Está en la página 1de 50

Estudio de Gálatas Luyem.

org 1

<

GALATAS
Estudio de Gálatas Luyem.org 2

ESTUDIO BIBLICO DE GALATAS


Autor 

Como evidencia interna se encuentra que el escritor se llama Pablo. La epístola de Gálatas se le atribuye a Pablo. Esta
epístola no ha sido puesta en duda seriamente. Las evidencias internas de la epístola son convincentes, y concuerdan
con el carácter de Pablo en los escritos de Hechos de los Apóstoles e otras cartas atribuidas a él.

Fecha
Sobre la fecha de esta epístola existe una variedad de opiniones. Algunos indican que la fecha correcta es a final del
primer viaje misionero. Esto cerca del año 55 D.C. Existen otros eruditos que presentan que fue escrita mientas Pablo
está confinado en Roma cerca del año 60 D.C. o hasta más tarde.

Destinatarios
Cerca del año 278 A.C. los galos y celtas cruzaron hacia Asia Menor. Estos pertenecían a tres tribus; los trochmi,
tectosages y tolisbogii. Estos se asociaron las ciudades de Tavium, Anciara, y Pesino. Las tres tribus eran Galli
(guerreros), llamados también Galatae (Galatas o Nobles). Finalmente fueron forzados por los romanos a vivir en paz
con los vecinos pueblos y permanecer en el territorio asignado.

Marco Histórico
El pueblo que dio su nombre a la provincia eran los Galos, una tribu Celta de la misma descendencia que habitó en
Francia, es posible seguir la forma en que ellos llegaron a ese lugar, por medio de la Historia. En el siglo IV A.C., ellos
invadieron el imperio romano y terminaron saqueando a Roma. Luego cruzaron hacia Grecia y allí capturaron la ciudad
de Delfos en el año 280 A.C. Ésta era gente guerrera y siempre iba de un lugar a otro, y ante la invitación del rey
Nicómedes I, rey de Bitinia, una zona en Asia Menor, cruzaron hacia ese lugar para ayudar al rey en una guerra civil.
Pronto se establecieron en Asia Menor; les gustó mucho ese lugar pues tenía un clima muy agradable con paisajes muy
hermosos. Al visitar Turquía el turista puede encontrar lo hermoso que es ese lugar, en las orillas del mar Egeo y
también tierra adentro en esa zona; así como también en las orillas del mar Mediterráneo.

Ahora, en el año 189 A.C. estas tribus celtas se sometieron al imperio romano y se convirtieron en una provincia. Los
límites de la provincia variaban y por muchos años, ellos mantuvieron sus propias costumbres y su idioma. Las iglesias
que el apóstol Pablo estableció en su primer viaje misionero, estuvieron una vez incluidas en el territorio de Galacia, y
ése fue el nombre por el cual el apóstol Pablo solía referirse a las iglesias en esa zona.

Ahora, estos celtas galos, tenían en cierto sentido el mismo temperamento y características de pueblos americanas y
europeos. Es interesante notar lo que se ha dicho de ellos. Muchas de estas tribus germánicas eran salvajes y violentas.
César tuvo algo que decir en relación a ellos y fue lo siguiente: "La debilidad de los galos consiste en que son
inconstantes en cuanto a sus resoluciones; les encanta el cambio. Y no se puede confiar en ellos. Alguien más los
describió como "sinceros, impetuosos, muy inteligentes, amantes de la espectacularidad, pero extremadamente
inconstantes, evidenciando siempre una excesiva vanidad".

En el libro de los Hechos, leemos que los Gálatas querían convertir a Pablo en un dios, y al día siguiente le apedrearon.
En consecuencia, la carta a los Gálatas tiene un mensaje en particular para nosotros, porque fue escrita para personas
que, en muchos aspectos, son como nosotros somos. Tenían un temperamento similar al nuestro, y estaban acosados
por todos partes por cultos y sectas innumerables, que también hoy nos quieren arrancar de nuestro amarradero
seguro en el evangelio de la gracia.

En el primer viaje de Bernabé y Pablo fueron a las iglesias de Antioquia. Donde recorrieron a Iconio, Listra, Pisidia y
Derbe. Esto ocurrió alrededor de los años 45 D.C. al 47 D.C.  Después fueron enviados a Jerusalén con varias preguntas
importantes. “Debian los gentiles practicar los ritos y ceremonias judías?”

En el año 49 D.C. se celebró el Concilio de Jerusalén donde se declaró que los ritos y ceremonias judías no se le deberían
imponer a los gentiles. Y Pablo escribió esta carta para hacer frente a ese mensaje y para indicar claramente lo que era
el evangelio.
Estudio de Gálatas Luyem.org 3

Pablo visitó a las iglesias de Galacia en cada uno de sus tres viajes misioneros. La carta fue evidentemente la última
palabra del apóstol a esas congregaciones, escrita después de haberles visitado durante su tercer viaje misionero.

En el caso de la Carta a los Gálatas, la gente a la cual fue enviada constituye un detalle importante. La palabra "gálatas"
podía ser usada en un sentido etnográfico, que se refería a la nacionalidad de la gente, o en un sentido geográfico,
aludiendo a la provincia romana de ese nombre. Ahora, indiferentemente de la posición que se tome, debemos decir
que existía una descendencia, un linaje común que identificaba a la gente en esa zona, donde había una mezcla de la
población.

Tema

El tema de la Epístola es la justificación por medio de la fe en Jesucristo. El cual presenta un contraste entre la
justificación por medio de las obras del sistema legal judío. En esta enaltece a lo que Dios ha realizado mediante Cristo
para la salvación de los hombres y rechaza la idea de que el hombre puede justificarse a sí mismo por sus propios
méritos.

Al concluir la epístola; Pablo exhorta para que a que vivan una vida plena en las manos de Jesucristo. También nos lleva
a entender que el “amor debe incluir a los cristianos a estar en guardia contra un espíritu de santidad fingida y tratar
bondadosamente a los que cayeron en error”.

Características de la carta:

1. En ella, encontramos un mensaje duro, severo, solemne. (Ver Gálatas 1:6-9; 3:1-5). No corrigió la conducta como lo
hizo la Carta a los Corintios, pero es una Epístola correctiva. Los creyentes de Galacia se hallaban en un grave
peligro porque los mismos fundamentos de su fe estaban siendo atacados. Toda su vida cristiana estaba siendo
amenazada. La Epístola, por tanto, no se encuentra ningún elogio en ella, ni palabras de agradecimiento. No hay
ningún pedido de oraciones. Tampoco se menciona su posición en Cristo. Ninguno de los amigos de Pablo es
mencionado por nombre. Si usted compara esta Epístola con las otras Cartas de Pablo, podrá ver que es un poco
diferente de todas ellas.
2. En esta Epístola, el corazón del apóstol Pablo se muestra al desnudo, por decirlo así; aquí hay mucha emoción y
sentimiento. Para el apóstol fue una epístola de mucha lucha y casi nos lo imaginamos vestido con ropa de
combate, listo para entrar en la batalla. Él no mostró ninguna tolerancia con el legalismo. Alguien dijo que la Carta a
los Romanos proviene de la mente de Pablo, mientras que la Carta a los Gálatas proviene de su corazón.
3. Esta epístola constituye una declaración de emancipación de legalismo de cualquier clase. Es muy interesante notar
que los legalistas no dedican mucho tiempo a estudiar esta epístola a los Gálatas. En un sentido, creemos que esta
epístola ha sido la columna vertebral y la base de cada uno de los grandes movimientos espirituales de renovación
que han tenido lugar en los últimos dos mil años.
4. Esta carta contiene la declaración y defensa más firme de la doctrina de la justificación por fe en las Escrituras o
fuera de ellas. Es la polémica de Dios a favor de la verdad más vital de la fe cristiana en su enfrentamiento contra
cualquier ataque. Y no sólo dice que el pecador es salvo por gracia, por la fe y nada más; sino que el pecador
salvado vive por gracia. En esta Epístola podemos ver que la gracia es un camino a la vida y que también es un
camino de vida; y que estas dos formas juntas se pertenecen.

BOSQUEJO DE LA EPÍSTOLA:

1. Introducción 1:1-10
2. Autoridad del apóstol Pablo y la gloria del evangelio (1:11 - 2:14)
3. La justificación por la fe: antagonismo entre la fe y las obras, libertad y esclavitud (2:15 - 4:31)
4. La santificación por el Espíritu (5:1-6:10)
5. Conclusión firmada (6:11-18).
Estudio de Gálatas Luyem.org 4

Gálatas 1:1-10
INTRODUCCIÓN-
Tenemos aquí en la introducción los saludos formales del apóstol en los cinco primeros versículos. Luego, se declara el
tema, en una declaración un poco más cálida, en los versículos 6 al 10. Como ya hemos dicho, la epístola a los Gálatas es
la polémica de Dios contra el legalismo de cualquier tipo. Debemos decir que aquí no se desacredita a la ley; no se la
desprecia, ni se la deja de tener en cuenta. Su majestad, su perfección, sus demandas, su plenitud y su propósito se
mantienen. Sin embargo, esas cualidades, hacen completamente imposible que el hombre pueda seguir ese camino
para llegar a Dios. Se ha abierto un nuevo camino para que el hombre sea justificado ante Dios, un camino que evita
completamente la ley mosaica. La nueva ruta se recorre por la fe. El tema es la justificación por la fe, con un énfasis
especial en la fe.

Los judaizantes cuestionaron la autoridad de Pablo como apóstol, y su enseñanza de que la simple fe era adecuada para
la salvación. Pablo defendió su apostolado y demostró la suficiencia del evangelio de la gracia para salvar.

Han existido dos estrategias para atacar el evangelio: agregarle algo y desacreditar a la persona que predica el
evangelio. El método de Satanás hoy, no es el de atacar la Biblia en un ataque frontal; en la guerra no siempre es
conveniente atacar de frente, a no ser que usted tenga fuerzas superiores. La mejor manera de hacerlo es por los lados.
Uno envía sus tropas y ataca por un ángulo diferente. Pues bien, el ataque es hecho con astucia, con más sutileza; y por
lo general se hace contra aquel que está predicando la Palabra de Dios. Usted podrá ver en este estudio, que se
perpetró un ataque contra el apóstol Pablo, contra su apostolado, contra su autoridad; ésa fue la forma en que todo
comenzó. El apóstol Pablo defendió su apostolado aquí, al mismo comienzo del Libro, y por esa razón les dirigió un
saludo bastante formal a quienes él mismo había guiado al Señor Jesucristo, y establecido como Iglesia y que él visitaba
en cada uno de sus viajes misioneros.

¿POR QUÉ EL SALUDO DE PABLO ES TAN FRÍO?

 Versículo 1 y 2: "Pablo, apóstol (no por disposición de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios
Padre que lo resucitó de los muertos) y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia:"

La palabra apóstol fue utilizada en sentido doble; en primer lugar, se refería a uno de los doce, aquellos que estuvieron
con el Señor Jesús durante Sus tres años de ministerio público (v. 21); a aquellos que fueron testigos de Su ministerio
después de la resurrección (v.22); y a quienes fueron elegidos por Cristo (v. 22, Hechos 9:15; 26:16 y 17). En segundo
lugar, en un sentido más amplio, el término apóstol se refería a aquel que había sido enviado, como en Hechos 11:22.

En este versículo, Pablo estaba diciendo algo que era muy importante. Que él era un apóstol no por disposición de
hombres, y en el griego, la preposición "apo" da a la traducción el significado: "no de parte del hombre", es decir, que no
era apóstol debido a disposiciones legales emanadas de los hombres. No había sido nombrado o comisionado después
de haber ido a algún colegio, o de haber completado algún curso especial.

Pablo también declaró que su apostolado no era por hombre, es decir, a través del ritual de la imposición de las manos
de los otros apóstoles, o de algún tribunal eclesiástico.

Pablo era un apóstol ¿cómo?, por Jesucristo y por Dios el Padre, Aquel que lo resucitó de los muertos. Y el Cristo
resucitado le llamó, y le apartó para el oficio apostólico (Hechos 9:15 y 16).

Bien podía el apóstol hablar de la realidad de su encuentro con Cristo, que se le apareció en medio de un gran
resplandor, de una gran luz. Fue el Señor mismo quien se cruzó en su camino. Y a partir de aquel día, su vida comenzó a
ser transformada.

Usted puede notar que fue una salutación bastante fría, formal, y escueta, muy breve. No se menciona a nadie
personalmente. Él no estaba escribiendo a una sola iglesia sino a varias, es decir, a las iglesias de Galacia.

Hay dos formas en las cuales la palabra "iglesia" fue utilizada en el Nuevo Testamento. Un significado incluye a todo el
cuerpo de creyentes de todos los diferentes grupos, a aquellos que han confiado en Cristo Jesús y le han recibido como
Estudio de Gálatas Luyem.org 5

su Salvador personal. El otro significado se refiere a las asambleas o congregaciones locales, y así es como se utilizó en
este pasaje de la carta a los Gálatas.

Había diferentes Iglesias o congregaciones locales situadas en varios lugares en la zona de Galacia. Había una en
Antioquía de Pisidia, también en Derbe, en Listra y en otras ciudades que el apóstol había visitado. Y así, estaba
escribiendo a todas aquellas congregaciones. El significado del término "iglesia" aquí, se refiere a la iglesia local.

 Versículo 3: "Gracia y paz sean a vosotros, de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo"

Éste era el saludo formal que Pablo usaba en la mayoría de sus cartas. Aquí tenemos la palabra " gracia", la cual ya
hemos visto, "karis", y ésta era una manera típica de saludar a los no judíos en aquel tiempo, mientras que " shalom", es
decir paz, era el saludo religioso de los judíos. Ahora, es importante destacar aquí que la gracia de Dios debe ser
experimentada, antes de que la paz que proviene de Dios el Padre pueda ser una realidad en la vida de una persona.

 versículo 4: "El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la
voluntad de nuestro Dios y Padre"
El apóstol Pablo mencionó en el versículo 3, al Señor Jesucristo. Y aquí dijo de Él: el cual se dio a sí mismo por nuestros
pecados. No hay nada que podamos añadir al valor del sacrificio de Cristo. ¡Nada! Él se entregó a sí mismo.
 ¿hay algo que tú puedas dar?
 ¿Puede usted agregar algo a Su sacrificio?

Él se entregó a sí mismo. Cuando usted se da a sí mismo, has dado todo lo que eres, todo lo que tienes; tu tiempo, tu
talento; es decir, que usted ha entregado todo. Y Jesús se entregó a sí mismo. No pudo haber entregado nada más. Y
Pablo no pudo esperar más para decirlo. El Señor Jesucristo se dio a sí mismo por nuestros pecados. Éste fue el germen
del tema tratado por el apóstol. Pablo le llamó "nuestro Señor Jesucristo". Él es mi Salvador.

 ¿Puede usted también decir que Él es su Salvador?


 ¿Y puede usted también decir: "El Señor es mi Pastor"?
Una cosa es decir que Él es un Pastor; y otra cosa muy diferente es decirlo en una forma posesiva, "el Señor es mi
Pastor". ¿Puede usted referirse a Él de esta manera?
Pablo continuó diciendo: “…para librarnos del presente siglo malo”.

Observemos que Él nos rescata de este mundo malvado. Aquí tenemos por lo tanto el valor presente del evangelio que
demuestra su poder y autenticidad. El evangelio puede liberarle. Hay muchas personas que se han vuelto a Cristo y han
experimentado esa liberación. Han sido liberados de las drogas, del control del alcohol y de pecados sexuales. En estos
casos, sólo Cristo puede traer libertad a las personas. Y ello demuestra la autenticidad del Evangelio. Es que Cristo se
entregó por nuestros pecados. Ocupó nuestro lugar en aquella cruz. Murió por nosotros y resucitó de los muertos para
librarnos de todas las formas de esclavitud de un mundo perverso.
Observemos que su liberación fue conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. Él nos puede librar y eso no será de
acuerdo a la ley, tiene que ser de acuerdo con la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es que cuando él le salva, usted
no tiene que vivir en el pecado. Él nos puede librar, Él quiere librarnos, y Él nos librará y lo hará según la voluntad de
Dios. Está claro que la voluntad de Dios es que usted sea liberado.
 Versículo 5: "A quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén".
Éste fue un momento en que Pablo se detuvo para rendir alabanza a Dios. Hemos llegado a convencernos de que
debemos alabar a Dios mucho más de lo que lo hacemos.
 ¿Alabó usted a Dios esta mañana al levantarse?
 ¿Le dio gracias a Él por el nuevo día?

Esto concluye los saludos del apóstol Pablo. Aunque estos versículos contienen algunas verdades gloriosas, creemos que
hay que admitir que esta forma de saludar de Pablo, fue fría e impersonal.

EL TEMA FOGOSO- Gálatas 1:6-10


Estudio de Gálatas Luyem.org 6

A continuación, Pablo iba a indicar cuál era el tema a tratar. Y él cambió de frío a caliente, y podemos decir que se
encolerizó. ¿Y por qué? Porque había gente que está mutilando el evangelio. Pablo estaba dispuesto a entregar su vida
por el evangelio.

 Versículo 6: "Estoy asombrado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para
seguir un evangelio diferente".

El evangelio tiene dos aspectos y puede ser usado en realidad en dos sentidos:

1. Están los hechos del evangelio: diremos que los hechos del Evangelio son la muerte, la sepultura y la resurrección
corporal de Cristo. El apóstol Pablo mismo dijo en su epístola a los Corintios, capítulo 15, versículo 3: "Primeramente
os he enseñado lo que asimismo recibí. Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras". Éstos son los hechos históricos del evangelio, que
no pueden ser cambiados. Alguien que no mencione estos acontecimientos, no estará predicando el Evangelio. Y
estos hechos han de ser recibidos por la fe, y solamente por la fe.

2. Está la interpretación de los hechos. Ahora, en cuanto al segundo aspecto del Evangelio, diremos que el tema de la
carta de Pablo a los creyentes de Galacia es la interpretación de los hechos del Evangelio. Los judaizantes habían
seguido a Pablo hasta el país de los Gálatas. Ellos no cuestionaron ni pusieron en duda los acontecimientos, los
hechos del evangelio. Después de todo, quinientos testigos habían visto al Señor después de Su resurrección. Y
cuando usted tiene tantas personas que aún están viviendo y que han sido testigos, uno no va de un lugar a otro
negando los hechos del evangelio.

La herejía que ellos estaban propagando tenía que ver con la interpretación de esos hechos, ellos estaban cambiando la
interpretación de esos hechos. Lo hacían de una manera muy sutil, muy disimulada, posiblemente preguntaban: "¿Ha
pasado el hermano Pablo por aquí?" Y la gente les contestaba: "Sí, él vino y predicó el evangelio, y nosotros lo
aceptamos; somos convertidos y conocemos ahora a Cristo como nuestro Salvador, y formamos parte del cuerpo de
creyentes". Entonces respondían, "Ah, así que él dijo eso, ¡qué bien! Ustedes saben que el hermano Pablo es muy exacto
en lo que está diciendo, pero él no dice todo lo que tiene que decir. ¿Les dijo, por ejemplo, que tenían que guardar la ley?
No les dijo eso, ¿verdad? Pues bien, les debería haber dicho que sí, que ustedes tienen que confiar en Cristo, pero
también tienen que seguir la ley de Moisés, o de otra manera, no serán salvos".
Ésta fue una de las herejías conocidas más antiguas y aún está presente en la actualidad. Implica añadir algo al Evangelio
de la gracia; requiere hacer algo en vez de creer simplemente en algo. Es la fe, y algo más, en vez de ser fe únicamente.
Toda secta o culto requiere que usted haga algo para poder ser salvo.

 ¿Qué cosas podrían añadirse al evangelio en la actualidad?

Resulta interesante oír lo que Pablo le dijo al carcelero de Filipos, en Hechos 16:31: " Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo". Y Simón Pedro le dijo al Sanedrín, que era el tribunal supremo religioso de los judíos: " Y en ningún otro hay
salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos".

Y Cristo les pidió a los apóstoles que predicaran el mensaje de salvación por la gracia de Dios. Ellos no tendrían que
hacer nada para obtener su salvación, sino que tenían que confiar en lo que Cristo ya había hecho por ellos en la cruz. El
Evangelio deja fuera a todas las obras que uno pueda realizar para lograr el favor de Dios. Por ello comprendemos por
qué el apóstol les habló de esa manera cuando les dijo, en el versículo 6: "Estoy asombrado de que tan pronto os hayáis
alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente".

 Versículo 7: "No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren alterar el evangelio de Cristo".

Esa palabra "alterar" proviene de la palabra griega "metastrapho". Es una palabra fuerte, áspera, la hayamos en Hechos
de los apóstoles 2: 20: “cuando el sol se convertirá en tinieblas” También usada en Santiago 4:9: "vuestra risa se
convierta en lloro". En otras palabras, el intentar cambiar el evangelio tenía el mismo efecto de convertirlo en lo
opuesto, lo contrario a lo que era en realidad.
 Versículo 8: "Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia un evangelio diferente del que os hemos
anunciado, sea anatema, es decir, que caiga bajo maldición".
Él dijo que si un ángel del cielo proclamara cualquier otro mensaje que no fuera el evangelio, sería despedido con un
lenguaje muy fuerte. En nuestros días hay muchos cultos y sectas que están intentando presentarnos otro evangelio.
Estudio de Gálatas Luyem.org 7

Aunque aquellos que los propagan puedan ser seguidos con la misma devoción que si fueran ángeles, hay que recordar
que, después de todo, hasta Satanás mismo puede transformarse en un ángel de luz. Pablo dijo: "Si alguno os predica
un evangelio diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema".
¿Cómo podríamos evidenciar un evangelio diferente hoy en día?

 Versículo 9: "Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguien os predica un evangelio diferente del
que habéis recibido, sea anatema".

O sea, que el predicase un evangelio diferente, caería bajo maldición. Realmente, no podría haber un castigo más
severo. El Evangelio deja de lado todas las obras. Romanos 4:5, dice: "pero al que no trabaja, sino cree en aquel que
justifica al impío, su fe le es contada por justicia".

Con frecuencia encontramos a muchas personas que piensan que son lo suficientemente buenas como para salvarse. La
única clase de personas que Dios está salvando, son pecadoras. El Señor Jesús dijo que Él no había venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores. Y el motivo por el cual dijo esto fue que no hay nadie que sea justo, ni siquiera uno. En
Isaías 64:6, en el mensaje profético, se compara a la justicia del ser humano, ante la mirada de Dios, con los trapos
sucios, Y como las demandas de la ley nos condenan, debieran enmudecernos, dejarnos sin saber qué decir o qué hacer,
antes que la gracia pueda salvarnos.

Romanos 3:19 nos dice: "Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda
boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios". La verdadera dificultad no es que algunas personas se
consideren "lo suficientemente buenas" como para salvarse, sino que no se consideran lo " suficientemente malas" como
para necesitar salvarse. Es que los seres humanos rehúsan reconocer su condición perdida ante Dios.

Los judaizantes no negaban los hechos históricos del Evangelio, es decir la muerte y resurrección de Cristo. Lo que
negaron era que estos hechos fuesen suficientes. Insistieron en que uno tenía que guardar la ley, además de creer en
Cristo. Y Pablo estaba diciendo que todo aquel que tratara de mezclar la ley y la gracia, quedaría bajo maldición. ¿Por
qué? Porque estaría pervirtiendo, distorsionando el Evangelio. Y pervertir el Evangelio era aceptar los hechos históricos
del Evangelio, pero tergiversar esos hechos, interpretándolos mal.

 Versículo 10: "¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O trato de agradar a los
hombres? Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo".

La predicación del Evangelio de la gracia no resulta agradable para el ser humano perdido. Y nadie puede complacer a
Dios y a los hombres. Las personas desean escuchar lo que apela a su naturaleza humana. Y el Evangelio de la gracia nos
coloca al nivel del polvo y nos muestra como mendigos que somos delante de Dios. Por su propia naturaleza, el hombre
y la mujer reaccionan mejor ante el legalismo. Piensan que no necesitan a un Salvador. Todo lo que necesitan es una
ayuda, como por ejemplo una norma de conducta u otro requisito o recurso humano.

Dios no está pidiendo que vivamos la vida cristiana ya que no podemos vivirla por nosotros mismos. Él está pidiendo
que le permitamos producir la vida cristiana a través de nosotros, y precisamente esta carta, nos enseña esta verdad.

La conciencia humana es un testigo ante la Ley, y la convicción legal conducirá a las obras. El ser humano trata de
compensar el hecho de que no está haciendo lo suficiente. Trata de mantener en equilibrio sus buenas obras y sus
pecados, e intenta conseguir acumular suficientes puntos positivos a su favor, para ser salvo. Recordemos que antes de
su encuentro con Cristo, el apóstol Pablo trató de hacer esto. Él tenía muchos puntos positivos a favor suyo. Pero un día
vino a Cristo y entonces dijo, en Filipenses 3:7, "Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo".

El Espíritu Santo es hoy un testigo ante la gracia. Ésta es la convicción del Evangelio que conduce a la fe. En realidad, la
ley niega la caída del hombre, y ésta era la posición de Caín, quien ofreció a Dios los resultados de su esfuerzo personal.
Mientras que la gracia reconoce la caída del ser humano, como Abel hizo cuando trajo su ofrenda ante Dios.

