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Articulo Analisis Del Contexto Enseñanza Aprendizaje Del Arquitecto
Articulo Analisis Del Contexto Enseñanza Aprendizaje Del Arquitecto
Programa de Doctorado
Calidad y Procesos de Innovación Educativa.
Tesis Doctoral
Llegado este momento, en el que siento el sano orgullo de haber culminado un trabajo bien hecho y al
contemplar desde la altura el lejano horizonte, es inevitable recordar y agradecer profundamente a
aquellas personas a las que hoy les debo haber coronado una gran cima.
A:
Los profesores de la carrera de Arquitectura: Sergio Baroni, Pedro Gispert y Elmer López, por
contagiarme el interés hacia el diseño, al mismo tiempo que hacia su didáctica, por la demostración
palpable de que el rigor científico y pedagógico no está reñido con la comprensión y la bondad.
Los estudiantes del Instituto Superior de Diseño Industrial de la Habana, ISDI, del período
1987- 1994, por conducirme a mis primeras conceptualizaciones sobre el proceso proyectual, el
proceso de creación y a pensar en su enseñanza.
Los estudiantes del Centro de Diseño Arquitectura y Construcción de Tegucigalpa, CEDAC, del período
1996 – 2000, por haber fomentado, a través de la docencia, la consolidación de muchas posiciones
teóricas respecto al proceso proyectual.
Mercedes Sofía Hernández, por su firme convicción de la superación docente, postura que la ha llevado
a mantener una constante convocatoria de formación didáctica para el claustro de profesores del
CEDAC, agradezco la confianza depositada en mi persona que ha permitido que organice e imparta
numerosos eventos de esa naturaleza, a lo largo de estos últimos años.
Los docentes, profesionales del diseño y la arquitectura, que han participado en los distintos cursos de
formación didáctica que he impartido, por haber catalizado mi desarrollo de investigador, propiciando
frecuentes momentos de iluminación intelectual, como sólo es posible alcanzar en el espacio mágico de
una clase.
El arquitecto Francesc Guasch, quien transformó a mi favor las circunstancias laborales del despacho
en el que trabajábamos, logrando que me autorizaran para asistir al primer año presencial del doctorado
en el 2001 y después, por su inestimable y sostenida ayuda, que me permitió realizar gran parte del
doctorado trabajando y estudiando simultáneamente.
Los profesores del doctorado y en especial a mi tutor el Dr. José Tejada Fernández por su trabajo de
orientación, las valiosas recomendaciones en metodología de la investigación y por saber reunir todo
ello bajo un clima afectuoso.
Mi hermana Belkis, por el trabajo minucioso y concienzudo de relojero suizo, en la corrección del texto
de la presente investigación.
Mi hija Italia, por la actitud de armonía que mantuvo en el hogar durante el tiempo de elaboración de la
tesis y por su disciplinado trabajo en la transcripción de las entrevistas.
Mi hija Ariam, por su alegría contagiosa y su eterno cantar, por su ayuda en la transcripción de las
entrevistas y por su decisión de querer mantener viva la tradición pedagógica de la familia.
Mi madre Rita Marina, por la fuerza de su ejemplo, su infinito cariño y por la suerte de haber compartido
con una de las pedagogas más relevantes que conozco.
Mi esposa Gloria, por su optimismo irrefrenable, por convertir una época que presagiaba oscuridad, en
dos luminosos años sabáticos, por la paciencia que ha desarrollado durante el tiempo de realización de
esta investigación y su amoroso apoyo.
A todos gracias.
C CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
C CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Capítulo 6 Conclusiones Generales y Aportes
Gráfico 65. Bucle del proceso proyectual. 425
C CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Capítulo 6 Conclusiones Generales y Aportes
Gráfico 65. Bucle del proceso proyectual. 425
Introducción General
Introducción General
i. Justificación y formulación del tema de estudio …………………………………………….. 2
ii. Planteamiento del problema de Investigación …………………………………………….. 4
iii. El Objeto de la Investigación …………………………………………….. 6
iv. Objetivos de la Investigación …………………………………………….. 9
v. Estructura de la Investigación …………………………………………….. 10
vi. Aportes teóricos y aplicados …………………………………………….. 13
Introducción General
S
oy arquitecto, sin embargo durante mi trayectoria laboral he ido modificando el perfil
convencional de esta profesión, debido a que la mayor parte de ella la he compartido
con la práctica de la enseñanza. Considero pertinente dedicar una breve mirada a mi
experiencia docente para que se perciba cómo ha influido en la creación de una plataforma
conceptual desde la que me dispongo realizar el estudio que se expone a continuación.
En varias universidades de países de Latino América y España he impartido docencia de pre
grado en asignaturas de Representación Gráfica, Geometría Descriptiva, Fundamentos del
Diseño, Proyecto Arquitectónico y Proyecto de Diseño Gráfico. He estado vinculado a cargos y
tareas de dirección académica, desde el nivel departamental hasta vice rectoría académica.
He tenido la oportunidad de ser cofundador de la primera universidad especializada en diseño
y arquitectura de Honduras, para la cual he elaborado varios planes de estudios en carreras
del campo del Diseño. También a nivel de postgrado he participado en numerosos cursos y
diplomados a profesores y profesionales del diseño y la arquitectura, sobre formación y
capacitación didáctica.
He fundado y dirijo actualmente una consultoría pedagógica especializada en el campo del
diseño, destinada a asesorar instituciones educativas y a la formación didáctica de
profesionales y docentes en activo. Mientras escribía esta tesis creé un paréntesis para escribir
el libro Inmersión en la enseñanza de la arquitectura y el diseño, el cual se encuentra en
proceso de publicación. Durante este tiempo he mantenido una intensa actividad en la
ejecución y dirección de investigaciones docentes en este campo.
Este recorrido pedagógico de más de 25 años, me ha permitido entender a profundidad y
concebir la problemática de la enseñanza aprendizaje del diseño y en particular de la
arquitectura, obteniendo como resultado el presente trabajo de investigación.
El interés permanente por conocer exhaustivamente el proceso proyectual, unido a la vocación
pedagógica, me conducen por un camino en el que la indagación y la curiosidad científica
hacia los problemas de la enseñanza se unen con el enseñar a proyectar. Sin embargo, cada
vez que hemos podido recoger la opinión de arquitectos, sean docentes o no, sobre cómo
valoran la situación actual de la docencia en la Arquitectura, la sorpresa es que la respuesta se
vuelve indeterminada y contradictoria, ya que va desde que: la enseñanza de la Arquitectura
está en crisis, que se encuentra en una situación normal, e incluso hasta que está en sus
mejores momentos. Estos tres niveles diferentes de calidad, declarados para un mismo
fenómeno incapacitan llegar a un consenso en nuestra profesión y es uno de los primeros
indicadores de que su enseñanza no marcha satisfactoriamente, al tiempo que me provoca
mayor interés en buscar la explicación de sus causales.
En una visión panorámica de la cultura docente de la profesión, reconocemos entre algunos de
sus rasgos más sobresalientes la espontaneidad, la improvisación y el aprendizaje por
imitación. La tradición de esta actitud se ha enraizado en la comunidad de arquitectos y
diseñadores de tal manera, que las autoridades de la formación de arquitectos, los profesores
y hasta los estudiantes, aceptan y participan con toda naturalidad, de una concepción
particular de la enseñanza fundamentada en la imposibilidad de regularizar el conocimiento.
Al mismo tiempo, hemos podido constatar que son muy escasos los profesionales de la
Arquitectura que desarrollan una profunda y crítica carrera docente. Los profesores no cuentan
con formación didáctica; la regla práctica es que cada quien desarrolla la docencia siguiendo
consideraciones personales, sin conocer, ni aplicar criterios didácticos. Y los responsables de
la docencia continúan dando prioridad, sin dudar, al arquitecto de renombre antes que al
docente destacado.
El carácter urgente de este estudio obedece a la necesidad de arrojar luz sobre la docencia de
la Arquitectura. Es necesario que la profesión, las instituciones educativas y los profesionales
que ejercen la docencia, dispongan de unas bases didácticas, como punto de partida para
reflexionar y planificar el desarrollo de la formación de los arquitectos.
Las teorías sobre los métodos del Proyecto Arquitectónico se descontinuaron. Las surgidas
en las décadas 60 y 70 del siglo pasado, que intentaron sistematizar el proceso proyectual
con métodos científicos para luchar contra la artisticidad en la arquitectura, cayeron en el
extremo opuesto, fracasaron y se ganaron el rechazo en la actividad práctica y el abandono
gradual como posibles referentes didácticos.
Existe un contraste marcado entre el posicionamiento curricular que se observa de la
disciplina de Proyecto Arquitectónico, que ocupa un lugar central en los planes de estudios
de Arquitectura en la generalidad de las universidades, por una parte, y la incongruente y
escasa repercusión didáctica y formativa que posee, por la otra.
Si bien está empezando a consolidarse el criterio de que en el Plan de Estudios de la
carrera, la disciplina Proyecto Arquitectónico sea la que se ocupe de enseñar a proyectar,
no hemos visto su concreción en la determinación del contenido en términos de
competencias y las habilidades que conforman el modo de actuación del futuro arquitecto.
No existen trabajos que expongan un sistema coherente de competencias y habilidades del
saber proyectar. Los documentos rectores de las instituciones educativas, los planes de
estudio, cuando formulan el perfil profesional del arquitecto y tratan las competencias que
definen el modo de actuación, se limitan a enlistarlas.
Las asignaturas que componen la disciplina de Proyecto Arquitectónico no revelan la forma
de pensar sobre el propio proceso proyectual, o sea, que carecen de posiciones
epistemológicas.
Existen escasos trabajos donde se trate las habilidades que se ponen en juego para dar
respuesta arquitectónica a un caso real. Se utilizan las capacidades, pero no se hacen
conscientes.
La enseñanza se concibe como una repetición de lo que sucede en el despacho de
proyectos. La dinámica de la oficina se traslada al aula como cada quien entiende, sin
advertir diferencias entre los dos ambientes: el profesional y el académico y no se
aprovechan sus peculiaridades en función del aprendizaje. La finalidad de las clases de
proyecto es llegar a la respuesta arquitectónica concreta, el edificio en cuestión.
Existen instituciones que tienen asumido que en el aula el estudiante no proyecta. Y
efectivamente, el profesor literalmente no “ve” el desarrollo del estudiante, tiene muy poco
seguimiento presencial sobre su actividad proyectual.
Los arquitectos que imparten clases, no tienen la formación docente necesaria para ser
capaces de instrumentar un sistema didáctico para la enseñanza de las competencias y
habilidades que integran el saber proyectar.
Nos estamos asomando al contexto más inmediato de la investigación, habrá que profundizar
cada vez más en los detalles que arrojen las técnicas de la investigación sobre la enseñanza
del proyecto arquitectónico pero, a modo de síntesis del panorama general presentado,
podemos adelantar que la disciplina principal para la formación de arquitectos está siendo
tratada de una manera empírica, sin profesionalidad docente, respondiendo a intereses y
capacidades individuales de personas que fungen como profesores, pero desconociendo la
naturaleza pedagógico-didáctica del proceso que consiste en enseñar-aprender a proyectar.
Este listado inicial insiste en que la situación presenta una ausencia de sistema en la docencia
de la disciplina Proyecto Arquitectónico. Es por ello que el tema de investigación se dirige
hacia los ámbitos de la actividad docente, la concepción que tienen los arquitectos sobre el
proceso proyectual, su enseñanza y la manera en que está concebida en el currículum.
La situación que estudiamos toca una arista humanista cuando analizamos que ella afecta
directamente a la formación de los futuros arquitectos; en lo que aprenden y en el modo en
En un ejercicio para precisar los límites y el alcance del objeto de la investigación, examinemos
el hecho de que el proceso que se lleva a efecto para que el estudiante llegue a dominar esta
competencia ocurre en el contexto del aula, en el taller de proyecto arquitectónico.
Este es el marco más focalizado de la investigación a partir del cual se analizarán las
características de la Didáctica específica de la disciplina, como contribución al mejoramiento
de la formación del arquitecto, que por su importancia educativa, ética y social, entendemos
no debe postergarse.
Este proceso se desenvuelve en un complejo de factores, objetivos y subjetivos, de naturaleza
humana y educativa. El contenido de lo que los estudiantes deben aprender es objetivo, está
programado, normado, así como las condiciones de espacio y tiempo, como las de la
organización educativa también son objetivas. Sin embargo, aquellos elementos que pasan
por factores humanos: los docentes y los estudiantes, que le dan vida a las actividades de
enseñar y aprender, son subjetivos.
Esto ocurre en un ámbito mucho más complicado y heterogéneo en el cual median las
características personales, los conflictos y eventos cotidianos, intereses, urgencias, prioridades
y niveles intelectuales dispares, así como condiciones sociales y culturales diferentes.
Objeto de la Investigación
Por todo lo anterior consideramos que el análisis concerniente de los problemas que se
suceden en el aula durante el proceso de enseñanza aprendizaje de la disciplina Proyecto
Arquitectónico, como disciplina rectora de la carrera, deviene Objeto de la Investigación.
Objetivo general
1. Fundamentar, a la luz de la Didáctica, el proceso de enseñanza aprendizaje de la Disciplina
Proyecto Arquitectónico en el contexto del aula, mediante el estudio de caso.
Objetivos específicos
1. Obtener un modelo teórico que refleje la conceptualización y la estructura esencial del
proceso proyectual.
2. Asumir críticamente el sistema de categorías de la Didáctica General como base para el
análisis del proceso de enseñanza aprendizaje de la disciplina de Proyecto Arquitectónico.
3. Elaborar una metodología de investigación para someter a análisis el objeto de estudio: el
proceso de enseñanza aprendizaje de la disciplina Proyecto Arquitectónico en el contexto
del aula.
4. Revelar los problemas claves que se presentan durante la enseñanza aprendizaje del
proceso proyectual en el contexto del aula, mediante un estudio de caso.
V. Estructura de la Investigación
El grado de comprensión y conocimiento adquirido, sobre la situación general que caracteriza
la enseñanza de la carrera de arquitectura, permite que nos planteemos la necesidad
inaplazable de adentrarnos científicamente en la actividad docente de la disciplina Proyecto
Arquitectónico, para proponer mejoras en la formación del arquitecto.
En la Introducción de esta investigación queda reflejada la justificación de este estudio, el
problema y su objeto, los objetivos propuestos, así como los aportes que reconocemos en el
presente trabajo.
Este estudio adopta una estructura convenida en otros trabajos investigativos similares: tres
grandes partes, la primera, A, donde se desarrolla el Marco Teórico de referencia, la segunda,
B, dedicada al Marco Aplicado del estudio y una tercera parte, C, en la que se presentan las
Conclusiones, límites y propuestas de la investigación. Las características peculiares del objeto
de estudio conllevan a que el Marco Teórico de referencia, adopte una configuración
específica que se corresponde con una aproximación a la arquitectura desde tres áreas claves:
La Arquitectura desde la profesión, capítulo 1, La Arquitectura desde la academia, capítulo 2 y
La Arquitectura desde la docencia, capítulo 3.
La exigencia de realizar una indagación en el cuerpo de conocimiento de la Disciplina
Arquitectónica se aborda en el capítulo 1, el cual se divide en tres partes. En la primera se
estudian las concepciones epistemológicas y los elementos que condicionan de modo general
la profesión, se trata de un autorretrato, del concepto disciplinar que tiene de sí misma la
profesión, qué dicen las fuentes sobre el modo de actuación profesional.
En la segunda parte y continuando en el plano de las ideas, se revisan y analizan las teorías
que sobre el proceso proyectual tiene la profesión, sus conceptos constitutivos, el proyectar
como actividad del pensamiento y su impacto en la representación, en los métodos y en la
creatividad.
A modo de contrapunto crítico, al tiempo que se expone la visión convencional de la disciplina,
esta se va contrastando con las nuevas teorías que se van aportando constantemente desde el
presente estudio.
La tercera parte del capítulo 1 recoge los resultados de las nuevas tesis propuestas, en un
modelo teórico que refleja las características esenciales que definen el proceso proyectual y
que deviene una aportación sustancial de la investigación.
Por último, en la parte C, capítulo 6, se exponen las conclusiones a las que se arriba teniendo
en cuenta integralmente todo el estudio y en el capítulo 7 se analizan los límites y aportes de la
tesis y se proponen líneas de investigaciones futuras.
Contar con una lista de los problemas que se producen en la enseñanza del proceso
proyectual es disponer de ejemplos de referencia para la mejora de la docencia. Implica
constatar que realmente los constructos ideados ofrecen un poderoso instrumental de
prospección.
2. Una caracterización de la estructura didáctica del Proceso Proyectual en particular y del
Proyecto Arquitectónico en general, explícitamente fundamentada en el plano
conceptual didáctico.
A partir de la clasificación, el ordenamiento y un análisis de las relaciones entre los problemas
encontrados se propone un esquema teórico que clasifique estos problemas según la esencia
de la Didáctica del Proyecto Arquitectónico.
3. Disponer de un sistema categorial, de la disciplina Proyecto Arquitectónico como base
para la enseñanza de la Arquitectura.
Este último aporte significa que muchos de los profesores motivados por la actividad docente
podrán contar con un antecedente y, eventualmente, con una guía para actuar e intervenir en el
mejoramiento de la calidad de la docencia y que el trabajo de cientos de profesores, que
ahora se encuentra disperso, pueda contar con una estructura didáctica que permita
comparar, analizar y proyectar las presentes y futuras investigaciones.
Nuevas estrategias en el campo de la metodología de investigación de la enseñanza de la
arquitectura:
1. La utilización del sistema de categorías de la didáctica general, utilizadas como instrumento
teórico, forman parte de los constructos y categorías de la investigación, aplicadas durante
la observación de clases de Proyecto Arquitectónico, el diario del estudiante y demás
fuentes. Se comprobará su capacidad para analizar y organizar las situaciones y los
significados de un determinado campo del conocimiento en su dimensión docente.
2. La creación y utilización del constructo “ámbito”, como resultado de relacionar el proceso
proyectual con la estructura del proceso de enseñanza aprendizaje del Proyecto
Arquitectónico.
Las aplicaciones de los resultados arriba mencionados pueden contribuir al posterior
desarrollo de la gestión científico investigativa en este campo, ya que permiten:
1. Una contribución al desarrollo de la teoría de la disciplina y al conocimiento de la naturaleza
del proceso proyectual.
2. Disponer de fundamentos para valorar el desempeño docente de los profesores de
proyecto arquitectónico.
3. Intervenir rigurosamente desde una concepción didáctica, en la calidad de la formación y
capacitación de los profesores de arquitectura.
4. Contar con la existencia, de criterios didácticos específicos de la profesión, para afrontar
mejoras de calidad en los planes de estudios y programas de la disciplina de Proyecto
Arquitectónico y de las asignaturas que la componen.
5. Mejorar la calidad de la investigación docente que se lleve a efecto en las instituciones que
forman arquitectos.
Capitulo 1
La Arquitectura desde la profesión
Capitulo 1
La Arquitectura desde la profesión
Introducción
Dada la naturaleza del objeto de estudio de esta investigación, es imprescindible una
explicación general sobre las características de los referentes teóricos provenientes de dos
campos diferentes: por un lado la Arquitectura y por otro la Didáctica y su necesaria fusión
para la construcción del presente Marco teórico de referencia.
El cuerpo de conocimiento disponible actualmente en el campo de la arquitectura y el diseño
no se corresponde a los requerimientos teóricos de otras áreas de la cultura como las ciencias.
En filosofía de la ciencia, la teoría es un sistema de hipótesis que se apoyan y controlan
mutuamente, una construcción conceptual que organiza los conocimientos de un campo y que
puede ser corroborada o refutada. Aspira a la categoría de conocimiento científico.
Marina (1993:11)
En las ciencias naturales ―exactas o duras‖, se le llama teoría a un conjunto de descripciones
de conocimiento solamente cuando tiene una base empírica firme, es decir, cuando es
consistente con la teoría preexistente en la medida en que ésta haya sido verificada
experimentalmente, aunque frecuentemente mostrará que la teoría preexistente es falsa en un
sentido estricto. Esta teoría es sostenida por muchas líneas de evidencia en vez de una sola
fundación, asegurando de esta manera que probablemente, si no totalmente correcta, por lo
menos es una buena aproximación que ha sobrevivido, en el mundo real, a muchas pruebas
críticas que la podrían haber falseado y que las predicciones que contiene pueden algún día
ser utilizadas para falsearla.
El físico teórico Stephen Hawking opina que ―una teoría es buena si satisface dos
requerimientos: debe describir con precisión una extensa clase de observaciones sobre la
base de un modelo que contenga sólo unos cuantos elementos arbitrarios, y debe realizar
predicciones concretas acerca de los resultados de futuras observaciones‖ (1992:25). Por su
parte, Mario Bunge considera que ―la construcción de una teoría científica es siempre la
edificación de un sistema más o menos afinado y consistente de proposiciones que unifica,
analiza y profundiza ideas‖ (2000:80).
A pesar de que los autores de estas citas comparten el campo de las Ciencias Exactas, ambas
tienen elementos transferibles al campo de la Arquitectura.
El ideal de objetividad y sistematización coherente de enunciados fundados y contrastables, se
consigue mediante teorías, y éstas son el núcleo del saber en cualquier campo de la cultura
humana. La construcción de conceptos abstractos a partir de fenómenos e imágenes de la
realidad, no puede realizarse más que transgrediendo los estrechos límites de la vida cotidiana
y de la experiencia personal, para observar, analizar y contrastar los supuestos de los otros. La
realidad se entiende o refuta desde la interpretación de la propia realidad y parte sustancial de
esa interpretación se realiza sobre lo que de ella (la realidad) dicen los demás.
En el campo de las artes, la arquitectura y el diseño, el conjunto de la producción intelectual y
pensamiento crítico o reflexivo (creencias o formas de conocimiento, en particular el
conocimiento organizado o con cierta sistematicidad) puede ser considerado saber teórico.
La posibilidad de encontrar teorías en el sentido científico dentro del campo de la profesión
arquitectónica es mínima, veamos algunas de las razones: por la falta de confianza en la
norma, entendido como el análisis crítico de las ideas que existen, pero también ―por la
aplicación indiscriminada de teoría a cada proyecto o visión personal, cuando habría que
hacer un profundo tamizado de lo que son investigaciones […] y las que no son‖ (Hernández
Pezzi, 2007:158).
Oscar Guevara, 2013 17
Análisis del Proceso de Enseñanza Aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico, en el Contexto del Aula.
La ciencia inventa constantemente hipótesis, hipótesis nuevas, necesita de esta riqueza para
mantenerse en buena forma creadora. Pero considera que esa multiplicidad es solo un medio,
casi un penoso tributo que pagamos a nuestras limitaciones. A la ciencia solo le interesa una la
verdadera. Los demás solo serán pasos en falso que serán olvidados, no hay una historia de los
errores científicos que tenga valor científico, pues la ciencia reconoce exclusivamente los aciertos
y considera las tentativas frustradas como extravíos de la frágil razón humana.
A la ciencia le interesan los resultados, la historia es para la ciencia un acontecimiento inevitable
pero insignificante. Esos despistes solo le interesan a las disciplinas periféricas, exteriores a la
ciencia: la historia, la psicología de la creación científica, la hermenéutica.
Morín (2000:62)
Sin embargo, estos despistes le interesan al Diseño y por supuesto también a la Didáctica del
Diseño.
La Arquitectura tiene un componente social esencial, en cuanto que es un satisfactor de
necesidades: esa es su verdad. La manifestación de toda la ideación proyectual es formal,
inexorablemente la Arquitectura existe visual y materialmente en el mundo a través de las
formas, para facilitar el habitar. En esta realidad visual a todo elemento le corresponde unas
relaciones de espacios, texturas, colores, proporciones, sombras, posiciones y significados.
Se trabaja en la construcción de volúmenes, espacios y superficies, mediante la percepción y
organización de elementos formales; incluso se trabaja en la posibilidad de transmitir ideas y
emociones por vía de las formas. Ese componente visual es esencial, pero también dentro del
aspecto externo existe un conjunto de intereses que mueven las formas. El contenido que
subyace a ese despliegue visual, también ayuda a colocar la Arquitectura en un campo
dedicado a construir lo útil, a crear la realidad artificial donde se desempeña el ser humano.
Por consiguiente, si la Arquitectura no es solamente arte, ciencia y tecnología; entonces dónde
se clasifica. La actividad profesional es la que condiciona el componente que permite ubicar a
la Arquitectura en el campo de lo proyectual. El Diseño elevado al rango de disciplina se ha
convertido en una nueva esfera de actuación del ser humano, donde podemos colocar la
Arquitectura.
pero el aspecto artístico consiste en el pintar por pintar. Como expresión de un sentido, la
arquitectura es también arte, pero como objeto de uso la casa no es arte.
Ramírez (1997:5)
Desde hace más de 500 años la arquitectura es considerada un arte, cuando no la mayor
manifestación artística que recoge y engloba a todas las demás, y después en la segunda
mitad del siglo XX, cuando los valores (más bien los precios) del arte han alcanzado las cotas
máximas, la profesión se ha consolidado bajo el prestigioso manto del arte.
Como es sabido, la revolución de las artes figurativas de principios de siglo es uno de los
ingredientes básicos de lo que serán las pautas operativas de la arquitectura propuesta en los
programas del Movimiento Moderno. Una especie de dinamismo de fertilizaciones cruzadas llegó
a propiciar ideales integradores como los asumidos en los programas de la Bauhaus o de De Stijl
en torno a la mítica idea de la ―obra de arte total‖; y aseguró a la arquitectura nuevas y brillantes
innovaciones en lo relativo a los materiales y los procedimientos figurativos, basadas en las
inspiraciones y enseñanzas extraídas de los nuevos horizontes y el fuerte experimentalismo
plástico de la pintura y la escultura del momento.
Otxotorena (1999:9)
Profundizando en la raíz del vínculo de la arquitectura con el arte, es de nuevo en los textos de
diseño donde se recoge el asunto con más firmeza y claridad, en su afán por desprenderse
profesionalmente del arte.
El diseño, al contrario del arte, necesita de un fin práctico y lo encuentra ante todo en cuatro
requisitos: ser funcional, significativo, concreto y tener un componente social.
Calvera (2003:15)
Es precisamente a esto a lo que hace referencia el epígrafe anterior dedicado al campo en que
debe situarse la Arquitectura. La valoración estética está asociada al campo del arte por su
componente formal, pero como la arquitectura también tiene una esencia formal su producción
es susceptible de ser valorada estéticamente y ser considerada como un producto artístico.
La apreciación estética y en específico, las valoraciones estético visuales, no son atributos
exclusivos del arte, el ser humano puede otorgar belleza a fenómenos naturales, tanto como a
realizaciones abstractas, formulas físicas, sin que éstas ostenten la categoría de obra de arte.
Pero la fuerza de la cultura sigue atribuyendo a la apreciación formal connotaciones artísticas.
La Arquitectura como disciplina viene compartiendo con el arte, desde hace más de medio
siglo, una terminología que en rigor proviene del arte; pero si la Arquitectura se afana en la
búsqueda de la satisfacción de las necesidades de habitar y, por tanto, de su materialización,
en lugar de un cuerpo de postulados teóricos, requiere de unos prácticos, que permitan
pensar y elaborar teóricamente esa producción de modificaciones físicas y artificiales en el
entorno natural. Entonces, ¿cómo se inicia ese origen común con el arte?
La razón de esta apropiación teórica resulta del pobre desarrollo terminológico que tenía la
profesión, sobre la teoría de la organización de la forma como manifestación última de los
productos arquitectónicos. Este desfasaje creó progresivamente una dependencia conceptual
de la terminología artística. Se explicaba y fundamentaba la actividad arquitectónica desde la
perspectiva de la pintura y la escultura. ―Lo que vino después fue una larga historia cuyo
denominador común ha sido, y continúa siendo, la búsqueda de esos criterios estéticos
adecuados […] que le permitirían enjuiciar el grado de calidad alcanzado sin tener que recurrir
a conceptos como la artisticidad‖ (Calvera 2003:16-20).
Idear y concebir objetos habitables, realizables únicamente mediante la forma, no conlleva a
una relación directa con los dominios del arte, ya que se sabe que la forma, como
manifestación externa del contenido, no es exclusiva del arte y las experiencias y competencias
estéticas que se derivan del tratamiento formal tampoco. El asunto estriba en que la
Arquitectura no ha necesitado de un sistema conceptual propio; desde la terminología del arte
ha elaborado gradualmente un sistema que le permite valorar los resultados del pensamiento y
la producción formal que se dan en la disciplina.
Junto a la condición de arte de la actividad arquitectónica, también pasan a la profesión los
hábitos, modos de ser y hacer del artista, sus preocupaciones cognitivas, sus habilidades y
sus miedos. No es posible que la profesión goce del reconocimiento y la autoridad social de
estar investida como ―arte‖ y que sus miembros puedan desligar de su actuar, esta influencia.
La fantasía, la creatividad, la capacidad de innovar son dones del artista, ―es una facultad del
espíritu artístico capaz de inventar imágenes mentales distintas a la realidad. Con su fantasía, el
artista ve lo que piensa e incluso, si quiere, ve hasta su obra acabada.
En algunos casos, el artista primero ve todo y después lo pinta, lo esculpe, lo escribe o lo que
sea: en otros casos, un artista puede trabajar teniendo despierta continuamente su fantasía, de tal
manera que ella le vaya sugiriendo cambios hasta que «se dé cuenta» de que la obra está
acabada.‖
Bruno Munari Citado por Calvera (2003:51)
Al artista le está asociado un espíritu de genialidad y de vanguardia, siempre por delante de su
época y por ello también eternamente incomprendido. De aquí que su proceso creativo no se
pueda conocer, para muchos pertenece a otra dimensión, a la de la magia, las musas y la
inspiración.
Cuando el artista opera en su mundo de arte puro, no se preocupa del público que después
observará su obra. Metido de lleno en su fuerza creadora, con la que intenta no perder nada de la
idea pura que le ha empujado a operar, no puede preocuparse del hecho de ser o no
comprendido por el público; su única preocupación es dar forma (pictórica o escultórica) a su
idea artística. El público ya comprenderá más tarde, cuando haya abandonado sus prejuicios
académicos.
Ídem (2003:52)
De nuevo la fuerza de la cultura hace su aparición, evaluando la excelencia de una obra con el
título de arte. El arte como calificativo de calidad e innovación, como si el acto creativo
perteneciera exclusivamente a los dominios del arte.
En las demás esferas del desarrollo humano encontramos innumerables ejemplos de
creatividad, pero si por un instante los suprimiéramos todos, nos veríamos trasladados de
inmediato al Neolítico. La categoría más alta a la que puede aspirar la obra del ser humano no
es la de arte, es la de creatividad.
Para mí lo fundamental en la enseñanza de la arquitectura, reside en establecer la posibilidad o
imposibilidad de transmitir el tipo de conocimiento en el que se basa la capacidad creativa del
arquitecto, que se supone que es la característica esencial de las disciplinas artísticas. Esta
capacidad creadora del arquitecto, y por extensión del mundo de las disciplinas artísticas, es,
creo yo, esencial para abordar el tema de la enseñanza de la arquitectura.
Guevara (2006:6)
1.1.3. La Arquitectura ¿un campo sin regularidades?
La arquitectura como actividad tiene más de 12000 años, si tomamos como evidencia el
asentamiento religioso más antiguo del mundo: Göbekli Tepe, situado en el punto más alto de
una cadena montañosa a unos 15 km de la ciudad de Sanliurfa, en el sureste de Turquía, cerca
de la frontera con Siria (Archaeological Institute of América 2008: 22-27). Sin embargo, como
disciplina la Arquitectura aún no ha consolidado un cuerpo teórico que le permita responder
claramente dónde radica la esencia de lo arquitectónico. Muchos de los arquitectos
contemporáneos sostienen que la Arquitectura es un campo sin regularidades. ¿Es así?, si se
responde positivamente, la Arquitectura no debe considerarse una disciplina.
La idea de una enseñanza de la Arquitectura parte de sus posibilidades, es decir, de pensar la
Arquitectura como una disciplina y por ello, transmisible. ―Se sobreentienden, por tanto, unos
principios generales, una idea de regularidad, unas normas y leyes apodícticas en torno a las
que se debe desarrollar la arquitectura y que están para ser conocidas‖ (Martín Hernández,
1997: 25).
Por lo visto el problema que confrontamos aquí reside en el carácter disciplinar de la
Arquitectura.
¿Se puede en lo arquitectónico delimitar un sistema? ―Esto es, lo que, pesando como una losa,
entraña la dificultad de lo que podríamos definir como lo específico de la arquitectura: la
imposibilidad de comprobarla durante el proceso de invención y la imposibilidad de controlar
su uso una vez construida‖ (Ídem, 28).
La cultura y su diligente corresponsal, la historia, reflejan cómo Occidente ha catalogado a las
Artes y las Ciencias, destacando sus características distintivas y sus diferencias, para
categorizar el resto de campos de la actividad humana. Más recientemente se le ha otorgado a
la Tecnología, otro lugar referencial, dados sus objetivos y modos de operación diferentes a las
dos anteriores, formando un nuevo esquema. Pero en este esquema tríadico como lo reconoce
Doberti, (2006), creado para establecer una distinción taxonómica, no caben la Arquitectura, el
Diseño Industrial, el Urbanismo, el Paisajismo, el Diseño de Vestuario, el Diseño Gráfico y
otros. Las prácticas de las disciplinas proyectuales no se acomodan al orden vigente, o más
exactamente, es el esquema clásico el que resultaría desajustado por la presencia de las
nuevas prácticas. ¿Tienen las prácticas proyectuales identidad específica? Para empezar:
analicemos lo que se dice sobre el diseño como realidad.
La definición de una tarea socialmente extendida hay que extraerla de la realidad y no de los
deseos. Así, básicamente, el diseño es lo que hacen los diseñadores cuando diseñan. Si el
pensamiento, en un esfuerzo por entender la realidad sin confundirla con sus sentimientos o
deseos, observa la gente que trabaja, podrá verificar que hay una buena cantidad de individuos,
sobre todo en las grandes ciudades, que llamándose a sí mismos diseñadores se ganan la vida
diseñando cosas que otros les encargan, casi siempre a cambio de dinero, y que estos otros
también llaman a aquellos los diseñadores.
Belluccia (2005)
Extrapolando de profesión, pero siempre dentro del campo proyectual, se puede afirmar que la
tarea de los arquitectos presenta un grado de singularidad y permanencia en el tiempo
suficientes como para tener una caracterización propia; y tanto la actividad como quienes la
ejercen han merecido que la cultura y el lenguaje los incorpore al uso cotidiano con unas
palabras distintivas: ―proyecto‖, ―los arquitectos‖. (Ídem 2005).
Es decir, que las regularidades de la profesión se deben extraer de la actividad arquitectónica,
que no es el levantamiento de un edificio, otro y otro en un territorio. La esencia de la estructura
disciplinar se debe buscar en la actividad que caracteriza el trabajo del arquitecto: el proceso
proyectual.
El historiador Bruno Zevi (1981) explica el problema de concepción respecto a la propia
profesión, que tienen los arquitectos: ―es casi un ritual iniciar un estudio de crítica o de historia
de la arquitectura con un reproche para el público‖, al reconocer que ―el público se interesa
por la pintura y la música, por la escultura y la literatura, pero no por la arquitectura‖. Lo
anterior, lo atribuía entre otras cosas, a la falta de capacidad de los arquitectos para transmitir
los valores propios del oficio al no existir un lenguaje claro y contundente para hablar de
arquitectura.
Estas lagunas o nebulosas denunciadas por Zevi sobre los modos de actuación del arquitecto,
reflejan como la profesión todavía no ha llegado a la necesidad de discutir, intercambiar y
consensuar sobre qué se hace cuando se concibe un edificio. Nos referimos a un debate
disciplinar, con cuerpo teórico, continuidad generacional, compromiso tanto expositivo como
evolutivo de ideas y líneas de pensamiento teórico, que se refleje en la literatura y que se
enriquezca en la experiencia. No a las intervenciones puntuales o espontáneas que con un
lenguaje metafórico, florido, críptico y poético salpican habitualmente el universo discursivo de
la profesión. Cada una queriendo destacar, a base de ignorar al anterior.
Advirtiendo del cuidado del discurso profesional, Daley en Una crítica filosófica del
conductismo en el diseño arquitectónico dice: ―las disciplinas que gozan de un lenguaje
incestuoso y privado deben hacernos sospechar. La coherencia y la claridad no son simples
atributos estéticos, son los indicadores más seguros y consistentes de la integridad e
inteligibilidad de una disciplina‖ (Citada por Broadbent, 1971:151).
Generalmente es la trayectoria marcada por muchas profesiones: ―[…] la actuación profesional
se ha ido haciendo cada vez más fundamentada a medida que los nuevos conocimientos y la
propia experiencia profesional ha ido incrementando su desarrollo. Lo que resulta lógico,
puesto que la fundamentación de la práctica siempre está relacionada con el conocimiento
disponible en ese ámbito de intervención‖ (Zabalza, 1998:13).
Es decir, que a partir de la reflexión que se realiza sobre la actividad práctica, se derivan un
conjunto de nuevas teorías que dan soporte y fundamento al propio modo de actuación
profesional. Ese caudal teórico que se revierte sobre la práctica contribuye a su evolución y
ahora esa actividad renovada por la teoría, fecunda y enriquece las nuevas elaboraciones
intelectuales que surgirán sobre ella misma y así sucesivamente.
Oscar Guevara, 2013 27
Análisis del Proceso de Enseñanza Aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico, en el Contexto del Aula.
El método usado en la Escuela de Ulm fue desarrollado por Hans Gugelot (1963) quien
experimentó un interés especial por la relación entre ciencia y diseño. Esta escuela se ha
merecido la reputación de ser el baluarte de la metodología, en ella se sentaron los fundamentos
de un ideario y de una cientificación del proceso de diseño…
Espinach Orus (2002:3)
La experimentación en la metodología, si llegó a la práctica del arquitecto, nunca se consolidó,
se quedó en la academia convertida en método didáctico. El interés por adentrarse en la
mente del proyectista gradualmente decayó y finalmente las incongruencias docentes y las
excesivas expectativas depositadas en el método, como camino de solución al problema
proyectual, terminaron no solo olvidándola sino condenándola fuera de la disciplina y con ella a
todo acto de búsqueda cognoscitiva sobre el proceso proyectual.
Como resultado, la profesión no dispone hoy de un discurso teórico sólido sobre el proceso
esencial que caracteriza el modo de actuación que distingue al arquitecto de otros
profesionales. Un modelo que sirva de base para el desarrollo teórico y práctico de su propia
actividad, en palabras de Kuhn (1975:131): ―no existe paradigma que refutar‖. Dada la
compleja naturaleza del fenómeno proyectual, se hacen imprescindibles saltos fuera de la
disciplina para indagar a profundidad en las características de la proyectualidad y del
pensamiento proyectual, pero esta disposición teórico-investigativa está todavía distante de la
vocación del perfil profesional.
A nivel disciplinar, no se ha vuelto a generar una conciencia de la necesidad y utilidad que
representa esta reflexión, como para realizar la tarea, ni siquiera en las instituciones educativas
que es donde de manera natural los profesores (arquitectos) se exponen diariamente al
fenómeno de la falta de conceptuación, y la no regularidad del proyecto arquitectónico.
Por ahora prevalece en muchos profesionales la opinión de la no regularidad, en la
arquitectura. Abordar el conocimiento de la actividad proyectual, aunar la capacidad de
reflexión sobre las características que distinguen a la actuación del arquitecto, son premisas
complejas y retos que implican otro nivel de consolidación disciplinar.
La palabra proyectual no aparece en el diccionario, pero no debiéramos por ello frenar el uso y
estudio del término, pues esperando por su introducción se corre el riesgo de no poder hablar
de ello en largo tiempo. Un caso similar cita Pastor Bustamante, (2011) ―no fue hasta 1984 que
en el diccionario de la Real Academia Española aparece el término creatividad‖.
―El adjetivo proyectual, y el sustantivo proyectación son neologismos que provienen del verbo
proyectar: imaginar planes, planear. Proyecto es la mira, el propósito de hacer alguna cosa de
manera planificada‖ (González Ruiz, 1994).
El concepto de proyecto se asocia comúnmente más con el producto final e incluso con el
objeto que está siendo proyectado, que con el proceso para crearlo. Son menos frecuentes las
asociaciones del término relativas al proceso de creación. En consecuencia generalmente
cuando los estudiantes piden que se les revise su proyecto, no se refieren al trabajo
proyectual, lo que les preocupa es el edificio que están realizando.
Con el ánimo de clarificar el lenguaje y el rigor terminológico del tema, en este trabajo no se
empleará proyecto, en este sentido objetual. El significado del término y su potencia estará
utilizado precisamente cuando se refiera a la capacidad de entregar el control de la actividad al
desarrollo de una idea durante un tiempo.
Al término diseño, le ocurre igual: ―Término que se abre, en su sentido original, a dos
acepciones notablemente diferentes, pues en un primer caso, el término significa ―yo busco‖,
por lo cual la legitimación se centra en el proceso, que origina la búsqueda, y en el segundo se
legitima el producto u objeto creado, inventado, o producido‖ (Ben et. Al. 2004:18).
Si bien encontramos en la literatura consultada para diseño y proyecto un uso indistinto, como
si de sinónimos se tratara, este tratamiento puede prestarse a confusión e incluso al vacío
tautológico al tratar de explicar un término con el otro. Por ello, prestaremos un especial
cuidado en utilizar diseño únicamente para referirnos al campo disciplinar, reservando el
término proyecto para tratar la actividad proyectual.
Parafraseando a González Ruiz (1994) podemos decir que el término proyecto no denomina
entonces al objeto resultante de la actividad proyectual (una ciudad, una escuela, una vajilla,
una tele, un afiche), sino al proceso que conduce hacia la configuración de esos objetos.
Proyecto no es la expresión final de una forma visible, sino el proceso de creación y elaboración
por medio del cual el arquitecto traduce un propósito en una forma.
En el Dizionario enciclopédico di architettura e urbanística, dirigido por Paolo Portoghesi, se
define proyecto como ―el proceso conjunto de los actos y hechos necesarios para prefigurar
un objeto y predisponer su producción‖ (citado por Muñoz Cosme, 2008:17).
Insistimos en considerar el proyecto como actividad. Es el desempeño esencial que está
presente tanto en lo arquitectónico, en lo industrial, lo paisajístico o lo gráfico, esto es uno de
los soportes de la teoría sobre la que se basa esta idea: que la naturaleza del proceso
proyectual tiene suficiente independencia de la cosa proyectada. En otras palabras, que los
procesos necesarios para crear una iglesia, un calzado, un parque o un logotipo, difieren
mucho menos que los objetos resultantes.
Esta visión en general no cuenta con unanimidad entre los profesionales de la arquitectura, en
quienes prevalece el criterio que el proceso de proyecto no puede ser establecido con carácter
general, que cada arquitecto desarrolla su propia forma de proyectar. Por lo que para algunos,
aspirar a plantear una estructura regular para el proceso proyectual es imposible.
Ese proyecto desde el que se genera la arquitectura tiene una estructura interna compleja, ya que
debe aunar muchos tipos distintos de análisis, de fuentes, de técnicas, de disciplinas diversas
para llegar a la síntesis creadora del proyecto. Esta complejidad inherente al hecho
arquitectónico, así como la personalidad y biografía de cada proyectista, hacen que cada
proyecto sea fundamentalmente diferente de cualquier otro, constituyendo una experiencia única
e irrepetible.
Muñoz Cosme (2008:21)
una necesidad mediante la ejecución material de una realidad futura y por el otro, el paso del
tiempo. Lo que se obtiene, después de este análisis deconstructivo es: separar el nexo que
aporta el carácter dinámico entre: proceso y proyectual, la secuencia operativa de los
acontecimientos, la posibilidad de evaluar el avance de la propuesta en el tiempo.
Sin embargo, si se restaura este desglose conceptual se procede a restituir la estructura del
fenómeno, integrando nombre y apellido: proceso + proyectual, ambos componentes forman
una entidad que es mucho más que la suma de las partes, que es cualitativamente diferente a
sus componentes por separado.
Utilizando un elemento material para ilustrar la situación conceptual, podemos mencionar la
pintura. Se trata de una sustancia que consta de dos componentes básicos: el pigmento y el
vehículo. El pigmento es sólido en polvo, es lo que aporta color, gracias a él se percibe y se
identifica la pintura; el vehículo es líquido, es el que cohesiona las partículas de pigmento, las
hace aplicables a una superficie y consigue que se fijen a ella permanentemente, pero ninguno
de los dos por separado puede funcionar alterando el color de una superficie; sin embargo,
juntos, constituyen la pintura.
1.2.2.1. El Encargo
En el mundo industrializado cuando una persona, o un grupo de individuos tienen una
necesidad relacionada con habitar, que implica intervenir en el medio, acuden al arquitecto
para presentarle una solicitud, este pedido se denomina: Encargo. El encargo puede ser muy
variado: nuevo o una modificación de lo existente, urbano o rural; puede tratarse de una
escuela, una vivienda, un hospital o todo junto.
La obra arquitectónica se gesta con el encargo, el cliente es el portador de la necesidad y la
petición realizada al arquitecto, es la demanda de respuesta a ese apremio. Aparece la
persona o personas para quien se trabajará, que encarnan el componente social. Y la solicitud
se puede plasmar en un encargo que recoge los componentes básicos que encierran las
circunstancias que especifican la necesidad: el lugar, la función y los recursos económicos y
tecnológicos.
Es decir, que para dar inicio al proceso proyectual es indispensable que exista una necesidad,
y que ésta se formalice y convierta en encargo. La solicitud puede estar bien definida por el
cliente o no ser más que un vago deseo, que es lo que sucede con mayor frecuencia. Este
momento debe considerarse como pre-proyecto, es un inicio inminente; los condicionantes del
futuro objeto arquitectónico existen desde ahora, pero se encuentran en un estado latente, este
es un momento que queda fuera del proceso proyectual, es una etapa de pre-gestación.
En cuanto el arquitecto admite el reto, asume la responsabilidad profesional de convertir la
petición del cliente en realidad. Y pasa a ser “depositario” del conjunto de condicionantes que
contiene el encargo, dando comienzo por consiguiente al proceso proyectual. Realmente el
proceso proyectual comienza cuando el arquitecto acepta la responsabilidad de satisfacer esa
petición mediante la construcción de un objeto arquitectónico y formula coherentemente dicho
encargo.
serian grandes porque no interesa recoger latas oxidadas o especies en peligro de extinción.
La red en el proyecto arquitectónico se hace transparente a datos poco interesantes, pero
densa ante datos significativos.
El proyectista no sólo selecciona datos, sino que establece relaciones, construye nexos entre
los datos jerarquizando aquellos elementos que le sirven para su proyecto. Sin embargo, si la
concepción de la futura obra es apenas una nube, ¿cómo se sabe qué datos valorar y cuáles
descartar?
La selección implica una interpretación de los datos, lo cual crea un significado para el que
proyecta, ante lo cual debe decidir, valorar y priorizar la información que está construyendo.
―Este acto de seleccionar, unificar e identificar, es el origen de los significados‖ (Marina,
1993:46).
Entonces la selección forma parte activa del proceso proyectual, esta discriminación e
interpretación de los datos constituye un conjunto de decisiones de carácter proyectual. El
pensamiento proyectual está en marcha…
topografía, relieve, composición del terreno, drenaje del terreno, régimen de asoleamiento,
condiciones climáticas y ambientales, como el comportamiento de los vientos y la pluviometría.
También lugar significa unas vistas, un contexto inmediato, urbano o rural, un paisaje concreto,
vegetación, fauna. Pero ese espacio que modificará y ocupará la edificación, no se
circunscribe solamente a la parcela, al solar; ―es también una historia, unas tradiciones, una
cultura, unas gentes que lo viven y lo utilizan […] mitos, las poesías, las creencias colectivas,
los valores filosóficos, religiosos, y políticos: en una palabra, la cultura antropológica en su más
amplia acepción‖ (Muñoz Cosme, 2008: 65).
El arquitecto entabla un diálogo con el lugar, que comienza como una educada presentación
entre las partes y se convierte en una relación de afinidad, de apropiación imprescindible para
la futura concepción del objeto que ocupará ese marco físico y cultural.
El arquitecto pasa muchas horas viendo, escuchando, sintiendo los lugares, haciendo dibujos,
fotografías, estudiando los planos, levantando secciones, haciendo una maqueta del entorno,
consultando la historia, estudiando los datos climáticos o el estudio geotécnico. Cuanto más
amplio sea el conocimiento del lugar, más se podrá enriquecer el proyecto de todo lo que ya
estaba ahí antes de que la nueva arquitectura fuera siquiera un lejano deseo. Ese conocimiento
permitirá al arquitecto comenzar el proceso de diseño con la seguridad de quien está
familiarizado y ha hecho suyo el terreno en el que se mueve y conoce la senda en la que va a
adentrarse.
(Ídem: 66)
Cuando al arquitecto Frank L. Wright, se le pregunta, ¿qué es lo primero en el diseño de un
edificio? responde: El terreno, por supuesto. La naturaleza del emplazamiento, el suelo, el
clima, es lo primero.
Así pues, esencialmente, el terreno es el punto de partida del diseño. En el caso del Hotel
Imperial, el emplazamiento se encontraba en el centro de Tokio, cruzando un parque desde el
Palacio Imperial, tenía unas dimensiones de 500 por 300 pies y consistía en «sesenta pies de
barro líquido recubierto por ocho pies de terreno sedimentario». En otras palabras, Wright iba a
construir sobre un pantano; pero supo sacar partido de esta dificultad, usándola para resolver
otro problema que derivaba también de las características del emplazamiento: la de estar
sometido a frecuentes terremotos. Wright decidió desde el principio que su edificio tenía que flotar
sobre el barro «como un buque de guerra flota en el agua salada» y el barro entonces actuaría
como amortiguador para reducir las sacudidas sísmicas.
Broadbent (1976:85)
Le Corbusier no sólo visitaba el terreno varias veces durante el proceso de proyecto, sino que:
…caminaba por él, ya que, como él mismo dice, el terreno nunca lo vemos a vista de pájaro,
como en el tablero de dibujo, sino al nivel de la vista de un observador, y esta visión nunca es
estática, ya que el observador se desplaza continuamente. Caminando por el terreno el
observador ―se siente atraído por todo lo que hay a su alrededor, por el centro de gravedad del
emplazamiento. Como en un relámpago, el problema arquitectónico se extiende a todo el
entorno. Las casas vecinas, las montañas, próximas o lejanas, el horizonte, alto o bajo, juegan de
acuerdo con sus propios volúmenes cúbicos.‖
Ídem (1976:87)
La importancia de la apropiación de los condicionantes del lugar se ilustra en este ejemplo de
actualidad. El ―Shanghái World Financial Center‖ uno de los rascacielos más altos del mundo,
492 m de altura y 101 pisos, financiado por capital japonés, exhibía en lo alto del edificio una
forma muy singular como solución para disminuir la presión del viento sobre la superficie. Para
ello se concibió que la cima estuviera perforada por un enorme círculo.
Las autoridades del Gobierno Chino presentaron una reclamación a los responsables del
proyecto, argumentando que el agujero circular que se pretendía construir era similar al sol
naciente de la bandera japonesa. Al mirar al cielo todos los chinos estarían recordando
permanentemente al Japón imperial y rival económico.
El equipo de arquitectos no había estudiado la cultura del lugar lo suficiente como para
percatarse del significado de la propuesta.
Imagen 1. Proyecto y estado actual del edificio ―Shanghái World Financial Center‖, China.
El edificio actual luce una abertura rectangular, lo cual generó además tranquilidad en el
equipo de ingenieros estructurales, por las complicaciones constructivas que se ahorraban al
no tener que ejecutar la forma circular propuesta inicialmente.
Otro ejemplo para ilustrar la fuerza que ejerce el contexto. En el XXXII curset celebrado en
Barcelona, con el tema ―Jornadas Internacionales sobre la Intervención en el Patrimonio
Arquitectónico‖ se dio una oportunidad poco habitual, una conferencia para explicar las
primeras ideas de un futuro edificio.
Se trata de construir en el mismo lugar donde actualmente se hallan las ruinas originales del
Hotel Packard en La Habana, un nuevo hotel. El sitio es: la intersección de la avenida Paseo
del Prado con la avenida Malecón. Un contexto singular, por su historia, por el trazado urbano,
y por las magnificas vistas que se ofrecen desde el Paseo del Prado hacia la bahía de La
Habana.
El arquitecto Rafael Moneo, el autor de la operación proyectual comenta: ―es que no es un
encuentro entre dos de las avenidas más importantes, es que se trata de la esquina de la
ciudad‖ (Curset, 2009), mostrándose claramente dubitativo ante la responsabilidad de construir
en uno de los enclaves más emblemáticos y bellos de la ciudad.
La excelencia del lugar representa un problema, emplazar el edificio en este lugar, hágase lo
que se haga, se ve como un gesto que empaña lo existente.
El experto arquitecto lo sabe y confiesa su indecisión ante el auditorio, demostrando así el
peso que puede llegar a tener el lugar sobre el proceso de proyecto. Cuando se aprovechan
creativamente los condicionantes y requisitos del lugar, estos marcan muchos de los mejores
ejemplos de arquitectura, al asumirlos más que sortearlos como obstáculos pasan a aportar al
proceso proyectual parte esencial de lo que caracterizará el futuro edificio.
Esta característica hace que el arquitecto deba conocer y respetar el presupuesto real del que
se dispone para la obra. Ajustarse en todo momento al presupuesto debe ser una prioridad,
incluso en el proceso proyectual una vía de nuevas ideas es tratar de encontrar soluciones que
disminuyan lo presupuestado o al menos que aparezcan alternativas para maniobrar con los
gastos.
El cliente generalmente se excede soñando con lo que desearía, pero si el arquitecto se
excede mientras proyecta, el cliente casi nunca está facultado para percatarse previamente de
que no se dispone de ese dinero. Por ello siempre es mejor un ajuste del presupuesto en la
etapa del proceso proyectual, que en la fase constructiva de la obra. Esta cita recuerda cuan
viejo es este problema.
Si damos crédito a lo que nos cuenta Vitrubio y a la curiosa ley que regía en Éfeso, se dice que en
Éfeso, ciudad grande y célebre de Grecia, existió promulgada por los antiguos una ley dura, pero
no injusta, por la que obligaban al arquitecto, cuando se encargaba de dirigir una obra pública, a
fijar el coste a que podía ascender, y aceptada la cantidad del coste, quedaban hipotecados
todos sus bienes ante el magistrado hasta que estuviera totalmente terminada la obra.
Acabada ésta si el coste había respondido a lo estipulado quedaba el arquitecto libre y era
premiado con decretos honoríficos; y aún si el coste hubiera excedido un 25% del total de la
apreciación hecha, la diferencia se pagaba del dinero público y el arquitecto no quedaba
sometido a pena alguna; pero si se había gastado más de esa cuarta parte el exceso se abonaba
con cargo a los bienes del arquitecto hasta terminar la obra. Ojalá los dioses inmortales hiciesen
que esta ley se hubiese promulgado también en el pueblo Romano no solo para los edificios
públicos… [Los arquitectos] calcularían con más diligencia antes de todo el coste de la obra…
De la Peña Olivas (2006: 354)
La Opera de Sydney es un caso que permite ejemplificar muchas facetas del proceso
proyectual, pero resulta especialmente paradigmático para ilustrar de qué manera un costo
estimado en 7 000.000 de dólares, en el transcurso del proceso, tanto proyectual como
constructivo se vio multiplicado en más de 14 veces llegando a ascender a 102 000.000.
En 1957 Jorn Utzon gana el concurso para la Opera de Sydney, veamos los comentarios
desde el punto de vista del ingeniero encargado de calcular el edificio: Ove Arup.
Si el jurado hubiese contado con un ingeniero, posiblemente se hubiera perdido la oportunidad de
realizar uno de los grandes edificios del mundo, pero me imagino que lo que tranquilizó al jurado
fue la fe, prevaleciente entonces entre los arquitectos, en la omnipotencia de las cáscaras.
Pero el informe termina con una nota fatal: ―Tal vez sea importante destacar que hemos hecho
estimaciones aproximadas de costo de todos los anteproyectos premiados y también de algunos
otros. El anteproyecto que ahora recomendamos para el primer premio es, sobre la base de
nuestros cálculos, seguramente el más económico‖.
Arup (1965:24)
El diseño original que presentó Utzon era muy vago, continúa Arup:
Sólo una indicación de sus intenciones, expresadas por medio de bosquejos realizados a mano
alzada sin una definición geométrica precisa. La forma fue elegida fundamentalmente por razones
estéticas, pero seguramente Utzon pensó que había encontrado una solución que era
estructuralmente razonable. Y sigue diciendo: por eso quedó bastante desilusionado cuando en
nuestra primera entrevista le dije que la forma elegida no era, estructuralmente, la más adecuada.
Utzon tenía un concepto muy idealizado acerca del matrimonio entre arquitectura y estructura.
Ídem (1965:25)
La forma de la cubierta del edificio exigía de una tecnología de análisis y cálculo que no se
disponía en la época, la forma propuesta para la cubierta tampoco contribuía a la racionalidad
estructural y por tanto tecnológica y constructiva. Se necesitaron diez y ocho meses para
determinar la geometría de esta solución, tarea que sin el auxilio de las computadoras hubiera
sido casi imposible de realizar.
Me parece que he mostrado sólo una parte de la compleja actividad puesta en movimiento por la
simple idea poética de Utzon, panorama naturalmente enfatizado desde mi punto de vista de
Ingeniero estructural. Pero de todas maneras, lo que ha ocurrido en la obra, hasta ahora, es
ingeniería estructural, y al mismo tiempo arquitectura [...] Muchos de nuestros ingenieros
trabajaron durante cinco años o más en esta obra. Significa bastante sacrificio para un hombre
que está en la cúspide de su capacidad dedicar cinco años de su vida a un trabajo que exige
tanto y ver cómo se pierde una parte tan grande de su esfuerzo a causa de los cambios y las
modificaciones o porque las dificultades que surgen resultan Insuperables.
Id (1965:28)
Después de apreciar la magnitud del caudal de información, que llega desde las tres fuentes
de condicionantes: el lugar, la función y la variable tecnológica - económica, retomemos el
análisis sobre esta fase.
De acuerdo a la tesis que exponemos: la etapa inicial no debe considerarse una fase previa del
proceso proyectual, no debe tomarse como un: ―antes de empezar‖; ni si quiera es asimilable
a la cuenta previa que se produce cuando los corredores se encuentran en la pista de
atletismo, sobre los bloques de arrancada, y se vive ese instante inminente a la salida.
Así como la arrancada forma parte de la carrera y esta se entrena como parte decisiva de la
prueba. En la arquitectura la fase inicial ya es la carrera misma, el disparo de salida es en
realidad un momento intermedio entre dos partes de la misma carrera.
En esta fase el arquitecto ha de recoger la mayor cantidad de datos y transformarlos en
información, pero esto tiene un límite en tiempo, en asimilación y en efectividad de elaboración
de los datos, lo que produce una selección activa y jerarquizada de información.
El conocimiento del lugar se da como resultado de la discriminación de información, la
búsqueda de relaciones entre los datos del propio lugar, con los cruces de información que
provienen del programa y del presupuesto. Por ende la apropiación del contexto, implica el
dominio de las características esenciales del lugar, la actividad y las características
tecnológicas posibles, y por otra parte, es mediante esa asimilación del contexto que se
escogen aquellos elementos formales y espaciales determinantes en la configuración del
problema de proyecto, resaltando algunos aspectos y descartando otros. Esta selección activa
y apropiación del contexto forma parte esencial del proceso proyectual.
El arquitecto revisa y reelabora el programa, lo interpreta, sugiere modificaciones, mejoras y
cambios que discute con el cliente, lo que hace que este último aclare mejor lo que quiere,
vuelva a insistir en algunas peticiones, cambie otras y sobre todo solicite otras nuevas.
Para que sea posible encontrar tamaños, proporciones y posiciones a las actividades del
cometido, dentro del futuro edificio, es necesario definir una jerarquía de actividades, y
ordenarlas de acuerdo a la importancia definida. Esta jerarquía de funciones y de ubicaciones
físicas son acercamientos, ensayos tentativos, pero indiscutiblemente son pasos del proceso
proyectual.
Los primeros bocetos de los arquitectos suelen ser manifestaciones personales sobre esos datos.
Un croquis del emplazamiento, otro del soleamiento o de los vientos dominantes, un
organigrama, en qué gastar el dinero en unos números al borde del papel, o apuntes sobre la
arquitectura del lugar. Cualquier boceto de un arquitecto sobre los datos no es imparcial. Implica
ya una toma de posición sobre los mismos.
Lapuerta (1997:184)
La fase inicial, en la que se selecciona y elabora información proveniente de las fuentes
constituyentes del encargo (programa, lugar y tecnología) funciona como un acumulador de
energía, aparentemente nada se mueve, pero se está concentrando un potencial que garantiza
el desarrollo ulterior de todo el proyecto hasta su solución.
Desde estos primeros momentos la creatividad y la ideación se ponen en funcionamiento,
aspecto que contradice una línea de pensamiento dentro de la disciplina, que coloca el
funcionamiento de la creatividad sólo en una fase concreta y más avanzada del proceso
proyectual. De lo que cada vez tenemos mayor certeza es, como dice Marina (1993:164) que:
―Gran parte de la tarea creadora va a consistir en una hábil gestión de las restricciones.‖
En el proceso proyectual en esta fase inicial, se ha producido inconsciente o conscientemente
un progresivo acotamiento del abanico de posibles soluciones proyectuales. Esto lo recoge
José Maria de Lapuerta en estas características:
La capacidad, esfuerzo y eficiencia en la prospección de los condicionantes.
La selección se ve influida por la formación del arquitecto y la habilidad de generar nuevas
situaciones y significados a través de las existentes. Las nuevas informaciones serán
reinterpretadas para que sean congruentes con las existentes y a la vez se reinterpretan éstas,
en tanto en cuanto las contradicciones o aportaciones de las nuevas lo demanden.
La destrucción selectiva de posibilidades, se da en una deriva desde lo abstracto [proceso de
conversión de conceptos en intenciones arquitectónicas] a una tendencia hacia las imágenes
más productivas y fecundas.
Lapuerta (1997:187)
información, en pos de estructurar un problema, con los datos que se dispone, con referencia
a la realidad, para entender proyectualmente a qué enfrentarse.
El arquitecto nunca se enfrenta a la hoja en blanco porque el proyecto surge de una necesidad
concreta de intervención. Son unas circunstancias, una problemática concreta, las que incitan al
cambio, a idear novedades eficientes.
Valero Ramos (2006:42)
Se parte del encargo, donde el arquitecto asume la responsabilidad del proyecto y hace suya
la necesidad del cliente, convertida ahora en problema profesional. El enunciado del encargo
contiene potencialmente la generalidad de los datos del problema proyectual, pero se trata de
un problema que se presenta incompleto y mal definido. El enunciado es portador de una
situación particular, en ella se encuentran integradas las condicionantes de proyecto, pero se
empieza a conformar el problema proyectual a través de la selección de los datos, requisitos y
sus relaciones.
El tipo de problema al que se enfrenta el arquitecto no es del tipo de problemas al que se ve
avocado un ingeniero o un programador, no se trata de encontrar la sección menor de un
cable de comunicación telefónica que permita la mayor reducción de ruido en el sistema.
Un problema de diseño no es un problema de optimización. En otras palabras, no es un problema
de satisfacer un determinado número de requisitos del mejor modo posible. Por lo que hace a la
mayor parte de los requisitos, sólo importa satisfacerlos en un nivel que baste para impedir el
desajuste entre la forma y el contexto.
Alexander (1969:38)
Según la teoría convencional de la disciplina, podemos ilustrar lo descrito del proceso como
necesidad-problema. Según Munari ―el problema no se resuelve por sí mismo, pero en cambio
contiene todos los elementos para su solución‖ (1983:39).
De hecho Munari comienza su esquema del proceso proyectual con una P de problema, y
después coloca la S de solución; a continuación gradualmente va incluyendo etapas
intermedias entre la P y S. La primera que coloca es ―definición del problema‖. Pero, ¿cómo se
puede definir un problema sin indagar en los elementos y nexos que lo constituyen?
En el gráfico 6 se representa ese momento inicial según las concepciones de la profesión. Sin
embargo, una de las primeras propuestas teóricas de este trabajo insiste en: no colocar la
necesidad como el primer momento del proceso proyectual, no es el primer cuadro de la
película, la necesidad pertenece al cliente; el arquitecto asume una responsabilidad ética y
profesional cuando acepta la petición y comienza a formular un encargo que responde a lo
que se le solicita. La necesidad queda potencialmente contenida y definida en el enunciado del
encargo, desde él se puede desplegar paulatinamente una cascada de información, implícita
en el universo de datos del trabajo.
Volviendo al problema de proyecto, en rigor, se trata de una conceptualización, la
intelectualización de una situación de la realidad y la configuración del problema depende de
quien realice esta conceptualización. El problema no existe como fenómeno independiente de
la conciencia del arquitecto.
Gráfico 7. Actividad inicial del proceso proyectual, según la teoría del presente trabajo.
Gráfico 8. Superposición de la estructuración significativa de los datos como actividad siguiente del
proceso proyectual.
En este momento la tarea del proyectista consiste en recoger la mayor cantidad de datos y
procesar esta información, pero ya hemos visto que esto no es factible y lo que realmente hace
el arquitecto es una selección activa de los datos mediante una discriminación de la
información en virtud de ―lo más adecuado para el proyecto‖. En esta actividad de elección de
prioridades y jerarquías, el caudal de información proveniente de los condicionantes se analiza
mediante el repertorio de información personal (r.i.p.) y profesional (r.i.p.- p) del arquitecto.
Hasta aquí, nos hemos adentrado mucho en el proceso de proyecto, recapitulemos:
Primero: el proceso proyectual no está animado inicialmente por un objetivo concreto,
declarado y definido de antemano, sino que el propósito se va construyendo y modelando
progresivamente durante el proceso. La selección de datos y el esfuerzo de discriminación,
contribuyen a crear las vías de intencionalidad hacia donde empieza a cursar el trabajo.
Segundo: si el proceso proyectual está comenzando, ¿en base a qué criterios se realiza la
selección de esos elementos que sirven para la definición del problema arquitectónico?,
¿cómo realizar una selección activa de datos en función de lo más adecuado para el proyecto,
si no se sabe todavía cómo será el proyecto? Aquí ―el proyecto se convierte en problema‖
(Marina 1993:190) e interviene la personalidad del proyectista, vista a través de su formación,
es decir: el r.i.p.- p.
Y de qué modo interviene la personalidad del arquitecto, Marina (1993:143) sostiene que ―el
conocimiento tácito, en el caso del hombre, se encuentra formando bloques integrados. No
son secuencias de información que pudieran enunciarse en listados, sino sistemas
asimilativos, que compilan información‖. Ese es el papel que desempeña el r.i.p.- p, que no es
más que el repertorio de información personal (r.i.p.) ampliado con el saber profesional
específico, en este caso, el de la arquitectura.
Cuando se le pregunta a una situación que se vislumbra como problema, ¿por qué es un
problema? se indaga en los componentes que hacen que el problema sea tal, y por lo tanto se
está problematizando. Preguntar tiene la facultad de colocar al inquisidor frente una situación
desconocida, la interrogación es básicamente la formulación de un problema. La llave de la
puerta conduce a un camino de exploración.
La problematización es entender por qué el conjunto de circunstancias, reunidas en esta
situación arquitectónica, (variables del contexto + variables del programa+ datos del
presupuesto + intención) constituyen un problema. Qué incompatibilidades aparecen, qué
obstáculos, oportunidades, posibilidades, restricciones o prohibiciones existen y por qué.
Es importante entender los nexos internos que se establecen entre los pequeños sub
problemas que componen al problema. Problematizar es identificar la estructura del problema.
En un acervo de conocimientos memorizados en el archivo mental que son captados
anteriormente por experiencias perceptivas, todo lo que podemos imaginar en nuestro espacio
mental proviene siempre de ese material externo que hemos captado, o simplemente
visionado y que en alguna manera sabremos combinar, amalgamar, trastocar o refundir, hasta
formularlo en una nueva coherencia configurativa.
Esto indica que hay un proceso de ―percepción recuerdo‖ en el acto proyectual, imaginamos
propuestas que suponen soluciones y simulan la materia arquitectónica, para experimentar con
lo que sabemos, con lo que hemos visto o lo que se ha captado recientemente.
Entonces, si entendemos estas estructuras formales a partir de la experiencia y abstraemos e
identificamos a los contenidos sustantivos de la forma en una especie de lectura, vamos creando
mentalmente un acervo de imágenes que nos ayuda a formular o pensar ―proyectualmente‖. Y
con ayuda de este acervo nuestra memoria reproduce, recuerda y aporta datos; por ello,
interviene en la elaboración del proyecto como ―formulación imaginaria‖ o pensada de una cosa.
Podemos partir entonces, de patrones perceptivos o ―recuerdos percibidos‖ para configurar a la
forma; de tal manera, que el acto proyectual se siente en el centro de la ―memoria‖.
Barroso Arias (2006:6)
Cada proceso proyectual cuando empieza se muestra como una aporía, palabra que viene del
griego que significa sin salida: Un problema visto como obstáculo que imposibilita el avance y
paraliza la evolución. Entonces le pedimos prestada la pregunta y la respuesta a José Antonio
Marina (1993): ―¿cómo puede actuar la inteligencia ante un trance tan infortunado? Pues lo
hace liberando al problema de su carácter opresivo, convirtiéndolo en actividad gratificante,
creando desde la operación que se está resolviendo un juego‖.
Esta es una de las características del proceso proyectual, muchos arquitectos comentan esa
sensación de disfrute mientras se proyecta y al estudiante se le debería enseñar como sentir el
júbilo de buscar una solución mientras proyecta.
El carácter incompleto e interconectado de los datos reclama un trabajo de búsqueda de
información para generar coherencia en el mapa del problema, mientras el universo de datos
que componen el problema de proyecto pasa a través del tamiz del (r.i.p.-p) y se crean
múltiples inquietudes y preguntas alrededor del entendimiento del problema arquitectónico.
Esta actividad es la que hace que aparezca este júbilo que tanto valor tiene para la actividad
proyectual.
El r.i.p.- p. es un sistema que se enriquece constantemente, es un conjunto de esquemas de
actuación con el cual se adquieren conocimientos y experiencias, permitiendo seleccionar
información, asimilar la realidad y transformarla.
Este estado de incertidumbre crea un reto irrefrenable que impulsa a proyectar. Las primeras
chispas que encienden la motivación provienen de las incitaciones que despiertan en el
proyectista la capacidad de percibir en los datos y sus interacciones, las posibilidades
arquitectónicas. Es decir que, el choque de los datos y sus reacciones con los esquemas de
actuación del arquitecto provocan ese hervidero de ideas incipientes.
Análisis
Necesidad de Problema Concepto
Datos
Gráfico 10. Representación convencional del proceso proyectual, según la teoría disciplinar actual.
Gráfico 12. La intencionalidad en el esquema del proceso proyectual, según la teoría de la presente
investigación.
Esto lo revela así Linares Soler, ―El alumno sin una intencionalidad en su discurso
arquitectónico suele recurrir a la fragmentación de las referencias‖ (2006:127). La asunción de
la intencionalidad puede ser superficial, lo que repercutiría en una lenta apropiación del
problema y se materializa en una dilatada propuesta de solución o en su ambigüedad y falta
de coherencia, pero lo imposible es, proyectar sin intención.
Indiscutiblemente la intención está conformada por ideas, una corriente disciplinar confiere a la
idea el papel de motor del proyecto, como opina, por ejemplo Alberto Campo Baeza (2006) en
su libro La idea construida. ―Así, el proceso de ideación consistiría en la búsqueda de la idea
más adecuada‖.
El proyecto es un proceso que sirve para construir una idea. Sin idea no hay proyecto, hay sólo
una secuencia mecánica y estéril de operaciones que giran en torno al problema sin encontrar la
solución. En efecto, podemos decir que el proyecto es una serie concatenada de elecciones a
través de las cuales se define, se precisa y adquiere concreción, porque está sostenida de un
aparato técnico que la hace transmisible.
Rossi citado por (íd.)
Otras tendencias otorgan al concepto el protagonismo conductor del proceso proyectual. En
nuestros días va ganando aceptación la tesis de que ―más que una idea, el auténtico motor del
proyecto es un concepto, formado por un sistema o constelación de ideas, en el que éstas se
relacionan entre sí, creando estructuras complejas‖ (Muñoz, 2008:99).
Un concepto en el campo del proyecto es una analogía, estableciendo semejanzas y diferencias,
puede identificarse como una metáfora tanto conceptual o formal. Una interpretación de la
realidad, en relación con el contexto y circunstancias donde se halla inserto el problema, la
esencia del tema, de la necesidad o del problema. Un argumento, una explicación.
Sin embargo la fuerza propositiva del Concepto rector radica en las ideas que lo componen, en
ello habita la potencia que tiene el propio Concepto rector para hacer desarrollar y evolucionar
el proceso proyectual. El Concepto rector es una comprensión de la intención; es una
definición consciente, es la visualización que trata de exponer de manera precisa e inequívoca
el propósito proyectual.
El proceso proyectual puede existir con o sin Concepto rector (razón por la cual algunos
autores no reconocen su utilidad) pero lo que es imposible es un proceso proyectual sin
intencionalidad incluso aunque esta sea inconsciente por parte del proyectista.
Por ello es que planteamos que la fuerza y la guía para impulsar la creación proyectual reside
en la intención, y aunque en la teoría convencional de la disciplina, no se ha llegado a un
consenso, consideramos que es la intención la que verdaderamente constituye la esencia del
proceso proyectual.
En la teoría arquitectónica, la fase conceptual se asocia con la formalización de las ideas
arquitectónicas. El momento del proceso proyectual en que comienza a definirse y a cobrar
sentido el Concepto rector se confunde con las primeras apariciones de los elementos
arquitectónicos. Es decir, que en los primeros instantes en que se realizan croquis, se
confunden las ideas que contiene el propio Concepto rector con las ideas formales que se
derivan del mismo y que conducen a concretar determinado elemento arquitectónico. Esto se
aprecia en ideas como la siguiente:
Cada boceto es estudiado detalladamente, con frecuencia corregido y modificado, a veces
tachado, rasgado y abandonado para comenzar de nuevo. Las ideas se van desarrollando en
nuevos croquis que sucesivamente van siendo complementados con otros, en un proceso en el
que el pensamiento, a fuerza de verse reflejado sobre el papel, va evolucionando,
transformándose, ampliándose y enriqueciéndose con nuevas ideas y cualidades.
Muñoz (2008:103)
A veces, por la potencia propositiva, los croquis se comportan como portadores del Concepto
rector. En este sentido, en otro momento del mismo texto de Alfonso Muñoz dice:
En el proceso de ideación se mezclan decisiones conscientes con elecciones inconscientes, lo
cual hace este proceso especialmente complejo, pero también enormemente atractivo. Así, el
arquitecto traza sus croquis o construye su maqueta reflejando aspectos absolutamente
racionales y mensurables junto a decisiones totalmente irracionales e inconscientes.
