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Ressenyes

Papers 2014, 99/3  409

Castro Nogueira, Luis; Castro Nogueira, Miguel Ángel


y Morales Navarro, Julián (2013)
Ciencias sociales y naturaleza humana. Una invitación a «otra» sociología
y sus aplicaciones prácticas
Madrid: Tecnos. 758 p.
ISBN 978-84-309-5762-0
La aparición del ensayo Ciencias sociales comprueba que el esfuerzo de Durkheim
y naturaleza humana: Una invitación a de convertirla en una disciplina acadé-
«otra» sociología y sus aplicaciones prácticas mica respetable la encaminó a un calle-
es una buena noticia por varias razones. jón donde «omnia cultura ex cultura».
Por un lado, porque sintetiza, de manera Los fenómenos sociológicos, entendi-
lúcida y hasta cierto punto novedosa, los dos como cosas, implican que deben
principales loci de la sociología acadé- ser explicados desde la sociología, desde
mica, pero, y es lo importante, porque otros fenómenos sociales, desechando
sugiere la reconceptualización de esos el recurso a factores psicológicos o bio-
mismos temas desde otra perspectiva: la lógicos. Esta tradición se ha mantenido
naturalista. El volumen tiene, pues, dos independientemente del enfoque y de la
caras: sirve como manual académico para ideología política. Ha servido tanto de
la asignatura de Sociología Aplicada, del fundamento a la sociología funcionalista
grado de Administración y Dirección de Parsons, como al habitus de Bourdieu.
de Empresas, Económicas y Turismo, Por lo tanto, hay que poner bajo sospe-
de la UNED, y, por otro lado, pretende cha el individualismo metodológico, la
aportar una sólida base al desarrollo del teoría del actor racional o la tradición
debate sobre los límites de la explicación self-reliance de Emerson. Rechazar, por
sociológica y la naturaleza humana. Con supuesto, el funcionalismo entendido
un estilo plagado tanto de referencias como escolástica, lo que Cosmides y
académicas como de cultura popular, es Tooby denominan «modelo estándar de
de agradecer el intento de reorganizar los las ciencias sociales».
temas básicos de la sociología (economía La crítica a este planteamiento se hace
y antropología), sin repetir mecánica- poniendo en cuestión la base misma: «lo
mente los esquemas típicos de los prin- social» se da por hecho, no es necesario
cipales textos académicos. explicarlo, surge, emerge de la simple
El trabajo de los hermanos Castro agregación de individuos. ¿Cómo reen-
Nogueira y Julián Morales tiene la inten- samblar entonces lo social? Luis y Miguel
ción de ser combativo. No obstante, consi- Ángel Castro Nogueira y Julián Morales
gue mostrar cómo esa visión naturalista de proponen partir de la radical experiencia
la sociología no es ajena a la propia tradi- de lo biopsicosocial (BPS) en la persona.
ción sociológica, a través de outsiders como De ahí la preocupación por la naturale-
Gabriel Tarde o Vilfredo Pareto, y en el za humana. Sin comprender ésta, no es
corazón mismo de la reflexión sociológica. posible explicar por qué y cómo lo social
Si prestamos atención, el ejemplo del suici- se in-corpora (‘se hace cuerpo’) en cada
dio de Durkheim no supone una negación individuo.
total de las influencias biopsicosociales. Se El debate sobre la naturaleza humana
admiten unas tasas de suicidio digamos ha venido marcado por la incomprensión
«estándares» que dependen de la salud psi- mutua, en parte debido al reduccionismo
cofísica de los individuos, a las que se aña- del que han hecho gala los representan-
den los aspectos sociales como la anomia. tes más mediáticos de cada postura. Las
En la primera parte, los autores repa- críticas, las merecidas críticas al progra-
san la historia de la sociología, donde se ma de la sociobiología (Edward Osborne
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Wilson y Desmond Morris) señalaban na. Aquí entra el aprendizaje assessor. No


