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El uso de las herramientas adecuadas y la idoneidad a la hora de hacer uso de éstas por parte del
conciliador será un elemento clave ya que como facilitador de la comunicació n deberá ayudar a
las partes a poner en funcionamiento su capacidad de diá logo, indispensable para llegar a un
acuerdo, asistiéndolas en la toma de decisiones, provocando espacios de reflexió n a fin de que
reelaboren su percepció n del conflicto.
Con el nombre de técnicas se designan las diversas intervenciones que realizan los conciliadores
a efectos de conducir el proceso de la conciliació n, cada técnica tiene un propó sito. Una de las
principales técnicas empleadas en conciliació n es la escucha activa que constituye una de las
técnicas fundamentales en todo el proceso. A través de la comunicació n las partes manifiestan su
visió n del conflicto y a su vez escuchan la visió n del conflicto que tiene la otra parte. La escucha
activa permite al conciliador sintonizar con las partes, explorar y comprender lo que quieren
comunicar y así facilitar el proceso.
Sin embargo, como conciliadores, es preciso comprender que la escucha activa es mucho má s que
simplemente oír, significa escuchar, entender lo que la persona nos dice o trata de decir a través
de los distintos canales de comunicació n, no só lo del canal verbal, sino también del canal no
verbal y paraverbal. Para poner en prá ctica la escucha activa el conciliador puede hacer uso de
distintas herramientas que le ayudará n en esta tarea. Entre estas herramientas tenemos:
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que, así como al inicio se “debe empezar” con frases
iguales o similares a las señ aladas anteriormente, se debe corroborar si lo enunciado
responde a lo que la persona dijo. Por ello, DEBE TERMINAR con frases como:
➢ ¿Entendí bien?
➢ ¿Es así?
➢ ¿Estoy en lo correcto?
➢ ¿Eso fue lo que dijiste?
Tipos de parafraseo: Cuando las personas narran sus relatos, pueden poner énfasis en
distintos aspectos, para algunas puede ser muy importante sentirse comprendidas sobre los
hechos ocurridos, para otras puede ser má s importante sentirse comprendidas respecto a
có mo se sienten o se sintieron en cuanto a los hechos que se relatan. En tal sentido se pueden
identificar tres tipos de parafraseo.
"Mis vecinos empezaron a construir su casa, algo que me alegró mucho, pues ellos eran
buenos
vecinos, educados y colaboradores. Empezaron a hacer excavaciones y en mi casa
aparecieron rajaduras. Les avisé, quise que vieran las grietas ocasionadas, pero no quisieron,
dijeron que cubrirían los dañ os. Luego vino la época de lluvias y empezó a filtrar agua,
la pared se humedeció y luego se enmoheció y hasta ahora no han cubierto los dañ os. Todo
esto me molesta, pues siento que son totalmente desconsiderados, esta gente no entiende,
estoy cansada les reclamé varias veces, dicen que estoy loca, que me invento cosas y reclamo
lo que no corresponde. Si no cubren los arreglos los voy a denunciar a la Alcaldía, pues
tengo conocimiento que su construcció n no está autorizada. En todo caso estoy aquí porque
primero quiero intentar esta vía”.
PARAFRASEO DE HECHOS PARAFRASEO DE PARAFRASEO DE HECHOS Y
(CONTENIDO) SENTIMIENTOS (RELACIÓN) SENTIMIENTOS
María, déjame ver si entendí María quiero asegurarme de María corrígeme si me
bien: Dices que tus vecinos que entendí bien: Dices que tus equivoco: Me dices que tus
empezaron a construir y que eso vecinos iniciaron la construcció n vecinos empezaron a construir tu
fue algo que te alegró por ser de su casa lo cual te alegró mucho casa, algo que por cierto te alegró
buenos, educados y por ser buenos, educados y mucho por considerar que tus
colaboradores. Dices que a poco colaboradores. Señ alas que vecinos eran buenas personas,
del inicio de las excavaciones surgieron problemas a raíz de la educadas y colaboradoras. Segú n
encontraste grietas y filtraciones construcció n y que todo esto te indicas al poco tiempo del inicio
en tu pared que está humedecida causa frustració n. Dices que te de la construcció n encontraste
y que al inicio tus vecinos dijeron sientes agotada, pero a pesar de grietas y filtraciones en tu pared,
que cubrirían los arreglos. Te todo quieres intentar la misma que ahora está
entendí que ahora la relació n ya conciliació n. ¿Estoy en lo humedecida. También dices que
no es la misma, pero aun así correcto? al inicio tus vecinos se mostraron
quieres poder arreglar las cosas. predispuestos llegando a decir
¿Entendí bien? que cubrirían los arreglos pero
que no han llegado a una solució n
aú n. Señ alas que esto te tiene
afectada y por eso te sientes
frustrada y agotada. No obstante,
pese a ello, está s aquí porque
quieres arreglar las cosas. ¿Fue
eso lo que dijiste?
