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Ardoino La Intervencion Imaginario Del Cambio o Cambio de Lo Imaginariopdf
Ardoino La Intervencion Imaginario Del Cambio o Cambio de Lo Imaginariopdf
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bwlfat&l 11La bitJJvJp4080 ÍJll/}h ÍM ~que sobreviene en relación con un estado preexistente.
· Cuando las ciencias humanas re.cogen· esta noción para su
propio uso, le conceden supuestamente un sentido más técnico
y, por lo tanto, más preciso. En psicología clínica, su empleo
;iarece deberse .¡¡ J. Favez-Boutonier y M. Monod. Empleada a
;iartir de 1963, debe distinguirse del examen psicológico y de
los tests con los cuales a veces se combina. Con referencia 0 l?.s
LA !NTERVJ:~NCION: ¿IMAGINARIO DEL CAMBIO O hipótesis psicoanalíticas relacionadas sobre todo como ios fenó-
~;: C.!\11BIO DE LO Ilv!AGINARIO? menos transferenciales, esta noción distingue el acto mediante el
cual el psicólogo establece, entre él mismo y el sujeto, cierto ti-
1
au:let :l'~ff ;io de relaciones humanas que pueden inducir una dinámica,
que tiene ya un carácter terapéutico, en comportamientos. (2)
Para la psicología social, y más particularmente para Ja psico-
sociología, Ja intervención se convierte en u.n procedimiento clí-
:üco aplicado a las "comunidades prácticas" (3) más o menos
I. ¿DE DONDE VIENE LA 'INTERVENCION? grandes que, dependiendo del enfoque teórico con que se !as
~borde, pero también según sus especificidades funcionales y
A pesar de una práctica eiectiva de treinta años, la noción de in-
¡ ter-iencíón que busca designar este trc.yecto, sigue siendo V2.ga y
simbólicas,. se diferenciarár'i:- en grupos, organizaciones e institu-.
arríbigua. _.;demás, la etimologí~ _nos introduce en prinCipio en
1 cienes. Ciertamente el objetivo de tal práctica, cuyos caracte~es
profesional y oneroso se afirmarán con rapidez, es el "conoci-·
esta equivocidad. Intervenir (d.el"l8.tín interventio) es venir entre, 1
miento" de las situaciones estudiadas; pero lo .es todavía más
.interponerse. Por esta razón, en el lenguaje .corriente, esta pala-·
!a dinámica de la evoluciém y del cambío aue puedan derivarse
bra es si~1ónirno de mediación, de intercesión déOuerios oficios,
1
~e ella. · · ·-
de ayuda, de apoyo, de cooperación; pero también, al mismo
tiemj)o o en otros contéxtos, es siriónimo de intromisión: de.
, En este contexto· disciplinario en el que a partir. de ahora nos
injerencia, de ~ntrusión en las que la intención violenta: o cuando
. dtuaremos, sin excluir desbordamientos inevitables cuando és-·
rnenos co1Tectiva, se puede convertir en mecanismo regulador,
',tos nos parezcan necesarios, el concento lewiniano de investi-
1 gación-acción parece aportar un fundamento teórico y una ga-
puede asocia:· ¡,, coerción y la represión para el mantenimien-
1, rantía a la práctica de la intervención: La investigación y la prác-
to o el restabiecimiento del orden establecido. De esta forma,
':la interv_ención" de las iuerzas armadas, militares-.. o ·polic'f...:;.· ' tica, disociadas tradicionalmente, pueden encontrarse entonces .
acas, evoca, más que la asistencia y el auxilio que pueden de-· ventajosamente reunidas. Así, el mito de la objetividad, tan apre-
pender eventualmente de ellas (por ejemplo, en el caso de ciado en nuestras concepciones positivistas de la ciencia, ha si'
salvamento), 1a coerción y la ang\lstia que acarrean estas operacio-
'do recusado parcialmente. En lugar de verse repudiada como an-
n¡:s Qrutales. En ferina parecidái una "intervención quirúrgica" . :es, la implicación recupera un lugar central al convertirse ella
es sien1prc vivida con10 traumatizante, aun en el caso de que sea
: "1isma en objeto de estudio, siendo a_ia vez sesgo y factor re-
benigna o de que su necesidad vital no ofrezca duda alguna. (1) lativizado del conocimiento. Nuevas formas del análisis social
l\ estas prirr1eras acepciones se añaden aun, en el uso del tér~ se vuelven concebibles, rnientras que, hasta ahora, las in<·estigacio-
mino, las ideas de operación) de traiamientot de factores más o :ies tendían a ser una calca de las metodologías experimentales
menos determinantes o de causas inc-identes. En Derecno Ci~ de las ciencias nobles y maduras a las que las jóvenes ciencias
vil, es el acto que tiene lugd cu;mdo un tercero que no tomaba humanas buscaban asemejarse; De los laboratorios científi-
parte normalmente en una eón testación judicial, se presenta para cos y las experimentaciones reducidas a la manipulación de
participar en ella y hacer váler sus propios derechos o sostener variables'; en el seno de modelos hipotéticos para la administra-
los de una de- las partes pri:lcipales. Es notable que en todos es- ción de la prueba, se pasa a la perspectiva de una búsqueda de
tos· sentidos, la intervención aparezca como el acto de un ter- datos, incluyendo los testimonios obtenidos en "laboratorios" a
~
cielo abierto, que coincida con tal o cual .resquebrajamiento
13 < ~ -·
'{{-
de la realidad social. La entrevista, el cuestionario, la encuesta,
. . se
.
