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MATRICULA:
100579918
SECCIÓN:
297
MATERIA:
PROFESORA:
ANGELAFERNANDEZ R
INTRODUCCION
En 1930 hubo una crisis en el país y una revuelta contra el presidente Horacio Vázquez.
Oficialmente Trujillo se mantuvo neutral, pero según algunas fuentes Trujillo empezó a
planear un golpe de estado al mismo tiempo. A causa de las revueltas, Vázquez renunció a
su cargo y se convocaron elecciones en que Trujillo se presentó como candidato. Trujillo
tenía mucha influencia en las Fuerzas Armadas y la utilizó para presionar a los opositores a
renunciar sus candidaturas. Según las fuentes, Trujillo usó métodos muy brutales, como
encarcelamientos, golpeados e incluso asesinatos para eliminar sus oponentes y para ganar
las elecciones. En realidad ganó porque se quedó como único candidato.
Resistenci al Régimen de Trujillo
En 1930, Rafael Leónidas Trujillo era Jefe del Ejército del presidente Horacio Vázquez,
cuando un movimiento cívico, encabezado por Rafael Estrella Ureña, amigo y colaborador
suyo, desplazó del poder al presidente. Trujillo venció en las siguientes elecciones de mayo
de 1930.
Una vez asentada la mecánica del Partido, y durante los primeros años, Trujillo se deshizo
de los caudillos locales, sembró el terror en cuantas ocasiones dudó de que se le respetara y
perpetró la mayor masacre de la historia del país en octubre de 1937. Entre cinco y veinte
mil haitianos fueron pasados a cuchillo, para que parecieran peleas entre campesinos. Los
motivos fueron varios: desde satisfacer el más mezquino racismo de las élites dominicanas,
al temor de Trujillo a ser impopular si los haitianos restaban empleos a los dominicanos y a
los frecuentes conflictos entre trabajadores en una frontera cada vez menos definida. Pero
todavía pudo frenar Trujillo el escandalo con una cuantiosa indemnización, como
compensación por los “incidentes fronterizos”, sin reconocer nunca la matanza.
Quizá el primero de ellos fuera el secuestro en 1950 del líder obrero Mauricio Báez,
traicionado por su amigo Eufemio Fernández, según expone. En su versión, Eufemio
Fernández habría sido contratado por el recién nombrado jefe de Inteligencia y predecesor
del siniestro Johnny Abbes García. En otros casos, si se trataba de personas de relevancia
social en la sociedad dominicana, no se las eliminaba enseguida, pero no se les permitía
estar inscritos en el Partido y, con ello, su desgracia estaba sentenciada. Eran los
denominados “desafectos”.
Trujillo decidió hacer un reflejo de “Democracia”, aunque no era cierto, debía aparentar
que así era su gobierno por lo que invitó al país a los que fueron exiliados durante la
dictadura, aunque esto no duró mucho, desde que a EE.UU se les fue esa idea de la cabeza,
Trujillo siguió oprimiendo y violentando los derechos del pueblo dominicano. Aprobó la
situación, posterior a la segunda guerra mundial; porque los productos exportados tienen
subido de precio, para enriquecerse más, mientras que los obreros subsistían en condiciones
deplorables, van se organizaron en sindicatos para exigir sus derechos y protestar contra es
régimen tan altruista, sin embargo, Trujillo los reprimió. Cabe resaltar que, Trujillo hizo
inversiones industriales, ya que se crearon manufacturas de: Chocolate, cemento, algodón,
papel, embutidos, clavos, vidrio, café, dulces pan, pinturas, entre otras
En el 1947, en que Trujillo pago o la deuda externas. Eran yerra el hombre más rico del
país. Dueño de empresas, fábricas, haciendas, y otros negocios, su poder sobre la población
dominicana total. Era el que poseía más poder, era el dueño del territorio dominicano.
La centralización del poder y las riquezas obstruyeron el desarrollo económico y social del
país. Una de las primeras conspiraciones realizadas desde el exterior contra el dictador fue:
La expedición de Cayo Confites fue un movimiento militar contra Rafael Trujillo originado
en Cuba en 1947 que promovió la invasión armada para derrocar el régimen. Sin embargo,
Trujillo se informó de que estaban planificando esto en su contra y presionó al gobierno
cubano para que no apoyara a los dominicanos y que frustrara los planes de los
conspiradores. La expedición de 1959, fue descubierta y se volvió un completo fracaso en
términos militares; trajo consigo conciencia al pueblo dominicano de modo que se formó
un grupo clandestino de denominado.
Los hechos nos llaman a la conciencia… a pensar si los gobernantes de nuestros tiempos
están actuando paralelamente o están siguiendo la misma trayectoria que el dictador
Trujillo, ¿está permitiendo nuestro gobernante que nuestros derechos sean violentados? O
¿está protegiendo la libertad de cada individuo que conforma el país?, Sin duda alguna,
como dominicanos que conocemos la historia no está bien que cometamos los mismos
errores que nuestros antepasados vivieron, es necesario que se busque la manera de que
nuestro país sea libre en todos los ámbitos, que haya equidad y que la justicia reine ante
todas las circunstancias.