Puede decirse que la reformulació n es un modo de parafraseo que ayuda a transformar una
afirmació n cargada de una connotació n negativa, que provoca rechazo y resistencia, para
convertirla en una expresió n neutral y objetiva. Esa transformació n la realiza el conciliador
quien con su intervenció n cambia ese lenguaje abierta o solapadamente agresivo utilizado
por cualquiera de las partes hacia otro neutral.
Cuando se reformula una afirmació n, lo que se hace es desprenderla de la carga negativa que
pueda tener, replanteando el mensaje para reducir la rigidez y deseo de defensa o ataque que
provoca. No se debe perder de vista que cuando las partes hablan, aunque estén convencidas
de estar contando la “verdad”, lo cierto es que lo que está n diciendo está condicionado por
sus percepciones e interpretaciones, mismas que generan diversas emociones y sentimientos
como rabia, tristeza, decepció n, etc.
Reformular es como pasar por un filtro todo lo formulado, para así depurar el mensaje.
Separando todo lo que es ú til y ayudará al proceso, como ser los intereses, preocupaciones y
todo aquello que es positivo, y desechando lo perjudicial, es decir, aquello que no ayuda y que
hace que las partes se distancien.
Aspectos que se deben tener en cuenta al reformular. Es preciso tener mucho cuidado al
reformular cualquier mensaje, ya que si se quiere conseguir el efecto deseado es importante
hacerlo de forma correcta. Por ello, es importante que el conciliador cumpla con ciertas
condiciones bá sicas que se citan a continuació n:
Cuando las personas tienen un conflicto suelen pensar que el mismo es ú nico, que a nadie má s
le ha ocurrido algo parecido, que es tan especial que hay una sola manera de tratarlo, la que
cada una cree que es la correcta, y que si no se hace de esa forma no hay solució n. Es
entonces que el conciliador recurre a esta herramienta. Al normalizar buscará provocar un
alivio al comprender que su conflicto no es tan ú nico, esto sin el afá n de restar importancia y
negar su peculiaridad, sino con el fin de hacerles ver que es posible tratarlo, y resolverlo, con
el fin de hacerles ver que es habitual que en situaciones semejantes ocurra lo que les está
pasando.
Aspectos que se deben tomar en cuenta al normalizar. A momento de hacer uso de esta
herramienta es preciso que el conciliador tome en cuenta las siguientes recomendaciones:
➢ Normalizar no es minimizar, restar importancia o menospreciar lo que ocurre; por ello, se
debe evitar frases como: “…esto es normal no se preocupe por esto, no es tan importante”.
➢ Tampoco es reconfortar o consolar a las partes diciendo frases como: “…todo saldrá bien,
tranquilícese esto es normal”.
➢ Por otra parte, no es incluirse en el marco de la normalidad con frases como: “…esto es
normal, a mí también me pasó /o pasa lo mismo que a ustedes”.
➢ No es trivializar aquello que no lo es con frases: “…es normal pensar así en tales casos”
cuando por ejemplo alguien dice me siento tan molesto que he llegado a pensar có mo
deshacerme de ella. Solo se normaliza lo normalizable.
➢ Finalmente, es preciso considerar que se debe hacer un uso moderado y no caer en el uso
abusivo de la normalizació n.
Por ello, para hacer uso de esta herramienta es preciso conocer sobre la temá tica que estamos
conciliando, adentrarnos en la psicología de las personas y conocer sus costumbres y
prá cticas.