tra aauí con la historicidad, de la cronología. Esta traduce en
el análisis de contenido, -la restitución de la información ···bajo progr~ma y,-· consecuentemente: permite una cierta· sustitu~
1
la forma de "feedback" (F. Mann), forman parte naturalmente ción de sus diferentes módulos er/:re sí; aquélla) corno historia
de esta nueva teo~~;ugía del tratamiento_ de .la información. Pe· y como duración, se encuentra maceada fund2.mentalmente por
ro !a ·ct;i;~m1ca de los gn¡pos, entendida a la vez como modelo de la irreversibilidad. La i:1tervención se distingue pues de la forrna-
funcionamiento de un campo microsocial ("Teoría del campo") ción, sin por ello dejar de pertenecer a la colTiente psícosocioló-
y corno práctica.de formaCión-sensibilización (Grupo T), carac- gica de la que ha nacido. Este proceso de "oposición-rechazo-di-
teriza igualmente este procedimiento. Efectivamente. a~n ar.7,c.; ferenciación-conserv2.ción ··de lazos de parentesco" se ha· vuelto
de distinguirse como metodología de aproxirno.ción al seno de las característico en el campo de la psicología social durante el siglo
organizaciones, la intervención s~ c~-:.cuentra asociadaj ~gualmen~ XX. En efecto, los psicosociólogos mismos ercu1 ya los heredew
te en un sentido tér..:nico, pero n1ás restringido, a todas las prác~ ros de los organizadores. En este sentido, además, Taylor y los
ticas de formación. Se hablará así de las "intervenciones" del representantes de la organización científica del trabajo practica-
monitor o de tal Q cual participante en un grupo de diagnóstico, ban, rnucho antes de que se las reconociera como tales, "inter-
como se habla comúnmente de la intervención televisada del venciones" en las empresas donde operaban. (4) Pero estas in·
Presidente de la República o de la intervención de un líder de tervenciones eran más descriptivas, más explíciúµnente nonnati·
la oposición o de un parlamentario en la Asamblea Nacional. vas en nombre del método privilegiado por los organizadores.
En este sentido, el profesor interviene constantemente en su Como reacción, la COlTiente de las relaciones human.as, con Mayo
práctica educatirn v de enseñanza. Pero la inter"ención del con·· y Roethlisberger, cuestiona cierto número de postulados y de
sultor en una orga~iza~ión difiere también del rol dí?. . forn1ador axiomas de estas ideás de método y de Jos procedimientos que
en cierto númeró de 2.spectos, conservando sin embargo, con inspira. A partir de est~, todo un aporte en principio psicotera-
éste, lazos de parentesco que será necesario precisar brevemente. péutico (el counse!ing de C. Rogers) y posteriormente socio-
Aun cuando ambos tienen por objetivo el cambio personal o terapéutico (de Bion a Jaque), va a combinarse con la perspectiva
inter.personal en la situación grupal (rnicro-scicial) en la que se de Ja dinámica de campo elaborada por la escuela lewiniana, para
desarrollan, las acciones de formación en profundidad, que al los· fenómenos rnicrosocja1es. La eventu?.l rehabilitación de la
mismo tiempo conforman en· ciertos ·aspectos los procedimien· afectividad,· a partir- de la revelación psicoa-"1a!ítica de la econo-
tos educativos, y la aproximació"n psicoterapéutica -se definen mía libidinal inconsciente (pulsiones~transferencia), conducirá
por su carácter ad-hoc. Ya se trate de sesiones puntuales de una · a cierto punto de vista del funcíonar:iiento social y de reparación
o varias jornadas"";. o de largos ciclos extendidos en e! tiempo, los ' de los disfuncionamientos. En un caso, el método era la fuente
participantes son extraídos de su medio profesional habitual pa· del pensamiento aplicado correc;.c.ment.e a las dificultades de la
ra verse inscritos en el medio artificial de formación, en una si· acción y debía· evitar los errores; er1 el otro caso, un tratamiento
tuación de "cursillificación" (stagification) (J. Guigou). La in- psicoterapéutico pennitía a la.s org2nizaciones recuperar la salud
tervención psicosociológica pretende dirigirse a grupos naturales comprometida en las crisis. Cua..rido el anáiisis institucional (La-
cuya historia y estructuras no serán descuidadas. No obstante, passade, _Lourau) por un lado, y el psicosocioanálisis (Mendel)
conviene recalcar que el simple hecho de incorporar un "dispo- por el otro cuestionaron a ·su vez 12.S hipótesis de la psicosocio-
sitivo analizador", un grupo de intervinientes, e introducir con· logía de las relaciones humanas y de los grupos restringidos, sub-
diciones sistemáticas de análisis er1 grupos naturales acarrea una rayando la especificidad de la imeíigibilidad de lo macrosocial,
cierta artificialización d~ lo vividoA El fenómeno es aún más de las estructuras y las características fundamentales de la orga-
acentuado cuando ciertos estilos de intervención tienden a con- nización, de la·s significaciones y Jz.s funciones simbólicas de la
tentarse con ulnterve:nciones breves'', de nuevo puntuales y con institución y contribuyeron al poner en evidencia los fenóme-
frecuencia únicas, esperando ingenuamente efectos durables me- nos de poder y sus dimensiones políticv.s) no queda.rón por ello
diante esta especie de electro-shock micro-social. En la mayor al margen de Ja prolongación de los psicosociólogos, sobre todo
parte de.las prácticas, la temporalidad es un componente funda- en lo que respec-ta a la práctica clínica.
·~
mental de la intervención. .. :.·.· .. ·· ... " En un prirrier esfuerzo de sínt.é::is) pueden señalarse, con D.
