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Objetivos:
Lectura de reflexión de los alumnos en forma rotativa de distintos cursos en la formación de
inicio de jornada escolar a partir del trabajo realizado en las aulas.
Socializar las conclusiones obtenidas en los grupos sobre la guerra de Malvinas.
Fomentar la lectura en voz alta de forma sistemática.
Consolidar elconvencimiento de la soberanía sobre las islas y su repercusión en forma pacífica.
Ubicación geográfica.
En 1982 había 1.830 habitantes, de los cuales 1550 Vivian en Puerto Stanley, 400 tenían pasaporte
británico, y 30 argentino, y los demás gozaban de un estatuto de asociación a la Corona.
Apodados los “kelpers” (los que comen algas), sus habitantes vivían de la cría de 650.000 ovejas,
bajo la gestión de la Falkland Island Company, uno de cuyos directores era el esposo de Margaret
Thatcher. Londres nombraba a un gobernador.
El origen del dominio de las islas había suscitado muchos pleitos entre los reinos de Francia, España
e Inglaterra; tengamos en cuenta, que Inglaterra aprovecho las guerras napoleónicas para obligar a
estos últimos soldados españoles a retirarse en 1811, pero la joven Argentina reclamo enseguida la
propiedad de las islas.
En 1833 los británicos tomaron posesión militar de las Malvinas y las bautizaron FALKLANDS.
En 1946 con la llegada al poder de Juan Domingo Perón resucito la polémica en nombre del
anticolonialismo y del panamericanismo, y la Asamblea General de las Naciones Unidas obligo a
Inglaterra a entrar en negociaciones con Argentina.
En 1974 la misma Asamblea pidió una solución pacífica del conflicto: se hablo de un condomio
anglo-argentino.
Antes del Canal de Panamá, las Malvinas tenían un interés estratégico: “El control de las Falklands
podría ser útil en tiempos de paz, pero en tiempo de guerra permitiría el control de los océanos”,
escribía Lord Anson.
En l914, la base Naval ubicada en el cruce de las vías marítimas que unen el Atlántico con el
Pacifico en el hemisferio austral, demostró su valor, cuando la Royal Navy hundió cuatro navíos de
guerra alemanes
En la actualidad, el archipiélago puede alojar una importante plataforma logística tanto aeronaval
como submarina; su posición es idónea para interceptar las ondas hertzianas y las electromagnéticas
sobre América del Sur. Además de la perspectiva de explotación de hidrocarburos.
La situación de nuestro país era pésima, sin ningún éxito externo frente a Chile, ven con
exasperación la actitud británica de dar largas discusiones, Galtieri mostro su mejor carta: la unión
nacional sobre una meta simbólica: la reconquista de las Islas.
El 29 de diciembre, tras una semana de haber llegado al poder, la Junta plantea la invasión,
pero si las negociaciones son positivas, lo resolvería en forma política.
Galtieri, veía señales alentadoras… cuando la base británica de Gryviken había sido evacuada y el
patrullero HMS Endurance retirado.
Había negociado la neutralidad de Uruguay.
Una de las últimas negociaciones diplomáticas con Londres, contra lo que se esperaba, resultados
alentadores.
Al día siguiente la Secretaria de Relaciones declaro: “si no se encuentra pronto una solución
diplomática, Argentina se reserva el derecho de dar fin al proceso y de escoger libremente los
medios más adecuados para defender sus intereses”
El Estado Mayor General señala el 15 de mayo como “Día D” pero el Almirante Anaya precipita
las cosas al lanzar la Operación Alfa, sin avisar a los colegas de la Junta.
A finales de diciembre, Anaya, pone a disposición de Davidoff el buque polar Almirante Irizar
para ir a Puerto Leith,; en marzo , Davidoff recibe órdenes de actuar y el día 19 cuarenta obreros se
instalaron en dicho puerto. Cuando la vigilancia de Grytviken, llego a puerto Leith, vio ondear la
bandera argentina.
Londres, avisado del hecho, informa a Buenos Aires su descontento.
El patrullero Endurance parte con órdenes de ir a Georgia con quince marines.
El 23 de marzo Richard Luce, ministro de Relaciones Exteriores, declara ante el Parlamento “que el
gobierno Argentino aseguraba que no tenía nada que ver, y, que mandaría un barco para
“desalojar” a los obreros. “
Y fue así, el 25 de marzo el buque polar Bahía Paraíso llegaba a Georgia, pero desembarcan unos
cien comandos, en lugar de desalojar a los obreros.
