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Dominique Maingueneau - Introducción A Los Métodos de Análisis Del Discurso
Dominique Maingueneau - Introducción A Los Métodos de Análisis Del Discurso
INTRODUCCIÓN A LOS
MÉTODOS DE ANÁLISIS
DEL DISCURSO
PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS
HACHETTE
Versión castellana: Lucila Castro
Título original francés: Initiation aux méthodes de 1’ analyse du discours
© 1976 Hachette
© 1980 Librería Hachette S.A.
© 1989 Librería Hachette S.A.
Rivadavia 739 - Buenos Aires
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
ISBN: 950-506-186-2
IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINE
INTRODUCCION
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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INTRODUCCIÓN
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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INTRODUCCIÓN
tiva, cuyos resultados han de ser interpretados. En términos generales, hay que
disponer en el punto de partida de un repertorio estructurado de “categorías” que
sirvan para normalizar la diversidad superficial de los textos de modo.de hacerlos
comparables; una vez homogeneizadas las “cualidades”, generalmente es posible
cuantificar. Todo el problema reside precisamente en la construcción de esas
categorías: ni siquiera recurriendo a una estadística léxica o a una sintaxis ele
mental, resuelve el análisis de contenido la cuestión de la estructuración del texto.
Sería presuntuoso pensar que la lingüística, a través del anális^del discurso, estará
inmediatamente en condiciones de remplazar, pura y simplemente, al análisis de
contenido: las miras de este último son evidentemente más “empíricas” que las de
la lingüística, pues sólo apunta a “caracterizar el corpus [. . .] por medio de una
disposición particular de conceptos extraídos de la metalengua, de manera de
marcar lo que su contenido tiene de específico o de singular en relación con otros
corpus o con otras partes del mismo corpus desde el punto de vista de la socio
logía o de la sicosociología”;10 así, no es verdaderamente el funcionamiento
de un discurso lo que se toma como objetivo.
Trabajar sobre textos no constituye sin embargo una práctica obvia e ino
cente, cualesquiera que sean los resultados, a menudo interesantes, a los que se
llega a través del análisis de contenido. ¿Es posible estudiar el contenido de un
discurso sin una teoría del discurso?
A decir verdad, estas deficiencias solo aparecieron como tales
en razón de la penetración progresiva (por no decir invasión) del
“estructuralismo”, que se basa esencialmente en los aportes de la
lingüística estructural, calificada de “ciencia piloto”. La lingüística
misma ha sufrido los efectos de este fenómeno, al verse enfrentada
a objetos nuevos y a la exigencia de producir nuevos conceptos para
responder a una notable demanda. Así, se ha vuelto imperativo consi
derar a los mitos, sueños, novelas, filmes, cuadros, etc., como conjuntos
significativos cuyas leyes de significación se busca establecer con la
ayuda de conceptos tomados de la lingüística, ciencia de ese sistema
de significación por excelencia que es una lengua natural. En estas
condiciones, la posición de una lingüística cuyo campo de aplicación
se limitaba a la oración se hacía absolutamente insostenible.
En términos más generales, la aparición del análisis del discurso
no es más que el síntoma de un cambio en el estatus acordado a los
textos. La práctica de los textos, hasta el momento de la penetración
de los análisis estructurales, estaba dominada por el punto de vista
"filológico”. Ya fuera en literatura, en historia, en etnología, en
filosofía, etc., se trataba de devolver los textos a la vida que se
consideraba que los había producido. í Se buscaban fuentes, influen
cias, alusiones al contexto de la época, se quería descifrar, reconstituir
(si era preciso) el texto original, señalar eventualmente las falsifica
ciones, evaluar su interés, etc. Se llegaba así a rodear el texto de un
10. Des tracts en mai 1968, introducción.
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
PROBLEMAS METODOLÓGICOS
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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LOS ENFOQUES DEL DISCURSO
ADVERTENCIA
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I. EL ENFOQUE LEXICOLOGICO
1. LA LEXICOMETRIA
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
Principios de análisis
La lexicometría se niega a privilegiar algún elemento, cualquiera
que sea, en un discurso; se basa en lo exhaustivo de los relevamientos,
la uniformidad del recuento y la unicidad del criterio de recuento.
Tres elecciones primordiales guían esta investigación:
a) elección del ítem formal,
b) elección de la red estadística,
c) elección de la norma intrínseca.5
a) De la totalidad del discurso sólo se conservan, como objetos
de análisis, los ítems formales (las palabras gráficas), con
exclusión de cualquier lematización, es decir de cualquier
agrupamiento de ítems sobre bases lexicográficas (poner los
verbos en infinitivo, los plurales en singular, etc.). En efecto,
para el equipo, la no lematización “se esfuerza por mantenerse
en la superficie del discurso, a fin de poner de relieve sus
realizaciones habituales o excepcionales”, mientras que “la le
matización impone una problemática de lengua”.6
b) Al recurrir a la estadística matemática, se busca extraer leyes,
construir “redes”, tanto sobre el eje paradigmático (“jerarquías
de proporciones”) como sobre el eje sintagmático (“ordena
miento de posiciones”) y sobre el eje “situacional”7 (relacio
nes de determinación entre las condiciones de producción y
las formas léxicas). Todas estas “redes” apuntan a definir “el
sentido como el resultado global de un conjunto de relaciones
de eficacia”.8
c) Eso significa que la norma será definida en el interior de los
corpas y no, por ejemplo, con referencia a la “lengua”; se
trata de una necesidad ineludible, a menos de replantear el
concepto de “discurso”.
El recurrir a la estadística también impone restricciones y suscita
dificultades. No nos demoraremos en los problemas lingüísticos que
presenta el solo hecho de confiar en que, ocupándose sólo de los ítems
formales en un discurso, las mediciones y las redes extraídas forman
una imagen válida de los discursos y, más allá de ellos, de sus emiso
res. Vayamos mejor a las cuestiones vinculadas con la estadística,
cuestiones que deben ser bien comprendidas si se quiere tener una
idea justa de este tipo de enfoque. Hay que distinguir absolutamente
tres niveles:
5. Des tracts en Mai 1968, Armand Colin, 1974, p. 19.
6. L ’indexation minimale, mimeografiado, mayo de 1973, p. 24.
7. Des tracts en Mai 1968, p. 23.
8. Ibídem.
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
El vocabulario original
Es el recuento de las formas que solo se encuentran en un emisor
determinado. Lo importante es la acumulación o la poca frecuencia
de las formas originales en el texto. Se calculan entonces los porcenta
jes que permiten agrupar a los emisores por familias según su grado
de originalidad (obviamente, se busca compensar el factor de longitud
de los diferentes corpus para no falsear la clasificación).
Inversamente, se confecciona la lista de las formas léxicas comu
nes a los hablantes; se trata de definir un vocabulario “trivial” que
da cuenta tanto de la repartición como de la frecuencia. Se parte de
la frecuencia relativa (o probabilidad) de la forma léxica en el con
junto del corpus y se deduce de ella para cada parte una subfre-
cuencia teórica. Considerando la distancia entre la subfrecuencia real
mente observada en esa parte y la subfrecuencia teórica —que se
mide por el procedimiento llamado de las distancias reducidas—, se
puede entonces definir como específica una forma que sobrepasa un
umbral determinado de esas distancias reducidas. Las formas triviales,
en cambio, no tienen ninguna distancia normal. De este modo es po
sible sacar a la luz el vocabulario específico de un período, de un
grupo, o de un grupo durante un período determinado. Para que esta
especificidad tenga un sentido, hay que operar solo con las formas
léxicas de una frecuencia suficiente. A cada grupo, o período, puede
atribuirse un índice de particularidad, en función del porcentaje de
formas originales y de formas específicas, eliminando el parámetro de
la extensión del vocabulario. Por ejemplo, para los grupos de mayo
del 68, la clasificación de particularidad se establece de la manera
siguiente:13
índice de particularidad
PSU 25,1% CCA 34,4%
JCR 27 % CAU 36,4%
CAQ 28,7% ML 37,2%
22 M 28,7% ANARS 37,7%
CAOE 30,1% FER 40,4%
VO 30,4% SITUS 42,0%
PCF 30,9% CAL 42,4%
CAE 33,2%
El núcleo no específico se define como el vocabulario formado
por las unidades que no son marcadas ni por los períodos ni por los
grupos: son 72 formas de los GP y 137 de los CA. En esta lista hay
que separar el “francés fundamentar’ de primer grado 14 y la parte del
13. Ibíd., p. 160.
14. Lista de palabras que sirvieron ai C.R.E.D.I.F. para elaborar el “fran
cés fundamental” (Vélaboration du frangais fondamental, París, Didier, 1956).
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
Figura 1 15
Hay que señalar, sin embargo, que esta “cohesión” depende estre
chamente del carácter más o menos repetitivo del vocabulario, pero
no solamente de eso: así, el PSU está en segunda posición por la cohe
sión a pesar de su vocabulario bastante variado (quinta posición).
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
2) cfo < cft (cfo menor que cft): se puede entonces considerar que
el polo “repele” esta forma de su vecindad. Podría quizás encararse
la estructuración de los gráficos de “repulsión” de los tabúes.
3) cft < cfo (cft menor que cfo): se habla de atracción por parte del
polo. En este caso, se hablará de coocurrentes.
Para afinar estas nociones, se recurre a la prueba $e la “distancia
reducida”,17 que se define por la medida entre el valor observado de
una variable y su valor teórico (esta prueba se basa en el postulado
estadístico según el cual cada forma léxica tiene en cada etapa del
texto una probabilidad igual de ser el término buscado, probabilidad
que corresponde a su frecuencia relativa en el corpus). Una vez com
pletadas todas estas manipulaciones, queda aislado un resto de formas
significativas en las dos expansiones de la forma-polo. Ordenando estos
coocurrentes jerárquicamente, con relación a una cima, se obtiene un
léxico grama.
Los lexicogramas
Se pueden considerar dos tipos de lexicogramas:
1) de un solo piso, planos;
2) de varios pisos, escalonados.
1) Lexicograma de un solo piso:
Se representan con un gráfico conectado las relaciones de las
cim a s co n el p o l o : 1*
Figura 2
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
Figura 3 19
Se dice que P2 hace de punto de conexión entre dos lexicogramas
de pisos diferentes.
Una cima del segundo piso puede, a su vez, con la prueba de dis
tancia reducida, tener coocurrentes a la derecha y a la izquierda. Si
algunos de estos coocurrentes coinciden con formas léxicas del piso
segundo o primero, hav cierre por falta de salida (“impasse”), por
oposición al “árbol” que implica la abertura. Pero este árbol debe obe
decer a “reglas de marcha” rigurosas, para que no se abran ramifica
ciones no pertinentes. Si se comprueba que la cima alcanzada está insu
ficientemente representada por su frecuencia en el corpus, no está permi
tido continuar el gráfico a partir de ella: es una cima pendiente. Cuando
es el coeficiente de coocurrencia de un polo el que es insuficiente, o
cuando no hav coocurrencia en absoluto, se habla de un pozo. Se habla
de circularidad (“cyclage”) cuando los coocurrentes de un polo ya han
aparecido en un piso anterior. Si uno de los coocurrentes es el polo
mismo, hay cerramiento (“bouclage”). Para cada polo se puede calcu
lar el número medio de vecinos que engendra en todas sus expansiones:
esto es la amplitud de una vecindad. Comparando la amplitud de la
vecindad a la izquierda del polo y la de la derecha, es posible consi
derar qué posición media ocupa el polo en la oración. Algunas formas
están situadas a la izquierda en todos los corpus, o a la derecha, pero
otras pueden estar a la izquierda en algunos corpus y a la derecha en
otros. “El lingüista, interpretando las ubicaciones así determinadas,
podría extraer de allí indicaciones sobre funcionamientos sintácticos
mayores”.20 La amplitud general se define como la suma de la amplitud
izquierda y la amplitud derecha; esta amplitud permite aislar dos
grupos de formas “extremas”, características de dos tipos de “microdis-
cursos”: las formas léxicas que funcionan preferentemente en secuen
cias cortas y las que funcionan en las secuencias largas. No nos deten
dremos en las múltiples reflexiones que se pueden suscitar a partir de
este índice, tanto en el campo sintáctico como en el de una tipología
del discurso del volante.
