tener la mayoría de las casas los frentes
de piedra este señor ya falleció…

Casa con frente de Piedra

92
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

“…recuerdo que en los años 37´ y 38´


se hizo la defensa de Hipólito Irigoyen… el
barrio también tenía un carpintero se llamaba
Rafael no me acuerdo al apellido. La familia
Pimentel era una también de las más viejas
en el barrio... por la esquina de mi casa
pasaba una acequia donde la gente, las
mujeres lavaban la ropa…la escuela estaba
ubicada en la casa de los Sánchez, su
primera directora era la dueña de casa y se
encontraba ubicada en la calle Comandante
de la Corte y Santa Fe…”

Sra. Lucinda Ocampo de Cáceres

93
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La Sra. Lucinda es esposa de quien


en vida fuera el Sr. Tuchi Cáceres, que fue
Concejal y Diputado, actualmente tiene 75 años
y vive en este barrio que ella quiere mucho, la
acompañan sus queridos perritos, tiene una
guardería de cachorros aquí y otra en Juan
Galán.
La Sra. María Pimentel, cuenta que :
“…mis padres compraron este terreno y
junto a mi familia seguimos viviendo en la
casa de mis padres, cuando yo era niña, solo
vivían 6 familias muy distantes, los terrenos
eran grandes, compraban siempre pensando
en los hijos, las casas eran a medio
construir, eran de adobes y los frentes de
piedra la mayoría de la casas estaban con
enredaderas y las campanitas los fondos de
la casa tenían pequeñas huertas de perejil,
zapallo, cebollín, papa, y todas las casas
tenían aljibe de donde sacaban el agua, el
señor Sandalio Flores era el que hacía con
piedra los frentes de las casas este señor ya
falleció por eso que el barrio hay tantas
casas de piedra…la plaza estaba muy bien
conservada y tenía muchos juegos…la
Iglesia, se construyó cuando don Claros
dono el terreno, se empezó a edificar en el
año 69´, también por el año 58´ se construyó
la pasarela que comunica Ciudad de Nieva,

94
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

en el año de la gobernación de el Dr. Horacio


Guzmán, el barrio eran lomadas, subidas y
bajadas en cada esquina, la escuela
funcionaba en la casa de familia Sánchez,
también prestaba su salón a la liga de
madres para hacer las Kermés y festejar el
día de la madre y se utilizaba como salón
parroquial…”

Reunión de la Liga de Madres en el Salón Parroquial

95
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Sra. María Pimentel junto a su padre en la Calle José de la


Iglesia

Al frente de la plaza vivía y casi en


la esquina doña Teresa Leaños, la casa
pertenecía a Federico Alba, la familia Leaños
darían el arte al barrio, no recuerdo exactamente
cuál de ellos, pero sí estoy segura que Julia
Leaños era la fiel representante, de la familia y
del barrio.

96
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

El “Huevito Elguera” recuerda que:


”…los carnavales se hacían en la plaza,
frente a la Iglesia, fueron los mejores
carnavales que yo viví, la gente venía de
traje, la gente bailaba, era con orquesta, se
traía un bandoneón, una guitarra, y un
bombo y si no, venía la orquesta de aquella
época, eran “Los Manes”, se traían los chori
y la carne y se hacia la fogata, eran
impresionantes los bailes, era por eso que se
caracterizo y eso fue hacia los 70´ y algo de
los 71´,72´, después ya se hizo en el club…”

El bar “La Cambicha” era una


casona que quedaba frente a la plaza en
diagonal a la iglesia, “sus dueños eran unos
tarijeños (aporta don Adrián)” , allí se juntaban
a escuchar música y a comer unos ricos
picantes de pollo, hombres y mujeres, el galán
era un señor de apodo Yupanqui de apellido
Martínez, con peinado a la gomina, alto y muy
bien vestido, no sé si mi memoria da para tanto
pero tengo grabado su traje negro a rayas, con
el pañuelito en el bolsillo, venía de Ciudad de
Nieva, de una de las familias tradicionales de
ese barrio: Los Martínez. Yupanqui era solitario,
callado, tenía varios hermanos pero él era el
más arreglado. Dice don Adrián Álvarez: ”…El
Negro Yupanqui Martinez trabajaba en Radio
Jujuy de la Calle R. de Velazco, era

97
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

compañero de Carlos A. Guerra y Roberto


Lamas(Radio-operadores) que vivían en la
calle Gordaliza, por eso la amistad con la
barra de Cuyaya”
Mujeres dedicadas enteramente a
sus hijos es el registro que de esos lados tengo,
por ejemplo doña Fany Alba, madre del Zurdo
Alba, vivían frente a la plaza, la dedicación de
esa mujer por esos hijos era ejemplo para la
época y lo seguiría siendo para estos tiempos
por su bondad y rectitud.
La señora de don Cáceres, madre
de Alfredo y Mariquita, excelentes personas y
mejores hijos. La señora de Medina, la señora
de don Romero, la mamá de Huguito Castaño, la
señora de Jaramillo, del relojero Castillo, en fin
podría seguir nombrando a tantas otras que
criaron sus hijos con tanto amor. Ellas
participaban de las actividades de sus hijos,
dirían hoy “si esa plaza hablara”.
Doña María Delgado eterna
cuidadora de la iglesia y catequista su entrega a
la comunidad fue inmensa, no tenía descanso,
los niños siempre la seguían como polluelos y lo
mejor, seguían sus consejos
Pero también hubieron hombres que
son hasta hoy ejemplo de padre, don Hipólito
Marquez. También don Figueroa, trabajador

98
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

incansable del correo. Y muchos otros, que en


otros anecdotarios seguramente serán
nombrados por quienes los recuerden. El
almacén de Bahena era famoso por ser el más
surtido, allí se podía encontrar desde telas hasta
los más avanzados artefactos que necesitaba el
hogar, quedaba justo al lado de la casa del
herrero Carnicer. Don Bahena tenía dos hijas
Adita y Delma eran mujeres muy bien
arregladas, y muy serias, uno diría unas
señoritas de la época. El almacén que después
le hizo competencia era el que estaba justo al
frente de la plaza por la calle San Juan, de
Zensano, al lado vivía doña Tereza de Delgado,
mujer simple que en sus últimos años se dedicó
al deporte. Otro almacén importante era el de
los Mercado al frente de la casa de los Nasif y
según don Adrián Álvarez “mucho antes estaba
el almacén de los Abraham conocido como
“DE CHEQUE” apodo que recibía uno de los
hijos integrante de la barra de cuyaya”
La barra de don Cáceres eran
David, el Coya Alancay, Juan Choque, Rivas el
guitarrero del grupo y el Mulato Velasquez,
buenos sapeadores y truqueros ,pero ,se
juntaban solo para divertirse sanamente, el
humor los acompañaba siempre, de allí los
apodos por ejemplo el de “Santo Descascarao”,
así lo llamaban a don Figueroa, el otro guitarrero

