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Derecho - de - Familia Hernan Troncoso Latorre
Derecho - de - Familia Hernan Troncoso Latorre
DERECHO DE FAMILIA
COLECCIÓN DE MANUALES
: n u n ^ t
"Es lícito, sin remunerar ni obtener autorización del titular, todo acto de
reproducción, adaptación, distribución o comunicación al público, de una obra
lícitamente publicada, que se realice en beneficio de personas con discapacidad
visual, auditiva, o de otra clase que le impidan el normal acceso a la obra,
siempre que dicha utilización guarde relación directa con la discapacidad de que
se trate, se lleve a cabo a través de un procedimiento o medio apropiado para
superar la discapacidad y sinfines comerciales.
En las ejemplares se señalará expresamente la circunstancia de ser realizados
bajo la excepción de este artículo y la prohibición de su distribución y puesta a
disposición, a cualquier titulo, de personas que no tengan la respectiva
discapacidad
CItKVft TttM'Mll.tUMA.
Este libro sobre “ Derecho en Familia" fue escrito para los alumnos de la
Carrera de Derecho, esto es, para quienes se inician en los estudios jurídicos.
Por dicha razón en él se contienen los conocimientos elementales y básicos
que el estudiante debe saber y dominar, sin entrar en latas exposiciones
doctrinarias o jurisprudenciales.
La idea que lo informa es que los aspectos doctrinarios y jurisprudenciales
sean expuestos por el profesor, sean analizados junto con los alumnos,
quienes, a través de los textos, han adquirido los conocimientos necesarios
para tener una participación activa en el desarrollo de la asignatura, pudiendo
exponer sus opiniones frente a los distintos tópicos y problemas que se
sometan al análisis y discusión de los educandos.
Estimamos que en la práctica hemos podido comprobarlo. En la forma antes
dicha se obtiene una mejor preparación de los estudiantes, sin necesidad de
proporcionarles una gran cantidad de información, sino sólo la justa y
necesaria y, además, muy especialmente, desarrollar el criterio jurídico, que es
el esencial para el ejercicio profesional en cualquiera de los campos en que
participa la profesión jurídica
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Contenido
DERECHO.........................................................................................................................................................3
DE F A M IL IA ............................................................................................................................................. 3
C o n t e n i d o ...................................................................................................................................................7
6. - Definición de matrimonio.......................................................................... 18
8. - Generalidades...................................................................................................................................................24
13. Generalidades.................................. 30
1
37. - Matrimonio porpoder................. 62
39. - Generalidades......................... 66
71.- b) De la conciliación......................................................................................................................................116
74.- Generalidades...............................................................................................................................................119
80.- Concepto............................................................................................................................................................129
1
87. - Características de las capitulaciones matrimoniales.............................................................................. 138
91. - Rcvocabilidad o modificación de las capitulaciones matrimoniales antes del matrimonio............ 140
94 .-Concepto..................................... 145
99. - Criterios para distinguir los bienes apodados al matrimonio de los adquiridos durante la sociedad.. 150
113. - Época en que se plantea el problema de la obligación y la contribución a las deudas.................. 171
116. - Pasivo rolativo o aparente o deudas personales de los cónyuges.................................. .................... 178
1
122.- Generalidades. ..1X4
125.- Actas para los cuales el marido requiere de autorización o consentí miento de la mujer.................... 187
121. - Situación de la mujer que siendo s o d a de una sociedad civil o comercial contrae matrimonio en
régimen de sociedad conyugal................................................................................................................. 196
122. - Otros medios de defensa que tiene la mujer para cautelar sus intereses.......................................... 196
127. - Actos para los cuales el marido requiere del consentimiento de su mujer...................................... 199
140. - Requisito para proceder a la enajenación o gravamen de los bienes raíces de la mujer................ 200
141. - Prohibición impuesta a la mujer de enajenar, gravar, dar en arriendo o ceder la tenencia de bienes de
su dominio................................................................................. .................................................................. 201
142. - Arrendamiento de bienes raíces propios de la mujer...»....................................................................203
143. - Sanción por la omisión de los requisitos exigidos por los arts. 1754. 1755 y 1756.......................204
1
163. - Puede originarse una comunidad........................... .............................................................................. 2 15
175. - Exccpcionalmcntc se obligan los bienes del marido por obligaciones contraídas por la mujer en la
administración separada.................................................................. ..........................................................226
178. - Prueba de los bienes reseñados.............. ............................ ............................ ............................ ............................ .....................
1
208. - Concepto...................................................................................................................................................249
217. - Situación de los bienes adquiridas en conjunto poram bos cónyuges............................................... 258
221. - Inventario que debe realizar cada cónyuge al término del régimen de participación en los
gananciales....................................................................... .............................................................................261
23 L ü c n c ra l i dade s.................................................................................................................................................................. 2 7 1
23b.- Sanción por om isión de la volunlad del cónyuge no propietario o de la autorización |lid ie lal
sub sid ia ria ........................................................................................................................................................................ 27^
24Ó .-C onsliLucion de d e re tlio s de usufructo. liso o habitación sobre bienes fa m ilia res.................................. 2KÓ
1
246.- De los hijos......................................................................................................... ....................................... 286
268. -Titularidad de la acción del hijo que tallece siendo incapaz y del hijo postumo.............................306
277. - a.) Impugnac ión de la paternidad del hijo concebido o nacido durante el matrimonio..................315
1
282. - I.) La autoridad paterna........................................................................................................................ 321
287. - Caso de la filiación determinada judicialmente con oposición del padre o madre.........................334
311. - Requisitos que deben concurrir para que una persona pueda exigir alimentos...............................368
1
1
I ntroducción
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religión.
a) En el Derecho de Familia prevalece el interés común -grupo familiar-
por sobre el interés individual de cada uno de los integrantes.
b) La familia esta organizada en forma jerárquica y no igualitaria; ejemplos
de esta forma de estructura lo dan la potestad paterna, el ordenamiento de las
guardas, etc.
c) Los actos de Derecho de Familia son por regla general de efectos
permanentes.
d) El núcleo del Derecho de Familia son los deberes de cada uno de los
integrantes de la familia y no los derechos que le correspondan, con lo cual se
diferencia fundamentalmente del resto del Derecho Civil.
c) En materia de familia no hay intereses contrapuestos, sino que un solo
interés y una sola voluntad.
I) Las leyes en el Derecho de Familia son principalmente imperativas y
prohibitivas, sólo excepcional mente tienen el carácter de pennisivas, situación
que es precisamente la contraria de la que se presenta en el derecho
patrimonial.
j) En el Derecho de Familia no tiene aplicación el principio de la
autonomía de la voluntad, existe libertad solamente para realizar el acto
inicial, pero todos los efectos que se producen están reglamentados por la ley.
k) Los actos del Derecho de Familia son generalmente solemnes y en ellos
no se admiten las modalidades; la única permitida, y sólo en ciertos casos y
con bastantes restricciones, es la representación.
l) Los derechos de familia están fuera del comercio humano, son
extrapatrimoniales; no admiten cesión, renuncia ni transacción.
m) En materia de Derecho de Familia por regla general no tiene aplicación
la prescripción sino la caducidad.
3. - Evolución histórica de la organización familiar en Chile.
2°.- Ley N° 5.521. de 19 de diciembre de 1934. que legisló sobrc patria potestad de la madre
legitima, capacidad plena de la mujer divorciada perpetuamente o separada totalmente de bienes:
bienes reservados de la mujer casada en régimen de sociedad conjugal: separación de bienes total
en las capitulaciones matrimoniales:
1
3o.- Ley N° 7.612. de 21 de octubre de 1943:
5°- Ley N41 10.271. de 2 de abril de 1952. que introduce modificaciones sobre matrimonio,
filiación, regímenes matrimoniales, sucesiones, etc.
8".- Ley N° 18.802, de 9 de junio de 1989, sobre capacidad de la mujer casada en régimen de
sociedad conyugal.
91.- Ley N ° 19.335 sobre Régimen de Participación en los gananciales y bienes (amillares.
Tanto por las modificaciones introducidas por las leyes señaladas como
por cambios en la inteipretación de los textos legales por los Tribunales de
Justicia, en la actualidad la organización familiar en nuestro país presenta las
siguientes características:
a) Son válidos el matrimonio civil y también el matrimonio celebrado ante
entidades religiosas de derecho público, siempre que cumplan con los
requisitos legales y se inscriban ante un Oficial de Registro Civil.
b) El matrimonio se disuelve por medio de la nulidad de matrimonio y del
divorcio.
c) Existe un notorio debilitamiento de la autoridad paterna.
d) La mujer casada que ejerce una profesión u oficio separado del de su
marido dispone de los llamados '‘bienes reservados” con la plena libertad y
amplia capacidad en los negocios jurídicos que se relacionen con ellos.
c) El marido, no obstante su calidad de jefe de la sociedad conyugal y
administrador exclusivo de los bienes sociales, requiere de autorización de la
mujer para disponer de los bienes raíces sociales, y de los bienes propios de la
mujer.
0 Existe plena igualdad entre los hijos, sean de filiación matrimonial o no
matrimonial.
g) La mujer casada en régimen de sociedad conyugal es plenamente capaz.
4. - Concepto de familia.
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una idea de familia elaborada en función al porvenir, teniendo sólo en vista la
procreación y educación de los hijos.
La tendencia moderna en materia de familia se caracteriza por la
restricción de su amplitud, debido a que se ha producido un tránsito de la
familia en sentido amplio a una modalidad reducida de la misma. Esto no
impide, eso sí, que la familia en sentido amplio se configure como una zona
protectora en torno a la restringida y, en todo caso, ambas comparten
consecuencias jurídicas de importancia que surge especialmente en materia
sucesoria a la muerte de algunos de sus componentes.
Desde otro punto de vista pueden distinguirse tres tipos de familia,
atendiendo a su fuente de origen, tales son:
I o Familia legítima: es aquella que surge de la unión sexual y la procreación dentro del
matrimonio.
2UFamilia natural: es la que tiene su origen de la unión sexual y procreación fuera del
matrimonio: y
3° Familia adoptiva: F!s la que surge de un acto jurídico y cuya virtud se asimila a un individuo
biológicamente extraño a u n hijo engendrado dentro de la unión matrimonial.
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C apítulo I
Del M atrimonio
s. - Concepto de matrimonio.
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6. - Definición de matrimonio.
2 o Es un contrato solemne:
2“.- Se señala además que esta explicación de la naturaleza jurídica del matrimonio es
incompleta, poique si el matrimonio no fuera más que un contrato, es decir, la obra de la sola
voluntad de las contrayentes, ella también podría libremente deshacer aquello que hizo y el
matrimonio, al igual que todo contrato, se disol sería por el m utuo consentimiento.
2 UHay en el una clara idea directriz de bien común: constituir, organizar y educar una familia.
4" Hay estabilidad, ya que si bien algunos de los sostenedores de esta teoría acepta el divorcio
vincular lo consideran com o un remedio o una sancióa pero en ningún caso admiten que quede
entregado al libre arbitrio de los cónyuges.
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oposición entre el contrato y el estatuto institucional no debe ser exagerada y
ella disminuye cada vez más, a medida que la decadencia de la libertad
contractual multiplica los contratos imperativamente reglamentados, de suerte
que la querella entre las dos concepciones del matrimonio pierde su
importancia.
Además, cuando se quiere tomar partido entre las dos concepciones,
rápidamente se llega a constatar que ambas son a la vez exactas e
insuficientes y que pueden complementarse mutuamente.
Por una parte, en el origen del matrimonio hay un contrato. Si los cónyuges
adhieren a un estatuto, fundan una institución, y no
lo hacen por actos aislados y unilaterales, comienzan por constituir un
contrato que los liga mutuamente y que está sometido a reglas contractuales.
Y no es sino después de este contrato o al menos por su efecto, que se realiza
la adhesión a la institución. La explicación contractual, por consiguiente, no
es inexacta.
Pero la tesis institucional la completa felizmente dando mejor cuenta del
carácter imperativo de la legislación del matrimonio.
En efecto, ese contrato que es el matrimonio tiene la particularidad de dar
nacimiento a una institución, que es religiosa o civil: la familia.
Es la autoridad religiosa o civil quien la ha organizado, quien ha elaborado
su estatuto y lo ha propuesto a la adhesión de los interesados.
Es por lo que el estatuto matrimonial es imperativo, es la razón por la que
es necesaria la intervención de la autoridad pública para concluir un
matrimonio (celebración) o para deshacerlo (la sentencia del divorcio).
A conclusión análoga llegan los autores que prefieren la terminología de
Duguit, diciendo que el matrimonio es un “acto condición”, es decir, un acto
jurídico que desencadena la aplicación de una situación legal, o sea, una
situación objetiva. Algunos precisan que este acto condición supone tres
partes: los cónyuges y el oficial de estado civil. En realidad si la intervención
del oficial de estado civil es necesaria, supone un previo y verdadero contrato
entre los esposos.
Se puede decir que el matrimonio es un contrato por el cual las partes
adhieren a una institución cuyo estatuto ha sido elaborado por la autoridad
pública.
IV. - Teoría del matrimonio acto de Estado: Quienes participan de esta
teoría sostienen que es el Estado, a través del funcionario público (en Chile
Oficial del Registro Civil), el que une a las partes en matrimonio. La voluntad
de los contrayentes es sólo uno de los presupuestos necesarios para que el
Estado los una en matrimonio. Juegan aquí el interés de los contrayentes y el
del Estado, pero el primero es preponderante, en términos tales que si no hay
impedimentos, el Estado debe unir en matrimonio a los que así lo desean.
En Chile esta tesis tiene fundamento en el art. 18 inc. 2o de la Ley de
Matrimonio Civil.
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Capítulo II
L . \ CoN STll IX UlV OKI. VlXCt l.O MUHIMOMAI.
«. - Generalidades.
Para organizar y estructurar el matrimonio el legislador civil se ¡aspiró en
las normas del derecho canónico, por regla general, pero dándole a éstas un
espíritu totalmente diferente al que las informaba.
En efecto, la Iglesia al reglamentar el matrimonio persigue ante todo un fin
moral, ella desea moralizar, regularizar la unión de sexos orientándola hacia
un fin legítimo. Es por ello que se muestra liberal en lo que dice relación con
las condiciones del matrimonio, pues su aspiración es hacerlo lo más
frecuentemente posible, para lo cual otorga el máximo de facilidades. Así, por
ejemplo, el derecho canónico señala una edad matrimonial muy baja, no exige
el coasentimiento de los padres, el cual solamente es acoasejado por razones
de respeto filial, además, el matrimonio religioso fue durante largo tiempo
consensual, estando actualmente sometido a formalidades simples.
El Estado, al contrario, es guiado principalmente por co asi de rae iones
nacionales, sociales o políticas, las exigencias de la moral individual le
preocupan en forma indirecta. Este quiere organizar la familia para el servicio
de la nación, a veces incluso de la raza, y generalmente fundado en las
concepciones sociales dominantes que inspiran la legislación.
PÁRRAFO I
Las condiciones del matrimonio
9. - Enumeración.
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a) Diferencia de sexos: el matrimonio no es posible sino entre personas de
sexos diferentes, el Código Civil chileno lo dice expresamente al definir el
matrimonio en el ait. 102.
Para los redactores del Código de Napoleón, este requisito pareció tan
evidente que no consideraron necesario señalarlo entre los exigidos para el
matrimonio.
b) Edad mínima para contraer matrimonio: Hasta la dictación de la Ley N°
19.947 la edad mínima para contraer matrimonio estaba determinada por la
pubertad de los contrayentes, ello en atención a las relaciones sexuales, que
normalmente se establecerán entre los cónyuges, la ley fijaba una edad
mínima matrimonial que era establecida por la aptitud para procrear, la cual
es determinada , a su vez, por la pubertad. La edad de la pubertad varía según
las legislaciones: en general ella es más precoz en los países meridionales. En
Chile dicha edad es de 12 años para las mujeres y de 14 años para los
hombres.
La Ley N° 19.947 trata de conciliar el aspecto fisiológico de la procreación
con un elemento psicológico, como lo es la madurez para comprender y
comprometerse con los derechos y deberes que surgen del vínculo
matrimonial, y establece como edad mínima para contraer matrimonio 16
años, art. 4“N* 2ULey de Matrimonio Civil.
No se ha establecido, eso sí, una edad máxima y el matrimonio entre
ancianos es plenamente válido.
Dicha edad -16 años- es la que determina la capacidad para contraer
matrimonio, materia ésta a la que nos referiremos más adelante.
c) La salud de los contrayentes: el certificado prenupcial: En ('hile no se
considera la salud de los contrayentes como requisito para el matrimonio.
Establecerla como una prohibición con fines cugencsicos, a más de dejar demasiado
lugar al arbitrio medico, carecería de real eficacia, porque quienes padecieran de una dolencia que
les impidiera contraer matrimonio, no tendrían obstáculo alguno para recurrirá la unión libre.
En Francia, por leyes de los años 1942 y 1945 se estableció que los futuros
cónyuges deben someterse a un examen médico, el cual presenta las
siguientes características:
i. May libre elección del facultativo;
ii. El examen se practica separadamente a cada uno de los interesados;
ni. Existe absoluto secreto de los resultados, así por un lado los prometidos
no tienen obligación de comunicarse mutuamente las características del
examen a que han sido sometidos, y, por otra, el certificado médico, que debe
remitirse a la oficina del servicio civil, sólo acredita que el interesado fue
examinado, sin añadir indicación ninguna. Este secreto impide que un
diagnóstico desfavorable pueda ser obstáculo a la celebración del matrimonio.
La ley se limita a invocar el sentido ético del enfermo, el médico sólo debe
aconsejar, la resolución final y definitiva queda entregada a la conciencia de
cada uno.
sufrir este (vicios del consentimiento), tratando de evitar toda influencia extraña.
Entre las medidas adoptadas con este fin, y especialmente para asegurar la
libertad del consentimiento en el período que precede al matrimonio.
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podemos señalar las siguientes:
L Libertad para contraer matrimonio: la ley asegura plena libertad para
contraer matrimonio, ej. art. 1074 C. Civil. Así, si en un contrato se coloca
como condición la de permanecer soltero, dicha cláusula debe ser declarada
nula por ser atentatoria contra un derecho fundamental de la personalidad. El
articulo 2Ude la Ley de Matrimonio Civil establece expresamente que " La facultad de contraer
matrimonio es un derecho esencial inherente a la persona humana, si se tiene edad para ello", y
agrega en el inciso segundo “ El juez tomará, a petición de cualquier persona, todas las
providencias que le parezcan convenientes para posibilitar el ejercicio legítimo de este derecho
cuando, por un acto de un particular o de una autoridad, sea negado o restringido arbitrariamente".
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no hay matrimonio, éste es inexistente; lo mismo sucede si no hay
consentimiento, o si falla el oficial del Registro Civil o el ministro del culto
coiTespondiente.
Los requisitos de validez del matrimonio son los siguientes;
i. Consentimiento sin vicios.
H. Capacidad de los contrayentes, y
m.Cumplimiento de las formalidades exigidas por la ley.
P Á R R A F O II
13. Generalidades.
El matrimonio exige un consentimiento libre y espontáneo, esto es libre de
vicios.
En el campo contractual los vicios del consentimiento pueden ser: error,
fuerza, dolo y, en ciertos casos, la lesión; en materia de matrimonio, por la
misma naturaleza de éste, existe una concepción mucho más estricta de los
vicios del consentimiento.
Así, en primer lugar no se acepta la lesión como vicio del consentimiento,
el matrimonio es un negocio jurídico sin contenido patrimonial siendo, en
consecuencia, inconcebible la aplicación de la lesión en él.
14. - El error.
error está atacado de ceguera o si se realiza una sustitución entre heimanos gemelos. Es evidente
que un error de esta naturaleza constituye un %-icio del consentimiento, pues no se ha querido
contraer matrimonio con quien ha sustituido a la persona con la cual había voluntad de casarse.
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En Francia, la doctrina y la jurisprudencia han dado por aceptar este tipo
de error fundándose en que si cabe el error como vicio del consentimiento en
el matrimonio es porque en alguna oportunidad habría de tener aplicación, ya
que si sólo se admitiera el error en la persona física la norma legal no sería
jamás aplicada.
La Corte de Casación francesa admitió la nulidad de un matrimonio
fundada en este error, indicando que éste existía poique uno de los cónyuges
se hizo aceptar por el otro presentándose como miembro de una familia que
no era la suya y atribuyéndose condiciones de origen y filiación que no le
pertenecían.
b) Error en las cualidades esenciales:
Estas son las cualidades que dan a la percona su valor humano, las que
distinguen, las que individualizan y confieren una personalidad profunda y
verdadera. Por consiguiente, el error sobre ellas puede adoptar las más
variadas formas: calidad de hijo legítimo, religión, estado civil, virginidad de
la mujer, nacionalidad, etc.
En doctrina se sostiene que esta clase de eiror debe viciar el
consentimiento si la cualidad que origina el problema lia sido el motivo
determinante del consentimiento o si es un factor de tal naturaleza que,
considerando a las partes y las condiciones del matrimonio, lo normal habría
sido que de haberse conocido la verdad no se habría contraído el vínculo.
En primer término hay que señalar que, en general, el error sobre las
cualidades de la persona del otro contrayente no vicia el consentimiento, es
decir si uno de ellos cree que el otro tiene ciertas cualidades que en realidad
no posee, ello no invalida el consentimiento, la razón está en que “se elige la
persona” y no “sus cualidades”.
Pero hace excepción a esta regla el error sobre las cualidades que, atendida
la naturaleza o los fines del matrimonio, han sido determinantes para
identificar al otro contrayente y otorgar el consentimiento. Tal sería el caso
por ejemplo del error sobre la religión , desde que ella permita formar la
familia y en especial a los hijos dentro de ciertos principios que son fundamentales para
quien incurre en el error.
Estimamos que también puede incluirse aquí el error en que incurre aquel
de los contrayentes que se casa con una persona impotente o estéril.
La impotencia es en general la incapacidad de engendrar en el hombre y de
concebir en la mujer.
Antes, bajo el imperio de la Ley de Matrimonio Civil de 1884 la
impotencia era un impedimento dirimente absoluto, así quienes padecían de
l
impotencia perpetua e incurable no podían contraer matrimonio, además, era
requisito indispensable que la impotencia existiera al momento del
matrimonio, art. 4 N° 3 y 30 de la Ley de Matrimonio Civil.
En relación con esto se planteaba un problema, porque la impotencia
puede ser de dos clases:
D Para realizar el acto sexual, llamada impotencia coeundi, y
2) Para procrear, esto es cuando la persona es estéril, la cual se denomina
impotencia generandi.
La interrogante era: ¿Cuál de estas dos formas de impotencia constituía el
impedimento para contraer matrimonio?.
En el Derecho Canónico sólo produce nulidad del matrimonio la
impotencia coeundi.
En Chile, un fuerte sector de la doctrina y de la jurisprudencia, fundándose
principalmente en que la ley no hacía distinción alguna en esta materia, sostenía que ambas formas
de impotencia anulan el matrimonio (Véase Revista de Derecho y Jurisprudencia. lom o 48.
segunda parte, sección primera, pág. 54).
Sin embargo, hay autores que estimaban que sólo producía la nulidad del
matrimonio la impotencia coeundi, en apoyo de su opinión dan los siguientes
argumentos:
1) La historia de la ley. Al dictarse la Ley de Matrimonio Civil regían en
Chile los principios del derecho canónico, así el art. 103 inc. 2o del C ódigo Civil
decía en su texto original "La ley civil reconoce como impedimentos para el matrimonio los que
han sido declarados tales por la Iglesia Católica y toca a la autoridad eclesiástica decidir sobre su
existencia y conceder dispensa de ellas".
que las personas de edad avanzada no pueden engendrar hijos porque han
perdido esa aptitud, o sea, padecen de impotencia generandi, no obstante lo
cual la ley no les ha impedido contraer matrimonio como debiera haberlo
hecho si su intención hubiera sido la de comprender como impedimento para
él las dos formas de impotencia.
3) Por último señalan que hay que tener presente que la procreación es sólo
uno de los fines del matrimonio, pero no el único.
Esta posición fue compartida por los Tribunales en algunas sentencias,
como por ejemplo la publicada en la Revista de Derecho y Jurisprudencia,
Tomo 54, segunda parte, sección segunda, pág. 55.
El problema señalado puede volver a plantearse, bajo el imperio de la
actual Ley de Matrimonio Civil, aliona en relación con la impotencia o la
esterilidad como fundamento de un error en las cualidades personales que,
atendida la naturaleza o fines del matrimonio, ha de ser estimada como
determinante para otorgar el consentimiento.
17. - La fuerza.
Por aplicación de las reglas generales, la fuerza puede ser física o moral,
sólo esta última, que consiste en amenazas, vicia el consentimiento, siempre
que reúna los siguientes requisitos: ser actual, esto es, debe existir al
momento del negocio jurídico; grave, es decir, capaz de producir una
impresión fuerte en una persona de sano juicio, teniendo en consideración su
edad, sexo y condición; injusta, requisito que no concurriría si se amenaza al
contrayente con iniciar acciones judiciales en su contra.
l
La fuerza puede provenir de una persona o circunstancia externa, y debe
ser determinante para contraer el vínculo matrimonial.
Siel consentimiento para contraer matrimonio se presta debido al temor
originado por una situación de riesgo, cualquiera que éste sea, puede
solicitarse la declaración de nulidad del matrimonio, (caso de embarazo de
mujer soltera).
La fuerza al igual que el error para viciar el consentimiento en materia de
matrimonio tiene que haber existido al tiempo de la celebración de éste, art.
44 L.M.C
17. bis.- Hay que señalar que bajo la vigencia de la Ley de Matrimonio
PÁRRAFOm
Capacidad de los Contrayentes
18. - Generalidades.
Clasificación
l
44 de la Ley de Matrimonio Civil que dice: “El matrimonio sólo podrá ser
declarado nulo por alguna de las siguientes causales, que deben haber existido
al tiempo de su celebración”.
Es decir, para que la incapacidad, impedimento dirimente absoluto o
relativo, afecte la validez del matrimonio tiene que existir al tiempo de la
celebración de éste.
ejecutoriada por no reunir los requisitos del art. 174 del mismo Código". (Revista de Derecho y
Jurisprudencia. Parte segunda. Sec. I., pag. 188 Tomo XXX).
Cabe hacer presente que si una persona está casada y contrae un nuevo
matrimonio, mientras subsiste el primero, el segundo no sera nulo de pleno
derecho, sino que a su respecto será necesaria la declaración judicial de la
nulidad.
b) Ser alguno de los contrayentes menor de 16 años: Aquí hay un cambio
en relación con la ley anterior, en efecto bajo la vigencia de la Ley de
Matrimonio Civil de 10 de enero de 1884 la edad mínima para contraer
matrimonio estaba detenninada por la pubertad de los contrayentes, ello en
l
atención a las relaciones sexuales que noimalmente se establecerán entre los
cónyuges la ley fijaba una edad mínima matrimonial considerando la aptitud
para procrear, la cual es determinada, a su vez, por la pubertad.
Hoy no solo se atiende a este aspecto fisiológico sino muy especialmente a
la madurez para comprender y comprometerse con los derechos y deberes que
surgen del vínculo matrimonial.
c) Los que se hallaren privados del uso de razón o padecieren de un
trastorno o anomalía psíquica que les impida formar la comunidad de vida
que implica el matrimonio:
En realidad aquí hay dos situaciones distintas:
c.l.) La privación del uso de la razón: se trata de la enajenación mental.
Incluso podría tratarse de una privación de razón temporal, bastando para
constituir esta incapacidad, que se presente al momento de prestar el
consentimiento para el matrimonio.
En la Ley de Matrimonio Civil de 1884 se contemplaba esta incapacidad
bajo la referencia a “los dementes”. Al respecto Fueyo, Claro Solar,
Somarriva y Barros Errazuriz estimaban que el matrimonio contraído por un
demente en un intervalo lúcido es perfectamente válido, ya que el art. 465 del
Código Civil no es aplicable al matrimonio, porque no se trata de un acto de
carácter patrimonial sino moral y, además, porque de acuerdo al art. 30 de la
Ley de Matrimonio Civil antiguo el impedimento debía existir, igual que
ahora, al momento del matrimonio, y en el caso del demente que se casa en
un intervalo lúcido no existiría la demencia al momento del matrimonio.
c.2.) Los que padecieren de un trastorno o anomalía psíquica que les
impida formar la comunidad de vida que implica el matrimonio. Esta es una
nueva causal, y ella no implica privación de razón, sino que es una inhabilidad
psíquica para formar la comunidad de vida en que consiste el matrimonio.