Por supuesto, se debe distinguir la temporalidad que se en cu en- Anzieu, (5) tres grandes corrientes sobre las que se apoyan las
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representaciones científicas y sociales del grupo. La primera, punto de vista refoimist.<i, la· aproximación sistémica tiene como.
ilustrada por la escuela de la dinámica de grupo~ (K. Lewi.n); función, frecuentemente, permitir que las descripciones de la
aplica al campo micro-social un modelo derivado de 12.s cien- sociología de las organizaciones se vuelvan "operacionales". (8)
. cías físico químicas (campo de fuerza electromagnético) tradu· Sin negar necesariamente la ·importancia de las fuerzas políticas
cido por formulacioLes matemáticas (álgebra topológica). La que estructuran el camp_o· social y atraviesan Jos grupos restrin-
segunda, inspirada en el psicoanálisis y partiendo de los tra- gidos, el interviniente se definirá naturalmente. como apolítico
bajos de W. R. Bien, S. R. Slawson, y S. H. Foulkes, tenderá en el ejercicio de sus funciones porque es, a.ntes que nada,
principaln1ente a mirar al grupo cOmo una utópica pro:yectada", técnico e investigador·práctico.
superficie proyectiva, y por tanto SB interesará de manera En el lado opuesto, pareciera que la intuición original del aná-
privilegiada en las producciones imaginarias. Finalmente, la lisis institucional, ele! socioaná!isis y del sociopsicoanálisis con-
'tercera se inspira en la tradición anarco·sindicalista que a fiere al desorden otro estatuto. En efecto, el cuestionamiento
partir de los acontecimientos de mayo de 68 en Francia ha crítico del orden establecido, cuando no su contestación mili-
adquirido vigor en los años finales· del decenio que termina. tante, constituye elfundamento ideológico de estas prácticas so-
A·clüerencia de los precedentes, su perspectiva es resueltamente ciales. En este sentido, el anáiisis institucional se define también
sociopolítica y radie~, si no es que revolucionaria. La proble- como contrasociologíay el sociopsicoanálisis subraya la importan-
mática teórica de lá. intervención· se alimentará entonces, de cia de lo político. Para los objetivos de la intervención es mucho
acuerdo más o menos con los estilos y las escuelas, ele estas menos interesante la rehabilitación ele los organismos· sociales-
tres corrientes a las que clebem.os añadir la integrada por quienes º el tratamiento de los· disfuncionamientos, que la inteno-
sostienen fa. aproximación 16gjca y tecnológ\ca de los organi- gación acerca del sentido, la puesta en evidencia y la elucidación
zadores. Pero es conveniente subrayar, al margen de un análisis de lo que hasta entonces quedaba oculto en los fenómenos insti'
ya "resueltamente político, que, a· pesar de sus diferencias tucionales debido al juego de los intereses y a su opacidad resul-
específicas, el .tu-te y el Método de los organiz~dores, la tecni: tante. Ya en la perspectiva precedente (desarrollo organizacional
. cidad ele ias relaciones humanas y la aproximación· terapéutica y socioterapia) el rol que se reconocía a -la implicación variaba
se combinan y se recor1ocen como complementarios en proc€di~ de acuerdo con el carácter más o· menos racionalista ele las
inientos. En éstos, ias intenciones de ayuda de asistencia, de
1 aproximaciones. Eri_tre más se.a to macla en cuenta la aiectividad ·
repai:ación o de cuidado constituyen un resorte permanente. profunda., menos es posible ilusionarse con la "objetividad" que
La ªvisión del mt1ndo,, en la que coinciden todas estas prácticas podría depender ele' precauciones metodológicas. Es preciso
es siempre la ele sistemas sociales regidos por leyes y reglas cuyo entonces reconoce? que ia implicación es un dato compl9jo que
buen funcionamiento puede verse entorpecido-por deiic.iencias, debe encontrar su lugar en la teorización que se esfuena por
degradacion"f y carencias que es preciso remediar. Ahí_ se hacer más inteligible la situación, ya que trazar su economía
alternan y mezcla11 más o menos confusamente los ''modelos~' parece una tarea imposible. Pero ahí se trataba únicamente de
de la coherencia lógica, de la homogeneidad mecánica o de la implicación libiclinal en relación con la determinación de ele-
cohesión biológica, Los clisfuncionamientos se consideran, ele mentos fantasmáticos, en mucho mayor medida de elementos
acuerdo con ella, efectos de errores (ele juicio, ele elecciones sociales que traducen el juego de las pulsiones y del imaginariQ
estratégicas debidas a insuficiencias ele conocimiento o a un mal personal. La intervención más militante (9) que asocia una
uso del Método), eiectos de crisis (acción de agentes patógenos perspectiva socioeconomicopolítica a sus procedimientos prác-
endógenos o exógenos a los organismos) o de descomposturas ticos asignará menos ímportanCia a esta implicación libidinal
·(deterioro o presencia de elementos defectuosos entre los que a h implicación institucional que se desprenderá ele la
componentes ele la máquina). El orden, racional o natural, se posición, las afiliaciones, los lazos de solidaridad y de trans-
postula como algo normal, mientras que el desorden reviste un versalidacl reconocidos en la situación, con respecto a posturas
carácter patológico. Así, las concepciones del desarrollo de las moduladas efectivamente de acuerdo con la manera en oue cada
manenremente en el campo del análisis y no antes, al margen to a la intervención, (20) las distintas instancias de poder en la
o después, esta cuestión del dinero que debe ser, al mismo organización (la Dirección, Jos delegados sindicales y los repre-
tiempo, practicada y analizada". (17) sentantes elegidos, la jeraquía, el personal)? ¿Cuáles son los prin-
d) Se procederá finalmente a la redacción, a partir de los cipales problemas tal como se los representan los interesados en
datos precedentes, de un contrato jurídico entre las partes. el cursó de esta fase (o consideran aue pueden ser expresadá.S
En cierta forma, el contrato formalizará la demanda inicial indirectamer,re bajo" tal o tal forma)?. En efecto, no es raro que
del cliente (traduciéndola en un encargo) y la política (es se desplacen las dificult3.des reales en especial los conflictos, a
1
~
decir, las finalidades y no solamente los o':ljetivos). Enseguida cuestiones menores, más íáciles, de abordar, que juegan a la vez
se precisarán las grandes líneas de la estrategia, de la metodo- el ·rol de pa'1talla y de absceso donde ocurre la fijación. Este·
logía, el programa. La duración real de la intervención no puede_
OA
"aprendizaje del medio" se hará de manera más o menos ligera o ción. En detrimento propio (aun a riesgo de hacer abortar la inter-
pesada (en lo que hace al aparato de recolección de datos), más vención) el clienteintentarámanipula.r al consultor que interviene.