No necesitamos traer nada para ofrecerle a Dios. Simplemente y por la fe, podemos mirar al sacrificio de Cristo a favor
nuestro reconociendo que es suficiente para perdonar nuestros pecados y establecer una relación con Dios.
Estudio de Gálatas Luyem.org 8

AUTORIDAD DEL APÓSTOL PABLO Y LA GLORIA DEL EVANGELIO (1:11 - 2:14)

Sección personal I- la experiencia de Pablo en Arabia- Gálatas 1:11-24

 Versículo 11: "Pero os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí no es invención humana"

Pablo estaba afirmando nuevamente que él era un apóstol nombrado por Dios. Era como si estuviera diciendo: "Yo
certifico, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es una idea ni invención humana". Él no había recibido ese
mensaje de los seres humanos. Ahora, los judaizantes no sólo ponían en duda el mensaje de Pablo, sino que también
cuestionaban su apostolado. Decían que él no formaba parte de los doce primeros apóstoles; él era uno que había
llegado un poco tarde. Y ellos ponían una sombra de duda sobre la validez de su autoridad como apóstol. Así es que
Pablo iba a tratar este asunto con ellos, y a demostrarles que su apostolado se basaba en el hecho de que él había sido
llamado directamente por la revelación del Señor Jesucristo.

 Versículo 12: "Pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo".

Pablo no había recibido su apostolado yendo a una escuela, ni tampoco por ser ordenado por una ceremonia de
imposición de manos sobre su cabeza. Su apostolado y su evangelio vinieron directamente por medio de una revelación
(que corresponde a la palabra apokalupsis), una revelación de Jesucristo. El último libro de la Biblia, que llamamos
Apocalipsis, procede de la misma palabra griega. O sea que el evangelio es una revelación en la misma medida que lo es
el Apocalipsis. El evangelio fue desvelado a Pablo. Y él no se convirtió en un apóstol por medio de Pedro, Jacobo o Juan,
sino por llamado directo de Jesucristo.

 Versículos 13 y 14: "Ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía
sobremanera a la iglesia de Dios y la asolaba. En el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en
mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres".

Les recuerda lo que saben acerca de su conducta, es decir su forma de vivir. Pablo había sido salvado, no en el judaísmo
ni por el judaísmo, sino del judaísmo. Observemos esta tremenda declaración, que describe como perseguía con
violencia a la iglesia de Dios.

 Versículos 15 al 17: "Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su
gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo lo predicara entre los no judíos, no me apresuré a consultar con
carne y sangre. Tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia y
volví de nuevo a Damasco".

Y al recibir el evangelio directamente de Jesús, no consultó su llamamiento con ninguna persona. Pablo fue uno de los
grandes pensadores, y uno de los mejores estudiantes del sistema mosaico del judaísmo. También era un estudiante
muy destacado de la filosofía griega. Por ello es importante destacar aquí que Pablo afirmó ante los Gálatas que él no
había recibido el evangelio por medios, conocimientos o recursos humanos, sino por una revelación directa de
Jesucristo.

 Versículo 18: "Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro y permanecí con él quince días"

Pensamos que ésta es la misma información que tenemos en el libro de los Hechos 9: 26-29: "Cuando llegó a Jerusalén,
trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuera discípulo. Entonces Bernabé,
tomándolo, lo trajo a los apóstoles y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y
cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; entraba y salía,
y hablaba con valentía en el nombre del Señor, y discutía con los griegos; pero éstos intentaban matarlo".

Al reunir toda esta información se llega a la conclusión de que Pablo pasó menos de tres años en el desierto. Resulta
interesante comprobar cómo Dios entrenó a Sus hombres. El preparó a Moisés en el desierto. Colocó a Abraham en un
lugar bastante peculiar para formarlo; y Elías también tuvo el mismo tipo de experiencia. El método de Dios ha
consistido en llevar a Su hombre al desierto para entrenarlo. David también fue entrenado al aire libre en las cuevas,
mientras huía del rey Saúl. Recordemos que él clamó a Dios diciéndole que estaba siendo perseguido como una perdiz.
Así que Dios usó el mismo método con Pablo. Le envió al desierto por menos de tres años. Después fue a Jerusalén, vio
al apóstol Pedro y se quedó con él por quince días.
Estudio de Gálatas Luyem.org 9

 Versículos 19-20: "Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. En esto que os
escribo, os aseguro delante de Dios que no miento".

Con esta solemne afirmación Pablo estaba incluyendo a todas las pruebas que acababa de ofrecer en el sentido de
desvincular su llamamiento al apostolado de cualquier decisión, influencia o intervención humana.

 Versículos 21-24: "Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia; pero no me conocían personalmente las
iglesias de Judea que están en Cristo, pues sólo habían oído decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía,
ahora predica la fe que en otro tiempo combatía. Y glorificaban a Dios a causa de mí".

Los creyentes de Jerusalén eran reacios a aceptar al apóstol Pablo. Creemos que, si Bernabé no hubiera estado allí,
posiblemente tendría que haber esperado mucho tiempo, antes de que la iglesia en Jerusalén lo recibiera. Estaban
indecisos con respecto a recibir a Pablo porque él había perseguido a la iglesia, pero ellos sabían lo que era convertirse.
Sabían lo que era haber tenido una experiencia vibrante e impactante que transformaría a un hombre. Sin embargo, no
podían creer que Saulo de Tarso pudiera haberse convertido. No sólo parecía improbable, sino imposible.

Hubo tres períodos en la vida del apóstol Pablo.

1. Primero, el tiempo cuando él era un fariseo orgulloso, con una mente maravillosa y un experto en la ley
mosaica. Y como muchos de sus biógrafos han dicho: "El mundo se habría enterado de Pablo, el apóstol, aunque
él nunca hubiera llegado a ser un apóstol, y aun si él nunca se hubiera convertido". Él era un hombre muy
destacado y no creemos que haya alguna duda sobre eso. Era un joven fariseo muy orgulloso que pensaba que
lo sabía todo. Odiaba a Cristo. Odiaba a la iglesia e intentó eliminarla. Y fue cruel en su persecución de la iglesia.

2. El segundo período comenzó en el camino a Damasco cuando fue derribado a tierra. Este brillante Fariseo se dio
cuenta que no conocía a Jesucristo. Él había pensado que Jesús estaba muerto. (Hechos 9:5) Y le preguntó:
"Señor, ¿quién eres?" Y Jesús le respondió: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues". Es como si le hubiera dicho:
"Cuando persigues a mi iglesia me persigues a mí. Así que después de que tuvo su encuentro con Cristo, pasó
algún tiempo en Arabia. Durante aquellos primeros años intentó servir a sus hermanos, pero se dio cuenta de
que lo que quería hacer, no podía hacerlo. Finalmente exclamó: "Miserable de mí ¿Quién me librará de este
cuerpo de muerte?" (Romanos 7:24). Ahora, no era un incrédulo, alguien que no era salvo, el que decía eso. Ése
era Pablo, que se encontraba en las primeras etapas de su conversión.

3. La tercera etapa llegó con ese glorioso período en el cual el apóstol vivió controlado por el Espíritu de Dios, y él
nos habla de esto en la epístola a los Gálatas. Ésa fue la época en la que él pudo vivir para Dios. Ése es el lugar al
cual muchos de nosotros deberíamos llegar en el día de hoy. Hay muchos creyentes infelices en la actualidad,
son salvos, pero como el gran predicador Dwight L. Moody dijo de manera pintoresca: "Hay algunas personas
que tienen sólo la suficiente religión como para ser miserables".

Ahora, surge una pregunta: "si Pablo recibió el evangelio aparte de los otros apóstoles que estuvieron con el Señor
Jesucristo por tres años y después vieron al Cristo resucitado, ¿estaba Pablo predicando el mismo evangelio que los
otros apóstoles?" Y eso era un asunto muy importante en ese momento, porque si Pablo no estuviera predicando ese
mismo evangelio, entonces había algo que estaba completamente mal. Veremos cómo los apóstoles en Jerusalén
aprobaron el evangelio que predicaba Pablo, y que era el mismo evangelio de las buenas noticias.
Estudio de Gálatas Luyem.org 10

Gálatas 2:1-14
Sección personal II- La experiencia de Pablo con los apóstoles en Jerusalén-

 Versículo 1: "Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo
a Tito".

Probablemente fue un golpe magistral por parte del apóstol Pablo, el de llevar con él a Tito, un joven predicador gentil.
La cuestión que se iba a resolver en ese encuentro era si las personas se salvaban por la gracia de Dios, o si tendrían que
colocarse bajo la ley de Moisés. Pablo tenía a Tito como una primera evidencia; él no había sido circuncidado. ¿Sería
obligado a circuncidarse? Éste llegaría a ser, por cierto, un asunto muy importante.

Podemos apreciar que los judaizantes estaban activos, y ellos estaban diciendo que la iglesia en Jerusalén creía que
todos los creyentes en Cristo tendrían que estar bajo la autoridad de la ley de Moisés. Pues bien, todos aquellos
hombres que formaban parte ahora de la iglesia en Jerusalén, en su totalidad judíos, ciertamente había estado bajo la
ley. Muchos de ellos todavía iban al templo a adorar. En realidad, el templo tiene que haber sido el lugar de reuniones
para los cristianos. Así que Pablo y Bernabé fueron allí para conocer la posición oficial que la iglesia tenía con respecto a
la ley y a la gracia.

 Versículos 2, 3: "Subí debido a una revelación y, para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los
que tenían cierta reputación, el evangelio que predico entre los no judíos. "Pero ni aun Tito, que estaba conmigo,
con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse, a pesar de los falsos hermanos que se habían introducido
entre nosotros a escondidas, para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a
esclavitud".

Creemos que aquí el relato se refiere al primer gran concilio de Jerusalén, registrado en los Hechos 15. Pablo estaba
bien dispuesto a admitir su error, si se llegara a confirmar que estaba predicando un evangelio diferente al que
predicaban los apóstoles.

Algunos habían entrado a la iglesia donde Pablo estaba predicando y se habían presentado en ese lugar bajo falsas
apariencias. Habían venido a ese lugar para espiar la libertad que estos creyentes tenían en Cristo. Y encontraron que
ese joven predicador, Tito, era griego y Pablo no lo había obligado a que se circuncidara. Así que ¿qué decidiría la iglesia
en Jerusalén acerca de él? Pablo dijo: "Bueno, ellos no lo obligaron a circuncidarse. No escucharon a los falsos
hermanos. Si lo hubieran hecho, nos hubiéramos colocado nuevamente bajo la esclavitud de la ley de Moisés, en vez de
disfrutar de la libertad por el Espíritu de Dios, y la libertad en Cristo".

 Versículo 5-8: "A los tales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio
permaneciera con vosotros. "Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo
nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me
comunicaron. Antes, por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de los no
judíos, como a Pedro el de los judíos. (Pues el que actuó en Pedro para el apostolado de los judíos actuó también
en mí para con los no judíos)"

Pablo se mantuvo firme. Les dice: Tito era tan creyente como lo es cualquiera de ustedes. Él ha sido salvado por la fe,
aparte de la ley. No va a seguir ningún punto de la ley para lograr la salvación. Aquella sí que fue una actitud enérgica
por parte del apóstol Pablo.
Pablo pudo comprobar que estos apóstoles no tenían nada que añadir a lo que él estaba predicando. Él estaba
predicando la gracia de Dios; y ellos también estaban predicando la gracia de Dios. Se dieron cuenta de que estaban
todos completamente de acuerdo. Todos estaban predicando el mismo evangelio.

Ahora, no se trataba de dos evangelios, en el sentido de que se predicaba un evangelio de Pedro y un evangelio de
Pablo. Estos hombres estaban totalmente de acuerdo. No había ningún desacuerdo entre ellos. Era el mismo evangelio
predicado a dos grupos de personas. Pablo había sido llamado para predicar a los que no eran judíos y Pedro había sido
llamado para predicar a sus propios hermanos judíos, que eran los que se habían circuncidado.
Estudio de Gálatas Luyem.org 11

La prueba decisiva de la veracidad y eficacia del evangelio eran los resultados que ellos estaban obteniendo. Pues bien,
cuando Pedro predicaba había muchas personas que se salvaban. Cuando Pablo predicaba el evangelio también había
muchas personas que eran salvas.

Ahora, aplicando este principio a nuestro tiempo y lugar, creemos que la prueba real de la eficacia de cualquier obra
cristiana, no es la promoción previa a su realización, sino el resultado que se obtiene. Pensamos que los creyentes
deberían apoyar plenamente un servicio o ministerio cristiano que produce resultados. Porque dichos resultados son
una muestra de la aprobación de Dios y de Su bendición sobre quienes, de acuerdo con Su voluntad, llevan a cabo una
labor.

 Versículo 9, 10: "y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados
como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la mano derecha en señal de compañerismo, para que nosotros
fuéramos a los no judíos y ellos a los judíos. "Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres; lo cual
también me apresuré a cumplir con diligencia".

Los apóstoles aceptaron el apostolado de Pablo. Aquí "la mano derecha de compañerismo" proviene de la palabra
griega koinonia, que es una de las grandes palabras del evangelio y la más elevada expresión de una relación personal.
Significa, compartir las cosas de Cristo. Ahora, ellos iban a dirigirse a diferentes grupos. Y Pablo y Bernabé se dirigirían a
presentar el evangelio a los no judíos.

Pablo regresó más tarde con una ofrenda para los creyentes pobres en Jerusalén, porque esa iglesia había sido
perseguida y se encontraba en una triste condición. Como Pablo mismo había conducido esa persecución antes de su
conversión, quiso traer los donativos para la iglesia de Jerusalén con sus propias manos.

Ahora, eso era un servicio social. Lamentablemente hay cristianos hoy que han descuidado su trabajo en esta área. El
apóstol Santiago, en su carta que es muy práctica, en el 2:15-17, "Y si un hermano o una hermana están desnudos y
tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les
dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, está
completamente muerta".

Los apóstoles de la iglesia en Jerusalén le pidieron al apóstol Pablo y a Bernabé que no se olvidaran de los pobres y
Pablo añadió aquí en el relato: "Lo cual también me apresuré a cumplir con diligencia".

Sección personal III: La experiencia de Pablo en Antioquía con Pedro

La iglesia en Antioquía estaba formada en su mayoría por no judíos, aunque en realidad entre sus miembros había una
mezcla de judíos y no judíos. Y no vamos a poder comprender en realidad lo que ocurrió a no ser que entendamos cómo
funcionaba la iglesia primitiva. Ellos tenían allí una especie de banquete o ágape en conexión con la Cena del Señor.

Pablo tuvo mucho que decir sobre este tema, allí en su Primera Epístola a los Corintios. Los primeros creyentes se
reunían para una gran comida, para un ágape, antes de celebrar la Cena del Señor. Cuando los no judíos se salvaban y se
añadían a la iglesia, comenzó a surgir un problema. En la congregación había judíos que nunca habían comido nada que
hubiera sido sacrificado a los ídolos. Ahora los no judíos, habían sido idólatras y ellos estaban acostumbrados a comer la
carne que había sido ofrecida primero a los ídolos. También comían carne de cerdo y otros animales designados como
impuros por la ley de Moisés. Para ellos, estas diferencias no existían porque habían sido criados de esta manera.

¿Qué se podía hacer entonces para evitar que los cristianos judíos se ofendieran? Pues bien, en Antioquía se prepararon
dos mesas; en una de ellas se colocaban los alimentos preparados según el ritual judío; en la otra, estaba la comida para
los no judíos. Y Pablo se sentaba a comer en la mesa de los no judíos. Aunque él era judío, comía en la mesa con los que
no eran judíos, porque él enseñaba que si uno comía carne o deja de comerla no había ninguna diferencia, porque la
carne no le colocaba a uno en una posición favorable ante Dios.

Así estaban las cosas cuando llegó Simón Pedro a visitar a Pablo en Antioquía. Para Pedro ésta era una nueva
experiencia porque, aunque se había convertido a Cristo, nunca había comido nada impuro. Recordemos lo que el
apóstol Pedro le dijo al Señor cuando se encontraba en una azotea en Jope, antes de ir a la casa de Cornelio. En esa
ocasión tuvo una visión en la que vio el cielo abierto y en un lienzo que descendía se encontraban diferentes clases de
animales impuros. En el relato de los Hechos de los Apóstoles 10:13-15 leemos: " Levántate, Pedro, mata y come.
Estudio de Gálatas Luyem.org 12

14Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o impura he comido jamás. 15Volvió la voz a él la
segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común".

Así que tenemos que recordar que Pedro había sido un creyente por algún tiempo cuando vino a visitar a Pablo en
Antioquía, pero aún continuaba siguiendo la dieta de los judíos. Ahora, cuando él llegó a la iglesia de Antioquía se
encontró con estas dos mesas, una preparada para los no judíos y otra con los alimentos preparados según el ritual
judío. Aquí tenemos entonces a Pedro de visita, y escuchemos cómo describió el apóstol Pablo la reacción del apóstol
Pedro:

 Versículo 11-14: "Pero cuando Pedro vino a Antioquía, lo reprendí cara a cara, porque era de condenar, pues
antes que llegaran algunos de parte de Jacobo, comía con los no judíos; pero después que llegaron, se retraía y
se apartaba, porque tenía miedo de los judíos. "Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal
manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban
rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los
no judíos, y no como judío, ¿por qué obligas a los no judíos a judaizar?"

Era correcto para Pedro ir a comer a cualquiera de las mesas, ya fuera la mesa de los alimentos tradicionales de los
judíos o la de los que no eran judíos. Pero habiendo estado comiendo en la mesa de los no judíos, al regresar a la mesa
de los judíos por temor a estos otros hermanos de Jerusalén, estaba demostrando con su actitud que en la mesa de los
no judíos había algo que estaba mal y que la mesa de los judíos estaba bien.

Ahora bien, estos hermanos de Jerusalén eran legalistas severos. Y bajo el régimen de la gracia, estaban en su derecho.
No hay ninguna objeción a que algunas personas hoy crean que no deben comer ciertos alimentos. Pero tales personas
también darles a otros la libertad de comer lo que prefieran comer.

En este caso, Simón Pedro se apartó de la libertad que tenía en Cristo para retroceder nuevamente al judaísmo. La
naturaleza de la reprensión de Pablo nos muestra, en primer lugar, la inconsistencia del guardar la ley. Si era correcto
para Simón Pedro vivir como los creyentes no judíos, ¿por qué desearía él que los no judíos vivieran como judíos? Eso es
lo que él estaba expresando con su conducta, cuando dejó la mesa de los no judíos para ir a la de los judíos. Si la vida de
los no judíos viviendo bajo la gracia y aparte de la ley estaba bien para Pedro, ¿entonces estaba mal esta vida para los
mismos no judíos? Si Simón Pedro era libre para vivir sin estar sujeto a la ley, ¿no era legítimo que los no judíos hicieran
lo mismo?

En su encuentro con Cristo en el camino hacia Damasco, el apóstol Pablo había roto con su pasado de esclavitud, esa
esclavitud de estar luchando continua e inútilmente con los preceptos humanos de su religión judía, y había encontrado
la verdadera libertad, que consistía en mirar desde la perspectiva de Cristo la vida y la conducta cristiana. En la sujeción
a los seres humanos y a sus reglas de conducta, había elementos de esclavitud. En cambio, el apóstol, en su sujeción al
Señor, disfrutaba de esa libertad que solo otorga el control del Espíritu Santo sobre la vida y proceder de los cristianos,
dándoles fuerza y poder para vivir conforme al plan de vida que Dios ha establecido, para que en las luchas y conflictos,
ellos puedan compartir la victoria que el conquistó con su muerte y resurrección. Para entrar en esa vida, que es el
preludio de la vida eterna, solo tenemos que ser consciente de nuestra gran necesidad de tener esa relación con Dios,
confiando en la eficacia del sacrificio de Cristo en la cruz a favor nuestro.
Estudio de Gálatas Luyem.org 13

LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE (2:15 - 4:31


Antagonismo entre la fe y las obras, libertad y esclavitud (Gal 2:16-21)

Ahora, el judío de esa época consideraba pecadores a los no judíos. En realidad, las palabras no judíos y pecadores eran
sinónimos. Por tanto, el reproche de Pablo puso de manifiesto la insensatez de intentar guardar la ley, y lo inútil que
podía llegar a ser.

 Versículo 16: "Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo,
nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la
Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado".

Si un judío había tenido que dejar la ley atrás, olvidándose de ella, abandonándola para poder ser justificado por la fe y
no por las obras de la ley, entonces la pregunta que Pablo presentaba aquí era: ¿por qué los no judíos debían ser
puestos bajo la ley? Ése fue el gran argumento que tuvo que debatir el Concilio de Jerusalén que se menciona en el
capítulo 15 de los Hechos de los apóstoles.

¿Debían los no judíos ser colocados bajo la ley? Gracias a Dios, la respuesta guiada por el Espíritu de Dios fue que los no
judíos no debían estar bajo la ley para lograr la salvación, ni para su vida diaria, ya que ellos estaban llamados a vivir en
un nivel superior.

Pero hay otra consideración más. ¿Podían los no judíos encontrar justificación bajo la ley cuando el judío había probado
ya que esto era imposible? El judío había tenido la ley por casi 1.500 años y no había podido cumplir la ley en absoluto.
La pregunta era entonces: ¿por qué obligar al no judío a que viviera bajo aquello que no había salvado ni siquiera a un
israelita? Lo que Pablo estaba diciendo aquí es que los no judíos creyentes ya habían sido justificados por la gracia, Por
lo tanto, sería insensato para ellos apartarse del principio de la gracia para vincularse al de la ley, que no había sido
capaz de justificar a los judíos.

La justificación para el judío: si el judío experimentaba fracaso al tratar de vivir conforme a la ley de Moisés, debe
abandonar la ley y debe venir a Dios por la fe en cristo.

La justificación para el gentil: si el gentil experimenta la salvación cuando vino a Cristo por la fe, no tiene la necesidad
de guardar la ley.

Por lo tanto, si la persona es un judío o un gentil, todos son pecadores, y necesitan venir a Cristo por la fe. El hombre no
es justificado por ninguna ley. Y aquí Pablo incluyó a cualquier sistema legal de cualquier religión. En realidad, esto es lo
que hace que la religión cristiana sea diferente de cualquier otra religión que existe en la faz de la tierra. Hemos
examinado muchos de los cultos y religiones de este mundo y cada una de ellas nos dice que debemos hacer algo. Pero
el cristianismo es diferente. Nos dice que somos justificados por la fe; es decir, que la fe es un hecho consumado para
usted. Cada una de las otras religiones le dice a usted "haz esto o lo otro". Pero el cristianismo dice: "todo está ya
hecho". Finalizado. Todo ha sido completado y lo único que tiene que hacer es creerlo.

1 Corintios 12:3, "Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios dice de Jesús: ¡Sea anatema!, o
sea maldito, como tampoco nadie puede exclamar: ¡Jesús es el Señor!, sino por el Espíritu Santo".

Ahora, preguntémonos: ¿cómo podemos maldecir a Jesús? Cuando usted dice que al acercarse a Cristo y aceptarle
como su Salvador, no recibe todo lo que tenía que recibir y que entonces tiene que seguir buscándolo, o haciendo algo
para alcanzarlo, usted comienza a despreciar la obra del Señor Jesucristo en la cruz, cuando Él vino a este mundo a
morir por usted y realizó una salvación tan completa, tan perfecta que cuando Él regresó al cielo se sentó a la derecha
de Dios, según Hebreos 1:3.

¿Sabe usted por qué se sentó? ¡Porque ya no había nada más que hacer! Si hubiera quedado algo que hacer, entonces
Él lo habría hecho antes de sentarse. Cuando usted está diciendo que Él no lo hizo todo por usted, es como si usted
estuviera despreciando y maldiciendo a Jesús. Y usted no puede decir eso por el Espíritu Santo de Dios. Es decir que
usted no está pronunciando la palabra del Espíritu Santo.
Estudio de Gálatas Luyem.org 14

Creemos que debemos elaborar un poco más esto que decimos de ser "justificados por la fe". "Justificado" es la palabra
griega "dikaioo" que quiere decir "declarar a una persona justa". Es decir, hacer justa a esa persona. Nosotros hemos
sido declarados justos por nuestra fe en Jesucristo. Quiere decir, que un pecador que es culpable ante Dios, que está
bajo condenación y juicio, es declarado justo ante Dios, en base a su fe en la redención que tenemos en Cristo. No es
simplemente el perdón de los pecados, que consideramos una sustracción, una resta, sino que es también una adición,
una suma de la justicia de Cristo, el pecador ha sido declarado justo. Y la justicia que tengo yo no es mi propia justicia,
porque mi justicia no es aceptable, pero yo tengo una justicia perfecta, que es la de Cristo Jesús.

 Versículo 17: 17 »Ahora bien, cuando buscamos ser justificados por[a] Cristo, se hace evidente que nosotros
mismos somos pecadores. ¿Quiere esto decir que Cristo está al servicio del pecado? ¡De ninguna manera! 

El sentido de este versículo parece ser éste. Ya que el judío había tenido que abandonar la ley para poder ser justificado
por Cristo y así ocupar su lugar como un pecador, ¿es Cristo el que le hace pecador? La respuesta de Pablo fue "por
supuesto que no". El judío, como el no judío, son pecadores por naturaleza y como él mismo demostró, no podía ser
justificado por la ley. Ésta misma idea fue expresada por Pedro en su discurso ante el gran concilio de Jerusalén, como
leemos en los Hechos 15:10-11: "Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo
que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos
salvos, de igual modo que ellos". Aquí podemos ver, una vez más, que Pedro y Pablo estaban de acuerdo en la doctrina
de la justificación por la fe

 Versículo 18 y 19: "Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. "Yo por
la Ley morí para la Ley, a fin de vivir para Dios".

En otras palabras, lo que Pablo estaba diciendo era: "si vuelvo a colocarme bajo la ley, me convierto en un transgresor".
Sin embargo, él era libre de la Ley. ¿Y cómo llegó a ser libre de la ley? Pablo dice "Cuando Cristo murió por mí, murió en
mi lugar, porque la Ley me condenaba". Es que la ley fue un ministerio que causaba condenación, un ministerio que
causaba muerte, como lo llamó el mismo Pablo en Segunda de Corintios 3:7. Porque la ley me condena. Incluso bajo el
sistema legal Dios habría tenido que destruir a la nación de Israel. Pero Dios proveyó un sistema de sacrificios, y todos
ellos señalaban a Cristo. Y Dios, por su maravillosa gracia, podía salvar.