Los intentos de derrocamiento de Trujillo: Constanza, Maimón y Estero Hondo (14 de junio
de 1959)Las expediciones contra el trujillismo de 1959 fueron denominadas así porque un
numeroso grupo de exiliados entró al país desembarcando en el poblado de Constanza y en
las playas de Maimón y Estero Hondo. Provenían de La Habana, donde el Gobierno cubano
había apoyado al Movimiento de Liberación Dominicana (MLD). El Movimiento y su
brazo armado, el Ejército de Liberación Dominicana, se habían fundado en La Habana en
marzo de 1959, integrados por la fusión de varias organizaciones de dominicanos en el
exilio y una
representación de ellas se había trasladado a para recabar el apoyo del presidente Rómulo
Betancourt, quien contribuyó con la suma de 150.000 USA$
E. Cordero Michel, aunque no hay datos concretos de la actitud de Fidel Castro al respecto
de una ayuda directa a los dominicanos, si se sabe que ascendió a Teniente a Jiménez Moya
y lo incorporó a la tropa; y, cuando fue herido, poco después, lo promovió a capitán.
Seguramente no era un antecedente baladí que Fidel Castro hubiera sido uno de los
participantes en Cayo Confites, en 1947, que logró huir y no entregó las armas ante la
derrota. Un auténtico desafío a Trujillo Junto a los combatientes, encontramos
documentada la presencia de apenas cuatro mujeres que recibieron entrenamiento militar al
igual.
Una de las primeras medidas del gobierno conformado por Ramfis Trujillo y Joaquín
Balaguer fue gestionar que los Estados Unidos colaboraran para que la Organización de
Estados Americanos levantara las sanciones económicas impuestas al país desde agosto de
1960.
En el plano político, por primera vez después de 30 años de férrea tiranía, los dominicanos
comenzaron a disfrutar las ventajas de la libre expresión del pensamiento y del pluralismo
político a través de la existencia de varios partidos políticos. Se rompía así la
obligatoriedad, que imperó a lo largo de la dictadura, de pertenecer a un partido único, que
es una de las características de los regímenes totalitarios, como el que implantó Trujillo en
República Dominicana.
Así, durante las primeras semanas de julio de 1961 tres organizaciones políticas iniciaron
sus actividades públicas: el Partido Revolucionario Dominicano, fundado en Cuba en 1939,
cuyo líder principal era el escritor Juan Bosch; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio,
dirigido por el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, y cuyo nuevo nombre fue Agrupación
Política 14 de Junio; y la Unión Cívica Nacional, institución mayormente integrada por la
clase media y alta, presidida por el doctor Viriato A. Fiallo. Poco después surgieron otros
partidos minoritarios que contribuyeron a la educación política de los dominicanos en el
ejercicio de las libertades públicas al tiempo de darles la oportunidad de escoger por su
propia voluntad al candidato de su preferencia para dirigir los destinos nacionales. Los
Trujillo abandonan el país.
Los seis meses transcurridos entre junio y noviembre de 1961 fueron turbulentos y
traumáticos. Mientras, por un lado, el Gobierno trujillista aplicaba una política de terror y
violencia en plena luz del día, por el otro, la naciente oposición política comenzaba a perder
el miedo frente a los organismos represivos (como el Ejército, la Policía Nacional y sobre
todo el Servicio de Inteligencia Militar, SIM). Las protestas públicas, cada vez más
masivas, fueron multiplicándose en todo el territorio, exigiendo la salida del país de los
Trujillo, la renuncia de Balaguer y de los principales colaboradores del antiguo régimen.
Los días 18 y 19 de noviembre de ese año constituyeron el punto final para los remanentes
del trujillismo. En la Base Aérea de Santiago, el general Pedro Ramón Rodríguez
Echavarría se pronunció contra los Trujillo y lo mismo hizo el general Andrés Rodríguez
Reyes en la capital. Pero ya Ramfis Trujillo había decidido abandonar Santo Domingo con
destino a París, Francia, cosa que hizo el día 18, siendo seguido por sus tíos y otros
familiares, que se dirigieron hacia otros países. Pero antes de viajar al extranjero, Ramfis
Trujillo, en persona, se trasladó a una finca propiedad de su familia llamada Hacienda
María (en las proximidades de Haina), y allí, junto con algunos de sus más cercanos
colaboradores, asesinó a los seis héroes de la conjura del 30 de Mayo que desde junio
guardaban prisión en las cárceles de la dictadura, donde padecieron las más espantosas
torturas. Ellos fueron Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel Cáceres Michel (Tunti),
Roberto Pastoriza Neret, Huáscar Tejada, Pedro Livio Cedeño y Modesto Díaz Quezada.
