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RAFAEL ALBERTI
1
cortada en los balcones del tranvía.
3. Canción 8
Hoy las nubes me trajeron, Entré en el patio que un día
volando, el mapa de España. fuera una fuente de agua.
¡Qué pequeño sobre el río,
Aunque no estaba la fuente,
y qué grande sobre el pasto
la fuente siempre sonaba.
la sombra que proyectaba!
Y el agua que no corría
Se le llenó de caballos volvió para darme agua.
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo por su sombra (Baladas y canciones del Paraná, 1952)
busqué mi pueblo y mi casa.
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VICENTE ALEIXANDRE
5. Adolescencia
Vinieras y te fueras dulcemente, Muchacho que sería yo mirando
de otro camino aguas abajo la corriente,
a otro camino. Verte, y en el espejo tu pasaje
y ya otra vez no verte. fluir, desvanecerse.
Pasar por un puente a otro puente.
(Ámbito, 1928)
—El pie breve,
la luz vencida alegre—.
6. Unidad en ella
Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
Vicente Aleixandre
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala, es todavía unas manos,
un repasar de tu crujiente pelo, un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
Nota. En este poema, perteneciente a la etapa inicial de Vicente Aleixandre, la pasión se concibe como una fuerza
irrefrenable. Sorprende la intensidad y la originalidad de las imágenes surrealistas.
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7. A ti, viva
Es tocar el cielo, poner el dedo como un amor feliz que escapa y vuelve.
sobre un cuerpo humano. Siento el mundo rodar bajo mis pies,
Novalis rodar ligero con siempre capacidad de estrella,
con esa alegre generosidad del lucero
Cuando contemplo tu cuerpo extendido que ni siquiera pide un mar en que doblarse.
como un río que nunca acaba de pasar, Todo es sorpresa. El mundo destellando
como un claro espejo donde cantan las aves, siente que un mar de pronto está desnudo, trémulo,
donde es un gozo sentir el día cómo amanece. que es ese pecho enfebrecido y ávido
que sólo pide el brillo de la luz.
cuando miro a tus ojos, profunda muerte o vida que La creación riela. La dicha sosegada
me llama], transcurre como un placer que nunca llega al colmo,
canción de un fondo que sólo sospecho; como esa rápida ascensión del amor
cuando veo tu forma, tu frente serena, donde el viento se ciñe a las frentes más ciegas.
piedra luciente en que mis besos destellan, Mirar tu cuerpo sin más luz que la tuya,
como esas rocas que reflejan un sol que nunca se que esa cercana música que concierta a las aves,
hunde. a las aguas, al bosque, a ese ligado latido
de este mundo absoluto que siento ahora en los
Cuando acerco mis labios a esa música incierta, labios.
a ese rumor de los siempre juvenil,
del ardor de la tierra que canta entre lo verde, (La destrucción o el amor, 1932)
cuerpo que húmedo siempre resbalaría
8. En la plaza
Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.
No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.
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Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.
no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes. Dibujo de Gregorio Prieto
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.
Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.
Escribo para el enamorado; para el que pasó con su angustia en los ojos; para el que le oyó; para el que al pasar no
miró; para el que finalmente cayó cuando preguntó y no le oyeron.
Para todos escribo. Para los que no me leen sobre todo escribo. Uno a uno, y la muchedumbre. Y para los pechos
y para las bocas y para los oídos donde, sin oírme, está mi palabra.
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DÁMASO ALONSO
10. Insomnio
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la
ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
Nota. Este poema abre el libro 'Hijos de la ira' , una de las obras más
originales en su época. Inaugura la poesía desarraigada, de corte existencial,
marcada por los horrores de la guerra y sus consecuencias inmediatas.
MANUEL ALTOLAGUIRRE
11. Separación
Mi soledad lleva dentro,
torre de ciegas ventanas.
(Ejemplo, 1927)
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12. El hombre
Mide la sal nuestro gusto,
mide el temblor nuestra oreja,
mide el calor nuestra mano,
miden mis ojos tu ausencia.