La ley condenaba, la ley ha acusado a los seres humanos. Ante la ley, somos todos culpables. Así que la ley realmente
fue responsable de que Jesús muriera por nosotros. Y la ley nos condenaba, estableciendo que teníamos que morir.
Pero ahora, si estoy muerto para la ley, entonces ya no soy más responsable ante la Ley. Fue como si la ley ya me
hubiera matado. Me ha ejecutado y estoy muerto, muerto por la Ley. En consecuencia, la ley no podía hacer para mí lo
que Cristo ha hecho por mí. Él no sólo ocupó mi lugar y murió por mí, pero también hizo algo más. Pudo darme vida. Él
resucitó de los muertos. Así que, la ley me arrestó, me condenó, me sentenció y me mató: eso es todo lo que la ley pudo
hacer por nosotros. Si usted quiere seguir por la ruta de la Ley, usted llegará a la muerte. Sólo Cristo puede darle vida.

 Versículo 20: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí".

No es que debamos buscar ser crucificados con Cristo. Ya hemos sido crucificados con Él. El principio de la vida cristiana
no se basa en la Ley que nos ha matado por habernos encontrado culpables. Como creyentes, tenemos que vivir por la
fe. ¿Y fe en qué? Fe en el Hijo de Dios. Es que, la muerte de Cristo en la cruz no fue sólo penal (es decir, el pago de una
pena por nuestros pecados), sino que fue también sustitutiva. Jesucristo no fue sólo el sacrificio por el pecado; también
fue el sustituto de todos los que creen en Él.

Pablo declaró, por lo tanto, que bajo la Ley él fue procesado, hallado culpable, condenado, y en la persona de su
Sustituto, fue muerto. ¿Cuándo tuvo lugar esa muerte? Cuando Cristo fue crucificado. En ese sentido, Pablo fue
crucificado con Cristo. Pero, aun así, él vivía. ¿Y cómo? Unido a Cristo. Él está sentado hoy a la derecha de Dios. Y a
nosotros se nos ha dicho que hemos sido unidos a Cristo. Y usted no puede mejorar esa posición. Esta idea debiera
liberarnos de la noción absurda de que podemos crucificarnos a nosotros mismos.

Hay una consideración significativa en cuando a la crucifixión. Una persona puede suicidarse de diferentes maneras:
puede ahorcarse, dispararse un tiro, ingerir un veneno o arrojarse al vacío desde cierta altura. Así que, aunque haya
diversas maneras de quitarse la vida, nadie puede crucificarse a sí mismo. Cuando alguien se clavara una mano a la cruz
¿quién le clavaría la otra mano? Nadie podría hacerlo por sí mismo. Por ello hay que entender lo que Pablo quiso decir
Estudio de Gálatas Luyem.org 15

cuando expresó lo siguiente: "Estoy crucificado con Cristo". Pablo fue crucificado con Cristo cuando Cristo murió. Cristo
murió una muerte sustitutiva. Murió por Pablo. Murió por usted y por mí.

En Romanos 6 se nos dice que hemos sido sepultados con Cristo por el bautismo, por identificación. Hemos sido
resucitados con Él para que llevemos una vida nueva, y ahora estamos unidos al Cristo vivo. Pablo dijo que ya no le
conocemos desde un punto de vista humano. Él ya no es el hombre de Galilea, que caminaba alrededor del mar de
Galilea. Él no está allí hoy. Está a la derecha de Dios. Es el Cristo glorificado.

Hemos dicho anteriormente que la Ley nos ejecutó; no podía darnos vida. ¿Quién nos ha dado vida? ¿Cómo vivimos? El
versículo 20 nos da la respuesta del apóstol Pablo, diciendo: "ya no vivo yo, más vive Cristo en mí".

Cristo murió por mí aquí en la tierra, para que yo pueda vivir con Él, y para que Él pueda vivir en mí aquí en la tierra. Y
añadió Pablo: "y lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios". ¿Qué clase de vida es ésta? Es una
vida de fe. Se es salvo por la fe, se vive por la fe, se anda en este mundo por fe. Esto es lo que significa "andar en el
Espíritu" o "vivir por el Espíritu".

"vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí". Cristo me amó, pero simplemente por su
amor no me podía introducir en el cielo. Se tuvo que entregar por mí. Por ello el regalo de Dios es la vida eterna por
medio de Cristo Jesús. Y usted puede recibir ese don, ese regalo, únicamente por la fe. En realidad, esto se aplica a
cualquier regalo. Usted tiene que creer que el que le ofrece el regalo es sincero. Tiene que creer que él está diciendo la
verdad cuando se lo ofrece y le dice "tómalo, es tuyo". Usted tiene que extender su mano por la fe y apropiarse de ese
regalo, antes de que pueda ser suyo. De la misma manera, Dios le ofrece a usted el don de la vida eterna por medio de
Cristo Jesús.

Después que Pablo conoció al Cristo que murió y fue resucitado y glorificado, y está a la derecha de Dios, Pablo pudo
recordar aquel día y decir: "Mientras yo estaba allí poniéndolo en ridículo, expresando a gritos mi odio por Él. Jesús me
amó y se entregó a sí mismo por mí". Se entregó, es decir, que dio su vida por mí, y ése fue el sacrificio supremo.

 Versículo 21: "No desecho la gracia de Dios, pues si por la Ley viniera la justicia, entonces en vano murió
Cristo".

La idea principal en este versículo es sencillamente que, si hubiera habido otra forma de salvar a los pecadores,
entonces Dios habría utilizado ese método. Si hubiera podido haber alguna ley o una religión que pudiera salvar a los
pecadores, Dios la habría provisto. La única manera en que un Dios infinito pudo salvarnos fue enviando a Su Hijo a
morir. Y Él estuvo dispuesto a hacer el sacrificio supremo.
Estudio de Gálatas Luyem.org 16

Gálatas 3:1-5
LA EXPERIENCIA DE LOS GÁLATAS

 Versículo 1 y 2: "¡Gálatas insensatos!, ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos
ojos Jesucristo fue ya presentado claramente crucificado?” Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el
Espíritu por las obras de la Ley o por el escuchar con fe?"

La palabra griega utilizada aquí es "anoetoi", que proviene de la raíz "nous", que significa "mente". En realidad, les
estaba diciendo "No estáis usando vuestra mente", dando a entender que estaban actuando con torpeza.

Y a continuación les dijo: "¿quién os fascinó?" o "¿Quién os hechizó, o embrujó?", como traducen otras versiones.
"presentado" significa literalmente "pintado", como en un cuadro. El con sus palabras les ilustró la persona de Jesucristo
y Su obra como para que la vieran con la claridad de un cuadro. Además, les dijo que Cristo había sido presentado
claramente crucificado. Fue Su muerte en la cruz lo que hizo posible la salvación de los Gálatas, y la nuestra.

Necesitamos tener mucho cuidado aquí y probablemente deberíamos decir lo siguiente: El evangelio es verdad
independientemente de las experiencias. Lo que la experiencia hace es corroborar el evangelio. Digámoslo de la
siguiente manera. Hay muchas personas en el día de hoy que razonan de la experiencia a la verdad. Personalmente creo
que la Palabra de Dios siempre razona de la verdad a la experiencia. Eso quiere decir que la experiencia no debe ser
descartada, dejada de lado, pero tiene que ser puesta a prueba por la verdad.

Hemos escuchado contar acerca de una experiencia. Luego tenemos a otra persona que cuenta su propia experiencia y
esas experiencias son completamente diferentes. Ahora, ¿a cuál de ellas damos crédito? En esos casos uno se siente
inclinado a no hacer caso de ninguna de ellas. De la misma manera, nadie debiera utilizar las Sagradas Escrituras sin
exponerlas detalladamente, y limitándose a exponer experiencias personales que no tengan nada que ver con el texto
leído. Esa actitud equivaldría a basar una verdad en una experiencia, antes que, en un pasaje de la Biblia, cuando en
realidad la verdad debe estar basada en la Biblia. En ese sentido, toda experiencia debe ser examinada y confirmada a la
luz de la revelación Bíblica.

Dicho esto, volvemos a la pregunta de este versículo 2: "¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por el escuchar
con fe?" ¿Qué quería decir Pablo con "el escuchar con fe"? ¿Se refería al oído como órgano, a la recepción del mensaje,
o al mensaje mismo?

Seguramente, se refiere a todo el proceso. Uno tiene que escuchar algo antes de poder ser salvo, porque el evangelio es
algo que Dios ha hecho por usted, y usted necesita saberlo.

Ahora, en esta sección Pablo estaba planteando varias preguntas. Les dijo a aquellos cristianos que miraran hacia atrás,
al pasado, a lo que les había sucedido y les hizo 6 preguntas que tenían que ver con su experiencia.

1. ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la Ley o por el escuchar con fe? En ninguna parte de la Biblia, ni siquiera
en el Antiguo Testamento, se dice que alguien haya recibido el Espíritu Santo por las obras que demandaba la
ley, es decir, por cumplir la ley de Moisés. El Espíritu fue recibido por el escuchar con fe. Los Gálatas nunca
recibieron el Espíritu por cumplir las obras requeridas por la ley. El Espíritu Santo es la evidencia de la
conversión. La Escritura nos dice en Romanos 8:9, "Pero vosotros no vivís según la naturaleza humana
pecaminosa, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios está en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, no es de Cristo". Y en la carta a los Efesios 1:13 leemos: "En él también vosotros, habiendo oído la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa".

2. La segunda pregunta la encontramos en el versículo 3: "¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado por el
Espíritu, ¿ahora vais a acabar con esfuerzos puramente humanos?" En otras palabras, el Espíritu Santo era el
que los había convertido, los había traído a Cristo, y ahora que el Espíritu Santo de Dios vivía en ellos ¿iban a
regresar a la ley (que había sido dada para controlar la naturaleza pecaminosa) y pensaban que de esa manera
iban a vivir en un nivel superior?

3. la tercera pregunta la encontramos en el versículo 4: "¿Tantas cosas habéis padecido en vano? Si es que
realmente fue en vano". "¿Tanto sufrir, para nada?" En este momento les recordó que habían pagado un precio
Estudio de Gálatas Luyem.org 17

alto por recibir el Evangelio. ¿Es que todas esas experiencias no iban a servir para nada? ¿Entonces no habían
tenido ningún propósito?

4. Y entonces les planteó la cuarta pregunta. Leamos el versículo 5: "Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace
maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras que demanda la Ley o por oír el mensaje con fe?" Pablo se
refería al ministerio que había tenido entre ellos. Recordemos que el apostolado de Pablo había sido atacado
por los judaizantes. Éstos habían dicho que Pablo había llegado tarde al apostolado cristiano, porque no era uno
de los doce apóstoles originales. No había estado con Cristo durante Su ministerio en la tierra, sino que había
aparecido más tarde. Pero Pablo les recordó a los Gálatas que él era el que había llegado a su país, les había
predicado la Palabra de Dios y había realizado milagros entre ellos. Y no había hecho todo eso por medio de las
obras que demandaba la ley; él tuvo mucho cuidado de aclarar este detalle. Él predicó al Señor Jesucristo como
el que murió por ellos, resucitó, y en quien habían depositado su confianza. Y cuando ellos así lo hicieron, algo
milagroso ocurrió; fueron regenerados. Pablo tenía entonces la evidencia de que él era realmente un apóstol.
En aquellos tiempos, se le dieron a los apóstoles ciertas señales que les identificaban. Tal como lo entendemos
nosotros, los apóstoles tenían prácticamente todos los dones mencionados en la Biblia; todos los dones que
consideramos señales. Pablo podía realizar milagros. Pudo sanar enfermos. Pudo resucitar muertos. Y Simón
Pedro, que era uno de los doce apóstoles originales, también podía realizar milagros. El poder realizar aquellas
señales era en aquella época la marca distintiva de un apóstol.

Ahora bien, los apóstoles nos han entregado la Palabra de Dios. Tenemos una fe fundada sobre el Señor
Jesucristo como piedra angular, y una fe edificada sobre el fundamento que ha sido colocado por los apóstoles y
profetas. Lo que daba credibilidad a la verdad de su mensaje era su capacidad para realizar milagros. Ellos
tenían esos dones que hemos calificado como señales. Lo importante que nosotros debemos observar aquí es
que Pablo fue a los Gálatas no como un fariseo predicando la Ley, sino como un apóstol predicando a Jesucristo.
Ello fue algo que esa gente había experimentado, y Pablo se apoyó en dicha experiencia.

Resumiendo, hemos visto que la justificación por la fe fue la experiencia de los Gálatas. Por tal motivo Pablo les
preguntó: "¿quién os fascinó?" El apóstol mencionó al Espíritu Santo tres veces en este párrafo. Les recordó que no
habían recibido el Espíritu por cumplir las obras que la ley demandaba. El Espíritu era la evidencia de su conversión a
Cristo. Y es importante resaltar que el Evangelio es cierto independientemente de la experiencia de los Gálatas o de
cualquiera otra persona. El Evangelio es objetivo; trata sobre lo que el Señor Jesucristo hizo por nosotros. La experiencia
confirma al Evangelio, y esto es lo que Pablo estaba demostrando en este párrafo que hemos considerado. El Evangelio
es suficiente, lo cual es confirmado por la experiencia.
Estudio de Gálatas Luyem.org 18

LA ILUSTRACIÓN DE ABRAHAM
(Gálatas 3:6-4:18)

 Versículo 6: "Así Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que tienen fe,
éstos son hijos de Abraham".

Este versículo es una cita sobre Abraham que aparece en Génesis 15:6. También se encuentra también citado en
Romanos 4:3. Esta ilustración nos llega de la primera época de la vida de Abraham, de su vida de fe. Abraham fue la gran
ilustración de la justificación por fe y Pablo le usó como un ejemplo en las epístolas de Romanos y Gálatas. No podía
decirse que Abraham había sido justificado por la Ley porque la Ley mosaica no fue dada hasta cuatrocientos años
después de Abraham. Y tampoco podía decirse que fue justificado por la circuncisión porque él fue justificado antes que
la circuncisión fuese establecida. La circuncisión llegó a ser una señal distintiva y una evidencia de la fe de Abraham, así
como el bautismo es la señal y evidencia de la fe del creyente en la actualidad. Ni la circuncisión ni el bautismo pueden
salvar. En realidad, no contribuyen en nada para la salvación. Simplemente constituyen una evidencia exterior de una
obra interior.

Los incidentes están relatados en Génesis 14 y 15 y tuvieron lugar después que Abraham regresara de Egipto. Dios se le
apareció a Abraham para asegurarle que había hecho bien al rechazar el botín de los reyes de Sodoma y Gomorra y
entonces le dijo, como leemos en Génesis 15:1, "No temas, Abram, yo soy tu escudo, y tu recompensa será muy grande".

Abraham era una persona práctica, y comenzó a hablar con el Señor con toda claridad y franqueza y, por cierto, creo
que al Señor quiere que nos dirijamos a Él de la misma manera. Le dijo entonces al Señor: "No tengo un hijo y tú me
dijiste que lo tendría". Dios ya le había dicho que su descendencia sería tan innumerable como la arena de la playa.
Entonces Dios le tomó de la mano y le dijo que mirara al cielo. Dios le dijo a Abraham: "No puedes contar las estrellas,
así como tampoco podrás contar tu descendencia". ¿Sabe usted cuál fue la respuesta de Abraham? Dice el relato (en
Génesis 15:6), "Y Abraham, creyó al Señor, y le fue contado por justicia". Es decir, que el Señor lo reconoció como justo.

El término en el idioma original es muy expresivo. Literalmente significa que Abraham dijo "amén" al Señor. O sea, que
Dios le dijo "voy a hacerlo así" y Abraham respondió "amén".

¿Tiene esto una aplicación para nuestra vida? Ciertamente la tiene. Es como si Dios nos estuviera diciendo: "Yo envié a
mi Hijo a morir por ti: Si crees en Él, no perecerás. Tendrás vida eterna". ¿Diríamos “amén" a esa declaración?
¿Creeremos a Dios? ¿Aceptaremos a Su Hijo? Si así lo hacemos, estamos justificados por la fe. Esto fue lo que hizo
Abraham. Él creyó a Dios y en ese momento, Dios le declaró justo. ¿A causa de sus obras? No, porque sus obras eran
imperfectas. Él no tenía ninguna perfección que ofrecer a Dios.

Pablo desarrollaría este pensamiento un poco más adelante. Aunque Abraham no tenía perfección en aquel momento,
después la tuvo porque su fe se le tomó en cuenta como justicia. Ésa es la doctrina de la justificación. Y Abraham
permaneció justificado delante de Dios.

Leamos Génesis 15: 7: "Yo soy el Señor, que te saqué de Ur de los caldeos para darte a heredar esta tierra". Escuchemos
la respuesta de Abraham en el versículo 8: "Señor, ¿en qué conoceré que la he de heredar?" En otras palabras, ponlo por
escrito. Y Dios le dijo a Abraham algo parecido a lo siguiente: "encuéntrate conmigo en el juzgado y lo pondré por
escrito". Tal vez dirás: "un momento, Dios no dijo eso". Pero, en otras palabras, sí se lo dijo. Leamos en Génesis 15:9:
"Tráeme una becerra de tres años, una cabra de tres años y un carnero de tres años; y una tórtola y un palomino".

En aquel tiempo, ésa era la forma en que se hacían los contratos. Por ejemplo, Jeremías, en 34:18 nos contó sobre un
contrato realizado de esta manera. Es que cuando en aquellos días se formalizaba un contrato, un hombre acordaba
hacer algo y la otra parte también. Cortaban el o los animales del sacrificio en dos partes y colocaban una mitad a un
lado, y la otra, al otro lado. Después se tomaban de la mano y caminaban entre las dos mitades. Ese gesto sellaba el
contrato. Era lo mismo que ir hoy al notario en el palacio de justicia.

Así que Abraham preparó los sacrificios y esperó. Esperó durante todo el día. Las aves de rapiña descendieron sobre los
cadáveres y Abraham las espantó. Pero Dios demoró el encuentro con Abraham; no llegó hasta el anochecer. Y dice
Génesis 15:12, "A la caída del sol cayó sobre Abraham un profundo sopor, y el terror de una gran oscuridad cayó sobre
él". Justo cuando iba a firmar el contrato, Dios causó a Abraham un sueño profundo. La razón para ello fue que Abraham
no iba a caminar con Dios por entre las dos mitades. Abraham no tenía nada que prometer. Dios era el que prometía. Y
Estudio de Gálatas Luyem.org 19

dice el versículo 17 de Génesis 15: "Cuando se puso el sol y todo estuvo oscuro, apareció un horno humeante y una
antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos". Así que Dios pasó solo por entre esas dos mitades
porque Él era el que estaba haciendo el pacto. La parte que le tocaba a Abraham consistía únicamente en creer a Dios.

Si el pacto hubiera dependido de la fidelidad de Abraham, quizás expresada en las oraciones que pronunciaba cada
noche, él podría haberse descuidado una noche, y entonces ya habría quebrantado su promesa. Por ello, Dios fue el que
hizo la promesa, y el pacto dependió de la fidelidad de Dios.

Hace más de 2.000 años Jesucristo fue a la cruz para pagar por sus pecados y los míos. Dios no le está pidiendo que
usted pronuncie sus oraciones o se comporte de una manera ejemplar para ser salvo. Él le está pidiendo que usted crea
en Su Hijo que murió por usted. Él formalizó el contrato. Él es el que hizo la promesa, el pacto, y Él es el que le salvará. Y
éste es, pues, el nuevo contrato. El viejo pacto lo hizo con Abraham. Abraham creyó a Dios. Le dijo "amén" a Dios.
Abraham creyó, y se le tomó en cuenta como justicia. Dios aún les pide a las personas que crean en Él. Coloque usted su
confianza en Cristo, y entonces será salvo. Aquí tenemos realmente una hermosa escena. Una escena de esas que por su
impacto marcan toda una vida. En este caso, Abraham recordaría la ocasión solemne en la cual Dios formalizaría el
pacto fundamentado en la fidelidad de Dios.

 Versículo 7: "Sabed, por tanto, que los que tienen fe, éstos son hijos de Abraham".

Dios hizo eso por Abraham antes de que la ley fuera presentada. Él no hizo este pacto con él debido a sus buenas obras.
Él le dijo a Abraham; "Yo haré esto por ti si tú crees en mí". Y Abraham respondió: "Yo creo en ti". Dios quiere que su fe
descanse sobre una base sólida, firme. Cuando usted y yo confiamos en Cristo como Salvador, somos salvos de la misma
manera en que Abraham fue salvo; por la fe.

Por todo ello, si usted se va a acercar a Él tiene que hacerlo por fe. Él ha llegado hasta la puerta de su corazón. No puede
llegar más lejos.

 Versículo 8: "Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los no judíos, dio de antemano la
buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones".

Bien, si la fe sin obras era suficiente para Abraham, ¿por qué íbamos a desear nosotros algo diferente? Y si la bendición
para Abraham no fue debido a las obras que demandaba la ley, sino a causa de su fe, ¿por qué íbamos a volvernos
nosotros de la fe, a las obras de la ley?

Hemos leído que "Dios. . . predicó . . . el Evangelio a Abraham" le dio la buena nueva. ¿Y cuándo lo hizo? Bueno, la
ilustración vimos en Génesis 15. Eso fue al comienzo de la vida de fe de Abraham. Ahora veremos que Pablo se refirió a
un incidente que tuvo lugar cerca del final de su vida de fe, y registrado en Génesis 22: 17, después de haber ofrecido
Abraham a su hijo Isaac sobre el altar.

En realidad, estuvo muy cerca de consumar ese acto de sacrificio, usted recordará, pero Dios lo detuvo. Dios consideró
la actitud de Abraham como si él hubiera realizado el sacrificio porque él había demostrado que tenía fe en Dios,
creyendo que Dios resucitaría a Isaac de los muertos (como nos dijo el escritor de Hebreos 11:19). Ahora observemos la
respuesta de Dios al acto de fe de Abraham, registrada en Génesis 22:15-18: "15Llamó el ángel del Señor a Abraham
por segunda vez desde el cielo, 16y le dijo: Por mí mismo he jurado, dice el Señor, que por cuanto has hecho esto y no
me has rehusado a tu hijo, tu único hijo, 17de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
cielo y como la arena que está a la orilla del mar; tu descendencia se adueñará de las puertas de sus enemigos. 18En tu
simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz".

Aparentemente en ese momento Dios predicó el Evangelio a Abraham, porque el ofrecimiento de Isaac fue una de las
mejores figuras del ofrecimiento de Cristo. Aunque Dios perdonó al hijo de Abraham, no perdonó a Su propio hijo sino
que le entregó por todos nosotros. Ahora, lo importante que debemos notar en la vida de Abraham es que este hombre
obedeció la voz de Dios. Estuvo dispuesto a ofrecer a su hijo cuando Dios se lo ordenó, y cuando estando a punto de
ofrecerlo Dios le detuvo, él se detuvo, obedeciendo la voz de Dios. Con su acción demostró que tenía fe en Dios.
Nuevamente creyó en Dios y se le tomó en cuenta como justicia.
Estudio de Gálatas Luyem.org 20

Hay algunas personas que ven una contradicción en las Escrituras entre lo que dijo el apóstol Pablo sobre Abraham y lo
que Santiago dijo en 2:20 y 21: "20 ¿Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta? 21¿No fue
justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?"
Santiago continuó diciendo en el versículo 22: "¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se
perfeccionó por las obras?" Juan Calvino lo decía de esta manera: "Sólo la fe salva, pero la fe que salva no está sola".

En otras palabras, la fe que salva es una fe dinámica, una fe vital que nos lleva a realizar obras. Santiago no estaba
hablando sobre las obras de la ley. Santiago estaba hablando de las obras de la fe. Porque la fe produce obras. Esta idea
que lleva a afirmar que las obras le salvan, es como poner el carro delante del caballo y casi podríamos decir que
algunos incluso ponen el caballo en el carro.

Es importante recordar que la fe conduce a las obras, como sucedió en el caso de Abraham. Dios puede ver nuestros
corazones, Él sabe si nosotros hemos confiado en Cristo como Salvador o si no lo hemos hecho. Él sabe si somos o no
genuinos miembros de la iglesia o no. Porque se puede engañar a la gente con una apariencia de devoción al Señor pero
a Dios no se le puede engañar. ¿Por qué no ser entonces un creyente auténtico y, al mismo tiempo, disfrutar de la
alegría de la vida cristiana? En todo caso, no hay que fingir y lo más respetable delante de Dios y los demás que nos
conocen, es que cada uno se muestre tal cual es. Merece la pena confiar en el Señor Jesucristo como Salvador y
entonces, ser un auténtico cristiano y vivir una fe viva, dinámica, que producirá obras.

Santiago usa la historia de Abraham basado en la narración del capito 22 de génesis para mostrar que la fe sin obras
está muerta y es la última vez que Dios se le aparece a Abraham. Pablo usa la parte descrita en génesis 15, en los
comienzos de la vida de Abraham para probar que fe sola era suficiente. Si Abraham no hubiera cumplido, si él se
hubiera arrepentido y en el incidente del capítulo 22 hubiera dicho: "Espera un momento, yo no creo en lo que has
dicho. He estado fingiendo todos estos años", entonces habría sido obvio que la fe de Abraham era falsa. Pero Dios
sabía, en el incidente de Génesis 15 que Abraham tenía una fe genuina.