Esta causal está tomada del derecho canónico, específicamente del canon
1095 N° 3 que dispone “quienes no pueden asumir las obligaciones esenciales
del matrimonio por causas de naturaleza psíquica”. La norma canónica
señalada es más amplia que la de la LM .C
d) Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para
comprender y comprometerse con los derechos y deberes esenciales del
matrimonio:
Se trata también de una nueva causal, tomada del Derecho Canónico, del
canon 1095 N° 2 que establece “que son incapaces para contraer matrimonio
quienes tienen un grave defecto de discreción de juicio acerca de los derechos
y deberes esenciales del matrimonio que mutuamente se han de dar y
aceptar”.
En el hecho y en palabras corrientes es la falta de madurez, el
desconocimiento de lo que el matrimonio significa junto con la incapacidad
para comprometerse a él por anomalías de personalidad.
En relación con este aspecto es interesante tener en consideración lo
señalado al respecto en una sentencia del Tribunal Eclesiástico de Valparaíso:
“Para contraer matrimonio no basta saber y conocer lo que es in abstracto
dicha institución, sino que es necesario tener la aptitud suficiente para darse
cuenta lo que el matrimonio supone para la vida personal, con todas las
exigencias que conlleva, de manera de personalizar la decisión que se quiere y
Se va a tomar. ¿Soy capaz de darm e cuenta de lo que el matrimonio supone para mi vida futura (no
en abstracto)? ¿Estoy en condiciones de aceptar el cambio que para mi vida supone el matrimonio y
las exigencias que conlleva? ¿Quiero hacerlo? Son preguntas, o parecidas, que debe hacerse quien
va a casarse: quien, además, debe tener las cualidades mínimas para responderlas con libertad y
discreción de juicio, de manera que faltando estas cualidades no se tendrán ni la libertad interna ni
la discreción de juicio suficiente para responderlas y, consccuencialmcntc. no se tendrá la capad -
dad requerida para contracrlo. aun cuando se tenga un erudito conocimiento de lo que es el
1
matrimonio, en la esfera especulativa de lo meramente intelectivo. Liste grave defecto de discreción
puede deberse a deficiencias psíquicas, no obstante, hay determinadas situaciones o condiciones
que. sin ser debidas estrictamente a causas psicopatológicas. alteran la personalidad y pueden
originar la perdida de la necesaria discreción de juicio. Una de citases la inmadurez".
l
prohibiciones y se encuentran reglamentados en el Código Civil. Ellos no
afectan la validez del matrimonio, sino que su infracción trae aparejado otro
tipo de sanciones.
Los impedimentos impedientes o prohibiciones son:
a) Consentimiento de ciertas personas para contraer matrimonio;
b) Las guardas, y
c) Las segundas nupcias.
Para que los menores de edad puedan contraer matrimonio la ley exige que
cuenten con el consentimiento de ciertas personas.
Esta exigencia es justificada por algunos, sosteniendo que se trata de una
garantía suplementaria de la libertad de consentimiento de los futuros esposos.
Al contraer matrimonio se realiza un acto de excepcional gravedad, el cual
compromete y afecta, en alguna manera, toda la existencia futura. Se indica
que los menores no realizan por sí solos ningún acto jurídico, y si bien es
cierto que el matrimonio es un acto exclusivamente personal y que en él el
consentimiento del menor no puede ser reemplazado por el de su representante
legal, es por lo menos necesario que éste sea guiado, ilustrado en la trascendencia del acto que
realiza. De acuerdo con esta concepción el consentimiento de los padres o parientes, en su caso,
tiene por finalidad la protección de la voluntad del menor contra un apasionamiento pasajero que
posteriormente podría lamentar.
menores.
3oSi el consentimiento es anterior al matrimonio, quien lo prestó puede revocarlo, pero sólo
hasta antes de la celebración de aquel:
l
con filiación determinada, según lo disponen los arts. 107 y 111 del Código
Civil, las siguientes personas:
a) Los padres, esto es una consecuencia de la autoridad paterna que somete
a los hijos a ambos padres, art. 222 Código Civil;
b) En caso de faltar uno de los padres debe prestar su consentimiento el
otro padre o madre;
c) A falta de padre y madre, le corresponde a el o los ascendientes de grado
más próximo.
El legislador ha tomado la precaución de establecer expresamente una
regla para el caso en que se produjere una igualdad entre las opiniones
favorables y las desfavorables al matrimonio, señalando que en tal caso debe
prevalecer la opinión partidaria de la realización de éste, art. 107 inc. final
Código Civil;
d) Si también faltaren los ascendientes, debe prestar el consentimiento para
el matrimonio el curador general, art. 111 del Código Civil.
c) Si el menor careciere incluso de curador general el coasentimiento para
la celebración del matrimonio lo da el Oficial de Registro Civil que debe
intervenir en la celebración de éste, art. 111 inc. 2 ° Código Civil.
Se entiende que falta el padre, madre o los ascendientes en los casos que
señalan los arts. 109 y 110 del Código Civil, la última de estas disposiciones
es aplicable sólo al padre y la madre.
El art. 109 dispone: “Se entenderá faltar el padre o madre u otro
ascendente, no sólo por haber fallecido, sino por estar demente; o por hallarse
ausente del territorio de la República, y no esperarse su pronto regreso; o por
ignorarse el lugar de su residencia.
También se entenderá faltar el padre o madre cuando la paternidad o
maternidad haya sido determinada judicialmente contra su oposición.”
Por SU paite el art. 1I 0 señala "S e entenderá faltar asimismo el padte o madre que estén
privados de la patria potestad por sentencia judicial o que, por su mala conducta, se hallen
inhabilitados para intervenir en la educación de sus hijos."
26. - El disenso.
l
agrupación de comunas la causal de disenso para su calificación, art. 8on* 5
Ley N° 19.968. Esta obligación no pesa sobre el curador general.
Los efectos de la falta de asenso no son otra cosa que las sanciones en que
incurre el menor que contrae matrimonio sin el consentimiento de la persona
que debe prestarlo. En ningún caso la falta de asenso afecta a la validez del
matrimonio.
En esta materia hay que distinguir dos situaciones:
1“ Si el m enor contrae matrimonio sin el asenso de personas llamadas a prestarlo incuiTC en
A- Sanciones Civiles
Esta clasificación fue eliminada por la Ley N° 19.585, y así el actual art.
323 se refiere sólo a los alimentos.
El problema radicaba en que si bien contraer matrimonio sin el
consentimiento de los padres o ascendientes no figuraba entre las causales de
injuria atroz del art. 986, la enumeración de esta disposición es muy similar a
la del art. 1208 que indica las causales de desheredamiento y entre ellas
aparece esta situación en el número cuarto. Se indicaba, además que no se
vulneraba el art. 115, que señala que esta infracción no priva del derecho de
alimentos, ya que por las razones indicadas se perderían sólo los alimentos
congruos no así los necesarios. A ello se replicaba que las sanciones son de
derecho estricto y la ley no hacía distinción de ninguna especie al señalar que
l
el matrimonio contraído sin el consentimiento de la persona que corresponda
no priva del derecho de alimentos.
A partir de la vigencia de la Ley N° 19.585, no se plantea ya este
problema, por lo siguiente, el art. 324 del Código Civil priva de alimentos en
caso de injuria atroz, pero además señala que constituyen injuria atroz las
conductas descritas en el art. 968 y entre ellas no figura el contraer
matrimonio sin el consentimiento de los padres o ascendientes.
B Sanciones Penales
1
2 UQue el guaidador tenga o haya tenido la administración de los bienes del pupilo:
El art. 124 del Código Civil exige que quien tenga hijos de un precedente
matrimonio, bajo su patria potestad o bajo tutela o curaduría, y desea volver a
casarse proceda a la facción de inventario solemne de los bienes que esté
administrando y que pertenezcan a dichos hijos como herederos del cónyuge
difunto o cualquier otro titulo. Para la confección de este inventario se dará a
los menores un curador especial, arts. 345 y 494, debiendo proceder a su
designación conforme al art. 125 aunque los hijos no tengan bienes.
La Ley N° 19.947 modificó este artículo adecuándolo a la nueva
reglamentación, ya que antes se hablaba del viudo o viuda, partiendo de la
base que sólo se podía contraer nuevo matrimonio cuando se había enviudado, lo cual
varia con la reforma introducida por la ley antes citada al introducirse en nuestro oidcnamiento
jurídico el divorcio vincular.
Requisitos y pago por muerte presunta del padre o madre habiendo éste o
ésta aparecido posteriormente, ait. 270 N° 2; o en el caso de emancipación
legal del hijo menor por matrimonio de éste, art. 270 N° 3;
4UDebe precederse a la (acción de inventario solemne, y
5" Para la facción de dicho inventario sedará a los hijos un curador especial.
La ley habla de inventario solemne, debe entenderse por tal el que retine
los requisitos de los arts. 858 y 859 del Código de Procedimiento Civil.
Además aunque los hijos del viudo no tengan bien alguno debe procederse a
la designación del curador especial, del art. 125 del Código Civil.
El Oficial del Registro Civil no permitirá el matrimonio del que trata de
volver a casarse mientras no se exhibe el nombramiento del curador especial o
que se le acredite, mediante una información sumaria de testigos que no hay
hijos del precedente matrimonio que estén en las condiciones señaladas por la
ley, art. 126 Código Civil.
Es menester tener presente que basta con el nombramiento del curador,
aunque el inventario no esté terminado. Así se desprende de los arts. 126 y
127 del Código Civil que prescriben las sanciones que se imponen cuando el
inventario no se hace en tiempo oportuno, y la doctrina, principalmente Claro
Solar y Somarriva, entienden que la expresión tiempo oportuno quiere decir
antes de que se opere la confusión de patrimonios.
Sanción
l
testamento hay que atender a lo que se diga en éste: si en él se instituye
heredero al padre o a la madre, en su caso, debe entenderse que el hijo lo ha
perdonado y debe darse pleno cumplimiento a la disposición testamentaria; en
efecto, si el padre o la madre había incurrido en una causal de indignidad para
suceder, ésta no puede hacerse valer en contra de disposiciones testamentarias
posteriores a los hechos que las producen, art. 973 Código Civil.
Si en el testamento el hijo no deja nada al padre o madre, éste nada puede
reclamar, porque para ello debería intentar la acción de reforma del
testamento, la cual corresponde a los legitimarios, art. 1206 Código Civil, y si
bien el padre y la madre generalmente tienen dicha calidad, art. 1182, en este
caso la han perdido por expresa disposición del art. 127.
Finalmente, esta sanción tiene aplicación exclusivamente en el caso en que
el hijo muera sin descendencia porque conforme a lo establecido en el art. 988
los hijos excluyen a todo otro heredero, con excepción del cónyuge, arts.
1181 y 1182 número 3.
PÁRRAFO IV
C umplimiento de las formaudades legales para la celebración
DEL MATRIMONIO
33. -Generalidades.
l
que preceden al matrimonio.
En el matrimonio se exigen dos clases de formalidades, unas anteriores a
su celebración y otras coetáneas con ésta.
a) La manifestación
h) La información
l
los contrayentes no están afectos a impedimentos y prohibiciones, art. 14 Ley
Matrimonio Civil.
La información debe rendirse al momento de presentarse o hacerse la
manifestación, y debe tratarse de declaraciones de dos testigos por lo menos.
Este sistema de publicidad vigente entre nosotros no es adecuado, ya que
no proporciona suficiente conocimiento de la celebración del matrimonio. En
otras legislaciones se aplican otros sistemas más aptos que tienen por objeto
que las personas dispongan de la ocasión de oponerse a un matrimonio ilícito
o lesivo para sus intereses.
Sanciones
ubicado dentro de la jurisdicción del Oficial del Registro Civil coiTespondicnte. art. 17 inc. 2 “
L.M.C.
Presencia de testigos
l
El matrimonio debe celebrarse ante la presencia de dos testigos hábiles, los
cuales pueden ser parientes de los contrayentes o terceros extraños, art. 17,
Ley de Matrimonio Civil.
La regla general en esta materia es que toda persona es capaz para sen ir de
testigo en el matrimonio, siendo sólo incapaces las personas que señala el art.
16, de la Ley de Matrimonio Civil.
l
escrito, la manifestación, la información y la celebración del matrimonio se
hará por medio de una persona habilitada para interpretar la lengua de el
oíos contrayentes o que conozca el lenguaje de señas.
En el acta se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio del
intérprete, o de quién conozca el lenguaje de señas.
para su validez. D cacucrdo con el art. 40 bis de la Ley de Registro Civil "El acta a que se refiere el
artículo 20 de la Ley de Matrimonio Civil deberá estar suscrita por el ministro de culto ante quien
hubieren contraído matrimonio religioso los requirentes. y deberá expresar la siguiente
información:
9 1 El nombre y los apellidos del ministro de culto, así como su número de cédula de identidad:
l
cualquier Oficial de Registro Civil dentro de ocho días para su inscripción.
Aun cuando la ley no lo dice expresamente estimamos que dicho plazo se
cuenta desde la celebración del matrimonio. Si el acta no se inscribe dentro
del plazo señalado, el matrimonio no producirá efecto civil alguno.
El Oficia] de Registro Civil no efectúa la inscripción en forma automática,
sino que previamente debe verificar el cumplimiento de los requisitos legales
y sólo podrá denegar la inscripción si resulta evidente que el matrimonio no
cumple con alguno de los requisitos que la ley exige, de la negativa a inscribir
se puede reclamar ante la respectiva Corte de Apelaciones.
C) El Oficial de Registro Civil debe dar a conocer a los requirentes de la
inscripción los derechos y deberes que coreespon den a los cónyuges de
acuerdo a la ley;
D) Los comparecientes deben ratificar el consentimiento prestado ante el
ministro de culto
E) De lodo lo indicado debe dejarse constancia en la inscripción la que
debe ser firmada por ambos contrayentes.
Los efectos del matrimonio inscrito en la forma dicha se regirán en todo
por lo establecido en la Ley de Matrimonio Civil y en los demis cuerpos
legales que se refieren a la materia.
Una interrogante que se plantea en relación con esta materia es la siguiente
¿deben los cónyuges comparecer personalmente para la ratificación e
inscripción, o pueden hacerlo por medio de mandatario?
I lay quienes estiman que pueden hacerlo por medio de mandatario, pero
atendido lo que establece el actual artículo 15 de la Ley de Registro Civil
estimamos que deben comparecer personalmente los cónyuges para los
efectos de la ratificación e inscripción del matrimonio celebrado ante una
entidad religiosa de derecho público. El articulo 15 de la Ley de Registro Civil establece:
“Los interesados en una inscripción podrán hacerse representar por medio
de mandatario. Se tendrá como mandatario a la persona que se presente en
tal carácter expresando que ha recibido comisión verbal. Si el Oficial de
Registro Civil mereciere dudas el encargo, podrá exigir o la comprobación
del poder o la comparecencia de las personas a que se refieren los artículos
29 y 45. El poder para contraer matrimonio deberá otorgarse en la forma
señalada por el artículo 103 del Código Civil.
“No tendrá aplicación lo previsto en el inciso precedente, tratándose de las
inscripciones a que se refiere el artículo 20 de la Ley de Matrimonio Civil
l
Capítulo iii
39. - Generalidades.
l
menos, el régimen aplicable a los alimentos, al cuidado personal y a la relación directa y
regular que mantendrá con los hijos aquel de los padics que no lo tuviere bajo su cuidado.
l
conjunto, con lo cual se evita la multiplicidad de juicio sobre diversas
materias relativas a la relación familiar y que sean tramitadas ante distintos
tribunales con procedimientos diversos.
Cabe destacar que el cese de la convivencia tendrá también fecha cierta a
partir de la notificación de la demanda en el caso del art.
23. art. 25 inc. 1°.
En caso que no haya acuerdo entre los cónyuges ni tampoco demanda
judicial, habrá fecha cierta del cese de la convivencia, cuando uno de los
cónyuges hubiere expresado su voluntad de ponerle fin a través de escritura
pública, o acta extendida y protocolizada ante notario público, o acta
extendida ante un Oficial del Registro Civil, o bien dejando constancia de su
intención de poner fin a la convivencia ante el juzgado correspondiente, lo
que debe ser notificado al otro cónyuge. Se trata de una gestión no
contenciosa en la cual el interesado puede comparecer perconal mente. La
notificación debe hacerse de acuerdo con las reglas generales, art. 25.
La separación de hecho no afecta la situación matrimonial de los cónyuges,
ya que su único fin es regular la situación de éstos y en sus relaciones con los
hijos. No se genera un nuevo estado civil y se mantiene el vínculo
matrimonial.
En el caso de separación de hecho de los cónyuges tienen aplicación los
artículos 225 y 245 del Código Civil.
1
exigente y. por tanto, justa en la defensa del cónyuge más débil y los hijos. No obstante ello es en
apariencia, pues:
ciertas dudas: ¿en que consiste ese aminoramicnto? ¿en que puede traducirse?;
23. o una denuncia por violencia intraíamiliar producida entre los cónyuges o entre alguno de estos
y los hijas.
l
distinguir entre los que se producen entre los cónyuges y los efectos respecto
de los hijos:
A) Efectos respecto de los cónyuges
con plena independencia uno del otro, en los términos del articulo 159" y el artículo 159 dice “Los
cónyuges separados de bienes administran, con plena independencia el uno del otro, los bienes que
tenían antes del matrimonio y los que adquieran durante este, a cualquier título.
1
condición señalada en el inciso precedente".
l
paración, art. 39 inc. 2“l.m.c.
Cuando se pone término a la separación judicial ya decretada se restablece el
estado civil de casados. Pero no revive el régimen de sociedad conyugal ni el de
participación en los gananciales, no obstante, respecto de este último los cónyuges pueden pactarlo
con arreglo al artículo 1723 Código Civil.
4 32
M uerte presunta de uno de los cónyuges Se refiere a ella el
art.43 de la L.M.C.
En este caso la ley no exige una declaración especial para que opere la
disolución del matrimonio, basta que hayan transcurridos los plazos que para
dicho efecto establece la ley
Terminará el matrimonio una vez transcurridos 10 años (antes eran 15
años) desde la fecha de las últimas noticias del desaparecido, fijada en la
sentencia que declara la presunción de muerte.
Sin perjuicio de lo anterior, el matrimonio también tennina si se acredita
que han transcurrido cinco años desde la fecha de las últimas noticias del
desaparecido, y se probare que han transcurrido 70 años desde su nacimiento.
El mismo plazo de 5 años desde la fecha de las últimas noticias se aplicará
cuando la presunción de muerte se ha declarado en el caso de una persona que
después que recibió una herida grave en la guerra o le sobrevino otro peligro
semejante no se ha sabido más de ella ( art. 81 N° 7).
En los casos de pérdida de nave o aeronave que no apareciere a los seis
meses de la fecha de las últimas noticias que de ella se tuvieron y del de
sismo o catástrofe que provoque o haya podido provocar la muerte de
numerosas perconas en determinadas poblaciones o regiones ( art. 81 N°s.. 8
y 9) el matrimonio termina transcurrido un año desde el día presuntivo de la
muerte
Siproducida la disolución del matrimonio por muerte presunta, el cónyuge
del desaparecido contrae matrimonio con un tercero, la validez de éste no se
verá afectada aunque se llegue a probar que el desaparecido falleció en una
fecha posterior a aquella en que se contrajo dicho matrimonio.
l
Título i
De la nulidad de matrimonio
l
señaladas en los artículos 5U,6“ ó v de la l . m .c ., esto «¡ cuando:
a) se hallare ligado por vínculo matrimonial no disuelto;
b) tuviere menos de 16 años;
c) se hallare privado del uso de la razón, o que por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sea incapaz de modo
absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio;
d) careciere de suficiente juicio y discernimiento para comprender y
comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio;
o no pudiere expresar claramente su voluntad por cualquier medio, ya sea
en forma oral, escrita o por medio de lenguaje de señas.
0 En caso de la incapacidad para contraer matrimonio entre sí de los
l
de nulidad de matrimonio cualquiera de los presuntos cónyuges. (“Presuntos"
porque si el matrimonio llega a anularse, los cónyuges no han tenido la
calidad de tales), para señalar enseguida los siguientes casos de excepción:
1) En el caso de nulidad del matrimonio por ser menor de 16 años (art. 5oN°
2) la nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges o por sus ascendientes, pero
alcanzados los 16 años por parte de ambos contrayentes, la acción se radicó exclusivamente en el o
los que lo contrajeron sin tener esa edad:
2) La nulidad fundada en los vicios de error o fuerza (art. 8") corresponde sólo
al cónyuge que lo sufrió:
l
de personas.
Título ii
El matrimonio putativo
54. - Generalidades.
l
55. - Requisitos del matrimonio putativo.
4“Que exista una justa causa de error en cuanto a la validez del matrimonio.
l
criterio jurídico de proteger la buena fe engañada por las apariencias, como
sucede en estos matrimonios (Rev. Tomo 36, sec. 1“. pág. 416.
El profesor Somarriva participa de la misma opinión diciendo que el
matrimonio putativo jurídicamente puede explicarse por la teoría de las
apariencias, cuando ha existido buena fe, como ocurre precisamente en este
tipo de matrimonio.
La buena fe debe existir al momento del matrimonio y además debe
mantenerse durante él, a lo menos en uno de los cónyuges, así se desprende
claramente del art. 51 L.M.C.. Se sostiene que la buena fe desaparece cuando
uno de los cónyuges demanda al otro pidiendo la nulidad del matrimonio, si el
demandado acepta la demanda también pierde su buena fe; pero, por el
contrario, si niega la existencia de la causal invocada por el demandante y
defiende la validez del matrimonio perdurará la buena fe hasta la dictación de
la sentencia.
4".- Que exista una justa causa de error en cuanto a la validez del matrimonio:
A más de la buena fe para que exista matrimonio putativo debe haber
“justa causa de error".
En realidad es muy difícil establecer la diferencia entre la buena fe y la
justa causa de error.
Se ha resuelto que hallándose la buena fe íntimamente ligada a la justa
causa de error, no cabe duda que existiendo aquélla existe también ésta.
Es sabido que el error puede ser de hecho o de derecho. En lo que dice
relación que el error de hecho no hay problema alguno, ya que es indudable
de que es una justa causa de error y por lo tanto da lugar a la putatividad; en
cambio en lo que respecta al error de derecho es bastante discutible si
constituye o no justa causa de error.
Una parte de la doctrina fundándose en los arts. 8, 706 inc. final y 1452 de
C. Civil sostienen que el error de derecho no es una justa causa de error.
Señala que el error de derecho es inexcusable, especialmente cuando recae
sobre un acto de tal envergadura como el matrimonio; ignorar la ley en este
caso importa una negligencia que no puede ser calificada de justa causa de
error.
Otros señalan que si bien es cierto que en base a los arts. 8° >• 706 inc. final
puede concluirse que el error de derecho no es una justa causa de error, no lo es menas que el art.
5 1 L.M.C. habla solam ente de ''justa causa de error", sin entrar a distinguir si se trata de un error de
hecho o de derecho, por lo cual ambas formas de ciror tendrían dicha calidad.
La L.M.C. en su art. 52 establece que “se presume que los cónyuges han
contraído matrimonio de buena fe y con justa causa de error, salvo que en el
juicio de nulidad se probare lo contrario y así se declara en la sentencia".
Luego, la regla general es que habiendo un matrimonio nulo celebrado o
ratificado ante Oficial de Registro Civil éste sera putativo, ya que la buena fé
y la justa causa de error se presumen. Para que no opere esta presunción es
necesario que en el juicio de nulidad de matrimonio se pruebe que no hubo
buena fe ni justa causa de error al contraer matrimonio y que se deje
constancia de ello en la sentencia respectiva.
l
requisito no exigido por art. 122, que sería la sentencia judicial que declare la
putatividad del matrimonio nulo.
En virtud de la sola sentencia que declara la nulidad de matrimonio, se
producen los efectos del art. 122, si concurren los demás requisitos legales”.
Al respecto y en apoyo de la opinión de señor Rossel cabe recordar que los
requisitos solamente pueden establecerse por la ley y en parte alguna ésta
exige que la putativ idad sea declarada por sentencia judicial.
La Corte Suprema ha estimado que las partes pueden pedir la declaración
de la putatividad del matrimonio con posterioridad a la declaración de nulidad
del mismo, aunque en la sentencia recaída en el juicio de nulidad nada se haya
dicho al respecto, ni se haya solicitado la reserva del derecho para pedir dicha
declaración (Rev. Tomo 29, sec. 1\ pag. 73).
l
para contraer un nuevo matrimonio válido. Podría hacerlo, pero después de
contestada la demanda o declarada la nulidad, ya que a partir de esos
momentos no cabe distinguir entre matrimonios simplemente nulo o nulo
putativo, pues la base de éste es la buena fe, la que es incompatible con un
fallo que declara la nulidad del matrimonio. (Revista. Tomo 41, sec. 2“. pág. 7
Título iii
El divorcio
59 . -Generalidades.
l
vínculo del matrimonio, pudiendo, por lo tanto, ambos cónyuges contraer
nuevas nupcias.
Para Bonnecase el divorcio “es la ruptura de un matrimonio válido en vida
de los esposos, por causas determinadas y mediante resolución judicial".
En algunas legislaciones se entiende por divorcio el anteriormente
definido, al cual se puede llamar “divorcio absoluto” o “divorcio vincular".
Otras, en cambio, entienden por divorcio la simple separación de cuerpos,
la cual suspende judicialmente los efectos del matrimonio sólo en cuanto se
refiere a la cohabitación de las partes, es lo que sucedía con la legislación
chilena, (art. 19. L.M .C. antigua) hasta la vigencia de la Ley N/J 19.947.
Se justifican señalando que al igual que con los impedimentos, con estas
causales se pretende obtener que el matrimonio que se celebre sea útil a la
sociedad, debiendo aceptarse que el vínculo se disuelva si las causas aparecen
con posterioridad a la celebración del matrimonio.
d»Causas objetivas o inculpables: separación libremente estipulada y
consentida por ambos cónyuges por un período de tiempo más o menos largo;
la ausencia involuntaria; la enfermedad mental y la enfermedad independiente
l
de toda negligencia o malicia del cónyuge que la sufre.
c) Las causas indeterminadas: la crueldad, relajación del vínculo conyugal
que por múltiples motivos imputables o no a los cónyuges lleguen a hacer
insoportable la convivencia. En realidad todas estas causas pueden reducirse a
una sola, donde caben la incompatibilidad de caracteres, las diferencias
religiosas y otras motivaciones de índole análoga.
A más de todas las causales que se han señalado, en algunos países se
acepta también mutuo acuerdo de los cónyuges, para ello se fúndan en que la
experiencia demuestra que la necesidad de tener que invocar una causal
determinada para obtener el divorcio vincular conduce a quienes desean
obtenerlo, y no se encuentran dentro de ninguna de ellas, a fingir la existencia
de la causal, lo cual es contrario a la moral y al derecho. Se agrega que la
única forma de evitar este vicio es admitiendo el mutuo consentimiento como
causal de divorcio vincular.
Las legislaciones que admiten esta causal ponen eso sí trabas para evitar el
abuso que podría hacerse de ella. Así por ejemplo en algunos países se cita a
quienes solicitan el divorcio por mutuo consentimiento a tres audiencias, que
demoran meses en llevarse a cabo, a objeto de que los cónyuges dispongan de
tiempo Suficiente para reflexionar sobre la trascendencia de lo que están haciendo. Si después
de la tercera audiencia se mantienen en su propósito se decreta el divorcio.
l
de este divorcio es remediar esa dificultad o imposibilidad. Este es el llamado
“divorcio remedio".
b) Las causales de divorcio deben fundarse en la culpa más o menos grave
de alguno de los cónyuges. En este caso el divorcio es una “sanción", una
pena pronunciada por el Tribunal contra el cónyuge culpable.
cargo la función natural de cuidar, criar y educar a sus hijos, aun a costa de
sacrificios personales, y
3) El bien de la sociedad, que exige la realización de estos valores
espirituales dentro de la familia, aun a costa de la abnegación de los
cónyuges.
Añade que el divorcio reconoce la preeminencia del interés personal de los
cónyuges incomodados o desagradados sobre los intereses superiores de los
hijos y de la sociedad. En breves palabras, dice que el divorcio es la expresión
máxima del individualismo.
Señala que, en lo que dice relación con el divorcio, hay que tener presente
las siguientes situaciones:
a) La desavenencia absoluta de los cónyuges. Sostiene el profesor Rioseco
que si se hiciera una encuesta de las causales que provocan divorcios, se
llegaría a la conclusión que es muy superior el porcentaje de casos abusivos al
de casos necesarios.