precisamente este reduccionismo escolás- se trata de la sociedad entendida como
tico. Ya sabemos que todo proviene de la un novelista omnisciente que domina
biología, así que cada minúsculo detalle, el presente, el pasado y el destino de sus
desde el sombrero hasta los rascacielos, componentes, sino que sólo es posible la
tiene su correlato biológico y evolutivo. interacción macro a nivel micro, cuando
El peligro de la «naturaleza humana» fue, el placer y el disgusto ante la relación con
y sigue siendo, la justificación «biológica» los otros permiten escribir y corregir la
de nuestros modos de vida (como en el plana y, al final, el lápiz rojo del maestro
caso de Steven Pinker). Por otra parte, aprueba o suspende.
muchos de los que, desde la psicología La propuesta de los hermanos Castro
(antropología, economía, política), nie- Nogueira y Julián Morales se ubica en el
gan la existencia de una naturaleza huma- ámbito de ciertos programas de investiga-
na esencial esconden unas ideas más que ción naturalista, como la teoría de la coe-
férreas sobre ésta. Tienen una imagen no volución gen-cultura (Boyd y Richerson)
explícita de los seres humanos como seres y la psicología evolucionista (Cosmides y
egoístas (hobbesianos), actores raciona- Tooby). En nuestro país, Laureano Cas-
les, etcétera. Por el contrario, nada hay tro y Miguel Ángel Toro, biólogos evo-
probablemente, sostienen nuestros auto- lutivos, han ido desarrollando conceptos
res, en el hombre contemporáneo desde clave como el aprendizaje assessor, que
un punto de vista psicobiológico que le configuraría el llamado Homo suadens.
haya convertido, a lo largo de los últimos Éste, junto con otras categorías analíti-
diez mil años, en un ser tendencialmente cas, como socius, animus, corpus, habitus/
autoritario, jerárquico y explotador de fluxus, ya había sido desarrollado en obras
sus congéneres. Tenemos, empero, que anteriores de los autores, por ejemplo:
ser biológicamente honestos. Metodología de las Ciencias Sociales (Luis
«Es imprescindible asumir esta posi- Castro Nogueira et al., 2005) o ¿Quién
bilidad como primer paso para poder teme a la naturaleza humana? (Luis Cas-
repensar honestamente la socialidad tro Nogueira et al., 2008). Mecanismos
genuinamente humana, una naturaleza biopsicosociales como —pero no sólo—
social que incluye, nos guste o no, un la imitación configuran lo que los autores
modo de estar en el mundo —por des- llaman socialidad originaria. El programa
contado, part time—, coextensivo con de investigación naturalista considera la
el género humano acomodado a formas cultura humana como un fenómeno sin-
de conducta nada comprometidas con gular que debe ser percibido, sin embar-
los ideales ilustrados de progreso, racio- go, como parte de nuestra biología y no
nalidad, autonomía o moralidad.» (Luis como una ruptura cualitativa, porque la
Castro Nogueira et al., 2013: 315-316) arquitectura mental de nuestra especie
El ser humano no es la tabula rasa que tiene que posibilitar su desarrollo, tanto
imaginó Locke. Sería más bien un cua- en su aspecto filogenético como en el
derno pautado, de superficie preparada funcionamiento ontogenético. Según este
para que otros seres humanos puedan paradigma, la cultura tiene una finalidad
escribir con facilidad. Y esas pautas son adaptativa.
aprovechadas por las diferentes culturas. La hipótesis del aprendizaje assessor es
Eso es una parte del proceso de escritu- uno de estos mecanismos psicobiológicos
ra. Debemos, entonces, incluir el texto a que han contribuido al proceso filogené-
copiar (cultura) y la mano que escribe, tico de nuestra especie. En este aprendi-
esto es, el proceso socializador, que, ade- zaje, el placer (o displacer) proviene de la
más, puede escribir, borrar, emborronar o aprobación o reprobación de la conducta
incluso doblar, arrugar o romper la pági- en contextos microsociales de aprendiza-
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je y cooperación. Nuestra arquitectura teorías metafísicas tienen un componente