“Cada vez que llego al trabajo me siento muy nerviosa, ya no rindo igual, no quiero llegar a la
oficina porque sé que voy a tener que verlo. Nunca antes había tenido de pareja a un
compañ ero de trabajo, por eso es la primera vez que me ocurre algo así y me siento muy mal,
debo ser la ú nica a la que le pasa algo así. Por eso, quiero que de una vez me pague lo que me
debe y renuncie, al final yo soy má s antigua”.
Es normal que después de terminar una relació n con una persona sea difícil tener que verla y
má s aú n si por cuestiones de trabajo tienen que hacerlo a diario. Es comprensible que te
sientas de esa forma y es bueno que a pesar de ello hayas recurrido a este medio para buscar
una solució n y mejor aú n que ambos estén aquí para intentar un acuerdo satisfactorio para
ambos que les permita continuar adelante.
El resumen también se usa para dar a las personas una visió n má s clara y general de los
temas tratados, para recordarles lo má s relevante de lo que se ha hablado, para reformular
lo enunciado, para quitarle la connotació n negativa a aquello que se hubiera vertido y para
destrabar posiciones rígidas haciendo menció n a todos los avances que han tenido hasta ese
momento y có mo se han ido superando los obstá culos con base en la flexibilidad. También
permite marcar el fin de una etapa, poniendo valor en lo esencial de lo que se ha dicho,
resaltando lo que contribuye al proceso y, por el contrario, omitiendo todo aquello que no
contribuye o ayuda.
➢ Debe incluir las preocupaciones de ambas partes, haciendo hincapié en que el conflicto
es resultado de la interacció n de ambos.
➢ El resumen debe utilizar un lenguaje neutral y objetivo, libre de juicios de valor que
hagan
dudar a las partes de la imparcialidad del conciliador.
➢ Asimismo, debe ser claro y conciso, ajustá ndose a lo expresado por las partes, libre de
interpretaciones y haciendo uso de las palabras adecuadas que favorezcan el diá logo.
➢ Debe organizar la informació n, muchas veces, expuesta de forma desordenada, confusa y
mediante ataques a la otra persona, priorizando temas, pero sin descuidar lo importante.
MOMENTOS EN LOS
QUE SE PUEDE USAR ALGUNAS FORMAS DE INICIAR EL RESUMEN
Para cerrar una etapa y Antes de pasar a la siguiente etapa me gustaría hacer un breve
pasar a una nueva. resumen de lo que hemos visto. Pues bien, hemos hablado de lo
siguiente…
Cuando se quiere concluir El día de hoy/el anterior encuentro tocamos varios puntos importantes
un encuentro de que ustedes me contaron, he escuchado sus preocupaciones y hemos
conciliació n o se quiere logrado hacer importantes avances que
iniciar uno. resumo de la siguiente manera…
Cuando se quiere pasar a la Antes de pasar a la bú squeda de soluciones quiero resumir lo que
fase de generació n del hemos visto hasta el momento… Como ven, ha quedado claro cuá les
acuerdo con informació n son sus preocupaciones, los temas por los que acudieron a conciliar.
organizada para trabajar Ahora que estamos de acuerdo sobre lo mencionado, pasaremos a
en los acuerdos. buscar de forma conjunta formas de resolverlo…
Para resaltar Muy bien. Veo que hasta el momento han logrado hacer avances
coincidencias. importantes. Si bien queda aú n camino por recorrer hasta el momento
hemos hecho avances. Voy a resumir en qué se han puesto de
acuerdo…
Cuando alguna de las (Nombre), disculpa la interrupció n. Hay bastante informació n en lo que
partes se está está s diciendo y quiero asegurarme que estoy entendiendo, voy a
extendiendo demasiado resumir lo que has dicho hasta el momento y te voy a pedir que me digas
en su monó logo. si entendí bien…
Cuando la comunicació n Hemos avanzado bastante y parece que nos estamos desviando hacia otros
empieza a desviarse y temas, me gustaría resumir lo que hemos tratado hasta el
trabarse por ese motivo momento y sobre qué temas se han puesto de acuerdo…
5. Las preguntas. Una de las herramientas má s ú til en la prá ctica de la escucha activa son las
preguntas. El conciliador desarrolla la conciliació n a partir de la escucha activa y a medida
que atiende a las partes, desde lo digital y analó gico, desarrolla el modo interrogativo. Esto le
ayuda a obtener má s informació n, a comprender mejor el conflicto, a develar los intereses y a
entender las historias y narrativas que las partes llevan a la mesa de la conciliació n.