99
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

del grupo. La plaza más tarde era el lugar de los


carnavales, allí se realizaban los bailes,
recuerdo al relojero Castillo disfrazado
persiguiendo a los niños diciendo: “tomen la
sopa, tomen la sopa” o al gordito Oscar Segura
disfrazado de maestro, más tarde esa sería su
profesión definitiva, desde chico la llevaba en el
alma. Lo que siempre envidiamos todos era su
acordeón.
Tampoco olvido a las personas que
cumplieron muy bien con su trabajo, así por
ejemplo el terror de los niños, el enfermero
Morón, no estoy muy segura si antes o después
de la enfermera Mercado ,una señora alta muy
dedicada a su profesión, la salita de primeros
auxilios quedaba en la José de la Iglesia antes
de llegar a la calle Constitución, allí mismo
atendía en la parte de adelante un zapatero de
apellido Avila, era un boliviano, que hoy podría
estar muy a la moda, por aquellos tiempos él
llamaba la atención porque se rapaba, así que
eso lo hacía más gracioso todavía. La gente de
Cuyaya, se concentraba en la plaza, algunos
recuerdan casi todos los nombres que
construyeron la historia del barrio, así por
ejemplo nadie olvida a la familia Argote en la
esquina de la José de la Iglesia y la Comandante
de la Corte.

100
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

EL CLUB

Pasando al tema deportivo fueron


pioneros: Los Nassif, Mur, el mismo Hipólito
Marquez, don Caceres, Don Quispe, que no
dejaban de ser buenos jefes de familia por
dedicarse a tan noble tarea. Esos hombres que
merecen ser recordados por su bajo perfil,
ejemplares, de convicciones y con ideas
orientadoras en la construcción y progreso de la
comunidad.
Lo que tengo muy presente es que
en ese barrio el aporte de René Aramayo fue
101
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

muy valioso, no mucho menos el de José


Navarro, hombre ejemplar y buen docente, Pepe
era al igual que René incansable, ambos fueron
personas sencillas, humildes, de un gran
corazón, supieron trabajar desinteresadamente
por su comunidad, por su querido club Cuyaya.
El “Perrito” como cariñosamente se lo llamaba,
era el orgullo del lugar, pausado, prudente,
honesto, eso era, sencillamente eso, todos
dirigentes de alma, de esos que hoy poco se
consiguen.
Una historia aparte, la función que
cumplían estos hombres además de dirigentes
de del club entrenaban a veces en la plaza,
porque allí se armaban los equipos, las más
destacadas eran Gladis, Negrita Marques, las
chicas Nasif, Silvia y Raquel, una callada y seria,
la más chica de carácter fuerte, ambas muy
lindas, las hermanas Mur, más tarde Pocha, las
Madueño, creo por esa época que Elvita Plaza a
pesar de vivir por allí cerca, jugaba de Tiro, por
una cuestión de fidelidad.
“…El día 15 de Junio (año 1937), en
una reunión que se llevó a cabo en un local
cedido por el Señor Ángel C. Alba, se reunieron
los siguientes vecinos de Villa Cuyaya: Ángel
Gerez, Federico C. Alba, Alfredo Cáceres, Ángel
R. Alba, Rosario J. Cari, Ramón Agûero, Bautista
Vivero, Benancio Guerra, Adolfo Molina, Aurelio
Surlín, Menigno Ayala, Alfredo Díaz, Guillermo
102
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Surlín, Eusebio Romero y otros para fundar un


club deportivo para la práctica del fútbol, siendo
elegido presidente provisorio de la asamblea, el
señor Ángel Gerez. Por mayoría se decidió
denominar a la institución en formación con el
nombre de “Club Atlético Cuyaya” en homenaje
al barrio”. (Diario “Pregón”, Pág. II, 2° Sección.
Fecha 29-11-94)

Walter Nasif, actual presidente el


“Club Cuyaya”, comentó que el club tiene 71
años de vida, fue fundado el 15 de junio de
1937, datan algunas actas de que en realidad la
fundación del club había sido el 14 de abril de

103
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

1938. Los motivos por los cuales figura la


primera fecha, quizás sean por
desentendimiento de la gente del club, pero
oficialmente se toma el 15 de junio del 1937. El
club es una institución que tuvo varios
presidentes reorganizadores. Varias familias
estuvieron tratando de reorganizar el club hasta
que llego el señor Vargas en el 89´. “…en el
2002 me incorporo yo, siempre ayudaba al
club en distintos aspectos ya sea en boletería
y en otras actividades y fui escalonando de a
poco pero no era algo competitivo llegar a
presidente sino era el desempeño de cada
uno, yo involucré a mi familia para estar, mi
señora lavaba las camisetas y mis dos hijos
juegan para el club, yo también lavo
camisetas; aquí van a ver pelotas de fútbol
de basquet siempre; esta institución es muy
distinta las otras que tienen muy bien
organizado el club y que tienen personas
adecuadas para cada rubro…” “el club está
muy contramano, los colectivos no vienen
para acá los dejan en el puente Lavalle o el
lago Popeye entonces no hay material
humano para proveerle al club, a pesar que la
primera esta nutrida de los jugadores de
todos lados, de los barrios Islas Malvinas
Santa Rita, Alto Comedero… lo que nosotros
queremos lograr es que todos los jugadores
o la mayoría sean convocados de acá del

104
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

barrio, yo creo que es la finalidad del club,


es darle el albergue, la protección al barrio…
las canteras o inferiores de novena y octava
son puras de acá, de Cuyaya, gracias a la
escuelita municipal que funciona acá en la
placita, ellos van formando jugadores,
nosotros los inscribimos, como ser en este
año inscribimos jugadores para la novena y
gracias a Dios todos son chicos de acá yo
creo que la finalidad del club es darles la
contención que necesitan....”

La sede social del club tuvo varios


lugares. Antes, estaba en el pasaje Tucumán
(que hoy en día es el Pje. Tala) y José de la
Iglesia, allí funcionaba. Originalmente el club se
llamaba “9 de Julio”, y estaba en la que entonces
se denominaba “calle 9 de julio” y que hoy en día
es la Gordaliza.

“Los entusiastas de formar un


club de verano (porque antes era de verano
nada más), usaban una camiseta de color
azul, eso es lo que mi padre me conto y que
un buen día decidieron tomar el nombre del
barrio para el club y para elegir los colores se
disputaron muchísimo y se eligió el blanco y
el negro, porque en esos tiempos el equipo
más grande de América era Olimpia de
Paraguay que tiene la misma camiseta del

105
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Club Atlético Cuyaya, entonces de ahí se


toma los colores para la institución”.

En el año 1979 u 80´, empezaron a


edificar el club, estaba el señor Méndez, el club
era enorme, “…después empezaron a hacer
los tradicionales bailes, porque antes se los
hacía en la plazoleta se la cerraba bien con
lona y se hacían allí, venían orquestas de
Buenos Aires, Donato Raciatti, el grupo
Serpentina y muchos grupos a nivel nacional,
el carnaval era fabuloso, vieron grupos de

106
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

rock, después se volvieron tradicionales los


jueves de comadres que junto con los
veteranos los organizábamos…”

Doña Gregoria Mercado recuerda:


”… la sede del club era aquí en la José de la
Iglesia esquina pasaje Tala, cuando hacían
baile cerraban las calles y hacían ahí el
carnaval, había un señor que le decían
Chuspudo, ahí hacían los bailes del club, las
comparsas eran muy lindas todos
disfrazados...”

