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Causas internas que influyeron en surgimiento de la guerra

de independencia
Antecedentes: Situación económica y social del virreinato de Nueva España.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII la producción minera vivió una de sus mejores
épocas. Asociados a esta actividad existan ramos económicos que de una u otra manera se
vieron beneficiados su auge.
Sin embargo, con las Reformas borbónicas, se fueron desarrollando nuevas ramas
económicas en Nueva España. Aunque en general las reformas representaron cambio, las
clases bajas no vieron grandes variaciones en su situación subordinada; quienes sí vieron
afectados sus intereses fueron las familias vinculadas con el comercio exterior.
Con la declaratoria de libre comercio entre las colonias y la abolición del monopolio
veracruzano, crecieron en poder y número las cámaras de comerciantes en otros puertos de
Nueva España, contribuyendo al auge minero. Puesto que las familias de comerciantes habían
visto amenazadas sus inversiones e intereses, trasladaron buena parte de su capital a la
industria minera. Por otro lado, la apertura derivada de las Reformas borbónicas de finales
del siglo XVIII, propició el crecimiento de una pequeña clase media de extracción americana.
Invasión francesa en España.
Cuando los franceses obligaron a la familia real española a ceder sus derechos al trono en
favor de los Bonaparte, en varias ciudades de América se establecieron Juntas Provisionales
que gobernaban en nombre del soberano español. El clero español sabía que si Napoleón
tomaba el poder en España, al tener una ideología diferente al catolicismo, perdería su poder
sobre el pueblo, por esta razón también se inició la independencia de México.
Los dominios españoles en América ante la ocupación de la metrópoli.
Aunque aparentemente no hubo ningún cambio en la organización y vínculos entre España y
sus dominios ultramarinos en América, en las colonias había una discusión sobre quién era
el verdadero soberano. No había una claridad sobre la posición que se debía guardar ante la
ocupación extranjera de la metrópoli. Para algunos, la opción era reconocer al gobierno
francés de ocupación; para otros, la soberanía radicaba en Fernando VII, y no estaban
dispuestos a reconocer a Bonaparte como soberano.
Había un tercer grupo, influenciado por las ideas de la Ilustración y la reciente Independencia
de Estados Unidos para quienes la opción era la separación de las colonias. Estaba formado
sobre todo por los miembros de las clases altas y medias.
En varias ciudades americanas se formaron Juntas Provisionales cuyo propósito fue
conservar la soberanía en sustitución del legítimo rey de España, hasta que Fernando VII
fuera reinstalado en el trono. Casi todas fueron dominadas por criollos ilustrados, dado que
los españoles peninsulares se oponían a la formación de gobiernos soberanos.
Junta de México
Francisco Primo de Verdad fue una de las personas del Ayuntamiento de México que solicitó
en 1808 al virrey Iturrigaray la instalación de una Junta Provisional que gobernara en nombre
de Fernando VII. Finalmente la Junta fue reprimida por un golpe de Estado contra el virrey.
La élite novohispana de letrados se dividió en dos partidos. Para algunos, cuyo portavoz era
la Real Audiencia de México, el poder en Nueva España seguía radicando en el rey Fernando,
aun ausente. Para los otros, la situación era más compleja.
El Ayuntamiento de México, encabezado por criollos beneficiados de las reformas
borbónicas, encuentra en la crisis política una oportunidad para implantar reformas políticas
en el Virreinato. El 5 de agosto de 1808, propone al virrey José de Iturrigaray convocar a
una Junta de ciudadanos que gobierne en el nombre de Fernando VII.
Este ayuntamiento acepta el derecho de Fernando a la corona; pero introduce una idea que
cambia el sentido de su dominio: la soberanía le ha sido otorgada al rey por la nación, de
modo irrevocable. Las abdicaciones de Carlos y Fernando son nulas, pues el rey no puede
disponer de los reinos a su arbitrio.
Los pensadores del Ayuntamiento de México apelaban a la teoría del contrato social en sus
argumentos a favor del establecimiento de un gobierno soberano en la Nueva España, aunque
no estaban promoviendo propiamente una separación de la Colonia. Sin embargo, para la
élite novohispana era una amenaza contra la permanencia del sistema colonial del cual eran
beneficiarios, el reconocimiento de la junta soberana implicaba su renuncia a las posiciones
hegemónicas que los españoles peninsulares ocuparon a lo largo de tres siglos de dominio.
La tesis de la soberanía popular fue condenada como anatema por el inquisidor Prado y
Obejero al igual que la Real Audiencia. Finalmente la disputa entre la Real Audiencia y el
Ayuntamiento llevó a un golpe de Estado contra el virrey Iturrigaray. Encabezados por
Gabriel de Yermo, los opositores a la Junta destituyeron a Iturrigaray, poniéndolo preso el
15 de septiembre de 1808. La Real Audiencia impuso como virrey títere a Pedro de Garibay.
Los líderes del Ayuntamiento fueron encarcelados o desterrados.

