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La 

guerra de las Malvinas o conflicto del Atlántico Sur (en inglés, Falklands War) fue


un conflicto armado entre la Argentina y el Reino Unido desatado en 1982, en el cual se
disputó la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, ubicadas en
el Atlántico Sur.
Comenzó en abril con la ocupación de puerto Stanley por parte de tropas argentinas, bajo
órdenes de la Junta Militar. Como respuesta, el gobierno británico desplegó una enorme
fuerza expedicionaria que al cabo de 10 semanas de batalla desalojó a las fuerzas argentinas.
La victoria británica precipitó la caída de la dictadura argentina y el inicio de recuperación
del Estado de derecho, al tiempo que contribuyó a la reelección del gobierno
conservador de Margaret Thatcher en 1983. Ambos países cortaron relaciones diplomáticas
hasta 1990.11
La Organización de las Naciones Unidas continúa considerando los tres archipiélagos con sus
aguas circundantes como territorios disputados.
a Organización de las Naciones Unidas consideraba a los archipiélagos como territorios en
litigio entre Argentina y Reino Unido, mientras este último los administraba y explotaba. Su
descubrimiento es motivo de controversias; fueron ocupados en forma sucesiva
por España, Francia, Argentina y Reino Unido. Argentina considera que estos territorios se
encuentran ocupados por una potencia invasora, y los considera parte de su provincia de
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.13
Véanse también: Cuestión de las islas Malvinas  y  Disputa de las Georgias del Sur y Sandwich
del Sur.
En las islas existieron en otro tiempo importantes puestos balleneros, pero la gradual
desaparición de numerosas especies de ballenas en los mares australes y los profundos
cambios en el negocio aceitero hicieron que la relevancia económica de la actividad se
redujera dramáticamente. No obstante, numerosas investigaciones confirmaron yacimientos
de crudo en la plataforma continental en la que se encuentran las Malvinas.14 Además la
plataforma es rica en pesquería.
Políticamente, el interés de Argentina por el archipiélago obedece a su visión sobre él como
«territorio irredento».
Estratégicamente:

1. La posesión de territorios adyacentes a la Antártida puede otorgar derechos sobre este


continente en futuras negociaciones relacionadas con él15
2. El control de este archipiélago entrega a su ocupante una posición estratégica sobre el
cruce austral y su tráfico marítimo
Durante varias décadas ambos países llevaron a cabo negociaciones sin encontrar una
solución definitiva.16

Preguerra del Reino Unido


Primera ministra Margaret Thatcher.

En el año 1982 el Reino Unido se encontraba en una difícil situación económica, el Partido
Conservador que estaba en el poder sufría un notorio desgaste, la popularidad de su primera
ministra, Margaret Thatcher, estaba en descenso y en ese tiempo había huelgas en las minas
de carbón.1718
Al creciente descontento laboral en ese país, los jefes de la Marina Real británica se veían
preocupados por inminentes planes de reducción de la flota, en el contexto de la Guerra Fría.

Preguerra de la Argentina

Presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri.

Artículo principal: Crisis en Argentina de 1981 y 1982

En 1981, la dictadura cívico-militar autoproclamada Proceso de Reorganización


Nacional padecía una decadencia política. Existía una oposición grande al régimen motivado
por las violaciones a los derechos humanos desde mediados de la década de 1970. Además,
el país sufría una crisis económica grave.19
Preparativos argentinos
El 11 de diciembre de 1981, la Junta Militar, integrada por el teniente general Leopoldo
Fortunato Galtieri, el almirante Jorge Isaac Anaya y el brigadier general Omar Domingo
Graffigna,nota 1 depuso al presidente militar Roberto Eduardo Viola, encumbrando en la primera
magistratura al propio Galtieri, quien juró el día 22. El almirante Anaya convenció a Galtieri de
despeñar a Viola si a cambio este disponía la conquista de las islas Malvinas.20
El 5 de enero de 1982 la Junta Militar tomó la decisión de realizar una acción militar si las
negociaciones diplomáticas no progresaban, encargando un estudio de Estado
Mayor reducido, integrado por un representante de cada fuerza armada. Los representantes
fueron el general de división Osvaldo Jorge García, el vicealmirante Juan José Lombardo y el
brigadier mayor Sigfrido Martín Plessl.21
El objetivo político fijado por los militares argentinos fue el de consolidar la soberanía
argentina en las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y contribuir a afirmar su pleno
ejercicio en el océano Atlántico Sur.22 El resultado del estudio de los uniformados explicaba
que la operación desde el punto de vista militar era «apta, factible y aceptable» y que la fuerza
conjunta estaría en condiciones de ejecutar la operación a partir del 15 de mayo de 1982.23
Asimismo, aclaró que la operación tenía dos condiciones: debía mantenerse bajo el estado de
defensa de las islas y debía ser una operación incruenta para minimizar la reacción británica y
alentar a la mejor posición negociadora.23 Habiendo tomado el archipiélago, Argentina
procedería a retirar las fuerzas de la operación y mantendría una reducida guarnición.23