107
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Don Héctor Alberto Jaramillo,


propietario de la imprenta Minerva, empresa
familiar que funciona desde el año 1923, nos
comenta que “…el que diseño el club fue el
Ing. Rómulo Ramos, el estaba en la primera
presidencia y la primera comisión. El club se
construyo dos veces, el primero funcionaba
en la calle el Tala esq. José de la Iglesia y
luego se trasladó donde es actualmente con
la presidencia del Sr. Aramayo…el club fue
demolido por primera vez ya teniendo dos
plantas antes de la presidencia del Sr.
Aramayo, quedando como es actualmente
…mi padre colaboró para la construcción de
las cloacas trayendo los tubos desde Salta…
el barrio se destacaba por sus famosos
eventos de Básquet masculino y después por
sus famosos bailes de carnaval, contaba mi
padre que había un tipo baldío que
comunicaba a la Sociedad de Tiro Gimnasia y
Esgrima donde los jóvenes jugaban a la
pelota y a la guerra de pocotes…”

“…recuerdo con orgullo que mi


madre, la Sra. Delia Castaño, en el año 1946
salió campeona de tiro, y el que en ese
entonces se llamaba Sociedad de Tiro
Gimnasia y Esgrima Jujuy, le entregó un
diploma y una copa donada por la firma de
“Jabón Federal”…”

108
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Copa obtenida por la Sra. Delia Castaño

“… mi padre me contaba que las


primeras reuniones para elegir los colores
de la camiseta que se iban a poner los
jugadores del club se hicieron en la casa de
Don Cáceres, los colores que se eligieron
fueron blanco con una franja negra en el
medio, los terrenos del club fueron donados
por el gobierno en ese entonces que era del
gobernador Guzmán…el club fue construido
por el Ingeniero Rómulo Ramos y el
secretario Hugo Goyechea…”

109
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Miembros de Anteriores Comisiones Directivas

Cena Show por el Aniversario del Club – Año 1984

110
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Parte de los Trofeos obtenidos por equipos del Club

Uno de los equipos de Futbol del Club

111
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Nómina de la Comisión Directiva encabezada por el Sr.


José Nasif
112
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Otra de las formaciones del Club

Entrevista a Víctor H. Aramayo

113
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Pergamino otorgado al Club en el año 1969

Entre los vecinos que ostentaron el


cargo de Presidente de la institución podemos
mencionar los siguientes: José Nasif, Jerónimo
Schonfeld, Héctor Quispe, Víctor Hugo Aramayo,
Rogelio Centeno, Oscar Máximo Aramayo,
Eduardo Carrillo, Guillermo Surlin, Wilfredo
Guillermo Navarro, Néstor Omar Vargas, Víctor
Hugo Sarmiento, Walter Normado Nasif.

114
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Nómina de Comisión Directiva del año 1980

115
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Nómina de Autoridades

116
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Imagen de la Virgen del Valle

El actual presidente del Club, nos


refiere que en la sede social se encuentra
entronizada la imagen de la Virgen del Valle y
que es anhelo de esa comisión directiva poder
construir una gruta para la misma.

117
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

LA SOCIEDAD VECINAL DE VILLA CUYAYA

Según surge de la correspondiente


Acta Fundacional, la “Sociedad Vecinal de
Fomento de Villa Cuyaya”, se fundó a las 15:00
horas del día 23 de Noviembre del año 1930,
oportunidad en que los propietarios de los lotes,
decidieron nombrar a una “comisión provisoria”
que se encargaría de todas las acciones
tendientes al progreso de la villa. Luego de una
votación, la referida comisión quedó integrada
por los siguientes vecinos:

Presidente: Sr. Humberto Martínez


Secretario: Sr. Demetrio B. Rueda
Tesorero: Sr. Jacobo Nasif
Vocal 1°: Dr. Ernesto Claros
Vocal 2°: Sr. Sebastián Alba
Vocal 3°: Sr. Mariano Castaño
Vocal 4°: Sr. Cesáreo Soruco

Dicha comisión resolvería las obras


y mejoras que debían implementarse y cobraría
una cuota proporcional a cada frentista. Se
estableció la prohibición de hablar de política en
el seno de la comisión, la cual duraría en sus
funciones un año. Por otro lado, en dicha
ocasión, los presentes resolvieron establecer
una cuota social equivalente a Un Peso Moneda
Nacional por mes.

118
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Acta Fundacional

119
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Posteriormente, en fecha 21-05-59,


los socios se reunieron en Asamblea General
Extraordinaria con fines de proceder a la
reestructuración de la Honorable Comisión
Directiva en razón de encontrarse acéfalos
varios cargos, así resultaron elegidas las
siguientes autoridades que desempeñarían sus
funciones por el período 1958-1959, a saber:

Presidente: José María Sadir


Vice-presidente: Raúl Janco
Secretario General: Orlando Macchi
Pro-secretario: Emilio Jerez
Tesorero: Leonardo Tolaba
Pro-tesorero: Eloy Gutiérrez
Secretaria de Actas: Sara Garzón
Sec. de Prensa: Luis Carlos Coca
Sec. de Deportes: Néstor Mendieta
Vocal 1°: Esther de Wayar
Vocal 2°: María E. de Delgado
Vocal 3°: Juan Barconte
Vocal 4°: Norberto León
Vocal 5°: Raúl Ibáñez
Vocal Sup. 1°: Raúl Catalán
Vocal Sup. 2°: Oscar Parra
Revisores de Cuentas: Juan Carlos Gutiérrez y
Manuel Félix Ruíz.

Años después, según el Expte. N°


262-S-1960, el entonces Gobernador de la

120
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Provincia, Dr. Horacio Guzmán suscribió el


Decreto N° 5249 de fecha 25-04-1960, mediante
el cual se reconoció el carácter de Persona
Jurídica a la “Sociedad Vecinal de Villa Cuyaya”.

A su vez, en el Art. 2° del referido


texto legal, se aprobaron los Estatutos de la
Institución vecinal, los cuales constaban de 85
artículos.

Entre las finalidades de la “Sociedad


Vecinal de Villa Cuyaya” establecidas en su
estatuto social, se pueden mencionar las
siguientes: Representar a los vecinos asociados
en la solución integral de sus problemas en el
orden social; estimular y proteger toda iniciativa
de bien común, cultural, social, mutual,
cooperativista y deportiva que tienda a favorecer
a sus asociados; bregar por la unión a
instituciones análogas mediante la constitución
de una sociedad federada en el orden local,
departamental o provincial, propender a la
elevación moral e intelectual del asociado,
fomentando el hábito del estudio, de economía y
previsión e inculcarle conceptos de
responsabilidad, disciplina, puntualidad y
respeto, propender al mejoramiento edilicio y de
urbanización de la zona de influencia, etc.