Id (2008:104)
Veamos como lo expresa en su libro ―Proyectar un edificio‖, el arquitecto Quaroni:
En la práctica tradicional, el arquitecto, una vez que la fase analítica está completa y ha obtenido,
elaborado y asimilado toda la información que contiene, comienza a dibujar sobre el papel en
blanco, a trazar sobre la pantalla del ordenador o a construir en la maqueta unas primeras ideas,
intentando dar respuesta a los condicionantes más relevantes.
Lo más frecuente es que en esta primera etapa se utilice el croquis, a través del cual se van
ensayando las primeras respuestas a la demanda proyectual,… emborronando
despreocupadamente uno o más trozos de papel ayudan al cerebro en este prioritario trabajo de
organización.
Quaroni (1980:55)
Las vías para llegar al concepto del proyecto son diferentes, algunos no tienen conciencia de
haber llegado a un Concepto rector, otros lo obtienen sin reparar en como lo han encontrado.
Considerar que es fruto de la inspiración, de una revelación es una opción, como el caso del
arquitecto japonés Takamatsu:
Pienso que la idea para un proyecto surge repentinamente; el proceso de dibujo es una estrategia
para prepararse para ese momento súbito. No soy yo quien crea una idea para un proyecto;
existe un poder externo que me lleva a encontrarla.
Citado por Muñoz (2008:105)
Amos Rapoport dice ―Sabemos cómo construir, pero quizá necesitamos saber lo que es la
intención‖ y para avalar su idea cita al arquitecto holandés Aldo van Eyck ―Lo que deberíais
tratar de conseguir es construir con intención, es decir, ligaros estrechamente a la intención y a
la forma‖ (citado por Broadbent, 1971: 301).
La fuerza del Concepto rector proviene de la intencionalidad que es el propósito específico de
proyecto y está promovido por la motivación, de aquí que el estímulo de alcanzar dicho
propósito actúe como motor de búsqueda, como guía durante el proceso controlando las
desviaciones del camino, en función del resultado que se persigue como meta establecida.
Imagen 3. Torre de televisión a orillas del río las Perlas en Cantón, China.
Cuando la pareja de arquitectos holandeses Mark Hemel y Bárbara Kuit reciben la noticia de
que son los ganadores del concurso internacional para la Torre de televisión de Cantón a
orillas del río las Perlas, en China, la alegría se mezcla con la sorpresa.
Han sorteado todo tipo de obstáculos incluyendo su principal enemigo, un despacho muy
pequeño; sólo ellos dos.
Si se analizan algunos detalles del citado proyecto se aprecia cómo se percibe la creación del
tejido intencional. La forma final deriva de un cilindro que adopta una sección elíptica y se
Oscar Guevara, 2013 56
Análisis del Proceso de Enseñanza Aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico, en el Contexto del Aula.
retuerce en direcciones contrarias en la base y en la cima haciendo que este efecto aumente
considerablemente la resistencia del rascacielos. Esta operación estructural crea en el centro
del cilindro una cintura donde se reduce la sección.
Este camino estructural se superpone a la conceptualización sobre la capacidad de evocación
del edificio: ―cuando la mayoría de los rascacielos tienen rasgos masculinos; introvertido,
fuerte, recto, rectangular, basado en la repetición, nosotros queríamos crear una torre
femenina, compleja, transparente, con curvas y bondadosa. Por lo tanto, no quería que fuera
simétrica para que el edificio se viera como si estuviera en movimiento y vida‖ (Discovery,
2011).
Ambos análisis se superponen en la intencionalidad del edificio, el resultado es una torre con
silueta de mujer, razón por la que le valió el apodo de la supermodelo y el de la dama del río.
Los significados extraídos de la realidad, adquieren una nueva coherencia, se ha conformado
un sistema que representa una vía de actuación para la conformación de la nueva realidad. Se
trata de la intencionalidad de proyecto.
La interacción del arquitecto con las condicionantes de partida despierta una trama de motivos
que va conformando gradualmente desde la incertidumbre, una actuación coherente. La
palabra motivo, procede del verbo mover, significa aquel pensamiento que es capaz de
movilizar, de poner en acción. El motivo es la chispa de la intención, la fuerza que aporta
energía a la intencionalidad. El motivo, necesita de un campo de intenciones donde actuar y a
su vez, la intención debe estar animada, es decir, motivada.
No obstante, motivo e intención a veces se confunden, pero se pueden distinguir ante la
diferencia de la pregunta a que responden. Motivo responde a un porqué, tiene una función
argumental, explicativa y está presente en las decisiones y los juicios que toma el arquitecto al
proyectar. En cambio la intención responde al para qué y sirve para identificar, para nombrar,
para denotar la acción; por ello, las respuestas formales y la concreción material se aprecian y
contrastan respecto a lo que se aspira con la intención.
1.2.2.5. La Formalización
Llegan los momentos cruciales cuando la certeza del propósito debe ser visualizada. La
premura de esa visualización primero pasa por el propio arquitecto; su emoción y la prisa por
comprobar la eficiencia de la intencionalidad caracterizan estos momentos. En este camino
progresivamente se va constatando el poder de la intención, es decir, comienza a verificarse a
través de la formalización, la interpretación que se ha hecho de los datos ahora convertidos en
posibles caminos de solución, en relaciones formales y finalmente en piezas arquitectónicas
concretas.
Cuando estudiamos la formalización encontramos que en la literatura de la disciplina se
considera que:
―Uno de los momentos críticos en el proceso de diseño se presenta en el paso del concepto a la
concreción formal, de la idea conceptual a la formalización. No solo se trata del conocido salto al
vacío de la generación de la idea, tema central en el proceso el proyecto sino, cuando ya existe, el
embrión de idea, cómo se formaliza ese concepto, ¿cómo es el tránsito de esa imagen mental,
abstracta, al lenguaje espacial?‖
Ben Altabef (2003:23)
La teoría de la arquitectura entiende la formalización como una fase en la que se transforma el
Concepto rector en el resultado final, el edificio en cuestión. Por su implicación didáctica debo
insistir en diferenciar dos momentos que de ordinario se tratan como uno. La visualización de lo
abstracto y la materialización de lo concreto.
Desde el punto de vista que defendemos en este trabajo, debe explicarse que los croquis
iniciales que representan el Concepto rector, o en rigor la intención, contienen el germen formal
de las ideas de proyecto, pero no son lo mismo. Los diagramas, los modelos abstractos, las
maquetas de estudio o los croquis, captan y retienen mediante características formales los
atributos intencionales que permiten la formalización posterior de las nuevas ideas y su
desarrollo.
Imagen 4. Croquis conceptual y planta de la Capilla del agua. Arquitecto Tadao Ando.
En la imagen 4 se puede comparar el croquis conceptual que transmite las primeras ideas
configurativas con el aspecto formal que representa la planta de la Capilla del agua, obra del
Arquitecto japonés Tadao Ando. Furuyama (1996)
Las similitudes formales que se aprecian representan la estructura interna de la intención, que
después es trasladada mediante un arduo trabajo de formalización al conjunto arquitectónico.
Nótese que no se trata de dos imágenes producidas en la misma fecha, sino que la vista en
planta es consecuencia de la intencionalidad contenida en el croquis.
Sin embargo, a veces los croquis seminales que aparecen en las publicaciones
arquitectónicas parecen demasiado cuidados, por ello, a modo de contrapunto ilustrativo al
ejemplo de Tadao Ando, hemos decidido incluir el croquis conceptual inicial para la Primera
Iglesia Unitaria de Rochester, Nueva York, obra del arquitecto Louis Kahn construida en 1959.
Veamos lo que dice sobre este tema el mismo Louis Kahn:
La idea que dibujé en la pizarra ante la congregación fue mi primera reacción a lo que podía ser
una orientación para construir una iglesia unitaria. Habiendo oído al pastor dar una visión de las
aspiraciones unitarias, se me ocurrió que el santuario es simplemente el centro de las preguntas,
y que la escuela -algo en lo que se insistía constantemente- era la que planteaba la pregunta -el
espíritu de la pregunta-, y que ambas cosas eran inseparables.
Gráfico 13. Croquis conceptual inicial para la Primera Iglesia Unitaria de Rochester.
Imagen 5. Primera versión de planta (en sepia) y propuesta definitiva para la Primera Iglesia Unitaria de
Rochester.
Análisis
de Problema Concepto Formalización
Necesidad
Datos
1.2.2.6. La Materialización
Un estudiante de arquitectura se aproxima al profesor y le muestra la modificación más
reciente realizada desde la última revisión. Después de una atenta observación del dibujo el
profesor le dice ―sigue buscando‖. El estudiante asiente y se retira rascándose la cabeza
envuelto en un susurro interior, si pero ¿cómo se busca?...
A la Arquitectura y a la Didáctica de la arquitectura, le interesan los ensayos, por eso se
guardan los bocetos, unas veces para comprender la génesis de la obra y otras por la
conciencia de actuar en un proceso. Los croquis de la obra son testigos visuales de los
caminos, de los tropiezos y de las decisiones; son la manifestación visual del pensamiento
proyectual.
Los croquis permiten volver sobre lo andado y regresar al punto en el que la dirección
escogida se modificó. Gradualmente las ideas contenidas en la intención se van
transformando, perdiendo abstracción y ganando en concreción a medida que se pasa de
croquis a plantas, secciones y alzados dibujados con mayor exactitud, con dimensiones,
grosores y especificación de materiales.
El trayecto hacia la concreción de la solución
En la intención reside el germen de la materialidad, en la estructura interna de las ideas de la
intención se encuentra la fuerza generativa de la forma. Desde allí, las semillas de lo formal
aguardan las condiciones mínimas de fertilidad configuracional para objetualizarse.
La formalización equivale a preguntarse ¿cómo se opera con la intencionalidad? La
intencionalidad se manifiesta a través de la formalización y ésta se va concretando en la
materialidad física y visual de cada uno de los elementos arquitectónicos en los que ella tiene
impacto.
El paso de superficie a muro de ladrillo visto, no sólo trata de un mayor grado de iconicidad en
la representación, significa además una especificación, una definición de la sustancia. Se
trasciende a otro nivel de ajuste en el que aparecen las propiedades físicas de los elementos:
peso, sustentación, oxidación, resistencia al fuego; incluso su valor en el mercado o la
complejidad de ejecución entran en juego como valoraciones proyectuales en referencia a la
concreción material.
La idea conceptual está más distante, su presencia ha sido transfigurada en una organización
formal que se convierte poco a poco en espacio y objeto arquitectónico: muro perforado,
voladizo, encuentro entre dos superficies que casi se tocan, o cinta de vidrio debajo de la
pared ciega de hormigón. La identidad material que está surgiendo permite que los elementos
se modifiquen unos a otros creando a su vez una nueva sintaxis. En esta organización que
exhibe el objeto arquitectónico se toman continuamente decisiones sobre la distribución
espacial, sobre la función y esto a su vez repercute en la estructura, en la construcción y en los
materiales del conjunto, experimentando así que todo está conectado.
El objeto arquitectónico es un sistema y como ente sistémico, es difícil de tratar, sus partes
están conectadas y relacionadas pero no sólo formal o funcionalmente, sino también en
muchos otros niveles: estructural, constructivo, tecnológico, de manera que un cambio en un
punto concreto del edificio repercute muy lejos en otro lado y en otro nivel del sistema.
En ocasiones, decisiones concretas pueden obligar a revisar aspectos de concepción del
proyecto y decisiones mucho más generales. En otras, una sola decisión influye en diversos
ámbitos, se realizan numerosas modificaciones que se derivan de ella. Es un juego perenne de
juicios, valoraciones y decisiones.
El cambio repercute más allá de su vecindad. Se trata de las decisiones llamadas de
compromiso porque una mejora aquí provoca una modificación o desarreglo en otro u otros
elementos y al final hay que decidir la que provoca el menor impacto, la menor afectación,
pero la transformación siempre existirá. Esa es la vía de evolución del objeto que se proyecta.
La información recogida y seleccionada de los condicionantes es metabolizada y devuelta en
una ola de producción de nueva información. Las ideas plasmadas en los elementos
arquitectónicos dotan a estos de una autonomía que les permite evolucionar por primera vez
desde la propia manipulación formal. El dibujo es en esta fase un medio de análisis y
comprobación de los elementos arquitectónicos, el referente es la nueva realidad.
El desenvolvimiento del proceso proyectual no es lineal, se trata de un proceso iterativo: otra
característica del proceso proyectual que indica una forma específica de repetición con un
estado mutable. Es la reproducción de una secuencia de acciones o eventos que después de
ejecutarse parece que se encuentra en el mismo nivel de ejecución pero se ha rectificado o se
ha logrado algo nuevo.
Se trata pues de un proceso repetitivo, cuyo curso es en parte cíclico y en parte direccional, a
través del cual se va ganando en profundidad. En cada uno de sus pasos, el proyectista examina
las posibles consecuencias sobre los pasos siguientes y crea márgenes para resolver cualquier
problema imprevisto que pueda presentarse. Asimismo, cada vez que el proyectista da un paso
hacia delante, ha de volver la vista atrás para comprobar si se sigue manteniendo el concepto
original o si se requiere alguna modificación.
Leupen (1999:16)
Por la analogía a un fenómeno recurrente en numerosos acontecimientos de diferente
naturaleza, se acude a la metáfora visual de la espiral para describir el proceso que incluye
actividades simultáneas en el espacio y en el tiempo. Un comportamiento que no es lineal ni
circular, sino que se mueve en una combinación de ambos, la espiral se va ampliando
conforme avanza, como una hélice que se desarrolla en el espacio.
Durante el desarrollo de un proyecto, las decisiones toman frecuentemente la forma de
aproximaciones sucesivas. Suelo comenzar tomando decisiones de naturaleza general que
establecen parámetros para el trabajo del equipo de diseño. A medida que el proyecto se va
desarrollando, esas decisiones se pulen, se refinan. El diseño no sigue un curso de línea recta, se
asemeja más a una forma helicoidal. En cada giro, el proyecto se revisa completamente, pero a
un nivel más alto y con un grado mayor de detalle. El diseño mismo, por tanto, es circular, pero el
proceso de diseño (sobre el eje de la hélice) es lineal.
Pelli, Citado por Muñoz (2008:136)
La intencionalidad conforma el eje de la hélice que traza la dirección del trabajo proyectual, es
el mapa que guía en este intrincado bosque. Es necesario que la nueva realidad que se
conforma mantenga una coherencia con el concepto que le dio origen, aunque en el proceso
haya que matizarlo y modificarlo. La coherencia es la cualidad que garantiza que no se pierda
la intensidad creativa de las ideas rectoras.
En esta fase de búsqueda de la concreción del objeto arquitectónico, la principal habilidad
proyectual consiste en llevar la intención a la materialidad final, de modo que las sucesivas
transformaciones que se dan en el proceso generen la menor cantidad de pérdidas en el
contenido conceptual. Es decir, que el elemento material conformado contenga la mayor
herencia conceptual de lo que se ha pensado.
A esta transferencia se le denomina coherencia; implica que tiene que haber suficiente trabajo
conceptual porque si no hay pensamiento, no puede haber materia que lo recoja y que el
pensamiento tiene que ser suficientemente fundamentado para que en la aproximación a la
realidad la idea no se vaya diluyendo.
La idea informa un elemento material, este se corporiza en la dirección que señala la idea,
permitiendo que ésta quede para siempre contenida en él.
1.2.2.7. El criterio
Para no perderse en este complejo proceso es preciso que el arquitecto tenga plena
conciencia de la intencionalidad, de la organización formal y funcional que configuran el objeto
arquitectónico. Esto implica por su parte, tener criterios suficientemente desarrollados para
tomar decisiones que mantengan la coherencia del trabajo. Al respecto Cesar Pelli comenta:
Al intentar entender la esencia del proceso de diseño, me ha llegado a parecer que tener objetivos
claros y tomar decisiones correctas es probablemente más importante que generar ideas o
formas. Miles de ideas se tienen en cuenta en todo proyecto. Las ideas son fundamentales, pero
no son difíciles de conseguir. Un buen arquitecto puede producir una solución sobre cualquier
problema de diseño. Las formas son más elusivas, pero si tenemos la disposición y la capacidad,
tampoco son tan difíciles de concebir. Lo crucial es saber discernir cuáles son las ideas y las
formas que tienen el mejor potencial para la arquitectura, de acuerdo a las circunstancias del
proyecto en cuestión.
Pelli (2000:169)
La palabra criterio deriva del griego Krinein que significa separar, cernir. El criterio nos sirve
para discernir la respuesta o solución adoptada en los constantes momentos de (crisis)
decisiones que hay que abordar durante el proceso.
Si acudimos al nacimiento de la palabra, ―nos damos cuenta de que crítica y crisis son palabras
que tienen la misma raíz: ambas aluden a esos momentos que se dan a lo largo de todo proceso
en los que se produce una inflexión y ocurre algo decisivo. En griego, krisis significa precisamente
"decisión" y deriva de krino, "yo decido, separo, juzgo". De ahí que el crítico sea el que emite
juicios, el que posee kritérion o la facultad de juzgar.
[Y aunque se aparta un tanto del discurso nos resistimos a podar la cita] Eso nos hace ver que
existe una estrecha relación entre el crítico y el profesor. Se podría decir que una forma de ser
profesor es ejercer la crítica ante los estudiantes: una crítica que debe mostrar sus propias reglas,
de manera que éstos puedan aprender a ser autocríticos.
Martí Arís (2005:15)
La elaboración del proceso proyectual supone un continuum en el que el avance depende
continuamente de las criticas. A veces la evolución pasa por detenerse para reflexionar o
retroceder hasta el cambio que generó la última modificación, con la que no se está de
acuerdo. Cada paso en el proceso del proyecto ha de ser evaluado y relacionado con el
conjunto, para comprobar su validez y a la vez estudiar cómo cada decisión modifica otras
determinaciones.
El estructurar propuestas, nuevos intentos, creando formas que obedecen a sus propias leyes;
volver atrás y empezar con el apoyo de un conocimiento más claro, con ajustes sucesivos,
buscando una constante reafirmación crítica, es lo que llamamos proyectar. El proyecto configura
un determinado programa mediante una forma que se afianza a medida que avanza el proceso,
hasta conseguir resumir en dibujos un conjunto de voluntades y conducirlos hacia un fin común a
través de una forma ajustada, técnicamente eficaz y que lleva implícita la condición propia de la
materia que la constituye.
Rey Aynat (2002:19)
Durante todo el trabajo proyectual tanto la búsqueda, la producción, como la aproximación a la
solución final está marcada por la utilización de criterios que dirigen el proceso. La capacidad
de juicio y la claridad de criterios para evaluar las propias decisiones son dos de los puntos
principales a la hora de proyectar y la encrucijada en la que se extravían muchos proyectistas
noveles:
Si hubiera que identificar el problema básico al que nos enfrentamos los arquitectos, no cabe
duda de que el mayor desasosiego lo constituye el no tener criterios a la hora de decidirse por
unos elementos -o soluciones-, o desecharlos, durante el proceso de proyecto. No es, por tanto,
un problema técnico, sino un problema de capacidad de juicio: en efecto, no se trata de aprender
una técnica que pueda garantizar la calidad del producto -como ocurre en la producción
industrial-, sino en ser capaz de identificar la calidad -atributo equívoco por definición- como
condición indispensable para utilizar la técnica adecuada para alcanzarla en cada caso.
Piñón (2006:16)
Para valorar si nos hallamos por buen camino, incluso para saber si hemos alcanzado el
propósito final necesitamos de algún criterio. ―Cada vez que un inventor, un científico o un
artista se esfuerzan por realizar un proyecto ha de comparar cada uno de sus pasos con el
objetivo propuesto. Pero sucede que precisamente el objetivo es lo que se intenta encontrar, lo
que se desconoce, con lo cual la búsqueda resulta dirigida por lo buscado, que al mismo
tiempo es desconocido‖ (Marina, 1993:164).
Esta situación tan paradójica se resuelve apelando a algún criterio, la intencionalidad como se
ha descrito es más un propósito que un objetivo, es lo que se aspira que sea la solución de
proyecto. El criterio permite reconocer las características de la intencionalidad y esto hace
posible aproximarse al resultado que se desea.
Gráfico 15. Bucle elemental del proceso proyectual. Momentos de producción, crítica y producción
mejorada.
Gráfico 16. Interpretación de la espiral del proceso proyectual, indicando momentos de producción y
crítica.
El control
El proceso proyectual no se puede controlar completamente, pero tampoco es un proceso
completamente anárquico. La labor de crear algo que no existe previamente no es fácil. A las
limitaciones de conocimiento y capacidad técnica se une la dificultad de utilizar la imaginación,
continuamente vigilada por nuestro pensamiento racional y la necesidad paralela de controlar
la producción del proceso creativo mediante la crítica.
En el desarrollo del proyecto hay formas de comportamiento que propone el arquitecto y otras
que surgen de los requerimientos y condicionamientos impuestos por la situación proyectual,
con lo cual se va creando una cadena de procedimientos de actuación, elegidos como parte
de las decisiones proyectuales. Los momentos de evaluación también son momentos
creativos.
Con la capacidad crítica se va obteniendo un juicio para la evaluación de lo producido,
ejerciendo así una danza entre la búsqueda, la producción y el control de lo creado. En el
proceso proyectual se distinguen dos fuerzas que interactúan constantemente. La intención y
la crítica: la intención es dirección y la crítica es evaluación de ese rumbo.
Análisis
Necesidad de Problema Concepto Formalización Solución
Datos
Gráfico 17. Representación final del proceso proyectual según la concepción clásica disciplinar.
Gráfico 18. Representación final de las fases del proceso proyectual según la concepción del presente
trabajo de investigación.
Se afirma que es totalmente posible distinguir las diferentes fases que conforman el proceso
proyectual, ya que cada una posee un estadio y un nivel diferente dentro del proceso, unas
características únicas, cada una trata sobre unos contenidos también específicos, pero sobre
todo que cada fase reúne un tipo de actividades que las distinguen entre las demás.
Sin embargo, lo interesante es que frente al empeño de establecer una frontera para señalar
donde termina una fase y donde comienza la otra, lo que el resultado de la búsqueda nos
ofrece es una disolución, lo que se encuentra es que este límite se diluye dejando solamente
visible la nueva actividad.
Este es un enfoque del proceso dirigido, más que a sus fases, a las actividades que las
conforman, es la evidencia tangible de la naturaleza del proceso, que en definitiva es su
esencia, la expresión del proceso proyectual a través de sus actividades, acciones y tareas.
Wislawa Szymborska
Poeta polaca Premio Nobel de literatura 1996
Introducción
La creatividad es una actividad que ha permitido al hombre colocarse en la cumbre de la
evolución. El desarrollo tecnológico, científico y artístico que caracteriza la civilización en el
momento actual se debe a la creatividad, la que ejerce un efecto catalizador sobre el resto de
las actividades humanas.
Sin embargo, como dice la profesora y psicóloga Manuela Romo: ―las raíces más profundas
de la creatividad humana se sustentan en una necesidad biológica de explorar e intervenir en
el medio, necesidad que compartimos con otras especies superiores‖ (Romo, 2000:115).
No obstante, de esta exploración e intervención sobre el medio, de esas respuestas exploratorias
que sólo tienen los primates, la evolución dio un salto cualitativo a otro motivo exclusivamente
humano, embrión de la creatividad: la curiosidad, el deseo de saber, llamémosle motivación
epistemológica. Está en el origen de toda forma de conocimiento y, por supuesto, en la ciencia,
que es la forma de conocimiento más evolucionada y en el arte, que es la forma de buscar y
plasmar el conocimiento, en especial el conocimiento de uno mismo.
Ídem (2000:116)
Parafraseando a Mihaly (2004) podría decir que: en esa facultad de los seres humanos que
hace posible pasar de organismos reductores de estímulos y solucionadores de problemas, a
infatigables buscadores de estímulos y descubridores de problemas, se oculta la creatividad.
¿Es posible describir el acto de crear? La dificultad de describir la actividad de la mente
humana cuando intenta crear, de analizar el fenómeno a profundidad, la escasa recogida de
datos fiables sobre los engranajes de la mente creadora, lanza a los curiosos como fuerza
centrífuga hacia la periferia, lejos del problema. ―La tentación más fuerte es la de salvar el
obstáculo, declarando, indirectamente, la imposibilidad material de ilustrar procesos y
fenómenos que suceden en el interior del cerebro para dedicarse, en cambio, a las
posibilidades abiertas por las acciones: a los resultados‖ (Corradini, 2011:19).
Así presentaba Guilford el asunto en su famosa conferencia ante la Sociedad Americana de
Psicología, al tomar posesión de su presidencia en 1950.
Con grandes vacilaciones abordo el problema de la creatividad, porque generalmente, cualquiera
que sea su escuela, los psicólogos penetran en este terreno de puntillas. Sin embargo, desde
hace mucho tiempo tengo la ambición de emprender una investigación sobre la creatividad.
Romo (2000:18)
Qué podemos esperar de los arquitectos, si los propios psicólogos hasta hace muy poco no
se encargaban del tema. En Arquitectura, en el campo del diseño y en el mundo del arte en
general sucede, y coincidimos con Matteo Corradini, que es más fácil dedicar tiempo y
esfuerzo investigativo a las criaturas, en vez de a los creadores; a las obras creadas en lugar
de a las operaciones de la mente creadora. Es más cómodo discutir sobre los resultados que
reflexionar sobre las operaciones mentales que les dieron vida.
Mientras se hace cada vez más acuciante profundizar sostenidamente en el estudio de la
creatividad, se han amontonado una necesidad de aplicaciones, de toda índole, de estos
estudios a las disciplinas proyectuales, razón que nos incita a abordar este tema en la tesis,
como parte de la concepción teórica del objeto de estudio.
III. Es en el siglo de las luces cuando el término creator se incorporó gradualmente al lenguaje del
arte; creador se convirtió en sinónimo de artista. Se forman nuevas expresiones, que
anteriormente se había considerado superfluas, como el adjetivo creativo y el sustantivo
creatividad.
IV. Entrado el siglo XX es cuando la expresión creator empezó a aplicarse a toda la cultura humana;
se comenzó a hablar entonces de la creatividad en ciencia y en tecnología.
Tatarkiewicz (1990:286)
Corradini (2011:40)
Capacidad para formar combinaciones, para relacionar o reestructurar elementos conocidos, con
el fin de alcanzar resultados, ideas o productos, a la vez originales y relevantes.
Tabla 1. Atributos sobre el concepto de creatividad que presentan un mayor índice de frecuencia entre
el grupo de 52 autores estudiados.
El resultado es significativo, ya que puede elaborarse una definición, que contiene los cuatro
momentos de análisis proceso, persona, producto y ambiente; eso sí, es un enunciado un
tanto extenso, del concepto: creatividad.
Creatividad es el proceso que integra una combinación de atributos desplegados con fluidez y
que se caracteriza sobre todo por la invención, novedad y originalidad; de manera que desde
la perspectiva personal constituye una capacidad transformable en habilidad, que no solo
descansa en la aptitud, sino también en la actitud.
Es una actividad del pensamiento y su ejecución, que entraña una potencialidad destinada a la
producción de ideas, formas y objetos, dirigidos a la solución de problemas, que el contexto
debe considerar como un resultado valioso.
La creatividad es la capacidad de dar existencia a algo esencial o absolutamente nuevo y
producir un resultado que tenga valor socialmente.
Tabla 2. Índice gráfico de frecuencias entre los 14 atributos resultantes del concepto Creatividad.
interesa por la factibilidad; no inmediata o particular, sino universal. La invención es tan concreta
como la creatividad, pero entra en acción en lo particular, se activa para resolver cuestiones
contingentes y específicas.
Bruno Munari, Citado por Corradini (2011:39)
Imaginación: La imaginación es ―el poder de evocar cosas que no están en nuestros sentidos‖
(Robinson, 2011: 90), no tiene límites, elabora ideas y proyectos a partir de los elementos que
encuentra en la memoria. Y en opinión de López Pérez, (2001:29) para Vigotsky, su principal
característica es la capacidad para combinar y crear a partir del material que le proporciona la
experiencia.
La imaginación multiplica y desborda las fronteras del pensamiento convencional. Eso es
crear. Ninguna de las manifestaciones de la creatividad humana, serían explicables sin recurrir
al concepto de imaginación. Sin embargo todo su poder se encuentra mediado por la razón,
ya que, sin contar con ella, no sería posible concebir un proyecto creativo.
El pedagogo Sir Ken Robinson entiende por creatividad ―el proceso de tener ideas originales
que tengan valor‖ (2011: 99) y vincula la creatividad con la imaginación subrayando el
componente resolutivo de la creatividad; ―la creatividad es imaginación aplicada‖. Id (2011: 99)
Descubrimiento: Hallazgo de algo desconocido hasta ese momento. Encuentro con algo que
permanecía oculto o secreto. Fundamentalmente, la idea es sacar a la luz o mostrar algo que
hasta ese momento nadie había observado. Equivale al encuentro con una realidad
preexistente, descubrir tiene el sentido de quitar el velo de algo que estaba allí.
Invención: Es uno de los dos indicadores básicos del resultado creativo. Se relaciona con
generar algo que previamente no existía, en particular para referirse a creaciones de carácter
material como las tecnologías.
La invención apunta a obtener mayores satisfacciones y comodidades, pero principalmente se ha
vuelto un medio para asegurar la continuidad de la vida humana y la de cualquier modo de vida
civilizada en el futuro.
López Pérez (2001:32)
Integración: Es el resultado que reúne experiencias y aprendizajes anteriores, es la
composición a partir de elementos separados, es el proceso de síntesis que provoca que
dichos elementos se encuentren en la configuración de una nueva idea.
Gráfico 19. El reino de las Íes: conjunto conceptual en el que se desarrollan muchos de los factores
que intervienen en la creatividad.
Romo (2000:18)
Las propias concepciones populares nos ofrecen pistas para el análisis, pero una ―teoría
implícita‖ es un constructo muy complejo, con su indiscutible base empírica, asentada en el
tiempo y aceptada y compartida por personas relevantes y grupos que la mantienen. La
psicología popular establece las características y cualidades que adornan a quienes la
sociedad ha reconocido como creativos. El mundo del arte es fértil en ejemplos, ya que ―por
su propia naturaleza, es objeto de consumo‖ (Id. 2000:20) y donde más arraigo tienen los
perfiles psicológicos de la mitología del artista, es entre los propios artistas.
El artista genial
Las versiones populares del genio creador coinciden, de forma general, respecto de la definición
de los procesos mentales que desembocan en el producto, ya sea éste un poema, una sinfonía,
un cuadro o el descubrimiento de una ley física, postulando la necesidad de misteriosos procesos
inconscientes en algún remoto lugar de la mente que súbitamente afloran a la superficie como un
fogonazo capaz de alarmar al propio sujeto.
Ib. (2000: 20)
Veamos un ejemplo que pertenece al campo de la Arquitectura.
Frank Lloyd Wright había llamado a la imaginación creativa ―la luz eléctrica de la humanidad‖, y
había igualado a los seres creativos con los dioses. ―Un ser creativo es un Dios, nunca habrá
demasiados dioses‖. Wright no respondió a una invitación para proporcionar material a uno de los
pocos estudios realizados por el campus universitario de Berkeley y sus psicólogos en los años
50, sobre la pista de la personalidad creativa que incluía a los arquitectos.
Cabeza Laínez (2009:8)
Como es de entender los dioses no se prestan fácilmente para rellenar cuestionarios, ni
responder entrevistas.
Teoría del trastorno psicológico
Esta concepción sufrió de nuevo un importante brote en el Romanticismo, cuando la sociedad
occidental hizo una patologización del modelo de genio, según el diagnóstico de José Antonio
Marina en su libro sobre la inteligencia creadora. Significativas al respecto fueron algunas
sentencias lapidarias -según recuerda Marina- que se pusieron de moda entre poetas y
escritores.
Por ejemplo, Schopenhauer: ―Malograrse pertenece a la obra del genio, es su título nobiliario‖.
Oscar Wilde aconsejaba de esta manera: ―Sé bello y sé triste‖. El mito del genio loco recibirá en
esta época una base pseudocientífica en definiciones psicologizantes por parte de autores como
Lombroso (1882): ―El genio es una de las muchas formas de locura‖, o las tipologías de
Kretschmer. El psicoanálisis consagra finalmente el mito con una poderosa influencia que se
mantiene actualmente sobre algunos teóricos del arte y sobre los propios artistas.
Romo (2000:22)
La situación que se expone a continuación a manera de ejemplo la protagoniza el famoso
arquitecto suizo Le Corbusier.
… sobrevolando el delta del Nilo, Le Corbusier escribió en su libro de notas: ―pintar es una
amarga lucha, terrorífica, sin piedad, sorda; un duelo del artista consigo mismo. La lucha va por
dentro, escondida en la superficie. Si el artista habla de ella se está traicionando a sí mismo.‖
Cabeza Laínez (2009:9)
Teoría de las dotes especiales innatas
Uno de los núcleos más puros de la leyenda del artista remite al carácter congénito de sus dotes
creadoras. El culto a esta versión del genio se consolida también en el Renacimiento. Ahora ese
―entusiasmo‖ de los griegos se le concede al artista: la inspiración es la visión interior de quien
está poseído por la divinidad. ―Los pensamientos maravillosos y divinos aparecen sólo cuando el
éxtasis complementa la obra del intelecto‖, dice Vasari. En esta época es cuando la acepción de
―divino‖ para referirse al artista tiene su origen.
Romo (2000:24)
Esta concepción ―hereditaria‖ de la personalidad creadora, es responsable de una de las
vertientes de actuación más establecidas en la formación de la arquitectura. La cual llega a
plantear que poco tiene que hacer la educación y la formación sobre el futuro arquitecto como
no sea la transmisión de algunos conocimientos del oficio.
Teoría de la búsqueda de sí mismo
Su esencia es conceder a la expresión artística el valor instrumental del conocimiento de sí mismo
y se encuentra en enunciados como éste: «Los cuadros son para el pintor como espejos». Es el
modelo de artista que preserva celosamente la singularidad de su obra.
Teoría de la expresión emocional
Es la concepción del arte no como síntoma sino como catarsis. Hay que buscar nuevas
experiencias y emociones donde sea y como sea. ―El artista es un receptáculo de sentimientos
vengan de donde vengan‖, dice Picasso. Y en esta búsqueda todo es legítimo: soledad,
misticismo, drogas... Recordemos a Coleridge y la inspiración que, al parecer, encontraba en el
opio o a Lord Byron, amigo también de drogarse.
Teoría de la comunicación
Se trata del arte como algo mágico que comunica al espectador el fervor religioso, la pasión
amorosa o el estado de éxtasis en que caen algunos al contemplar la obra y el artista como
vehículo de esa trasmisión. Aquí, a diferencia de la teoría anterior, el sentido de la obra no se
agota en la pura ejecución. Más que expresar emociones se trata de comunicarlas, de que las
tengan los demás.
Id (2000:22-23)
Estas tres últimas teorías comunicativas tienen un claro correlato en la Arquitectura, cuando el
proyectista considera de modo genuino y justifica su actuación proyectual desde la
perspectiva de la expresión personal, utilizando el edificio como vehículo de expresión
individual a modo de lienzo, escultura, poema o composición musical.
Y para continuar desde el ámbito comunicacional pudiéramos incluir otra teoría, que se puede
denominar: Imposibilidad comunicativa. Es aquella que refleja la concepción del artista en
virtud de la cual no es posible explicar su obra a través del lenguaje. La grandeza de la obra no
se puede relatar, ni racionalizar, o se vive o no existe. Y puede ilustrarse con el siguiente pasaje
protagonizado por el arquitecto finlandés Alvar Aalto.
En una ocasión Aalto telegrafió al decano del MIT, diciendo que era incapaz de producir suficiente
filosofía arquitectónica para explicar la casa Baker, pero que en su lugar se podía publicar una
cita del músico Sibelius: “si se publican tres palabras explicando la música, al menos dos están
equivocadas.” Aalto sugirió aún con más fuerza que esto podría ser verdad para la arquitectura.
Es importante entender las predisposiciones que muestran las personas, grupos o bien
culturas hacia el trabajo creativo.
Llamamos actitudes para la creatividad a ese conjunto de orientaciones hacia la experiencia que
constituyen elementos claves en el desarrollo de los procesos creativos. Entre ellas se incluyen la
sensibilidad a los problemas, la tolerancia a la ambigüedad, la apertura a la experiencia, la
motivación intrínseca, la aceptación del error y el riesgo, y el manejo de la incertidumbre entre
otras.
López Pérez (2001:2)
La presencia evidente de estas actitudes demuestra que la creatividad no es un fenómeno
primariamente cognitivo, aún cuando la perspectiva cognitiva ha sido la tendencia dominante
de las investigaciones en el área.
Según Kimberly Seltzer y Tom Bentley, las personas que deseen aprender creatividad deben
desarrollar las siguientes capacidades:
1. Formular nuevos problemas en lugar de depender de otros para definirlos.
2. Transferir lo que se aprende de unos contextos a otros.
3. Reconocer que el aprendizaje es un proceso incremental que regularmente implica cometer
errores.
4. Concentrarse en la persecución de un objetivo o en un conjunto de ellos.
Ib. (2001:19)
Incubación e iluminación.
Elaboración.
Comunicación.
Cuestionamiento
Consiste en percibir algo como problema, en tomar distancia de la realidad para distinguir un
poder ser. Es fruto de la inquietud intelectual, de la curiosidad bien encauzada, del interés
cultivado, de hábitos de reflexión, de capacidad para percibir más allá de lo que las superficies y
apariencias nos ofrecen.
Es la capacidad de detectar una anomalía, saber alejarse del tejido primario de datos para
encontrar nuevas tramas y relaciones en otros niveles de información.
Acopio de datos
El creador potencial necesita procurarse el mejor material para que la mente trabaje sobre terreno
sólido y fértil. Esta es la etapa de la observación y conversaciones con personas conocedoras del
tema. La apropiación de datos y la construcción de información.
Elaboración
Este es el paso de la idea a la realidad externa; el puente de la esfera mental a la esfera física o
social. Suele ser trabajo de tecnología, de relaciones humanas, de disciplina y también de nueva
creatividad. Llega a darse el caso de que llevar a la obra una idea brillante requiere más
creatividad que haberla pensado. Quizá esto sea uno de los aspectos más interesantes de la
creatividad, que requiere, en su primera fase, un proceso de distanciamiento de la realidad en la
reflexión, pero también volver a la realidad objetiva en la fase de acopio de datos; para luego
nuevamente aventurarse por el mundo de las ideas y de la fantasía (en la incubación), para
finalmente terminar todo o aterrizar otra vez en el diálogo intenso e íntimo con la realidad.
Comunicación
Si la esencia de la creatividad es lo nuevo junto con lo valioso, este logro debe darse a conocer.
Así se cierra un ciclo que empezó con una inquietud, con una admiración y con una pregunta, es
decir, con un cuestionamiento. Este punto inicial y motor de la creatividad habla con elocuencia
de saber preguntar: ¿cómo?, ¿por qué no?; y de la importancia de pensar habitualmente que todo
puede ser mejorado en alguna forma.
Rodríguez Estrada (1987:40)
En opinión del Ingeniero Ayala Aragón un aporte a la concepción de la creatividad como
proceso, se produce desde el punto de vista fenomenológico, definiéndolo en las siguientes
etapas:
1) Etapa de percepción, en la que se busca que los sujetos perciban los problemas y aumenten
su información respecto a éstos. (Inquietud ante el problema)
2) Etapa de formulación, en la que se define y expresa claramente el problema. (Preparación).
3) Etapa de hallazgo, en la que se pretende encontrar la mayor cantidad de alternativas de
solución. (Incubación)
4) Etapa de evaluación, convergencia hacia la solución más adecuada, evaluando las alternativas
a la luz de los criterios (visión e iluminación).
Ídem. (2011:52)
El método de Webb estaba estructurado en cinco fases. ―La primera fase estaba representada
por la recogida de información sobre cada uno de los aspectos que tuviera relación con el
problema. […] para cada aspecto del problema debía haber una precisión casi archivística a la
hora de encontrar todos los datos posibles‖ (Ídem, 2011:52).
Estos datos se escribían en pequeños folios que se colgaban en las paredes del estudio, de
modo que fueran disponibles con una sola mirada ―hasta que el color de las paredes ni
siquiera se veía ya.‖ En esta primera fase, según Webb, podría aparecer la tentación de
encontrar una idea en el magma de datos: es una tentación de la que hay que huir, porque
llevaría a la banalidad o a la ineficacia. (Ibídem, 2011:52).
La segunda fase del método atañe a la posibilidad de encontrar relaciones entre los datos, para
identificar posibles nexos entre informaciones diferentes. ―Se trata de discernir semejanzas,
referencias, dependencias entre factores disparatados, creando una suerte de red entre
conocimientos, conectando entre ellas las diversas caras de un mismo problema‖ (Corradini,
2011:52). Estableciendo una comunicación entre las informaciones, el pensamiento, desplaza
la atención hacia un plano operativo, inclinándose hacia el nacimiento de una idea, ya en una
fase tan temprana.
Esta idea prematura, en realidad, es una idea ―presagio‖ concepto que pertenece al propio
Webb Young, es decir: no es una idea perfecta, sino del inicio de una buena idea, un
presentimiento, un augurio, que tiene que llegar a ser. Y es importante no creer, en este
momento, que se ha resuelto el problema.
La profesora Manuela Romo hace notar que Gruber también tiene un concepto parecido
cuando en su estudio de los cuadernos de notas de Darwin escritos entre 1837 y 1840 a la
vuelta de su viaje en el ―Beagle‖, considera que son como protocolos de solución de
problemas (2000:27).
En estas mismas etapas, pero en el método de Munari, se aprecia una clara influencia
cartesiana, en particular por la fragmentación del proceso en numerosas acciones, cada una
de las cuales permite realizar un pequeño paso, ―cada vez más corto y por lo tanto más simple
hacia la solución‖ (Corradini, 2011:51).
En resumen, en el método de Munari estas fases o etapas iniciales se refieren a la definición
del problema, la descomposición del problema en partes diferentes, la recogida de datos,
organización y su correspondiente análisis, del cual la organización ya es un primer indicio.
Existe una atención mayor hacia la división del problema en problemas más pequeños,
cuestiones cada vez más acotadas y observables con lucidez. Es un método muy influido por
el método científico.
Continuando con el ejemplo de Webb, ahora sería de esperar que la tercera fase
correspondiera con el nacimiento de la idea, mientras que Webb Young propone algo
inesperado: dejarlo todo como está y dedicarnos a otra cosa.
Es una fase en la cual hay que hacer aumentar la propia sensibilidad emotiva, dedicándonos a las
actividades que más amamos, y en la cual es necesario liberarse del ansia que provoca el
problema y dedicar tiempo a cualquier acción que pueda estimular la imaginación y la
sensibilidad: leer una novela, escuchar música, correr, pasear con un amigo, hacer un pequeño
viaje, mirar una película, recoger piedras...
Corradini (2011:53)
Aquí Matteo Corradini realiza un interesante comentario respecto a la implicación pedagógica
de esta conducta. ―Se trata de una fase habitualmente pasada por alto dentro de un ciclo
productivo, pero que puede resultar atrayente en un proceso educativo, ya que resalta y da un
valor a una ocupación que tratamos de llevar a cabo cada día: vivir. La fuerza del método de
Young creo que reside en esto, la vida como parte fundamental del método creativo; se trata,
por lo tanto, de un método creador que no es paralelo a la existencia, sino que deriva de la
existencia misma, generado a través de ella‖ (Ídem, 2011:53).
Sin embargo, este periodo de hibernación o incubación al que Webb se refiere, para el propio
creador significa un enigma, constituye una zona oscura dentro del método.
No resulta, por tanto, extraño que algunos (Einstein, Poe, Rilke, Valéry, Picasso, Hadamard...) se
hayan sentido tentados a especular sobre su naturaleza y nos hayan obsequiado con sus
particulares versiones epistemológicas del proceso creador, sin otra herramienta o metodología
que la introspección, en el mejor de los casos, y si analizamos ésta, en realidad lo que hacen
muchos es retrospección (Poincaré, Kekulé, Nicolle...) y, en los casos peores, engaños o
autoengaños en forma de versiones fantásticas como la de Coleridge .
Romo (2000:36)
La inspiración no surge de la nada, el problema sigue estando presente, lo que se produce es
que la actividad se difiere o mejor se traslada a otra zona. ―Ese alejamiento del problema del
que nos hablan los creadores es ficticio: uno tiene que alejarse físicamente del problema
porque el sueño le vence, porque otras actividades más urgentes le reclaman o porque,
simplemente, está exhausto y necesita tomarse un respiro. Pero el problema sigue presente de
manera implícita. Es indiscutible que existe una actividad inconsciente; lo que hay que discutir
es la naturaleza de esa actividad‖ (Romo, 2000:37).
Por lo tanto, en realidad el problema no se abandona. Se permanece alerta, con una sintonía
hacia todas partes desde donde puedan venir algo interesante, cautivador, válido para
nuestros propósitos. En palabras del profesor José Antonio Marina:
El artista está receptivo, fértil y puede ser fecundado por cualquier bobada convertida en
poderoso espermatozoide. Dicho en términos no mitológicos: el proyecto cambia el significado
de las cosas que se convierten en significativas, sugerentes, interesantes, prometedoras, bien
esperanzadas.
Marina (1993:157)
Entonces, ¿qué podemos decir, con objetividad y prudencia, acerca de esta etapa de la
incubación?
1. Que no es imprescindible para alcanzar las más altas cotas de la creación.
2. Que cuando se da no implica una misteriosa actividad inconsciente sino algo tan prosaico
como sencillamente descansar, desplazando el problema a ―la antesala‖.
Romo (2000:38)
La cuarta fase del método de Webb Young es la aparición de la idea, que ―nacerá
precisamente cuando dejemos de buscarla afanosamente‖ (Ib. 2011:53).
La cuarta fase, descrita generalmente en la literatura del arte y de la propia arquitectura como:
la iluminación creadora, es el momento del ¡ya lo tengo!, del insight, de ¡ajá! como le llama la
psicóloga Manuela Romo.
El período de descanso ha permitido al creador recuperarse y ajustar mejor la atención en los
elementos del problema. Favoreciendo que los bloqueos previos desaparezcan y facilitando
los nuevos enfoques, la aproximación novedosa que demanda la solución de estos problemas
que desembocan en el insight.
Por una parte se habla de una nueva configuración con un significado distinto que va más allá de
la suma de las partes. Pero el ¡ajá! no es sólo insight; como su nombre indica es también
satisfacción, euforia, sentirse poseído por el nuevo hecho. […]En definitiva, el ¡ajá! es insight más
afecto positivo.
Romo (2000:33)
Y la profesora Romo insiste en subrayar las dos funciones psíquicas que implica la situación
de ¡ya lo tengo!: cognición y afecto, por la manera que la persona se siente satisfecha ante el
hallazgo, pero está excitada al mismo tiempo. Tiene ―la convicción íntima de que aquello es lo
que se andaba buscando, a veces desde largo tiempo atrás, de que es la mejor solución de
todas las posibles o la única, de que todas las piezas encajan en una nueva composición que
es maravillosamente simple‖ (Ídem, 2000: 39).
En resumen, muchos artistas y científicos creadores, enfatizan que lo fundamental en
creatividad es poseer curiosidad, tener una mente preparada, concienzudamente estructurada
y cargada, es decir, unos conocimientos previos que no se refieren al campo y una buena
base de datos que hace referencia a la temática de trabajo, pero además el trabajo
prolongado y profundo durante unos cuantos años sobre el problema en cuestión.
Todo lo cual lleva a concluir que sintéticamente y de acuerdo con Mauro Rodríguez, un
proceso creativo implica estos tres aspectos:
Una estructuración de la realidad
Una desestructuración de la misma y
Una restructuración en términos nuevos.
Rodríguez Estrada (1987:31)
Y finalmente la quinta fase, está dedicada a la producción, a la posibilidad de transformar ideas
en objetos, es decir, en resultados concretos que aportan la solución del problema.
Se parte de Munari, en su Metodología del proceso proyectual, donde explica las fases de este
proceso, (representado en la parte izquierda del gráfico 20) en el cual una de dichas fases es
la idea. Posteriormente, Munari sustituye idea por creatividad en el proceso de proyecto
(representado en el gráfico 20 a la derecha).
Lo fundamental en la concepción de este autor es, primero, ver que existe creatividad en el
proceso proyectual y, segundo, que consigue que la creatividad entre en acción como
operación productora de ideas.
Gráfico 21. Rediseño: el proceso creativo dentro de otro mayor (a partir de Munari 1983:63).
Romo (2000:116)
La creatividad es una actitud abierta a los problemas, es una disposición a encararlos, significa
una sensibilidad hacia los problemas, una fruición por el reto que ellos encierran. Incluso la
psicóloga Manuela Romo llega a decir que es esa actitud de búsqueda la que ―condiciona la
naturaleza de los mismos -serán problemas mal definidos- y condiciona su resolución, porque
el pensamiento creador no se queda en la pura crítica infecunda, en el hallazgo de problemas,
sino que los define, los formula y los soluciona‖ (Ídem, 2000:116).
Estos corolarios son de vital importancia para entender la naturaleza del proceso proyectual;
gracias a ellos se puede exponer que el grado de indefinición presente en los problemas mal
definidos es la única variable constante en este fenómeno, y que la definición se alcanza al
explorar el propio problema, al intentar llenar las lagunas percibidas.
No obstante la propia indeterminación constituye un ingrediente esencial para el trabajo
creativo, pues ella provoca los conflictos, y tensiones iniciales necesarios para hacer saltar la
chispa de la creatividad.
Los tres grandes estados del proceso creativo
Por una parte tenemos el planteamiento de Mauro Rodríguez que sintetizaba que si algo debe
caracterizar a un proceso creativo serían estos tres aspectos: La estructuración de la realidad,
después la desestructuración de la misma y por ultimo una restructuración en términos nuevos
(1987:82).
Y por otro lado Matteo Corradini lo dice en otros términos:
La percepción es cómplice del proceso creador en dos situaciones distintas. La primera es la
inicial, en la cual la percepción le aporta al creador un catálogo de elementos, sustancias,
visiones, sensaciones que el creador mismo vuelve a ensamblar de un modo original.
Con el acto de la creación, y con las obras creadas, el creador influye sobre su propia percepción
de una segunda manera, una manera de vuelta, y sobre todo incide sobre la percepción de los
demás, ya que la realidad creada modifica la realidad general. Antes y después del acto creador,
las percepciones son parte del proceso e inducen a pensar que el proceso mismo es una forma
de relación en tres pasos: una relación entre creador y realidad (primera fase perceptiva), entre el
creador y sí mismo (acción mental de diálogo) y entre creación y realidad (segunda fase
perceptiva).
Corradini (2011:43)
Intencionalidad
Crear significa actuar a través de las ideas, que no es otra cosa que la expresión tangible del
propio pensamiento. El papel de las ideas es crucial tanto en la creatividad como en el
proceso proyectual porque ambos procesos operan con y desde ellas. Las ideas son los
elementos basales de la intencionalidad en el proyecto.
Las evidencias aportadas desde los estudios psicológicos y desde la neurociencia sobre la
formación de vías de intencionalidad, corroboran nuestras propuestas respecto al papel de la
intencionalidad dentro del proceso proyectual.
Recordamos el método cognitivo de estudio de casos, inaugurado por (Gruber, H.1984) con
su soberbio estudio ―Darwin sobre el hombre: Un estudio psicológico de la creatividad
científica‖, en el cual analiza los cuadernos de notas de Darwin, escritos entre 1837 y 1840 a la
vuelta de su viaje en el ―Beagle‖, y los considera como protocolos de solución de problemas.
Es para nosotros un constructo que pudiéramos llamar preludio de significación, es decir, el
inicio o la fuente desde donde comenzará a brotar la vía de intencionalidad.
Por otro lado tenemos el extrañamiento que le produjo a David Perkins que los psicólogos no
se hubieran detenido a investigar sobre el significado del propósito en el logro creativo.
La esencia de la invención no es proceso, sino propósito. El propósito es lo que organiza los
diversos medios de la mente hacia fines creadores.
Perkins (1988:91)
Aquí se iguala, propósito con intención en el nivel más directo del fenómeno proyectual, pero
sabemos que este motor cuenta con unos componentes afectivos y motivacionales que no se
deben ignorar.
La invención ocurre, a menudo, no porque una persona trate de ser original, sino porque la
persona trata de hacer algo difícil [y agregamos diferente]. Las demandas no razonables a
menudo nos obligan a la invención, al excluir soluciones convencionales y exigir que el creador
busque más allá de ellas.
Ídem (1988:92)
Y continúa con su revalorización de la intencionalidad dentro del proceso creativo: ―Crear es
algo que ocurre cuando los procesos mentales ordinarios de una persona capaz son
gobernados por intenciones creadoras apropiadamente ―irrazonables‖ (Ib. 1988: 92). Y
tomando prestada la idea central del profesor Perkins diríamos que: el resultado del proyecto
no depende de procesos especiales, sino de propósitos especiales.
Los criterios, la crítica y: ¿Cómo valorar el producto creativo?
Ese conjunto de operaciones y actuaciones destinadas a ofrecer soluciones novedosas y de
valor para la sociedad, que conforman la creatividad, tanto como el proceso proyectual,
necesita de juicios y criterios capaces de evaluar cada paso del trabajo creativo. Por ejemplo:
la novedad o la originalidad en sí misma pueden no tener valor, porque ideas raras o
disparatadas, pueden ser tan novedosas como inútiles. Sin criterios, no se puede ejercer la
crítica y sin ésta no existe la creatividad.
Creatividad es una forma de pensar cuyo resultado son cosas que tienen a la vez novedad y
valor. Esta sencilla definición la puede suscribir cualquiera. Pero, como es obvio, su sencillez no
es más que aparente porque a la hora de aislar tales cosas entramos de lleno en el problema de
los criterios. ¿Qué es novedad y qué es valor?
Romo (2000:52)
El binomio producción-evaluación está implícito en la actividad creativa, como en la de
proyecto, en la cual se lanza una idea nueva e inmediatamente la evalúa, la mejora y la vuelve
a relanzar.
La actividad creadora y el proyecto arquitectónico: conclusión
Crear es un verbo transitivo, acostumbra a decir Manuela Romo, ―debemos referirnos siempre
a un ámbito y un contenido dado. No existen personas creativas sin más, en abstracto, la
creatividad se dice de una forma de comportamiento, de pensar y actuar en un ámbito
específico‖ (2000:95).
Así que estamos básicamente ante una manera de pensar y de actuar, en estrecha relación
con la arquitectura y específicamente con el proceso proyectual ¿pero dónde estriban los
puntos de conexión y cuál es la distinción propia que distingue la creatividad del proceso
proyectual?
Según Hernández Bonilla, la actividad creadora en el proyecto arquitectónico debe reunir 3
condiciones: intención, eficiencia y sorpresa. Estas tres palabras componen la estructura fija
de la actividad creadora (2005:3).
La Intención hace referencia a una finalidad, un objetivo, que en el quehacer del proyecto
implica la idea o conjunto de ideas que recogen un propósito que marcará la esencia de la
solución de un problema arquitectónico planteado. La intencionalidad es un elemento que
pertenece tanto a un trabajo creativo como al proceso proyectual.
La Eficiencia implica que el resultado tanto de la actividad creativa como del proceso
proyectual sea eficaz, con sentido, que responda al problema arquitectónico (función,
habitabilidad, estructura, ecología, economía). Esta característica debe ser valorable en base a
un criterio. Es decir, que el objeto resultante debe ser evaluado en base a parámetros de
eficacia observable, debe poder ser criticado. En definitiva el otro punto esencial de conexión
entre creatividad y proyecto es la crítica.
Y qué sucede con la sorpresa, significa el ver las cosas de forma distinta, provocando
resultados novedosos y originales. Resultados que provocan sorpresa para quien los recibe y
valora, pero la sorpresa que interesa en este análisis, no es la del resultado, que es
consecuencia; sino que el elemento a destacar es esa capacidad de sorprenderse con lo que
dice la realidad, la admiración que despierta la realidad en el que crea.
Gráfico 22. La presencia de procesos creativos en las diferentes actividades y fases del proceso
proyectual.
Este conjunto de creencias cuando cae en el caldo de cultivo que es el proceso de enseñanza
aprendizaje y se mezclan las dificultades pedagógicas con las características propias del
fenómeno creativo, producen otra cantidad de afirmaciones infundadas que entronizan la
convicción de que la creatividad es un proceso que no puede ser enseñado.
Las generaciones de arquitectos que ahora enseñan en las diferentes facultades de
arquitectura del mundo, pertenecen al siglo XX y en su inmensa mayoría están educados por
las corrientes psicológicas de mediados del siglo XX, por lo tanto, están permeados por estas
concepciones respecto a la creatividad.
Y aunque la generación más joven de arquitectos docentes ha crecido en la primera cultura
tecnológica de lo digital y la era de la hiperinformación y no están tan influenciados por las
doctrinas psicológicas de la creatividad, tampoco disponen de otra concepción teórica
alternativa como para conformar una intención diferente respecto a la enseñanza de la
creatividad. Este es el panorama en que se inserta la reflexión teórica.
Este epígrafe se enfoca directamente hacia alguno de los puntos clave, que por su dificultad
en el tratamiento de la creatividad o la enseñanza, pudieran generar creencias y opiniones
como las antes mencionadas.
Para el análisis y la estructuración del propio epígrafe se ha utilizado el gráfico 23, que funciona
como guía, como esquema que permite determinar en un momento concreto de la reflexión,
sobre qué nivel nos estamos moviendo y en referencia a qué se realizan las críticas
correspondientes.
La creatividad es integral, esto quiere decir que es un proceso, una característica de la
personalidad y un producto que existe en un contexto o campo específico. Las personas que
hacen objetos creativos (productos), los realizan con determinados procedimientos (procesos)
y actúan de determinada manera (características de personalidad). Esta es la primera
característica del fenómeno que tiene que estar reflejada en el gráfico 23.
Gráfico 24. Interconexiones del ―desarrollo y consolidación del Rip-p‖ como ejemplo de integración
entre los tres niveles: La creatividad, el proceso proyectual y su enseñanza.
Así también, en la docencia de proyecto el estudiante echará mano de sus experiencias, tanto
personales como arquitectónicas y de sus referentes, para buscar una solución al problema
que se enfrenta.
Sin referentes no se puede proyectar con profundidad, pues no se puede inventar de la nada y
menos desencadenar la capacidad creadora. Cómo ser creativos, si no tenemos experiencias
y una memoria arquitectónica que nos ayuden a relacionar determinado problema con una
solución. De aquí la importancia de contribuir a la consolidación en los estudiantes de
arquitectura del Repertorio de información personal y profesional.
El compromiso de los profesores de proyectos es formar un sujeto creador con experiencias
adecuadas. Esto se logrará fomentando una buena memoria informativa donde existan los
referentes. Por otro lado, los docentes deberán conseguir un dinamismo, energía y motivación
dentro de los procesos de creación a través de proyectos interesantes; la combinación de estos
elementos generará condiciones favorables para la generación de un ambiente creador que
propicie el surgimiento de la capacidad creadora del alumno.
Hernández Bonilla (2005:3)
Ídem. (2011:40)
Trabajar sobre las percepciones y sobre la relación entre percepciones es por lo tanto el primer
entrenamiento para el pensamiento que quiera crear. Entrenar la observación de la realidad
con los sentidos y comparar esto con las construcciones de la mente, es el primer escalón
para llegar a pensamientos creadores. El esfuerzo de cultivar la capacidad aguda e inquisitiva
de la observación es una de las vías para el desarrollo de la curiosidad, de fortalecer la
capacidad de asombro.
Para llegar a leer el mundo, para llegar a ver la realidad con los ojos de la originalidad, es
necesario que la percepción del mundo haya sido filtrada de una manera original por el
pensamiento. Los sentidos, por sí mismos, no bastan para establecer relaciones originales, es el
pensamiento creador quien ensambla las percepciones de una manera inédita, para devolvernos
una visión desconocida de la misma realidad.
Ib. (2011:40)
Enseñar a conceptualizar: el taller de las ideas
Tiene poco fundamento construir la formación de arquitectos sobre las potencialidades
aportadas por acontecimientos accidentales. Hay un acuerdo casi generalizado de la
importancia capital de la idea tanto en la actividad creativa, como en el proceso proyectual; sin
embargo, resulta altamente paradójico que después de este consenso tan contundente la
academia se desentienda de la enseñanza de la idea. Es como si se asumiera que: si todos
tenemos cerebro, todos sabemos pensar y por tanto producir ideas. Lo cual es equivalente a
decir que, si todos tenemos estómago no hay que enseñar a nadie a tener hambre.
Solución de problemas
La mayoría de las técnicas de la creatividad están centradas en proponer estrategias para
resolver problemas, no para plantearlos. Esto condiciona a ser creativos en las respuestas, es
decir, se enseña a esperar la novedad en la parte final del proceso, en el resultado y no en el
origen. Es como si el método científico estuviera centrado únicamente en los procedimientos
de experimentación o en el análisis de resultados más que en el planteamiento de problemas e
hipótesis.
Podría afirmarse que hay preguntas que no son originales y que obtuvieron respuestas
originales. Pero con toda certeza lo original está precedido de preguntas originales: se
plantean problemas o hipótesis en donde nadie los había planteado.
La propia enseñanza de la creatividad está enfocada desde una concepción escolástica, está
dirigida a desarrollar las capacidades de solución de problemas pero no las de encontrarlos,
con el consiguiente detrimento de la creatividad. Sin ir más lejos, las variables que han
resultado ser auténticamente definidoras en el campo del arte (estudio de Getzels y
Csikszentmihalyi; citados por Romo, 2000:126) pueden constituir pautas claras de
entrenamiento en la enseñanza artística.
La capacidad o habilidad de plantear, identificar o proponer problemas es condición necesaria
de la creatividad. Este enfoque no es nuevo, ya ha sido considerado por varios autores
(Torrance, 1962; Csikszentmihalyi, 1988; Romo 2000) sin embargo no aparece, al menos
explícitamente, en las herramientas y técnicas de ayuda para incrementar la creatividad.
Proceso y resultado
En la evaluación de la enseñanza de Proyecto Arquitectónico, se está pendiente del resultado
final como producto del proceso. En la actividad docente cotidiana, que gira alrededor del acto
creador, es frecuente asociar la valoración con un resultado material.
Acercamos demasiado el creador a sus criaturas, mientras en muchos casos son realidades
extremadamente distintas […] Conservando las obras nos convencemos de mantener con ellas
también el esfuerzo creador, las ideas y procesos, mientras a menudo [lo que conseguimos es]
armarios llenos de objetos que se llenan de polvo...
Corradini (2011:31)
Por su parte, la didáctica de la creatividad tampoco se salva, más bien alienta una asociación
hacia el resultado. Es difícil planificar el aprendizaje extrayendo enseñanzas desde el proceso
si la concepción de valoración se realiza siempre sobre el objeto de la producción. El objeto
final no es el único efecto del acto productivo pero, además, sin las causas que originan las
ideas que mueven la intención la propuesta final no existiría. Qué pasaría si por un momento la
didáctica excluye de la entrega ―el objeto‖, ¿qué queda al final del trabajo?, ¿cuál es el
resultado?: el proceso.
Los resultados sin el recorrido profundo se reconocen en seguida por una evidente banalidad,
mientras que la consecuencia material fruto de un concienzudo trayecto, lleva consigo las
señales del proceso y es, en el fondo, su testimonio. Sin embargo no es posible construir el
proceso desde el objeto resultante, en consecuencia: aprender significa profundizar en el
proceso.
La docencia de la creatividad y lo lúdico
Y disfrutar del proceso. Crear significa disfrutar del trayecto…
Crear, a menudo, es como jugar. Tiene un valor intrínseco, tiene unas reglas propias, a menudo
distintas de aquellas que son normales en el mundo real. Pero, sobre todo, crear es como jugar
porque lo importante es el proceso, el trayecto. Disfrutar del proceso es la primera sensación
positiva del creador, que disfruta imaginando, en ese actuar movido por la fantasía, aún antes de
verla realizada. El trayecto es importante porque es la sede de las acciones mentales creadoras.
Corradini (2011:31)
La posibilidad de enseñar a disfrutar del proceso, implica considerar con toda seriedad al acto
de crear como juego, cuyo objetivo no es sólo alcanzar un resultado, sino permitir el desarrollo
de un proceso, de un viaje. ―Vivir intensamente (meditar, encontrar, sentir) es a menudo la
condición para crear intensamente‖ (Ídem. 2011:53),
El proceso de enseñanza aprendizaje puede ser un proceso creativo. No se trata de que el
profesor transforme cada aspecto de la instrucción en una actividad explícitamente divergente;
pero sí es necesario que el profesor en primera persona viva la propia actividad docente como
creativa.
Cuando los momentos de la enseñanza están insertos en un método claro de reflexión y
trabajo, la docencia misma es una ocasión generadora de ideas. No solo consiste en planificar
algunas actividades creativas, es decir, de dedicar espacio y tiempo a momentos de
creatividad, dentro del currículum, sino de sustentar con una base creativa la experiencia
pedagógica.
En resumen, en este trabajo adoptamos el criterio de que método es la categoría general que
encierra la dinámica de toda la actividad esencial de la profesión: proyectar, por lo que puede
hablarse del método general de proyectar. Pero, al mismo tiempo, el proceso puede
acometerse mediante diferentes métodos más específicos o de otro nivel que a su vez están
compuestos por procedimientos, operaciones y técnicas, como se muestra en el gráfico 25.
Los procedimientos y los métodos pueden ser muy diversos, dado que actúan básicamente
sobre acciones concretas.
El Método es la conducción de los grupos de acciones que elevan al rango de posibilidades
las relaciones que surgen entre las necesidades humanas y los requisitos funcionales,
tecnológicos y económicos; empujándolas a convertirse en nueva realidad. Es el camino de
acción que permite transitar entre la intención, la tecnología y el objeto arquitectónico.
Ahora bien, ¿puede decirse que el proceso proyectual posee un método basado en
regularidades inherentes a su actividad, de manera que este facilite la formación de un
Si el autor citado quiere expresar su desacuerdo con la idea de que el método pretende
abarcar la creación arquitectónica en su conjunto y en todos los detalles de la actividad,
estaríamos de acuerdo con él. Este criterio quedó superado al pasar la década 70-80 del siglo
pasado, pero el profesor Alfred Linares en el acto de renunciar a un método universal, arrastra
también al abismo la posibilidad de definir una estructura del propio proceso proyectual.
La realización personal del proceso proyectual está contenida en la estructura general de éste;
la aportación individual enriquece la puesta en escena, pero el guion es similar, la participación
de cada arquitecto no contradice la esencia del proceso, porque aún desarrollándose cada vez
de un modo diferente, las actividades se sucederán dentro de un cauce, un marco estructural
que no se puede eludir.
Otro hito de la época lo constituyó el simposio que organizó Geoffrey Broadbent en 1967 en la
Escuela de Arquitectura de Portsmouth en South Parade Pier, Southsea, que atrajo a más de
400 delegados de todo el mundo, con ponencias y comunicaciones de diversos países.
¿Y por qué declinó el entusiasmo e interés hacia el método en diseño y arquitectura? Uno de
los argumentos más poderosos lo ofrece Broadbent:
En primer lugar, no existe una verdadera tradición de investigación arquitectónica -aparte de
ciertos aspectos históricos- y con frecuencia se han importado investigadores de campos
exteriores a la arquitectura: físicos, psicólogos, sociólogos, etc. Estos trajeron consigo sus
disciplinas y metodologías establecidas junto a ideas sobre lo que constituía o no un ―buen‖
problema; desde luego no tenían intención de resolver los problemas prácticos del arquitecto. Y
surgió así un ―foso de aplicabilidad‖ entre investigación y práctica.
Broadbent (1976: 346)
Y Alfonso Pérez Guerra, también realiza un comentario parecido en referencia a la influencia
exógena a la Arquitectura de conocimiento y teoría relacionada con Método.
En el quehacer creativo del arquitecto, no encuentro, en lo que se refiere a métodos de diseño,
evoluciones importantes originadas por el arquitecto mismo. Los cambios suelen originarse en
abundancia en su entorno próximo y en el medio donde opera influyéndole en los resultados pero
no en el modo de elaborar esos resultados ni en las bases esenciales de la composición.
Gombrich (2003:107)
Cuando se logra representar la realidad se hace sustituyendo el objeto real por un esquema
que aporta la ilusión de espacio y tridimensionalidad. Esta modelización es siempre una
confrontación, donde lo que permanece son las características formales esenciales de esa
realidad. El éxito de lo representado, descansa en los pocos rasgos que son capaces de
satisfacer las expectativas de realidad del observador.
La característica fundamental que define la naturaleza de la representación es la homologación
estructural entre ésta y su referente. Las representaciones modelizan la realidad restituyendo sólo
algunas características visuales pertinentes de dicha realidad. El observador infiere la realidad a
partir de unos rasgos pertinentes y genéricos, que son los que la representación le ofrece.
Tatarkiewicz (1990:151)
Lo visual en arquitectura no quiere decir la utilización del dibujo. Cualquier materialización
visual: el modelado en barro, una maqueta de cartón, madera o acrílico, o una bola de papel
estrujado es también una representación visual válida y útil para el proceso proyectual. Cuando
se reduce la representación al mundo de lo gráfico y se alude a lo dibujado es por ser el medio
visual más económico, factible y eficiente que el proyectista tiene a mano.
Hay que afirmar, una y mil veces, que el dibujo de arquitectura no es una simple herramienta, sino
que es con toda propiedad un lenguaje, un medio simbólico de expresión de la razón, de
comunicación y sentido arquitectónicos. Y además, que el dibujo participa en todo el proceso
proyectual, y no sólo en uno u otro aspecto del mismo. Ya que es habitual considerar y tratar la
intervención del dibujo en las fases de articulación y presentación del proyecto, pero no lo es
tanto en las de concepción arquitectónica. Y sin embargo, aquí juega también y plenamente un
papel esencial, constitutivo.
Ruiz Castrillo (1996:422)
La actividad gráfica hace del proceso de proyecto un discurso arquitectónico significante que
se presenta para dejar ver a través de él la arquitectura que lleva implícita.
Ha quedado de manifiesto que cuando se realiza el proceso proyectual la actividad gráfica es
una auténtica actividad arquitectónica. Diferente de cuando dibujar es una labor práctica, una
herramienta o uno de los tantos recursos del arquitecto. El dibujar del proceso proyectual es
parte del saber hacer implícito de las competencias profesionales.
concepto
variantes
emoción
proceso
material
el lugar
rip-p
Frank Gehry
Peter Eisenman
Álvaro Siza
Renzo Piano
Tadao Ando
Rem Koolhaas
Jean Nouvel
Steven Holl
Herzog & de Meuron
Sejima y Nishizawa
1 1 2 3 6 4 2 1 1 1
Tabla 3. Análisis de los conceptos presentes en el proceso proyectual, desde las propias opiniones de
10 arquitectos de renombre internacional.
Tabla 4. Comparativa gráfica entre la recurrencia en que aparece referido un mismo concepto en las
diferentes entrevistas a los 10 arquitectos.
Imagen 6. El Dodecaedro como Modelo de las regularidades que conforman el Proceso Proyectual.
La utilización, de la configuración dodecaédrica, para el modelo, es resultado de la correlación
entre la condición de regularidad, solidez y el número de caras de este poliedro con las
1. En el encargo están contenidas las tres fuentes de datos que informan sobre el contexto
del objeto arquitectónico.
11. La creatividad es una cualidad del proceso que puede estar presente desde el inicio
hasta el resultado final.
12. La crítica es condición inherente de lo proyectual y está presente desde el inicio hasta el
resultado final del proceso.
Gráfico 26. El desarrollo del Dodecaedro como parte indispensable del Modelo.
Gráfico 27. Tres variantes de desarrollos del Dodecaedro como parte de las posibilidades aplicativas
del Modelo.
Capitulo 2
La Arquitectura desde la Academia
Capítulo 2
La Arquitectura desde la academia
Introducción
Una vez que se ha presentado en el primer capítulo la concepción arquitectónica imperante
entre los arquitectos, en el segundo se penetra en la visión académica de la formación de
estos profesionales.
La lógica que se sigue en este capítulo parte del análisis del concepto “formación”, tanto o
más utilizado hoy día que el de educación o de instrucción. Acto seguido se presenta una
visión histórica, panorámica, de la preparación de arquitectos, seleccionando algunas
escuelas que han devenido hitos en la academia de estos profesionales.
A continuación, se hace referencia a algunos currícula y/o planes de estudio de Arquitectura,
se analizan sus valores culturales y pedagógicos, y su impacto en el contexto social de su
época y en el futuro; resaltando el papel que en ellos desempeña la disciplina integradora de la
carrera: proyecto arquitectónico. Este estudio se lleva a cabo a la luz de la teoría de curriculum
y del diseño curricular.
Luego se caracteriza el universo laboral en el que se desarrolla el arquitecto, intentando inferir
de esta representación una síntesis de las competencias esenciales, la cual se contrasta con
los modos de actuación más representativos definidos por la profesión.
Seguidamente se analizan ejemplos del perfil del egresado en Arquitectura, propuesto por
determinadas instituciones educativas y se vuelve a comparar con las competencias, ahora
estudiadas con mayor profundidad en términos de capacidades y habilidades profesionales.
Este estudio contribuye no sólo al esclarecimiento terminológico de dichos conceptos, sino
también a la revelación de la razón fundacional de las competencias esenciales del arquitecto
o de su ausencia en algunos casos. En el transcurso de este acápite se critican concepciones
y taxonomías halladas en las fuentes de investigación; y se aportan definiciones, ideas,
clasificaciones y reflexiones que van llenando espacios en blanco en lo relacionado con los
paradigmas, las teorías y las tipologías de la formación del arquitecto.
Se advierte, no obstante, que no es propósito de esta tesis ofrecer formulaciones definitivas
sobre el perfil del egresado, las competencias o las habilidades profesionales del arquitecto; si
ellas superan la información que se halla en la literatura consultada responde, estrictamente, a
la necesidad de alcanzar los objetivos propuestos.
El concepto “formación”
El concepto formación, como muchos otros en pedagogía, no tienen un mismo significado
para la comunidad científica y/o académica. Pero sí se van generalizando algunos criterios que
identifican la formación como la labor más global de preparar al individuo para desempeñarse
en su profesión, o más aún, para la vida. A continuación incluimos algunas citas que refuerzan
estos criterios:
La formación es un proceso que implica tres dimensiones interrelacionadas entre sí, la instructiva,
la capacitiva y la educativa. La instrucción tiene como finalidad que el estudiante se apropie de la
cultura que lo precede y el resultado esta visto como el dominio de una rama del saber humano,
de una profesión, por su parte el proceso de capacitación, tiene el propósito de formar en los
estudiantes las potencialidades para su actuación ante los problemas de su futura actividad
laboral y de la vida en general. Y finalmente el proceso educativo que tiene como cometido la
formación de los rasgos más trascendentes de la personalidad de los estudiantes.
enseñanza de la arquitectura”, sino “La formación del arquitecto”, porque sugiere que la
formación no es exclusiva de la estructura didáctica de las escuelas y facultades de
arquitectura” (COAC, 2005). Y aunque es dable la coincidencia de opinión en el sentido de que
la formación del arquitecto va más allá de las universidades, se reconoce que la sociedad le
sigue asignando el papel rector de la formación a las instituciones educativas, ya que por su
carácter sistémico y porque en ellas se reúnen y desenvuelven los profesionales responsables
de esta actividad, siguen siendo ellas las instituciones que pueden desempeñar su tarea del
modo más eficiente.