o menos flexible o sistemática, según los estilos y las escuelas. Positivos: Al mantenerse siempre, ·como finalidad de )a
Es frecuente que se empleen procedimientos de encuesta, cuan· intervención, el desarrollo de la autoi:10mía.del cliente, nmguna
titativa o cualitativa, hechos a partir de entre\~stas y cuestiona· exigencia metodológica podría . imponer una permanencia
rios. La información recogida es elaborada y, con frecuencia, indefinida bajo la dependencia áe,sus reglas. La conquista· de
distribuida de acuerdo con el esquema trazado por F. Mann '.a autonomía pasa siempre por el descubrimiento de la transgre-
(feedback). . '1ión. A diferencia del psicoanálisis, las diferentes formas de
Las entrevistas de grupo con análisis de contenido, el análi· . :ntervención en el medio organizacional o institucional no
sis de documentos de archivo, de organigramas y de diferentes pueden nunca excluir el p2.Saje al acto. Estos son legítimos y
textos que definen la política y Jos objetivos de la organización conservan su utilidad dentro del marco de la intervención. Por
'.pueden contribuir igualmente a esta colecta de información. Al otra parte, sobre todo cuando es "institucional", el ariálisis no
terminar esta fa.Se "de ar1álísis de la situación", la realización nuede excluir ni olvidar el principio de su propio cuestiona-
de un reporte escrito ·es algo aceptado por ciertos intervinien- :mento, como lo enfati2a muy bien G. Lapassade, (23) lo que
tes (mientras que. otros lo rech2,.zan sistemátitamente y des con· es analizable en primer lugar, en la intervención, es la precaria
fían del uso reificante que se podría hacer de él). El riesgo es, institución constituida por el dispositivo analizador y la fun-
en efecto, que se vea en este rer)orte un "diagnóstico" por ana~ ción de análisis. El análisis de la institución cliente Propiamente
logia con la situación médica (perspectiva socioterapéutica). Es· · _.óicho se hará indirectamente a través de la precedente. ·.._. ·-----··
te "punto" acerca de la situación no deberá pues ser fijado.. Ha En este estudio, la intervención tendrá como objeto y como.
sido ya rebasado, aunque sólo sea por las reacciones y la toma efecto poner a la luz procesos informp.lés que actúan más o me·
• de conciencia que suscita tan pronfo como ha sido emprendí.do. nos clandestinamente al margen de las estructuras formales. Los:
De cualquier manera, sea o no ádecuada Ja entrega de un reporte.· disfuncionamientos en las comunicaciones, la entropía de Ja in-
escrito, es particularmente importante que. la información re_cop·. formación, las zonas de ppder y ·de contrapoder, los ''territorios"
gida sea restítuida o redistribuida, ·sin restricciOiíes, en todos los reivindicados por unos y otros serán mejor advertidos; lo que
niveles ·(en especial a todos aquellos que han sido entrevistados) dará a veces la ilusión de una.mov.ilidad reencontrada. De paso,
de la orga.J?.ización cliente y no sola:rnente a la Dirección:
1 se revelarán las contradicciones en el seno mismo de la lógica orga--
b) Es prácticarnente irnposiblc determinar a priori la duración nizacional, o entre las diferentes políticas de la orga_riización. Se-
de una intervención. Esto depende, en efecto, de demasiados fac· rá posible igualmente inteesarse por los roles particulares de
tares tanto internos como e:Ktemos. En última instancia, aun con ciertos individuos. que ocupan situaciones da ves, que no coinci-
. U!)a metodología. relativamente consV,nte· y, por ello, estructu- .den necesariamente con la jerarquía evidente y con la influencia
rada, (21f no hay dos intervenciones que puedan aparecer de sus psicologías personales.
semejantes al ser comparadas. Las tornas de conciencia espera· ?e halle o no explicitado en el enunciado metodológico, así
ilas durante la intervención se efectúan antes aue nada a ritmos ' como en la práctica, la intervención se caracteriza siempre máe
propios de cada uno (y sin embargo, se halla'.n deformadas y, o menos por armar dispositivos analizadores construidos o por
hasta cierto punto, normalizadas por Jos reagrupamientos·profe· la utilización de lo que puede constituir un analizador natu-
sionales) .. El trayecto se caracterizará principalmente por las ral. (24) Toda metodología definida de intervención -constituye
reacciones que habrán de suscitarse positivas o negativas, o Jra, en sí misma, un dispositivo analizador. Son estos analiza-
alternadas. (22) dores los que provocarán el efecto de desenmascaramiento y
Negativos: Habrá, por el hecho de la ambivalencia señalada de toma de conciencia colectiva a oartrr de la cual se espera, a
más arriba, reacciones de huida y de rechazo ante las consecuen- continuación, el surgimiento de· capacidades reinstituyentes. En
cias de tomas de conciencia acarreadas por el análisis. No lo olvi· el esfuerzo de teorización de algunos inventores y utilizadores ·
demos, el interviniente es percibido como un tercero mediador· de la noción, el dispositivo analizador se destina además a fa-
que aporta sus buenos oficios; pero puede también, y lo hemos cilitar la popularización del análisis, la distribución del saber
._.. . visto, ser sospech'oso de intromisión, de injerenda y de intru· analítico, en lugar del monopolio. tradicional de los an.alistas
25. ~6
t~
patentados entre los cual.e~· uí~ caso particular sería el de los conocimiento de las políticas y en ia comprensión de la:s ·estra-
intervinientes. El analizador es pues, supuestamente, quien, tegias, en las comunicaciones y en la circulación de información
por sí mismo, llevará la praxis al punto de permitir a cada uno ¿p11eden ser advertidvsi puestos en evide:ncia, ."rnedidos"?