Ahora, las obras de las cuales hablaba Santiago no eran las obras de la ley, porque la ley aún no se había dado durante la
época de Abraham; tenemos que reconocer ese hecho. Santiago, dijo aquí en 2:23 de su epístola: "Y se cumplió la
Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y se le tomó en cuenta como justicia; y fue llamado amigo de Dios".

No hay contradicción cuando uno examina pasajes como los que escribieron Pablo y Santiago. Ambos estaban diciendo
lo mismo. Una estaba mirando a la fe al principio. Y el otro estaba mirando a la fe al final de la vida de Abraham. Uno
estaba mirando a la raíz de la fe. El otro estaba mirando al fruto de la fe. La raíz de la fe se explica con la frase "la fe sola
te salva", pero la fe salvífica producirá fruto, es decir, buenas obras.

 Versículo 9 y 10: "De modo que los que tienen fe son bendecidos con el creyente Abraham. "Todos los que
dependen de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito sea el que no permanezca en
todas las cosas escritas en el libro de la Ley, para cumplirlas".

En otras palabras, Dios salva al pecador hoy en la misma base en la cual salvó a Abraham. Es decir, Él le pide fe al
pecador. Él le pidió a Abraham que creyera que Él iba a hacer ciertas cosas por él. Y Dios nos pide que creamos que Él ya
ha hecho ciertas cosas por nosotros al entregar a Su Hijo Jesucristo para que muriera por nosotros. Así que la fe es la
manera especial por la cual el hombre es salvo hoy.

La expresión "el que no permanezca" es muy importante. Estamos dispuestos a conceder que quizá haya días en la vida,
en los cuales uno se siente muy bien, con un excelente estado de ánimo y la sensación de que todo lo que le rodea
marcha razonablemente bien, sin tropiezos, porque uno cree estar viviendo bajo la voluntad del Señor. Y entonces, uno
tiene la sensación de que Dios aprueba lo que estamos haciendo y en consecuencia, recibe la bendición de Dios. Pero
consideremos lo que dice este versículo: "Maldito sea el que no PERMANEZCA en todas las cosas escritas en el libro de
la ley, para cumplirlas". ¿Qué le parece eso? ¿Cumple usted las demandas éticas de la ley las 24 horas del día, 7 días a la
semana, 52 semanas en el año, en su pensamiento, en su hablar, en sus acciones?

Al ser humanos, en algunos momentos de la vida nos sentiremos defraudados, o deprimidos. Nadie se siente optimista,
exultante en todo momento. Hay momentos de desilusión o desánimo, con nuestra naturaleza física no controlada por
el Espíritu de Dios, cuando usted es consciente de su debilidad y se siente indefenso, superado por las circunstancias. En
esos momentos, usted no está en condiciones de cumplir las demandas de la ley o, por otra parte, no le apetece hacerlo
Estudio de Gálatas Luyem.org 21

y entonces los principios de la ley sólo pueden condenarle. Son esos días los que el apóstol Pablo en Efesios 6 calificó
como "el día malo".

Si usted tiene un buen día o está pasando por un buen momento, y vive bajo los principios espirituales de la ley, usted
no recibirá ningún premio por ello. Supongamos que yo cumplo con la ley en la ciudad donde vivo por muchos años
consecutivos. Pero un mal día, voy y hago algo contra la ley. ¿Sabe usted lo que va a pasar? Pues los representantes de
la ley me impondrán una sanción acorde con la gravedad de la infracción. Es que la ley no le da premios a uno, sino que
lo penaliza. Y en el ámbito espiritual, sucede lo mismo. La ley no da vida, sino que penaliza, castiga la infracción.
Sin embargo, la fe, le da a usted vida.

 Versículo 11: "Y que por la Ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque: El justo por la fe vivirá".

Incluso el Antiguo Testamento enseñó que el hombre era salvo por la fe. Nunca dijo que alguien fuese salvo por cumplir
la ley. Nunca hemos leído acerca de alguien que vivió en aquella época y fuera salvo por haber cumplido las demandas
de la ley dada por Moisés. Como es sabido, el centro del sistema mosaico era el sistema de sacrificios. Moisés se alegró
de que Dios extendiera su misericordia y gracia al pueblo, incluso en la época en que estaban bajo la ley y su rostro
resplandeció. En el Libro de Habacuc 2: 4, dice: "Mas el justo por su fe vivirá".

Tres cartas del Nuevo Testamento citan al libro de Habacuc 2: 4:» El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá
por su fe.

a. La primera mención está en Romanos 1: 17: Mas el justo por la fe vivirá. El énfasis en la carta a los Romanos se
pone sobre el justo, la justificación.
b. En la carta a los Hebreos 10: 38: Pero mi justo[a] vivirá por la fe. Y, si se vuelve atrás, no será de mi agrado» .
Aquí pone el énfasis sobre el vivir, es decir sobre que el justo vivirá por la fe.
c. En Gálatas 3: 11 donde el énfasis recae en la fe.

Así es que tenemos tres puntos de énfasis: el justo en Romanos; por la fe en Gálatas, y vivirá en Hebreos.

Ampliando cada uno de estos énfasis diremos que, en Romanos, el énfasis se colocó sobre el hecho de que el hombre,
es justificado ante Dios por la fe, aparte de la ley mosaica, En Gálatas, Pablo estaba defendiendo al Evangelio de
aquellos que añadían la ley a la justificación por la fe. La idea clave del judaísmo se resumía en "fe y ley". Y la respuesta
de Pablo fue, la "fe y nada más".

 Versículo 12: "Pero la Ley no procede de la fe, sino que dice: El que haga estas cosas vivirá por ellas".

Éste también es un versículo importante. La fe y la ley son principios contrarios para la salvación y también lo son para el
vivir la vida cristiana. El uno anula al otro. Está diametralmente opuesto el uno del otro. Si usted ha resuelto vivir
intentando cumplir la ley, entonces permítanos decirle que no puede ser salvo por fe. Al ser contrarios, estos principios
no se pueden combinar.

Dios no ha dispuesto su plan de salvación de manera que alguien pueda ser salvo por la fe y por la ley. Uno tiene que
elegir entre ellos. Si usted quiere optar por la ley, entonces puede intentarlo. Pero debemos advertirle que Dios ya ha
dicho que usted no podrá ser salvo por ese medio, ni tampoco podrá vivir la cristiana cumpliendo la voluntad de Dios de
esa manera. Como acabamos de leer, la ley no se basa en la fe, no tiene en cuenta a la fe. Se limita a declarar que el que
observa sus preceptos vivirá por ellos. Quiere decir que sólo un cumplimiento total de los preceptos de la ley recibirá la
aprobación divina. Pero, como llevar a la práctica ese cumplimiento resulta imposible la ley termina por condenar a una
persona, impulsándola a depender de Dios por la fe.

 Versículo 13: "Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros (pues
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)"

Como acabamos de leer y explicar, la ley nos condenaba. Recordemos que hemos dicho también que no recibíamos
ningún premio por cumplir sus preceptos, porque si quebrantábamos uno solo de ellos, la ley ya ha previsto el castigo.
Por ello Cristo nos rescató de la maldición de la ley. ¿Y cómo lo hizo? Haciéndose maldición por causa nuestra. Es decir,
que sufrió nuestro castigo.
Estudio de Gálatas Luyem.org 22

El versículo 13 continúa diciendo: "Porque está escrito: Maldito todo aquel que es colgado en un madero". Éste es un
gran pasaje de las Escrituras del Antiguo Testamento y, por cierto un pasaje notable por varias razones. Una de ellas es
que los hijos de Israel no colgaban a la gente en un madero, como método de ejecución pública. En cambio, para
ajusticiar a los criminales utilizaban la lapidación, es decir, apedreándoles. Los turistas en esas tierras se han preguntado
a veces porqué los judíos utilizaban ese método de aplicar la pena capital y les ha llamado la atención la gran cantidad
de piedras que hay por todas partes. Pero ésa era la forma de tratar a los criminales más malos, a los que constituían un
peligro para la convivencia social. Y usaban ese método para que sirviera de ejemplo a los demás.

En Deuteronomio 21: 22 y 23, dice: "Si alguien ha cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo
hacéis morir colgado en un madero, no dejareis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el
mismo día, porque maldito por Dios es el colgado. Así no contaminarás la tierra que el Señor tu Dios te da por
heredad".

Es decir, si él había cometido algún crimen horrible, luego de haber sido apedreado hasta la muerte, entonces se
tomaba su cuerpo y se lo colgaba en un madero para que sirva de ejemplo a los demás. Pero el cuerpo no debía dejarse
allí toda la noche ¿Por qué? Porque él era maldito por Dios, es decir, que su posición evidenciaba públicamente el
rechazo de Dios hacia el reo.

Ahora el Señor Jesucristo llevó nuestra maldición. ¿Y cuándo la llevó? ¿Fue acaso en Su encarnación? No, Cuando Él
nació, fue llamado un Ser Santo, en Lucas 1:35. ¿Acaso se convirtió en una maldición durante los años silenciosos de Su
vida, de los cuales tenemos tan poca información? No, porque en Lucas 1:52 se dice que "Jesús crecía en sabiduría, en
estatura y en gracia para con Dios y los hombres". ¿Y no se convirtió en una maldición durante Su ministerio público en
la tierra? Ciertamente tampoco, porque fue durante ese ministerio que Su Padre dijo, en Mateo 3:17 "Éste es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia".

Entonces fue mientras estaba colgado de la cruz, cuando se convirtió en una maldición. Sí, pero no durante las primeras
tres horas en la cruz, porque cuando Él se ofreció en sacrificio, no había mancha ni imperfección en Él. Fue durante las
tres últimas horas en la cruz cuando Él se convirtió en una maldición por nosotros. Fue entonces cuando, como dijo
Isaías 53:10, Dios quiso quebrantarlo, oprimirle con el sufrimiento. Él convirtió su alma en una ofrenda por el pecado.
Fue objeto de la maldición de Dios. Fue rechazado, abandonado y desamparado por Dios.

En la frase "maldito todo el que es colgado en un madero destacamos que la palabra griega para madero es "xulon", que
significa también "árbol". ¡Qué contraste tenemos aquí! Él fue a la cruz y fue colgado de un madero, árbol de la muerte,
para que Él pudiera convertirlo para usted y para mí en un árbol de la vida.

 Versículo 14: "Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los no judíos, a fin de que por la fe
recibiéramos la promesa del Espíritu".

Israel tuvo la ley por 1.500 años y fracasó en vivir de acuerdo con sus preceptos. En Hechos 15, Pedro de hecho dijo que
ellos y sus antepasados no habían sido capaces de cumplir la ley y por lo tanto, era absurdo pretender imponérsela a los
no judíos. Si ellos no habían podido obedecerla, los otros pueblos no judíos tampoco podrían. Así que Cristo ocupó
nuestro lugar para que nosotros pudiéramos recibir lo que la Ley nunca podría lograr. Por ello, el Espíritu de Dios ha sido
un don peculiar a esta época de la gracia y misericordia de Dios, época inaugurada por la muerte y resurrección de
Cristo.

 Y en el versículo 15, Pablo dijo: "Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea hecho por un
hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade".

Aquí Pablo puso un ejemplo sobre los métodos de ratificar compromisos solemnes. Aun en el caso de un pacto humano,
cuando un hombre hace un trato y lo respalda con su firma, nadie puede anularlo ni agregarle nada. Lo que el apóstol
quería explicar era que si aún los seres humanos se sienten obligados a respetar esas reglas, guiados por un sentimiento
de justicia, mucho más puede esperarse de Dios. Quizás el apóstol quiso enfrentarse a la falsa suposición de los
judaizantes de que la Ley de Moisés habría condicionado el pacto de Dios con Abraham, limitando sus beneficios a las
personas que estuvieran ceremonialmente puras.

 Versículo 16: "Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su descendencia. No dice: Y a los
descendientes, como si hablara de muchos, sino como de uno: Y a tu descendencia, la cual es Cristo".
Estudio de Gálatas Luyem.org 23

Dios llamó a Abraham y le prometió convertirlo en una bendición para el mundo. Y lo hizo por medio de Jesucristo, un
descendiente de Abraham. Cristo fue entonces el que trajo la salvación para el mundo. La palabra "descendencia" se
refiere específicamente a Cristo (véase Génesis 22:18). Aquí es oportuno recordar las palabras de Cristo mismo en Juan
8:56, cuando dijo: "Abraham, vuestro padre, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio, y se alegró".

 Versículo 17: "Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios en Cristo no puede ser anulado por la
Ley, la cual vino cuatrocientos treinta años después; eso habría invalidado la promesa"

Dios hizo una promesa, un pacto con Abraham. Cuando al avanzar la historia llegó la Ley cuatrocientos treinta años
después, no cambió nada relacionado con las promesas hechas a Abraham. En realidad, Dios nunca falta a Su palabra,
nunca incumple sus promesas. Y le había prometido al patriarca que le iba a dar una tierra, un hijo, y un pueblo formado
por multitudes que resultarían imposibles de contar. Dios cumplió esa promesa y de Abraham provino la nación de
Israel y otras naciones, pero las promesas fueron transmitidas por medio de Isaac, cuya línea de descendencia condujo
al Señor Jesucristo, llamado "la descendencia" en el versículo 16. Dios también le prometió a Abraham que le convertiría
en una bendición para todos los pueblos de la tierra. La única bendición que el mundo puede recibir está en Cristo. No
creemos que el mundo esté en condiciones de ofrecerle un trato beneficioso. Pero el Señor Jesucristo ha sido provisto
para usted como el don supremo que Dios ha concedido. Y Él ha prometido que salvará a aquellos que confíen en Cristo.

 Versículo 18: "Porque si la herencia depende de la Ley, ya no depende de una promesa; pero Dios se la concedió
a Abraham por medio la promesa".

La promesa relacionada con Cristo fue hecha antes de que la Ley de Moisés fuera entregada, y esa promesa fue tan
válida como si no se hubiera dado la Ley. La promesa fue hecha independientemente de la Ley. Entonces surge una
pregunta: ¿por qué fue dada la Ley? ¿Cuál es su valor? Ahora, no hay que pensar que Pablo estaba quitándole
importancia a la Ley. Más bien, estaba tratando de ayudar a la gente para que entendiese el propósito de la Ley. Pablo
presentó a la Ley en toda su majestad, en su plenitud y en su perfección. Pero también mostró que esa misma
perfección de la Ley revelaba la razón por la cual creaba un obstáculo que usted y yo no podíamos superar para ser
aceptados por Dios.

 Versículo 19: "Entonces, ¿para qué fue dada la Ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que
viniera la descendencia a quien fue hecha la promesa; y fue dada por medio de ángeles en manos de un
mediador".

¿Para qué sirve la ley, cuál es su valor? Él estaba aclarando que fue algo añadido. Fue añadido por causa de las
transgresiones, es decir, para poner de manifiesto la desobediencia de los seres humanos.
El versículo continúa diciendo hasta que viniera la descendencia. Esta pequeña palabra "Hasta" es importante por sus
implicaciones temporales. Indica que la Ley era temporal. La ley fue dada simplemente para el intervalo de tiempo
comprendido entre Moisés y la época de Cristo. Como bien declaró Juan en su Evangelio 1:17, "porque la ley fue dada
por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo". Así que es importante destacar que la
Ley era temporal hasta que llegara esa descendencia que era Cristo.

La ley fue añadida, como dice el texto Bíblico, a causa de las transgresiones. Fue dada para revelar y no para remover el
pecado. No fue dada para preservar al hombre del pecado, porque el pecado ya había llegado, ya estaba presente en la
humanidad. Le ley vino para mostrar la realidad del ser humano como un perverso pecador por naturaleza ante Dios.
Cualquier persona que sea sincera podrá contemplarse a sí misma a la luz de la Ley y verse culpable. No fue dada como
una norma por medio de la cual el ser humano puede alcanzar la santidad. Por ese medio usted nunca logrará vivir una
vida santa porque, en primer lugar, usted no puede cumplir los principios de la Ley por sus propias fuerzas.

Muchos piensan que un individuo se convierte en pecador cuando comete un acto pecaminoso, o sea, que es una buena
persona hasta que se malogra, hasta que fracasa, y cometa un pecado. Esto no es cierto. Precisamente es por ser ya un
pecador, que comete un pecado.

En realidad, el pecado forma parte de nuestra naturaleza, de nuestra manera normal de ser en nuestros pensamientos,
en nuestra conducta y en nuestras palabras. Incluso podemos comprobarlo en la vida cotidiana, por ejemplo, en el
asunto de la mentira. El ser humano miente porque es mentiroso por naturaleza. La mentira se introduce en nuestro
lenguaje de forma natural, a veces incluso inconscientemente, parece que hay una tendencia a mentir en detalles
Estudio de Gálatas Luyem.org 24

irrelevantes como, por ejemplo, al saludar a alguien, al expresar la forma en que nos sentimos, sobre nuestro estado de
ánimo, en opiniones y, a veces, nos justificamos a nosotros mismos cuando debemos mentir en asuntos de mayor
importancia, pretendiendo evitar un mal mayor. Y todo ello porque tenemos una naturaleza caída. Por ello, la Ley fue
dada para mostrar que somos pecadores y que necesitamos un mediador, es decir, alguien que se coloque entre
nosotros y Dios para poder ser aceptados por Él.

 Versículo 21, 22: "Entonces, ¿la Ley contradice las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Porque si la Ley
dada pudiera impartir vida, la justicia verdaderamente hubiera dependido de la Ley. "Pero la Escritura declara
que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a
los que creen".

¿Está la ley en contra de las promesas de Dios? La expresión "de ninguna manera" es enfáticamente negativa. ¿Por qué?
Si hubiera habido otra manera de salvar a los pecadores Dios habría utilizado esa forma. Si Él hubiera podido promulgar
una ley por medio de la cual los pecadores pudieran salvarse, lo habría hecho.

Hemos leído que la ley trajo la muerte. Dice en Ezequiel 18:20; "porque el alma que pecare ésa morirá". Y como el
versículo que acabamos de leer dice que todos son prisioneros del pecado, por lo tanto, todos murieron. En
consecuencia, lo que se necesita es la vida.

Hemos visto que la ley trae la muerte, y eso es todo lo que puede hacer. No se trata en realidad del grado de pecado
sino que el mero hecho del pecado nos trae la muerte. De ahí que todos estamos igualmente muertos, y padeciendo la
misma necesidad. Puede que usted no haya cometido un pecado muy grande, pero usted y yo tenemos la misma
naturaleza que aquellos que han cometido graves pecados.

Goethe, el filósofo poeta alemán, figura destacada de la literatura mundial, quien dijo: " Yo nunca he visto cometer algún
crimen que yo también no hubiera sido capaz de cometer". Es decir, tenemos la misma clase de naturaleza. Por tanto no
es simplemente el grado del pecado, sino el mismo hecho de que somos pecadores lo que nos trae muerte.

En el ámbito espiritual la muerte es el resultado final del pecado. La ley del pecado no contempla las circunstancias
atenuantes. No contempla la posibilidad de ejercer misericordia ni de mostrar flexibilidad suavizando las circunstancias
de la infracción. Es inexorable, inflexible e inmutable. Como leímos en Ezequiel 18:20; "el alma que peque, ésa morirá".

Recordemos el episodio relatado en Génesis 2:17, cuando Dios les dijo a Adán y Eva: "pero del árbol del conocimiento
del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás". Y en Éxodo 34: 7, dice: "de ningún
modo tendrá por inocente al malvado". De modo que, todos, todos los seres humanos hemos pecado, y de acuerdo con
la ley, estamos condenados a muerte, estamos como muertos. Estamos viviendo una muerte anticipada. La ley nos ha
dado muerte. El apóstol Pablo, en 2 Corintios 3:7 la llamó "el ministerio de muerte", es decir, el ministerio que causaba
la muerte. Porque en el ámbito espiritual, la ley nos condena a todos a la muerte, al no poder alcanzar el nivel de vida
que sus preceptos demandan.

¿Puede entonces dar vida la ley? eso es imposible. El propósito de la ley no fue el de dar vida, porque fue dada para
mostrarnos que delante de Dios, todos somos pecadores culpables. Concluimos este párrafo citando nuevamente la
declaración del versículo 22, que establecía que todos somos prisioneros, cautivos del pecado, para que quienes crean
en Jesucristo puedan recibir lo que Dios ha prometido. Estamos examinando esta sección más detalladamente, como si
fuera casi por un microscopio, porque explica un aspecto esencial del verdadero significado del Evangelio.

 Versículo 23: "Pero antes que llegara la fe, estábamos confinados bajo la Ley, encerrados para aquella fe que
iba a ser revelada".

La frase antes que llegara la fe se refiere, por supuesto, a la fe en el Señor Jesucristo, quien murió por nosotros. O sea,
que hasta que vino el Señor Jesucristo, la ley incluía a la misericordia porque establecía la existencia de un propiciatorio,
que era la tapa del arca de la alianza, del pacto. Allí se encontraba el lugar donde Dios entraba en contacto con su
pueblo para perdonarlo. La ley preveía que habría un altar donde se podrían ofrecer sacrificios por el pecado para
obtener perdón, hallar la misericordia de Dios. Y todos aquellos sacrificios de la época de la ley señalaban a Cristo. Por
ello el apóstol Pablo dijo que antes que llegara la época de la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados en ella y
bajo su custodia hasta que viniese esa fe que iba a ser revelada.
Estudio de Gálatas Luyem.org 25

La fe que justifica estaba operativa en el Antiguo Testamento. Pero la fe en la persona y la obra de Cristo no vino hasta
el momento en que fue específicamente revelada. Antes de ese momento histórico, los israelitas se encontraban bajo la
custodia protectora de la Ley. De esa manera, Dios protegía a Su pueblo de los degradantes y malvados ritos paganos
que practicaban los pueblos paganos que les rodeaban.
Versículos 24, 25: "De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados
por la fe. "Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo un guía"

Pablo dejó bien aclarado que la Ley mosaica no podía salvar. Y en su epístola a los Romanos 4:5, expresó con claridad lo
siguiente: "pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia".

Dios rehusó aceptar las obras del ser humano para conceder la salvación. Él no aceptó el guardar la Ley para obtener la
salvación porque la Ley no podía salvar; sólo podía condenar. No fue dada para salvar a los pecadores sino para que
ellos supieran que eran pecadores. No podía evitar que el ser humano pecara, porque el pecado ya había llegado a la
raza humana. La ley demuestra que el hombre, en realidad, no es como algunos lo han presentado, como un pecador
sofisticado, refinado, educado. Puede que lo parezca, pero a la hora de la verdad, en su estado natural, es un ser
detestable, vulgar, injusto y sin ningún atractivo.

La Palabra de Dios es el espejo que revela quienes somos, y lo que somos, es decir, que somos pecadores y que lo que
somos nosotros, que somos pecadores que se encuentran fuera y lejos de la presencia gloriosa de Dios. Y esto es lo que
revela la Ley de Dios. Pero gracias a Dios que debajo del espejo está el lavabo y es a él que uno recurre para lavar la
mancha. Ello nos recuerda las palabras de Juan en el Apocalipsis 1:5, palabras en las cuales se presenta a Jesucristo
como "el que nos ama, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre". Así es como se remueve la mancha del
pecado. Es la sangre de Jesucristo la que nos limpia. Así que la ley prueba que el ser humano es un pecador, pero no lo
convierte en un santo, puro y limpio. Como dijo el apóstol Pablo en Romanos 3:19, la ley fue dada para que todo el
mundo se calle y quede convicto bajo el juicio de Dios.

Pablo dice que la ley ha sido nuestro guía. ¿Qué es lo que quiere decir con esto de que la ley ha sido nuestro guía?

La palabra en griego que se utiliza aquí para nuestro término guía es "paidagogus", que quiere decir, "el que cuida a los
niños". En el hogar de los romanos en esa época, había ciertos esclavos o siervos que formaban parte del personal de la
casa familiar. Aproximadamente, de unos 120 millones de habitantes, 60 millones eran esclavos. En el hogar de un
patricio, de un miembro de la guardia pretoriana o en la casa de las personas adineradas, había esclavos que tenían a su
cargo el cuidado de los niños. También, por ejemplo, tenían a otros siervos que estaban a cargo de las herramientas de
la casa, el arado, de las carrozas, del ganado, y otros elementos.

Cuando un niño nacía en esos hogares, era colocado bajo la custodia del siervo o esclavo que habría de criarle. Le
proporcionaba la ropa limpia, le bañaba, y le reprendía o imponía un castigo cuando se lo merecía. Cuando el niño crecía
y llegaba a la edad escolar, le levantaba por la mañana, le vestía y le llevaba a la escuela. De ahí proviene el término
"paidagogos": "paid" se refería a los pies, de ahí viene nuestra palabra "pedal" y "agogos" que significa "guiar".

La palabra griega describe de esta manera al esclavo que tomaba al niño de la mano, le conducía a la escuela, y se lo
entregaba al maestro. Este siervo o esclavo, no era capaz de instruir al niño más allá de cierta edad, así que le conducía
a la escuela. Ahora bien, lo que Pablo estaba diciendo aquí era que la Ley era nuestro "paidagogos". Era como si la Ley
hubiera dicho: "Mira niño, yo no puedo hacer nada más por ti. Así que quiero tomarte de la mano y llevarte a la cruz de
Cristo. Tú estás perdido, y necesitas a un Salvador". Por ello decimos que el propósito de la Ley era el de conducir a los
seres humanos a Cristo, y no para darles motivos para andar presumiendo por la vida de que obedecen los preceptos de
la Ley de Dios. Usted sabe que no puede obedecer esos preceptos. Para llegar a esa conclusión todo lo que tiene que
hacer para estar seguro de ello es examinarse a sí mismo íntimamente.

 Versículo 26: "Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos los que habéis sido bautizados
en Cristo, de Cristo estáis revestidos".