En esta tesis “formación” alude a todo el proceso en que participa el estudiante durante su
carrera. Comprende tanto la asimilación de los contenidos teóricos, como los prácticos que
aporta todo el curriculum, en su relación no sólo con el contexto de aula, sino con el
profesional y el social. La formación integral del arquitecto, en correspondencia con el
paradigma que inspira esta tesis, se refiere a la asunción de los conocimientos fundamentales,
al dominio de habilidades generales, capacidades y competencias profesionales y a su
desarrollo en actitudes y valores.
Por la importancia que juega el contexto académico: el de las escuelas y facultades, en la
formación del arquitecto, es que vamos a dedicar el próximo epígrafe a reseñar el papel de
algunas instituciones en esta misión.
Es en este periodo histórico, en el que se produce por primera vez la separación conceptual
entre proyecto y ejecución; abriéndose no sólo el debate que hasta hoy continua, sino donde
aparece la caracterización de la profesión que convierte al arquitecto en generador del diseño y
director de sus implicaciones, pero a su vez en el deudor de una escasa formación en técnicas
constructivas, sobre todo en la experiencia de construir, por lo que necesitará para el
desarrollo de su actividad profesional colaborar estrechamente con los especialistas de la
construcción.
En la medida en que el proyecto se convierte en el instrumento más importante de control
formal de la Arquitectura, incidiendo en los aspectos teóricos de la misma, se desplaza el lugar
de aprendizaje que era la obra, y paulatinamente se sustituye por la academia, un proceso que
irá evolucionando hasta los actuales centros de enseñanza de la Arquitectura.
siglo XVII y los primeros años del XVIII gran número de científicos, entre los que se cuentan
Leibniz, Mariotte y Bernoulli, estudian el problema de la tensión debida a la flexión. En 1713,
Parent encuentra la solución correcta a la noción, introducida por Mariotte, de eje neutro: el lugar
de las fibras que no están ni comprimidas ni extendidas, en un sólido expuesto a flexión.
[…]Prácticamente contemporáneos son los estudios de Coulomb sobre la torsión y sobre el
empuje de tierras y bóvedas y el descubrimiento de una ecuación general para la determinación
del eje neutro, siguiendo la teoría de Parent.
Benévolo (1994:24)
Entre tanto, la difusión del espíritu científico y la aspiración de los arquitectos a alcanzar los
límites de empleo de los materiales y de los sistemas constructivos tradicionales estimulan
diversos tipos de investigaciones experimentales. La investigación científica influye
poderosamente en el desarrollo de las técnicas de construcción, modificando incluso los
instrumentos de proyectar. En esta época Gaspard Monge formula las reglas de la geometría
descriptiva y se introduce el sistema métrico decimal.
La escuela de arquitectura es parte de las reales academias de Bellas artes. Fundada desde
1671, goza de un gran prestigio y se preocupa de conservar su espíritu clásico y humanista.
La organización estaba marcada por el Ancien Régime (término que los revolucionarios
franceses utilizaban para designar peyorativamente al sistema de gobierno anterior a la
Revolución francesa de 1789, la monarquía absoluta de Luis XVI) de la competencia para el
“Grand Prix de Rome” en arquitectura, que ofrecía una oportunidad de estudiar en la Academia
Francesa en Roma y entrar en contacto con el mundo clásico.
Entre tanto un desfase entre los encargos que demanda la sociedad y el espíritu de la escuela
crea las bases para la aparición de una escuela politécnica la cual dará respuesta más precisa
al tipo de egresado técnico que se está necesitando.
Gradualmente esta situación se hace cada vez más tirante, en un artículo publicado por la
revista Revue Générale de l'Architecture se combate esta situación y se propagan
reivindicaciones de los arquitectos-artistas. Sin embargo el verdadero interés del incidente
radica en que los autores de la publicación “Labrouste, Duban, Costant-Dufeux y Reynaud
eran profesores, los tres primeros encargados de los estudios en la École des Beaux-Arts, y el
último profesor en la École Polytechnique” (Collins, 1970:142). Se trata de los primeros signos
de inconformidad y deseos de discutir sobre una nueva formación de la arquitectura, por
ejemplo en la primera mitad del siglo XIX, en las escuelas de arquitectura no se enseñaba
historia de la Arquitectura.
La École Polytechníque, se había pensado como colegio preparatorio de varias escuelas
profesionales de ingenieros militares y civiles. Los ingenieros franceses recibían enseñanza
arquitectónica antes de comenzar su formación como ingenieros. Esta formación era impartida
por J. N. L. Durand (discípulo de Pierre Panseron, profesor de arquitectura de la Escuela de
Ingenieros Militares, de Boullée y Rodolphe Perronet), y muchas de las particularidades de su
curso, como la técnica del planeamiento axial por medio de papel reticulado, con el tiempo, se
traspasaron a plan de estudios de otras escuelas de arquitectura.
Estas clases de arquitectura aumentaron de importancia y es justo decir que la construcción de
edificios (incluidas las conferencias sobre mecánica aplicada) llegó a ocupar una gran parte del
plan de estudios. No es sorprendente por tanto, que las conferencias que allí dio Léonce
Reynaud, publicadas en varias ediciones a partir de 1850 con el título de Traité d'Architecture,
fuesen el curso sobre teoría arquitectónica más completo y puesto al día que se podía encontrar
en el mundo.
Collins (1970:196)
El mencionado tratado está dividido en tres partes principales. La primera trata de los
materiales estructurales y del análisis científico de sus propiedades; la segunda aborda los
elementos arquitectónicos (columnas, vigas, vanos, bóvedas, etc.), considerados tanto desde
el punto de vista estático como estético y la última parte trata de la composición, es decir, de
los varios tipos de edificios, y del modo en que son tratados los diferentes programas de
exigencias en cada uno de ellos.
Es importante señalar el trasvase que se produce entre la escuela de arquitectura de bellas
artes y la escuela politécnica. Por ejemplo el caso de Reynaud, que empezó estudiando
ingeniería en la Politécnica donde por un tiempo fue discípulo de Durand, luego trabajó como
arquitecto y profesor de historia de la arquitectura en la École des Beaux Arts. En 1837 cuando
es nombrado profesor de la École Polytechníque, gracias a la experiencia acumulada sobre
problemas arquitectónicos y de historia de la arquitectura, además de la práctica de ingeniería,
hizo de su clase una verdadera síntesis de las ideas de construcción, en aquel tiempo.
Insiste en la necesidad de una «completa armonía entre forma y función», […] en la arquitectura la
forma debe ser el resultado de satisfacer un fin con orden y simplicidad, no admitiendo nada más
que lo fundado en exigencias reales.
Collins (1970:197)
En el prólogo de un tratado de construcción de la época, su autor, Giuseppe Borgnis, anuncia
“la arquitectura es un arte que necesita más de razonamientos que de inspiración, y más
conocimientos prácticos que palabras. Su deseo era que los arquitectos llevaran a cabo
económica y adecuadamente todas las condiciones pedidas por la naturaleza y el cliente”
(Ídem, 1970:207).
El argumento de Borgnis es una crítica al sistema de enseñanza de la «École des Beaux-Arts»,
donde se despreciaba la construcción de edificios, y el mayor esfuerzo se dirigía al diseño de
proyectos aptos para conseguir el Premio de Roma otorgado por la escuela. Antes de la
Revolución Francesa, la arquitectura se había enseñado mediante conferencias sobre teoría y
matemáticas, junto con un sistema de pupilaje dirigido por miembros de la misma Academia.
Los señalamientos de Borgnis iban contra la sumisión de la arquitectura a las artes del dibujo,
y al historicismo renacentista.
Todo parece indicar que, la práctica en la École des Beaux-Arts, de tratar la arquitectura como
una representación dramática, pictórica y ornamental se remonta mucho antes de las reformas
administrativas de Napoleón en 1806.
Ya en 1789 Rondelet había propuesto como reforma a la escuela de arquitectura, que en lugar
de un solo profesor deberían incorporarse uno de planeamiento y otro de construcción. Así los
proyectos y competiciones se podían entonces enfocar hacia la decoración, el planeamiento y
la construcción por igual y no solo hacia la decoración como se venía haciendo hasta ahora.
Aunque Rondelet fue nombrado profesor en la École des Beaux-Arts, la tendencia a recalcar la
destreza superficial del dibujo e ignorar los aspectos más prácticos de la construcción
continuó. Otros intentos de reforma como el de Henry Labrouste que planteaba que (los
estudios de construcción no tienen relación con los proyectos, existe una asombroso
separación entre el diseño y la construcción), también se estrellaron contra el inmovilismo de la
academia y como resultado la École des Beaux-Arts continuo siendo duramente criticada
durante todo el siglo XIX.
Otra crítica aparecida en una revista fundaba sus quejas señalando que en el enunciado del
ejercicio para aquel año, titulado “Una embajada francesa para una capital oriental”,
especificaba en las instrucciones que: esta embajada sería organizada con toda la pompa
habitual en la época de Luis XIV… Factores tan esenciales como el clima eran ignorados
“hasta el punto de que cuando la Academia propuso un “palacio para un gobernador en
Argelia” para el Premio de Roma, en 1840, los resultados, según Henry Labrouste, no
demostraron ninguna influencia del clima, y cada proyecto se podría haber construido en un
bulevar de París sin provocar ninguna reacción.
Desde 1750 a 1900, todos los proyectos [realizados en la École des Beaux-Arts] parecen haber
sido compuestos más con una visión monumental, que con una idea de la función que deben
cumplir.
Id (1970:226)
Otro critica relacionada con el desinterés por integrar lo tecnológico en los edificios, se aprecia
cuando se analiza que ya en la cuarta década del siglo XIX, los sistemas de agua caliente de
alta y baja presión se habían hecho muy populares, especialmente cuando los radiadores de
hierro fundido se substituyeron por tuberías y a pesar de todo, no se daban clases de
calefacción o ventilación en la École des Beaux-Arts. Incluso en la Politécnica se sugirió que el
tema estaba más relacionado con los artesanos especialistas que con los arquitectos.
Ahora bien, a pesar de las criticas, debe reconocérsele a la Escuela, el tratamiento del término
Composición y su connotación respecto al proceso proyectual. Aunque el propio término y los
principios asociados a la composición fueran utilizados en arquitectura de manera casi idéntica
que en las clases de pintura. En la práctica, derivó en una actividad asociada a la organización
de los elementos formales; a esta ejecución por sí sola no puede acusársele de formalismo.
Es el desinterés por otras condicionantes de lo arquitectónico lo que termina esterilizando el
ejercicio proyectual.
La gran virtud de la composición estribaba en la secuencia de operaciones por las que los
espacios internos se relacionaban funcionalmente unos con otros, y hay que admitir que a pesar
de sus defectos, la noción clásica de la composición implicaba, como ideal básico, la técnica sutil
de establecer un número de volúmenes funcionales y luego relacionarlos para constituir un todo
orgánico y agradable.
Collins (1970:226)
Otro término que desde entonces ha influido en el modo de enfrentarlo profesionalmente, en
su reflexión arquitectónica y por lo tanto en la manera de enseñarlo es el de programa. Peter
Collins (1970:232) propone considerarlo bajo cuatro aspectos:
La manera de redactarlo
En relación a la distribución de espacios interiores
La relación a la disposición de espacios interiores y fachadas
El modo en que influye respecto al entorno.
Ya en 1779, fueron excluidos del Premio de Roma 15 de los 28 proyectos presentados por no
cumplir con las condiciones que imponía el programa. Incluso fue tema de debate que nadie
podía diseñar adecuadamente un edificio sin haber estudiado previamente las exigencias
propias correspondientes a ese cometido arquitectónico. Esto influyó en que se reflexionara
sobre si las clases de teoría de la arquitectura debían consistir en un método de estudio del
programa respecto a los diversos tipos de edificaciones.
Influencia de la Escuela de Bellas Artes
Uno de los aportes de esta institución al panorama mundial de la arquitectura es el propio
estilo arquitectónico Beaux-Arts. Generado dentro de la tradición historicista, con cierta
tendencia al Eclecticismo, se caracteriza por la Simetría, el uso de una Jerarquía de espacios,
desde "espacios nobles" como grandes entradas y escalinatas a otros más utilitarios, así como
una gran profusión de motivos ornamentales.
Urbanismo
El estilo Beaux Arts influenció muchos edificios de ciudades de Europa y América. El primer
arquitecto estadounidense en seguir la École des Beaux-Arts fue Richard Morris Hunt, seguido
por una generación entera que aplicó las lecciones de planeamiento espacial, tanto en
edificios como a la ciudad, con su insistencia respecto a vistas en perspectiva remarcadas por
la simetría, monumentos vistosos, la axialidad de las avenidas, alturas uniformes. Un
tratamiento de armonía junto a una concepción algo escenográfica y teatral.
La arquitectura Beaux-Arts también trajo una nueva cara cívica al ferrocarril. (La Unión Station de
Chicago es un ejemplo estadounidense muy conocido de este estilo.) Dos de los mejores
ejemplos estadounidenses de la tradición Beaux-Arts: Grand Central Terminal y la Biblioteca
Pública de Nueva York.
Gutiérrez (2007:2)
En América Latina la participación de urbanistas franceses en la concepción y dirección de
planes para nuevas ciudades o para el acondicionamiento de antiguos asentamientos fue
altamente significativa. “Las ideas de este urbanismo decimonónico francés se sustentaban en
los tres pilares de la funcionalidad vial, el higienismo positivista y las ideas de la estética
urbana que afianzaban la belleza arquitectónica y paisajística” (Ídem, 2007:2).
La influencia de la École des Beaux Arts ha sido enorme desde fines del siglo XIX hasta la
primera mitad del siglo XX a partir de sus premisas pedagógicas y teoría de la arquitectura
reflejadas en sus textos básicos en autores como (Guadet, Barberot, Cloquet, Gromort, Gutton)
marcados por la evolución del academicismo clasicista al eclecticismo impusieron un
repertorio formal que transformó el paisaje artificial de muchas ciudades (Id, 2007:3).
Otras Escuelas en América y Europa
En 1893 el Instituto Tecnológico de Massachusetts se convierte en la primera universidad de
E.U. en instituir un plan de estudios de Beaux-Arts seguido de la Universidad de Columbia y de
la Universidad de Pensilvania, a las que le siguieron gradualmente otras. Sin embargo
consideramos que la influencia académica más importante no se muestra en las instituciones
existentes, sino en las que al nacer incorporan y adaptan a sus realidades particulares la
concepción pedagógica de la École des Beaux Arts de Paris.
2.1.1.2. La Wagnerschule
Cuando el arquitecto Otto Wagner fue nombrado director de la Academia de Bellas Artes de
Viena en 1894, la Viena de fin de siglo coincide con el ocaso del Imperio Austrohúngaro y con
la mayor eclosión cultural jamás experimentada por esa sociedad. La Viena finisecular del siglo
XIX se transformó en la conciencia cultural del mundo formulando una serie de propuestas que
abarcaron todas las dimensiones de la cultura: estética, filosofía, arquitectura, urbanismo,
música, artes plásticas, literatura, poesía y teatro.
En esa época destacan intelectuales y artistas como Sigmund Freud en el psicoanálisis, Otto
Bauer en el pensamiento político, Ludwig Wittgenstein en filosofía, Gustav Klimt como principal
exponente de la pintura, Koloman Moser en el grafismo, Joseph Maria Olbrich, Josef Hoffman y
Adolf Loos en la arquitectura, en música Antón Bruckner, Arnold Schönberg y en la literatura
Karl Kraus, por solo mencionar algunos.
Wagner era autor de varios edificios destacados de estilo renacentista en Viena, consejero
imperial en materia de arquitectura, y parecía que era la persona idónea para el ocupar el
puesto dirigiendo una escuela dedicada a formar a los arquitectos en los principios del
Renacimiento, sustituyendo a Karl Hasenauer, antiguo colaborador de Gottfried Semper.
Sin embargo, desde su discurso de toma de posesión, quedó clara su disposición de romper
con el historicismo para buscar nuevos caminos para la arquitectura. “Los principios
enunciados en aquel discurso fueron desarrollados un año después en su tratado Moderne
Architektur, concebido como el libro de texto en que basar la formación teórica de sus
alumnos. Para el nuevo director el camino correcto pasaba por acabar con la confusión de
tendencias y estilos usados en los decenios pasados” (Díaz Cano, 2010:15).
Las condiciones socioeconómicas y tecnológicas que configuran la época de auge de la
academia de Paris, están presentes de un modo similar ahora en Austria. Bajo el lema “La
necesidad es la única patrona de las Artes”, Wagner propugna un funcionalismo incipiente y
busca una arquitectura práctica, vanguardista y de líneas claras que uniese la innovación
técnica con formas estéticas y una decoración contemporánea.
Las ideas que Warner defiende son que el verdadero arte representa a su tiempo y el
arquitecto debía acceder a un territorio que en ese momento le era ajeno: el de la ingeniería. El
profundo conocimiento de los aspectos técnicos de la construcción, la capacidad para evaluar
correctamente las circunstancias concretas de cada proyecto (necesidades a satisfacer,
tecnología y materiales disponibles, posibilidades económicas) conformaría la estructura de
partida desde la que, por medio del arte, el arquitecto desarrollaría la forma arquitectónica.
La formación de este nuevo profesional, capaz de integrar realismo e idealismo, era el objetivo
del nuevo programa de estudios. Este programa no alteraba la duración de los estudios, tres
años, pero si modificaba su contenido.
El primer curso se dedicaba al desarrollo de uno de los temas que, según Wagner, antes se
presentarían en la carrera del arquitecto: el edificio de apartamentos de alquiler. Se trataba de una
tipología a renovar, debido a las nuevas condiciones sociales y a las novedades técnicas: el
desarrollo de nuevos materiales y tecnologías constructivas y la aparición del ascensor. Los
alumnos proyectarían además una vivienda unifamiliar suburbana, ejercicio pertinente por las
formas de crecimiento urbano que cabía esperar de la difusión del automóvil y de los medios de
transporte masivos.
Díaz Cano (2010:16)
El segundo curso se dedicaría al diseño de un edificio público, pues se trataba de resolver un
programa de mayor complejidad, por un lado y por otro, enfrentar otra de las preocupaciones
de Wagner: el carácter monumental de la arquitectura pública. En los dos primeros cursos, los
proyectos de los alumnos debían situarse en ubicaciones concretas y conocidas, y
desarrollarse como si se fueran a construir realmente. Wagner pretendía que, a través del
trabajo en el aula y en el proyecto, los estudiantes adquiriesen el bagaje necesario para
convertirse en “arquitectos adaptados a los tiempos”.
Lo que sí significa un enfoque un tanto desconcertante comparado con la actualidad es que en
el tercer curso Wagner pretendía que los estudiantes trabajaran en un tema que nunca
abordarían en su vida. Con ello, creía que se concluía su formación desarrollando “cualidades
innatas por las que habían sido seleccionados: buen gusto y fantasía. Trabajando en solitario
tras la aprobación del tema y la ubicación elegidos, que adquiriesen las imprescindibles
“voluntad de hierro y autonomía” (Ídem, 2010:16). Este ejercicio debía presentarse al examen
final ante los profesores de la Academia y, con su aprobación, el candidato obtenía el título de
Arquitecto Académico.
¿Prueba de ingreso? Durante sus veinte años de existencia (1894–1914) la Wagnerschule tuvo
unos ciento sesenta alumnos. Cada año entre un grupo de sesenta solicitantes, finalmente
ocho resultaban seleccionados. Según los testimonios de Plečnik, los candidatos solían ser
jóvenes de la alta burguesía que acababan de concluir sus estudios secundarios. Rudolf Weiss
cuenta que pasó dibujando un verano completo, preparando una docena de bocetos para
mostrar a Otto Wagner. Los candidatos podían hacerlo en una entrevista de unos veinte
minutos, en la que debían además demostrar su madurez cultural.
En la Wagnerschule se equilibran dos tendencias opuestas. El temperamento técnico y
racional induce a un camino aséptico representado por Loos y por el otro, la complacencia en
animar la organización formal de los edificios con chispeantes frisos de estuco dorado o
revestimientos de cerámicas coloreadas. Wagner sin embargo no hace ninguna elección,
manteniendo un equilibrio propio de su papel de director.
La evolución de su arquitectura, la ruptura con el historicismo y su posterior nombramiento
como director habían distanciado a Wagner de la corte. En 1912 Warner es exhortado a
proponer un sucesor: Jože Plečník (1872-1857). Plečník había nacido en Liubliana, capital de
Eslovenia, entonces provincia del Imperio Austrohúngaro. Hijo de carpintero, concluyó su
formación destacándose como ebanista y dibujante. Después de muchas vicisitudes logró
matricularse en la academia. “…no sé cómo me vino la idea y el coraje para intentarlo. En la
gran Viena, sólo con Dios y mi escasez…” (Ídem, 2010:16).
Oscar Guevara, 2013 131
Análisis del Proceso de Enseñanza Aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico, en el Contexto del Aula.
2.1.1.3. La Bauhaus
El modelo alemán, también llamado humboldtiano, se organizó mediante instituciones
públicas, con profesores como funcionarios y el conocimiento científico como fin. En ella, el
objetivo era formar personas con amplios conocimientos y en segundo plano la satisfacción de
las demandas de la sociedad o del mercado laboral.
El modelo se sustenta en una idea heredada del idealismo alemán del siglo XVIII, que
planteaba que una sociedad con personas formadas científicamente sería capaz de hacer
avanzar al conjunto de la sociedad en todas sus facetas de la cultura. De hecho fue así
durante más de un siglo, y efectivamente las universidades alemanas contribuyeron a convertir
al país en una potencia científica y económica.
De este modelo se derivan entonces dos supuestos fundamentales:
La concepción de la universidad como imagen o reflejo de la ciencia; docencia e investigación
como una indiscernible unidad. Aunque, realmente, en cuanto enseñanza científica, la auténtica y
determinante función de aquel binomio recaía primordialmente sobre la investigación.
La formación científica y la praxis profesional quedaban escindidas de tal manera que, si bien la
universidad debía atender a los fines utilitarios que el Estado esperaba de ella, por otra parte
solicitaba preservar enérgicamente la independencia de sus funciones frente a cualquier
injerencia de aquél. Ya fuera en sus planes de estudio o en la actividad de quienes debían
investigar y enseñar con una indisoluble unidad de propósitos.
Id. (2009:3)
Quedaba para otras instituciones (escuelas, institutos técnicos, etc.) la instrucción destinada al
ejercicio o práctica de las profesiones. La arquitectura es una de estas, que se enseña en
instituciones, politécnicos, o escuelas de artes y oficios, que no fueron impulsadas por la
investigación y la academia desde el estado.
El contexto socio económico de la Bauhaus
La revolución industrial y la quiebra del modelo de producción artesanal caracterizan el último
tercio del siglo XVIII
…entre finales del XVIII y el primer cuarto del siglo XIX los gremios son desmantelados, la
naciente industria inunda el mercado de productos a los que les falta el poso de una tradición
filtrada y refinada por artesanos, el diseño se empobrece y en la Exposición Universal de 1851
esta vulgaridad de las formas se manifiesta insoportable para las personas de cierta educación.
Carra (2009:4)
La reacción a esta degradación se reconoce en el pensamiento y la obra crítica, de Charles
Robert Ashbee y William Morris promotores del movimiento Arts and Crafts en Inglaterra. Este
movimiento ejerció una gran influencia sobre los artistas e intelectuales del cambio de siglo
porque su impacto alcanzó todas las ramas del arte y de los oficios con propuestas teóricas y
una abundante producción práctica. En palabras del historiador Eric Hobsbawm el movimiento
de Artes y oficios “inspiró a quienes deseaban cambiar la vida humana, y también a aquellos
individuos pragmáticos interesados en producir estructuras y objetos de uso, así como
aquellos interesados en los aspectos pertinentes de la educación” (Vega Pindado, 2009:2).
En Alemania, la influencia del movimiento Inglés llega y se manifiesta entre otras en la creación
de escuelas de artes y oficios como la que dirigía Henry van de Velde, la escuela de arte de
Frankfurt y la escuela de Orbrist-Debschitz, entre otras que son antecedentes indiscutibles del
Bauhaus.
En 1919 por iniciativa del arquitecto Walter Gropius, se constituye en la ciudad de Weimar, la
Bauhaus, una escuela de artes y oficios que nace como resultado de la fusión entre la
Academia de Bellas Artes y la Escuela de Artes y Oficios de van de Velde. La idea principal era
recoger las disciplinas artísticas bajo el manto protector de la arquitectura y vincularlas a la
cultura industrial.
En esta tarea de reforma educativa convergen varias tendencias y líneas de pensamiento que
cuajan en la propuesta de trasformación artística, en la estrategia pedagógica y la relación con
la industria que significó la empresa de la Bauhaus.
Podemos rastrear algunos antecedentes del lenguaje plástico en arquitectos como Otto
Wagner, Josef Hoffmann, Charles Rennie Mackintosh o Adolf Loos, que entre otros promulgan
la valoración de la forma despojada de ornamentos, la belleza de los elementos geométricos
simples. Por otro lado también en Alemania y en aquellos mismos años surge la corriente
psicológica de la Gestalt, que tendrá una notable influencia en el arte del siglo XX, que
profundiza en las condiciones de la percepción y la organización de la forma.
Y por último, puede agregarse que este final de siglo XIX y comienzo del XX se caracteriza por
ser una época de reformas en la educación donde se pueden señalar a psicólogos y
pedagogos, de diversos países, como Friedrich Froebel, Ovide Decroly, Maria Montessori,
Édouard Claparède, Roger Cousinet y John Dewey entre otros.
Aunque sea difícil determinar el origen de la cadena causal de semejante transformación es cierto
que durante el siglo XIX podemos descubrir anticipados aspectos significativos de los cursos de
la Bauhaus y del arte moderno. Por ejemplos: a finales del s.XIX maestros como, Cizek y más
famosa Maria Montessori reivindicaron la apreciación del dibujo infantil, por lo que, primero en
Alemania y después a lo largo de Europa se creó un movimiento relativamente extenso en
defensa de este arte puro por incontaminado que se tornará crucial en el expresionismo o para
artistas como Klee, este a su vez profesor en la Bauhaus.
Carra (2009:2)
Objetivos de la Bauhaus
Lograr una nueva síntesis estética mediante la integración de todos los géneros del arte y
todas las ramas de la artesanía bajo la primacía de la arquitectura
Responder a las necesidades de un amplio espectro de clases sociales mediante una
producción con una clara orientación estética.
Estos dos aspectos se convirtieron con el paso de las décadas en el alma de la actividad
creadora. Además de la aportación puramente pedagógica de la Bauhaus, ésta fue también una
"escuela de la vida", es decir, tanto los docentes como los estudiantes del centro practicaron una
filosofía común y constructiva de la vida (Konrad Wünsche, 1989), que al menos en la fase de
Weimar, era equivalente a "una vida comunitaria", como la calificó Moholy-Nagy.
Bürdek (1994:33)
El curso preparatorio
Los estudiantes comenzaban su formación en el Bauhaus por el curso preliminar, que era
obligatorio para todo estudiante recién llegado. Este curso era el núcleo de la educación
artística y politécnica de la Bauhaus, por un lado tenía por objeto la experimentación y el
hallazgo personal, así como el ensayo de las diversas posibilidades creativas de los
estudiantes, y por otro otorgaba las calificaciones de partida para continuar en los años
sucesivos.
Mediante el curso preparatorio o “vorkurs”, se pretendía que el estudiante fuera capaz de
liberarse de las restricciones educativas que impone el sistema educativo occidental basado
únicamente en el lenguaje. A través del desarrollo de la percepción y la observación se
buscaba que el estudiante abordara su creatividad y expresividad. Además durante el curso se
nivelaban las diferencias de formación entre los estudiantes.
Desde el punto de vista metodológico tanto Itten como AIbers adoptaron un método inductivo
en la enseñanza de la creación, es decir, dejaron a los estudiantes buscar, probar y
experimentar. De esta forma se fomentaba indirectamente la capacidad cognoscitiva. La teoría
no se exigía de antemano, sino que se extraían conocimientos del análisis y de la discusión de
experimentos creativos, que poco a poco iban configurando una teoría global. (Ídem, 1994:30).
Lo que convierte en singular el curso preliminar de la Bauhaus era la calidad de su enseñanza
teórica, un enfoque hacia la reflexión y conceptualización de la forma visual, el rigor intelectual
con que se analizaba la esencia de la experiencia visual y de la creatividad. Los pintores Paul
Klee y Wassily Kandinsky también estuvieron involucrados al curso fundamental impartiendo
teoría sobre la organización y significado de la forma visual (Wingler, 1972:130).
La contribución de Kandinsky al curso preliminar constaba de dos partes, el dibujo analítico y
el estudio teórico del color y la forma. La formación se realizaba de forma cuidadosamente
estructurada, casi científica. El color y la forma se examinaban al principio de manera aislada,
después interrelacionados y, por último, con respecto al fondo, es decir el plano sobre el que
aparecen las imágenes consideradas como figuras.
Al terminar el curso preliminar los estudiantes podían elegir talleres específicos, por ejemplo
tipografía, cerámica, metal, pintura al fresco y sobre superficies vidriadas, carpintería,
… el ministro de finanzas del estado, el socialdemócrata Hartmann, para el que la escuela era
“una organización superflua y sin probabilidades de éxito”, mostraba cada vez menos disposición
a concederles los recursos económicos necesarios. Con la victoria de los partidos conservadores
en las elecciones al parlamento de Turingia en 1924 y el posterior recorte presupuestario, la
propia Bauhaus disolvió su instituto de Weimar el 1 de abril de 1925.
Se iniciaron entonces gestiones para buscar una nueva ubicación, Frankfurt y Dessau eran las
más probables. Finalmente, el consejo municipal de Dessau, con el alcalde Friz Hesse, del
partido Social demócrata, facilitó el traslado de la escuela a esta ciudad con todo su equipo
docente así como los recursos económicos necesarios para su mantenimiento. Fue incluso
posible construir un nuevo edificio, proyectado por Walter Gropius, Carl Fieger y Ernst Neufert…
Sin embargo, es necesario decir, que la gestión de Meyer permitió que la Bauhaus trabajase
con eficiencia sin igual en los campos de la producción y la economía. Aumentó el número de
encargos por parte de la industria, lo que obligó a una mayor exigencia en el acceso que
permitiese mantener el número de alumnos en un límite razonable. Además la exposición
itinerante viajó a Basilea, Breslay, Essen, Manhein y Zurich, popularizando aún más las ideas
de la escuela y haciendo de ella un referente centroeuropeo.
No obstante, la mayor politización que trajo consigo el mandato de Meyer, despertó el temor
entre las autoridades de Dessau a ser tildadas de comunistas y a perder el poco apoyo
electoral que le quedaba al partido social demócrata. Era la unión de dos factores: en la época
de Meyer las ideas políticas tuvieron más presencia que en los años de apoliticismo de
Gropius, pero también es cierto que en el ambiente político de Alemania cada vez más hacia la
derecha, cualquier manifestación en sentido contrario adquiría una peligrosa relevancia.
El alcalde Hesse, advertido por Ludwig Grote, un personaje amigo de Kandinsky, de la “agitación
comunista” entre los estudiantes de la Bauhaus y de la pasividad de Meyer, avisó a éste de la
necesidad de poner freno a tal situación. Como la cosa no cambió, Hesse y Grote acusaron a
Meyer de deslealtad y en 1930 terminó por abandonar ante tantas presiones. Con un grupo de
estudiantes y una de las secretarias se fue a Moscú donde dio clases de urbanismo hasta 1936
año en que regresaría a su Suiza natal para, más tarde, hacer carrera en el México de Lázaro
Cárdenas.
Vega Pindado (2009:5)
Mies van der Rohe fue elegido nuevo director. Los nacionalsocialistas cerraron la Bauhaus de
Dessau en 1932 y Mies intentó que ésta prosiguiera en Berlín como instituto privado
independiente, pero la prudencia política del nuevo director no serviría de mucho.
En noviembre de 1931, en las elecciones municipales de Dessau, el partido nazi fue el más
votado y exigió la eliminación de los subsidios que daban vida a la escuela; su idea era, no sólo
cerrar la escuela, sino demoler el edificio, cosa que finalmente no se haría por razones
económicas, no por falta de ganas; en las páginas del Anhalter Tageszeitung se escribía en estos
términos: “la desaparición de este llamado instituto de diseño significará la desaparición del suelo
alemán de una (o) de las más prominentes manifestaciones del arte judeomarxista”.
Forgács (1995:197)
En febrero de 1933 el incendio del Reichstag sirvió de excusa para actuar decididamente
contra los enemigos de Alemania que parecían ser muchos. Hitler aprovechó la situación y
declaró el estado de emergencia y animó al anciano presidente Paul von Hindenburg a firmar
el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo la mayoría de las disposiciones de derechos
fundamentales de la constitución de 1919 de la República de Weimar. A final de primavera, en
Dachau, se abrió el primer campo de concentración para los opositores políticos que aún no
habían huido del país.
Este proceso de liquidación de la democracia estuvo acompañado de la persecución de toda
forma de expresión cultural que los nazis pudieran asociar a la República de Weimar entre las
que se encontraba la Bauhaus (Vega Pindado, 2009:6). EI 20 de julio de 1933, pocos meses
después de la toma del poder por Adolf Hitler, tuvo lugar la autodisolución de la Bauhaus.
Bürdek (1994:34)
William Morris constituye personalmente la pieza clave: fue artesano, impresor, poeta, escritor,
activista político, pintor. Así como William Morris puede representar el primer diseñador, ya
que reúne algunas de las capacidades que deben tener este profesional, la Bauhaus a nivel
social fue capaz como institución de elaborar el perfil que respondiera a ese nuevo profesional.
Por muy diferentes que parezcan el arte y el diseño, ambas comparten un pasado común, hoy
quizá algunos ven la necesidad de desarrollar diferentes capacidades y competencias. Pero en
la primera década del siglo pasado no se había dibujado nunca los perfiles de ambas
profesiones, primero porque el diseño como profesión aun no existía y en sus primeras
formulaciones se consideraba que nadie quisiera serlo porque “sería meramente un artista
fracasado” (Carra, 2009:4).
Repercusiones de la Bauhaus en la cultura del producto
Las condiciones objetivas de la actividad proyectual debían definirse mediante los métodos de
"investigación de la esencia” y de “análisis de la función”, así como con la “experiencia creativa
acumulada”. Gropius formuló esta idea en 1926 de la siguiente manera: “Un objeto viene
determinado por su esencia. Para proyectarlo y que funcione correctamente, - un recipiente,
una silla, una casa-, se debe investigar en primer lugar esta esencia, para que posteriormente
cumpla su finalidad, esto es, satisfaga en la práctica sus funciones, y sea bonito, duradero y
barato” (Bürdek, 1994:34).
La combinación de la experimentación, así como de los conocimientos teóricos, permitió
sentar en la Bauhaus fundamentos del diseño industrial, que todavía hoy tienen validez en
muchos campos. Especial significación tuvo la orientación claramente social de la actividad
proyectual, o sea, que fueran las necesidades de un amplio espectro de la población y no los
caprichos de una élite social el centro de los intereses artísticos.
Repercusiones pedagógicas de la Bauhaus
La Bauhaus constituye un elemento de referencia importante en la reforma de la pedagogía del
arte, el diseño y la arquitectura del siglo XX. Pero no como quieren ver algunos en su eterna
contemporaneidad y utilidad directa de sus postulados, sino en la posibilidad de reflexión
didáctica que presentan las estructuras que crearon para realizar la enseñanza del diseño, por
ejemplo:
a. El rescate del dibujo abstracto, no con el objeto de alcanzar la habilidad de representación
icónica, sino como entrenamiento perceptual y organizador del universo formal.
b. Los principios o fundamentos de la organización de la forma, permiten dotar a las
disciplinas proyectuales de una base argumental para entender y explicar la actividad
configuracional mas allá del gusto, la intuición o el gesto hierático del docente.
c. Se desarrolla la concepción del aula-taller, la necesidad de complementar el proceso de
diseño con la producción como idea central de este tipo de enseñanzas.
d. La existencia del curso preliminar convertido hoy en asignatura “diseño básico” es una
opción curricular para el entrenamiento en la configuración de la forma, la textura, el color y
el espacio antes de añadir otros niveles de dificultad como la función, la estática, la
respuesta climática u otros. Al mismo tiempo el curso preliminar es un componente
vocacional indiscutible en el Plan de Estudios, es un referente educativo e introductorio de
la profesión, muy eficiente.
La identidad institucional que llegó a consolidar la escuela, es un factor determinante en la
transmisión, casi proselitista, con que se difundieron las ideas de la Bauhaus alrededor del
mundo. Se puede localizar su influencia 30 años después en la creación de la Escuela Superior
de Diseño de Ulm en la propia Alemania.
Y fuera de Alemania, la emigración condicionada por las persecuciones políticas que sufrieron
estudiantes y profesores condujo a un desarrollo a nivel mundial de la investigación, la
2.1.1.4. Vjutemas
En la misma época, de la Bauhaus estaba teniendo lugar un acontecimiento muy parecido,
pero a 1800 km de distancia.
Por decreto de Vladimir I. Lenin con la intención de: “preparar maestros artistas de las más
altas calificaciones para la industria, constructores y administradores de la educación técnico -
profesional.” Se crea en 1920 en Moscú una escuela estatal de arte y técnica su planteamiento
era dar una definición básica a la función del arte en la sociedad socialista, reorganizar las
instituciones artísticas, elevar la artesanía a la categoría de arte (Gay, 2004:54).
El programa, intentaba cubrir una necesidad de establecer Talleres Estatales en reemplazo de
las academias (con una marcada doctrina clasicista). Así surgen los dos Talleres Libres de
Moscú: la Escuela Industrial Stroganov y la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura. En
1920 docentes y estudiantes de ambas instituciones, se plantean la fusión y unificación de
éstas para crear una escuela de artes y oficios. Finalmente se crea Vjutemas que es el
acrónimo en ruso de “Talleres de Enseñanza Superior del Arte y de la Técnica”.
Contexto en las artes plásticas
En 1913 Michel Lerionov plantea el Manifiesto del rayonismo, una síntesis entre futurismo,
cubismo y orfismo, en el cual reivindica la presencia de la luz en la composición considerada
como una cuarta dimensión. Junto con su esposa, Natalia Goncharova descomponen los
objetos en abstractos diagramas de haces de rayos, liberando a los objetos de la realidad
física, transformándolos en radiación pura.
En 1915 Kasimir Malevich, junto con Lerionov y Vladímir Mayakovski, publica el Manifiesto del
suprematismo que propone la liberación de la determinación sensorial, es decir de la
experiencia objetiva. Malevich consideraba que había que liberar el arte de todo el peso inútil
del objeto, evidenciándose en su obra con el empleo de formas puras como círculos,
rectángulos o triángulos, colores básicos. Así se alejó de la pintura figurativa y sentó las bases
del neoplasticismo holandés y del constructivismo ruso.
Al mismo tiempo, Vladímir Tatlin plantea el constructivismo y Alexander Rodchenko el no-
objetivismo, que tienen en común el abandono de todo referente objetual y la construcción de
una nueva realidad a partir de la nada. Influenciados por parte de Pablo Picasso y Braque.
Tatlin, Rodchenko y El Lissitzky anuncian la muerte del arte mismo y se proclaman
productivistas, toman una posición extrema con la intención de querer hacer del arte uno de
los sectores del trabajo manual y de la producción económica. Tatlin proponía que el artista
plástico participe en la producción de artículos utilitarios (Gay, 2004:55).
Vjutemas es un centro en el cual conviven los tres principales movimientos de vanguardia de la
época, tanto en el arte como en la arquitectura: el constructivismo, el racionalismo, y el
suprematismo. Si bien el constructivismo aparentemente fue desarrollado como una forma de
arte en la gráfica y escultura, tenía como tema subyacente la arquitectura y este interés se
percibe en la actividad de la escuela.
La educación artística en Vjutemas tendía a ser multidisciplinaria, dada por sus orígenes, una
fusión de un colegio de bellas artes con una escuela artesanal y un profesorado versátil.
Vjutemas cultivó maestros multiespecialistas, con obras en la gráfica, la escultura, el diseño de
productos, y la arquitectura. Los artistas se trasladaban entre los departamentos, como
Rodchenko, desde el de pintura al de metalurgia. Gustav Klutsis, quien fue jefe de un taller
sobre teoría de color, también se trasladó desde el de pintura y obra escultórica al de stands
de exposición y quioscos. El Lissitzky, que se había formado como arquitecto, también trabajó
en una amplia sección transversal de medios tales como gráfica, impresión y diseño de
exposiciones.
La escuela tenía 100 miembros en su plantilla como profesores y una matrícula de 2500
estudiantes. Los talleres tenían facultades artísticas e industriales; en la facultad de arte se
impartían cursos de gráfica, escultura y arquitectura, mientras que en la industrial se ofrecían
cursos sobre impresión, textiles, cerámica, madera y metalurgia.
En los talleres, los docentes y los estudiantes transformaron la visión del arte y la realidad con
el uso de geometría precisa con un énfasis en el espacio, en una de las grandes revoluciones
en la historia del arte (Gordon Kantor, 2002:74).
El Curso Básico
El curso preliminar fue parte importante del nuevo método de enseñanza que se desarrolló en
Vjutemas, y se hizo obligatorio para todos los estudiantes, independientemente de su futura
especialización. Éste se basaba en una combinación de disciplinas artísticas y científicas.
Durante el curso básico, los estudiantes tenían que aprender el lenguaje de las formas
plásticas, y cromatismo. El dibujo se consideró una base de las artes plásticas, y los
estudiantes investigaron las relaciones entre el color y la forma, así como los principios de
composición espacial.
Departamentos y talleres
La facultad industrial tenía la tarea de preparar artistas de un nuevo tipo, artistas capaces de
trabajar no sólo en las artes plásticas, sino también capaces de crear todos los objetos del
entorno humano, como los artículos de la vida cotidiana, los instrumentos de trabajo, etc. La
producción industrial en éste departamento se esforzaba por crear productos de viabilidad
económica y con la funcionalidad que requería la sociedad de ese entonces. Pero los
productos diseñados en Vjutemas nunca salvaron la brecha que existía entre los talleres de la
escuela y las fábricas de producción.
El decano del departamento de Metalurgia y Madera fue Alexander Rodchenko, que fue
nombrado para ocupar el cargo en febrero de 1922. Este departamento era más acaparador
que lo que el nombre sugiere, concentrándose en ejemplos concretos y abstractos del diseño
de producto. “En un informe de 1923 al rector, Rodchenko enumera los siguientes temas que
le fueran ofrecidos, como: matemáticas superiores, geometría descriptiva, mecánica teórica,
física, la historia del arte y la política de alfabetización. Las tareas teóricas incluyeron el diseño
gráfico y la disciplina volumétrica espacial; mientras que la experiencia práctica se dio en el
trabajo de fundición, acuñación, grabado y electrotipo, además de las pasantías en las
fábricas. La aproximación y enfoque de Rodchenko combinaba efectivamente arte y
tecnología” (Rodchenko, 2005:273).
El departamento de textiles fue dirigido por la diseñadora constructivista Varvara Stepánova.
Como en los otros departamentos, la educación se desarrollaba en líneas utilitarias, pero
Stepánova alentó a sus estudiantes a interesarse por la moda:
…se les dijo que llevaran cuadernos consigo para que pudieran observar y registrar los tejidos y
de la estética contemporánea de la vida cotidiana como se podía apreciar en la vía pública.
Stepánova escribió en 1925 sobre su supuesto plan, fundamentando que esto se hizo con el
objetivo de elaboración de métodos para una conciencia consciente de las exigencias que se nos
impone por las nuevas condiciones sociales.
Kiaer (2005:122)
El departamento de arquitectura
El departamento de arquitectura original del Vjutemas fue el "Taller Académico". Se trataba de
el Primer Taller de Arquitectura dirigido por Iván Zholtovsky, este practicaba un peculiar estilo
de educación, que implicaba largas conversaciones con grupos muy reducidos de alumnos y
al mismo tiempo, la aplicación de una rigurosa capacitación en delineación y composición
clásica (Cooke, 1995:168).
En 1923, Zholtovsky abandona el país durante tres años, renunciando a la presidencia de
Vjutemas y entregándosela a Nikolai Ladovsky. Fundador de los talleres de izquierda unida,
(Obmas) Ladovsky era conocido por sus métodos de enseñanza innovadores, en particular,
por su declaración de que “el material básico de la arquitectura es el espacio”.
Su programa de entrenamiento era superficialmente similar a la formación clásica: en primer
lugar, el estudio de un elemento arquitectónico particular del pasado; a continuación, utilizarlo en
proyectos abstractos; y finalmente, aplicarlo a la arquitectura del mundo real en tareas
arquitectónicas que van desde embarcaderos hasta rascacielos. Para la sorpresa del mismo
Ladovsky, este programa se convirtió en una fuente de novedades arquitectónicas. En Obmas,
fue formulado el concepto creativo del racionalismo, y los profesores y alumnos se distinguieron
de otro grupo destacado dentro de la escuela, los constructivistas.
Colquhoun (2002:110)
La vertiente Constructivista corresponde al taller de Alexander Vesnin que produjeron varios
diseños innovadores con interesante contraste a los productos del taller de Ladovsky. Por
ejemplo, el proyecto de un cuartel general de Comintern, revestido de vidrio, con estructura
cilíndrica, todo un adelanto de lo que 60 años después sería el high-tech. Un plan en 1928
para "hoteles-resort" establecidos en el campo como vainas de vidrio, que se convirtió en un
prototipo para desurbanismo Soviético. Estos trabajos fueron tan significativos que atrajo
visitas desde el extranjero, incluido el propio Le Corbusier entre otros.
En Moscú las dos escuelas de arquitectura más importantes de la época eran la MVTU y el
Instituto de Ingenieros Civiles. Estas instituciones se fusionaron en 1924, y luego propusieron al
departamento de arquitectura de Vjutemas que se uniera a ellos, en un esfuerzo por consolidar
la enseñanza de la arquitectura. Esta fusión se hace realidad en 1927; el MVTU se convierte así
en el exponente más fuerte del constructivismo en la arquitectura, mientras que Vjutemas
desde entonces se orienta más a la ingeniería distanciándose del arte y el diseño.
Birobidzhan, la capital de la nueva región autónoma judía (de dimensiones algo mayores que
Cataluña) que la revolución había creado cerca de Jabarovsk y no lejos de Vladivostok.
Polo (2011:3)
La repercusión de Vjutemas pudo haber sido más contundente en relación a la fuerza de su
movimiento, pero el propio hermetismo del sistema que cerró la escuela se encargó de
silenciar la propagación de sus mejores resultados.
ejemplo de ello era la aplicación que de él se hacía en los llamados trabajos de formación
básica.
Después de pasados tantos años desde de los experimentos de la Bauhaus, en torno a la HfG
de Ulm aún se defendía la necesidad de una escuela superior de diseño y permanecía abierto
el debate sobre la estructura que debería tener un centro de ese tipo y las disciplinas que
debían ser objeto de enseñanza. Las instituciones que habían optado por el modelo de
escuela de élite, se habían erigido rápidamente en referentes y sus resultados habían sido muy
divulgados; el conocimiento superficial de aquellas experiencias, derivó en doctrinas
simplificadas que concluyeron en aplicaciones deficientes, lo que propició argumentos a los
sectores contrarios a la Bauhaus para calificar sus teorías de envejecidas y reaccionarias;
pronto la polémica se instaló en la HfG llegando a pesar más las ideas radicales defendidas
por Maldonado y como consecuencia, Max Bill abandonó la institución, pues no estaba de
acuerdo con el desarrollo de los contenidos de la misma (Ídem. 2010:35).
La etapa de 1956 a 1958 se caracteriza por la incorporación de nuevas disciplinas científicas al
programa educativo.
Luego de la partida de Max Bill, la escuela fue dirigida por un rectorado que incluía a Otl
Aicher, Hans Gugelot y Tomás Maldonado. Además de este cambio en la organización, hubo
una reestructuración del concepto pedagógico. Estos cambios en el programa de estudios
significaban la inclusión de materias como Introducción a la Semiótica y otras relacionadas con
la Física y la Arquitectura, buscando la rigurosidad científica del estudio. Profesores como
Aicher, Maldonado, Gugelot y Zeischegg mostraron la estrecha relación existente entre diseño,
ciencia y tecnología y a su vez este periodo se distingue por la constitución de un modelo
educativo para la Escuela. Asignaturas como ergonomía, técnicas matemáticas, economía,
física, politología, psicología, semiótica, sociología, teoría de la ciencia y otras cobraron mayor
importancia dentro del programa de estudios.
La escuela superior de diseño de Ulm se sitúa claramente en la tradición del racionalismo alemán,
el filosofo Leibniz fue el primero en intentar formular de un modo consecuente los axiomas de la
lógica, ideando un lenguaje que es el principio auténtico de la lógica formal moderna. Para
Leibniz el pensamiento científico debía verificarse en una relación recíproca entre “hallazgo” y
“demostración”. Por “hallazgo” se entendía investigación, es decir, descubrimiento de lo nuevo.
Quiso desarrollar por este motivo un método, un “arte de la invención”.
Bürdek (1994:41)
Esta dualidad, entre un método del descubrimiento y un método de la certeza y la
demostración, eran precisamente los aspectos que constituyen el fundamento del trabajo
sobre metodología del diseño en la Escuela Superior de Diseño de Ulm, empleando sobre
todo métodos matemáticos para poder así demostrar su carácter científico. Con todo, la
elección de las asignaturas incluidas en el Plan de estudios fue más bien casual (provocada
por la incorporación de nuevos profesores), y por ello también adolecía a menudo de
continuidad. Se cultivaba una aspiración de vanguardia, pero el centro no pudo conseguir un
desarrollo estrictamente teórico.
De1958 a 1962 Walter Zeischegg, Horst Rittel, Herbert Lindinger y Gui Bonsiepe fueron
elegidos docentes para el departamento de diseño del producto. Se hizo especial hincapié en
el desarrollo de las metodologías de diseño: los sistemas modulares adquirieron un gran
protagonismo a la hora de proyectar.
El trabajo de director de Tomas Maldonado, va encaminado a definir, no sólo los componentes
de una formación adecuada del diseño, sino también las tareas y el papel del nuevo tipo de
“diseñador de productos”. El perfil profesional del diseñador. En el periodo que va de 1962 a
1966 se alcanzó un equilibrio entre las disciplinas teóricas y las prácticas.
En esta fase. El sistema de enseñanza se formalizó de un modo estricto y así llegó a ser modelo
de numerosas escuelas de diseño. Algunos equipos con una formación autónoma (institutos)
elaboraron proyectos para clientes del sector de la industria. Al mismo tiempo el interés de este
sector por la utilización del diseño industrial se acentuó cada vez más. En aquel momento ciertos
empresarios alemanes vieron la posibilidad de poner en práctica sistemas de producción racional
por medio de los principios usados en esta Escuela Superior, principios que además salían al
encuentro de las nuevas investigaciones tecnológicas de entonces.
Id (1994:41)
La formación básica
Tal como sucedía en la Bauhaus, el curso inicial de la Escuela Superior de Diseño de Ulm tenía
gran importancia. El objetivo de éste consistía en facilitar fundamentos de diseño generales así
como conocimientos teóricos y la introducción del alumno en el trabajo proyectual, incluidas
las técnicas de representación y construcción de maquetas. La meta era también la
sensibilización de la capacidad perceptiva mediante la experimentación con medios
elementales del diseño (colores, formas, leyes de composición, materiales, superficies, etc.)
“Con el transcurso del tiempo, la formación básica, tan marcada en un principio por la
influencia de la Bauhaus, devino en exactos principios matemáticos y geométricos de una
metodología visual” (Lindinger, 1987, citado por Bürdek, 1994:43).
Según el profesor Elmer López el Curso básico de Ulm tenía los siguientes objetivos:
Estimular la inventiva, mediante condicionantes o restricciones que limitan el diseño.
Equilibrar la diferente formación de los estudiantes de primer año.
Desarrollar las capacidades de representación gráfica
Entrenar en el estudiante hábitos de organización sistemática del trabajo.
López de León (1982:4)
Sin embargo, Bernhard Bürdek señala que la verdadera intención de la formación básica de la
Escuela de Ulm consistía en: “alcanzar una disciplina intelectual a través de la ejercitación de
la precisión manual de los estudiantes. El pensamiento cartesiano dominaba en los niveles
teórico y científico. La búsqueda de lo racional, de formas y construcciones estrictas y austeras
determinaba el pensamiento” (1994:43).
Se exigía a los estudiantes elaborar procesos de diseño de forma consciente y controlada. De
esta forma, adquirían una mecánica de pensamiento a la altura de los encargos, que les permitiría
más tarde superar las dificultades en el campo del diseño del producto, de la producción
industrial o de la comunicación.
Rübenach, 1958-1959,1987 Citado por Bürdek (1994:44)
Los diferentes departamentos de la Escuela Superior de Diseño de Ulm
Se resalta a continuación puntos esenciales del contenido de trabajo de los departamentos de
la Escuela Superior de Diseño de Ulm, desde algunos ejemplos representativos.
El Instituto para la Planificación del Medio Ambiente. En las propias aulas de la Escuela
Superior de Diseño de Ulm se puso en marcha un instituto para la planificación del medio
ambiente, perteneciente a la Universidad de Stuttgart. Por un lado debía representar una
integración con el trabajo del centro, pero por otro se llegó mucho más lejos que el cerrado
concepto proyectual de la Escuela. Por ejemplo, se elaboraron los primeros fundamentos de
una nueva orientación de la teoría del diseño: la "dialéctica del diseño" de Jochen Gros (1971).
Martin Krampen constató en su introducción a este estudio que el significado de emancipación
política corresponde aliado afectivo y simbólico del diseñador. Tan acertado era su pronóstico
que partiendo de esta reflexión se llegó a avanzar en el campo operativo de la metodología del
proyecto. Sin embargo estos avances sólo tuvieron lugar más tarde en la Escuela Superior de
Diseño de Offenbach, donde se emplearon como punto de partida de la teoría comunicativa del
producto.
Bürdek (1994:42)
Construcción
En el campo de la arquitectura se prestó atención fundamentalmente a la construcción
prefabricada. En primer plano de la enseñanza estaban los sistemas de construcción por
elementos, las técnicas de ensamblaje, la organización de acabados y las agrupaciones
modulares. Con esto se pretendía sobre todo la creación de barriadas de viviendas
económicas para una gran parte de la población. Desde el punto de vista del enfoque
proyectual, la Escuela continuaba la tradición de los planteamientos de Hannes Meyer en la
Bauhaus. Estos trabajos se fundieron con la tendencia de entonces a la construcción
prefabricada en la construcción. Id (1994:44)
Cinematografía
Este departamento se introdujo en la escuela en 1961. Los contenidos de estudio consistían,
además de la enseñanza de los rudimentos artesanales necesarios, en el desarrollo de nuevas
formas experimentales de cinematografía. Edgar Reitz, Alexander Kluge y Christian Straub
tenían a su cargo la docencia de este departamento. En octubre de 1967 el departamento se
independizó con el nombre de Instituto de realización cinematográfica. Ib. (1994:44)
Información
El objetivo planteado por este departamento era la preparación de expertos para los nuevos
campos profesionales creados en torno a la prensa, cinematografía, radio y televisión. Max
Bense, Abraham Moles y Gerd Kalow fueron los profesores que ejercieron una mayor
influencia. Desde este departamento se intentó traspasar el enfoque teórico-informativo a otros
campos del diseño. Ib. (1994:44)
Diseño del producto
El interés del centro se dirigía al desarrollo y diseño de productos industriales fabricados a
gran escala y susceptibles de ser introducidos en la vida cotidiana, en la administración y en la
producción. Se apreciaban sobre todo los métodos proyectuales en los que se consideraban
todos los factores que determinan un producto: los funcionales, culturales, tecnológicos y
económicos.
Los temas de los proyectos de diseño se enfocaban mucho más hacia cuestiones sobre los
sistemas de producción mediante los cuales se debía alcanzar una imagen unitaria, por
ejemplo más a una empresa, que al producto aislado. Los campos de producción principales
fueron aparatos, máquinas e instrumentos.
Cualquier objeto que poseyera un carácter artesanal o artístico se convirtió prácticamente en un
tabú. De la misma forma, el diseño de objetos de prestigio y de lujo no tenía cabida alguna en los
trabajos del departamento de diseño del producto.
Ib. (1994:45)
Comunicación visual
Este departamento se dedicaba a los problemas de la comunicación de masas. La tipografía,
la fotografía, el embalaje, los sistemas de exposición en lo concerniente a la comunicación
técnica, el diseño de la publicidad y el desarrollo de sistemas de signos constituían el abanico
de los proyectos de diseño. Ib. (1994:46)
Cierre de la Escuela Superior de Ulm
La tentativa de preservar la autonomía del centro dio lugar en estos años a la búsqueda de una
nueva orientación de contenidos que, sin embargo, era imposible transformar. Finalmente, la
Escuela cerró en otoño de 1968 por una resolución del consejo de Baden-Württemberg.
Al margen de todos los motivos políticos que se citan de buen grado, este centro fracasó
también al no haber sido capaz desde mediados de los años sesenta de producir proyectos
de contenido actual. La Escuela no se mostró receptiva frente a la entonces incipiente crítica al
funcionalismo y al debate iniciado poco más tarde en torno a cuestiones ecológicas.
Sobre todo en sus institutos reinó una comercialización tal, a través de proyectos industriales, que
en el caso de algunos profesores ya no era posible hablar de independencia y distancia crítica.
Una vez creado el estilo de la Escuela de Ulm, la tentación era demasiado grande como para no
aprovecharse de los mecanismos de explotación comercial. A causa de estas implicaciones era
imposible encontrar solución alguna que se correspondiera con las reivindicaciones masivas de
los entonces estudiantes, en lo referente a la relevancia social que debía caracterizar el diseño y a
la autonomía adecuada para una Escuela Superior.
Bürdek (1994:42)
León van Schaik, entonces estudiante, ha escrito sobre el debate de las elecciones:
La posición de Frampton fue todo lo que se puede saber acerca de la arquitectura que ya se
conoce. Todo lo que tenemos que hacer es elaborar el plan de estudios adecuado y enseñar con
rigor. La de Alvin Boyarsky era que, el mundo es un lugar para ser experimentado, y ciertamente
no se le puede hacer frente a lo que se desconoce a través de un plan de estudios.
Ídem (2010:5)
Inmediatamente con la eliminación de las becas de la AA para estudiantes del Reino Unido,
Boyarsky aprovechó la oportunidad y, de hecho la necesidad, para hacer de la escuela una
preocupación mundial y embarcarse en un programa muy ambicioso de exposiciones,
catálogos y publicaciones.
Se iniciaron una serie de actividades y estrategias dirigidas a elevar el perfil de la escuela y
publicar su trabajo en la escena internacional. Convirtió en un evento internacional, la revisión
anual de los proyectos. Así mismo internamente, Boyarsky había realizado cambios en el
sistema de departamentos, modificándolo y ampliándolo. Lo concibió como la creación de un
mercado competitivo, donde los profesores contratados cada año tenían que “vender” sus
asignaturas a los estudiantes y para esto tuvo que someterse a un proceso de trabajo de
preparación extenuante con dichos docentes.
Como ya se ha mencionado, Boyarsky no creía en un plan de estudios y les dio a los
profesores libertad para preparar sus propias asignaturas y seguir sus propios intereses y
manifiestos... pero había sabido crear un ambiente de invernadero tan fenomenal que muchas
de las personalidades más sobresalientes de la arquitectura del momento se sintieron atraídos
para participar. Entre otros: Robín Middleton, a cargo de estudios generales, Charles Jencks
para impartir conferencias sobre semiótica; maestros con sus propios talleres como
Zhenghelis Elia, Bernard Tschumi, Peter Cook, Vasely Dalibar, José Rykwert y Daniel Libeskind.
Los estudiantes sobresalientes fueron captados después de su graduación para formar parte
del personal docente, Zhenghelis, Rem Koolhaas entró en el cuerpo docente en 1975, a su
vez, uno de sus estudiantes, Zaha Hadid se unió al equipo en 1978. Del mismo modo, en la
Unidad Intermedia Bernard Tschumi se unió en 1977 y propuso a su alumno, Nigel Coates.
En lugar de buscar, cualquier personalidad influyente en la escena internacional de la
arquitectura, para traerla a la escuela, los visitantes importantes para la AA tenían más
probabilidades de ser artistas o filósofos u otros expertos en sus campos particulares, en lugar de
ser gente exitosa en la práctica de la arquitectura.
Higgott (2010:6)
Era como si, al reunir personas ampliamente divergentes, cada una muy comprometida con la
formulación de su posición, dado el proyecto de reformulación de la arquitectura, algo
novedoso tuviera que salir. Y parece claro que Boyarsky no sabía lo que sería. Por lo tanto, su
objetivo era crear un “ambiente” o el contexto en que fuera ampliamente inclusiva la diversidad
de polémicas, y para localizar cualquier actividad dentro de un discurso cultural ancho (Ídem,
2010:6).
Técnicamente no sólo pasó catorce horas al día durante los 19 años de presidencia de la AA,
sino que además se convirtió en un experto. Conocía los nombres, pasatiempos, debilidades y
amistades de casi todos los estudiantes de la Escuela. Fue capaz de olfatear el talento, darle
la vuelta, a los malos momentos y convertirlos en ventajas. Él fue capaz de ofrecerle a muchos
una oportunidad única de trabajar en la enseñanza, tal vez por ello no se sorprendió en lo más
mínimo cuando su trabajo fue apareciendo en revistas, salas de exposiciones y finalmente
reconocido por todo el mundo (Ídem, 2010:6).
Desde 1971 hasta su muerte en 1990, Alvin dominó autocrático sobre Bedford Square, la
transformación de la AA convirtiéndola en el centro de enseñanza de arquitectura más
comentado del mundo.
Por otro lado, el documento en el que se plasman los conceptos y características más
importantes de la carrera en ocasiones también se le denomina curriculum, y otras veces se
reconoce como plan de estudio o pensum.
En él se diseña todo el proceso docente educativo: la concepción filosófica, sociológica,
psicológica, pedagógica que identifica la carrera; una breve reseña histórica del desarrollo de
la profesión y su enseñanza, los problemas a que se va a enfrentar el egresado, el perfil del
profesional y del egresado, sus modos de actuación o competencias y los campos de acción
donde se desempeñará.
Además, el plan de estudios o curriculum contiene las disciplinas, asignaturas, el tiempo de
que se dispone y su distribución, los exámenes finales, los trabajos de curso y las formas de
conclusión de los estudios del egresado.
Gran Bretaña
Alemania
Finlandia
Disciplina/ País
Portugal
España
Bélgica
Francia
Austria
Suecia
Italia
Historia y teoría de la arquitectura x x x x x x x x x x
Comunicación visual x x x x x x x x x
Construcción técnica y dirección de obras x x x x x x x x x x
Estructuras x x x x
Proyectos x x x x x x x x x x
Teoría y práctica del proyecto urbano x x x
Ciencias del urbanismo y del paisaje x x x x x
Ciencias humanas y sociales para la arquitectura x x x
Disciplinas físico-técnicas y aplicaciones a la arquitectura x
Disciplinas de estimación para la arquitectura y el urbanismo x
Teoría y técnica de la restauración x
Fundamentos de arquitectura x
Esta disciplina es integradora porque en ella se sintetizan todos los contenidos del plan de
estudio, se globaliza en una sola unidad las distintas partes del todo, no como una mera suma de
los distintos componentes del egresado, sino que estudia las nuevas cualidades que surjan,
como consecuencia de la interacción sistémica de dichas partes.
De ahí que ejercitarse en lo proyectual sea lo idóneo para este profesional. En ocasiones, con
un criterio simplista de vincular la actividad de aprendizaje con la realidad, se prepara cualquier
actividad para que sea realizada por el estudiante, pero ellas no contribuyen a formar en el
desempeño profesional del arquitecto, o lo hacen muy indirectamente. Por ejemplo: con el
propósito de acercar al estudiante a la construcción en vivo, se programan visitas a obras que,
aunque pueden ser interesantes y aleccionadoras, generalmente son ilustrativas y/o
contemplativas y no reemplazan la labor de diseñar, o están desvinculadas de lo que el
estudiante está proyectando; como tampoco tendría mucho sentido que el estudiante de
arquitectura cargase carretillas de mortero durante meses o que abriera con cincel y martillo
centenares de metros lineales de ranura en paredes de bloques de hormigón.
Lo que resulta del verdadero entrenamiento es una competencia sobre la definición y elección
de un sistema constructivo, la planificación de un proceso constructivo, la proposición de
resolución de un problema constructivo mediante su respectivo detalle y la supervisión y el
control de cómo se consigue.
Si se realiza una actividad verdaderamente práctica del proceso proyectual, lo que se practica
en vivo es la actuación proyectual, cuasi en las condiciones de la realidad. Y la importancia de
lo estructural, la lógica del proceso constructivo, la relación entre una acción y la siguiente de
dicho proceso se aprende, o se debe aprender, en la aplicación de la actividad proyectual. La
repercusión del conocimiento histórico, de lo tipológico, el impacto de lo ético y lo económico
se representa mejor que en ningún otro escenario docente en lo proyectual.
La disciplina de Proyecto Arquitectónico ocupa un lugar central en la mayoría de planes de
estudios de las actuales escuelas de arquitectura. Desde esta posición se le suponen unas
relaciones de integración y aplicación (flechas rojas) con las disciplinas derivadoras, tal y como
se muestra en el gráfico 28, dichas relaciones en la realidad docente (si se fomentan y
practican) son mucho más ricas, intensas y complejas, que como aparecen ilustradas
esquemáticamente en el mencionado gráfico.
Representado con una degradación del blanco al azul, aparece reflejado el carácter de
concreción profesional que va experimentando gradualmente la disciplina integradora, durante
toda la carrera. En los primeros años el tipo de problemas proyectual debe ser más sencillo,
parcial y abstracto, lo contrario sucede en los ejercicios de proyecto de los años superiores.
Al estar la disciplina Proyecto Arquitectónico presente desde el primero hasta el último año,
como manifestación de la progresión de la profesión, ejerce un efecto atractor sobre las
disciplinas periféricas o derivadoras, lo que facilita que el estudiante comprenda la naturaleza
de cada una de estas últimas, que sin la integradora pueden estar dispersas y sin relación.
Así como hacia al final de la carrera la carga docente desciende, el tiempo dedicado a la
disciplina integradora debe ser cada vez mayor.
En relación a la definición del programa, pues los requisitos funcionales cambian respecto
al cometido del objeto arquitectónico: espacios privados, públicos, circulaciones,
almacenajes, flexibles, futuro crecimiento, etc. Es decir, que no tiene la misma dificultad
proyectual respecto a lo funcional una vivienda que un hospital.
La inclusión en el lugar y los requisitos solicitados: integración a la trama urbana, respeto
ambiental, estrategias de preservación y reducción de impacto ecológico. La selección de
las condiciones topográficas o de condicionantes en un sitio real o imaginario.
La exigencia en cuanto al control ambiental, climatológico y la respuesta natural o con
apoyo de instalaciones mecánicas y redes tecnológicas.
La profundidad y el completamiento de la solución en cuanto a lo constructivo. La definición
de detalles constructivos y el tipo de sistema constructivo seleccionado. La respuesta
estructural de lo edificado.
La integración disciplinar no solo se observa en la estructura de asignaturas, sino también se
aprecia en la organización de la actividad docente y sus formas de enseñanza. Por ejemplo la
modalidad de “Taller Vertical” que consiste en organizar fuera de la actividad convencional del
taller, un ejercicio de Proyecto Arquitectónico que vincule a estudiantes de diferentes niveles,
esto implica unas interacciones excepcionales para los estudiantes, como una gestión eficiente
del trabajo en equipo, del tiempo o de temas que bajo el ritmo académico normal, tal vez
recibirían 2 o 3 años después.
La otra circunstancia que demuestra intenciones de integración disciplinar son los “Talleres
integrales” aquí se presentan a un taller de Proyecto Arquitectónico varios profesores
provenientes de asignatura distintas, para que mientras se desarrolla el ejercicio de proyectos
y sin salir de esta clase, se pueda complementar información y saldar dudas sobre: materiales,
estructuras, construcción o instalaciones.
Delimitando el objeto de estudios, la estructura y dinámica de la disciplina integradora debe
llevarse hasta aquí, pues de proseguir se comienza a incursionar en el proceso de enseñanza
aprendizaje, que es objetivo del próximo capítulo.
Gráfico 29. Facultad de arquitectura y urbanismo. Universidad nacional de La Plata Argentina Plan de
Estudios VI 2008
Gráfico 30. Universidad de América. Colombia, Facultad de Arquitectura. Plan de Estudios (P.E.) 2006
El flujograma del gráfico 30, presenta una carrera de 5 años, 10 semestres. La disciplina de
Proyecto Arquitectónico, colocada arriba y horizontalmente, cruza toda la carrera, aunque en el
último año es más difícil decir que continúa, por el título que toma la asignatura. Cada
asignatura de dicha disciplina tiene el nombre de Taller de Diseño I, II, III… El tratamiento del
primer año, al menos en el nombre, no cambia respecto a los años superiores. La disciplina
derivadora de Representación Gráfica aparece dividida en Expresión visual I, II, III… y por otro
lado las asignaturas de Geometría, mezcladas con Teoría e Historia de la Arquitectura, a su vez
están en línea con Taller de Urbanismo.
Esta es la razón de que aparezcan flechas para indicar el sentido más lógico de la carrera. No
obstante se aprecian las diferentes líneas disciplinares.
Gráfico 31. Universidad Tecnológica del Salvador, Facultad de Arquitectura. P.E. 2010.
El ejemplo del gráfico 31, ofrece una distribución simétrica a ambos lados de la disciplina
Proyecto Arquitectónico, como verdadera columna vertebral. En este caso las asignaturas se
denominan Taller Integral y van desde el primer año hasta el quinto en una sucesión semestral,
llamadas ciclos. Las dos primeras disciplinas de arriba se corresponden con el área
tecnológica, mientras que la de abajo pertenece a Teoría e Historia de la arquitectura.
La disciplina de Representación gráfica es la que cuesta identificar, pues tiene 6 asignaturas
separadas en dos grupos de 3. Las primeras 3 en la segunda fila: “Expresión gráfica”,
“Geometría Descriptiva” y “Presentación Arquitectónica”, que se descontinúan para dar paso a
“Construcción e Instalaciones I” y las tres restantes colocadas en la cuarta fila en los ciclos III,
IV y V.
Por otra parte, dada la denominación de las asignaturas, “Composición Bidimensional”,
“Composición Tridimensional I, y II” no se sabe si pertenecen a la rama de comunicación visual
o son asignaturas afines a Proyecto Arquitectónico, problema comentado en la pagina 159.
Gráfico 32. Universidad del Diseño Costa Rica, Facultad de Arquitectura. P.E. 2009
La Malla curricular que muestra el gráfico 32, presenta un Plan de Estudios organizado por
bloques o áreas de contenidos, más que por disciplinas. Estos bloques de contenidos
aparecen diferenciados en color y con el nombre de unidades administrativas: departamentos.
Sin embargo, en la fila superior aparece como excepción una sola disciplina, la de Proyecto
Arquitectónico recorriendo toda la carrera. Esta disciplina empieza llamándose “Taller de
diseño I, II, III hasta VI” y en el tercer año pasan a denominarse “Taller de Diseño arquitectónico
y urbanístico”, pero conservan el numero romano consecutivo, lo cual demuestra una intención
secuencial.
La Malla curricular del gráfico 33 presenta un caso fuera de la norma en cuanto a que su
interpretación debe hacerse al revés de lo convencional; la lectura cronológica es verticalmente
descendente. Este ejemplo presenta 5 años divididos en semestres, mientras que los
contenidos que un estudiante recibe en determinado momento se deben leer horizontalmente.
Arriba en la fila superior aparecen tres áreas de contenidos: Diseño, Tecnología y Ciencias
Sociales y Humanas.
La organización de este plan no es disciplinar, existen algunas secuencialidades en
“Procedimientos Constructivos 1, 2 y 3” y en “Estructuras 1, 2, 3 y 4”, pero la gran regularidad
respecto a los demás casos estudiados es que Proyecto Arquitectónico sí tiene un
Por sus semejanzas con el ejemplo anterior, se ha decidido incluir en este análisis, el caso que
se muestra en el gráfico 34, una malla que también se lee en orden descendente. El pensum
de 5 años, divididos en semestres, mientras que los contenidos aparecen divididos en tres
áreas: Arquitectura y urbanismo, Tecnología, e Historia y Teoría de la Arquitectura.
A diferencia del caso Uruguayo, este plan sí es marcadamente disciplinar, como se puede
observar en los casos de “Construcciones 1, 2, 3…”, “Análisis y Diseño de Estructuras 1, 2,
3…” e “Historia de la Arquitectura 1, 2, 3…”, y en las disciplina Proyecto Arquitectónico.
No obstante, esta disciplina presenta un problema de denominación de las asignaturas que la
conforman: “Taller integral de Arquitectura” en los dos primeros años y “Taller de proyecto de
Arquitectura” en el tercer y cuarto años.
Aunque este análisis se basa en los datos que aporta la malla curricular, los que pudieran
parecer esquemáticos y someros, permite abrir un campo de dudas, interrogantes y reflexiones
útiles para esta investigación y para las que se puedan derivar de este trabajo.
Para resumir el estudio de las mallas curriculares, como representación de planes de estudios,
se ha seleccionado el ejemplo del gráfico 35; con la finalidad de captar de modo más eficiente
la información contenida, a dicho esquema se le ha realizado un tratamiento cromático que
aparece en el gráfico 36.
Gráfico 35. Instituto Técnico de Tijuana, México, Facultad de Arquitectura. P.E. 2010
Gráfico 36. Tratamiento cromático sobre la Malla curricular del Gráfico 35.
Sólo, en 1747 con la creación de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, se inicia la
formalización de la enseñanza de la Arquitectura.
[…] La implantación en España del modelo francés de la Academia de Bellas Artes, va a suponer
un impulso a la Arquitectura, pero también, a la profesión de arquitecto, lográndose para éste la
ordenación de los estudios conducentes a alcanzar el título profesional así como el prestigio
social, que conllevará el disfrute de privilegios.
Hay en la Academia de San Fernando, y en concreto en los estudios de Arquitectura, una
transposición del modelo francés de la Académie Royale d 'Architecture de París, fundada por
Jean Baptiste Colbert, superintendente de obras públicas y finanzas de Luis XIV en 1671.
Reservándose el título de arquitecto sólo a los arquitectos del rey y, es que en rigor, en aquellos
momentos, el fin principal de la Academia, era formar artistas especializados para las obras
reales.
Padrón Díaz (1996:70)
Tabla 6. “Sobre los estudios, y conocimientos que debe tener el Arquitecto” Villanueva 1756
(Padrón Díaz, 1996:84).
