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Introducción:
Muchas veces nosotros colocamos excusa en poder ayudar a un vecino o hermano por que
algo me ha hecho, que importa eso, si un hombre cargo una cruz sufriendo penalidades por
ti y por mí, y al final de todo sus ultimas palabras fueron Padre perdónalos porque no saben
lo que hacen, que les quiero decir en este día, este hombre no le importo nada, porque su
enfoque era llevar salvación y bienestar a la humanidad este hombre del quien les hablo es
Jesús el hijo de Dios. En esta mañana quiero compartir una historia de cuatro hombres que
no escatimaron ni pusieron excusa en llevar a su amigo a los pies de Cristo.
(Marcos 2:1-12)
Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2
E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les
predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado
por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo
de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al
ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí
sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla este
así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? 8 Y conociendo luego
Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué
caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te
son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el
Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti
te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y
tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron
a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Permítanme orar…
La compasión debe ser sentimiento esencial de aquellos que se dicen seguidores del Mesía
del señor Jesucristo. Como se define entonces esta palabra compasión.
Aunque mucha gente dice creer en Dios, la mayoría no entiende qué significa tener una
verdadera fé en Dios.
“Creer en Dios es admitir que hay un Dios, y creo que Dios creó los cielos y la tierra y todas
las cosas, y que Dios existe realmente. ¿No es esto creer en Dios?”. Algunos dicen así: “Leo
la Biblia a menudo, oro, asisto a los servicios dominicales, y predico el Evangelio. ¿Eso no
cuenta como verdadera Fé en Dios?”.
Algunos otros dicen: “Puedo recitar los más famosos capítulos y versículos de la Biblia, así
que, ¿quién se atreve a decir que no yo soy un verdadero creyente en Dios?”.
Vamos a ver lo que realmente el Señor Jesús nos enseña acerca de esto: “Muchos me dirán
en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os
conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad’” (Mateo 7:22-23).
De estos versículos de las Escrituras podemos concluir que estos que predicaban el evangelio,
que echaban fuera demonios, y que realizaban muchos milagros en el Nombre del Señor
Jesús, también tenían reuniones, predicaban sermones, y predicaban el evangelio, gastando
y sufriendo mucho, sin embargo, el Señor Jesús les dijo que Él no les conocía y les llamó
“hacedores de maldad”.
La fe verdadera en Dios significa que la gente experimenta Sus palabras y Su obra en base a
la creencia de que Él tiene soberanía sobre todas las cosas.
Hebreos 11.6 dice. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonado de los que le buscan.
Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.
El énfasis radica en la compasión y la amistad que ellos tenían por ese hombre paralítico.
Ellos llegaron amarle y con frecuencia vendrían a él para acompañarle. No venían, como el
caso de los amigos de Job, para entrar en un razonamiento filosófico sobre las causas de su
sufrimiento. No le visitarían como los fariseos, quienes estarían más preocupados en no
contagiarse que ser movidos a misericordia.
La actuación de aquellos hombres era la de un “buen samaritano”. Eran hombres con una
gran sensibilidad, quienes habían hecho del paralítico el objeto de su preocupación por
semejante miseria humana.
Sin saber quiénes eran estos hombres lo que si se destaca es la compasión de estos cuatros
amigos.
Estos hombres nos muestran que antes de traer a alguien a Cristo, nosotros debemos tener
compasión de ellos. Es el contacto de corazón a corazón que ablanda nuestra sensibilidad y
nos pone en el camino para buscar ayuda con el necesitado. La compasión por aquel hombre
les llevó a preparar un encuentro con Jesucristo.
Nos llama la atención que en la sanidad y salvación del paralítico se usaron cuatro hombres.
Hay paralíticos que no pesan mucho. Algunos casos conocidos revelan a estas personas
reducidas a un montón de huesos. De manera que un solo hombre podía haberles llevado a
Cristo. Pero aquí fueron cuatro. Dos tomarían la delantera y dos irían detrás. Los unos seguían
a los otros. Todo un trabajo en equipo para salvar al enfermo. Es asombrosa la fe de los
cuatro amigos.
Hay en esto una verdad que debe ser tomada: la iglesia necesita trabajar en comunión si
quiere ver la conversión de los que nos rodean. De esta manera nos exhorta Pablo:
“…completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo
una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo
suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. (Fil. 2:2-4) Esta actitud nos pone en
el camino correcto para hacer la obra del Señor.
Es necesario
Es necesario estar claro y convencido en lo que vamos hacer porque nos permite vencer
obstáculos.
c.- Venciendo los obstáculos. (Versículo 4) del texto que estamos estudiando. Dice así.
Llegó el día cuando los cuatro hombres, llenos de un gran optimismo, entusiasmados con una
gran esperanza y persuadidos de una gran fe, se dispusieron llevar al paralitico a Jesús.
El contexto histórico social y cultural de la época en que Jesús vivió, estas casas tenían un
techo plano de adobe o especie de platabanda que se llegaba con una escalera y ese techo
servía como especie de mirador, acá vemos la persistencia y determinación de estos cuatros
hombres para ayudar al paralitico al encuentro con Jesús, esto es una prueba de fe.