En lo que resta de este capítulo y en la primera parte del próximo capítulo, el capítulo 4, Pablo se dispone a mostrarnos
algunos de los beneficios que recibimos al confiar en Cristo, y que nunca podríamos recibir bajo la Ley. En otras
palabras, la ley nunca podía darle al creyente la naturaleza de un hijo de Dios. En cambio, Cristo sí puede hacerlo. Sólo la
fe en Cristo nos puede convertir en hijos de Dios.
Estudio de Gálatas Luyem.org 26

Sólo la fe en Cristo puede convertirnos en hijos legítimos de Dios. Y utilizó el término "legítimos" como énfasis, porque
los únicos hijos que Dios tiene, son hijos legítimos. Uno se convierte en un verdadero hijo de Dios por la fe en Cristo, y
eso es todo lo que se necesita para ello. La salvación no equivale a la fe y algo más. Sino que la fe, y nada más que la fe,
le convierte a uno en un hijo de Dios. Nada más puede convertirle a alguien en un hijo de Dios. Y esto queda
suficientemente claro en este versículo, que declara enfáticamente todos sois hijos de Dios ¿y cómo? por la fe en Cristo
Jesús.
Un individuo israelita en el tiempo del Antiguo Testamento bajo la ley, nunca llegó a ser un hijo de Dios, sino sólo un
siervo. Dios llamó a la nación de Israel "Su hijo" (lo podemos ver Éxodo 4:22), pero el individuo dentro de esa nación,
colectivamente hablando, nunca fue llamado un hijo. Fue llamado un "siervo del Señor". Por ejemplo, Moisés tenía una
relación muy íntima con Dios; sin embargo, Dios dijo de él, según Josué 1:2, Mi siervo Moisés ha muerto. Ése fue su
epitafio. También resaltamos el caso de David. Aunque David era un hombre del agrado de Dios, conforme a su corazón,
Dios le llamó en 1 Reyes 11:38, mi siervo David.

El carácter de ser un hijo Suyo requiere Su justicia. El Nuevo Testamento, sin lugar a dudas, nos dice en Juan 1:12: " Mas
a todos los que le recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". Se nos ha dado
la "potestad" que equivale a la palabra griega "exousian", que significa "la autoridad", "el derecho" de ser hijos de Dios
por hacer nada más que sencillamente confiar en Cristo.
En esto es necesario ser dogmático y claro. Ni sus oraciones, ni sus dones o capacidades, ni su bautismo, jamás le
convertirá a usted en un hijo de Dios. Sólo la fe en Cristo le hará un hijo de Dios. La herejía más condenable, que se haya
propagado por este mundo, es la herejía de la "paternidad universal de Dios" y la "fraternidad universal del hombre".
Los que la sustentan dicen que "todos somos hijos de Dios". Pero los que son hijos de Dios, deben actuar como hijos de
Dios y resulta innegable que la conducta de los seres humanos en general y las condiciones de convivencia en el mundo
actual desmienten semejantes creencias de paternidad universal y de fraternidad universal.
 Versículos 27, 28: "Pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. "Ya no hay
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús".

Este bautismo que menciona Pablo aquí, no es el bautismo por agua. El bautismo por agua es una identificación con la
obra de Cristo en su muerte, sepultura y resurrección, cada creyente debe ser bautizado y debe ser bautizado por
inmersión. El apóstol Pablo dijo, en 1 Corintios 12.13, "13porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un
cuerpo, tanto judíos como griegos, tanto esclavos como libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu". Eso
quiere decir, que somos identificados, que estamos colocados en realidad y en verdad, en el cuerpo de los creyentes,
que es la iglesia.

Dios lo ve a usted en Cristo y, por tanto, lo ve a usted completo, a la luz de la perfección de Cristo. Usted no puede
agregar nada a eso.

En este cuerpo de los creyentes no había ni judío ni griego. En Cristo no existen las barreras raciales. Cualquier persona
que esté unida a Cristo es mi hermano o hermana, y no importa cuál sea el color de su piel; porque lo que me interesa
es el color de su corazón. Sólo si estamos unidos a Cristo es que somos hechos uno. ¡Damos gracias a Dios por esa
realidad! ¿Por qué? Porque somos uno al estar unidos a Cristo y vamos a estar juntos por toda la eternidad.

Y al leer la frase no hay esclavo ni libre pensamos en las posiciones a veces antagónicas entre los que representan al
capital y a los trabajadores, y en las personas de todas las edades que son actualmente explotadas para que algunos
reciban grandes beneficios económicos. Por supuesto, lo único que puede unir a unos y a otros es la persona de Cristo.

Y al finalizar el versículo 28 con la frase no hay hombre ni mujer, recordamos la violencia de género y la desigualdad de
oportunidades laborales que en algunos sectores de la sociedad sufre la mujer. En este caso también, sólo el estar
unidos a Cristo puede lograr la relación armónica entre los sexos.

 Versículo 29: "Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la
promesa".

Ahora, ¿cómo podemos ser nosotros descendientes de Abraham? Por el hecho de que Abraham fue salvo por la fe, y
nosotros somos salvos por la fe. Abraham presentó un pequeño animal como sacrificio, que señalaba al futuro, hacia la
venida del Hijo de Dios, quien sería el sacrificio supremo. En nuestro tiempo, Cristo ya ha venido y puedo mirar hacia
atrás en la historia y decir: "Hace más de dos mil años el hijo de Dios vino y murió por mí para que yo pudiera tener vida
al confiar en Él".
Estudio de Gálatas Luyem.org 27

Si yo estoy unido a Cristo y usted también lo está, ambos pertenecemos a la descendencia de Abraham y somos
herederos según la promesa. Y esto es algo maravilloso.
Estudio de Gálatas Luyem.org 28

Gálatas 4:1-7
NUESTRA POSICION COMO HIJOS DE DIOS

 Versículo 1: "Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es
señor de todo"

Ahora, la palabra que se utiliza aquí para "niño" no es la misma palabra que se usó en 3:26, de la palabra griega "huios",
que significa "hijo" y entonces se tradujo como "los hijos de Dios", mientras que aquí se usa la palabra "nepios", que
quiere decir "niño pequeño", que aún no puede hablar del todo.

Debemos regresar a los tiempos y costumbres romanas para poder entender la ilustración que Pablo nos presenta en
este pasaje. Dijimos antes que en un hogar romano había ciertos siervos o esclavos que estaban a cargo de las
diferentes posesiones de su dueño. Algunos estaban a cargo de sus hijos pequeños y este niño tenía que obedecer al
esclavo, tal como los demás niños tenían que hacerlo, no importando que el niño era hijo del amo y el esclavo su tutor.

 Versículo 2: "Sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo señalado por el padre".

¿qué tiempo era ese? Pues bien, ése era el tiempo en que el padre reconocía que su hijo era capaz de tomar decisiones
por sí mismo. Y entonces él le permitía ocupar la posición de un hijo ya maduro. Observemos que era el padre el que
determinaba cuando su hijo alcanzaba la edad de la madurez. No era una ley arbitraria, como es el caso en nuestra
sociedad, en la cual la mayoría de edad se alcanza a los 18 años.

Es importante aclarar para evitar malos entendidos, hay algunas personas que son tan maduras a los 18 años como lo
serán a los 21 años; y francamente hablando pensamos que hay algunos que a los 65 años de edad todavía no han
alcanzado la madurez. Pero en los días de Pablo era el padre quien decidía cuándo los hijos habían llegado a mayoría de
edad. Luego ellos celebraban una ceremonia, conocida como la de la "toga virilis", que le otorgaba al joven la posición
de hijo mayor de edad en la familia.

En esa ceremonia él le colocaba un manto o una toga sobre sus hombros. Eso es lo que nuestro Señor quiso decir en Su
parábola del hijo pródigo. Cuando el joven regresó al hogar, el padre no le recibió como a un hijo normal, sino que le
recibió como un hijo maduro, mayor de edad, le puso un manto sobre sus hombros y le colocó un anillo en su dedo. El
anillo tenía el sello de su padre, que era equivalente a su firma y le confería la autoridad del padre. Así que, podemos
imaginar al joven mayor de edad de aquellos tiempos caminando por la calle con la toga puesta. El siervo ya no le podía
corregir, reprender ni castigar, como hacía antes de la celebración de la ceremonia. En realidad, el joven tenía ya sobre
él la autoridad del hijo mayor de edad.

Y eso es lo que Pablo quiso decir cuando continuó diciendo en:

 Versículo 3: "Así también nosotros, cuando éramos niños estábamos en esclavitud bajo los principios del
mundo".

El estar bajo las normas o principios del mundo, en este contexto, quería decir que estaban bajo la ley. Pablo estaba
diciendo que esa era la niñez de la nación de Israel, cuando ellos estaban bajo esas reglas y mandamientos.

Y en el versículo 4 dijo: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido
bajo la Ley"

Al llegar el momento determinado por Dios, Dios el Padre envió a Dios el Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley.
María era una mujer judía. Algunos han pretendido propagar la idea de que Jesús no perteneció a ninguna raza, lo cual
es una afirmación pueril y sin sentido. Eso es tomar una posición que no lleva absolutamente a ninguna parte. La mujer
que se encontró con el Señor Jesucristo junto al pozo de agua en Samaria, tal como el incidente fue relatado por el
Evangelio de Juan 4, sabía al respecto más que algunas personas de nuestro tiempo. Ella le dijo al Señor: "¿Cómo tú,
siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?" Ella pensó que Él era un judío, y el Señor Jesucristo no
la corrigió. Así que concluimos que ella le había identificado correctamente y nosotros adoptamos la posición que ella
estaba en lo cierto.
Estudio de Gálatas Luyem.org 29

Ahora, ¿cuál fue el propósito que Dios tuvo al enviar a Su Hijo? Leamos la respuesta en el versículo 5: "Para redimir,
para rescatar a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos".
Dios tuvo un doble propósito:

a. Rescatar a los que se encontraban bajo la ley. Ellos eran como niños, bajo la ley. Es que la ley nunca convirtió a
nadie en un hijo de Dios.
b. que ellos pudieran recibir la adopción como hijos.

La adopción aquí en este pasaje tiene un significado diferente al que tiene en nuestra sociedad contemporánea. Hoy
asociamos a este término con una pareja, que por lo general no ha podido tener hijos propios. Entonces ellos van a
cierto hogar donde tienen niños para ser adoptados y allí encuentran a un niño que les gusta, sienten amor hacia es
pequeño y luego lo adoptan como hijo en su familia por medio de ciertos trámites legales. Y cuando ese niño se
convierte legalmente en hijo de la pareja, decimos que se ha tenido lugar una adopción.

Sin embargo, la costumbre romana en tiempos del apóstol Pablo era la de adoptar al propio hijo de una persona.
Recordemos lo que hablamos antes sobre la ceremonia de la "toga virilis", en la que se adoptaba al hijo mayor de edad
de la familia. La palabra adopción corresponde al término griego "huiothesia", que significa "colocar como hijo". Un
creyente es pues colocado en la familia de Dios como un hijo adulto, mayor de edad, capaz de comprender la verdad
divina.

En 1 de Corintios 2:9 y 10, leemos: "9Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó ni han subido al
corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios".

Lo que esto quiere decir es lo siguiente: que la verdad que está en la Palabra de Dios puede ser interpretada solamente
por el Espíritu de Dios. Y hasta que Él la interprete, el ser humano no la puede entender, El Espíritu Santo es el único es
que puede interpretar para nosotros la Palabra de Dios. Esta verdad cambia totalmente la evaluación que podemos
hacer de las personas. Una persona puede acercarse a la Palabra de Dios con una mente brillante; puede aprender algo
de historia, arqueología e idiomas. Puede llegar a ser un experto en el conocimiento de hebreo y griego, y aun así no
entender el significado de lo que esté leyendo. ¿Por qué? Porque el Espíritu de Dios es el maestro, el que nos enseña el
significado del texto Bíblico. Incluso el profeta Isaías dijo su capítulo 64, versículo 4: "4Nunca nadie oyó, nunca oídos
percibieron ni ojo vio un Dios fuera de ti, que hiciera algo por aquel que en él espera". Ahora, si usted quiere saber algo
acerca de Cristo, sólo el Espíritu de Dios puede revelárselo a usted. Incluso un creyente maduro, que ha conocido la
Palabra de Dios por muchos años se encuentra tan impotente para estudiar la Biblia como alguien, espiritualmente
hablando, por supuesto, a quién consideraríamos un niño recién nacido en Cristo, porque el Espíritu de Dios tendrá que
enseñarle a cada uno de ellos.

Lo que resulta verdaderamente alentador es que el mismo Espíritu de Dios, que nosotros creemos nos está guiando y
nos está enseñando, seas nuevo creyente, el mismo Espíritu de Dios le ha colocado en la posición de un hijo adulto, por
la adopción. Y no hay experiencia tan maravillosa como ésta.

LA EXPERIENCIA DE SER LOS HIJOS DE DIOS

 Versículo 6: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba,
Padre!"

La frase por cuanto sois hijos constituye una enérgica declaración. O como Pablo lo expresó en su carta a los Romanos
8:16: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". Y, dijo, en Romanos 8:11-14: "Y
si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús
vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos,
no a la naturaleza pecaminosa, para que vivamos conforme a esa naturaleza; porque si vivís conforme a ella, moriréis;
pero si por el Espíritu hacéis morir los malos hábitos del cuerpo, viviréis. Todos los que son guiados por el Espíritu de
Dios, son hijos de Dios".

Si usted, es un hijo de Dios, usted va a querer ser guiado por el Espíritu de Dios. Ahora, la naturaleza pecaminosa puede
obtener alguna victoria en su vida, pero nunca lo va a hacer feliz. Usted nunca va a estar satisfecho con ella. " Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor". Usted no necesita decir: "Yo no estoy viviendo
Estudio de Gálatas Luyem.org 30

como debería, y me pregunto si realmente soy un hijo de Dios". Lea bien lo que escribió Pablo en Romanos 8: 15: "sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! Y en el versículo 16 añadió:" El Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". Este pasaje de la carta a los Romanos 8:11-16
constituye la edición íntegra del pasaje paralelo resumido, en esta carta a los Gálatas. Lo hemos citado de Romanos para
que usted escuchara la versión completa.

Como vemos, la palabra "Abba" es el término arameo para "padre". Es un diminutivo utilizado por los niños pequeños
para dirigirse a su padre y sería el equivalente de "papá". Revela intimidad y confianza, frente al formalismo del
legalismo.

 Versículo 7: "Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo".

Por lo tanto, el Espíritu, nos da la experiencia de ser un hijo de Dios y podemos llamar a Dios nuestro "Padre", porque el
Espíritu de Dios está dando testimonio a nuestro espíritu. Como acabamos de decir, ésta es la experiencia de ser un hijo
de Dios.

A esta posición de hijo de Dios se llega a través de la fe en Cristo Jesús no por algo que hagas. Cuando algunas personas
creen haber alcanzado un elevado nivel de espiritualidad, tienden a considerarse superiores a los demás. Sin embargo,
siempre somos como niños pequeños insensatos. Siempre estamos llenos de ignorancia, terquedad, pecado, temor y
debilidad. Nunca llegamos a ser maravillosos; El Señor Jesucristo sí que lo es y la fe en Él nos proporciona una
experiencia única.

Antes de continuar recordemos el caso de John Paton, un misionero que realizó una obra pionera en las Nuevas
Hébridas. Llegó a aquel campo misionero con su joven esposa. Cuando su primer hijo nació, su esposa y el niño
murieron, les enterró con sus propias manos. Y como estaba en una zona de caníbales, se sentó junto a la tumba
durante muchos días y noches, para evitar que los salvajes desenterraran los cuerpos para comérselos. Su testimonio de
aquella experiencia tan dolorosa fue que, si la presencia del Señor Jesucristo no hubiera sido una realidad en él durante
ese tiempo, se habría vuelto loco.

Dios nos hace sentir su presencia como una realidad viva en tiempos de aflicción. Cuando Pablo se encontraba preso,
pudo decir, en 2 de Timoteo 4:16-17: "16En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me
desampararon; no les sea tomado esto en cuenta. 17Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mí
fuera cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyeran. Así fui librado de la boca del león".

El Señor estuvo con el apóstol Pablo, con aquel misionero solitario junto a una tumba, y contigo en cualquiera que sea la
situación.

¡Que tranquilizador, que alentador es tener un Padre como Él! En momentos como estos, Dios nos dice a cada uno de
nosotros, las palabras de Hebreos 13:5: "No te desampararé ni te dejaré".

 Versículos 8 y 9: "Ciertamente, en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que por naturaleza no
son dioses. "Pero ahora, ya que conocéis a Dios o, más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis
de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?"

El apóstol estaba hablando del hecho de que los Gálatas antes habían sido idólatras. El país de los Gálatas en Asia Menor
estaba entregado completamente a la adoración de los ídolos y el los describió como vanidades. En 1 de Corintios 12:2
los llamó "ídolos mudos". No eran nada, y no podían decir nada. Les estaba diciendo que los ídolos no eran reales y que
no se podían transformar en una realidad para aquellos que les adoraban.

Cuando dice “conocidos por Dios” significa "aprobados" por Dios o "reconocidos" por Dios. Ellos habían venido a Cristo
por la fe, lo cual había sido aceptado por Dios. La mayoría de los cristianos de las iglesias de Galacia eran no judíos. Así
que siendo creyentes, estaban volviendo a la ley de Moisés que era, como les dijo Pablo, regresar a la idolatría de la cual
habían salido.

 Versículo 10 y 11: 10 ¡Ustedes siguen guardando los días de fiesta, meses, estaciones y años! 11 Temo por
ustedes, que tal vez me haya estado esforzando en vano.
Estudio de Gálatas Luyem.org 31

Al decirles que seguían guardando los días de fiesta, se refería al sábado o día del reposo. Conviene recordar aquí que el
apóstol Pablo les dijo a los Colosenses en el 2:16 de esa carta: "16Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de
bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados".

Los "meses" probablemente se refieren a la práctica de celebrar la "luna nueva", que fue una costumbre de los israelitas
en la época de los reyes. Los profetas advirtieron al pueblo en contra de esa práctica. "Los tiempos" debería traducirse
"estaciones", refiriéndose a las fiestas de Israel. Dios había establecido siete fiestas, y todas ellas señalaban de forma
anticipada al Señor Jesucristo. "Los años", por supuesto, se referían a los años sabáticos. La práctica de celebrar todas
esas fechas colocaba a los no judíos totalmente bajo la Ley de Moisés.

Algunos alegan estar hoy cumpliendo la Ley, sin embargo, sólo guardan el día del reposo. Pero hay que considerar que
toda la ley constituye un conjunto, que incluye el año sabático y el año del jubileo. El apóstol Santiago en 2:10 de su
carta dijo: "10porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos". Es decir,
que es culpable de ser un infractor de la ley.

Pablo estaba diciendo, de una manera delicada que creía haber perdido el tiempo con ellos. Considerando que ellos
habían sido salvos por la gracia, su retroceso a la Ley era como haber regresado a su anterior idolatría. Les recordó que
no había conocido a Dios por medio de la Ley mosaica sino por la fe en Jesucristo.

 Versículo 12-15: "Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros.
Ninguna ofensa me habéis hecho. "Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié
el evangelio al principio "y no me despreciasteis ni rechazasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo. Al
contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. "¿Dónde, pues, está esa satisfacción que
experimentabais? Porque os doy testimonio de que, si hubierais podido, os habríais sacado vuestros propios ojos
para dármelos".

En otras palabras, les pidió que se identificaran con él. Los Gálatas habían estado escuchando a falsos maestros, y
estaban mirando a Pablo como si fuera un enemigo por haberles dicho la verdad. Es como si les hubiera dicho: "Estamos
todos en un mismo nivel. Todos somos creyentes, todos formamos parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Y debido a
esa realidad, debiéramos tratarnos con amabilidad”.

Entonces Pablo les hizo un llamamiento basándose en una enfermedad que él había descrito como un aguijón en su
cuerpo. ¿Y cuál era ese aguijón? Evidentemente esa enfermedad que Pablo tenía no le hacía muy atractivo ante la
gente. Ésa era la prueba que él calificaba como un aguijón clavado en su cuerpo. No sabemos a ciencia cierta que tenía,
algunos estudiosos hablan de una enfermedad en los ojos, otros que, en la piel, en fin, el asunto es que había algo en el
cuerpo de Pablo que producía cierto rechazo por parte de quienes lo veían, sin embargo, les está reconociendo su
actitud al haber ignorado esa circunstancia, recibiéndole con afecto cuando había ido a predicarles.

 Versículos 16-18: "¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo por deciros la verdad? Se interesan por vosotros, pero
no para vuestro bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros os intereséis por ellos. Bueno es
mostrar interés por lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros".

Un pastor comentaba que siempre había deseado colocar en el púlpito, del lado del predicador, la siguiente inscripción:
"Quisiéramos ver a Jesús". Y además le hubiera agradado colocar, frente al público, las palabras que acabamos de leer:
¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? Hay mucha gente en el día de hoy que no quiere que el
predicador o el maestro les diga la verdad. Ellos quieren escuchar algo favorable, elogioso, que les suavice las
preocupaciones, que no les inquiete y les haga sentir bien.

En otras palabras, ellos estaban promoviendo la ley para su propio beneficio, no para el beneficio de los Gálatas. Los
falsos maestros querían presumir de lograr muchos convertidos. Pablo tuvo algo que decir en esta línea a los creyentes
de Corintio. En 2 de Corintios 12:12-15 leemos: "12Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en
toda paciencia, señales, prodigios y milagros, 13porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo
mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio! 14Ahora, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y
no os seré una carga, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino
los padres para los hijos. 15Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de
vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos".
Estudio de Gálatas Luyem.org 32

Es que el mismo grupo de judaizantes había ido a Corinto. Los creyentes de aquella ciudad también habían amado a
Pablo, y éste les tuvo que advertir al respecto. Los falsos maestros de las sectas han sido y suelen resultar atractivos.
Hoy podemos observar su inteligente uso de varios medios de difusión. En su promoción pública y personal cuidan
mucho la presentación. Y una de sus tácticas es ofrecer una parte de la verdad, e introducir con sutileza el error. Así que
las advertencias del apóstol a los Gálatas y a los Corintios son oportunas también para nuestra generación.

ALEGORÍA DE AGAR Y SARA-Gálatas 4: 19-31

En esta subdivisión, el contraste que observamos entre estas dos mujeres es total. Agar, y toda referencia a ella bajo
otras figuras retóricas representa a la Ley. Sara, y toda otra referencia a ella bajo otras figuras, representan la fe en
Cristo.

 Versículos 19-21:  Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en
ustedes,  20  ¡cómo quisiera estar ahora con ustedes y hablarles de otra manera, porque lo que están haciendo me
tiene perplejo! 21  Díganme ustedes, los que quieren estar bajo la ley: ¿por qué no le prestan atención a lo que la
ley misma dice?

Aquí vemos que Pablo les dirigió esta alegoría a los Gálatas usando la tierna expresión "hijitos míos", de la palabra
griega "teknia", que puede referirse a los recién nacidos. Pablo tenía un corazón sensible y se comparó él mismo con
una madre. El deseaba estar presente para poder hablarles de forma diferente. Pues estaba muy preocupado por ellos.
Había usado en un principio un lenguaje fuerte y severo, pero en estos pasajes podemos ver su corazón tierno.

Hay personas que hablan sobre los Diez Mandamientos o de algún otro sistema legal, pero no mencionan el castigo
impuesto por la Ley. No presentan a la Ley en la esfera total de su ministerio de condenación. Observemos lo que
sucedió cuando Dios llamó a Moisés a la cima de la montaña para entregarle la Ley. Leemos en Éxodo 19:16-21:

"16Aconteció que, al tercer día, cuando vino la mañana, hubo truenos y relámpagos, una espesa nube cubrió el monte y
se oyó un sonido de bocina muy fuerte. Todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. 17Moisés sacó del
campamento al pueblo para recibir a Dios, y ellos se detuvieron al pie del monte. 18Todo el monte Sinaí humeaba,
porque Jehová había descendido sobre él en medio del fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte
se estremecía violentamente. 19El sonido de la bocina se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y Dios le respondía
con voz de trueno. 20Descendió el Señor sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte. Llamó el Señor a Moisés a la
cumbre del monte, y Moisés subió. 21El Señor dijo a Moisés: Desciende y ordena al pueblo que no traspase los límites
para ver al Señor, porque caerá multitud de ellos".

Dios le dijo al pueblo que permanecieran apartados y lejos cuando le entregaba la Ley a Moisés. En Éxodo 20:18-19 se
nos dice: "18Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba. Al
ver esto, el pueblo tuvo miedo y se mantuvo alejado. 19Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros
oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos".

No podemos concebir en nuestra mente cuan santo es Dios. Los seres humanos somos como renegados en el universo
de Dios. Estamos en la condición y posición de pecadores perdidos en este universo, sin capacidad para seguirle y
obedecerle. En Romanos 8:6 el apóstol Pablo dijo: "Preocuparse sólo de lo que es humano lleva a la muerte; en cambio,
preocuparse de las cosas del Espíritu lleva a la vida y la paz". La mentalidad pecaminosa está en enemistad contra Dios.
Estimado oyente, el sistema que opera en el mundo está en contra de Dios. Nunca está a favor. Ese sistema no está
mejorando, sino que es cada día más malo y perverso y ha permanecido en esa condición desde que Dios colocó a Adán
y Eva en el jardín del Edén. Romanos 8:7 continúa diciendo: "Los que se preocupan sólo de las cosas humanas
pecaminosas son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley". No nos sorprende entonces que los
israelitas temblaron y se apartaron de la montaña diciendo: "Moriremos".

