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Regla de la Orden Franciscana Seglar Comentada

Capítulo II
Artículo 5
Por tanto, los Franciscanos seglares, busquen la persona viviente y operante de
Cristo en los hermanos, en la Sagrada Escritura, en la Iglesia y en las acciones
litúrgicas. (A) La fe de San Francisco que dictó estas palabras: "Nada veo corporal
mente en este mundo del mismo Altísimo Hijo de Dios, sino su Santísimo Cuerpo y Sang
re", (B) sean para ellos la inspiración y camino de su vida eucarística.
(A) Muchos pasajes de los Evangelios y documentos de la Iglesia nos recuerdan dónd
e y cómo encontrar a Cristo. En el numero 787 del Catecismo de la Iglesia Católica,
se nos hace mención importante de estos aspectos:
La persona viviente y operante de Cristo esta en el hermano, en el prójimo. El mis
mo Jesús que dijo: Esto es mi cuerpo... (Lc 22,19-20), es el que dijo: Lo que hagáis a
uno de estos, mis hermanos a mí me los hacéis (Mt 25,35). Todo acto en contra o en fa
vor del prójimo, es un acto en contra o en favor de Cristo.
El Catecismo de la Iglesia Católica en sus números 101, 102, 103 y 104 plasman que e
s Cristo, Palabra única de la Sagrada Escritura y lugar donde Él se encuentra:
"En la condescendencia de su bondad, Dios, para revelarse a los hombres, les hab
la en palabras humanas: "La palabra de Dios, expresada en lenguas humanas, se ha
ce semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre asumiendo nues
tra débil condición humana, se hizo semejante a los hombres".
"A través de todas las palabras de la Sagrada Escritura, Dios dice sólo una palabra,
su Verbo único, en quien él se dice en plenitud: Recordad que es una misma Palabra
de Dios la que se extiende en todas las escrituras, que es un mismo Verbo que re
suena en la boca de todos los escritores sagrados, el que, siendo al comienzo Di
os junto a Dios, no necesita sílabas porque no está sometido al tiempo." [San Agustín]
"Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre las divinas Escrituras como venera
también el Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los fieles el Pan de vida que s
e distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo".
"En la Sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza
, porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realme
nte: la "Palabra de Dios" (1Th 2,13). "En los libros sagrados, el Padre que está e
n el cielo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos"
.
Del mismo Catecismo, el No. 789, se manifiesta a la Iglesia como el Cuerpo de Cr
isto:
"La comparación de la Iglesia con el cuerpo arroja un rayo de luz sobre la relación
íntima entre la Iglesia y Cristo. No está solamente reunida en torno a El: siempre
está unificada en El, en su Cuerpo. Tres aspectos de la Iglesia "Cuerpo de Cristo"
se han de resaltar más específicamente: la unidad de todos los miembros entre sí por
su unión con Cristo; Cristo Cabeza del Cuerpo; la Iglesia, Esposa de Cristo".
El el No. 795, se expresa esta identificacion Cristo-Iglesia:
"Cristo y la Iglesia son, por tanto, el "Cristo total" ["Christus totus"]. La I
glesia es una con Cristo. Los santos tienen conciencia muy viva de esta unidad:
Felicitémonos y demos gracias por lo que hemos llegado a ser, no solamente cristia
nos sino el propio Cristo. ¿Comprendéis, hermanos, la gracia que Dios nos ha hecho a
l darnos a Cristo como Cabeza? Admiraos y regocijaos, hemos sido hechos Cristo.
En efecto, ya que El es la Cabeza y nosotros somos los miembros, el hombre todo
entero es El y nosotros... La plenitud de Cristo es, pues, la Cabeza y los miemb
ros: ¿Qué quiere decir la Cabeza y los miembros? Cristo y la Iglesia. [San Agustín] Re
demptor noster unam se personam cum sancta Ecclesia, quam assumpsit, exhibuit ("
Nuestro Redentor muestra que forma una sola persona con la Iglesia que El asumió")
. [San Gregorio Magno] Caput et membra, quasi una persona mystica ("La Cabeza y
los miembros, como si fueran una sola persona mística"). [Santo Tomás de Aquino] Una
palabra de santa Juana de Arco a sus jueces resume la fe de los santos doctores
y expresa el buen sentido del creyente: "De Jesucristo y de la Iglesia, me pare
ce que es todo uno y que no es necesario hacer una dificultad de ello".
La presencia de Cristo en los actos litúrgicos, lo plasma el Catecismo en su numer
o 1088:
"Para llevar a cabo una obra tan grande" -la dispensación o comunicación de su obra
de salvación-, "Cristo está siempre presente en su Iglesia, principalmente en los a
ctos litúrgicos. Está presente en el sacrificio de la misa, no sólo en la persona del
ministro, «ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces
se ofreció en la cruz», sino también, sobre todo, bajo las especies eucarísticas. Está pr
esente con su virtud en los sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es
Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues es El mismo el que habla
cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura. Está presente, finalmente, cuand
o la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: «Donde están dos o tres co
ngregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20)"
Por último, el número 1324 del Catecismo, nos recuerda que la Sagrada Eucaristía, es e
l mismo Cristo:
"La Eucaristía es "fuente y cima de toda la vida cristiana". "Los demás sacramentos,
como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unid
os a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene t
odo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua".
(B) Esta cita la precisa el Testamento del Seráfico Padre en su número 10, que textu
almente dice así: "Y lo hago por esto, porque nada veo corporalmente en este siglo
del mismo altísimo Hijo de Dios, sino su santísimo cuerpo y su santísima sangre...".
En esa santa simplicidad, San Francisco de Asís expone que es en la Eucaristía donde
podemos ver y alimentarnos de Cristo mismo.

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