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“La Naturaleza Humana”, por Jesús Mosterín.

En su libro, el filósofo español Jesús Mosterín (nacido en 1941) trata de describir los aspectos que forman la esencia del ser humano. El libro
consta de catorce capítulos y puede dividirse en dos grandes partes; la primera un tanto más teórica y la segunda un tanto más práctica.
Mosterín aborda brevemente nuestra historia filogenética, nuestra genética, los aspectos psicológicos y neurológicos del humano, el
lenguaje, los conceptos de nature y nurture (natura y cultura), las diferencias entre hombres y mujeres, temas controversiales como
eugenesia, muerte y eutanasia, y finaliza tocando temas de índole moral y espiritual de la naturaleza humana.

Los primeros dos capítulos sirven de introducción. El capítulo primero trata sobre opiniones acerca de la no existencia de una naturaleza
humana. El capítulo segundo explica brevemente el enfoque evolucionista en que Mosterín basa el resto de su obra.

1. ¿Hay una naturaleza humana?

Mosterín hace mención de distintos pensadores y autores que de alguna forma negaban la naturaleza humana o tenían una concepción
falsa o incompleta de ésta. John Locke pensaba que el ser humano era como una página en blanco en la que se escribirían cosas mediante
la interacción social. Ortega y Gasset afirmaba que es falso hablar de una naturaleza humana, pues el hombre no posee una naturaleza,
sino una historia. Watson y otros psicólogos conductistas aseveraban que el comportamiento de un individuo se debe exclusivamente al
condicionamiento social.

Mosterín refuta los argumentos de estos pensadores haciendo notar que ignoraban la dependencia del ser humano en su genoma.

2. La concepción evolucionista.

Mosterín describe brevemente la teoría de Darwin, tocando los conceptos de variabilidad, reproducción, herencia, especie y selección
natural. No olvida mencionar los límites de la selección natural. Hace énfasis en el resultado accidental de la evolución y en la no necesidad
de una vida que haya evolucionado de la forma como lo ha hecho. Enfatiza también que la teoría darwinista es completamente compatible
con las leyes de la física.

“Estamos al menos parcialmente orientados por la brújula de nuestros genes”—dice Mosterín para ilustrar que estamos inextricablemente
ligados a nuestro programa genético.

3. La vida del viviente.

El capítulo trata sobre la evolución de la vida y Mosterín la narra en torno al ser humano. Mosterín puntualiza que:

 Somos cosas (no ideas).  Somos eucariotas.


 Somos seres vivientes.  Somos heterótrofos.
 Somos improbables desde el punto de vista  Nos reproducimos sexualmente.
termodinámico.  Somos multicelulares.
 Nuestra naturaleza recapitula nuestra historia  Somos animales.
filogenética.

4. El ánima del animal.

“El animal lo es primariamente en virtud de la sensación”. Lo que distingue al animal de otras especies de otros reinos es su capacidad
sensorial. El ser humano es un animal. Mosterín detalla un poco más algunas características biológicas del ser humano. En resumen: “No
somos ángeles ni computadoras, no somos bacterias ni plantas; lo que somos es animales, cierto tipo de animales: animales bilaterales,
celomados, deuterostomos, craniados, gnatostomos, tetrápodos, amniotas, mamíferos y placentarios.”

5. La primacía del primate.

Mosterín precisa más en la historia evolutiva del ser humano. Explica que los primates se caracterizan por extremidades largas, manos
prensiles visión binocular y cerebros relativamente grandes. Las especies de simios más cercanas a nosotros son el chimpancé y los
bonobós (que aparecieron hace unos 6 millones de años).

“Nuestros ancestros bajaron al suelo, se irguieron, marcharon en dos patas traseras se enfrentaron a peligros y oportunidades de un nuevo
modo de vida convirtiéndose en homínidos”. La marcha bípeda y la mano prensil son las cualidades que más resaltan en lo homínidos. El
género Homo apareció en África hace unos 2.5 millones de años. El Homo sapiens apareció hace unos 200 000 años en África oriental.