19. Dea tracts en Mai 1968, p. 192.
20. lh'ul., p. 202.
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
21 . Ibíd., p. 217 .
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O UVRIERS B
Com ités de A cció n
A TR AVAILLEUR S AB
C om ités de A cc ió n
ensem ble
AD BD
vive AB D 0 com ités
paysans F lin s
usine
AC ABCD
m illio n s étudiants
revendications ACD so lid arité
gréve
in te lle ctu els jeunes
entreprises lutte
CD Grupos
m ilitan ts p o lítico s
lycéens O UVRIERS D
Grupos p o lítico s
A = zonas de travailleurs en CA
C TRAVAILLEURS B = zonas
C = zonas
D = zonas
Figura 4 22
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
Figura 5 24
Este esquema debe ser corregido inmediatamente: solo el PCF y
el ML facilitan este “parentesco”, pues, para los otros grupos, la inter
sección es casi vacía. De este modo se pueden construir verdaderas
redes al considerar ouvrier f| étudiants, travailleurs 0 étudiants, redes
que después son referidas a los diferentes emisores políticos.
Existen igualmente índices estadísticos que permiten estudiar los
grados de estereotipia de los coocurrentes de un polo, particularmente
gracias a la relación:
NFL (número de formas léxicas)
NIL (número de ítems léxicos)
Se habla así de disponibilidad contextual. Si se calcula la diferen
cia entre el valor real de la relación de contexto y su valor teórico (en
23. Ibíd., p. 230.
24. Ibíd., p. 235.
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Reglas de marcha:
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
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ii
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ii
ii
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1 2 3 4 5
Figura 7
Para el conjunto de los diputados, obtenemosuna especie de “nube” de pun
tos. Se puede construir matemáticamente una recta que pase lo más al medio posi
ble de esta nube, es decir una recta tal que la distancia de los puntos de la nube
30. Vocabulaire des proclamations électorales de 1881,1885 et 1889, P.U.F.,
1974 (Publications de la Sorbonne).
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Figura 8 32
32. Ibícl., pp. 114-115. N.B.: Las cifras remiten a los diputados. Este grá
fico debe ser leído primero de izquierda a derecha (Fi) y después de abajo hacia
arriba (F2), sin confundir las dos lecturas para no confundir los dos factores.
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
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35. Ibíd.y p. 142.
EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
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CRITICA A LA LEXICOMETRÍA
La lexicometría se presenta, por definición, como un aparato
formal riguroso que, por ello, sólo puede seducir a los que esperan
demasiado de ella o suscitar la desconfianza de los que la desconocen.
Con respecto a la lexicometría, existe un tipo de crítica que podría
mos calificar de “primaria”, consistente en considerarla como un puro
recuento de palabras. Se observa, en primer lugar, que esta crítica
apunta sólo a la estadística fuera de contexto, pero sobre todo que
este tipo de argumentación a menudo corre parejas con el postulado
implícito de que el texto no constituye sino marginalmente un objeto
de conocimiento, y que su esencia última es indecible, inabordable
por otras vías que las intuitivas. La práctica del instrumento estadís
tico enseña necesariamente que se trata de una metodología probada,
fina, o más bien que va afinándose constantemente en el curso del
análisis: lejos de ser un método, un algoritmo perfectamente infalible,
la herramienta estadística suscita constantemente la iniciativa del
investigador, su espíritu crítico, y le permite construir un edificio de
modelos rigurosamente articulados unos sobre otros que se impugnan
entre sí hasta que es elaborada una hipótesis satisfactoria para el
discurso. Como escriben M. Tournier et alii: “Nada más evidente que
la insignificancia de las frecuencias relevadas. Que determinada forma
aparezca tantos o cuantas veces no tiene «en sí» ningún interés. El
interés empieza cuando la frecuencia se hace relativa, específica, cuan
do se conjuga con la repartición o va en contra de ella, cuando con
duce al cálculo de una frecuencia teórica”.37
El segundo tipo de crítica va mucho más lejos y constituye un
cuestionamiento radical. Así, Michel Pécheux dirige dos reproches a
lo que él llama el “cómputo frecuencial”:
1. La estadística lingüística pertenece a una problemática no lin
güística, correspondiente a un “campo teórico presaussureano”, donde
el único concepto tomado de la lingüística es “el de la biunivocidad
de la relación significante/significado, lo cual autoriza a notar la
presencia del mismo contenido de pensamiento cada vez que aparece
el mismo signo”.38 De este modo se borraría la polisemia irreductible
de los lexemas.
2. Esos cómputos “no dan cuenta de la organización del texto,
de las redes de relaciones entre sus elementos [...]. Se obtiene, sí, una
descripción tan fina como se desea, pero se descuidan los efectos de
sentido que constituyen el contenido del texto”.39
37. Des tracts en Mai 1968, p. 24.
38. Analyse automatique du discours, p. 3.
39. Ibíd., p. 4.
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
2. LEXICOLOGIA NO CUANTITATIVA
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
49. Es, por lo demás, una decisión teórica importante integrar o no estas
connotaciones en la definición “sémica” (v. infra) de los lexemas: en caso de
integración pura y simple, la noción de connotación desaparece, o más bien
pierde su carácter equívoco.
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Pero la palabra peuple tiene los mismos entornos que hábitants des cam-
pagnes [habitantes de ios campos]:
le peuple m isérable est vexé par ie prix du bois
[el pueblo] [miserable] [es oprim ido [el precio de la madera]
pauvre por] la m ilice
[pobre] gémit sous [el se rv icio m ilitar]
malheureux [gime bajo] les impdts
[desgraciado] paie [los impuestos]
[paga] ¡es commis
[los funcionarios]
les corvóes
[las prestaciones feudales]
ies droits seigneuriaux
[los derechos señoriales]
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
EL ANALISIS SÉMICO
Una vez extraído un cierto número de relaciones paradigmáticas
y sintagmáticas que permiten construir clases de equivalencia, susti
tutos, asociaciones, antónimos, constelaciones de opuestos, hay que
estructurar esos agrupamientos, de manera de ver sobre qué oposi
ciones semánticas funciona el discurso. Pero no es fácil manipular
signos ‘plenos” para estudiar un sistema de diferencias, de modo que
se busca manipular unidades semánticas más pequeñas, llamadas
semas. Para ello se recurre al análisis sémico o análisis composicional,
una forma de abordar analíticamente el sentido, que se basa en el
principio de una comparación sistemática de un conjunto de signos
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO'
analizar en semas “el” (?) sentido de tales unidades, sino que se vale,
en esos casos, de semas para dar cuenta de manera económica de un
sistema de diferencias en el interior del discurso o del grupo de discur
sos considerado, y no para asignar a los lexemas una significación
fija, independiente de todo discurso, es decir de sus condiciones de
producción. ,
Por lo tanto, se trata en realidad simplemente de construir una
grilla que permita (la lectura de relaciones que no se pueden extraer
por una intuición superficial. En este caso, la referencia a la semántica
lingüística se reduce al mínimo. Obviamente, no es posible criticar
este punto de vista, ya que es una tentativa de poner remedio a las
carencias de la lingüística, de ocupar un espacio aún vacío, pero no
es un ideal que la lingüística o, más precisamente, el análisis del dis
curso suscriban sin reservas. R. Robin, que practica el análisis sémico,
reconoce lúcidamente sus deficiencias:
“Se dirá que nuestros semas no corresponden a unidades mínimas de
significación, que son complejos y susceptibles de mayor reducción. No lo nega
remos . . . Lo que de este modo hemos buscado hacer es descomponer las defini
ciones en unidades reducidas portadoras del máximo de información en un mínimo
de unidades léxicas. A estas unidades reducidas las llamamos semas o rasgos
semánticos, teniendo plena conciencia de que no podemos alcanzar el nivel de
la unidad mínima de significación”.59
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
72
EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
actualizar tales o cuales semas que nunca pueden ser más que virtuales
si se considera el lexema como unidad de la lengua. Hay necesaria
mente una restricción de las posibilidades semánticas del lexema al
utilizarlo en un discurso particular. Puede decirse también que los
sistemas semánticos propios del texto permiten conferir a las palabras
semas “nuevos” o hacer pasar al primer plano semfifc aparentemente
muy marginales. Este fenómeno está lejos de ser privilegio de las
metáforas llamadas “poéticas” y es la ley del funcionamiento de todo
discurso.
Tomemos un ejemplo sencillo. En Las Provinciales, de Pascal, el
amigo del provincial contesta al jesuita que le alaba las ventajas de
una religión acomodadiza: “il y a de grands saints dont la vie a été
extrémement austére” [hay grandes santos cuya vida ha sido extrema
damente austera], y su interlocutor le responde: “il s’est toujours vu
des saints polis et des dévots civilisés” [siempre se han visto santos
corteses y devotos civilizados] .63 La palabra austére “en lengua” podría
ser calificada por un sema como /rechazo de los placeres/, y sobre ese
eje semántico de la aceptación del placer se podría oponer a reláché
[relajado], dissolu [disoluto], etc. Sin embargo, el texto impone otro
eje semántico, imprevisible: el de la “sociabilidad” (común a poli y
civilisé)y que consecuentemente confiere a austére un sema /no socia
bilidad/. Así, austére adquiere el sema opuesto al sema común a poli
y civilisé, en particular un sema /barbarie/. En este estadio del texto,
este último sema es actualizado sólo a medias, y lo es del todo explí
citamente un poco más adelante, cuando el jesuita agrega: “ces moeurs
austéres dont vous parlez sont proprement le caractére dun sauvage
et dun farouche” [esas costumbres austeras de las que usted habla
son propiamente el carácter de un salvaje y un bárbaro]. En realidad,
nosotros simplificamos un tanto la complejidad de estos lexemas, pero
lo que importa aquí es observar que la negación polémica del jesuita
tiene por efecto asociar a /austero/ una constelación sémica original,
basada en las virtualidades de la lengua y no obstante absolutamente
imprevisible a pñori.
Conclusión
La semántica léxica está en una fase de transición. La crítica de
fondo que se dirige a estos enfoques es que solo alcanzan a un aspecto
limitado del funcionamiento de un discurso. Bien afinados, son sin
embargo productivos. Cierto que se les escapan la enunciación, la
retórica, etc. Más profundamente, el vocabulario de un discurso está
condicionado por su tipo, el nivel de lengua en que se sitúa, su desti
63. Edición Gamier, p. 159.
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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EL ENFOQUE LEXICOLÓGICO
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II. EL ENFOQUE “SINTACTICO”
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EL ENFOQUE “SINTÁCTICO ”
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
EL MÉTODO
Se trata de determinar en el texto algunas clases de segmentos
cuya recurrencia se puede caracterizar: se agruparán en una misma
clase los elementos que tienen distribuciones semejantes. Supongamos
que las distribuciones sean idénticas; en ese caso, no hay ninguna
dificultad. En
í los gatos aman los mimos
l las mujeres aman los mimos
se dirá que los gatos y las mujeres son miembros de la misma clase de
equivalencia.
Desgraciadamente, en la mayoría de los casos la identidad de las
distribuciones no permite una reducción que surja del texto: a veces esta
es imposible. Se constituye entonces una cadena de equivalencias: "Dos
partes del enunciado que tienen el mismo entorno en un lugar del texto
son equivalentes en otro lugar en que no tienen el mismo entorno”.
Si, en términos más generales, hay en un texto secuencias AM y
AN, se dirá que M es equivalente a N ( = están en el mismo entorno),
hecho que se representa M = N. Si en el mismo discurso se encuentra
después BM y CN, se dirá que B es equivalente a C puesto que se ha
establecido M = N, y así sucesivamente.
Veamos un ejemplo simple, tomado de Harris mismo:
A M
Aquí las hojas caen a/mediados de otoño
A N
Aquí las hojas caen a/fines de octubre
B M
Los primeros fríos llegan después de/mediados de otoño
7. I b í d p. 11.
8. Ibíd., p. 8.
78
EL ENFOQUE “ SINTÁCTICO ”
C N
Encendemos la calefacción después de/fines de octubre.
Es evidente que la relación de equivalencia representada por el
signo ” no tiene ningún valor de orden semántico. La única finalidad
de estas cadenas de equivalencia es la de construir i¿pa representación
de la estructura del discurso.
A diferencia del análisis distribucional habitual, el análisis del dis
curso opera sobre “una estructura de dos dimensiones” ya que también
es necesario considerar el orden de las oraciones. Conviene pues presen
tar el texto como un cuadro de doble entrada, cuyo eje horizontal repre
senta los elementos que componen las oraciones (es decir, en cada ora
ción las relaciones entre clases de equivalencia), y el eje vertical, las
oraciones sucesivas en su orden de aparición en el discurso. Con el orden
de los elementos que figuran en el eje horizontal es posible tomarse
muchas libertades; en el de los que figuran en el eje vertical, en cambio,
Harris no se permite ninguna intervención, dadas las insuficiencias de la
investigación lingüística en ese campo. El cuadro que resulta correspon
de, pues, a una ‘‘gramática del discurso” y no a una descripción estruc
tural en función de las categorías gramaticales (sustantivo, adjetivo,
etcétera).
EL PROCEDIMIENTO EN DETALLE
79
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
80
EL ENFOQUE “SINTÁCTICO ”
81
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
Se han conservado las relaciones sintácticas entre los morfemas, pero el procedi
miento transformacional ha acrecentado considerablemente la densidad de las
equivalencias.
82
EL ENFOQUE “SINTÁCTICO”
El procedimiento trasformacional
Antes de dar una visión de algunas trasformaciones utilizadas para
maximizar la pertenencia a las clases de equivalencia, debemos precisar
lo que Harris entiende por trasformación. Esta cuestión es extremada
mente compleja, pues el pensamiento de Harris en este campo ha evolu
cionado constantemente, y la escuela de Chomsky ha elaborado una
definición de la trasformación que, si bien fundada históricamente en
la de Harris, se distingue netamente de ella.14 Aquí nos limitaremos a
presentar a grandes rasgos la concepción de Harris en el momento de
sus trabajos en análisis del discurso.
Como hemos visto, Harris elaboró su método de las trasformaciones
para regularizar los discursos, y después lo trabajó considerablemente.
Como su pensamiento sobre el tema ha evolucionado sin cesar, cual
quier presentación de él es un compromiso inestable. Ya vimos desde
qué perspectiva recurría el análisis del discurso a las trasformaciones;
ahora conviene introducir la noción de oración-núcleo. En el conjunto
de las formas de oración (es decir, de las oraciones analizadas en cons
tituyentes; por ejemplo, la flor es linda se analiza en Ni VA), puede
14. Sobre el problema de las relaciones Chomsky-Harris en materia de tras-
formaciones, puede consultarse el artículo de J. C. Milner en Langages 29: “Deux
théories de la transformaron”, así como la Introduction á la grammaire générative
de N. Ruwet (Plon).
83
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
84
EL ENFOQUE “ SINTÁCTICO M
ALGUNAS TRASFORMACIONES
A. Relaciones entre dos formas de oraciones independientes, no en
garzadas:
• Activa/Pasiva:
Es evidentemente la más importante de estas relajones:
FNi ;+ V 4- FN2 => FN2 4- ser 4- V -f PP 4- por ¡~hFNi
Los hombres buscan la felicidad. => La felicidad es buscada por los hombres.
• Trasformación de énfasis:
Consiste en colocar la FN2a la cabeza de la oración.
Buscan la felicidad. => — Es la felicidad lo que buscan.
— La felicidad es lo que buscan
— La felicidad, la buscan.
• Inversión:
Una muchacha apareció. => Apareció una muchacha.
B. Relaciones entre una oración que contiene un sustantivo, y un grupo
sustantivo + modificador de sustantivo:
• FNi -f ser + adj => FNi + adj
Los libros son magníficos. => Libros magníficos. . .
• FN, + V -f Prep + FN2 :=>JFNj 4- Prep -f FN2
Las flores vienen de Francia. =» Flores de Francia. . .
• FN, 4- ser 4- FN2 => FN! 4- FN2
El huelguista es un agitador. => El huelguista, un agitador...
• FN! + V -f FN2 => FNi 4- V 4- sufijo 4- de 4- FN2
Las hormigas devoran las plantas. => Las hormigas devoradorás de plantas. . .
• Con estos casos está vinculada la trasformación relativa, que hace
de dos frases una sola:
( f n , X v ‘ + f n 3 => FN> + <lue '+ V> + FN^ + v * + FN’
Los acaparadores arruinan el país. Los acaparadores, que arruinan
{Los acaparadores ganan dinero. ^ el país, ganan dinero.
85
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
C. Nominalización y completiva:
• La trasformación de nominalización hace de una oración comple
ta la frase nominal incluida en una nueva oración, como FNj
(sujeto) o FN2 (objeto):
{Lanzan el cohete.
(Eso) me agrada. ^ El lanzamient0 del cohete me agrada.
Actúa en favor de los disminuidos. Su acción en favor de los
(Eso) es meritorio. ^ disminuidos es meritoria.
• La completiva, como el infinitivo, trasforma dos oraciones en una
sola, pero conservando las dos su condición de “oraciones”.
( Deseo (algo)
[Llegaremos mañana. =* Deseo que lleguemos mañana.
( Veo (algo)
\ Viene. =* Lo ve0 vemr'
Juzgan: está loco. => Lo juzgan loco.
D. La coordinación:
Los elementos coordinados se colocan en la misma clase de equi
valencia:
_ _ ( Los varones son mortales.
• Los varones yy las mujeres
' son mortales. =¡> <l Las
T mujeres son mortales.
.,
y i i t *
• Los hombres desean y reclaman la paz. =* {í Lo$
Los hombres desean
redam m la lapaz.
paz.
86
EL ENFOQUE “ SINTÁCTICO ”
87
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
cito que permita definir hasta dónde llegan esas tolerancias; el carácter
“formal” (^m ecánico y asemántico) del procedimiento se revela difícil
de mantener.
Michel Pécheux18 descubre una dificultad en cuanto a la posibi
lidad de constituir las clases de equivalencia independientemente de
todo criterio semántico. En efecto, Harris da como ejemplo las dos
equivalencias siguientes:
fines de octubre I los primeros fríos llegan
1 mediados de otoño Y j encendemos la calefacción
La equivalencia no es en los dos casos totalmente del mismo orden.
En E1} se trata (para el hemisferio norte) de una forma de identidad,
mientras que en E2, la relación entre los dos miembros no es “simé
trica”, supone un orden sintagmático (los fríos llegan —por lo tanto—
encendemos la calefacción).
Queda además por definir exactamente el estatus de la trasforma
ción: simple técnica auxiliar que permite maximizar la pertenencia a
las clases de equivalencia, no es en realidad tan inocente, pues “la
reducción de la oración compleja a proposiciones simples neutraliza, en
cierta medida, las relaciones de las proposiciones en el interior de la
oración así como las modulaciones de la sintaxis y de la retórica”.19 A la
trasformación puede dársele otro estatus —relacionado con la teoría
de la enunciación—, que haría de ella una forma voluntariamente dada
al enunciado por el sujeto de enunciación. En otras palabras, habría
que poner en tela de juicio la “inocencia” de los procedimientos trasfor-
macionales, que no deben aparecer como la restitución del sentido claro
que la diversificación gramatical enmascararía.
Es decir que uno de los defectos esenciales del método de Harris,
compartido por otra parte con el conjunto de la problemática del dis-
tribucionalismo, reside en que “opera considerando siempre un texto
como emitido en la misma longitud de onda”. Así pues, a esta metodo
logía le falta una teoría de la “enunciación” (más adelante volveremos
a hablar de ella): ¿el discurso es realmente algo dado, compacto, que
conviene segmentar para extraer de él una estructura? Desde este
punto de vista, no es indiferente que Harris haya analizado un artículo
científico, verdadero caso límite de las estructuras de la enunciación.
Pero, ¿es posible no tener en cuenta al sujeto hablante en la mayoría
de los otros tipos de discursos? La toma en consideración de los ele
mentos discretos solamente, en el marco del distribucionalismo, bloquea
la posibilidad de poner de manifiesto las propiedades no discontinuas
de los procesos de enunciación.
Harris ha estudiado textos de un tipo muy particular —slogans
18. “La sémantique et la coupure saussurienne”, en Langages 24.
19. D. Maldidier y R. Robin, Langage et idéologies.
EL ENFOQUE “SINTÁCTICO ”
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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EL ENFOQUE “SINTÁCTICO ”
UN EJEMPLO DE ANALISIS
R. Robin y D. Maldidier20 estudian un conjunto de Advertencias y de
Edictos de parlamentarios de 1776; sobre 120 páginas de texto, extraen un
conjunto de 700 enunciados. El corpus ha sido definido como homogéneo en
cuanto a sus condiciones de producción. Los autores separan dos conjuntos de
unidades invariantes, en función de dos preguntas: de qué se habla y de quién
se habla. En la obra, sólo se presenta el primer conjunto. Estas unidades —corvée
Tprestación vecinal], imposition [imposición], contribution [contribución] impót
[impuesto], por un lado, y jurandes [veedurías], réglements [reglamentos],
liberté [libertad], sisteme [sistema], por otro— han sido elegidas en razón de su
recurrencia y, evidentemente, a partir de una hipótesis de orden semántico: el
edicto real quiere remplazar la antigua prestación feudal por un impuesto nuevo,
suprimiendo las veedurías para instituir la libertad de trabajo. A estos ocho
términos hay que agregar sus sustitutos (formales o conceptuales).
Intervienen entonces las operaciones de regularización del corpus a través
de las trasformaciones, de manera de constituir en clases de equivalencia el
conjunto de los predicados en una unidad léxica invariante. Los enunciados se
agrupan en dos grandes tipos de estructura sintáctica:
X es Y
X hace que Z,
que la mayoría de las veces son construidos, y no realizados en el texto. Así,
cette heureuse liberté étendra les diverses branches du commerce [esta dichosa
libertad etxenderá las diversas ramas del comercio] se transforma en cette heureuse
liberté jera que les diverses branches du commerce seront étendues [esta dichosa
libertad hará que las diversas ramas del comercio se extiendan].
Todas las unidades léxicas tomadas como invariantes pertenecen a una
misma clase de equivalencia por el juego de los entornos; pero se corre el riesgo
de llegar a una inconsecuencia manifiesta: las palabras de funcionamiento anti
tético se encontrarían en la misma clase. Los autores introducen entonces la distin
ción “empeorado’7 “mejorado’, según el grupo de unidades léxicas sea considerado
favorablemente o no por el locutor. Otra clase, llamada contraclase, permite colo
car los enunciados empeorados en un discurso que habitualmente los mejora: son
20. “Les Parlementaires contre Turgot”, en Langage et idéologies, Les Edi-
tions Ouvriéres, 1974.
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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EL ENFOQUE “SINTÁCTICO”
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
30. Ilusión, recordemos, que tiene el sujeto de estar en el origen del sentido
e ilusión de que puede asociarse un sentido fijo a cada unidad del texto.
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EL ENFOQUE “ SINTÁCTICO ”
EL MÉTODO
a) Primera fase
La primera fase del análisis consiste en construir el corpus en
función de las condiciones de producción dominantes. Las condicio
nes de producción no deben ser consideradas como frenos al funcio
namiento ideal de la lengua, como si existiera una Semántica neutra,
ideal, que pudiera servir de punto de referencia. Muy por el contrario,
lo discursivo debe ser concebido como “un proceso social cuya especi
ficidad reside en el tipo de materialidad de su base, que es la mate
rialidad lingüística”.31
El corpus discursivo se define como el “conjunto de textos de
longitud variable (o secuencias discursivas) que remiten a condiciones
de producción consideradas como estables”. Este corpus se construye
“experimentalmente” (en la actualidad, una de las maneras de ha
cerlo consiste en suscitar, por una puesta en escena experimental, una
situación concreta que instaure “relaciones de ubicación”) o a partir
de “archivos” (textos va realizados). En verdad, el método de AAD
está concebido más bien para textos experimentales (cf. infra) y se
revela mucho menos productivo para textos de archivos “sobreedifi
cados”. Los criterios de construcción del corpus son necesariamente
exteriores al AAD (vinculados con una teoría de las condiciones de
producción), dado que lo discursivo no es reducible a lo lingüístico
ni a la ideología: la lengua no es sino la base sobre la cual se desa
rrollan los procesos discursivos.
b) Segunda fase
Se trata de obtener una representación “desuperficializada” del
corpus discursivo (remitimos el resumen del procedimiento que hace
mos más adelante).
El objeto discursivo es el “resultado de la trasformación de la
superficie lingüística de un discurso concreto en un objeto de conoci
miento (producido por la ciencia lingüística), es decir, en un objeto
lingüísticamente desuperficializado”.32 Esto da lugar a la definición
del proceso discursivo como “resultado de relacionar según reglas obje
tos correspondientes a superficies lingüísticas surgidas de condiciones
de producción estables y homogéneas”.33
La fase de construcción del objeto discursivo hace intervenir a la
lingüística como presupuesto, fase preliminar indispensable, pero sola
mente preliminar. En lo esencial, se inspira en gran medida en Harris:
vuelta a los “enunciados elementales”, articulados entre sí; ya veremos
que los dominios tienen cierta semejanza con las clases de equivalencia
31. Art. cit., p. 23.
32. Ibíd., p. 24.
33. J h íd p. 24.
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EL ENFOQUE “SINTÁCTICO”
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100
EL ENFOQUE “ SINTÁCTICO ”
VS P E
101
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
1
( )
«i
(7)
( 11)
Figura 11
40. Ibíd.
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EL ENFOQUE ‘ SINTÁCTICO ”
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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EL ENFOQUE “ SINTÁCTICO ”
DHD2 (15, 16, 17, 18, 26, 27, 48, 75, 76)
habrá duplicado
i|S - S S X I demográfico
la población mundial i
nosotros *
I
es planificado para 8 M
es de
pasará a
lleva de 3,5 a
I
7 M de
habitantes
individuos
I el año 2000
en 30 años I
DHD3 (13, 46, 86)
acción
gobierno Ji iIcompensar 1 1modificación
disminución id e
Ibienes
Ibienestar |
confort
la elevación por
interesarse por
mejoramiento de Ídesarrollo intelectual y
cultural
Corpus IZQUIERDA
GHD1 (4, 7, 8, 9, 60, 76)
i la política económica se preocupa de I
¿baja del consumo individual j
(asistimos
pe considera
objetivo crecimiento industrial
busca ested1 expansión económico
mantener acrecentamiento demográfico
11 evolución de la población
grave
crucial
eso plantea el problema muy complejo el agotamiento
importante de
el más preocupante materias pri
detener material
la polución
el porvenir la natalidad
leí mundo la supervivencia
la civilización la sociedad
GHD2 (16, 21, 32, 50, 61, 63, 68, 70, 72, 73, 77, 78)
jla población Io'- prevé
mundial iva duplicar
de la tierra pasar al doble
pasar de 3,5 a 7 M i habitantes
sobrepasar los 6 M | de individuos
alcanzar los 7 M
para el año 2000
aQUlI 30 afios
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EL ENFOQUE “SINTÁCTICO”
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LA ENUNCIACIÓN
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
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LA ENUNCIACIÓN
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
A. EL ASPECTO INDICIAL
Émile Benveniste 11 distingue claramente las reglas que fijan las
condiciones sintácticas de aparición de las formas de la lengua, lo que
llama “condiciones de empleo de las formas”, y las “condiciones de
empleo de la lengua”, que surgen de dos universos diferentes. La
enunciación es la “puesta en funcionamiento de la lengua por un acto
individual de utilizaciónV2 la enunciación no es el “habla” (en el
sentido de Saussure), sino que se refiere al “acto mismo de producir
un enunciado y no al texto del enunciado”.13 La enunciación es el acto
por el cual el hablante “moviliza la lengua por su cuenta”, “toma la
lengua por instrumento”, convierte la “lengua” en “discurso”, y se coloca
en posición de hablante por medio de índices específicos (de ahí la
expresión “aspecto indicial del lenguaje”): pronombres personales,
tiempos verbales, etcétera.
La aparición de índices de persona solo se produce por la enuncia-
cit n. Benveniste opone claramente yo y tú, que poseen la marca de
persona, a él, que sólo sirve para representar un invariante no personal.
Así pues, yo/tú tienen un estatus muy notable: son seudosignos lin
güísticos, que solo remiten a la instancia del discurso en que son
producidos. Así, él pertenece a la sintaxis de la lengua, mientras que
yo no remite a otra cosa que a “la persona que enuncia la presente
instancia de discurso que contiene a í/o”, y no puede ser identificado
sino por la instancia de discurso que lo contiene. Del mismo modo, tú
no es sino lo que yo establece como el individuo a quien se dirige
ei: la presente instancia del discurso. En cambio, él, llamado “no-per
sona”. tiene las propiedades siguientes:
1. Combinarse con cualquier referencia de objeto.
2. No remitir reflexivamente a la instancia de discurso.
3. Tener una cantidad de variantes pronominales o demostrativas.
4. No ser compatible con índices como aquí, hoy, etc.14
Ese estatus muv particular de los índices de persona es compar
tido por lo que Benveniste denomina índices de la ostensión. Son
11. Particularmente en el trabajo dedicado a “El hombre en la lengua”, en
Problemas de lingüística general (traducción española: México, Siglo XXI, 1971).
No hablaremos aquí de los trabajos de Román Jakobson sobre los “elementos indi
cíales” que él llama “embragues” (shifters), pero en rigor de verdad los nombres
de Benveniste y Jakobson son indisociables.
12. “L’appareil formel de l’énonciation”, en Langages 17, p. 12.
13. Ibídetn, p. 13.
14. Problemas de lingüística general, p. 177.
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LA ENUNCIACIÓN
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
B) PROBLEMAS DE TIPOLOGÍA
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LA ENUNCIACIÓN
la petite Marie navait pas dormi non plus, mais il ne sut ríen lui dire
pour marquer sa sollicitude” (La Mare au Diable).1*
Todo pasa como si no hubiera narrador: “Aquí no habla nadie:
los acontecimientos parecen contarse por sí mismos. El tiempo funda
mental es el aoristo, que es el tiempo del acontecimiento fuera de la
persona de un narrador”.19 Se comprende mejor el impacto” discur
sivo que constituyen, por ejemplo, los Comentarios de César (en su
traducción, al menos): “César incendió todas las aldeas y todas las
edificaciones, cortó el trigo, y se retiró a la región de los ubios, etc.”.
Teniendo que relatar su conquista. César fija sus actos en lo intem
poral, los arranca de su presente, de la contingencia; al negarse a
escribir yo, sustrae su narración a cualquier toma de partido subjetiva.
El yo autobiográfico del “discurso” se convierte en el él de la “histo
ria”: en el lugar de la figura discursiva del general que narra sus
campañas, se coloca la del historiador imparcial.
A la inversa, el discurso cubre “todos los géneros en que alguien
se dirige a alguien, se enuncia como hablante y organiza lo que dice
en la categoría de la persona”. El “discurso” puede ser tanto escrito
como oral; el discurso puede ocupar en todo momento el lugar de la
“historia”, cuando el autor interviene o hace expresarse a un perso
naje (desde este punto de vista, el estilo indirecto aparece a menudo
como un discurso citado en términos de acontecimientos y traspuesto
en “historia”). El discurso emplea todas las personas del paradigma
verbal: el yo/tú se opone aquí al él, mientras que en la “historia” el
él no se opone a nada. En el discurso son posibles todos los tiempos
verbales, salvo al aoristo: los tiempos esenciales del discurso son el
presente, el futuro y el perfecto (“passé composé”); el imperfecto es
común a los dos, “discurso” e “historia”.
El perfecto no puede remplazar al aoristo sin cambios notables,
pues “el perfecto establece un nexo viviente entre el acontecimiento
pasado y el presente en que tiene lugar su evocación. Es el tiempo del
que relata hechos como testigo, como participante”.19 Con el per
fecto, el acontecimiento narrado se enlaza con nuestro piesente: el
presente del discurso es en efecto el punto de referencia temporal del
perfecto, mientras que el punto de referencia temporal del aoristo es
el acontecimiento narrado en sí mismo. El futuro también está exclui
do, pues es un presente proyectado al porvenir, “implica prescripción,
obligación, certidumbre, que son modalidades subjetivas, no catego
rías históricas”.20 El prospectivo (il allait régner [“iba a reinar”], il
18. “Cuando llegó el día y los sonidos del campo se lo anunciaron, Germán
sacó el rostro de entre las manos y se levantó. Vio que la pequeña María tampoco
había dormido, pero no supo qué decirle para demostrar su solicitud” (N. de la T.).
19. E. Benveniste, op. cit., p. 241.
19 bis. Ibídem, p. 244.
20. Ibídem, p. 245.
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2. LAS MODALIDADES
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LA ENUNCIACIÓN
Modalidades de enunciado
Las modalidades de enunciado son una categoría lingüística mu
cho menos evidente; no se apoyan en la relación hablante/oyente,
sino que caracterizan la manera en que el hablante sitúa el enunciado
en relación con la verdad, la falsedad, la probabilidad, la certidumbre,
la verosimilitud, etc. (modalidades lógicas), o en relación con juicios
apreciativos: lo feliz, lo triste, lo útil, etc. (modalidades apreciativas).
Así, en: Es posible que venga Pablo, es posible constituye la modali
dad lógica, sintácticamente distinta, aquí, de la “proposición básica”
(Pablo venir). En cambio, en Pablo está seguramente allí, la moda
lidad lógica se manifiesta sintácticamente por un adverbio (segura
mente ).
Lo mismo vale para la modalidad apreciativa: se puede distinguir,
por ejemplo, entre Es una suerte que Pablo esté allí y Afortunadamente
Pablo está allí.
En la medida en que una lengua no es de ningún modo un len
guaje lógico, la manera como las modalidades de enunciado se incor
poran a la proposición básica no deja de tener efecto sobre su signi
ficación. Como siempre que se compara lógica y lenguaje, es sorpren
dente la diversidad de recursos de la lengua: así, para la modalidad
de lo posible, nos encontramos con estructuras de frases muy variadas,
que llegan a hacer dudar de la homogeneidad lingüística de esta
modalidad:
a) Es posible que partamos.
b) No es imposible que partamos.
c) Puede que partamos.
d) Quizá partamos.
e) Puede ser que partamos.
f) Nuestra partida es posible.
g) Nuestra partida no es imposible.
h) Podemos partir?2
La equivalencia semántica de estas frases presenta dificultades:
a) y b), f) y g), respectivamente, difieren sutilmente, mientras que
f) y d) son netamente distintas. Según Ducrot, los tipos f) y d) corres
ponden a actitudes distintas en el enunciador: f) afirma una posibili
dad, mientras que en d) el hablante “toma una cierta actitud, que no
es ni afirmación ni rechazo, ante el acontecimiento considerado [...].
La posibilidad es afirmada por f) y representada por d )”.33 Ve aquí
32. Señalemos que la modalidad lógica puede estar implícita, ligada a los
determinantes, a los tiempos verbales, etc. Así, en Tes pére et mere honoreras
[“Honrarás a tu padre y a tu madre”!, la modalidad deobligación está pre
sente, ligada a la estructura de la máxima y al futuro. También puede haber
ambigüedades: Estos vidrios se limpian puede ser interpretado como una posibi
lidad (pueden limpiarse) o una necesidad (deben limpiarse).
33. Op. cit., pp. 66-67,
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LA ENUNCIACIÓN
bras particulares para significar esta distancia: una vez señalada tal
estructura, inmediatamente después se descubre que tiene otra signi
ficación ’.52 Los factores prosódicos (la entonación) constituyen a
menudo, en el código oral, la mejor manera de expresar esta distancia,
y la entonación es un flujo continuo.
La modalización
Ya hemos remitido a este concepto, tomado de Weinreich. Es un
término muy general, puesto que se define como la marca dada por
el sujeto a su enunciado. De hecho, es necesario precisar que se trata
sobre todo de la adhesión del hablante a su propio discurso: adhesión
muy subrayada o no, en disminución o no, etc. Es una curva continua
que el interlocutor debe interpretar: ¿el hablante se adhiere o no a
lo que dice? Esta adhesión se desplaza evidentemente por una escala
continua, y varía a lo largo del discurso. Ciertos adverbios constituyen
evidentemente modalizadores que se pueden detectar con facilidad
(quizá, evidentemente, etc.). Pero la mayoría de las veces las cosas
están lejos de ser tan claras, pues generalmente es la entonación la
que sobrelleva lo esencial del peso de la modalización.Ya nos hemos
referido a las modalidades lógicas y apreciativas, por un lado, y a las
trasformaciones, por otro, que participan en esta modalización. Wein
reich subraya igualmente la importancia de la interferencia de los
niveles de lengua: elementos que provienen de la lengua familiar
insertados en un discurso muy elevado (o viceversa) son inmediata
mente interpretados en tal o cual sentido por el oyente. Weinreich
insiste también en la cuestión de los enunciados referidos que rompen
la homogeneidad del discurso (v. infra).
Los conceptos de transparencia y de opacidad
En el caso de la “trasparencia”, la ambigüedad del texto se elimina
totalmente por el traspaso del sujeto de enunciación del emisor al
receptor. En otras palabras, el receptor se identifica con el sujeto de
enunciación, que se borra, como si fuera el receptor mismo el que
emitiera el discurso. Como ejemplos de trasparencia podrían mencio
narse el libro escolar o los proverbios. A la inversa, la “opacidad”
caracteriza en su punto más alto a la poesía lírica, ya que cada lector
se convierte en sujeto de enunciación “para asumir un enunciado cuyas
modalizaciones se le escapan ”.53 En cierto sentido, puede decirse que
para los dos extremos, discurso lírico y discurso pedagógico, el sujeto
de la enunciación nunca puede señalarse netamente: en un caso, el
discurso es ambiguo, y en el otro, el sujeto de enunciación es anónimo.
Citemos, por ejemplo, la trasparencia de la máxima: “la amistad no es
sino un comercio en el que siempre creemos ganar algo” (La Roche-
f oucauld).
52. Ibídem.
53 Ibídem, p. 106.
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
El concepto de tensión
Este concepto se refiere a la relación que se establece entre el
hablante y su interlocutor, siendo el texto considerado como mediador
de un deseo del hablante, una tentativa de apoderarse del oyente.
¿Cómo detectar una “tensión” semejante? Sobre todo por el estudio del
verbo, particularmente de los tiempos, aspectos y modos. También es
posible hacerlo atendiendo a los determinantes y a los pronombres.
Conviene igualmente dar una gran importancia a étre [“ser”] y avoir
[“haber”], por un lado, y a los auxiliares modales, por otro: vouloir
[“querer”], pouvoir ['poder”], devoir [“deber”]; en el primer caso
(étre, avoir), no hay tensión sino un estado, un efecto, mientras que
en el otro, hay tensión, a cargo de un ‘‘hacer”, de un no-efecto. Señale
mos a propósito de esto que ciertos autores usan el término performa-
tivo para designar a los verbos con los que se intenta imponer un
comportamiento determinado al auditorio, provocar una acción, y que
usan el futuro, el imperativo, el subjuntivo o los modales del tipo
devoir [“deber”], falloir [“haber que”]. Los textos políticos ofrecen
innumerables ejemplos de discurso “tenso”: “II nous faut des mainte-
nant nous unir dans la lutte contre l’inflation et la dépréciation du
franc. J’entends mobiliser lenergie du pays ... Lliomme doit rester
maitre des conquétes de la science ... Nous pouvons tous ensemble
affermir l imité nationale . . Z’.54
Nótese que es el verbo devoir { [“deber” -f infinitivo], que indica
necesidad, el que es factor de tensión, y no el verbo devoir2 [“deber
de” -f infinitivo], que indica probabilidad. No es indiferente comprobar
que la realización de una forma de devoir se interpreta correctamente,
en un sentido o en el otro, la mayoría de las veces gracias a fenómenos
de enunciación. La asunción del enunciado por el hablante es máxima
en devoir{ y mínima en devoir2; devoirx aparece generalmente con je
[“vc”1 v tu | ‘tú”1, los cantificadores absolutos (partout [“en todas
partes”], tout [“todo”], toujours [“siempre”], etc.), el futuro, los adver
bios que indican una fecha precisa, etc.; en cambio, devoir2 está ligado
sobre todo a la no-persona, al aspecto perfectivo, a una reserva del
hablante, etc. Comparemos, por ejemplo, las frases tous les soldats
devront partir le 20 [“todos los soldados deberán partir el 20”] y je
pense quil doit étre arrivé [“pienso que debe de haber llegado”]:55
no hay ninguna dificultad para distinguir devoir{ y devoir2.
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D’aprés X [“Según X”], etc. Son todas marcas por las cuales el discurso
citante introduce una distancia respecto del discurso citado: es evidente
que estas marcas son frecuentemente superfluas, ya que la sintaxis
debe bastar para separar los dos registros; el autor pretende, pues,
reforzar esta separación de manera significativa. La distancia puede
ser máxima (X alia fusquá prétendre que [“X llegó a pretender
que”] . .., X osa dire que [“X osó decir que”] ...), mediana (Si l’on
en croit X [“Si creemos a X”], etc.), débil (Selon X [“Según X”]) o
nula. El distanciamiento puede muy bien lograrse con una sola pa
labra:
distanciamiento
por medio de:
X espere voir son prétendu programme... prétendu
["X espera ver su pretendido programa. .. ”]
X declare que son “programme”... las comillas.
[“X declara que su «programa»...”]
Fenómenos de esta clase son muy significativos y permiten com
parar los distintos discursos según lo que asumen o rechazan, y su
manera de asumir o de rechazar; también según sus silencios (es
decir, según lo que no quieren hacer aparecer en su discurso, ni siquie
ra bajo la forma de un rechazo).
Cuando se considera ahora la función de las citas, hay que tener
en cuenta que estos enunciados referidos tienen estatus diferentes, en
particular según el tipo de discurso. A título indicativo, podemos dar
algunos ejemplos de estos estatus muy diversos:
—La cita-prueba: se introduce una cita en el curso de una argu
mentación, ya sea para refutar, para defender o para sostener un
argumento. Estas citas pueden ser utilizadas en razón de su contenido
o simplemente a causa de su autor. En este caso, se está ante una
“cita-autoridad”, en la que lo único que da peso al contenido intrín
seco es la firma. Estas “autoridades” varían según el discurso de que
se trata: una cita extraída de la Biblia en el discurso teológico cris
tiano, un pensamiento del general de Gaulle para un gaullista, etc.;
la cita está allí solo porque proviene del corpus de los enunciados
emitidos por determinada persona.
— La cita-reliquia: de la misma manera que, para consagrar una
iglesia, se inserta en la piedra del altar la reliquia de un santo, también
hav citas que no tienen otro estatus textual que el de encarnar un
fragmento de “discurso verdadero”, auténtico y, en consecuencia, de
autentificar el discurso citante, de conferirle el sello fundador. Así,
determinado ensayo literario estará salpicado de citas tomadas de la
Antigüedad grecolatina, no para probar determinada cosa, sino para
manifestar su pertenencia a una continuidad discursiva. El caso límite
se alcanza cuando la cita no tiene firma, o ni siquiera fuente atribui-
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cumplir el acto de “criticar” sin usar un verbo performativo explícito, sino sim
plemente empleando ciertas pa’abras que tienen como consecuencia desvalorizar
el objeto de la crítica. Al emplear la lexía compleja socialo-comunistas en lugar
de socialista-comunistas, yo critico e intento hacer que el destinatario participe de
mi agresividad; lo mismo podría decirse de los juegos de palabras despectivos
(cf. Rocard-bespierre, en la revista Minute). Conviene, sin embargo, tener en
cuenta que este acto de crítica no es asignado al neologismo en sí (salvo en el
caso del juego de palabras), sino que es función del tipo de discurso (sin dejar
de considerar enunciador-destinatarios) de que se trata y de la coyuntura.
¿Dónde termina el dominio de la “lingüística” propiamente di
cha? ¿No existen convenciones que rijan el empleo de los enunciados
en las situaciones de discurso y que puedan integrarse a la ‘signifi
cación” de un enunciado, de la misma manera que su sintaxis? ¿Deben
rechazarse, por considerárselas del dominio de lo extralingliístico, o
de la “pragmática”, las convenciones y relaciones sociales? A través de
la oposición perlocutorio/ilocutorio, Austin busca integrar a la lengua
un conjunto de reglas de empleo del discurso sin verse obligado a tomar
en cuenta la sicología de los hablantes, de los oyentes, etc. La dificul
tad alrededor de la cual dan vueltas los lingüistas desde hace algunos
años los lleva a preguntarse si la idea de una significación lingüística
aislada del acto de enunciación es siquiera sostenible y, si lo es, dentro
de qué límites.
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LA PRESUPOSICIÓN
Para aclarar lo que sigue, recordemos la definición lógica de pre
suposición. Se trata de una relación entre proposiciones tal que una
proposición X presupone a una proposición Y, si:
1. X verdadero implica Y verdadero; y
2. X falso implica Y verdadero.
Agreguemos que esta implicación vale igualmente si X se trasforma
en pregunta (de alcance global). Tomemos un ejemplo: cambié de
sombrero presupone que yo tenía ya antes un sombrero; la negación
no cambié de sombrero, al igual que la interrogación ¿cambié de
sombrero? presuponen la misma proposición.
La noción de presuposición proviene del lógico alemán de fines
del siglo xix G. Frege, que hace notar que “cuando se enuncia una
afirmación, se supone siempre sin decirlo que los nombres propios
que figuran en ella, sean simples o compuestos, tienen una denota
ción”.75 Cuando se dice Kepler murió en \la miseria, se “presupone”
que Kepler designa a un individuo que existió realmente, que el nombre
posee un referente, sin que esta presuposición esté contenida explícita
mente en la proposición. Esta proposición solo podrá ser verdadera o
falsa si Kepler tiene un referente. Se trata en este caso de una presupo
sición llamada “existencial”.
Se pueden distinguir 76 presuposiciones existenciales y no existen-
ciales, por un lado, y presuposiciones léxicas y no léxicas, por otro.
Una presuposición es léxica cuando proviene del sentido de una
unidad léxica. En la frase: Pablo se rehúsa a dormir, se presupone
que se le ha pedido a Pablo que duerma, presuposición salida direc
tamente del sentido de rehúsa.
75. “Sinn und Bedeutung”, Zeitschrift für Philosophie und philosophische
Kritik, 1892, pp. 25-50 (traducción francesa: “Sens et dénotation”, Écrits logiques
et philosophiques, Seuil, 1971, p. 115).
76. Adoptamos aquí la clasificación de F. Kiefer, 1971 (traducción fran
cesa: Essais de sémantique générale, Mame, 1974), aunque somos conscientes de
que se presta a críticas.
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4. LAS “UBICACIONES”
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{
IA(A ): un especialista
IaCB): un especialista ^
Ib(B): un especialista u
IB(A): un especialista
Pero raramente son las cosas tan fáciles; con mucha frecuencia
hay que justificar un estatus para tomar la palabra en determinadas
circunstancias. Esta armonización de las formaciones imaginarias es un
punto esencial para todo el desarrollo de la argumentación. El hecho
de estar habilitado para tomar la palabra es función de las opiniones
dominantes en el auditorio. Recíprocamente, el orador busca construirse
un auditorio adaptado; por ejemplo, un determinado candidato a la
presidencia no necesita dar un estatus al auditorio (son electores) pero
debe conferirse uno a sí mismo para estar acreditado ante los electores:
la opinión quiere que el que ocupa el lugar de candidato a la presi
dencia sea un hombre político; si no lo es, su discurso correrá el riesgo
de no ser recibido. Así pues, el candidato tiene dos soluciones: a) dar
pruebas de su capacidad política; b) conferirse un estatus diferente
(trabajador, ciudadano, etc.). Además, los oradores intentan construirse
una situación de comunicación en que las formaciones imaginarias
creen un acuerdo favorable; así, A no será un candidato que se dirige
a electores, sino un ‘‘hombre sincero” que se dirige a “hombres sinceros”,
de manera de superar la imagen de ambicioso que supone que B tiene
de A. Ahora bien, según se inscriba en la formación imaginaria del
hombre competente, del profesor, del patriota, del demócrata, etc.,
organizará en consecuencia el conjunto de su discurso: los argumentos,
las citas, las alusiones, etc., dependerán de eso.
El lingüista alemán W. Kummer, en un texto que analiza, muestra
que un diputado de la República Democrática Alemana, que debía dar
su opinión sobre un proyecto de ley en representación de un partido,
tenía diferentes roles ante el parlamento. Antes de subir a la tribuna,
es anunciado como portavoz de su partido. Una vez en la tribuna, sus
tituye esa “ubicación” y las formaciones imaginarias correspondientes por
otras (hablo en tanto que trabajador agrícola, en tanto que presidente
de una granja de 400 hectáreas...) ; al mismo tiempo, cambia las for
maciones imaginarias ligadas al auditorio, al dirigirse tan pronto al
parlamento, tan pronto a los agricultores, a los ciudadanos del país,
etc. Kummer concluye de esto que “el auditorio de la argumentación
es un grupo de referencia que cambia según los diferentes momentos
de la argumentación, y el orador asume diversos roles durante el
discurso. Los oyentes son en cada caso un grupo del cual él se consi
dera a sí mismo como un miembro”.104 De esta manera se superponen a
104. Textsorten, Athenaum - Skripten Linguistik, Athenaum Verlag, 1972.
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CONCLUSIÓN
La problemática de la enunciación es extremadamente inestable:
a falta de una teoría del discurso digna de ese nombre, uno está ten
118. Arf. cit., p. 112.
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IV. A PROPÓSITO DE LA GRAMATICA DE TEXTO
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A PROPÓSITO DE LA GRAMÁTICA DE TEXTO
Un diferendo significativo
El diferendo que ha enfrentado a E. Verón y S. Fisher con el AAD
de Michel Pécheux es muy significativo.1 Estos dos autores se toman
en particular del carácter que ellos juzgan reductor (“aun desfigura-
dor”) de la descomposición de la superficie en enunciados elementales
canónicos tal como la practica el AAD. ¿
1. La normalización puramente sintáctica del texto da como resul
tado la manipulación semántica del texto sin saberlo. Ahora bien, nada
prueba que los elementos que esta normalización trasforma o elimina
no tengan importancia; ¿basta conservar intactos los sustantivos, ver
bos y adjetivos?
2. El texto se convierte, después de la normalización, en una super
ficie uniforme: se mandan a la primera columna voz, tiempo, moda
lidad, modo, con lo cual el investigador se impide cualquier estudio
de las relaciones entre lo presentado y lo presupuesto, cualquier teori
zación de lo discursivo. Pero la ideología opera tanto en los fenómenos
de presuposición como en el contenido de los lexemas.
3. No se toman en consideración la estructura global, las leyes de
desarrollo de los textos. Es necesario, pues, introducir un estudio de la
argumentación, basado en el señalamiento de los operadores de enca
denamiento en el discurso.
La conclusión de Fisher y Verón refleja bien estas preocupaciones:
“El análisis que acabamos de presentar [. . .1 quería señalar la posibilidad
de preparar un trabajo sobre lo discursivo que consistiera en la marcación de ope
raciones semánticas [. . .], estas operaciones son operaciones discursivas. No vemos,
pues, razón de postular que ellas tienen lugar dentro de los límites de la oración,
definida como unidad, sea en superficie, sea al nivel profundo. En segundo lugar,
un mismo indicador en superficie (una, es por eso q ue. . . , etc.) puede implicar
operaciones diferentes, y eso depende, justamente, del contexto argumentativo dado
por el discurso que lo rodea [...]. En tercer lugar, estas operaciones no son indi
ferentes a las restricciones «externas»; no se trata de analizar «el discurso» en
general, una sistematización de los conocimientos que concierna a la naturaleza del
(o al tipo de) discurso implicado en un caso particular puede ayudar ampliamente
al señalamiento mismo de las operaciones [la bastardilla es nuestra].” 2
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atacado, este aúlla, no se puede remplazar este por un perro sin cambiar
el sentido de la oración. El este tiene aquí más bien una función de
identificación, de índice.
El anafórico puede retomar unidades lingüísticas más extensas.
Ej.: Ama a su hermana con locura. Eso es desagradable.
Se habla también de “correferencia” cuando, en el mismo universo
de discurso, varias unidades lingüísticas tienen el mismo referente.
Los problemas que provocan las anáforas ponen en juego fenómenos
semánticos y sintácticos complejos. En efecto, se puede anaforizar un
sustantivo por otro (v. infra el ejemplo: B.B. está sola ... La actriz ha
abandonado su residencia, donde la actriz es una anáfora de B.B.), pero
también retomar una oración entera, o una sucesión de oraciones, por un
sustantivo: así, en lugar de la anaforización por eso en Ama a su
hermana con locura. Eso es desagradable, se podría tener esa pasión,
esa perversión, ese afecto, que son tanto golpes de fuerza discursivos
con respecto al destinatario, como factores de cohesión textual. En
efecto, bajo la apariencia de una simple anáfora se descubre fácilmente
una proposición enmascarada: “amar a la propia hermana con locura
es una perversión”. La repetición encubre el carácter nuevo y de ningún
modo evidente de tal proposición: una vez establecida esa anáfora,
ella permite orientar el texto en otras direcciones. En efecto, si se
elige anaforizar con afecto, la oración siguiente parecerá la expresión
del buen sentido: Un afecto semejante, si bien a veces es excesivo, es
en sí una cosa buena. Pero esta otra también parecerá evidente: Me
sorprende una perversión semejante en un muchacho que me parecía
equilibrado. En otras palabras, la anaforización introduce la posibilidad
de volver aceptable tal o cual afirmación. Obviamente, son las restric
ciones discursivas las que regulan este género de fenómenos: según el
tipo de discurso, según las elecciones (políticas, filosóficas, etc.) opera
das por el discurso, será posible o no determinada anaforización. Las
mismas observaciones pueden hacerse con respecto a las anáforas de
sustantivo: el comando palestino puede anaforizarse con esos asesinos
(rechazo), los combatientes revolucionarios (valor “mejorativo”), ese
grupúsculo de extremistas (rechazo moderado), etc. Así, la significación
de esas anáforas no puede ser correctamente desentrañada si no se toma
en consideración el discurso en que se insertan.
Estos fenómenos de anaforización son múltiples y omnipresentes en las rela
ciones interoracionales: a ellos se debe en gran medida la constitución de la trama
coherente que asegura la unidad de los textos. Es por eso que el lingüista alemán
Isenberg 8 ha construido una lista de “marcadores referenciales”, de “rasgos” afec
tados a ciertos signos del discurso para mostrar de qué modo cumplen su función
de referencia en el texto.
[± n] = es la primera vez que en el texto considerado se hace referencia
al objeto afectado por este marcador.
8. Überlegungen zur Texttheorie [Reflexiones sobre teoría del texto], 1968,
bibliografía de Langages 26, A.8.
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11. “El «informe Méraud» aborda muchos otros asuntos, tales como la
reducción de la escala de salarios, la modificación del sistema actual de asignación
de las diferentes prestaciones sociales. Su monto sería calculado en función de
las rentas de los beneficiarios. Lo mismo resultaría para ciertos impuestos. La
aplicación de esas propuestas supone que se ha llegado a fijar los elementos a
partir de los cuales serían adoptadas medidas de redistribución y de compensa*
ción.” (N. de la T.)
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COHFRENCIA TEXTUAL
Este problema de la “coherencia” está evidentemente en el centro
de toda la reflexión sobre el texto: ¿no sería la coherencia para el texto
el concepto equivalente al de “gramaticalidad” para la oración? Se habla
así de “texto bien construido” como de “oración bien construida”. Para
muchos, esta identificación no constituye un problema: “El término
textualidad es análogo al término gramaticalidad en una gramática de
oración, es por lo tanto un concepto lingüístico”.14
El problema de la “coherencia” textual es abordado, por ejemplo,
por I. Bellert,15 que define así un texto “coherente”:
“una secuencia de oraciones O,, 0 2...........On tal que la interpretación semántica de
cada oración Oí (para 2 < i < n) depende de la interpretación de la secuencia
O í...........Ot—1” o, dicho en términos más sencillos, que la interpretación correcta
de una oración de un discurso depende del contexto precedente.
Bellert habla aquí de un texto idealizado, es decir sin digresio
nes, que tenga un hilo continuo, etc. Define la “interpretación semán
tica” de una oración como el conjunto de las inferencias ( = consecuen
cias) que pueden ser extraídas de esa oración. Esas inferencias pueden
hacerse por las reglas de la lengua, pero también en función de un
cierto conocimiento del mundo (en el sentido más amplio) que tiene
el receptor.
Una condición necesaria (pero no suficiente) para la coherencia
de textos reside, esquemáticamente, en el hecho de la repetición: la
estructura lógico-semántica de cada oración es tal que al menos un ítem
léxico contenido en ella, o al menos tina proposición que pueda ser
inferida de ella, se encuentra también en las frases precedentes; estas
inferencias deben ser consideradas como lazos que aseguran la inter
pretación de un texto coherente.
Veamos el ejemplo siguiente:
12. Poetics N9 5, pp. 29-30.
13. Art. cit., p. 31.
14. Janos S. Petófi, Folia lingüistica V (1971), p. 284.
15. “On a condition for the coherence of texts”, Semiótica II, 4, 1970.
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2. LA ARGUMENTACIÓN
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entonces necesita tal producto). Los autores ven en esto una ley gene
ral del discurso: el destinatario tiene tendencia a creer que se le
comunica un máximo de información y hace de si un si y solo si.
De hecho, es imposible disociar el giro sintáctico utilizado del
contenido mismo de cada mensaje publicitario. Comparemos, por
ejemplo, 2) y 6), que se oponen claramente, aun despojados de sus
contextos. El adjetivo calificativo opérationnel, con tgjdo lo que supone
de eficiencia “científica”, remite a la figura discursiva de un enun
ciador infalible y eficaz: de allí un mensaje lapidario, unívoco, que no
deja lugar a dudas (todo X es Y). En cambio, en 6), se ve fácilmente
que simple es polivalente: tiene una función lógica, la de expresar la
condición suficiente (basta Récital para...), pero conserva su valor
semántico (simplicidad) y toda la carga eufórica que éste conlleva
(naturalidad, pureza, etc.); además, un simple + sustantivo (cf. un
simple soldat [un simple soldado], un simple particulier [un simple
particular], etc.), según el Dictionnaire du frangais contemporain,
significa: “que es solamente lo que indica el nombre”, contraste entre
esta simplicidad y la amplitud del resultado (hacer vivir el castaño).
Hay pues, a la vez e indisolublemente, valor lógico, euforia semántica
(vinculada con la relación codificada simplicidad/vida) y argumento
de eficacia; en este aviso, la posición de un enunciador modesto, bo
rroso, que se excluye del mensaje para no dejar subsistir más que dos
realidades —usted (o más bien sus cabellos) y Récital—, es todo lo con
trario de 2), que excluía el usted del mensaje para poner delante,
agresivamente, al enunciador. No es difícil desentrañar una organiza
ción lógica en el discurso publicitario (consistente en una trivial
implicación), pero este rasgo específico, y fundamental, no alcanza
al funcionamiento efectivo del mensaje publicitario, en el cual la
función puramente referencial, informativa, es tan indispensable como
secundaria.
Si, a la inversa, se parte de un discurso particular y se intenta
desentrañar su estructura argumentativa, se encuentran idénticas difi
cultades. M. J. Borel y G. Vignaux hablan de “atravesar la superficie
lingüística hacia la organización de los contenidos” (organización ar
gumentativa—D. M.) ;24 esta fórmula presenta problemas desde el mo
mento en que se trata de análisis del discurso. Está perfectamente
justificada cuando se estudia en sí misma la estructura del razona
miento natural, pero es equívoca cuando se estudia un discurso par
ticular. No basta construir una armazón lógica, es necesario estudiar
su función en el discurso. En otras palabras, el análisis lógico no
permite alcanzar una mítica “esencia” del discurso que quedaría oculta
por la variedad superficial de las estructuras lingüísticas: este es sólo
un nivel de análisis, integrado en una explicación “globalizante”.
Consideremos, por ejemplo, el análisis que hacen Borel y Vignaux
de este muy breve texto de Georges Pompidou: “Cette histoire est
24. Langtte FranCaise 12, p. 68.
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3. ESTRUCTURAS NARRATIVAS
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O O O O O O O
a b c d e f g
Ese árbol podría corresponder a la siguiente redacción escolar que analiza
Isenberg:
—Orientación:
a) Hace tres años, salí a pasear con mi hermano.
b) Vagabundeábamos por las calles de Leipzig y no prestábamos atención
al tránsito.
—Complicación:
c) De repente mi hermano me tiró a un costado.
—Evaluación:
d) En una esquina, habíamos querido cruzar sin prestar atención.
e) El semáforo estaba en verde.
—Resolución:
f) Mi hermano y yo igual llegamos a tiempo a la otra vereda.
— Moraleja:
g) Desde ese día, nunca cruzo la calle cuando el semáforo está en verde.
Para el análisis del discurso se trata de un fenómeno esencial:
como la argumentación, la narración se presenta como un encadena
miento de actos finalizado, cuyas articulaciones mantienen relaciones
elementales codificadas. En otras palabras, esta macroestructuración
narrativa organiza las microestructuras lingüísticas. Surgen dificulta
des: qué reglas enlazan estos dos niveles de organización, cómo con
cebir las relaciones entre esta “gramática narrativa” y las gramáticas
lingüísticas (comprendidas en ellas las gramáticas “textuales”). Se
habla, en efecto, comúnmente de “sintaxis narrativa”, de “proposición
narrativa”, de “actantes”. La homología entre las dos gramáticas es
aun más clara cuando se trata de una gramática lingüística sintáctico-
semántica del tipo de la de Fillmore; se sabe que A. J. Greimas ha
tomado de la sintaxis, para su teoría narrativa, el concepto de
“actantes”; del mismo modo, la gramática de los casos emplea los
192
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MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
Proposiciones narrativas
________ I______________
I-----— subordinadas
independientes
i____
I— 1— ! I-----
simultáneas sucesivas simultáneas sucesivas
( simul) (post)
lógicas físicas lógicas físicas
(vel) (conte- (impli- (causalidad)
nido) cación)
causa causa
positiva negativa
(medio) (obstáculo) 36
Las proposiciones independientes son las que sólo pueden ser
ordenadas cronológicamente. La relación de subordinación tiene un
carácter “lógico” (cuando, por ejemplo, una proposición implica a otra)
o "físico” (cuando un acontecimiento es causa de otro, por ejemplo).
En cuanto a la causalidad, la causa puede ser, para un personaje,
medio de cumplir un fin (el efecto) u obstáculo para realizar ese fin
(el efecto es el fracaso). Es imposible entrar en detalles; veamos sólo
un ejemplo:37 la fábula de La Fontaine Febo y Bóreas (VI, 3).
sintaxis proceso oración volición agente paciente
Propo — degradación act. vol. Bóreas viajero
sición 1 obstáculo
degradación: protección act. vol. viajero viajero
término
protección: protección ef. vol. viajero viajero
efecto
protección: degradación ef. vol. Bóreas viajero
El agente (Bóreas) acomete la empresa de infligir a otro (el
viajero) una degradación de su suerte (proposición 1). Bóreas choca
con la obstrucción del otro (obstáculo), que acomete la empresa de
protegerse y logra protegerse. Bóreas fracasa (ef.) así involuntaria
mente (vol.) en esta empresa de degradación. Hay que enfrentarse,
pues, con un léxico y una sintaxis, sintaxis de doble nivel (el de la
proposición elemental y el de las relaciones entre proposiciones).
Las reflexiones sobre la gramática de texto y la gramática narra
tiva están estrechamente ligadas, y es también en el mismo marco, el
36. Ibíd., p. 321.
37. Ibíd., p. 318.
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41. Ibídem.
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CONCLUSIÓN
Pese a que el hecho de superar los límites de la oración debería
conducir a una tentativa de articular las estructuras trasoracionales
con las condiciones de producción del discurso, parece que la “gra
mática de texto”, sucumbiendo a la fascinación que ejerce el forma
lismo, corre el riesgo de encerrar la discursividad en una verdadera
torre de marfil logicista y de caer en el vacío. Evidentemente, no es
agregando una “ejecución” a la “competencia textual” como puede
esperarse resolver las dificultades del análisis del discurso. No es sino
restablecer, una vez más, la oposición entre lo que corresponde ai
sistema, a la necesidad, y lo que es contingente, histórico, retórico,
etc. Estas perspectivas permiten destacar ciertos aspectos propiamente
lingüísticos de la textualidad (coherencia, correferencia, etc.), lo cual
constituye ya un aporte importante. En efecto, no es posible ignorar
las reglas de funcionamiento de un discurso (en los niveles macroes-
tructural y microestructural); pretender estudiar la constitución de
la significación en un discurso sin una teoría de la dependencia con-
textual sigue siendo un callejón sin salida. El peso y el carácter cid hoc
del aparato formal desplegado para construir estas “gramáticas tex
tuales” no deben provocar como respuesta una confianza inmoderada
en las virtudes de una pragmática ecléctica, que nunca es más que un
mal menor.
En este momento la lingüística se encuentra en una fase de gran
confusión, ya que se pone en duda el trazado de sus límites: la fron
tera entre sintaxis v semántica es cuestionada, particularmente por
la “semántica generativa”;55 el reciente desarrollo de “pragmáticas” 56
55. Recordamos que este es el nombre dado a un conjunto de propuestas
teóricas de autores como Mac Cawley, L a k o ff, Bach, P. Postal y otros que, a
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A PROPÓSITO DE LA GRAMÁTICA DE TEXTO
201
CONCLUSIÓN
202
CONCLUSIÓN
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204
BIBLIOGRAFÍA
Esta muy sucinta bibliografía procura ante todo ser utilizable y menciona
fundamentalmente obras accesibles. Es un instrumento de trabajo elemental, pero
esperamos que eficaz. La clasificación se hace por materias, y no por autores, para
i facilitar la búsqueda. tf
EL ANÁLISIS LEXICOMÉTRICO
a) Escuela Normal Superior de Saint-Cloud
La obra de referencia:
Des tracts en Mai 1968, mesures de vocabulaire et de contenu, Armand Colin,
: 1975.
Un resumen en “Quelques groupes poli tiques en Mai 1968: recherches lexicomé-
triques*, en J. C h a r lo t , Les partís politiques, Armand Colin, 1971.
Más particularmente:
—Sobre las coocurrencias:
“Analyse lexicométrique des co-occurrences et formalisation”, en Les applications
de Vinformatique aux textes philosophiques, Documentation CNRS, pp. 8-23
(coloquio 1970), A. G e f f r o y , M. T o u r n ie r , P. L a fo n .
—Sobre las correlaciones:
Le vocabulaire des pétitions ouvriéres en 1848: Etudes des parentages statistiques,
por M. T o u r n ie r , en R. R ob ín , pp. 261 ss.
—Sobre la programación (tratamiento de los datos):
P. L a fo n , “Un programme d’indexation pour mini-ordinateur”, en Informatique et
Sciences Humaines Nv 8, octubre de 1970.
b) Sobre el análisis factorial:
J. C. B e n z e c r i, Analyse des données, Dunod, 1973.
A. P r o s t, Vocabulaire des proclamations électorales de 1881-1885-1889, P.U.F.,
1974.
LEXICOLOGIA
H. B r e k le , Sémantique, Armand Colin, 1974.
S. D e l e s a l l e y L. V a l e n si, “Le mot négre dans les dictionnaires fran^ais d’Ancien
régime; histoire et lexicographie”, Langue Frangaise 15.
J. D u b o is, Le vocabulaire social et politique en France de 1869 á 1872, Larousse,
1962.
A. J. G re im a s, Sémantique structurale, Larousse, 1966; traducción española: La se
mántica estructural, Madrid, Gredos, 1971.
J. L y o n s, Linguistique générale, Larousse, 1970; traducción española del original
inglés: Introducción en la lingüística teórica, Barcelona, Teide, 1971.
G. M ou n in , Clefs pour la sémantique, Seghers 1972; traducción espoñola: Clave»
para la semántica, Barcelona, Anagrama, 1974.
205
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
Revistas
Langages 1, número dirigido por T. T odorov : “Recherches sémantiques”; traduc
ción española: Investigaciones semánticas, Buenos Aires, Nueva Visión, 1975.
Langue Frangaise 2, número dirigido por L. G u il b e r t : “Le lexique”.
Langue Frangaise 4, número dirigido por A. ReTy: “La sémantique”.
La revista Cahiers de Lexicologie, dirigida por B. Q que aparece desde
u e m a d a ,
EL ANÁLISIS HARRISIANO
a) De Z. 'Harris, sobre el análisis del discurso:
Discourse analysis; traducción francesa por F. D u b o is -C h a r l ie r , en Langages 13.
Discourse analysis reprints, 1963 (“Papers on Formal Linguistics” 2), p. 20.
Las páginas dedicadas al discurso en Mathematical structures of language, 1967;
traducción francesa por C. F u c h s , Structures mathématiques du langage,
Dunod, 1971, pp. 165-170.
b) De Z. Harris, sobre el distribucionalismo y la teoría trasformacional:
From morpheme to utterance, 1956, Language 22; traducción francesa en Lan
gages 9.
Distributional structure, 1954, Word 10; traducción francesa en Langages 20.
Mathematical structures of language, 1968; traducción francesa: Structures mathé
matiques du langage, Dunod, 1971.
c) Presentación de este método en Francia:
R. R o b ín , Histoire et linguistique, pp. 159-184.
N. Ruwet, Introduction á la grammaire générative, pp. 233-246.
G. P rovost -C h a u v e a u , “Problémes théoriques et méthodologiques en analyse du
discours”, en Langue Frangaise 9, pp. 12-17.
J. D u e o is , “Lexicologie et analyse d enoncé”, Cahiers de Lexicologie 15, 1969, II.
J .D “L’analyse du discours”, prólogo al libro de J.-B.
u b o is , M Le Con-
a r c e l l e s i ,
d’aprés six quotidiens parisiens, tesis de tercer ciclo, Nanterre, 1971 (dac
tilografiada).
G. P rovost -C h a u v e a u , “Approche du discours politique, «socialisme» et «socia-
liste-» chez Jaurés”, Langages 13, marzo de 1969.
Sobre el discurso político de Jaurés, en 1974 se presentó una tesis en la
Universidad de París X: Analyse du discours jauressien.
J.-B. M Le Congrés de Tours (diciembre de 1920 ,estudios sociolin-
a r c e l l e s i ,
206
BIBLIOGRAFÍA
207
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
208
BIBLIOGRAFÍA
LA ARGUMENTACIÓN
A r ist ó te les , Tópicos.
A r ist ó te les , Retórica.
R. B a r t h e s , “L’ancienne Rhétorique”, Communications 16.
Y. B l u m y J. B r isso n , “Implication et publicité”, Langue Frangaise 12.
M. J. B o r e l y G. V ig n a u x , “Stratégies discursives et aspects logiques de la argu
mentaron” Langue Frangaise 12.
O. D uc ro t , La preuve et le dire, Jean-Pierre Delarge ed., Mame, 1973 (compila
ción de artículos).
O. D u c r o t , “ á propos de la deuxiéme Provinciale”, Langue Frangaise 12.
O. D ucrot y J. D e p r e sl e , “Analyse logique d’un texte de Montesquieu sur l’es-
clavage”, Langue Frangaise 12.
J.-B. G rize , Logique I. II, Gauthier-Villars, 1969.
A. K ib e d i -V a r g e , Rhétorique et littérature, Didier, 1970.
G. P e r e l m a n , O l b r e c h t s -T y t e c a , La Nouvelle Rhétorique, P.U.F., 1958.
ANÁLISIS DEL RELATO
R. B a r t h e s , “Introduction á l’analyse structurale des récits”, Communications 8;
traducción española: Introducción al análisis estructural de los relatos, Buenos
Aires, Tiempo Contemporáneo, 1973.
209
MÉTODOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
210
ÍNDICE DE TERMINOS
A D
acto de lenguaje 145 s. denotación 58-60
afinidad léxica 35 denotativa (función—) 122
amplitud de una vecindad 38 descripción definida 154, 179
amplitud general 38 diacrónica (interferencia—) 137
anáfora 173, 174 diafásica (interferencia—) 137
análisis automático del discurso 95 s. diastrática (interferencia—) 137
análisis de contenido 12, 13 diatópica (interferencia—) 137
análisis factorial de las discurso 9, 10, 11, 15 s., 24,
correspondencias 44 s. 25, 77, 95, 118, 119
análisis sémico 69 discurso directo ' 139, 140
antonimia 65 discurso indirecto 139, 140
archisemema 72 dislocación 129, 130
argumentación 163, 182 s. disponibilidad contextual 41
asociaciones 67 “dispositio” 189-190
atracción 37 distancia 134, 141, 142
distancias reducidas
B (procedimiento de las—) 34
“bouclage” (cerramiento) 38 distribucionalismo 11, 14, 65, 76 s.
dominio 97, 104
C E
campo semántico 56, 57 enmascaramiento 158, 159
casos (gramática de los— ) 165-167 emotiva (función—) 122
cerramiento (“bouclage”) 38 empleo 58
cima pendiente 38 enunciación 11, 16, 17, 25,
circularidad (“cyclage”) 38 112 s., 167
circunstancias de enunciado 16, 20
comunicación 148, 157 enunciado elemental 100
cita 142-144 enunciado referido 138-144
clase de equivalencia 78 estadística léxica 29-54
coeficiente de repetición 32-33 estructuralismo 13, 76, 113,
coeficiente de vecindad 36 114, 115, 171
cofrecuencia observada 36 estructura profunda textual 198, 199
cofrecuencia teórica 36
coherencia textual 87, 153, 177-180 F
cohesión (índice de— ) 35 factor 46
competencia/ejecución 14, 114, 176 fática (función—) 122
conativa (función—) 122 formación discursiva 19, 95
condiciones de formación ideológica 95
producción 18, 95, 157 formación imaginaria 161, 162
conformidad léxica 44 frecuencia 31, 52
connivencia 157, 159 funciones del lenguaje 122, 123, 124
connotación/denotación 58-60 funciones narrativas 191 s.
constelaciones 66 G
coocurrencia 31, 36 gramática generativa 14, 84, 113,
correferencia 174 114, 115, 176
cuasitrasformación. 86 gramática narrativa
“cyclage (circularidad) 38 (ver narratividad)
211,
H
habla (lengua/discurso) 9, 10, 12 participante 167
15-16, 19, 114 pasivacion 130, 131, 132
hiperdominio 108 performativo 135, 145
hiponimia 66 perlocutorio (acto—) 147
hipótesis nula 31 personas del verbo 118, 119
historia/discurso 118-121 poética (función—) 123
homcnimia 67 polo 36
I polo de aglutinación 42
identidades 66 posición ideológica
¡locutorio (acto—) 146 s., 183 (práctica discursiva) 160
implicación 183, 184, 185, 186 posición ideológica
implícito 152 s. (pragmática) 112 s.
índice de particularidad 34 pozos 38
indicial (aspecto—) 116 presuposición 151 s., 162
indirecto (discurso—) 139, 140 proceso discursivo 96, 97
interferencia léxica 137 proximidad (índice de—) 36
intertexto 20, 22, 63, 64, punto de conexión 38
139, 140, 141
ítem 30 R
rechazo (marcas de—) 141, 142
lengua/habla/discurso 9, 10, 21, reglas normativas/constitutivas 149
24, 60, 114 relato 117, 191 s.
lematización 30 rema 128
lexicograma 37 repetitividad 44
lexicología 55-75 retórica 162, 163, 183, 189, 190
lexicometría 29-54 rol 164, 165, 193
locutorio (acto—) 147
longitud 44
lugar retórico 188 sema 69, 70, 71, 72, 73
M sema contextual 70
semema 70
macroestructural (nivel—) 180, 181 sentido 17, 18
metalingüística (función—) 123 significación 17, 18
modalidad apreciativa 127 simétrica (sustitución—) 104, 105
modalidad de enunciación 115, 126 simulación 158, 159
mod tlid^d de enunciado 126, 127 sinonimia 66
modalidad de mensaje 115, 126, 128
modalidad enunciativa 160
modalidad lógica 127 tema/rema 128
modalización 125, 135 tensión 135
N texto 13, 20, 74, 93
10-11, 191 s., 197 texto (gramática de—) 169 s.
narratividad tiempos verbales 118 s., 176
neologismo 148 tipología de los discursos 63, 118, 124
norma intrínseca 30 trasformación 80, 83-87, 129,
núcleo sémico 71 130, 131, 132, 133
trasparencia 135
ocurrencia ligada 79 U
opacidad 135 ‘ubicación’ 157
oposición 65
oración básica 90, 92
oración núcleo 84
oración/texto 24, 25, 171, 172, valor 55, 56, 188
173, 174, 175, 176 virtualidad 72
original (vocabulario—) 34 vocabulario 33
212
ÍNDICE
Introducción 7
Situación del análisis del discurso 9
Polisemia del término “discurso” 15
Problemas metodológicos 21
LOS ENFOQUES DEL DISCURSO
I. El enfoque lexicológico 29
1. La Lexicometría 29
A) Las investigaciones lexicométricas del laboratorio de
lexicología política de la Escuela Normal Superior
de Saint Cloud 29
B) A propósito del análisis factorial de lascorrespondencias 44
2. Lexicología no cuantitativa 55
II. El enfoque sintáctico 76
1. El análisis del discurso de Z. S. Harris 76
2. El análisis harrisiano en sentido lato 90
3. El “análisis automático del discurso” 95
III. La enunciación 112
1. El aspecto indicial; problemas de tipología 116
2. Las modalidades 125
3. Los actos de lenguaje 145
4. Las “ubicaciones” 157
IV. A propósito de la gramática de texto 169
1. Una laguna grave para el análisis del discurso 170
2. La argumentación 182
3. Estructuras narrativas 191
4. Sobre la “gramática de texto”: algunas observaciones críticas 197
Conclusión 202
Bibliografía 205
Impreso en los Talleres Gráficos Color Efe, Paso 192, Avella
neda, provincia de Buenos Aires, en enero de 1989.