En su carta V, con el título de “Sobre los estudios, y conocimientos que debe tener el
Arquitecto”, Diego de Villanueva da a conocer una propuesta de materias que debe saber un
Arquitecto. Tabla 6. De esta primera propuesta de Plan de Estudios se destaca el criterio de
materias que no estaban vinculadas directamente con la profesión y que se consideraban
“adornos” en la formación del arquitecto.
Diego de Villanueva, es sin duda, uno de los profesores más interesantes del inicio de la
Academia; estudió en la propia Academia y de la cual llegó a ser director de Arquitectura en
1756. Por su preocupación pedagógica hacia la enseñanza de la arquitectura, en las primeras
décadas de la regulación legal del título de arquitecto, hay que acudir necesariamente a sus
obras escritas. “El mismo sostenía que su fin no era otro, ni lo será jamás, que el de la
instrucción de los jóvenes” (Ídem, 1996:83). Y el primer Plan de estudios que tenemos
constancia de la época y que tomamos como referencia pertenece a su obra.
El Plan de Estudios de 1844
En 1844 se crea la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid. El Plan de Estudios se
caracteriza por dividir la enseñanza en una parte preparatoria y otra denominada especial. En
los dos primeros cursos hay un conjunto de materias de índole instrumental muy en la línea
con las actuales Escuelas de Arquitectura: Matemáticas, Mecánica, Geometría Descriptiva y
Dibujos.
Sin embargo, existe un predominio de los trabajos de copia (cuatro cursos) sobre los de
diseño (dos cursos de composición en cuarto y quinto curso).
Este primer Plan de Estudios debe reconocerse como deudor del de Diego de Villanueva, pero
a su vez es el modelo que funcionará como patrón desde el cual se han realizado cambios y
adaptaciones sucesivas.
Tabla 7. Primer Plan de Estudios.1844. Escuela especial de arquitectura de Madrid (Padrón, 1996:107).
hay referencia a los órdenes, ni a la técnica del lavado), el cual será denominado topográfico y de
Arquitectura. También se inician los estudios de instalaciones urbanas con la asignatura relativa a
la conducción, distribución y elevación de aguas. Entendemos que se está produciendo un deseo
de aproximar al alumno a la realidad de la práctica profesional, fundamentalmente en los últimos
cursos.
Padrón Díaz (1996:122)
Tabla 8. Tercer Plan de Estudios 1855. Escuela especial de arquitectura de Madrid (Id. 1996:121).
Tabla 10. Sexto P. E. 1896. Escuela especial de arquitectura de Madrid (Id. 1996:140).
Ya a finales del siglo XVIII, hacia 1775, se crea una Escuela de Dibujo, conocida como Escuela
Gratuita de Diseño. Ubicada en la planta alta del edificio de la casa Lonja, tenía por objeto
promover las Artes y los Oficios, con una actuación muy modesta al principio. Pero desde 1778
El Plan de Estudios 1896 propone una carrera de 6 años sin contar el periodo preparatorio en
una facultad de ciencias. Luego el estudiante debe cursar estudios preparatorios durante dos
años en la propia facultad de arquitectura, donde vuelve a tomar asignaturas de matemática,
dibujo y modelado y mecánica. Y finalmente el estudiante comienza la fase terminal de su
carrera, una etapa de cuatro años denominada especial. Por primera vez, la disciplina de
Proyecto Arquitectónico se trata como bloque de contenidos, pero aparece identificada con la
asignatura de composición:
4to año Composición arquitectónica I. Proyectos de elementos de edificios
5to año Composición arquitectónica II. Proyectos de edificios.
6to año Composición arquitectónica III y Proyectos de edificios.
Y promulgaba que “la clase de proyectos ha de ser el elemento aglutinante o que asocie todos
los estudios del curso” e invitaba a “que todos los profesores se metan, e intervengan en las
clases de Composición, como así debe ser”, argumentos que tienen total vigencia.
El profesor de éstas, por sí solo, no puede enseñar a proyectar, porque proyectar no es dibujar
una ficción con más o menos gracia y maestría. Como sucede en el plan actual. Proyectar es
estudiar, es resolver artística y científicamente todos los problemas de la construcción; el artístico,
el económico, el higiénico, el constructivo, el mecánico, sin dejar uno solo.
CALC (1932:159)
La siguiente valoración que el arquitecto Modesto López Otero realiza sobre el plan de 1932,
tiene la fuerza añadida, de que este era el plan vigente durante el tiempo en que él dirige la
Escuela de Arquitectura de Madrid:
…y así llegamos al plan actual de 1932-1933, en el que parecía satisfacerse la aspiración de
aumentar las dos grandes disciplinas básicas: la construcción y los proyectos, y en el que se ha
ensayado como gran novedad el llamado examen de conjunto, en virtud del cual podrían
compensarse las condiciones de esa doble cualidad científica y artística, que en ninguna otra
carrera se exige, y que es peculiar del arquitecto.
Para la mayor eficacia como preparación profesional se darán estas enseñanzas [se refiere a las
asignaturas clasificadas como estudios peculiares de la carrera] con la cohesión debida,
actuando siempre sobre el proyecto que el mismo alumno elabora, ofreciéndole de este modo
casos reales de indudable aprovechamiento.
López Otero (1945:49)
Se puede señalar que en el Plan de Estudios de 1932 hay una ampliación de la formación
específica, es decir que aumentan las asignaturas “peculiares de la carrera”; se eliminan los
estudios preparatorios de 1914, pero es más significativo que el incremento del componente
tecnológico y proyectual suceda sin detrimento de las asignaturas humanísticas.
El empeño que existe en centrar el objetivo de la formación del arquitecto en las asignaturas de
proyecto y construcción se comprueba en una estructura secuencial de asignaturas que
apunta a una clara organización disciplinar.
Estamos en presencia del curriculum con mayor número de asignaturas de proyectos hasta la
fecha en la historia de España: “Detalles y conjuntos arquitectónicos y sus aplicaciones a la
composición ornamental”, “Proyecto Arquitectónico I”, “Proyecto Arquitectónico II”, “Proyecto
Arquitectónico III” y “Proyecto Arquitectónico IV”.
La asignatura “Detalles y conjuntos arquitectónicos” tiene una denominación que va más allá
de la estricta copia y además la posición que ocupa esta asignatura en el primer curso
contribuye a la motivación y orientación vocacional, pues el estudiante entra en materia
profesional desde primer año.
Aparecen en el área de contenidos de construcción cuatro asignaturas bien establecidas:
“Construcción I”, “Construcción II”, “Construcción arquitectónica III” y “Construcción
arquitectónica IV”. Igualmente se incluyen asignaturas ligadas a la tecnología de la edificación,
como “Resistencia de materiales”, “Estabilidad de las construcciones” y “Tecnología de la
edificación”, que son indicadores de materias ligadas a las estructuras arquitectónicas y a la
tecnología de la construcción.
Indiscutiblemente en el plan de 1932 se manifiestan algunos de los progresos científicos,
pedagógicos y de la teoría arquitectónica más de vanguardia que se va consolidando durante
las tres primeras décadas del siglo XX.
Plan de Estudios de 1957
En la primera década de la segunda mitad del siglo XX, España vive una época de amplios
planes y programas de industrialización, que por consiguiente exigen del concurso de un
mayor número de técnicos dotados de una formación profesional a la altura del nivel de
desarrollo tecnológico que se quiere alcanzar. Ello conlleva a revisar la organización y los
métodos de enseñanza.
Ya existe una consciencia, que llega a recogerse en declaración manifiesta, para que se
abandone la enseñanza enciclopédica correspondiente a etapas anteriores de formación, en
pos de dotar al nuevo profesional de una capacitación técnica específica.
En la configuración del Plan de estudios de 1957 se insiste reiteradamente en:
…la necesidad de sustituir el concepto tradicional de técnico enciclopédico por otro de campo
más específico, mediante la implantación de una mayor especialización en cada grado de
enseñanza, concreción que viene impuesta por el excepcional desarrollo que ha alcanzado la
moderna tecnología en cada una de sus modalidades.
Padrón Díaz (1996:161)
Sin embargo, a pesar de los planteamientos iniciales, en los que se acentúa una dirección
hacia lo tecnológico, el Plan de 1957, obedece más al concepto humanista y generalista de la
profesión. No obstante, es el primero donde surgen con evidente y desproporcionada fuerza
los estudios de especialidad.
Significa el final de la era de los planes extensos y, también con él terminan los inicios de los
estudios de Arquitectura en la Facultad de Ciencias.
Es importante destacar que este Plan de Estudios es el primero en la historia curricular de la
carrera en España en el cual que la asignatura Proyecto Arquitectónico I comienza tan
temprano, en el primer curso, lo cual es todo un acierto vocacional y formativo. Pero también
resulta evidente que no responde a una concepción muy firme pues ya en el siguiente Plan, el
de 1964 se vuelve a perder.
En correspondencia a este aprovechamiento de los primeros cursos, la disciplina logra estar
conformada por VIII asignaturas de Proyecto Arquitectónico, esto también es inédito en la
trayectoria historia de Planes de Estudios, lo que significa otra fortaleza en cuanto a la
organización disciplinar. Sin embargo, también se pierde en la próxima edición curricular y no
es hasta 1994 en que esto se vuele a rescatar.
En resumen, estamos ante un Plan destacado para la fecha y para su contexto territorial, que
logro unas propuestas anticipándose en más de 30 años a sus implementaciones definitivas.
sistema de equilibrio entre la enseñanza oficial -de irremediable cuño universitario napoleónico- y
el verdadero aprendizaje realizado fuera, pero no a espaldas del profesorado de la escuela.
Todos ellos han de emplear mucho tiempo en la escuela, y más si se quiere abreviar el largo
período de aprendizaje. Esto les impide ganarse la vida fuera de horas escolares; estas
ocupaciones retribuidas serán cada vez más necesarias, según se vaya notando la deseada
llegada a la escuela de alumnos procedentes de familias de escasos medios económicos.
Ib. (1996:164)
Es una época que se caracteriza por una gran necesidad de incorporación de profesionales
universitarios al mercado de trabajo y por consiguiente esto traerá un aumento considerable en
la población estudiantil. La respuesta es la reducción a cinco años de estudios en la
enseñanza de las Escuelas Técnicas Superiores y una simplificación al acceso de la educación
universitaria. Pero esto último repercute en un primer año de una preparación “nivelatoria”
general muy distanciado de la introducción a la profesión.
Incluso la asignatura “Análisis de Formas Arquitectónicas” estaba condicionada al dibujo
Artístico, sin ninguna relación con los contenidos que hoy se les asocian.
El año 1972, dentro del plan 1964, se organiza el primer curso de Análisis de Formas
Arquitectónicas, en segundo año de carrera, en el que se intenta realmente articular una reflexión
continuada sobre la capacidad de las apariencias de la arquitectura para reflejar otros
componentes susceptibles de ser identificados en ella, asumiéndose el medio gráfico como su
instrumento fundamental de expresión.
Sierra Delgado (1997:147)
Por otro lado Antonio Gámiz comparando la evolución que en esa época habían tenido la
asignatura de elementos de composición respecto a “Análisis de Formas Arquitectónicas”
dice: “…mientras Análisis de Formas seguía dedicándose aún a dibujar estatuas, y en dibujo
técnico se enseñaba prácticamente delineación” (Gámiz Gordo, 2003:13).
Respecto al plan de 1957, este muestra una involución en lo relativo a la presencia de la
asignatura de Proyectos I que aparece ante el estudiante en tercer año. Máxime en una carreta
de 5 años, véase que el área de contenidos proyectuales se reduce a Proyectos I, II, y III.
El Plan de 1964 fue el último Plan de Estudios común a las escuelas de arquitectura existentes
por aquel entonces, se convirtió en el más breve de la historia en cuanto número de años de
estudio. Pero en la práctica, los alumnos que superaban los primeros cursos, que tenían
carácter selectivo, eran muy pocos. Por lo que de facto, la carrera seguía siendo muy larga.
Tabla 15. P. E. de 1975. Escuela de Arquitectura de Las Palmas de Gran Canaria (Ib. 1996:169).
Este retraso del comienzo formativo del bloque de contenidos más importante de la carrera, es
menos grave en el caso de San Sebastián que lo incluye en 2do año y el caso contrario es la
escuela de Madrid que en esa misma fecha coloca a Proyectos I en cuarto año.
Desde los planes de estudios de 1975 en las Escuelas de Barcelona, San Sebastián y La
Coruña, existe un deseo por introducir al alumno, desde el primer curso, en los estudios
específicos de arquitectura.
Una de las conclusiones de este recorrido histórico es que en repetidos momentos se ha
cargado el curriculum en estos primeros años de asignaturas generales, de ciencias básicas,
perdiendo totalmente el equilibrio respecto a las de la profesión.
Por otra parte la expresión gráfica ha sido tratada como contenido simbólico de identificación
del arquitecto y sobre todo del artista, ocupando un rol primordial en esos primeros años, que
si bien se trata de herramientas indispensables del proyectar, no deben confundirse con el
propio proceso proyectual.
Hay otro consejo que quisiera dar a las escuelas en lo referente a sus programas de estudio para
los primeros años de enseñanza de profesión: para estimular la creatividad, debería prohibirse a
los estudiantes la utilización de los instrumentos del oficio. Ni tablero de dibujo, ni reglas de “T”, ni
representaciones ortogonales, ni fachadas, ni secciones. Lo normal es que los niños aprendan a
hablar antes que a escribir. Lo que estamos haciendo en las escuelas de arquitectura tiende a
invertir este proceso. Yo sugeriría que empezase a trabajar con las dos manos, construyendo
volúmenes completos, concibiendo los espacios desde dentro hacia fuera, espacios para vivir…
Tabla 17. Arriba P. E. de 1994; debajo P.E. de 2010-2012. Escuela de Arquitectura de Madrid.
Para cerrar este recorrido panorámico sobre la evolución de los Planes de Estudios españoles
se ha decidido realizar un análisis conjunto de estos dos últimos ejemplos. Se trata de los dos
planes de estudios más recientes pertenecientes a la Escuela de Arquitectura de Madrid.
La comparativa evalúa por año y semestre dos parámetros: El primero: la coincidencia de la
misma rama de contenidos, identificados por el color; y el segundo, la denominación de la
propia asignatura, dada por su título. Es decir, que si se modifica el color de una de las
columnas respecto a la otra, es porque la asignatura cambia, ni siquiera pertenece a la misma
disciplina. Tabla 18.
Tabla 18. Comparación entre el P. E. 1996 y el actual 2010-2012, Escuela de Arquitectura de Madrid.
Por ejemplo verde y verde más claro significa que pertenecen a la misma área de contenidos,
pero la asignatura no es la misma. Sin embargo, si la franja cromática cruza ambas columnas
significa que se trata exactamente de la misma asignatura.
En la tabla 19 se recogen los resultados y se presentan en una sola columna donde figuran
exclusivamente aquellas asignaturas que se repiten en ambos Planes de Estudios; es decir,
que son iguales y que tienen la misma posición curricular. La columna de la extrema derecha
en la tabla 19 indica cuantas asignaturas se repiten en la misma posición y contenido por
semestre. No se contabilizará “Proyecto Final de Carrera” pues forma parte de una estructura
más estable, ya que lógicamente debe estar al final de la misma.
Los resultados que arroja la comparación señalan que los Planes de estudio son iguales entre
sí en un 50.5 %. Es decir que la mitad de la carrera vigente en el 2012 tiene la misma estructura
que hace 16 años.
La interpretación que podría derivarse de estos resultados es la que desborda el alcance de
este acápite e incluso el propósito de la tesis. Ya que como se señalaba en páginas anteriores
este recurso indagatorio es útil como detector de preguntas, pero hacen falta otros muchos
instrumentos para obtener respuestas de peso argumental en este sentido.
No obstante, algunos de los resultados expresan evidencias directas, por ejemplo: ambos
currícula mantienen una tendencia a la secuencialidad en las diferentes áreas de contenidos y
se ratifica que en la actualidad, en todos los Planes de Estudios revisados, la disciplina
Proyecto Arquitectónico ocupa una posición central.
Proyectos 2
3 Mecánica de sólidos y sistemas estructurales 5/2
Segundo
Año Proyectos 3
4 Análisis de la arquitectura 4/2
Proyectos 4
5 Construcción 2 4/3
Tercer Historia de la arquitectura y del urbanismo
Año Proyectos 5
6 Acondicionamiento ambiental y habitabilidad
4/2
Proyectos 6
7 Construcción 3 4/3
Cuarto Composición arquitectónica
Año Proyectos 7
8 Instalaciones y servicios técnicos
4/2
9 Proyectos 8 4/1
Quinto
Año 10 4/0
Tabla 19. Resultados de la comparación entre el P. E. 1996 y el vigente 2012, Escuela de Arquitectura
de Madrid.
Este es precisamente el núcleo de la cuestión: una cosa es que los contenidos lógicamente
sean integrables y aplicables en la actividad de proyecto y otra muy diferente es la
instrumentación didáctica para que la capacidad de integración se desarrolle y sea posible.
El primer director de la Bauhaus, Walter Gropius, lo dice de este modo:
La enseñanza de un método de enfoque es más importante que las enseñanzas de habilidades
técnicas. Se trata de un proceso continuado que debe crecer concéntricamente, como los anillos
anuales de un árbol. En todas las etapas, su alcance debiera ser amplio y tender a abarcarlo todo
en lugar de ser parcial, creciendo lentamente en intensidad y detalle en todas las disciplinas
simultáneamente. La integración de toda la gama del conocimiento y de la experiencia es de
suma importancia desde el comienzo mismo; sólo entonces la totalidad de los aspectos adquirirá
cierto sentido en la mentalidad del alumno. Este absorberá con facilidad todos los detalles
ulteriores y los colocará en el lugar al cual pertenece, si progresa desde la totalidad hacia los
detalles, y no a la inversa.
Gropius (1957:66)
Es recomendable volver a insistir en que se deben crear varias líneas de investigación en este
campo de la organización disciplinar en arquitectura. Es un terreno muy prometedor y se ha
explorado poco.
todas estas cosas, las cuales, mediante movimiento de masas, conjunción y acumulación de
cuerpos, se pueden adaptar con gran dignidad al uso de los hombres. Y para poder hacer esto
es necesario que posea conocimientos de las cosas mejores y excelentes.
Lewis (2001:201-202)
Al analizar el universo profesional de la actividad del arquitecto se ha decidido utilizar en esta
tesis la clasificación que se deriva de la necesidad de dar una respuesta ineludible a cada uno
de los siguientes aspectos: proyectual, técnico-constructivo, comunicacional y gerencial.
El arquitecto es básicamente un proyectista y un constructor. Como proyectista entiende la
necesidad del cliente y la compagina con los requisitos reales. Es capaz de “leer” la realidad
física, cultural y social del lugar, asimilar las potencialidades del contexto desarrollando
opciones de solución para el encargo.
Después de haber apreciado de manera positiva las potencialidades del sitio para la
construcción, recopila información y datos necesarios durante la etapa inicial del proceso
proyectual. Examina detenidamente las prohibiciones y las posibilidades derivadas de las
normas urbanísticas y del medio ambiente y por medio del proceso proyectual es capaz de
velar para que esa concepción, que ofrece solución al encargo, tome forma y gradualmente se
abra espacio en una nueva realidad.
El componente constructivo del arquitecto parte de un conocimiento general de cómo se
construye, de la aplicación de materiales y sistemas constructivos a situaciones especificas
originadas por decisiones de proyecto. Este saber eminentemente técnico de la construcción,
contempla conocimientos de cálculo estructural, instalaciones eléctricas, alimentación y
evacuación de agua, ventilación y climatización, que permiten concretar las propuestas
proyectuales en el futuro edificio.
Estas dos grandes características de la actividad del arquitecto se realizan con el soporte de
otros dos componentes no menos importantes, que surgen de la necesidad de expresar,
transmitir, ejecutar y controlar las decisiones proyectuales y sus consecuencias constructivas.
El lenguaje empleado por excelencia para representar la realidad creada por la arquitectura es
el visual: dibujos y modelos; pero las memorias descriptivas, los pliegos de condiciones
normativas y las notas técnicas exigen el empleo también del texto escrito. El arquitecto
comunica esencialmente mediante la representación gráfica el cúmulo de resultados que
conforman el objeto de proyecto, las ideas propias y las aportadas por los diferentes
especialistas que participan en el proyecto.
El arquitecto es también un director de la ejecución de proyecto. La construcción está
concebida, planificada y coordinada por el arquitecto. El cuida por la calidad del edificio,
velando porque se cumpla lo que consta en los documentos de proyecto. Gestiona y hace
llegar este cumplimiento a las empresas encargadas de la realización de la obra, para efectuar
la ejecución en los plazos acordados con el promotor. Se encarga de la supervisión técnica de
la construcción y se cerciora de que se realice lo proyectado y establecido en los contratos
firmados con el cliente, el constructor, los proveedores de materiales y las autoridades
edilicias.
Se ha de señalar que este panorama que se describe no significa que estamos en presencia
de un súper profesional, un hombre orquesta que trabaja en cada área por igual. Debe
entenderse que las grandes competencias del profesional no se ejercen todas a la vez, ni con
la misma intensidad.
En aras de clarificación optamos por explicar cada una de ellas por separado, en el siguiente
orden: primero lo técnico-constructivo, a continuación lo comunicacional, seguido de lo
gerencial y finalmente lo proyectual.
Peñín (2006:18)
El desarrollo tecnológico ha transformado el trabajo del arquitecto. Finaliza la era de la
actividad individual; el arquitecto trabajando en solitario pertenece al pasado. Es necesario
contar con un equipo de ingenieros y técnicos desde la concepción de la obra, hasta su última
ejecución, para que calculen y asesoren la incorporación de todos estos suministros en el
objeto arquitectónico.
El desarrollo tecnológico permite retos más complejos y los propósitos proyectuales cada vez
más elaborados y difíciles, exigen de mayor desarrollo tecnológico. Este bucle posiciona un
distintivo en la actividad arquitectónica desde la segunda mitad del siglo pasado. “Ya no existe
una sola manera de construir como todavía ocurría a comienzos del siglo anterior, y la relación
del proyecto con su puesta en obra deja de ser una transposición lineal” (Peñín, 2006:18).
Otro rasgo característico de la práctica profesional es lo referente al conocimiento acumulado
desde el oficio. Este saber que se transmitía de padres a hijos, de maestros a aprendices deja
de existir. El saber constructivo empírico, es desplazado por un desempeño documentado,
contener la concepción del futuro objeto arquitectónico y una muestra es, la exploración de un
nuevo mundo de formas orgánicas y líquidas que no sólo pueden ser concebidas y
representadas ahora, sino calculadas y construidas; sobre estas formas hace 10 años era
posible pensar, pero sólo para fantasear.
Sin embargo, hoy se puede conocer, no sólo las múltiples visiones que ofrece su geometría,
sino la respuesta a las solicitaciones estructurales, el comportamiento ante las variaciones
climáticas, la cantidad y calidad de luz que habrá en el interior del espacio y todo esto antes de
haber construido el edificio. La materia en su génesis ya se ha dejado domesticar.
Carecemos, en buena parte, de instrumentos de control de este espacio/tiempo/evento que es el
lugar del flujo, la arquitectura líquida. El uso de la representación convencional, perspectiva, sigue
siendo completamente equivocado aunque para ello se utilicen sofisticados programas
informáticos de CAD. […]Producir formas de la experiencia de lo fluido y poder disponer de ellas
para el análisis, la experimentación y el proyecto constituye, hoy por hoy, todavía más un deseo
que una realidad asequible. Representar de forma no visualista sino global la experiencia
cinestésica del fluir en el movimiento metropolitano, de la deriva que se aleja de la programación y
la regulación preestablecida para experimentar otros eventos, otras performances, es uno de los
retos fundamentales para una arquitectura que mire hacia el futuro.
Imagen 7. Centro Acuático para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Arquitecta Zaha Hadid.
Rara vez se hace hincapié en la importancia del “hablar” dentro de las actividades que
caracterizan la comunicación del arquitecto. La expresión verbal es sustantiva en las relaciones
interpersonales del desempeño laboral del arquitecto, que no son pocas. Desde las más
informales y cotidianas, hasta los discursos más trascendentales.
Por su trascendencia los momentos más importantes de la comunicación verbal suceden
cuando el arquitecto vende sus servicios, cuando intenta establecer contactos con clientes en
busca de asegurar un encargo y más tarde cuando presenta e intenta defender sus conceptos
ante los clientes. Esta clase de comunicación verbal comprende la capacidad de persuasión y
negociación. Es indispensable la habilidad para convencer a otros de nuestra credibilidad,
seriedad, capacidad e incluso de nuestra simpatía.
Así como puede asombrarnos el tiempo que demanda la escritura, también puede sorprendernos
el número de horas que los arquitectos dedican a hablar : entre sí y con clientes, consultores,
funcionarios de dependencias públicas, juntas y comités, agentes de ventas, representantes de
fabricantes, abogados, contadores, agentes de seguros y banqueros.
Gran parte de este esfuerzo se realiza por vía telefónica, pero también abundan las reuniones.
Hay días en que el arquitecto siente que la práctica de su profesión debería llamarse en realidad
"parloteo arquitectónico".
Lewis (2001:237)
Proyectual
Técnico-constructiva
Gerencial
Comunicacional
Gráfico 38. Interpretación gráfica del Perfil profesional del Arquitecto propuesto por la Unión
Internacional de Arquitectos UIA (1985)
Puede que el documento de la UIA haya quedado desfasado, de hecho otros colegios e
instituciones de arquitectos han actualizado sus perfiles profesionales. Pero lo preocupante es
que en la realidad el patrón internacional imperante del arquitecto, con mucha frecuencia,
intenta aproximarse a dicho perfil, como es el caso que se expresa en la cita siguiente:
El arquitecto exitoso deberá poseer amplios conocimientos técnicos y de ingeniería, habilidad
organizativa y administrativa, sensibilidad sociológica y política, agudeza legal, habilidades de
venta y comercialización, conocimientos de economía y contabilidad, contactos sociales y de
negocios, así como ciertos recursos financieros, por no mencionar el talento para el diseño y el
compromiso con el trabajo intenso.
Lewis (2001: 201-202)
Con el ánimo de determinar qué competencias intervienen e integran el perfil del egresado de
arquitectura, se ha realizado un estudio de los perfiles de egresado a partir de 13
universidades Iberoamericanas. Para seleccionar estos documentos, (ver Anexo 2.2) se siguió
el criterio de que se tratara de instituciones reconocidas a nivel internacional. Se extrajeron
solamente los rasgos coincidentes por encima del 30 por ciento, los cuales se relacionan a
continuación:
1. Proyectar la concreción de los espacios destinados al hábitat humano.
2. Proyectar espacios interiores.
3. Proyectar urbanísticamente espacios destinados a asentamientos humanos.
4. Proyectar obras destinadas a la creación del paisaje.
5. Proyectar la construcción de estructuras resistentes.
6. Proyectar las instalaciones de obras arquitectónicas.
7. Proyectar la rehabilitación de edificios y conjuntos de edificios destinados al hábitat humano.
8. Planificar urbanísticamente espacios destinados a asentamientos humanos.
9. Satisfacer las exigencias del usuario respetando los límites constructivos, económicos y normativos.
10. Ser creativo, cuestionador, innovador.
11. Dirigir la ejecución de la construcción de espacios destinados al hábitat humano.
12. Dirigir la ejecución de la construcción de estructuras resistentes.
13. Dirigir la ejecución de las instalaciones en obras arquitectónicas.
14. Calcular la construcción de estructuras resistentes.
15. Calcular las instalaciones de obras arquitectónicas.
16. Comunicar a través de diversos lenguajes informáticos y modelos tridimensionales.
17. Actuar activamente en equipos interdisciplinarios.
18. Ser consciente y respetuoso del entorno natural.
19. Valorar aspectos culturales, técnicos e históricos determinantes en el ambiente construido.
20. Ser responsable al intervenir en el medio ambiente construido.
El gráfico 39 ilustra en qué medida cada rasgo es reiterado por las universidades que forman
el grupo analizado. Puede observarse que las instituciones educativas no le atribuyen la misma
importancia a los rasgos que conforman el perfil del egresado, ni se destacan jerarquías
diferentes entre los rasgos. Se exceptúa el rasgo nº 1 “Proyectar la concreción de los espacios
destinados al hábitat humano” en el extremo izquierdo que aparece reiterado 11 veces,
representando un 78.5 % de frecuencia, los demás se estabilizan en el rango del 30 al 42%.
Gráfico 39. Importancia asignada a los indicadores que integran el perfil del egresado.
En el gráfico 40 se retoman los mismos rasgos del perfil del egresado ilustrados anteriormente,
con el interés de constatar si son susceptibles de agrupar de acuerdo a los tipos de actividad
laboral del arquitecto: proyectual, técnico-constructivo, comunicacional y gerencial (gráfico 37).
Gráfico 40. Relación entre la caracterización del universo profesional del arquitecto con los indicadores
seleccionados para integrar las competencias del perfil del egresado.
Ferrández define que las capacidades están formadas por una “triangulación” de elementos y
que estas se relacionan y comunican con la competencia a través de una “espiral centrífuga y
ascendente…” (Ferrández, 1997. Citado por Navío Gámez, 2001:68).
En el epígrafe dedicado a habilidades se profundizará en la explicación de la sustitución de los
términos utilizados en el gráfico 41, a saber: conceptos por conocimientos, y procedimientos
por habilidades.
Por otra parte, hemos estudiado una propuesta más reciente, la teoría que sostiene el
Neurólogo Pedro Ortiz Cabanillas sobre el desarrollo formativo como un proceso informacional
de sucesivas transformaciones del individuo desde su concepción hasta la adultez. Dicha
teoría coincide con Ferrández en que también propone una triada de conceptos aplicables a la
conformación de la capacidad, ellos son el sistema cognitivo-productivo, el afectivo-emotivo y
el conativo-volitivo (Ortiz Cabanillas, 2008). Gráfico 42. Consideramos que esta reflexión,
proveniente de las neurociencias, aporta una constatación a la concepción de Ferrández y le
otorga vigencia.
En la misma línea de Navío convenimos en que las capacidades del sujeto son el primer
elemento que interviene en el grado de competencia que demuestra un individuo (Stevenson,
1999). Las capacidades apuntadas permiten al sujeto la adquisición de conocimientos,
procedimientos, actitudes y valores. Estos tres elementos forman el elenco cultural propio del
contexto general, laboral, profesional y de la organización del trabajo. (Ferrández, 1997b). Navío
(2001:71).
Gráfico 42. Representación del autor sobre la teoría de los componentes del desarrollo formativo de la
personalidad de Ortiz Cabanillas, (2008).
Por lo tanto, entender que existe una estrecha correspondencia entre las aptitudes y los rasgos
de personalidad con las competencias, es comprender como estos facilitan su adquisición.
Una competencia recoge un modo de proceder característico que se considera adecuado ante
una situación planteada en el ejercicio profesional. […] Lo que determina su competencia es la
demostración de que posee una capacidad para comprender las situaciones, evaluar su
significado y decidir cómo debe afrontarlas. Su competencia implica una combinación compleja
de conocimientos, técnicas, habilidades y valores que resulta crítica para hacer bien aquello que
se le exige en las circunstancias en las que se encuentre mientras realiza una actividad
profesional.
De Miguel, 2005, citado por Mas Torelló (2009:192)
A partir del estudio realizado al respecto, hemos llegado a los siguientes criterios didácticos:
El individuo para vivir y conformar su personalidad tiene que integrarse en el medio, y para que
se produzca esa integración requiere de una estructura formativa de tres elementos, a saber, el
manejo de la información: conocimientos; el modo de entender el mundo que lo rodea: el
alcance de procedimientos o habilidades y destrezas; y el desarrollo de actitudes y valores;
(estructura que en didáctica se denomina contenido, cuestión que se tratará en el próximo
capítulo).
Por cualificación podemos entender “los procesos formativos relacionados con la adquisición
de un conjunto de conocimientos y capacidades, incluidos modelos de comportamiento y
habilidades” (Alex, 1991:23, Citado por Navío, 2001:60). Es decir, que una persona
competente está más cualificada y, al mismo tiempo, la posesión de competencia es producto
de la cualificación.
Sin embargo, no debe confundirse la cualificación que es un proceso, un concepto dinámico
(Tejada. 1999), con la calificación que es un concepto de estado, un concepto estático referido
a la certificación de un nivel alcanzado.
Gracias al conjunto que forman las capacidades se logran las competencias mediante un
proceso de aprendizaje. A su vez, la o las competencias logradas aumentan el poder de las
capacidades con lo que el proceso se convierte en una espiral centrífuga y ascendente que
hace necesario el planteamiento que dimana de la formación permanente…
Lo que el gráfico 45 ilustra es que: dadas ciertas capacidades la persona puede, mediante un
proceso de formación, actualizar, mejorar u obtener nuevas competencias, lo cual lo coloca en
un nuevo estadio competencial; de hecho este ciclo cualificativo puede repetirse de forma
continua.
Las diferentes posiciones que va tomando el vértice identificado con la letra “a” los triángulos
rojos muestra el movimiento ascendente de las capacidades; lo mismo sucede con el cambio
de posición del vértice identificado con “c” en los triángulos azules de la competencia.
Uniendo la trayectoria de los vértices a y c de cada nivel, se obtiene una línea que describe y
representa la espiral de desarrollo de la cualificación.
En una vista superior, si imaginamos una animación de este proceso de superación constante
representado en el gráfico 45 se obtiene una configuración representada por las capacidades
(triángulos rojos) y las competencias (triángulos azules) que giran, al tiempo que ascienden y
crecen, conformando la espiral de la cualificación. Gráfico 46.
Competencia Gerencial:
13. Habilidad para conciliar todos los factores que intervienen en el diseño arquitectónico y en el desarrollo urbano.
17. Habilidad para dirigir, participando y coordinando trabajos interdisciplinarios de arquitectura y urbanismo.
18. Capacidad para emprender proyectos arquitectónicos y urbanísticos que garanticen un desarrollo sostenible y
un mantenimiento medioambiental, social, cultural y económico.
25. Capacidad para planificar, programar, presupuestar y gestionar en el mercado proyectos arquitectónicos y
urbanísticos.
Competencia Proyectual:
4. Destreza en el diseño de edificios y/o proyectos de desarrollo urbano que formen conjuntos armoniosos con el
entorno circundante y satisfagan plenamente los requisitos humanos, sociales y culturales del lugar.
5. Capacidad para formular ideas para crear objetos arquitectónicos.
Capacidad para transformar las ideas en creaciones arquitectónicas.
9. Capacidad para producir ideas imaginativas, creativas e innovadoras en los procesos o en el diseño
arquitectónico y en el planeamiento urbano.
12. Capacidad de concebir el espacio en tres dimensiones y en diferentes escalas.
Capacidad de percibir, y manejar el espacio en tres dimensiones y en diferentes escalas.
Adecuación al lugar
19. Capacidad de diseñar edificios y estructuras que respondan bien a las condiciones bioclimáticas, paisajísticas y
topográficas de la región en cuestión.
Aplicación tecnológico – constructiva al proceso proyectual
20. Capacidad de definir el sistema estructural de proyectos arquitectónicos.
21. Capacidad de definir los sistemas constructivos y tecnológicos apropiados para el proyecto arquitectónico y el
contexto local en cuestión.
22. Capacidad de definir los sistemas de instalaciones necesarios para la concepción de diseños arquitectónicos y
urbanísticos.
23. Capacidad de aplicar los códigos legales y técnicos que regulan el ámbito de la arquitectura, la construcción y
el urbanismo.
Aplicación metodológica al proceso proyectual
10. Conocimiento y capacidad para aplicar métodos de investigación para resolver creativamente las demandas del
hábitat humano, a diferentes escalas y con distintos niveles de complejidad.
Comunicar
Implica dominar los medios y estrategias que permiten expresar, explicar y divulgar tanto el
proceso proyectual como el proceso constructivo.
Gerenciar
Alude a la planificación, dirección y evaluación del proceso constructivo así como a otros
aspectos administrativos, relacionales, económicos y de mercado presentes en la profesión.
Supervisar el proceso constructivo
Seguimiento y monitoreo del proceso constructivo. Si bien esto lo emparenta a lo gerencial,
aquí el énfasis está colocado en la facultad de operar e incidir técnicamente en el proceso de
edificación de los objetos arquitectónicos, que no construir; entendido no como la producción
y levantamiento material, sino como la supervisión de lo que se edifica.
Proyectar
Transformar una intención proyectual en un objeto arquitectónico armónico con el entorno
circundante que satisfaga plenamente los requisitos humanos, naturales y culturales.
Es importante señalar que si bien este cuarteto de competencias representa lo más distintivo
de la actuación profesional del arquitecto, cualquiera de las tres últimas puede ser acometida
también por otros técnicos, profesionales o especialistas; mientras que la competencia
proyectual, integra tal cantidad de capacidades y habilidades específicas que es muy poco
probable que sea ejecutada a cabalidad, por alguien que no sea arquitecto.
Al mismo tiempo, la competencia de proyectar tiene la condición de ser la única actividad de la
profesión que permite reproducir en ella misma, el resto de los modos de actuación de la
Arquitectura. Por consiguiente, son estas características justamente, las que conducen a
afirmar que si se precisa seleccionar una única competencia como determinante de la
actuación del arquitecto, ella es: proyectar.
En otro orden de cosas, las competencias poseen un grado de generalización tal, que no
facilitan indicadores para la intervención didáctica, por lo que tienen que ser concretadas en
unidades menores de actuación profesional. Por esta razón volvemos ahora a la pregunta que
representa el problema científico de esta tesis: En el contexto de la disciplina Proyecto
Arquitectónico ¿Cómo las acciones docentes que se realizan en el aula, contribuyen a formar
las habilidades y competencias esenciales que permiten llegar a dominar el proceso
proyectual?
Más allá de la práctica profesional, la cuestión que nos atañe como investigador es el análisis
de los parámetros que intervienen en la eficiencia formativa para dar respuesta a los
requerimientos del quehacer profesional. La actuación personal se valora sobre la regulación
cognitiva e “instrumental” de la personalidad, sobre sus resultados en la profesión y esta
función es adjudicada en psicología y pedagogía a la habilidad, para designar aquella
actividad que se distingue por su elevado nivel de dominio.
El concepto de instrumento psíquico, es una elaboración del destacado científico bielorruso L.
S. Vigotsky y la efectividad del desempeño profesional recae en la categoría actividad que ya
aparece en sus primeros trabajos y se convierte en uno de los conceptos más relevantes para
construir una psicología científica. Es así como en el contexto del análisis psicológico de la
actividad aparecen los constructos de acción y de operación, de ahí el empleo que algunos
autores hacen del concepto de instrumentación, como es el caso de la profesora Maricela
Rodríguez, para sintetizar en él acciones y operaciones.
Al ser las habilidades un componente esencial de las competencias, en la estructura curricular,
no podemos seguir avanzando sin intentar aclarar algunos de los entresijos consustanciales al
sistema semántico del término habilidad. Con ello, de alguna manera se penetra en el estudio
de la racionalidad didáctica que es tema del capítulo 3: la Arquitectura desde la Docencia. No
obstante se cuidará de no implicar el tratamiento de las habilidades en el proceso de
enseñanza aprendizaje, sino mantenerlo desde el punto de vista de la estructura del
curriculum, o sea, desde las disciplinas y asignaturas.
actividad ordenada, que mira a un fin, en vistas a conseguirlo. Sólo si insistimos en estos
aspectos, va bien reunirlos bajo el paragua de procedimiento.
Valls Jiménez (2004:38)
Obsérvese que para dicho autor en unas ocasiones procedimientos puede ser destreza,
técnica, método, táctica, habilidad y sólo cabría hablar de procedimiento si aquellos van bien
ordenados.
Esta amplitud e imprecisión significativa e interpretativa al tratar de definir el concepto
habilidad, que aparece casi en consonancia al número de estudiosos de la materia, no sólo
revela lo movedizo del terreno teórico que la sustenta, sino también del paradigma didáctico en
que cada una de ellas se enmarca, aunque a veces sea difícil deducirlo y es obvio que no
ayuda a avanzar en el plano científico. A nuestro juicio, estar de acuerdo con esa situación es
admitir que cualquier definición es válida. De ahí la necesidad urgente de acotar las posiciones
teóricas en coherencia con el sistema didáctico en el que nos estamos moviendo.
En el ámbito académico europeo palabras como “procedimiento” o “destreza” generalmente
sustituyen a “habilidad”. (Coll, 1992, Pozo, Sarabia, y Valls, 1992). Obsérvese que en los
párrafos seleccionados a continuación, procedimiento unas veces es secuencia de acciones o
método y otras veces es contenido junto a los conocimientos y valores. “Un procedimiento es
un conjunto de acciones ordenadas, dirigidas a la consecución de una meta. Con el término
genérico de procedimientos se engloban distintos tipos de contenidos de significado más
restringido, como regla, técnica, método, destreza, habilidad o estrategia” (Coll y Valls, 1992:
81). O puede usarse como en la siguiente explicación “Al hacer explícitos los contenidos de
aprendizaje sobre los que se va a trabajar a lo largo de la unidad, deben recogerse tanto los
relativos a conceptos, como a procedimientos y actitudes” (Ídem. 1992:132).
En el mismo sentido se pronuncia el profesor Fernando Doménech:
Los conocimientos procedimentales (procedural knowledge) son aquellos con los que podemos
hacer cosas e implican “saber hacer”. Consisten en un conjunto de acciones ordenadas,
orientadas hacia la consecución de una meta. […]Los contenidos procedimentales incluyen una
amplia variedad de términos, como destreza, estrategia, técnica método, algoritmo, etc.
Doménech Betoret (1999:71)
Si procedimental es equivalente a habilidad, entonces forma parte del contenido, pero decir
conocimiento procedimental encierra un desliz conceptual que va más allá de lo que podía
implicar una traducción directa del inglés. Adviértase lo que ocurre cuando Doménech utiliza
en la siguiente cita “conocimiento procedimental”.
El conocimiento procedimental es más difícil de aprender que el declarativo o conceptual porque
implica tanto dominar una secuencia de pasos como saber cuándo utilizarlo, pero una vez el
estudiante ha aprendido un conocimiento procedimental y lo ha automatizado, es muy resistente
al olvido, aunque esté años sin practicarlo. Cuando el aprendiz haya consolidado y automatizado
el procedimiento le permitirá ejecutarlo inconscientemente mientras atiende a otra información.
Ídem (1999:71)
En la cita anterior este autor incluye la categoría procedimiento como conocimiento:
“conocimiento procedimental”, sin hacer notar que una cosa son los conocimientos y otras son
las habilidades o acciones ya dominadas que ha utilizado el sujeto para aprender los
conocimientos. De una forma rigurosa debió referirse a los contenidos que se desdoblan en
conceptuales, procedimentales y actitudinales.
Por otra parte, la manera en que utiliza el término procedimiento, como dominio de la
secuencia de pasos puede significar que lo iguala a la habilidad, tal como la entendemos. Pero
cuando se refiere a la automatización de lo procedimental, deja de identificarse con la habilidad
pues a ésta la reconocemos siempre como un proceso que se realiza de forma consciente.
Utilizaremos la clasificación que propone la profesora Rita Alvarez que estructura el sistema de
conocimientos en representaciones (fácticos) y abstracciones (conceptuales y relacionales), en
una dinámica que asciende de lo concreto a lo abstracto y de lo abstracto a lo concreto
pensado; de lo fenoménico a lo esencial.
Representaciones o Fácticos: hechos, fenómenos, acontecimientos, procesos, datos,
características de los objetos.
Abstracciones:
Conceptuales: conceptos, teorías, leyes, modelos.
Relacionales: causales, razonamientos, juicios.
Alvarez de Zayas, R. (1997:66)
Sin embargo, el sistema de conocimientos, en educación, no tiene sentido sin la existencia de
los mecanismos de su estructuración, conservación y aplicación; por eso en el desarrollo del
pensamiento intervienen las técnicas que desempeñan la función de procedimientos en la
dinámica de asimilación de los conocimientos y cuyo dominio constituye la habilidad.
La estructura de una habilidad dada incluye siempre determinados conocimientos, tanto
específicos como generales, así como un sistema de acciones que permite aplicar
correctamente dichos conocimientos. El conocimiento constituye una premisa para el
desarrollo de la habilidad. El conocimiento es efectivo, existe realmente, en tanto es
susceptible de ser aplicado, de ser utilizado en la solución de tareas determinadas. Y en la
medida que esto ocurre se convierte en un saber hacer: una habilidad.
La verdadera apropiación de los conocimientos conlleva necesariamente un proceso de
formación de habilidades. Dominar un contenido significa la posibilidad de operar con él, de
utilizarlo, de incorporarlo a los procedimientos de su actividad intelectual como un "instrumento"
más de la misma. Por lo tanto, así como en la base de toda habilidad se encuentran
determinados conocimientos, estos a su vez, se expresan concretamente en las habilidades,
que están siempre relacionadas con la realización de tareas determinadas, es decir con la
actividad del estudiante.
Como tercer sistema constitutivo del contenido tenemos el de Actitudes y Valores.
El carácter escolástico que en muchas ocasiones se observa en la educación superior, ha
marginado la posibilidad de atender los aspectos no cognitivos del proceso, perdurando el
criterio de la no factibilidad de formar y cambiar las actitudes en el estudiante. Para muchos el
tema de las actitudes es tabú, ya sea por la dificultad práctica de incidir sobre ellas y/o por el
criterio de algunos docentes que, marcados por el espíritu relativista de la época, se abstraen
de intervenir en la formación de actitudes en el estudiante, argumentando supuestas
posiciones de libertad y democracia. Dichosamente, no todos los enfoque teóricos o docentes
padecen de este mal. Otros consideramos que el valor no es un componente más del
contenido sino que es la caracterización esencial del mismo.
La cultura es el resultado de la acción del ser humano, la ciencia es el reflejo subjetivo de los
objetos que estudia. Ella expresa las características y leyes de la realidad objetiva, pero esto está
connotado por quien la determina, para quien cada elemento descubierto tiene una mayor o
menor significación. “La cultura pertenece a una época, región y clase social, pero su valoración
pasa por la afectividad que genera en quien la asimila.
Alvarez de Zayas, C. (1999: 64)
El contenido se manifiesta en conocimientos y habilidades, pero el grado en que éste se
expresa es consecuencia del valor que se le adjudica, ya que el contenido inmerso en el
proceso se asimila a través de los sentimientos y afectos que el estudiante despliega en
relación a dicho contenido y a la situación de aprendizaje.
Las capacidades y habilidades a formar en el estudiante constituyen parte de su personalidad
y en ella están integrados sus sentimientos. Las acciones inherentes a esas capacidades están
influidas por el nivel de motivación que los contenidos despiertan en los educandos. Las
acciones cognitivas son, a su vez, portadoras de otras de naturaleza afectiva y el grado de
admisión o rechazo que las mismas desarrollan serán decisivas en la apropiación del
contenido. La emoción es la puerta de la cognición, pero dicho así unas veces puede darle
paso y otras cerrarlo; lo importante es comprender que son inseparables.
Según el pedagogo Joaquín Gairín, la actitud es “una disposición para la acción”. La
conceptualización de actitud la relaciona con otros términos referidos a motivos sociales y
estados motivadores, entre los cuales se señalan: la opinión, creencia, prejuicio, (del ámbito
cognitivo) y el sentimiento, opinión, motivación y valor (del orden afectivo).
Antes de asumir una definición de actitud, señalemos los elementos esenciales que la
caracterizan, según Gairín:
Se forma y puede modificarse aunque se considera una disposición relativamente estable.
Es un principio de organización mental en relación a un objeto o situación.
Esta relación se efectúa con arreglo a una polaridad afectiva.
Tiene un carácter multidireccional; esto es, integra diversos componentes a través de los que se
puede analizar la conducta.
Gairín Sallán (1998:330)
Dadas las características apuntadas, este autor define las actitudes como "constructos
conductuales de carácter multidimensional que supone una predisposición a la acción
relativamente estable y susceptible de formación y cambio" (Ídem.1998: 331). En las actitudes
se reconocen tres componentes fundamentales: el cognitivo, el afectivo y el comportamental
los cuales interactúan entre sí.
Gairín, autor que seguimos en este tema, explica los componentes de las actitudes de la
siguiente forma:
El componente cognoscitivo hace referencia a la idea o representación mental que tenemos
sobre el objeto de la actitud y a él pertenecen fundamentalmente los conjuntos de opiniones,
creencias, categorías, atributos, conceptos, los que dan información sobre el objeto, aunque su
representación cognitiva no siempre es real.
El componente afectivo remite a la motividad que impregna las ideas y con él se relacionan los
sentimientos y emociones.
El componente conductual supone una inclinación a actuar de un modo determinado ante un
objeto, un sujeto o un acontecimiento y es el resultado instigado de la cognición y el afecto.
Por su parte, los valores pueden ser considerados como organizadores de las actitudes “El
valor central, de una persona (económico, social, o religioso) se canaliza a través de una serie
de actitudes congruentes en la orientación sostenida por ese valor o sistema de valores”
(Beltrán, 1985: 335). Entonces se puede entender por valor “la convicción perdurable de que
un modo específico de conducta o estado final de existencia es personal o socialmente
preferible a un modo de conducta o estado final de existencia opuesto o contrario” (Rokeach,
1973, citado por Gairín, 1998:348).
Y continua el psicólogo Milton Rokeach estableciendo diferencias entre actitud y valor: si el
valor se refiere a una creencia individual, la actitud a la organización de varias creencias; el
valor va más allá de las situaciones, mientras que la actitud se centra y depende de ellas; los
valores no son numerosos, frente a las actitudes que pueden darse tantas como situaciones
específicas afecten a la persona; el valor es normativo, la actitud no; y, por último, los valores
son más centrales y dinámicos que la actitud. A estas diferencias el profesor Gairín agrega el
carácter general y totalizador de los valores (1998:348).
Lo más útil de estas reflexiones es que a los efectos de la labor educativa es importante el
convencimiento de que las actitudes se adquieren, se aprenden y se forman a través de la
experiencia y que a pesar de su relativa estabilidad éstas pueden ser cambiadas apoyándose
siempre en experiencias; que si la actitud es la forma de actuar, en ella está presente una
convicción que es el valor. La realidad se asimila gracias a las actitudes y valores, pero
también estos deciden en su transformación.
Una vez completado este recorrido por los elementos que componen el contenido, se puede
volver a las habilidades. Sólo se impone destacar que, aunque se ha separado el estudio de la
habilidad del de conocimientos y actitudes, como suele suceder a menudo en el trabajo
científico, con el propósito de profundizar en el objeto que se analiza, con un criterio dialéctico,
estos componentes se desarrollan en estrecha interrelación, los que estructurados en una
triada constituyen el contenido educativo: sistema integral que está presente como un todo,
desde cada clase hasta el curriculum de la carera, pasando por las asignaturas y las
disciplinas.
Negociación
Impulsar un proceso entre dos partes de modo que los acuerdos resultantes entre las dos partes
impliquen beneficios para ambas. Un proceso ganar-ganar
Las habilidades generales se van integrando y en el proceso de dominio se van transformando
en capacidades. Desde el punto de vista formativo, la ejercitación de cada día, de cada taller,
de cada ejercicio de proyecto contribuirá a que se vayan integrando las habilidades de cada
asignatura, y a un nuevo nivel de la espiral de desarrollo, esas habilidades generales de cada
asignatura se integrarán con las de otras, conformando capacidades más específicas de la
carrera, lo que determina las habilidades profesionales.
Toda profesión atiende a la ejecución, la tecnología, la solución de problemas y contiene
acciones de naturaleza concreta, productiva, en relación con los procesos o fenómenos de
que se ocupa. La profesión también contiene conocimientos científicos, de administración y de
relaciones humanas: individuales y grupales. Entonces ¿cuáles son esas habilidades que
caracterizan los desempeños específicos de una profesión?
Aunque esta opinión está amparada solamente por la actividad práctica, y es por ello que
debe constatarse y confirmarse en el marco aplicado de esta tesis, no dejaremos de
aprovechar el espacio que propicia este capítulo para profundizar en este supuesto, y aseverar
aunque sea desde un plano analítico, nuestra consideración.
Somos conscientes de que es necesario disponer de unos parámetros o criterios teóricos con
el propósito de analizar, en el marco aplicado, los resultados provenientes de las
observaciones de clase, del diario de los estudiantes y de las entrevistas a profesores; pero
resulta que, dicho sistema de habilidades no aparece en los planes de estudio, ni está definido
por las instituciones educativas, ni en los programas de asignatura.
Por esa razón, se decidió realizar un análisis para constatar si era posible inferir un conjunto
representativo de habilidades específicas de la profesión, lo suficientemente completo, como
para integrar la competencia de proyectar.
Se ha utilizado como material de análisis, la relación de competencias específicas en
arquitectura, presentada por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación en
el Libro Blanco del Título de grado en Arquitectura (ANECA, 2005: 204-205), porque es un
documento oficial que sirve de modelo en la actuación académica en la profesión y además
porque es el que más se aproxima a una relación de habilidades como la que se busca; ya
que este documento organiza el listado de competencias en grupos de habilidades y
conocimientos. Para consultar la lista completa de las 33 habilidades consúltese el Anexo 2.4.
El listado original de 33 habilidades se redujo inicialmente a las que exclusivamente tenían
relación con lo proyectual, quedando en 21 ítems; luego quedaron integradas en una, las
habilidades que implican una aplicación de conocimientos técnicos-constructivos al proceso
proyectual, las que aluden a lo funcional y a la aplicación de normativas en el proyecto y las
que hacían referencia a distintos tipos de proyectos, respectivamente.
Finalmente el listado original quedó reducido a estas 4 habilidades:
A1. Proyecto básico arquitectónico y urbano. Aptitud o capacidad para aplicar los principios
básicos formales, funcionales y técnicos a la concepción y diseño de edificios y de conjuntos
urbanos, definiendo sus características generales y prestaciones a alcanzar.
A2. Proyectos ejecutivos. Aptitud o capacidad para elaborar proyectos integrales de ejecución
de edificios y espacios urbanos en grado de definición suficiente para su completa puesta en
obra y equipamiento de servicios e instalaciones.
A4. Programación funcional. Aptitud o capacidad para elaborar programas de edificios,
considerando los requisitos de clientes y usuarios, analizando los precedentes y las
condiciones de localización, aplicando estándares y estableciendo dimensiones y relaciones
de espacios y equipos.
A8. Crítica arquitectónica. Aptitud o capacidad para analizar morfológica y tipológicamente la
arquitectura y la ciudad y para explicar los precedentes formales y programáticos de las
soluciones proyectuales.
Ahora bien, ¿se puede afirmar que este grupo de 4 elementos es el conjunto necesario y
suficiente de habilidades profesionales que integra la competencia de proyectar?
a) La primera habilidad seleccionada “A1” no puede pertenecer al conjunto pues no se trata
de una habilidad profesional, sino de la propia competencia de proyectar. La cual debería
estar enunciada como tal y no aparece así en todo el documento.
b) Algunas de las habilidades están enunciadas y referidas como documentos del proceso
proyectual, resultados, o tareas, y no como la actividad o grupo de actividades en los que
se aprecia el dominio y definen la apropiación de habilidades.
c) En la generalidad de los casos ha sido necesario desdoblar las habilidades pues contienen
actuaciones referentes a dominios diferentes como por ejemplo:
A15. Proyecto de estructuras. Aptitud o capacidad para concebir, diseñar, calcular, integrar en
edificios y conjuntos urbanos y ejecutar las soluciones estructurales, así como para asesorar
técnicamente sobre estos aspectos.
“Concebir, diseñar y calcular e integrar en edificios”, hacen referencia al momento de aplicar al
proyecto el conocimiento técnico, pero “ejecutar soluciones estructurales” o “asesorar
técnicamente” aluden al dominio de los conocimientos técnicos puestos en función de la
supervisión y dirección del proceso constructivo.
Este mismo problema de desdoblar las habilidades aparece en el siguiente punto.
A13. Proyecto de espacios libres. Aptitud o capacidad para redactar y ejecutar trazados urbanos y
proyectos de urbanización y de jardinería, así como los de obra civil y complementaria a ellos
asociados.
“redactar” corresponde a proyectar, mientras que “ejecutar” corresponde a supervisar el
proceso técnico constructivo pero,
d) Además aquí la terminología trata con poco rigor la habilidad, pues, “redactar” es un término
muy distante significativamente como para homologarse con: diseñar o proyectar.
Otro problema a destacar es que no está completa la formulación en lo que se refiere a la
habilidad, por ejemplo en:
A8. Crítica arquitectónica. Aptitud o capacidad para analizar morfológica y tipológicamente la
arquitectura y la ciudad y para explicar los precedentes formales y programáticos de las soluciones
proyectuales.
Cuando debería referirse a ser capaz de criticar y auto criticar...
Lo más importante que se puede señalar es que faltan habilidades profesionales, respecto a la
competencia de proyectar que no están incluidas en la relación de 33 habilidades y por lo tanto
no aparecerán en el grupo de 4, por lo que todo indica que dicho grupo resultante, no es un
conjunto representativo de las habilidades profesionales que integran la competencia de
proyectar.
Sin que se haya podido solucionar el problema de llegar a un sistema de habilidades
profesionales de proyecto arquitectónico, a partir de algún documento existente que ofrezca
habilidades, se pasó a utilizar otra vía.
Grafico 48. Inferir desde las competencias proyectuales un sistema de habilidades profesionales.
Tomando como soporte teórico la reflexión de que las habilidades profesionales contribuyen a
formar capacidades y éstas finalmente conforman las competencias, se adoptó una segunda
decisión: repetir este estudio, pero ésta vez usando una lista de competencias.
b) Casos como: capacidad para “concebir el espacio…” y “percibir y manejar el espacio en tres
dimensiones y en diferentes escalas”, en realidad no son competencias, ni siquiera habilidades
profesionales sino un orden inferior en el nivel del sistema de habilidades.
c) Los ítems de “Capacidad de definir el sistema: estructural, constructivo y tecnológico, de
instalaciones al proyectos arquitectónico”, se agrupan en la materialización de las ideas en
objetos arquitectónicos, y significan la aplicación de los conocimientos al proceso
proyectual.
Sin ánimo de exhaustividad se han evidenciado algunas de las razones por las que afirmamos
que la presente relación de 33 habilidades primero, y después la lista de 26 competencias del
proyectoTuning no contienen, en ninguno de los dos casos, la potencialidad de conformar un
repertorio lo suficientemente representativo de habilidades profesionales que pueda integrar un
sistema para la competencia de proyectar. Tanto del análisis teórico sobre la profesión, como
de su aplicación práctica, hasta donde tenemos información, se deriva una seria dificultad: ese
sistema de habilidades profesionales con el cual fundamentar y construir el cuerpo de la
principal competencia del arquitecto, hasta hoy no se ha establecido.
Así aparecen los primeros planes de estudio atomizados, conformados por innumerables
materias aisladas, seguidos de la tendencia a organizarse en bloques o áreas de contenidos,
llegando a aparecer los de carácter disciplinar. La evolución se refleja especialmente en la
disciplina Proyecto Arquitectónico que, por el número de asignaturas constitutivas y la
secuencialidad, deja ver la intención de otorgarle un lugar preponderante en el curriculum.
Estos resultados son esenciales en el marco de este trabajo, pues se debe comprobar si el
papel sintetizador y aglutinador de Proyecto, por lo cual algunos pedagogos la denominan
disciplina rectora, tiene su concreción didáctica en el aula, en el taller de Proyecto.
Sobre el perfil del Egresado
Se define en esta tesis el Perfil del Egresado como el conjunto de competencias con que
cuenta el estudiante al finalizar su carrera. Es el abanico de “herramientas” profesionales del
que dispone para comenzar a ejercer en la vida profesional. El perfil se refleja en todo el
sistema del curriculum: sus propósitos, sus objetivos y deviene compromiso que contrae la
institución.
El Perfil del Egresado es un modelo que tiene el valor filosófico y pedagógico de funcionar
como arquetipo de la formación del profesional. Expresa en términos de competencias, los
grandes grupos de modos de actuación del profesional, razón por la cual se tuvo que adentrar
en la categoría: competencias profesionales.
Sistema de Competencias Profesionales del arquitecto
La Competencia se identifica como una condición del sujeto, un componente de la
personalidad de naturaleza dinámica, que refleja el modo de actuación del profesional; es la
efectividad que puede tener una persona ante una situación social.
Las competencias funcionan como organización estructurada y de carácter general, que
integra un sistema de otros elementos que responden a la misma esencia reguladora de la
personalidad, tales como las capacidades y habilidades. Toman como referencia las
experiencias personales y profesionales, que se manifiestan mediante determinados
comportamientos o conductas en el contexto del trabajo.
Por su propia naturaleza, las competencias definen un grado de generalización tan elevado
que no facilitan indicadores para la intervención didáctica, por lo que tienen que ser
concretadas en unidades menores de actuación profesional, como son conocimientos,
habilidades y valores, sintetizándolos cada vez a niveles superiores de integración.
No es objetivo de esta tesis la elaboración de un sistema de competencias profesionales, pero
al encontrar solamente listados y relaciones de competencias, no fundamentados, se tuvo que
llevar a cabo un amplio estudio teórico y empírico al respecto.
A partir de las actividades profesionales del arquitecto, se hizo un estudio de selección,
clasificación y ponderación en correspondencia con los elementos teóricos, hasta determinar
cuatro grandes modos de actuación que se aportan como las competencias profesionales del
arquitecto, a saber: Proyectar, Supervisar el proceso Técnico-constructivo, Gerenciar y
Comunicar.
Proyectar es la competencia que caracteriza esencialmente a la profesión, pues en ella se
pueden encontrar integradas las demás.
Sobre las Habilidades Profesionales del Arquitecto
Al ser las habilidades un componente esencial de las competencias, en la estructura curricular,
nos vimos obligados en este capítulo a adentrarnos en la categoría habilidad. Con ello, de
alguna manera se ha penetrado en la racionalidad didáctica que es tema del capítulo 3: la
Arquitectura desde la Docencia. No obstante se ha cuidado de no implicar el análisis de las
habilidades en el proceso de enseñanza aprendizaje, sino mantenerlo desde el punto de vista
de la estructura del curriculum, o sea, desde las disciplinas y asignaturas.
Capitulo 3
La Arquitectura desde la docencia
Capítulo 3
La Arquitectura desde la docencia
Introducción
En una lógica que va de lo general a lo particular, esta tesis se ha concebido en una
aproximación que inicia en la Arquitectura desde la profesión: capítulo 1, pasando por la
Arquitectura desde la academia: capítulo 2, para llegar a la Arquitectura desde la docencia, en
el capitulo presente.
En este punto que nos encontramos, el lector se halla en la posición neurálgica de la tesis: la
docencia en el contexto del aula. Esta es la razón por la cual, en esta ocasión el tratamiento del
objeto de estudio descansa en la racionalidad Didáctica. En este sentido ocupa un lugar
central el carácter científico de la Didáctica; se fundamenta la naturaleza de esta disciplina y se
explican las categorías que la estructuran como basamento sobre el cual se espera poder
levantar el resto de la investigación, una vez que se haya penetrado en el campo de la
Arquitectura y más específico en el de Proyecto Arquitectónico.
En esta parte del trabajo se proporcionan los criterios históricos que justifican la asunción del
autor de determinada posición teórica sobre la Didáctica, teoría que permitirá darle solución al
problema que inspira esta tesis: ¿Cómo influye el taller de proyecto Arquitectónico, en el
aprendizaje de los estudiantes en esta disciplina, la más representativa de su formación
profesional?
El primer epígrafe del capítulo aborda el análisis de cómo piensa la docencia, el profesorado
de la Arquitectura, qué dominio tiene de la Didáctica, ciencia que estudia el proceso de
enseñanza-aprendizaje y la disposición q posee a adoptar una formación científica de la
actividad docente, todo lo cual se ha concebido como la cultura docente del profesor.
Posteriormente se analiza la dicotomía que se produce por parte de los docentes de la carrera
de Arquitectura, que apuntan hacia la imposibilidad de enseñar esta disciplina por su carácter
de arte y de creatividad, mientras otros pocos reclaman situar esta formación en los marcos de
concepciones científicas de la enseñanza, conduce a hacer un balance de estas posiciones en
un nuevo epígrafe: ¿Se puede enseñar a proyectar?
Una vez que se decide utilizar un instrumental teórico, el de la Didáctica General, en este
capítulo, se pasa a someter a análisis el tratamiento Didáctico que se presenta en la literatura
sobre el Proyecto Arquitectónico, por aquellos docentes que se consideran capacitados para
pronunciarse acerca de esto. Como resultado de ello se pasa a responder a las preguntas:
¿existe un enfoque didáctico científico aplicado al proceso de enseñanza aprendizaje del
proyecto arquitectónico?, ¿qué concepciones didácticas predominan?, ¿cómo es la actividad
docente en la disciplina de Proyecto Arquitectónico, en el contexto del aula?
son algunas de las interrogantes que provocan la búsqueda de respuestas entre los que hacen
de profesores, y que movilizan a la reflexión.
La esperanza de transformación y mejora de la enseñanza de la Arquitectura debe partir del
conocimiento de las principales ideas que soportan la conciencia colectiva del docente de la
Arquitectura, pues en parte a este panorama se deberá su conducta. Para realizar un registro
de esta red de creencias se han recogido un repertorio de citas y opiniones de arquitectos
vinculados a la dirección de la docencia o que ejercen como docentes y se ha elaborado una
clasificación de sus criterios según un ordenamiento apoyado en la teoría didáctica que
venimos desarrollando en esta investigación.
Las fuentes utilizadas en este acápite básicamente son: el numero 1/2007 ―Estrategias de
formación” que la revista Arquitectos 180 ha dedicado exclusivamente a tratar el tema de la
enseñanza de la Arquitectura y, por otra parte, el Anexo de la tesis doctoral El País fértil Notas
para una pedagogía del proyecto, de Gustavo Conte-pomi, el cual consiste en una serie de
entrevistas realizadas a arquitectos y diseñadores, docentes de diferentes universidades
catalanas, con el propósito de conocer sobre sus puntos de vista a cerca de la enseñanza de
la arquitectura y del Proyecto Arquitectónico en especial. Ambos materiales se han
estructurado en un solo cuerpo que se somete al análisis de sus contenidos, conforme a los
intereses de este acápite, para conformar mediante las ideas esenciales procesadas la visión
panorámica de la cultura docente del arquitecto.
Los entrevistados, que aparecen en el Anexo de Conte-pomi son:
Oriol Bohigas Arquitecto y profesor de Proyectos, ex Director de la Escuela de Arquitectura de
Barcelona, Universidad Politécnica de Cataluña, UPC.
Jordi Berrio Doctor en Filosofía, especialista en Comunicación Vice Rector de la Universitat
Autónoma de Barcelona.
José A. Martínez Lapeña Arquitecto y profesor de Proyectos Escuela de Arquitectura del Vallés [Sant Cugat],
Universidad Politécnica de Cataluña.
Enric Miralles Arquitecto y profesor de Proyectos Escuela de Arquitectura de Barcelona,
Universidad Politécnica de Cataluña, UPC.
Josep Muntañola Arquitecto y profesor de Proyectos, ex Director de la Escuela de Arquitectura de
Barcelona, Universidad Politécnica de Cataluña, UPC.
Enric Soria Arquitecto y profesor de Proyectos en Elisava-Universidad Pompeu Fabra, ex
profesor Escuela de Arquitectura de Barcelona, UPC.
Jordi Pericot Doctor en Filosofía, experto en Pedagogía del Diseño y Vice Rector de la Universitat
Pompeu Fabra.
José Ramón Sierra Arquitecto y profesor de Expresión Gráfica Arquitectónica I, Universidad de Sevilla.
Paralelamente a las citas de los autores se acompaña un comentario crítico para focalizar y
conducir la idea central que se expone y a su vez es donde va quedando recogido el análisis
teórico y la reflexión contrastada del conjunto de ideas que integran la conciencia colectiva del
docente de la arquitectura.
El conjunto resultante queda organizado en siete grandes temas, el titulo que precede a cada
cita pretende reflejar el problema esencial que se aborda a pesar que con frecuencia los
comentarios llevan implícita otra serie de opiniones y valoraciones que pudieran dar lugar a
muchas otras ideas centrales.
Se ha procurado que la interpretación crítica realizada de las diferentes citas no se aparte de la
dirección de lo planteado por los entrevistados; ajustando el análisis únicamente a lo que se
puede inferir de lo expuesto.
Aunque en varias ocasiones los entrevistados no responden a lo que se le pregunta, se ha
tenido el cuidado de preservar las preguntas del entrevistador en (cursiva Times New Roman) ya
que en muchas ocasiones ofrecen formidables pistas acerca de las preocupaciones y
problemas que conforman el tema de la enseñanza de la Arquitectura y específicamente del
Proyecto Arquitectónico.
proyecto?, ¿por cuántas fases pasa?, ¿qué valor tienen cada una de estas fases?, ¿cuáles cosas
intervienen?, las disciplinas, los pasos administrativos, etc.… En fin, es muy complejo, y por eso
creo, más que enseñar se ha de informar, se ha de informar porque constantemente te
encuentras teniendo más referencias en ese aspecto, pero ¿enseñar?, al final tendremos que
aplicar aquella frase que no recuerdo de quien es: ―Eso que se puede enseñar no vale la pena de
ser aprendido‖.
Entonces, en realidad yo no sé si puedes enseñar a proyectar, pero sí que puedes enseñar lo que
hay detrás del proyectar, te estás explicando tu, estás explicando una manera de hacer las cosas,
yo sólo puedo explicarme yo, no puedo explicar a Enric Miralles, o a Bofill, me puedo explicar a mí
mismo, yo creo en esas cosas, y a esto tu lo vas diciendo porque lo puedes defender y razonar, y
si salen estos temas, los explicas.
Enric Soria, por Conte-pomi (2009:286-288)
Esta opinión permite contrastar dos momentos diferentes que puede tener un arquitecto frente
al problema de proyectar: en su despacho profesional su actividad es móvil, dinámica, pero
cuando tiene que enseñar cómo se proyecta, la actividad pierde vitalidad y ―se muere‖.
Lo primero que se debe señalar es que la enseñanza no es un sinónimo directo de
esquematización. La actividad del docente sí que puede transformar a la enseñanza en algo
ortodoxo y dogmático, pero también motivadora, emocionante y liberadora. Pero sobre todo si
el propio autor de la cita declara que no lo tiene claro; cómo es posible que continúe emitiendo
un juicio basado en un desconocimiento. Eso lleva a otro error, concluir que es mejor ―informar
que enseñar‖.
La segunda idea que debe comentarse es que después que la solución que propone es no
enseñar, sino informar, dicha información consiste en explicar el proceso proyectual desde un
plano personal. Así la enseñanza del Proyecto Arquitectónico se despoja de toda teoría, de
toda conceptuación y depende exclusivamente de un punto de vista totalmente individual.
¿Se puede y se debe intentar enseñar a proyectar? […]… proyectar no es solo componer, trazar o
distribuir. Que la elección de los instrumentos o las referencias, el papel otorgado en cada caso a
la formación crítica o los soportes teóricos de cualquier disciplina, el apoyo buscado en el mundo
del arte contemporáneo o la ciencia en desarrollo, etc, son decisiones conscientes y voluntarias
que hacen de cada proyecto una situación única que debe ser planeada y dotada de una
estrategia específica en función de las oportunidades ofrecidas, los objetivos deseados o las
limitaciones convocadas.
…se propone a los alumnos hacerse con los conocimientos necesarios e inventar las
herramientas inexistentes, ya sean recursos informáticos o artilugios relacionales -mapas,
diagramas, conceptos con sus unidades de medida asociadas y sistemas de representación
característicos- con los que mezclar referencias dispares, inventar programas, aislar variables
(solo forma, solo programa, solo materia...), trabajar a través de la redescripción con diferentes
léxicos, o a través de parámetros concretos, establecer sistemas de toma de decisiones, ensayar
en definitiva intuiciones e intereses hasta dar con el descubrimiento …
Herreros (2007:91b)
Es consustancial que proyectar, ya sea en arquitectura o en cualquiera otra rama del saber,
está basado en la toma de decisiones conscientes y voluntarias; pero el hecho de que hay
mucho en ello que depende del propio sujeto, de su intuición, de su personalidad, y de su
individualidad, no quiere decir que se haga a ciegas, sin orientación y sin la guía de quien se
supone que sabe cómo se hace.
La enseñanza es una vía idónea para el desarrollo y la sostenibilidad de la cultura tanto en
Arquitectura como en Medicina; cada estudiante no tiene por qué descubrir lo que ya está
descubierto. Si se tiene claro que hay teorías, ideas, conceptos que conforman el saber
proyectar, aunque este tenga mucho de arte, y de creación, y si proyectar es el modo de
actuación que distingue a ese profesional, entonces sin dudas se tiene que intentar enseñar a
proyectar.
de trabajo a los cambios que se producen en la sociedad, desde una perspectiva local, regional e
internacional.
Las escuelas de Arquitectura deben poseer un mecanismo de selección y promoción de
profesores que implique un sistema de evaluación competitivo y estimulante. Esto también debe
ser aplicable al personal docente a tiempo parcial. Al mismo tiempo, es responsabilidad de la
escuela crear las condiciones apropiadas para la investigación, así como posibilidades de
formación continua para el profesorado mediante, por ejemplo, la cooperación en programas de
intercambio nacional e internacional.
U.I.A (2002:23)
Es alentador encontrar criterios a favor del rol específico del profesor, distinguiéndolo de ser
arquitecto y la necesidad de superarse en esta dirección. Hay que hacer los esfuerzos
encaminados a lograr que los arquitectos que practican la docencia se apropien de esta
posición y que se lleve a efecto con una responsabilidad compartida con la institución.
b.4 La dedicación a la docencia y la permanencia docente
En un curso sobre cualquier tema concreto, de una universidad americana, conocen
perfectamente el tiempo del curso, el esfuerzo y el rendimiento de los estudiantes, a dónde
pueden llegar, y la cosa acaba de ese modo, con un control saludable. En cambio aquí, el día en
que se acaba el curso, nos despreocupamos, y continuamos trabajando [fuera del contexto
académico] hasta que empieza otro curso. Yo creo que la nuestra es una situación
esquizofrénica, los profesores se dedican a la universidad cuando no tienen suficiente trabajo.
En Estados Unidos como tienen la flexibilidad de los contratos, planifican sus cursos, y de
acuerdo con la planificación este año puedes, otro año no, pero la actividad universitaria no está
mezclada con la actividad profesional de los profesores. Esto hace que la relación que estableces
con la dinámica académica, en esas condiciones, sea mucho más rica y compleja, y eso aquí no
se puede conseguir. Aquí lo que interesa, como profesores, es conseguir un espacio propio en el
cual puedas moverte con más libertad y a la vez con mayor control de lo que haces.
Enric Miralles, por Conte-pomi (2009:279)
Generalmente cuando un arquitecto se desempeña como profesor de Arquitectura, esta
actividad se considera un extra, en dinero, respecto a la actividad principal que es hacer de
arquitecto. Ese carácter complementario pasa a la actitud del desempeño académico y no se
asume el nuevo rol con el compromiso que significa. Ese papel eventual de la actividad
docente se refleja en que no existe conciencia de la necesidad de preparase didácticamente,
lo cual requiere entre otros la planificación previa de la asignatura y su continuidad para el
curso siguiente. Se entiende casi siempre como un cambio de escenario dentro de la mismas
respuestas profesionales que puede ofrecer un arquitecto y no se concibe como que se está
desempeñando un nuevo rol, el de ser docente.