6. Los genes del genoma.

Mosterín explora generalidades del genoma humano. El genoma describe la naturaleza del portador, proporciona instrucciones para
generarlo para permitirle vivir, reproducirse y desplegar sus capacidades. “El genoma es la biblioteca de la célula.”
Mosterín recalca la importancia del genoma humano en la concepción de la naturaleza humana: “La totalidad de nuestras características en
el genoma humano constituyen la naturaleza humana.”

Además, se hace mención también de importantes acontecimientos históricos, como la puesta en marcha del Proyecto Genoma Humano
en 1990 y la secuenciación del genoma humano con una precisión del 99.999% en octubre de 2004. Al procesar el genoma de los
chimpancés en el 2005, se descubre que el ser humano comparte el 98% de su genoma con éstos. Con el Proyecto Genoma Humano se
descubren también los mecanismos de la herencia.

7. Mente, cerebro y conducta.

Mosterín menciona el concepto de alma propuesto por Platón y retomado por Descartes, pero rechaza la existencia de la misma. También
rechaza otros modelos para describir la psíquica del humano como el psicoanálisis de Freud y el conductismo. Describe un poco la
formación del sistema nervioso.

Mosterín explica que para iniciar la actividad consciente se expresa a través de una forma personal, por ejemplo, “yo pienso”. La actividad
cerebral es continua pero el consciente no lo es (al dormir, no se está consciente). El Sistema nervioso se encarga de recoger información
del entorno externo y del medio interno del animal y la procesa para generar las conductas apropiadas para la supervivencia y para la
reproducción.

8. Lenguaje y naturaleza humana.

Mosterín define los conceptos de comunicación y lenguaje. El concepto de comunicación es más amplio que el de lenguaje. Comunicación
es transmisión de información. En este sentido, todos los animales se comunican (ya sea por señales químicas, por comunicación sonora,
entre otros).

El ser humano tiene una capacidad innata para el lenguaje—un sistema de comunicación complejo de léxico enorme y de gramática
recursiva—y ésta está programada en el genoma. El gen asociado al lenguaje es el FOXP2, y se cree que su aparición data de hace unos 250
000 a 40 000 años.

9. Cultura y natura.

Mosterín describe qué es la cultura y la natura y su relación. La cultura es el “conjunto de actividades, procedimientos, valores e ideas
transmitidos por aprendizaje social y no por herencia genética.” La naturaleza es “aquello que se tiene a al nacer, lo genéticamente pre-
programado y lo adquirido durante el desarrollo embrional.” Las actitudes, habilidades y conocimientos son aprendidos.

“Toda ciencia es cultura, pero no toda cultura es ciencia.”

“La cultura viene a veces al socorro de la naturaleza.”

El aprendizaje social es el proceso mediante el cual la información no hereditaria es adquirida por el animal y almacenada en su memoria a
largo plazo, de tal manera que pueda ser recuperada en algún momento. Hay aprendizaje individual (por ensayo y error) y social (por
imitación).

Así como la unidad básica de transmisión de información en la genética es el gen, en la cultura es el meme. El gen solo se transmite
verticalmente, mientras que el meme se transmite verticalmente, horizontalmente y diagonalmente. Algunos rasgos culturales son
ponderables (como la ciencia), mientras que otros son imponderables (como la religión).

10. Hombres y mujeres.

Mosterín expone las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. El gen de diferenciación sexual se llama gen SRY y se encuentra en el
cromosoma Y. El sexo por defecto de un animal es hembra y el gen SRY se encarga de la diferenciación sexual.

Los hombres tienen más musculatura, mayor capacidad respiratoria y mayor capacidad anaerobia. Además, los hombres obtienen mejores
resultados en pruebas de representación espacial y en razonamiento matemático. Las mujeres suelen recordar detalles de un evento
emocional y tienen más velocidad perceptual, así como realizan mejor los trabajos manuales y de precisión.

Mosterín afirma que la relación entre hombres y mujeres es complicada y está afectada de forma inextricable por factores culturales.
Agrega que a veces las religiones han tratado las relaciones entre hombre y mujer de modo inconsistente y lleno de prejuicios.

