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María se quejaba que su esposo, Pablo, no era nadita cariñoso. Cuando lo
confrontó, él se volvió más indiferente todavía. “¡Ya no puedo vivir así!” Dijo ella.
¡Quiero a alguien que le guste estar conmigo! Se sentía enojada y olvidada. ¿Te
ha pasado ALGO ASÍ alguna vez?
Estaba harta… furiosa. Pero no puede darse el lujo de perder su trabajo. Así que
se tiene que aguantar. ¿Te ha pasado ALGO ASÍ alguna vez? La ira es quizás el
aspecto más característico de nuestro mundo moderno. Y hay muchas formas de
lidiar con la ira: Te puedes poner más y más furiosa. Puedes recurrir a las drogas
y el alcohol.
Si somos cristianas, tenemos los medios para controlar una ira, que está fuera de
control.
Proverbios 29:11 dice, El necio da rienda suelta a su enojo, ¡pero el sabio sabe
cómo calmarlo! La persona sabia sabe dominarse a sí misma. Como Cristo vive en
nosotras, tenemos el dominio de la persona sabia. Por el poder del Espíritu Santo,
¡PODEMOS CONTROLAR NUESTRA IRA! Y les voy a dar una ilustración bien
clara….
La casa de Teresa está toda alborotada. Los chicos están peleando. La comida se
le ha quemado. La lavadora ha dejado de funcionar. Y Teresa no ha hecho nada
productivo en todo el día. A este punto, ella pierde el control y comienza a gritar y
a chillar. Y en eso, EN MEDIO DE LA LOCURA, el teléfono suena. ¡RING! ¡RING!
Así que dejamos que nuestra ira se vuelva una fuerza destructiva. Por alguna
triste razón, EL LUGAR,”QUE NOSOTRAS PENSAMOS” QUE NOS PODEMOS
SALIR CON LA NUESTRA”, y estallar y perder el control… ES EN NUESTRA
PROPIA CASA… con nuestros esposos e hijos. ¡SON ELLOS LOS QUE PAGAN
EL PATO!
Tus palabras hirientes pueden ser como puñaladas en sus corazones… dejando
cicatrices en sus almas. Nuestra ira siempre dañará nuestro hogar… o cualquier
otro lugar. SI PERDEMOS EL CONTROL… ¡ES PORQUE QUEREMOS!
Eclesiastés 7:9 nos recuerda, No dejes que el enojo te haga perder la cabeza.
SÓLO EN EL PECHO DE LOS NECIOS… halla lugar el enojo.
¿Por qué estoy tan molesta por algo tan insignificante? ¿Mi ira promueve los
intereses de Dios… O LOS MÍOS? ¿Provoqué hoy la ira en otra persona? (3)
CAMBIA TUS CREENCIAS ACERCA DE DIOS. Nuestro problema con la ira no
está basado en las emociones, sino en lo que creemos acerca de Dios.
Significa arrepentirte por el hecho de querer vivir tu vida BAJO TUS PROPIAS
CONDICIONES, y no bajo las condiciones de Dios. Significa arrepentirte del
resentimiento que le has guardado a Dios, porque piensas que Él no está
haciendo las cosas, COMO TÚ QUIERES. Significa arrepentirte DE LA
CREENCIA QUE TIENES de que Dios no es realmente bueno, y por eso, no
puedes confiar en Él.
(5) PON TU IRA BAJO LA DIRECCIÓN DE DIOS - Mientras que lo que sentimos
no puede ser cambiado directamente, NOSOTRAS PODEMOS CAMBIAR LO QE
CREEMOS… entregándonos al Espíritu Santo y a la Palabra de Dios. Bajo Su
influencia y Su guía, veremos cómo nuestra ira es moldeada “por un nuevo tipo de
dominio propio”.
El dominio propio es el fruto del Espíritu. Y como el corazón de Dios nos fue
revelado en Su Hijo, nosotras también podemos comenzar a crecer, en lo que la
Biblia llama “la mente de Cristo”. П La ira es una realidad de la vida, ¡PERO NO
TIENE QUE CONTROLAR TU VIDA!