una-inteligencia acrecentada de las situaciones donde se encuen· ¿Por quién? ¿En qué r1iveles? ¿Las decisi.or1es se toman rnás
tra institucionalmente_ implicado. Estamos ante una visión un democráticamente? ¿Se trata entonces de una asociación con
poco ingenua e incluso mágica de la realidad. El punto de vista alternativas fundamentales o de una "participación" reducida
providencialista del prejuicio idealista humanista lo re.encen- a su porción congruente por los cálcu}os de la administración
tramos aquí curiosamente mezclado con alternativas más (Dirección por objetivos)?· ·
progres.istas y realistas. No es posible, desgraciadamenw, hacer Entrevistas 1 entrevistas grupales, cuestionarios, tests 1 escalas
la economía de los analistas, salvo, tal vez, en los raros casos de acti_tudes serán empleados a veces para intentar puntu2.r
de períodos candentes (25) de la historia (26) donde la po· "objetivamente" esos señalamientos. En especial, en el marco de
tencialidad propia del dinamismo del hacer social histórico una aproximación conductu·al (Behavioral Sciences), (30) estas
creado vuelve más perspicaz, lúcido y chuividente a cada parti- modalid~des de evaluación armada o estrncturada adquieren
cipante. (27) El problema real, desembarazado de sus fantasmas, enorme importancia. Además, estos "balances" permiten con
es pues el de un.conjunto triádico: los analistas (entre los cuales frecuencia extensiones: la amoliación de la intervención hacia
es preciso comprehender a los clientes, capaces de apropiarse de otros servicios, sectore·s, depar.tamentos o ramas de la organiza-
··las capacidade:l" de análisis.inducidas por los intervinientes), el. ción cliente.
dispositivo ar1alizador, histórico, natural o construido (28) y Habrá en la mayoría de los casos, en la empresa, "correspon-
el an~.lisís. que se encuentra especificcdo por el sistema de re- sales" privilegiados, formales o informales, que se identifiquen
ferencia que lo define. De hecho, será preciso un largo tiempo más estrechamente con los inteD'inientes en quienes se cargan
(29) para que los e1ernentos más determinantes de la situación las expectativas personale.s. (31.) J:~stas podrán, además, combi-
aparezcan anidados en. el vacío mismo de la historia de la narse con esperanzas colettivas de ta.les o tales categorí2:s de per-·
organizació11. La reco!1strucción de·· esta ''historian es ardua sonal asociadas por la toma de concie11cia de su transversalidad;
debido a que ha sido ignorc:da. ti olvid2.da por la mayoría, en Las distintas peripecias de la in·tervención que constituyen su
1
nombre de la lógica de la efkienci.a, que coincide en la mayoría historia, ir1corporada ª·partir de entor1ces a la historia de la or-
1 gan.izació11, 1nucho más profunda ésta, se convertirán, al misrno
de los casos con una c~ntración sobre el "aquí y a.hora". Los
verdaderos detentadores de una memoria histórica son frecuen· tiempo, en objeto de nna interpretación. Son sobre todo los sis·
ternente qt1ienes quieren resguardar, ocultar, si no es que · temas de referencia utilizados para esta interpretación lD que di·
monopolizar lo ·que saben que constituye "claves" para una ferencia a los distintos practicantes y los tipos de intervención.
lectura fina de la situación. · · - La perspectiva soc1óteraj'íéü fü:·a-se adli.erira sobre fOao· ál señala: ..
La 12resencia y los roles de los intervinientes se modularán miento de los procesos de defensa y a las manifestaciones de
de muy distintas maneras según los "terrenos" y la naturaleza oe un imaginario engañoso. La aproximación organizacional toma·
los problemas. Puede haber, en ciertos períodos en el curso rá en cuenta las distintas formas de resistencia al cambio y las
de la intervención~ sesiones de foi·macióri. o de sensibilizacióri con relaciones respectivas entre lo formal (estructuras) y lo. informal
respecto a problemas particulares. Comportamientos profesio- (intersticios y fallas respecto a la programación) con los dispen-
nales, formas de trabajar o de realizar las tareas pueden ser otr· . dios de energía que resulta de ello, en el seno de sistemas canee·
servados en la práctica, discutidos y comentados enseguida con bidos como conjuntos de funciones interdependientes. El aná-
los inte_resados. Un registro en video puede también ser utiliza· lisis institucional privilegiará, sobre todo, las relaciones de fuerza
dó. Estudios de pro ble mas previos a la decisión pueden ser he- socioeconómicas y la lógica de la dominación que atraviesan y
chos con los "consultores". estructuran .los microsistemas, más aún que las luchas internas
-~
29 30
O.
desarrollo;· el modelo de ·la. investigaci"ón-acción elaborado
trntamiento de· las informaciones recogidas, los '.'modelos" por la psicología social ha secretado nuevas ambigüedades. (3&)
de interpretación (referenc.ia\es) utilizados para encontrarles Ciertamente,· 1a corriente de la investigació11-acció11 ha cuestio~
tina significación,. forman parte del "protocolen y deberi ser ·nado ventajosamente la. distinción· c1ásicarne11tc tajanté entre
expuestos con el conjunto del material. (34) investigadores y practicantes, pero ¿ha logrado con ello re-
solver la difícil cuestión de una articuiación inteligible entre teo-
ría y práctica, conocimiento y acción? La práctica de las teorías
IIL ¿DECLÍNACION O DESMISTIFICACION DE LA
así como la teorización de las prácticas deja subsistir aún
INTERVENCION? muchas zonas de sombra o de "puntos ciegos" como para que
se pueda considerar el problema científicamente resuelto.
