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Ésta consiste en una combinación química con el oxígeno de la atmósfera para dar
dióxido de carbono y agua. Se obtiene una gran cantidad de energía que se utiliza con
fines industriales y domésticos.
Normalmente se requiere un aporte continuo de calor hasta que en un punto del material
se alcanza la temperatura de inflamación y se produce la ignición. Una vez iniciada, la
combustión se autoalimenta debido al carácter exotérmico de las reacciones de
oxidación, generando calor y transmitiéndolo a otras partes del mismo combustible.
Calor al quemar.
Luz al arder.
Los tipos más frecuentes de combustible son los materiales orgánicos que contienen
carbono e hidrógeno. El producto de esas reacciones puede incluir monóxido de carbono
(CO), dióxido de carbono (CO2), agua (H2O) y cenizas.
Para iniciar la combustión del butano (C4H10), es necesario alcanzar una temperatura
mínima, llamada ignición o de inflamación.
Aplicaciones
Las aplicaciones de las reacciones de combustión son muy diversas. Pero las más
importantes son las que se describen a continuación:
Los trabajos de Priestley y Lavoisier, llevados a cabo a finales del siglo XVIII, permitieron
conocer que el mantenimiento de la vida en los seres vivos era posible gracias a
reacciones internas de combustión que suministran la energía necesaria para mantener la
actividad del organismo y, en el caso de animales de sangre caliente, la temperatura del
propio cuerpo, venciendo el desequilibrio entre ésta y la del medio líquido o gaseoso que
les rodea. En ambos procesos el aire que se respira produce la oxidación del carbono y el
hidrógeno contenidos en la sangre, procedentes de la digestión de los alimentos
ingeridos.
Si se realiza la combustión de esos alimentos en un laboratorio, se observa que se
desprende una cantidad de energía superior a la generada por su oxidación en el
organismo, si bien los productos finales son los mismos: dióxido de carbono y agua. Esa
pérdida de energía aprovechable en el proceso respiratorio se debe a que su cadena de
reacciones es muy distinta a la de una combustión ordinaria, que lleva implícita la
formación de llama, evidentemente inexistente en la oxidación biológica, que debe
verificarse dentro de los límites impuestos por las condiciones vitales del organismo.
Fuentes de energía.
Entre los compuestos de carbono e hidrógeno, los más utilizados como fuente de energía
son: el carbón, el gas natural y los productos derivados del petróleo. Para que su
combustión sea completa, se requiere que la cantidad de aire utilizado en la misma tenga
el oxígeno necesario que permita transformar todo el hidrógeno en agua y el carbono en
dióxido de carbono.
EFECTOS AMBIENTALES
Uno de los efectos más importantes y, por desgracia, más comunes de la combustión es
la contaminación del aire.
Los óxidos de azufre, SO2 y SO3, son los agentes contaminantes más habituales en el
aire. Proceden de la combustión de los combustibles utilizados en la industria y en la
calefacción doméstica. El principal peligro que representan son las reacciones químicas a
las que dan lugar en condiciones de humedad:
A fin de reducir las emisiones de óxidos de azufre, es preciso eliminar el azufre presente
en los combustibles antes de proceder a su combustión. Si ya se ha producido ésta, hay
que reducir en los gases de emisión los óxidos de azufre a azufre, el cual puede ser
comercializado posteriormente.
Los óxidos de nitrógeno se encuentran entre los gases emitidos por los tubos de escape
de los vehículos a motor. Se eliminan instalando un catalizador en el tubo de escape.
Al igual que los óxidos de azufre, los óxidos de nitrógeno reaccionan con el agua que
existe en la atmósfera y dan lugar a dos
sustancias ácidas:
Todas estas sustancias ácidas forman lo que se ha denominado “lluvia ácida”, que
destruye bosques, lagos de escasa profundidad y monumentos.
