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Filmografía comentada
Gretel Herrera Durán, 2015
Ese 28 de diciembre, Méliès se dirigió al Café Les Indiens con la curiosidad del
inventor a ver en qué consistía aquel aparato que utilizaba el método de proyección
de la linterna mágica de Kirchner, que él ya utilizaba para amenizar sus
espectáculos de magia en el teatro. Maravillado, como la mayoría de los
espectadores de esas y todas las noches que siguieron, inmediatamente le hace
una oferta a Antoine Lumière, padre de los hermanos inventores para que le
vendiera un aparato pero no logra convencerlo. Famosa es la frase de Antoine, que
le conmina a cejar en su empeño pues aquel invento no tenía futuro y solo iba a ser
un entretenimiento pasajero. No obstante, Méliès estaba seguro que había
descubierto la herramienta definitiva para ampliar su repertorio de trucos a confines
insondables. Con el cinematógrafo podría construir y ampliar la fábrica de sueños
que inicio con el teatro.
Es de esta forma que llega a convertirse en un icono de la era del protocine, con
una historia más bien triste. Méliès se construye un cinematógrafo y comienza una
carrera que revolucionaria el lenguaje cinematográfico. Desafortunadamente sus
métodos de producción, la creciente competencia y la piratería hicieron que para
1913, su compañía productora la Star Film quebrara absorbida por el trust – la
MPPC- de Edison desde 1908 y en un acto de desesperación quemara el mismo
todos los originales de sus películas, mientras la Primera Guerra Mundial sumía al
mundo en un periodo de oscuridad en el cual desaparecería del panorama
cinematográfico.
Leon Druhot, editor de Cine Journal, no podía creer que el vendedor de aquella
pequeña tiendecita de juguetes era el padre del cine fantástico. Se lo explicaba a su
acompañante y a todo el que se le acercaba, pero nadie lo entendía.
Georges Méliès el director de Viaje a la Luna (1902), El reino de las hadas (1903) o
La conquista del Polo (1911), no había muerto como muchos pensaban, sino que
había sorteado los embates de la vida hasta quedar en aquel pequeño y último
reducto de fantasía en la estación de trenes de Monstparnasse.
A partir de ese momento su obra será redescubierta - la poca que aun subsistía- y
los cineastas, surrealistas sobre todo, lo revindicaron hasta que en 1931 se le
concede la Legión de Honor por sus méritos extraordinarios, premio que le colocara
el mismísimo Louis Lumière y que fue acompañado por un apartamento de tres
Nunca más volvió a filmar, simplemente continuo su vida con un poco más de
atención por parte de estudiosos y periodistas. Parte de su obra fue recuperada y
restaurada por Henri Langlois y la Cinemateca Francesa. Falleció debido a un
cáncer de estómago el 21 de enero de 1938 en el hospital Leopold-Bellan y en su
entierro en el cementerio Pere-Lachaise, acompañaban su ataúd los cineastas Rene
Clair y Alberto Cavalcanti.
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Para la fecha la extensión de los filmes de Méliès era completamente inusitada, así
como su utilización de las escenografías móviles, las maquetas, la animación
cuadro a cuadro, la sustitución y la sobreimpresión. Su intensa imaginación hizo que
su obra se conociera de un lado al otro del Atlántico, comenzado en fecha tan
temprana como 1901 a sufrir los embates de la piratería. Es por ello que sus dos
filmes más extensos hasta esa fecha Juana de Arco y Barba Azul presenta
convenientemente ubicados en los planos, carteles donde se señalaba el copyright
de su compañía productora la Star Film.
la Habana, hecho que da pie a la guerra hispano-americana que absorbió los logros
independentistas de la contienda hispano-cubana iniciada en 1895. Y realizó
además una serie de nueve capítulos sobre el famoso escándalo del caso Dreyfus.
También podemos encontrar en este volumen el escandaloso Después del baile
(1897), considerada la primera película pornográfica de la historia del cine y El
hombre con la cabeza de goma (1901), una filme que muestra la gran inventiva de
Méliès, que aunque nunca exploró las posibilidades de la cámara en movimiento, si
puso los objetos y personajes en movimientos delante de la cámara. Un ejercicio de
abstracción cinegráfica interesante se encuentra en el filme de 1900, Tom Whisky
ou L´illusioniste togue, traducida como Adición y Substracción, uno de tantos filmes
consistentes en un juego de puro ilusionismo, donde el mago suma y resta
personas.