Dice que son pocas las situaciones de real e irrecuperable desavenencia; en
cambio, muy numerosas aquellas en que se aprovecha esta puerta simulando
situaciones graves, para satisfacer una tendencia sexual egoísta. El nuevo
cónyuge generalmente está elegido mucho antes del divorcio; en realidad el
problema es de nuevo matrimonio.
b) Situación del cónyuge culpable. Si la causa de la desintegración de la
familia se debe a dicho cónyuge, el divorcio parece inaceptable a su respecto;
I) porque aparte de no obtener una sanción, obtiene la finalidad deseada; II)
ponqué si ya hizo desgraciado un hogar ¿será socialmente conveniente que
quien presenta muestras claras de inadaptabilidad familiar, renueve en lo
sucesivo otras experiencias con resultados que pueden ser más dudosas; III) la
ley debe ser general y no particular. El interés individual debe ceder ante el
bien común, no pudiendo dictarse leyes para solucionar problemas de
determinadas personas, sobre todo si dicha ley es contraria al interés general
de una familia estable.
l
término al matrimonio, pero no afectará en modo alguno la filiación ya
determinada ni los derechos y obligaciones que emanan de ella”, esta norma
coincide con lo señalado en el artículo 42 N° 4°.
El artículo 54 establece que “el divorcio podrá ser demandado por uno de
los cónyuges, por falta imputable al otro, siempre que constituye una
violación grave de los deberes y obligaciones que le impone el matrimonio, o de los
deberes y obligaciones para con los hijos, que tome intolerable la vida en común".
2" Trasgrcsión grave y reiterada de los debeles de convivencia, socorro y fidelidad propios del
matrimonio. El abandono continuo o reiterado del hogar común, es una forma de trasgrcsión grave
d élos deberes del matrimonio:
3° Condena ejecutoriada por la comisión de alguno de los crímenes o simples delitos contra el
orden de las familias y contra la moralidad pública o contra las personas, previstos en el Libro II
Títulos V il y VIII del Código Penal, que involucre una grave ruptura de la armonía conyugal.
(Dentro de estos títulos están los delitos de aborto, abandono de nulos o personas desvalidas,
delitos contra el estado civil de las personas, rapto, violación, estupro y otros delitos sexuales,
incesto, matrimonios ilegales, homicidio, infanticidio, lesiones corporales, duelo, calumnia,
injurias)
1
4UConducta homosexual:
5"Alcoholismo o drogadicción que constituya un impedimento grave para la convivencia
armoniosa entre los cónyuges o entre estos y los hijos:
“Se transcribe esta norma por lo siguiente, se desprende de ella que los
requisitos para que pueda darse esta situación son: a) que se haya convenido o
exista una sentencia judicial que haya condenado al demandante al pago de
una pensión alimenticia, a su cónyuge o a los hijos comunes; b) que el
demandante haya tenido los medios para poder cumplir esa obligación
alimenticia; y c) que a pesar de ello, durante el cese de la convivencia, en
forma reiterada haya incumplido con el pago de la pensión respecto del
cónyuge demandado y de los hijos comunes.
La disposición plantea algunos problemas: ¿tiene que haberse producido el
l
incumplimiento tanto respecto del cónyuge como de los hijos comunes, duda
que se plantea por el uso de la conjunción copulativa “y”? A pesar de la
redacción de la norma hay quienes sostienen que basta el incumplimiento
respecto de cualquiera de ellos:
Por otra pane ¿que debe entenderse por “a solicitud de parte demandada”?
¿Esta solicitud debe plantearse como una excepción a la demanda de divorcio
o se trata de un simple presupuesto procesal? Por otra parte llama la atención
que sea el juez quien tiene que verificar; la ley no indica por qué medios debe
h a c e r l o ¿Podrá el tribunal de oficio decretar pruebas? N o es claro. ¿Quien tiene el peso de la
pnteba en este caso?
dejando constancia judicial en los términos señalados en el art. 25 inc. 2 U, y a partir de esc
momento cum plir con sus obligaciones alimenticias, esperando que transcurra un nuevo plazo de
tres años.- '*(R. Ramos - Aspectos destacados de la Ley N* 19.947 sobre matrimonio civil")
l
los cónyuges podrá acreditarse empleando cualquiera de los medios
probatorios admitidos por la ley.
3") El divorcio pone fin a los derechos de carácter patrimonial, cuya titularidad se funde en el
matrimonio, com o los de alimentos y sucesorios entre los cónyuges, art. 60. Ello sin perjuicio de
que se acuerde o se fije judicialmente una compensación al cónyuge económicamente más débil,
determinada en la forma dispuesta en el párrafo Idel Capítulo Vil de la ley. arts. 61 y sgtes.
4o) La sentencia de divorcio firme autoriza para revocar todas las donaciones que por causa de
matrimonio se hubieren hecho al cónyuge que dio motivo al divorcio por su culpa, con tal que la
donación y su causa constare por escritura pública, art. 1790 nuevo texto.
5U) El ex cónyuge propietario de un bien declarado familiar puede pedir su desafectación, art.
145 Código Civil.
l
público chileno.
Tampoco se reconocerá valor a las sentencias obtenidas en fraude a la ley.
Se entenderá que se ha actuado en fraude a la ley cuando el divorcio ha sido
declarado bajo una jurisdicción distinta a la fecha, a pesar de que los
cónyuges hubieren tenido domicilio en Chile durante cualquiera de los tres
años anteriores a la sentencia que se pretende ejecutar, si ambos cónyuges
aceptan que su convivencia ha cesado a lo menos durante ese lapso, o durante
cualquiera de los cinco años anteriores a la sentencia si discrepan acerca del
plazo de cese de la convivencia. El acuerdo o la discrepancia entre los
cónyuges podrá constar en la propia sentencia o ser alegado durante la
tramitación del exquátur”.
l
económica se determinará en el juicio de nulidad de matrimonio o en el de
divorcio, según corresponda.
El cónyuge que desee obtener la compensación económica puede pedirla
en la correspondiente demanda. Si no se pide en la demanda, el juez debe
informar a los cónyuges que les asiste este derecho en la audiencia de
conciliación, pudiendo en tal caso procederse a la complementación de la
demanda para solicitar dicha compensación. También puede solicitarse en la
reconvención.
En caso que se acoja la demanda de nulidad de matrimonio o de divorcio el
juez deberá, en su sentencia, pronunciarse sobre la compensación económica,
determinando su procedencia y su monto, en caso de dar lugar a ella, y la
forma de pago.
Para determinar la existencia del menoscabo económico, a que se ha hecho
referencia precedentemente, y el monto de la compensación hay que estarse a
los rubros que señala el artículo 62 L.M.C. que son: 1) la duración del
matrimonio y de la vida en común de lo cónyuges, 2) la situación patrimonial
de ambos; 3) la buena o mala fe; 4) la edad y el estado de salud del cónyuge
beneficiario; 5) su situación en materia de beneficios previsionales y de salud,
6) su cualificación profesional y posibilidades de acceso al mercado laboral y
7) la colaboración que hubiere prestado a las actividades lucrativas del otro
cónyuge. Estos rubros no son taxativos, luego pueden considerante otros, el artículo citado señala
que ellos se considerarán "especialmente".
l
decretar orden de arraigo en su contra, pero, además, y por no ser alimentos
propiamente tales sino considéreseles como tales, no rige al respecto la limitación del art. 7"
de la Ley N° 14.908 (no pueden exceder del 50% de las lentas del alimentario), y una vez fijadas
las cuotas no pueden ser alteradas por causas sobrcvinicntes.
71. - b) De la conciliación.
tenga a su cuidado, y el ejercicio de la patria potestad, mientras dura el juicio, art. 70.
l
nulidad, el procedimiento comprenderá ambas acciones y el juez en la
sentencia definitiva se pronunciará primero sobre la nulidad”.
Por su parte el art. 90 dispone que ¿‘En el llamado a conciliación a que se
refiere el artículo 67, se incluirán las materias señaladas en el inciso segundo
de dicha disposición, aun cuando no se hubieren solicitado en conformidad a
lo dispuesto en el artículo precedente, y se resolverán tan pronto queden en
estado, de acuerdo al procedimiento aplicable.
C apítulo v
74. - Generalidades.
Los efectos del matrimonio son las consecuencias que de él derivan tanto
para las personas como para los bienes de los cónyuges, ellos son:
1) Crea entre los cónyuges un conjunto de derechos y obligaciones, cuyo
objeto no es una prestación de índole pecuniaria, sino la observancia de
ciertas normas de conducta necesarias para la realización práctica de los fines
del matrimonio, se encuentran establecidas en los arts. 131, 132, 133 y 134
Código Civil.
2) Genera el régimen matrimonial, esto es, estatuto que va a reglar los
l
1) Deber de fidelidad:
Está contemplado en el art. 131 cuando dice que '‘los cónyuges están
obligados a guardarse fe”. Consiste el deber de fidelidad en que los cónyuges
están obligados a cohabitar exclusivamente entre sí y no con terceros. El
incumplimiento o la infracción a este deber configura el adulterio, el cual
civilmente se comete por el solo hecho de yacer la mujer casada con varón
casado que no es su marido, y el varón con quien no es su mujer.
El art. 132 señala que el adulterio constituye una grave infracción al deber
de fidelidad y que da origen a las sanciones que la ley establece. El inc. 2“ de
esta disposición define el adulterio en la siguiente forma: ' ‘Cometen adulterio la mujer casada que
yace con varón que no sea su marido y el varón casado que yace con mujer que no sea su cónyuge".
l
Para Somanriva, consiste en los cuidados personales y constantes de un
cónyuge al otro.
4) Deber de respeto y protección recíprocos:
También está consagrado en el art. 131 del Código Civil. El deber de
protección, que antes sólo competía al marido y ahora es recíproco,
comprende la prestación de amparo, tanto físico como moral.
El deber de respeto consiste en que los cónyuges en sus relaciones tanto
públicas como privadas deben guardar la consideración y el trato que
corresponde a una armoniosa convivencia.
El incumplimiento de estas obligaciones no tiene una sanción directa, pero
si el marido por su culpa no cumple este deber la mujer puede pedir la
separación judicial de bienes, art. 155 inc. 2u.
5) Deber de hacer vida en común:
Lo reglamenta el art. 133, Código Civil, estableciendo que ambos
cónyuges tienen no sólo el derecho sino que también el deber de vivir en el
hogar común. Cesa esta obligación cuando a alguno de los cónyuges le
asistan razones graves para no vivir en él. Es interesante esta norma porque
introduce la idea del hogar común, en contraposición con lo que se establecía
antes de la reforma de la Ley N° 18.802, en que el Código Civil otorgaba a la
mujer el derecho a que el marido la recibiera en su casa.
No señala el legislador cuáles son las razones graves que deben asistir a
uno de los cónyuges para no vivir en el hogar común, pero entendemos que
deben ser hechos de tal naturaleza que lleven a dejar sin cumplir uno de los
fines del matrimonio, cual es el de vivir juntos. Porque justamente este deber
de los cónyuges de vivir en el hogar común, tiene por fundamento el fin
señalado.
76. - Capacidad de la mujer casada en régimen de sociedad conyugal.
l
señalado haga al liado de bienes muebles destinados al consumo ordinario de
la familia, obligan al marido en sus bienes y en los de la sociedad conyugal.
No obstante si dichas compras reportaren un beneficio particular para la
mujer, comprendiendo en éste el de la familia común en la parte en que ella
debió proveer a las necesidades de ésta, resultarán obligados los bienes
propios de la mujer, pero sólo hasta concurrencia de dicho beneficio.
En conformidad al art. 136 del Código Civil, los cónyuges están obligados
a suministrarse los auxilios que necesiten para sus acciones y defensas
judiciales. Creemos que la expresión “auxilios" está tomada en sentido
amplio, comprendiendo todos los elementos necesarios para el ejercicio de la
acción o el planteamiento y sustentación de la defensa, como serían, por
ejemplo, los medios probatorios.
Si el régimen matrimonial es la sociedad conyugal el marido, además,
deberá proporcionar a la mujer las expensas para la litis que ésta siga en su
contra. Cesa esta obligación del marido cuando la mujer tiene patrimonio
reservado o bienes a los que se refieren los arts. 166 y 167 del Código Civil, a
menos que éstos fueran insuficientes.
1
432
Capítulo vi
79. -Generalidades.
El art. 159, inciso primero del Código Civil dispone “Los cónyuges
separados de bienes administran con plena independencia el uno del otro los
bienes que tenían antes del matrimonio y los que adquieran durante éste, a
cualquier título”.
En consecuencia, la mujer casada en régimen de separación total de bienes
tiene la administración de sus bienes propios, pudiendo disponer libremente
de ellos, al igual que el marido de los suyos.
Pero no debe olvidarse que los cónyuges, aunque estén separados de
bienes, no pueden celebrar el contrato de compraventa, el de pemiuta ni el de
donaciones irrevocables.
Fuera de los casos señalados la mujer separada de bienes puede actuar
libremente en la vida jurídica.
l
432
Capítulo VII
L os R egímenes Matrimoniales
PÁRRAFO I
G eneralidades
80. -Concepto.
l
con terceros".
8i. - Características.
los bienes de los cónyuges, sean aportados al matrimonio o adquiridos durante él. En este régimen
hay un solo patrimonio com ún que comprende la totalidad de los bienes de los cónyuges y que a la
disolución de la comunidad, se divide por iguales partes entre ellos con prescindencia de sus
aportes.
Disuelta la comunidad, cada cónyuge retira sus aportes y sus bienes propios. >
el resto, lo que queda después de haberse retirado dichos bienes, que recibe el nombro de
gananciales, se divide por mitad entre ellos.
l
del caso analizar.
l
gananciales ambos inconvenientes desaparecen. Junto con asegurar la
completa igualdad e independencia de los cónyuges durante el matrimonio en
lo concerniente a la propiedad, administración y disposición de sus bienes, le
permite participar en la mitad de los gananciales adquiridos por el otro.
E. - Régimen dotal
Se caracteriza por la existencia de una “dote”, o sea, un conjunto de bienes
que la mujer aporta al matrimonio y cuya administración entrega al marido
para atender las necesidades de la familia. Lo que constituye la dote es la existencia de
una determinada masa de bienes destinada a un fin especial: la satisfacción de las necesidades de la
familia. Todo bien afecto a este fin es dotal.
l
régimen. Si nada se dice el régimen será la sociedad conyugal.
«4. - Mutabilidad o inmutabilidad del régimen matrimonial.
PÁRRAFO ii
Las capitulaciones matrimoniales
Don Arturo Alessandri R. las define diciendo que son “la convención por
la cual los esposos reglan sus intereses pecuniarios".
Mediante ellas los esposos determinan el régimen matrimonial a que dará
origen el matrimonio, las facultades que tendrán con respecto a los bienes y
las concesiones y donaciones que quieran hacerse mutualmente. Ver art. 1715
inc. Io. Código Civil.
El principal objeto de las capitulaciones matrimoniales es de alterar el
régimen matrimonial, la gran mayoría de las que se pactan tienen por
finalidad establecer un régimen de separación de bienes o de participación en
los gananciales.
l
«7. - Características de las capitulaciones matrimoniales.
l
desde la fecha del matrimonio, aunque la subinscripción se efectúe con
posterioridad, hay por consiguiente una especie de efecto retroactivo cuando
ésta es posterior al matrimonio.
La omisión de cualquiera de las solemnidades señaladas produce la
nulidad absoluta de las capitulaciones.
El legislador ha contemplado expresamente la situación de los
matrimonios celebrados en país extranjero en el art. 1716 inc. 2U.
b) Solemnidades de las capitulaciones celebradas en el momento mismo
del matrimonio: cabe hacer presente que en estas capitulaciones solamente
puede pactarse separación total de bienes o régimen de participación en los
gananciales, art. 1715 inc. 2u.
La única solemnidad en este caso consiste en que el pacto conste en la
inscripción de matrimonio, ait. 1716, inc. l u.
Luego, en este caso, no es necesaria escritura pública ni subinscripción,
basta con que el pacto conste en la respectiva inscripción de matrimonio. Sin
este requisito no tendrá valor alguno, será nulo absolutamente.
4 32
91 - Celebrado el matrimonio, en principio, las capitulaciones
matrimoniales son inmutables.
tiene una excepción, ya que se puede m odificare! régimen matrimonial después del matrimonio,
pero sólo para sustituir el sistema de sociedad conyugal por el de separación total de bienes, o por
el de participación en los gananciales, o el de separación total por el de participación en los
gananciales, art. 1716 inc. final y 1725. También pueden sustituir el régimen de participación en
los gananciales por el de separación total de bienes, art. 1792-1.
l
Por último, volveremos a insistir sobre el que estos pactos durante el
matrimonio sólo pueden celebrarse por los cónyuges mayores de edad, si los
cónyuges son menores de edad o si uno de ellos lo es y celebran un pacto de
éstos, dicho pacto será nulo absolutamente.
l
separación judicial de bienes, art. 153, ni podrá renunciarse a la acción de
divorcio, art. 25 L.M.C., o que una vez disuelta la sociedad conyugal los
cónyuges permanecerán en indivisión por más de cinco años, art. 1317; o que
los cónyuges no vivirán juntos, ni establecer normas contrarias a los derechos
del marido como jefe de la sociedad conyugal, y del mismo modo no se podrá
privar a la mujer de los derechos que le confiere el art. 150.
C a p ít u l o V III
So c ie d a d C o n yu g a l
94. -Concepto.
Puede decirse que es “ la sociedad de bienes que se forma entre los cónyuges
por el hecho del matrimonio a falta de pacto en contrario”.
La sociedad conyugal se forma de pleno derecho, sin necesidad de
declaración alguna de los cónyuges cualquiera que sea su nacionalidad, por el
solo hecho del matrimonio celebrado en Chile, siempre que sea válido, ait.
135 y 1718.
Siel matrimonio es nulo, no se forma; pues aquél no ha producido efectos
civiles, uno de los cuales es esta sociedad. El matrimonio nulo ciará origen a
l
sociedad conyugal sólo en el caso del matrimonio putativo, porque como ya
se sabe éste produce los mismos efectos civiles que el válido, art. 51 L.M.
Civil.
La duración de la sociedad conyugal está determinada por la ley: principia
al momento del matrimonio, en el momento preciso en que éste se contrae. No
se puede pactar que la sociedad tenga principio antes o después de esa
celebración. Una estipulación en este sentido seria nula, art. 1721; inc. final, y
se disuelve la sociedad conyugal en los casos que taxativamente señala el art.
1764. Los cónyuges no pueden hacerla cesar antes de que se produzca alguno
de ellos o convenir que subsista más allá de la época de su disolución.
l
entidades distintas; el marido, la mujer y la sociedad, trinidad indispensable
para el deslinde de las obligaciones y derechos de los cónyuges entre sí.
Respecto de terceros, no hay más que marido y mujer; la sociedad y el
marido se identifican’.
Numerosos autores sostienen que la sociedad conyugal es una
“copropiedad” entre marido y mujer, pero una copropiedad especialísima,
distinta de la simple indivisión que se produce entre los herederos de una
persona, porque a diferencia de ésta se basa en una asociación; los bienes que
la forman están afectos a un fin especial, determinado, la cuota de cada
cónyuge no es transferible mientras ella dura y no puede pedirse su división
sino en los casos señalados por la ley.
Pero don Arturo Alessandri señala que esta teoría es inaceptable dentro de
los preceptos de nuestra legislación, ya que la copropiedad supone la
existencia de dos o más propietarios, de dos o más derechos de idéntica
naturaleza, que se ejercen sobre el bien común. Nada de esto ocuree en nuestra
sociedad conyugal, pues la mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los
bienes sociales durante la sociedad, art. 1752. Mientras dura la sociedad
conyugal, el marido es el único y exclusivo propietario de los bienes sociales
y la mujer, en cambio, no tiene derecho alguno sobre ellos
En consecuencia, la sociedad conyugal es una institución sui géneris, de
naturaleza especial, que presenta características propias y originales que la
distinguen de toda otra. Así lo ha sostenido la Excma. Corte Suprema, en
sentencia publicada en el Tomo 26 Sección I .pag. 522.
Como entre los cónyuges hay tres entidades distintas, el marido, la mujer,
y la sociedad, y siendo ésta una comunidad restringida a la que no entran
todos los bienes de aquellos, hay también tres patrimonios: el patrimonio
COmun O s o c ia l; el p a trim o n io propio del marido y el patrimonio propio de la mujer, cada
uno de estos patrimonios tiene su activo y su pasivo.
l
99. - Criterios para distinguir los bienes aportados al matrimonio de los
adquiridos durante la sociedad.
II S e C . P . p á g . 2 2 3 ).
Así, el inmueble comprado por uno de los cónyuges antes del matrimonio,
pero cuya inscripción se efectúa durante la sociedad, es un bien aportado y no
social. En cambio, el inmueble comprado por el marido, durante la sociedad e
inscrito a su nombre después de la disolución de aquélla, producida por la
muerte de la mujer, es social. (Revista, Tomo 21, sec. E .p á g . 129).
La Ley N° 18.802 introdujo una novedad en esta materia, ya que agregó un
número 7 al art. 1736 en el que se da el carácter de causa o título de
adquisición al contrato de promesa, el cual no tiene la calidad de título
traslaticio de dominio, pero que puede dar origen a uno, siempre que se
cumpla la promesa y el contrato prometido tenga tal carácter. El contrato de
promesa no genera una obligación de dar (transferir el dominio o constituir un
derecho real) sino una obligación de hacer (celebrar el contrato prometido).
Si la causa o título de la adquisición es anterior a la sociedad conyugal,
pero ésta se realiza con bienes de la sociedad y del cónyuge, éste deberá
recompensa a la sociedad por la parte que recayó sobre ella.
Pero si los bienes a que se refiere el art. 1736 son muebles, ellos ingresan
al haber de la sociedad conyugal, la que deberá al cónyuge adquirente la
respectiva recompensa. En consecuencia, sólo si se trata de bienes inmuebles no se
produce el ingreso de ellos a la sociedad conyugal cuando la causa o título de adquisición es
anteriora ella aunque ésta se produzca durante su vigencia.
T ítulo I
Haber de la sociedad conyugal
l
a) Los productos del trabajo, art. 1725 N° 1.
b) Los frutos de los bienes sociales y de los bienes propios, art. 1725 N°2.
c) Los bienes muebles e inmuebles que se adquieran durante el matrimonio
a título oneroso, art. 1725N°5.
d) La parte del tesoro que se encuentre en teiTenos de la sociedad, art.
1731.
c) Las minas denunciadas por ambos cónyuges o por uno de ellos, art.
1730.
a) Productos del trabajo:
El haber absoluto de la sociedad conyugal está formado en primer término
por los salarios y emolumentos de todo género de empleos y oficios,
devengados durante el matrimonio, art. 1725.
Las expresiones “salarios”, “emolumentos”, “empleo" y “oficios” están
usadas en su más amplia acepción.
Comprenden el producto de todo trabajo de los cónyuges, cualquiera que
sea la importancia o naturaleza, su carácter, duración, forma de remuneración,
etc. Por consiguiente, entran a la sociedad conyugal los salarios, sueldos,
gratificaciones legales, fondos de retiro, indemnizaciones por años de
servicio, honorarios profesionales, productos de la actividad comercial
industrial o artística de los cónyuges, etc.
El único requisito que la ley exige para que el producto del trabajo de los
cónyuges ingrese a la sociedad conyugal, es que el trabajo o servicio que lo
origina se haya ejecutado o prestado durante la vigencia de la sociedad
conyugal. La ley habla de salarios o emolumentos devengados durante el
matrimonio. Devengar significa “adquirir derecho a alguna percepción o
retribución por razón de trabajo o servicio u otro título, y como el derecho a la
remuneración se adquiere por la realización del servicio o trabajo que lo
genera, la sociedad sólo lo adquirirá si éste se presta o ejecuta mientras ella
dure.
Luego, pertenecerán a la sociedad los salarios y emolumentos de todo
trabajo ejecutado durante su vigencia, aunque se paguen después de su
disolución, y al cónyuge, si el trabajo se ejecutó o el servicio se prestó antes
del matrimonio o después de disuelta la sociedad, aunque en el primer caso, el
pago se efectuó durante ella.
Se plantea un problema respecto al producto de los trabajos comenzados
antes del matrimonio y concluidos durante la vigencia de la sociedad
conyugal y el de los comenzados durante ella y terminados después de su
disolución.
¿A quién corresponderá el producto de dichos trabajos?
La doctrina soluciona el problema distinguiendo si se trata o no de los
trabajos divisibles.
Si el trabajo es susceptible de división de modo que cada una de sus etapas
se puede considerar y valorizar separadamente, no hay problema alguno: el
producto del trabajo ejecutado durante la sociedad corresponderá a ella y el
producto del ejecutado antes del matrimonio o después de disuelta,
corresponderá al cónyuge que lo hizo.
Si el trabajo o la obra es, por su naturaleza, indivisible, como la pintura de
un cuadro, la composición de una obra musical, un descubrimiento científico
se tomará en cuenta la obra terminada, porque ella no existe realmente ni tiene
valor pecuniario sino cuando está concluida, antes es un mero proyecto.
Según esto, la remuneración que se obtenga por ella será de la sociedad si se
terminó durante su vigencia, y pertenecerá al cónyuge que la ejecutó si su
conclusión se verificó antes del matrimonio, aunque el pago se haga durante
la sociedad, o si se concluyó después de su disolución no obstante que haya
l
sido comenzada durante la vigencia de la misma.
Todas estas reglas son aplicables al trabajo del marido y al que ejecuten
marido y mujer conjuntamente. No se aplican, al producto del trabajo de la
mujer ejercitado separadamente del marido. Estos bienes quedan, durante la
vigencia de la sociedad conyugal, bajo la administración de la mujer, de
manera que no entran al haber de dicha sociedad. A su disolución podrán
pasar a formar parte de los gananciales si la mujer lo acepta, si no lo hace
serán propios, art. 150.
b) Frutos de los bienes sociales y de los bienes propios:
Son sociales, sin cargo de recompensa, todos los frutos naturales y civiles
y, en general, los lucros de cualquier naturaleza, que provengan de los bienes
sociales y de los bienes propios de cada uno de los cónyuges, y que se
devenguen durante la sociedad, art. 1725 N°2.
Los frutos de los bienes de los cónyuges ingresan a la sociedad a modo de
compensación por haberse hecho gravitar sobre la comunidad los gastos de
alimentación de los cónyuges y de la familia común.
La razón jurídica de la adquisición de los frutos por la sociedad conyugal
es diversa según se trate de bienes sociales o de los bienes propios de los
cónyuges. Respecto de los bienes sociales la sociedad adquiere los frutos por
accesión, a título de propietaria, aits. 646 y 648. Los frutos civiles se
devengan día por día, art. 790, luego para determinar si son o no sociales esos
frutos hay que atender a la época en que se devengan y no a aquella en que se
perciben. En cambio, los frutos naturales se adquieren por la percepción, por
su separación de la cosa fructífera, art. 685, por consiguiente serán sociales
los que se perciban durante la sociedad aunque los trabajos destinados a
producirlos se hayan realizado o iniciado antes del matrimonio.
Los frutos de los bienes propios de los cónyuges los adquiere la sociedad
conyugal, a título de usufructuario, o con mayor exactitud en su calidad de
titular de un derecho de goce sobre dichos bienes.
Si una persona hace una donación o deja una herencia o legado a
cualquiera de los cónyuges bajo la condición de que los frutos de las cosas
donadas, dejadas en herencia o legadas no pertenezcan a la sociedad
conyugal, dicha condición será válida, salvo que se trate de bienes donados o
asignados a título de legítima rigorosa, art., 1724, Código Civil.
c) Bienes adquiridos a titulo oneroso durante el matrimonio: El art. 1725 en
su N° 5 hace ingresar estos bienes al haber absoluto de la sociedad conyugal.
Aquí se comprenden tanto los bienes muebles como los inmuebles, la ley
no hace distinción alguna, y aún más habla de ‘‘todos” los bienes.
Luego, todo bien adquirido a título oneroso durante la vigencia de la
sociedad conyugal ingresa al haber absoluto de la misma. La aplicación de
estos principios o normas hace totalmente inútil la estipulación muy frecuente
en escrituras de compra, según la cual el marido compra un bien raíz
declarando que lo compra para su mujer, ya que no obstante dicha
estipulación el bien raíz será siempre social (Rev. Tomo 31 sec. I. pág. 137).
De los arts. 1725, 1736 y 1737 se desprende que entran al haber absoluto
de la sociedad conyugal los bienes que adquieran los cónyuges siempre que se
reúnan los siguientes requisitos: a) que la adquisición se haya hecho a título
oneroso y b) que el título adquisitivo se haya producido durante la existencia
de la sociedad conyugal. Así, por ejemplo, si se compra un bien raíz antes del
matrimonio, pero se inscribe durante la vigencia de la sociedad conyugal,
dicho bien será propio del cónyuge que lo compró y no un bien social. Pero si
los bienes a que se refiere el art. 1736 fueren muebles, ingresaran al haber de
la sociedad conyugal, al haber relativo, aunque la causa o título sea anterior a
ésta, debiéndose al cónyuge adquirente la correspondiente recompensa.
l
Caso del art. 1728.