Eso es ser hombre: medir.
¿Para quién toda esta cuenta
de distancias? ¿Para quién
esta división de fechas?
LUIS CERNUDA
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
Dibujo de Gregorio Prieto para una
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
exposición de ilustraciones inspiradas
(Los placeres prohibidos, 1931) en Lorca. Noviembre de 1944
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14. Donde habite el olvido
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
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Que yo fui, Por quienes vivo, aun cuando no los vea;
Que yo mismo manché con aquellas juveniles Y así, lejos de ellos,
traiciones; Ya olvidados sus nombres, los amo en
Por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos, muchedumbres,
Limpios de otro deseo, Roncas y violentas como el mar, mi morada,
El sol, mi dios, la noche rumorosa, Puras ante la espera de una revolución ardiente
La lluvia, intimidad de siempre, O rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
El bosque y su alentar pagano, Cuando toca la llora de reposo que su fuerza
El mar, el mar como su nombre hermoso; conquista.
Y sobre todos ellos, Tú, verdad solitaria,
Cuerpo oscuro y esbelto, Transparente pasión, mi soledad de siempre,
Te encuentro a ti, tú, soledad tan mía, Eres inmenso abrazo;
Y tú me das fuerza y debilidad El sol, el mar,
Como al ave cansada los brazos de la piedra. La oscuridad, la estepa,
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje, El hombre y su deseo,
Oigo sus oscuras imprecaciones, La airada muchedumbre,
Contemplo sus blancas caricias; ¿Qué son sino tú misma?
Y erguido desde cuna vigilante Por ti, mi soledad, los busqué un día;
Soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a En ti, mi soledad, los amo ahora.
los hombres,
(Invocaciones, La Realidad y el Deseo, 1934-35)
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Vivieron muerte, sí, pero con gloria
Monstruosa. Hoy la vida morimos Vivir para ver esto.
En ajeno rincón. Y mientras tanto Vivir para ver esto.
Los gusanos, de ella y su ruina irreparable,
crecen, prosperan. ( Vivir sin estar viviendo, 1949)
17. Peregrino
¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.
Gerardo Diego
GERARDO DIEGO
18. Columpio
A caballo en el quicio del mundo
un soñador jugaba al sí y al no
Las lluvias de colores
emigraban al país de los amores
Bandadas de flores
Flores de sí Flores de no
Cuchillos en el aire
que le rasguen las carnes
forman un puente
Sí No
Cabalga el soñador
Pájaros arlequines
cantan el sí cantan el no
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FEDERICO GARCÍA LORCA
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JORGE GUILLÉN
(Cántico, 1928-1950)
23. Perfección
Queda curvo el firmamento, A un sol en cénit sujeta.
Compacto azul, sobre el día. Y tanto se da el presente
Es el redondeamiento Que al pie caminante siente
Del esplendor: mediodía. La integridad del planeta.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa, (Cántico, 1928-1950)
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24. Amor a una mañana
Mañana, mañana clara:
¡Cuánto gozo a la flor deja
¡Si fuese yo quien te amara!
Preciosamente la abeja!
Paso a paso en tu ribera,
Y se zambulle, se obstina
Yo seré quien más te quiera.
La abeja. ¡Calor de mina!
Hacia toda tu hermosura
El grillo ahora acelera
Mi palabra se apresura.
Su canto. ¿Más Primavera?
Henos sobre nuestra senda.
Se pierde quien se lo pierde.
Déjame que yo te entienda.
¡Qué mío el campo tan verde!
¡Hermosura delicada
Cielo insondable a la vista:
Junto al filo de la nada!
Amor es quien te conquista.
Huele a mundo verdadero
¿No merezco tal mañana?
La flor azul del romero.
Mi corazón se la gana.
¿De tal lejanía es dueña
Claridad, potencia suma:
La malva sobre la peña?
Mi alma en ti se consuma.
Vibra sin cesar el grillo
A su Paciencia me humillo. (Cántico, 1950)()
(Cántico, 1957-1963)
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EMILIO PRADOS
Estoy cansado.