Dios está en lo alto, en Su santidad, y habita en la gloria. Usted y yo estamos aquí, jugando con el barro porque,
físicamente, estamos hechos de barro. Así, somos criaturas que transitamos por esta tierra y tenemos la audacia de vivir
de manera contraria a la voluntad de Dios. Le mentalidad pecaminosa es realmente enemiga de Dios. Ésta es la
condición del ser humano en esta tierra.

Pablo les dijo: "Escuchad a la Ley, que todavía no la habéis escuchado bien". Y era cierto. Los Gálatas verdaderamente
no habían escuchado la Ley. La entrega de esa Ley no había sido maravillosa y acogedora, sino aterradora. Y ya que los
Estudio de Gálatas Luyem.org 33

Gálatas parecían querer colocarse bajo la Ley, Pablo les estaba dando la oportunidad de escucharla desde otro punto de
vista.

 Versículo 22: "Pues está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y el otro de la libre".

Usando una ilustración de la vida de Abraham (Génesis 16, 17, 18, 20 y 21), Pablo estaba haciendo un contraste entre
dos hijos que nacieron, uno de Agar y el otro de Sara. Uno nació de una esclava y el otro de una mujer libre. La mujer
libre representaba a la gracia y la esclava, a la Ley mosaica. Pablo iba a destacar el contraste entre ellas en lo que llamó
una alegoría.

Pablo usa el incidente ocurrido entre esas dos mujeres que concibieron a los hijos de Abraham y lo presenta como una
alegoría, y ello tiene un mensaje para nosotros hoy.

 Versículo 23: "Pero el de la esclava nació por decisión humana, según las leyes de la naturaleza; pero el de la
libre, nació para que se cumpliera lo que Dios había prometido".

El Código de Hamurabi, que regía la cultura en la época de Abraham, establecía que el hijo de una esclava, era un
esclavo. Así que, aunque Ismael fuera el hijo de Abraham, sería un esclavo. Y en cuanto al hijo de la mujer libre, es decir
Sara, fue el fruto de un milagro, porque su nacimiento fue milagroso. Abraham era demasiado mayor como para
engendrar un hijo, y Pablo dijo que el vientre de Sara estaba como muerto. Ella ya había superado la edad de tener
hijos. Su matriz era como una tumba, y de la muerte Dios hizo surgir la vida.

 Versículos 24-28: 24  En estas cosas hay una alegoría pues estas mujeres son dos pactos: Agar es el pacto del
monte Sinaí que engendró hijos para esclavitud.  25  Porque Agar representa a Sinaí, montaña que está en Arabia
y corresponde a la Jerusalén actual, la cual es esclava juntamente con sus hijos.   26  Pero la Jerusalén de arriba,
la cual es nuestra madre, es libre;  27  porque está escrito: Alégrate, oh estéril, que no das a luz; prorrumpe en
grito de júbilo y levanta la voz, tú que no estás de parto; porque más son los hijos de la desolada que los de la
que tiene marido[a]. 28  Ahora bien, hermanos, ustedes son hijos de la promesa tal como Isaac.

Después el apóstol habló de los dos pactos; el primero era el pacto de la Ley, que Moisés recibió en el Monte Sinaí. Y
añadió: éste es Agar. Pablo comparó a Agar con el Monte Sinaí, que es un sinónimo de la Ley de Moisés y corresponde a
Jerusalén, la Jerusalén terrenal de los tiempos de Pablo, porque dicha ciudad estaba aún en la esclavitud, con sus hijos.
En otras palabras, Jerusalén (que representaba a la nación de Israel) se encontraba aún bajo la esclavitud espiritual de la
Ley.

Esta "Jerusalén de arriba" es la nueva Jerusalén que nos presenta el capítulo 20 del libro de Apocalipsis descendiendo
desde la morada de Dios en el cielo. Así como la antigua Jerusalén es la ciudad madre de aquellos que están bajo la Ley,
la Nueva Jerusalén es la ciudad madre del creyente que vive bajo la gracia. Ni los creyentes de aquel tiempo, ni los
creyentes de todas las épocas a partir de aquel entonces tienen alguna relación con el legalismo.

De Sara (que fue estéril hasta el nacimiento de Isaac) procedieron más descendientes que los que procedieron de Agar.
En esta alegoría, Pablo estaba diciendo que Dios, en la época de la gracia, estaba salvando a más miembros de la familia
humana que los que había salvado por medio del sistema de sacrificios en la época de la Ley de Moisés.

Los creyentes actuales son también hijos de la promesa dada por Dios a Abraham. Como hijos espirituales, nuestro
nacimiento constituye un nuevo nacimiento, que tuvo lugar cuando creímos en la promesa de Dios. En el Evangelio de
Juan 3:16 leemos: De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree no se pierda, sino que tenga vida eterna". Dios dijo que se creíamos en Él, naceríamos de nuevo, es decir,
experimentaríamos un nacimiento espiritual.

En tal sentido, el apóstol Pedro dijo en su primera carta 1:23: "23pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino
de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre".

 Versículo 29: "Pero como entonces el que había nacido por decisión humana (según las leyes de la naturaleza)
perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora".
Estudio de Gálatas Luyem.org 34

El legalista detesta al Evangelio de la libre gracia de Dios. No nos quisiéramos quejar, pero escuchamos muy poco sobre
el Evangelio en estos tiempos. Y nos referimos a una presentación de la gracia pura de Dios. Es que en algunos sectores
si uno la expone de esa manera, recibiría una gran cantidad de críticas. Algunos insisten en que hay que añadir algo más,
procedente de otras fuentes para hacer la presentación del evangelio más atractiva y efectiva. Como si debiéramos
recibir algo que no hemos recibido cuando confiamos en Cristo. Debemos tener en cuenta que cuando uno recibe al
Señor como su Salvador, tiene a su disposición toda la riqueza espiritual de los recursos divinos por la obra del Espíritu
Santo. Negar ese hecho equivaldría a considerar que Su muerte en la cruz ha sido en vano, o de consecuencias
incompletas. Ella implicaría minusvalorar la obra de la redención en la cruz. A los creyentes, es decir, a los hijos
espirituales rescatados por la gracia de Dios, el Espíritu Santo les enseña y les muestra todo lo relacionado con Cristo.

 Versículo 30: "Pero ¿qué dice la Escritura?: Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la
esclava con el hijo de la libre".

Dios ordenó la expulsión de la esclava y de su hijo (como podemos ver en Génesis 21:10). De la misma manera, Dios
quiere que nos libremos de toda sujeción espiritual al legalismo similar a aquella carga que los judaizantes querían
imponer a los cristianos de la época del apóstol Pablo. Porque la vida cristiana ha de estar centrada en Jesucristo y en
los recursos que Él nos ha provisto, por la obra del Espíritu Santo, para vivir la vida cristiana.

 Versículo 31: "De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre".

Abraham no podría tener en su hogar al hijo de Agar y al hijo de Sara. Tuvo que hacer una elección. Pablo aquí estaba
enseñando que nadie puede ser salvo por la ley y por la gracia. La persona tiene que elegir entre uno de los dos
principios. Si intenta ser salva por Cristo y también por la Ley, entonces, no será salva.

Ha confiado realmente en Cristo Jesús, o resulta que, en el viaje de la vida cristiana, figurativamente hablando, en el
vehículo de transporte que le lleva está usted llevando un neumático de repuesto; es decir, que usted está haciendo
algo, o tratando de ser algo o alguien, o intentando conseguir algo que añada o que complemente lo que Jesucristo hizo
por usted al morir en la cruz. Si así lo está haciendo usted, abandone esa actitud y mire únicamente a Cristo, y reciba de
Él todo lo que necesita para vivir la vida cristiana. Él es nuestro Salvador. Él es nuestro Señor.
Estudio de Gálatas Luyem.org 35

Gálatas 5:1-4
LA SANTIFICACIÓN POR EL ESPÍRITU

El tema central de esta sección es la Santificación por el Espíritu. La justificación es por fe, y la santificación es por el
Espíritu de Dios. Las Sagradas Escrituras nos dicen, sin embargo, que Dios ha hecho que el Señor Jesucristo sea nuestra
santificación; es decir, que Dios nos ve completos en Él. Indiferentemente de lo bueno que usted puede llegar a ser,
usted nunca podrá alcanzar el nivel de las normas de Dios. Usted nunca podrá desde sus fuerzas llegar a ser como Cristo
en esta vida. Y Cristo es el único del cual Dios ha dicho: "Éste es mi Hijo amado en quien tengo complacencia". (Mateo
3.17)

Francamente hablando, es evidente que Él es el único del cual Dios podía decir eso. Pero el cuerpo de los creyentes, es
decir Su iglesia, ha sido unido a Cristo. Él es la cabeza del cuerpo; aquellos de nosotros que somos creyentes, somos Su
cuerpo hoy en el mundo, y por cierto, deberíamos representarle.

Ahora bien, el proceso de santificación de los cristianos es mediante el Espíritu y tenemos aquí en esta sección al
Espíritu contra la naturaleza humana pecaminosa. O es una vida cristiana que uno desarrolla por sí mismo, o alguien
más tendrá que desarrollarla a través de usted. El método divino es desarrollarla a través de usted.

SIENDO SALVOS POR LA FE E INTENTAR VIVIR BAJO LA LEY ES APARTARSE DEL PRINCIPIO DE LA GRACIA

Ahora, Pablo comenzó esta parte destacando la libertad que nosotros tenemos en Cristo. Eso es lo que quiere decir el
"caer de la gracia"; es haber sido salvo por fe y luego descender al nivel de la ley para vivir la vida cristiana. Vamos a ver
esta actitud ilustrada al estudiar esta sección.

 Versículo 1: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo
de esclavitud".

Lo que Pablo estaba diciendo era que considerando que los Gálatas habían sido salvados por la fe, debían continuar con
esa forma de vida. Por supuesto, se refería a ellos y a todas las generaciones de cristianos, incluyéndonos a nosotros. La
gracia de Dios nos proporciona la morada y la plenitud del Espíritu Santo, y nos capacita para vivir en ese nivel más
elevado que la Ley que Dios requiere. Toda esa provisión es nuestra al confiar en el Señor Jesucristo como Salvador. Al
estar unidos a Cristo recibimos todo lo que necesitamos, es decir, la salvación y la santificación. Cuando vine a Cristo,
tuve a mi disposición todo lo que necesitaba. El apóstol Pablo dijo en una ocasión que los creyentes, al estar unidos a
Cristo, han sido bendecidos con todas las bendiciones espirituales.

Será mejor que creamos esta realidad expresada en las Sagradas Escrituras, que confiemos de verdad en esa provisión
de la gracia de Dios y nos apartemos de todo sistema legalista que nos obligue a esforzarnos en el cumplimiento de
ciertas reglas.

En Cristo tenemos libertad. Él no nos ha colocado bajo un pequeño sistema legal de reglas de obligado cumplimiento.
No utilizamos los Diez Mandamientos como leyes para la vida cristiana. De ninguna manera quiero decir que hemos de
quebrantar los Diez Mandamientos. Y por supuesto todos sabemos que el quebrantar algunos de ellos como, por
ejemplo, no matarás, no robarás, etc., seríamos detenidos por las autoridades. Los creyentes sabemos que no debemos
quebrantar los Mandamientos, pero hemos sido llamados a vivir en un nivel más elevado. Y en ese nivel estamos
cuando tenemos libertad en Cristo.

Yo tengo libertad al estar unido a Cristo, y dicha libertad no es una regla, sino un principio de vida basado en que debo
agradar al Señor Jesucristo. Es decir, que mi conducta debe agradarle a Él, no tiene necesariamente que agradarle a
usted ni a ninguna organización, sino sólo al Señor. En eso consiste la libertad que tenemos en nuestro Salvador y Señor.
Por ello el primer toque de atención del apóstol Pablo en este primer versículo de la parte práctica de su carta a los
Gálatas es a una invitación a recordar que Cristo nos liberó para que vivamos en su libertad, y es a la vez un llamamiento
a mantenernos firmes en esa libertad, no sometiéndonos nuevamente al yugo de la esclavitud.

 Versículo 2: "Ciertamente, yo, Pablo os digo que, si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo".
Estudio de Gálatas Luyem.org 36

El rito de la circuncisión era el distintivo de la ley. Y un distintivo indica digamos, a quién o a qué organización pertenece
usted. Pensamos que sería muy bueno que los cristianos utilizaran cierto tipo de insignia o distintivo, porque esa sería la
única forma de saber que algunos son cristianos. En este pasaje, Pablo dijo que, si ellos llegaban al punto de aplicarse la
marca o el distintivo de la Ley, que era la circuncisión, entonces Cristo no les serviría de nada.

Si se le agrega algo al principio de la gracia, a la provisión completa que uno tiene en Cristo y que ha aceptado por la fe,
entonces está invalidando la obra de Cristo en su vida. Él está diciendo que, si has confiado en Cristo, y pretendes añadir
algo más a esa obra de salvación, entonces, no es salvo. Si un creyente de aquella época llegaba al extremo de
circuncidarse, que sólo era la marca distintiva de la Ley de Moisés, o si intentaba pasar por alguna otra experiencia para
basar en ella su salvación, como podría ser el caso de una persona de nuestro tiempo, entonces la obra redentora de
Cristo no le serviría de nada. El Señor no podrá serle de ningún provecho, porque usted ha preparado su propia
medicina, y usted no confió completamente en Él para su salvación.

Siguiendo esta línea de pensamiento podemos decir que, si una persona confía en algo o alguien que no sea el Señor
Jesucristo, esa persona no es cristiana. Ésa no es nuestra interpretación propia sino la de las Sagradas Escrituras.

 Versículo 3: "Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la Ley".

Usted no puede elegir entre los preceptos de la ley aquellos que le gustaría practicar. Y usted no podría dejar de lado el
tema de los castigos por las infracciones y muchos otros detalles del cumplimiento de los preceptos. Usted tendría que
adoptar todos los preceptos de la Ley, o ninguno de ellos. Yo me alegro de no estar bajo el régimen de ese sistema legal.
Tengo libertad por estar unido a Cristo. Tal vez no le agrades a otros cristianos, y que nuestra conducta sea desaprobada
por otros, pero es a Dios a quien queremos complacer.

 Versículo 4: "De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído".

Pablo les estaba diciendo a los creyentes de Galacia y a las generaciones futuras que, si habían sido salvos por confiar en
Cristo y después descendían al nivel de vivir la vida cristiana regidos por la Ley, habían caído del principio rector de la
gracia de Dios. Esto es lo que realmente significa "caer de la gracia". Esta frase ha sido mal interpretada. El "caer de la
gracia" no significa caer abiertamente en algún pecado o conducta descuidada o negligente y al hacerlo, perder la
salvación de manera que hay que ser salvo otra vez. No tiene relación con esa posibilidad.

El "caer de la gracia" es lo opuesto a "una vez salvo, siempre salvo", aunque ambas expresiones están expresadas con
una terminología desafortunada. Pablo trató este tema de la caída de la gracia en el resto de este capítulo; y también lo
trató en su epístola a los Romanos. En su carta a los Romanos comenzó viendo al hombre en el lugar de la bancarrota
total, sin justicia, completamente depravado, inútil e improductivo como un fruto podrido. El hombre es un pecador
ante Dios. Entonces, en la conclusión a la epístola a los Romanos usted puede ver al hombre al servicio de Dios, y
aconsejado a realizar ciertas cosas. No sólo se le pide que haga ciertas cosas, él está completamente separado para Dios
y, en consecuencia, tiene que obedecer a Dios.

Hay dos grandes obras de Dios que están entre el hombre en su condición caída y el hombre en el servicio de Dios.
Ahora, ¿cuáles son? La salvación y la santificación. Como ya hemos visto en esta carta a los Gálatas, la salvación viene
por la justificación por fe. Y esto es algo de suma importancia. La santificación quiere decir que después de que usted ya
es salvo tiene que pasar a un nuevo nivel de vida. Sería una gran falacia creer que el servicio cristiano es un elemento
esencial de la vida cristiana, en el sentido en que usted tiene que ocuparse inmediatamente de algo. Sabemos que la
iglesia primitiva estaba más preocupada con la forma de vida de la iglesia, y de que esa vida fuera un testimonio ante el
mundo. En la actualidad hemos descuidado mucho ese aspecto tan importante.

El mundo externo a la iglesia la mira y la deja de lado porque estamos tan ocupados como las mismas hormigas, pero no
tenemos vidas que respalden nuestro testimonio cristiano. En vez de concentrarnos en hacer las cosas bien, deberíamos
vivir una vida que agrade a Dios, porque al mismo tiempo esa vida será un testimonio vivo ante el mundo de lo que la
gracia y misericordia de Dios puede lograr en pecadores que han sido salvos. Porque si estamos complaciendo a Cristo,
también estaremos obrando bien. Personalmente creo que se habla más sobre la santificación en las cartas del apóstol
Pablo a los Romanos y a los Gálatas, que en cualquier otra parte de las Sagradas Escrituras.
Estudio de Gálatas Luyem.org 37

Ahora, ¿cómo hace Dios, bueno, a un pecador salvado? Pues bien, Él nos ha dado una nueva naturaleza. ¿Puede
entonces el pecador cumplir con la ley o las normas de Dios? No, enfáticamente no. Eso no quiere decir que ha de
quebrantar la ley, pero él ha sido llamado a vivir en un plano superior. No hay nada de bueno en la vieja naturaleza.

Pablo descubrió esa realidad y descubrió a partir de su propia experiencia que no hay ningún poder de inclinación al
bien en la vieja naturaleza controlada por el pecado. Esa condición personal fue elocuentemente expresada en su carta
a los Romanos 7:18, cuando dijo, en cuanto a la salvación: "Yo sé que, en mí, esto es, en mi naturaleza pecaminosa, no
habita el bien". Y en el mismo pasaje nos dijo que también descubrió lo siguiente: "Porque el querer el bien está en mí,
pero no el hacerlo". Y luego, en el versículo 24 de este mismo capítulo 8 de Romanos y como un hombre salvo exclamó:
"¡miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?" Pablo no tenía temor de que fuera a perder la salvación,
pero era un cristiano experimentando dolor por su inclinación al pecado, sintiéndose derrotado. Pero Dios siempre da
un nuevo principio. Este nuevo comienzo que nosotros vamos a encontrar aquí en este mismo capítulo 5, de la epístola
a los Gálatas, es el fruto del Espíritu.

El vivir la vida cristiana por este método, es para algunos creyentes algo tan inverosímil, tan inalcanzable como vivir en
otro planeta. Ellos nunca esperaron poder vivir allí. Quizás ni siquiera han oído hablar de esa posibilidad.

 Versículo 5: "Nosotros, por el Espíritu, aguardamos por fe la esperanza de la justicia"

"La esperanza de la justicia" que él mencionó aquí es la única referencia profética en toda la epístola a los Gálatas. Esta
referencia a la profecía fue especialmente destacada porque en todas las cartas del apóstol Pablo, él tuvo algo que decir
acerca del arrebatamiento de la iglesia, o sobre la venida de Cristo a este mundo a establecer Su reino. Pero todo lo que
dijo aquí en esta carta fue que "aguardamos por fe la esperanza de la justicia" y, en realidad, la esperanza de la justicia
es el Señor Jesucristo. La única esperanza es una esperanza bendita, feliz, y en Cristo recibimos la justicia de Dios.

Es comprensible que el apóstol Pablo dedicase sólo esta breve referencia escatológica en esta carta a los Gálatas, ya que
su énfasis fue el Evangelio y la vida cristiana. Al estudiar cualquier libro de la Biblia es importante observar sus
prioridades, así como las prioridades que existían en los períodos en que surgieron los diferentes libros. El ignorar esos
factores conduce a una interpretación equivocada y a malos entendidos.

Una razón probable por la que Pablo hizo esa afirmación fue que los cristianos no iban a alcanzar la perfección en esta
vida. Y la mayor imperfección que conozco en la actualidad es precisamente afirmar que uno ha alcanzado la perfección.
Es evidente que las personas que se consideran perfectas, son imperfectas, como todas las demás, aunque no sean
conscientes de ello.

 Versículos 6-9: "Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra por
el amor. "Vosotros corríais bien. ¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad? "Esta persuasión no procede
de aquel que os llama. "Un poco de levadura fermenta toda la masa".

Ningún sistema legal puede producir una vida cristiana. La fórmula es presentada aquí mismo y es muy simple: "La fe
que obra por el amor". Ésa es la manera de vivir la vida cristiana. La fe obrará por el amor, ¿no es cierto? Y el amor será
el fruto del Espíritu Santo.

El apóstol estaba reprendiendo a los Gálatas. Les estaba dirigiendo un reproche delicado. Ellos estaban viviendo bien la
vida cristiana hasta que aparecieron los judaizantes. "La verdad" que aquí se menciona es por supuesto el Evangelio, y el
Señor Jesucristo en persona. ¿De donde vino es instigación para no obedecer esa verdad? No había venido de Cristo,
sino de otras fuentes, algo que funciona como levadura.

En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la levadura es siempre un símbolo negativo. En realidad,
Pablo dijo que eso no era en absoluto el evangelio. El Señor Jesucristo mismo advirtió a sus discípulos de la levadura de
los fariseos, como vemos en Mateo 16:6. Y creemos que nosotros debemos ser advertidos o prevenidos en la actualidad
contra la levadura del legalismo, que es muy perjudicial. El legalismo dice que cuando Cristo murió en la cruz por usted y
por mi hace más de dos mil años, Él no nos dio una salvación completa y entonces tenemos que pasar por otros ritos
como, por ejemplo, el bautismo, o métodos de vida o experiencias para recibir lo que nos falta.

Hemos recibido todo cuando aceptamos al Señor. Ahora bien, puede que tengamos experiencias espirituales después
de haber sido salvo, pero ellas no añaden nada a la salvación. Cristo fue el que logró nuestra salvación.
Estudio de Gálatas Luyem.org 38

Quizá usted ha observado a un panadero cómo hace un pan. Y usted ha visto cómo antes de introducirlo en el horno,
deja la masa afuera un rato para que se levante. Luego la toma y la pone en el horno, pero ya tiene la levadura; después
saca las hogazas de pan, y al probarlo, se hace evidente que, al tener la levadura, el pan tiene un sabor mejor. Pues bien,
podemos apreciar en consecuencia, que hay mucha levadura que está siendo colocada en el evangelio para hacerlo
"más sabroso" más apetecible para la gente. Y en la Biblia se nos advierte que no desnaturalicemos el mensaje del
Evangelio.

 Versículo 10: "Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; pero el que os
perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea".

Pablo creyó que los Gálatas, en última instancia, iban a rechazar la enseñanza de los judaizantes. Él dijo aquí que
confiaba en ellos, y en que cuando tuvieran los pies sobre el suelo y apartaran su cabeza de entre las nubes, regresarían
al Evangelio que les había sido predicado originalmente, y entonces se darían cuenta de que la enseñanza de los
judaizantes había sido una intromisión; que había sido como la levadura.

 Versículo 11: "En cuanto a mí, hermanos, si aún predicara la circuncisión, ¿por qué padezco persecución
todavía? En tal caso se habría quitado la ofensa de la cruz".

Esto es algo importante de notar. Él dijo. "Si aún predicara la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía?" El
añadir algo al evangelio lo hace aceptable. El evangelio, por sí mismo, no es aceptable para el hombre natural. La
predicación del Evangelio contraría a algunas personas. Pablo estaba diciendo: "Si estoy incluyendo algo más en el
Evangelio, ¿por qué estoy siendo perseguido?"

Y continuó diciendo en este versículo: "En tal caso se habría quitado la ofensa de la cruz" En realidad, la cruz de Cristo es
una ofensa para todo aquello de lo cual el hombre se enorgullece. Es una ofensa para su moralidad porque le dice que
sus obras no le pueden justificar ante Dios. Es una ofensa para su filosofía porque apela a la fe y no a la razón. Es una
ofensa para la cultura del hombre porque sus verdades son reveladas a los niños. Es una ofensa para su sentido de
categoría social porque prefiere a los pobres y humildes. Es una ofensa para su voluntad porque requiere una rendición
incondicional. Es una ofensa para su orgullo porque muestra la extremada maldad del corazón humano. Y es una ofensa
para su propia identidad, porque le dice que tiene que nacer otra vez espiritualmente.

Recordemos que esta última condición fue casi insultante para aquel fariseo llamado Nicodemo, en aquella noche en la
que Jesús le dijo, a alguien tan religioso como él, que tenía que nacer otra vez. Por la misma razón, muchos predicadores
o maestros que están proclamando la necesidad de experimentar un nuevo nacimiento tienen problemas con sus
oyentes. A muchos no les agrada escuchar esta idea porque creen que están bien tal como se encuentran. Esta
afirmación les suena como un insulto. La cruz es una ofensa, sí, pero debemos evitar magnificarla.

A veces resultamos ofensivos por la manera en que presentamos el Evangelio. Que el Señor nos perdone por actuar de
esa forma. Estamos seguros que la mayoría de nosotros que ha intentado comunicar el evangelio no quiere ofender
personalmente a nadie. En todo caso, que no seamos ni usted ni yo los que contrariemos a las personas, sino que sea el
mensaje mismo del Evangelio el que las contraríe y ofenda.

 Versículo 12: "¡Ojalá se mutilaran los que os perturban!"

O sea, me agradaría que esos judaizantes fuesen quitados de entre vosotros. Otra versión de este versículo, añade un
significado más a estas palabras. En ese caso, Pablo hablaría con sarcasmo sugiriendo que sus contradictores, los
judaizantes, no se limiten a circuncidarse, sino que lleguen al extremo de castrarse (o mutilarse). Sería una posible
alusión a ciertos ritos paganos practicados en Galacia, como hacían los sacerdotes del culto a Cibeles, en Asia menor, y
quizás se referiría también a Deuteronomio 23:1, donde se excluía del pueblo al que se hubiera mutilado de esta
manera. Y además, la impotencia reproductora resultante de la castración ilustraba el deseo del apóstol, de que ellos no
produjeran nuevos conversos a sus falsas enseñanzas.