El art. 1728 reglamenta la situación que se produce cuando durante la
vigencia de la sociedad conyugal se adquiere un terreno contiguo a una finca
propia de uno de los cónyuges por cualquier titulo oneroso (porque según ya
lo hemos visto es el único que lo hace social, comunicable dice la ley). Si el
nuevo terreno y la finca contigua conservan su individualidad, se aplican las
reglas generales; la finca será del cónyuge (la primera) y el terreno comprado
durante la vigencia de la sociedad conyugal, será social. Pero si los terrenos
han perdido su individualidad, porque con ambos se lia formado una sola
heredad de la que el terreno últimamente adquirido no puede desmembrarse
sin daño, se forma entonces una comunidad entre el cónyuge y la sociedad y
ambos serán codueños de todo el terreno prorrata de los respectivos valores al
tiempo de la incorporación.
Caso del art. 1729.
Este art. se refiere al caso de que durante la sociedad el cónyuge que posee
un bien propio proindiviso con otras personas adquiera las cuotas de los
demás comuneros.
Si las adquiere a título gratuito son bienes propios y si por adquirirlas
todas se extingue la comunidad será dueño de todo el bien.
Si las adquiere a título oneroso, ingresan al haber social conforme al N° 5
del art. 1725 y la cosa pertenecerá proindiviso al cónyuge adquirente y a la
sociedad, a prorrata del valor de la cuota que pertenece al primero y de lo que
haya costado la adquisición del resto.
El cónyuge y la sociedad no son codueños a prorrata de las cuotas que
cada uno tenga en la cosa sino del valor de cuota que pertenecía a aquél y de
la que haya costado el resto, es decir, a pro reata del valor invertido en la
adquisición y del que tenía la cuota del cónyuge al tiempo que adquirió la
4 32
suya y no al tiempo de la liquidación de la sociedad conyugal.
Para la aplicación del art. 1729 deben concurrir tres requisitos:
D existencia de una indivisión entre el cónyuge y otra u otras personas;
2) que la cuota del cónyuge sea un bien propio y
Está compuesto por aquellos bienes que si bien entran a formar parte del
patrimonio social, lo hacen en forma “aparente” porque el cónyuge dueño de
ellos adquiere un crédito contra la sociedad por la correspondiente
recompensa.
En otras palabras, los bienes entran a formar parte del haber de la sociedad, pero el
l
cónyuge aportante o adqutrente tiene un derecho pcisonal o crédito para que se le recompense, al
tiempo de la disolución de la sociedad conyugal .
l
También ingresan al haber relativo de la sociedad conyugal los bienes
muebles comprendidos en una donación remuneratoria hecha a alguno de los
cónyuges, siempre que los servicios no dieran acción contra la persona
servida o si los servicios se prestaron antes del matrimonio. La sociedad debe
recompensa por estas donaciones al cónyuge donatario, art. 1738 inc. 2uCódigo
Civil.
T ítulo II
H aber propio de cada cónyuge
l
matrimonio;
c) Los bienes muebles que los cónyuges excluyan de la comunidad en las
capitulaciones matrimoniales;
d) Los aumentos de los bienes propios de los cónyuges;
c) El conjunto de créditos y recompensas que los cónyuges pueden hacer
valer en contra de la sociedad conyugal al momento de su disolución;
0 Los inmuebles subrogados por inmuebles propios de los cónyuges o por
valores destinados a dicho efecto en las capitulaciones matrimoniales o en una
donación por causa de matrimonio.
a) Inmuebles aportados al matrimonio;
El legislador en ninguna parte establece que los inmuebles que los
cónyuges tengan al momento del matrimonio permanezcan en el haber propio,
en forma expresa, pero ello se desprende claramente de la simple lectura del
art. 1725 que en sus números 3 y 4 hace ingresar al haber de la sociedad
conyugal los bienes muebles aportados y no los inmuebles, de donde se
desprende que la regla general es que los bienes inmuebles aportados al
matrimonio no ingresan al haber de la sociedad conyugal.
Son inmuebles aportados y por consiguiente pertenecientes al haber propio
de los cónyuges, incluso los bienes raíces que se hayan adquirido durante la
vigencia de la sociedad conyugal, pero cuya causa o título sea anterior a ella,
art. 1736 inc. 1°. y también los adquiridos durante ella en virtud de un acto o contrato cuya
celebración se haya prometido con anterioridad a la existencia de la sociedad conj-ugal. siempre
que la promesa conste por instrumento público o en instrumento privado cuya fecha sea oponiblc a
terceros conforme al art. 1703, art. 1736 N* 7.
1
Los aumentos que experimenten estos bienes son de propiedad del
cónyuge, pero tiene interés determinar si el aumento se debe a obra de la
naturaleza o a la industria humana. Porque, si el aumento se debe a obra de la
naturaleza nada debe el cónyuge a la sociedad, art. 1771 inc. 2 en tanto que si
se debe a la industria humana, deberá recompensa a la sociedad conyugal, art.
1746.
c)Créditos y recompensas que los cónyuges pueden hacerse valeren contra
de la sociedad, a la época de su disolución:
Las recompensas son créditos que pueden hacerse valer por la sociedad y
los cónyuges recíprocamente al momento de la disolución de aquélla, a fin de
evitar que los unos a la otra tengan un enriquecimiento injustificado. Las
recompensas que la sociedad adeude a los cónyuges, en definitiva aumentan
el haber de éste.
0 Inmuebles subrogados a inmuebles o a valores propios de los cónyuges:
La subrogación es la sustitución de una percona o cosa por otra, que pasa a
ocupar el mismo lugar jurídico de la anterior.
Luego, según lo dicho, la subrogación puede ser personal o real.
Es personal cuando una persona sustituye a otra, como acontece por
ejemplo en el pago con subrogación; y es real cuando una cosa sustituye a
otra, en términos tales que la nueva pasa a ocupar jurídicamente el mismo
lugar de la antigua.
l
otro, que puede ser por venta o permuta y se llama subrogación de inmueble a
inmueble, y subrogación de inmueble a valores (los valores deben estar destinados a este
efecto en las capitulaciones matrimoniales o en una donación por causa de matrimonio), se llama de
inmueble a valores. Hsta institución está reglamentada en losarts. 1727 N°s. I y 2. y 1733.
Ejemplos:
O Inmueble del cónyuge $1.000.000.
Inmueble adquirido $1.200.000.
Mitad de ese valor $ 600.000.
Recompensa en favor de la S.C. $ 200.000.
Hay subrogación porque el saldo a favor de la sociedad no excede de la
mitad del precio de la finca que recibe.
H) Inmueble del cónyuge $ 2.000.000.
Inmueble adquirido $4.500.000.
Mitad de ese valor $ 2250.000.
Recompensa en favor S.C. $2.500.000.
No hay subrogación porque el saldo en favor de la sociedad conyugal
excede la mitad del precio de la finca que se recibe.
ni) Inmueble del cónyuge $ 1.200.000.
Inmueble adquirido $ 900.000.
Mitad de ese valor $ 450.000.
l
Recompensa favor cónyuges 300.000.
T ítulo 111
Pasivo de la sociedad conyugal
107. -Generalidades.
Así como hay bienes sociales y bienes propios de cada cónyuge, hay
también deudas sociales y deudas personales del marido y de la mujer; lodo
patrimonio supone un activo y un pasivo y aquí hay tres: el de la sociedad, el
del marido y el de la mujer.
Las expresiones deudas sociales y deudas perconales tienen una doble
significación, según se las considere desde el punto de vista de la obligación o
de la contribución a las deudas.
“La obligación a las deudas se refiere a las relaciones del acreedor con los
cónyuges, a la determinación del patrimonio en que aquél puede perseguir su
crédito.
“A este respecto, el carácter social o personal de una obligación depende
únicamente del patrimonio en que puede hacerse efectiva: si el acreedor tiene
acción sobre los bienes propios de los cónyuges es personal.
‘‘La contribución a las deudas se refiere a las relaciones de los cónyuges
entrc sí, a la determinación del patrimonio que en definitiva debe soportar su
pago. Es un problema que nace una vez satisfechas las deudas, a la disolución
de la sociedad para averiguar cuál de los tres patrimonios debe soportarlas, si
el que las pagó u otro, en cuyo caso aquél tiene derecho a que éste le abone lo
que invirtió en ellas.
“A este respecto, el carácter social o personal de una deuda depende
exclusivamente del patrimonio que debe soportarla en definitiva, con
prescindencia de aquél en que el acreedor la pudo hacer efectiva, si su pago
debe soportado la sociedad, la deuda es social; si lo soporta el cónyuge, es
personal.
■‘De aquí resulta que una misma deuda puede ser social desde el punto de
vista de la obligación, y personal en cuanto a la contribución. Así ocuiTe con
las deudas anteriores al matrimonio; son sociales, porque la sociedad está
obligada a su pago y el acreedor puede hacerlas efectivas en sus bienes, y son
personales, porque en definitiva, debe soportadas el cónyuge deudor”.
l
sociedad pueden perseguir indistintamente sus bienes propios y los sociales,
de donde resulta que, en el hecho, toda deuda social es personal del marido y
toda deuda suya es social.
112. -Recompensas.
l
114. - Pasivo de la sociedad conyugal.
1740 N° I.
l
beneficiado le reembolse lo pagado.
2. - Deudas y obligaciones contraídas durante el matrimonioporcl marido, o
la mujer con autorización del mando o de la justicia en subsidio, y que no fuera personal de aquel o
esta. art. 1740. N°2.
Por otra parte, son también sociales las deudas contraídas polla mujer con
mandato general o especial del marido, y los acreedores no podrán
perseguirlas en los bienes propios de la mujer, a menos que probaren que han
cedido en utilidad personal de la mujer. Además, los contratos celebrados por
marido y mujer de consuno o en que la mujer se obligue solidaria o
subsidiariamente con el marido, no valen contra los bienes propios de la
mujer, salvo que se pruebe que han cedido en su utilidad personal, y sin
perjuicio de lo dispuesto en el art. 137 inc. lu. art. 1751.
3. - Lasto de toda fianza, hipoteca o prenda constituida por el marido.
La sociedad conyugal es obligada al pago de todas las obligaciones accesorias
contraídas antes del matrimonio o durante la sociedad, en garantía de una obligación
propia, o a jena, aunque sea personal de alguno de ellos, sin perjuicio de la recompensa a que haya
lugar en este caso. ait. 1740 números 2 y 3.
l
cedió en su beneficio personal, arts. 1750 inc. final y 1751.
La sociedad tendrá o no derecho a recompensa por las cauciones a cuyo
pago está obligada, según que la deuda sea social o personal de alguno de los
cónyuges, si es social no lo tienen, si era personal sí la tendrá.
La sociedad conyugal también está obligada al pago de las fianzas, y
demás cauciones constituidas por el marido sobre los bienes sociales en
garantía de la obligación de un tercero. El inc. 2 udcl n *2 del an. 1740 no distingue si
la caución se refiere a una obligación propia o ajena.
sean de ambos cónyuges, siempre que no sean excesivos, y del dinero que en las capitulaciones
matrimoniales el marido se obligó a dar a su mujer, de una sola vez o periódicamente, art. 1740 Na
S.
Estas cargas se satisfacen generalmente con los frutos de los bienes y con
el producto del trabajo y ambos pertenecen a la sociedad.
La sociedad es obligada al pago de las cargas de familia que se devenguen
durante su vigencia, cualquiera que sea la época en que se paguen o
demanden.
Las causadas antes del matrimonio son deudas personales del cónyuge, si
las paga la sociedad, tiene derecho a recompensa, art. 1740 N° 3.
Lo mismo sucede con las posteriores a la disolución de la so ciedad, son de
cargo exclusivo del cónyuge que las devengó o que está obligado a ellas. Por
eso los gastos de funerales y entierro del cónyuge difunto son de cargo de la
sucesión; se originaron cuando la sociedad ya no existía. En tanto que los
gastos de la última enfermedad del mismo cónyuge son de cargo de la
sociedad, se devengaron durante su vigencia.
En primer lugar la sociedad es obligada al pago, sin derecho a recompensa,
de los gastos de mantenimiento de ambos cónyuge'. Quedan comprendidos aquí los
gastos de alimentación, habitación, vestido, enfermedad, etc.
1
comprenden la alimentación, habitación, vestido, etc.
son los que demanda la educación normal de una persona, son siempre de cargo de la sociedad
conyugal, aunque el hijo tenga bienes, pero en caso necesario, por ejemplo si los bienes sociales
son insuficientes y también lo son los de los cónyuges podrán sacarse de los bienes del hijo.
Los gastos extraordinarios de educación, esto es los que vayan más allá de
lo necesario para la educación normal, ej. estudios en el extranjero, se cubren
en primer lugar con los bienes del hijo, art. 1744 inc. final, pero sólo cuando
cupieren en ellos y le hubieren sido efectivamente útiles. Si el hijo no tiene
bienes o si teniéndolos ellos son insuficientes, se cubrirán estos gastos con los
bienes sociales o con los bienes propios de los cónyuges si los de ésta
también fueren insuficientes.
Los gastos de establecimientos son los necesarios para dar al hijo un
estado o situación estable que le permita satisfacer sus necesidades, se cubren
en primer lugar con los frutos de los bienes propios del hijo, y si ellos fueren
insuficientes con los capitales de esos bienes. Pero si el hijo carece de bienes
se harán estos gastos con los sociales o de los cónyuges si los primeros fueren
insuficientes.
La sociedad conyugal es obligada, además, sin derecho a recompensa de
toda otra carga de familia, art. 1740 N ° 5 inc. 1°. com o ser salarios de empicados
l
que se hacen valer al momento de liquidar la sociedad conyugal, a fin de que
cada cónyuge aproveche el aumento y soporte en definitiva las cargas que
legalmente le corresponden".
También se dice que son “ las indemnizaciones pecuniarias a que los
patrimonios del marido, de la mujer y de la sociedad están obligados entre sí;
en otras palabras, los créditos que pueden reclamarse recíprocamente”.
l
debe hacerse en dinero, en forma tal que la suma pagada por concepto de recompensa
tenga, en lo posible, el mismo valor adquisitivo que la suma invertida al originaisc la recompensa.
No se establece un sistema determinado, sino que sólo se deja constancia del propósito de que las
recompensas se paguen reajustadas. De tal manera que si hay acuerdo entre los cónyuges, en el
reajuste a aplicar, no habra problema, pero si tal acuerdo no se produce, será el árbitro quien
determinará, de acuerdo a la equidad natural, el reajuste a aplicar, si ello fuere posible.
l
cónyuges, art. 1745;
6. - Los cónyuges deben recompensas a la sociedad por los perjuicios que
le hubieren causado con dolo o culpa grave, art. 1748, y también cuando con
bienes de la sociedad se paguen las multas o reparaciones pecuniarias a que
fuere condenado cualquiera de los cónyuges por algún delito o cuasidelito.
C. - Recompensas que se deben los cónyuges entre sí.
Los cónyuges se deberán recompensas entre sí cuando uno de ellos se
beneficie a costa del patrimonio del otro o si sufre un perjuicio por hecho o
culpa del otro.
Ello ocurre por ejemplo:
1. - Cuando con los bienes propios de uno de los cónyuges se pagan,
voluntaria o forzosamente, deudas personales del otro. Ello es muy posible
sobre todo tratándose de deudas personales de la mujer, las cuales pueden
perseguirse en los bienes del marido, que se confunden con los bienes
sociales.
2. - Cuando el bien propio de uno de los cónyuges sufra pérdidas o
deterioros debidos al dolo o culpa del otro cónyuge, art. 1771 inc. 1°.
3. - Cuando los bienes propios de uno de los cónyuges se emplearen
en mejorar, reparar o adquirir bienes del otro cónyuge.
T ítulo IV
A dministración de la sociedad conyugal
122. -Generalidades.
De acuerdo con lo dispuesto en el art. 1749, corresponde al marido, como
jefe de la sociedad conyugal, la administración de los bienes sociales y los de
su mujer, sujeto empero a las obligaciones y limitaciones que la ley indica o
que se hayan convenido en las capitulaciones matrimoniales. Esta
administración se denomina "‘ordinaria".
En contrapartida a ella, existe la llamada administración “extraordinaria”,
que se produce cuando ella es ejercida por el curador del marido, curador que
puede ser la propia mujer o un tercero.
Como hemos dicho, la administración ordinaria de la sociedad conyugal la
ejerce el marido en su calidad de jefe de ella, este carácter le corresponde de
pleno derecho por la sola celebración del matrimonio y sin necesidad de
ninguna estipulación al respecto, arts. 135 y 1749.
Al término de la administración ordinaria el marido no está obligado a
rendir cuentas de su gestión, ya que administra como dueño y jefe, y no como
mandatario.
La administración del marido se ejerce sobre los bienes sociales, sobre los
bienes de la mujer y sobre los que a él le pertenecen.
Hay, entonces, una unidad de administración, una administración única y
centralizada en manos del marido que se extiende a los bienes sociales y a los
propios de cada cónyuge, con exclusión de los bienes reservados de la mujer.
Si bien el marido tiene la administración de los bienes sociales, los de su
mujer y los propios, art. 1749, en el hecho sus facultades son diversas según
los bienes o los actos de que se trate. Razón por la cual los estudiaremos
separadamente.
l
El marido no solamente es el jefe de la sociedad conyugal, sino que
respecto de terceros aparece como dueño de los bienes sociales, como si ellos
y sus bienes formaran un solo patrimonio, art. 1750.
Pero si bien el marido vive como dueño de los bienes sociales, muere
como comunero.
Con la salvedad de ciertos actos para los cuales se requiere su autorización,
la mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes durante la
sociedad conyugal, salvo en los casos del art. 138 y art. 1752.
Según la opinión de Matienzo, seguida por Bello, la mujer no es comunera
con el marido durante la sociedad conyugal; la mujer no tiene el dominio
propiamente tal sino que un crédito, un derecho *‘in habitu”, y este derecho en
potencia no tiene consistencia real. El dominio de la mujer queda de
manifiesto una vez producida la disolución de la sociedad conyugal, ese
dominio oculto, que estaba en potencia, se transforma en un derecho efectivo
y se forma una comunidad verdadera y actual en la cual la mujer tiene
realmente dominio y posesión.
Lo anterior no impide que la mujer casada en régimen de sociedad
conyugal tenga interés bastante para solicitar la nulidad absoluta del contrato
de compraventa celebrado por el marido respecto de bienes pertenecientes a la
sociedad. La mujer si bien carece de derechos reales sobre los bienes sociales,
durante la sociedad conyugal, es un acreedor sobre el patrimonio de su
marido, al cual pertenecen los bienes sociales y sobre el cual tiene una garan
tía general como todo acreedor personal, sin perjuicio de los otros derechos
personales que la ley le franquea.
Dicha reforma fue realizada por las Leyes N°s. 10.271 y 18.802 que
modificaron el art. 1749.
l
encontramos nuevamente con una manifestación d ee sa tendencia.
El marido tiene absoluta libertad para enajenar los bienes muebles sociales.
cualquiera que sea su valor, en tanto que para enajenar un inmueble social en forma voluntaria
requiere de la autorización de su mujer.
l
un inmueble social rústico por más de ocho, el marido requiere de
autorización de la mujer. A contar de la reforma introducida por la Ley N°
18.802 en dichos plazos quedan incluidas las prórrogas que hubiere pactado el
marido. Esto es, si se idutccnúwastfcl püao de jrrcoiimKow > coacta* *c accefcn lea s i n o » de
Se entiende por predio rústico aquel que está destinado al cultivo agrícola
y por predio urbano, aquel cuyo destino es la habitación,
c) Garantizar o caucionar obligaciones contraídas por terceros: Hasta la
vigencia de la Ley N° 18.802 si el marido se constituía en aval, codeudor
solidario, fiador u otorgaba cualquier otra caución para garantizar
obligaciones contraídas por terceros, el acreedor podía hacer efectiva su
responsabilidad, por la caución otorgada, en los bienes sociales. Ello
evidentemente implicaba un riesgo para la familia, ya que podía verse privada
de parte de su patrimonio por un irreflexivo acto del marido. En la actualidad
si el marido otorga alguna de las cauciones mencionadas sólo obliga sus
bienes propios. Para obligar los bienes sociales necesita de autorización de la
mujer. Si se omite dicha autorización se produce el efecto señalado, siendo la
obligación perfectamente válida.
Mención especial requiere la situación que se produce cuando el marido
endosa una letra de cambio o un pagaré. De acuerdo a lo establecido en el art.
25 de la Ley N° 18.092 el endosante garantiza la aceptación y el pago de la
letra o pagaré, de tal suerte que en caso de no producirse el pago a su
vencimiento, el tenedor puede cobrarla a cualquiera de los endosantes, a
menos que se haya eximido de su responsabilidad por la aceptación o pago,
agregando al endoso las palabras “sin garantía” u otras equivalentes.
Si el marido endosa una letra de cambio o un pagaré sin autorización de la
mujer ¿obligará sólo sus bienes propios o también los sociales? Al respecto
hay dos posibles soluciones: 1) Considerar que el endoso de la letra de cambio
o del pagaré tiene sólo por objeto transferir su dominio. Esto es. estimar que
la obligación de garantía que la ley impone al endosante no corresponde a la
idea de caución que da el art. 46 del Código Civil. Según esto el marido para
endosar una letra de cambio o un pagare no requiere de la autorización de su mujer aunque resulte
obligado solidariamente.
l
126. - Forma en que la mujer debe prestar su autorización.
Se estima por algunos que la autorización dada por la mujer al marido para
realizar los actos mencionados precedentemente es una formalidad habilitante.
La mujer, señalan, en cuanto presta su autorización, sólo concurre al acto del
marido para posibilitar su realización, se limita a permitirle al marido que
consienta. En otros términos, la autorización de la mujer es un requisito
exigido en consideración a su calidad de posible codueña de los bienes socia
les y de acreedora del marido por las recompensas que éste pudiere adeudarle
en razón de sus bienes propios, y no un requisito exigido en atención a la
naturaleza del acto o contrato.
Por eso, concluyen, la ley habla de autorización y no de voluntad o
consentimiento de la mujer, como en los arts. 1754 y 1755, porque en estos
últimos sí que es su voluntad la exigida por ser propietaria de los bienes.
l
antes de que se ejecute o celebre el acto o contrato para la cual ella es
requerida O debe ser coetánea a él. La autorización no podrá ser posterior al acto, no cabe
autorizar lo que ya se ha cclcbrado.cn tal caso lo q u e corresponde es una ratificación
l
acto o contrato.
132. - Otros medios de defensa que tiene la mujer para cautelar sus
intereses.
por la propia mujer en el caso del inc. 2udcl art. 138 del Código Civil, salvo que hubiere reportado
beneficio del acto y hasta concurrencia de este.
l
administración de los mismos le corresponde al marido.
no requiere de dicho consentimiento cuando el nombramiento lo hace el juez. art. 1326 ines. Io
y 2o.
2"Para provocar la participación de bienes en que tenga interés la mujer, art. 1322 inc. 2 ”: pero
si la participación se hace de común acuerdo, com o no es “provocada", el marido no requiere de
consentimiento de la mujer.
4o Para enajenar y gravar los bienes muebles de la mujer que el marido esté o pueda estar
l
Está obligado a restituir en especie los bienes eximidos, por la mujer, de la
comunidad en las capitulaciones matrimoniales, art. 1725 N° 4 inc. 2“.
El inc. final del art. 1754 del Código Civil, en su redacción actual,
establece: “La mujer, por su parte, no podrá enajenar o gravar ni dar en
arrendamiento o ceder la tenencia de los bienes de su propiedad que
administre el marido, sino en los casos de los arts. 138 y 138 bis".
Se produce aquí una situación curiosa, pues con la reforma, por una parte
se da plena capacidad a la mujer casada en régimen de sociedad conyugal y
por otra se le priva de la facultad de disponer de sus propios bienes. Es decir,
se le ha otorgado una capacidad carente de contenido.
l
Creemos que no obstante la ubicación de la norma, esto es en el artículo
que dice relación con los bienes raíces, ella es de aplicación general, esto es,
alcanza tanto a los muebles como a los inmuebles.
Podría sostenerse que la sanción en caso de infracción a esta disposición es
la nulidad relativa, ya que ella es la que se señala en d art. 1757 para el caso de no
darse cumplimiento a los requisitos prescritos en el art. 1754. Pero creemos más acertada la
opinión que estima que en este caso la sanción es la nulidad absoluta, fundada en que el inc. final
del art. 1754 es una norma prohibitiva, porque los actos que en ella se señalan no pueden ser
realizados por la mujer bajo ningún respecto o circunstancia en situaciones normales, ya que el
caso del art. 138 es de excepción. De consiguiente, si se estima que se trata de una ley prohibitiva
la sanción será la nulidad absoluta en conformidad a lo prescrito en los arts. 10. 1466 y 16X2 del
Código Civil.
l
7 y 8 del art. 1749.
Somarriva critica al legislador, señalando que lia sido bastante
desafortunado al remitirse al inc. 8° del art. 1749. porque en virtud de ello la voluntad de
la mujer puede ser suplida por la justicia en caso de negativa injustificada. Señalando que por
tratarse de bienes propios el legislador debió aplicar al arrendamiento el mismo criterio que en los
otros casos, esto es que si la mujer niega su consentimiento no cabe la autorización supletoria de la
justicia.
143. - Sanción por la omisión de los requisitos exigidos por los arts. 1754,
1755 y 1756.
El art. 1757 establece para los actos que se realicen con omisión de los
requisitos establecidos en los arts. 1754, 1755 y 1755, dos clases de sanciones
según la naturaleza de ellos:
A) La nulidad relativa, que afecta a la enajenación o gravamen de los bienes
raíces y de los bienes muebles de la mujer, y
B) La inoponibilidad del arrendamiento y de la cesión de la tenencia de los
bienes raíces propios de la mujer por más de 5 años si fueren urbanos y por
más de 8 si fueren rústicos, incluidas las prórrogas.
Son titulares de las acciones de nulidad e inoponibilidad la mujer, sus
herederos o cesionarios. El plazo de cuatro años para hacer valer la nulidad se
cuenta desde la disolución de la sociedad conyugal, o desde que cesa la
incapacidad de la mujer o de sus herederos. Transcurridos diez años desde la
celebración del acto o contrato no puede pedirse la declaración de nulidad.
Antes de la dictación de la Ley N° 10.271 si se omitía la voluntad de la
mujer en la enajenación de sus bienes propios, se daban tres posibles
sanciones: nulidad absoluta, nulidad relativa o inoponibilidad.
Al discutirse la Ley N° 10.271, Arturo Alessandri sostuvo ante la
Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados
4 32
que estimaba que la buena doctrina era la de la validez del acto ejecutado sin
la voluntad de la mujer, técnicamente la sanción debía ser la inoponibilidad de
ese acto respecto de ella, pero que considerando la conveniencia pública creía
más favorable para el interés general que la sanción fuese la nulidad relativa,
en razón de que esta sanción es la que causa menos daños a los terceros,
porque aparte de que puede sanearse por ratificación, también permite el
saneamiento en el menor tiempo.
Para Alessandri tratándose de los arts. 1754 y siguientes la ley requiere de
la voluntad de la mujer para disponer de sus bienes propios, porque de los
bienes no se puede disponer eficazmente sin el consentimiento de su dueño.
La mujer es propietaria de los bienes sobre que versa el acto, por ello es que
la ley ha exigido su voluntad o consentimiento. En estos casos es pues, la
calidad de dueño que la mujer inviste respecto de los bienes de materia del
acto o contrato la que determina la exigencia de este requisito.
l
145. -Casos en que la administración extraordinaria de la sociedad
conyugal corresponde a la mujer.
a) Cuando ella es curadora del marido demente, arts. 462 N° 1.563 y 1758.
b) Si es curadora del marido sordomudo, arts. 470 y 1758;
c) Cuando es curadora del marido ausente, arts. 1758, 173 y 475, y
d) Cuando es curadora del marido menor, debe tenerse presente que en este
caso le corresponde la guarda después de las personas señaladas en el art. 367.
4 32
148. -Facultades del curador.
Las facultades con que administra la mujer son diversas según se trate de
bienes de la mujer, del marido o de la sociedad conyugal.
a) Bienes de la mujer
La mujer tiene plena libertad para la administración de sus bienes propios,
esto es, que puede disponer de ellos sin necesidad de autorización alguna, aun
cuando se trate de aquellos a que se refieren los art. 1754 y 1755 del Código
Civil.
b) Bienes del marido:
En la administración de los bienes propios del marido se aplicarán las
normas de las curadurías, art. 1759 inc. final.
Las normas relativas a las curadurías, especialmente los arts. 393 y 394,
establecen que para enajenar, gravar con hipoteca, censo o servidumbre los
inmuebles del pupilo, y para empeñar los bienes muebles preciosos o de gran
valor de afección de éste, se requiere de autorización judicial la cual sólo
puede darse por causa de utilidad o necesidad manifiesta, y, además, la venta
debe hacerse en pública subasta.
c) Bienes de la sociedad conyugal:
Antes de la reforma introducida por la Ley N° 18.802, la mujer
administraba los bienes sociales con las mismas facultades que el marido:
podía ejecutar por sí sola aquellos actos para cuya legalidad el marido
l
requería del consentimiento de ella y debía solicitar autorización judicial
cuando el marido la hubiere necesitado.