Para aquellos hombres el tiempo de la salvación era urgente. Si no lo llevaban ahora no habría
otro tiempo ni otro chance. De modo que, frente a este reto, un solo asunto dominaba la
determinación de estos cuatro amigos: traer el enfermo a Cristo. Así que lo primero que
hicieron fue convencer al paralítico para llevarlo a Cristo.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados
Es interesante que Jesús no mencione explícitamente la fe del enfermo, sino que el texto
habla de la fe de los amigos Marcos 2:5. La verdad de esta historia es que este hombre fue
sanado por la enorme fe que tuvieron sus amigos.
La Biblia no nos dice que ellos se desalentaron ante las dificultades. No se quejaron porque
no hubo una respuesta inmediata.
No nombraron un comité para que fuera a hablar con el Señor. Estos hombres ejercitaron su
fe. Pusieron un plan en marcha. Como quiera que sea la determinación era poner ese hombre
frente a Cristo. Otro aspecto a tener en cuenta es que, El hombre paralítico, antes de su
sanación, es incapaz de tener un trabajo para sustentarse.
¿Has tenido compasión por llevar a un amigo o familiar a los pies de Cristo?
De seguro has presentado cualquier obstáculo en la vida, pero, ¿has sido constante en seguir
adelante, has sido perseverante?
a.- en sus corazones. (leamos los Versículo 6,7,8) dice. Estaban allí sentados algunos de los
escribas, los cuales cavilaban en sus corazones.
Los fariseos que estaban allí se llenaron de asombro y de una reacción inmediata, tildando a
Jesús de blasfemo Marcos 2:7. Pero lo cierto fue que la intrepidez de estos hombres dejó
asombrados tanto a los que estaban adentro como los que estaban afuera. Lo que allí sucedió
fue una noticia que se expandió muy pronto.
El trabajo de conducir a los hombres a Cristo plantea el rompimiento de ciertos esquemas y
hacer ciertos sacrificios. La única manera de entrar a la casa era a través de la puerta. Pero
cuando una puerta se cierra para el evangelio hay que buscar otra salida.
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: ¿Levántate,
toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la
tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y
vete a tu casa.
Estudiemos el escenario.
Hay cuatro mirones desde arriba y una multitud adentro y afuera expectantes de lo que Jesús
podría hacer. El resto del trabajo depende de él. Así que en esta escena Jesús va a pasar de la
condición de Maestro a la condición de Salvador y Dios. Aquella casa fue testigo de este
hecho. Las primeras palabras de Jesús pudieron confundir a la audiencia.
Los mirones que están en el techo esperarían que Jesús diera de una vez la orden de sanidad.
Pero no lo hizo. ¡Qué desilusión! Se concretó más bien en decir “tus pecados te son
perdonados”.
Sin embargo, esas palabras son siempre el inicio del verdadero milagro divino. Jesucristo no
sanará el cuerpo si antes no sane el alma. Hoy día es al revés, pues la preocupación mayor es
sanar el cuerpo antes que el alma.
“¿Qué es más fácil decir?” fue la pregunta que intrigó a los oyentes. Note que Jesús no
preguntó “¿qué es más fácil hacer?”.
Sanar al enfermo parecía ser lo más fácil, aunque levantar a un paralitico era imposible.
Pero perdonar pecados, siendo esto la raíz de todos los males y una tarea divina, no es muy
popular. Así que Jesús hizo el trabajo completo. Hizo las dos cosas que solo Dios podía hacer:
perdonar y sanar. Y de esta manera, frente a la mirada atónita de los presentes, los cuatro
hombres pudieron ver que el hombre que vivió paralizado y acostado, ahora se ha levantado,
y la cama que un día le llevaba, ahora él lleva a su casa. Aquello tuvo que ser un momento
de mucho gozo.
Todos, y en especial los cuatro amigos, dijeron: “Nunca hemos visto tal cosa” v. 12. Cuánto
gozo produce la salvación de un perdido. Estos cuatro hombres representan a la iglesia. La
tarea de ella es traer a los “paralíticos” a los pies de Cristo. Hay gozo “cuando un pecador se
arrepiente”.
En este día tienes la posibilidad de ser como estos cuatros amigos que no desmayaron hasta
llevar a este hombre paralitico a los pies de Cristo.
Para concluir:
Esta es la meta final de la evangelización: que los hombres glorifiquen a Dios por la obra
hecha en el “paralítico”. Este es el gozo final del que evangeliza. La actuación de estos
hombres nos muestra cómo debiera darse la tarea en la evangelización.
Ellos nos revelan que si no hay compasión no hay interés por el perdido.
Nos dicen que si no hay unidad el que no conoce a Cristo, quedará tendido en su condición;
los cuatro tomaron un lado de la cama y lo levantaron.
Nos dicen que aun cuando el camino al Señor esté impedido por una “multitud” de
obstáculos, hay que ser perseverantes y osados hasta llevar a los hombres al Señor.
Y sobre todo, ellos nos muestran que hay gozo en el cielo y en el corazón evangelizador,
cuando vemos a los hombres levantarse de su estado y glorificar al Señor por el cambio de
sus vidas.
Recordemos lo que hemos aprendido en esta mañana. Sobre los Dos aspectos que llaman
la atención.
I.- Una Fe compasiva.
Debemos tener una fe compasiva con el prójimo y dejar de ser incrédulo y tener una fe
inquebrantable.
¿sientes un amor sincero por el que está “muerto en sus delitos y pecados” y poder llevarlos
a los pies de Cristo?
Hoy de los amigos que nos visitan te invito a que abras tu corazón rompiendo todo obstáculo
que te impide segur a cristo y nacer de nuevo dejando tu lecho de enfermedad donde estas
sumergido y glorificas a Dios.