121
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Asimismo, en el año 1960, se


dictaron sendos reglamentos internos mediante
los cuales se crearon las subcomisiones de:
“Fiestas”, de “Propaganda”, y de “Régimen de
Publicidad y Tarifa”.

Por otro lado, corresponde citar que


a ese año, la Sociedad Vecinal de Cuyaya
contaba con un padrón de cincuenta (50)
asociados activos, entre los que se encontraban
los siguientes vecinos: Cesáreo Soruco, Enrique
López, Lucio Valentín Macchi, Raúl Janco, Rita
Rivero, Delina Garzón, Constantina Gerez,
Leonor de Rodríguez, Tomas Alarcón, María
Genoveva Cruz, Laura de López, Efinio Alemán,
Pedro Sergio Polo, Román Díaz, Zenón Flores,
Sara Jorge de Dávila, Santiago Silva, Teófilo
Garzón, Néstor Navarro, Marta G. del Delgado,
Catalino Cruz, Ester de Wayar, Rufino
Domínguez, Guillermo Gonza, Mariano Sulca,
Lázaro Cruz, Hugo Liquín, José Juárez, Julián
Herrera, José Castro, Miguel Villarrubia, Emilio
Jerez, Oscar Parra, Julio Héctor Coca, Vicente
Vilte, Robustiano Ovando, Nemesio Toconás,
Gumersindo Reynoso, Antonio Jerez, José
Añasgo, René Narváez, Flora Baleriana de
Narváez, Luis Carlos Coca, Nelly Coca, José
María Sadir, Félix Ruiz, Juan Carlos Gutierrez,
Néstor Mendieta, José Marcelino Alfaro y Miguel
Vicente Garay.

122
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Decreto de Personería Jurídica

123
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Siguiendo con nuestro relato, de las


constancias obrantes en el Departamento de
Personas Jurídicas de Fiscalía de Estado, surge
que el día 06 del mes de Agosto del año 1969,
una comisión reorganizadora de la Sociedad
Vecinal de Cuyaya, convocó a una Asamblea
General para renovar autoridades, la nueva
comisión directiva quedó integrada de la
siguiente forma:

Presidente: Miguel Barramontes


Vice-presidente: R.P. Jerónimo Schonfeld
Secretario General: Ricardo Bernardo Tarcaya
Pro-secretario: Elvira Benítez de Gallardo
Tesorero: Orlando Macchi
Pro-tesorero: Norberto León
Sec. de Prensa: Roberto Lamas
Vocal 1°: Robustiano Ovando
Vocal 2°: José María Sadir
Vocal 3°: Lauro Cazón
Vocal 4°: Rómulo Ramos
Vocal 5°: Carlos Echenique
Vocal Sup. 1°: Víctor Javier Gareca
Vocal Sup. 2°: Segundo Mazzuco
Vocal Sup. 3°: Hugo Gallardo
Revisores de Cuentas: Carlos Figuero, Juan C.
Spadoni, Juan F. Baca.

Luego, siendo el día 21 de Abril del


año 1971, los Sres. José María Sadir, Raúl

124
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Janco y Robustiano Ovando en sus calidades de


Presidente, Vicepresidente y Secretario General
respectivamente, realizaron la compra de un
inmueble el cual estaría destinado a la sede
social de la institución barrial. Dicho terreno se
encontraba emplazado en la Calle Gordaliza
N°1942, y se individualizaba como lote 7 de la
manzana 13, Padrón A-2355.

El día 26 de Marzo del año 1972, se


realizó una nueva Asamblea General Ordinaria
para la renovación de la Comisión Directiva, la
cual quedó constituida de la siguiente manera:

Presidente: Miguel Barramontes


Vice-presidente: Norberto León
Secretario General: Hilda Felisa Argote
Pro-secretario: Fortunato Farfán
Tesorero: Luis Flores
Pro-tesorero: Carlos Echenique
Sec. de Prensa: José Alfaro
Vocal 1°: Salomón Néstor Vargas
Vocal 2°: José Santos Paredes
Vocal 3°: Plácido Martínez
Vocal 4°: Pascual Cabido
Vocal 5°: Roberto Lamas
Vocal Sup. 1°: Pedro Lucio Armeya
Vocal Sup. 2°: Rufino Domínguez
Vocal Sup. 3°: Saturnina Limache

125
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Revisores de Cuentas: Rómulo Ramos, Héctor


Emeterio Quispe y Juan Carlos Guzmán.-

En fecha 01-06-75, se llevó a cabo


la Asamblea que renovó los integrantes del
órgano directivo de la institución, a saber:

Presidente: Robustiano Ovando


Vice-presidente: Fortunato Farfán
Secretario: Domingo Ramos
Pro-secretario: Oscar Carabajal
Tesorero: Ernesto Caro
Pro-tesorero: Pascual Cabido
Sec. de Prensa: Víctor Hugo Molina
Vocal 1°: José Paredes
Vocal 2°: Norberto León
Vocal 3°: Carlos Santillán
Vocal 4°: Salomón Vargas
Vocal 5°: Vicente Ríos
Vocal Sup. 1°: Laura C. de López
Vocal Sup. 2°: Gerardo Goyechea
Vocal Sup. 3°: Carlos Echenique
Revisores de Cuentas: Héctor Quispe, Hugo
Esteinou y Rómulo Ramos.-

El día Domingo 26 de Marzo del año


1978, nuevamente se realizaron elecciones de
renovación de autoridades. A continuación se
reproduce la publicación de la referida
convocatoria:

126
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

127
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

En consecuencia, la nueva comisión


directiva quedó integrada de la siguiente
manera:

Presidente: Robustiano Ovando


Vice-presidente: Fortunato Farfán
Secretario: Domingo Ramos
Pro-secretario: Eduardo Emilio Frías
Tesorero: Carlos Pacífico Motok
Pro-tesorero: Oscar Parra
Sec. de Prensa: Víctor Hugo Molina
Vocal 1°: Jorge Juan Nasif
Vocal 2°: Norberto León
Vocal 3°: Ramón Camargo
Vocal 4°: Luis Ángel Suárez
Vocal 5°: Pascual Cabido
Vocal Sup. 1°: Carlos Alberto Baillo
Vocal Sup. 2°: Aydeé Tolaba de Ruiz
Vocal Sup. 3°: Alfredo Cáceres
Revisores de Cuentas: Carlos Santillán, Luis
Flores y Salomón Vargas.-

A su vez, el día 30 de Mayo del año


1980, se procedió a realizar una nueva
renovación de autoridades, quedando esta vez
integrada la comisión directiva por los siguientes
vecinos:

128
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Presidente: Horacio Antonio Sadir


Vice-presidente: Roque Santos Ramos
Secretario: Hugo Mostajo
Pro-secretario: Silvia Tropea de Aramayo
Tesorero: Salvador Marquez
Pro-tesorero: Violeta Cristina Montoya
Sec. de Prensa: Jorge Juan Nasif
Vocal 1°: Dimas Sarverry
Vocal 2°: Edison Rocotti
Vocal 3°: Elsa Gareca de Galleguillo
Vocal 4°: Rogelio Zenteno
Vocal 5°: Rosalvina Farfán
Vocal Sup. 1°: Carlos Motok
Vocal Sup. 2°: Adita Baena
Vocal Sup. 3°: Luisa Calpanchay
Revisores de Cuentas: Mario Gabarro, Carlos
Baillo y César Barreto.-

Siguiendo con nuestro relato,


diremos que del folio 113 del Legajo N° 396 del
Departamento de Personas Jurídicas, surge que
en el mes de Febrero del año 1984, se propuso
la conformación de una “Comisión
Reorganizadora”, la cual estaba formada por los
siguientes vecinos: Juan Carlos Gusman, Silvia
Tropea, Leonor Chañi, César Humberto Martínez
y Blas Benito Avendaño, la cual fue designada
por Fiscalía de Estado, según Resolución N° 74
de fecha 12-03-84.