Margaret Thatcher reunió el gabinete. Era un ambiente de tensión, los delegados del Foreign Office
se manifestaron en contra de la respuesta militar, argumentando que podría ser contraproducente por
la reacción de países seducidos por discursos socialistas y anticolonialistas; Además, Londres no
contaba con aliados tradicionales, ya que, tres de sus socios europeos estaban muy ligados a
Argentina: España cultural y socialmente, Francia y Alemania por sus contratos armamentistas.
El secretario de Defensa, John Nott, presento otra razón: una expedición militar a 15.000 kms,
cuando se avecina el duro invierno austral.
Mandar un cuerpo expedicionario a las Falklands pesaría sobre el Presupuesto.
La razón principal de la reserva de la Defensa para la posibilidad de un fracaso de la eventual
empresa militar.
La Royal Air Force (RAF) no tenia base al alcance del archipiélago, los argentinos disponían de
una buena marina equipada con el misil Exocet, cerca de sus bases y la isla se encontraba al alcance
de sus aviones.
Margaret Thatcher pensaba diferente. Gran Bretaña debía reaccionar cuando alguno de sus
territorios fuera agredido; no hacerlo, era dar la posibilidad a los soviéticos.
Thatcher, quería negociar desde una posición de fuerza, y para eso, debía mandar un cuerpo de
expedicionarios.
Sería un mensaje claro al Kremlin a la hora de la crisis de los euromisiles. Una Gran Bretaña capaz
de mandar tropas al otro lado del mundo para recuperar unas islas desconocidas, también era capaz
de hacerlo para oponerse a una agresión militar por parte del Pacto de Varsovia.
Justo a la llegada del almirante Harry Leach, quien aprovecha que el portaaviones Hermes,
seguía en servicio. Leach reúne una fuerza aeronaval para impresionar a los argentinos y ganarse el
corazón de los diputados británicos. La fuerza naval estaría encabezada por los portaaviones
Hermes e Invencible.
Ira también una brigada de marines. Thatcher lo apoyo pues pensaba en el beneficio de una victoria
en su carrera política. El contexto socioeconómico le era adverso a Thatcher, pues sus reformas
ultraliberales aun no daban frutos. Tenía dificultad en ganar las elecciones legislativas próximas.
Así que, Gran Bretaña entro en la lógica de guerra el 31 de marzo a la noche; cuando la flota
argentina aun estaba en alta mar. La situación conflictiva se debía resolver por la fuerza.
Las fuerzas armadas argentinas, con sus 230.000 hombres, era el segundo ejercito de America
Latina. Su material era anticuado, pero sus hombres estaban motivados y bastante bien entrenados.
El ejército o infantería de marina sumaban 136.000 hombres, la aviación y la fuerza aeronaval
tenían 165 aviones de combate pero el estado mayor no podía coordinar mas de seis aviones a la
vez.
Mandaron solo 12.000 hombres para ocupar Malvinas, de los cuales eran conscriptos poco
entrenados de tercera y decima brigada de infantería.
Las operaciones.
Temprano en la mañana del 2 de abril los argentinos desembarcaron mil hombres, bajo el mando del
gral Carlos Busser, conquistaron Puerto Stanley.
Al día siguiente tomaron Georgias del Sur, un éxito de la Operación Rosario.
El gobernador Rex Hunt y su guarnición cayeron presos y fueron repatriados a Inglaterra,
En Buenos Aires, reinaba la euforia.
El gral Galtieri habla al pueblo, declarando “la reconquista histórica” de las Malvinas.
El gral Mario Menéndez, nombrado gobernador del archipiélago, declaro que la vida cotidiana de
los insulares no cambiaria para nada, la excepción: “los autos deberían ir por la derecha”.
El gobierno británico lanza la Operación Corporate; al mando de John Sandy Woodward , parte
naval; y la parte terrestre al mando de Gral Jeremy Moore.
La ONU condena la agresión argentina reconoce el derecho a ejercer la legitima defensa de los
británicos.
La isla Concepción, a 6.750 km de Las Malvinas, fue centro del esfuerzo logístico británico durante
la guerra, Ahí estaba el grueso de las fuerzas.
Los diplomáticos buscaban una salida negociada, Alexander Haig, (Secretario de Estado de EEUU)
viajo muchas veces entre Londres, Nueva York y Buenos Aires, antes de reconocer su fracaso.