El actual art. 1759 establece que “la mujer que tenga la administración de
la sociedad, administrará con iguales facultades que el marido”. No obstante
ella está sujeta a ciertas limitaciones para realizar algunos actos.
Así, la mujer requiere de autorización judicial, dada con conocimiento de
causa para la enajenación y gravamen de los bienes raíces sociales, para la promesa
de enajenación de los mismos bienes y para la de donación de los bienes sociales, salvo que tucrcn
de poca monta, atendidas las fuerzas del haber social.
150. -Sanción.
l
Termina la administración extraordinaria por cesación de la causa que la
motivó, como si el marido llega a la mayoría de edad o es rehabilitado si
hubiere sido declarado demente.
Se requiere decreto judicial, salvo si el marido fuere menor, por cuanto la
menor edad de éste no figura en los “artículos precedentes" los que sólo
aluden a la ausencia y la interdicción.
T ítulo V
Disolución de la sociedad conyugal
l
15». - Efectos de la disolución de la sociedad conyugal.
l
de la mujer, pero las porciones de los que renuncian a ellos acrecen a la parle
que corresponde al marido.
Para que los herederos puedan renunciar es menester que previamente
hayan aceptado la herencia de la mujer.
La ley no ha señalado plazo para efectuar la renuncia de los gananciales,
art. 1782 inc. Io.
Cabe tener presente que la renuncia a los gananciales una vez realizada es
irrevocable, así lo dice expresamente el art. 1782 inc. 2U.
Sólo puede revocarse si se acredita que la mujer o sus herederos fiieron
inducidos a renunciar a los gananciales por dolo o engaño, o si incurrieron en
un ereor justificable acerca del verdadero estado de los negocios sociales.
Además, y aunque ello no lo dice el art. 1782, puede revocante la renuncia
cuando ella se ha obtenido mediante fuerza y si se ha realizado por un incapaz
sin las formalidades habilitantes.
El efecto que produce es que los bienes de la sociedad conyugal y los del
marido se contundan e identifiquen, aún respecto de la mujer.
Este efecto se produce desde la disolución de la sociedad conyugal, con lo
cual:
a) es innecesaria la liquidación de la sociedad conyugal.
b) la mujer no puede reclamar parte alguna del haber social y no tiene
responsabilidad por las deudas sociales.
La renuncia no afecta ni el dominio de los bienes propios de la mujer, ni a
sus bienes reservados, tampoco pierde ésta el derecho a cobrar las
recompensas y, en su caso, de pagar las que adeuda, art. 1784.
163. -Puede originarse una comunidad.
l
facultativa ya que los cónyuges o sus herederos pueden permanecer en
indivisión, si así lo desean, siempre que si la pactan no exceda de 5 arios.
La liquidación de la sociedad conyugal es materia de arbitraje forzoso, art.
227 COT, y pueden hacerla los interesados de común acuerdo, aunque entre
ellos existan incapaces, si están todos de acuerdo en ello y no hay cuestiones
previas que resolver, art. 1325.
l
167. - 2. Formación de la masa partible.
El residuo que queda después de deducirse del acervo bruto los bienes
propios, las recompensas adeudadas a los cónyuges y el pasivo común, forma
los gananciales, los que, de acuerdo con el art. 1774, se dividen por mitad
entre los cónyuges.
Excepcionalmente no se dividen por mitad:
l
A. - Si en las capitulaciones matrimoniales se convino otra forma de
división;
b. - Si hay distracción u ocultación dolosa de un bien social, art.
1768.
C. - Si la mujer renuncia a los gananciales.
d. - Si uno o más de los herederos de la mujer renuncia a los
gananciales, ya que las porciones de los que renuncian acrecen a la del
marido, art. 1785.
División del pasivo:
Si las deudas sociales han sido deducidas y no pagadas, procede también
dividirlas entre los cónyuges conforme a las reglas que se pasan a señalar.
En lo tocante a la obligación a las deudas el marido es responsable del total de
las deudas sociales, independientemente de que hayan o no existido
gananciales, en tanto que la mujer está obligada a terceros sólo hasta la mitad
de gananciales, porque goza del beneficio de emolumento art. 1777.
Estas reglas sufren excepción en los siguientes casos:
a) Las deudas personales de la mujer pueden ser perseguidas en sus propios
bienes;
b) Si se trata de una obligación indivisible, el acreedor podrá perseguirla
indistintamente en el patrimonio del marido o la mujer;
c) La obligación prendaria o hipotecaria se hace efectiva en contra del
adjudicatario del bien que soporta el gravamen.
Respecto de la contribución a las deudas el principio es sumamente simple,
los cónyuges deben soportarlas por mitad, art. 1778 y 1779. Este principio
sufre excepción: a) si los cónyuges convienen una división distinta de las
deudas, b) si se trata de deudas personales, que deben ser pagadas por el
interesado y c) si la mujer goza del beneficio de emolumento.
169. - Beneficio de emolumento.
l
432
C apítulo ix
Bienes R eservados de la Mujer C asada
no. -Concepto.
l
b) Tiene aplicación exclusivamente cuando el régimen matrimonial es el de
sociedad conyugal, sea ésta sola o unida al de separación parcial de bienes.
c) Existe de pleno derecho, por el solo hecho de contraer los cónyuges
matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal y cumplirse los requisitos
que la ley establece para su existencia.
d) Es una institución de orden público. Esto significa que no puede ser
derogado por la voluntad de las partes, así se desprende del inc. 2" de art. 150
cuando establece que este patrimonio tendrá existencia "no obstante cualquier estipulación en
contrario".
c) Da origen a una separación legal parcial de carácter especial, pues
durante la sociedad conyugal la mujer administra estos bienes y dispone de
ellos libremente como si fuera separada de bienes, pero a su disolución nace
para la mujer un derecho de opción que le permite conservar bienes del
patrimonio reservado, renunciando a los gananciales de la sociedad conyugal,
o bien aceptar los gananciales, en cuyo caso dichos bienes entran en la parti
ción de éstos.
Integran el activo del patrimonio reservado todos io* ingresos que la mujer
obtenga en su trabajo separado del de su marido, los bienes que con ellos adquiera y los frutos de
ambos.
a) Productos del trabajo: se comprenden aquí todas i¿» remuneraciones que la
mujer obtenga en su trabajo separado del de su marido, cualquiera que sea su naturaleza
-honorarios, sueldo, comisión, etc-, como también las utilidades que provengan del desarrollo de
una actividad lucrativa, como el comercio, la agricultura o la industria entre otras.
b) Adquisiciones con el producto del trabajo: también ingresan al activo
del patrimonio reservado todas las cosas muebles o inmuebles, corporales o
incotporales. que la mujeradquiera con el producto de su trabajo.
c) Frutos del patrimonio reservado: los frutos naturales o civiles de los
bienes del patrimonio reservado, también ingresan a él en virtud del modo de
adquirir accesión.
l
174. - Pasivo del patrimonio reservado.
reservadas, provenientes de actos o contratos pertinentes a este patrimonio obligan los bienes que
lo integran y los que la mujer administra en conformidad a losaits. 166 y 167.
El inc. 5" del art. 150 establece claramente que la responsabilidad por las deudas contraídas
por la mujer en la administración de su patrimonio reseñado sólo obligan los bienes que forman el
activo de este y los que ella administra en conformidad a los arts. 166 y 167 y. por consiguiente,
dichas obligaciones no pueden perseguirse en los bienes propios de la mujer que adm inistra el
mando. Si por dichas deudas se pudieran perseguir estos últimos bienes se estaría haciendo
totalmente ilusoria la administración de ellos que la ley confiere al marido.
legislador, caben los casos en que la mujer y el marido se hubieren obligado solidaria o conjun
tamente. De manera que si en la gestión de los bienes reservados, el marido se obliga con la mujer
conjunta, solidaria o subsidiariamente, los acreedores de esta podrán perseguir los bienes del
marido.
4 32
176. -Administración del patrimonio reservado.
reservado.
l
178. -Prueba de los bienes reservados.
l
actuaba dentro de su patrimonio reservado.
Esta prueba le corresponde a la mujer o a sus herederos, art. 150 inc. 3Ü.u
mujer puede tener interés en acreditar respecto de terceros que un bien pertenece a su patrimonio
reseñado, por ejemplo, si se pretende por éstos que un bien determinado es social para hacer valer
sobre él una deuda contraída por el marido. También puede interesarle esta prueba respecto del
marido cuando éste intente hacer valer derechos que no le corresponden sobre uno de estos bienes.
En esta prueba la mujer puede valerse de todos los medios pro batorios,
incluso la testimonial, rigiendo eso sí la limitación que el art. 1739 establece
para la prueba confesional.
l
432
C'A Plni-o X
182. -Concepto.
l
patrimonio social, patrimonio que ni siquiera existe si la separación es total.
b) La administración de los bienes se realiza independientemente por cada
cónyuge.
m . -Clasificación.
4 32
185. -Separación convencional de bienes.
1
3. La subinscripción debe hacerse al tiempo de celebrarse el matrimonio o
dentro de los 30 días siguientes, art. 1716 inc. 1“.
Estos son requisitos exigidos en razón de la naturaleza del acto, y la ley
establece que si se omiten las solemnidades, las capitulaciones no valdrán ni
entre las partes ni respecto de terceros.
Mientras el matrimonio no se celebre, las partes pueden modificar las
capitulaciones matrimoniales pero cumpliéndose con las solemnidades que la
ley exige para ellas.
Si bien es posible modificar o alterar las capitulaciones matrimoniales,
hasta el momento del matrimonio, es imposible hacerlo una vez que éste se ha
celebrado, sino sólo en el caso del inc. l'dci art. 1723, ans. 1716 inc. final.
Los efectos que produce la separación total de bienes los indica el art.
1720, que se remite a los arts. 158 inc. 2°. 159. 160. 163 >• 165. en síntesis dichos
efectos son: la mujer administrará con plena independencia sus bienes, art. 159; la mujer al c o n
traer obligaciones afectará exclusivamente su patrimonio, ait. 161 inc. I “: la mujer y el marido
debe proveer a las necesidades de la tamil ¡a común en proporción a sus facultades, art. 160: a la
mujer se le dará curador para la administración de sus bienes en todos los casos en que siendo
soltera necesitaría de el para administrarlos, art. 163.
4 32
1X9. -Separación convencional total pactada durante la vigencia del
matrimonio.
l
1° Se conviene en las capitulaciones matrimoniales que la m ujer dispondrá libremente de una
determinada suma de dinero;
o descu idada.
El mal estado debe ser de los “negocios del marido" y no de los bienes, de
manera que puede traducirse éste tanto en los bienes sociales o del marido,
como en los propios de la mujer (Revista de D. y J. Tomo XXXV, sec. 1\ pág.
248).
1
que aseguren suficientemente los intereses de la mujer, art. 155 inc. 4Ü. Se trata de
cauciones de obligaciones futuras c indeterminadas.
a) Insolvencia del marido. Basta con ella, porque, según el art. 155 no se
requiere que el marido esté en quiebra, en este caso el marido no puede
oponerse a la separación de bienes prestando cauciones.
Determinar la insolvencia del marido es cuestión de hecho y no de
derecho.
b) Administración fraudulenta del marido, art. 155. El fraude es sinónimo
de dolo.
c) Si el marido por su culpa no cumple las obligaciones que le imponen los
arts. 131 y 134, esto es, si infringe los deberes de fidelidad, socorro, ayuda
mutua, respeto y protección, y si no suministra a la mujer lo necesario, según
sus facultades.
d) En caso que el marido incurra en alguna causal de separación judicial de
bienes, según los términos de la Ley de Matrimonio Civil;
c) En caso de ausencia injustificada del marido por más de un año; lo
mismo si sin mediar ausencia existe separación de hecho entre los cónyuges,
art. 155 inc. 3°.
0 El cónyuge titular de la acción respectiva puede solicitar la separación
Las medidas precautorias pueden ser pedidas por la mujer al juez una vez
demandada la separación judicial de bienes, art. 156. Concuerda esta norma
COn el art. 758 inc. 2o del Código de Procedimiento Civil que contempla dichas medidas en
los juicios de nulidad de matrimonio y divorcio perpetuo.
No obstante, en el caso de ausencia del marido que haya durado un año o
más, el juez, a petición de la mujer, podrá tomar las medidas conducentes a la
protección de los intereses de ésta antes de demandarse la separación de
bienes. El juez deberá actuar a petición de la mujer, con conocimiento de
caiLsa y exigirá caución de resultas si lo estimare conveniente.
l
197 . -Efectos de las obligaciones contraídas por la mujer.
“Es la que fija la ley y comprende todos los bienes al igual de lo que pasa
en la separación judicial”.
Hay separación legal total en los casos de separación judicial y de los que
contraen matrimonio en el extranjero, a menos que pacten sociedad conyugal
o régimen de participación en los gananciales al inscribir su matrimonio en el
Registro de la Primera Sección de la Comuna de Santiago.
a) Separación judicial, art. 34. L.M.C. que dispone “ Por la separación
judicial termina la sociedad conyugal o el régimen de participación en los
gananciales, que hubieren existido entre los cónyuges, sin perjuicio de lo
dispuesto en el art. 147 del Código Civil”
La disposición concuerda con el art. 1764 N° 3 que señala la separación
judicial como causal de disolución de la sociedad conyugal.
Resulta, entonces, que aunque la ley no dice expresamente que se origina
el régimen de separación de bienes hay que llegar a dicha conclusión. El
primero ha terminado y consecuencialmente el que se origina con la sentencia
debe ser el de separación, y ésta es total porque el estatuto jurídico se va a
aplicar a todos los bienes y no a parte de ellos.
b) Caso del art. 135 inc. 2 U: Fsta disposición origina un problema relativo a quienes se
aplica.
Como la ley no distingue a este respecto se estima que comprende a los
matrimonios celebrados en el extranjero por extranjeros entre sí o por éstos
con chilenos, e incluso al matrimonio celebrado por chilenos (Fueyo, Rossel,
Somarriva).
Otros estiman que por sobre la disposición del art. 135 inc. 2°. tratándose de
matrimonio entre chilenos, prevalece el art. 15. Por consiguiente, si los chilenos que contraen
matrimonio en el extranjero celebran capitulaciones matrimoniales, pueden pactar en ellas
solamente separación total o parcial de bienes o régimen de participación en los gananciales, y que
si nada convienen al respecto, se aplica al inc. Io del art. 135. es decir, que en el silencio de las
partes ellas se entiende casadas en régimen de sociedad conjugal (Claro Solar. F. Albónico).
1
Si el matrimonio es mixto, es decir, entre un chileno y un extranjero, la
casi unanimidad de la doctrina estima que el art. 15 no puede aplicarse al
extranjero sino que únicamente a los chilenos.
Cabe hacer presente que no se originara el régimen de separación total en
este caso, si los cónyuges que contrajeron matrimonio en el extranjero
inscriben su matrimonio en el Registro de la Primera Sección de la Comuna
de Santiago, y en dicha acta pactan sociedad conyugal o régimen de
participación en los gananciales, dejándose constancia de ello en la
inscripción.
Los casos de separación legal parcial son los contemplados en los arts. 166
y 150 del Código Civil.
Se refiere este caso a aquel en que la mujer casada se le haga una donación
o se le deje una herencia o legado con la condición precisa de que en las cosas
donadas, heredadas o legadas, no tenga administración el marido, y dicha
donación, herencia o legado fuere aceptada por la mujer.
La separación es legal, porque es la ley la que la establece e indica las
consecuencias y es parcial porque sólo comprende las cosas donadas, legadas
o heredadas, bajo condición precisa de que no tenga la administración el
marido.
204. -Requisitos.
l
una parle y los frutos o adquisiciones hechas con estas cosas o sus frutos por
otra.
Tratándose de las cosas, ellas siempre son de la mujer, acepte o renuncie a
los gananciales. Esa era la voluntad del donante o testador y ella originó, por
disposición de la ley, la separación parcial.
En cuanto a los frutos y adquisiciones pertenecerán a la mujer mientras
esté vigente la sociedad conyugal gozando de amplia capacidad a su respecto.
Una vez disuelta la sociedad conyugal es necesario distinguir si la mujer
acepta o renuncia a los gananciales.
a) Si la mujer opta por renunciar a los gananciales, los frutos u
adquisiciones le siguen perteneciendo exclusivamente sin que nada
coiresponda en ellos al marido, quien lógicamente no responde de las
obligaciones contraídas respecto de dichos bienes, art. 150, inc. 7°.
b) Si la mujer acepta los gananciales, los frutos y adquisiciones se
colacionan, entran a la partición de gananciales. Por lo mismo el marido se
beneficiará en cuanto va a participar de la mitad de ellos y responderá de las
obligaciones contraídas por la mujer en la administración de estos bienes,
hasta concurrencia de la mitad del valor de los bienes, gozando a su respecto
del beneficio de emolumento, siempre que pruebe el exceso de la contribución
que se le exige con arreglo al art. 1777, o sea, con el inventario, tasación u
otros instrumentos auténticos. La regla aplicable es el art. 150 inc. 9*.
El art. 166 no estudia qué ocurre si la mujer enajena las cosas mismas que
le son donadas, legales o que hereda. Somarriva estima que si la mujer acepta
los gananciales las cosas adquiridas son gananciales, adeudando la sociedad
conyugal a la mujer recompensas por el valor de enajenación de los bienes
conforme al art. 1741.
206 . - Situación del art. 150.
l
432
C apítulo XI
Régimen de Participación en los G ananciales
207. -Antecedentes.
208 . -Concepto.
régimen, los gananciales obtenidos por uno y otro deben distribuirse entre ambos en forma que
cada uno quede en iguales condiciones en lo que a ello se refiere.
l
bienes debiendo posteriormente procedeise a la liquidación de dicha
comunidad. A este régimen se le denomina de ‘‘comunidad diferida”.
B) La otra alternativa es la llamada ‘Variable crediticia” de este régimen,
que es la que sigue la Ley N° 19.335, en ella ‘‘los patrimonios del marido y de
la mujer se mantienen separados y cada uno de los cónyuges administra, goza
y dispone libremente de lo suyo. Al finalizar la vigencia del régimen de
bienes, se compensa el valor de los gananciales obtenidos por los cónyuges y
éstos tienen derecho a participar por mitades en el excedente.” Art. 1792-2.
Lo que caracteriza a este régimen es la administración autónoma que cada
cónyuge tiene del patrimonio que le pertenece.
Las dos variables del régimen de participación en los gananciales
presentan ventajas e inconvenientes. Aquella de “comunidad diferida” implica
una mayor seguridad para aquel de los cónyuges que durante el matrimonio
ha obtenido menos bienes que el otro, o para sus herederos, pues pasan a tener
la calidad de comuneros de los bienes que integraban los gananciales de
ambos. Esto es, pasa a ser titular de un derecho real sobre dichos bienes, con
todas las ventajas inherentes a ellos. Pero esta alternativa es desfavorable para
los terceros que contraten con los cónyuges durante el matrimonio, pues éstos
al hacerlo tuvieron en vista el patrimonio de éste, para hacer efectivo su
derecho de prenda general y por un hecho que escapa totalmente a su
previsión y control, aquél puede verse confundido con el del otro cónyuge, lo
cual puede implicar un riesgo para dicho tercero.
En tanto que en la ‘Variable crediticia” los patrimonios de los cónyuges no
sufren alteración alguna al término del régimen, permaneciendo separados, lo
cual implica evidentemente una ventaja para los terceros que contrataron con
ellos, ya que dicha circunstancia no alterará en manera alguna su derecho de
prenda general. Pero en lo que dice relación con el cónyuge que obtuvo
menores ganan dales durante el matrimonio no tendrá la calidad de comunero
en los gananciales, esto es no será titular de un derecho real, sino que sólo
tendrá un crédito contra el otro cónyuge con los riesgos y des ventajas que
ello implica.
Al término del régimen los gananciales obtenidos por cada cónyuge se
compensan, y en el excedente que se produce tienen ellos derecho a participar
por mitades.
que señalan los arts. 1716 inc. Io y 1723 inc. 2’ del Código Civil.
Cabe señalar aquí que el inc. final del art. 1792-1 contempla la posibilidad
de sustituir el régimen de participación en los gananciales por el de
l
separación total de bienes, eventualidad que no está expresamente
contemplada en el art. 1723, que friera sustituido por dicha ley.
Al respecto hay que señalar que el legislador no señala en forma expresa
las solemnidades a que está sujeto este pacto. Pero por la redacción de la
norma puede sostenerse que debe cumplir con las mismas que indica el art.
1723 inc. 2odel Código Civil. Kilo, poique después de señalar que los cónyuges, con sujeción a
lo dispuesto en el art. 1723 del Código Civil, puede sustituir el régimen de sociedad conyugal o el
de separación por el de participación en los gananciales, añade "del mismo modo" podrán sustituir
el régimen de participación en los gananciales, por el de separación total.
2 io. -Administración.
Luego, la autorización del otro cónyuge puede ser tácita o expresa. Tácita,
cuando interviene expresa y directamente en el acto. Expresa, cuando se hace
constar por escrito, o por escritura pública cuando el acto respectivo está
sujeto a la observancia de dicha solemnidad.
También puede prestarse dicha autorización por medio de mandato
especial que conste por escrito o por escritura pública. Estimamos que la
intención del legislador es que el mandato conste por escritura pública cuando
ésta sea la solemnidad del acto para el cual se requiere la autorización.
La autorización del otro cónyuge puede ser suplida por autorización
judicial cuando éste se encuentre imposibilitado de prestarla o cuando se
niegue a darla sin que ello se fúnde en el interés de la familia. El juez deberá
proceder con conocimiento de causa, y previa citación del cónyuge
respectivo, encaso de negativa de éste.
Esta limitación es similar a la que se establece en el art. 1749 del Código
Civil que exige la autorización de la mujer para que las cauciones otorgadas
por el marido respecto de obligaciones de terceros afecten los bienes sociales.
El objetivo de la limitación a la administración del patrimonio de los
cónyuges que se analiza tiene por finalidad proteger la integridad de los
gananciales.
Si alguno de los cónyuges otorga cauciones personales para garantizar el
cumplimiento de obligaciones de terceros, sin el consentimiento del otro o la
autorización supletoria de la justicia, dicho acto adolece de nulidad relativa.
El plazo de cuatro años dentro del cual se puede hacer valer dicha nulidad
se cuenta desde que el cónyuge que alega la nulidad tuvo conocimiento del acto, pero
en caso alguno podra demandarse la rescisión pasados que sean diez añas desde la celebración del
acto o contrato. No cabe duda que el hecho de establecer que el cuadrienio transcurrido durante el
cual se sanca la nulidad relativa, se cuenta desde que el cónyuge que la hace valer "tuvo conoci
miento del acto" introduce un factor de incertidumbre, ya que siem pre será difícil determinar
cuándo se produjo dicha circunstancia. Pero se ha establecido com o paliativo a ello el que no pueda
impetrarse la nulidad transcurridos diez años contados desde la fecha del contrato o acto.
1
211. - Efectos de la disolución del régimen de participación en los
gananciales.
El legislador define los gananciales en el art. 1792-6 diciendo que son “la
diferencia de valor neto entre el patrimonio originario y el patrimonio final de
cada cónyuge".
Es necesario, por consiguiente, determinar el patrimonio originario y el
patrimonio final.
l
2 15 . - Activo del Patrimonio Originario. Bienes que lo integran.
El art. 1792-8 establece una norma similar a la del art. 1736 del Código
Civil.
En efecto, aquel articulo dispone que ingresarán al activo del patrimonio
originario los bienes adquiridos durante la vigencia del régimen de
participación en los gananciales, incluso a título oneroso, cuando la causa o
título de dichas adquisiciones ha sido anterior al inicio de dicho régimen.
Luego, dichos bienes no se agregan al patrimonio final y por consiguiente no
incrementan los gananciales.
De acuerdo con lo indicado, para determinar si un bien pertenece o no al
activo del patrimonio originario, no se atiende a la época en que se verifica la
adquisición, esto es su incorporación efectiva al patrimonio en cuestión, sino a aquella en que se
generó el título o causa que la produjo. Si la causa o título es anterior al inicio del régimen de
participación en las gananciales, el bien pertenece al patrimonio originario, aunque en el hecho
haya operado el modo de adquirir durante su vigencia.
Agrega el art. 1792 - 8, que: *‘Por consiguiente, y sin que la enumeración siguiente sea
taxativa, se agregarán al activo del patrimonio reseñado:
1) Los bienes que uno de los cónyuges poseía antes del régimen de bienes,
aunque la prescripción o transacción con que los haya hecho suyos haya
operado o se haya convenido durante la vigencia del régimen de bienes.
2) Los bienes que se poseían antes del régimen de bienes por un título
vicioso, siempre que el vicio se haya purgado durante la vigencia del régimen
de bienes, por ratificación o por otro medio legal.
3) Los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o
resolución de un contrato, o por haberse revocado una donación.
4) Los bienes litigiosos, cuya posesión pacífica haya adquirido cualquiera
de los cónyuges durante la vigencia del régimen.
5) El derecho de usufructo que se haya consolidado con la nuda propiedad
que pertenece al mismo cónyuge.
6) Lo que se paga a cualquiera de los cónyuges por capitales de créditos
constituidos antes de la vigencia del régimen. Lo mismo se aplicará a los
intereses devengados antes y pagados después.
7) La proporción del precio pagado con anterioridad al inicio del régimen
por los bienes adquiridos de resultas de contratos de promesa".
En el hecho es la misma enumeración que hace el art. 1736 del Código
Civil. Cabe destacar si algunas diferencias que se producen en el N° 7 de
ambas disposiciones. Asi el art. 1792-8 en su número 7 no exige, como lo
hace el N° 7 del art. 1736 del Código Civil, que “ la promesa conste de un
instrumento público, o de instrumento privado cuya fecha sea oponible a
terceros de acuerdo con el art. 1703”. Pero ello no tiene mayor trascendencia
y a q u e por la aplicación de las reglas generales se llega a la misma situación, dado que el art.
1554 N* 1 del Código Civil exige que la promesa conste porescrito y el art. 1703 señala cuando el
instrumento privado tiene fecha cierta respecto de terceros.
l
lo hará la proporción del precio pagado con anterioridad al inicio del régimen.
El art. 1792-10 reglamenta la situación de los bienes adquirí dos por los
cónyuges en conjunto, esto es en comunidad.
l
219. - Valoración de los bienes que componen el activo originario.
221 . - Inventario que debe realizar cada cónyuge al término del régimen
de participación en los gananciales.
l
La ley establece un plazo de tres meses para cumplir esta obligación contados
desde que se produce el término del régimen de participación en los
gananciales. El juez está facultado para ampliar dicho plazo por una sola vez
y sólo hasta por tres meses como máximo.
Es suficiente para cumplir esta obligación con un inventario simple. La ley
no exige que sea solemne, sino que le confiere la facultad a cualquiera de b s
cónyuges de solicitar la facción de inventario solemne. Además, se establece
expresamente que el inventario simple firmado por un cónyuge es suficiente
como pnieba en favor del otro para determinar el patrimonio final de aquél.
Sin perjuicio de que el otro cónyuge pueda objetar el inventario alegando que
no es fidedigno, pudiendo en tal evento usar de todos los medios probatorios
para acreditar la composición o el valor efectivo del patrimonio final.
La ley faculta a cualquiera de los cónyuges para pedir la facción de
inventario solemne y para requerir las medidas precautorias que sean
procedentes.
La ley establece para aquel de los cónyuges que con el objeto de disminuir
los gananciales, oculta o distrae bienes o simula obligaciones, una sanción
similar a la del art. 1768 del Código Civil, ya que dispone que se sumará a su
patrimonio final el doble del valor de los bienes ocultados o distraídos o de las
deudas simuladas, según el caso.
Determinados estos patrimonios se establecen los gananciales, que como
se señaló, son la diferencia de valor neto entre el patrimonio originario y el
patrimonio final de cada uno de los cónyuges.
l
diferencia o excedente.
La expresión “compensan” que emplea la ley en este caso (art. 1792-2 inc.
1°) no esta tomada en su sentido técnico de modo de extinguir las obligaciones, sino para significar
que de los gananciales de mayor valor deben restarse los de menor valor, y el saldo que resulte
distribuirse por iguales partes entre quienes tengan derecho a ello.
l
liquidación apresurada de bienes por el cónyuge deudor, el legislador
establece la posibilidad de que los cónyuges o sus herederos puedan convenir
daciones en pago para cancelar el crédito de participación en los gananciales.
En v irtud de esto es perfectamente posible que por medio de las daciones
en pago el crédito de participación en los gananciales se transforme para el
cónyuge acreedor en la titularidad de algún derecho real o, incluso, en partes
cuotativas de una comunidad.
