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EL Caso Clínico que se relata a continuación tiene como objetivo una mejor comprensión de los

contenidos de la Guía de Trabajo Práctico Nº 2.. Forma parte de una estrategia pedagógica que
permite a través de una narrativa, construir conocimiento Implementando la Técnica de
Aprendizaje Basado en Problemas -ABP - hacia la formación de competencias técnicas y
humanísticas.
Además, construir conocimiento teórico-práctico, fortalece el aprendizaje de las y los médicos en
formación, mientras que estimula el pensamiento crítico y la capacidad para comprender y
analizar conocimiento científico a partir de la generación de hipótesis, mejorado las actividades e
intervenciones de prevención y atención de los pacientes.

UNIDAD II: Bases Legales de la Práctica Médica

Trabajo Práctico: Caso Fernando

Fernando tenía 25 años y le faltaba muy poco para recibirse de ingeniero. Una mañana salió de su
casa en Mina Clavero, en auto rumbo a Córdoba Capital. Mientras recorría las altas cumbres, le
envió un mensaje a su novia Juliana: “en media hora estoy”.

Pasaron horas y Fernando no llegaba. Juliana recibió el llamado de la madre de su novio:


“Fernando tuvo un accidente y está internado en el Hospital Córdoba”. Juliana tomó un abrigo y
salió inmediatamente para allí.

Al llegar al hospital, le informaron que el paciente estaba en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), y
que para saber cómo estaba debía esperar hasta las 19 hs. que era el horario del “parte médico”.
Conmocionada y angustiada, se sentó a esperar junto a la madre de Fernando.

Durante el parte, el médico de la UTI les informó que los primeros estudios determinaron que
Fernando tenía traumatismo de cráneo, fracturas en la cadera, en el brazo izquierdo y en la mano,
producto de un accidente de tránsito. Le realizaron intervenciones quirúrgicas y necesitó de
cuidados especiales en terapia intensiva.

Luego de 15 días de haber estado inconsciente, los médicos le retiraron las drogas y Fernando
abrió los ojos. Despertó intubado, sólo veía cables y monitores a su alrededor. No recordaba qué
había pasado y ni por qué estaba en un hospital.

Su estado de salud general pareció mejorar. Juliana y la madre se animaron pensando que pronto
podrían pasarlo a una sala común. Sin embargo, a los pocos días el cuadro se complicó y Fernando
entró en coma. Fernando había contraído una infección intrahospitalaria que terminó en
septicemia. Un shock séptico le había provocado daños cerebrales irreversibles.

Pasaron cuatro meses. El equipo médico había evaluado el cuadro como estado vegetativo
persistente. La familia de Fernando, día tras día, observaba como se deterioraba: los ojos
cerrados, la boca entre abierta. El personal de enfermería debía asistirlo permanentemente. Lo
afeitaban, lo aseaban, le cambiaba los pañales, y le administraban medicamentos contra las
convulsiones indicadas por los médicos. Se lo alimentaba con una bomba mecánica que
traccionaba alimento a través de una sonda de silicona a su estómago. Recibía alimentación e
hidratación en forma permanente. Fernando seguía vivo gracias a estos soportes externos.

Durante casi un año intentaron rehabilitarlo. Le acercaron diferentes olores a la nariz para
despertar su olfato. Le pusieron miel, jugos y dulces en los labios para recuperar la capacidad de
tragar. Le colocaron en las manos un botón para que pulse (a modo de respuesta a las preguntas
de los médicos); le pidieron que siguiera la dirección de un objeto con las pupilas; insistieron en
que restableciera algún tipo de comunicación -aunque fuese mínima- con los dedos. Ninguno de
los intentos tuvo respuesta.

La familia se encontraba sin esperanzas, sumamente triste y sin saber cómo seguir. Se agolpaban
estas preguntas: ¿Tiene Fernando el derecho a una muerte digna? ¿Qué hacer cuando sólo una
tecnología salva de la muerte a una persona? ¿Se debe priorizar cantidad o calidad de vida?
¿Cómo se evalúa esa calidad? ¿Hasta dónde se debe seguir? ¿Quién debe tomar la decisión? ¿El
equipo médico, la familia?

El equipo médico explicó a la familia que en un caso como este, podían decidir quitarle los
soportes que lo mantenían vivo. No realizar más intervenciones.

Fueron momentos duros, la madre sentía que era como matarlo, y pensaba que le estaban
proponiendo una práctica de eutanasia. Ella no accedería a quitarle los soportes vitales.

Pasó un mes más… hasta que la familia hizo un primer pedido a través de la madre de Fernando,
que fue designada como su representante legal: se negaban a la colocación de respirador y a
maniobras de resucitación si ingresaba en terapia intensiva. Esto quedó registrado debidamente
en la Historia Clínica. Los días seguían pasando, y las esperanzas se apagaban definitivamente…

La madre de Fernando, creyente, recurrió al sacerdote de la parroquia a la que asistía, en busca


de claridad y apoyo para tomar una decisión. El sacerdote le dio consuelo y la tranquilizó.

Un día, buscando información, la familia encuentra unos artículos de Carlos Gherardi, uno de los
expertos en bioética más reconocidos de la Argentina. En sus escritos, explicaba que en los
estados vegetativos persistentes está aceptado el retiro de la alimentación enteral, con el
consentimiento escrito de la familia. “No es dejar morir, si no permitir morir”, diferenciaba.
Finalmente, se aproximaban a tomar tan difícil decisión.

La familia solicitó evaluaciones para tener la certeza de que Fernando no se recuperaría. Los
informes fueron terminantes. La resonancia nuclear magnética mostró un daño cerebral
irreversible.

La familia asumió que el estado era inmodificable, el Fernando que conocían no iba a volver. La
madre dijo: “el que está ahí no es mi hijo. Él se fue hace varios meses. Lo único que merece es
pasar a un estado mejor”.
Organizaron una misa y pidieron al personal de salud que le quitaran los soportes vitales que
estaban prolongando su vida.

Fue un día triste, de despedida, pero también de alivio, era el fin de la agonía: Fernando
descansaba en paz.

CONSIGNAS

1) Defina que es la información sanitaria y el consentimiento informado, indique su


diferencia. En el caso de Fernando, ¿se aplica el consentimiento informado cuando lo
ingresan tras el accidente al hospital? ¿Por qué?

2) Teniendo en cuenta lo establecido en la ley 26742, realice una aplicación práctica al caso
de Fernando, de los derechos esenciales que tienen las personas en su rol de pacientes.
¿Cuál es la relación entre los derechos del paciente y el modelo médico paternalista?

3) ¿Por qué la madre de Fernando habla de eutanasia? ¿Qué es la eutanasia? ¿Cuál es su


relación con las directivas médicas anticipadas? ¿Qué entiendes por la frase: “No es dejar
morir, si no permitir morir”? ¿Quién toma la decisión del retiro de los soportes vitales: el
paciente, el médico, la familia? ¿En base a qué se decide?

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