En un universo donde las certidumbres más arraigadas estallan
a) En principio debemos distinguir entre el cuestiona.miento
fácilmente en pedazos, la intervención sufre hoy una declina-
acerca de la práctica (la práctica que se interroga de paso, de al-
ción, tanto corno las conientes pedagógicas y terapéuticas que
guna manera) y la investigación que se caracterizará, antes que
han inspirado su metodología. En efecto, las expectativas se han
nade., por el aparato de refina.miento de los datos que babrá sa-
visto qefraudadas, si no es que burladas, en dos puntos cardinales:
bido elaborar. En este sentido la investigación, toda ínvestiga-
lo. La investigación-acción no aporta, definitiVamente, al
ción, conserva la intención principal de probar, de establecer,
conocimiento más que una contribución modesta y tanto más
de verificar, más que de encontrar. La función heurística queda
contestable cuanto que los procedimientos de control y d_e ad- siempre subordinada a la función de control. En el límite, el
ministración de la prueba, c•oandó han sido instituidos, no pue-
precio exorbitante pagado para satisfacer esta exigencia de co-
den tener el carácter de rigon' cohereilcia-i:¡ue ·¡loseeri-en-
ofr:i.s herencia será la insignificancia de los enunciados y, co11seéuente-
disciplinas por eLhecho mismo de las exigencias específicas de mente, la esterilización del trabajo de investigación, :¡;ero, el
la práctica clínica. otro-lír:ill.te~ e1 de la incoh.·erincit:. y la la.xiiu_d de los epunciados
2o. El -cambio que se éspera en la práctica permanente ina- no es menos dudoso tanto en lo que respecta a la práctica como
sible, y por lo tanto indefinible, fuera de los límites del campo a la teoría. Este deslinde entre e.l cuest=tonamiento y la investiga-
clfoico en el cual ·es considerado como el fruto--de una perla- ción, con la identiíicación necesariz. por parte cie- todos aquellos
1
boración (perlaboration) particular. En otros términos, las que deben conocerla de un aparato crítico distinto (cuale-squíe~
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trar1sfor1naciones experim.ents.de.s, apreciadas, l{medidasn, en ra que pueda_n ser _los sesgos inevitables que 'ígualmente se debe
el seno. de las· práctíca.s, cumdo no aparecen como francmnente intentar reconocer), permiten ya comprender que eso.que se ha
n1íti~,_,as, no pueden ser asimiladas a carnbios en la orgarü_ zación~ comprobac1o e iritercambiado en algo vivido·, tan importante y
institución, la cual resulta generalmente intacta. enriquecedor corno~pueda serlo para laformáción p€rsonal) queda 1
Por esta razón el número de las intervenciones disminuye al sin embargo; por establecer en el orden del conocimiento. (37)
mismo tiempo que los "'terrenos" (y, como consecuencia, las Si es preciso admitir que existe un lugar para una uciencia de
((clientelas") se renuevan. Después de las empresas indt1striales, lo particular" y de lo cualitativo, al margen de las ambiciones
comerciales o administrativas y las administraciones públicas clásicas en términos de universalidad y curu1tificación, la candi·
(nacionales o loceles), quienes han hecho un llamado a los ción epistemológica que subsiste pira permitir especificar un co·
intervinientes o a consultores externos han sido sobre todo, nacimiento en su calidad de investigación.es la de,.~'entregar el
en Francia al menos, los sectores del trabajo social y de la producto" junto con las modalidades de su fabricación, para.
salud. P"demás la práctica de las ..·"intervenciones inten1as" perrnitir a otros rehacer, menta.\ o cori.cretamente, las operacio·
(35) se ha generalizado y sus objetos se limitan en la ma- nes sobre las que pretende apoyarse para Ja producción de tales
yoría .de lo~ casos a los problemas de organización de "re- enunciados. Dicho de otra manera, la "construcción" debe ser
laciones humanas" y de formación, es decir, a la búsqueda presentada a la crítica (aquí, a la vez científica y política) con
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tratamos de denuriciar aquí, e11tre las investigaciones·acciones
1. que a la metodología. Desde el punto de '~sta de las investiga·
con intenciones praxiológicas, y otras investigaciones-acCiones ciones que puede inspirar, este objeto, descuartizado entre los
cuyo objeto principal sería el cuestionamiento acerca del sentido. "campos" de la psicologíe., de Ja sociología y de la psicología
De hecho, para que sus enunciados y conclusiones alcancen social, sigue siendo huidizo puesto que se halla inscrito en 12.
el nivel de un conocimiento científico, las investigaciones-accio- temporalidad y es susceptible de alteración (lo que constituye
nes con intenciones praxiológicas deben constituirse en el obje- precisamente una de las intenciones orá.cticas de la intervención:
to de un re-trataniíento de Ja información recogida, ¡os decir, de ,la alteración). . ·
Ja relectura de antiguos datos y, tal vez, de la obtención de Por una parte, la aproximación clínica oscila constantemen~
nuevos datos en relación con un nuevo plan de investigación y te, incluso en la investigación-acción~ entre la orientación psiv
de tratamiento probatorio de información. cológica o socioterapéutica que privilegia la maduración de los
En este sentido, un trabajo de investigación puecle á la vez,
1 compañeros a través de la evolución de hs relaciones (y el tra-
presentar un material de elatos con una per$pectiva·praxioló- t2n1iento ·de los disfunciona1nientos de la comunicación), con-
gi.ca y con una Perspectiva de investigación científica, siendo lo duciendo a ttna_ sensibilización o a u11a concient~ación y a un
_esencial que estos dos derroteros sean señalados, distinguidos y cuestionamiento más que a una investigación, y la ir1tención
especificados como tales. Ahora bien, en el campo práctico que más pra:dolpgica de experimentaciones y de innovaciones
aquí nos interesa.: el de la intervención, y en especial cuc.lldo se que desemb6can en el ar1álisis micro-organizacior12J y de optiv
trata de investigaciones-acciones, de encuestas,_ de- estudios· de - mización del funcionamiento social.