Relación con el conflicto del Beagle


El almirante Anaya relató que respecto al conflicto del Beagle el gobierno argentino confiaba a
la mediación papal.24
El brigadier general Basilio Lami Dozo confirmó los planes de guerra de agresión a Chile tras
la guerra de las Malvinas en una entrevista con el diario Perfil.25 Oscar Camilión, último
ministro de Relaciones Exteriores y Culto argentino antes de la guerra, había mencionado los
planes en sus Memorias políticas: «Los planes militares eran, en la hipótesis de resolver el
caso Malvinas, invadir las islas en disputa en el Beagle. Esa era la decisión de
la Armada…».26
Los planes de invadir las islas en disputa con Chile eran discutidos en la opinión pública de
Argentina. Por ejemplo, Manfred Schönfeld en La Prensa del 2 de junio de 1982, cuando la
visión del «vamos ganando» todavía hacía furor en Buenos Aires, opinaba sobre el curso de
acción tras la «exitosa» guerra de las Malvinas:
Para nosotros no lo estará [terminada la guerra], porque, inmediatamente después de barrido el
enemigo de las Malvinas, debe serlo de las Georgias, Sandwich del Sur y de todos los demás
archipiélagos australes argentinos…
Manfred Schönfeld27

Tras la recuperación de las islas, algunas fuentes incidieron en la posibilidad concreta de que
la Argentina tuviese también por objetivo a medio plazo invadir los archipiélagos al sur
del canal Beagle, en disputa con Chile, a fin de solucionar el conflicto del Beagle. Este se
encontraba en esos momentos bajo una mediación del papa Juan Pablo II, por la cual ambos
gobiernos se comprometieron a no hacer uso de la fuerza y a abstenerse de tomar medidas
que turbasen la armonía entre las dos naciones.28
Véanse también: Crisis entre Argentina y Chile de 1978  y  Operación Soberanía (Argentina).

Inicio
Crisis de los chatarreros
El 19 de marzo de 1982, 41 trabajadores de la Compañía Georgias del Sur S. A., del
empresario argentino Costantino Davidoff, arribaron a Puerto Leith en el barco ARA Bahía
Buen Suceso (B-6). El izamiento de la bandera argentina devino en una crisis internacional.29
Una noticia de la televisión británica, según la cual dos submarinos nucleares británicos
habían zarpado de Gibraltar hacia el Atlántico Sur, habría alertado a los mandos argentinos.30
En este sentido, evitando comprometerse en un desembarco amenazado por dos submarinos
nucleares enemigos y en una actitud de «ahora o nunca», la Junta Militar dispuso la ejecución
del desembarco estableciendo el Día D entre el 1 y 3 de abril de 1982.3031

Operación Rosario
Esta sección es un extracto de Operación Rosario[editar]

Operación de recuperación de las Islas Malvinas por parte de Argentina

La Operación Rosarionota 2 fue la conquista de las islas Malvinas por parte de


la Argentina en 1982 por medio de una operación anfibia incruenta, por decisión de la Junta
Militar que gobernaba en el país desde 1976. El archipiélago estaba bajo control del Reino
Unido desde su ocupación en 1833.
Los militares argentinos desalojaron a las autoridades británicas y establecieron
una gobernación militar.33 Las autoridades argentinas, lideradas por Leopoldo Galtieri,
planificaron la operación a partir de diciembre de 1981.34 En marzo de 1982, zarpó una flota
expedicionaria del continente. El desembarco inició el 2 de abril y fue ejecutado sin mayores
inconvenientes excepto por un muerto en la toma de la Casa de Gobierno. El comandante
argentino logró su objetivo sin causar bajas en el enemigo ni los civiles, algo que la dictadura
requería para las negociaciones diplomáticas. Al final, las fuerzas argentinas rindieron a la
reducida guarnición británica, la cual fue deportada junto al gobernador Rex Hunt.35
El 3 de abril el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 502 que
pedía:363738

1. la cesación inmediata de las hostilidades.