Pueden ser consideradas como causas internas aquéllas que se originaron en el interior de la
sociedad mexicana como resultado de su propio desarrollo histórico, y se caracterizan por
destacar algunos aspectos negativos de la acción colonizadora española. Todos estos posibles
motivos suelen tener una intención más justificativa que explicativa.
Las más importantes fueron las siguientes:
1) La concepción patrimonial del Estado, toda vez que las Indias estaban vinculadas a España
a través de la persona del monarca. Las abdicaciones forzadas de Carlos IV y Fernando VII
interrumpieron los vínculos existentes entre la Corona y los territorios hispanoamericanos,
que se vieron en la necesidad de atender a su propio gobierno.
2) La difusión de doctrinas populistas. La tradición escolástica había mantenido la teoría de
que la soberanía revierte al pueblo cuando falta la figura del rey. Esta doctrina de la soberanía
popular, vigente en España, debió de influir en los independentistas tanto como las emanadas
del pensamiento ilustrado del siglo XVIII.
3) La labor de los jesuitas. Las críticas de la Compañía de Jesús a la actuación española en
América después de su expulsión de España en 1767, tuvieron gran importancia en la
generación de un clima de oposición al dominio español entre la burguesía criolla.
4) Las enseñanzas impartidas por las universidades y el papel desarrollado por las academias
literarias, las sociedades económicas y la masonería. La difusión de ideas liberales y
revolucionarias ejerció una gran influencia en la formación de algunos de los principales
líderes de la independencia.
Las Primeras Conspiraciones.
Las más importantes fueron las de Valladolid (hoy Morelia) y la de Querétaro. En la primera
tomaron parte don Mariano Quevedo, don José Michelena, don José María García Obeso,
don Mariano Ruiz Chávez y otros. Eran militares, licenciados o sacerdotes quienes fueron
descubiertos y castigados levemente. En la conspiración de Querétaro intervinieron el
Corregidor Don Miguel Domínguez, su esposa doña Josefa Ortiz de Domínguez, los
capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y Don Miguel Hidalgo y Costilla.
La conspiración de Querétaro.
Mientras tanto, algunos criollos comenzaron a reunirse en secreto para planear cómo cambiar
el gobierno virreinal. En 1810, Miguel Domínguez, corregidor (una clase de juez) de
Querétaro, y su esposa, Josefa Ortiz de Domínguez, empezaron a reunirse con algunos
militares, como Ignacio Allende y Juan Aldama. A las juntas también asistía Miguel Hidalgo
y Costilla, el párroco de Dolores. La conspiración fue descubierta, pero antes de que las
autoridades pudieran apresar a los participantes, Josefa lo supo y consiguió avisarle a
Allende. Éste cabalgó toda la noche para ir de San Miguel a Dolores sin que lo vieran.

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