caso, de experirr1entaciones, se perma..riece común.rnente.,en el En un buen ·número de casos, el aparato experimental, el
estadio de elaboración primera que es coufundida con: el producto dispositivo de tratamiento de la información no podrá diso-
ímal eventual y que es considerado como tal, diciendo de ciarse fácilmente del proceso principal de formación que cons-
rri..anera u11 poco _at1tosugestiva que se trata de nuev2s _Íormas tituye, a la vez, su pretexto y su soporte. La eva1u2ción como
de cientificidad. funciónvprocesO .secundario, inherente 2J· proceso principal de
Es preciso todavía recouocer y distinguir en el campo de las_ formación, en la medid.a e11 ·que se ve favorecida en una situa~
práctic2.S sociales tln tercer tipo Pe investíg.aciór1 que ll2maremoS · ción educativa por su carácter de productora de sentido, desva-
histórico-práctico, bier1 ilustrado por las investigaciones-accio- nece, cuc_ndo n.o lo relega~ el procedimiento de control c:.rya.s
nes de tipo clínico, que no pueden ser confundid;cs con los funciones son completan1ente diferentes. ( 4-0) Los productos
procedimientos prnxiológicos, en la medidil. en que la espe· de tales investigaciones, si sor1 importantes para el acrecer1~
cüicidad de lo clínico reside en la consideración de una dimen- tamiento curu1tit2~tivo y cualitativo del saber social ya constiti. .li~
sión ten1poral irreductible y singular que se designa generalmente do, y no solamente para el enriquecimiento personal de los
mediar1te el término implicación y que recogen para su. desci- participa.'1.tes ·en -1á situa'ción· ·educativa ·en su Calid.iid de apro-
ITamiento un proce.d.irillcnto hermenéuticoi analítico e in- piación de una experiencia o de un saber vi'~dos, corren el
terpretativo. riesgo de verse afectados manteniéndose penosamente discerr1i·
Aun cuando las investigaciones exnerime11tales v las inves· bles, difíciles de evidenciar y aún más difícilmente comunicables
tigaciones-a.cciones praxiofógicas les ;porten igual~ente una y objetivables en el nivel de las investigaciones.
gran contribt1ciór1, serán. sobre todo las aproximaciones de ti- 2. El cambio que la intervención se da como objeto y a la vez
po clínico las que estudiarán. las ínter-acciones soci2.ies y ex- como efecto que busca provocar o facilitar no es de ninguna
perimentarán ·eventualmente la posibilidad de instaurar cam· manera aquel al que aspiran profundamente los miembros más
bios en el seno de las organizaciones. , insatisfechos (y con frecuencia los más numerosos) de las colecti-
Se ,.ve con claridad que, por supuesto, :'el objeto" más o me· vidades involucradas. Cuando los ar1álisis econórnicos o políticos
nos faritasmático de la intervención no es el mismo según las utilizan la noción ~de cambio, es con una perspectiva global
KO'f.AS: ·>- (15) Como bien lo ha mostrado R. Lourau .en l.'analyse institutionelle, la
d'b.léctica, 2. partir de I1egel~ supone la afu:mación d~ un enunciado univer·
~l) Es irr,portante hac:Qr notar dos é~nn·o·taciones de la inter.:ención, en el sal, la negación p1ui.icular de este enunci::.Co y la n~gación sing-u1ar de esta
u:r;:iral cie todo análisis que la toine por objeto: a) La intervención está negación.· L-a negación mágica pertenece al es~zdio de la negación del
ligada a la autoridad; ya sea porque quieri interviene sóio se autoriza a sf primer género que opone, .simp1ernente, el mom<;:nto d-e particu1arid'-ld a!
mismo, s·,~ trata entonces de la problemática de la autoriz.ación; ya sea de la. univers;Ji<lad, olvldando, ·ignorando o releg:;.ndo el momento de la
porque su aci:o se baJlé. iundado sÜbre el _ejercicio de un de-recho o sobte la si.ngulai-id;H.L ·
conse--ceencia de un cst-at'uto, er-~ este c:e1so la autorldad deriva de un poder y
h. cuestión de la legitimid2rl. pt'."'.""lY;2..nece como algo central. b) i~u.n cuando (16) Para dar aquí un ejemplo de la evohic~ón de una Pe;T;2r::da 2 partir de
Ja ir..t;:rvención se dé explicit2.;-nentcc como objetivos lz. clatíÜ.cación Y la intercz::nbios desiinados a ex:p1icitarla, en el curso de negociaciones P!evic.s,
elucidación ele los datos compl~jos de una sit11t.ción, sigue siendo funda~ ~Haré una intervención en una gran cmp:es.s., cuya duración se extend)ó a
rnent.2.lr:;ente px:oductora de malentendidos 1 puesto que, a partir de cierto cerc~ de once años, cu<~ndo la formulación inicial contemplaba "dos o tres
número de expectativ2S, genera necesariamente consecuencias inesperada:>. conferencias acerca de los nuevos estilos Ge dirección". En las orirner.as
reuniones con la Dirección General; estar.Ca claros los objetivos de dicha-
(2) F2,-et-Boutonier: "Origines et pen:pectives de la notíon d'inten'ention acción para el cuadro directivo quien D~'.Jíz tomado la iniciativa, hice una
psycholcgiq_ue", en "Ls dynamique de l1intervention psycbologique", contrapropqsíción que incluía un aná.tis;Ls y:.reliminar de Ja situación, men·
Bullefin C:e Psychologie, Psychologie clinique IIl, 339, XXXlI. 1 1978·1.979, i'- cionando 1a posibilidad de un.a. acción a lcrgo plazo que se extendiera
3·7, enero-febrero 1979, pp. 133·136. durante dos o tres años. Fueion necesa:ias nuevas discusiones, pero el
proyecto fue f1nalmente aceptado. 11ás tzrde, a lo largo de los afios, otras
(3) Cf. J. P. Sartre, Critique de la" raison dialectique, Gallimard, 1960. (I·Iay divisiones y departamentos de esta emprex. fueron sucesivamente engloba·
trad. al español: Editorial Losada, Bs. Í">..S. 1963). dos en el carnpo ¿~ la intervención. La rr;éyor parte de las intervenciones
(una cincuentena) a las que estuve asociado durablemente tuvieron lugar
( 4) En otro tiempo, como lo subrayan G. Dahan y U. R. Loub2t (lv!emoría en el marco de lz.s actividades del IPSIC1\ (Instituto de Psicosociología
de maestría en Sociología, niín1_eografiada, 1979) se quería, de igual Industrial, Cornercial y Adminlstratíva) o· de la l"'.i.NDSH.A,, (.4sociación
rnaner2, ]í'::ierar a los "poseídos•i de los demonios que los invadían, mediaü~ Nacional paia el Desarr'ollo de ]as Ciencias Humanas), pero adernás 1 otras
te la intervención del exorcista. me han sido solicitadas a título per·sonal.