129
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Luego, en fecha 09 de Septiembre


del año 1984, se realizó la Asamblea de
renovación de autoridades vecinales. A
continuación se reproduce el extracto de
publicación realizada en un periódico local:

Así, mediante Resolución N°131 de


fecha 23-10-84, el Sr. Fiscal de Estado resolvió
tener por regularizada la situación institucional
de la Sociedad Vecinal de B° Cuyaya, quedando
su comisión directiva integrada de la siguiente
manera:

Presidente: Silvia Tropea de Aramayo

130
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Vice-presidente: Juan Carlos Guzman


Secretario: César Humberto Martínez
Pro-secretario: Marta Vilte
Tesorero: Horacio Ureta
Pro-tesorero: Pedro Quispe
Sec. de Prensa: Marta Quiroz de Jerez
Vocal 1°: Luis Valdiviezo
Vocal 2°: César Farfán
Vocal 3°: Luisa Calpanchay
Vocal 4°: Antonio Aleman
Vocal 5°: Hugo Liquín
Vocal Sup. 1°: Marcelo Gareca
Vocal Sup. 2°: Oscar Aibar
Vocal Sup. 3°: Leonor Chañi de Colquehuanca
Revisores de Cuentas: Eduardo Bauer, Blas
Benito Avendaño, Alicia Silvia Perez. Noemi
Guzman y Santos Vidal Churquina (Sup.).-

En fecha 27-04-90, el Señor Fiscal


de Estado de la Provincia, emite la Resolución
N° 107, mediante la cual se designa una nueva
Comisión Reorganizadora integrada esta vez por
los siguientes vecinos: Jorge Juan Nasif, Blanca
Peñaloza y Mario Domingo Davalos.

Posteriormente, en fecha 28-04-91,


se realizó una nueva Asamblea General
Ordinaria tendiente a designar a los integrantes
de una nueva comisión directiva que quedó
integrada de la siguiente manera:

131
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Presidente: Néstor Esteban


Vice-presidente: Hugo Liquín
Secretario: Serapio Cruz
Pro-secretario: Jaime Leal
Tesorero: Mónica Paez
Pro-tesorero: Celia Inés Esteban
Vocal 1°: Joaquín Nolasco
Vocal 2°: Mario Herrera
Vocal 3°: Héctor César Liquín
Vocal 4°: Antonio Ortíz
Vocal 5°: Juan Félix Cazón
Vocal Sup. 1°: Antonio Alemán
Vocal Sup. 2°: Mabel González
Vocal Sup. 3°: Laura Ramírez
Revisores de Cuentas: Patricio Espinoza,
Enrique Yampe, Manuel Brájeda.-

El día Domingo 27 de Marzo del año


1994, se realizó la Asamblea de asociados,
resultando consagrada la lista “Cuyaya unido en
el presente hacia el futuro”, la cual estaba
integrada por los siguientes vecinos:

Presidente: María G. Huespe de Cuva


Vice-presidente: Einel Knorr
Secretario: Carmen Celia Robles de Garnier
Pro-secretario: Amanda Dávalos de Nóblega
Tesorero: José Marcelino Alfaro
Pro-tesorero: Elisa Figueroa de Alvarez

132
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Vocal 1°: Osvaldo Monerris


Vocal 2°: Roque Santos Ramos
Vocal 3°: Luis Eduardo Quiroga
Vocal 4°: Carmen Vergara de Casasola
Vocal 5°: Gualberto Varela
Vocal Sup. 1°: Wilfredo Navarro
Vocal Sup. 2°: Blanca Dora Peñaloza
Vocal Sup. 3°: Duilio César Nóblega
Revisores de Cuentas: Jorge Juan Nasif,
Patricio Alejandro Espinosa, Eduardo Emilio
Frías.-

Posteriormente, mediante el Expte.


N°9850-C-1994, en entonces Intendente
Municipal, Dn. Hugo Cid Conde, suscribió el
Decreto N° 148 de fecha 21-11-1994, mediante
el cual se inscribió a la “Sociedad Vecinal de
Barrio Cuyaya” en el Registro que lleva la
Dirección de Coordinación de Instituciones
Intermedias.

Así, el referido cuerpo legal aprueba


el estatuto societario compuesto de 85 artículos
y en su Art. 2° establece como límites
jurisdiccionales los siguientes:

Norte: Ruta Provincial N° 2 y Avda. Hipólito


Irigoyen.

133
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Sur: Ruta Nacional N° 9, Calles Lago Argentino,


Fitz Roy y Usuahia.

Este: Calles Dorrego, Iguazú y subida por Calle


Rondeau y Olavarría.

Oeste: Calles Orcadas.

No obstante ello, luego se advirtió


que el límite oeste estaba fijado en forma
equívoca, razón por la cual en fecha 12-07-1995
se emitió el Decreto Municipal N° 179, el cual
rectificó dicho límite quedando constituido esta
vez por la “unión de Calle San Pablo con Avda.
Hipólito Irigoyen”.

A continuación, se reproducen los


respectivos Decretos Municipales:

134
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Decreto de Registro Municipal

135
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Decreto Modificatorio de Registro Municipal

136
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Luego, en fecha 10-09-97 se verificó


una nueva Asamblea General Ordinaria que
procedió a elegir la siguiente comisión:

Presidente: María G. Huespe de Cuva


Vice-presidente: Einel Knorr
Secretario: Carmen Celia Robles de Garnier
Sec. de Actas: Amanda Dávalos de Nóblega
Sec. de Prensa y Difusión: Luis D´andrea
Tesorero: Jorge Juan Nasif
Pro-tesorero: Guillermo Nasif
Vocal 1°: Blanca Dora Peñaloza
Vocal 2°: Ramón Figueroa
Vocal 3°: Carmen Vergara de Casasola
Vocal 4°: Julio Piñero
Vocal 5°: Primia Lagos
Vocal Sup. 1°: Teresa Sosa de Díaz
Vocal Sup. 2°: Blas Benito Avendaño
Vocal Sup. 3°: Mario Alberto Daz
Revisores de Cuentas: Eduardo Bahuer, Mirian
Mercado y Pedro Aguirre.-