Preguntar eficazmente implica saber escuchar las historias. Para ello, sin embargo, es
importante que el conciliador haya sido legitimado, ya que solo así obtendrá respuestas con
el á nimo de colaborar y profundizar el diálogo. Preguntar es un arte y es la mejor aliada a la
hora de cuidar la imagen de neutralidad que debe mantener, ya que le permite alejarse de la
prescripció n, de asesorar, aconsejar, emitir juicios de valor o sugerir soluciones incluso si las
partes así se lo piden. No obstante, pese a lo señ alado en líneas precedentes, es preciso tener
en cuenta que raramente las preguntas son neutrales o carecen de valor, éstas transmiten
algo de las ideas y pensamientos que quien pregunta tiene sobre la persona a quien le hace
esa pregunta.
Cuando el conciliador hace preguntas lo hace esperando una respuesta que ayude a la
comprensió n de las historias o narrativas que traen las partes, ésta nace desde su interés en
conocer. Por tanto, fundamentalmente, explorará lo no dicho, Su aplicació n permite generar
protagonismo en los participantes. No son de uso exclusivo de los conciliadores puesto que se
utilizan en muchos á mbitos profesionales. Sin embargo, el estilo de preguntas y el objetivo
que se sigue en conciliació n difiere de los perseguidos en otras disciplinas. Por ejemplo, en
cuanto a los profesionales del derecho, la diferencia es que las suelen utilizar para indagar o
conocer la verdad de los hechos; los conciliadores en cambio no buscan la verdad, su meta es
ayudar a que las partes encuentren un camino para hallar la solució n a la situació n de
conflicto.
La autora Marinés Suares señ ala que cuando se habla de preguntas, es preciso tener en cuenta
que existen dos componentes: el intrapersonal, que se relaciona con los procesos cognitivos
que desarrollan en quien hace la pregunta, en este caso el conciliador, y que gatillan las
interrogantes (algo escucho de lo que dijeron las partes o algo que vio en sus reacciones,
silencios, miradas o movimientos segú n el contexto) y el interpersonal que se vincula al
efecto que tiene la pregunta en la persona que debe responder, ya que eso nos dará la pauta
si fue o no pertinente y si es por ahí por donde se debe. Pero a la vez que hace referencia a
los componentes mencionados, también trae dos conceptos importantes que ella denomina
pregunder y bisagra.
Bisagra. La calidad de las preguntas, má s que estar condicionada por la buena o mala
formulació n lo está por su utilidad, que depende del momento en que se hace, de las
respuestas o procesos que provoca. Una pregunta adecuada en una fase de la conciliació n
puede estar fuera de lugar en otra. Por ello, al preguntar el conciliador debe considerar lo
siguiente:
➢ Desde dó nde pregunta, es decir, “qué le lleva a esa pregunta”, ya que puede haber sido
gatillada desde lo digital (lo que se dijo), lo analó gico (có mo se lo dijo) o por el contexto
(en qué momento se dijo). Por tanto, el “desde” (componente intrapersonal) es una parte
de la bisagra,
➢ Hacia dó nde se apunta, es decir, para qué se hace esa pregunta, cuá l es el objetivo de la
misma o qué se pretende propiciar o a qué tipo de interacció n da lugar. Este aná lisis es
fundamental ya que guiará la secuencia interrogativa, misma que dependerá de la fase de
la conciliació n. É sta es la otra parte de la bisagra, el “hacia” (componente interpersonal).
Suares nos dice que, cuando las dos partes de la bisagra está n presentes en la mente del
conciliador: el “desde” dó nde se parte y el “hacia” dó nde se apunta, la pregunta surge sola.
Por tanto, es indiscutible que a la hora de preguntar no se trata de hacer preguntas por el
simple hecho de hacerlas, sino teniendo en mente hacia dó nde nos dirigimos, qué esperamos
con esa pregunta o qué queremos provocar.
a. Preguntas exploradoras. Son aquellas que el conciliador utiliza para conocer, descubrir,
comprender o adentrarse en el conflicto. Para conocer hechos que no conoce y así
entender mejor el conflicto, para descubrir lo que piensa una o ambas partes sobre
determinado aspecto, para comprender sus intereses, para adentrarse en su psicología.
