Castro Nogueira, Luis; Castro Nogueira, Miguel Ángel
y Morales Navarro, Julián (2013) Ciencias sociales y naturaleza humana. Una invitación a «otra» sociología y sus aplicaciones prácticas Madrid: Tecnos. 758 p. ISBN 978-84-309-5762-0 La aparición del ensayo Ciencias sociales comprueba que el esfuerzo de Durkheim y naturaleza humana: Una invitación a de convertirla en una disciplina acadé- «otra» sociología y sus aplicaciones prácticas mica respetable la encaminó a un calle- es una buena noticia por varias razones. jón donde «omnia cultura ex cultura». Por un lado, porque sintetiza, de manera Los fenómenos sociológicos, entendi- lúcida y hasta cierto punto novedosa, los dos como cosas, implican que deben principales loci de la sociología acadé- ser explicados desde la sociología, desde mica, pero, y es lo importante, porque otros fenómenos sociales, desechando sugiere la reconceptualización de esos el recurso a factores psicológicos o bio- mismos temas desde otra perspectiva: la lógicos. Esta tradición se ha mantenido naturalista. El volumen tiene, pues, dos independientemente del enfoque y de la caras: sirve como manual académico para ideología política. Ha servido tanto de la asignatura de Sociología Aplicada, del fundamento a la sociología funcionalista grado de Administración y Dirección de Parsons, como al habitus de Bourdieu. de Empresas, Económicas y Turismo, Por lo tanto, hay que poner bajo sospe- de la UNED, y, por otro lado, pretende cha el individualismo metodológico, la aportar una sólida base al desarrollo del teoría del actor racional o la tradición debate sobre los límites de la explicación self-reliance de Emerson. Rechazar, por sociológica y la naturaleza humana. Con supuesto, el funcionalismo entendido un estilo plagado tanto de referencias como escolástica, lo que Cosmides y académicas como de cultura popular, es Tooby denominan «modelo estándar de de agradecer el intento de reorganizar los las ciencias sociales». temas básicos de la sociología (economía La crítica a este planteamiento se hace y antropología), sin repetir mecánica- poniendo en cuestión la base misma: «lo mente los esquemas típicos de los prin- social» se da por hecho, no es necesario cipales textos académicos. explicarlo, surge, emerge de la simple El trabajo de los hermanos Castro agregación de individuos. ¿Cómo reen- Nogueira y Julián Morales tiene la inten- samblar entonces lo social? Luis y Miguel ción de ser combativo. No obstante, consi- Ángel Castro Nogueira y Julián Morales gue mostrar cómo esa visión naturalista de proponen partir de la radical experiencia la sociología no es ajena a la propia tradi- de lo biopsicosocial (BPS) en la persona. ción sociológica, a través de outsiders como De ahí la preocupación por la naturale- Gabriel Tarde o Vilfredo Pareto, y en el za humana. Sin comprender ésta, no es corazón mismo de la reflexión sociológica. posible explicar por qué y cómo lo social Si prestamos atención, el ejemplo del suici- se in-corpora (‘se hace cuerpo’) en cada dio de Durkheim no supone una negación individuo. total de las influencias biopsicosociales. Se El debate sobre la naturaleza humana admiten unas tasas de suicidio digamos ha venido marcado por la incomprensión «estándares» que dependen de la salud psi- mutua, en parte debido al reduccionismo cofísica de los individuos, a las que se aña- del que han hecho gala los representan- den los aspectos sociales como la anomia. tes más mediáticos de cada postura. Las En la primera parte, los autores repa- críticas, las merecidas críticas al progra- san la historia de la sociología, donde se ma de la sociobiología (Edward Osborne 410 Papers 2014, 99/3 Ressenyes
Wilson y Desmond Morris) señalaban na. Aquí entra el aprendizaje assessor. No
precisamente este reduccionismo escolás- se trata de la sociedad entendida como tico. Ya sabemos que todo proviene de la un novelista omnisciente que domina biología, así que cada minúsculo detalle, el presente, el pasado y el destino de sus desde el sombrero hasta los rascacielos, componentes, sino que sólo es posible la tiene su correlato biológico y evolutivo. interacción macro a nivel micro, cuando El peligro de la «naturaleza humana» fue, el placer y el disgusto ante la relación con y sigue siendo, la justificación «biológica» los otros permiten escribir y corregir la de nuestros modos de vida (como en el plana y, al final, el lápiz rojo del maestro caso de Steven Pinker). Por otra parte, aprueba o suspende. muchos de los que, desde la psicología La propuesta