11. Reproducción y eugenesia.

Mosterín toca algunos temas controversiales como el azar de la vida, el aborto y la eugenesia, explicando su punto de vista.
“La vida es un juego del azar.” “El hombre tiene la capacidad de generar 2x10 15 espermatozoides, mientras que la mujer, 2x106 óvulos, lo
que da un total de 4x1021 hijos posibles”—y Mosterín añade que la gran mayoría de potenciales criaturas no nacen.

“El aborto es como el divorcio o como los bomberos, se inventó para cuando las cosas fallan.”

“Una bellota no es un roble.”

La eugenesia es la manipulación de la reproducción humana con el objetivo de mantener buenos nacimientos.

Mosterín brinda argumentos a favor del aborto de la eugenesia. Además, distingue entre aborto y eugenesia totalitarios libres. Por
totalitarios se refiere al aborto o a la eugenesia controlados por el Estado, mientras que por libres entiéndase al aborto o a la eugenesia
decidida por los padres. Para Mosterín, tanto el aborto como la eugenesia deben ser libres y no totalitarios.

12. Muerte y Eutanasia.

Mosterín habla sobre la muerte y brinda argumentos a favor de la eutanasia. “Un mundo sin muerte es un mundo sin vida.” “Nada que no
viva puede morir, y nada que no muera puede vivir”.

La muerte de la célula consiste en la pérdida de su individualidad respecto al entorno. Puede ser por apoptosis o por necrosis. La muerte
sobreviene porque alguno de nuestros sistemas vitales falla, con lo que el macroequilibrio del organismo se viene abajo. Esto se debe a la
apoptosis de las células.

“La ignorancia de los hechos ha permitido que todo tipo de creencias carentes de base se asienten en las mentes de muchos individuos”—
Mosterín, al referirse sobre el miedo a la muerte.

Mosterín propone que cada quien es artista de su vida y que no escogemos cómo nacer pero si podemos escoger cómo morir.

Sobre la eutanasia, Mosterín afirma: “La muerte mejor, la más deseable, la más acorde con la autonomía humana, es el suicidio racional,
sereno y asistido”.

13. Conciencia moral.

Mosterín explica su punto de vista sobre la moral y la ética. “Tenemos la opción el libre albedrío pero la libertad tiene un precio, que es el
dolor.” Explica que el dolor existe porque ha sido programado como señal de alarma ante amenazas potenciales. El sistema de dolor y de
placer nos orienta en nuestra conducta para hacer lo que más nos conviene y evitar lo que nos perjudica.

Mosterín diferencia entre moral y ética: la moral está constituida por reflexiones propias sobre una acción con base en la información
circunstancial y los valores propios. La ética es el intento filosófico de iluminar racionalmente el proceso de deliberación moral. Agrega que
aún no existe una teoría unificada sobre la ética.

Mosterín afirma que somos seres libres en cuanto a que podemos tomar decisiones sujetas a las leyes físicas y que no somos seres dignos
per sé, pues uno solo puede ser digno o merecedor de algo. Hablar sobre la “dignidad humana” carece de sentido. Por tanto, la moral no
está fundamentada en una dignidad abstracta sino en nuestra capacidad de pensar y decidir, de gozar y de sufrir con base en la ética.

14. Una chispa divina.

Mosterín explica su cosmovisión. Habla sobre la religión cósmica de Einstein, que propone el intento de comprensión del Universo y la
admiración del mismo. Retoma también ciertas filosofías orientales sobre la liberación que se alcanza al sintonizarse con el Universo. Hace
referencia a una comunión con él.

“Somos polvo de estrellas. Descendemos de estrellas gigantes, que en sus estertores agónicos destilaron los átomos de que estamos
hechos, excepto los de hidrógeno todavía más linajudos, que acompañaron al Cosmos desde el gran fogonazo que produjo la transparencia
del espacio la radiación de fondo. En nuestro interior retumba el Universo.”

Formamos parte del Universo y somos la conciencia de éste. Esta conciencia cósmica consiste en darse cuenta de que cuando uno piensa en
uno mismo, piensa en el Universo y como somos la conciencia del Universo, cuando pienso en él, él se piensa a él mismo. “Si el Universo es
Dios, nosotros somos la conciencia divina”. La felicidad y plenitud vital se alcanzan en la comunión con el Universo.

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