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PASIÓN POR LA ESCRITURA

Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las
detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado
la benignidad del Señor.
1 Pedro 2:1-3 RV60

Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y


toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la
palabra, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis probado la
benignidad del Señor.
1 Pedro 2:1-3 LBLA

Hoy estaremos estudiando acerca de la pasión que debemos tener como


creyentes por la Palabra de Dios. La pasión que debe habitar en nosotros
diariamente por el pan diario de Dios. Y 1 Pedro 2:2 será nuestro texto para
entender esto.

I. Pero primero, ¿Qué entendemos por pasión? Según el diccionario:


 Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la
razón, como el amor, el odio, los celos o la ira intensos.

(Qué sería de nosotros si nuestra voluntad estuviera dominada por la Escritura


y que ella misma perturbara nuestra razón inclinándonos cada día hacia
nuestro Señor)
A la luz del diccionario, entendemos que ser apasionados por la Palabra de
Dios, es tener un vivo sentimiento constante por la lectura, comprensión y
meditación de la Escritura y esto también por la necesidad que vemos en
nuestras vidas por mantenernos en la Palabra de Dios.
Pedro lo dijo cuándo muchos hombres que seguían a Jesús lo abandonaron,
en el Evangelio según Juan 6:66-68:
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban
con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?
Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? (¿quién más podrá
saciar nuestras almas? ¿En quién podremos encontrar descanso?
¿Quién más podrá completarnos? ¿Quién más conoce perfectamente lo
que necesitamos?) Solo tú tienes palabras de vida eterna.
Pedro sabía que sólo en Cristo estaba lo que necesitaba. Que las palabras de
Cristo no eran meras palabras sino que eran palabras que daban vida a su
alma muerta.
Amigos, hermanos, nuestras almas están muertas sin Cristo y cuando Cristo
viene a nuestras vidas y hace morada en nosotros (Jn. 14:23) todo nuestro ser
es resucitado en Él (Col. 2:12) y su Espíritu es el sello seguro que Él pone
nosotros (Ef. 1:13). Y es su Espíritu quien produce (Fil. 2:13) esta pasión en
nosotros por estas palabras vivas de la Escritura.

II. ¿Cómo puedo ser yo apasionado por la palabra de Dios?

1. Haber experimentado el nuevo nacimiento.

Si tú no has nacido de nuevo, no te has arrepentido realmente y corrido


hacia Cristo, entonces no habrá nada más que un desprecio en ti por la
Palabra de Dios.
La misma Escritura nos dice en Romanos 8:7: Por cuanto los designios
de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley
de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios. (Entiéndase que aquellos que viven según la
carne aquí son personas que no han nacido de nuevo).
En 1 Corintios 2:14: Porque el hombre natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Si tú no has recibido a Cristo en tu vida, sencillamente la Escritura es


locura, no la vas a entender como es debido y tampoco podrás sujetarte
a la vida que ella te llama a tener.
Pretender entender la Biblia y agradar a Dios sin Cristo en tu corazón y
sin su Espíritu habitando en tu vida es el mayor error que puedes estar
cometiendo.

¡Necesitas venir a Cristo!

2. Sé cómo un niño.

Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,


para que por ella crezcáis para salvación (RV60)

Desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para


que por ella crezcáis para salvación (LBLA)
Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura
para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a
gritos ese alimento nutritivo. (TLA)

La pasión por la Escritura nace de un corazón regenerado por Cristo,


como lo vimos en el primer punto. Pero también debemos tener una
actitud correcta. Y esta es como la de un niño recién nacido, como la de
un bebé recién nacido.

¿Cómo es un bebé recién nacido?

 Llora muchísimo.
 Llora desesperadamente
 se vuelve rojo de la desesperación

¿Por qué?

PORQUE QUIERE ALIMENTO, QUIERE LECHE.

Y la Escritura nos da esta imagen haciéndonos ver que el creyente


debe ser como un niño recién nacido para con la Escritura, donde la
Escritura es el alimento que necesita.
Un bebé recién nacido no puede alimentarse de otra cosa más que la
leche. Así también el creyente no tiene otro alimento más que necesite,
que lo sacie realmente y que lo ayude en su desarrollo que la Escritura.

La palabra desead aquí en este texto, en su significado griego es, un


anhelo intento de posesión, un deseo desesperado.

Nuestra pasión por la Escritura debe ser un deseo desesperado por


ella, un deseo de estar en ella día y noche.

¿Cuál es la actitud que tienes hacia la Escritura hoy? ¿Te aburre ir a la


iglesia porque te parece aburrido el leerla y estudiarla? ¿Te aburre la
idea de estudiar la Biblia en tu iglesia?

La actitud que tengas hacia la Escritura revelará la actitud que tengas


para con Dios.

El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me


ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo le amaré, y
me manifestaré a él. (Juan 14:21)

El que no me ama, no guarda mis mandamientos; y la palabra que


habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. (Juan 14:24)

III. ¿Qué provecho hay en esto?


Efesios 4:15-16

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