El 12 de abril Londres decreta una zona de exclusión de 200 millas náuticas alrededor de Malvinas,
el 25 sus comandos retomaron Georgia del Sur. Días después se acerca el cuerpo expedicionario.
La segunda fase se abre con una batalla aeronaval.
El 2 de mayo el crucero argentino Gral Belgrano fue hundido por el submarino nuclear
Conqueror, al sur de la zona de exclusión; con lo que mostraba la determinación británica que
pretendía disuadir a la Argentina. Las naves Argentinas regresaron a puerto.
Dos días después el destructor Sheffield era abatido por el misil Exocet, disparado por un Super
Etendard argentino.
Se recrudecen los combates, hasta las operaciones de desembarco anfibio.
Las fuerzas especiales británicas llevaron a cabo una serie de golpes espectaculares, fracasando en
Rio Grande y con éxito en la isla Pebble, mientras que dos Vulcan bombardean la pista de Puerto
Stanley sin consecuencias militares.
Eso hizo tener por bombardeos sobre Argentina.
En consecuencia, los Mirages III se quedaron para defender Buenos Aires y Puerto Belgrano; su
ausencia sobre las Malvinas se hizo notar.
La tercera fase fue terrestre. El día 28 los paracaidistas ingleses enfrentan a los argentinos en sus
trincheras de Darwin y Goose Green; aunque sufrieron fuertes pérdidas triunfaron.
Durante dos semanas, mientras la aviación argentina llevaba a cabo un último combate contra la
Royal Navy, las tropas británicas progresaban hacia Puerto Stanley, cercando la guarnición
argentina.
El 8 de junio el resto de la quinta brigada desembarco en Fitz Roy y Bluff Cove y alcanzo a las
tropas transportadas en helicóptero desde San Carlos. Después de estos últimos enfrentamientos, el
gral Menéndez capitulo sin condiciones el 14 de junio.
Poco falto para que ingleses sufriesen una derrota. Con catorce naves destruidas o fuera de combate,
la Royal Navy alcanzaba el límite de las perdidas soportables; la tercera parte de sus destructores y
fragatas) de haber perdido uno de sus dos portaaviones o el paquebote Queen Elizabeth II que
transportaba tropas, el golpe hubiera sido fatal.
El Queen Elizabeth II, estuvo a poco de sufrir un ataque de Skyhawk que hubiera sido mortífero.
La destrucción del Belgrano había disuadido al grupo aeronaval argentino de pasar a la ofensiva,
pero hubiera sido suficiente para emboscar a los submarinos cerca de las Malvinas para aumentar la
perdida de la marina inglesa.
Consecuencias.
El 17 de Junio de 1982, tres días después de capitular el gobernador, el gral Galtieri renuncio,
abriendo el proceso que llevaría la democracia a Argentina.
El 18 de junio Londres ofreció repatriar a los 14.000 presos de guerra argentinos y el intercambio de
presos termino sin problemas el 12 de julio.
La comunidad internacional hizo lo posible para reintegrar a la Argentina al concierto de las
Naciones; cancelando el embargo comercial.
Francia y Alemania volvieron a entregar material bélico para desagrado de la prensa inglesa,
olvidando que dieciocho meses antes de la invasión Londres vendió a Buenos Aires dos destructores
ultramodernos equipados con misiles Exocet.
En Londres, la guerra dio credibilidad y prestigio a las fuerzas armadas, pero reorganizo la Defensa.
Se creó el Defence Crisis Management Center, que permite al primer ministro manejar los
aspectos políticos de la crisis, y el Permanent Joint Head Quarter, que deja en manos de
estrategas militares la gestión de las operaciones desde Northwood.
En 1984 argentinos y británicos reanudan negociaciones directas sin lograr nada.
En 1985 Londres otorgo a las Malvinas una nueva Constitución que reconoce el derecho de sus
habitantes a la autodeterminación.
Se espero hasta 1990 para normalizar completamente las relaciones diplomáticas.
En 1995 los dos países firmaron un acuerdo de reparto de las eventuales riquezas petroleras de la
zona.
El 1999 se establecieron vuelos regulares entre Argentina y Puerto Stanley, y el anuncio de “las
Malvinas son nuestras” desapareció del aeropuerto de Buenos Aires.
En 2001 el primer Ministro Tony Blair efectuó la primera visita oficial a la Argentina.
En la actualidad, siguen las relaciones diplomáticas por las islas.