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INTEGRANTES
- Antonella S. Refuto
- Osvaldo Baldi Oliva
- Carlos G. Barrio
En esta convención se reconoce que varias regiones del mundo se ven azotadas por
estos fenómenos, y que acarrean graves consecuencias, desde lo económico hasta lo social.
Se define la desertificación como: “la degradación de las tierras de zonas áridas,
semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como la
variaciones climáticas y las actividades humanas” y la sequía como: “fenómeno que
se produce naturalmente cuando las lluvias han sido considerablemente inferiores
a los niveles normales registrados, causando un agudo desequilibrio hídrico que
perjudica los sistemas de producción de recursos de tierras”.
Se establece que los países en desarrollo afectados y los países que comprendan los
Anexos de la Convención deberán realizar planes de acción nacionales (PANs). Estos
planes tienen el fin de investigar los factores que causan la desertificación, ver las medidas
necesarias para luchar contra ello y optar por medidas de prevención. Deberán también
determinar los actores, los recursos y otras circunstancias particulares de cada estado e
inclusive pueden reglar factores adyacentes que tengan relación con la desertificación,
como, por ejemplo, la educación, la pobreza, o la seguridad alimentaria, entre otros.
Logrando así que toda la sociedad, desde agricultores hasta organizaciones, participen en la
realización de las PANs.
Cada municipio podrá fijar las metas poblacionales sobre las que se regulará la
ocupación del suelo para cada espacio en base a las densidades poblacionales, con el
objetivo de vincular e integrar los distintos espacios e interconectarlos con un trazado
vehicular pertinente respetando la distribución de los espacios verdes o libres públicos
necesarios en cada uno, y los factores de
ocupación total y del suelo que determinarán los volúmenes edificables, dejando centros de
manzanas libres de edificación.
Los municipios a partir de ordenanzas van a poder determinar qué zonas del suelo
urbano pueden encontrarse total o parcialmente inactivas, como por ejemplo por la
edificación necesaria, la provisión prioritaria de servicios y los equipamientos
comunitarios, etc. En cada zona se permitirán todos los usos compatibles entre sí,
localizando los nocivos o peligrosos en distritos especiales.
Según establece dicho decreto existe la posibilidad de crear nuevas zonas, siempre
que sean propuestas por los municipios, aprobadas por el Poder Ejecutivo Provincial y
cuando respondan a una necesidad debidamente fundada mediante un estudio que tome en
cuenta las orientaciones y previsiones del Plan Regional imperante, donde se justifiquen los
motivos y necesidades de estas nuevas creaciones, especificando las funciones que
cumplirán, analizando las ventajas de la localización elegida, demostrando la existencia del
correcto abastecimiento de agua potable y la dotación de los servicios esenciales que
garanticen las necesidades de la población a la que deberá servir, justificando sus
dimensiones asignadas, la trama circulatoria, las normas de uso, ocupación, subdivisión,
equipamiento y edificación del suelo y la localización de espacios verdes. Estos últimos serán
dimensionados en base a la población potencial tope de los núcleos urbanos establecida por el
Plan de Ordenamiento, adoptando un mínimo de diez metros cuadrados de área verde o libre
por habitante, dentro de las que deberán existir plazoletas, plazas (a razón de 3,5m2/hab),
parques urbanos (a razón de 2,5m2/hab) y parques públicos, ya sean comunales o regionales
(a razón de 4m2/hab).
Decreto - Ley 10.081/83, mod. por Ley 10.462, 11.477, 12.063 , 12.257 y 12.608 -
Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
La similitud principal entre ambos conceptos radica en que ambos deben ser entendidos
como las porciones reales mínimas en las que se puede dividir la cosa para su
aprovechamiento económico. Es decir, prevén que al momento de evaluar la
divisibilidad de una cosa, como el caso de un predio rural, se tenga en cuenta que esa división
no torne antieconómico su uso y goce y que cada una de las partes tenga la misma calidad que
el todo.
Siguiendo esta línea de ideas, el artículo 256 del CCyCN del Capítulo 3°- Vivienda, que
habla del inmueble rural al establecer “Las disposiciones de este Capítulo son aplicables al
inmueble rural que no exceda de la unidad económica, de acuerdo con lo que establezcan las
reglamentaciones locales”, reafirma la idea de que serán las reglamentaciones locales las que
determinen la extensión de las UE. A su vez, podemos establecer que se considerará vivienda
a aquel inmueble que no exceda la UE y por tal motivo, podría ser considerado como bien de
familia.
Por último, el artículo 2330 del CCyN toma el concepto de unidad económica rural
(porción mínima de un predio rural productivamente rentable) y lo traspola incluyendo otro
tipo de unidades económicas mencionadas en el inciso B tales como establecimientos
comerciales, industriales, agrícolas, ganaderos, mineros, entre otros. A su vez, este artículo
extiende como acto de última voluntad la indivisibilidad de estos por un plazo de hasta 10
años. Es por estos motivos que podemos hablar de una Unidad Económica Ampliada.