Tan pronto la población se enteró de que la familia Trujillo y algunos de sus colaboradores
más cercanos habían huido del país, la alegría fue colectiva. A lo largo del territorio
nacional muchedumbres se lanzaron a las calles a festejar la trascendental noticia, mientras
otros grupos se dedicaron a derribar bustos, estatuas, letreros, en fin, todo lo que
simbolizara al dictador Trujillo y a su familia. Muchas propiedades de los Trujillo también
fueron objeto de la furia del pueblo que, durante tantos años, había tenido que reprimir sus
deseos de libertad. La capital de la República recuperó su antiguo nombre de Santo
Domingo y se inició el período que entonces se llamó “la destrujillización”. Los
dominicanos fueron preparándose gradualmente para una nueva forma de convivencia en
sociedad y mucha gente del pueblo comenzó a utilizar vocablos que antes no formaban
parte del léxico cotidiano, tales como: libertad, amnistía, derechos civiles, justicia social y
democracia, entre otros.
Aun cuando todavía la mayor parte de la población vivía en zonas rurales, lo cierto es que a
partir de la desaparición de la tiranía trujillista la nación dominicana entró en un acelerado
proceso de urbanización y modernización política, económica y social inspirada en el
modelo de la democracia representativa.
Constituyente para redactar una nueva Carta Sustantiva, consistía en organizar elecciones
generales para elegir los nuevos mandatarios de la nación. La consulta electoral fue fijada
para el
20 de diciembre de 1962 resultando electo presidente Juan Bosch, líder del Partido
Revolucionario Dominicano.
El derrocamiento de Bosch tomó por sorpresa a mucha gente. La mayoría del pueblo,
empero, rechazó de plano el desatino de los militares golpistas, pero las medidas represivas
del gobierno defecto fueron efectivas impidiendo una reacción escalonada de las masas que
deviniera en una revuelta civil. Sin embargo, al cabo de casi dos meses tendría lugar un
levantamiento armado con el fin de restituir a Juan Bosch al poder.
En poco menos de un mes, el ejército del gobierno de facto logró derrotar a los
revolucionarios, quienes se fueron a las montañas sin haber recibido un riguroso
entrenamiento militar y sin haber hecho la coordinación necesaria para que en las ciudades,
mientras ellos combatían al ejército en las montañas, se llevaran a cabo acciones de
guerrillas urbanas. La gran mayoría de los revolucionarios fue hecha prisionera, pero
Manolo Tavárez Justo y más de diez de sus compañeros que decidieron entregarse a las
autoridades, luego de reconocer que su causa estaba perdida en el plano militar, fueron
fusilados el 23 de diciembre de 1963.
Después de esos acontecimientos luctuosos, la caída del Triunvirato era cuestión de tiempo.
Pero transcurriría poco más de un año para que surgieran las condiciones objetivas y
subjetivas que hicieron posible deponer al Triunvirato. Así, en la madrugada del 25 de
abril, Donald Reíd Cabral, presidente del gobierno de facto se vio forzado a renunciar,
siendo sustituido por José Rafael Molina Ureña, como Presidente provisional. Molina
Ureña había sido presidente de la Cámara de Diputados en el gobierno de Juan Bosch y
como el presidente del Senado, que lo era Juan Casanovas Garrido, no estaba en el país, de
acuerdo con la Constitución de 1963 le correspondía al primero desempeñar la Presidencia
hasta que su titular constitucional regresara al país.
La nueva crisis política que surgió a raíz del golpe que depuso al Triunvirato dividió a las
Fuerzas Armadas en dos bandos irreconciliables: el de los constitucionalistas, que en
principio lideraba el Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez (quien se encontraba en
el exilio), y el de los adictos al Triunvirato, que además se oponían al retorno de Bosch.
Este último grupo, con asiento en la Base Aérea de San Isidro, donde operaba el poderoso
CEFA, lo dirigía el Coronel Elías Wessin y Wessin.
Los militares constitucionalistas, entre los que se destacaban Francisco Alberto Caamaño,
Manuel Núñez Noguera, Hernando Ramírez, Héctor Lachapelle y otros, decidieron
distribuir armas entre la población civil a fin de oponer resistencia al grupo militar de San
Isidro y también al grupo de San Cristóbal, que habían designado una Junta Militar que
apenas duró tres días. En cuestión de horas, estos dos bandos militares iniciaron una serie
de enfrentamientos bélicos que desencadenaron en lo que se conoce como Revolución de
Abril.
El presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, atendiendo a una petición que le
hizo la Junta Militar de San Isidro, ordenó el envío a la República Dominicana de tropas de
la Infantería de su país con el propósito de proteger las vidas de ciudadanos
norteamericanos que “supuestamente estaban en peligro”. Fue la segunda ocasión en que,
durante el siglo XX los Estados Unidos ocupaban militarmente República Dominicana;
pero, a diferencia del período
La guerra de 1965 (que a raíz de la intervención americana devino en Guerra Patria) arrojó
más de 5,000 muertos y cientos de heridos. Asimismo, agudizó la crisis económica de la
nación y reavivó el antagonismo tradicional entre los sectores liberales y conservadores que
desde la fundación de la República se han enfrentado tratando de controlar el poder
político.
CONCLUSIÓN
Cassá, Roberto 2001 “Algunos componentes del legado de Trujillo”, Iberoamericana, año
I, núm. 3, septiembre, pp. 113-127.