2. la retirada inmediata de todas las fuerzas argentinas de las islas Malvinas.
3. a los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido a que procuren hallar una solución
diplomática a sus diferencias y a que respeten plenamente los propósitos y principios
de la Carta de las Naciones Unidas.
15 sobre 30 países votaron a favor de la resolución, uno por encima del mínimo necesario. La
dictadura argentina no esperaba este resultado. Con la excepción de Panamá, los miembros
del Movimiento de Países No Alineados votaron en contra de la Argentina mientras que la
Unión Soviética, España, Polonia y China se abstuvieron.393738
Ese mismo sábado 3 de abril, el Gobierno del Reino Unido lanzó la Operación Corporate, a
cargo de la Fuerza de Tareas 317, para recapturar los archipiélagos.40
La delegación argentina pidió al delegado soviético que vetara a la resolución.41 El ruso sólo
respondió que tal veto solo podía ser dispuesto por «las más altas autoridades».41 El 11 de
abril, el embajador soviético en Argentina se reunió con el ministro Costa Méndez. Según el
relato de la Junta Militar, el diplomático ruso acudió al gobierno argentino para informar que
su Gobierno opinaba que la crisis había sido provocada por la vocación colonialista de Gran
Bretaña, y responsabilizaba a este país del conflicto armado. La Unión Soviética prometió
ayuda a la Argentina sin esperar nada en retribución, recordando la actitud del país
sudamericano ante el embargo cerealero estadounidense de 1980.42nota 3
El Proceso de Reorganización Nacional apeló a la búsqueda de aliados en América Latina en
una situación desfavorable. Entre 1976 y 1981, había mantenido pleitos
con Brasil y Paraguay; casi llegó a la guerra con Chile en 1978; había interrumpido el proceso
democrático de Bolivia;44nota 4 estaba perjudicando a Nicaragua apoyando a
los contras desde Honduras;45 carecía virtualmente de relaciones con Cuba; mantenía el
problema de los asilados con México; y veía a Uruguay con desconfianza tras la invasión de
las Malvinas.46 Los únicos aliados de Argentina eran Perú, Venezuela y Panamá.47 El 1 de
junio de 1982 Argentina compró a Perú diez cazas Mirage VP.4849 Los aviones no tomaron
parte del conflicto por encontrase en mal estado.50

Negociaciones diplomáticas
El 8 de abril el Gobierno federal de los Estados Unidos envió al secretario de
Estado Alexander Haig para acercar a ambos bandos.51 Haig se reunió con Galtieri el 10 de
abril en la Casa Rosada con la compañía de Vernon Walters. El secretario estadounidense
advirtió a Galtieri que si insistía con mantener un gobernador argentino en las islas, habría
guerra, y que en ese caso los británicos ganarían por sus fuerzas superiores.52 Después de la
reunión, Galtieri salió al balcón frente una multitud y atizó el conflicto con una oración que
patentó su rol en el conflicto: «¡Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla!».53 Los
jefes militares argentinos ignoraban claramente la superioridad de las FF. AA. británicas a las
argentinas en cuanto a tecnología y profesionalismo.54
Argentina se veía condicionada por la Resolución 502; si retiraba sus fuerzas de los
archipiélagos, el Reino Unido debería detener el avance de la Fuerza de Tareas 317 y
Margaret Thatcher no estaba dispuesta a negociar con argentinos en las islas.55
El 14 de abril el periodista estadounidense Carl Bernstein, a través de ABC News, reveló a la
audiencia que Estados Unidos estaba brindando información satelital de inteligencia a la flota
británica.56 El secretario de Estado de Asuntos Latinoamericanos, Thomas Enders, negó tal
afirmación ante el embajador argentino Esteban Takacs. Los funcionarios argentinos solo
renegaron el ostensible apoyo estadounidense a la expedición británica.56
El 15 de abril Reagan y Galtieri conversaron telefónicamente por segunda vez.57 El dictador
argentino manifestó a Reagan su preocupación por el avance de la flota británica hacia el
Atlántico Sur e insinuó la posible intervención de un país del Bloque del Este.58 Pero, ambos
líderes coincidieron en que una guerra en el hemisferio occidental entre dos países amigos de
EE. UU. perjudicaría a ambos países en pugna y solo beneficiaría a la Unión Soviética.59 El
presidente estadounidense le prometió neutralidad en tanto que las negociaciones
continuaran.60
El 28 de abril el órgano consultivo del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)
aprobó por 17 votos y 4 abstenciones —Estados Unidos, Colombia, Chile y Trinidad y Tobago
— una resolución de nueve puntos que urgía a Reino Unido a cesar las hostilidades y a
Argentina a procurar no empeorar la situación.61
El 30 de abril Estados Unidos clarificó su posición. Haig anunció que las negociaciones no
habían logrado una solución, al tiempo que el Gobierno argentino había rechazado la última
propuesta estadounidense. También informó la suspensión de asistencia militar a Argentina y
medidas económicas punitivas. También informó que su país satisfaría los requerimientos de
armamento de Reino Unido. En este punto, el secretario de Estado aseguró que Estados
Unidos no participaría en forma directa del conflicto. Ronald Reagan por su parte tachó a
Argentina como «país agresor». El ministro Costa Méndez solo alcanzó a declarar que
Argentina no había rechazado la propuesta estadounidense sino que solo la había objetado.62

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