 Versículo 13: "Vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión
para dar rienda suelta a vuestras pasiones, sino servíos por amor los unos a los otros"
Estudio de Gálatas Luyem.org 39

Hay tres métodos para tratar de vivir la vida cristiana. Dos de estos métodos no dan resultado. Uno, es una vida de
legalismo, que el apóstol Pablo ya había estado comentando. El segundo, es una vida licenciosa, de dar rienda suelta a
los instintos de la naturaleza humana pecaminosa que el apóstol Pablo discutió en su epístola a los Romanos 6. Allí se
planteó la pregunta: "¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?" Y la respuesta de Pablo fue: "¡De
ninguna manera!" Usted no puede vivir en pecado y ser creyente. Ahora, puede que usted caiga en el pecado, pero
dejará ese pecado, saldrá de esa situación. ¿Recuerda usted la parábola del hijo pródigo? Cuando el hijo pródigo se
hundió en la miseria, entró a una pocilga para intentar comer la comida de los cerdos, pero no se quedó a vivir en ese
lugar. Salió de allí. Por lo tanto, la vida del creyente no es una vida de legalismo, ni tampoco es una vida licenciosa.

El tercer método para vivir la vida cristiana es una vida de libertad y en el resto del capítulo el apóstol nos dará a
nosotros el modo de proceder para vivir en libertad.

La vida de legalismo no sólo incluye los diez mandamientos, sino también un grupo de reglas que algunos creyentes en
la Biblia han establecido para sí mismos e intentan seguirlas. Entre esas reglas se dictamina, por ejemplo, a qué lugares
puede ir un creyente, y cuales no puede ir y cuestiones relacionadas con la ropa que no se debe usar, el arreglo personal
en general, y a veces, normas de comida y bebida. El apóstol Pablo estaba diciendo que uno puede cumplir con cada
uno de los Diez Mandamientos y aun así, no vivir la vida cristiana. Incluso usted puede cumplir no sólo los Diez
Mandamientos sino también cualquier norma o regla que otros le impongan para regular su vida, y aun así, usted no
estaría viviendo la vida cristiana.

También están aquellos que se van al otro extremo: se oponen a toda ley y norma, pensando que pueden hacer lo que
les parezca y al mismo tiempo dicen que viven la vida cristiana. Pero la vida cristiana no es ni un extremo ni el otro. Es
una libertad que se vive unido a Cristo.

Prestemos atención a otra frase del versículo 13: "solamente que no uséis la libertad como ocasión para dar rienda
suelta a vuestras pasiones". ¿Qué significa para el creyente el Evangelio de la gracia? Es la Gracia y no la Ley la que nos
libera de hacer el mal y nos permite hacer el bien. La gracia no nos pone en libertad para pecar, sino que nos libera del
pecado. Es que el creyente debería desear el agradar a Dios, no porque debe agradarle como un esclavo, sino porque es
un hijo, o una hija, y quiere complacer a su Padre. El creyente hace lo que Dios quiere, no porque teme hacerlo de otra
manera, como si Él fuera un enemigo, sino porque quiere hacerlo, porque Dios es su amigo. Dios es el que le ama y sirve
a Dios, no por presiones externas como la Ley, sino a causa de un gran principio interior inclusive mejor; la vida de Cristo
que está dentro de él.

Nosotros servimos a Dios porque le amamos. El Señor Jesús les dijo a sus discípulos en Juan 14:15, "Si me amáis,
guardad mis mandamientos". Toda la base de la obediencia es una relación de amor con Él. La ley nunca habría podido
llevarnos a esa situación. En primer lugar, era negativa. Producía una bondad negativa, que es el tipo de bondad que
mucha gente tiene hoy. Esa bondad negativa es una bondad legalista, que le lleva a decir "no hago esto, no hago
aquello". Pero ¿qué hace usted? Es que todos los sistemas de normas de conducta producen únicamente una bondad
negativa. Nunca se elevan a una esfera de bondad positiva en la que uno hace cosas para agradar a Dios por el mismo
amor de complacerle. Dios quiere que le sirvamos con esa clase de fundamento.

 Versículo 14: "Porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Aquí la ley fue reducida al mínimo común denominador. Ésta es la prueba de fuego para aquellos que creen estar
viviendo de acuerdo a la Ley. La palabra clave es "amor". Esta declarando exactamente lo que Jesús dijo cuando le
preguntaron acerca de cuál era el mandamiento mas importante.

 Versículo 15: "Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os destruyáis unos a otros".

Aquí queda bien claro que ese amor del cual nos hablaba el versículo 14 necesitaba ser expresado mutuamente en las
iglesias de Galacia. Como resultado de las incursiones de los maestros falsos la iglesia estaba dividida y enzarzada en
amargos conflictos. Los seguidores de los legalistas y aquellos que permanecían firmes en su fe fueron comparados a
fieras que se devoraban unas a otras. Y esta situación estaba muy lejos del ideal Bíblico de convivir juntos en unidad de
amor y amenazaba destruir a la iglesia, en el sentido de perder su testimonio individual y colectivo.

HABIENDO SIDO SALVOS POR LA FE EL VIVIR EN EL ESPÍRITU PRODUCE EL FRUTO DEL ESPÍRITU- Gálatas 5:16-26
Estudio de Gálatas Luyem.org 40

Pablo iba a contrastar el vivir bajo los deseos y pasiones de la naturaleza humana pecaminosa, y el vivir controlados por
el Espíritu. Pablo va a contrastar lo que es vivir bajo el control de las pasiones de la naturaleza pecaminosa, con la vida
controlada por el Espíritu.

 Versículo 16: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la naturaleza pecaminosa"

Este versículo presenta el gran principio de la vida cristiana: "Vivid según el Espíritu". El verbo griego para "andad" es
"peripateo", que significa "ir de acá para allá". La palabra griega se usaba en una escuela de filosofía de Atenas, en
Grecia, en la cual su fundador "andaba de acá para allá" mientras enseñaba. El principio para nosotros es, pues, andar,
o vivir controlados por el Espíritu. Si así lo hacemos, no satisfaremos los deseos de nuestra naturaleza humana, mucho
de los cuales no son inmorales, pero se refieren a la parte puramente humana como, por ejemplo, el gusto por la música
y el arte en general, las obras de las personas bien intencionadas, etc. Hay muchas cosas que en sí mismas no son malas,
pero pueden llegar a obsesionarnos y controlar nuestra vida de manera que ocupan el lugar de las cosas espirituales.

Algunos cristianos pueden aficionarse tanto a un pasatiempo favorito que éste podría apartarles completamente de la
Palabra de Dios. ¿Y qué diremos del control que ejerce la televisión en nuestra vida personal y familiar? Hay que aclarar
que no estamos sujetos a ninguna ley que nos prohíba tales cosas. En última instancia se trata de si somos libres para
agradar a Dios y disfrutar de la vida, la familia y los bienes que Él nos da, o si estamos esclavizados a ciertas cosas que
nos apartan de los valores espirituales, de la comunicación con Dios, y en el plano humano hasta nos aíslan de la
comunicación con los demás, lo cual está mal y nos perjudica gravemente.

Pero aquí están las dos opciones. Por una parte, una vida de esclavitud a nuestros propios deseos; una vida de lucha y
de derrota y, por otra parte, una vida de libertad bajo el control del Espíritu de Dios; una vida de lucha y de triunfos.
Oremos a Dios para que Él nos guíe a escoger la opción de una vida abundante y fructífera, una vida de calidad aquí en
la tierra, y una vida eterna en el reino de Dios.

 Versículo 17: "Porque el deseo de la naturaleza pecaminosa es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra esa
naturaleza pecaminosa; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais".

Lo que el apóstol Pablo estaba diciendo aquí era que los malos deseos de la naturaleza humana están en contra de los
deseos del Espíritu de Dios. Ante esas tendencias y deseos opuestos, fruto de una enemistad absoluta, el cristiano no
puede hacer lo que quiere porque existe una lucha constante.

El cristiano tiene una nueva naturaleza. Esto es lo que el Señor le dijo a Nicodemo, como vemos en el relato de Juan 3:6,
en el sentido de que lo que nace del cuerpo, es decir de padres humanos, es humano. Y lo que nace del Espíritu, es
espiritual. La vieja naturaleza está centrada en lo físico, en la autosatisfacción y auto gratificación, fuera del Espíritu, es
más, no está interesado en incluirle.

La naturaleza pecaminosa lucha contra el Espíritu, y el Espíritu lucha contra esa naturaleza física, lo cual impide hacer las
cosas que nos gustaría hacer, y hacer realidad nuestras buenas intenciones. Hay que destacar entonces que la nueva
naturaleza espiritual se rebela contra los malos deseos de la vieja naturaleza controlada por el mal. Se trata de un
estado de guerra entre ellas.

A veces uno puede escuchar a algunas personas que dicen: "Bien, yo no sé decir si estoy viviendo bajo el control del
Espíritu o no". Sí, usted puede saberlo, no se engañe a sí mismo en este asunto. Pablo lo dijo con toda claridad aquí, por
tanto, usted no puede equivocarse ni confundirse al tratar de identificar quién controla su vida.

 Versículo 18 -21: "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la Ley. "Manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En
cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de
Dios".

Es decir, el Espíritu nos eleva a un nivel mucho más alto. ¿Por qué? Porque aquí podemos ver cuáles son las obras
producidas por la vieja naturaleza pecaminosa.
Estudio de Gálatas Luyem.org 41

Aquí tenemos una lista de pecados sensuales, religiosos, sociales y personales. En cuando a los pecados sensuales el
primero es el adulterio. Aquí la fornicación se refiere a la prostitución. La inmundicia se refiere a la impureza sexual y a
la atracción de la pornografía. La lujuria, se refiere al uso ilícito o al apetito desordenado de los deleites carnales,
incluyendo también a la brutalidad y el sadismo en estas prácticas.

Y ahora veremos que la naturaleza pecaminosa también se inclina por una insaciable búsqueda en el ámbito religioso.
En cuanto a los pecados religiosos se mencionan la idolatría, que incluye la adoración de ídolos, lo cual en nuestro
tiempo abarca la obsesión por el dinero, y por todo aquello que ocupa en nuestra vida el lugar de Dios. Luego, se
mencionan las hechicerías. La palabra griega es "Farmakeia". De allí proviene nuestra palabra farmacia. Aquí podían
incluirse a las drogas, que se utilizaban en todas las religiones paganas y muchos están dominados por ellas en la
actualidad. De esta palabra, sale la palabra droga y eso es lo que se usa en religión. También se incluyen las prácticas de
brujería.

Después siguen los pecados sociales y aquí tenemos enemistades, pleitos, es decir, contiendas, disensiones y luchas.
Aquí vemos que los celos y envidias producen situaciones de disensión, rivalidades y tensas discusiones y arrebatos de
ira entre las personas. La palabra griega "thumos" describe un temperamento muy violento. Contiendas, quiere decir
conflictos. Cuando las personas no podían convivir en armonía estas disensiones daban lugar a facciones, divisiones,
pequeños grupos, que ya caracterizaban a la iglesia en aquella época.

Herejías, se refiere aquí a partidos y sectas, dos diferentes grupos. El término para homicidios, no estaba incluido en los
mejores manuscritos, quizás por estar incluido en otros pecados que en esta lista se mencionan. Un arrebato de ira lleva
al homicidio. Recordemos que el Señor Jesucristo dijo en el Sermón del Monte que cualquiera que se enojara contra su
hermano quedaría sujeto al juicio.

Las últimas referencias de este apartado se dedican a los pecados personales como, por ejemplo, los excesos de la
bebida, y la glotonería, pero que operan no sólo a nivel personal sino también en las ocasiones de convivencia social, en
las que los asistentes dan rienda suelta a sus deseos más allá de todo control.

Observemos que el apóstol Pablo concluyó esta lista de obras de la naturaleza pecaminosa con la frase y cosas
semejantes a éstas, que indican que él pudo haber mencionado, pero no lo hizo. Y entonces aclaró que los que practican
tales cosas, y eso quiere decir, que las practican de manera habitual y continuamente, no heredarán el reino de Dios.

Podemos mencionar la ilustración que presentó el Señor Jesucristo en su parábola relatada en Lucas 15. En ella, el hijo
pródigo, en su extrema condición de pobreza, cuando no pudo resistir más el hambre, fue a parar a una pocilga, para
intentar comer la comida de los cerdos. Pero no se quedó a vivir allí. Los únicos que se quedaron a vivir allí fueron los
cerdos. Un hijo alejado de su hogar, no se habría sentido cómodo. No se sentiría feliz hasta que abandonase la pocilga.
Aplicando esa situación diremos que, si alguien continúa viviendo en una situación de pecado, se encuentra en una
posición peligrosa. Porque ello significa que no es un hijo de Dios. Ningún hijo de Dios podría resistir el vivir en el
pecado; tarde o temprano tendría que salir de esa situación.

Estimado oyente, no hay fuerza humana que pueda doblegar ni quebrar definitivamente el dominio y el control que esa
vieja naturaleza contaminada por el pecado. Los métodos humanos y los consejos de personas bien intencionadas sólo
podrán producir un alivio, una sensación momentánea de una aparente liberación. Al ser humano sólo le queda una
esperanza y ésta se encuentra en Dios. Únicamente el Espíritu Santo puede imponer su dominio en esa lucha, cuando la
persona se somete a Dios. Si esa persona ya tiene una relación con Dios, puede acercarse a su Padre celestial y
someterse a Él, consciente de su debilidad e impotencia, para librarse de fuerzas tan influyentes y que le restaure a una
vida que agrade a Dios, disfrutando por el poder del Espíritu de la libertad con que Cristo nos hizo libres. Por otra parte,
si tal persona no tiene esa relación con Dios, es decir, que no es un hijo de Dios, entonces puede pedirle a Él, con sus
propias palabras, que le libere del pecado y del castigo del pecado por los méritos de la obra de Jesucristo en la cruz y el
poder de Su resurrección.

 Versículos 22 y 23: "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley".

El Señor Jesucristo habló sobre el fruto del Espíritu en Juan 15. Dijo que, sin Él, no podíamos hacer nada. Y el fruto es lo
que Él quiere en nuestras vidas. Él quiere fruto, más fruto y mucho fruto. En Mateo 13, el Señor habló de que la semilla
dio una cosecha que rindió treinta, sesenta y hasta cien veces más de lo que se había sembrado. Por eso Él quiere que
Estudio de Gálatas Luyem.org 42

demos mucho fruto. Ahora, el fruto es producido por el Señor Jesús usando al Espíritu de Dios en nuestras vidas. Él
quiere vivir Su vida a través de nosotros. Por tal motivo insisto en que nunca se nos pide que vivamos la vida cristiana, se
nos pide que permitamos que Él la viva a través nuestro. Ningún creyente puede vivir la vida cristiana por sí mismo. La
vieja naturaleza pecaminosa no puede producir el fruto del Espíritu.
Pablo aclaró en Romanos 7:18 que la vieja naturaleza no tiene poder para producir el fruto del Espíritu. Dijo en ese
pasaje: "18Y yo sé que, en mí, esto es, en mi naturaleza pecaminosa, no habita el bien, porque el querer el bien está en
mí, pero no el hacerlo". Ése es el problema que tenemos. ¿Y cómo solucionarlo? Ésta no es una operación que uno
pueda hacer por sí mismo. Pero ¿cómo vamos a permitir que el Espíritu de Dios produzca su fruto en nuestras vidas?

El tema de la producción de fruto es interesante. A veces he observado que el fruto es producido por el árbol mismo y
no por el esfuerzo personal. Las ramas se limitan a abrirse al sol y a la lluvia. Primero aparece una flor, luego formas de
fruto de color van creciendo hasta madurar.

Otro detalle obvio, pero digno de destacar es que las ramas nunca se separan del tronco del árbol. El Señor dijo en Juan
15:4, "4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la
vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí". Nuestro problema es que nosotros nos ofrecemos a Dios como un
sacrificio vivo, pero cuando el altar (figurativamente hablando) se calienta, nos arrastramos y nos retiramos. Si
queremos producir fruto, debemos permanecer unidos a Él.

Pablo estaba formulando el principio de producir fruto de manera que pudiéramos entenderlo. El fruto se produce
cediendo ante las dulces influencias que están sobre nosotros. No estoy hablando sobre el sistema del mundo, ni
tampoco Pablo. Tenemos que ceder ante el Espíritu que habita en nosotros. Él quiere producir fruto, no olvidemos que
es llamado el fruto del Espíritu.

Pablo dijo en el versículo 22: "Pero el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz". Mientras que la lista que caracterizaba a
las expresiones de la naturaleza humana se expresaba en plural, como una pluralidad y diversidad de obras, observemos
que el "fruto" se expresa en singular. Se puede argumentar sobre la gramática usada aquí, pero resulta que en el griego
está en singular. Ello nos indica que el amor es el fruto principal y del que proceden o resultan todos los demás frutos.

El amor: En 1 de Corintios 13:1 dijo que sin amor somos un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Este capítulo
nunca fue destinado a ser quitado de la Biblia, artísticamente enmarcado y colgado en la pared. Pertenece al tema de
los dones del Espíritu, y los dones nunca han de ser practicados a no ser que lo sean por el fruto del Espíritu, que es el
amor. Usted no puede ejercer un don sin hacerlo por medio del fruto del Espíritu. El amor es sumamente importante.
Pablo continuó diciendo en 1 de Corintios 13 que si uno entregara su cuerpo para ser quemado y regalara todo lo que
tuviera, pero no tuviera amor, de nada le serviría. Tenemos que reconocer la importancia de lo que el apóstol estaba
diciendo.

Otra cosa que Pablo dijo fue que el amor no busca lo suyo. El amor siempre está haciendo algo por otros. Un don
siempre tiene que ser practicado en la iglesia. Es una manifestación del Espíritu para todos los creyentes. Todos los
creyentes tienen un don que tiene que ser ejercitado para el beneficio de todo el cuerpo de los cristianos.

No hay ninguna ley contra las evidencias del fruto y no hay ninguna ley que pueda producir las consecuencias de este
fruto del Espíritu. Nadie puede producirlos por su propio esfuerzo. Sería como esforzarse para ser humilde y creer que
uno lo ha logrado, cuando en realidad se pondría tan satisfecho de haber alcanzado la humildad, que la perdería por
completo. Digamos que la lista de obras de la naturaleza humana expresaba lo que las personas pueden hacer y todo lo
que pueden lograr. Y la lista del fruto del Espíritu incluye todo lo que Dios por Su Espíritu puede alcanzar en aquellos
que han sido rescatados del dominio del mal.

El gozo, la alegría, es un fruto que Dios quiere que usted tenga en su vida. Él vino para que nosotros disfrutáramos de
auténtica alegría. El sistema del mundo no puede producir esa verdadera alegría. Sólo puede entretener y aturdir
exteriormente, momentáneamente, pero no implantarlo de manera duradera en la vida de las personas. Recordemos
que el apóstol Juan en su primera carta 1:4 les dijo a sus lectores que les escribía esas cosas para que la alegría de ellos
fuera completa. ¿Está usted realmente pasándoselo bien? Si usted es un creyente, espero que sea así.

Paz: El tercer fruto es paz, la paz de Dios. La religión nunca puede darle esa paz. Sólo Cristo puede darle esa paz
profunda en su interior. Dijo el apóstol Pablo en Romanos 5:1: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo".
Estudio de Gálatas Luyem.org 43

Pero hay otros frutos. ¿Es usted paciente? ¿Tiene la capacidad para soportar algo sin alterarse? Sólo el Espíritu de Dios
puede suplir la falta de este fruto. Es imposible lograrlo por medios propios.
Después está el fruto de la benignidad, que implica amabilidad. También se menciona a la bondad. O sea que significa
ser amable, pero firme.

Fidelidad: Si usted es un hijo Dios, entonces será fiel. Para los casados, aquí se espera la fidelidad entre los cónyuges. Si
usted es un empleado, se espera que sea fiel en su trabajo y a su jefe. Si usted es miembro de una iglesia, tendrá que ser
fiel a su iglesia. En fin, se espera que usted sea fiel donde quiera que se encuentre y haga lo que haga.

Luego viene la mansedumbre, que no significa afable, plácido. Dos hombres realmente mansos fueron Moisés y el Señor
Jesucristo. Quizás usted no cree que Moisés fuera manso cuando descendió del monte y se encontró con que la gente
estaba adorando a un becerro de oro y entonces administró un juicio disciplinario, como vimos en Éxodo 32. Pero
Moisés sí era manso. ¿Y fue manso Jesús cuando expulsó de templo a los que cambiaban el dinero? La mansedumbre,
entonces, no es esa placidez o afabilidad, ni debilidad. La mansedumbre significa que usted hace la voluntad de Dios, y
que usted está dispuesto a rendir su voluntad a la voluntad de Dios. Finalmente está el dominio propio, el equilibrio
cristiano es muy necesario en la actualidad.

 Versículo 24: "Pero los que son de Cristo han crucificado la naturaleza pecaminosa con sus pasiones y deseos".

¿Cuándo fue crucificada la naturaleza pecaminosa? En el momento en que Cristo fue crucificado, los cristianos morimos,
en base a ello se rendirán en consagración al Señor. En Romanos 6:13, el apóstol Pablo escribió: "13ni tampoco
presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como
vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia".

Además, en Colosenses 3:3; "3porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios". Y también
recordemos Gálatas 2:20: "20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí ". En todos estos
pasajes la idea principal es que cuando Cristo fue crucificado, el creyente fue crucificado al mismo tiempo. El creyente
ha sido entonces unido al Cristo vivo, y la victoria no se obtiene luchando, sino rindiéndose a Cristo. La palabra de las
Escrituras es "rendirse", y es un acto de la voluntad.

 Versículo 25: "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu".

Recordemos que en el versículo 16 de este mismo capítulo, en la frase Andad en el Espíritu, es "peripateo". Pero aquí
"andar" es una palabra griega diferente: se trata de "stoichomen", que es básica y elemental, y significa "avanzar o dar
un paso en orden". En el versículo 16 se nos dio el principio para andar; aquí en el versículo 25 significa aprender a
caminar, a andar. Así como aprendimos a andar físicamente por el método de probar y cometer errores, tenemos que
comenzar a andar en el Espíritu. Es un proceso de aprendizaje.

¿Qué es el caminar? Bueno, es el poner un pie delante del otro. Esto quiere decir entonces, el aprender a andar. Ahora,
¿Cómo aprendió a caminar usted? ¿Fue a algún colegio o a alguna institución especial donde dictaban un curso para
aprender a caminar? Cuando uno tiene un bebé, no le ofrece demostraciones prácticas sobre el caminar para que las
observe e imite posteriormente. Así uno no aprende a caminar. Uno aprende experimentando, probando, cayéndose.

De la misma manera tenemos que aprender a andar en el Espíritu, hay que aprender a andar en el Espíritu, lo cual
quiere decir que tiene que comenzar, lanzarse de una vez. ¿Y por qué no comenzar ahora? Quizás esté pensando que
podría caerse. Pues la verdad es que se va a caer. Y le va a doler. No sabemos cuántas veces llegará a caerse. Muchos de
nosotros aún estamos cayéndonos. Pero será la forma en que usted va a andar en el Espíritu, y es la única manera de
hacerlo. Necesita dar los primeros pasos y comenzar a apoyarse en el Espíritu de Dios. Ríndase usted a Él. Recuerde que
es un acto de la voluntad.

 Versículo 26: "No busquemos la vanagloria, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros".

Otra versión dice: "No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros". Dios es digno de
nuestra adoración. Comencemos a andar, dependiendo de Él como niños pequeños. Eso es lo que Él quiere que
hagamos. La frase irritándonos unos a otros se refiere a provocarnos unos a otros. No debemos provocarnos, ni sembrar
Estudio de Gálatas Luyem.org 44

rivalidades, ni envidiarnos unos a otros. Figurativamente hablando, necesitamos levantarnos de nuestras sillas o sillones
cómodos, y comenzar a andar en el Espíritu, es decir, a vivir controlados por el Espíritu. La vida cristiana no consiste en
subir rápidamente como en un globo, por medio de una fuerte y abrumadora experiencia de elevarse vertiginosamente
a las alturas, más allá de las nubes. Es más bien un andar diario, se trata de ir colocando un pie delante del otro, paso a
paso, con una actitud de dependencia total del Espíritu Santo.

Pero para eso, es indispensable tener una relación con Dios, hay que ser un hijo de Dios. No se le puede pedir algo a
Dios estando separado de Él. El apóstol Pablo dijo en Romanos 8:9 que, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de
Cristo. Entonces comenzará para usted una etapa de paz en medio de las dificultades, de fuerza para liberarle de toda
atadura y forma de esclavitud. Es que cuando somos conscientes de nuestra impotencia para vencer obstáculos
insuperables desde un punto de vista humano y nos ponemos en manos de Dios, nos damos cuenta de que no estamos
solos y que la iniciativa principal, la fuerza, la motivación para luchar y el triunfo, constituyen la responsabilidad de
Aquel que prometió estar con nosotros todos los días hasta el final de la vida, y después de esta vida, por toda la
eternidad.
Estudio de Gálatas Luyem.org 45

Gálatas 6:1-5
HABIENDO SIDO SALVOS POR LA FE, EL FRUTO DEL ESPÍRITU ESTA PRESENTE EN EL CARÁCTER CRISTIANO

 Versículo 1: "Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo con
espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado".

¿a quién se refiere este alguno? Bueno, es un término genérico e incluye a cualquier persona que sea creyente; puede
referirse a un hombre o una mujer. Y la palabra "falta", traduce al término griego " paraptoma", que significa "caída" o
"contratiempo". Como verbo puede significar "tropezar". No se refiere necesariamente a un pecado sino a un error más
o menos importante.

