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(Col 1:13)
Lamentablemente muchos cristianos siguen siendo esclavos de los pecados o hábitos en los cuales participaban
antes de conocer a Cristo. Por medio de este estudio queremos ayudarte para que seas libre de los pecados
que se han convertido en costumbres en tu vida.
I. PODEMOS SER LIBRES DEL CONTROL DEL PECADO (Ro 6:11-12)
1. No debemos permitir que el pecado siga reinando en nuestras vidas (Ro 6:12): “ No permitan que el pecado
controle la manera en que viven; no caigan ante los deseos pecaminosos.” (NTV)… “Por lo tanto, no dejen
ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos
del cuerpo” (DHH)
A. En el ver 11 dice "Consideraos muertos al pecado" significa que debemos estimar nuestra vieja naturaleza
pecadora como muerta y sorda al pecado. Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no
estamos atados a esos viejos motivos, deseos y metas.
B. Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros. Tenemos un nuevo comienzo y el
Espíritu Santo nos ayudará a transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos
2. Para que nuestros pecados sean borrados es necesario un genuino arrepentimiento (Hech 3:19)
A. Juan el Bautista preparó el camino para Jesús predicando el arrepentimiento. El mensaje de salvación de
los apóstoles también llamaba al arrepentimiento, reconociendo el pecado y alejándose de él.
B. Muchas personas quieren los beneficios de estar identificados con Cristo, sin apartarse de su pecado y sin
admitir su propia desobediencia. El primer paso para recibir perdón es confesar el pecado y alejarse de él.
C. Muchos solo han tenido la experiencia de conversión, han recibido a Jesús como Salvador, pero no han
logrado total libertad de su pecado porque no han tenido un verdadero arrepentimiento.
D. Cuando nos arrepentimos, Dios no solo promete limpiar nuestro pecado, sino también darnos un descanso
espiritual. Al principio, el arrepentimiento parece doloroso porque es difícil renunciar a ciertos pecados.
Pero Dios le dará un mejor camino. Como Oseas prometió: "Y conoceremos y proseguiremos en conocer a
Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y
temprana a la tierra" (Os 6:3).
3. El camino a la libertad es la confesión y el arrepentimiento (1 Jn 1:9)
A. Confesar no es simplemente decir: “lo lamento” o “lo siento” sino admitir nuestro pecado: “yo lo hice”.
B. Para muchos su pecado se ha convertido en un hábito y por eso han caído en un ciclo repetitivo de pecar,
confesar, pecar, confesar…,
C. pero el camino a la libertad del pecado es confesión y arrepentimiento; es decir, dejar el pecado. “Dios
manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30) “Deje el impío su camino, y
el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor” (Is 55:7)
IV. RESTITUCION
1. Restituir es restaurar el daño que nuestro pecado le ha ocasionado a otra persona.
2. Si reconocemos nuestro pecado o nuestros errores y pedimos perdón, evitamos que las personas tengan
algo en contra nuestra.
3. El verdadero arrepentimiento incluye restitución.
“Si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea” Lucas 19:8. “Por esto
procuro siempre tener una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” Hechos 24:16. “Si traes tu
ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del
altar y ve, reconcíliate primero con tu hermano” Mateo 5:23,24. “Confiésense sus ofensas unos a otros,
para que sean sanados” Santiago 5:16. “Manteniendo la fe y buena conciencia. Por desecharla, algunos
naufragaron en cuanto a la fe” 1 Timoteo 1:18-19.
V. ¿CÓMO RESTITUIR?
1. Hacer una lista de las personas que hemos ofendido.
2. Evitar las disculpas más comunes para no hacer restitución: “Sucedió hace tanto tiempo”, “Fue algo muy
pequeño” , “Las cosas se han mejorado”, “No entenderán”, “Me va a costar dinero”, “Lo haré después
(postergar es el peor enemigo de una conciencia limpia). “La otra persona tuvo más culpa”.
3. Identificar la ofensa desde el punto de vista de ellos: Si queremos lograr restitución al reconocer nuestro
pecado, lo tenemos que hacer desde la perspectiva de ellos.
4. Ir directamente a la persona que hemos ofendido. No involucrar a otros.
5. Seleccionar bien lo que vamos a decir. Ejemplo, el hijo prodigo (Lucas 15:17-19,21).
A. Nuestras palabras deben identificar la ofensa básica (irrespeto, orgullo, deshonestidad…) y deben reflejar
un verdadero arrepentimiento.
B. Un ejemplo de las palabras que podemos usar es el siguiente:
“Reconozco que te ofendí en _______________
¿Me perdonas?” No decir: -“Perdóname” (sin especificar la falta).
-“Me equivoqué,”.
“Si me equivoqué, perdóname” o “Si te ofendí, perdóname”.
“Perdóname, pero es que… estaba enfermo, tengo problemas…”.
6. En la confesión no debemos mencionar los detalles sensuales o vergonzosos. El Salmo 51 es un excelente
ejemplo de cómo identificar la ofensa básica sin dar los detalles.
7. No debemos aprovechar el momento para predicar, dar un concejo o decir los errores de la otra persona.
“Quiero aprovechar este momento para decirte…”.El propósito de la restitución es restaurar una relación.
Un comentario adicional, una sugerencia o dar nuestro punto de vista puede dañar totalmente la
intención original.
VI. SI NO RESTITUIMOS NO VAMOS A PROSPERAR “El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los
confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia” Proverbios 28:13.
1. Un pecado no confesado impide que hablemos de Jesús porque no tenemos credibilidad. Por ejemplo una
persona que hace trampa en un examen. 1 Pedro 3:15-16 dice: “Estén siempre preparados para presentar
defensas con mansedumbre y reverencia ante todo el que les demande razón de la esperanza”.
2. Impide que tomemos buenas decisiones. Un pecado no conocido en un momento de una decisión
importante puede llevarnos a una decisión equivocada.
3. No tendremos poder para vencer las tentaciones que son nos presentan. Si nuestra política es confesar todo
pecado, el simple hecho de evitar una situación vergonzosa nos puede librar de muchas tentaciones.
4. No tendremos libertad para cultivar profundad amistades. Si hacemos una lista de las personas que ya no
son nuestros amigos, nos daremos cuenta que la razón principal por la cual se dañó la relación es porque los
ofendimos y no hicimos nada para restituir esa relación.
5. Se cierran las ventanas de los cielos y se detienen las bendiciones.
Loa ejemplos anteriores nos dejan ver lo fácil que es pecar por ceder a nuestros deseos y no morir al “yo”. Por eso es
importante aprender que el crucificar la carne es algo que debemos hacer todos los días. Gálatas 2:20 dice: “Con Cristo
estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”.