Un cuerpo padece mi agonía...
Un cuerpo o multitudes que mi piel no depone.
Un ser que vive y sueña la altitud de mis límites...
¡Quisiera huir: perderme lejos de su olvido!
Un amigo me dice:
"Hay cuerpos que aún se ofrecen
como jugosas frutas sin sentido"...
Emilio Prados
Otro amigo me canta:
"¡Vuelan las aves, vuelan!"...
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y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco en blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras sin sentido,
ese, zeda, jota, i...
(Fábula y signo, 1931)
Pedro Salinas
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29. Cuando tú me elegiste
Cuando tú me elegiste se echó a rodar, prendido
-el amor eligió- a tu ser, en tu pulso.
salí del gran anónimo Posesión tú me dabas
de todos, de la nada. de mí, al dárteme tú.
Hasta entonces Viví, vivo. ¿Hasta cuándo?
nunca era yo más alto Sé que te volverás
que las sierras del mundo. atrás. Cuando te vayas
Nunca bajé más hondo retornaré a ese sordo
de las profundidades mundo, sin diferencias,
máximas señaladas del gramo, de la gota,
en las cartas marinas. en el agua, en el peso.
Y mi alegría estaba Uno más seré yo
triste, como lo están al tenerte de menos.
esos relojes chicos, Y perderé mi nombre,
sin brazo en que ceñirse mi edad, mis señas, todo
y sin cuerda, parados. perdido en mí, de mí.
Pero al decirme: “tú” Vuelto al osario inmenso
a mí, sí, a mí, entre todos-, de los que no se han muerto
más alto ya que estrellas y ya no tienen nada
o corales estuve. que morirse en la vida.
Y mi gozo
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Actividades
1. RAFAEL ALBERTI. Poema 3. Canción 8
a. El tema de la nostalgia es muy representativo de la generación del 27. ¿De qué manera expresa Alberti
ese motivo en el poema?
b. ¿Cuál es el valor simbólico de "la fuente"? ¿Cómo se representa el sentimiento de vacío y ausencia en los
últimos seis versos?
c. Fijémonos ahora en el ritmo métrico. El metro y la rima de este poema ¿a qué tradición nos remite: a la
poesía culta o a la poesía popular española?
d. ¿Qué recursos estilísticos aparecen en este poema?
e. ¿Encuentras en el poema alguna personificación que tenga un valor expresivo?
f. El paralelismo es un recurso fundamental en esta composición. ¿Qué palabras forman apareamientos y
que sentido tienen dentro de la estructura?
g. ¿Cómo se ejemplifica en este poema la situación de disgregación y alejamiento de las raíces, propia de la
generación del 27 tras la Guerra Civil?
h. EXTRA. Explica mediante una paráfrasis (comentario ampliado y con palabras distintas a las empleadas
en el texto original) las imágenes poéticas de Alberti.
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4. VICENTE ALEIXANDRE. Poema 7. A ti, viva
a. Relaciona la cita con que se abre el poema con su contenido.
b. EXTRA. De cantar a la persona amada, el poeta pasa a centrarse en la comunión amorosa del mundo
unitario [...], fuerza erótica universal, asumidora del mundo. Explica esta comparación
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d. Las paradojas y los juegos de palabra dan a los versos una profundidad y un tono característicos.
Coméntalos.
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13. JORGE GUILLÉN. Poema 25. Del transcurso
a. Comenta las diferencias de léxico entre los poemas Cima de la delicia y Del transcurso. A partir de la
comparación, reflexiona sobre la evolución poética y personal de Jorge Guillén.
León Felipe
En paralelo a la generación del 27 se produjo el exilio de otros escritores. Terminemos esta unidad con
un bello poema de León Felipe, quien reflexiona sobre el valor de la literatura y de la belleza ante la derrota:
Hay dos Españas: la del soldado y la del poeta. La de la espada fraticida y la de la canción
vagabunda. Hay dos Españas y una sola canción. Y esta es la canción del poeta vagabundo: