Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3
Lila jacarandá
Jesús Ursagasti
Poeta boliviano
No te gustaba Neruda
ni siquiera
“eras la boina gris
y el corazón en calma”
vi entonces
en tus ojos
la llama inconquistada
de que hablaba Pound
al atardecer en un valle
de sauces y molles
y el lila jacarandá
en una plaza
de otro tiempo
a las seis de la mañana
sin saber para que tú y yo
que te nombraría seamos una levísima
aspirando el aire evidencia
de una habitación párpados cerrados
con muchas ventanas y abiertos
hacia el jardín como las ramas
donde un animal del lila jacarandá
en la trigueña tierra
era el mediodía asombrada
sin colinas por la voz del amor
sólo una puerta “…donde el verano
para tu luz despeña
y la ligera brisa toros de barro y miel”
de un recuerdo otro clima
recién nacido. más sedoso aún
Muchos deben habitar que el tránsito
la ciudad nocturna de la lluvia
en la memoria.
Rehenes o sombras
somos
del ruido de las aguas
me dices
entre silvestres
enredaderas
y pájaros
crecida
bajo los cabellos desnudos
aromosa al fin
en un mundo
que cabe en mis manos.
4
Vértigo
5
El adiós
Yves Bonnefoy
Poeta francés
6
La hierba y en la hierba el agua que brilla, como un río.
Todo está siempre a la espera de que una vez más se lo ate
al mundo. Sé que el paraíso está diseminado,
Es tarea terrestre el reconocer
Sus flores dispersas en la hierba pobre,
Pero el ángel ha desaparecido,
una luz Que no fue, de golpe, sino
un sol poniente.
7
Sólo una etapa
Enrique Molina
Poeta argentino
8
Cuando pronto los cerrojos del crepúsculo
Dylan Thomas
Poeta británico
10
Poemarma
Manuel Alegre
Poeta italiano
12
No existe el infinito...
Chantal Maillard
Escritora española nacida en Bélgica
No existe el infinito:
el infinito es la sorpresa de los límites.
Alguien constata su impotencia
y luego la prolonga más allá de la imagen, en la idea,
y nace el infinito.
El infinito es el dolor
de la razón que asalta nuestro cuerpo.
No existe el infinito, pero sí el instante:
abierto, atemporal, intenso, dilatado, sólido;
en él un gesto se hace eterno.
Un gesto es un trayecto y una trayectoria,
un estuario, un delta de cuerpos que confluyen,
más que trayecto un punto, un estallido,
un gesto no es inicio ni término de nada,
no hay voluntad en el gesto, sino impacto;
un gesto no se hace: acontece.
Y cuando algo acontece no hay escapatoria:
toda mirada tiene lugar en el destello,
toda voz es un signo, toda palabra forma
parte del mismo texto.
13
Lapacho
14
Correspondencia de la Momia
Antonin Artaud
Poeta francés
15
Reclamo
16
Pistas
Carlos Drummond de Andrade
Poeta brasileño
18
Carta sin fecha
Amigo:
19
Elemental
D.H. Lawrence
Escritor inglés
20
En el corazón de mi amor
Paul Eluard
Poeta francés
*
Los ojos de los animales cantores
Y sus cantos de cólera o de hastío
Me prohiben dejar este lecho
Donde pasaré la vida.
Constelaciones,
Conocéis la forma de su cabeza.
Aquí todo se oscurece:
El paisaje se completa, las mejillas se encienden
Las masas disminuyen y circulan por mi corazón
Unidas al sueño.
¿Y hay quién quiera tomar mi corazón?
*
Jamás soñé con noche tan bella
Las mujeres del jardín tratan de besarme
Sostenes del cielo, los árboles inmóviles
Abrazan fuertemente la sombra que los sostiene.
21
No sufre ni frío ni calor.
Su prisionero se ha evadido para dormir
No está muerto, duerme.
Mientras dormía
Todo lo asombraba,
Jugaba ardorosamente,
Miraba,
Oía.
Su última palabra:
"Si volviera a empezar, te encontraría sin buscarte".
22
XXXII
Leopoldo Castilla
Poeta argentino
23
Cirabel
Homero Aridjis
Escritor mexicano
I
Cirabel
llego siempre a tu aposento
con una confusión de bocas
y una zozobra de hombre
a traerte la ofrenda cotidiana
de mis manos huecas
Más o menos
cuando la ceniza de la noche
se derrama sobre tus pupilas
igual que ante una ciudad inerme
Anudado tu grito de silencio
no me dices nada
y nos contemplamos
como si no existieran nuestros cuerpos
II
Sé que piensas en mí
porque los ojos se te van para adentro
y tienes detenida en los labios
una sonrisa que sangra largamente
Pero estás lejos
y lo que piensas
no puede penetrarme
Yo te grito Ven
abre mi soledad en dos
y mueve en ella el canto
Haz girar este mundo detenido
Yo te digo Ven
déjame nacer sobre la tierra
III
Te me vas haciendo alas
ya eres menos física que una palabra
flotas sobre mí ligera como aire
Te me vas haciendo imagen
porque cuando estoy contigo
quiero decirte algo
y la voz se me hace una paloma abstracta
Estoy lleno de ti como la tierra
me tienes inundado con tus ojos
eres más inaplazable que un segundo
24
Todo lo has podido haciéndote aurora
yo no puedo nada soy demasiado noche
canto de luz muda luciérnaga
IV
Yo el antiguo el nuevo
por el derecho que me da mi cráneo
hablo
en nombre de los que no tienen la segunda boca
para romper sus cápsulas de angustia
y digo
Nadie ha sido penetrado
el hombre
en su siniestra vocación de polvo
es intocable
25
Desvelo de los ángeles
I
Sobre albas de maitines los Ángeles caminan.
¿Hacia qué territorios de música y laureles
llevan su paz inmensa y transparente?
¿Junto a qué latitudes de transido desvelo
van con el nardo intacto de su historia?
II
Los Ángeles son nuestros: son nuestras alas rotas;
son las anclas dormidas sobre lechos de herrumbres,
en la raíz penosa de la tierra.
III
Los Ángeles navegan siempre...
Un necesario acontecer los llama
26
hacia seguras islas de recuerdo y nostalgia.
Ardientes Rosas de los Vientos crecen
sobre el pecho, librado de mármoles tempranos,
y una remota música de brújulas
les traza itinerarios sobre un atlas de nube,
hacia dolientes rumbos de lunas desoladas.
27
Balada de lo que no vuelve
Vicente Huidobro
Poeta chileno
29
4
Ariel Pérez
Poeta boliviano
30
96 De El libro del desasosiego
Fragmento
Fernando Pessoa
Escritor portugués
Vivir es ser otro. Ni sentir es posible si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo
que ayer no es sentir: es recordar hoy lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que
ayer fue la vida perdida.
Apagarlo todo en el cuadro de un día para otro, ser nuevo con cada nueva madrugada, en
una revirginidad perpetua de la emoción: esto, y sólo esto, vale la pena ser o tener, para ser
o tener lo que imperfectamente somos.
Esta madrugada es la primera del mundo. Nunca este color rosa amarilleciendo para blanco
caliente se ha posado así en la faz con que el caserío del oeste encara lleno de ojos
vidriados el silencio que viene en la luz creciente. Nunca hubo esta hora, ni esta luz, ni este
ser mío. Mañana, lo que será otra cosa, y lo que yo vea será visto por unos ojos
recompuestos, llenos de una nueva visión.
31
La mujer pinta sus pies de verde
32
Nostálgico
Matilde Casazola
Poeta boliviana
Alfonso Cortés
Poeta nicaragüense
34
Para hallarte esta noche
Julia de Burgos
Poeta de Puerto Rico
35
Consejos para sobrevivir
I
Tu recuerdo me acorrala
y un animal, débil y acezante,
cura sus heridas con paciencia.
Me huelo buscando en mi piel
huellas de la tuya
y hay algo ciertamente espantoso
en dormir sin ti.
Repito,
un poco cansado de recalcar lo obvio,
que te quiero y ojalá nunca me olvides.
Pero esto es, o pretender ser,
un poema de amor.
Borra el énfasis,
diluye todo grito patético
y recuerda que la mayor sabiduría
consiste en desaparecer a tiempo.
II
Ahora, cuando mi vida
se parece cada vez menos a mi vida,
recorro las calles de piedra del pasado
y contemplo, turbio de asco e ira,
cómo todo se reduce a la muy larga torpeza
de incesantes comienzos.
Recuerdos enmohecidos, malas costumbres
y ese desasosiego que nos acoge
con rubor inevitable: la cobardía.
Repugnancia por días inmundos
y el seguir, con terquedad,
prisioneros de nosotros mismos.
Vieja y sagaz
la tristeza adivina nuestro único rostro valedero.
Entretanto, en el bosque nocturno,
el cadáver florecía de deseo.
36