Pero si se conviene una dación en pago y la cosa entregada en virtud de
ésta al cónyuge acreedor, es evicta, renace el crédito de participación, salvo
que el cónyuge acreedor haya tomado sobre si el riesgo de la evicción, pero
ello debe quedar especificado en la respectiva convención.
l
contados desde la fecha del acto. En realidad para los intereses del cónyuge
acreedor dicho plazo debiera comenzara correr desde la fecha en que nace el
crédito, ya que las acumulaciones, como se ha señalado, se efectúan
imaginariamente al término del régimen. Además, puede suceder que la
acción ya esté prescrita cuando se produzca el nacimiento del crédito.
Existe, también, una norma en favor de los terceros cuyos créditos sean
anteriores al de participación en los gananciales, al determinar que “los
créditos contra el cónyuge, cuya causa sea anterior al término del régimen de
bienes, preferirán al crédito de participación en los gananciales”, art. 1792-25.
Esta preferencia es lógica, ya que si no se estableciera se producirían
serias deficiencias en el sistema de créditos. Nadie se arriesgaría a convertirse
en acreedor de una persona sobre la cual puede pesar un crédito futuro cuyo
monto se desconoce y cuya fecha de origen es incierta.
229. -Acción para pedir la liquidación de los gananciales.
2Ü) Por la presunción de muerte de uno de los cónyuges, según lo prevenido en el Título II,
"Del principio y fin de la existencia de las pcrsonas"dcl Libro Primero del Código Civil.
l
432
C apítulo xii
D E L os Bienes Familiares
231. -Generalidades.
l
“el conjunto de normas de orden público matrimonial, aplicables a los
cónyuges casados bajo separación de bienes y que no pueden ser dejados sin
efecto en las capitulaciones matrimoniales” (Enrique Barros Bourie, “Familia
y personas”, pág. 129).
Como indica don Eduardo Court Murasso en su trabajo “ Los Bienes
Familiares en el Código Civil" (Cuadernos Jurídicos, Facultad de Derecho
Universidad Adolfo Ibáñez) la posibilidad de declarar bienes familiares
persigue una triple finalidad:
“a) Proteger al cónyuge no propietario de la vivienda familiar. Para ello, la
ley limita las facultades de disposición e, incluso, de simple administración
del cónyuge propietario, supeditando la realización de ciertos actos a la
voluntad del cónyuge no propietario;
“b) Proteger al cónyuge a quien se haya confiado el cuidado personal de
los hijos en caso de divorcio, de nulidad de matrimonio, o de separación de
hecho;y
“c) Proteger al cónyuge sobreviviente en caso de fallecimiento del cónyuge
propietario de la vivienda familiar”.
Los bienes familiares protegen a la familia legítima, esto es a aquella
fundada en el matrimonio. Queda ello en claro de las normas que regulan los
bienes familiares, ya que prácticamente todas ellas hacen referencia a los
“Cónyuges”.
Luego, para que pueda hacerse la declaración de bien familiar tiene que
haber matrimonio. Ahora, si vigente el matrimonio se declaró familiar un
bien, la sola circunstancia de extinguirse el matrimonio no pone fin a tal
calidad, sino que es necesario solicitar judicialmente la desafectación, art. 145
inc. final.
4 32
233. - Constitucionalidad de los bienes familiares.
La institución de los bienes familiares tiene aplicación cual quiera que sea
el régimen matrimonial, así lo señala expresamente el art. 141 inciso primero.
paite final.
Las normas sobre los bienes familiares son de orden público, al igual que
todas las que protegen la familia legítima. El art. 140 dispone expresamente
“es nula cualquiera estipulación que contravenga las disposiciones de este
párrafo". Estimamos que esta nulidad es absoluta por adolecer una
estipulación de dicha naturaleza de objeto ilícito, arts. 10, 1466 y 1682 del
Código Civil.
De acuerdo a lo dispuesto en los arts. 141 y 146 del Código Civil sólo
l
pueden ser declarados familiares los siguientes bienes:
a) El inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de alguno de ellos, que
sirva de residencia principal de la familia.
Para que un bien inmueble pueda ser declarado bien familiares requisito
fundamental que sea “residencia principal de la familia”. Al respecto hay que
señalar que solamente puede declararse bien familiar un solo inmueble, la ley
así lo señala cuando dice que “el" inmueble que sirve de residencia principal
de la familia, luego no es posible dicha declaración respecto de dos o más
bienes raíces. Por residencia principal de la familia, entendemos aquella que
constituye el hogar de ésta, esto es donde vive efectiva y permanentemente.
Quedan por consiguiente excluidos los inmuebles que no tengan dicho
destino, como las casas de veraneo o descanso, o las que tengan dadas en
arriendo.
La calificación de cumplirse este requisito deberá hacerla el juez en el
procedimiento respectivo.
b) Los bienes muebles que guarnecen el hogar, art. 141.
Se trata en este caso de los bienes que adornan o equipan la vivienda
familiar, debiendo quedar excluidos los que señala el art. 574.
En relación con esta clase de bienes se plantea el problema de si es o no
necesario que dichos bienes se especifiquen en la solicitud de declaración de
bien familiar y en la sentencia que se dicte.
Algunos autores sostienen que es necesaria la especificación de los bienes
muebles declarados familiares, sea en la solicitud y en la sentencia o en un
inventario.
Pero otros como don Rene Ramos Pazos consideran que cuando la ley
habla de bienes familiares se está refiriendo a una universalidad de hecho, de
tal suerte que si los bienes originarios se enajenan, puedan ser reemplazados
por los que el cónyuge propietario vaya adquiriendo en su reemplazo, estima
mejor esta solución, pues habría que hacer un inventario de los bienes al
producirse su afectación, y con posterioridad tendría que estarse recurriendo a
los tribunales de justicia cada vez que se adquiera un nuevo bien, para pedir
que se le considere bien familiar. Indica el profesor Ramos que el mismo
hecho que la ley no haya establecido la obligación de hacer inventario induce
a pensar que ella tomó las expresiones “muebles que guarnecen el hogar"
como una universalidad de hecho. Además, que ésta es la interpretación que
más favorece a la familia, que fue el objetivo del establecimiento de los
bienes familiares.
c) Los derechos y acciones que los cónyuges tengan en sociedades
propietarias de un inmueble que sea residencia principal de la familia, art. 146
inc. Io.
En este caso deben cumplirse los siguientes requisitos: a) Que se trate de
un inmueble de dominio de una sociedad; b) Que uno o ambos cónyuges
tengan derechos o acciones en esa sociedad, y c) Que ese inmueble sea
residencia principal de la familia, art. 146.
l
audiencia preparatoria, en caso de no deducirse oposición, el juez resolverá en
la mimas audiencia, y en caso contrario, o si el juez considera que faltan
antecedentes para resolver, citará a la audiencia del juicio. Es decir se aplica
el procedimiento ordinario ante los Tribunales de Familia, arts. 55 y sgtes.
Ley N° 19.968 sobre Tribunales de Familia.
Hay que señalar que hay quienes sostienen que también puede pedir esta
declaración el cónyuge propietario o ambos cónyuges, conjuntamente, arts.
141 inc. final, 142. 143, 144 y 146.
La declaración judicial de bien familiares una modificación introducida en
el Congreso Nacional al proyecto original, ya que en éste, dicha declaración
podía hacerla cualquiera de los cónyuges por escritura pública anotada al
margen de la inscripción de dominio del inmueble. Al hacerse dicha
modificación no se hizo lo propio con el inciso final del art. 141, el cual se
justifica y entiende cuando la declaración de bien familiar la hace uno de los
cónyuges, pero no cuando ella es consecuencia de una resolución judicial.
En relación con la constitución del bien familiar, hay que distinguir entre
la constitución provisoria y la definitiva:
Constitución provisoria: el art. 141 inciso 3Udispone que ‘con todo, la sola
interposición de la demanda transformará provisoriamente en familiar el bien de que se trate. En su
primera resolución el juez dispondrá que se anote al margen de la inscripción respectiva la
precedente circunstancia. El Conservador practicara la subinscripción con el solo mérito del
decreto que. de oficio, le notificará el tribunal".
l
La afectación de los derechos y acciones de uno de los cónyuges en la
sociedad propietaria del inmueble que sirve de residencia principal a la
familia la hace cualquiera de los cónyuges por escritura pública.
Si se trata de una sociedad de personas dicha escritura debe anotarse al
margen de la inscripción de la sociedad en el Registro de Comercio, en tanto
que si se trata de una sociedad anónima debe inscribirse en el Registro de
Accionistas de ésta.
Esta declaración es solemne, y la solemnidad es la escritura pública más la
anotación o inscripción, según sea la clase de sociedad.
bienes la mi liares, sino con autorización del cónyuge no propietario. La misma limitación regirá
para la celebración de contratos de arrendamiento, comodato o cualesquiera otros que concedan
derechos personales de uso o de goce sobre algún bien familiar".
l
el art. 4“ de la Ley N° l « 3 5 , según el cual el cuadrienio debe contarse desde el día que el
cónyuge que alega la nulidad tuvo conocimiento del acto, siem pre que se aplique la limitación de
diez años que establece el inciso final de dicha disposición.
El art. 148 inc. Io establece que "Los cónyuges reconvenidos gozan de beneficio de
excusión. En consecuencia, cualquiera de ellos podrá exigir que antes de proceder contra los bienes
familiares se persiga el crédito en otros bienes del deudor...” .
l
242. - Notificación al cónyuge no propietario del mandamiento de
ejecución.
La ley exige que cada vez que en virtud del ejercicio de una acción
ejecutiva en contra del cónyuge propietario del bien familiar se disponga el
embargo de éste, el juez debe ordenar que se notifique personalmente el
mandamiento correspondiente al cónyuge no propietario, a rt. 148 inc. 2°.
El objeto de esta notificación es que el cónyuge no propietario pueda hacer
valer el beneficio de excusión que la ley establece.
l
432
C apítulo xiii
L a F iliación
244. - Concepto.
1
grado de parentesco que los une.
l
en forma expresa el establecimiento de diferencias entre las personas por razones de
nacimiento, entre ellos cabe destacar el "Pacto de San Jase de Costa Rica", la Declaración Univer
sal de los Derechos del Hombrc. el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la
Convención sobre los derechos del niño.
Todos estos convenios han sido ratificadas por Chile, y el Estado de Chile
tiene la obligación constitucional de respetar y promover los derechos
contenidos en los tratados internacionales que haya ratificado y que se
encuentren vigentes, art. 5Uinc. 2” de la Constitución Política de la República.
l
paternidad era la contem plada en los artículos señalados, que en el fondo no constituía una
verdadera investigación de la paternidad, puesto que dependía exclusivamente de la voluntad del
presunto padre el que operase o no: ya que le bastaba concurrir a la presencia judicial y negar la
paternidad del hijo para que no se produjese el reconocimiento.
adoptado el estado civil de hijo respecto del o los adoptantes, con todos los derechos y deberes
recíprocos establecidos en la ley.
En relación con esto hay que recordar que el actual art. 179 inc. 2o dispone
"La adopción. Los derechos entre adoptante y adoptado y la filiación que puede establecerse entre
ellos, se rigen por la ley respectiva.
l
En cnanto al matrimonio apto para producir la filiación matrimonial lo es
el matrimonio válido y el putativo.
l
tiene que existir matrimonio, el cual es un elemento esencial de ésta.
Así, la filiación es matrimonial cuando existe matrimonio entre los padres
al tiempo de la concepción o del nacimiento del hijo, también la hay cuando
los padres contraen matrimonio después del nacimiento del hijo y siempre
que la filiación de éste, respecto de ambos (paternidad y maternidad), se
encuentre determinada en alguna de las formas que establece la ley, o bien se
determine por reconocimiento realizado por ambos padres en el acto del
matrimonio o durante su vigencia, en la forma prescrita en el art. 187.
Además, hay filiación matrimonial cuando los padres han contraído
matrimonio y se dicte en un juicio de filiación una sentencia que determine la
filiación respecto de ambos padres (paternidad y maternidad).
La filiación matrimonial queda determinada:
D Por el nacimiento del hijo durante el matrimonio de sus padres, con tal
que la maternidad y la paternidad estén legal mente establecidas conforme a
los arts. 183 y 184. El primero de éstos se refiere al establecimiento de la
maternidad a lo cual ya nos hemos referido (N° 236), y el segundo lo
analizaremos poco más adelante.
2) Por la celebración del matrimonio entre los padres cuando se trata de
hijos nacidos antes de casarse sus padres, y siempre que la maternidad y
paternidad estén ya determinadas con arreglo al artículo 186, esto es por
reconocimiento de padre y madre o por sentencia enjuicio de filiación que la
establezca respecto de ambos.
Presunción de paternidad:
El art. 184 inc. Ioestablece una presunción de paternidad al disponer: "Se presumen hijos
del marido los nacidos después de la celebración del matrimonio y dentro de los trescientos días
siguientes a su disolución o a la separación judicial de los cónyuges".
l
Hay que tener presente, que la paternidad determinada o desconocida en la
forma indicada puede ser impugnada o reclamada de acuerdo a las reglas del
Título VIII del Libio I.
De acuerdo a lo que dispone el art. 186 hay dos formas para determinar la
filiación no matrimonial:
1) Por reconocimiento voluntario del padre, la madre o ambos, y
2) Por una sentencia firme recaída en juicio de filiación (determinación
judicial).
Hay que tener presente que tanto el reconocimiento voluntario como la
determinación judicial tienen aplicación tanto en la filiación matrimonial, art.
185 inCS. 2 “ y 2°. como en la filiación no matrimonial, art. 186. siendo las diferencias entre
ambas, el que en la primera el reconocimiento o la determinación judicial debe em anar o afectar a
ambos padres y requiere, como requisito esencial, de la existencia de matrimonio, y en la segunda,
puede provenir o afectara uno solo de los padres y no hay matrimonio.
l
Al respecto hay que recordar que de acuerdo al art. 37 de la Ley N° 4.808 el
Oficial del Registro Civil debe manifestar privadamente a los contrayentes que pueden
reconocer a los hijos comunes nacidos antes del matrimonio, y que según el art. 38 de la misma ley,
los contrayentes, en el acto del matrimonio, pueden reconocer los hijos habidos con anterioridad, y
la inscripción que contenga dicha declaración producirá los efectos señalados en el art. 185 del
Código Civil.
l
Los requisitos para que opere esta forma de reconocimiento son:
a) Que se coasigne en la iascripción del nacimiento del hijo el nombre del
padre o de la madre,
b) Que la mención del nombre del padre o la madre se haga a petición de
cualquiera de ellos.
En esto hay una diferencia notable con el antiguo ait. 271 N° 1 que
establecía una norma similar a ésta, con la diferencia que en él se producía
esta forma de reconocimiento, que era de hijo natural, por consignarse el
nombre del padre o la madre a petición de ellos en la inscripción de
nacimiento del hijo, es decir, era el padre quién pedía que se dejara constancia
de su nombre, y la madre hacía lo mismo respecto del suyo. La actual
disposición señala que la petición de consignar el nombre del padre o de la
madre puede haceria cualquiera de ellos, con lo que podría entenderse habría
reconocimiento si uno de los padres pide que se deje constancia del nombre
del otro, y este reconocimiento afectaría a este último. Entendemos que ése no
puede ser el sentido de la norma, que sólo se trata de un problema de
redacción, y que lo que se pretendió señalar era que se producía el
reconocimiento al consignarse el nombre del padre o la madre a petición de él
o ella según corresponda. No puede producirse un reconocimiento voluntario
sin que concurra la voluntad de quien reconoce.
l
reconocimiento voluntario provocado y el reconocimiento forzado, no pueden
repudiante porque se han producido a instancias del reconocido, y no por
iniciativa de quien reconoce.
b) Es unilateral, se perfecciona por la sola voluntad de quien repudia.
c) Es solemne, art. 191 inc. cuarto. La repudiación deberá hacerse por
escritura pública, la cual debe subinscribirse al margen de la inscripción de
nacimiento del hijo. La escritura pública debe otorgarse en el plazo señalado
en el art. 19 1 inc. 1". y la subinscripción puede hacerse en cualquier plazo.
Se sostiene que las solemnidades de la repudiación son la escritura pública
y la subinscripción, pero también puede estimarse que la subinscripción es
una formalidad de publicidad para hacer oponible la repudiación a terceros,
arts. 6 Uy 8“ Ley N* 4.808.
l
reconocimientos que dan lugar a la filiación matrimonial de los nacidos antes
del matrimonio de los padres, que fuere otorgada en conformidad con las
normas anteriores, impedirá que se determine legal mente dicha filiación.
Don Rene Ramos Pazos dice al respecto “para entender este artículo debe
recordarse que en el caso del hijo que nace con anterioridad a la celebración
del matrimonio de sus padres, tiene filiación matrimonial “siempre que la
paternidad y maternidad hayan estado previamente determinadas por los
medios que este Código establece...” . “Luego, si los padres reconocen al hijo
y posteriormente se casan, el hijo por ese solo hecho, tiene filiación matrimo
nial. Pero si con posterioridad el hijo repudia los reconocimientos, deja de
haber filiación matrimonial.”.
El profesor Rene Ramos las define como ‘‘aquellas que la ley otorga al hijo
en contra de su padre o madre, o a éstos en contra de aquél, para que se
resuelva judicialmente que una persona es hijo de otra”.
Entre las acciones de reclamación de filiación cabe hacer una distinción,
según se trata de la reclamación de filiación matrimonial o de filiación no
matrimonial.
a) Acciones de reclamación de filiación matrimonial:
De acuerdo con el art. 204 esta acción corresponde exclusivamente al hijo,
al padre o a la madre. Es decir la puede hacer valer el hijo en contra de los
padres, o los padres en contra del hijo.
En caso que sea el hijo quien ejerce la acción de reclamación de filiación
matrimonial, deberá intentarla conjuntamente en contra de ambos padres, art.
204 inc. 2o. Se trata en la especie de establecer una filiación matrimonial en la cual es esencial
que los padres estén casados, por lo cual es imposible pretender determinar esta filiación respecto
de uno solo de los padres, de ahí que deba demandarse a ambos, si no fuere así. por el efecto
relativo de las sentencias judiciales, art. 3, la que se dictara en el juicio afectaría solo al demandado
y tendríamos el contrasentido de una filiación matrimonial establecida respecto de uno solo de los
padres.
l
emplazado, a objeto que haga valer sus derechos en el litigio,
b) Acción de reclamación de filiación no matrimonial:
Puede hacer valer esta acción el hijo, o su representante legal si es incapaz, en
contra del padre o la madre, o de ambos. También la puede intentar el padre o la inadre cuando el
hijo tenga determinada una filiación diferente, para lo cual deberá sujetarse a lo establecido en el
art. 208, ait. 205 inc. l u.
El art. 208 se refiere a aquel caso en que teniendo el hijo una fiar-óideterminada respecto de una
268. -Titularidad de la acción del hijo que fallece siendo incap»? del hijo
postumo.
término, y sólo tienen acceso a él las partes y sus apoderados judiciales, art.
197 inc. Io.
3) Reglas sobre materia de prueba. Uno de los aspectos más relevantes del
l
juicio en que se ejerce la acción de reclamación de filiación es el relativo a la
prueba, por dicha razón la Ley N° 19.585 ha establecido precisas reglas al
respecto, que dicen relación con los siguientes aspectos:
a ) El principio en materia probatoria en esta clase de juicios es que la
paternidad o la maternidad pueden establecerse mediante toda clase de
pruebas. Estas pruebas pueden ser decretadas de oficio por el tribunal o a
petición de parte, es decir, se faculta al tribunal para actuar de oficio,
alterándose el principio de la pasividad de los tribunales. Hay que recordar
que en materia civil las pruebas debe ser aportadas por las partes litigantes,
art. 198 inc. 1°.
Pero este principio tan amplio de admitir toda clase de pruebas, tiene
algunas limitaciones que establece el mismo Código Civil, ellas son:
- La prueba testimonial es insuficiente por sí sola para establecer la
paternidad o la maternidad;
- Las presunciones deben reunir los requisitos del art. 1712, esto es, deben
ser graves, precisas y concordantes.
Se planteaba en este punto un problema que dice relación con el sentido
que debe darse a la frase “toda clase de pruebas”. Se refiere el legislador a
¿cualquier medio de prueba, incluso los llamados representativos?, o, a
¿cualquiera dentro de los que indica la ley en los arts. 1698 del Código Civil y
341 del de Procedimiento Civil?
El profesor Daniel Peñailill lo estimaba que se refiere no sólo a las medias probatorios que
señala la ley, sino que también a otros que puedan formar convicción en el Juez, incluso los
llamados “medios representativos”, pues sostiene que si sólo se tratara de aceptar los medios
expresamente señalados por la ley. no habría sido necesaria esta declaración.
Creemos que con la dictación de la Ley N° 19.968 que crea los Tribunales
de Familia se resuelve el problema, ya que en su artículo 28 se establece
“Libertad de prueba. Todos los hechos que resulten pertinentes para la
adecuada resolución del conflicto familiar sometido al conocimiento del juez
podrán ser probados por cualquier medio producido en conformidad a la ley”,
por SU parte el ait. 29 de la misma ley señala que las partes en consecuencia podran ofrecer
todos los medios de prueba de que dispongan, y además se faculta al juez para que de oficio ordene
que se acompañen todos los medios de prueba de que tome conocimiento o que. a su juicio, resulte
necesario producir en atención al conflicto & miliar de que se trate.
l
la de ella según corresponda.
Entablada la acción de reconocimiento de filiación, si el demandado no
comparece a la audiencia preparatoria o niega o m anifiesta duda sobre su paternidad
o maternidad el juez ordenará de inmediato la practica de la prueba pericial biológica, lo que se
notificará personalmente o por cualquier medio que garantice la debida información del
demandado.
Para que la posesión notoria de la calidad de hijo sirva para tener por
suficientemente acreditada la filiación debe reunir los siguientes requisitos:
- Tiene que haber durado a lo menos cinco años continuos, y
- Debe probarse los hechos que la constituyen (nombre, trato y fama) por
un conjunto de testimonios y antecedentes o circunstancias fidedignas que la
establezcan de un modo irrefragable.
Debidamente acreditada la posesión notoria de estado civil de hijo, prefiere
incluso a las pruebas periciales de carácter biológico en caso de haber
contradicción entre una y otra clase de pruebas. No obstante, no se aplicará
esta norma, tan especial, y preferirán las pruebas de carácter biológico cuando
existan graves razones que demuestren la inconveniencia de aplicar la
preferencia de la prueba de la posesión notoria sobre aquéllas. Se plantea la
duda de cuáles pueden ser estas graves razones, se ha señalado que podría ser
aquella en que la posesión notoria se derive de un delito, como el de
sustracción de menores o sustitución de un niño por otro.
d) Valor probatorio del concubinato de los padres. De acuerdo al art. 210
inc. Io"El concubinato de la madic con el supuesto padre, durante la época en que ha podido
producirse lcgalmcntc la concepción, servirá de base para una presunción judicial de paternidad".
l
perjuicios que ello canse al afectado, art. 197 inc. 2°.
Para que se origine la obligación de indemnizar los perjuicios causados
por el ejercicio de la acción de filiación, ello debe haberse hecho de mala fe o
con el propósito de lesionar la honra del demandado, éste deberá acreditar
estas circunstancias, art. 1698.
El art. 181 dispone: “La filiación produce efectos civiles cuando queda
legalmente determinada, pero éstos se retrotraen a la época de la concepción
del hijo.
No obstante, subsistirán los derechos adquiridos y las obligaciones
l
contraídas antes de su determinación, pero el hijo concurrirá en las sucesiones
abiertas con anterioridad a la determinación de su filiación, cuando sea
llamado en calidad de tal”
Luego, y de acuerdo con la norma transcrita, la sentencia que acoge la
acción de reclamación de filiación y la determina legal mente, produce efectos
declarativos.
durante el matrimonio.
Aquí hay que distinguir dos situaciones, una que más que una acción de
impugnación es de desconocimiento de la paternidad y otra que sí es de
impugnación, y que se refieren a:
a) Mijo concebido antes y nacido durante el matrimonio; y
b) Hijo concebido durante el matrimonio de sus padres,
a) Hijo concebido antes y nacido durante el matrimonio:
Se ha hecho referencia a este caso en el N° 237, ella dice relación con el
que nace antes de expirar los 180 días subsiguientes al matrimonio. Si el hijo nace
antes de expirar los 180 días subsiguientes a la celebración del matrimonio fue concebido con
anterioridad a este, lo q u e lesulta de aplicar la regla contenida en el art. 76.
De acuerdo con el art. 184, en este caso el padre que no tuvo conocimiento
de la preñez al momento de casarse, puede desconocer judicialmente la
l
paternidad.
Esta es una acción de desconocimiento de la paternidad, pero de acuerdo
con la norma recién citada, ella debe ejercerse en el plazo y forma que se
establece para las acciones de impugnación.
En ese juicio le bastará al actor, esto es al padre, desconocer su paternidad
invocando que no tuvo conocimiento de la preñez de la mujer al contraer
matrimonio y que no ha realizado actos positivos de reconocimiento del hijo;
el peso de la prueba recaerá sobre el demandado.
l
En caso de que el hijo sea incapaz podrá ejercer esta acción su
representante legal, art. 21 6 inc. 2". se plantea aquí una duda respecto a cuál es el plazo de
que dispone el representante legal para hacer valer esta acción, ¿el que indica el art. 216 inc. I ° o el
que señala el art. 214?
l
acción de impugnación de la maternidad, si sale inopinadamente a la luz algún
hecho incompatible con la maternidad aparente, puede subsistir o revivir la
acción por un año contado desde la revelación justificada del hecho.
Los efectos de la filiación, esto es, los que se producen entre padres e hijos,
son de cuatro órdenes:
DLos que derivan de la autoridad paterna:
2) Los que determinan la patria potestad:
3) El derecho de alimentos;
4) Los derechos hereditarios.
Los derechos de alimentos derivados de la filiación se analizarán más
adelante al tratar específicamente dicha materia, y los derechos hereditarios se
estudian en el Derecho sucesorio, por lo que por el momento nos ocuparemos
sólo de las dos primera materias enunciadas.
l
hijos para con sus padres, y los derechos-deberes de los padres para con los
hijos.
a. - Deberes de los hijos:
Los hijos tienen dos deberes respecto de sus padres, tales son:
a. - Deber de respeto y obediencia, y
b. - Deber de cuidado y socorro.
a. - Deber de respeto y obediencia: Lo consagra el art. 222 inc. r. que
dice: "Los hijos deben respeto y obediencia a sus padres".
1
ejercer este derecho deber, hay que volver a distinguir si viven juntos o no:
2.1. ) Si ambos padres, respecto a los cuales la filiación se encuentra
determinada, viven juntos, les corresponde de consuno el cuidado personal del
hijo, art. 224 inc. Io.
2.2. ) Si los padres viven separados se aplican las siguientes reglas:
- En primer lugar hay que estarse a lo que los padres hayan convenido, art.
225 inc. 2o. Este acuerdo presenta las siguientes características:
1 ) Es solemne, debe constar por escritura pública o en acta extendida ante Oficial del Registro
Civil,
3o) Es revocable, debiendo para ello cumplirse con las mismas solemnidad
y formalidad de publicidad indicadas, art. 225 inc. 2u.
- En segundo lugar, si no hay acuerdo entre los padres el cuidado del hijo
corresponde a la madre, art. 225 inc. 1 .
Pero, y en tercer lugar, y con preferencia a las reglas recién señaladas, se
aplica el inc. 3" del art. 225 según el cual “En todo caso, cuando el interés del hijo lo haga
indispensable, sea por maltrato o descuido u otra causa justificada el juez podra entregar su cuidado
al otro padre".
Mención aparte requiere la norma del art. 228 según la cual la persona
casada a quién corresponde el cuidado personal de un hijo que no es producto
de ese matrimonio, sólo podrá tenerlo en el hogar común, con el
consentimiento de su cónyuge. De tal suerte que sin la autorización de éste no
podrá tenerlo en el hogar común aunque le corresponda su cuidado. Esta es
una norma extraña, ya que al parecer tiende a impedir el ingreso de hijos no
matrimoniales al hogar común cuando por otro lado se proclama la igualdad
entre todos los hijos. Cabe destacar que dicha disposición es similar al
antiguo art. 278 inc. 2”. con la diferencia que aquel exigía la autorización del otro cónyuge
para tener en su casa un hijo natural, pero no para el que fuera de un matrimonio anterior que se
hubiera disuclto.
Procedimiento en los juicios de tuición:
El art. 227 dispone que en las materias a que se refieren los artículos
precedentes, el juez oirá a los hijos y parientes”.
Estas materias son de competencia de los tribunales de familia, art. 8 N° 1
Ley N° 19.968 y se les aplica el procedimiento ordinario ante los juzgados de
familia, ya que la ley no señala otro distinto, art. 55 Ley N° 19.968.