de los hermanos Castro (antropología, economía, política), nie- Nogueira y Julián Morales se ubica en el gan la existencia de una naturaleza huma- ámbito de ciertos programas de investiga- na esencial esconden unas ideas más que ción naturalista, como la teoría de la coe- férreas sobre ésta. Tienen una imagen no volución gen-cultura (Boyd y Richerson) explícita de los seres humanos como seres y la psicología evolucionista (Cosmides y egoístas (hobbesianos), actores raciona- Tooby). En nuestro país, Laureano Cas- les, etcétera. Por el contrario, nada hay tro y Miguel Ángel Toro, biólogos evo- probablemente, sostienen nuestros auto- lutivos, han ido desarrollando conceptos res, en el hombre contemporáneo desde clave como el aprendizaje assessor, que un punto de vista psicobiológico que le configuraría el llamado Homo suadens. haya convertido, a lo largo de los últimos Éste, junto con otras categorías analíti- diez mil años, en un ser tendencialmente cas, como socius, animus, corpus, habitus/ autoritario, jerárquico y explotador de fluxus, ya había sido desarrollado en obras sus congéneres. Tenemos, empero, que anteriores de los autores, por ejemplo: ser biológicamente honestos. Metodología de las Ciencias Sociales (Luis «Es imprescindible asumir esta posi- Castro Nogueira et al., 2005) o ¿Quién bilidad como primer paso para poder teme a la naturaleza humana? (Luis Cas- repensar honestamente la socialidad tro Nogueira et al., 2008). Mecanismos genuinamente humana, una naturaleza biopsicosociales como —pero no sólo— social que incluye, nos guste o no, un la imitación configuran lo que los autores modo de estar en el mundo —por des- llaman socialidad originaria. El programa contado, part time—, coextensivo con de investigación naturalista considera la el género humano acomodado a formas cultura humana como un fenómeno sin- de conducta nada comprometidas con gular que debe ser percibido, sin embar- los ideales ilustrados de progreso, racio- go, como parte de nuestra biología y no nalidad, autonomía o moralidad.» (Luis como una ruptura cualitativa, porque la Castro Nogueira et al., 2013: 315-316) arquitectura mental de nuestra especie El ser humano no es la tabula rasa que tiene que posibilitar su desarrollo, tanto imaginó Locke. Sería más bien un cua- en su aspecto filogenético como en el derno pautado, de superficie preparada funcionamiento ontogenético. Según este para que otros seres humanos puedan paradigma, la cultura tiene una finalidad escribir con facilidad. Y esas pautas son adaptativa. aprovechadas por las diferentes culturas. La hipótesis del aprendizaje assessor es Eso es una parte del proceso de escritu- uno de estos mecanismos psicobiológicos ra. Debemos, entonces, incluir el texto a que han contribuido al proceso filogené- copiar (cultura) y la mano que escribe, tico de nuestra especie. En este aprendi- esto es, el proceso socializador, que, ade- zaje, el placer (o displacer) proviene de la más, puede escribir, borrar, emborronar o aprobación o reprobación de la conducta incluso doblar, arrugar o romper la pági- en contextos microsociales de aprendiza- Ressenyes Papers 2014, 99/3 411
je y cooperación. Nuestra arquitectura teorías metafísicas tienen un componente
mental es sensible a las cargas emociona- social in-corporado a través de las viven- les que los demás nos muestran. A partir cias y de las experiencias compartidas de ellas, se crean vínculos de esa sociali- mediante una suerte de antropotécnicas dad originaria y que construyen intimi- de vida en común (Sloterdijk, 2012). dades compartidas, burbujas (en la termi- El aspecto más importante del volumen nología de Sloterdijk, 1998), impliegues lo constituyen las «anotaciones naturalis- y plikas. Esta socialidad originaria es la tas», como denominan los autores a las que define los valores de lo Verdadero, aportaciones que el enfoque naturalista lo Bueno y lo Bello. Nuestro deseo es el puede realizar al modelo estándar. Cali- deseo del otro, que contagia, o mejor, fican como walking dead aquellos cabos inmuniza (de nuevo Sloterdijk, 2012), sueltos que la teoría sociológica aceptada creando una atmósfera de bienestar en la no puede soslayar, de una manera similar cultura. Los mecanismos de aprendizaje a como la teoría económica neoclásica más suadens (de suadeo, ‘aconsejar’) configu- extrema (des)califica los «fallos del mer- ran al ser humano como ser social, lo cual cado» como efectos colaterales sin inte- explica —no sólo da por sentado— su rés para la teoría. Los «fallos» de