Se usan con mayor frecuencia en las primeras fases de la conciliació n, aunque no
exclusivamente. En este grupo tenemos distintos tipos de preguntas, en el presente curso
se verá n las que se explican a continuació n:
• Preguntas abiertas. Son aquellas que permiten que las personas desarrollen sus
narrativas y se explayen en sus historias, son facilitadoras de la comunicació n. Estas
preguntas suelen empezar con: qué, có mo, cuá ndo, dó nde, quién. Si bien son mucho
má s oportunas al abrir el encuentro de conciliació n cuando el conciliador se está
interiorizando del conflicto porque “abren la narrativa”, pueden utilizarse a lo largo
del proceso para reorientar el proceso, replantear el conflicto u otros aspectos.
Por ejemplo: ¿Qué espera lograr en la conciliació n?, ¿Có mo le está afectando esta
situació n?, ¿Cuá ndo empezó esto que está contando?, ¿Dó nde ocurrió esto que acaba
de contar?, ¿Quién cree usted que influyó para que las cosas se susciten de esta
forma?,
¿Para qué cree usted que su socio está solicitando X cosa?
• Preguntas cerradas. Son aquellas que se responden con un sí o no y también las que
tienen una ú nica opció n de respuesta. Nos ayudan obtener informació n puntual y por
eso no ayudan cuando lo que se quiere es obtener informació n.
Algunas preguntas circulares son: ¿Qué cree usted que piensa ella en relació n a este
punto?, ¿Qué piensa usted que es lo que má s le interesa (necesita, preocupa o desea) a
ella?, ¿Qué cree que ella hará si no llegan a un acuerdo?, ¿Qué crees tú que diría tu
madre con relació n a como se está n llevando tú y tu hermano?
• Preguntas hipotéticas. Estas preguntas sirven para que las partes piensen en
supuestos, que se ubiquen o piensen en un escenario posible no existente a momento
de la pregunta, pero potencialmente viable. Son ideales en el momento en que se
está n explorando las alternativas o trabajando las opciones (sean éstas dadas,
generadas o sugeridas por ellas mismas) ya que propician el aná lisis respecto de las
propuestas realizadas y su sustentabilidad cuando el cumplimiento propuesto
puede generar dificultades. Se usan muy especialmente cuando el conciliador actú a
como abogado del diablo o hace de agente de la realidad.
Por ejemplo, si el padre está proponiendo depositar la asistencia familiar del 1 al 5 de
cada mes, y la madre ha dicho que en ningú n caso permitiría que se atrase ni un solo
día, se podría preguntar: ¿Qué pasaría si el 5 cae domingo?, ¿Qué harías si en un
tiempo Luis dice que quiere tener la guarda de Ana?, ¿Qué crees que pasaría si no
cumples con la cuota que está s proponiendo ahora?
Las preguntas hipotéticas incluyen casi siempre un “si” condicional que de realizarse
produciría un cambio que se debe considerar.
Algunos ejemplos son: ¿Luis te has puesto a pensar en todos los gastos en que podrías
incurrir si no llegan a un acuerdo a través de la conciliació n y continú an el proceso
por la vía judicial?, ¿Se han puesto a pensar en qué pasará con su madre si ustedes
como hijos no logran acordar su cuidado ahora que su enfermedad está empeorando?,
¿María tú sabes cuá l podría ser el impacto en tus hijos apartarlos de la familia de su
padre?
Su uso es má s conveniente en las sesiones por separado donde las partes podrá n
reflexionar má s honestamente sin el temor de mostrar vulnerabilidad ante la otra
persona. Antes de realizar este tipo de preguntas es conveniente realizar un
preá mbulo del siguiente tipo: Juan, te voy a hacer una pregunta que me gustaría
la pienses profundamente y te tomes tu tiempo para responder, recuerda que en este
momento estamos solo tú y yo que yo no voy a revelar nada que tú no autorices: ¿Qué
va a pasar con tus hijos si tú y su papá siguen en está pugna? Estas preguntas no
siempre deben ser respondidas en voz alta, ya que lo fundamental de las mismas es
que generen procesos cognitivos en quien debe responder.