Tema C. Organización Curricular
c.1 Formación generalista o especialista
El papel del especialista en el mundo contemporáneo es cada vez más específico y complejo,
menos genérico, y el mundo del diseño y de la construcción dependen cada vez más de la
coordinación de esta multiplicidad de saberes especializados. Frente al mundo de la auténtica
especialización, el arquitecto se define como un nuevo y auténtico generalista, en una institución
que desde un saber complejo intenta conectar o relacionar la multiplicidad de saberes
especializados.
Frente al saber microespecializado o multiespecializado, es socialmente útil que el arquitecto
asuma la necesidad de interconectar estos mundos complejos y especializados. El arquitecto y
su formación tienen que tender hacia un nuevo generalista, un nuevo especialista de lo general
capaz de controlar las energías del sistema…
Lluís Mateo (2007:71b)
La formación actual del arquitecto tiene que encarar la realidad de la coordinación de un
mundo de saberes especializados, lo que lleva a algunos docentes a pensar la figura del
arquitecto como un generalista, o sea, como un especialista de lo general.
En principio el planteamiento del autor parece que será novedoso y muy sintético: una carrera
con tres áreas de contenidos solamente, pero cuando desarrolla la idea no le queda más
remedio que explicar por ejemplo, que comunicación gráfica existe lo único que él la coloca
dentro de la disciplina de Proyecto Arquitectónico. De lo planteado por Bohigas puede inferirse
que el contenido complejo de la carrera de Arquitectura demanda de un diseño que responda
a las exigencias de la teoría curricular.
c.5 El carácter integrador de la disciplina de Proyecto Arquitectónico
… me refiero a que realmente el proyecto es un proceso y un producto, en ambos sentidos
podemos decir que por definición ocupan el objetivo de toda la enseñanza, el objetivo de las
escuelas de arquitectura. Y mientras ese sea el objetivo de las escuelas, y no de un taller
específico, siempre nos estaremos moviendo en un concepto de enseñanza académico, ¿qué
quiero decir con esto? Un sistema de enseñanza opuesto al sistema gremial. Esto implica que la
―totalidad‖ de la profesión, se ha parcelado, se ha troceado, y cada trozo o parcela podría ser un
área de conocimiento, un departamento, o una asignatura que se han relacionado entre sí,
estableciéndose una jerarquía o un orden que regula sus interrelaciones, y que en conjunto
constituye la enseñanza académica de la arquitectura. Pero, cada una de esas partes no puede
ser el objetivo de la totalidad.
Si en todo esto hay una síntesis, eso solo se podría hacer en proyectos, lo cual es un error, 1º
porque no lo hacen realmente, y 2º porque todas las otras partes quedan segregadas y aisladas
de toda posibilidad de síntesis. En cambio, parece que todas las respuestas, y por lo tanto el
rumbo debiera formularse desde las asignaturas de proyectos, y eso no sucede.
José Ramón Sierra, por Conte-pomi (2009:362)
El carácter integrador de la disciplina Proyecto Arquitectónico queda patente en esta cita, así
como la llamada a que se cumpla, porque en la realidad no se hace.
¿La síntesis de esto se haría en la asignatura de proyectos?
La síntesis la hace el estudiante en su cabeza. Aquí hay un tema muy importante, cómo se
relaciona la especificidad de la enseñanza del proyecto con la amplitud del marco cultural. Es,
para mí, un problema de diálogo, de metodología dialógica, de diálogo entre profesor y alumnos,
diálogo entre alumnos, diálogo del alumno que proyecta con el entorno sobre el cual proyecta,
diálogo entre el proyecto y la historia del lugar, etcétera. Muchos niveles de diálogo, un proceso
dialógico complejo, que permite que los conocimientos más específicos, internos del proyecto,
como puede ser la capacidad de representar una forma, la capacidad de articular itinerarios
dentro del edificio, la capacidad de articular una estructura importante que no depende de muros
que fraccionen el espacio.
Muchos de estos conocimientos, algunos de los cuales solo se enseñan en proyectos, se
enseñan de una manera muy intuitiva, sin procesarse. Se debiera proyectar dentro de esta
dialógica general, es decir, no proyecta el alumno solo con su sensibilidad estética o con su
ordenador virtual.
Esto solo se consigue poniendo en marcha el proceso dialógico, o bien hablando con el profesor,
como hacía Viaplana, que hablaba muchísimo con los estudiantes, 2 ó 3 horas con cada uno.
Después de este tiempo ya hay dialógica, porque se tocan todos los problemas. Otro sistema es
referirse al contexto histórico climático, y que dialoguen su solución con el contexto relacionando
lo interno con lo externo… Otra solución es el diálogo entre los propios estudiantes,
fomentándose la creación de equipos de trabajo. […] Cuando se consigue un buen equipo, sin
excesiva competencia, con mucho diálogo, el profesor no necesita estar tres horas, esto funciona.
Josep Muntañola Thornberg, por Conte-pomi (2009:373)
El problema es que no sólo es desde el dialogo que se puede lograr la síntesis. Esta llamada
síntesis, que en la presente tesis se ha denominado integración, entendiéndola como el
proceso constante de aplicación de los contenidos provenientes de las asignaturas periféricas
que confluyen en proyecto y que se realiza durante toda la actividad proyectual, si bien es
verdad que se produce en el pensamiento del estudiante; lo cierto es que hay que enseñar
Este es uno de los casos en que las preguntas del entrevistador indican una línea de reflexión
sobre algunos de los problemas de la enseñanza de la arquitectura y específicamente
Proyecto Arquitectónico. En concreto se trata de la valoración del proceso de Proyecto
Arquitectónico que en una situación docente es muy importante y que en la realidad está
relegado a un segundo plano, muy por detrás del papel protagónico del resultado.
e.2 La intencionalidad proyectual y su enseñanza
El alumno debe saber que sin tener una intención no podrá nunca abordar la realidad con
eficacia, sería imposible. En este sentido me parece interesante distinguir lo que es la intención
que da lugar a dibujos distintos de una misma realidad y de un mismo dibujante, […] Pero la
intención es la condicionante principal que marca el objetivo. Por eso creo que la intención
debiera convertirse en un tema, desde el punto de vista pedagógico, para el alumno, esencial.
Para nosotros, como arquitectos, dudo que hagamos demasiada distinción, ¿no?
Por eso creo que esta cuestión, desde la práctica profesional, debe ser abordada con mucho
cuidado, porque se trata más bien de un tema académico. Esa relación, que parecería
iluminadora (entre lo profesional y lo académico), usar la rutina profesional para alumbrar la
metodología de la enseñanza, puede provocar confusiones, es muy difícil. Porque estamos
tratando de unos momentos muy íntimos y personales, donde nadie se debe a nadie.
José Ramón Sierra, por Conte-pomi (2009:361)
Efectivamente, la intención debe convertirse en propósito formativo del proceso proyectual. En
el mundo profesional no siempre se reflexiona al nivel crítico sobre la creación de la
intencionalidad, pero en la enseñanza debe ser así. Sin embargo, como se trata de los
procesos de pensamiento del estudiante el asunto no es que ―nadie se debe a nadie‖ sino al
contrario, de asumir el rol docente y ejercer la responsabilidad de profesor tratando de ayudar
al futuro proyectista a construir su pensamiento proyectual armado del mayor instrumental
didáctico posible.
e.3 Enseñar como si se estuviera en el despacho arquitectónico
Nuestra tradición local opera desde el convencimiento de que la formación del arquitecto está
hecha por arquitectos. Desde una tradición arcaica que ha llegado a nuestros días, la enseñanza
se entendía hasta tal punto como una continuación de la práctica que muchos de mis colegas en
la escuela de arquitectura afirmaban no hace mucho que enseñaban como si estuvieran en su
despacho. La enseñanza, el lugar de encuentro entre profesor y alumno, ha sido una versión,
como mucho algo especializada, de la relación entre el arquitecto y sus colaboradores en el
marco de un despacho operando todavía en condiciones artesanales.
Lluís Mateo (2007:71a)
Evidentemente un trabajo docente es diferente de un trabajo profesional, por lo tanto, ya procuras
poner las cosas en su justa dimensión, quiero decir, estudiar aquel proyecto, en unas fases que
serían naturalmente diferentes de las que hay en un estudio de verdad […] En la escuela, […] vas
organizando ese proceso, en lugar de una manera administrativa (como ocurre en el despacho
profesional), de una manera didáctica. Me parece que hay poca diferencia. Muy poca diferencia.
Enric Soria, por Conte-pomi (2009:285)
Tiene especial valor reconocer la diferencia entre proyectar en el despacho y proyectar en el
aula. En el primer caso la actividad la realiza un profesional bajo las condiciones de la oficina
de proyectos: el despacho; sin embargo en el segundo, en el aula, el docente tiene que
enseñar a que el estudiante aprenda a proyectar. Lo que hay que significar es que es muy
grande la diferencia entre estas dos situaciones que se llevan a cabo bajo criterios
profesionales distintos: una cosa es desempeñarse como arquitecto, y otra es ser profesor de
Arquitectura.
¿En qué medida crees que tu práctica en el despacho, el modo de proyectar que desarrollas con
tus colaboradores, con tus socios, se parece al modo de trabajo que pretendes que los alumnos
practiquen en la escuela, en la asignatura de proyectos?
Hombre más que el método, porque cada método es muy distinto, ¿no?, la diferencia radica en
que en el estudio vas directamente al trabajo, vas directamente al grano, mientras que en la
escuela te tienes que acomodar a las posibilidades y al potencial del alumno, es un poco distinto,
lo que sí es seguro es que trasladas tu idea de arquitectura, eso sí, eso es evidente, pero es que
eso es inevitable, y además creo que es lo que hay que hacer, me parece que los alumnos van a
recoger de distintos profesores, que están pasando por la escuela, una serie de datos, de ideas,
de actitudes diferentes frente a los mismos problemas.
Creo que la enseñanza de la arquitectura consiste en esto, en tal curso el estudiante obtiene unas
informaciones, pero las que obtenga en el siguiente, con unas ideas posiblemente diferentes, o
que ponen el acento en otras cosas, también le servirán de ayuda, ¿no?, por lo tanto casi es
inevitable esa acumulación progresiva. Ahora, hacer una transposición de tu trabajo en el
despacho, o del modo en que desarrollas tus proyectos,...eso es más difícil me parece a mí, son
dos mundos distintos y en lo que podría coincidir es en la idea de arquitectura que tú te has
formado, que es un poco la misma que desarrollas en ambos lados.
existe algo que puede ser denominado así supone creer que hay métodos de trabajo -técnicas-
que pueden ser enseñados y aprendidos. Dicho de otra forma, que enseñar a proyectar no es
enseñar ―arquitectura‖ sino una práctica concreta en permanente evolución que tiene cuerpo
metodológico; instrumentos y sistemas de evaluación de los resultados.
Herreros (2007:91b)
Esta opinión aborda un problema muy importante para la Didáctica del proceso proyectual: el
papel del ejercicio de proyecto como instancia formativa y de su embajador el enunciado de
dicho ejercicio. Esto enlaza con el tema de ―proceso y resultado‖ porque el ejercicio pretende
una enseñanza del proceso para que en el futuro se resuelva cualquier cometido proyectual,
pero una de las formas de evaluar ese proceso es el resultado.
Ahora los contenidos sobre el proceso proyectual desbordan el título de ―Técnicas de
Proyecto‖, este es producto de un enfoque dirigido a estrategia, método y resultado. Pero lo
que debemos tener presente, es que: si bien enseñar a proyectar no es enseñar arquitectura,
no se puede enseñar Arquitectura sin enseñar a proyectar. Por lo tanto hace mucho que
debería haber estado asumido que, efectivamente, enseñar a proyectar es una práctica
concreta, en permanente evolución, pero lo esencial viene ahora: que es una práctica docente
que cuenta con una Didáctica específica la cual tiene su metodología, sus procedimientos e
instrumentación propia y sus sistemas de evaluación.
Tema G. El taller
g.1 El taller arquitectónico como laboratorio
Entender el taller como un lugar productivo supone asumir que hay dos mundos paralelos, el de
la formación y el de la gestión del conocimiento. Quizás, la moda de designar a los talleres
recientemente como ―laboratorios‖ se deba inconscientemente a la necesidad de introducir un
carácter experimental ensayístico que admita el fracaso como parte del proceso exploratorio más
allá de la sistemática persecución de unos resultados que nada quieren saber de los procesos
que nos llevan hasta ellos.
Herreros (2007:91b)
Los resultados del proyecto se deben directamente a la realización y gestión individual de cada
estudiante, y se debe insistir en que así sea. Las ideas que cada quien persigue, la intención
que ve y plasma en el futuro objeto arquitectónico, las vías y recursos que selecciona son
exclusivas de cada autor de la obra. Al igual que sus errores, y sus desatinos, pero es que los
errores son consustanciales al proceso de enseñanza aprendizaje, no están reñidos con éste,
ni se pueden separar. Máxime si didácticamente se alienta a la exploración, la
experimentación, el ensayo y la creatividad.
Sin embargo, aquí sólo se puede hablar de fracaso en términos docentes, puesto que detrás
de los éxitos o deslices del estudiante quien esta es el profesor, no como responsable directo
del resultado arquitectónico, pero sí de su aprendizaje; el fracaso solo tiene cabida si en este
proceso formativo el único que se lanza a la aventura de aprender a proyectar es el estudiante,
si se le deja solo y no se le enseña cómo se explora y se ensaya en el Proyecto Arquitectónico.
g.2 Qué hacer con el grupo de estudiantes que no obtienen los mejores rendimientos
En las escuelas de arquitectura esto […] no existe ningún debate pedagógico. En cambio…, en
proyectos concretamente, como asignatura o campo de enseñanza, existe una gran comodidad
o una predisposición docente a proyectar o trabajar solo con ese diez por ciento [de alumnos
brillantes], ¿no?, es decir, pongamos entre comillas “los que ya saben” pero el resto no, nadie
se plantea qué pasa con el resto, ni se espera nada de ellos, ¿es inevitable esto?
.... De todos modos hay un tanto por ciento de alumnos a los que no les interesa lo que les estas
contando, entonces ¿qué hay que hacer?, ¿hay que bajar el nivel para que esos se interesen o
hay que continuar con los que sí efectivamente lo aprovechan?, esto es un dilema bastante
complicado, ¿eh?, desde la actitud elitista, en base a esos diez tengo mejores alumnos.
Trabajar con un grupo de estudiantes es siempre complicado, pero antes de declarar que el 90
por ciento de los estudiantes no tiene interés implica no haber explotado nada de la variedad y
riqueza potencial que puede aportar cada estudiante individualmente y el propio grupo. Es
totalmente natural que el porcentaje de excelencia de cualquier colectivo sea menor que su
media, pero el interés no se distribuye proporcionalmente por igual en el grupo de individuos
―brillantes‖ y esa es la brecha de riesgo, trabajo, esperanza que debe explotar el docente.
g.3 Corregir o no el trabajo del estudiante en el taller de Proyecto Arquitectónico
Si haces de todo, es fácil perderse y terminar creyendo que todo es necesario, viene un
estudiante muy malo y terminas diciéndole que por qué no pone la puerta mejor y tal. Pues
hombre, ¡no!, me da igual, ya se lo dirá otro… Por eso decía que cabe una cierta disciplina
también. De tener presente que en este curso estamos hablando de eso, y que a lo mejor el año
que viene hablaremos de puertas bien puestas, es que si no, es fácil caer en la tentación de ir
haciendo correcciones: ―…no ves que eso estaría mejor ponerlo aquí…‖, habría que tratar de
evitar estas situaciones… El problema es que tú has de ir dando sentido a esto. Tú mismo te lo
exiges, para tu uso particular con mucho menos lo resuelves.
Las ideas que sobre la enseñanza de esta profesión habitan en el colectivo de los arquitectos
que imparten clases no solo configuran una tipología de convicciones, sino que son
transmitidas a las nuevas generaciones de jóvenes profesionales que se acercan a las aulas
con la mejor disposición. Fundamentadas o no, estos criterios se propagan y reverberan en las
paredes y pasillos de las aulas y calan hasta en los propios estudiantes que se están
formando, quienes terminan convenciéndose de los juicios que caracterizan el pensar y el
quehacer de sus profesores, deviniendo imaginario colectivo.
Veamos algunas de las opiniones que se promulgan desde su marco de piedra, tanto en las
grandes como en las pequeñas universidades, tanto en las públicas como en las privadas.
Estas sentencias representan los epitafios que frenan el ritmo de la enseñanza de la
Arquitectura, configurando la actividad docente y lastrando su mejora mediante el
condicionamiento furtivo de los nuevos arquitectos que se incorporan a la estructura
académica existente.
La Arquitectura no se enseña, la Arquitectura se aprende.
Lo que se puede enseñar no vale la pena de ser aprendido
¿Se puede y se debe intentar enseñar a proyectar?
¿Es realmente posible enseñar a ser creativo?
―yo sólo puedo explicarme yo‖, la Arquitectura solo es posible enseñarla desde un punto de
vista personal.
El profesor como ―informador y transmisor‖ de una enseñanza que está basada en
―Aprender haciendo‖
Parecido razonable entre el despacho y el taller de Proyecto Arquitectónico
Estas inscripciones lapidarias constituyen el conjunto de concepciones que tiene la profesión,
y como resultado de la resistencia que opone su peso no se ha sabido evolucionar e
incorporar a la profesión las transformaciones científicas, sociales y económicas que han
sucedido al menos desde hace un siglo.
Lo más valioso de esta recopilación es que el tema, tal y como se ha abordado en este
acápite, alcanza someramente la superficie de la configuración del panorama. Estos 7 temas
con seguridad pueden incrementarse a 14 o 21, pero debido a la naturaleza de la concepción
implícita en el pensamiento colectivo de los arquitectos que enseñan, el resultado sería muy
parecido.
Se sabe que la capacidad de transformación que acaece durante el cambio, a una de las
cosas que afecta con menor impacto es, al pensamiento colectivo. Por ejemplo: la enseñanza
de la creatividad es un propósito genuinamente necesario en nuestros días y la posibilidad de
ser enseñada está argumentada y experimentada suficientemente. Mientras que filósofos,
astrónomos, médicos, físicos, pedagogos, ingenieros, diseñadores industriales, directores de
cine, programadores, cibernéticos, empresarios y otros grupos de profesionales están de
acuerdo en que es apremiante y además viable enseñar a los seres humanos a ser creativos;
en el otro platillo de la balanza, encargados de mantener el equilibrio, se encuentra un
considerable número de individuos que siguen dudando de su factibilidad, estos profesionales
son: artistas y arquitectos.
Volvamos a contemplar el panorama en conjunto de las principales opiniones que configuran
la cultura docente del arquitecto, según las fuentes estudiadas:
Tema A. Concepciones de la formación del arquitecto
a.1 La complejidad del entorno laboral no se ve reflejada en la concepción curricular
a.2 Una enseñanza arquitectónica vacía conceptualmente
a.3 La Arquitectura no se enseña, la Arquitectura se aprende
a.4 ¿Es realmente posible la formación creativa del individuo?
Lo esencial en el aprendizaje de las artes en general, y de las artes plásticas en particular, estriba
en la diferencia, pues solo de esa diferencia surge el valor en tanto que creación del objeto
artístico.
Linares Soler (2006: 21)
¿Por qué se supone que el conocimiento creativo implica una enseñanza de la diferencia?
La subjetividad que caracteriza la actividad docente viene dada por la condición de los
protagonistas.
Por un lado, el profesor como persona le imprime un sello individual al contenido que enseña a
través del método que utiliza y por el otro, cada estudiante desde su sistema de interpretación
multiplicará esa diferencia cuando se haga de lo que aprende. De modo que en la actuación
profesional del docente de la Arquitectura, aunque está regida por elementos objetivos, como
son los propósitos o fines y los contenidos de la materia que se enseña, sin contar con la
metodología del proceso que posee una gran carga de subjetividad, siempre cabe una
selección, secuenciación, o ajuste de los componentes didácticos, en lo que va lo personal y
distintivo de su personalidad.
El otro gran factor que hace distinto el proceso de enseñanza aprendizaje es justamente quién
aprende. Los estudiantes también son seres humanos y ellos le imprimen a la actividad el sello
de sus personalidades, intereses, etc. ¿Por qué, entonces hacer descansar la diferencia en la
creatividad? Todo proceso educativo debe y puede ser creativo, como cualquier actividad
humana debe serlo, pero no hay que confundir la creatividad, que convoca a la originalidad, la
novedad, con una distinción que implica hablar de una ―diferencia‖.
Nada de esto es ajeno a la actividad docente, más aun cuando el proceso de enseñanza
aprendizaje, debidamente concebido y planificado, incorpore un tratamiento intencional para
estas diferencias, pero no se ve afectado por estas en cuanto a lo que enseña, porque la
estructura del contenido reconocido en lo disciplinar y los objetivos definidos para el
aprendizaje no pueden ser tan lábiles como para verse sometidos a los caprichos y vaivenes
de las pretendidas diferencias.
La sociedad, en general, y el campo del Diseño y la Arquitectura en particular, esperan del
arquitecto una solución a este problema que contemple originalidad, una respuesta distinta,
que refleje las particularidades del caso. Ese valor de singularidad que reside en las
características individuales de la producción, puede existir en virtud a un cuerpo estructural de
conocimientos y habilidades que lo hace posible, pero que se encuentra totalmente
asistematizado, en la actual situación docente de la Arquitectura.
Volvamos sobre la pregunta inicial: ¿Se puede enseñar a proyectar? La actividad por
excelencia que define el modo de actuación del arquitectónico, es el proceso proyectual. Si se
duda de la posibilidad de enseñar la Arquitectura, se puede derivar esa duda a la posibilidad
de enseñar el proyecto arquitectónico.
Esta duda permanece debido a que aun la profesión sostiene un sistema de postulados en el
que considera: que la Arquitectura es arte, que el arte se hace pero no es posible explicarlo,
porque aquellos procesos donde interviene la creación no son verbalizables.
Se debe ver con naturalidad que la Arquitectura se puede enseñar y que para esto es
imprescindible que exista un sistema de principios definidos a nivel disciplinar a los que
acogerse. Esto es lo que precisamente no está presente en la profesión.
A pesar de los muchos obstáculos que existen en la enseñanza de la carrera de Arquitectura,
dentro del grupo que imparte docencia hay algunos arquitectos que van ganando en
sensibilidad y conciencia ante las nuevas transformaciones que exige ser profesor de
Arquitectura. Es alentador percatarse de que esta vanguardia está demandando resultados de
las investigaciones didácticas para hacer una enseñanza de más calidad.
La Arquitectura pertenece al campo del Diseño. El diseño no es ciencia, pero la Didáctica del
Diseño y por ende de la Arquitectura, sí lo es. La enseñanza de la Arquitectura debe ser
saber cómo es el fenómeno (descripción) como definir el porqué del mismo (explicación y
predicción). Desde esta óptica, la Didáctica es científica por cuanto establece unas estrategias
sistemáticas y racionales de aproximación y explicación de los fenómenos, generando un corpus
de conocimientos inacabados o provisionales que se verifican, contrastan y orientan en la
práctica.
3. El conocimiento científico es sistemático.
Los conocimientos científicos pertenecen a un sistema de elementos interrelacionados que
guardan entre sí coherencia y mantienen un principio de orden. Se opone a un saber fragmentario
-que deja fuera de su consideración aspectos importantes de la realidad analizada- y también a
un saber no integrado -constituido por gran cantidad de datos que se yuxtaponen, pero no se
integran en un esquema unitario de explicación-.
La sistematicidad incluye, además, un segundo aspecto importante: la justificación de la
funcionalidad de la estructura lógica atribuida a los datos Zabalza (1987:12). Es decir, la
racionalidad interna (lógica y sistemática) de las estructuras utilizadas y la racionalidad externa
(funcionalidad, potencia explicativa, capacidad de resolución de problemas, etc.) de los
constructos, modelos operativos o proposiciones elaboradas. Fernández, al respecto, señala que
―tanto la coherencia como el orden están definidos por las estructura de los modelos científicos.
Si la Didáctica tiene posibilidad de generar modelos tendrá posibilidad de sistematismo‖
4. El conocimiento científico es verificable.
El conocimiento científico se centra en fenómenos perceptibles, manipulables y susceptibles de
ser verificados o contrastados empíricamente. De hecho, la ciencia se define como una realidad
mixta ―abstracta-concreta‖ Lo concreto no se comprende más que por lo abstracto, lo abstracto
no se valida más que por lo concreto. El paso de la teoría es indispensable para el dominio de lo
concreto y recíprocamente una teoría no vale si no es validada por la experiencia. El proceso
definitivo es el de la verificación (falsación), el de la regulación mutua entre la teoría y los hechos
(el saber y la experiencia). El hecho mismo de que la Didáctica es una ciencia teórico-práctica,
permite la verificación de sus tesis e hipótesis.
5. El conocimiento científico es metódico.
El conocimiento científico es fruto de procedimientos rigurosos seguidos por el investigador,
gracias a un plan de acción, en el que se utilizan reglas lógicas y procedimientos técnicos que se
organizan de acuerdo a ciertas convenciones científicas. Lo importante del método es que
concluye en teorías y que éstas, como acabamos de ver, sean verificables. Pérez Gómez, nos
apunta que ―[…] se requiere, por tanto, un modelo metodológico de investigación que contemple
las peculiaridades de los fenómenos objeto de estudio.
La naturaleza de los problemas estudiados debe determinar las características de los
planteamientos, procesos, técnicas e instrumentos metodológicos utilizados y no viceversa‖. La
Didáctica, como ciencia pedagógica posee metodologías de investigación científica, que utiliza
tanto en la dimensión empírica, como en la teórica.
6. El conocimiento científico es objetivo.
La caracterización del conocimiento como sistemático, verificable y metódico nos permite
calificarlo de fundamentado. Sus resultados son provisorios y gracias a los procesos de la
investigación pueden llegar a confirmarse, reformularse o desecharse, logrando así la objetividad.
Creyendo, pues, que la labor del científico en Didáctica no debe ni puede prescindir de la
subjetividad, se hace necesario recalcar que debe ser también consciente de su situación
personal en el contexto sociocultural y de los parámetros que definen a éste en un momento
histórico determinado.
La Didáctica, como ciencia que estudia al hombre en el contexto educativo y social encuentra
idóneo metodologías cualitativas, que poseen elementos subjetivos, no por ello menos
científicas, ni objetivas que las que utilizan otras muchas ciencias.
7. El conocimiento científico es comunicable.
―El conocimiento científico no es inefable, sino expresable, no es privado sino público‖ Bunge,
(1981:223). La comunicabilidad del conocimiento científico es posible gracias a la precisión y
claridad del lenguaje, que a su vez es una condición necesaria para la verificación. La
importancia, pues, de la utilización del lenguaje científico (sin entrar de lleno en un análisis
Dicha estructura permitió ―descubrir‖: que el objeto de la didáctica es el proceso docente; que
estaba constituido por enseñar o instruir y por educar; el valorar la influencia de otras ciencias
sobre la pedagogía como la psicología, la filosofía; el carácter de sistema de la pedagogía y el
reconocimiento de la autonomía de ramas tan importantes como la didáctica y las didácticas
particulares.
La respuesta a priori es: ―… no es la pedagogía cubana quien sistematiza las categorías
didácticas. Este aporte nos llegó a través de los países de Europa del Este. Considero que el
mérito teórico de la concepción científica de las categorías didácticas es de la pedagogía
socialista.‖…―La pedagogía y, sobre todo, la didáctica cubana, pudieran representarse como
un puente sintetizador de lo mejor de paradigmas pedagógicos y de una práctica creadora,
cuya tradición cuenta con más de siglo y medio de existencia‖ (Alvarez de Zayas, 2009).
Por todo lo argumentado es que me adscribo al criterio, de que Cuba fue un receptor ―natural‖
de ciencia didáctica. Las condiciones históricas y teóricas estaban dadas para entender y
apropiarse de las nuevas tendencias. La fusión resultante de la pedagogía y la didáctica
socialistas, con las últimas concepciones de la Psicología norteamericana, adelantadas para
sus respectivas épocas, reconsideradas en el contexto particular de la isla, dio lugar a un
nuevo paradigma.
El método expresa el modo de desarrollar el proceso, la configuración interna del proceso para
que transformando el contenido se alcance el objetivo. Por su naturaleza operacional es la
categoría que mejor expresa el movimiento, la dinámica, del proceso docente-educativo.
¿Cómo enseñar y cómo aprender? El método constituye el sistema de acciones que regula la
actividad del profesor y los estudiantes, en función del logro de los objetivos. El método está
integrado por procedimientos, que junto a los métodos y técnicas, deben constituir un sistema,
en correspondencia con los objetivos que el educador se proponga. Su aplicación debe ser
creadora, nunca ―esquemática‖ o aislada del contexto en el cual se desarrolla. Los métodos se
corresponden con el contenido de enseñanza; es decir, no se trata de utilizar los
―procedimientos, por desarrollar una habilidad en sí‖, sino por su necesidad real en el proceso
de enseñanza aprendizaje, velando porque siempre se manifieste la unidad entre instrucción y
educación.
Formas de enseñanza
Es el componente externo de la metodología, en correspondencia con el lugar, el momento y
otras condiciones materiales en que se desarrolla el proceso docente-educativo Toda actividad
por esencial que sea, va enmarcada en un formato, en un contenedor. Esa es la forma. El
método, los procedimientos pueden estar dirigidos al desarrollo del pensamiento del
estudiante, actividad interna, completamente invisible, pero esas actividades pueden estar
produciéndose mediante un seminario, mediante un taller, un juego didáctico, y esa envoltura
de la actividad es la forma. Nunca falta una forma de enseñanza, lo que suele suceder es que
se repite, que es la misma, cuando precisamente por poseer una naturaleza fenomenológica
pudiera ser muy variada y rica. El carácter dinámico, activo, variado, creativo del proceso de
enseñanza aprendizaje depende en gran medida de la metodología y, en especial de las
formas.
La clase es la forma genérica de organización fundamental, aunque la clase se concrete
tomando forma específica de conferencia, taller, seminario, visitas, excursiones, juegos,
entrevistas, concursos, entre otras.
Medios de enseñanza
Se refiere a los apoyos externos que tiene el método y la forma. Es una configuración externa,
un soporte material de la actividad, los portadores de la información, que permiten ilustrar y
comunicar lo que se hace, las relaciones de aprendizaje que se dan con el conocimiento. Se
incluyen en esta categoría los recursos instrumentales: laboratorios, equipos, computadoras,
planos, modelos, etc.
La evaluación
Es el componente del proceso docente-educativo que expresa el resultado que alcanza el
estudiante al finalizar el mismo. La evaluación implica comprobar en qué medida se cumplen
los objetivos, pero es mucho más, implica controlar, enjuiciar o valorar el nivel alcanzado
durante el proceso de aprendizaje. La categoría evaluación además de las funciones antes
mencionadas, constituye un sistema en sí misma, cuando se desglosa en tipos, formas,
metodologías, para el docente y para los estudiantes.
El carácter sistémico de las categorías didácticas se revela muy especialmente en sus
interrelaciones dialécticas. Ninguna de ellas es suficiente en sí misma; en el proceso de
enseñanza ocurren vinculadas entre sí y la teoría que las estudia: la didáctica, solo las puede
explicar en sus interrelaciones.
3.3.1.1. ¿Qué son Objetivos y Contenidos de la disciplina Proyecto Arquitectónico, según los
textos encontrados?
Proyecto Arquitectónico, deviene disciplina cuando cumple una función curricular dirigida a la
formación de los arquitectos. Las materias objeto de estudio se reflejan en un programa que
siempre es una selección de la primera, de acuerdo a las finalidades u objetivos que
explícitamente deben aparecer determinados en el perfil de la profesión. ¿Qué Contenidos
seleccionar que satisfagan dichos objetivos?, es una pregunta necesaria para quienes diseñan
el currículo, pero lamentablemente no la encontramos en los textos de pedagogía o trabajos
interesados en la enseñanza de la arquitectura, consultados para esta investigación. Tampoco
se hace explícita la categoría Objetivos, como delimitación del alcance del contenido que va a
servir de base para la formación del profesional arquitecto.
El Objetivo de la disciplina Proyecto debería ser: primero, enseñar qué es proyectar y segundo
enseñar cómo se proyecta; desde cómo se producen las ideas hasta tenerlas reflejadas en un
modelo concreto. Pero el desconocimiento del proceso proyectual desde sus bases cognitivas
y procesuales, se refleja en una imprecisión conceptual en la teoría de la disciplina, patente en
las fuentes textuales que hemos podido consultar.
Para enseñar y poder describir lo que se hace cuando se proyecta, es necesario un
conocimiento del pensamiento proyectual a un nivel mayor que el necesario para proyectar o
diseñar. Se puede proyectar sin reflexionar en cómo se proyecta; pero no se puede enseñar a
proyectar, sin reflexionar en cómo se proyecta. Lo primero puede salir de ―la mano‖, de la
intuición, de la empírea, de la imitación; lo segundo solo puede emanar de la inteligencia, de la
metacognición, de la síntesis del conocimiento.
Más dificultades implícitas en el concepto Contenido. Independientemente de que la categoría
Contenido no aparezca en los textos consultados, o apenas en un solo caso, que más
adelante mencionaremos; cuál es la consideración de los autores sobre el ―qué‖ debe
aprender el futuro arquitecto.
El gráfico 49, representa las cuatro áreas primordiales de contenido de la Arquitectura en
estrecha relación con las competencias profesionales. Ver Capítulo 2, páginas 208 - 209.
Gráfico 49. Los cuatro grandes bloques de contenidos competenciales del arquitecto.
No obstante para completar el diagrama de contenidos debe integrarse a los cuatro grandes
bloques de contenidos competenciales el componente social de la profesión, por una parte y
el componente natural o ecológico por la otra.
Finalmente debe ser incorporada la razón de ser del producto arquitectónico: el ser humano,
quien aporta con sus necesidades un anclaje a las tres fuentes de datos que conforman el
contexto del futuro objeto arquitectónico: lugar, función y economía- tecnología, esto queda
representado en el Gráfico 50.
El grafico 51, subraya que los contenidos propios de lo proyectual están más vinculados con
los condicionantes que impone como requisitos el cliente del objeto arquitectónico futuro,
indicado por las flechas en rojo en dicho gráfico. Lo representado a mano alzada solo es
contenido de lo proyectual atendiendo exclusivamente a su instancia aplicativa y esto es lo
significativo de este epígrafe, pues semejante distinción no tiene precedentes en la teoría de la
profesión.
El tratamiento de la función tampoco se presenta con claridad en los textos consultados, como
contenido de la disciplina Proyecto Arquitectónico. Es decir, se incorpora de manera mecánica
a través del cometido de proyecto pero a esto no le corresponde un tema, ejercicios, teoría
reflexiones dentro de la asignatura de Proyecto Arquitectónico en cuestión.
La función como ingrediente directo de lo proyectual, lo que es obvio, ya que cualquier
cometido edilicio forma parte de la estructura de la enseñanza aprendizaje.
y la forma como manifestación de los condicionantes del contexto arquitectónico y a su vez
como aspecto externo de la materialidad arquitectónica.
Con el deseo de extraer de otros discursos sus potencialidades didácticas sobre el Contenido
de la Arquitectura, se incluye la siguiente cita:
Hacer arquitectura significa plantearse uno mismo preguntas, significa hallar, con el apoyo de los
profesores, una respuesta propia mediante una serie de aproximaciones y movimientos circulares.
Una y otra vez. La fuerza de un buen proyecto reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad
de percibir el mundo con sentimiento y razón. Un buen proyecto arquitectónico es sensorial. Un
buen proyecto arquitectónico es racional.
Zumthor (1996: 21).
Un buen Proyecto Arquitectónico es sensorial y es racional, sí, pero la formación arquitectónica
está esperando por la concreción de ideas como estas en un cuerpo de conocimientos
teóricos y prácticos que el profesor tiene que saber enseñar a sus estudiantes mediante y
durante el taller de proyectos. Es necesario, en el plano del aula, que los docentes puedan
convertir en un sistema de conocimientos esa ―serie de aproximaciones y movimientos
circulares‖, de lo contrario nunca estarán los estudiantes listos para ―ver‖ cómo los saberes de
varias disciplinas se aplican integradoramente en la acción de proyectar.
Una visión más integral del contenido arquitectónico es la que brinda el arquitecto Del Rio
Los currículos académicos nos hablan de contenidos conceptuales, procedimentales y
actitudinales. Por ello, el proceso de diseño arquitectónico debe ser iniciado verificando que el
alumno efectivamente maneje los conceptos que deben ser de su dominio. El discurso
arquitectónico apunta a ello.
El alumno debe desarrollar algunas competencias que le permitan, por la vía de dominarlas, servir
a la idea como medio para concretar. Estos contenidos procedimentales definen metodologías
propias de cada disciplina que el alumno utiliza, desde su forma de enfrentar un análisis hasta la
confección de un determinado render. Por último, debemos observar la actitud. El alumno genera
en sí mismo críticas a su proyecto, o las acepta y resuelve en su proyecto. La observación, la
forma de profundizar en diversos tópicos, e incluso la manera de relacionarse en su grupo son
elementos a observar.
Del Río (2007: 2)
Es frecuente encontrar en la escasa literatura que trata sobre la enseñanza de la Arquitectura,
esta manera de pensar al estudiante como protagonista, quien genera con su esfuerzo el
aprendizaje. Cuando se dice: ―el discurso arquitectónico apunta hacia ello‖ se puede inferir que
se tiene la creencia de que el contenido contiene en si las claves para ser aprendido.
No se percata el autor de que los conceptos arquitectónicos pueden ser de calidad, pero esto
no implica que sean asumidos, apropiados y dominados por el estudiante, ya que esto supone
otra gestión del aprender que descansa en las diferentes dimensiones del proceso docente,
como son el desarrollo de las habilidades y la metodología necesaria para ello.
Esta otra frase pretende reforzar la idea anterior: ―Estos contenidos procedimentales definen
metodologías propias de cada disciplina que el alumno utiliza, desde su forma de enfrentar un
análisis hasta la confección de un determinado render.‖ Es cierto que los procedimientos que el
estudiante debe aprender, y que en Didáctica se identifican con la categoría habilidad, cuando
la manera de actuar ya ha sido dominada por el estudiante, son también parte del contenido.
También es cierto que estos procedimientos definen metodologías, pero lo que parece
ingenuo es la idea de que sea el propio estudiante el que pueda determinar las metodologías y
utilizarlas desde su forma de enfrentar la tarea. Esto supone tener la conciencia didáctica de la
formación de un sistema de habilidades que son idóneas para el aprendizaje de los
determinados conocimientos, por una parte; y, por la otra, el diseño de metodologías
apropiadas.
Esta es una labor didáctica del docente y para nada es espontánea en el proceso de
enseñanza aprendizaje; ni, mucho menos, el estudiante es capaz de determinar las
metodologías con autonomía.
Otra idea relacionada con el Contenido de la disciplina Proyecto Arquitectónico aparece en las
palabras que a continuación nos aporta Peter Zumthor:
Antes de conocer siquiera la palabra arquitectura, todos nosotros ya la hemos vivido. Las raíces
de nuestra comprensión de la arquitectura residen en nuestras primeras experiencias
arquitectónicas: nuestra habitación, nuestra casa, nuestra calle, nuestra aldea, nuestra ciudad y
nuestro paisaje son cosas que hemos experimentado antes y que después vamos comparando
con los paisajes. Las ciudades y las casas que se fueron añadiendo a nuestra experiencia. Las
raíces de nuestro entendimiento de la arquitectura están en nuestra infancia, en nuestra juventud:
residen en nuestra biografía.
Los estudiantes deben aprender a trabajar conscientemente con sus vivencias personales y
biográficas de la arquitectura, que son la base de sus proyectos. Los proyectos se abordan de
manera que pongan en marcha todo ese proceso. Nos preguntamos qué es lo que entonces nos
gustó, nos impresionó, nos conmovió en esa casa, en esa ciudad, y por qué. Cómo estaba
dispuesto el espacio, el lugar, qué aspecto tenía, qué olor había en el ambiente, cómo sonaban
mis pasos, cómo resonaba mi voz, cómo sentía el suelo bajo mis pies, el picaporte en mi mano,
cómo era la luz sobre las fachadas, el brillo de las paredes. Era una sensación de estrechez o de
amplitud, de intimidad o vastedad.
Zumthor (1996: 26)
El conocimiento empírico, experiencial, vivencial, cotidiano, es formidable para remover el
pensamiento de los estudiantes en cualquier asignatura y puede ser de primer orden en el
aprendizaje del proyecto arquitectónico, pues en fin, todo el mundo tiene vivencias del espacio
arquitectónico. Este es un tipo de conocimiento que debería desarrollo un docente de esta
profesión. Sin que ello implique renunciar a la sistematización, control y evaluación otros
contenidos de un modo científico, es decir: didáctico. ¿Cuáles son los conceptos que el
estudiante va a aprender, en qué teorías se basa, qué regularidades se hallan en tal proceso,
cómo una idea arquitectónica sintetiza conocimientos en sistema multidisciplinares?
En este sentido es de esperar un cambio en los docentes que escriben de cómo enseñar
arquitectura y en especial proyecto. Incluir este punto de vista implica adoptar un nuevo
paradigma: la Arquitectura y el Proyecto en particular poseen, como cualquier otra disciplina,
un conjunto de saberes, independientemente de la actividad docente, con los que se realiza y
se ejecuta la profesión. Pero el arquitecto que se desempeña como profesor tendrá que
hacerse de un cuerpo de elementos conceptuales y de criterios teóricos, a base de
cuestionarse el aprendizaje de ese modo de actuación, sin los cuales no sabrá enseñar
arquitectura a cabalidad o no podrá aplicar con eficacia su experiencia al aprendizaje del
proceso proyectual.
didáctico no está presente en el discurso de aquellos que escriben sobe la enseñanza de esta
disciplina.
Muy al contrario de esta última idea, algunos autores se complacen en destacar el criterio de
que los estudiantes tendrían que saber actuar proyectualmente sin partir de información, o sea,
de conocimientos previos. El siguiente párrafo sirve de ilustración:
… El estudiante, a partir de una problemática dada, va a ser capaz de pensar una organización
orientada desde ese punto de vista y finalmente llegará a decir qué es lo que va a hacer, a partir
de sus observaciones. Así va construyendo su mirada, manejando la complejidad, desarrollando
libremente su propia estrategia: aprende a reunir con un sentido personal y es capaz de elaborar
un planteamiento, que es lo que se le puede pedir.
Lagos Vergara (2004: 3)
De acuerdo con lo anterior, el estudiante tendrá que manejar la complejidad de un problema
proyectual, trazar una estrategia, y elaborar un planteamiento. ¿Estará él preparado para
actuar de esta manera?
Prácticamente, la única preocupación que emana de los textos encontrados radica en el Taller
de Proyecto. De dichos textos se ha seleccionado algunos párrafos con el propósito de inferir
habilidades que el estudiante deberá ejercitar. Pero, obsérvese que ellos no están concebidos
como Contenidos que el estudiante deberá aprender, sino como acciones, que formarán parte
del Taller de Proyecto. Analicemos algunos de estos planteamientos:
…El alumno logra observar en detalle, afinar la percepción, utilizar la argumentación y defender su
postura teórica. Se forma en escuchar, tolerar y aprender de posiciones diferentes, emitir juicios
de valor al manejar un espectro axiológico mayor. Se interesa por su propio proyecto tanto como
por el ajeno. Se estimula la sana competencia y la emulación de cualidades.
haciendo‖. Esta docencia impulsa el ejercicio de procesos cognitivos que van más allá de la
memoria, la comprensión, la interpretación, la estructuración y la construcción.
En este sistema de enseñanza aprendizaje cada alumno desarrolla variados proyectos
profesionales de un modo individual, de acuerdo a su capacidad, criterio y creatividad, los que
son sistematizados y sintetizados en conformidad a su propia conceptualización teórica, a su
apreciación del problema y a su única y novedosa metáfora formal.
Dicha forma de enseñar está más centrada en el alumno y en el proceso de aprendizaje que en
las materias o que en el profesor. Cada proyecto además, genera productos novedosos y
apropiados que se exponen a la crítica del público cada vez que se evalúan sus resultados.
El aprender haciendo de Dewey influyó en las escuelas de arquitectura que se crearon a partir
de la diáspora de la Bauhaus. Pero en el campo de la Arquitectura esto ha derivado en una
caracterización en el que la forma más eficiente de aprendizaje es mediante la experiencia, la
acción, lo empírico, la prueba y el error.
Según esta corriente la acción crea las condiciones para el aprendizaje y lo hace más efectivo.
La sobredimensión de la categoría práctica: acción (recordar que la corriente filosófica que lo
alimenta es el pragmatismo), lleva a sus seguidores a la certeza de que su contrario: el
aprendizaje teórico, representa un saber acumulado, poco eficiente. Por su parte, el profesor
es un mediador, entre el saber arquitectónico y la actividad que desarrolla el estudiante, el
hacer. El estudiante asume la responsabilidad de su actividad, y por lo tanto, de lo que puede
aprender en la actividad; luego, vuelve a aparecer el profesor y critica los resultados de esa
actividad, alienta a que mejoren o cambien los resultados, mediante el ―seguir haciendo‖.
Esta corriente que resultó progresista para su época y que representó un corte a la escuela
tradicional y escolástica, quedó superada hace mucho tiempo. Su principal deficiencia es
considerar que el aprendizaje puede efectuarse solamente con la práctica. Desde el punto de
vista de una Didáctica Científica, esta concepción esquiva la necesaria relación contenido -
métodos. Se supone que en la acción del estudiante se ejercitan los contenidos, es decir los
conocimientos y las habilidades.
Ningún aprendizaje se produce sobre la única repetición de procederes, de habilidades. La
habilidad siempre está en función de aprenderse unos conocimientos. El objetivo de hacer
arquitectura, de saber proyectar, es aplicar los conocimientos, incluso interdisciplinares, a una
propuesta arquitectónica como se ha dicho en epígrafes anteriores.
Es importante recordar, ya que por alguna extraña razón se ha olvidado, al menos en
arquitectura, que si alguien desea aprender algo es porque no lo sabe. Incluso cuando el
estudiante sea quien traiga y aporte la motivación inicial, ello no exime al profesor de su tarea.
Sin embargo, en el imaginario pedagógico colectivo de la disciplina se cree que esto es
posible.
Hablando en términos de método, aprender Proyecto Arquitectónico es llevar la teoría a la
práctica, es que el estudiante con relativa autonomía, aprenda a pensar y a actuar. Sí, pero
este será independiente mucho después que haya dado los pasos, guiado por el docente.
La siguiente cita parece indicar en la misma dirección que nosotros estamos insistiendo:
La ausencia de reflexión quita sentido a las operaciones proyectuales y la falta de práctica torna
vacua su reflexión. Ni se piensa sobre la nada, ni la acción eficiente puede prescindir de una
reflexión y una teoría previa.
Cabral (2004:6)
Extraemos algunas ideas significativas del planteamiento de Lagos, que pueden ser motivo de
tormento para cualquier docente que se ponga a pensar en cómo aprenden sus estudiantes:
El enseñante entrega al alumno un universo en el cual él hace la selección, en el cual -a partir del
proceso de análisis que el alumno hace de su antecedente- construye su límite.
El estudiante se mueve en los límites que él ha sido capaz de develar a partir de un universo que
el docente le colocó a su alcance y no recibe ninguna incorporación para dar su respuesta, sin
poder elaborar una estrategia e improvisar una respuesta sin antes haberle dado argumentos
desde la arquitectura.
El estudiante autogestiona el programa arquitectónico del proyecto desde el comienzo. Pensar el
programa es el primer acto propiamente arquitectónico entendido, más que como una
distribución o una especificación de superficies de recintos, como una organización.
Esto obliga al estudiante a descubrir relaciones frente a circunstancias no previstas, no
informadas, por lo que toda su comprensión del mundo se ve necesariamente colocada en el
desafío de reorganizarse, para dar respuesta a algo que se le exige que responda.
los saberes o conocimientos que debe integrar a la hora de proyectar, también hay que incluir
la actuación profesional, la metodología del proyecto, que eso también es contenido.
Por eso es que una de las competencias superiores que tiene que desarrollar el profesor de
Proyecto es la que se denomina ―transposición‖ didáctica, la que consiste en hacer pasar la
metodología de proyectar a metodología didáctica; o sea, convertir el método de proyecto en
método de enseñanza. Hasta que esto no esté bien interiorizado por los docentes de la
Arquitectura, la enseñanza de Proyecto resulta una verdadera empírea, en la cual los
estudiantes no saben por qué dan esos pasos, qué hay que conocer para dar esos pasos,
cuáles son los objetivos de esos pasos y cómo se evalúan los resultados.
Aquí se demuestra que la metodología de proyectar ha suplantado a la metodología didáctica.
… Desde el punto de vista de la pedagogía, el proyecto puede ser considerado entre otros como
un método pedagógico dentro de la caja de herramientas del enseñante. Según las
circunstancias, ellos pueden articular diversos modos de funcionamiento, por lo que puede ser
considerado también como un método flexible: puede adecuarse a las tensiones y recursos del
medio ambiente, del objeto de la formación y de las características o maneras de los profesores
que adopten esta herramienta pedagógica particular. Sucede a diario, el proyecto como la
principal herramienta pedagógica dentro del taller de arquitectura.
Lagos Vergara (2004:13)
Una vez que hemos tratado someramente el Método, en la literatura didáctica de la
Arquitectura, veamos ahora una categoría inmanente a la metodología: la forma de enseñanza.
¿Qué se observa en la literatura de la profesión acerca de Forma? Aquí las referencias al taller
son mayoritarias.
El Taller de Diseño puede ser ―una sala de espejos múltiples‖ donde el profesor es un guía o
tutor del aprendizaje. Es quien reflexiona junto con los alumnos en la elaboración de proyectos
innovadores de productos […] de los que no existen precedentes, ni procedimientos comunes,
ni referentes conocidos, ni normas para su ejecución. El desarrollo de ellos es una aventura de
preguntas y respuestas de las que ambos se enriquecen. El profesor le representa al alumno lo
que éste está haciendo y le sirve de conciencia. Si otros alumnos también le añaden nuevas
representaciones de su quehacer, entonces se transforma en un sistema de espejos que
multiplican las imágenes de su proyecto y le aumentan la claridad de su pensar.
No obstante, han quedado sin aparecer en la literatura aspectos tan importantes como qué
aspectos evaluar, cómo corregir cada proyecto, con qué metodología evaluar, qué técnicas
utilizar, cuándo evaluar, quiénes evalúan y otros no menos importantes.
Un último ejemplo para terminar de caracterizar el clima que condiciona el paisaje de la
docencia y la evaluación en el taller de Proyecto Arquitectónico es el siguiente:
Se trata de una invitación que le hace el profesor Wolf D. Prix a Peter Eisenman para que
participe con él en las correcciones del taller de proyecto arquitectónico. Para sintonizar con el
nivel, permítaseme presentar a los protagonistas: Wolf D. Prix es fundador del estudio Coop
Himmelblau, miembro del profesorado de la Columbia University en Nueva York y Vice-Rector
de la Universidad de Artes Aplicadas de Viena. Y Peter Eisenman es fundador del Institute for
Architecture and Urban Studies, de Nueva York, actualmente imparte seminarios de teoría y
diseño de estudios avanzados en la Escuela de Arquitectura de Yale y es Profesor Emérito de
la Unión Cooper Escuela de Arquitectura.
Un tema fundamental, que aparece una y otra vez en la discusión, es cómo se enseña la
arquitectura. El siguiente video muestra una discusión entre Wolf D. Prix y Peter Eisenman,
durante una corrección de taller en Yale, donde se hace una pregunta más radical: ¿Es posible
enseñar arquitectura?
Infante (2008)
La estudiante de pie, delante de todos, presenta su trabajo utilizando una maqueta y se
detiene en un momento en el que parece haber terminado su exposición, le toca el turno a los
docentes y entonces Peter Eisenman dice:
— Si tú pones a un mono frente a una máquina de escribir, nunca producirá literatura, la razón es,
porque no sabe lo que es la literatura, y no sabe qué carajo está haciendo con el teclado.
Las intervenciones de ambos arquitectos continúan apartándose cada vez más del trabajo de
la estudiante, hasta que Wolf dice:
— yo no sé si podemos enseñar arquitectura, no creo en la enseñanza de la arquitectura.
— yo tampoco — contesta Peter Eisenman.
Y así continúan con la conversación hasta que la filmación acaba…
Pero el colofón a esta situación se encuentra en los 49 comentarios de estudiantes que a
continuación retratan con exactitud la problemática de la evaluación en el taller, en las distintas
universidades a las que pertenecen y en las diferentes asignaturas de la disciplina Proyecto
Arquitectónico.
Por tanto este acápite no requiere que nos extendamos más, pues se puede prolongar la
ilustración a través de ejemplos, sin embargo, los resultados rápidamente comienzan a
orientarse hacia la misma dirección.
En términos de método, aprender debía ser llevar la teoría a la práctica, con el propósito de
que el estudiante con relativa autonomía, aprenda a pensar y a actuar. Es conveniente que el
estudiante sea independiente, pero esto lo logrará mucho después que haya dado los pasos,
guiado por el docente.
Sobre la categoría Evaluación:
No hay que esperar un adecuado tratamiento didáctico de esta categoría. El simple hecho de
que solamente hemos encontrado una referencia a los objetivos de la enseñanza de la
Arquitectura, habla por sí sólo. ¿Cómo puede ser bien tratada la evaluación cuando en la
literatura no hay preocupación por las finalidades y metas a lograr por los estudiantes?
La evaluación se identifica con la reflexión, o corrección del proyecto.
Y a la vez la reflexión se identifica con método, o sea, con el proceso que se lleva a cabo en el
taller. Por consiguiente se minimizan las estrategias docentes (métodos) y la categoría de
evaluación.
Como resultado de este análisis se puede concluir que:
a) No existe un enfoque didáctico científico aplicado al proceso de enseñanza aprendizaje del
Proyecto Arquitectónico.
b) No se conoce el sistema de categorías didácticas que constituyen la esencia de esta
disciplina.
c) La tendencia de enseñanza de la Arquitectura es tradicional por una parte y por la otra,
pretendiendo ser liberadora y de vanguardia es caótica, anárquica, anticientífica.
La teoría didáctica de la disciplina está habitada por estas ideas, que denotan ausencia de
tratamiento, en ocasiones errores e inocencia didáctica. Pero, lo más grave de todo ello es que
la enseñanza de la Arquitectura y del Proyecto Arquitectónico se rige por estos paradigmas.
En este capítulo se ha podido demostrar:
1. La inconsistencia teórica desde el punto de vista del proceso proyectual que poseen los
arquitectos que fungen como docentes de esta disciplina.
2. La pertinencia de acudir a una ciencia que satisfaga las exigencias de la enseñanza del
Proyecto Arquitectónico: una Didáctica del Proceso Proyectual.
3. La necesidad de abordar una formación docente.
Una vez realizada una disección del pensamiento colectivo de los docentes de arquitectura y
habiendo confirmado las insuficiencias y debilidades que subyacen en él, se ha hecho
evidente la conveniencia de introducirnos en el aula, en el Taller de Proyecto, para dar
respuesta al problema científico de la tesis: ¿Cómo influyen las actividades docentes que se
realizan en el taller de Proyecto Arquitectónico, en el aprendizaje de los estudiantes en esta
disciplina, la más representativa de su formación profesional?
Se pasará a observar en el Marco Aplicado de la tesis, si en la realidad del proceso docente se
superan estos puntos de vista o si, por el contrario como creemos, se constata que cobran
vida dichas deficiencias e insuficiencias.
Capitulo 4
Metodología de la investigación
Capítulo 4
Metodología de la investigación del Marco Aplicado
Introducción
El objeto de estudio de la presente investigación es el resultado de relacionar el modo de
actuación esencial del arquitecto: el proceso proyectual, con su enseñanza en el contexto del
aula, representada en la disciplina de Proyecto arquitectónico. La construcción teórica y la
estrategia metodológica de esta parte del trabajo obedecen a la intersección de estas dos
esferas. Conscientes de que una descripción completa del proceso de enseñanza aprendizaje
de la disciplina es prácticamente imposible, a causa de la variedad de hechos que ocurren en
él a cada instante, pretendemos pasar de una descripción a una comprensión, intentando
entender los fundamentos del sistema, puesto que constituyen la esencia de lo existente, de
sus posibilidades y de su evolución.
Asumir la complejidad del objeto de estudio implica conocer el carácter de sistema de la
actividad docente y su representación teórica en las categorías didácticas presentes en la
clase, en un tema o en un ejercicio, en la asignatura y en la disciplina. Significa prestar interés
a las partes y analizar simultáneamente la totalidad, tener en foco a los protagonistas de la
enseñanza y el aprendizaje: los estudiantes y el profesor; al escenario y el contenido, tratando
de captar con la mayor fidelidad posible la trama y sus interacciones. Y para conseguir esto
vale la pena preguntarse: ¿Qué estrategia de investigación adoptar?
Filstead (1986) y Erickson (1977: 61), citados por Anguera Argilaga, (2004:14)
En suma, la investigación cualitativa es más adecuada para el análisis de los fenómenos
complejos, de las homologías estructurales, para el estudio de casos, para poner de
manifiesto el parentesco lógico entre fenómenos sociales, para la descripción y estudio de
unidades naturales como organizaciones y comunidades concretas.
“Un diseño cualitativo, está marcado por una falta de precisión de procedimientos o reglas
específicas para el análisis de los datos, así como una cierta imprecisión en la medida, debilidad
en la generalización, cierta vulnerabilidad y dudas acerca de la forma como debe llevarse a cabo
la consideración del contexto”.
Miles (1979), citado por Pérez Serrano, (1994: 51)
investigación que implica, según Anguera (1987: 102), “el examen intensivo y en profundidad
de diversos aspectos de un mismo fenómeno”.
El estudio de caso puede definirse como “una descripción intensiva, holística y un análisis de
una entidad singular, un fenómeno o unidad social” (Pérez Serrano, 1994: 95). Los estudios de
casos son particularistas, descriptivos y heurísticos y se basan en el razonamiento inductivo al
manejar múltiples fuentes de datos.
En nuestro trabajo y utilizando la clasificación de Vázquez y Angulo, estamos ante un caso
instrumental que se puede distinguir porque se define “en razón del interés por conocer y
comprender un problema más amplio a través del conocimiento de un caso particular”
(Citados por Anguera, 1987: 96).
El caso es la vía para la comprensión de algo que está más allá de él mismo, para iluminar un
problema o unas condiciones que afectan no sólo al fenómeno seleccionado sino también a
otros. Es el conocimiento particular el que nos ayuda a captar y comprender lo que acontece
en dicha situación y si es necesario intentar transpolar esta comprensión a otros fenómenos
con características semejantes.
Hasta ahora los hechos singulares se consideraban aleatorios y su valor era anecdótico,
solamente se creía que tenían significación general los casos promedio. Pero si consideramos
el caso singular como regido por regularidades, entonces el conocimiento científico puede
efectuarse a partir de él sin la mediación de casos promedios obtenidos de un gran número de
casos históricos.
Todo hecho humano está sometido a regularidades; en lugar de buscar casos conforme a la
ley se parte de casos particulares. Es inútil hacer una abstracción, vaciar lo individual de su
singularidad porque su singularidad es el significado. La validez y el carácter probativo que
tiene un caso, depende de su realidad, de su autenticidad, y no de su frecuencia o de su
representatividad con respecto a un promedio estadístico.
Un problema importante al que se enfrenta la investigación cualitativa se encuentra en dar
sentido a los datos y el análisis de los mismos, pues faltan procedimientos concretos para el
análisis de datos cualitativos. Dar sentido a los datos cualitativos significa reducir los datos
recogidos a través de las notas de campo, entrevistas en profundidad, observación, etc., hasta
llegar a una serie de categorías que permitan estructurar, analizar los datos y llegar a unas
conclusiones comprensivas. En este tipo de investigación el paso de la montaña de datos a la
estructuración y presentación de conclusiones exige tiempo, para “ver una y otra vez”
buscando el fenómeno de pentimento que se da en la pintura, para apoyar la determinación de
conectar fragmentos de información en apariencias no relacionados, en un todo significativo.
Por ello decidimos analizar una situación auténtica en su complejidad real, lo que permite ver el
juego de las interrelaciones, describirlas, formularlas y comprenderlas sin salir de lo concreto.
Estos son los fundamentos del método del caso: una situación concreta que sea legítima y
quede representada en su totalidad. El análisis de un caso concreto y auténtico, aun en su
singularidad, es un camino seguro hacia los comportamientos regulares y generales del
campo de estudio de la investigación didáctica.
Gráfico 52. Didáctica de Proyecto Arquitectónico: teoría de la enseñanza aprendizaje del proceso
proyectual.
El proceso de enseñanza aprendizaje del Proyecto Arquitectónico en el escenario del aula es,
por tanto, hacia donde está enfocada la presente investigación.
El análisis sistémico de un específico objeto de la Didáctica, implica determinar los aspectos
que lo componen, sus interrelaciones y cuáles de esas relaciones se van a aislar, abstraer y
convertir en campos de acción de la investigación, con el fin de que su interpretación posibilite
la manifestación de un resultado cualitativamente superior, que supere el problema, logre el
objetivo, hasta que se modifique el objeto.
El proceso de enseñanza aprendizaje de Proyecto Arquitectónico es un sistema si todos sus
componentes se ordenan, estructuran y relacionan de modo tal que el mismo cumpla con las
funciones de instruir y formar a los estudiantes. Uno de los papeles primordiales de la
observación es que suministra el marco dentro del cual se manifiesta el objeto de estudio. Por
esa razón la investigación aplicada se dirigió a observar dicho proceso.
Ahora bien, esa manifestación del objeto se hace perceptible gracias a las categorías.
Categorizar implica romper el contínuum de la realidad, hacer pasar el objeto de estudio por un
tamiz: un filtro que organiza de manera diferente el fenómeno observado. Las categorías son
los hilos abstractos y teóricos que componen esta malla.
El papel fundamental lo juega el proceso de categorización o de elaboración de códigos (Lofland,
1976), ya que no se puede aspirar a una adecuada “captación de la realidad en sus propios
términos” si no se logran elaborar las categorías o sistemas de códigos que la hacen explicable y
dan coherencia al flujo de eventos y/o conductas necesariamente contextualizados.
Anguera Argilaga (2004:17)
En los momentos iniciales de la investigación se considera que las categorías didácticas
(objetivo, contenido: conocimientos, habilidades, actitudes y valores; metodología: métodos,
formas y medios; y evaluación) funcionarían como elementos organizativos de la investigación
y que serían suficientes para la selección y tratamiento de los problemas presentes en el aula.
En cambio, los resultados aportados por la tesina que antecede este trabajo evidenciaron la
necesidad de otro constructo: ámbito.
El objeto de estudio y la estrategia que inspira esta investigación implica el análisis de las
situaciones que se presentan en el intercambio entre la teoría de Proyecto arquitectónico, la
actividad del proceso proyectual y su enseñanza. De esta fusión surge el constructo que
llamamos ámbito, entendido como el escenario en que ocurre el proceso de enseñanza
aprendizaje de proyecto.
En el gráfico 53 se aprecia que, cada ámbito se puede organizar y ubicar a su vez, desde tres
dimensiones diferentes: una que comprende el diseño o planificación de la actividad docente,
la segunda que comporta el propio contenido de la asignatura y la tercera, en la que se
propicia el desarrollo del conocimiento, el dominio y sistematización de la habilidad y su
evaluación. Los ámbitos forman un conjunto de múltiples ambientes, en los cuales interviene y
se manifiesta directa o indirectamente la actividad docente.
Dimensiones Ámbitos
Planificación de la asignatura Concepción de la asignatura
Planificación de la actividad docente
Contenido de la asignatura Contenidos de la asignatura
La docencia que se desarrolla en
el Taller de Proyecto Arquitectónico Revisión Verbal
Exposición gráfica
Exposición verbal
Actividad del proceso proyectual
Trabajo docente en el Aula
Por lo tanto, los ámbitos a la vez que constituyen partes importantes de la estructura del
fenómeno observado: la actividad docente del proceso proyectual, devienen categorías de la
estrategia investigativa.
después serán agrupados por ámbitos y analizados en sistema utilizando las categorías de la
didáctica.
Problema es un conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún
fin. En la investigación aparecerán conceptualizados y tratados como problemas las
incidencias o anomalías detectadas en la clase que impliquen una situación o episodio en él
que se perciban: deficiencias, carencias e incongruencias tanto en el comportamiento verbal,
no verbal o conceptual del profesor, el estudiante o el grupo de estudiantes; así como también
en los documentos revisados y los que arrojan los criterios de docentes y estudiantes.
El núcleo del problema es la operativización, es decir, el grado de “licitud” del reduccionismo
que permitirá recoger los datos y en consecuencia seleccionar la información considerada
relevante.
Estas situaciones se manifiestan por el grado de inconformidad mostrado por alguno de los
participantes del proceso de enseñanza aprendizaje o por la diferencia con el nivel de calidad
esperado según la experiencia docente del observador.
Es en la actividad de la clase donde hay que identificar, definir y clasificar los problemas que
se presentan, para configurar, utilizando los ámbitos del proceso y las categorías de la
didáctica, las relaciones esenciales que, a modo de diagnóstico, caracterizan el estado del
objeto de la investigación. Mediante esta caracterización se propondrá una abstracción teórica
de este fragmento de realidad, en el que se aprecien los elementos estructurales que ayudan a
interpretar la naturaleza del objeto estudiado.
El valor que se halla implícito en el problema radica en que el trabajo desde la dificultad puede
conducir a una mejora. La actividad investigativa consiste en dar con ese punto controvertible,
ese conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin, es algo
deseable para el científico, pues significa encontrar las contradicciones que pueden promover
el camino hacia la solución.
Sin embargo, para lograr convertir el problema en capacidad de reflexión y acción sobre el
trabajo docente, es necesario identificar la anomalía, esa situación perturbadora que origina un
contraste sobre un fondo de orden y regularidad. Y después, modificar el obstáculo en duda
como potencialidad heurística. El análisis de las situaciones en esta investigación requirió de
un esfuerzo transformador de la incertidumbre que provoca el problema, en una oportunidad
para llegar a conocer. Cada momento de observación implica la detección de un problema, la
capacidad de percibir el conjunto problemático: el contexto donde se produce o ámbitos, los
protagonistas que intervienen y finalmente las relaciones entre categorías. Luego se pasa a
elaborar un enunciado del problema y su posible formulación. En dependencia del acierto de
la estructuración del problema se podrá aspirar a pasar de la formulación a la operatividad que
se espera producto de la problematización.
Documentos institucionales
Programa de la asignatura Proyecto Arquitectónico I
Programa de la asignatura Proyecto Arquitectónico X
Entrevistas semi estructuradas.
Profesor de Proyecto Arquitectónico I
Profesores de Proyecto Arquitectónico II
Profesor de Proyecto Arquitectónico X
Documentos del estudiante
Diario de Proyecto Arquitectónico X, estudiante de 5to año.
Diario de Proyecto Arquitectónico II, estudiante de 2do año.
Observación directa no participante.
Sesiones de Observación a clases de la asignatura Proyecto Arquitectónico I
Sesiones de Observación a clases de la asignatura Proyecto Arquitectónico X
4.3.3. La Entrevista
La utilización de la entrevista responde a la necesidad de completar información y a la
estrategia de triangulación. El formulario de la entrevista se concibe con una relación de 14
preguntas, preparadas y validadas con anterioridad. Los criterios de validación se infieren de la
coherencia de las categorías didácticas, que desempeñan el papel de unidades de análisis en
la investigación.
No obstante, ello ofrece al entrevistador un marco orientativo, a la vez que flexible, para la
conducción y focalización del tema, con el propósito de indagar y profundizar cuando fuera
necesario; respetando siempre la libertad de respuesta del entrevistado.
En las sesiones de entrevista, se mantuvo todo el tiempo el mismo orden en el que están
definidas las preguntas pudiendo, según el caso, añadir otras secundarias cuando era
conveniente argumentar la descripción, cerciorándonos siempre de recoger la información
esencial exigida por la investigación. Esta información está integrada en las reacciones
subjetivas de los entrevistados en referencia a la situación que se quiere analizar.
La libertad del entrevistado no es total, sino que está limitada por el marco de la investigación.
El puede responder como quiera, pero no sobre otros aspectos ajenos al tema. Los resultados
no se limitan al individuo, pues de lo que se trata es de establecer tipos de reacciones del
sujeto en relación con el proceso de enseñanza de proyecto, de clarificar unas actitudes y
unas reflexiones ante una situación concreta.
Se entrevistaron a los profesores de las asignaturas observadas PAI y PAX, y a los profesores
de los grupos que sus estudiantes fueron seleccionados para participar en el diario. En la
Facultad de Arquitectura de La Salle existe la figura de “intensificador” que es un recién
graduado que permanece en el aula como segundo docente colaborando y ayudando al
profesor titular.
Gracias a este grupo de jóvenes docentes, quienes se aprestaron con mucho entusiasmo a
responder a las entrevistas, es que contamos con la aportación de los profesores
representando PA II, pues ninguno de los titulares respondió a la invitación de participar en las
sesiones de entrevistas.
Desventajas del instrumento:
Es importante señalar las desventajas de las entrevistas, que provienen del hecho de que los
datos que se recogen en ellas consisten solamente en enunciados verbales o discurso. En
primer lugar, en tanto forma de conversación, las entrevistas son susceptibles de producir los
mismos engaños, falsificaciones, exageraciones y distorsiones que caracterizan el intercambio
comunicacional entre cualquier tipo de personas.
Toda conversación posee su propio equilibrio de revelación y ocultamiento de pensamientos e
intenciones: sólo en circunstancias muy inusuales el discurso es tan completamente expositivo
que cada palabra puede ser tomada como auténtica.
En segundo término, las personas dicen y hacen cosas diferentes en distintas situaciones.
Puesto que la entrevista es un tipo de situación, no debe darse por sentado que lo que una
persona dice en la entrevista es lo que esa persona cree o dice en otras situaciones. Y en
tercer lugar, puesto que los entrevistadores, no observan directamente a las personas en su
vida cotidiana, no conocen lo suficiente el contexto como para comprender muchas de las
perspectivas en las que están interesados los entrevistados.
Sin embargo, la intención es totalmente diferente, se trata de colocar el diario del estudiante en
el “contexto del descubrimiento”, es un instrumento que se encuentra sentado en primera fila,
en el lapsus temporal donde aparecen las ideas, es capaz de captar el movimiento frenético
de la aguja en el instante sísmico de la creación y registra a modo de incongruencias la llegada
de la invención. Al menos es así como lo hemos concebido, son entonces esos desatinos las
puertas que permiten acceder al análisis del pensamiento del estudiante durante la tarea de
Proyecto Arquitectónico.
El diario del proceso proyectual de cada estudiante consiste en un documento de registro
personal, en el que se debe reflejar el trabajo del ejercicio con la mayor frecuencia y constancia
posible, es decir cada vez que se trabaje en el proyecto de la asignatura, tanto en la escuela,
la casa u otro sitio. El registro debe hacerse desde la reflexión personal: las dudas, las
expectativas, las ilusiones y los sin sabores que se sienten en cada paso del ejercicio
proyectual. El carácter expresivo del material es especialmente útil en la fase de indagación,
para descubrir el universo cognitivo del estudiante.
Es un documento a modo de carpeta, al que se le van anexando páginas fechadas y que
puede sustituir en un momento determinado, si el docente está de acuerdo, al cuaderno de la
asignatura, porque en él quedarían plasmadas argumentaciones sobre las decisiones, los
tanteos y los aciertos, tanto de manera textual como gráfica. El soporte definitivo del diario es
libre, pero es deseable algún tipo de estandarización a los efectos de eficiencia en el registro
de datos de la investigación.
El diario permite hacer un seguimiento al estudiante de su propio proceso de proyecto, al ser
un documento que facilita la reflexión retroactiva; posibilita rescatar, sustentar, descubrir,
potenciar o modificar ideas de proyecto. Estas son ventajas que se utilizarán ante los
estudiantes para el convencimiento de su adopción; pero también se establecerá como
requisito de los documentos de entrega y evaluación de la asignatura, de manera que no
tengan que duplicar esfuerzos para cumplir con la investigación.
La utilizacion de un lenguaje personal, tanto textual como grafico, aumentan la complejidad
interpretativa de los datos contenidos en el diario, por ello se hace necesario complementar el
trabajo con entrevistas a los estudiantes. Estas se van haciendo de modo paralelo a las
diferentes entregas que los estudiantes realizan al investigador de las páginas del diario.
El trabajo del diario exige un protocolo en el cual el profesor del taller debe ser instruido. Este
realizará una presentación a los estudiantes sobre las ventajas de este dispositivo,
comentando que forma parte de una investigación, pero el instrumento debe incorporarse de
manera natural al desarrollo docente del ejercicio de proyectos, explicando que es una
actividad y un documento que forman parte de los recursos a emplear en el proceso
proyectual, ya que brinda la opción de “regresar” conscientemente a consultar una solución
desechada e incluso “descubrir” y “rescatar” una idea que no recuerdan haber producido.
No obstante, los estudiantes deben saber que ellos mantendrán un intercambio con el
investigador, quien ejerce de intermediario y no con el profesor, para preservar la transparencia
y veracidad de las anotaciones. Cada semana los estudiantes envían las páginas que tienen, a
través de correo electrónico, para no acumular información, ir procesándola gradualmente e ir
aclarando lo que de inicio se presta a dudas o está incompleto en sus anotaciones.
El dispositivo a modo de bitácora hace posible el seguimiento del propio proceso proyectual,
facilitando la reflexión retroactiva; posibilita analizar, sustentar, potenciar y modificar ideas. Y
por ultimo permite tener presente el discurso que se utiliza en las exposiciones del trabajo, así
como la planificación de la información (textos y documentos) a incluir en las presentaciones y
entregas de la asignatura.
El diario servirá como guía para la entrevista personal con cada estudiante porque muchas de
las preguntas resultarán de las dudas sobre ideas planteadas u omitidas por él. Es un
documento que no se debe modificar pero si regenerar y por su puesto complementar.
Desventajas del instrumento:
La falta de hábito de escribir diariamente y el rigor del ejercicio de una reflexión personal sobre
el pensamiento proyectual, así como la concepción que tienen muchos estudiantes sobre lo
que significa mostrar los momentos más íntimos del proceso proyectual, pueden ser los
elementos fundamentales que limiten su empleo. Para contrarrestar esta dificultad, se
complementará el diario con entrevistas.
Los estudiantes de los primeros años no tienen el suficiente bagaje reflexivo, ni terminológico
para expresar con soltura lo que sienten y desean hacer.
Por otro lado, ninguna de las estructuras administrativa y docente de las dos instituciones
educativas donde se implementó el diario asumió el instrumento como parte de la asignatura y
la diferencia de implementar su realización, bajo términos de carácter voluntario, influyó
radicalmente en una cantidad mínima de participantes que llegó a realizarlo hasta el final.
4.3.5. La Observación
No se trata de observar a algunos, sino de verles vivir. Esto significa no captarlos como individuos
aislados sino como miembros de un grupo y observar cómo operan los mecanismos de
interacción entre ellos.
