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2 de septiembre de 2021.

Padres, madres, y organizaciones de la sociedad civil a la Corte Constitucional y la


Asamblea Nacional
En las manos de sus magistraturas se decide un momento de enorme importancia para
la niñez y adolescencia del Ecuador. Por muchos años hemos visto a nuestros hijos
crecer lejos de nosotros, sobra decir que el tiempo perdido jamás se recupera. ¿Qué
sucede si la constitucionalidad genera confusión y pugna, debería pasar algo así
cuando hablamos de la niñez y adolescencia de nuestro país y es nuestra
responsabilidad garantizar su Interés Superior?
Un nuevo Código de la niñez y adolescencia requiere ser coherente con la Constitución
de la República y demás normas de protección a la niñez y por la misma razón las
figuras ortodoxas y descontinuadas de la Patria Potestad y la Preferencia materna
deben evolucionar en la norma ecuatoriana.
Como país requerimos cambiar el enfoque sobre el proceso judicial y brindar las
condiciones que los estados partes acordaron garantizar en la Convención de los
Derechos del Niño, en sus artículos 18, 19, 29, 32, 39, 42, 44. Rechazamos que el cuidado
y protección de la niñez genere pugnas de poder y por eso invitamos a la sociedad y
todos sus sectores a construir diálogos para garantizar la vida digna de la niñez y
adolescencia del Ecuador. Que nunca más vuelva a crecer un hijo sin uno de sus padres
por obstrucción de vínculos.
De esta manera queremos dar a conocer los postulados principales entregados a la
Asamblea Nacional el 10 de agosto del presente año, en la Comisión de la niñez y
adolescencia, de manera formal y ampliada. Consideramos esta triangulación
imprescindible para viabilizar a una sociedad que en su mayoría tiene conciencia de
cuidado, protección y respeto.
Postulamos la Responsabilidad Parental y la inclusión del Principio de
Corresponsabilidad parental, toda vez que en el 2do proyecto de ley es necesario
especificar las responsabilidades conjuntas del cuidado en una figura que permita
habilitar nuevos procesos de relación familiar, siempre sujetos al cumplimiento del
principio básico del Interés Superior. De esta manera la eliminación de la Patria Potestad
y la adopción de una figura actual de Responsabilidad parental es prioritaria.
Consideramos que su accionar con las demás leyes de protección a la niñez y
adolescencia intervendrá de manera positiva, constructiva y transformadora de la
ansiada equidad en las obligaciones parentales, respetuosas y armónicas.
Exhortamos a adoptar la Justicia Terapéutica como el enfoque pertinente para los
procesos judiciales en procesos de separación de progenitores. Dentro del principio de
corresponsabilidad social es necesario evitar la profundización de los conflictos, atender
las diversas necesidades sicológicas y terapéuticas de los casos y ejercer una justicia
especializada y específica en el tratamiento de los conflictos de separación donde hay
hijos. La Justicia Terapéutica es un enfoque que requiere incorporarse como
metodología jurídica de intervención social en la búsqueda del cumplimiento integral de
los derechos de niñas, niños y adolescentes, en especial para la humanización del
tratamiento de los conflictos.
En tal sentido, respaldamos a la niña Liuba Mora quien desde el Azuay exige la adopción
de este enfoque y así mismo a la Dra. Francisca Fariña, Presidenta de la Sociedad
Iberoamericana de Justicia Terapéutica, ambas fueron escuchadas en la Comisión de la
niñez ocasional en el año 2020 y requieren volver a hacerlo nuevamente, sobre todo
bajo el derecho a la escucha atenta a NNA.
Exigimos el restablecimiento del Sistema Nacional de Protección Especializado de niñez
y adolescencia para garantizar el correcto funcionamiento de las operaciones del
sistema judicial, así como la inscripción de una disposición derrogativa en el nuevo
Código de la niñez de toda disposición de norma que contradiga el nuevo marco legal
de protección a niñas, niños y adolescentes.
Tenemos absoluta confianza que la triangulación de estas acciones permita construir un
sistema de protección que no prive a niñas, niños y adolescentes de uno de sus
progenitores, evite las consecuencias críticas de la separación, prevenga violencias y
ofrezca la posibilidad del restablecimiento de nuevas vidas saludables y armónicas.
Tenemos la responsabilidad de construir familias en el respeto y el amor. Nuestras
niñas, niños y adolescentes necesitan el amor de papá y mamá.

Firman,

FUNDENIF
PAPÁS POR SIEMPRE SANTO DOMINGO
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