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1 Cor. 14.20 “Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia,
pero maduros en el modo de pensar.”
En griego, la palabra madurez se conoce como Téleios que significa: completo perfecto, que
no le falta nada.
El plan de Dios es que cada creyente alcance la madurez espiritual, en 2 Pe. 3:18 Dios nos
manda que crezcamos “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo,”
esta es nuestra obligación… ¡y nuestro privilegio!
1. CRÉALA
Hay mucha competencia hoy día con las Escrituras, con el único fin de alejarnos de ella, la
ciencia, la psicología, el humanismo, son rivales de la Biblia.
Pero nuestra respuesta debe ser la de Pedro en Jn. 6:68: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna.” Aceptemos la Biblia como lo que es: la Palabra inspirada, infalible,
inerrante y suficiente de Dios.
2. ESTÚDIELA
Cada cristiano debería ponerse como meta ser, al igual que Apolos, Hch. 18:24 “poderoso
en las Escrituras.” A veces nos contentamos con un estudio bíblico superficial o incluso
inexistente. Tal descuido del estudio metódico de la Biblia puede dar como resultado errores
doctrinales o una forma equivocada de entender cómo vivir la vida cristiana. Las Escrituras
recompensan a quienes son estudiantes diligentes y, mediante su estudio, pueden presentarse
a Dios aprobados (2 Ti. 2:15).
3. HÓNRELA
Los ciudadanos de Éfeso honraban la estatua de Diana porque pensaban que Júpiter la había
enviado del cielo, y la adoraban por muy obscena, horrorosa y fea que fuese. Sin embargo, algo
verdaderamente hermoso ha bajado a la tierra enviado por Dios y es su preciosa Palabra, que
es más valiosa que el oro y todas las piedras preciosas (Pr. 3:14-15). No honre, la Biblia solo de
palabra, mientras dedica tu vida a perseguir a las cosas del mundo y sus afanes.
4. ÁMELA
Sal. 119:97 “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.” ¿Puede decir lo
mismo? ¿Dedicas tiempo y atención a la Palabra tanto como a otras sosas de tu gusto? ¿Lees
la Biblia con amor? ¿Es la Palabra de Dios tu pasión? ¿U optas por otras diversiones que están
obstaculando tu crecimiento?
5. OBEDÉZCALA
La obediencia es la única respuesta apropiada a la Palabra de Dios. De nada nos servirá
creer, estudiar, honrar y amar la Biblia si no la obedecemos. Los mandamientos de Dios no son
opcionales, sino obligatorios. No es algo que podemos escoger si obedecer o no obedecer.
Nuestra obediencia debe ser implícita. Samuel dijo al desobediente Saúl 1 Sam. 15:22: “¿Se
complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras
de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros.”
V. CONCLUSIÓN
La Palabra de Dios es la clave para poder ser un creyente maduro, y se logra a través de
parecernos cada vez más a Jesucristo.
Después de la salvación, cada cristiano comienza el proceso de crecimiento espiritual, con la
intención de ser más maduro espiritualmente, y en la medida que nos sujetemos más y más al
control del Espíritu, también veremos un aumento de los que son Sus frutos en nuestra vida
(Gál. 5:22-23), y esto es característico de la madurez espiritual.
Según el apóstol Pablo, es un proceso continuo que nunca terminará en esta vida, y en
Fil. 3:12-14, hablando de pleno conocimiento de Cristo, Pablo les dice a sus lectores: “No que lo
haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo
cual fui también asido por Cristo Jesús.13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a
lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús.”