Segundo DVD Volumen II – 1902 -1904. Este segundo volumen contiene en 2.48
horas 48 filmes del periodo comprendido entre 1902 y 1904. Para 1902,
Georges Méliès había tomado medidas contra la piratería que llegó a alcanzar cotas
kafkanianas. Una anécdota sobre esto involucra a un conocido exiliado alemán de
la primera guerra mundial en los Estados Unidos, Sigmund Lubin convertido en
empresario cinematográfico, que luego de poner a sus técnicos a borrar las huellas
del copyright en el filme Viaje a la Luna, intenta vendérsela a su propio autor con
fines de exhibición. En 1902 Melies envió a su hermano Gaston Méliès a Nueva
York para abrir una sede de la Star Film que protegiera sus derechos. El tema de la
piratería lo afectaba en especial, debido a los altos costos de producción que exigían
los despliegues de escenografía, pirotecnia y actores de sus filmes, único en el
mundo hasta ese momento. Su famosísimo Viaje a la Luna contenido en este
segundo volumen costó la increíble cifra de 10.000 francos en 1902.
Una obra maestra poco conocida de Méliès se encuentra en este volumen El reino
de las hadas (1903), una pieza vagamente inspirada en la pantomima teatral de
fantasía Biche ou Bois estrenada en 1845 en el teatro Porte-Saint Martin. Su primer
metraje de casi 20 minutos, una verdadera superproduccion de la época que fue
ampliamente distribuida y exhibida en todo el mundo. En ella se encuentra escenas
míticas como el rapto de la princesa Azurin montado en un plano divido en
perpendicular entre los desesperados habitantes del palacio y el cortejo demoníaco
que se lleva a la princesa por los cielos -composición que utilizaría nuevamente en
El caballero de las nieves (1912)-; la escena del galeón que va en búsqueda de la
princesa Azurin mientras es golpeado por una tormenta, única escena marina con
maquetas o la escena submarina en el reino de Neptuno de una riqueza visual
sorprendente, a pesar de su primitivismo.
De igual forma destacan las cada vez más logradas sobreimpresiones de entes
fantásticos y fantasmagóricos y el intento de movimiento en vertical con personajes
que se acercan a la cámara en La Sirena (1904). Es en este volumen también donde
se encuentra el filme que da inicio a cada DVD de la antología, El rey del maquillaje
(1904) donde aparece Méliès sin disfraces ni maquillaje y a través de una pizarra
negra va señalándole al espectador las diferentes evoluciones de sus personajes.
Los tres últimos volúmenes de la compilación Georges Méliès: The First Wizard of
Cinema (1896-1913), delata la reducción del volumen de producción en beneficio
de una mayor elaboración y longitud de los filmes. Sin embargo el repertorio
proveniente del music hall, del teatro y de la magia, llega un momento en que se
agota, una vez vencido el entusiasmo inicial. Para inicios de siglo XX, la escuela de
Brighton había hecho rotundos descubrimientos en el lenguaje cinematográfico
inspirados por ese primer hálito creativo de Méliès Habían utilizado el primer plano
con una función expresiva en Los lentes de leer de la abuela (Grandma´s reading
glasses, 1900) de George Albert Smith; habían experimentado con la profundidad
de campo, las panorámicas, los escenarios en exteriores, el travelling y esbozaron
Description: Georges Méliès was a genuine virtuoso, producing and directing his
own films while also devising the narratives; designing the sets, costumes and
props; and frequently performing the leading parts. Arranged in chronological
order, George Méliès: First Wizard of Cinema is the comprehensive collection that
makes widely available for the first time both the breadth and the depth of his
work, disclosing a highly imaginative artist's discovery of the possibilities of
cinema.
Georges Méliès built the world's first movie studio in 1896 near Paris; from it
cascaded fantastic magic films, dream films, historical reconstructions, imaginary
journeys, melodramas, slapstick comedies -- even erotic films. Examples of all
are here, with many still retaining power to astonish and charm. This monumental
thirteen-hour collection on five DVDs gathers for the first time nearly all the
surviving films of Georges Méliès from his first, Card Party (1896) to his last, The
Voyage of the Bouririchon Family (1913), bracketing more than 170 others.
Included are the celebrated and famous journey films, among them A Trip to the
Moon, The Impossible Voyage, The Kingdom of Fairies, The Merry Frolics of
Satan, The Palace of the Arabian Nights, and The Conquest of the Pole.
Fifteen films are reproduced from partial or complete hand-colored original prints,
thirteen are presented with the original English narrations written by Méliès. A
lovely half-hour introductory film, Le Grand Méliès (Georges Franju, 1953),
features Méliès' widow (who performed in many Méliès films) and André Méliès
portraying his father. The enclosed booklet includes a foreword by Norman
McLaren, a superb essay by John Frazer, and an annotated index to the films by
genre. This unprecedented set produced by Eric Lange and David Shepard, has
been assembled from archival and private holdings in eight countries. The quality
of these film elements is variable, of course. Many look stunning; a few are
fragmentary; others are longer than earlier-known versions. Beautiful new music
has been prepared by ten leading practitioners of silent film accompaniment.
Georges Méliès can now be seen not only as a great pioneer but also as the most
accomplished filmmaker in the world during the first years of cinema.
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