Siendo el día 29 de Febrero del año


2000, los asociados se reunieron en Asamblea,
designando la siguiente Comisión Directiva:

Presidente: María G. Huespe de Cuva


Vice-presidente: Luis Gerardo D´andrea
Secretario: Carmen Celia Robles de Garnier
Pro-secretaria: Margarita Monteros

137
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Sec. de Prensa y Difusión: Julián Bautista


Tesorero: Jorge Juan Nasif
Pro-tesorero: Sebastián Navarro
Vocal 1°: Blanca Dora Peñaloza
Vocal 2°: Oscar Parra
Vocal 3°: Elsa Narvaez
Vocal 4°: Agustina Crespo de Cruz
Vocal 5°: Jorge Eduardo Topp
Vocal Sup. 1°: Teresa Sosa de Díaz
Vocal Sup. 2°: Rosario Wayar de Fascio
Vocal Sup. 3°: Pedro Aguirre
Revisores de Cuentas: Patricio Alejandro
Espinoza, Carlos Enrique Navarro, Eduardo
Bahuer. Mario Torres Valda (Sup.) y Héctor
Quispe (Sup.)

Luego se elegiría por el periodo


2002-2004, una comisión que estaba presidida
por la Sra. Margarita Monteros. No obstante, y
luego de un largo derrotero de impugnaciones y
planteos de recursos, se resolvería dejar sin
efectos a los fines administrativos la referida
asamblea.

Siguiendo el correlato de
autoridades reconocidas por Fiscalía de Estado,
tenemos que en fecha 17-10-05, se dicta la
Resolución N° 1003-DPJ-05, mediante la cual se
procedió a designar una nueva comisión
reorganizadora, la cual estaba integrada por los

138
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

siguientes vecinos: Arminda Cecilia Armella,


Rosario Urrieri e Ivana Gisela Mamaní.

Finalmente, el día Domingo 06 de


Agosto del año 2006, los asociados procedieron
a elegir a los siguientes vecinos como miembros
de comisión directiva, a saber:
Presidente: Adrián Teófilo Álvarez
Vice-presidente: Julio Carlos Acuña
Secretario: Humberto Delgado
Sec. de Actas: Fernando Acosta
Sec. de Prensa y Difusión: Eduardo León
Tesorero: Luis Aparicio Estrada
Pro-tesorero: Rodolfo Castillo
Vocal 1°: Miguel Ángel Vacaflor
Vocal 2°: Juan Guerrero
Vocal 3°: Raúl Marcos Peñaloza
Vocal 4°: Luis Alberto Loza
Vocal 5°: Daniel Catacata
Vocal Sup. 1°: Secundino Oscar Jerez
Vocal Sup. 2°: Ramón Raúl Valdez
Vocal Sup. 3°: José Perez
Revisores de Cuentas: Rosario Urrieri, Roberto
Lamas, Manuel Héctor Gareca, Adrián Álvarez
Figueroa (Sup.) y Luis Humberto Valdiviezo
(Sup.).-
(Agradecemos al Sr. Coordinador del
Departamento de Personas Jurídicas de Fiscalía de
Estado, Dr. Sergio González Galán por habernos
facilitado la información referida a la Sociedad Vecinal de
B° Cuyaya).

139
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS

“… Desde la época de los


primeros poblados, los habitantes de la zona
ya sufrían por las crecidas del Río Chico, es
así que en 1920 el Gobernador Horacio
Carrillo ordena la primer obra de reparación
de caminos en el extremo norte de Cuyaya.
En poco más de tres años, desde fines de
1921 a principios de 1925, se gestiona y
concreta la habilitación de un puente
carretero a la altura de la calle Lavalle que
permitía la comunicación entre La Banda y la
Ciudad. El día 05 de marzo de 1927 la
creciente del Río Chico causó el desborde
del mismo, que ante la falta de defensas,
aisló durante días a las familias de Cuyaya.
Esta circunstancia alarmó a los primeros
vecinos y los impulsó a la solicitud de las
defensas, las que se comienzan a construir
en septiembre de 1938 y se terminan en 1942.
La luz eléctrica fue uno de los primeros
beneficios que obtuvieron los vecinos de La
Banda, puesto que en 1929 la Compañía de
Luz y Fuerza estaba finalizando el tendido de
la red eléctrica. Posteriormente en el año
1934, los reclamos populares permitieron la
ampliación del alumbrado público con focos
de mayor potencia”. (“El Coya”, Pág. 3. Fecha
31-07-01)

140
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

En la Memoria presentada en el
año 1972 por el entonces presidente de la
Sociedad Vecinal, Sr. Miguel Barramontes, se
expresa que: “…podemos adelantar la
instalación de las lámparas de alumbrado
público, ampliación de la líneas para mejor
desenvolvimiento de los hogares, arreglo de
algunas calles, entubamiento del arroyo
sobre calle Rioja con rellenado para el
acceso de los vecinos, colaboración de la
Municipalidad y miembros de la C.D. para el
arreglo interno de la sede social y pintura
interior de la misma”.

Según surge del Acta de Asamblea


General Ordinaria de fecha 26-03-72, “…el
señor Fortunato Farfán propone formar una
sub-comisión que se encargaría de efectuar
un censo para los que tengan interés en la
instalación de teléfonos domiciliarios…al
mismo tiempo ofrece si fuera posible la
instalación de teléfonos públicos conforme al
informe dado por presidencia en la que dice
haber iniciado la instalación de tres aparatos,
el señor Farfán para facilitar su instalación
ofrece realizar trabajos de una caseta en la
forma que lo indiquen funcionarios de
ENTEL, se agradece la distinción y se felicita
al señor Farfán por tan feliz iniciativa que
tiende a la solución de un problema…”

141
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Del escrito de Memoria


correspondiente al ejercicio 1972-1975 de la
Sociedad Vecinal, se puede extraer lo siguiente:
“…Obras y tramitaciones cumplidas:
provisión de agua corriente a varias
calles…cloacas para la escuela 23 de Agosto
y vecinos de la calle Constitución y un
apéndice de la calle Mariano Gordaliza
beneficiando a vecinos, nuestra entidad, casa
parroquial, etc…obtención de cuatro
columnas de cemento para iluminación de la
cancha de básquetbol y dos arcos de
cemento para los cestos…colocación de la
piedra fundamental de la sala de primeros
auxilios emplazada en calle Constitución y
Roque Alvarado, junto a la escuela…apertura
de licitación de la obra de calle Comandante
de la Corte…

De la Memoria correspondiente al
periodo 1975-1978, surge que: “…la
Municipalidad de la capital realiza la obra de
cordón cuneta iniciada en el año 1977, está
próxima a su terminación restando
solamente su construcción en calles Roque
S. Peña y La Porteña…luego de múltiples
gestiones se logró la terminación,
Equipamiento y puesta en servicio del Puesto
de Salud…ante la falta de un local adecuado
para el funcionamiento de la Estafeta de

142
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Correos, esta vecinal acordó con autoridades


del Dto. 17 de ENCOTEL, que la referida
funcione en la sede de esta Sociedad, donde
actualmente está al servicio del
vecindario…la obra de la Pasarela-Unión
entre Cuyaya y Ciudad de Nieva ya ha sido
licitada, habiéndose adjudicado ya la obra, a
no lejano plazo será una realidad, es una
obra municipal…”.

