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REQUISITOS Y ELEMENTOS PARA LA EMISIÓN DE LA VOLUNTAD

ADMINISTRATIVA
Se debe cumplir determinados requisitos o elementos necesarios antes de la
exteriorización de la voluntad administrativa, los cuáles son:
1. Competencia
Son todas aquellas atribuciones que le corresponde a cada órgano de la
administración pública, las cuales se encuentra positivizadas cumpliendo de esa
forma el principio de legalidad, por ende, cada órgano desempeña sus actividades de
acuerdo con los dispuesto en las normas jurídicas, es decir, con sus limitaciones lo
que puede o no hacer.
Según el tratadista Argentino Manuel María Diez define a la competencia como
“el conjunto de facultades de que es titular el Estado. Todo órgano no tiene
abstractamente la posibilidad de ejercer el derecho del Estado sino solamente la
parte que entra su competencia” (Diez, 1961, pág. 165); de esta manera, aquellas
competencias se encuentran señaladas en la (Constitución de la República; 2008) en
el artículo 226 que estrictamente se debe ejercer las “competencias y facultades que
sean atribuidas por la Constitución y la Ley”, aquellas competencias deben tener
siempre en cuenta la materia en relación a que cada órgano ejerce atribuciones
diferentes conferidas por la ley, el territorio precisando el lugar físico en el cual
pude realizar determinada actividad y por el ultimo el tiempo en cuanto al lapso de
realizar la actividad administrativa, sino carecerán de validez aquellos actos
emanados por el sector público.
Teniendo en cuenta que cada órgano tiene su competencia de acuerdo con la
materia, tiempo y territorio limitadas por la Constitución, leyes o reglamentos, ahora
estas competencias tienes características según el jurista Roberto Dromi las cuales
son las siguientes.
 Expresa: Debe estar señalada en cualquier norma del ordenamiento jurídico,
es decir, debe estar positivizada en la ley, decreto, reglamento, ordenanza;
siempre tomando en cuenta su jerarquía y, aquel órgano de Estado tenga esas
facultades.
 Improrrogable e Indelegable: Asumiendo que no se encuentre autorizado en
la ley; lo que se busca con esta característica es la existencia de la seguridad
jurídica del Estado, por la razón que cada función debe cumplir son su fin de
acuerdo con su competencia o fin de determinado organismo o dependencia
del Estado, con el objetivo siempre de servicio e interés colectivo; como
resultado garantizar de los derechos constitucionales.
Como síntesis (Villegas, 1064, pág. 333) expone tres principios fundamentales de la
competencia administrativa, los cuales son:
1) Está determinada por el Derecho objetivo y, en consecuencia, ninguna
competencia puede existir en el ámbito del Derecho Administrativo sin una regla
de Derecho Administrativo que la regule.
2) Se establece en el interés público y no en el interés privado, y por ello tiene
carácter improrrogable.
3) La competencia pertenece al órgano y en ningún caso a la persona que lo
representa como titular. La competencia es un atributo del órgano
administrativo,
nunca de investido en la calidad del órgano.
2. Causa
Para que la Administración Pública exteriorice su voluntad el cual es el acto
administrativo debe existir siempre un motivo, pero existe controversia sobre esto ya
que, según la teoría del acto administrativo, se considera que este elemento como es
la causa no es esencial ni autónomo del acto administrativo, sino que es un requisito
de la voluntad. (Cassagne, 2002, pág. 103)
El jurista (Secaira Durango, 2004, pág. 187) dice que “es la suma de
antecedentes que exigen de la voluntad administrativa; es la razón o motivo por la
cual la administración pública se ha puesto en movimiento”. Es decir, la “causa”
pone en movimiento el acto administrativo y de esa forma se expresa la voluntad
administrativa.
Pero aquella “causa” del acto administrativo es limitada por dos razones
expuestas así (Bielsa, 1980, pág. 43) determina que: la primera es que tal institución
esta direccionada a un fin especifico y el segundo que no puede ser por intención o
causa de impulsión por parte del servidor público porque siempre debe regirse a el
interés colectivo; si el acto administrativo no se encuentra motivado por lo tanto
produce el efecto de nulidad absoluta.
3. Objeto
Se entiendo por objeto el contenido del acto administrativo pero que significa
esto, según Marienhoff menciona que pude ser “positivo o negativo, en cuanto
mediante el acto se puede aceptar o rechazar una solicitud o se puede disponer que
se realice algún hecho o acto, o puede negarse tal realización”, ahora teniendo en
cuenta tal definición; el objeto es la aceptación, certificación, orden de una situación
jurídica, por consecuencia debe conocer esta acción los administrados.
El objeto comprende: las materias que necesariamente forman parte del acto y
sirven para individualizarlo (contenido natural); las cuestiones mandadas a contener
por imperio de la ley (contenido implícito), y las cláusulas que la voluntad estatal
pueda introducir adicionalmente en forma de condición, y termino y modo
(contenido eventual). (Dromi, 1995, pág. 214)
Tras lo expuesto, el contenido del acto administrativo se distingue por tres partes
las cuales son:
3.1. Contenido Natural
En este se encuentra la decisión concreta de la administración, por ende,
forma parte obligatoriamente del acto administrativo con el fin de producir
efectos jurídicos, sin la producción de ellos carece de existencia.
3.2. Contenido Implícito
Es aquel que no se menciona en el acto, pero se tiene la percepción que se
encuentra incorporado
3.3. Contenido Eventual
Estas disposiciones suelen ser adicionales, con el objetivo que produzca un
efecto diferente a los que normalmente produce.
4. Finalidad
La finalidad siempre de la administración tiene que guardar concordancia con lo
expuesto en la ley, en lo que corresponde a su competencia de cada órgano
administrativo, con un enfoque legalista, eternamente desarrollando un fin de interés
colectivo.
Es así que si dicha finalidad legalista se llega a quebrantar comprende no
solamente el fin encubierto, sino también el fin que, directa o indirectamente, no
responda al interés público concreto exigido para el caso en cuestión, cualquiera sea
la índole de la actividad (reglada o discrecional) (Cassagne, 2002, pág. 123)
5. Razonabilidad
Para la emisión de los actos administrativos debe contar con que deben ser
razonable y coherentes, por tanto, se debe tomar en cuenta dos circunstancias; la
primera como es de hecho y de derecho, tales hechos le sirven de alguna forma
como respaldo de su decisión guardando relación con las normas que va a aplicar y;
la segunda como es la base de la proporcionalidad que de una manera fácil de
entender seria que la autoridad debe emitir su voluntad guardando relación entre el
hecho y derecho.

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