El inc. 2“ del art. 227 dispone que la sentencia ejecutoriada debe subinscribirsc al margen de
la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los 30 días siguientes a su dictación. siendo éste un
requisito de oponibilidad frente a terceros.
1
que con el se persigue, ya que queda en claro que el padre o la madre que no tiene el cuidado
pcisonal del hijo, no sólo tiene el derecho, sino también el deber de m antener con sus hijos una
relación directa y regular.
l
2) cuando el padre o madre hubiese abandonado al hijo, art.
238; y
3.) cuando el hijo hubiese sido separado de su padre por inhabilidad moral
de éste, a menos que la medida haya sido revocada, art.
239.
La ley también regula quién y cómo se hace cargo de los gastos que
irrogue la educación y crianza del hijo, dando las siguientes reglas al respecto:
a. - Si existe sociedad conyugal, serán de cargo de ella estos gastos;
b. - Si no la hay, sea porque no están casados o porque el régimen
matrimonial es otro, ambos padres deberán contribuir a solventar estos gastos
en proporción a sus facultades económicas; art. 230;
c. - Si el hijo tiene bienes propios, y sólo en caso necesario, dichos
gastos pueden pagarse con ellos, procurando conservar los capitales, art. 231;
d. - En caso de insuficiencia de los padres, la obligación de educar,
conjuntamente con la de alimentar, pasa a los abuelos por una y otra línea,
conjuntamente, art. 232.
El art. 233 reglamenta la situación en que no haya acuerdo sobre la forma
de contribuir a los gastos de crianza, educación y establecimiento del hijo,
disponiendo que éstos serán determinados por el juez de acuerdo a las
facultades económicas de los obligados, conservando la facultad de poder
modificada de tiempo en tiempo, según las circunstancias que sobrevengan.
En el caso que el hijo haya sido abandonado por sus padres, encargándose
de su alimentación y crianza una tercera persona, y los padres quisieran
sacarlo del cuidado de éste, deben cumplirse dos condiciones:
- Los padres necesitarán autorización judicial previa, y el juez accederá a
su petición sólo si estima, fundado en razones graves, que ello es conveniente
para el hijo;
- Para que se proceda a la entrega del menor, es necesario, además, que
previamente se pague al tercero los costos de crian/a y educación en que
incurrió, los que serán tasados por el juez, art.
240.
Es decir se establece una especie de derecho de retención del menor por el
tercero mientras no se le reembolse lo que gastó en su crianza y educación,
ello parece inaceptable porque se está dejando a una persona en garantía del
pago de ciertos gastos, se le constituye en una especie de rehén del tercero.
También reglamenta el legislador la situación relativa al suministro de
alimentos al menor ausente de su casa en el art. 241. según el cual: “Si el hijo
menor de edad ausente de su casa se halla en urgente necesidad, en que no
puede ser asistido por el padre o madre que tiene su cuidado personal, se
presumirá la autorización de éste o ésta para las suministraciones que se le
hagan, por cualquier persona, en razón de alimentos, habida consideración de
su posición social". Agrega esta norma “El que haga las suministraciones
deberá dar noticia de ellas al padre o la madre lo más pronto que fuere
posible. Toda omisión voluntaria en este punto hará cesar la responsabilidad"
y finaliza señalando “Lo dicho del padre o madre en los incisos precedentes se
extiende en su caso a la persona a quien, por muerte o inhabilidad de los
padres, toque la sustentación del hijo".
Hay aquí una presunción de autorización del padre o madre al hijo para
efectuar las adquisiciones que haga en razón de alimentos, por lo que deben
responder de ellas a quien hubiere efectuado las suministraciones al hijo. Esta
es una presunción simplemente legal, que se configura por la concurrencia de
los siguientes requisitos;
a) Menor ausente de su casa;
l
b) Que dicho menor no esté en condiciones de ser asistido por el padre, la
madre o la persona a cuyo cuidado se encuentre;
c) Que un tercero haga suministraciones a título de alimentos al menor;
d) Que dicho tercero dé noticia de haberlas efectuado al padre, madre o
persona a cuyo cuidado esté el menor lo más pronto posible.
La patria potestad recae sobre los bienes del hijo no emancipa do, y
también sobre los derechos eventuales del hijo que está por nacer, art. 243,
esto es sobre los derechos que se deferirían a la criatura que está en el vientre
materno, si hubiese nacido y viviese, los que de acuerdo al art. 77 se
encuentran en suspenso hasta que el nacimiento se efectúe.
1
Esta situación cambia radicalmente, ya que en principio, la titularidad de la
patria potestad no está determinada por la ley, sino por la voluntad de los
padres, y sólo en defecto de esta, es la ley la que determina al titular, y,
además, en ciertos casos lo hace la justicia. En efecto, de acuerdo con el art.
244, en su nuevo texto, la determinación del titular de la patria potestad puede
ser:
A) Convencional: Cuando los progenitores convienen que ella corresponda
al padre o a la madre, o a ambos conjuntamente. Esta convención es solemne,
ya que el acuerdo coiTespondiente debe constar en escritura pública o acta
extendida ante cualquier Oficial de Registro Civil, la que debe subinscribirse
al margen de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los 30 días
siguientes a su otorgamiento, art. 244 inc. 1 .
B) Legal: A falta del acuerdo antes señalado, la ley indica expresamente
que el ejercicio de la patria potestad corresponderá al padre.
Además, si falta el padre o madre que era titular de la patria potestad, sea
por acuerdo entre los padres, disposición de la ley o resolución judicial, los
derechos y deberes que ella confiere corresponderán al otro de los padres, art.
244 inc. final.
C) Judicial: Por resolución judicial se puede confiar el ejercicio de la patria
potestad al padre o madre que carecía de él, o radicado en uno solo de los
padres, si la ejercían conjuntamente, cuando el interés del hijo lo haga
indispensable. Entendemos que en este caso la situación debe ser tal que las
pruebas rendidas durante el litigio lleven al juez a la convicción que la única
forma de proteger los intereses del hijo es cambiar al titular de la patria
potestad.
La interv ención de la justicia en esta materia debe producirse por petición
de uno de los padres.
4 32
La resolución judicial que ha dispuesto el cambio del titular de la patria
potestad, según lo señalado, una vez ejecutoriada debe subinscribirsc al margen de
la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los 30 días siguientes.
l
es sólo una medida de publicidad ¿por qué razón se señaló un plazo para
efectuarla? Además, hay que tener presente que en otras materias como es el
caso del art. 1723 del Código Civil se exigen como solemnidades escritura
pública, subinscripción y que ésta se efectúe dentro también de un plazo de 30
días.
Estimamos que en esta parte la redacción del art. 24 no es la adecuada, es
poco clara, y creemos que sera fuente de problemas.
En este caso, la patria potestad será ejercida por aquel de los padres que
tenga a su cargo el cuidado personal del hijo, conforme al art. 225, art. 245
inc. I". De acucido al art. 225, si los padres viven separados el cuidado personal de los hijos
corresponde a la madre, pero ello puede ser alterado por convención de las partes o sentencia
judicial, debiendo en ambos casos precederse a la correspondiente subinscripción al margen de la
correspondiente inscripción de nacimiento del hijo.
288. -Situación del hijo cuya filiación no está determinada legal mente ni
l
Estos derechos son de orden público, de manera que no pueden ser objeto
de derogaciones, renuncias o pactos.
Estrictamente sólo el goce de los bienes del hijo es un derecho, la
administración y la representación son obligaciones que pesan sobre el titular
de la patria potestad.
Basta una simple lectura para comprobar que esta definición es muy
similar a la que el art. 764 da del derecho de usufructo.
Características:
El derecho legal de goce sobre los bienes del hijo presenta las siguientes
características:
a . - Su titular no goza del derecho de persecución,
b. - Es un derecho personalísimo, art. 252 inc. l u. por consiguiente no
puede enajenarse, renunciare, transmitirse, etc.
inventario solemne el titular de la patria potestad deberá llevar una descripción circunstanciada de
los bienes desde que entre a gozar de el los.
l
corresponde.
E. - La ley también reglamenta la situación en que la patria potestad
corresponde conjuntamente a ambos padres, en tal caso, el derecho legal de
goce se distribuirá en la forma que ellos acuerden, y falta de tal acuerdo, por
iguales partes entre ellos, art. 252 inc. final.
Bienes sobre los cuales recae el derecho legal de goce:
En principio, y de acuerdo con lo que dispone el art. 250, este derecho se
ejerce sobre "‘todos los bienes del hijo", pero ello es sólo un principio, porque
en la práctica no es así, ya que quedan excluidos de él los siguientes bienes:
a) Los bienes que integran el peculio profesional o industrial, esto es los
bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todo empleo, oficio, profesión
o industria.
Aplicando por analogía el art. 150 debe concluirse que componen este
peculio, además, todos los bienes que con ellos adquiera, y los frutos que
produzcan unos y otros.
Aun cuando la ley no lo dice expresamente, es lógico concluir que sólo
puede tener peculio profesional o industrial el hijo que sea menor adulto, ya
que si es impúber es absolutamente incapaz.
El trabajo que el hijo desempeña deber se remunerado. Pero según lo ha
sostenido mayoritariamente la doctrina nacional, a diferencia de lo que sucede
en el patrimonio reservado de la mujer casada, no es necesario que sea
separado del de sus padres.
De acuerdo con el Código de Minería, las minas que el hijo descubra o
denuncie ingresan a su peculio profesional. Pero si se trata de minas que el
hijo ha adquirido a cualquier título, sea gratuito u oneroso, quedan sometidas
a un régimen especial: el goce se limita a la mitad de los productos de la
mina, respondiéndose al hijo por la otra mitad, art. 250 inc. final. Ello porque
de otra manera el derecho de dominio del hijo sobre la mina sería ilusorio, ya
que el titular del derecho de goce podría incluso agotarla ejerciendo su
derecho.
Respecto de peculio profesional o industrial el hijo tiene plena capacidad
tanto para actos judiciales como para los extrajudiciales, art. 251, con la sola
salvedad de las excepciones contempladas en el art. 254 que exige
autorización judicial pata enajenar o gravar los bienes raíces del hijo aun
pertenecientes a SU peculio profesional o industrial, y como también para la de sus derechos
heieditaríos.
l
liberalidad, privando al titular de la patria potestad del derecho de goce de los
bienes del hijo adquiridos por éste por donación herencia o legado con la
citada condición.
c) Las herencias o legados que hayan pasado al hijo por incapacidad,
indignidad o desheredamiento del padre o madre que tiene la patria potestad.
En estos dos últimos casos, el goce corresponderá al hijo o al otro padre.
La ley dispone expresamente, art. 253 inc. 2U.que si el padre o madre que tiene la
patria potestad no puede ejercer el derecho de goce sobre uno o más de los bienes del hijo, este
pasará al otro: y si ambos estuviesen impedidos, la propiedad plena pertenecerá al hijo y se le dará
un curador para su administración.
4) Arrendamiento de los bienes del hijo por largo tiempo, también aquí se
está sujeto a la forma y limitaciones impuestas a los tutores y curadores. Vale
decir, que los predios rústicos no pueden arrendarse por más de ocho años y
los urbanos por más de cinco, ni, en ningún caso, por más del número de años
que le fallen ai hijo para llegar a la mayoría de edad. Si el arrendamiento se
hiciere por plazos mayores será inoponible para el hijo en el tiempo que
excediere de los límites indicados.
5) Aceptación o repudiación de una herencia deferida al hijo. En estos
casos debe procederse en igual forma que los guardadores, art. 255; es decir,
debe aceptarse la herencia con beneficio de inventario, art. 397; pero hay que
tener presente que si no se hace así, ello no tiene mucha importancia poique
la ley confiere de pleno derecho este beneficio a los incapaces, art. 1250 inc.
2o. Por otro lado, para repudiar una herencia se necesita de autorización judicial con conocimiento
l
de los bienes del hijo. La responsabilidad para con el hijo se extiende a la
propiedad y a los ñutos, en aquellos bienes del hijo en que tiene la
administración, pero no el goce, y se limita a la propiedad cuando ejerce
ambas facultades sobre los bienes, art. 256.
Cese de la administración:
Cesa la administración de los bienes del hijo en los casos siguientes:
a) Con la emancipación, pues ella pone fin a la patria potestad y siendo la
administración una consecuencia de ésta, termina con ella;
b) Con la suspensión de la patria potestad, art. 257 inc. 2"
c) Cuando el padre o madre, o ambos, se hayan hecho culpables de dolo o
grave negligencia habitual, art. 257 inc. lu. Se requiere, para que opere esta causal de
suspensión, que el dolo o grave negligencia habitual se establezca por sentencia judicial, la cual
debe subinscribirsc al margen de la inscripción de nacimiento del hijo.
Obligación de quien tiene la patria potestad cuando ésta se extingue:
En el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo se establecía que al término
de la patria potestad, los hijos podían exigir a sus padres rendición de cuentas
de la administración que habían hecho de sus bienes. Pero en la discusión
parlamentaria se estimó que ello era inconveniente para la convivencia
familiar, y además innecesario ya que era de suponer que quien ejercía la ad
ministración ha informado adecuada y oportunamente a su hijo de ello. Por
esta razón se optó por establecer que “al término de la patria potestad, los
padres pondrán a sus hijos en conocimiento de la administración que hayan
ejercido sobre sus bienes”, art. 259.
l
COniO es el del art. 26 1 inc. 2o. la ley exija que sea solemne.
En caso de que el titular de la patria potestad se niegue a dar la
autorización para actos extrajudiciales o esté impedido de hacerlo, no procede
la autorización judicial subsidiaria de la justicia. La autorización judicial
subsidiaria requiere de texto expreso, y en este caso no lo hay.
Los actos jurídicos realizados por el hijo, que no hubieren sido autorizados
o ratificados por el titular de la patria potestad, o el curador en su caso, obligan al
hijo exclusivamente en su peculio profesional o industrial, art. 260 inc. l u, pero este, en ningún
caso, puede tomar dinero a interés ni comprar al fiado, sin autorización escrita de dichas personas,
y si lo hiciere sin dicho requisito sólo resultara obligado hasta concurrencia del beneficio que haya
reportado de ellos, art. 260 inc. 2".
Ahora tratándose de actos realizados por el hijo a través de sus
representantes legales o autorizados o ratificados por escrito por éstos, hay
que distinguir si los padres están casados en régimen de sociedad conyugal o
si no hay tal régimen matrimonial:
a) Si los padres están casados en régimen de sociedad conyugal, los actos y
contratos que el hijo celebre fuera de su peculio profesional o industrial
obligan directamente al padre o madre en conformidad a las disposiciones de
ese régimen de bienes, y subsidiariamente al hijo, hasta concurrencia del
beneficio que éste hubiere reportado de dichos actos o contratos, art. 261 inc.
1-.
a. - Acciones civiles:
Hay que distinguir, a su vez, si el hijo actúa como demandante o como
demandado:
- Si el hijo es demandante, deberá actuar autorizado o representado por el
padre o la madre que ejerce la patria potestad, o por ambos si la ejercen de
manera conjunta. En caso de que el padre, la madre o ambos nieguen su
consentimiento al hi jo para el ejercicio de la acción civil que quiera intentar contra un tercero, o si
están inhabilitados para prestarlo, puede el juez suplirlo, y al hacerlo dará al hijo un curador para la
litis, art. 264.
l
obligado a suministrarle los auxilios que necesite para su defensa, art. 266.
c. -Juicios entre el hijo y el padre o madre:
El art. 263 regula la situación en que el hijo litiga como actor en contra del
padre o la madre que ejerce la patria potestad, y establece que en tal caso le
será necesario al hijo obtener la venia del juez, y que si éste la otorga deberá
darle un curador para la litis, arts. 263 inc. r.
4 32
2) Menor edad del padre o madre,
295. - De la emancipación.
l
En realidad en esta materia la Ley N° 19.585 introdujo muy pocas
modificaciones a lo ya existente, siendo posiblemente la que más resalta la
eliminación de la emancipación voluntaria, lo que en realidad tenía muy poca
trascendencia ya que prácticamente no se hacía uso de ella.
Luego, y de acuerdo a lo señalado, ahora la emancipación es legal o
judicial solamente.
La emancipación legal se produce por el solo ministerio de la ley al
configurarse alguna de las causales contempladas en el art. 270 que son prácticamente las
mismas que existían antes con algunas pequeñas modificaciones derivadas del hecho de que la
patria potestad la puede tener el padre, la madre o ambos.
algunos pequeños cambios, asi por ejemplo, en el Código original para que se produzca la
emancipación judicial por malos tratos, estos tenían que poner en peligro la vida o causarle graves
daños al menor, exigencias estas que se suprimen: en el caso de condena por delito de quien ejerce
la patria potestad, se reemplaza la pena de “cuatro años de reclusión o presidio u otra de igual o
mayor naturaleza" por la de "pena aflictiva", agregándose que la causal se mantiene aunque exista
indulto, a menos que atendida la naturaleza del delito, el juez estim e que no existe riesgo para el
interés del hijo, o de asumir el otro padre la patria potestad.
l
Capítulo xiv
L a A dopción
2 %. -Concepto c importancia.
Al clasificar la filiación se señaló que ésta podía ser natural o adoptiva (N°
232) y que existía una profunda diferencia entre ellas, ya que la primera se
origina en un hecho biológico -la procreación-, en tanto que la segunda es un
vinculo esencialmente legal, originado por una resolución judicial.
La importancia de la adopción queda reflejada en la finalidad que con ella
se persigue, la que es señalada en el inc. Io del art. Io de la Ley N° 19.620,
que dispone: “La adopción tiene por objeto velar por el interés superior del
adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una
familia que Je brinde afecto, y le procure los cuidados tendientes a satisfacer
sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser
proporciona do por su familia de origen”.
297. -Evoluciónlegislativa.
El Código Civil no contempló la adopción, por razones que aun hoy en día
no se logra establecer con claridad. Este vacío legal llevó a quienes deseaban adoptar
a recurrir a medios fraudulentos com o el de reconocer com o hijo natural al que se deseaba adoptar,
o lisa y llanamente a inscribirlo como hijo legítimo.
Esta situación hizo necesario que se llenara dicho vacío legal, y es así
como en el año 1943 se promulga la Ley N° 5.343, que incorpora la adopción
a la legislación nacional.
Posteriormente dicha ley fue reemplazada por la Ley N° 7.613. A su vez, y
sin derogar esta última, se establecen normas sobre adopción de menores en la
Ley N° 16.346, la cual fue sustituida por la Ley N° 18.703.
Finalmente, la Ley N° 19.620 dicta normas sobre adopción, y además,
deroga expresamente las Leyes N°s. 7.613 y 18.703.
LOS artS . l u inc. r y 37 de la Ley N'J 19.620 establecen claram ente que la adopción confiere
al adoptado el estado civil de hijo del o los adoptantes.
l
denegar dicha acreditación, el mismo funcionario puede también suspenderla
o revocarla, art. 6“ Ley n° i 9.620.
El Servicio Nacional de Menores y los organismos acreditados ante él
están facultados para:
a) I lacerse parte en todos los asuntos que regula la ley de adopción en
defensa de los derechos del menor que esté comprendido en sus normas. Esto
pueden hacerlo hasta que surta efectos la adopción, e incluso después de ello,
en los juicios de nulidad de la adopción.
b) Intervenir en los programas de adopción, entendiendo por tales el
conjunto de actividades tendientes a procurar al menor una familia
responsable; lo que deben realizar a través de profesionales expertos o
habilitados en esta materia. Dichos programas abarcan en especial el apoyo y
la orientación de la familia de origen del menor, la recepción y cuidado de
éste, la evaluación técnica de los solicitantes y la preparación de éstos como
familia adoptiva, debiendo al efecto acreditar su idoneidad física, moral,
psicológica y mental.
Se entiende por familia de origen para este efecto, a los ascendientes y a
los otros consanguíneos de grado más próximo, y a falta de ellos, a quienes
tengan al menor bajo su cuidado.
Por otra parte el Servicio Nacional de Menores debe llevar dos registros,
que son los que se indican a continuación:
- EJ registro de las personas interesadas en la adopción de un menor de
edad, debiendo distinguirse entre los que tengan residencia en Chile y los que
tengan residencia en el extranjero.
- El registro de personas que pueden ser adoptadas.
El Servicio Nacional de Menores tiene la obligación de velar por la
actualización de estos dos registros.
La circunstancia de no figurar en los registros recién mencionados no
impide adoptar ni ser adoptado, siempre que concurran los requisitos que al
efecto exige la ley.
l
cuando uno o ambos cónyuges padezcan de infertilidad;
b) Que hayan sido evaluados como física, mental, psicológica y
moralmente idóneos por el Servicio Nacional de Menores o una institución
acreditada ante éste;
c) Que sean mayores de 25 años de edad y menores de 60 años y con 20
años o más de diferencia con el menor adoptado. El juez, por resolución
fundada, puede rebajar los límites de edad o la diferencia de años, pero esta
rebaja no puede exceder de 5 años. Este requisito no es exigible si uno de los
adoptantes es ascendiente por consanguinidad del adoptado.
d) Los cónyuges deberán actuar siempre de consuno en las gestiones de la
adopción que requieran de expresión de la voluntad de los adoptantes.
b. Si no existen cónyuges que tengan interés en adoptar que cumplan todas
las exigencias legales, o que sólo les falte la residencia en Chile, puede optar
como adoptante una persona soltera o viuda, la cual debe cumplir con los
siguientes requisitos;
a) Ser chilena, luego la nacionalidad chilena se exige para adoptar sólo
cuando no se trata de cónyuges;
b) Tener residencia permanente en Chile;
c) Ser mayor de 25 años y menor de 60 y tener con el adoptado una
diferencia de 20 o más años;
d) Que haya sido evaluado como física, mental, psicológica y moralmente
idóneo por el Servicio Nacional de Menores o alguno de los organismos
acreditados ante dicho servicio;
c) Haber participado en alguno de los programas de adopción del Servicio
Nacional de Menores o de los organismos acreditados ante éste.
Cabe destacar que si hay cónyuges interesados en adoptar pero que no
tengan residencia permanente en Chile, se da preferencia para ello a las personas
solteros o viudas de nacionalidad chilena con residencia permanente en este país.
l
cónyuges interesados en adoptar a los que falte la residencia permanente en
Chile, puede optar como adoptante una persona soltera o viuda, chilena, con
residencia permanente en el país.
Por otra parte, el juez está facultado para acoger a tramitación la solicitud
de adopción de un menor presentada por un matrimonio no residente en
Chile, no obstante que haya personas interesadas que cumplan este requisito,
si median razones de mayor conveniencia para el interés superior del menor,
las que deben exponerse fundadamente en la misma resolución.
Para que se otorgue la adopción a no residentes en Chile debe tratarse de
cónyuges que cumplan todos y cada uno de los requisitos señalados en las
letras a, b, c y d de la letra A del número 285, o de personas viudas que
reúnan todas las condiciones que se exigen para los viudos residentes en
Chile, art. 31 Ley N° 19.620.
De acuerdo con el art. 8 o de la Ley N° 19.620, pueden ser adoptados los menores de
l
La resolución que declare que el menor puede ser adoptado, o la
certificación, en su caso, deben ser puestas en conocimiento del Servicio
Nacional de Menores para los efectos del incluir al menor en el registro de
personas que pueden ser adoptadas.
Este procedimiento previo a la adopción, puede iniciarse incluso antes del
nacimiento del menor, pero únicamente si es patrocina do por el Servicio
Nacional de Menores o un oiganismo acreditado ante él, debiendo realizarse
todas las gestiones que correspondan, de manera que sólo queden pendientes
la ratificación de la madre y la dictación de la sentencia.
La madre debe ratificar su voluntad de entregar al menor en adopción
dentro del plazo de 30 días contados desde el parto, y si no lo hiciere se la
tendrá por desistida de la decisión de dar a su hijo en adopción. Este plazo es
fatal.
La madre no puede ser objeto de apremios para que ratifique.
En caso de fallecimiento de la madre anterior a la ratificación, es suficiente
manifestación de voluntad de dar en adopción al menor, la que conste en el
proceso.
El juez tiene el plazo fatal de 5 días contados desde la ratificación de la
madre para resolver.
b) Menor que es descendiente consanguíneo de alguno de los adoptantes:
En el caso que uno de los cónyuges que desean adoptar al menor sea su
padre o madre, y sólo él o ella lo ha reconocido como hijo, se aplica
directamente el procedimiento de adopción.
En tanto que si el hijo ha sido reconocido por ambos padres o tiene
filiación matrimonial, es necesario, para la adopción por uno de ellos, el
consentimiento del otro padre o madre, aplicándose en lo que corresponda lo
establecido en el art. 9’de la Ley N° 19.620. esto es lo analizado en el número precedente.
Pero si falta el otro padre o madre, o si éste se opusiere a la adopción, el juez, en el menor tiempo
posible, resolverá si el menor es susceptible de ser adoptado de acuerdo a lo que se indicará en la
letra c).
Estas reglas se aplican no sólo cuando uno de los cónyuges que desea adoptares el padre
o madre del menor, sino que también cuando es otro ascendiente consanguíneo del padre o madre
del menor.
plazo de seis meses, este plazo se reduce a tres meses si el menor tiene menos
de dos años de edad, y a cuarenta y cinco días, si fuese menor de seis meses.
Se deja expresa constancia en la ley, art. 12 N° 2, que la falta de recursos
económicos para atender al menor no constituye causal suficiente para esta
declaración.
3. Lo entreguen a una institución pública o privada de protección de
menores o a un tercero, con ánimo manifiesto de liberarse de sus obligaciones
legales.
Como es bastante difícil acreditar la existencia de este ánimo, el legislador
establece presunciones al respecto. En conformidad a ellas, el ánimo del
padre, la madre o la persona a cuyo cuidado se ha entregado al menor de
l
liberarse de sus obligaciones legales se presume en los siguientes casos:
a. -Cuando la mantención del menor a cargo de la institución o de un
tercero no obedezca a causa justificada, que la haga más conveniente a los
intereses del menor que el cuidado personal del padre, madre o las personas a
quienes se haya confiado su cuidado.
b. -Cuando el padre, madre o la persona a cuyo cuidado está el menor no lo
haya visitado por lo menos una vez dentro del plazo de seis meses, o del de
tres meses si el menor tuviere menos de dos años, o del de cuarenta y cinco
días, si fuese menor de seis meses, salvo que exista causa justificada para ello.
Para este efecto, la respectiva institución deberá registrar las visitas que
dichas personas hagan al menor.
Si el menor no ha sido entregado a una institución pública o privada, sino
que a un tercero, éste deberá informar al juez competente del hecho de la
entrega y de lo expresado por el o los padres o por la persona que lo tenga bajo su
cuidado.
l
La sentencia que acoge la adopción debe ordenar las diligencias que indica
el art. 26 de la Ley N° 19.620.
Una vez practicada la nueva inscripción de nacimiento del adoptado el
Oficial de Registro Civil respectivo, que es el del domicilio de éste último,
debe remitir los autos a la Dirección Nacional del Registro Civil e
Identificación, la cual los enviará al Jefe del Archivo General del Sen icio de
Registro Civil e Identificación, quien lo mantendrá bajo su custodia en
sección separada, de la cual sólo podrán ser retirados en virtud de una
resolución judicial. Del expediente y de la sentencia sólo podrá otorgarse
C o p ia en Virtud de resolución judicial que así lo disponga, dictada a petición del
La ley dispone expresamente que para este efecto cualquier persona mayor
de edad y plenamente capaz que tenga anteceden tes que le hagan presumir
que fue adaptado podrá solicitar personalmente al Serv icio de Registro Civil
e Identificación que le informe si su filiación es originada en una adopción.
Cabe tener presente que si el solicitante de la adopción no tiene el cuidado
personal del menor, el tribunal le otorgará la tuición de éste y dispondrá las
diligencias que estime pertinentes para establecer la adaptación del menor a
su futura familia, ello desde que en los autos hay antecedentes que a su juicio
sean suficientes. Pero, el juez en cualquier etapa del proceso puede poner
término al ejercicio del cuidado personal del menor por los interesados, cuando así lo estime
l
imposibilitado de salir del país sin autorización del tribunal.
6. Para los efectos de la nueva inscripción de nacimiento del adoptado y de
la cancelación de la existente a su nombre se remitirá el expediente de
adopción a la Oficina del Servicio de Registro Civil e Identificación de la
comuna de Santiago.
307. - Sanciones.
l
C apítu lo xv
DíH K lio DE Al.lfl
308. -Generalidades.
309. -Concepto.
Los alimentos se definen en el art. 323 en la siguiente forma "Los
alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir modestamente de un
modo correspondiente a su posición social”.
l
pueden clasificarse, a su vez, en provisorios y definitivos que son los que se
establecen en la sentencia definitiva recaída en dicho litigio.