Ahora, ¿cómo se debe actuar con una persona que haya sido sorprendida en alguna falta? Bueno, aquellos que son
espirituales, deben restaurarle. Existe el peligro de no querer restaurar al afectado y que se prefiera condenarle y
criticarle. Si un creyente es descubierto habiendo cometido o cometiendo una falta, el creyente espiritual, es decir, el
creyente que busca ser controlado por el Espíritu, debe restaurarle con una actitud de mansedumbre. Y cabe destacar
también que la mansedumbre forma parte del fruto del Espíritu Santo.

Pablo aconseja restaurar al que se ha equivocado. La palabra usada para restauradle es un verbo que quiere decir,
"arreglar, componer un hueso fracturado". Si alguien se cae y se quiebra una pierna, ¿qué es lo que hace usted
entonces? No se va y lo deja abandonado allí. No. Pablo dijo: "Vosotros que sois espirituales, arreglad ese hueso roto,
haciendo todo lo posible para que esa persona se pueda levantar nuevamente y continuar caminando". Es decir, que con
humildad, hay que ayudarle a corregirse.

Pablo dijo: Vosotros que sois espirituales, restauradle. Y ¿cómo lo hace uno? Con el fruto del Espíritu: Amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, y ahora, escuche usted: MANSEDUMBRE. Ésa es la palabra. Se le debe restaurar con
espíritu de mansedumbre. ¿Y por qué? Considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. No piense
usted que es inmune a aquello mismo que está señalando con el dedo y por lo cual está reprochando y culpando a un
hermano por haberse equivocado. Usted podría haber cometido el mismo error. Así que la actitud recomendada es
restaurar al caído con amor y mansedumbre.

 Versículo 2: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo".

En la Biblia hay varias palabras para traducir la palabra "cargas". Esto quiere decir que hay varias clases de cargas. Hay
algunas cargas que se pueden compartir, y otras que uno mismo debe llevar y no puede compartirlas con nadie más. Así
que la respuesta a esa aparente contradicción es sencilla y satisfactoria. Las cargas son aquellas cosas que todos
nosotros tenemos en común; todos tenemos cargas. No todos somos ricos, pero todos tenemos cargas. No todos
gozamos de buena salud, pero tenemos igualmente cargas. No todos tenemos un talento natural. Así que no tenemos
muchas características comunes, pero todos tenemos cargas.

Ahora, todos nosotros tenemos cargas, pero no todos tenemos la misma carga. Lo que Pablo hizo en este capítulo fue
dividir las cargas en dos clases: cargas que podemos compartir, y cargas que debemos llevar solos, que no podemos
compartir.

La palabra griega para carga es "baros", que significa "algo pesado". Nuestro Señor la usó en Mateo 20:12, cuando habló
sobre aquellos que habían soportado la carga al calor del día. La misma palabra fue también usada en la iglesia
primitiva, en los Hechos 15:28, cuando se reunió en el primer concilio de Jerusalén y se tomó la siguiente decisión: " ha
parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias". Allí se estaba
hablando de una carga que los cristianos debían compartir con la iglesia en Jerusalén. Alguien ha dicho que una carga
equivale sólo a media carga cuando la están llevando entre dos.

Ahora, la palabra griega para carga "baros" (que hemos mencionado antes) incluye el significado de " falta", en la frase:
Si alguno fuere sorprendido en alguna falta. Ésta es su carga. Usted puede ayudar a esa persona a llevar la carga. Puede
tratarse de una enfermedad, una debilidad, una ignorancia, una presión, una tensión o cierto dolor de una aflicción.
Todos tienen un fallo, un defecto, que constituye un peso, una carga. Muchas veces caemos y vemos a un hermano
caer. De ahí el pedido del apóstol a aquellos que quieren dejarse controlar por el Espíritu, para que restauren a tal
persona.
Estudio de Gálatas Luyem.org 46

Hay otra carga que usted y yo podemos compartir: me refiero a las tensiones de nuestro tiempo. El tomar algo que nos
relaje no resolverá nuestros problemas. Estamos viviendo en tiempos en los que experimentamos tensiones o presiones
que la familia humana jamás había experimentado. Recibimos nueva información a gran velocidad, tenemos que tomar
decisiones rápidas, casi sin tiempo para reflexionar en ellas. Por otra parte, nuestra actividad, bajo la presión del tiempo,
debe realizarse más rápidamente, para acomodarse al rumbo veloz de los acontecimientos. Todo este proceso produce
un gran desgaste físico y emocional que a veces produce cansancio físico y mental, hasta llegar a un estado de
saturación. Ésta es, pues, una carga pesada que necesitamos compartir los unos con los otros.

Hay un tercer tipo de cargas que usted y yo podemos compartir. Es la carga conocida como la aflicción. El peso de una
tragedia, la carga del dolor, la tristeza, la desilusión, la depresión, que son inevitables en la experiencia humana. Lo más
probable es que usted, estimado oyente, ya las haya experimentado. Cuando nos encontramos en esa condición,
necesitamos a nuestro lado a un amigo, alguien que esté a nuestro lado. Hemos criticado a los amigos del patriarca Job
por haberle sometido a una verdadera maratón de conversaciones y razonamientos inculpatorios, pero en realidad
antes de aconsejarle, pasaron siete días acompañándole, sin atreverse a decirle nada y afligiéndose con él.

Así que el dolor es algo que usted puede compartir. Habrá algunos que en su aflicción se acercarán a usted.

 Versículo 3-5: "El que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. "Así que, cada uno someta a
prueba su propia obra y entonces tendrá, sólo en sí mismo y no en otro, motivo para presumir. "Porque cada uno
cargará con su propia responsabilidad".

Algo tiene que ser quitado de la vida si un creyente va a compartir una carga, y es la vanidad. Una actitud que alimenta
la intolerancia ante los errores de los demás y le hace pensar al vanidoso que él está a salvo de cometer equivocaciones.

Antes de compararse con los demás, el creyente debiera dar un paso atrás y dirigirse a sí mismo una mirada objetiva
para examinar sus propios logros. Entonces podrá sentirse honrado por lo que Dios ha hecho en su vida y en la de los
otros.

La palabra "responsabilidad" del v.5, corresponde a la palabra griega "phortion", que significa "una carga que hay que
llevar". Esta palabra se usa para hablar de la carga de un barco. También se utiliza para referirse al niño en el vientre de
su madre, que sólo una madre puede llevar. Esa carga y responsabilidad es imposible de compartir. Una versión menos
literal del nuevo Testamento lo expresa de la siguiente manera: "cada uno debe llevar sobre sus hombros su propia
mochila". O sea, que hay cargas y responsabilidades que usted y yo no podemos compartir.

En cierto sentido, cada vida está separada, aislada, como en cuarentena con respecto a toda otra vida. Por tal motivo,
algunas cargas tenemos que sobrellevarlas en solitario. Y mencionaremos algunas de ellas:

a. el sufrimiento. Usted tendrá que sufrir solo. Nadie puede sufrir por usted. Usted ha llegado a este mundo solo,
un mundo de aflicción, y tendrá que afrontarlo al igual que ciertos problemas. Algún día llegará a su vida el
sufrimiento físico; cuando usted se enferme, nadie podrá ocupar su lugar. Usted se puede dar cuenta de esto
cuando alguno de sus hijos se enferma y tiene una fiebre muy alta. Usted mismo desea tener esa fiebre para
que el pequeño no sufra; pero es algo que no se puede hacer. También existe la angustia mental, la depresión.
Cuánta gente está amargamente desanimada, por haber vivido una gran desilusión. Éstos y otros son
sufrimientos que debemos soportad en soledad.

b. la muerte. Llegará un momento en que cada uno de nosotros tendrá que cruzar el valle de la sombra de la
muerte. Y pasaremos por tal lugar absolutamente solos.

c. Llegamos ahora a la tercera carga que mencionaremos. Por cierto, lleva un nombre inusual. Se le llama el
"bema" (en griego). Es el tribunal de Cristo. No es para los que no son salvos, sino para los cristianos. Sí habrá un
tribunal para los no creyentes, que es el juicio del gran trono blanco, mencionado en el capítulo 20 de
Apocalipsis. El tribunal de Cristo es para el cristiano. Dice Segunda de Corintios 5:10, "10porque es necesario que
todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Allí, todo lo que hayamos hecho en esta vida como
cristianos será juzgado para ver si hemos de recibir un premio o no. La salvación no será cuestionada, porque
semejante asunto ya ha sido resuelto en la cruz de Cristo. Pero las obras del creyente serán examinadas en el
Estudio de Gálatas Luyem.org 47

tribunal de Cristo y, como también dijo San Pablo en Romanos 14:12, "De manera que cada uno de nosotros
dará a Dios cuenta de sí".

Después, en al versículo 7 Pablo establecerá un principio que es aplicable a cada situación de la vida, pero ha sido dado
específicamente a los creyentes: "7No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso
también segará" El principio es aplicable al reino de la naturaleza. La clase de semilla que se siembra, determina la
cosecha. Y como cristiano, usted cosechará lo que siembre. ¿Cómo ha sido su vida desde que usted aceptó a Cristo? ¿Ha
habido pecado en su vida? ¿Lo ha confesado? Todos tendremos que presentarnos ante el tribunal de Cristo. Conviene
recordar aquí el pasaje de Primera de Juan 4:7: "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado".

Alguien dirá: "Yo soy un cristiano y no tengo pecado" Si usted dice eso revela que no está en la luz. Si usted se acerca a
la luz, usted descubrirá la presencia del pecado en su vida. La luz, que es la Palabra de Dios, revela lo que hay en usted.
Recordemos las palabras del apóstol Santiago en 4:17, "17El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, comete pecado". ¿Es
esta palabra apropiada para usted?

El pecado es una carga que no podemos compartir ni llevar: Es demasiado pesada para nosotros.
Sólo hay un lugar donde usted puede librarse de esa carga y es en la cruz de Cristo. Dice el Salmo 55:22, "Echa sobre el
Señor tu carga y él te sostendrá; no dejará para siempre caído al justo". Y el Señor Jesús dijo, en Mateo 11:28, "28Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar". Sólo Cristo puede levantar hoy la pesada carga
del pecado, porque Él pagó el castigo por él pecado. Sólo Dios puede quitarla de usted.

 Versículo 6: "El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye".

La palabra que aquí se utiliza para partícipe, es en realidad la palabra griega "koinoneo", que quiere decir "compartir";
tomar parte y compartir las cosas de Cristo juntos. Pablo estaba diciendo directamente que, si una persona les servía
para su beneficio espiritual, ellos a su vez debían servirle con toda clase de bienes materiales. Si Dios lo ha bendecido a
usted con provisiones materiales y usted está siendo bendecido espiritualmente por alguien, entonces usted debería
servir a tal persona proveyendo para sus necesidades materiales. Esa actitud de compartir no es una obligación, sino
que está basada en el principio de la gracia. En las relaciones humanas, si usted va a una tienda a comprar alimentos y
pasa por la caja sin pagar lo que se ha llevado, se enfrentará a un problema. En el ámbito de las relaciones entre
cristianos, hay mucha gente que recibe un servicio espiritual y no siente la necesidad de ayudar materialmente a
aquellos que dedican todo su tiempo a prepararse para enseñar la Palabra de Dios. Y las Sagradas Escrituras dicen
claramente que debemos compartir lo que materialmente hemos recibido de Dios con aquellos que nos instruyen en lo
que Dios quiere enseñarnos.

 Versículo 7: "No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también
segará"

Aquí tenemos uno de esos destacados pasajes de la Escritura, que pensamos necesita ser considerado en la actualidad.
Pablo está presentando aquí un gran principio, una ley inmutable que opera en todas las esferas de la vida. En el sector
de la agricultura, una persona siembra trigo, y eso es lo que cosecha, trigo. Puede sembrar arroz y entonces cosechará
arroz. Usted nunca puede conseguir peras del olmo, por ejemplo. El principio que tenemos entonces es que lo que usted
siembra, eso es lo que va a cosechar. En la esfera de lo moral, usted también cosechará lo que siembre. En el Evangelio
de Mateo 13, el Señor Jesucristo contó acerca de un sembrador que salió al campo a sembrar. Y también destacó que un
segador salió a cosechar.

El principio establecido en este versículo es inmutable, invariable, inalterable y no puede ser revocado. No se puede
modificar en ninguna de sus partes y es aplicable a cada esfera, a cada sector y área de la vida. Por ello, lo que se
cosecha pertenecerá al mismo tipo de semilla que se siembra. En ese sistema no se producen errores ni mutaciones que
alteren la relación de lo que se siembre y lo que se coseche. En antiguas tumbas de Egipto se encontraron semillas de
trigo que habían sido colocadas en ese lugar hace cinco mil años. ¿Y sabe usted lo que pasó? Cuando uno siembra esas
semillas aún puede cosechar trigo. La semilla no perdió su propia identidad de pertenecer al trigo en los cinco mil años
que pasaron. Y así sucede con cada semilla, no importando sus complejas características, su estructura o su aspecto.

Necesitamos ser conscientes de la veracidad y realidad de este principio. En la actualidad muchos están tomando
drogas, y entregándose al placer de un sexo fácil y de un amor libre de todo tipo de compromisos y responsabilidades. Y
Estudio de Gálatas Luyem.org 48

por supuesto, algunos de ellos ya han comenzado a cosechar las consecuencias de esa búsqueda insaciable de placer. El
deterioro físico y diversas enfermedades, como el sida, por ejemplo, han alcanzado proporciones de epidemia en
algunas regiones del mundo. ¿Por qué? Porque Dios ha dicho que todos los que pretendan pasar por alto sus principios,
pensando que el placer del pecado compensa y no deja en la vida graves resultados, no se saldrán con la suya y tendrán
que sufrir graves consecuencias, bajo la forma de un gran deterioro físico y mental de efectos irreversibles, tanto en el
nivel personal como en el social. Incluso los enormes avances de la medicina no logran remediar esas graves
consecuencias. Cuando usted se rebela contra las leyes del Creador y siembra todo lo que el pecado y la maldad
humana ofrecen engañosamente como placeres incomparables, cosechará en su dolorosa experiencia propia lo que el
pecado realmente es y comprobará que conduce inevitablemente a la destrucción mental y física. Algunas de estas
personas se han convertido a Cristo liberándose de las drogas antes de que ellas produjeran un desgaste físico y mental
irreversible. El cambio operado en ellas por el poder de Dios les ha permitido restaurar su vida a una cierta normalidad.
Con todo, su experiencia les permitirá contar a los demás que su etapa anterior no mereció la pena.

 Versículo 8: "Porque el que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza segará
corrupción; pero el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna".

Aquí la conclusión "Cosechará vida eterna" incluye al fruto del Espíritu Santo en esta vida aquí en la tierra y la
perspectiva gloriosa de la vida eterna.

El apóstol Juan, en su primera carta 2:28, menciona el hecho de que será posible que un creyente se sienta avergonzado
al encontrarse ante la presencia del Señor. Si usted va a vivir cediendo el control de su vida a los deseos de su naturaleza
pecaminosa, producirá lo único que dicha naturaleza puede ofrecer, como ya hemos visto. Eso no significa que ese
creyente perderá su salvación, pero sí significa que perderá su premio, lo cual hará que ese día del encuentro con el
Señor traiga vergüenza y pesar. Por ello el apóstol Juan aconsejó en dicho pasaje Bíblico: "permaneced unidos a Cristo,
para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados".

Tenemos también el otro lado de este asunto. Dios puso una luz roja, pero después colocó una la luz verde. Aquí
tenemos unas palabras de consuelo y estímulo.

 Versículo 9: "No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no nos damos por
vencidos".
Veamos Isaías 55:10 y 11: "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la
tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi
boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié".
Recordemos que Abraham creyó a Dios y anduvo con Dios en la tierra de Canaán. En esos tiempos el cananeo, que era
malvado e idólatra, estaba en la tierra. Al hogar de Abraham llegó luego su hijo Isaac. Cuando éste creció y se convirtió
en un joven, su padre le llevó a la cumbre del Monte Moria. En obediencia al mandato de Dios, Abraham se preparó
para ofrecer a su hijo como un sacrificio. Sin embargo, Dios no le permitió hacerlo. Así que Abraham sembró agradando
al Espíritu y cosechó la vida eterna.

 Versículo 10: "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y especialmente a los de la familia
de la fe".
Aquí el dio un paso más diciendo que tenemos que hacer el bien. Ahora, reconocemos que el mensaje integral de
algunas creencias religiosas tiene su énfasis principal en hacer el bien. Pero aquí hay que añadir que se necesita tener el
fundamento correcto bajo esas buenas obras. Y ese fundamento correcto es el evangelio de la gracia de Dios y el vivir
controlado por el Espíritu de Dios. Cuando uno vive sujeto al Espíritu, se produce en nuestra vida el fruto del Espíritu.
Entonces, usted va a hacer el bien. De esa manera usted hará el bien a todas las personas, y especialmente a los otros
cristianos.

UNA CONCLUSIÓN FIRMADA- Gálatas 6:11-18

 Versículo 11: "Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano".

Mirad con cuán grandes letras, Pablo ha llegado a la culminación de su escrito. En otras traducciones nos revela “Veis
cuán grande carta os he escrito con mi propia mano.” No está claro si el autor se está refiriéndo directamente a estos
pasajes o a toda la epístola.
La mayoría de las cartas de Pablo fueron dictadas a un secretario o amanuense. Algunos años atrás Pablo había
comenzado la costumbre de agregar una pequeña sección con su puño y letra. Esto para darle garantía al destinatario
Estudio de Gálatas Luyem.org 49

de la autenticidad de sus cartas. Esto quiere decir que alguien había escrito algunas cartas falsas a nombre de Pablo y
este se encontraba validando el escrito no con una firma sino con varias estrofas.

Algunos escritores excluyen la posibilidad que este no supiera escribir bien. Algunos sugieren la posibilidad que este
tuviera una mala caligrafía como resultado de tener una mala visión, otros sugieren que la mala caligrafía fue porque sus
manos habían quedado afectadas por los maltratos recibidos por las persecuciones.

EL TESTIMONIO DE PABLO

 Versículo 12: "Todos los que quieren agradar a la gente, esos os obligan a que os circuncidéis, solamente para
no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo"

Aquí el autor identifica a falsos maestros cuyas enseñanzas se han estado discutiendo durante el desarrollo de la
epístola. Ejerciendo presión y recalcando la circuncisión entre los no judíos, los judaizantes esperaban evitar el enojo y
la ira de los judíos que no eran cristianos. Los judaizantes eran los legalistas de su tiempo. En realidad, el que predique
el legalismo no tendrá problemas. Apela al ser humano natural porque la ley fue dada para refrenarlo.

Estos judaizantes, querían una prueba sobre el éxito de sus esfuerzos. Querían que se volviera a la práctica de la
circuición que había llegado a su fin con el evangelio. Mantuvieron la insistencia para que los gálatas se circuncidaran y
temiendo ser perseguidos querían tener el visto bueno en la carne. Pablo les llama la atención al hecho que el rito de la
circuncisión se realiza en la carne y es una indicación que los judíos todavía Vivian en el ámbito de la carne en oposición
al Espíritu. Existía un falso celo por los falsos maestros que estaban influenciando a los cristianos de este lugar. Los
judíos estaban demostrando su lealtad a las ceremonias judaicas como la circuncisión.

 Versículo 13: "Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la Ley; pero quieren que vosotros os
circuncidéis, para jactarse de la señal que llevaríais en vuestro cuerpo".

Obligando a los no judíos a circuncidarse, los judaizantes conseguirían el mérito de colocarlos bajo la ley. Lo interesante
era que aquellos que decían que vivían bajo la ley no la estaban cumpliendo en realidad. Muchos que proclaman vivir de
acuerdo con las enseñanzas del Sermón del Monte actúan con hipocresía.

Ante tal forma de pensar, el apóstol Pablo pronunció la gran declaración:

 Versículo 14: "Pero lejos esté de mí jactarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha
sido crucificado para mí y yo para el mundo"

Así fue que entre Pablo y el mundo había una cruz. Ésta debería ser la posición de todos los creyentes en la actualidad.
Tiene que ver más con la forma en que determinamos nuestra conducta que con otro asunto. Nadie podrá jactarse de
estar cumpliendo los mandamientos o la ley, de pertenecer a cierta iglesia, de tener un cargo en la iglesia, de ser un
maestro o un predicador. Nadie podrá enorgullecerse de nada. El creyente sólo se jactará, se sentirá honrado por la cruz
y por Aquel que allí murió, es decir, el Señor Jesucristo.

 Versículo 15: "Porque, en Cristo Jesús, no tiene valor el estar o no circuncidado; lo que importa es ser parte de
una nueva creación".

La circuncisión era como un tipo de letra o escritura de la religión y la Ley. Era algo así como una escritura en el cuerpo.
Era simplemente una marca distintiva de que usted estaba bajo el pacto de Abraham. No tuvo ningún otro provecho,
después de la llegada de Cristo. Sería como llevar hoy un escudo o distintivo que indica que uno pertenece a una
determinada asociación, fraternidad o a cualquier otra institución, cumpliendo así un requisito para formar parte de la
misma. Pero, el llevar tal insignia puede convertirse en algo sin sentido o valor, dependiendo de su relación con esa
institución. Lo esencial después de la llegada de Cristo, es que el Espíritu de Dios venga a su vida y le convierta en una
nueva criatura, en una nueva creación unida al Señor Jesucristo. Y esto sólo sucede cuando usted deposita su fe en Él.

Pablo nunca hubiera tenido tantas dificultades con el legalismo de su época, si él hubiera presentado el evangelio como
sólo un competidor en el campo religioso. Pero observemos que el apóstol Pablo no estaba proclamando que su
mensaje era sólo un poco mejor que el judaísmo. Estaba afirmando que el judaísmo equivalía a nada, que era ineficaz
para vivir la vida cristiana y que el rito de la circuncisión no tenía ningún valor. Que no tenía ninguna importancia si uno
Estudio de Gálatas Luyem.org 50

se circuncidaba o no. El apóstol Pablo estaba afirmando que la letra, la escritura del Espíritu Santo en la vida de una
persona, dándole una nueva naturaleza, ero lo esencial, lo que realmente tenía valor.

 Versículos 16 y 17: "A todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de
Dios. De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús".
Vemos que el apóstol les deseo paz y gracia a todos los que vivieran de acuerdo con esa regla, es decir, a aquellos que
habían hecho realidad en su vida el mensaje de la salvación por la gracia de Dios, solamente por medio de la fe. La
bendición fue entonces pronunciada para los Gálatas cristianos y para los judíos que habían creído en dicho mensaje.

El apóstol Pablo les pidió que dejaran de causarle problemas y dificultades y les ofreció a sus críticos una prueba final,
decisiva: las marcas del Señor Jesús.

Observemos la palabra "marcas". El apóstol Pablo estaba hablando de las marcas de su cuerpo. Corresponde a la
palabra griega "stigmata", que significa "cicatrices". Si uno quería ver la letra o escritura de Jesús, podía mirar el cuerpo
de Pablo. Usted sabe que en el cuerpo del Señor Jesucristo había cinco heridas, y Pablo fue golpeado por todo el cuerpo.
Ésa era su stigmata.

En 2 de Corintios 11:23 al 27 nos dijo: "23¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos,
más abundante; en azotes, sin número; en cárceles, más; en peligros de muerte, muchas veces. 24De los judíos cinco
veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he
padecido naufragio; una noche y un día he sido náufrago en alta mar; 26en caminos, muchas veces; en peligros de ríos,
peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; 27en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en
muchos ayunos, en frío y desnudez".

Ahora las stigmata representaban los sufrimientos de Pablo, que él había soportado por causa del Señor Jesús. En la
época de Pablo, la palabra stigmata era usada en tres formas.

a. Cuando un esclavo que había escapado era encontrado y traído nuevamente a su amo, era marcado en su
frente.
b. Los soldados que pertenecían a compañías famosas tenían los nombres de sus comandantes tatuados en sus
frentes.
c. Los devotos de la diosa pagana tenían su nombre marcado en sus frentes, y en el tiempo de Pablo había mucho
de este culto en Asia Menor y por todo el Imperio Romano.

Pablo dijo: "Llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús". Fue como si él en realidad hubiera dicho: "Os he escrito
desde mi profunda emoción y con gran convicción. Si queréis saber si yo creo verdaderamente en aquello que os he
escrito, y si estas verdades son una realidad en mi propia vida, leed en mi cuerpo, mirad las cicatrices".

En algunos lugares donde se cría ganado existen muchas cercas y los ganaderos suelen identificar al ganado por la marca
de su propietario. Y hablando de marcas distintivas Pablo enfatizó que la señal o marca de la circuncisión no les había
costado nada y era solamente una marca exterior. Para los cristianos no tenía ningún valor, aunque él mismo había sido
circuncidado. Pero él llevaba esas otras honrosas marcas del Señor Jesús en su cuerpo, marcas que formaban parte de
su vida.

 Versículo 18: "Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén".

Y así Pablo concluyó esta gran carta encomendando a sus hermanos de Galacia a la gracia de Dios. Y esto es también lo
que decimos nosotros al concluir así nuestro estudio de este libro de la Biblia.

Las instrucciones y amonestaciones del apóstol Pablo a los Gálatas, aplicadas a nuestra situación en un mundo de
cambiantes valores culturales y espirituales, deben llevarnos a una profunda reflexión. Esa cruz que fue presentada en
las últimas palabras del apóstol Pablo como la clave para convertirnos en hijos de Dios, y como el elemento central para
vivir la verdadera libertad, identificados y unidos al Señor Jesucristo, y controlados por el Espíritu de Dios, deberá ser la
marca que nos recuerde a quien le pertenecemos.

También podría gustarte