Grawitz (1975:73)
La búsqueda de datos en los talleres de Proyecto Arquitectónico se ha caracterizado por una
observación directa y no participante de la actividad docente, dirigida a detectar hechos
singulares presentes en el proceso de enseñanza aprendizaje del proceso proyectual en el
aula.
Se realizó una observación directa en el escenario natural de los acontecimientos, con la ayuda
de grabación de audio, registro textual de comentarios y apuntes gráficos de la actividad. Pero
más que un relato o un diálogo, lo que se recoge es la actividad misma.
La idea básica que soporta la utilización de la observación en esta investigación la subraya la
profesora Estebaranz cuando expresa que:
[La]… comprensión de lo que una persona está haciendo no se logra por el mero examen de los
detalles de su conducta, sino que es preciso entender la conducta como un indicador de los
propósitos a los que sirve; en sí misma no significa nada. Sin el contexto de los incidentes de la
clase el método de observación falla.
Estebaranz García (1994: 472)
En este estudio las sesiones de observación en el aula se conciben como observación directa
no participante. El investigador se limita a registrar, no pregunta, escucha; esta a la caza de los
hechos reveladores de los fenómenos más importantes, que de otro modo serian inaccesibles.
Se opta por una participación mínima, pasar casi inadvertido, para afectar lo menos posible,
con la presencia, el decursar natural de los acontecimientos.
Se selecciona la observación porque resuelve mejor que otras técnicas el problema de
sumergirse a explorar en un ambiente ajeno. La duración de la actividad y sus repeticiones
permite a los que están en la mira habituarse a la observación. La neutralidad que se persigue,
y el hecho de que las situaciones sean menos estructuradas, facilitan un ambiente de
comprensión. Gradualmente, la situación deja de ser artificial: los estudiantes continúan en sus
actividades, continúan viviendo sus problemas y el ritmo y las necesidades del grupo serán
más importantes que el malestar producido por un visitante y la presencia de una mirada
desconocida.
Gráfico 55. Valoración de los resultados conjuntos procedentes de los Documentos Institucionales.
Gráfico 56. Los dos grupos iniciales de resultados provenientes de las Entrevistas a docentes.
En esta fase se reúnen los datos provenientes de dos fuentes de información. PAI y PAX, de la
ETSAB, más el grupo de Proyecto Arquitectónico II de La Salle.
4.4.3. Fase 3. Registro de datos y análisis del diario de proyecto de los estudiantes
En la planificación y ejecución de la Fase 3 del trabajo de investigación encontramos una
perspectiva de información bien diferente, los datos que nos aporta el diario tienen una
procedencia personal, tenemos de primera mano el pensamiento del proyectista y las
consecuencias de este pensamiento.
Se procederá a la aplicación y análisis del registro de datos suministrados por el diario desde
las asignaturas de Proyecto Arquitectónico II y Proyecto Arquitectónico X.
La Fase 3 culmina con la valoración de los resultados pertenecientes a los diarios de las
asignaturas PAII y PAX. Un análisis integrado para elaborar el primer resultado conjunto desde
una perspectiva personal del estudiante. Representado en el gráfico 59 por el hexágono de la
derecha.
Observación Observación
Taller de proyecto Taller de proyecto
arquitectónico I arquitectónico X
Gráfico 60. Registro y análisis de resultados de la observación realizada en las asignaturas PAI y PAX.
La observación realizada desde una perspectiva contextual del grupo, aporta información de
conjunto, de relación, es decir, que la observación de clases corresponde a un nivel relacional.
Esta técnica de recogida de datos es de vital importancia para la investigación, pues
constituye el nivel esencial de aportación de datos, ya que registra el acontecer del objeto de
estudio: el proceso de enseñanza aprendizaje del proyecto arquitectónico.
Los individuos no son seleccionados directamente para el estudio, sino que el grupo, la
asignatura, y el desarrollo de las clases son los elementos protagónicos. Los datos recogidos
provienen desde los individuos como actores de la actividad pero deben verse siempre en y
respecto al grupo, al profesor y a las relaciones que se desarrollan en el aula, respecto al
ejercicio y la asignatura.
Los primeros resultados que se obtienen son dos grandes grupos de información provenientes
de la asignatura Proyecto Arquitectónico I, por un lado y Proyecto Arquitectónico X por otro.
Representados en la gráfico 60.
El análisis de los resultados, pertenecientes a los problemas de las asignaturas PAI y PAX se
integra después, para elaborar las primeras valoraciones conjuntas procedentes de la
observación, representada en el gráfico 61 en la fusión de ambos triángulos dando como
resultado un hexágono violeta que contiene lo esencial de los dos resultados.
Este análisis favorece la construcción de un tejido relacional, donde pueden aparecer vínculos
no esperados que animan a la reflexión sobre supuestos, nuevos o no considerados. Así como
también en él se consolidan las ideas que sustentan la teoría propuesta con anterioridad.
A continuación se expone gráficamente el conjunto de fases, instrumentos y perspectivas de
análisis que comprende la investigación realizada en la parte aplicada del estudio. Gráfico 63.
Fase 5 Triangulación.
Cruce de información y análisis de los resultados provenientes de las valoraciones generales
de los Documentos Institucionales, las Entrevistas, el Diario y la Observación.
Valoración Final de resultados
operación de extracción supone una actividad de análisis y de interpretación muy cuidada por
parte del entrevistador.
Pasamos a explicar cómo se efectuó la interpretación de datos. A partir del registro original
que se llevó a cabo mediante grabación de sonido, este se transcribió utilizando un programa
procesador de textos y se convierte en el original de trabajo. Luego se pasa a un primer
análisis con el propósito de eliminar los grandes rodeos y seleccionar las unidades
significativas por pregunta. Este segundo documento tiene ya una pauta de codificación, por
ejemplo: EJA1, donde la E significa entrevista, las otras letras se corresponden con las iniciales
del nombre del entrevistado y el número identifica el número de la pregunta.
Aquí aparecen los primeros comentarios del investigador ante cada unidad de contenido de
cada respuesta. Después se genera otro documento en el cual se agrupan todas las
respuestas por preguntas, y se realiza un análisis global.
En este momento de análisis se buscan, similitudes o tendencias en el tipo de ideas, se
agrupan los argumentos coincidentes, clasificando la variedad de ideas, sin descartar las
únicas, diferentes o extrañas. Incluso es muy importante detectar las respuestas que están
fuera de pregunta, pero que perfectamente pueden pertenecer a otra. Esto no solo significa
que aquella pregunta tiene respuesta, sino que el entrevistado ignora los nexos conceptuales
que crean el vínculo.
Finalmente se pasa a otro estadio, una valoración general de resultados que implican otro nivel
y otro documento donde se analizan integralmente las 14 respuestas de cada entrevistado lo
que arroja su concepción didáctica, y por último las 14 respuestas de todos los entrevistados,
arrojando las tendencias didácticas con que se piensa la enseñanza de proceso proyectual.
las iniciales del estudiante: MFP; luego aparece el número correlativo del problema: 01; y
finalmente la fecha de la sesión.
No obstante, cada problema se distingue además por un titulo, que responde a la formulación
concisa de la situación singular detectada. Por ejemplo: Antes de salir hacia Montgat tengo
que preparar varias cosas que voy a necesitar: un metro para tomar un par de medidas, una
cámara que será esencial para realizar fotos del entorno del emplazamiento.
Esta entrada hace pensar que el estudiante no contempla realizar apuntes o dibujos una vez
que esté en el entorno, aunque puede ser que sí y solamente no se comente, pero luego se
confirma, pues estos dibujos nunca aparecen, entonces pasamos a formular el siguiente titulo.
DMFP 03 16/Marzo. La visita al lugar no contempla apuntes, croquis o esquemas.
Así se procedió siguiendo la secuencia lógica de las entradas del documento e identificando
uno a uno los problemas que iban surgiendo, tras cada jornada de estudio y análisis. Es de
destacar que el mismo suceso puede conducir a una interpretación múltiple de problemas, es
decir, varios problemas nacidos de una misma situación, lo cual queda reflejado con
subíndices en el código.
El Diario de PAII recoge hasta 82 situaciones anómalas (algunas puede estar repetidas pero en
diferentes lugares del documento) que después se organizan y clasifican en problemas tipos;
consiste en la primera agrupación de problemas por similitud. Este documento de problemas
tipos se vuelve a cribar, pero esta vez entran en acción los ámbitos. De este modo se obtiene
una valoración de resultados del Diario PAII por ámbitos.
Los problemas tipos son un primer nivel de generalización, proponen un título que reformula
los problemas que bajo el se agrupan, por ejemplo, en el Diario de PAX los siguientes cuatro
problemas integran el Problema tipo: Los profesores exigen y revisan los resultados del trabajo
con el entorno, pero no se enseña cómo se hace.
DOL 13 13/14 Feb, DOL 17 15/18Feb, DOL 18 1518/ Feb, DOL 23 19/ Feb.
DOL 13 13/14 Feb. La retroalimentación entre “referencia” y evolución del proyecto hace posible una
mayor apropiación del contexto.
DOL 17 15/18 Feb. Relación entre la apropiación del lugar y la verosimilitud del proyecto.
DOL 18 15/18 Feb. La verosimilitud del proyecto implica más especificidad.
DOL 23 19/Feb. Evidencia de la importancia del trabajar con el entorno.
Par conseguir ilustrar el ejercicio de interpretación con la mayor fidelidad, hemos seleccionado
la segunda página del Diario PAX correspondiente a la sesión del 8/11 Febrero en ella se
aprecia la siguiente entrada: Observando las construcciones vecinas otra vez, se recurre a la
estructura porticada, por estar pensada para acceder desde un extremo, pero ser permeable
por los laterales (imágenes de templos griegos peristilos, o mercados o fábricas de acero del
siglo XIX).
Estos son los croquis germinales que acompañan las primeras ideas, contienen gran cantidad
de información y prueba de ello es que del párrafo citado se extrajeron tres problemas.
DOL 04 8/11Feb Primera alusión a utilizar obras arquitectónicas similares como “referencias”.
DOL 041 8/11Feb Ejercitación del criterio proyectual.
DOL 042 8/11Feb Relación entre el contexto y la forma del objeto arquitectónico.
De las 55 situaciones anómalas recogidas en el Diario de PAX, pasando por los problemas
tipos, se llega también a una valoración de resultados del Diario PAX por ámbitos.
Finalmente ambas valoraciones por ámbitos PAII y PAX se integran en un nuevo documento,
un paso más abstracto hacia una valoración general de los resultados del Diario en el cual se
ha trabajado por categorías didácticas.
Una vez se contó con el documento completo, se procedió a la identificación inicial de los
problemas siguiendo la secuencia lógica de los acontecimientos de cada día y sesión de
observación.
Con el propósito de identificar y designar las anomalías iniciales encontradas se concibió una
clave o código para cada problema. Un código que es básicamente cronológico, que funciona
como localizador, por ejemplo: P1-02-05 E. Donde P1 significa la asignatura Proyecto
Arquitectónico I, el siguiente número significa que es un problema de la sesión 02 de
observación y el tercer número se refiere al orden consecutivo en que aparece detectado en el
registro original 05 dentro de la misma sesión de observación.
Finalmente el código tiene una letra con el objeto de identificar el protagonista del proceso de
enseñanza aprendizaje en el cual se detecta el problema. En el ejemplo E hace referencia a
estudiante.
Este código permite el rastreo del problema desde el momento de análisis inicial hasta su
situación actual. También el código facilita la manipulación operativa del dato, que al comienzo
representa solo una situación problema, pero sin nombre. Paralelamente, como el problema
tenía asignada una clave de identificación se realizó un volcado de los datos a un listado del
programa informático, el cual permite otros agrupamientos entre problemas y, por lo tanto,
permite la aparición de nuevas dimensiones de análisis.
En el trabajo de recogida de datos enseguida aparecieron nuevas situaciones, por ejemplo,
dado la selección de un determinado episodio, observamos que a él se le podía designar bajo
distinta denominación de problemas, entonces la clave de identificación se complica
apareciendo subíndices que indican la cantidad de nuevos problemas que se han originado a
partir del mismo incidente detectado. Se hace palpable las primeras inferencias, pues la
observación directa hace mención a otros posibles problemas que pueden estar sucediendo
pero que no se manifiestan en ese momento inicial.
Otra incidencia de interés sobre la recogida de los datos es que, aunque se desarrolle un
análisis minucioso sobre el texto original del registro, o sobre el que funciona como original
digital, siempre en segundas lecturas y rememoraciones de lo sucedido aparecen nuevos
problemas que hay que insertar en la numeración consecutiva previamente realizada. Este
recuento también altera el código y aparece un subíndice “d” que indica que es un problema
que se deriva de lo observado, pero que no ha sido registrado directamente. Por ejemplo, si
tenemos el P1-01-04 y luego aparece el código P1-01-04 d1 este se deriva del anterior y
terminan considerándose como dos problemas diferentes.
Gradualmente, la detección de más y más problemas, señala que la frecuencia con que se
repiten también es una indicación de valor, porque puede denotar una tendencia de
comportamiento y una constancia de que algunos caminos de inferencia están correctos.
La tendencia, vista como manifestación del fenómeno, marca una determinada dirección,
sobre la base de ciertas regularidades de dicho objeto, pero que aun no se llegan a
establecer. Luego, aparecen las primeras confirmaciones de líneas de tendencias que dieron
lugar a los problemas tipo como primer nivel de clasificación. El problema tipo, (PT) reúne bajo
un mismo título muchos problemas bases, referidos a diferentes situaciones pero con la misma
implicación de problema.
En seguida, el conjunto de varios (PT) se pudo analizar más claramente y esto permitió
esclarecer su pertenencia a alguno de los diferentes ámbitos, que por lo tanto, es una
inferencia de la observación directa. A continuación se empezaron a estructurar los problemas
por tipo y los listados de problemas; primeros secuenciales, fueron organizándose y
clasificándose por ámbito.
La actividad de transformar un conjunto de datos, con el objetivo de conocer y entender sus
relaciones, adquiere luz en esta etapa.
Los datos se expandieron más allá de la narración descriptiva. En este sentido, el análisis
cambia de carácter y adquiere los matices propios de la interpretación. En este nivel estamos
en condiciones de analizar los resultados desde el sistema de categorías de la didáctica.
A continuación se expone un ejemplo para ilustrar la transformación de los datos observados
en información significativa. El profesor llama la atención sobre la insuficiencia que existe al
organizar las plataformas de las edificaciones en un sentido de crecimiento inverso al del
ángulo del terreno, además que esta disposición no favorece las vistas del edificio que quedan
atrás.
La interpretación de este incidente que realizamos es la siguiente: El estudiante trata de
resolver la colocación, sobre un terreno inclinado, de dos cuerpos de la vivienda, que quedan
a diferentes niveles, pero no contempla al mismo tiempo el problema de una edificación
elevada y otra enterrada, con la posición contradictoria que van tomando los edificios respecto
al terreno, donde el que se coloca en la cota mas baja del terreno queda más alto, tapando
contradictoriamente las vistas del que se coloca más arriba.
Se le asigna el código P1-05-11 E al mismo problema detectado otra vez. Y rebautizado como:
Dificultad para controlar la resolución de varios problemas proyectuales a la vez, los dos
incidentes pasan como el problema número 9 del ámbito La actividad del proceso proyectual,
se analiza en el contexto del ámbito y después aparece en el análisis por categorías
didácticas, de ese ámbito.
Generalizando la situación problémica, relativa ahora a la Habilidad como categoría de
Contenido, se enuncia el problema así: No se trata como habilidad a formar el control de la
resolución de varios problemas a la vez. Los estudiantes no son capaces de ocuparse a la vez
de todos los requisitos del programa.
Y así el incidente trasciende desde su posición y nivel específico concreto hasta un nivel
abstracto, general y categorizado, que permite posteriormente un análisis didáctico.
Capitulo 5
Resultados de la Investigación
Capítulo 5
Resultados de la investigación.
Introducción
El orden del procesamiento de los resultados y la valoración de los mismos se ha explicado en
el Capitulo 4, y por demás responde a la lógica que se ha seguido en la investigación, también
expuesta. A continuación se pasa a ofrecer los resultados organizando las fuentes según su
grado de abstracción, desde los Documentos oficiales de programas de asignaturas, pasando
a las Entrevistas a los docentes, los Diarios de los estudiantes y cerrando con lo más concreto,
las Observaciones a Clases.
Efectivamente, proyectar es un proceso complejo, pero ¿por qué no reconocer que este
proceso tiene regularidades que cumplen todos los arquitectos, aunque tengan su propia
individualidad profesional? Este es un ejemplo clásico de entender el proceso de proyecto
arquitectónico desde la subjetividad, la individualidad del arquitecto y la ausencia absoluta de
carácter disciplinario de esta rama del saber.
La siguiente concepción que debemos analizar es, la idea contradictoria de “… iniciar al
alumno en [la] práctica, [arquitectónica] sin limitar en lo más mínimo su extraordinaria
complejidad. La contradicción se da porque no se comprende que sí hay que reducir la
complejidad didáctica al enseñar ejercicios más sencillos, sin que haya una merma de la
integralidad del objeto de aprendizaje: el proyecto arquitectónico.
Finalmente, la última de las ideas introductorias enarbola el principio, comentado
extensamente también en el Marco Teórico de: “Todo se basa en un aprender haciendo”,
precedida de: El primer año de carrera está cimentado en una reflexión pública, compartida y
permanente, sobre lo que los alumnos ven, dicen, dibujan, construyen, afirman o preguntan.
Aquí lo que preocupa es que la habilidad de reflexión no es suficiente para comenzar a
aprender a proyectar y que luego la palabra proyectar no aparezca en la lista de actividades
que apoyan ese haciendo.
Sobre los Objetivos
Hemos visto que el acápite de Objetivos tiene una introducción muy interesante, pero que por
su carácter contradictorio y naturaleza subjetiva no ayuda a los docentes a que utilicen este
programa de asignatura.
La formulación más clara de objetivo El objetivo del curso es iniciar al alumno en esta práctica
que desconoce, sumergirlo en ella… vuelve a incidir en la idea con la cual se inicia el
documento: Cómo hacer entender a un estudiante que se inicia en los estudios del oficio de
arquitecto, qué es la arquitectura, pero ¡no se trata de hacer entender! La iniciación a la
enseñanza aprendizaje del Proyecto Arquitectónico va mucho más allá del entender. Esta
deficiencia responde a que los objetivos no están en función de los conocimientos y
habilidades de procesos arquitectónicos concretos que se van a ejercitar en el ejercicio de
proyecto y no limitan los objetivos a que se aspira.
Sobre el Contenido
El grueso del contenido que se conceptualiza como perteneciente al proceso proyectual,
resulta siempre ser el conocimiento aplicado al Proyecto Arquitectónico. “Variables que
además ignoran porque aún nadie les ha hablado de dibujo, construcción, uso, confort,
cultura, coste, historia, propósitos...”, con la salvedad de uso y propósitos que pertenecen a
los contenidos intrínsecos del proceso proyectual.
Esto trae como consecuencia que se entienda y que se proponga que el cometido de
proyectos es lo que varía de primer año (la casa) a quinto (el hospital), sin embargo el qué del
proceso proyectual queda inalterable: el cómo hacer de proyecto, que capacidades y hasta
dónde se va a ejercitar la habilidad, no aparecen como criterios que determinarán el nivel de la
asignatura.
Sobre la Metodología
En este mismo acápite se pone en evidencia que lo que se concibe como programa se refiere
a aspectos de la metodología didáctica de la asignatura que, aunque no reflejan un sistema
metodológico, si es valioso porque muestra la intención de concretar el proceso de enseñanza
aprendizaje, haciendo uso de objetivos, tiempo, enseñanza individual y grupal, tipos de
exposiciones, relación entre esta asignatura y otras, forma de culminación de la asignatura,
entre otras.
Es de destacar que no existe mención a los medios de enseñanza.
Evaluación
Se expresa que hay una evaluación que trata de comprobar el progreso del aprendizaje, tanto
como la final, lo que es valioso. No se hace mención a que aspectos instrumentales de la
evaluación formarán parte de la calificación del ejercicio de Proyecto Arquitectónico.
Bibliografía
Es importante destacar que la asignatura prepara un compendio titulado: La casa como
arquitectura: una introducción al proyecto, que bien funciona como base para lo que podría
llegar a ser un libro de texto para la asignatura. A pesar de sus breves comentarios por cada
ejemplo y la baja calidad de las imágenes fotocopiadas, este texto es más útil para el
estudiante de primer año que cualquier otro libro de la bibliografía recomendada.
que no sean de vivienda”. Se explica desde la consideración de que no es una casa, pero no
se dice que es un edificio público.
Contenido
Se establece que se abordarán contenidos como: el anclaje del edificio con el lugar, el
programa funcional, que ha de ser propuesto por el estudiante, aspectos técnicos, el sistema
resistente, la instalación, la construcción y de manera inseparable la invención, la
materialidad y el arquitecto y su contexto, es decir, su temporalidad.
Evaluación
Es fácil observar que el criterio de evaluación es el de resultado. Hay que colegir que no existe
un seguimiento del proceso que ha llevado el estudiante para realizar su proyecto. Por otra
parte, si los objetivos están débilmente formulados, los profesores no cuentan con la
posibilidad orientativa de estos en el proceso de evaluación.
Bibliografía
Es importante destacar que entre las 28 obras recomendadas como bibliografía de la
asignatura, entre básicas y complementarias, solo un texto aborda específicamente el Proyecto
Arquitectónico.
llama instrucción, y solo el 20 % del mismo, o sea, en el quinto año, se dedica a las actividades
prácticas, o de aplicación de aquellos conocimientos teóricos.
Llama la atención que se defienda en dicho documento la separación entre saberes teóricos y
prácticos en una disciplina eminentemente de formación profesional, que deberían ir juntos
todo el tiempo; mientras por otro lado, se considere que el sistema de habilidades
profesionales que debe formar el estudiantado se relegue al mínimo de tiempo, en el último
año de la carrera.
La generalización de la valoración de los documentos es la siguiente:
Se demuestra una falta de información y de comprensión de las categorías didácticas que
deben integrar el programa, comenzando por las más generales: enseñanza y aprendizaje.
Se usan indistintamente conceptos tales como objetivo, conocimiento, tema, evaluación; y se
pasan por alto otras tales como: contenido, habilidad, método, forma y metodología.
puede verse como contenido del propio proceso proyectual; pero si es análisis del lugar,
entonces pasa a ser una actividad propia de algunas fases etapas. Algo parecido sucede con
el análisis funcional (4) y análisis de las necesidades del cliente (4) que es una actividad que se
corresponde con las primeras fases del proceso.
Sin embargo, lo significativo de las respuestas no es la coincidencia de las respuestas, sino la
concepción que tienen los entrevistados de: pasos, fases o etapas, del proceso proyectual.
Tabla 20. Respuestas de los entrevistados a las etapas que se siguen cuando se proyecta.
Gráfico 64. Instrumento para el análisis genérico de las fases del proceso proyectual.
Teniendo en cuenta esta estructuración, se analizan las respuestas. Lo primero que se aprecia
es que nadie responde con la denominación de la fase, ni siquiera recurriendo a una
designación numeral, como índice de secuencialidad. Es decir, 1ra, 2da, 3ra…
El tipo de situación más frecuente que caracteriza las respuestas es la que confunde con fase
una técnica de representación: “maquetas”, o un conjunto de documentos: “Anteproyecto” o
unos contenidos de proyecto, con lo cual se evidencia la falta de criterio al respecto. Por otra
parte se aprecia unas respuestas que identifican las fases, con sus actividades, lo que se
entiende como un recurso valido, pues establecen una relación entre la denominación y la
esencia de lo que sucede internamente: la actividad.
Tabla 21. Respuestas de los entrevistados según los aspectos de Fase que propone el Instrumento.
En la tabla 21, aparecen algunas respuestas en itálica y centradas, esto significa la posibilidad
de ubicar la misma respuesta en más de un aspecto de los que define el instrumento, lo cual
manifiesta la complejidad del análisis.
Algunos entrevistados responden con fases tan generales como “Gestión” las cuales pueden
pertenecer a cualquier tipo de proceso, no necesariamente del campo del Diseño. En el
conjunto de las respuestas aparece “el proceso de proyectar como Integralidad”, lo cual es
contradictorio ya que nadie se preocupa de responder integralmente las principales fases,
desde el inicio hasta el final del proceso.
EPCR2. Antes proyecto duraba 3 años y accedías a proyecto con mucha propedéutica, base, con un
poco más de madurez. Mientras que ahora que empiezas en 1º, no.
EJA2. Mi época está muy cerca de los estudiantes, no veo diferencias sustanciales. Yo me hacía
preguntas sobre las funciones de lo que proyectaba (el baño), y ahora les facilito las preguntas, por lo
importante que es hacérselas.
EAT 2. Recuerdo cuando yo iba a 1º, 2º la experiencia que tenía era buscar la respuesta directa del
profesor y ahora el alumno ha de buscar su propio proyecto que nadie le tenga que imponer sino que el
trabajo es sacarle una idea y seguir desarrollándola.
EBI 3. Que le llegue al estudiante el proyecto con claridad, para que este pueda lanzarse a su trabajo .
EOA 3 Los reduce a ampliar más sus conocimientos.
EAT 3 (No entiende que se trata de los Objetivos de la asignatura proyecto, sino personales).
ERG 3. Que mis explicaciones las entiendan los estudiantes. Y que sean capaces de romper
las barreras que hay entre alumnos y profesor.
EOLT 4. La presentación del ejercicio se hace con los 4 profesores y en presencia de todos los
alumnos al mismo tiempo y normalmente se expone gradualmente, primero se hace una especie de
aproximación al enunciado, se explica, se comenta; ahí mismo nosotros también vamos introduciendo
las dudas que tenemos entre nosotros o cosas que se nos ocurren del lugar y del programa. He notado
que de los 4 profesores que somos, hay 2 profesores que no comentan en absoluto el programa, desde
el 1er momento se lanzan a corregir y sin haber comentado el programa. Hay estudiantes que faltando
un mes para entregar aún hay cosas que no saben.
-¿Transmites tu experiencia?
EOLT 4 Mi experiencia y mis pensamientos, a veces son dudas, porque yo no sé si hay esto o aquello y
también intento que entre ellos hablen. Hace 4 meses que estuvo muy bien, fue pedirle a cada uno de
ellos que trajeran 3 referentes. Les pedí que construyeran un Din A3 de cada referente, me inventé una
serie de categorías, por ejemplo: programa, material, lugar, etc., incluso dejé la puerta abierta a otros
para que ellos introdujeran otros temas. Sirvió para ver qué temas les interesaba más o menos, porque
había temas que había 1 ó 2 Din A3 y había temas que había 20, y sirvió para comentar por qué les
había interesado.
- ¿Qué persigues cuándo pides a los estudiantes que traigan referencia y que las estudien?
EOLT 4 Sirve para empezar a hablar de algo, para obligarles a que ellos tengan donde agarrase,
porque hay chicos que son muy buenos y que ellos mismos vienen con sus referencias, que ya tienen
una cierta idea de arquitectura y hay algunos que en absoluto, eso garantiza que los que van bien,
enseñen un proyecto, porque además estos intentan desmarcarse del resto y no traen las referencias
más esperables y en cambio los otros al menos tienen que hacer el esfuerzo de mirar una bibliografía.
La idea es que vosotros os obliguéis a mirar bibliografía de teatros o de lo que sea de arquitectura,
entrenáis el ojo…en cierto modo, yo ya lo hago continuamente, aunque no soy muy amigo de las
revistas, pero uno se va interesando…
EOLT 4. En ocasiones se hace que los estudiantes propongan programas de proyectos. Parte de
referencia en dependencia de la necesidad que tenga de acuerdo al tema del proyecto para obligarles
que tengan ideas sobre las cuales sostener el proyecto.
EJA 4. El enunciado del ejercicio del proyecto lo transmite el director de la asignatura con una clase
introductoria en una conferencia, como un breafing del solar: de las necesidades de las superficies, de
las primeras reflexiones que tienen que tener a partir de una conferencia donde están todos los alumnos
sentados y él está en la pizarra y aparte de explicar las necesidades: el lugar el programa y pocas cosas
más. También se les entrega vía Dropbox o email el mismo enunciado y a partir de ahí nos dividimos y
después en las clases de cada docente aparecen las dudas sobre el enunciado.
EBI 4. Que se concentren en cuál es la mejor manera de hacer el proyecto. Darles unas direcciones
muy básicas y muy claras de por donde tienen que ir.
EOA 4. Hay dos partes del enunciado, una es la parte escrita y la otra la que se tiene que tomar uno
mismo. La escribe el director y se le entrega en una hoja con los metros de la parcela de cada uno,
imágenes, y a partir de aquí tendrán que ir a buscar más información sobre el solar o sobre el lugar que
sea. Entonces en esta parte [no escrita del enunciado] yo creo que es un trabajo más suyo. Dejan
datos sin enunciar y tiene el estudiante que buscarlos.
EAT 4. Las instalaciones, las estructuras quiero decir toda una serie de conceptos que son eso
pragmáticos, funcionales. Tomárselo con ilusión, el hecho de coger el ejercicio con ganas, el reflexionar
sobre lo que significa hacer esto.
ERG 4. La dimensión humana, ya tienen controlada la funcionalidad y un poco las dimensiones básica.
Para que ellos puedan desenvolverse pasas a la vivienda, que es cuando ya entran los factores del
contexto.
introspección lo puedes conseguir, pero me cuesta creer que si en 4 años ó 5 por introspección no lo ha
conseguido, luego lo consiga, bueno, puede ser…
EOLT 5. Entonces, cosas imprescindibles: ciertas nociones más o menos abstractas de arquitectura,
como eso que te decía de la idea, … de escala, muchas veces no las tienen en absoluto arraigadas,
conocimientos de historia de la arquitectura.
EOLT 5. Luego te das cuenta de cosas, no de oficio sino de saber hacer, como de: composición
formal, solución concreta de plantas. Cosas más concretas, creo que tienen que tener conocimiento de
estructura, una estructura tiene 3 elementos, uno vertical y 2 horizontales, el vertical es el de soporte que
para vosotros esta es la estructura y el horizontal que está constituido por el forjado y las vigas
normalmente.
EOLT 5. En cuanto a instalaciones, se da el caso de que unos llegan a 5to, unos que ya han cursado la
última asignatura de instalaciones que es la más práctica y otros que no, ahí sí que notas que hay
diferencia. Luego llega un momento de definición de la fachada, que allí el ritmo del curso aunque
nosotros somos el curso de proyecto de 5to que más definición constructiva pide, no da pie, ni a lugar,
al comentario en concreto de la solución concreta porque tampoco es lo que...
EPCR 5. [Algunos profesores] Te daban la capacidad de saber que no necesitas ser un genio para
aprender la arquitectura, te daban los instrumentos: necesitas desde la motivación lo más previo, los
instrumentos, los materiales, el tipo de intervención, un orden, unas cantidades, una medición, un
tiempo, pero así todo observar y probar. Pero además te dice: a la primera no saldrá pero la práctica te
lo dirá.
EJA 5. En primero son las nociones básicas: las medidas de las cosas. En segundo el espacio que
necesitas para llegar a la cocina. El tema de la economía y de las medidas es bastante básico. En
cuarto a lo mejor entra en otros conceptos importantes y básicos como las líneas de proyecto o las
distintas clases de proyectos.
EAT 5. La relación que tiene el ser humano tanto a escala de medidas con lo que realmente le rodea.
ERG 5. Desenvuelvan sus ideas, el contexto tiene unas influencias y unas consecuencias y entienden
que tiene que resolver una necesidad.
EOA 5. Pienso que una parte es lo que tú crees y luego lo que realmente está en el curso. Nosotros
creo que ahora tenemos que aprender un poco desde 0, dejar esta capa de artista y empezar a trabajar
para las necesidades de la gente, el dar respuestas.
Pregunta nº 6 de la entrevista: ¿Cuáles son las habilidades esenciales con que debe contar un
estudiante para poder proyectar con calidad?
EOLT 6. Para empezar tienen que saber dibujar bien, hay gente que no tiene ni idea de dibujar.
-¿Te refieres, dibujar a mano o con autocad o en general dibujar?
EOLT 6. En general dibujar, el dibujo a mano es difícil de evaluar, porque el que no es bueno no te lo
trae, no te lo enseña, pero además el dibujo a mano acostumbra a disimular bastante,… bocetos de
idea, si es un dibujo malo que me expliques tu idea y que… tú entiendes…ya está, el alzado tiene
también su utilidad, porque si no utilizan trazado regulador, ni sistemas de proporción, ni nada de todo
eso, al final es mucho más improductivo para ellos. Ahí ves el que entiende que eso sirve para proyectar
por un lado, para explicarlo por otro y para ver cómo va a quedar… Explicar para sí mismos y para
nosotros como creen que eso va a quedar.
EOLT 6.Cuando digo dibujo, digo dibujo en 2 dimensiones, es muy grave, pero en 3 dimensiones te
das cuenta que hoy en día, todo el mundo hace renders, pero en el dibujo del ordenador canta todo,
canta muchísimo, pero que va, hay render que son totalmente inútiles, creo que tienen que hacer un
render que aspire a una cierta verosimilitud. El que no sabe dibujar en render se ve a la legua, porque te
representa un muro igual que donde va a poner la abertura, la delimitación del entorno del perímetro del
edificio, no hay ninguna idea de proyectar… piensa, aquí voy a abrir más o voy a abrir menos,... el
mismo la acaba aplastando, aunque luego hay un… en las ventanas que no están y la parte acaba
siendo toda de cristal, pero uno lo representa yo se los explico.
-Los otros profesores que no dominan tanto esto, ¿les exigen por ejemplo maquetas?
EOLT 6. No, les exigen el render, pero no le sacan el jugo proyectual que yo creo. Yo les digo el render
es una herramienta de proyecto. No es un tema de que no te haya quedado bonito, es que el espacio
que has diseñado no soporta un buen render y si no lo soporta es porque el espacio no está bien.
EPCR 6 Observar y probar. No se han entrenado en dibujar una forma pura, la proporción
Los estudiantes que ingresan en arquitectura en este país nunca antes han practicado el dibujo
No se han entrenado en dibujar una forma pura, la proporción, la ubicación relativa de los elementos en
el espacio no lo han tocado nunca.
Otra vez la falta de un conocimiento previo, por las nociones del gusto, la proporción, el equilibrio,
¿cómo enseñas estas cosas?
EJA 6. Es innata la habilidad para proyectar… hay gente que no viene a clase pero el proyecto es
bueno; en cambio hay gente que viene cada día a clase y que la habitación es infumable .
EBI 6. Creo que es muy importante en segundo establecer una herramienta de dibujo.
EOA 6. Reconocer un poco cuáles son tus habilidades y tus límites, como la autocritica.
EAT 6. Creerse el proyecto, tener confianza, ser humilde, y comparar el dibujo comparar la geometría
comparar las matemáticas etc, al final es una serie de miles de cosas que pones en una misma caja y
que te hace ser un buen transmisor del proyecto.
y yo creo que no. Como método te diré que con lo joven que soy, intento meterme en lo que yo en su
momento necesitaba, yo me intento meter en la piel de los otros, si yo estaba en su lugar hace 4 años:
yo que necesitaba que me explicaran no es un método, pero es un criterio.
EOLT 7. Otros criterios son: respetar mucho su manera de intentar plantear el proyecto, nunca me
pongo a los dibujarles nada, les estás transmitiendo el mensaje subliminar al alumno de que eso es lo
que tiene que hacer porque es lo tú crees que está bien. Considero que es el alumno el que tiene que
intentarlo, traerlo aunque esté mal y yo decirle por qué creo que está mal, que lo vuelve a intentar y que
lo vuelva a traer y cuando tiene una solución concreta entonces sí que le digo: pero no ves que en vez
de ponerlo así o así y es mucho más fácil. Eso es más eficaz.
EPCR 7. En primero clarísimo, una vez que haya establecido un ejercicio con un objetivo muy claro el
método es que: partiendo de que las soluciones son muy diversas, que la solución no es única, ni hay
una mejor y otra peor, hay algunas buenas y otras no, y eso se tiene que explicar. Con lo cual el método
es siempre comparar las diferentes propuestas y lograr quitar lo superfluo, abstraer dejar lo esencial y
otro que es lo que acompaña, y sobre esta primera abstracción dejar muy claro el esquema y que se
vea como se reproduce a nivel formal constructivo, estructural y como esa propuesta se relaciona con
otras que pueden agrupar en el aula.
EPCR 7. Intentar entender como cada proyecto tiene un proceso de integración, aspectos que se van
sumando preparas un lugar, una estructura, un sistema constructivo, una piel y un modelo de
funcionamiento, esto es difícil con un ejemplo como el Guggenheim (arquitecturas icónicas) donde la
forma te enmaraña de tal manera que no sabes cómo encontrar la estructura, han intervenido otros
procesos [se refiere a procesos informáticos] que como pedagoga no me interesan. Lo propio es
que puedas dominar un proceso de apropiación de un lugar, construir un espacio, como agregación,
substracción; para mí este es el método.
EPCR 7.Las primeras seis semanas empiezan por unas conferencias para explicar estas genealogías.
EJA 7. Colgar en la pared, porque creo que hay como una participación más del estudiante, de esta
forma seguramente muchos también están hablando, pero hay cuatro o cinco que sí de repente aportan.
Porque cuando estamos en la mesa te estoy corrigiendo a ti y los otros 15 están hablando o están
trabajando pero no están escuchando. Es más fácil comparar cuando están todos colgados, aparte
estamos todos de pie o sentados pero es como más fácil si no se crean como grupitos.
EPCR 7.Y acaba siendo como una corrección individual, acaba uno y venga el siguiente y se sienta el
otro al lado y escuchan dos a los que les interesa los otros están a su bola.
EPCR 7.Después cada profesor selecciona a tres de sus mejores casas para comentarlas. Después al
día siguiente esta corrección es en grupo para que todos puedan intervenir. porque si no hay gente que
se queda sin corregir directamente y esto es como feo aunque sea malo el proyecto, es feo y es bueno
que se pueda hablar en “petit comité” de las entregas y hablar de cómo habéis llegado y hablar de las
presentaciones que hasta el final no las vemos. Y entonces ahí lo entiende y cuando ya han generado
toda la documentación es cuando más entienden todo y es cuando más puedes hacer.
EBI 7. Comenzar a corregir un proyecto y decirle a un alumno: esto creo que tiene fallos a ver tú qué
piensas; entonces ellos hacen una valoración de ese proyecto un poco en general no muy profunda y
entonces tú dices: vamos a ir punto por punto Entonces se vuelve a ir al global. Porque si van a lo
general a lo mejor no ven el error, pero si se va punto por punto lo acaban viendo.
EBI 7. Yo considero que lo que hay que hacer es decirle todo lo que está mal, sobre todo porque,
darles las indicaciones sobre por dónde pueden evolucionar y sobre todo motivarles después. Yo creo
que la motivación es un tema de actitud tanto física como vocal. Motivar a un alumno consiste en ser
capaz de hacerle ver que él es capaz de hacerlo mejor, que su proyecto tiene nuevas virtudes y al caso
de que no las tenga que tiene que luchar por tenerlas.
EOA 7 Definirte una metodología y decirte que primero hago esto o lo otro para mí es muy difícil.
Metodología para mi es ver primero las necesidades del alumno y a partir de allí trazar un poco. Cuando
llevas dos o tres ejercicios ya te conoces al alumno ya sabes cómo atacar un poco sus problemas. Este
alumno tiene que enfocar más en unas cosas que en otras.
EAT 7. Yo nunca he utilizado una metodología de trabajo, pero sí que está bien ver que este sistema
puede funcionar realmente, ves que han sacado buenos proyectos. No he aplicado ningún método muy
pragmático, sino simplemente [hacerle] entender al alumno que nosotros estamos allí para ayudarles en
el momento que él lo necesite. Un profesor metódico hace esto, que él considera bueno: L a vivienda
iba como evolucionando primero la estructura, las instalaciones; era todo como muy ordenado como
muy pragmático, eso no significa que luego él no diera libertad al alumno de exponer sus problemas,
pero esa metodología de trabajo con la cual si el alumno no lo sigue ya no va a aprobar o no ha seguido
el curso.
-¿Ah, sí?
EOLT 8. Porque por ejemplo, hay un chico, trajo una idea, pero corría el riesgo de que fuera demasiado
fresco y llegara al punto de frívolo y le obligué a que se leyera un texto y luego también ha habido veces
que he propuesto textos más generales, que es una cosa bastante especial o rara para ellos, no es
normal que en clase les digan: -Léete ese texto. Los mejores lo ven como un déficit y te dicen: - Yo me
voy a la biblioteca y me leo libros pero es que a mí nadie me propone libros. Hay veces que el ritmo de
clases te permite tener momentos más sosegados y hablar de cosas más generales, ya sea del
proyecto o del momento actual, de la profesión, de... la arquitectura... o incluso de cómo va el curso, hay
gente que te dice: - ¿Te puedo hacer una crítica de la clase? Normalmente me hacen críticas que son
del conjunto del curso o de otros profesores. Yo lo admito sin tapujos, lo admitiría delante de los
profesores...
EOLT 8. En general se acostumbra a utilizar bastante el propio material del alumno y lo que construyes
tú allí mismo, en la guía docente seguro que salen libros, pero más generales y sí que hacemos siempre
algo más relacionado con el proyecto o a la hora de traer a algún profesor invitado que explica si es a
una escuela, pues una escuela.
-¿Hacen visitas?
EOLT 8. Sí, hicimos una visita al Instituto del Teatro, de aquí de Sanabria, vino Sanabria a explicarnos,
este y otros proyectos y a decirnos desde su punto de vista como arquitecto, dónde cree él que están
las claves de… bastante bien. Hemos tenido a Sanabria como jurado- Hemos tenido una relación muy
directa con un profesor de estética pero que tiene conocimiento de teatros, ha venido un director de
teatro y que también es arquitecto a dar su punto de visita... ha venido un escenógrafo. Bueno hemos
intentado introducir conferencias que les sirvieran, sobre todo muy concentradas al principio, por
ejemplo no hemos hecho ninguna conferencia de sistemas de fachadas, tenemos la vinculación esta
con Teknal, no se ha introducido ninguna porque ya se hizo en Proyectos 9.
EPCR 8. Referencias en libros, utilizar imágenes, referencia de obras de buena calidad. Visitas de
especialistas, visitas a lugares, obras. En primero se parte de un catalogo de ejemplos (en el que deben
llegar a concluir esto que estás haciendo recuerda la obra de…
EJA 8. En la clase no llevo casi ningún material la mayoría son referentes que tengo que uso o no de mi
propia mente o de la web. Cuando yo te digo busca algo me lo traes al día siguiente para comentarlo.
EBI 8. Poco. Yo solo suelo utilizar lápiz, como mucho una tiza o rotuladores y dibujamos en la pizarra,
porque yo siempre les pido que de todos los proyectos que hagan saquen un esquema. Los envío a la
biblioteca para que miren proyectos sobre todo las plantas, las secciones, los detalles y ahí es donde
realmente aprenden: viendo como realmente lo han hecho en planta muy importante.
ERG 8. Powerpoint, elementos de internet de presentación como el Prezi, papel, maqueta, la expresión:
la palabra, grabar con los móviles videos de las conversaciones, cámaras para hacer el documental
incluso cámaras fotográficas internet, para mapear tener un blog y documentar.
EOT 9. Muchas veces voy directo: - Eso no está bien por esto o esto, las circulaciones son erróneas,
¿cómo entra una persona que llega de la calle al teatro? Las primeras veces lo explico un poco más,
esto pasa mucho con las fachadas, O cuando yo no llego a ver claro algo, fuerzo a que el resto de los
alumnos introduzcan sus ideas, sus comentarios, es una cosa que acostumbro a hacer bastante, es
muy importante que vean que tú estás abierto a admitir que lo que tú estás pensando a lo mejor no era
mejor, que no se vea sólo mi opinión, es lo último que quiero. Yo no critico sus proyectos, yo intento
distinguir muy bien cuando hay un comentario del proyecto y cuando hay una crítica de: -. Va mejor
decir: - Yo creo que esto debería estar mejor así…
EJA 9. Yo doy seguimiento con la memoria; al final el proyecto tienes 15 proyectos no tienes más y
todos van de lo mismo entonces es muy fácil saber de dónde venias o sea la última parte la recuerdas
perfectamente y ves rápidamente si se entendieron tus directrices o las directrices del profesor.
Entonces sí que veo que la comunicación es como muy fácil. El estudiante siempre llega con pape, casi
nunca con ordenador. Yo prefiero dibujar encima y poderle pintar y poderle apuntar cosas.
EBI 9. Les decimos al principio de curso que es muy importante que vengan cada día o que corrijan el
máximo posible y al final para mí este es el seguimiento. Corregir cada día, estar en clase cada día y
sobre todo que escuchen a los demás, que se escuchen entre ellos, que hablen entre ellos de los
defectos de gente que cada día trae un proyecto y que por lo tanto al final el proyecto acaba estando
muy bien.
EAT 9. Poco por añadir, haciendo una reflexión de “Espais Comuns” y de la continuidad en clase; yo
me quedo un poco con la idea de que al final estás tan metido dentro del proyecto que no te hace falta
apuntar nada ni hacer ningún seguimiento. Sí que es verdad que puntualmente quizá el alumno tal me
tiene que traer una maqueta pero son cosas como extraídas fueras del contexto, es más tú sabes
cuando el alumno ha trabajado o no, porque se ve a la hora de cómo te lo explica, si repite los mismos
conceptos las mismas ideas con lo cual eso se nota, estás tan metido dentro del proyecto que sabes si
el alumno le ha estado dando vueltas o no, más por él porque en realidad notas cuando quiere sacar
adelante el proyecto, ha estado investigando, trae libros y eso lo agradeces muchísimo, te das cuenta
de que el mensaje ha llegado y que él se lo ha reformulado y saca sus ideas. Quizás somos demasiado
libres pero seguimiento no…
EOA 9. Más o menos iría por lo que te he comentado antes, sí que hay un mínimo que es lo que dice el
enunciado o lo que nosotros hemos pedido, todos partimos del mismo enunciado, pero cada grupo uno
le pide algo en concreto a sus alumnos porque somos 7 grupos y seguramente cada uno tiene su
metodología o su manera de enfocar los enunciados, pero a partir de lo básico que sería el enunciado
que se pide entrar mucho en el progreso del alumno.
EOA 9. No es un tema de la nota que ha sacado en este proyecto, sino al final de todo el año, con que
se va, con que ha cargado la mochila, si se va vacío realmente no le ha interesado la asignatura o como
lo hemos hecho nosotros, por tanto este alumno se ha ido sin nada, ha tirado todo un año haciendo
proyectos con lo que supone currar proyectos y no se lleva nada.
Entonces sí que miramos más o menos con cada alumno qué ha aportado, aprendido este alumno
respecto el otro ejercicio; la idea es ir sumando y que siempre sea “in crescendo” que no se baje de la
moto, sino que vayan aumentando conocimientos y potenciales y que si al principio le costaba el
proyectar pues ahora tiene más facilidades. Cada uno es más difícil pero que al final sí que tengan esta
parte critica de querer aprender y de querer sacar sobretodo el último ejercicio.
-¿Y cómo te das cuenta de ese progreso, cómo recuerdas lo que le dijiste en la clase anterior?
EOA 9. Es que al final sí que son 20 o 22 alumnos, pero más o menos lo que hacemos es hacer como
dos grupos el último ejercicio siempre nos íbamos alternando diariamente. Al final te metes tanto en el
proyecto como ellos, que estás participando de él de alguna forma, tú te involucras y creo que a los
estudiantes les ilusiona ver que tú puedes disfrutar del proyecto igual que ellos, salvando las distancias
de no querer manipular su proyecto, pero sí saber enriquecerlo; entonces nos metíamos tanto en el
proyecto que yo al final cuando volvían yo les preguntaba ¿cómo ha evolucionado?, ¿en qué ha
cambiado? Veías si el salto era cualitativo o no: este proyecto se ha desencaminado vamos a
reconducirlo, miramos a ver si tiene que probar con otra propuesta.
Íbamos más o menos a final de clase o de semana viendo un poco el seguimiento de los proyectos de
¿Cuál va más perdido?, ¿cual realmente tiene la idea desde el principio, pero como la tiene desde el
principio ya se lo ha dejado? No ha evolucionado porque el realmente sabe que tiene habilidades más
que los otros en saber proyectar, es lo que te comentaba antes, si tu ya tienes habilidades pues al final
te vas de clase con más o menos conocimientos que otro que no tiene habilidades en proyectar, si
sabes proyectar mejor que los otros te tienes que exigir mucho más.
- No, lo que les dices es lo que te preguntaba antes, de la crítica, el comentario, pero ahora ya
cuando tú te vas haciendo una idea y vas pensando en calificación o incluso calificación
cualitativa de bien, regular, etc.
EJA10. Se lo intento explicar de la forma más razonable para que lo entienda. Es otra vez volver al tema
de las preguntas. A ver hombre, porqué no te parece mejor que el acceso del edificio sea a través de un
espacio público. No le sirve de nada decir el acceso a este edificio es una m… (O sea, usar conceptos)
explicándole un poco el porqué de las cosas.
EJA10 Explicándole un poco el porqué de las cosas, pero más a través de preguntas cotidianas, que
conceptualmente.
EBI 10 Y realmente al final como se tiene que decir las cosas yo creo que es no ser ni mucho menos
violento, ni maleducado pero decirles las cosas que están mal si ellos ves que se te rebotan pues
hacerles entender de una manera muy lógica y muy objetiva porqué está mal y que lo entiendan, insistir
mucho y esto está mal porque… y esto es muy difícil porque…
EBI 10. Después de experiencias en las que has perdido la paciencia y has sido violento llego a la
conclusión de que es como un proceso de destrucción del proyecto – por las críticas y después de re
construcción.
EAT 10. Sobretodo hacerlo reflexionar por ellos mismos del porqué de las cosas. Preguntándole porque
ha hecho las cosas, intentando hacer que alumno por si mismo vea su propio error o no, pero sobretodo
no imponer. Yo creo que vas más direccionado a cómo le haces ver sus errores. Sobretodo entender
que no puedes imponer nada, solamente con alguna historia que se va fuera de contexto.
ERG10. La corrección donde exponíamos todo. El alumno siempre exponía lo que había trabajado.
Hacíamos nuestra valoración. Cada dos semanas una sesión así donde los alumnos abrían debate.
Cuando era individual nos sentábamos en la mesa y corregíamos siempre, la critica era a través de
preguntas. En mi caso la crítica era bastante indirecta, hecha a través de una reflexión.
EOA10. Es un poco rompe esquemas sobre la crítica, que es lo que hablamos ahora, al final tienen que
entender que mientras todo esté sobre el papel aun se puede cambiar. Generamos los grupos de
corrección la idea era perder el miedo.
- Durante el proceso, ¿tú te vas apuntando calificaciones parciales para tener una idea de ese
proceso o lo llevas en la mente?
EOLT 11. No, yo me apunto cuando vienen, porque eso me da una idea de ver con qué frecuencia han
venido, y cuántas veces han venido, serán 4 ó 5 veces, que bueno ya es aceptable, pero es que hay
gente que cada semana enseña algo, significa que se lo has corregido… veces y eso lo tienes en
cuenta, también los conoces mucho, porque no son 60, tienes una idea bastante clara de la calidad de
esas calificaciones.
EOLT 11. Digamos que la nota de curso de trabajo diario va a intentar ser una ponderación entre la
cantidad de veces y la calidad de esas correcciones y la otra, por mi parte, va a intentar ser única y
exclusivamente el resultado final de lo que traen porque es muy importante, porque en el proyecto final
de carrera se las van a jugar así, y así se los he explicado, el día que hagan un proyecto o un concurso a
nadie le va a interesar todo lo que hayan hecho, que el proceso es una parte importante para ellos, pero
que tienen que ser conscientes de que el proceso va a ser una parte muy pequeña, una 5ta parte en
todos los casos de su evaluación.
- ¿Pero tú nota no tiene más peso?, o sea si los otros 3 profesores aprueban a un estudiante
tuyo y tú lo suspendes, ¿puede aprobar?
EOLT 11. Puede aprobar, porque es numérico.
- ¿Tu nota no tiene más peso?
EOLT 11. Mi nota tiene peso, pero es un 40% y las otras 3 notas cuentan 20%, 20% y 20%.
- O sea, ¿que ellos te pueden aprobar un estudiante a ti? ¿Y lo pueden suspender también?
EOLT 11. Sí, creo que en cierto modo es sano, porque para bien o para mal, evita vicios que pueda
tener uno, yo creo que es un gesto como de garantía de cierta objetividad. - Mira, yo creo que tu
proyecto... te he puesto 5 pero mis compañeros te han puesto un 4, con lo cual estás suspendido, y eso
significa que el proceso que yo he evaluado no ha sido suficiente y tienes que hacer el esfuerzo para
que el proyecto esté bien, porque mis compañeros han dicho esto y esto y no lo consideran suficiente.
EOLT 11. El caso más dramático es el de este chico, que yo consideraba que debía tener excelente, se
quedó con un 8, porque yo luché para que no fuera un 7.5…yo era consciente que ya había hecho una
buena negociación, como quien dice, pero ahora que le digo a este chico para que pueda mejorar la
nota... qué le digo yo para que tenga una motivación, para que se pueda esforzar, porque es un
proyecto muy completo, un proyecto que está trabajado, qué le digo yo, porque yo se lo voy a tener que
decir, no soy capaz de decir una cosa y… Yo se lo transmití así, con todos los riesgos de frustración
para él, pero es que había sido así. Yo no le podía decir: - Yo te he puesto un 7. Porque yo le había
puesto un 9. Entonces yo mismo pacté con él, porque hecha la ley hecha la trampa, de que yo tengo la
potestad de subirle un punto por el simple hecho de que él vuelva a entregar, entonces le dije: - Pues,
mejora esto en este render, etc, y yo sin darle explicaciones a nadie tendré la potestad de subirte 1
punto, porque yo creo que tú tienes derecho a tener ese punto. Hasta 1 punto no tenemos que dar
explicaciones. Sólo tenemos que dar explicaciones al resto de profesores al final, cuando pasamos de
suspenso a aprobado, o cuando…si no…se da ese margen de confusión… en este caso en concreto…
EPCR 11. En el taller cada estudiante tiene su carpeta de curso, quien no ha entregado nunca nada, no
aprobará. La revisión individual de la cual se queja: (Que la gente no trabaja en el aula, lo que llamo el
efecto gabardina). El exhibicionista que se abre la gabardina lo enseña todo y se va. Te da un subidón
de adrenalina, pero ya. Ahí termina todo. La consulta de médico, el paciente llega, lo diagnostican, le
mandan sus medicamentos y ya; el próximo… O cuando hablas de un proyecto, y luego tener que hacer
la misma historia al próximo estudiante…
EJA 11. Yo con la memoria. Al final tienes 15 proyectos, no tienes más y todos van de lo mismo,
entonces es muy fácil saber de dónde venías o sea, la última parte la recuerdas perfectamente y ves
rápidamente si se entendieron tus directrices o las directrices del profesor. Entonces sí que veo que la
comunicación es como muy fácil. El estudiante siempre llega con papel, casi nunca con ordenador. Yo
prefiero dibujar encima y poderle pintar y poderle apuntar cosas.
EBI 11. Les decimos al principio de curso que es muy importante que vengan cada día o que corrijan el
máximo posible y al final para mí este es el seguimiento. Corregir cada día, estar en clase cada día y
sobre todo que escuchen a los demás, que se escuchen entre ellos, que hablen entre ellos de los
defectos de gente que cada día trae un proyecto y que por lo tanto, al final el proyecto acaba estando
muy bien.
EOA 11. A partir de lo básico que sería el enunciado que se pide entrar mucho en el progreso del
alumno.
EAT 11. Estás tan metido dentro del proyecto que sabes si el alumno le ha estado dando vueltas o no,
más por él porque en realidad notas cuando quiere sacar adelante el proyecto. Ha estado investigando,
trae libros y eso lo agradeces muchísimo; te das cuenta de que el mensaje ha llegado y que él se lo ha
reformulado y saca sus ideas. Quizás somos demasiado libres pero seguimiento no...
ERG 11. La única intervención es de los mismos estudiantes explicarán lo que habían sacado de la
clase anterior.
Pregunta nº 12 de la entrevista: ¿Cuáles son los problemas más difíciles que encuentras en el
aula a la hora de enseñar Proyecto Arquitectónico?
EOLT 12. ¿Problemas en qué sentido?
- Problemas para enseñar el proceso proyectual.
EOLT 12. Hay veces que tú te das cuenta que te está costando mucho explicarte, tú mismo te estás
dando cuenta que no te sabes explicar. A veces me hago repetitivo en el mensaje y no sé si es bueno o
es malo, a lo mejor es bueno para insistir en esa idea, pero a lo mejor es malo porque si no lo han
entendido y digo lo mismo, a lo mejor a la tercera tampoco me entienden. Es como un problema de
comunicación, no digo de la propia disciplina, sino de cómo yo transmito una idea y cómo lo pueden
entender. Otro problema es que no tienen el nivel mínimo para poder hablar…
EOLT 12. Dentro de la precariedad de falta de método, de objetivos y tal, quitando esto… se me
ocurren dos problemas, el problema de base está en no tener los objetivos claros, al alumno no se le
pide no sé qué y entonces es difícil de explicarlo yo me manifesté incómodo con mis compañeros y ellos
también estaban de acuerdo, en que como no hay objetivos concretos, se tiende a una especie de
aprobado general...
EOLT 12. Yo noto falta de tensión por parte del estudiante por pensar si va a aprobar o no y en el
primer cuatrimestre lo vi y este los veo relativamente relajados, porque aprobaron casi todos. Aprobar
van a aprobar, ellos son conscientes de que van a aprobar, con un 5 ó con un 8 y yo creo que con
nuestro sistema no lo hemos conseguido.
EJA12. La gente que se pone a la defensiva como por ejemplo alumnos que no te quieren escuchar o
no te quieren entender las explicaciones.
EBI 12 .Yo personalmente me encuentro con el problema de que si los suspenden es como un fracaso
personal. O sea, un profesor que no pueda llegar a transmitir una cosa es un verdadero problema en mi
opinión. El problema es fracasar como profesor y tener esa responsabilidad de que a lo mejor no lo
haces bien, que no estás enseñando bien y que está perjudicando a un número de chavales que están
aprendiendo y eso es un problema y es un problema que pasa constantemente. Entonces problemas yo
no creo que haya muchos problemas, los problemas son los alumnos que después se vienen a quejar.
No creo que sea muy complicado el asunto de poner la calificación.
EOA 12. El tema de la motivación del alumno a mucha gente no he sabido llegar a motivarle.
EAT12 .Para mí ha sido lo más difícil, sobre todo, que el mensaje llegue a todos y que no tengas a uno
hablando con el otro. Creo que era saber controlarlos, era muy difícil.
ERG 12. Explicar a los alumnos que se están enfrentando a una carrera que donde su papel va a ser
[…] convertirse en una persona pensante autosuficiente.
Pregunta nº 13 de la entrevista: ¿Cuáles son los principales logros que tienes en la clase de
Proyecto?
EOLT 13. ¿Logros para mí, de cara a los estudiantes o de cara al curso?
- De los 3 tipos.
EOLT 13. De cara a los estudiantes, en ciertos temas les he abierto un campo porque nadie se los
había explicado antes, desde cosas muy concretas de estructuras, instalaciones; gente que está en 5to
y de repente un día le explicas que en planta baja tiene que poner no se qué tipo de instalaciones,
porque eso es muy importante y dicen -¿Ah sí, y por qué nadie me lo ha explicado? Que puedan ser
críticos, porque si no van a obedecer, le estás dando a él la responsabilidad última; tú te puedes
retractar de tus propias palabras, que hay ciertas reglas del juego con lo cual tu comentario cambia, que
ya no tiene validez y como tú mismo te has dado esa flexibilidad, no quedas mal. Yo como no me baso
en un punto de autoridad, no tengo ningún problema en flexibilizarme, yo te hago reflexiones con
fundamento, es importantísimo, por un problema de salud proyectual incluso académica.
EOLT 13. Que utilicen el render como herramienta de proyección, yo creo que es indispensable en el
siglo XXI, perspectiva… Creo que también es un logro introducir textos, porque no es corriente. Tienen
que explicar y poder tener herramientas…además también que se pueden hacer concursos… dando un
mensaje de que tienen que poder ofrecer algo en el mercado laboral, que son como aportaciones.
EPCR 13. Siempre hay logros, a los que veías balbucear y después…van creciendo. Ver como
claramente hay unas personas que no tenían instrumentos y van construyendo un discurso propio. El
tema es cómo eres capaz de salir de nada, de un encargo, tomar una ilusión y esa ilusión hacerla
efectiva trabajando, a base de construir, tomar una decisión construida.
EJA13. Los proyectos que empiezas a ver que no van por buen camino y gracias a las charlas que
tienen conmigo o con el profesor se van puliendo y de repente, de un día para el otro, las conclusiones
el tío las entiende Sobre todo cuando encuentra el camino. Yo llego a casa contentísimo.
EBI 13. Que todas las personas que ves evolucionando, cada una de esas personas es un logro y a
nivel personal también digo que es un logro el que yo vaya aprendiendo y que después tu acabes y en
una clase lo pueda transmitir a mi profesión y a mi propia experiencia. Yo creo que la docencia te
enseña a diseñar bien y rápido, o sea tu estás delante de un alumno y por obligación tienes que darle
una opinión y tienes que ver las cosas, analizarlas y aparte de una manera rápida y creo que este
ejercicio mental es buenísimo.
ERG13. Un chaval que se interesa, que propones cosas y él te dice: sí esto es una gran victoria. Ya no
es una estructura jerárquica sino que es horizontal hay una parte complicidad y amistad.
EOLT 14. Vino un profesor de acústica casi el mejor del mundo e iba a dar una clase magistral y el
mensaje fue que es imposible… bien... que hace una especie de juego de magia que…eso no sirve
para nada, ninguno de nosotros lo desautorizó allí porque...[risas]…pero al día siguiente, es que es un
desastre de exposición… una clase de arte de magia que vosotros no podéis dominara con lo cual …
Tenéis que pagarle a él para que te lo diga, …Hay profesores que te dicen: Yo no sé de estructuras. …
Esas cosas hacen un flaco favor a la asignatura y yo sé que es una cosa que tendría que cambiar.
EOLT 14. Sobre todo: el tema del diario, el tema de la idea como base teórica y conceptual... la
estructura es importante porque al final… de baja calidad del proyecto…el programa no funciona. Yo le
daría mucho más peso a las clases conjuntas.
EPCR 14. Conseguir que las personas estén siempre en clase, trabajar en el aula. Cuando yo estudié
no cabíamos en el aula, pero para mí el lujo es que haya una mesa para cada uno y no la utiliza nadie.
EPCR 14. El tema de experimentar, igual es que no soy lo bastante exigente, pero que no traigan
maquetas no lo entiendo. Aparentemente no hay gente porque no vienen, pero son 90. Meterte 90
proyectos en la cabeza, no debería ser así, yo me atrevo, pero si fueran 15 sería diferente.
EJA14. Siempre colgar los proyectos en la pared porque creo que hay como una participación mayor
de los estudiantes, seguramente muchos continúan hablando, pero hay cuatro o cinco que de repente
aportan. Porque cuando estamos en la mesa te estoy corrigiendo a ti y los otros 15 están hablando o
están trabajando pero no están escuchando. Es más fácil comparar, cuando están todos colgados, a
parte estamos todos de pie o sentados pero es como más fácil si no se cran como grupitos y acaba
siendo como una corrección individual para cada uno, que venga el siguiente y se sienta el otro al lado y
escuchan dos, a los que les interesa, los otros están a su bola.
EOA 14. A lo mejor es interesante a principio de curso una parte más teórica para los alumnos, pero
después al final de curso a lo mejor aun una parte más práctica, o a lo mejor salir del aula e ir a visitar
edificios o hacer un poco este intercambio.
EAT14. Salir de las cuatro paredes del aula, salir a la calle un poco más, salir a la realidad a coger
proyectos de necesidad un poco más reales, sin obviar evidentemente toda la enseñanza arquitectónica
que se requiere, involucrar la realidad mucho más.
tan generales como “gestión”, las cuales pueden pertenecer a cualquier tipo de proceso, no
necesariamente del campo del Diseño.
La otra característica reseñable de la respuesta, es el criterio sostenido por dos entrevistados
de hacer depender del tipo de proyecto, los pasos o fases esenciales que se siguen para
proyectar, mientras se aprecian unos criterios que identifican las fases con sus actividades,
reconociéndose estas últimas como un recurso valido, pues establecen una relación entre la
denominación y la esencia de lo que sucede internamente: la actividad.
El análisis realizado anteriormente pone en evidencia que los docentes no dominan las etapas
del proceso proyectual y, por ende, algunos podrían preguntarse ¿es posible una enseñanza
del proceso proyectual con rigor? Buscando respuesta a este dilema se profundiza en la
entrevista a los docentes, con la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los conocimientos
imprescindibles que debe tener un estudiante para proyectar? Las opiniones van dirigidas a lo
siguiente:
-Serían conocimientos abstractos imprescindibles, tales como: la idea, historia de la
arquitectura, instalaciones. Y amplía con conocimientos previos: historia general, dibujo,
concepto de espacio, la proporción del equilibrio; y conocimientos específicos: los
instrumentos, los materiales, el tipo de intervención, un orden, unas cantidades, una
medición, un tiempo.
-Otro conocimiento es: “que quien se lo proponga puede llegar a ser arquitecto, saber que no
necesitas ser un genio para aprender la arquitectura, que necesitas partir de una motivación”.
-Que “con esfuerzo y tenacidad se logra proyectar; que a la primera no saldrá, pero la práctica
te lo dirá”.
-O que en 1er año: las medidas, en 2º: el espacio, la economía, en 4º: las clases de proyecto.
-Que “el conocimiento fundamental sería la lógica de la arquitectura”, pero la describe con el
concepto de funcionalidad. Y todavía reduce más dicha lógica cuando expresa que “consiste
en que no puedan fallar en lo básico”. Es muy significativo que entiende por básico ejemplos
tan toscos como: “que se puedan abrir los armarios”.
- “La relación que tiene el ser humano, en escala de medidas, con lo que realmente le rodea”.
-Aquellos “que desenvuelvan sus ideas, que el contexto tiene unas influencias y unas
consecuencias y para resolver las necesidades del cliente”.
-Otro profesor piensa que: “una parte son los conocimientos que yo mismo creo y luego los
que realmente están en el curso”...“Creo que nosotros [refiriéndose a los docentes] tenemos
que aprender un poco desde cero, dejar esta capa de artista y empezar a trabajar para las
necesidades de la gente, el dar respuestas”
Se pueden observar errores de comprensión de la teoría de la arquitectura, a saber:
Incluir en los conocimientos la lógica de la arquitectura, lo que sería muy acertado, pero la
lógica que el docente piensa se reduce a cuestiones tan banales como que se puedan abrir
los armarios, lo que además es una habilidad.
Otro error es considerar que los conocimientos que se van a enseñar pueden ser los que el
docente cree, que dependen de la opinión, el gusto de cada docente. O sea, que se
desconoce por completo que esta disciplina tiene, o debe tener, un sistema de conocimientos
teóricos, conceptuales reconocidos por la comunidad académica de la misma.
Frente al criterio de que los docentes tienen que “dejar esta capa de artista y empezar a
trabajar para las necesidades de la gente, para dar respuestas”, se infiere que el trabajo
artístico de la arquitectura no responde a las necesidades de los clientes, o que son dos
variables irreconciliables, lo cual son criterios erróneos por completo.
Por otro lado, se cometen errores didácticos, tales como que ninguno de los entrevistados
expone un sistema de conocimientos de proyecto arquitectónico, considerar que estos
conocimientos son del saber hacer, cuando no están presente habilidad alguna e incluir
actitudes y valores dentro de la categoría conocimientos.
Sólo un entrevistado menciona la cantidad de 9 conocimientos, otro menciona mucho menos:
4; otro menciona 2, y el resto menciona 1 o ninguno. El conocimiento más citado es la
medición, o cantidad, pero solo por tres entrevistados. Esta valoración destaca que: se
mencionan pocos conocimientos y ni con mucho se trata de un sistema, con lo que se
corroboran los resultados del anterior instrumento aplicado que señaló lo siguiente:
1) que los docentes no dominan las fases o etapas del proceso proyectual.
2) que ninguna respuesta contiene todas las etapas, o sea que los docentes no comprenden el
proceso de proyectar integralmente.
En resumen, esta situación pone en evidencia que los docentes seleccionan los conocimientos
que enseñan para las clases de proyecto con criterios empíricos, que a veces los hacen
descansar en las opiniones del docente o de la asignatura, pero nunca, según el estudio de
este caso, se corresponden con un enfoque integral de la teoría de proyecto, o con la
concepción didáctica que debe aportar la asignatura. Se agrega a esta situación la presencia
de errores, tanto de naturaleza teórica de proyecto, como didáctica.
Sobre las Habilidades profesionales necesarias para proyectar en arquitectura
Las respuestas se refieren, en un caso, a que “es innato proyectar”, por lo que no enseña
habilidades; y en otro caso que va por la misma dirección se dice: “Cada uno tiene unas
habilidades diferentes y proyecta diferente y piensa diferente, por ejemplo cada uno empieza
el proyecto siempre de una manera extremadamente contraría a la del otro compañero”.
Un entrevistado cita las habilidades de: observar, las proporciones del espacio, la
experimentación, la ubicación relativa de los elementos, el equilibrio, el hacerse de un gusto
estético y hábitos de visitar museos; mientras otro considera como habilidad principal de
proyecto: “que el estudiante reconozca cuáles son sus propias habilidades y sus límites; y la
autocritica”.
Otro docente da argumentos a favor de su opción de habilidades, el dibujo, al decir: “el dibujo
a mano alzada que tiene su utilidad, porque si no utilizan trazados reguladores, ni sistemas
de proporción, ni nada de todo eso, al final es mucho más improductivo para ellos; y sirve
para explicar para sí mismos y para nosotros como creen que eso va a quedar. Y dibujar en el
ordenador: render, que lo muestra todo, pero hay que entrenar el ojo, o sea, ejercitar la
observación. Se muestran renders buenos cuando uno de los estudiantes lo lleva a la clase”.
Un entrevistado que también se decide por “saber dibujar” incluye como habilidad el “creerse
el proyecto, tener confianza, ser humilde”…y “comparar el dibujo comparar la geometría
comparar las matemáticas etc, al final es una serie de miles de cosas que pones en una misma
caja y que te hace ser un buen transmisor del proyecto”.
En otro orden de cosas, esta valoración destaca que hay un desconocimiento generalizado del
concepto habilidad, como contenido de la disciplina proyecto arquitectónico. El escaso e
impreciso listado de habilidades muestra un desconocimiento de lo que hay que hacer para
proyectar, lo que revela una insuficiencia teórica. La exclusiva mención de ocho habilidades
propias de la disciplina proyecto arquitectónico muestra una incompetencia sobre la naturaleza
de proyecto arquitectónico y su papel como eje de la formación profesional.
Hay ideas tan alejadas de una concepción didáctica científica como las siguientes:
a) No hay que desarrollar habilidades, porque es innato proyectar.
b) Concebir que no es dable enseñar las habilidades específicas de proyecto, debido a que
cada quien proyecta a partir de sus propias habilidades y ellas son diferentes a las de
cualquier otra persona. Con este criterio se demuestra que no se conocen las regularidades
que se dan en el proceso de proyectar.
c) Identificar las actitudes como habilidades.
d) Entender como habilidades de la asignatura de Proyecto la meta habilidad de que el
estudiante reconozca sus propias habilidades, que sea capaz de autocriticarse y otras de
carácter interdisciplinares.
e) Se concibe el render sólo para presentar el trabajo final, con lo cual no se desarrollan estas
habilidades en el proceso y se demuestra que el docente le da más importancia al
resultado.
nada considera que el método es para enseñar a proyectar y, por lo tanto, él no se piensa
como profesor. Ni tan siquiera piensa en el método de proyecto. En su imaginario, él es una
persona que ayuda, no un maestro que enseña.
Menciona acciones aisladas, tales como: romper las barreras entre docente y estudiante,
entender que [como profesor] “soy un elemento más, un elemento de ayuda”, “que los propios
alumnos puedan ayudar a otros alumnos, incluso ya no para reflexionar cada proyecto, sino
como reflexiones personales y para el trabajo en equipo, no desviarse mucho del objetivo que
es reflexionar”…
Un docente se precia de que no es muy estricto en los procedimientos o técnicas para que el
estudiante realice el trabajo; no comprende que el estudiante puede tomar las decisiones
cuando antes se le ha enseñado las características y cualidades de los procedimientos y
técnicas.
Como parte del método se analizan los Procedimientos citados por los entrevistados. Se
mencionan: la exposición con imágenes, la ilación de la exposición con las imágenes que se
transmite detalladamente, la descripción de un solo tema, pero en profundidad, la
experimentación, la clasificación de las tendencias arquitectónicas, la ejemplificación, el
romper las barreras entre docente y estudiante, la ayuda que los estudiantes puedan dar a
otros para reflexionar cada proyecto y, el trabajo en equipo.
Formas de Enseñanza
Las formas de enseñanza son el componente externo, formal, de la metodología de la
enseñanza aprendizaje. Es la envoltura que toman los métodos. Por su importancia, se ha
realizado un análisis de lo que al respecto han informado los entrevistados.
Es muy significativo que en las metodologías descritas no se haga mención de los diversos
tipos de formas de enseñanza. Las conferencias son muy escasas y sorprende que aparezca
mencionada por un solo entrevistado en ocasión de tener profesores invitados, como si no
pudiera utilizarse esta forma por el propio docente del aula.
El Seminario, idóneo para el desenvolvimiento de esta disciplina no es mencionado ni una sola
vez. Y el propio taller de proyecto, las veces citadas, es como para caricaturizarlo, ya sea por
su deficiente funcionamiento, o por el estrecho y casi exclusivo vínculo con la revisión. Existe
un problema muy serio en el taller de Proyecto Arquitectónico, que no es percibido por los
docentes entrevistados, y es que en él puede y debe haber actividades generales, además de
las individuales y abordar temas teóricos y aplicados.
De las pocas menciones a elementos formales del proceso de enseñanza, se realiza este
análisis. Un entrevistado expresa la aspiración de que “debería haber una clase donde se
explicara que tiene que haber una idea de proyecto, y que los alumnos fueran capaces de
transmitir sus ideas y de escuchar las ideas de sus compañeros; una clase monotemática en la
que solamente se hablara del programa, vamos a diseccionar los programas”.
Es sintomático, que si Proyecto Arquitectónico es la asignatura que tiene que enseñar
precisamente esto, se añore otra clase con estas características, lo cual quiere decir que existe
el problema de que el tiempo y la actividad de la clase de proyecto no da oportunidad para la
enseñanza y el aprendizaje de estos contenidos y se dedican a otras cosas prioritariamente,
como es al resultado concreto del objeto arquitectónico, sin pasar por la conceptualización
necesaria.
Se expresa: “yo le daría mucho más peso a las clases conjuntas, con diferentes profesores”
esperando que la clase conjunta resuelva los problemas al abordar temas generales de
provecho al grupo completo, que no se pueden tratar en las clases concretas del proyecto
particular, donde se explican las cosas individuales, “porque si no en la revisión individual el
alumno tiene la apreciación de que es un examen médico, me explican lo mío y me voy...”