la teoría carácter social. sociológica estándar son los «alienados»; Así, los binarismos clásicos holismo/ los sujetos con su habitus a medio hacer, individualismo, estructura/acción, agen- los individuos «resistentes» a los poderes y te/actor, cuantitativo/cualitativo, hecho/ a las estructuras sociales; los denominados proceso, producción/reproducción o con- «cometas sin hilo» que andan a su aire; las ducta/discurso deben ser negados. Antes «colonias de algas» y los «sinneontes» (los de confrontar las teorías del conflicto o el que respiran juntos creando pregnantes consenso, hay que «aceptar que aquello atmósferas de aire acondicionado/conta- que se percibe como regularidad, orden minado). Por ejemplo, resulta sorprenden- y reproducción puede ser explicado sin te cómo la teoría de la alienación (en todas necesidad de hipostasiar la cultura o la sus versiones) puede calificar de traidores estructura social con los caracteres de la a su propio ser a millones de individuos sustancia». Hay que restablecer nuestra y/o a clases sociales enteras: «Las formas representación del vínculo social, no alienadas de ser han resultado molestas y atribuirle poderes mágicos que configu- esquivas al teorizar sociológico, mostrán- ren conciencias individuales. Los auto- dose como categorías residuales que sólo res consideran que partir del individuo se armonizan con el núcleo duro del pro- como origen no es real: la exploración de grama de forma negativa […]. Su multifa- la naturaleza humana implica un ser «pro- cética presencia, su incesante intervención yectado en sus relaciones sociales» (Luis como cajón de sastre en el que recluir —y Castro Nogueira et al., 2013: 232-233). estigmatizar— todo aquello que se sale «Lo social» no se reduce a lo socioló- del guión, nos sitúa ante la necesidad gico, dicen nuestros autores (ídem: 526). de reconsiderar su sentido» (Luis Castro Los grandes conceptos de la sociología, Nogueira et al., 2013: 315). desde la estratificación social hasta la cul- De una forma parecida, aparece la per- tura o la propia formación y delimitación plejidad ante los cínicos nativos descritos académica de la sociología, y, muy espe- por Malinowski o los obreros católicos cialmente, los procesos de socialización, votantes de derechas. El habitus de Bou- son (re)interpretados añadiendo el punto rdieu se desborda si es que pretendemos de vista naturalista; invitando a repen- entender el ser humano como una espon- sar estos tópicos de investigación, enri- ja pasiva que lo adopta sin tener en cuen- queciendo y corrigiendo algunas de sus ta las múltiples formas de subjetivación. inconsistencias. La religión y las grandes Los intentos de una nueva generación de 412 Papers 2014, 99/3 Ressenyes
historiadores, por ejemplo, de la Guerra gracias a una heurística naturalista que
Civil española, constatan que las lealta- parte de la conciencia de la animalidad des de clase se superponen a las lealtades propiamente humana. familiares, a los fervores religiosos o a las preferencias vividas por cada uno de los integrantes de cada bando. Después de Referencias bibliográficas teorizar sobre el bosque, conviene anali- zar cada uno de los árboles. Castro Nogueira, Luis; Castro La propuesta naturalista tiene también Nogueira, Miguel Ángel y Morales, el propósito de ensamblar lo microsocio- Julián (2005). Metodología de las Cien- lógico y lo macrosociológico, intentando cias Sociales. Madrid: Tecnos. superar el fácil recurso a la explicación Castro Nogueira, Luis; Castro emergentista. De lo macro a lo micro, los Nogueira, Miguel Ángel y Castro grandes entes, las clases sociales, el Esta- Nogueira, Laureano (2008). ¿Quién do, la religión se viven en propia piel a teme a la naturaleza humana? Madrid: nivel micro: del Ejército, la experiencia Tecnos. la tiene uno por la vieja mili obligatoria, Sloterdijk, Peter (1998). Burbujas. pero también sentimos su peso por sus Madrid: Siruela. gastos, por las implicaciones que com- — (2012). Has de cambiar tu vida. Valen- portan y por los recortes que nos afectan. cia: Pre-textos. En resumen, aunque no se compar- tan todos los extremos de esta audaz Francisco Javier Gallego Dueñas propuesta, tenemos un texto completo, Grupo Compostela de Estudios poliédrico y desafiante, que pretende no sobre Imaginarios Sociales sólo resumir, sino también hacer tam- mua2001es@yahoo.es balear aquellos aspectos de la sociología http://dx.doi.org/10.5565/rev/papers.2077 académica que cómodamente se nos han incrustado en la teoría y en la práctica,