(5)_.P-.nzieu, D., "Groupes, psychologie socia.le. et psychoanalyse", intrO· (17) Cf. G. Lz.passade, "Analyse institutionelle et socioanalyse'\ en
ducción al número especial del Bulletin de Psychologie, 197 4. Connexions, núm. 7, septiembre 197 3.
.(7) El t,íP~ de intervención descrito por E. 'Jaques· ·constituye un bue~ . · (19) E inclÜso las intervenciones breves son con frecÚencia portadora's, en
ejemplo ae esta. · _,... :.·.: ~·.:: . ~·,:.-:..:2', ;...., "-~·_::.,.c .. };..::;;:.·.¿ su misma ambigüedad, de las ambiciones de su prolongación.
(20) ;,Quién ha sido consultado? ¿Córno se tomó la decisión? ¿Qué infor-
mación ha sido proporcionada al respecto? (34) Cf. in¡'rc.
( 21 )-Cf. 1<1,S lnvestigaciones~acciones de J. 11isumí en e1 Japói1. Consultar en (35) Con sus lirnites específicos, cf. supra.
esnecíal 'fhe Behavioral science of leadership, Yuhikahu, Tokio, 197 8; y
".Á.ction research on the developmcnt of Ieadership, decision making and (36) J. lvL Vincent, en: Connexions 1 uRemarques critiques sur l'analyse
organizational perfomance in a Japanese shipyard", comunicación, al instítutionelle", núm. 6, Epi, París, 1973. Cf. igualmente C. Orsóni en
simposiun1 del 18avo. Congreso Internacional de Psicología Aplicada, L'intervention da1.1s les organis_ations et les institutions, op .. cit.
J\-iontreal, 1974. Cf finalmente J. Ardoino, Education et Relations 1 Gau~
thier· Villars Unesco, París,1980. (3;·) P~r··:l· ~on~~;io, los sab·~:~~· i~-~Ítuidos ~~~·fizarán
para su propio be-
neficio un .?.nálisis de este tipo pan cerrar las puertas a todo aquello que
(22) -cr. .IJ,.. Levy, "Dire de lá loiº, en Connexions, núm. 21, 9p. cit. podría venir a importunarlos.
(23) G. Lapa~de, "Analyse institutionelle et socioanalyse 11 , Conne:dons, (38) Estas cuantas páginas que SÍJfUen, cuyo.tema ha sido elaborado a pro·
núm.7, septiembre 197.3. pósito de un coloquio francófono acerca de la evaluación en la Universidad
de J.... ieja 1 fig-ur-an ya en Educations et P~elations (Unesco·Gauthier· 'Villars).
(24) Cf. sobre este puntq los trabajos de la escuela de análisis institucional Ofrecemos aquí los extractos con la autorlzación de los editores a quienes
(R. Lourau, G. Lap_assade, P. Ville). Otros hab1arán, en el mLsmo sentidoi damos nuestro agradecimiento.
de "reveladores" (G. J\.1endel), de "indicadores", etc.
(39) La paradoja es también que esta serddurnbre-implicación caracteriza
(25) Puesto que lo mas frecuente es contentarse con períodos tibios, la riqueza específica del "campo clínico" y de la investigacjón que le. es
especialmente en estos últirnos afios. propia;·~---·----··-··--······---" ·- -·- -·--···-
(2D) El mon1ento del apocalipsis, ei ngrupo en fusión" en Sartre; Cf. (40) Cf. J. Ji.-..rdoino, "l•.ufiligraned'un di.scours, la problé1nalique de; l'éva·
igua1mente J. Giligou. iuation et du controle", prefacio en ?vL Morin, L'irnaginaire dans la forma·
tion permanente, Gauthier·Viliars, Pc.rís, ~976.
(27) Existen; tal vez, umoment0s" en lo.s que el aniifsis se bar.e solo, para
caCa uno come para todos, pero esto no constituye sino momeritos ·excep~ (41) Y en buen·número de acciones de formación.
cion;-iles oue "romanticismo$ nolíticos" auerrían convertir en seguida en la
ley de las .revo1ucíones penn;i.~entes. .
e42) Ilusión. de la cual tanto psico~soéiólogos, así como fonnadores ·y so-
cioterapeutas tienen esencialmente necesidad para recobrar una buena:c-on~
(2S) Hemos señalado en otra parte (Education et politique) la tendencia ci~ncia política.
e:o:cesiva a hzcer de cualquier cosa un dispositivo analizador¡ se puede
hablar en ese c<:so, con F~. Hes.se, de analizador·gadget.
( 43) J.L. 1foreno ha ilustrado muy bien este punto de vista en los Estados
(29) Largo tiempo, en el propio 1narco-·de la inter.·ención~·en relaci6n con.'lo'· Unidos (Cf. J. Dubost, "Recherche et action chez J. L. 11oreno" en Con"
su duración, pero tarnbién largo tiempo en la vida profesional de cada prac· nexions 1 núm. 24 1 Epi, París, 1977). Cf. igualmente en Francia, A. de Pe~
retti y todavía rnás generalmente, toda la corriente innovacionista.
ticante, en el ciesarrollo de su forma clínica.
(44) L'emprise de l'organisat,ion, PUF, París, 1979,
(30) Cf. su.pro los trabajós ya citados de J. Misumi en el J;apón.
(31) No es raro que 1a intervención arranque de 1a iniciativa de alguien que (45) · Cf. P. Bordieu: " ... es la interrogación misma lo que es preciso, in-
no pertenece a los niveles miis altos de la jerarquía y que .suscita la jnter· terrogar es decil', la relación con la cultura que ella privilegia tácitamente,
a fin de estabiecer si una rnodific2.ción del contenido y de la forma de inte-
vención, ya sea para servirse de ella como máquina de guerra contra sus
rrogación no bastará para determinar una transformación de las relaciones
.. rivales, ya sea para expresarse por delegación a través de lo que espera que observadas,", en La distinction, Editions de Minuit, París, 1979.
los intervinientes pongan al descubierto.
>I 41
42
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