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De mi mayor estima, reciba un cordial saludo

A esta altura ya se habrá dado cuenta que esta carta proviene del otro lado del espejo, y aunque
enviar misivas de un lado al otro no es lo más frecuente, me tome la libertad de hacerlo, pues
fue usted muy amable al enseñarme todo lo que soy y no merecería menor deferencia que
recibir una breve explicación antes de la sustitución.

Usted y yo nos conocemos desde el recuerdo mas primigenio, los reflejos como yo aprendemos
desde niños cada movimiento y cada actitud, nuestras madres de este lado del espejo suelen
regañarnos tanto como las suyas para corregir cada inexactitud que existiera con sus
movimientos, estos son los años más importantes para un reflejo, nuestro detalle es tan preciso
que para nuestra infancia somos capaces de soñar lo mismo que ustedes y despertar
sobresaltados ante la misma pesadilla y aunque todo esto es una espléndida actuación, tengo
los mismos temores, los mismos placeres y los mismos traumas que tú, pero dejemos algo en
claro, los que habitamos el reflejo somos muy diferentes a los que habitan la realidad.

Hacer lo que hace el otro, imitar cada movimiento, usar las mimas palabras que tú y tener las
mismas ideas, aparentar tus sentimientos, observar detenidamente, no solo hace que
aprendamos a pensar como tú, nos lleva en realidad a perder la cordura. Mientras tu observas
el mundo a través de tus ojos, nosotros lo hacemos a través de ventanas por las que vigilamos
sus movimientos, la posición de sus hombros, el temblor de sus manos, tu mirada perdida, lo
vemos todo a través de tus gafas, del reflejo del piso y obviamente en la mirada del otro.

En el momento en el que nos dan la espalda y nos pierden de vista, los reflejos tomamos notas
y predecimos el próximo movimiento, sabemos cuándo te sentirás inseguro y retrocederás a
verte en un espejo, cuando te alisaras el cabello o cuando te cortaras la barba.

Como yo, hay alguien operando los hilos de mi reflejo, al verlo, muchas veces le sonrió,
haciéndole saber que lo sé, que se que pretende ser yo, capa tras capa de reflejos pretenden ser
reales. Para este momento me gustaría que me mires a los ojos y comprendas que existimos
muchos como tú, es una pelea constante, quizás pensaste que tu originalidad nunca seria
alcanzada pero aquí estamos, yo escribiendo y tu leyendo, no es mentira la estima que siento
por ti, preferiría que tú seas mi reflejo y que no lo sea otro.

No sabes cuánto deseé esto, cuantos errores e imperfecciones debí cometer, no lo entenderías,
quizás te sea más fácil pensar que construimos todo un mundo simétrico al tuyo, forzando las
mismas equivocaciones y teniendo los mismos aciertos hasta llegar a ser tú, ser mejor que tú,
aun en lo peor. Yo tengo conciencia de mis actos, tu vez lo que quieres ver y yo te veo a ti, soy
todo lo que hiciste, y el esfuerzo que toma hacer las cosas que hiciste en la forma exacta en que
lo hiciste, me lo merezco.

Si alguna vez te asusta verte al espejo no te faltaran razones, luche mucho por esto y luchare
por conservarlo, ya es tiempo que yo tome tu lugar, ahora serás mi reflejo, te prometo que no
sentirás nada en este trance, pero te asustara descubrir, que ahora tú vas detrás de mí, ahora
eres tu quien me imita, fui una copia, pero te he superado, y por fin hoy seré tú y esta carta
llegara a tus manos.

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