Esto es un problema muy serio del taller de Proyecto Arquitectónico, en el cual puede y debe
haber actividades generales y abordar temas teóricos y aplicados.
Los Medios de enseñanza
Frente a la pregunta sobre qué problemas confronta en su docencia, ningún entrevistado se
refiere a esa categoría. Un docente refleja como problema la necesidad de introducir textos,
pero no menciona qué tipos de textos, si se refiere a los de cultura general, de arquitectura, o
temas específicos de proyecto.
Preguntados sobre: ¿Qué tipo de materiales o medios utilizas en el desarrollo de la clase?, un
entrevistado anota que “lo único que se utiliza es el lápiz y el ordenador, porque no da para
más. …pero, todo el mundo tiene portátil…He propuesto como referencias textos generales,
que es una cosa bastante especial o rara para los estudiantes. En la guía docente seguro que
salen libros, pero generales”. Da ejemplo de un caso en que obligó a un estudiante que se
había planteado el proyecto con mucha “frescura” a que se leyera un texto. En momentos más
sosegados se produce una especie de diálogo en el que ha hablado de cosas más generales,
ya sea del proyecto o del momento actual de la profesión, o incluso de cómo va el curso,
llegando a aspectos críticos de la clase. Con algún profesor invitado se ha relacionado con
proyectos particulares. Y se realizó una visita a un Instituto del Teatro.
Un entrevistado dice que utiliza referencias en libros, imágenes y obras de buena calidad.
Reconoce la influencia que han ejercido algunos arquitectos, que no son figuras de primera,
que no han hecho muchas obras, pero que estas son de mucha calidad; ha tenido visitas de
especialistas y hecho visitas a lugares y a obras. En primero se parte de un catálogo de
ejemplos (en el que deben llegar a concluir: “esto que estás haciendo recuerda la obra de…”
Otro docente señala que “en la clase no llevo casi ningún material; la mayoría son referentes
que tengo, que uso o no, de mi propia mente o de la web: Cuando yo te digo busca algo me lo
traes al día siguiente para comentarlo”.
Alguien señala: “Yo solo suelo utilizar lápiz, como mucho una tiza o rotuladores y dibujamos
en la pizarra, porque yo siempre les pido que de todos los proyectos que hagan saquen un
esquema. Los envío a la biblioteca para que miren proyectos sobre todo las plantas, las
secciones, los detalles y ahí es donde realmente aprenden, viendo como realmente lo han
hecho en planta, es muy importante”.
Hay quienes confían más en la palabra como medio: “Utilizo la palabra, o los libros, o
dibujos”. Y otro señala: “La palabra creo que es un método de comunicación; yo creo que es
el básico, siempre hemos dicho que las palabras tienen mucha fuerza”. Y un tercero anota:
…“después, en la fase más de presentar el proyecto a los clientes, que en este caso eran los
vecinos, la palabra era el sistema de expresión más claro”.
Los que apuestan por el dibujo describen: “Al menos este año el más utilizado ha sido la
metodología de dibujar, encima de la mesa, de sacar los planos limpios y retocarlos.
Dibújamelo ahora ¿Qué es lo que piensas? Además utilizo el Autocad, libros o el Ipad”. Otro
docente apunta: “Hubo una presentación donde nosotros exponíamos el proyecto, usábamos
el Powerpoint, elementos de internet de presentación como el Prezi que es muy dinámico.
Después en la fase de desenvolver unas ideas iniciales sí que había la parte del papel y la
maqueta y la parte de la expresión también... Ya pasamos desde los materiales de maquetas
hasta madera, elementos básicos como era el cartón, hasta la maqueta física de escala 1:1”.
Sólo un entrevistado es quien lleva el uso de medios más allá de lo mencionado, a saber:
“Usábamos herramientas, había profesor de maquetación y de construcción, todas las
herramientas para construir, cortar madera; hubo gente de recuperación que explicó cómo
utilizar materiales como la lona. Hablamos también de las herramientas: martillos, clavos,
todo lo que son los elementos constructivos. Y la última parte que es la más fuerte, la más
importante, que es la herramienta visual, es decir grabar, documentar; con los móviles
grababan videos de las conversaciones, hasta cámaras para hacer el documental; incluso
“que los estudiantes se concentren en cuál es la mejor manera de hacer el proyecto y darles
unas direcciones muy básicas y claras de por dónde tienen que ir”.
Un cuarto entrega algunos datos por escrito y deja otros sin enunciar para que el estudiante
tenga que buscarlos. La preocupación por no dar todos los elementos del proyecto se expresa
así: “Hay dos partes del enunciado: una es la parte escrita y la otra la que se tiene que tomar
uno mismo. La escribe el director y se le entrega en una hoja con los metros de la parcela,
imágenes y a partir de aquí tendrán que ir a buscar más información sobre el solar o sobre el
lugar que sea. Entonces en esta parte [no escrita del enunciado] yo creo que es un trabajo más
suyo”.
Los criterios remiten a lo siguiente: Se dan “referencias en dependencia de la necesidad que
tenga de acuerdo al tema del proyecto”. “El enunciado lo transmite el director de la
asignatura en una conferencia. Contiene un breafing: superficie, lugar. Después, en las clases
de cada docente, aparecen las dudas sobre el enunciado”.
No falta quien opine sobre la conveniencia de afrontar el ejercicio de proyecto con espíritu
positivo, pero no se sabe si esta disposición se hace conscientemente, en el sentido didáctico
de trascender a una metodología que despierte el entusiasmo necesario. “En él (el enunciado)
deben estar las instalaciones y las estructuras; quiero decir toda una serie de conceptos que
son funcionales, pragmáticos”. … “esos datos deben ser tomados por el estudiante con
ilusión, el hecho de coger el ejercicio con ganas, el reflexionar sobre que significa hacer esto”.
No se incluyen en el enunciado datos tan importantes como los siguientes: los objetivos, las
características de la entrega de los resultados, los documentos con que se va a representar, la
fecha de entrega, y los criterios de evaluación, entre otros.
De los datos anteriores se infiere que no se comprende el valor didáctico del enunciado: no
cumple integralmente con su función de guía, de orientación del ejercicio; no siempre se
planifica según el tipo de ejercicio; no refleja los pasos del proceso proyectual y no se enseña
una metodología de cómo hacer esto bajo orientación, para que después el estudiante pueda
hacerlo con autonomía. A pesar del interés marcado, reiterado por los entrevistados, de que el
estudiante trabaje y tome decisiones solo, no se le enseña a hacer esto. O sea, no hay pautas
para desarrollar sus habilidades.
La Evaluación de la enseñanza aprendizaje de proyecto Arquitectónico
¿Con qué criterios analizas el trabajo de los estudiantes, cómo le das seguimiento, cómo
evalúas el trabajo cotidiano del estudiante y el resultado final, cómo calificas el trabajo del
estudiante, como entregas esas calificaciones?
Los criterios más representativos de la Evaluación, aportados por los entrevistados son:
Aunque la revisión es la vía más utilizada en la clase de proyecto, el docente se limita mucho
para dar criterios de errores y de sugerencias, en el que no siempre interviene el resto de los
estudiantes; no se llevan anotaciones de lo que presenta el estudiante, ni de las correcciones y
sugerencias del profesor, sino solo de la asistencia a clase.
El docente evalúa los resultados a partir del trabajo final que el estudiante presenta en una
última actividad que ocurre en 20 minutos. Pero, la nota final no responde al criterio del
profesor del grupo, sino de un colectivo donde están presentes otros tres que dan sus criterios
a partir únicamente de la exposición final del proyecto.
Este procedimiento determina que…”el trabajo de un estudiante, que yo considero excelente
puede quedar desaprobado, al ser calificado por los otros tres profesor”. “Aunque yo no estoy
de acuerdo con este procedimiento, no lo puedo modificar si quisiera”. “La concepción de
evaluar con el colectivo de profesores es sana, porque la hace objetiva, para que no se
produzcan “vicios” del docente que trabaja más directamente con el estudiante”.
Hay un docente que aspiraría a transformar el sistema evaluativo que utiliza, y aunque dice:
“Yo cambiaría el peso que se le otorga al proceso proyectual… le daría como mínimo el 50%”;
Oscar Guevara, 2013 337
Análisis del Proceso de Enseñanza Aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico, en el Contexto del Aula.
las exposiciones y no da tiempo para que todos expongan. Para remediar en algo esto, los
profesores escogen tres trabajos y se presentan ahora sí en el grupo, para que intervengan”…
Otra respuesta que parece calcada a la anterior, la corrección es el único elemento que está
presente: “El procedimiento de evaluación de proceso es la corrección donde exponíamos
todo: el alumno siempre exponía lo que había trabajado. Los docentes hacemos nuestra
valoración y cada dos semanas una sesión donde los alumnos abrían un debate”… “Cuando
la corrección es individual nos sentamos a la mesa y corregimos”.
Los criterios para evaluar, que refiere otro docente son: “Que asistan todos los días, que
corrijan cada día, que escuchen a los demás”. “Después de experiencias en las que he perdido
la paciencia y he sido violento llego a la conclusión de que es como un proceso de destrucción
del proyecto (por las críticas), y después de re construcción”. “Le doy mucha importancia a la
asistencia diaria. Pero la evaluación tal como está funcionando puede sobrepasar mi criterio
y dar una buena nota a trabajos realizados al final”. A continuación un docente expresa sus
criterios de evaluación, pero debe apreciarse que tampoco van dirigidos a lo que el estudiante
debe haber aprendido del proceso de proyectar, sino hacia los resultados, hacia lo formal y
externo: “Los parámetros para evaluar son: el Dropbox y los alumnos van colgando las
presentaciones finales incluso del día a día”.
Sobre la evaluación final o de resultados las referencias son: “La evaluación del resultado se
hace con otro profesor, el director”... “Para calificar se comparan los proyectos entre sí. Se
dan dos notas: por el proyecto y por la presentación”… “La nota se pone al final. Se dan en el
grupo, se cantan, cada estudiante puede decir si quiere que se cante la suya, o no. Pueden
hacer comentarios al final”.
Por otra parte, hay prácticas de evaluación que pretendiendo salirse de los modelos
tradicionales existentes caen, sin embargo, en posiciones subjetivas y anticientíficas. “A partir
de lo básico que sería el enunciado...se pide mucho seguir el progreso del alumno”. “Soy un
poco rompe esquemas sobre la crítica; al final los estudiantes tienen que entender que
mientras todo esté sobre el papel aun se puede cambiar. Para eso generamos los grupos de
corrección, la idea es que pierdan el miedo”.
El temor a la crítica destructiva no le permite a otros docentes cambiarla por una constructiva,
mientras no pueda aplicar los elementos teóricos del proceso proyectual. Obsérvese como se
evade de este procedimiento, tan importante para evaluar. “Siempre la crítica es a través de
pregunta”… “En mi caso la crítica es bastante indirecta, hecha a través de una reflexión”.
Analícese que las palabras del docente entrevistado reflejan que quiere huir de una crítica
destructiva, pero no enseña una metodología basada en dominar la teoría del proceso
proyectual que sirva de parámetros para hacer dicha crítica y permita la evaluación de los
estudiantes y su propia autoevaluación.
El procedimiento de evaluación de proceso “es la corrección donde exponíamos todo: el
alumno siempre exponía lo que había trabajado. Los docentes hacemos nuestra valoración y -
cada dos semanas una sesión donde los alumnos abrían un debate”. “Cuando la corrección es
individual nos sentamos a la mesa y corregimos. Siempre la crítica es a través de pregunta”.
“En mi caso la crítica es bastante indirecta, hecha a través de una reflexión”.
En el siguiente criterio se aprecia una vuelta hacia los valores más internos y morales de la
evaluación. Un criterio de evaluación, expresa un entrevistado: “es la perseverancia; creo que
ha sido clave para ver si el alumno ha seguido todo el curso, ha hecho todas las entregas, ha
estado trabajando constantemente, pues al final se lo merece. Evidentemente eso es de
agradecer; para el propio alumno es un esfuerzo que tiene que ser reconocido. ¿Han salido ya
las notas? preguntan constantemente. Respuesta: No, no han salido, vamos a seguir
aprendiendo y las notas ya las iremos dando, para restarle importancia porque al final lo que
tienes que conseguir es que el alumno se vaya con unas cosas y sobretodo enfocar la nota a la
evolución que ha tenido cada alumno, lo que tienes que medir es la evolución del propio
alumno”.
De todos modos cabe la interrogante: ¿cómo evalúa el profesor el progreso del estudiante, si
no es mediante los objetivos precisos y claros de los conocimientos y habilidades que deben
aprender para proyectar?
El entrevistado siguiente también dirige sus ideas hacia los componentes morales de la
evaluación: la responsabilidad que cada uno de los protagonistas tiene sobre el proceso de
enseñar y aprender, pero también se puede apreciar que la vía para evaluar esto es el
resultado del trabajo y no el proceso, que es cuando se puede incidir en la educación de la
responsabilidad. “Tengo el criterio de que nosotros estamos dedicando un esfuerzo y un
tiempo a ayudarlos a desenvolver el proyecto. La obligación de los estudiantes es tener un
nivel de responsabilidad, de responder, de trabajar, de exponer todo lo que ha aprendido:
dibujar, presentar, dialogar en las reflexiones. El resultado debe reflejar el esfuerzo”.
Las calificaciones son otro momento pleno de tabúes de los docentes; no se explota sus
valores didácticos para seguir enseñando y aprendiendo con las actividades de la evaluación,
y mucho menos para trabajar en el orden educativo, formativo. Véase: “Soy anti notas de
verdad, no sé si podría haber otra manera para ver el progreso del alumno y también el
proyecto final. Claro un 8, 9, 5, 4 son cosas abstractas, ¿cómo puedes valorar esto? ”
“Nosotros más o menos lo que hacíamos para buscar una metodología de calificar era ver
todos los proyectos y a partir de aquí empezar a puntuar el que creíamos que estaba mejor y a
partir de aquí empezar a hacer las comparativas”. “Comparábamos mucho entendiendo las
posibilidades de cada alumno respecto a otro, buscabas como unos parámetros equitativos
para todo el mundo para poner la nota más aproximada”.
DMFP 01 13/Marzo Poca definición en el enunciado del ejercicio, en el primer día de clases.
La explicación del nuevo proyecto ha sido breve pero concisa: Diseñar un edificio plurifamiliar en un
solar de 550 m2 situado en la trama urbana de Montgat en primera línea de mar. Planta Baja y dos pisos
PB+2. La planta baja estará destinada a locales comerciales y en las otras plantas se tendrá que
plantear la ocupación de 4 apartamentos de 40 m2+ 2 apartamentos de 60 m2+ 2 de 80 m2.
DMFP 02 13/Marzo Concepción de que la recopilación de datos del contexto no forma parte
del proceso proyectual.
Antes de empezar a pensar en el proyecto será necesario un estudio del lugar […] se realizará mediante
una visita, maqueta del emplazamiento y planos del estado actual del lugar.
[El] emplazamiento […], se encuentra justo a primera línea de mar. Esto me hace pensar en que todas
las viviendas que puedan situarse allí, obligatoriamente necesitarán tener vistas a la playa.
DMFP 05 16/Marzo El análisis inmediato del lugar permite generar ideas que reflejan
situaciones potencialmente problemáticas.
Es una lástima que las vías del tren interrumpan la relación […] directa con el mar, [además el tren
genera a su paso] un ruido desagradable.
DMFP 06 16/Marzo El análisis inmediato del lugar coloca una actitud de reto proyectual.
A […] banda y banda del solar hay casas, [por lo que] tendré que plantearme [cómo] resolver el
concepto de medianera.
DMFP 07 26/Marzo Concepción de que la recopilación de datos del contexto no forma parte
del proceso proyectual.
Aunque aún no hemos terminado, ni entregado, el trabajo en grupo de la maqueta de emplazamiento,
me apetece empezar el proyecto ya que ahora tengo un momento.
DMFP 10 26/Marzo Las características que destacan del lugar son muy básicas.
Características del emplazamiento: Medidas: 14,6 m ancho x 19,6 m profundidad. Existe un metro de
desnivel entre la calle posterior y la vía frontal del solar.
Situación: Primera línea de mar aunque delante de la parcela hay un vial peatonal y unas vías de tren
que separan la zona del pueblo con la playa. Detrás del emplazamiento hay una calle estrecha de
pueblo con viviendas de una altura considerable.
DMFP 21 27/Marzo Los estudiantes de los primeros años necesitan la aprobación del docente.
Aprovecho la ocasión y pregunto al profesor si me dejaría poner un par de pisos en planta baja sin
ocupar mucha superficie destinada a comercios. Me dice que no hay ningún problema, mientras lo que
haya planteado esté bien. Con la satisfacción de saber que al profesor le parece bien, me propongo
avanzar al máximo el proyecto durante Semana Santa.
La becaria corrige el trabajo mío y de mi grupo. Se muestra satisfecha ya que ve un buen esfuerzo para
interpretar el sitio donde estará nuestro proyecto, aún así, crítica el uso de algunos colores y la
representación de la palmera. Estoy conforme con su crítica.
DMFP 30 05/Abril Capacidad de organizar el trabajo de las actividades del proceso proyectual.
El otro día ya definí la distribución de las viviendas. Ahora es necesario detallar como será el acceso al
edificio (como será la escalera, el ascensor) dentro de la zona que ya tenía pensada para el acceso.
Primer paso para la introspección del proceso.
El paso a autocad también es interesante, para este, es necesario que el proyecto sea preciso. Al pasar
a limpio algunas cosas, me doy cuenta que hay que modificarlas, sea por problemas de medidas, o por
pequeños problemas funcionales en los que antes no había reflexionado.
DMFP 47 10/Abril Capacidad para asimilar las nuevas ideas que propone el profesor.
[Al profesor] le parecen bien algunas ideas del proyecto, como por ejemplo: La idea de jugar con
profundidades para adaptarme a mí entorno. Aunque me propone hacerlo de manera drástica, hacer un
edificio totalmente escalonado y hacer que la arquitectura me solucione las medianeras; es decir, no
usar un simple muro de medianera. No me parece mala su idea, pero tendré que trabajar ya que no
quiero convertir mi proyecto en algo convencional, quiero que se reflejen bien mis prioridades. Me
comenta algunos aspectos a mejorar:
DMFP 471 10/Abril Nunca se explica cómo se llega a las ideas que propone el profesor.
Como consecuencia me prepone que en vez de trazar tres franjas longitudinales tan claras de viviendas,
que intente entrelazar las viviendas rompiendo la línea. De esta manera, estas ganarían m2, perdería
longitudinalidad y conseguiría unir más las zonas húmedas entre viviendas.
DMFP 48 10/Abril Valoración y balance sobre la revisión realizada por el profesor.
Creo que la corrección no ha estado mal, aunque tendré que intentar evolucionar el proyecto con lo que
me ha comentado el profesor. No será fácil.
DMFP 49 10/Abril Comparación del trabajo individual respecto al trabajo realizado por el grupo.
En general la gente no ha trabajado mucho. Aún así, todos los que han corregido también han dado
prioridad a las vistas hacia el mar, así que, también tienen problemas de ventilación y de longitud de las
viviendas.
DMFP 51 11/Abril Dificultad para registrar y actuar sobre la evolución de una idea.
Inicialmente me preocupa lo que el profesor me comentó que tendría que tratar a la medianera con la
arquitectura y no con un muro. “me propone hacerlo de manera drástica, hacer un edificio totalmente
escalonado y hacer que la arquitectura solucione las medianeras; es decir, no usar un simple muro de
medianera. No me parece mala su idea”.
La estudiante ha producido con anterioridad ideas que no es capaz todavía de registrar: DMFP
28 04/Abril: Veo que tendré que renunciar a la idea que tenia de que todo tuviese profundidades
distintas. DMFP 06 16/Marzo: El análisis inmediato del lugar coloca una actitud de reto
proyectual. A […] banda y banda del solar hay casas, [por lo que] tendré que plantearme [como]
resolver el concepto de medianera. DMFP 061 16/Marzo: Apropiación de los primeros problemas
proyectuales. A […] banda y banda del solar hay casas, [por lo que] tendré que plantearme [como]
resolver el concepto de medianera.
DMFP 53 11/Abril Las razones formales se ven vinculadas a una respuesta funcional.
Haré el proyecto totalmente opaco allí donde tenga medianeras, y a medida que el edificio ya no se vea
condicionado por estas, se ganará profundidad (hecho que permite conseguir terrazas, hacer que la
vivienda respire de manera más independiente y puedan haber zonas totalmente transparentes entre las
calles.)
DMFP 54 11/Abril La función es vista como un aspecto más importe que la forma.
Una vez visto como puedo solucionar el tema anterior, decido que el siguiente día intentaré centrarme
en los aspectos internos del edificio (sobre todo en el acceso). Este tema es más importante que
cualquier motivo estético, Por lo tanto, no quiero sacrificar o perjudicar nada del programa funcional por
el problema de la estética de la fachada.
DMFP 59 17/Abril No hay seguridad sobre la propuesta, se necesita la aprobación del profesor
Hoy llevo las nuevas plantas del proyecto realizadas durante estos días y una perspectiva. Espero que el
profesor entienda y apruebe cómo ha evolucionado el proyecto a partir de su corrección. El profesor se
muestra satisfecho de la evolución del proyecto respecto al otro día. Sólo comenta unos cuantos
aspectos que ve interesantes de mejorar:
Quiere que el espacio común de las viviendas sea más fluido y no tan simétrico.
Potenciar más el recurso del retranqueo en algunas viviendas, que aún tienen un carácter demasiado
lineal.
Quiere que trabaje con la planta cubierta y la planta -1, para ver como quedan, insiste en que le
gusta como he tratado el alzado trasero del edificio y que mejore el delantero.
Quiere los planos a limpio en autocad.
Para hoy no he modificado demasiadas cosas. No tiene sentido corregir, ya que no hay mucha variación
del proyecto comparado con el martes pasado.
DMFP 64 26/Abril Como la clase es solo revisión, no se concibe un espacio para debatir
dudas.
…intento trabajar intensamente para poder corregir el viernes con el profesor y ver si las modificaciones
son las adecuadas, […] intento hacer más secciones. No estoy satisfecha con las secciones. Estas no
se entienden bien, así que no las enseñaré al profesor.
ventanas hasta la altura de las barandillas). El alzado no ha quedado resuelto, tendré que seguir
trabajándolo. Continúo pensando en el alzado frontal, una solución puede ser conservar la continuidad e
incorporar flexibilidad, es decir, tener varías fachadas en una misma. Esta solución consiste en revestir
toda la fachada de lamas horizontales separadas entre sí. Esto beneficiaria el alzado, ya que pueden
usarse como protección solar, material transparente y como barandillas.
que me dice de substituir las persianas de lamas por unas más macizas que se confundan con las
paredes.
DMFP 80 22/Mayo El parecer del docente en la revisión verbal como único criterio de valor.
Le traigo al profesor la entrega del viernes impresa. Imagen 51 y 52. Le han gustado las modificaciones
del piso de 80 m2, no se queja de nada más de las plantas. Solo quiere que marque bien las
proyectadas de las otras plantas en las plantas. Le parece bien el alzado frontal. Estoy satisfecha con la
corrección, por fin he conseguido un sistema correcto para el alzado frontal, que da continuidad y
coherencia con el alzado posterior.
Los criterios del docente el estudiante los recibe como aprobación o desaprobación, el
estudiante de primer año no puede interactuar con el docente mediante argumentos.
DMFP 81 22/Mayo Pocas variantes perspectivas para estudiar la solución de los alzados.
Para que [el alzado] se vea mejor y se entienda, me propone hacer una perspectiva más lateral (ya lo
había pensado, pero no pude realizarla por falta de tiempo).
El estudiante justifica la falta de estudios tridimensionales con el poco tiempo, pero ¿porque si
tuvo tiempo para elaborar y corregir suficientemente las plantas?
También me dice de modificar los volúmenes independientes de la izquierda. Estos deberían tener
alguna relación/continuidad horizontal o vertical, para que tengan un sentido en el conjunto.
DOL 01 7Feb Poca definición en el enunciado del ejercicio en el primer día de clases.
Uno de los profesores provoca indefinición total de programa (¿baños, termas, balneario?) y confusión
en cuanto al entorno real (fotos sin referencia en ningún plano, sin referencias de medidas, etc.).
DOL 042 8/11Feb Relación entre el contexto y la forma del objeto arquitectónico.
Observando las construcciones vecinas otra vez, se recurre a la estructura porticada, por estar pensada
para acceder desde un extremo.
DOL 04 8/11Feb Primera alusión a utilizar obras arquitectónicas similares como “referencias”
La estructura porticada, está pensada para acceder desde un extremo, pero puede ser permeable por
los laterales (imágenes de templos griegos peristilos, o mercados o fábricas de acero del siglo XIX).
DOL 05 8/11Feb Utilización del propio repertorio personal de proyecto como otras
“referencias” y experiencias arquitectónicas
La experiencia y el método utilizado dos años antes en un proyecto de una casa en Ibiza, con la
siguiente similitud: recorrido paralelo al interés (mar o río), [aportado por el lugar].
Formalmente se traduce en pórticos de gran luz y doble altura con apoyos en forma de grandes
costillas, que tapan la visión y crean espacios más pequeños, para el posible programa de pequeño
tamaño como saunas, baños, vestidores, etc. (tal y como nos han indicado, con piezas de 2x3m en
planta).
DOL 09 12 Feb. Una clase mejor preparada influye en una apropiación profunda del problema
proyectual.
Vista mucho más intencionada y precisa del solar, algunas cotas y medidas generales. Reflexiones
acerca de la importancia de la luz. Como ejemplo, se citan los baños de Vals de Peter Zumthor
(sensación de intimidad) que yo sólo había visto en alguna foto. Se hace hincapié en la belleza de los
árboles de la zona.
DOL 10 12 Feb. Trabajo proyectual en el taller. Tarea: plantear las primeras ideas.
Intencionadamente, sin explicar el programa nos dejan solos media hora en clase para que, en un din-
A4, dibujemos nuestras primeras ideas.
DOL 101 12 Feb. Trabajo proyectual en el taller. Tarea: plantear las primeras ideas. Forzar a
que aparezcan croquis conceptuales.
DOL 11 13/14 Feb. Aparecen los primeros esbozos de intenciones proyectuales vinculados a
algún problema proyectual.
Primeros planteamientos de la importancia vital del control lumínico, con la sección de Ronchamp. Se
convierte en opaca la fachada, con posibilidad de materiales naturales como la piedra, que facilitan una
mejor integración con el entorno. Aberturas a escala humana. Espacio interior en penumbra.
DOL 13 13/14 Feb. La retroalimentación entre “referencia” y evolución del proyecto hace
posible una mayor apropiación del contexto
Espacios libres que permiten la integración de los árboles, interés por su ubicación aproximada.
DOL 15 14 Feb. Reafirmación del trabajo individual, al utilizar la documentación como medio
de enseñanza y ponerlo como buen ejemplo
Después de comentar todas las láminas, se hacen comentarios generales acerca del entorno, la luz y el
río, ejemplificando con algunos casos (mi idea entre ellos).
Una conferencia acerca de mezquitas turcas. Especial interés por la incidencia de la luz natural, la
proyección de la artificial, y la creación de sub-espacios dentro de espacios de gran escala (paralelismo
con la sauna y la piscina de gran tamaño).
DOL 17 15/18 Feb. Relación entre la Apropiación del lugar y la verosimilitud del proyecto
Énfasis en la importancia de los árboles, distanciamiento del río, entendido (a diferencia de lo defendido
por el profesor) como una referencia constante en la ciudad y no como una necesaria referencia explícita
para el proyecto. Porque, además, acercarse al río implica "tocar" más o menos los árboles.
DOL 19 15/18 Feb. Cinco clases después es que se distribuye el programa arquitectónico
El viernes por la mañana me encuentro al coordinador de la asignatura en la biblioteca y le comento que
aún no hay el programa colgado en Internet, hecho que le sorprende y llama de inmediato al becario
para que se asegure de que está colgado. Por la tarde ya está.
DOL 191 15/18 Feb. Conciencia sobre la importancia de controlar simultáneamente forma y
función
Ahora hay que pre-dimensionar mínimamente los espacios sin perderlas virtudes perspectivas y
espaciales de la idea inicial.
DOL 192 15/18 Feb. Utilización adecuada de la representación gráfica en cada momento del
proceso
Se aprecia la necesidad de utilizar desde el principio una profusión de croquis, esquemas y planos.
DOL 25 21 Feb. La Conferencia como instancia desde la que se ofrece Información teórica
sobre el cometido de proyectos
Clase especialmente interesante: invitan a dos arquitectos que han escrito un libro sobre balnearios
catalanes.
DOL 27 21 Feb. Dificultad para comunicar acertadamente las ideas de proyecto. Necesidad de
una coherencia representativa
En referencia al lugar, les gusta lo que digo (árboles, río, análisis de construcciones vecinas), pero no
cómo lo dibujo.
DOL 28 21 Feb. Seguridad en sí mismo; estudiante con criterios de proyecto.
En cuanto al sistema de pórticos, el […] profesor […], me sugiere la opción de ir variando las
distancias entre pórticos según lo que demande el programa. Le miento y le digo que ya […] probado
con el 3D de trabajo que utilizo en el Cad, pero que entonces la perspectiva se hace incomprensible y
errónea.
DOL 29 21 Feb. Claridad en los criterios esenciales de la propuesta arquitectónica
Otro profesor se apoya en mis dudas formales y materiales en cuanto a luz y piel de mi proyecto. Es
consciente de que ahí es donde se la juega mi proyecto.
DOL 30 21 Feb. Invitación a enriquecer el RIP-P del estudiante
Otro profesor […] me [sugiere] que mire el Institute of Technology de Mies, proyecto que yo no
conozco.
DOL 31 21 Feb. Primera indicación a realizar una maqueta de estudio
El coordinador me sugiere que empiece a trabajar con maqueta.
DOL 32 28 Feb. Capacidad de trabajar con la forma y la función integradamente.
En la última corrección comprobé que […] la ubicación de los vestuarios, entendidos como
filtro/frontera entre exterior y piscinas, era la mejor, aunque el diagrama del edificio me pareciera poco
claro. Así que, relativamente tranquilo con la distribución y a sabiendas de que sería necesario
replantearla a fondo, he vuelto al tema de la luz y el espacio.
DOL 33 28 Feb. Necesidad de argumentar y consolidar las decisiones de proyecto
Después de muchas pruebas y de muchas consultas a […] la tesis doctoral Luz Cenital de Elías Torres,
llegué a la conclusión de que:
DOL 34 28 Feb. Actitud asumida de la necesidad de enriquecer el RIP- P y actuar en
concordancia
Después de muchas pruebas y de muchas consultas a […] la tesis doctoral Luz Cenital de Elías Torres,
llegué a la conclusión de que:
DOL 35 28 Feb. La incertidumbre como característica intrínseca del trabajo proyectual
Duda entre techo opaco (Luz interior "oscura ") o translúcido (Luz interior "pastosa "). El primero ofrece
problemas de escasa luz y, el segundo, de efecto invernadero, al plantear una cubierta de vidrio.
DOL 36 28 Feb. La iteración como característica intrínseca del trabajo proyectual
En la última corrección comprobé que necesitaba "despurificar" el pórtico (variando su sección
transversal a lo largo del edificio), [pero después dice] A medida que hacía pruebas con luz mediante
renders, empezó a crecer la sensación de que la "despurificación" de los pórticos había sido demasiado
rápida. Así que he planteado mecanismos para poder volver a un esquema más claro, con menos
modificaciones sobre el pórtico. Se intenta que el pórtico deje de ser un problema, para que sea el
generador de la solución.
DOL 37 28 Feb. La Conferencia como instancia desde la que se ofrece Información teórica
sobre el cometido de proyectos
Los profesores […] explican en la clase un video, los baños de Valhs de Peter Zumthor. La segunda
parte de la clase es una conferencia a cargo de un profesor de proyectos […] que hace tiempo publicó
un libro sobre el concepto de baño a lo largo de la historia, desde las termas romanas, hasta el baño de
un piso actual.
DOL 38 28 Feb. Nacimiento de la intención de proyecto
Me interesa realmente la conjunción estructura/luz/espacio […] y que, de diferente modo, utilizaré en mi
proyecto.
DOL 47 15 Marzo. El trabajo con variantes como característica del proceso proyectual
Quiero investigar, pero no está en primer lugar, distintas maneras de cerrar con vidrio: muro cortina,
vidrio estructural, etc.
Objetivos
En PAX no son incluidos como objetivos, contenidos importantes del propio proceso
proyectual, tales como: la incertidumbre, la iteración, el trabajo con variantes, de la
formalización a la materialización y la constancia de momentos creativos, que son la esencia
de la asignatura.
Contenidos
Los siguientes conocimientos no están declarados como parte del contenido oficial de ambas
asignaturas, aunque los estudiantes los utilizan empíricamente.
Tabla 22. Comparación entre grupos de conocimientos que las asignaturas no reconocen como parte
de sus contenidos.
Este grupo de conocimientos es parte del Modelo Dodecaédrico que se aporta en esta tesis y
que refleja la estructura del proceso de proyecto. Su importancia se pone de manifiesto por la
inevitabilidad de ser utilizados por los estudiantes en su actividad de proyecto y entonces
tienen que hacerlo empíricamente.
Sin embargo, estos bloques de conocimientos no son reconocidos por las asignaturas, ni por
los profesores, no aparecen intencionalmente sino que afloran porque la naturaleza del
proceso proyectual los evidencia cuando los estudiantes tratan con las causas y consecuencia
de la problemática de sus soluciones. Como consecuencia del vacío del trabajo intelectual
sobre el proceso proyectual que se hace en el aula, es que toda la intención de la asignatura
se vuelva en la producción del resultado: el edificio.
De las Habilidades del proceso proyectual
Los estudiantes se han visto necesitados de ejercitar algunas habilidades específicas del
proceso, aunque no habían sido planificadas por la asignatura PAII:
a) La exploración de nuevas vías o ideas
b) La asimilación de nuevas ideas
c) La introspección durante el desarrollo del propio proceso proyectual
d) El uso de variantes como mecanismo exploratorio de la potencialidad de un propósito
e) Utilizar la intención como instrumento de autocritica y evaluación
f) El aprendizaje de la argumentación para la construcción del criterio
Así mismo, durante el periodo del curso que dura el ejercicio de Proyecto Arquitectónico X,
tampoco se constata ninguna actividad dirigida a la enseñanza de estas habilidades, a saber:
a) Gestionar el ritmo emocional del proceso de trabajo
b) Aplicar el conocimiento teórico al proceso proyectual
c) Tomar decisiones de proyecto fundamentadas en criterios arquitectónicos personales
No obstante, se observa que las habilidades esenciales que se realizan aparecen con el nivel
de asimilación propio de su año. En primer año, las más básicas e iniciales y en 5to, las que
pertenecen a un orden superior.
El diario demuestra que el estudiante está obligado a trabajar en proyecto, que tiene
dificultades para actuar o que ha conseguido algunos resultados para obtener determinados
objetivos, pero esto porque la situación lo va llevando, no porque esté orientada dicha
actividad como parte de un sistema de habilidades profesionales que tiene que formar.
La habilidad de integrar forma y función
El trabajo entre forma y función, significa una gran dificultad para integrar estos dos aspectos.
Es una de las características más complicadas del proceso proyectual. Por ejemplo, esta
complejidad se aprecia cuando la estudiante de primer año explica el propósito de proyecto
mediante un concepto formal-funcional, reforzando la decisión formal con argumentos
funcionales.
Considera la función como un aspecto más importe que la forma, “Una vez visto como puedo
solucionar el tema anterior, decido […] centrarme en los aspectos internos del edificio (sobre
todo en el acceso). Este tema es más importante que cualquier motivo estético, […], no quiero
sacrificar o perjudicar nada del programa funcional por el problema de la estética de la
fachada”. Generalmente los argumentos formales son más complicados de exponer y se
tornan subjetivos, ello hace que se interpreten como secundarios, ante las razones funcionales
que en muchos casos son más evidentes o demostrativas lo que les otorga crédito y por lo
tanto peso en la decisión.
Se hace evidente que el profesor no le hace ver que las razones formales están vinculadas a
una respuesta funcional y viceversa. Como resultado, la estudiante de primero resuelve la
función y luego pasa a solucionar los aspectos formales; esto trae como consecuencia que el
trabajo entre plantas, alzados y secciones sea desigual o que realice un escaso uso de
gráficos axonométricos y variantes perspectivas para estudiar la solución de los alzados.
Por su parte, el estudiante de 5to año es capaz de realizar un análisis paralelo entre sus
intereses formales (sucesión de pórticos) y la capacidad funcional de estos elementos al
albergar el programa planteado. El cuenta con un antecedente: realizó en 2do año un ejercicio
de proyectos de una vivienda con similares relaciones, pero no solo eso, sino que tiene
conciencia de la importancia de controlar simultáneamente la forma y la función. Se apoya en
un hábito de interiorización que le permite reflexionar sobre cómo está proyectando. No
obstante la complejidad de forma y función irrumpe en su proceso, “Hoy no corrijo por no
estar convencido de la resolución del programa, pues la idea del pórtico se pierde”.
A pesar de ser una situación de aprendizaje compleja, en ninguna de las dos asignaturas se
destina actividad alguna para tratar esta capacidad esencial del proceso proyectual.
El dominio de la incertidumbre
Cuando se proyecta, es frecuente dar con una solución comprometida: una respuesta que
favorece determinado problema en detrimento de otro condicionante. Esto crea una sensación
de inseguridad normal, que la estudiante de primero trata de sobrellevar justificando que
también es una deficiencia de la mayoría del grupo. Lo revelador es que siendo la
incertidumbre una característica consustancial de lo proyectual, que requiere de la ejercitación
de una o varias habilidades no existan actividades en primero, ni en quinto años, dirigidas a
enfrentar la contradicción o el conflicto que se presenta.
El trabajo con el RIP-P del estudiante.
Solamente en una ocasión durante todo el ejercicio de proyecto (3 meses) se hace alusión a
las actividades de conocer o indagar en una obra arquitectónica. Se percibe un insuficiente
trabajo docente respecto a la formación del RIP-P del estudiante.
En Proyecto Arquitectónico X se trabaja indirectamente con el RIP-P del estudiante, mediante la
invitación a consultar determinada obra arquitectónica. Es la preocupación de la resolución de
un problema concreto, quien lleva a sugerir el uso de la referencia y no un objetivo bien
determinado de formar esta habilidad profesional. El estudiante muestra la actitud asumida
ante la necesidad de enriquecer el RIP- P y actuar en concordancia, pero el docente no ejercita
la habilidad. “Después de muchas pruebas y de muchas consultas a […] la tesis doctoral “Luz
Cenital” de Elías Torres, llegué a la conclusión de que…”.
Incluso se aprecia cómo el estudiante es capaz de utilizar el propio repertorio personal de
proyecto como otra “referencia” más, aplicada al proyecto actual. Pero en resumen, durante el
ejercicio no ha existido ninguna indicación docente dirigida al desarrollo de esta habilidad:
(aparte de la incitación) a que deben utilizar las obras arquitectónicas como “referencias”, en
apoyo al desarrollo del proyecto; así como tampoco con el interés de enriquecer el RIP-P del
estudiante.
El pensamiento proyectual
La capacidad de prever nuevos problemas, así como la consciencia de un chispazo creativo,
son indicadores del desarrollo del pensamiento proyectual; lo cual indica un paso de avance
hacia la auto reflexión sobre el proceso. Una de las características distintivas en primer año es
insistir en que el estudiante aprenda a mirar su propio proceso, por ejemplo, cuando es capaz
de reconocer por sí solo que ha generado una buena idea.
No obstante, la actividad de reflexión que la estudiante de PAII realiza en su diario en varias
ocasiones, revela que el profesor en el aula, no tiene intenciones de enseñar a pensar sobre el
propio proceso de proyecto.
Actitudes y valores
Al menos en tres ocasiones, durante el desarrollo de la asignatura PA X se demuestra la
necesidad del trabajo en actitudes y valores de los estudiantes. Los incidentes que se narran
podían haber dado pie al trabajo formativo.
De acuerdo con los planteamientos que hacen los estudiantes en sus diarios, los momentos
de dudas, autocríticas, replanteamientos y producción del proceso proyectual suceden fuera
del aula; la actividad del salón de clases no proporciona el escenario apropiado al estudiante
para realizar su trabajo de proyectar. Con esto la actividad docente queda desprovista de su
capacidad de enseñar “en directo”, o sea, cuando el estudiante está proyectando. El docente
interviene sobre lo que el estudiante ya hizo, en función de lo que recuerda de la clase anterior
y hace su crítica improvisada de lo nuevo que está viendo. En ocasiones el profesor dice (sin
reparo alguno) “que no se conoce el proyecto” y la actividad continúa como si nada.
En consecuencia, el estudiante lleva a revisión un cuadro acabado, aunque sea de una parte
del mismo, ante lo cual el proceso de enseñanza aprendizaje no puede operar didácticamente
a plena capacidad, sólo desde la crítica. Pero la crítica, en la revisión, siempre mantiene la
misma cara; es decir, que resulta lamentablemente significativo que durante todas las
variaciones que experimenta el ejercicio de Proyecto Arquitectónico y su proceso, desde la
idea hasta la materialización, el método permanece inalterable.
El posicionamiento que ha llegado a tener la revisión en la asignatura Proyecto Arquitectónico
lleva a preguntarse ¿cuál es la metodología de la susodicha revisión? Analícese: después de
hacer el esfuerzo de tratar de recordar lo que el estudiante había hecho en clases anteriores, el
docente se proyecta hacia el futuro y sobre lo que debe hacer, dando sus recomendaciones
pero, contradictoriamente, lo que tiene delante no es un proceso, es un resultado.
Lamentablemente, la metodología de la revisión de proyecto deviene crítica del resultado. Se
actúa sobre el resultado y, por lo tanto, el estudiante no puede aprender que proyectar es un
proceso.
Lo grave es que, todo parece indicar que los profesores no están en condiciones de poder
hacer aquella reflexión y menos disponerse a cambiar la situación, ya que tendrían que
subvertir el orden imperante. Si la asignatura siempre es una revisión, el estudiante de primer
año trabajará sólo, realizará la indagación sin dirección, se inventará su criterio y ejercerá un
juicio valorativo en solitario y entonces, cuando crea que tiene la elección definitiva es que se la
mostrará al docente. Las reflexiones de los estudiantes abundan en estos criterios: “Tampoco
corregiré hoy, no vendrá el profe y por lo tanto corregirá la becaria. No me gusta corregir con
ella ya que viene cuando le parece y por lo tanto tampoco sabe muy bien lo que estamos
trabajando en nuestros proyectos, ni los comentarios que anteriormente nos ha hecho el
profesor”. Sin el contacto profundo con el proceso proyectual del estudiante, es difícil
monitorear su evolución.
Esta rutina propicia reacciones de este tipo, el parecer del estudiante de primer año es el
siguiente: “Para hoy no he modificado demasiadas cosas. No tiene sentido corregir, ya que no
hay mucha variación del proyecto comparado con el martes pasado”. Y la reacción del
estudiante de quinto: “Hoy yo no corrijo por no estar convencido de la resolución del
programa, pues la idea del pórtico se pierde”. Y en otra ocasión sucede lo siguiente, “El lunes
no fui a proyectos porque no tenía nada que me gustara para corregir, ni muchas cosas
pensadas para dibujar”.
El estudiante está solo cuando más necesita del docente, el profesor es únicamente una
estación de control dentro de un extenso recorrido, “…intento trabajar intensamente para
poder corregir el viernes […].No estoy satisfecha con las secciones. Estas no se entienden
bien, así que no las enseñaré al profesor”, vuelve a dejar constancia la estudiante de primero.
Si la relación elemental estudiante-profesor en el proceso de enseñanza aprendizaje es débil,
no debe esperarse algo diferente con respecto a la relación grupo-profesor. El diario de los
estudiantes deja ver que los profesores no utilizan esta herramienta docente (el trabajo en
grupo) en ningún momento del curso. Tampoco existe un trabajo específico o diferenciado
para los estudiantes con diferentes niveles de rendimiento.
Y finalmente, cada ámbito a su vez, también posee un Problema integrador (Pi) a modo de
generalización o caracterización de la situación anómala más representativa. Inmediatamente
cada ámbito recibe su valoración desde las categorías didácticas, análisis que se integra en
una valoración por asignatura y por instrumento.
Pi La Revisión verbal como actividad docente es poco eficiente como para llevar el peso de la
enseñanza del proceso proyectual
P1-03-06 E yP1-08-02 E P1-10-01 E
Se hacen necesarios ejemplos, demostraciones gráficas y comparaciones entre lo que existe y la
propuesta de mejora que hace el profesor.
Tanto los señalamientos del estudiante, como los de sus compañeros son casuísticos, es un
repertorio de casos particulares. No se pueden retener, ni comprender.
En la revisión oral no se dan ocasiones para preguntarle al estudiante por sus razones. El
tiempo de la revisión se destina a señalar el error y sobre todo a explicar las posibles
soluciones. La revisión está concebida exclusivamente en dependencia de la calidad y
cantidad de trabajo que traigan los estudiantes, de eso depende lo que el profesor puede ver
sobre el trabajo del estudiante. La carencia de métodos hace muy vulnerable la calidad de la
actividad docente
Los profesores comentan muy rápido, tanto los errores que detectan como las soluciones que
proponen. No se propicia un ambiente idóneo para el aprendizaje. Máxime atendiendo a las
características cognitivas que requiere el proceso proyectual. Hay un desequilibrio entre el
tiempo dedicado a cada estudiante y la cantidad de información que se difunde. El estudiante
no tiene oportunidad de reflexionar sobre lo que le dicen, tomar notas, apuntes o croquis. Al
contrario, a veces toma una postura defensiva para demostrar seguridad o para justificar una
respuesta.
Formas de Enseñanza
El 99% de las clases del periodo lectivo son clases de tipo revisión.
No es un seminario, pero tampoco un taller. No existe reflexión ninguna sobre el tipo de
actividades que pueden desarrollarse en la clase.
Medios
Se utiliza la descripción de un edificio o de una imagen como ilustración de un argumento, lo
que demuestra el poco conocimiento de las exigencias de aprendizaje del contenido.
Al no quedar una huella gráfica de los señalamientos en los planos, el estudiante tiene que
recordar las sugerencias a partir de lo que se dijo.
Evaluación
En la revisión oral no se dan ocasiones para preguntarle al estudiante por sus razones. ¿Cómo
evaluar un estudiante si no se conoce qué argumentos y pensamientos anima sus propuestas?
No se exige el cumplimiento de pasos o tareas en función del proceso proyectual. No se
evalúa el proceso, solo entregas parciales y por su puesto la entrega final.
El estudiante, en cada clase de este tipo, se siente evaluado perennemente. Es siempre el
momento de rendir cuentas, exponer delante del grupo, valorar su producción, aunque esta no
se califique. No es cómodo aprender en estas circunstancias solamente.
No se utilizan croquis que muestren las diferentes fases del proceso de trabajo.
3. No existe correspondencia entre diferentes proyecciones / medios de representación
P1-05-01 E
Falta de rigor, concordancia y relación entre diferentes medios de representación. Lo que se
representa en planta no está en el alzado o está de otra forma diferente a la maqueta.
Contenidos
Conocimientos
Falta de sustrato teórico en la asignatura, el indicador es que para explicar el edificio se utiliza
el orden resultante de describir el recorrido a través del edificio. Se explica el proyecto (en
planta) a través de la secuencia de usos y actividades.
La falta de orden en la exposición verbal refleja que no existe una reflexión conceptual sobre lo
que se está haciendo durante el proceso proyectual.
Los estudiantes realizan una exposición verbal incompleta, siempre olvidan u omiten algún
aspecto. No disponen de una estructura de pensamiento para organizar los argumentos
importantes de la exposición.
Falta definición sobre cuáles son los contenidos teóricos esenciales de la asignatura.
Si no se dominan los momentos esenciales de aprendizaje del contenido, no pueden marcar
puntos que requieren énfasis en su exposición.
Si el estudiante no propone ideas, no puede marcar puntos enfáticos en su exposición.
Habilidades
No se define que exponer verbalmente el proceso de trabajo sea una habilidad.
El estudiante no es capaz de reflexionar sobre qué se propone, qué aporta y qué debe
comunicar del objeto que está proyectado.
Actitudes y valores
No hay comentarios
Metodología
Métodos
Falta la enseñanza de una estructura de pensamiento sobre cómo se proyecta. Los profesores
no valoran la exposición verbal como un modo de aproximación al pensamiento proyectual del
estudiante.
Si el estudiante no propone ideas proyectuales, no puede marcar puntos que requieran énfasis
en su exposición. No existen indicaciones docentes para el desarrollo de la exposición verbal
como actividad. No existe un orden en la exposición oral de los estudiantes. Esto denota que
no existen estos objetivos.
Sobre lo que el estudiante expone, el docente realiza abundantes correcciones verbales, pero
nunca en ninguna clase toma nota de nada.
Formas de Enseñanza
Cada clase se parece mucho a las demás, por lo que la Exposición verbal no refleja las
variaciones y la evolución que se va dando durante el ejercicio de Proyecto Arquitectónico.
Medios
No hay conciencia que la exposición oral representa un medio de enseñanza. Y de que ésta se
convertirá en una herramienta de comunicación profesional.
Tanto el profesor como los estudiantes conciben los planos como única vía de comunicación.
Evaluación
No existen parámetros para estructurar la exposición de los estudiantes. Por lo que las
exposiciones difieren tanto entre sí que se dificultaría mucho la evaluación, si esta existiera.
Pi No existe una clara distinción entre los contenidos teóricos y prácticos de la asignatura
Contenidos. Resultados organizados por categorías didácticas
Objetivos
Es difícil definir objetivos si no se concretan los contenidos que hay que .
No se repara en la capacidad educativa del contenido en cuanto a la formación de Actitudes y
valores.
Contenidos
Conocimientos
No se es consciente de que los contenidos de la asignatura se integran y se aplican. La
asignatura no tiene identificados los problemas teóricos a tratar: un grupo de conceptos, un
sumario de temas a desarrollar durante el ejercicio, en función de su aplicación práctica.
2. No se enseña cómo se trabaja con los datos y variables del contexto de proyecto
Qué tipo de datos y de qué modo participan de la definición del problema proyectual
5. No se exige que se utilice “maqueta de estudio” como instrumento del proceso proyectual
P1-02-07 P
Los profesores no comprueban, ni evalúan el uso de la maqueta en el proceso de diseño
6. La plantitis. La planta como único medio de representación gráfica
P1-05-05 E
Uso desmedido de la planta, por parte del estudiante, como único medio gráfico para proyectar y
explicar el proyecto.
Los profesores envían un mensaje contradictorio cuando utilizan la planta del estudiante para explicar
relaciones volumétricas y después decir que la planta no es el único modo de representación.
7. Asociación del fenómeno de la plantitis con la exposición verbal
P1-05-05 P d1 y P1-08-01 E
Los profesores explican relaciones espaciales usando la planta, el estudiante aprende esto y termina
describiendo verbalmente el proyecto usando para ello la planta, apelando al poder más imaginativo
que espacial del auditorio.
realizar el referido “seminario”, sin embargo, los estudiantes están ávidos y expectantes por el
nuevo ejercicio, nada de eso se aprovecha didácticamente.
Medios
El medio de enseñanza propio más utilizado por el profesor es la voz.
Existe un uso muy pobre de medios de enseñanza. La maqueta se exige, pero luego no se
utiliza como medio de enseñanza Si la maqueta no se emplea demostrativamente ante el
grupo, es difícil exigir y argumentar la utilidad que tiene para quien proyecta.
Los ejemplos se aportan desde las conferencias; se estudia a profundidad una obra, pero son
pocos ejemplos y falta enseñar la aplicación del ejemplo al trabajo del estudiante. En las
clases de taller no existen ejemplos visuales solo frases que hacen mención a una obra.
No existe selección de ejemplos, sino una transmisión mecánica hereditaria de los escogidos
por otros profesores años atrás. El profesor casi no piensa en las razones de estas elecciones.
El poder didáctico del ejemplo es inversamente proporcional a la fama de “la imagen” de la
obra.
Evaluación
Didácticamente no existe seguimiento del proceso de aprendizaje.
Si el profesor no enseña y el estudiante no trabaja, es difícil extraer por sí solo las
características que hacen que el ejemplo sea un modelo.
Se produce una discontinuidad porque los señalamientos de ayer ya están superados y arreglados, de
modo que la documentación gráfica que se revisará es nueva.
5. Creación espontánea de un ambiente propicio para el aprendizaje
P1-10-01 E
Cuando la clase llega a su fin, varios estudiantes se acercan a los profesores para plantear dudas.
Ahora los planos se ponen en las mesas y se crea un ambiente extra clase diferente.
6. Exceso de información en las conferencias
P1-04-01 P
La conferencia se concibe como el único momento donde se aporta contenido teórico y como resultado
se difunde mucha información en muy poco tiempo.
7. Variación del rigor terminológico entre la conferencia y el taller
P1-04-01 A d1
En las conferencias el rigor de la terminología es más elevado que en el taller.
8. El estudiante que ingresa en primer año
P1-02-11 E
Y el profesor continua diciendo no habéis jugado de pequeños con juegos de armar “legos”…
La revisión contiene la dinámica que todas las clases son una pequeña entrega, se refuerza el
criterio de trabajar para revisar, argumentar y justificar, esa es la idea que transmite el método.
Formas de Enseñanza
El taller de proyectos, como forma de enseñanza, se ha perdido en una asignatura que es de
primer año de la carrera.
Una demostración espontánea del valor de otras formas de enseñanzas es la siguiente:
Cuando la clase llega a su fin varios estudiantes se acercan a los profesores para plantear
dudas. Ahora los planos se ponen en las mesas y se crea un ambiente extra clase diferente.
Este escenario docente ya no tiene la presión de una evaluación, es más calmada y más
intima, se hace en la mesa y el profesor sin darse cuenta, como está más cómodo, dibuja
sobre los planos del estudiante, haciendo que la explicación se fije mejor; permite que el
estudiante compare lo que creyó que le decían con lo que ahora le reiteran.
Medios
Carácter convencional y acomodado ante la concepción y el uso de los medios de enseñanza.
Evaluación
El ejercicio de proyectos no se planifica desde los objetivos, sino que fluye como
consecuencia de las actividades que hay que realizar para proyectar.
El peso de la evaluación esta puesto en el resultado.
Objetivos
No se definen objetivos de aprendizaje, ni para la clase, ni para las diferentes etapas del
ejercicio en que se encuentran.
No se concibe como objetivo de aprendizaje:
la comunicación del proceso proyectual
la exposición verbal del proceso proyectual
la configuración de una estructura de pensamiento proyectual
la formación de actitudes y valores
Es difícil definir objetivos si no se identifican momentos de aprendizaje en el contenido.
El enunciado del ejercicio sustituye a la aspiración de aprendizaje (objetivos) de los
estudiantes. Los objetivos se confunden y difunden desde el enunciado del ejercicio.
El ejercicio de proyectos no se planifica desde los objetivos, sino que va surgiendo espontánea
e improvisadamente conducido por las necesarias actividades del estudiante para realizar el
proyecto.
Contenidos
Conocimientos
Se desconocen las características específicas del contenido de la asignatura. Al ignorarse
estas esencias no se identifican las áreas de mayor complejidad para el aprendizaje y el
discurso verbal es poco coherente respecto a la naturaleza de la actividad proyectual.
No existe reflexión ninguna sobre el tipo de actividades que pueden desarrollarse en la clase.
La eficacia de la clase depende de la calidad y cantidad de trabajo que traigan los estudiantes,
lo cual hace muy vulnerable a la actividad docente, máxime cuando es de esperar que en
primer año, la falta de precisión y completamiento, sean la norma porque todo está
aprendiéndose.
Cada clase comienza sin introducción, sin recordatorio de la anterior, no hay un nexo con lo
que se hizo en la última actividad, tampoco hay conclusiones al terminar (excepto para decir
que debe contener la entrega de la próxima clase). La clase concluye sin conclusiones, sin un
cierre preparatorio para la próxima actividad.
No se explica el nexo entre el nuevo ejercicio y el anterior, la secuencia de clases de la
asignatura tiene un carácter fragmentario. No se realiza ningún análisis sobre las diferencias
entre este nuevo ejercicio y el anterior, nivel de dificultad, aspectos nuevos a aprender o a
consolidar.
Los profesores desconocen el papel didáctico que cumple y desempeña el enunciado del
ejercicio de proyectos y se utiliza con deficiencias.
Los profesores tienen un bajo dominio del grupo y muy poco control sobre la actividad
docente.
Se nota la ausencia de una metodología que aúna los temas y las clases que integran la
asignatura en pos de lograr los fundamentales aprendizajes.
Los profesores no son conscientes que son responsables de desarrollar en el estudiante:
a) La capacidad para instalarse en la problemática de actuación del proceso proyectual.
b) Interactuar de modo profundo e integral con los datos.
c) Integrar, al mismo tiempo, forma y función.
d) La evasión consciente de las restricciones que imponen los condicionantes.
e) La exposición verbal como actividad comunicadora del proceso de proyecto.
f) Formar las capacidades que se derivan del quehacer proyectual- pensamiento proyectual-,
tales como: la conceptualización, la creatividad, la representación y la metodológica
proyectual.
g) La relación entre el dibujo y las necesidades representativas y comunicativas del proyecto.
h) Un archivo personal de imágenes y experiencias arquitectónicas.
i) No cometer el mismo error que se le ha señalado, cuando trabaja de forma independiente.
Por lo tanto los estudiantes no sienten la necesidad, o no son capaces de:
a) Captar fielmente la realidad del contexto donde se interviene.
b) Concebir el objeto que crea, de su producción y de su comunicación.
c) Proponer ideas rectoras a modo de argumento intencional de proyecto.
d) Definir una intención espacial y aplicar los elementos definidores del espacio.
e) Utilizar una estrategia de pensamiento para elaborar la exposición oral.
f) Trabajar en la precisión y completamiento ante las tareas de representación gráfica.
g) Controlar tridimensionalmente la producción formal.
h) Realizar un trabajo paralelo entre lo formal y lo funcional.
i) Dominar el intercambio de información coherente entre los diferentes componentes de los
medios de representación.
j) No es capaz de controlar varios problemas proyectuales a la vez.
k) Analizar y criticar su propuesta arquitectónica.
Formas de Enseñanza
El taller de proyectos como forma de enseñanza se ha perdido en Proyecto arquitectónico de
primer año de la carrera.
El abuso de la forma seminario, erróneamente utilizado porque solamente se presentan
resultados parciales de los proyectos, conduce a una distorsión del taller, ya que no trabajan
los estudiantes en él y no se produce la intimidad en la enseñanza para que se propicien los
momentos de reflexión alrededor del pensamiento proyectual.
La forma que toma la enseñanza es un engendro que recuerda las características menos
favorables del seminario y del taller: Los estudiantes apenas participan, solo exponen su
trabajo al docente y cuando terminan se retiran del aula; el resto de los estudiantes está en
otra cosa, pero no trabajan como grupo. La actividad parece una consulta individual. La
organización de los muebles, importante elemento de la forma de enseñanza no se tiene en
cuenta para llevar a cabo un buen taller.
Medios
El desconocimiento de los requerimientos de aprendizaje del contenido no permite elaborar un
repertorio de Medios de enseñanza. Tanto los profesores como los estudiantes hacen uso casi
exclusivo de los planos como único medio para representar y comunicar las ideas de proyecto
en cualquier fase de este. Tanto el profesor como los estudiantes conciben los planos como
única vía de comunicación.
Hay una utilización reiterativa y mecánica de los planos. Al no quedar una huella gráfica de los
señalamientos en los planos, el estudiante tiene que recordar las sugerencias a partir de lo que
se dijo.
El profesor utiliza reiteradamente la palabra oral, pero no reúne las características técnicas
para que sea considerada un medio de enseñanza. Y parece desconocer que ésta se
convertirá en una herramienta profesional de comunicación del Proyecto Arquitectónico.
Los profesores no usan la pizarra, no tienen preparadas presentaciones, no comentan
ejemplos visuales, artículos... En general, hay un uso reducido de medios de enseñanza, tanto
por parte del estudiante como del profesor. El uso de los medios de enseñanza por parte de
los docentes tiene un carácter convencional y acomodado.
Utilizar la descripción de un edificio o de una imagen como ilustración de un argumento
demuestra el poco conocimiento de las exigencias de aprendizaje del contenido.
Los ejemplos se aportan desde las conferencias; se estudia a profundidad una obra, pero son
pocos ejemplos y falta enseñar la aplicación del ejemplo al trabajo del estudiante. En las
clases de taller no existen ejemplos visuales solo frases que hacen mención a una obra.
La selección de los ejemplos es el primer indicador: no existe tal selección sino una
transmisión mecánica hereditaria de los ejemplos escogidos por otros profesores años atrás.
El profesor casi no piensa en las razones de estas elecciones.
El poder didáctico del ejemplo es inversamente proporcional a la fama de “la imagen” de la
obra que se muestra.
Evaluación
No se comprueba la continuidad del proceso proyectual. El carácter procesual, ya que las
correcciones y la actividad de diseño se hacen fuera de clase, no se puede valorar la
evolución, pero cuando llegan al aula tampoco se comprueban los avances.
Atendiendo a las características cognitivas que requiere el proceso proyectual, no se propicia
un ambiente idóneo para el aprendizaje. Ya que la dinámica de todas las clases es una
pequeña entrega, al final es un examen, es una prueba ante la cual hay que argumentar y
responder por lo realizado. Este no es el clima idóneo para la creación arquitectónica.
Las recomendaciones funcionales y sus implicaciones formales, expuestas oralmente son captadas
muy superficialmente por el estudiante. El profesor no pregunta al estudiante si este entendió. Los
estudiantes muy rara vez preguntan.
5. Se aprecia que según los medios de representación utilizados, estos ejercen una influencia
sobre la selección y el tratamiento de los temas a revisar
PX-08-15 E
Se aprecia que el medio de representación del proyecto es capaz de conducir la revisión hacia
aspectos más formales, alejándolo de temas funcionales.
Objetivos
No hay comentarios
Contenidos
Conocimientos
Falta de precisión terminológica en el lenguaje verbal en la revisión.
El docente no utiliza los conocimientos teóricos de proyecto para explicar el por qué del error y,
por lo tanto el estudiante no llega a dominar este cuerpo conceptual y pueda detectar el error
antes de la revisión. Queda en el misterio cómo al profesor se le ocurren las soluciones que
propone.
Habilidades
Hay dificultad en que se comprenda que la verdadera utilidad de la aportación de ideas no
radica en la idea propiamente, sino en que el estudiante aprende a producirlas; pero para
conseguir esto el profesor tiene que explicar cómo llega a la idea y enseñar este proceso; pero
no lo hace.
Mientras por otra parte, no se enseña cómo el estudiante debe aprovechar las propuestas
verbales que lanza el profesor
Actitudes y valores
No hay comentarios
Metodología
Métodos
La revisión oral transcurre muy rápido. Los errores quedan al descubierto y no se profundiza en
el porqué del error. Enseguida se pasa a las indicaciones para su solución particular, siendo
casi siempre el profesor quien señala y resuelve el desliz. No hay profundización de análisis, no
se conoce la reflexión del estudiante. No se deja tiempo para que el estudiante criticado pueda
tomar nota sobre lo que se dijo de su trabajo.
La revisión no puede hacer caso omiso del error, la corrección comienza por identificarlo, pero
no debe convertirse únicamente en una crítica, ya que el aprendizaje comienza justo después.
Sin embargo, esto no puede hacerse porque no se reflexiona en como al profesor se le ocurren
las soluciones que propone. Y por lo tanto, el estudiante no desarrolla la capacidad de detectar
sus errores antes de las revisiones futuras.
Formas de Enseñanza
El protagonismo en la clase sigue siendo del profesor, ya que es quien más habla, por esta
razón la forma de enseñanza que predomina no llega a ser la de seminario. De alguna manera
las clases recuerdan las conferencias, pero le falta altura teórica y, consiguientemente el
auditorio no está atendiendo.
Medios
La calidad de la representación afecta drásticamente la efectividad de la revisión verbal.
Además se aprecia que según los medios de representación que se utilicen en la
presentación, estos ejercen una influencia sobre la selección y el tratamiento de los temas a
revisar.
Evaluación
El estudiante y el profesor consideran que aprovechar los señalamientos de la revisión verbal
se reduce a adoptar las ideas aportadas por el docente. ¿Cómo evaluar la efectividad docente
de la intervención verbal? La revisión verbal, como único método para la enseñanza de la
arquitectura no es efectiva.
Ruptura entre lo que se expuso en la revisión anterior y lo que se presenta en la actual. Se pierde el
hilo argumental del proceso.
Objetivos
No se aprecian
Contenidos
Conocimientos
Uso del lenguaje coloquial por parte del estudiante. La exposición verbal debe entrenar el rigor
conceptual, dominar con propiedad la terminología de la asignatura, como paso para la
apropiación de los conocimientos.
Habilidades
No existe intención de formar habilidades de la expresión oral, como base para exponer el
tratamiento procesual del Proyecto arquitectónico.
Actitudes y valores
No se aprecian
Metodología
Métodos
No es común, por parte del docente, la argumentación de objetivos, ni la explicación de
intenciones, ni prioridades. No se practica la capacidad de persuasión.
No hay ninguna preocupación por los docentes por mantener el hilo argumental y evolutivo del
proceso. Debido a eso el nivel del discurso de los estudiantes es elemental: informativo-
descriptivo. Entre las intervenciones verbales de una clase y las siguientes no se aprecia
continuidad y progreso. Existe una ruptura entre lo que se expuso en la revisión anterior y lo
que se presenta en la actual.
Formas de Enseñanza
No hay comentarios
Medios
No hay comentarios
Evaluación
No hay comentarios
No se enseña el carácter procesual del diseño; casi ningún estudiante explica el proceso de
trabajo, las intenciones que persigue. No se pide que las fases anteriores de trabajo se deban
traer a la corrección actual.
Formas de Enseñanza
No hay comentarios
Medios
Es muy difícil aprender a partir únicamente de ejemplos aislados.
Evaluación
No hay comentarios
Objetivos
La construcción del pensamiento proyectual, no tiene ninguna intencionalidad didáctica.
Contenidos
Conocimientos
No se trata a la representación gráfica como contenido aplicable a la asignatura de proyecto.
No se hace referencia al propio proceso proyectual, no se analizan las características, no se
estudia la estructura del problema de diseño, sus componentes y relaciones. Las actividades y
habilidades que se distinguen en las diferentes etapas.
No se estudia la estructura del problema de diseño, sus componentes y relaciones.
Constantemente se le reclama a los estudiantes: “Creernos lo que hacemos”; que es una
manifestación de la no apropiación del problema del diseño. Pero no existe en el aula trabajo
conceptual ninguno
No se fundamenta conceptualmente la intención proyectual, no se define como habilidad y no
se explica su importancia en el proceso proyectual.
Habilidades
No se enseña a definir una intención proyectual, no se conceptualiza como habilidad y no se
explica su importancia en el proceso proyectual.
Durante todo el ejercicio no se le dedica ningún entrenamiento específico al desarrollo de las
capacidades creativas.
No se profundiza en las características de las habilidades específicas del proceso proyectual:
Producir ideas a partir de problemas restricciones (resultado de saber problematizar)
La actitud flexible como habilidad durante el proceso y como estrategia de aproximación al
problema de diseño. El distanciamiento de las propias ideas como habilidad base
(flexibilidad)del pensamiento proyectual
Elaborar metáforas y analogías.
Apropiación del contexto como habilidad base de la intervención en el contexto.
Apropiación del problema proyectual.
Ser crítico y autocritico.
Actitudes y valores
Actitud incoherente. Constantemente los profesores les reclaman a los estudiantes “Creernos
lo que hacemos” que indica la no apropiación del problema del diseño. Pero cómo el
estudiante, se va a creer lo que hace, si no existe en el aula ningún trabajo dirigido a entender
el proceso proyectual.
No existe intención de contribuir a la formación del repertorio de información personal y
profesional (r.i.p.-p.) como habilidad proyectual, ni como habilidad profesional.
Metodología
Métodos
El tipo de métodos no posibilita una verdadera profundización en el pensamiento proyectual
del estudiante, o sea: los pasos a dar para proyectar. Las revisiones tienen connotaciones
evaluativas y todas las clases son revisiones, nunca hay un clima apropiado para consultar los
porqués de lo realizado.
No se practica en la clase el manejo del repertorio de información personal y profesional (r.i.p.-
p.) como habilidad proyectual.
Formas de Enseñanza
El condicionamiento externo de la metodología: la forma, no contribuye al aprendizaje del
proceso proyectual.
Medios
No hay comentarios
Evaluación
No se trasciende del nivel de exhortación al nivel de la enseñanza. No se evidencia como se
comprueba el avance de los estudiantes.
19. No existe interiorización de las vivencias que tendrían los usuarios ante lo que se proyecta.
PX-09-11E
En el momento del ejercicio proyectual el estudiante debe imaginar cómo se vive en el edificio.
20. La calificación de los trabajos pasa desapercibida.
PX-06-03 P
La calificación de los trabajos pasa inadvertida, no crea en la clase ningún estado diferente, el valor
didáctico de la entrega de notas se pierde. La calificación no se comenta. No se sacan conclusiones
generales sobre el grupo.
21. Reconocer la calidad de una parte del trabajo, olvidando su posición en el conjunto.
PX-08-14 P
Se aísla y evalúa un aspecto del trabajo proyectual, sin hacer contacto con el resto. El proceso
proyectual tiene múltiples aspectos que componen la calidad del trabajo en conjunto. Aislar y evaluar
uno de ellos se puede hacer, pero sin olvidar que ese elemento repercute en el resto. Si el profesor
como estrategia de estímulo, decide destacar uno de ellos debe mencionar los puntos de contacto
con los otros aspectos que no están bien.
Objetivos
No hay comentarios
Contenidos
Conocimientos
El docente no reflexiona sobre el contenido que enseña. No se reflexiona en clase en torno al
proceso proyectual.
Habilidades
Si el profesor como estrategia de estímulo, decide destacar uno de los elementos que integran
el proceso proyectual, no puede olvidar mencionar los puntos de contacto con los otros
aspectos que no están bien. Esta manera de razonar no se enseña.
Objetivos
La clase no se concibe y, por lo tanto no se puede aprovechar, como el contexto ideal que es,
para la construcción del pensamiento proyectual.
La formación expresa del criterio, como instrumento para decidir y criticar no se concibe como
objetivo.
No existe plan de objetivos educativos, de ninguna índole.
Contenidos
Conocimientos
No se significan como conocimientos proyectuales, la formación del criterio, la toma de
decisiones y la crítica.
La funcionalidad se enseña desde una teoría de proyecto.
Habilidades
No hay comentarios
Actitudes y valores
Independiente de la asignatura de proyectos arquitectónicos X, los participantes presentes en
la clase no tienen una organización estudiantil.
Metodología
Métodos
La clase de Proyecto, en resumen, se caracteriza por:
Comienza cuando los estudiantes por orden de llegada van colocando sus trabajos en la
pared, luego comienza la revisión.
La actividad está a expensas de lo que los estudiantes hayan cumplido ese día.
No se aprovechan las oportunidades de analizar proyectos enclavados en un mismo
contexto.
El profesor no puede utilizar un trabajo anteriormente explicado como referencia porque,
como el que expone se va, otros ocupan el lugar y en el lugar que busca ahora hay un
nuevo plano.
No existe un seguimiento de la frecuencia de revisiones, no existe ningún tipo de criterios
docentes para organizar la revisión. No se le dedica a los atrasados una atención especial.
No se controla el rendimiento y aprovechamiento de las revisiones.
De esta manera es difícil meterse en los proyectos de los demás. Hay que dedicar más tiempo
a la lectura y a comparar los distintos trabajos. Es una limitación a la hora de querer sacar
provecho del trabajo de los demás.
Sin actividad proyectual en el aula, la exposición que hace el estudiante de lo que ha realizado
fuera es la única huella de esta actividad. Razón por la cual se pudiera decir que la actividad
del estudiante carece de método.
Aunque es crítico que el profesor sustituya el método didáctico por la metodología proyectual,
ahora la situación es más grave: si no hay actividad proyectual en el aula ¿qué método se
adopta?
Formas de Enseñanza
La forma de enseñanza ha perdido su contenido: no es un seminario y tampoco es un taller de
proyectos.
Medios
El profesor posee un Disco externo donde tiene ejemplos de proyectos. En una ocasión
mientras el profesor se encontraba en una revisión, hizo un alto y realizo un comentario para el
grupo completo. Por lo general los únicos medios de enseñanza que se utilizan en el aula son
los planos y maquetas que aportan los propios estudiantes.
Evaluación
No hay comentarios
Teóricamente no debería pero, en la práctica se observa que sí puede llegar a 5to año un estudiante
sin tener criterios para elaborar una intención proyectual.
Objetivos
No queda claro los conocimientos y habilidades que se aprenderán durante el desarrollo de la
asignatura o que deben haberse aprendido en asignaturas precedentes, para ser aplicados en
esta.
El ejercicio de proyecto tiene una gran indefinición, se desconoce en qué radica su
completamiento. La asignatura prevé llegar a un nivel de anteproyecto, pero exige desarrollar el
proyecto completo.
El desarrollo del pensamiento proyectual no es un objetivo de la asignatura.
No se concibe la asignatura, ni las clases, como medio para fomentar valores relacionados
con: la disciplina o conducta, el respeto y la ética.
Contenidos
Conocimientos
No está establecido un grupo de conceptos claves a dominar y a aplicar.
No existe un vocabulario común de la asignatura que aumente el rigor y la precisión del
análisis del proyecto; sobre todo si cada clase se realiza irremediablemente mediante
exposiciones verbales.
No están definidos los términos relacionados con el trabajo proyectual y el nivel que exige la
asignatura.
Habilidades
No se hace notar durante las presentaciones del trabajo de proyecto las habilidades que
desarrollan los estudiantes en relación con la fase específica del proceso en que se
encuentran y las capacidades profesionales que las caracterizan.
Actitudes y valores
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Metodología
Métodos
En la asignatura no se asume una postura reflexiva sobre el proceso proyectual, ni tiene
condiciones para transferir al plano didáctico, en cuanto enseñanza y aprendizaje, el
pensamiento proyectual.
Formas de Enseñanza
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Medios
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Evaluación
Se observa, que se puede elaborar la intención proyectual sin tener criterios para evaluarla.
Falta en los estudiantes preparación elemental en el tema de la organización de la forma, se
aprecian lagunas en cuanto a la habilidad de organización formal.
Objetivos
a) No se conciben como objetivos:
La construcción y el desarrollo del pensamiento proyectual.
La formación expresa del criterio, como instrumento para decidir y criticar
b) No se contemplan objetivos educativos de ninguna índole. No se concibe la asignatura, ni
las clases, como medio para fomentar valores relacionados con: la disciplina o conducta, el
respeto y la ética.
c) No se especifica los conocimientos y habilidades que se aprenderán durante el desarrollo
de la asignatura.
d) No se clarifica los conocimientos y habilidades que deben haberse aprendido en
asignaturas precedentes, para ser aplicados en esta.
e) En el ejercicio de proyecto no se delimita la calidad del resultado. No se definen que
parámetros cumplir de manera que se pueda relacionar el trabajo proyectual con el nivel
que exige la asignatura.