mental es sensible a las cargas emociona- social in-corporado a través de las viven-
les que los demás nos muestran. A partir cias y de las experiencias compartidas
de ellas, se crean vínculos de esa sociali- mediante una suerte de antropotécnicas
dad originaria y que construyen intimi- de vida en común (Sloterdijk, 2012).
dades compartidas, burbujas (en la termi- El aspecto más importante del volumen
nología de Sloterdijk, 1998), impliegues lo constituyen las «anotaciones naturalis-
y plikas. Esta socialidad originaria es la tas», como denominan los autores a las
que define los valores de lo Verdadero, aportaciones que el enfoque naturalista
lo Bueno y lo Bello. Nuestro deseo es el puede realizar al modelo estándar. Cali-
deseo del otro, que contagia, o mejor, fican como walking dead aquellos cabos
inmuniza (de nuevo Sloterdijk, 2012), sueltos que la teoría sociológica aceptada
creando una atmósfera de bienestar en la no puede soslayar, de una manera similar
cultura. Los mecanismos de aprendizaje a como la teoría económica neoclásica más
suadens (de suadeo, ‘aconsejar’) configu- extrema (des)califica los «fallos del mer-
ran al ser humano como ser social, lo cual cado» como efectos colaterales sin inte-
explica —no sólo da por sentado— su rés para la teoría. Los «fallos» de la teoría
carácter social. sociológica estándar son los «alienados»;
Así, los binarismos clásicos holismo/ los sujetos con su habitus a medio hacer,
individualismo, estructura/acción, agen- los individuos «resistentes» a los poderes y
te/actor, cuantitativo/cualitativo, hecho/ a las estructuras sociales; los denominados
proceso, producción/reproducción o con- «cometas sin hilo» que andan a su aire; las
ducta/discurso deben ser negados. Antes «colonias de algas» y los «sinneontes» (los
de confrontar las teorías del conflicto o el que respiran juntos creando pregnantes
consenso, hay que «aceptar que aquello atmósferas de aire acondicionado/conta-
que se percibe como regularidad, orden minado). Por ejemplo, resulta sorprenden-
y reproducción puede ser explicado sin te cómo la teoría de la alienación (en todas
necesidad de hipostasiar la cultura o la sus versiones) puede calificar de traidores
estructura social con los caracteres de la a su propio ser a millones de individuos
sustancia». Hay que restablecer nuestra y/o a clases sociales enteras: «Las formas
representación del vínculo social, no alienadas de ser han resultado molestas y
atribuirle poderes mágicos que configu- esquivas al teorizar sociológico, mostrán-
ren conciencias individuales. Los auto- dose como categorías residuales que sólo
res consideran que partir del individuo se armonizan con el núcleo duro del pro-
como origen no es real: la exploración de grama de forma negativa […]. Su multifa-
la naturaleza humana implica un ser «pro- cética presencia, su incesante intervención
yectado en sus relaciones sociales» (Luis como cajón de sastre en el que recluir —y
Castro Nogueira et al., 2013: 232-233). estigmatizar— todo aquello que se sale
«Lo social» no se reduce a lo socioló- del guión, nos sitúa ante la necesidad
gico, dicen nuestros autores (ídem: 526). de reconsiderar su sentido» (Luis Castro
Los grandes conceptos de la sociología, Nogueira et al., 2013: 315).
desde la estratificación social hasta la cul- De una forma parecida, aparece la per-
tura o la propia formación y delimitación plejidad ante los cínicos nativos descritos
académica de la sociología, y, muy espe- por Malinowski o los obreros católicos
cialmente, los procesos de socialización, votantes de derechas. El habitus de Bou-
son (re)interpretados añadiendo el punto rdieu se desborda si es que pretendemos
de vista naturalista; invitando a repen- entender el ser humano como una espon-
sar estos tópicos de investigación, enri- ja pasiva que lo adopta sin tener en cuen-
queciendo y corrigiendo algunas de sus ta las múltiples formas de subjetivación.
inconsistencias. La religión y las grandes Los intentos de una nueva generación de
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historiadores, por ejemplo, de la Guerra gracias a una heurística naturalista que


Civil española, constatan que las lealta- parte de la conciencia de la animalidad
des de clase se superponen a las lealtades propiamente humana.
familiares, a los fervores religiosos o a las
preferencias vividas por cada uno de los
integrantes de cada bando. Después de Referencias bibliográficas
teorizar sobre el bosque, conviene anali-
zar cada uno de los árboles. Castro Nogueira, Luis; Castro
La propuesta naturalista tiene también Nogueira, Miguel Ángel y Morales,
el propósito de ensamblar lo microsocio- Julián (2005). Metodología de las Cien-
lógico y lo macrosociológico, intentando cias Sociales. Madrid: Tecnos.
superar el fácil recurso a la explicación Castro Nogueira, Luis; Castro
emergentista. De lo macro a lo micro, los Nogueira, Miguel Ángel y Castro
grandes entes, las clases sociales, el Esta- Nogueira, Laureano (2008). ¿Quién
do, la religión se viven en propia piel a teme a la naturaleza humana? Madrid:
nivel micro: del Ejército, la experiencia Tecnos.
la tiene uno por la vieja mili obligatoria, Sloterdijk, Peter (1998). Burbujas.
pero también sentimos su peso por sus Madrid: Siruela.
gastos, por las implicaciones que com- — (2012). Has de cambiar tu vida. Valen-
portan y por los recortes que nos afectan. cia: Pre-textos.
En resumen, aunque no se compar-
tan todos los extremos de esta audaz Francisco Javier Gallego Dueñas
propuesta, tenemos un texto completo, Grupo Compostela de Estudios
poliédrico y desafiante, que pretende no sobre Imaginarios Sociales
sólo resumir, sino también hacer tam- mua2001es@yahoo.es
balear aquellos aspectos de la sociología http://dx.doi.org/10.5565/rev/papers.2077
académica que cómodamente se nos han
incrustado en la teoría y en la práctica,

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