Respecto a la “Estafeta Postal”, el


Sr. Rómulo Ramos refiere: “…la estafeta
comenzó a funcionar en el año 1963 en la
Calle José de la Iglesia al 1700 más o menos,
recorrió varias partes en esa calle, luego
estuvo ubicada un tiempo en la cuadra de
más arriba al 1800, luego en la esquina de
Comandante de la Corte y José de la Iglesia,
donde hoy vive la Sra. De Tuchi Cáceres.
También estuvo un tiempo en el Centro
Vecinal, recuerdo que la atendía una señora
que le decían “negrita”. Los horarios de
atención eran comerciales y funcionó como
veinte años hasta que llegó el correo…”

Del Informe de Gestión presentado


ante Fiscalía de Estado por las autoridades
vecinales vigentes en el año 1988, surge que:
“…la C.D. asume una principal meta: la
instalación de gas natural en todo el barrio,

143
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

anhelo de muchos años. Se acuerda con el


intendente (Hugo Mulqui) un plan de trabajo
de esfuerzo propio y ayuda muta, por el cual
los vecinos aportarían la cañería necesaria y
el municipio resolvería la ejecución de la
obra mediante licitación…a raíz del
ofrecimiento por parte de Gas del Estado de
realizar la obra en el Barrio, una parte del
mismo decide adherir a éste ofrecimiento,
mientras otra parte decide seguir con el plan
de esfuerzo propio municipal. Así definimos
una forma mixta, respetando la decisión
mayoritaria de cada sector…Así es como se
logra que el primero de Agosto de 1986, se
habiliten la primera y segunda Etapa del plan
municipal…paralelamente se fue gestionando
el plan de pavimentación. Llegamos al mes
de Diciembre de 1986 firmando el Convenio
sobre pavimentación con el Intendente David
Casas…se logra que inicien la pavimentación
en la Calle Avellaneda, comienzan en la R. S.
Peña, y llegando a Diciembre de 1987 queda
esto interrumpido. Cambia la administración
municipal.”

Del escrito de la Memoria


correspondiente al periodo 27-03-94 al 31-07-97
que fuera presentado por la entonces
presidenta, Sra. María G. Huespe de Cuva, se
extrae lo siguiente:

144
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

“…se concretó la pavimentación


de la Calle Santa Fe entre Comandante de la
Corte y Constitución y Calle Roque Alvarado
entre Álvarez Prado y Comandante de la
Corte…se concretó cordón cuneta de Avda.
San Pablo, remodelación de la Plazoleta
Constitución de 1853 (restauración del busto
de la Madre, protección, señalización,
parquización… ordenador de tránsito en
Puente Argañaraz con semaforización en
Avda. José de la Iglesia y Marconi…”

Inauguración de la pavimentación de Calle Santa Fe. El


Corte de Cintas fue realizado por la Sra. María Huespe
junto al entonces Intendente, Sr. Hugo C. Conde.
También se puede observar al actual intendente Arq.
Raúl Jorge, quien en ese entonces se desempeñaba
como Secretario de Obras y Servicios Públicos del
Municipio Capitalino.-

145
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Festejo de vecinos por la pavimentación de la Calle Santa


Fe en casa de la Sra. Laura López.-

En la Memoria correspondiente al
año 2000, su entonces presidente, Sra. María G.
Huespe de Cuva, consignaba la realización de
las siguientes obras y mejoras: “…recambio
total del sistema de iluminación de la
Plazoleta Constitución de 1853 y Plazoleta
Operativo Independencia… obra de
pavimentación bajo el sistema de Ahorro
Previo y Solidario de las calles Dr. Antonio
Baldi entre Álvarez Prado y Comandante de
la Corte, calle Álvarez Prado entre santa Fe y

146
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

La Rioja, calle Dr. Baldi entre Comandante de


la Corte y Constitución, calle Vélez Sársfield
entre La Rioja y Santa Fe… asfalto de Pasaje
Tucumán entre La Rioja y Santa Fe… cordón
cuneta de calle Avellaneda entre Ruta 7 y Dr.
Baldi, Avda. San Pablo entre La Rioja y Dr.
Baldi…”

Inauguración de iluminación de Plaza Operativo


Independencia

147
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Descubrimiento de Placa Recordatoria por el “Padrinazgo


de la Plaza Constitución de 1853

148
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

EL COLEGIO PABLO PIZZURNO

149
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

El Colegio Privado “Pablo Pizzurno”,


se encuentra ubicado en la Calle La Rioja esq.
Constitución, siendo su actual Director el Prof.
Marcos Ángel Avalos. Cuenta con dos niveles: el
Inicial que comprende Salas de 3,4 y 5 años con
dos secciones cada una y el Primario con Salas
de 1°,2°,3°,4°,5°,6° y 7° año con dos secciones
cada una, E.G.B. 3 y Polimodal con orientación
en Ciencias Naturales.
Este Colegio lleva el nombre del
primer pedagogo argentino “Pablo Pizzurno”,
quien nació el día 11 de Junio de 1865 en Bs.As.
y falleció el día 24 de Marzo de 1950. La
República Argentina se enorgullece de la Obra
Educativa de Pablo Pizzurno, mostrando al
mundo innumerables libros, folletos,
monografías, artículos periodísticos e
investigaciones de educación básica y científica
únicos en su época, los cuales luego serían
pilares de la Reforma Educativa para la
enseñanza primaria, Normal y Técnica.
Con gran expectativa de superación
y progreso, el Sr. Antonio Oller Ramírez,
apuesta a la educación de la niñez jujeña,
creando esta institución educativa que inició sus
servicios el día 04 de marzo del año 1991 en un
establecimiento ubicado en la Calle Alvear N°
561. Desde del año 1994, el colegio cuenta con
un edificio propio en el Barrio Cuyaya. En el año
1995 pasa a ser una Cooperativa con el nombre

150
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

de “Cooperativa de Trabajo de Formación


Integral” manteniéndose de esta modalidad
hasta fecha.
La actual Planta Funcional de esta
Institución Educativa se compone de la siguiente
manera:

Equipo de Gestión Pedagógica:


Director: Marcos Ángel Ávalos
Secretaria Docente: Julia Ester Barrios

Consejo de Administración:

Presidenta: Mabel San Martín


Secretaria: María Pereira
Tesorera: Julia Ester Barrios
Síndico: Cristina Albitre

Docentes Asociados:

- Nivel Inicial: Mariela Urriolagoitía, Cristina


Lahitte, María Pereira, Angélica García y
Clara Vera.
- Nivel Primario: Ivone Frías, Rosana
Gaspar, Silvina Alarcón, Silvia Martínez,
Norma Lima, Analía Cabana, Cristina
Albitre, Patricia Gareca, Laura Garzón,
Claudia Velazquez, Mónica Álvarez,
Amanda Dávalos y Claudio García.