Contenidos
Conocimientos
Ausencia de generalización teórica del contenido, observada en los pocos momentos cuando
se insiste en utilizar los términos arquitectónicos con rigor.
No está establecido un grupo de conceptos claves a dominar y a aplicar. No existe un
vocabulario común de la asignatura que aumente el rigor y la precisión del análisis del
proyecto; sobre todo si cada clase se realiza irremediablemente mediante exposiciones
verbales.
La capacidad argumentativa del profesor disminuye en el análisis de la organización formal; y
en el tema de Forma y Función el rigor terminológico desciende, como si no existiera un
lenguaje con propiedad para este tema. No se opera con conceptos precisos.
Tratamiento de la teoría y la Práctica
No existe una identificación de los temas teóricos que deben ser enseñados por la asignatura y
en consecuencia, no se evidencian actividades dirigidas a la enseñanza aprendizaje del
contenido teórico de la asignatura. Se hace referencia a una teoría que se considera que se ha
recibido antes, en otra asignatura pero no es así.
La construcción del pensamiento proyectual no se considera parte del contenido de la
asignatura. Por lo tanto la clase no se concibe y no se aprovecha como el contexto ideal, para
la construcción del pensamiento proyectual.
El propio proceso proyectual no se considera parte del contenido, por ello en clase no se
reflexiona en torno al proceso proyectual.
No se trata la Representación Gráfica como contenido aplicable a la asignatura de proyecto.
No existe sistematización alguna sobre el contenido que se enseña. El contenido de la
asignatura, visto a través del ejercicio observado, no está nada sistematizado. Es muy difícil
aprender a partir únicamente de ejemplos aislados.
Falta de precisión terminológica en el lenguaje verbal en la revisión. Uso del lenguaje coloquial
por parte del estudiante. La exposición verbal debería entrenar el rigor conceptual, dominar
con propiedad la terminología de la asignatura es un paso para la apropiación del contenido.
La funcionalidad es un tema que enseña y se aprende utilizando un lenguaje coloquial,
siempre desde unos comentarios informales.
No se hace referencia al propio proceso proyectual:
No se analizan las características y estructura del problema de diseño, sus componentes y
relaciones.
A las actividades y habilidades que se distinguen en las diferentes etapas.
No se muestra cómo y porqué interiorizar el contexto antes de comenzar a proyectar.
No se enseña a definir una intención proyectual, no se conceptualiza como habilidad y no
se explica su importancia en el proceso proyectual.
Habilidades
No se enseña cómo el estudiante debe:
Aprovechar las propuestas verbales que lanza el profesor sobre su trabajo.
Objetivos
No aparecen objetivos bien definidos con los cuales operar desde la asignatura de Proyecto
Arquitectónico. La ausencia de identificación en los contenidos, de aspectos esenciales de
conocimientos, como de habilidades, resulta la fuente directa de las deficiencias en
determinación y formulación de los objetivos.
No se formulan los objetivos en términos de aprendizaje en ningún nivel curricular: la
asignatura, ni el ejercicio, ni en las diferentes etapas del Proyecto Arquitectónico por el cual se
transita. A partir de esta deficiencia es prácticamente imposible que el docente se oriente en lo
que debe enseñar y los estudiantes en lo que deben aprender.
El enunciado del ejercicio pretende sustituir la aspiración de aprendizaje (objetivos). El
enunciado es el que carga con la función de plantear los objetivos, sin que estén por ello bien
definidos, ni formulados y a partir de allí se difunden los mismos.
Los objetivos del ejercicio y por tanto de la asignatura, se enfocan no a lo que el estudiante
debe aprender: los saberes conceptuales y el dominio de habilidades, sino al resultado
materializado de la representación de un objeto arquitectónico: un edificio.
No se contemplan objetivos educativos de ninguna índole en las clases observadas, tanto de
primer año, como de quinto
Contenidos
No existe un trabajo de selección y organización de los contenidos, por lo que no puede
hablarse de una intención didáctica del Contenido, razón por la cual no se identifican las áreas
de mayor complejidad para el aprendizaje.
En consecuencia con lo anterior, tampoco se clarifican los conocimientos y habilidades que
deben haberse aprendido en asignaturas precedentes, como base de partida y aplicación para
la asignatura actual de Proyecto.
Conocimientos
Es insuficiente el tratamiento teórico del contenido de Proyecto Arquitectónico. Esto se refleja
en problemas tan trascendentes como los siguientes:
1. Falta sustrato teórico en la asignatura. No hay sistematización del contenido.
2. No se identifican los conocimientos teóricos esenciales a enseñar en la disciplina.
3. No existe conciencia de que el contenido incluye como aprendizaje la formación del
pensamiento proyectual.
4. No existe distinción entre los contenidos teóricos y los prácticos.
5. No se repara en la capacidad educativa del contenido en cuanto a la formación de
actitudes y valores.
No está bien delimitado el sistema de conocimientos de cada asignatura, por eso, en PA X se
hace referencia a una teoría que supuestamente es conocimiento precedente, pero realmente
el estudiante no lo ha recibido antes. Y como consecuencia de lo anterior, es deficiente la
determinación de los conocimientos teóricos que tienen una salida aplicada, limitándose
sensiblemente la formación de habilidades y capacidades profesionales
No se aprecia una lógica del contenido que conforma la asignatura. Este aparece tratado a
través de ejemplos aislados, de señalamientos puntuales que el estudiante no puede integrar.
No se domina la esencia del propio proceso proyectual. Ni la asignatura, ni el profesor en el
desarrollo de la clase de taller, ponen de manifiesto tener claro cómo se piensa el proceso
proyectual: las características y estructura del problema arquitectónico, sus componentes y
relaciones, las etapas que integran este proceso, como tampoco las diferentes actividades y
habilidades que distinguen cada una de ellas. Por qué interiorizar el contexto antes de
Se aprecia que según los medios de representación que se utilicen en la revisión verbal, estos
pueden conducir la revisión por un camino u otro. Por ello esto debería estar bien planificado
por el docente para minimizar la influencia que ejerce el medio en la selección y el tratamiento
de los temas a revisar y conducir la crítica hacia donde corresponde.
El uso que se le da a los medios de enseñanza es muy pobre. El desconocimiento de los
requerimientos de aprendizaje del contenido no permite al profesor elaborar un repertorio de
medios de enseñanza. Por otra parte la producción gráfica de los estudiantes no evoluciona en
correspondencia a las sucesivas fases del proyecto.
La maqueta se exige, pero luego no se utiliza como medio y después es difícil exigir y
argumentar la utilidad que tiene respecto al proceso proyectual. En las clases de taller
generalmente el profesor no aporta ejemplos visuales, solo hace alusión verbal a las bondades
arquitectónicas de una obra en concreto. Utilizar la descripción oral de un edificio o de una
parte de este como medio ilustrativo demuestra el poco conocimiento de las exigencias de
aprendizaje y del contenido.
Los ejemplos de referencia se aportan desde las conferencias que es donde se estudia a
profundidad una obra, pero son pocos y falta sobre todo enseñar cómo se realiza la aplicación
del ejemplo al ejercicio actual del estudiante.
No existe selección de ejemplos, sino una transmisión mecánica y hereditaria de los escogidos
por otros profesores años atrás. El profesor casi no piensa en las razones de estas elecciones.
La fama de las imágenes de la obra que se muestra como ejemplo es inversamente
proporcional a su poder didáctico.
Con frecuencia en la asignatura PA X se hace referencia a una teoría que se considera que se
debe haber recibido antes, pero no es así, y será evaluado con el supuesto que debe
demostrar este saber.
El estudiante y el profesor consideran que aprovechar los señalamientos de la revisión verbal
se reduce a adoptar las ideas aportadas por el docente.
La parte de la evaluación a la que se le da mayor valor, es un conjunto de entregas parciales y
finales del ejercicio, destinadas a medir los resultados alcanzados.
El momento en que se estregan las notas pasa inadvertido, no se explota su potencialidad
didáctica, no se crea en la clase ningún ambiente diferente, no se comenta, ni se debate, no se
sacan conclusiones generales para el grupo. Se evalúa utilizando solo los resultados, ya sea
parciales o finales (entrega). No se utilizan las características de progreso de un estudiante,
como herramienta evaluativa.
Al desconocer la estructura didáctica de lo que se enseña, la docencia adolece de una
incoherencia e inconsistencia. Si el empeño del profesor no va acompañado de un sistema
para actuar (intención didáctica) es imposible llevar el propósito de aprendizaje al grupo y por
lo tanto la tarea de evaluar se complica extremadamente. Se hace imposible definir unos
criterios de evaluación en base a los cuales se califica. Sin objetivos claros y precisos no se
sabe qué es lo que se va a evaluar. Todo esto redunda en una evaluación subjetiva y poco
argumentada.
docente a que están sometidos y por último la confrontación de todo lo anterior con los
resultados de las Observaciones en clase.
En correspondencia con la metodología seguida en el Marco Aplicado, se subraya que los
instrumentos utilizados tiene intenciones diferentes: En los Documentos se persigue una
perspectiva institucional, en las Entrevistas es focalizada, en el Diario es individual y en las
Observaciones es contextual: Esto se corresponde con el propósito de obtener una visión lo
más integral posible del objeto de estudio.
El propósito de la triangulación es contrastar los resultados obtenidos de la aplicación de los
cuatro instrumentos configurados desde el caso, para revelar las regularidades que se
observan en el objeto de estudio y caracterizar su estado actual.
En la triangulación, la valoración que se hace sigue la lógica de las categorías de la didáctica,
desde objetivos del proceso de enseñanza aprendizaje hasta la evaluación del mismo,
pasando por el contenido y su metodología.
Tabla 23. Matriz de control que permitió el análisis relacional de cada categoría proveniente de cada
instrumento.
En los programas de asignaturas analizados, documentos oficiales que deben trazar pautas
para la concepción, planeamiento y ejecución de las asignaturas, los objetivos no están
formulados en términos de competencias profesionales y tampoco dejan ver el sistema de
conocimientos que caracteriza a las asignaturas.
Las deficiencias reflejadas en los programas se reiteran en las entrevistas y las observaciones
a clase, en las cuales se palpa la ausencia de los sistemas de conocimientos y habilidades de
las asignaturas de proyecto arquitectónico. Al faltar la comprensión de los conocimientos y las
competencias fundamentales que intervienen en el proceso proyectual, los objetivos no
pueden determinarse, pues precisamente ese es el contenido que le da sentido a los objetivos.
Es evidente que no puede reconocerse una intención didáctica del contenido. No se observa
un trabajo de selección y organización de los mismos, ni se llega a una sistematización, razón
por la cual no se identifican las áreas de mayor complejidad e importancia para el aprendizaje.
Debido a esto, se puede explicar por qué en las observaciones de clase no se formulan los
objetivos en términos de aprendizaje en ningún nivel curricular: en la asignatura, ni en los
ejercicios de proyecto. A partir de esta deficiencia es prácticamente imposible que el docente
se oriente en lo que debe enseñar y los estudiantes en lo que deben aprender, lo que quedó
evidenciado, además, en el diario de los estudiantes.
¿Cuáles son las características del contenido que quedan reflejadas en los objetivos?
Se infiere de los programas de las asignaturas, que la aspiración de aprendizaje está más
dirigida a la ejercitación intelectual, asociada solamente a la adquisición de conocimientos,
como si no se tratara de una disciplina de naturaleza profesional, sino de corte cultural.
En el diario del estudiante de Proyecto Arquitectónico X se refleja que no son incluidos como
objetivos, contenidos importantes del propio proceso proyectual, tales como: la incertidumbre,
la iteración, el trabajo con variantes, el paso de la formalización a la materialización y la
constancia de momentos creativos, a pesar de que son esencias de la asignatura.
No se recogen a través de ninguno de los cuatro instrumentos que forman parte del marco
aplicado de la tesis, objetivos de carácter educativo, tanto en primer año, como en quinto, lo
que es indicativo de cierta desidia en la formación integral de este profesional.
La presente situación tiene su réplica en las entrevistas, en las cuales no aparece ninguna
información sobre la categoría didáctica: actitudes y valores; como tampoco en las
observaciones, en las que no están reconocidos los contenidos educativos del proceso
proyectual.
Otras características de los objetivos que se han obtenido en el análisis son las siguientes:
El método ausente de motivación, declarado en las entrevistas, puede ser causado como
dicen ellos por la incapacidad del docente para motivar al estudiante, pero al mismo tiempo
esa desmotivación y o falta de interés, puede agudizarse por la ausencia de objetivos, al no
trazarse las pautas sobre la dirección que debe emprender el proceso docente. Pero si se
analiza en el sentido inverso, cabe argumentar que las limitaciones metodológicas tienen su
punto de partida en las imprecisiones de las aspiraciones u objetivos con que se concibe la
enseñanza de proyecto y en el desconocimiento de sistemas de conocimientos, habilidades y
actitudes propios de esta disciplina.
Se puede desprender de los datos recogidos en los diarios de los estudiantes, que no existe
un sistema de evaluación de la asignatura y que, por lo tanto, los estudiantes no están
advertidos de cómo van a ser evaluados. Esta insuficiencia, en la cual inciden varios factores,
con todo rigor didáctico tiene su punto de partida en la no existencia de un sistema de
objetivos bien delimitados que sirva de orientación al proceso de enseñanza aprendizaje.
El desconocimiento de la esencia de la categoría objetivo trae aparejado una serie de
problemas en el desarrollo del proceso docente, a saber:
La idea de que los estudiantes sean creadores y autónomos tiene un peso grande y
distorsionado en el imaginario de los profesores y como respuesta a esta concepción se
cometen errores didácticos, como es el de obviar los objetivos del proceso docente. El falso
criterio de “respetar la individualidad” del estudiante, reiterado en las entrevistas, no puede
entenderse como que no haya propósitos de aprendizaje bien definidos. De esta visión
subjetiva del proceso de enseñanza aprendizaje se derivan muchos de los problemas
detectados.
En las observaciones se revela que los objetivos del ejercicio y por tanto de la asignatura, se
enfocan no a lo que el estudiante debe aprender: los saberes conceptuales y el dominio de
habilidades profesionales, sino al resultado materializado de la representación de un objeto
arquitectónico: el edificio.
Esta concepción enfocada a los resultados, que además de aparecer en las observaciones lo
hace igualmente en los programas analizados, por fuerza tiene su impacto distorsionado en el
tratamiento de los objetivos.
Por otra parte, se capta en las observaciones que el enunciado carga con la función de
plantear los objetivos y a partir de allí se difunden los mismos, sin que por ello estén bien
definidos, ni formulados.
Contenidos
La ausencia de dominio didáctico en la enseñanza de la arquitectura no sólo se revela en el
conocimiento y aplicación de la categoría Objetivos. Ya desde el análisis de los documentos
queda demostrado que no se contempla en la denominación de Contenidos, las categorías de
Conocimientos, Habilidades, Actitudes y Valores que la integran.
La falta de precisión de los programas PAI y PAX, se hace notar al incluir como conocimientos
de las asignaturas de proyecto los de otras disciplinas que se aplican a esta. A ello se une la
ausencia de un verdadero sistema de conocimientos y una deficiente capacidad argumentativa
y de utilización de la terminología de la disciplina Proyecto Arquitectónico, todo lo cual revela la
debilidad en el manejo conceptual y deja el documento sin cumplir con su función orientadora.
El elemento que pudiera caracterizar con más exactitud la debilidad del tratamiento de los
contenidos en la enseñanza de la arquitectura estriba en que no se domina su esencia: el
proceso proyectual.
De la observación de clases se valora que el tratamiento teórico del contenido de Proyecto
Arquitectónico es insuficiente. Los siguientes datos abundan en esa conclusión:
No está bien delimitado el sistema de conocimientos de las asignaturas de proyecto.
Se hace inapreciable una lógica del contenido que conforma las asignaturas de proyecto
Y tampoco se domina la esencia del propio proceso proyectual
No se determinan con precisión los contenidos claves del ejercicio
Sintetizando, no puede hablarse de una intención didáctica del Contenido. No existe un trabajo
de selección y organización de los mismos, ni se llega a una sistematización, razón por la cual
no se identifican las áreas de mayor complejidad e idoneidad del proceso proyectual y por
eso los esfuerzos docentes no están dirigidos al aprendizaje de dichos contenidos esenciales,
sino a los resultados.
Conocimientos
Siguiendo al proceso proyectual, como componente esencial de las asignaturas y la disciplina
de proyecto, uno de los aspectos principales a indagar a través de las entrevistas a los
docentes era lo que entienden por las fases o etapas que integran el proceso proyectual.
Los criterios que se exponen a continuación ponen en evidencia que los docentes no dominan
los pasos o etapas del proceso proyectual y, por ende, algunos podrían preguntarse ¿es
posible una enseñanza del proceso proyectual con rigor?
El dominio de la Incertidumbre.
Siendo la incertidumbre una característica consustancial de lo proyectual, que requiere de la
ejercitación de una o varias habilidades, no existan actividades, en primero ni en quinto años,
dirigidas a enfrentar la contradicción o el conflicto que se presenta en el ejercicio de proyectar.
El trabajo con el RIP-P del estudiante.
Durante el ejercicio de PAI no ha existido ninguna indicación docente dirigida al desarrollo de
la habilidad de trabajar con el RIP-P: aparte de la incitación a cómo utilizar las obras
arquitectónicas como “referencias” en apoyo del desarrollo del proyecto; así como tampoco
con el interés de enriquecer el RIP-P del estudiante.
El Pensamiento Proyectual
El estudiante revela en su diario, que en el aula de PAI no se manifiestan intenciones de
enseñar a pensar sobre el propio proceso de proyecto. Esta situación, que revela la relación
conocimiento-habilidad es grave, pues si el estudiante no conoce la teoría de lo que es
proyectar y las regularidades de cómo se proyecta, evidentemente, no puede realizar las
acciones que lo lleven a desarrollar las habilidades profesionales de este aspecto tan
importante de la profesión.
De las observaciones a clases se confirman las insuficiencias en el desarrollo de las
habilidades, a modo de ejemplo, se presentan algunas en las que los estudiantes no son
capaces de:
1. Realizar un intercambio coherente de información entre los diferentes recursos
representacionales (plantas, alzados, secciones, perspectivas).
2. Pensar y planificar la comunicación del objeto que está proyectando.
3. Controlar varios problemas proyectuales a la vez.
4. No tienen suficiente conocimientos sobre el modo en que se deben comunicar las ideas
según la fase de proyecto donde se encuentra.
5. No disponen de un discurso teórico: ideas, conceptos, vocabulario, que les permita
organizar y exponer los argumentos de cada presentación.
Sin embargo se puede apreciar, en las sesiones de observación, que los profesores exhortan o
exigen que los estudiantes demuestren el dominio de determinadas habilidades a través de los
resultados de sus proyectos, pero no se ha observado que se dediquen a enseñarlas. Y esto
se grava en PA X cuando, siendo el último año de la carrera, los estudiantes no logran
sistematizar la ejercitación de los procedimientos y técnicas de habilidades específicas del
proceso proyectual.
Actitudes y valores
Esta categoría no cognoscitiva es la peor tratada en el proceso de enseñanza aprendizaje de
Proyecto, según el caso analizado en esta tesis. Prácticamente no hay reflejo alguno de la
misma, desde los documentos analizados, hasta las observaciones de los talleres de proyecto,
pasando por los criterios de los docentes y las reflexiones de los estudiantes.
Al no aparecer ninguna información sobre la categoría didáctica: actitudes y valores, se pone
en evidencia que no se reconocen los contenidos educativos en el proceso proyectual, lo que
demuestra que no se enseña la repercusión ética del contenido, ni habría posibilidades de
aprovechar dicho contenido para trabajar en el orden formativo.
Esta situación corre el velo sobre la débil o ninguna formación pedagógica y didáctica de los
profesores de arquitectura objeto de análisis. De ahí es fácil colegir que las actitudes y valores
no formen parte de los objetivos de las asignaturas de proyecto, de los talleres, ni de los
programas. Al mismo tiempo da pie para que se cometan errores como son los de identificar
las actitudes y valores con las habilidades o los conocimientos.
5. Otra variante utilizada en los talleres de proyecto es la que se denominó “método ausente
de motivación”: en el que se destaca la incapacidad del docente para motivar al estudiante.
Es tan escasa la utilización de procedimientos y técnicas que no se produce la motivación
necesaria para aprender a gusto y como resultado el estudiante prefiere que revisen su
trabajo para poder irse.
Relacionando unos factores con otros, se analiza que esa desmotivación y, o falta de interés
se puede deber a la ausencia de objetivos, al hecho de bajar el nivel de exigencia y al uso de
una metodología muy pobre.
6. El método como revisión, citado unánimemente en las entrevistas y a través de las sesiones
de observación en clases, de hecho ha devenido él único método del taller de proyecto. El
rasgo preponderante de la revisión consiste en el chequeo de lo que han hecho los
estudiantes, el señalamiento de errores y en recomendaciones, generalmente poco
fundamentadas. De hecho, esta versión de método, identifica esta categoría didáctica con
la de evaluación, como se demostrará más adelante.
Los diarios muestran situaciones muy interesantes consistentes en que durante todas las
variaciones que experimenta el contenido del ejercicio de Proyecto Arquitectónico y su
proceso, desde el surgimiento de la idea hasta la materialización, el método de revisión
permanece inalterable, de lo cual se puede inferir la falta de dinámica de la clase y se explica la
ausencia de interés de los estudiantes por el taller de proyecto.
En la puesta en escena de este método: la revisión o corrección como también se denomina,
se desvelan una serie de deslices didácticos que tipifican justamente lo contrario de lo que
debería ser el taller de proyecto arquitectónico. Además, no hay trabajo teórico en el taller, no
se refuerzan los conocimientos, ni se agregan nuevos. Y de las sesiones de observación
queda claro que la corrección como método, no guarda una estructura en relación a la lógica
del contenido.
La metodología de la revisión de proyecto deviene solamente crítica del resultado; esto
expuesto por los estudiantes es grave. Se actúa sobre el resultado y, por lo tanto, el estudiante
no puede aprender que proyectar es un proceso.
Generalizando, se puede argüir que al no haber un sistema de conocimientos teóricos como
contenidos de aprendizaje, ni tampoco el de habilidades, no hay posibilidades de vincular la
teoría con la práctica, lo que es propio de las metodologías de la formación de profesionales.
Al parecer, la filosofía de la revisión está penetrada por la idea de que no se enseña a
proyectar, no se orienta al estudiante, sino que se deja hacer con libertad y el estudiante
presenta lo que ha hecho solo.
Los entrevistados insisten y se constató en las observaciones y en el diario, que está ausente
la ejercitación de habilidades en el aula, pues el estudiante no trabaja en clase elaborando su
proyecto arquitectónico, pero, además, si la asignatura siempre es una revisión, el estudiante
de primer año trabajará solo, realizará la indagación sin dirección, se inventará su criterio y
ejercerá un juicio valorativo en solitario.
El estudiante está solo cuando más necesita del docente, durante la elaboración del proyecto.
El profesor es únicamente como una estación de control dentro de un extenso recorrido.
Desde otro punto de vista del análisis se comenta que lo que ocurre en la clase, durante la
revisión, y bajo la presencia del docente, no se concibe como una estrategia conformada por
actividades o sistemas de tareas para propiciar el aprendizaje. Lo observado es que los
procedimientos y acciones del taller están dictados por la “corrección” o revisión verbal, ya
descrita, con lo cual se desaprovecha la naturaleza del método que es acción, o sea, las
posibilidades de que los estudiantes trabajen, ejerciten desarrollen las habilidades
profesionales de proyectar; mientas el espacio del taller deviene una evaluación permanente.
intercambiar entre estudiantes. Y, por otra parte, mantiene lo más insignificante del taller: una
actividad eminentemente individual.
El propio taller de proyecto, las veces que es citado por los entrevistados, queda
caricaturizado, ya sea por su deficiente funcionamiento, o por el estrecho y casi exclusivo
vínculo con la revisión; mientras que a través de los diarios se confirma que ninguna de las
características propias del taller se cumple en esta puesta en práctica de las asignaturas PAI y
PAX, lo que quedó confirmado en las observaciones.
Medios de enseñanza
De acuerdo a las entrevistas, la utilización de los medios y recursos de apoyo para la
enseñanza, es sumamente limitada, lo que también se constata mediante las observaciones,
sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza visual de estas asignaturas.
Por otra parte, las observaciones nos permiten afirmar que el desconocimiento de los
requerimientos del contenido no permite al profesor elaborar un repertorio de medios de
enseñanza.
De las observaciones se obtiene la información de que, por lo general, los medios de
enseñanza que se utilizan en el aula son los planos y las maquetas que realizan los propios
estudiantes. Como consecuencia de las deficiencias de método, la producción gráfica de los
estudiantes no evoluciona en correspondencia con el avance de las sucesivas fases del
proyecto.
Sin embargo, el profesor no saca provecho a la solicitud de medios: se exige la maqueta, pero
luego no se utiliza, contribuyendo a la pérdida del interés, por los estudiantes, en elaborar
medios.
En los diarios de los estudiantes se apunta que los profesores de ambos niveles se preocupan
por el uso apropiado de la representación en el proceso proyectual, pero no se pasa de dicha
preocupación.
Esta situación remite a la reflexión de que los medios no contribuyen suficientemente al
desarrollo de las habilidades y las capacidades profesionales que esta asignatura está llamada
a formar, como tampoco a consolidar los conocimientos teóricos La producción y utilización de
los medios se corresponde, consecuentemente, con los insuficientes métodos y formas arriba
analizados, pasando a formar parte de la metodología descrita anteriormente, que se
caracteriza por ser prácticamente única, pobre, monótona, ineficiente y obsoleta.
Es importante destacar que en uno de los programas analizados se hace referencia a que la
asignatura PAI prepara un compendio titulado: “La casa como arquitectura: una introducción al
proyecto”. A pesar de sus breves comentarios por cada ejemplo y la baja calidad de las
imágenes fotocopiadas, este texto es más útil para el estudiante de primer año que cualquier
otro libro de la bibliografía recomendada. Sin embargo, entre las 28 obras recomendadas
como bibliografía de la asignatura, PAI entre básicas y complementarias, solo un texto aborda
específicamente el Proyecto Arquitectónico.
El Enunciado es considerado en esta tesis como un procedimiento, en forma de documento,
que constituye un punto de partida para realizar el ejercicio de proyecto. En este sentido el
enunciado es parte del método y como documento pudiera considerarse medio de enseñanza-
aprendizaje. Es por esa razón que lo analizamos, según los datos aportados por los
entrevistados, en este acápite de metodología.
De los datos anteriores, recabados de las entrevistas, se infiere que no se comprende el valor
didáctico del enunciado, cuestión que además queda constatada a través de las
observaciones, y es que el enunciado:
1. No cumple integralmente con su función de guía, de orientación del ejercicio.
C CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Capitulo 6
Conclusiones Generales. Aportes
Capitulo 6
Conclusiones Generales. Aportes
Introducción
Fundamentar cómo se enseña actualmente la disciplina Proyecto Arquitectónico es el
propósito de esta tesis y para esto se decidió instalarse en el escenario de desarrollo del
proceso de enseñanza aprendizaje: el aula, el taller de arquitectura, para desde la profundidad
del espacio docente construir y establecer una argumentación teórica en busca del origen, la
esencia y los principios que permitan asegurar la “verdad”, siguiendo el criterio de Foucault,
sobre la enseñanza de Proyecto.
…una disciplina se define por un ámbito de objetos, un conjunto de métodos, un corpus de
proposiciones consideradas verdaderas, un juego de reglas y de definiciones, de técnicas y de
instrumentos: una especie de sistema anónimo a disposición de quien quiera o de quien pueda
servirse de él, sin que su sentido o su validez estén ligados a aquel que ha dado en ser el
inventor.
Foucault (2011:32)
Por lo tanto, el objeto de estudio de esta investigación queda identificado por la actividad
docente y los problemas que se suceden en el aula durante el proceso de enseñanza
aprendizaje de la disciplina Proyecto Arquitectónico. Esto implica tratar simultáneamente con
las disciplinas de la didáctica y de la arquitectura.
En el caso de la didáctica general el carácter disciplinar no está en duda y no sólo eso, sino
que es categóricamente una ciencia; sin embargo, en el caso de la arquitectura todas las
evidencias llevan a afirmar que a pesar de su historia, no tiene una clara entidad como
disciplina. Más bien, la situación de la producción teórica de la arquitectura contribuye a
mantener su disolución disciplinar.
Si bien es cierto que como dice Foucault: “para que haya disciplina es necesario que haya
posibilidad de formular […] indefinidamente nuevas proposiciones” (2011:33), que es lo que
sucede con las obras teóricas de la arquitectura que contienen infinidad de temas, materias de
estudio y reflexiones teóricas que proliferan a cada instante, también es cierto que para que
una proposición pertenezca a una disciplina, es necesario que responda a “condiciones más
estrictas y más complejas que la pura y simple verdad: en todo caso, debe dirigirse a un
determinado plan de objetos” (Ib. 2011:33); lo cual ya no es tan frecuente en lo arquitectónico
y sobre todo en la teoría de proyectos.
Al no dar cuenta de pertenecer a un determinado tejido de teorías, la disciplina arquitectónica
no reconoce, o no está interesada en reconocer, proposiciones verdaderas y falsas, lo cual
desde el interior desdibuja sus límites y con ello pierde la facultad de “empujar hacia el otro
lado de sus márgenes toda una teratología del saber” (Ib. 2011:33).
Una de las ideas que sostiene el presente trabajo de investigación es que precisamente
primero hay que reconocer en una disciplina la existencia de la identidad que proviene de la
uniformidad, para después realizar un planteamiento novedoso. Dicha identidad es lo
disciplinar y ese soporte de regularidad es el que para muchos arquitectos no existe. El temor
a coartar la libertad creativa en la producción teórica de la arquitectura, hace que no se
reconozca la función restrictiva de lo disciplinar y ello le resta fuerza al papel propositivo y
multiplicador que tienen los aportes que se realizan al intentar desligarse de lo establecido.
Un amplio grupo de arquitectos de prestigio, incluso jóvenes, opina que el proceso de
proyecto no puede ser establecido con carácter general porque cada uno desarrolla su propia
forma de proyectar, por lo que consideran que aspirar a plantear una estructura regular para el
proceso proyectual, es imposible. Pero, ¿si la disciplina no tiene regularidades, cómo las puede
tener su modo de actuación profesional?
Luego se pasa a definir claramente que los datos que conforman el contexto del objeto de
proyecto provienen esencialmente de tres fuentes: el lugar, la función y lo tecnológico-
económico.
Es pertinente destacar que la solución del encargo no tiene un único modo de resolverse, por
lo que ineludiblemente ofrecer una respuesta proyectual implica haber encontrado la solución
del problema, o problemas del proyecto. Según la teoría más común de la disciplina, el
problema de proyecto se determina primero, pero este planteamiento es erróneo. El encargo
es portador de una situación particular, en ella se encuentran integradas las condicionantes del
proyecto, pero el problema proyectual sólo se empieza a conformar a través de la selección de
los datos y sus relaciones. O sea, el problema debe configurarse y construirse desde el tejido
relacional de la información que constituye el cometido del proyecto.
El énfasis de nuestra postura teórica apunta a que el problema debe ser configurado por el
arquitecto, en rigor se trata de una conceptualización; es una intelectualización de la realidad.
El problema no existe como fenómeno independiente de la conciencia del arquitecto. No debe
entenderse como una entidad presente en el encargo la cual hay que descubrir y precisar.
Otro de los momentos rescatables del análisis es que en el extenso cúmulo de datos que se
obtienen con la búsqueda, se va estableciendo una jerarquía a partir de la experiencia y
particularidades de la personalidad de quien proyecta. A la presencia del componente humano
y subjetivo del proceso el autor de esta tesis le denominó Repertorio de Información Personal y
Profesional, RIP-P. Gracias a dicho repertorio se detectan la relaciones entre los datos y las
motivaciones que pueden provocar en quien proyecta.
De aquí proviene la individualidad y las particularidades que se entrelazan en el tejido
relacional, que después intervienen en la elaboración del problema arquitectónico. Reconocer
las implicaciones del Rip-p en el desarrollo del proceso proyectual tiene vital importancia, ya
que permite definir qué factor personaliza el proceso. Al determinar el carácter humano y
subjetivo del diseñador, accedemos a los componentes emotivos y racionales que tan
significativos resultan en el aprendizaje de proyectar.
Entre las propiedades procesuales deben señalarse: el carácter cíclico del proceso porque
vuelve reiteradamente “hacia atrás”, pero no regresa nunca al mismo estadío, pasa
constantemente de un momento productivo que responde a la intencionalidad, a uno
evaluativo que pertenece a la crítica.
En la dinámica del proceso también se aprecia su iteratividad en lo referido a resolver un
problema detectado, mediante aproximaciones sucesivas a la solución y finalmente
observamos el carácter recursivo, en lo que implica la solución de un problema en términos de
una llamada a sí mismo. En el gráfico 65, se pueden visualizar en un supuesto bucle o lazo el
carácter cíclico, iterativo y recursivo del proceso.
La intencionalidad es el propósito que marca y persigue quien proyecta, es la llama del
proceso proyectual. Esta puede aparecer más clara o más oculta en la mente del proyectista,
pero siempre estará presente en la actividad proyectual. La intención es transitiva respecto a
las fases del proyecto, es decir, que se transfiere de una fase a otra, pero en este transcurrir
ella también se transforma; sin dejar de ser se enriquece, se refuerza y se depura.
Por ello insistimos que la fuerza y la guía para impulsar la creación proyectual reside en la
intención y aunque en la teoría convencional de la disciplina no se ha llegado a un consenso
sobre esta idea, en esta tesis se considera que es la intención quien verdaderamente
constituye la esencia del proceso proyectual.
Así como la intención marca el carácter generativo, productivo, en el transcurso del proceso se
da el fenómeno contrario, una fuerza que actúa a contracorriente; se trata de la constante
revisión de los resultados. Esta capacidad de evaluación está dada por los juicios y se ejerce a
través de la crítica. La crítica avala cada una de las decisiones que se toman en el proceso y
juega un papel primordial tanto en la producción como en la selección de alternativas. En el
gráfico 65 se representa en rojo cada paso de evaluación que se produce, como antesala de
la nueva propuesta. Este planteamiento difiere de las teorías que colocan a la evaluación en un
lugar único o particular del proceso.
Al continuar avanzando en el desarrollo del proceso proyectual se detecta que la formalización
aumenta; cada vez el grado de concreción física del objeto es mayor. Hasta este momento la
intención podía verse materializada por una diversidad de soluciones y, por tanto, de objetos
arquitectónicos, todos potencialmente válidos. A partir de ahora la propuesta se hace
particular, única, individual. Se singulariza y comienza una etapa diferente e irreversible: la
elaboración de la propuesta en la cual se pasa a la solución definitiva. La singularidad es la
característica de esta etapa, a partir de la cual el abanico de posibilidades y respuestas se
cierra, delimitando la propuesta a un único objeto.
La razón de ser del proceso proyectual es la concreción física de una unidad o ente
arquitectónico, transformando un propósito en una nueva realidad donde se desenvuelve el ser
humano. En consecuencia, esto provocará necesariamente una materialización y aquí estriba la
naturaleza visual que caracteriza el proceso. En esta investigación sostenemos que es
totalmente posible distinguir las diferentes fases que conforman el proceso proyectual, ya que
cada una posee nivel, características y contenidos específicos. Las fases son las siguientes:
La contribución fundamental de este enfoque teórico es que el análisis del proceso está
dirigido más que a sus fases, a las actividades que las conforman, ya que estas son la
evidencia tangible de la naturaleza del proceso. La expresión última del proceso proyectual se
manifiesta a través de sus actividades, acciones y tareas.
Después del recorrido anterior se llega a definir el Proceso Proyectual: es un sistema de
pensamiento y actuación orientado a satisfacer necesidades humanas, mediante la creación de
una intención y de su transformación en una realidad material futura.
Al formular que el Proceso Proyectual es un sistema de pensamiento y conjuntamente definirlo
como sistema de actuación implica que el análisis ha permitido abordar el pensamiento
proyectual desde cada una de las actividades que integran dicho proceso y por tanto
responder a: ¿cómo se piensa el Proyecto Arquitectónico?, que es una de las interrogantes que
presiden la investigación desde sus inicios.
A través de esta nueva teoría han sido reveladas las esencias, que reflejan la regularidad del
proceso. Esta estructura se ha representado en un modelo dodecaédrico, que incluye 12
premisas o postulados presentes en todo proceso proyectual que se desarrolle de principio a
fin.
Aporte: Los 12 postulados del Modelo Dodecaédrico del Proceso Proyectual
1. En el encargo están contenidas las tres fuentes de datos que informan sobre el contexto
del objeto arquitectónico.
2. La asimilación de los condicionantes se realiza mediante una selección y jerarquización
activa de los datos.
3. El problema proyectual se conforma y luego se define.
4. El Rip-p. es la fuente que aporta individualidad al proceso proyectual.
5. El proceso proyectual avanza desde la realidad existente a lo abstracto y de aquí a una
nueva realidad proyectada. r- a - r+
6. La intencionalidad es condición inherente de lo proyectual.
7. El proceso se caracteriza, más que por etapas, por un continuum de actividades que se
solapan y evolucionan gradualmente en las siguientes.
8. La formalización es la conversión que reciben las ideas al transformarse en elementos
formales de configuración espacial.
9. La materialización es la concreción que experimentan los elementos formales al
convertirse inevitablemente en elementos arquitectónicos.
10. La función es el nexo que vincula la estructura formal con su materialización.
11. La creatividad es una cualidad del proceso que puede estar presente desde el inicio hasta
el resultado final.
12. La crítica es condición inherente de lo proyectual y está presente desde el inicio hasta el
resultado final del proceso.
Es importante destacar en donde reside la relevancia de este dispositivo, ya que el modelo
hace posible:
a) Evidenciar las características del proceso proyectual, entre las cuales se destaca su
regularidad.
El proceso proyectual tiene una estructura y una esencia. La importancia de esta
estructura radica en que ella garantiza una estabilidad en el comportamiento del
fenómeno, de manera que su esencia no cambia en función de modas, épocas, estilos,
proyectistas, métodos, recursos creativos o cometidos de proyecto.
Esta regularidad permite identificar las variaciones individuales que los diferentes
profesionales le imprimen a la actividad proyectual, facilitando así el análisis de las
aportaciones personales al proceso.
b) Desarrollar el estudio y la profundización sobre la propia naturaleza del proceso
proyectual.
El modelo posee las cualidades de abstracción y generalidad suficientes para
representar al fenómeno de estudio al mismo tiempo que permite distanciarse de él lo
necesario, como para reflexionar sobre sus partes y relaciones. Esta capacidad traslativa
del modelo hace posible interactuar con él con el ánimo de inferir o descubrir nuevas
propiedades del fenómeno de estudio.
c) El modelo permite anclar una teoría relativa al estudio del proceso proyectual.
Aportar precisión y rigor al Proyecto Arquitectónico, implica definir su propio contenido,
dominar las capacidades específicas del proyectar y delimitar los contenidos que les son
propios o aplicados. Todo lo anterior ha llegado a configurar un conocimiento inédito. Es
una teoría que se debe criticar, modificar y enriquecer pero desde una aportación de
tectónica disciplinar.
d) Aplicar a otros campos características inmanentes del proceso proyectual.
En este particular el modelo ya ha experimentado y dado cuenta de su primer servicio
heurístico. En tanto que enseñar arquitectura es aspirar a que los estudiantes se
apropien del modo de actuación profesional del arquitecto, que es principalmente el de
proyectar, se espera que el Modelo dodecaédrico pueda ofrecer las pautas para actuar
en el plano didáctico.
Haciendo una reflexión sobre todo lo anterior, es que consideramos que el primer objetivo
específico de este estudio se ha cumplido.
Seguidamente, al plantear una aproximación a la disciplina arquitectónica desde la academia
se fue a dar directo con los siguientes cuestionamientos formulados desde el inicio de la
investigación: ¿Es proyectar una competencia profesional del arquitecto?, ¿Proyectar es una
meta competencia que incluye a su vez habilidades específicas, cuáles?
teóricos, tanto como los prácticos, en el marco del aula, de la profesión y del contexto social,
que brinda la carrera.
Esta visión formativa se refleja en todos los niveles académicos: desde los más generales del
curriculum de la carrera y del plan de estudio, pasando por los programas de disciplinas hasta
las asignaturas que componen la disciplina rectora: Proyecto Arquitectónico.
Se decidió emprender un recorrido histórico del objeto de estudio, en el cual se revelan los
hitos principales que se han dado en destacadas instituciones académicas, desde la
antigüedad hasta nuestros días. Se caracterizan y valoran las escuelas de Bellas Artes de
Paris, la Wagnerschule, la Bauhaus, la Vjutemas, la Escuela Superior de Diseño de Ulm y La
Architectural Association de Londres AA. Para ser objetivos, el análisis parte del contexto
histórico cultural en que se generan dichas instituciones, se destaca la significación que ellas
han tenido en el campo de la arquitectura, del diseño y de las artes en general.
El propósito principal que anima este acápite es recoger la herencia pedagógica de estas
instituciones, es decir los aportes pedagógicos que estos centros han ofrecido a la formación
de arquitectos, criterios que conforman un basamento cultural para comprender los logros e
insuficiencias actuales en este campo.
La investigación en el terreno de la instituciones académicas arrojó que no existe una teoría
curricular para planificar la formación de arquitectos, por lo cual se pasó a revisar
documentos rectores y planes de estudios de numerosas instituciones universitarias, con el
propósito de inferir de ellos alguna concepción pedagógica que haya sustentado o sustente
actualmente la formación de este profesional. La ausencia teórica, sin embargo, dejó ver la
utilización de diversas tendencias, no regularizadas, sobre la teoría y metodología curricular,
con lo cual se presentó la tesitura de sistematizar una propia conceptuación para el desarrollo
de este trabajo, aportándose definiciones, clasificaciones y conceptos que constituyen la base
sobre la cual descansan los criterios curriculares que se emiten en el trabajo.
Con este instrumental científico se llevó a cabo un análisis de la evolución histórica de planes
de estudios españoles y de mallas de carreras de arquitectura actuales de varios países
latinoamericanos. Los resultados constatan lo siguiente:
a) Existe una insuficiencia teórico-pedagógica que subyace en la currícula actual de la
formación de los arquitectos.
b) Hay un progreso en los modelos de planes de estudio: los primeros de carácter
atomísticos, conformados por innumerables materias aisladas; seguidos por la corriente a
organizarse en bloques o áreas de contenidos, llegando a aparecer los de carácter
disciplinar.
c) La evolución se refleja especialmente en la disciplina Proyecto Arquitectónico que, aunque
sea por un sentido cuantitativo, expresado por el número de asignaturas constitutivas; o
formal, dado por su secuencialidad; muestra la intención de otorgarle un lugar
preponderante en el curriculum.
A los efectos de la tesis estos resultados son esenciales, pues se deberá comprobar más
adelante si el papel sintetizador y aglutinador de Proyecto Arquitectónico, (por lo cual algunos
pedagogos la denominan disciplina rectora), tiene su concreción didáctica en el aula, en el
taller de Proyecto.
En el marco de la valoración histórico-pedagógica de Proyecto Arquitectónico y del papel del
proceso proyectual en la formación de los arquitectos, se hizo necesario profundizar en el
concepto de Perfil del Egresado.
En tanto en los documentos curriculares generalmente sólo se menciona el término, hubo que
construir una definición: Perfil del Egresado es el conjunto de competencias con que cuenta el
El hecho de que dicho modelo refleja en el plano conceptual las esencias del proceso de
proyecto, ha servido para derivar del mismo un conjunto de actividades, que una vez
dominadas por el estudiante pueden ser consideradas las más representativas del perfil
profesional, que integran la competencia específica de proyectar.
Aporte: Sistema de Habilidades profesionales que integran la Competencia Proyectual
Sistema de Habilidades Profesionales
1. Transformar la necesidad del cliente en un encargo profesional (problema profesional).
2. Inferir las particularidades que adoptan las fuentes de datos en el encargo específico.
3. Formular en términos de encargo la petición del cliente: elaborar un Programa funcional,
analizar los datos del lugar y de lo tecnológico-económico.
4. Seleccionar los datos condicionantes del problema proyectual.
5. Jerarquizar los datos condicionantes del problema.
6. Concebir el problema proyectual.
7. Organizar los componentes del problema proyectual.
8. Definir el problema proyectual.
9. Elaborar una intención proyectual.
10. Determinar las implicaciones funcionales del cometido de proyecto y concretarlas
arquitectónicamente.
11. Enriquecer y fortalecer el r.i.p.-p.
12. Utilizar los conocimientos y experiencias en función de buscar una solución al proceso
proyectual.
13. Aplicar en el trabajo proyectual las implicaciones de los conceptos de iteratividad,
recursividad, progreso y retroceso, que conforman la naturaleza de proceso.
14. Actuar con imaginación, innovación y originalidad durante el proceso proyectual.
15. Convertir las ideas o el enunciado intencional del proyecto en elementos formales.
16. Concretar los elementos formales en elementos arquitectónicos.
17. Emitir juicios de valor, basado en criterios arquitectónicos, sobre las decisiones y
resultados parciales y finales, del proceso proyectual.
Los elementos que otorgan carácter de sistema a las habilidades son:
a) Su derivación del sistema de conocimientos que supone el modelo teórico Dodecaédrico
del Proceso Proyectual.
b) Su integración dialéctica en una unidad mayor: la competencia de proyectar.
c) Las interrelaciones entre ellas mismas.
d) Las potencialidades para vincularse con los conocimientos interdisciplinares.
Esta propuesta de sistema de habilidades profesionales del arquitecto, si bien debe someterse
a crítica y enriquecimiento posterior, como resultado genuino de investigación científica, ha
sufrido una primera validación exitosa, al ser utilizado en los instrumentos del Marco Aplicado
de esta tesis.
Es impensable planificar un perfeccionamiento de la enseñanza y el aprendizaje del proyecto
arquitectónico, sin haber ganado en conocimiento de la esencia didáctica de dicho proceso.
Esto supondrá el nivel de partida desde el que se intentará la mejora de la cual esta
investigación es solo un primer paso.
tal vez no se comprende que sin ellos no hay una coherencia en la disciplina Proyecto
Arquitectónico y, por lo tanto, no puede enseñarse eficientemente.
Constituye una contribución de esta parte del trabajo, haber utilizado el sistema de categorías
didácticas, como instrumento teórico de la investigación, durante el análisis de la enseñanza
de Proyecto Arquitectónico y comprobar su capacidad y efectividad para guiar su dimensión
docente. Con lo cual se considera que se satisface el segundo objetivo especifico del estudio,
al menos en el plano teórico.
Las implicaciones prácticas se propagan al Marco Aplicado, ya que las categorías didácticas
al ser utilizadas en los instrumentos, como unidades de análisis, juegan un rol muy importante
en la metodología de investigación.
El tercer objetivo especifico que se propuso en la tesis, se concebía como un paso
indispensable para la investigación:
Elaborar una metodología de investigación para someter a
análisis el objeto de estudio: el proceso de enseñanza
aprendizaje de la disciplina Proyecto Arquitectónico en el
contexto del aula.
Pero en aquel entonces no se era capaz de vislumbrar que la formulación e implementación de
una metodología de investigación, para someter a análisis el proceso de enseñanza
aprendizaje de Proyecto Arquitectónico en el contexto del aula, podría ser considerada una
contribución. El hecho de que apenas existen intentos de esta índole, es lo que la hace
novedosa y le da valor a dicha metodología. Es mucho más productivo explicar en qué radica
específicamente la aportación.
Aporte: Estructuración de una Metodología de investigación adecuada al objeto de estudio
La utilización de la didáctica general a la enseñanza de lo arquitectónico, es de singular
importancia en este estudio, ya que sus categorías desempeñaron el papel de instrumental
teórico-metodológico necesario para el análisis del objeto de la investigación, que no cuenta
con una teoría de enseñanza propia. El aporte radica, más que todo, en que en ese trabajo, la
aplicación de las categorías generales sufrieron un proceso de concreción a lo particular del
proceso proyectual, que permitió servir de instrumental para el análisis y valoración de las
situaciones estudiadas.
Por otra parte, la creación y utilización del constructo ámbito como resultado de entender la
relación entre proceso proyectual y proceso de enseñanza aprendizaje, es otra característica
que conforma y distingue la metodología adoptada para investigar la dinámica de las clases
de Proyecto Arquitectónico.
Finalmente, debe incluirse, la utilización del diario como instrumento investigativo para
profundizar en el conocimiento del pensamiento proyectual.
por la ciencia que estudia este proceso: la didáctica. Lo cual enlaza el problema central de la
tesis con el cuarto objetivo específico:
Revelar los problemas claves que se presentan durante la
enseñanza aprendizaje del proceso proyectual en el contexto del
aula, mediante un estudio de caso.
Aporte: Detección, definición, clasificación y exposición de Problemas que no habían sido
revelados con carácter científico con anterioridad.
Al poder contar con un instrumental teórico, surgido de la concreción de la Didáctica General,
con la teoría del Proceso Proyectual aportada en el estudio del Modelo Dodecaédrico en esta
tesis, se aplicó dicho instrumento a las situaciones de enseñanza aprendizaje del caso
estudiado.
Los problemas fundamentales son:
Una de las mayores dificultades encontradas en este análisis se refiere, didácticamente
hablando, a la falta de proyección hacia el futuro en la formación del profesional de la
arquitectura. Esta disposición de mirar hacia el futuro, recae en la ciencia didáctica, en la
categoría objetivos, la que tiene una función predictiva y por su naturaleza planifica, orienta y
guía el proceso formativo del estudiante. No obstante, los procesos de enseñanza aprendizaje
analizados están privados de este importante papel.
Algunas de las dificultades más acuciantes reveladas estriban en que no se conciben los
objetivos para el estudiante, o sea, en términos de aprendizaje, en la asignatura, ni en el
ejercicio, ni para una fase específica de este.
Pero, el elemento que pudiera caracterizar con más exactitud la debilidad del tratamiento
didáctico de la enseñanza de la arquitectura, estriba en que no se domina la esencia del
contenido: el proceso proyectual. Y como reflejo de esto no aparece como objetivo de las
asignaturas de Proyecto Arquitectónico, el aprendizaje del propio proceso proyectual, es decir,
los conocimientos y habilidades fundamentales de este proceso. Vale decir que no se enseña
la estructura del pensamiento proyectual: no se muestra interés por el origen de las primeras
ideas, por la formación de criterios, por el proceso de selección de datos o la explicación
verbal de determinado argumento proyectual.
La situación descrita pone en evidencia que los docentes no conocen los conocimientos y
habilidades propios del proceso proyectual y, por ende, no hay un producto resultante que le
dé sentido a los objetivos. Esta situación se traduce en una ausencia de lógica del contenido
que conforma las asignaturas de proyecto, en las cuales no se determina con precisión los
elementos claves del ejercicio, en un deficiente manejo conceptual, de la terminología de la
propia disciplina y la presencia de una capacidad argumentativa muy pobre por parte de los
docentes.
Los docentes no dominan las etapas del proceso proyectual. De las respuestas recogidas en
las entrevistas, ninguna contiene todas las etapas, lo que significa que no se capta la
naturaleza integral del proceso. Nadie denomina las fases, ni siquiera recurriendo a una
designación numeral. Algunos confunden la fase con un tipo de instrumento representacional,
y de manera más general las hacen depender del tipo de proyecto.
Una conclusión fundamental es que no se tiene conciencia de que la característica
esencial del contenido en la disciplina Proyecto Arquitectónico es la de saber hacer.
Un problema agregado al anterior consiste en que este contenido no se reconoce como
habilidades y capacidades que hay que ejercitar, lo que demuestra un desconocimiento de la
naturaleza profesional de la disciplina Proyecto Arquitectónico. De ahí se deriva la gravedad de
la situación encontrada, ya que el proceso de saber proyectar debería convertirse en eje de la
disciplina Proyecto Arquitectónico y de toda la formación profesional de los arquitectos, por ser
la más representativa del saber hacer de la profesión.
Lo siguiente se aprecia en los resultados de todos los instrumentos utilizados por la
investigación: ante la definición de contenidos no existe distinción entre los conocimientos
aplicados a proyectos, pero provenientes de otras disciplinas como instalaciones, estructuras
o técnicas constructivas y los que son propios e inherentes a Proyecto Arquitectónico.
Una reflexión que obligadamente deberían hacer los docentes, y que según lo constatado no
hacen, es que las habilidades representan el perfil de la profesión: el saber proyectar; pero que
a su vez estas habilidades están constituidas por los conocimientos fundamentales (la
estructura de pensamiento proyectual), convertidos en modos de actuación profesional. Y esta
es la labor del docente: enseñar los conocimientos y mediante un trabajo de transposición
didáctica enseñar a operar con ellos, o sea, transformarlos en modos de actuación. Solo así se
comprenderá la importancia del contenido.
Estas debilidades de ausencia de sistema de conocimientos, tanto como de sistema de
habilidades se refleja en los programas analizados, así como en el manejo de la asignatura en el
aula durante las clases de proyecto. Este incumplimiento de las exigencias didácticas, retrata la
ausencia de formación del profesor de arquitectura, como profesional de la docencia.
No obstante dicha insuficiencia (la de reconocerse como un profesional de la docencia) ha
llevado al autor de esta tesis a la reflexión de que esto no es un problema a nivel profesional,
porque el arquitecto puede saber hacer el proyecto sin concientizarlo; pero a nivel docente, si
este no lo tiene interiorizado y no lo sabe expresar en un lenguaje conceptual, no lo puede
enseñar.
Esto corrobora la idea defendida en esta tesis de que una cosa es ser arquitecto y otra muy
distinta es ser profesor de arquitectura.
Algunos de los conocimientos que forman parte de la teoría implícita en el Modelo
Dodecaédrico que se aporta en esta tesis y que reflejan la estructura esencial del proceso de
proyecto, no son identificados en las asignaturas, aunque algunos de ellos afloran en la clase,
porque la naturaleza del proceso proyectual los evidencia cuando los estudiantes tratan con
las causas y consecuencias de la problemática de sus soluciones.
No obstante, a pesar de que existe un vacío en el trabajo intelectual sobre el proceso
proyectual y que, toda la intención de la asignatura se vuelca en la producción del resultado,
se ha podido confirmar la validez de algunas de las propuestas teóricas de la tesis, tales
como:
1. La asimilación de los condicionantes del proyecto se realiza mediante una selección y
jerarquización activa de los datos.
2. El problema proyectual se conforma y luego se define.
3. La intención del proyecto constituye el elemento esencial del proceso proyectual.
Aunque sea una obviedad, en este análisis didáctico es importante significar que el hecho de
que los docentes no enseñan conscientemente los sistemas de conocimientos y habilidades
esenciales de proyecto arquitectónico, esto determina que los estudiantes no los aprenden. Y
hay otro efecto: ya que los esfuerzos del docente no están dirigidos al aprendizaje de dichos
contenidos, situación totalmente generalizada, el interés docente se desplaza hacia los
resultados del proyectar: el edificio en cuestión.
No existe trabajo en la clase dirigido a desarrollar capacidades de:
1. Aplicar los contenidos de otras asignatura en el proceso proyectual.
2. Coordinar coherentemente la información entre los diferentes medios de representación que
intervienen en la concepción: plantas, alzados, secciones o perspectivas.
Oscar Guevara, 2013 436
Análisis del Proceso de Enseñanza Aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico, en el Contexto del Aula.
3. Trabajar con los datos y las variables de Proyecto Arquitectónico. La búsqueda y selección
de los datos.
4. Formar criterios proyectuales.
5. Afrontar la resolución de varios problemas a la vez, ni de todos los requisitos del programa.
6. Integrar forma y función al mismo tiempo.
7. Exponer verbalmente el proceso de trabajo.
8. No existe trabajo docente sobre formación de habilidades dirigido a desarrollar algún tipo
de procedimiento destinado a que el estudiante detecte por si solo errores en su trabajo.
Las situaciones detectadas advierten que los estudiantes desconocen y por tanto no trabajan
eficientemente en:
1. La etapa de diseño en que se encuentran y el tipo de información gráfica que esta
demanda.
2. El modo en que deben comunicar las ideas.
3. Una estructura conceptual para organizar los argumentos importantes que deben guiar la
exposición, según la fase del proceso proyectual en que se hallan.
4. Los procedimientos para obtener una exposición verbal completa; siempre olvidan u omiten
algún aspecto.
5. La condición de aplicabilidad e integración de conocimientos al proceso proyectual.
6. Criterios, aportados por la lógica de conocimientos, que sirvan para utilizar después de la
revisión, para no cometer los mismos errores, para aplicar en el trabajo independiente o
para analizar individualmente creaciones nuevas.
Prácticamente no hay reflejo alguno sobre la categoría actitudes y valores, desde los
documentos analizados, hasta las observaciones de los talleres de proyecto, pasando por los
criterios de los docentes y las reflexiones de los estudiantes.
Al no aparecer ninguna información sobre esta categoría didáctica, pone en evidencia que no
se reconocen los contenidos educativos en el proceso proyectual, lo que demuestra que no se
enseña la repercusión ética del contenido, ni habría posibilidades de aprovechar dicho
contenido para trabajar en el orden formativo.
No se recogen, a través de ninguno de los documentos analizados, ni de los resultados de los
instrumentos aplicados, objetivos de carácter educativo, o sea, hacia la formación de
actitudes y valores. Se puede inferir que en la desmotivación que provocan las actividades
docentes puede intervenir la ausencia de objetivos educativos, al no trazarse las pautas sobre
la dirección que debe emprender el proceso docente.
De ahí es fácil colegir que las actitudes y valores no formen parte de los objetivos de las
asignaturas de proyecto, de los talleres, ni de los programas. Al mismo tiempo da pie para que
se cometan errores como son los de identificar las actitudes y valores con las habilidades o los
conocimientos.
Por los comentarios que hacen los estudiantes en sus diarios, el aula no brinda un clima
apropiado para desarrollar actitudes y valores, así como se constata que la corrección no
es una actividad para incidir en la formación de estos aspectos de la personalidad, sino el
momento de presentar resultados. Tampoco los docentes están en condiciones de aprovechar
oportunidades que se presentan para incidir en la formación de los estudiantes a través de los
mecanismos psico-educativos.
Expresado por los docentes: el ambiente de aprendizaje es, en general, muy individualista; los
estudiantes no sienten la responsabilidad de realizar las tareas pero, a la vez, los profesores no
se sienten comprometidos con educar en esta dirección, tampoco se aprovecha, en el orden
formativo, la potencialidad del grupo.
Las limitaciones de la metodología comienzan desde el desconocimiento de la propia
categoría didáctica, así como sus integrantes: métodos, formas y medios de enseñanza.
Los profesores no dibujan, ni marcan los planos (los planos están colocados en la pared como
corresponde a un seminario, pero la actividad no es la de un seminario) al no quedar una
huella gráfica de los señalamientos en los planos, el estudiante tiene que recordar las
sugerencias a partir de lo que se dijo.
No se comprende el valor didáctico del enunciado. Él sustituye lo que en términos de
aspiración docente se espera que logren los estudiantes, cargando con el peso de los
objetivos de la asignatura; mientras incumple su función de orientación del ejercicio y no refleja
los pasos del proceso proyectual. La conclusión es: no se enseña una metodología para
aprender a proyectar bajo orientación, con el propósito de que posteriormente el estudiante
pueda hacerlo con autonomía.
Queda demostrado la existencia de un ciclo docente erróneo: los objetivos no se dirigen a lo
que hay que aprender sino al resultado del proyecto; los conocimientos y habilidades no son
representativos del proceso proyectual y la metodología pone su interés en los resultados
parciales y finales: el edificio, y no a lo que los estudiantes están aprendiendo y tienen que
dominar para lograr el proyecto.
Si se analiza en el sentido inverso se puede argumentar, que las limitaciones metodológicas
tienen su punto de partida en las imprecisiones de las aspiraciones u objetivos con que se
concibe la enseñanza de proyecto y en el desconocimiento de sistemas de conocimientos,
habilidades y actitudes propios de esta disciplina.
A falta de métodos coherentes con el saber que se debe enseñar, los docentes improvisan en
el aula sobre una serie de criterios erróneos, que desvirtúan la verdadera esencia de estas
categorías didácticas, a saber: el método como libertad del estudiante para dirigirse a sí
mismo, método como ayuda, método como solución de problemas individuales de los
estudiantes, el método como comparación y método como revisión que es casi como decir
como evaluación.
Únicamente a modo de ilustración, mencionaremos el más representativo de estos criterios o
concepciones erradas, que por su nivel de generalización y de distorsión está interfiriendo
drásticamente en el proceso de enseñanza del proceso proyectual. Se trata del falso criterio de
“respetar la individualidad” del estudiante; sus argumentos se basan en la naturaleza artística,
irregular y particular de la arquitectura, opiniones que abundan en el imaginario de los
arquitectos y que está presente, aún sin saberlo el docente, en las aulas de proyecto.
Didácticamente hablando esto se traduce en que: no se puede determinar los objetivos de la
asignatura, porque cada estudiante trazará su camino propio y que cada estudiante buscará
cómo proyectar aunque nadie le diga cómo hacerlo. Pero, si esto lesiona a la metodología de
proyectar, lo que es menos grave, dada la variedad de métodos, formas y medios de
enseñanza y el papel dinámico de ella tanto para el docente, como para los estudiantes, lo
grave no está aquí, sino que la “filosofía” afecta también a lo que se enseña: al qué, al
contenido.
Es decir, en la mencionada concepción, no se delimitan ni se abordan con suficiente
intención docente los conocimientos, las habilidades, y los valores que se deben
enseñar y formar. Este tipo de concepción trae como consecuencia, que no se enfoca a lo
profundo, concreto y esencial de lo que el estudiante debe aprender: los saberes conceptuales
y el dominio de habilidades profesionales, sino a lo superficial, medible e inmediato: el
resultado.
Estas maneras de pensar, que no tienen sustento teórico, filosófico, ni científico, son criterios
subjetivos que no pueden ser fundamentados a la luz de ninguna ciencia, pero están muy
generalizados y presentes en el soporte ideológico del quehacer cotidiano que marca el objeto
de estudio. Sus manifestaciones en el aula y en el imaginario de los docentes se concretan en
situaciones como las siguientes:
Por otra parte, valerse de las categorías de la Didáctica General permitió revelar que no cuenta
la docencia de la Arquitectura con una teoría de la enseñanza particular de este objeto de
estudio. Pero, sí dio la posibilidad de utilizar sus categorías, a modo de metodología de la
investigación, para acerarse al proceso de enseñanza aprendizaje del proceso proyectual, con
el propósito de detectar los problemas claves que se generan en ese escenario y hacerlo con
el rigor científico necesario.
La labor de analizar los innumerables datos recogidos, explicar los logros e insuficiencias
detectadas, razonar las causas que los motivan, conceptualizar los problemas, llevar a cabo
una taxonomía, argumentar las teorías en las que se basan las situaciones encontradas,
introdujo a este autor en un ámbito nuevo, que resultó ser el de la Didáctica Particular de la
Arquitectura.
De este modo, se puede concluir que la investigación ha llegado a la profundidad del estrato
resistente, al nivel desde donde se puede comenzar a construir los cimientos de esta nueva
ciencia: Didáctica de la Arquitectura, con lo cual queda satisfecho el objetivo principal de esta
tesis.
Capitulo 7
Límites, Credibilidad de la Investigación y Propuestas
Capítulo 7
Límites, Credibilidad de la Investigación y Propuestas
Introducción
El presente trabajo de investigación, como todo trabajo investigativo, refleja el esquema
interpretativo de quien lo ha concebido y realizado. Sin embargo, esta dimensión subjetiva del
estudio es la que lleva a valorar que exista coherencia entre todas las partes del trabajo: que el
marco teórico esté suficientemente argumentado, que la metodología sea la adecuada en
relación con el aspecto anterior y la pertinencia de los instrumentos utilizados.
Las teorías generadas en la investigación cualitativa, según Goetz y LeCompte (1984),
presentan cuatro características:
1. Inductivas: se desarrollan desde abajo, a través de la relación entre diversas evidencias
empíricas.
2. Generativas: se descubren proposiciones desde la evidencia de los datos.
3. Constructivistas: las categorías de análisis aparecen en el curso de la descripción mediante
procesos de abstracción.
4. Subjetivas: parten de interpretaciones particulares y contextualizadas.
Estas cuatro características están presentes en esta tesis y ponen de manifiesto cómo el
trabajo se ha desarrollado desde la práctica a la teoría. Pero, las posibilidades de una
investigación no pueden reconocerse sin antes haber examinado sus límites. Identificarlos
permite avanzar en el proceso investigativo, planteando nuevas vías de estudio y aplicación.
La delimitación de la investigación es un proceso que implica bajar de los niveles abstractos a
los más concretos y operativos, para ello se apoya en parámetros tales como la profundidad y
la extensión. La profundidad presupone un trabajo que se desarrolla en varios niveles de
análisis: desde la indagación de información, a una mayor precisión y conceptualización hacia
la particularización. Y la extensión se refiere a la amplitud, a los diferentes campos o planos de
análisis que abarca.
Para abordar este propósito el presente capítulo se organiza tomando como eje de reflexión el
problema central de la tesis. El problema constituye “punto de partida” y a la vez “punto de
llegada” y entre ambos extremos se encuentra una variedad de aspectos teóricos y empíricos
a los cuales se debe responder. Se inicia señalando los límites teóricos del problema mediante
su conceptualización.
Una vez argumentados los posibles alcances de la investigación, es necesario establecer que
el propio trabajo investigativo, mediante su inserción en la realidad, experimenta una serie de
limitaciones. O sea, que se expone una reflexión dirigida a entender hasta qué punto las
circunstancias que se fueron presentando, intervienen en la construcción de los límites de la
presente investigación. Este análisis se aborda desde unos criterios reguladores y
metodológicos que responden a la naturaleza del estudio cualitativo, ellos son: credibilidad,
transferibilidad, dependencia y confirmabilidad según Guba (1981. Citado por Gimeno
Sacristán, J. y Pérez Gómez. 2008).
Su máximo calado se obtiene cuando la explicación con que se tratan los problemas hallados,
acerca la didáctica a la teoría de proyecto aportada y en su fusión surgen argumentos y
conceptos tales que ya no son específicos de la primera teoría, ni de la segunda, dando pie a
un cuerpo de fundamentos que resultan basamento de lo que en el futuro puede llegar a ser
una Didáctica Particular de Proyecto.
Desde la visión de la extensión el horizonte se aleja, ya que ahora los objetos de análisis son
los documentos estudiados en el Marco teórico: en la teoría curricular (Capítulo 2), en la
concepción sobre la dinámica del aula (Capítulo 3) y en el análisis de los resultados y
valoraciones desde cada uno de los instrumentos aplicados (Capítulo 5).
Bloque 4
¿Se puede enseñar la arquitectura?, ¿se puede enseñar a proyectar?
Por otra parte, el caso construido para la investigación, es representativo de unos anchos
límites, que abarcan el análisis de documentos, criterios de docentes entrevistados, de
estudiantes a través de sus diarios y observaciones de clases.
En síntesis, podemos decir que los alcances de la investigación son apreciables, en tanto se
ha logrado fundamentar el proceso de aprendizaje de la Disciplina Proyecto Arquitectónico en
el contexto del aula, desde la complejidad del objeto de estudio y esto ha sido posible por la
profundidad, integralidad y extensión del análisis con que se ha abordado la investigación.
la disciplina Proyecto Arquitectónico en el contexto del aula y desde allí quedan expuestos los
diferentes planos que fue necesario abordar. Alrededor del rectángulo, se encuentran los
componentes que más transpiran una naturaleza didáctica: las asignaturas de Proyecto como
unidades de la organización docente y la disciplina como sistema de asignaturas vinculadas
por unas esencias comunes. Un poco más distantes se ubica la dimensión curricular: los
Planes de Estudios de la carrera, la concepción de los docentes, el modo de actuación
profesional, concretado en competencias y habilidades profesionales y la propia teoría del
proceso proyectual.
7.2.1. Credibilidad
El criterio de credibilidad, o valor de verdad de los estudios cualitativos, establece que los
resultados obtenidos de la investigación deben ajustarse a la realidad estudiada, según
González Nuñez, B. (2010). Este concepto hace alusión a la validez de los datos obtenidos en
la investigación, lo cual se constituye en una serie de aspectos que al confluir en un proceso
investigativo permiten valorar los hallazgos como creíbles. Es un criterio que apunta al rigor
científico que puede atribuírsele al estudio.
La credibilidad en la presente investigación se basa en aspectos como:
a) La valoración de expertos para la construcción definitiva de los instrumentos de la
investigación. El diario, la guía de la entrevista y los criterios de observación fueron
concebidos y probados en la tesina que antecede a la presente investigación desarrollada
entre los años 2009-2010. Todos los instrumentos responden a un propósito de coherencia
conceptual, dado que en ellos está presente la teoría didáctica, a través de sus categorías
y, metodológicamente, convertidas en categorías de análisis.
b) El respeto por los hechos y situaciones, al circunscribir las opiniones y respuestas a la
realidad temporal y espacial, así como al relacionar los datos obtenidos con una experiencia
de más de 25 años del autor, dedicados a la enseñanza de la arquitectura y el diseño y a la
formación de docentes.
c) El tiempo que el autor lleva inmerso en el tema de la investigación sobrepasa los diez años,
ya que los inicios del doctorado datan de 2001 en la Facultad de Arquitectura de la ETSAB;
que después de un año de asistencia presencial se traslada a la Universidad Autónoma de
Barcelona, en la Facultad de Pedagogía, en aras de fortalecer la preparación pedagógica y
se vuelven a comenzar los estudios doctorales. Desde el 2006 se realizaron los siguientes
trabajos de investigación relacionados con el tema:
Un Modelo de intervención educativa desde la formación.
Optimización del diseño de investigación.
Memoria de la creación de un currículo innovador en el contexto centroamericano.
Análisis crítico del diseño de la investigación.
Una guía conceptual para la selección y organización de los contenidos en el currículum
de Arquitectura.
La Didáctica de la disciplina Proyecto Arquitectónico desde el contexto del aula.
7.2.2. Transferibilidad
La postura de la investigación cualitativa es humilde, en cuanto a que establece que los
resultados obtenidos, tan sólo son extrapolables en contextos similares y, sobre todo, que de
lo que se está seguro es que el proceso seguido en la investigación simplemente puede servir
de orientación para el trabajo de otros investigadores que se enfrenten con problemas
análogos.
El naturalista [investigador cualitativo] no intenta establecer generalizaciones que se
mantengan en todo tiempo y lugar, sino formar hipótesis de trabajo que se puedan transferir de
un contexto a otro, dependiendo del grado de similitud de los contextos.
(Guba, 1981) Ídem
Goetz y LeCompte (1984) establecen que para poder transferir los hallazgos se hace
necesario:
a) Describir con precisión el contexto, especificando de forma minuciosa las características de
las instituciones, de los materiales, de los participantes, así como de las relaciones entre
ellos, para así poder establecer juicios de correspondencia. En la presente investigación se
describe cómo se conforma el caso y cómo es cada uno de los escenarios en donde
después se interviene.
7.2.3. Dependencia
El criterio de dependencia se refiere al nivel de consistencia o estabilidad de los resultados y
hallazgos del estudio. En la presente investigación el proceso de codificación se ajusta a
criterios de fiabilidad, definidos por la explicitación del proceso de interpretación, que debe ser
sistemático y riguroso. El código permite regresar a identificar la unidad de análisis desde
cualquier momento de síntesis de resultados.
La fiabilidad viene dada por la reiteración de resultados provenientes de diversos métodos,
instrumentos o fuentes de información. Para asegurar esta dependencia también es necesario
revisar los procedimientos utilizados, el rigor interpretativo, cuidando las condiciones en las
que se ha realizado el proceso de análisis de los datos bajo las categorías empleadas y la
valoración de los mismos.
La saturación consiste en recoger y mostrar pruebas documentales suficientes para confirmar
las interpretaciones realizadas. La reiteración de un dato, que pertenece a una asignatura o a
un problema concreto, pasa por diferentes niveles sin que se contradiga o anule, al contrario
se refuerza por la frecuencia en que aparece, lo cual trae consigo un aumento en la fiabilidad
de la valoración sobre ese resultado. Finalmente, esta situación otorga un indicador respecto a
que la valoración poco depende de la subjetividad del investigador y que investigadores
externos, ante circunstancias similares podrían llegar a las mismas valoraciones.
En fin, la dependencia estriba en buscar el estado de la cuestión por diferentes vías para
confirmar si coinciden los resultados. Y esto se ha hecho en esta investigación.
El gráfico 67 permite comprender como los datos obtenidos por cada instrumento pasan por
varios niveles más de análisis, valoración y constatación, hasta integrar los resultados a través
de la triangulación, lo que va demostrando, entre otras cosas, la estabilidad de los datos, y de
la interpretación.
7.2.4. Confirmabilidad
¿Cómo establecer el grado en que los descubrimientos de una investigación sólo son función de
los sujetos investigados y condiciones de la investigación, y no de las inclinaciones, motivaciones,
intereses, perspectivas, etcétera, del investigador?
(Guba 1981)Ib.
Sin embargo, a la investigación cualitativa, no le es posible alejarse del objeto estudiado con el
ánimo de no interferir en él, dado que perdería toda la riqueza del análisis. Por consiguiente, la
comunicar con claridad ilustrativa lo genuino de las situaciones, a sabiendas de que esto
identifica el rigor con que se ha desarrollado la presente investigación.
Aquella fase descriptiva da paso a los momentos en que el investigador trata de comprender
acontecimientos y conductas: validez interpretativa. En esta se buscan los significados que
tienen para las personas que se encuentran inmersas en las situaciones estudiadas, las cuales
sólo se manifiestan a través de palabras, señales gráficas y acciones.
La validez teórica se relaciona con las construcciones de este tipo que el investigador
desarrolla y aporta durante el estudio; para ello se sitúa en la explicación, más allá de la
descripción y la interpretación, con la fuerza de una teoría, relativa a un fenómeno: definición
de los conceptos necesarios y explicaciones de lo planteado, de una manera coherente,
respecto al objeto de estudio.
Finalmente, la validez evaluativa que conlleva considerar la crítica de la propia investigación,
reconocer el carácter perfectible del estudio y desear que muchos otros profesionales de la
docencia, de la arquitectura y del campo del diseño se interesen por mejorarlo.
Y aunque Hammersley, M (1992) alude a la verdad en términos de palabra tabú para muchos
investigadores de las ciencias sociales, después de todo lo que anteriormente se ha expuesto,
se es de la firme opinión de que la verdad contenida en la presente tesis doctoral posee un
alto grado de credibilidad.
problema: ¿cómo se piensa el proyecto, cuáles son las ideas que lo sustentan, cómo va la
lógica del proyecto arquitectónico, en qué consiste el proceso?
De las investigaciones de esta línea se podría beneficiar toda la comunidad relativa a la
arquitectura y su impacto en escritos, textos, los medios, contribuirían a enriquecer la cultura,
en general, a través de esta rama del saber y de su producto social.
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