Por último las pensiones alimenticias pueden dividirse en fulo ras y
devengadas, distinción que tiene especial importancia, porque sobre los
alimentos futuros no cabe transacción; en tanto que respecto de los alimentos
devengados, como ellos son derechos ingresados al patrimonio del
alimentario, aunque no se han pagado, son susceptibles de renuncia, cesión,
transacción, etc.
3ii. - Requisitos que deben concurrir para que una persona pueda exigir
alimentos.
En relación con este punto hay que tener presente el art. 330 que dispone:
“Los alimentos no se deben sino en la parte en que los medios de subsistencia
del alimentario no le alcancen para subsistir de un modo correspondiente a su
posición social”.
c) Que exista una causa legal: esto es que haya un texto legal expreso que
confiera el derecho de alimentos, dicho texto es el art. 321 del Código Civil
que señala las personas que tienen derecho a pedir alimentos. Dispone esta
norma:
“ Se deben alimentos:
I o. A l cónyuge:
4'’. A los h e rm a n o s, y
5°. Al q u e h izo una d o n ació n c u antiosa, si n o h u b iere sid o tescin d id a o revocada".
El legislador tuvo que considerar el caso en que una persona retina varios
títulos para pedir alimentos de distintas personas, como sería el caso de la
l
mujer que puede solicitarlos a su cónyuge, a sus hijos, padres, etc.
Este problema lo resuelve el legislador en el art. 326 en el cual se señala el
orden de precedencia para la aplicación de los títulos.
En Francia no sucede lo mismo, ya que allá la doctrina estima que no
señalándose un orden de precedencia claro en la ley, puede el juez radicar la
obligación alimenticia en cualquiera de los posibles alimentantes, salvo en el
caso de los cónyuges y algunos casos de adopción.
Aun más. los autores franceses, entre ellos los hermanos Mazeaud. ven en la obligación
alimenticia una obligación solidaria, en este caso, ya que existen varios deudores respecto de una
misma obligación. Reconocen que no existe un texto legal expreso que señale esta particularidad,
pero indican que cada uno de los deudores de una obligación alimenticia está obligado a subvenir
en todo a las necesidades del acreedor, la solidaridad familiar lo fuerza a ello, existan o no otros
deudores, y sea cual sea su actitud o solvencia. Pero señalan que el deudor de alimentos no está
obligado sino dentro de los límites de sus recursos: más exactamente según una proporción entre
las necesidades del acreedor y sus propios recursos.
Puede suceder que dentro de uno de los números del art. 321 haya varias
personas obligadas a la prestación alimenticia, en este caso el juez distribuirá
la obligación en proporción a sus facultades.
Si existen varios ascendientes o descendientes debe recurrirse a los de
grado más próximo, si hay varios de un mismo grado también el juez deberá
distribuir la obligación en proporciona sus facultades.
A la inversa, si hay varios alimentarios respecto de un mismo alimentante,
el juez debe distribuir los alimentos entre ellos en proporción a sus
necesidades.
La ley señala expresamente que sólo en caso de insuficiencia de todos los
obligados por el título preferente, podrá recurrirse a otro.
313. - Caracteres del derecho de alimentos.
se otorgan en consideración a la persona, y están fundados, con excepción del caso, del N° 5 del
art. 321. en solidandad familiar.
b) Es intransferible por acto entre vivos e intransmisible por causa de
muerte. La obligación alimenticia es intuito persona, ya que como se ha
señalado se establece en consideración a la persona. Por tanto, dicha
obligación y el derecho correspondiente se extinguen con la muerte del
deudor, no se transmite a sus herederos y también finaliza con la muerte del
alimentante. Sin embargo, cuando se trata de alimentos devengados, como
son un crédito, y por consiguiente sometido al estatuto jurídico de los
derechos patrimoniales, los herederos del acreedor podrán cobrad os y los
herederos del deudor estarán obligados a pagarlos.
c) Es también iirenunciable. La renuncia de los alimentos adolecería de
nulidad absoluta conforme a los arts. 12, 1466 y 1682.
d) Este derecho es también imprescriptible, de modo que puede solicitarse
en cualquier tiempo. Pero los alimentos concedidos a los descendientes y a
los hermanos se devengarán hasta que cumplan
2 i años, salvo que estén estudiando una profesión u oficio, caso en que
cesarán a los 28 años, o que les afecte una incapacidad física o mental que les
impida subsistir por sí mismos, o que, por circunstancias calificadas, el juez
los considere indispensables para su subsistencia, art. 332.
c) Es un derecho inembargable, en conformidad a lo que se establece en el
art. 1618.
f) El legislador permite la transacción sobre cuestiones de alimentos en
l
forma excepcional, porque puede ser beneficiosa para el alimentario: con ella
se evita un pleito o se pone fin a uno ya comenzado. Pero con el objeto de
garantizar el cumplimiento de la ley se exige que la transacción sea aprobada
judicialmente. La falta de aprobación judicial de la transacción traería la
nulidad absoluta de ella, ya que se habría omitido un requisito exigido en
consideración a la naturaleza del acto.
g) No cabe la compensación a su respecto. Admitir la compensación de una
deuda alimenticia con una deuda ordinaria tendría como consecuencia la de
dejar sin recurcos al alimentario hasta la extinción de su propia deuda. Por
ello la compensación se excluye como contraria a la finalidad misma de la
obligación alimenticia.
h) Una última característica es la reciprocidad de la prestación alimenticia.
No lo dice expresamente la ley, pero ello se deduce del art. 321 al señalar los
obligados a la prestación.
Todas las características señaladas, prácticamente rigen sólo para los
alimentos futuros, porque respecto de los alimentos ya devengados se aplica
el art. 336.
La distinta naturaleza del derecho a las pensiones atrasadas se justifica
plenamente: el objeto del derecho de alimentos es que el alimentario subsista
y si a pesar de no habérsele pagado, ha subsistido, el legislador no ve
inconveniente para que el derecho a los alimentos pasados sean susceptibles
de transacciones jurídicas.
Se puede señalar, además, que en cierto sentido no hay cosa juzgada en
materia de pensiones alimenticias, cuando varían las circunstancias que
motivaron su establecimiento. Es decir, rige la cosa juzgada conforme a las
reglas generales, mientras se mantengan las condiciones que existían al fijar
las pensiones. Si dichas circunstancias varían se puede aumentar, diminuir y
aun suprimir la pensión alimenticia, según los casos. Así también si se han
fijado los alimentos en una época de inflación indudablemente su monto
puede aumentarse, ya que las condiciones vigentes a su establecimiento han
variado por el alza del costo de la vida.
l
432
Capítulo xvi
E l E stado C ivil
315. -Concepto.
El art. 304 define el estado civil diciendo “es la calidad de un indiv iduo en
cuanto lo habilita para ejercer ciertos derechos o contraer ciertas obligaciones
civiles”.
Se critica esta definición, porque ella resulta muy semejante al concepto de
capacidad que señala el art. 1445, de ahí que se da la siguiente:
l
atributo de la personalidad y ellas son:
I) El estado civil es uno e indivisible. Es uno en cuanto no pueden tenerse
varios estados civiles emanados de una misma fuente, como sería el caso de
que alguien fuera soltero y casado a la vez. Pero si la fuente es diversa,
pueden coexistir varios estados, como el caso de soltero, hijo, etc.
Que sea indivisible, significa que es eficaz respecto de todos; el que es
casado lo es respecto de toda persona, es decir, el estado civil es oponible a
todos.
1) El estado civil es inalienable. La persona puede disponer de todos sus
bienes, sean ellos corporales o incorporales, pero no puede disponer de su
estado civil porque no puede separarse de él, ya que se trata de un atributo de
la personalidad. Pero nada impide que se pueda disponer de los derechos
derivados del estado civil, como ser los derechos hereditarios.
Siendo inalienable, es incomerciable y su enajenación estaría afecta de
objeto ilícito, art. 1464 N° 1.
No puede renunciarse al estado civil, ni puede ser objeto de transacción,
art. 2450.
2) El estado civil, es además, imprescriptible, ello significa que no puede
adquirirse por prescripción y también que a su respecto no existe prescripción
extintiva.
4) Finalmente, el estado civil es permanente, en el sentido de que no se
pierde mientras no se adquiera un estado civil diferente.
cónyuges, arts. 131 y 133; entre padres e hijos y además, cabe mencionar los
derechos hereditarios.
El estado civil está protegido por las llamadas acciones de estado las cuales
se intentan cuando se produce una cuestión de estado civil. Éstas pueden
presentarse:
a) Cuando se reclama el reconocimiento de un estado civil que se tiene,
pero del cual no se está en posesión, tal es el caso del art. 320.
b) Cuando se impugna un estado civil, en este caso se está en posesión de
l
un estado civil determinado, pero alguien discute la legitimidad de tal
posesión, ej. impugnación de paternidad o maternidad.
En doctrina, especialmente en la francesa, las acciones de estado civil
tienen por objeto el reconocimiento de un estado civil anterior, por ello la
sentencia que lo reconoce es declarativa, de ahí que se les llame de
reconocimiento de estado civil.
También existen las acciones de desconocimiento de estado civil, por las
causales se desconoce un estado civil del cual se está en posesión.
En oposición a las acciones de desconocimiento se encuentran las de
modificación de estado en las cuales el fallo no es declarativo sino
constitutivo, se crea un nuevo estado.
civil.
Las sentencias pueden ser de dos clases: declarativas, las cuales producen
efectos relativos, sólo respecto de quienes intervinieron en el juicio; y
constitutivas, las que tienen autoridad absoluta.
En doctrina, se estima que las sentencias sobre estado civil son
constitutivas, esto es oponible a todos; así por ejemplo la sentencia de
divorcio vincular por la cual se establece el estado civil de divorciado, es
oponible a toda persona.
Pero no todas las sentencias de estado civil son constitutivas, existiendo
algunas que son declarativas, y por consiguiente de efectos relativos, es decir
afectando sólo a quienes han litigado. Se presenta el problema de saber si esas
sentencias declarativas tienen efectos relativos en materia de estado civil,
porque como se ha señalado éste es indivisible.
Se sostiene que las sentencias declarativas en materia de estado civil tienen
efectos absolutos fundándose:
a) En la indivisibilidad de éste.
b) Si se aceptase que dichas sentencias tuvieron efectos relativos resultaría
que una misma persona podría tener dos estados civiles uno respecto de
quienes litigaron y otro respecto de terceros.
c) Por otra parte el efecto relativo de la cosa juzgada significaría que varios
tribunales podrían tener opiniones distintas respecto de una misma materia,
aunque se refiere el juicio a una misma persona que ha litigado contra
l
contradictores distintos.
a ) Se invoca además un precedente histórico: en el derecho francés los
problemas sobre la relatividad del estado civil habían sido tales, que se aceptó
el “contradictor legítimo”, que era un representante de toda la familia en las
cuestiones de estado civil. La sentencia pronunciada en un litigio entre una
persona y este contradictor legitimo obligaba a los restantes miembros de la
familia.
Sin embargo, existe una opinión contraria a la anterior, que no acepta las
argumentaciones señaladas y sostiene que las sentencias en esta materia
tienen efectos relativos, para ello se fundan:
a) En que el argumento del contradictor legítimo no tiene ninguna validez
porque el Código francés innovó en esta materia, eliminando dicha
institución, y aun más, no reconociendo personalidad moral a la familia.
b) La autoridad relativa de las sentencias tiene en cuestiones de estado civil
los mismos fundamentos y la misma razón que en las demás materias de
derecho: se desea que las sentencias sólo obliguen a quienes han litigado y no
a las personas que han permanecido ajenas al juicio, en el cual no han podido
producir sus pruebas o aducir sus razones.
ciDe estimar que las sentencias producen efectos absolutos en materia de
estado civil, se abriría la posibilidad de fraudes o soluciones entre los
litigantes que perjudicarían a quienes no han tenido intervención en el juicio.
El juez es árbitro de las partes del juicio y no puede pronunciarse
obligatoriamente respecto de quienes no han tenido intervención en él.
En nuestro país el juicio sobre estado civil se tramita conforme a las reglas
del procedimiento ordinario ante los juzgados de familia, y en principio las
sentencias que al respecto se dicten tienen efectos relativos, obligando
solamente a quienes han sido partes en el proceso.
Este principio general tiene una importante excepción en el art.3is Esta es una
norma de excepción y según ella sólo los fallos que se pronuncien conforme a lo establecido en el
Título VIH. sobre si es verdadera o falsa la paternidad o maternidad, vale decir, aquellos fallos
recaídos en juicios en que se discute la paternidad o maternidad, tienen un valorahsoluto, y fuera de
dichos casos las sentencias sobrc cualquier otro estado civil, como ser el de casado, tienen efecto
relativo, aplicándose plenamente la norma general que al respecto da el art. 3“ del Código Civil.
Diversos fallos antiguos se han pronunciado en este sentido, así la Corte
Suprema (R. Tomo 31, sec. 1, pág. 229) estableció “ En el título del Código
Civil denominado de las pruebas del estado civil, ni en ningún otro, se
consigna pauta alguna que haga extensiva a las resoluciones sobre el estado
civil de casado lo que el art. 315 prescribe acerca de las relacionadas con la
legitimidad del hijo o con la maternidad objetada”.
324. - Requisitos para que los fallos a que se refiere el art. 315 produzcan
efectos absolutos.
Los requisitos que deben concurrir los señala el art. 316 y son los
siguientes:
1. - Que el fallo esté pasado en autoridad de cosa juzgada;
2. - Que se haya pronunciado en contra de legítimo contradictor. El
legislador ha definido qué se entiende por legítimo contradictor en el art. 317.
La calidad de legítimo contradictor sólo la tienen las personas señaladas en
el artículo citado y no otros, luego la disposición es de interpretación estricta.
Luego, sólo tienen la calidad de legítimo contradictor en las cuestiones de
paternidad y maternidad las personas que el art. 317 señala.
Dispone el art. 317 “ Legítimo contradictor en la cuestión de paternidad es
el padre contra el hijo, o el hijo contra el padre, y en la cuestión de maternidad
el hijo contra la madre, o la madre contra el hijo.
Son también legítimos contradictores los herederos del padre o madre
l
fallecidos en contra de quienes el hijo podrá dirigir o continuar la acción y,
también, los herederos del fallecido cuando éstos se hagan cargo de la acción
iniciada por aquél o decidan entablarla".
Si los herederos fueren varios, el fallo dictado a favor o en contra de
cualquiera de ellos aprovecha o perjudica a los demás coherederos que citados
no comparecieron. Pero, para que este fallo afecte a los demás coherederos, es
requisito que hayan sido citados, si no lo han sido, la sentencia no los afectará.
3. - Que no haya habido colusión en el juicio. Las partes no deben haberse
puesto de acuerdo, el fallo debe haberse obtenido legítimamente. En relación
con este elemento el art. 319 indica que la prueba de la colusión en el juicio
no puede alegarse sino dentro del plazo de 5 años que sigan a continuación de
la dictación de la sentencia.
4.808.
1
b) Rectificación judicial de partida:
La regla general es la rectificación judicial de partida, sólo
excepcionalmente y exclusivamente en caso de errores u omisiones
manifiestas se aplica la administrativa. Se exige que la rectificación sea
judicial por la gravedad que tiene alterar una partida, por las consecuencias
jurídicas que de ello pueden seguirse.
La rectificación de partida sólo pueden pedirla las personas a quienes ella
se refiera, sus representantes legales y sus herederos, art. 18 inc. Io yes un acto
de jurisdicción voluntaria, art. 18 inc. 2U. Si se deduce oposición a la icctificación de partida por
legítimo contradictor, el asunto se torna contencioso y se sujeta a los trámites del juicio que
corresponda.
La ley señala un trámite obligatorio en las gestiones de rectificación
judicial de partida: debe oírse a la Dirección General del Registro Civil, para
lo cual se le remitirán los antecedentes completos; sólo puede prescindirse de
dicho infomie en el caso de error manifiesto, o reconocimientos de hijo, art.
18 inc. final.
La mayoría de los autores sostienen que la sentencia que ordena la
rectificación de partida es declarativa, es decir, se limita a tomar conocimiento
de cuál es el verdadero estado civil o la vendadera situación.
a. - Las partidas del Registro Civil como medio para acreditar el estado
civil:
Respecto a la prueba del estado civil, el art. 305 dice ”E1 estado civil de
casado o viudo, y de padre, madre o hijo, se acreditara frente a terceros y se
probará por las respectivas partidas de matrimonio, de muerte y de nacimiento
o bautismo.
El estado civil de padre, madre o hijo se acreditará o probará también por
la correspondiente inscripción o subinscripción del acto de reconocimiento o
del fallo judicial que determine la filiación.
La edad y la muerte podrán acreditarse o probarse por las respectivas
partidas de nacimiento o bautismo, y de muerte”.
l
Respecto de la fe de bautismo, ellas eran instrumentos públicos hasta que
entró en vigencia la primera ley sobre Registro Civil y aún se les considera
como tales cualquiera que sea la fecha de la copia siempre que la inscripción
sea anterior a dicha ley.
Las partidas son el asiento que consta en el libro o registro que lleva el
respectivo Oficial de Registro Civil. Ellas se mantienen inseparables de dicho
libro o registro. Por ello, en los litigios y también en otros casos, debe
recurrir.se a las copias autorizadas o a las certificaciones que emite el Registro
Civil de lo que consta en sus Registros. La copia autorizada es la
transcripción íntegra de la partida, y la certificación se refiere a uno o más
hechos contenidos en la partida, aits. 19, 20 y 21 Ley N° 4.808. Tanto las
copias autorizadas como las certificaciones son instrumentos públicos.
Hemos visto que el Registro Civil es una institución creada para dejar
constancia de los actos constitutivos de estado civil, en consecuencia es
lógico que éste se acredite con las partidas; son las inscripciones asentadas en
los libros del Registro Civil, por ello los Oficiales de Registro Civil deben dar
las copias y certificados que se pidieren de los actos que ante ellos han
pasado, art. 84 Ley N° 4.808. Por su parte el art. 24, de la misma ley, señala
que las partidas tienen el carácter de iastrumentos públicos, art. 1700.
La partida acredita que realmente se extendió, pero en cuanto a la
veracidad de las declaraciones en ella contenidas sólo puede acreditar que se
hizo, sin embargo, esa veracidad se presume por ser lo normal; en esta
materia el problema no es de valor probatorio del instrumento público, sino
de onus probandi, es decir que quien sostenga que esas declaraciones son
falsas debe probarlo.
Luego los estados civiles de casado o viudo, padre, madre o hijo se
prueban con las respectivas partidas, pero, también, y tratándose del estado
civil de padre, madre o hijo, se pueden probar con la inscripción o
subinscripción del acto de reconocimiento o del fallo judicial que determinó
la filiación.
b. - Impugnación de las partidas:
Las partidas son instrumentos públicos, según se ha señalado, pudiendo
por consiguiente ser impugnadas de la misma manera
que éstos, es decir:
a) Por falta de autenticidad: art. 306, es decir por ser falsificadas; como por
ejemplo, si ella no ha sido firmada por el Oficial Civil que aparece
suscribiéndola.
b) Por nulidad, como por ejemplo si las inscripciones fueron autorizadas
por Oficial de Registro Civil incompetente; si no están firmadas por el Oficial
Civil.
c) Por falsedad de las declaraciones de que dan constancia, art. 308.
d) Pueden también impugnarse de acuerdo con lo que se señala en el art.
307.
En este caso la partida es perfecta, pero no corresponde a la persona que la
exhibe.
Para impugnar la partida por falta de identidad es preciso distinguir según
si el que la invoca además de la partida está en posesión del estado civil de
que ella da constancia, o si no existe esa posesión. En el primer caso el que
pretende que la partida no corresponde al que la exhibe le tocará acreditar la
falta de identidad. En cambio, si el que no está en posesión del estado civil lo
reclama, deberá probar que es ella la persona a quien se refiere la partida.
C. - Pruebas supletorias del estado civil:
Las pruebas supletorias, a partir de la vigencia de la Ley N° 19.585, sólo
tienen aplicación para el caso de falta de partida de matrimonio, en cuyo caso
l
puede recurrirse a los siguientes medios probatorios:
a) otros documentos auténticos;
b) declaraciones de testigos presenciales y
c) la posesión notoria.
1
Capítulo xvii
Tutelas y C uradurías
328. - Generalidades.
l
3 30. Clasificación de las guardas.
l
2. - La madre: puede nombrar guardador por testamento en los
mismos casos que el padre. En caso que el padre y la madre hayan nombrado
guardador por testamento se atenderá en primer lugar al nombramiento hecho
por aquel que ejerza la patria potestad respecto del hijo.
3. - El donante o testador que deja una liberalidad a una persona:
Según el art. 360 puede designar guardador. Aquí no se requiere ya a un
pariente.
En este caso la curaduría es testamentaria, pero además adjunta, art. 360 inc.
final, se limita a los bienes que se donen o dejen al pupilo.
2U)La madre.
3") Los demás ascendientes de uno y otro sexo, y 4U) Los hermanos de uno y otro sexo del
pupilo, y las hermanos de uno y otro sexo de los ascendientes del pupilo, arts. 367.
- Hijo.
- En algunos casos el curador adjunto.
- Curadores especiales.
l
-Curadores interinos
3. -Inventario.
338. - El discernimiento.
339. - Características.
l
Para que el Juez ordene extender la Escritura Pública de Discernimiento o
dar copia de la resolución de nombramiento, es previo que se haya rendido la
caución, art. 855 C.P.C. Es comente que en el escrito en que se pide el
discernimiento, se ofrezca la caución, y el Juez se pronuncia sobre ambas
cosas.
l
garantizando sus obligaciones de curador.
6. - Puede ser relevado de esta obligación el guardador de reconocida
solvencia y probidad, si el pupilo es persona de escasos recursos, art. 375.
Se presenta un problema respecto de guardador testamentario:
¿Puede ser liberado por el testador de la obligación de rendir caución?
La mayoría de la doctrina nacional, siguiendo a Claro Solar y Somarriva,
estiman que una cláusula que dispusiera tal cosa seria válida. No dice la ley
expresamente que el testador tenga dicha facultad; pero si él puede nombrar
al guardador e imponer modalidades a su guarda, le es posible librarlo de tal
obligación. Por otra parte se ha necesitado de una disposición especial que
prohíba una cláusula semejante que exima al guardador de la obligación de
confeccionar inventario, art. 370, en consecuencia debe permitirse la cláusula
liberatoria de la obligación de rendir caución, puesto que no existe igual
prohibición a su respecto.
La opinión contraria sostiene que el testador no puede liberar en su
testamento al guardador de la obligación de rendir caución. Argumentan que
en esta materia no se puede razonar por analogía ni aplicar la argumentación a
contrario censu, ya que se trata de normas de orden público. Tal es la solución
de Planiol y Ripert al problema. La ley quiere que se pueda hacer efectiva la
responsabilidad del guardador.
Calificación de la caución: La hace el juez con audiencia del defensor de
menores, arts. 855 y 857 y 858 C.P.C.
Tribunal Competente: el del domicilio del pupilo, art. 130 C.O.T.
disposición permite al pupilo apreciar y jurar la cuantía de los perjuicios que haya sufrido por la
falta de inventario, manteniendo así un medio probatorio que ha sido eliminado del C.P.C. cual es
el Juramento deferido.
l
cuidado del incapaz y la administración de sus bienes a un guardador.
Respecto de los bienes las facultades del guardador son tres: autorización,
representación y administración.
Autorización: Cuando el pupilo es relativamente incapaz, la ley permite
que el curador lo autorice y sea el incapaz el que actúa tanto en actos
judiciales como extrajudiciales, ait. 390. Ahora bien como esta facultad se
otorga sólo respecto del pupilo relativamente incapaz, sólo el curador puede
autorizar y nunca puede hacerlo el tutor.
La autorización puede ser expresa o tácita. La ley se pone en el caso de que
el curador niegue la autorización y el pupilo quiera realizar el acto. En tal
evento se aplican por analogía los arts. 441 y 452.
Representación: El guardadores representante legal del pupilo, arts. 43 y 390. Salvo los
Sin embargo, existen ciertos actos que no pueden ser realizados por el
guardador en representación del pupilo, como sucede con las capitulaciones
matrimoniales, reconocimiento de hijo, el testamento, etc.
Sabemos que para que exista representación debe realizarse un acto a
nombre de otra persona, con poder suficiente, de la misma o de la ley, como
en este caso, y debe existir la llamada contemplado domini de su
representado. A ella alude el art. 411.
Administración: Debe distinguirse entre la administración que realiza un
solo guardador, la que realiza un guardador que tiene consultor y el caso de
pluralidad de guardadores.
1° Administración de un solo guardador: en principio, actúa solo, libremente, sujeto a las
prohibiciones y exigencias legales. Los actos que realice obligan al pupilo de acuerdo al art. 1448.
Si el guardador se extralimita el art. 441 señala que el pupilo sólo se obliga si el acto le ha sido útil.
2" Administración de un guardador que tiene consultor: consultor es la persona que se designe
en un testamento para que el guardador le consulte. El art. 392 trata de la materia, distinguiendo
según la manera que se ha hecho el nombramiento, para señalar la sanción para el caso que el
guardador no le oiga.
1"Actos de administración
l
¥ Actos que sólo puede ejecutar cumpliendo ciertos requisitos
ejecutarse con autorización de los otros tutores o curadores generales que no estén implicados de la
misma manera en tales actos o p o rc l ju ez en subsidio, art. 412 inc. I".
partición la provoque el pupilo, porque no reviste aplicación si es otro de los indivisarios el que
solicita la partición.
a) Actos de administración:
l
- Dar en arriendo los bienes raíces del pupilo siempre que sea por más de
cinco años para los urbanos y ocho para los rústicos, ni por más tiempo que el
que falte al pupilo para cumplir 21 años, art. 407 inc. I". Sanción, art. 407 inc. 2U.
b) Actos de disposición:
- Compra de bienes raíces del pupilo hechos por el guardador, su cónyuge
y sus ascendientes o descendientes legítimos o naturales, art. 412 inc. 2°.
l
348. Guardador aparente.
3. - El guardador aparente está de mala fe: en este caso, éste debe ser
removido de la guarda, no tiene derecho a remuneración y ello sin perjuicio
de la pena a que haya lugar por la impostura.
l
La incapacidad debe ser declarada judicialmente. Mientras se tramita el
juicio de incapacidades hay que nombrar un curador interino al pupilo,
conforme al art. 371.
El art. 513 obliga al curador que se sienta incapaz a provocar el juicio de
incapacidades en los plazos allí indicados. Si la incapacidad es sobreviniente,
debe enunciarse el juez en el plazo de tres días.
Situación de los actos del guardador incapaz, se aplica el art. 512.
El art. 514 señala las causales de excusas. Estas causales son de derecho
universal. A la enumeración que da la disposición señalada hay que agregar la
del art. 518.
Dice relación con esta materia el art. 517, que se refiere al caso en que hay
una persona que tiene bienes suficientes y no encuentra fiador, la ley no
admite esto como excusa y establece que en este caso dicha persona debe
hipotecar sus bienes. A contrario censu si no tiene bienes suficientes puede
excusarse.
l
alcanzaron para la mantención del pupilo, art. 534.
2. - Si el guardador administra fraudulentamente, art. 533.
3. - Cuando se contraviene el art. 116, art. 533.
l
4 32
H ER N Á N TR O N C O SO LARRONDE
En este libro sobre "Derecho de Familia" se hace un análisis sintético, pero no por
ello superficial, de las instituciones que conforman esta rama del derecho.
Comienza con el estudio de la Institución básica y fundamental de la familia, cual
es el matrimonio, exponiéndose cómo se constituye el vinculo matrimonial y las
condiciones que debe reunir.
Especial mención requiere la disolución del vinculo matrimonial, en la cual se hace
una detallada exposición de una institución nueva entre nosotros, como lo es el
divorcio vincular.
Todo lo anterior se expone de acuerdo a la nueva normativa de la Ley de Matrimonio
Civil, establecida por la Ley N° 19.947,
Luego se detallan los distintos regímenes matrimoniales existentes en Chile:
sociedad conyugal, separación de bienes y régimen de participación en los ganan
ciales. analizando las características que informan a cada uno de ellos.
También se hace un estudio detallado de los bienes familiares, indicando sus
virtudes y desventajas.
En materia de Filiación se expone la situación que existe en nuestro país desde
que entra en vigencia la Ley N° 19.585 que eliminó la distinción entre hijos legítimos
e ilegítimos.
La adopción, el derecho de alimentos, el estado civil y las guardas se analizan a la
luz de la normativa actualmente vigente sobre dichas materias. Se busca en definitiva
entregar al alumno de pregrado de la Carrera de Derecho una útil herramienta que
guie sus estudios de Derecho de Familia dentro de la importante cátedra de Derecho
Civil.
D E R E C H O DE F A M IL IA
H E R N ÁN TR O N C O S O LARRO ND E
F o rm a to 1 5 ,8 x 21 c m
434 págs.