151
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

- Maestros Especiales: Noemí Salerno


(Teatro), Romina Aranibar (Música),
Esteban Pérez (Plástica), Daniel Guerrero
y Cinthia Contreras (Educación Física),
Carolina Alderete y Elda Farfán (Inglés),
Analía Aquino (Folclore) y Gustavo Quispe
(Computación).
- Personal de Maestranza: Raquel Cruz,
Fernanda Cruz y César Calisaya.

Alumnos del establecimiento junto a sus docentes

152
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Actual Director: Prof. Marcos Ángel Ávalos

Acto de Inauguración del Edificio Propio

153
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Alumnos del establecimiento en Desfile Cívico

Edificio Escolar

154
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

LA SECCIONAL 4°

La Comisaría Seccional Cuarta de la


Policía de la Provincia de Jujuy, se encuentra
emplazada en Calle José de la Iglesia N° 1561
del Barrio Cuyaya, siendo por su denominación
(4°) una de las primeras unidades policiales en
brindar los servicios prevencionales y en

155
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

combatir los hechos delictuales en el populoso


Barrio Cuyaya y en zonas aledañas.
Actualmente comprende su
jurisdicción zonas urbanas (entre barrios,
asentamientos y loteos) y zonas rurales
(localidades de Juan Galán y La Almona),
comprendiendo entre ambas, según la última
estadística del INDEC correspondiente al Censo
nacional del año 2001, una población
permanente de 12.929 habitantes.
El ámbito jurisdiccional de esta
Unidad Policial comprende estratos socio
ocupacionales muy variables, desde aquellos
pertenecientes a una reducida clase alta, un
significativo número de personas de clase
media, clase obrera autónoma y asalariados y
una gran franja social de personas no calificadas
laboralmente y desocupados que generalmente
viven en asentamientos aledaños.
Otra de las características de esta
jurisdicción es que se advierte que el sector que
nos ocupa, se encuentra conectado al casco
céntrico a través de puentes, una pasarela de
acceso al B° Ciudad de Nieva, existiendo
además dos rutas importantes (Ruta Nacional N°
9 y Ruta Provincial N° 2), y diversas arterias por
donde circulan gran cantidad de vehículos
(Avda. Hipólito Irigoyen, Calle Dorrego y Avda.
Olavarría), todos estos pasos obligados de
automotores.

156
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ OBRERO

157
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

“Las actividades religiosas


también tendrían cabida a partir de la
promulgación de un Decreto Ley de la
Cámara de Diputados Nacionales de
septiembre de 1949, el cual destina la suma
de $150.000 para la edificación de un templo
en Cuyaya”. (“El Coya”, pág. 3. Fecha 31-07-01)

Refiere la Sra. Gregoria Mercado:


“…la primera plaza fue la que está frente la
iglesia recuerdo que había cuatro álamos
grandes que daban linda sombra y los han
sacado…antes daban las misas aquí en la
escuelita era chiquita y para dar la misa se
ponía un toldo color marrón era donde la
gente se cubría el sol, un padrecito no me
acuerdo el nombre empezó a construir la
iglesia y después el padrecito Jerónimo
empezó a levantar mas el salón, trabajo
mucho él…”

Otro dato que citar es la tradición que se


cumple todos los años en la Parroquia San José
Obrero, nos referimos a “Bendición de Manos”,
en donde un gran número de trabajadores de
toda la ciudad, concurren a agradecer a Dios por
su fuente laboral.

158
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

FESTEJOS Y CELEBRACIONES

Los vecinos del Barrio Cuyaya


siempre realizaron esmerados festejos cívicos y
patronales en honor a San José Obrero, como
también a los aniversarios de la Constitución de
1853, cuyo nombre fuera impuesto a una de las
plazas del barrio y de la Sociedad Vecinal. Así,
durante las gestiones encabezadas por la Sra.
María G. Huespe de Cuva, no faltaron los
desfiles cívicos, los festivales folclóricos, las
bicicleteadas, los agasajos a todos los niños y
vecinos, sin dejar de mencionar por supuesto los
oficios religiosos.

159
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Año 1997. El entonces intendente Hugo Cid Conde


junto a la Sra. María Huespe y demás integrantes de
comisión directiva, a saber: Luis D´andrea, Carmen de
Garnier, Carmen de Casazola y Pedro Aguirre.

Desfile de agrupaciones folclóricas

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“ANECDOTARIO”
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Desfile del Cuerpo de Danzas de la 3° Edad

La Sra. María Huespe en reunión con vecinos

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Desfile de alumnos de la Escuela N° 136

Izamiento del Pabellón Nacional

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“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Nota publicada en Diario “Pregón”

También corresponde recordar que


en oportunidad de celebrar los 67 años de vida
de la Sociedad Vecinal de B° Cuyaya, se realizó
la publicación de una obra de poesías
denominada “Jujuy, Juventud y Vida”, autoría de
la joven Lorena María del Huerto Nóblega.

163
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

ESPACIOS VERDES DEL BARRIO

Según nos refiere el Ing. Jorge


Eduardo Topp, quien fuera miembro de
Comisión Directiva de la Sociedad Vecinal de
Cuyaya, y actualmente se desempeña como
Director de Espacios Verdes de la Municipalidad
de San Salvador de Jujuy, además de las Plazas
“Constitución de 1853” y “Operativo
Independencia”, en el barrio también podemos
encontrar a la rotonda denominada “Isabel María
Martín de Sánchez” emplazada entre las calles
José de la Iglesia, Vélez Sársfield y Avda.
Hipólito Irigoyen. La imposición de dicho nombre
fue realizada mediante Ordenanza N° 4352/05.

Asimismo, y según Ordenanza N°


2228/1996, se impuso el nombre de “Leandro
Alem” al espacio verde ubicado en la
intersección de las calles Yatay y Alvarez Prado,
y Talud sobre calle Marconi.

Por otro lado, y ya en la zona de la


790 Viviendas de Cuyaya, se encuentran la
Plazoleta “La Comunidad” ubicada entre las
calles Olavarría y Fioravanti, y el espacio verde
denominado “El Jardín del Edén” ubicado entre
la Calle Usuhaía y los Pasajes 21 y 24, conforme
lo estableciera la Ordenanza N° 3910/04.

164
“ANECDOTARIO” BARRIO CUYAYA

Los años fueron pasando y los


recuerdos quedan, hoy muchos de los actores,
de los que construyeron el barrio y los sueños,
ya no están pero siempre en alguna calle, en
alguna esquina, en algún jardín, habrá una
intención, una voluntad, una utopía, que estará
guiando los pasos de quienes hoy todavía tienen
el destino en sus manos.

CUYAYA
Calles de flores

Ceibo azulado
Camino de soles
Sauce hachado.

Luna colgada
Río encantado
Piedra blanca
Noche de amor

Niño cantor
Guitarra dormida
Duraznero en flor
Dulce melodía.

Sara Velasquez de Alvarez García

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