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Una de las consecuencias de la ocupación fue el ascenso al poder de Rafael Leónidas Trujillo. Trujillo, miembro
de la Guardia Nacional creada a principio de 1919 por Estados Unidos y no obstante a ser una persona de
calidad moral cuestionable, recibió altas calificaciones por parte de los oficiales militares estadounidenses y
finalmente se convirtió en jefe de personal del ejército del país en 1928.
A raíz de las elecciones fraudulentas de 1930, Trujillo se convirtió en presidente del país. A pesar de que el
Departamento de Estado de Estados Unidos vio en Trujillo una especie de "Frankenstein, que cobró vida
gracias a los Marines de Estados Unidos" y que probablemente sería causa de nuevos levantamientos, fue
apoyado por el gobierno estadounidense cuando sus tácticas de mano duran evitaron la necesidad de una
intervención militar. Gracias al beneficio del control de Estados Unidos sobre las aduanas del país, Trujillo
pudo desviar fondos para su ejército y suprimir la disidencia interna.
La corrupción política, la fuerza militar, la tortura, el asesinato, el nepotismo, los monopolios comerciales y el
manejo personalista del tesoro nacional de la República, le permitió a Trujillo acallar a sus opositores y
amasar una fortuna superior a los 800 millones de dólares de la época.
- El control que ejercía sobre el Ejército Nacional, quien además funcionaba en favor de
sus intereses personales.
- Abusos por parte de las fuerzas militares, quienes estaban en favor del dictador. Hizo uso
del poder militar para enriquecerse a sí mismo y a sus más allegados.
3-El concordato.
El 16 de junio de 1954 se firmó en el Vaticano el concordato entre la Santa Sede apostólica y República
Dominicana. el concordato nuestro como explícitamente se afirma en él es un concordato de amistad alianza.
dice así “La Santa Sede apostólica y la República Dominicana, animadas del deseo de asegurar una fecunda
colaboración para el mayor bien de la vida religiosa y civil de la nación dominicana, han determinado estipular
un concordato que constituye la norma que ha de regular las recíprocas relaciones y las altas partes
contratantes, en conformidad con la ley de Dios y la tradición católica de la República Dominicana”