En la década de los 80 fue cuando la gente comenzó a darse cuenta de que los bosques
de Europa, Escandinavia y Norteamérica enfermaban y morían marcados por la lluvia
ácida. En todo el mundo, los ríos se contaminaban con los productos químicos de la
industria. En áreas deltaicas situadas a bajo nivel, como Bangladesh, las inundaciones
originadas por la deforestación del Himalaya, a miles de kilómetros al norte, provocaron la
muerte de miles de personas y arrojaron de sus casas a decenas de miles de
damnificados. En el Caribe y en el Pacífico, las tormentas que antes azotaban estas
zonas cada cien años empezaron a causar destrozos cada dos o tres años.
Las plantas toman dióxido de carbono del aire mediante la fotosíntesis y los seres vivos lo
expulsan a la atmósfera en la respiración. Durante millones de años, estos procesos han
mantenido en equilibrio la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Sin embargo, este equilibrio se ha roto, por la masiva emisión de dióxido de carbono
procedente de las reacciones de combustión de los combustibles fósiles y porque en
muchas zonas del planeta la vegetación ha sido destruida en los últimos años.
Este exceso de dióxido de carbono en la atmósfera actúa como una pantalla sobre la
Tierra, que evita que la energía pueda escapar.
La luz visible que llega a la Tierra desde el Sol pierde energía al atravesar la atmósfera
terrestre y se transforma en radiación infrarroja. El dióxido de carbono absorbe esta
radiación, impidiendo que escape de nuevo al espacio. Este efecto (efecto invernadero)
es el responsable de que el hielo de las zonas polares se funda y del aumento de la
temperatura media del planeta.
GASES QUE CONTRIBUYEN AL EFECTO INVERNADERO
CONTRIBUCIÓN EN
TIPO DE GAS CONCENTRACIÓN ACTUAL
ºC
Al ser su afinidad con la hemoglobina 250 veces mayor que la del oxígeno forma
carboxihemoglobina, disminuyendo la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos y
actuando como agente asfixiante. Los efectos son más pronunciados e intensos en los
fumadores y en las personas con problemas cardiacos. Los síntomas típicos son mareos,
dolor de cabeza concentrado, náuseas, sonoridad en los oídos y latidos intensos del
corazón. La exposición a altas concentraciones puede tener efectos graves permanentes
y, en algunos casos, puede producir la muerte.
Gas noble
Los gases nobles son elementos químicos situados en el grupo VIII A de la tabla
periódica de los elementos. Concretamente los gases nobles son los siguientes:
El nombre de gas noble proviene del hecho de que no tienden a reaccionar con otros
elementos. Debido a esto, también son denominados a veces gases inertes, aunque
realmente sí participan en algunas reacciones químicas. El xenón reacciona
espontáneamente con el flúor y a partir de los compuestos resultantes se han alcanzado
otros. También se han aislado algunos compuestos con kriptón.
Tienen ocho electrones en su ultimo nivel lo que a veces les impide formar compuestos
fácilmente; sus moléculas son muy estables. Todos tiene su último nivel de energía más
externo totalmente lleno (dos electrones en el helio y ocho en los demás).
Como curiosidad indicar que la discusión científica sobre la posibilidad de licuar estos
gases dio lugar al descubrimiento de la superconductividad por el físico holandés Heike
Kamerlingh Onnes.
Propiedades físicas
HALÓGENOS:
Los fenicios y los griegos de la antigüedad utilizaron la sal común para la conservación de
alimentos, especialmente en la salazón del pescado.
Proviene del griego hals, 'sal'; genes, 'nacido', en química, cinco elementos químicamente
activos, estrechamente relacionados, el principal de ellos es el cloro; los otros tres son: el
flúor, el bromo y el yodo, que forman el grupo 17 (o VIIA) de la tabla periódica de
clasificación de los elementos químicos
Los halógenos, grupo de elementos químicos puros formado por el flúor, el cloro, el
bromo, el yodo y el astato, componen el grupo VII A
Propiedades y compuestos
Titulo:
Profesor: Realizado
por:
José Gonzáles Rosales José
C.I:46/18.270.033
Araque Richard C.I:46/14.250.693
Torrealba Joel C.I:46/12.687.430