Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Competencias Emocionales y Asertividad
Competencias Emocionales y Asertividad
comunicación asertiva
Desarrollar una comunicación asertiva es una habilidad fundamental, ya que puede
ayudarte a expresar de forma efectiva y defender tu punto de vista; al mismo tiempo que
respetas los derechos y creencias de los demás. Además, te permite controlar el estrés, la
ira y aplicarla a tu vida personal y profesional.
Tiene una asociación directa con la autoestima y con la relación que tienes contigo
mismo.
Implica que te hagas responsable de lo que piensas y sientes, y de tus
comportamientos frente a ellos.
Te ayuda a reconocer que solamente tienes bajo tu control tus pensamientos,
sentimientos y acciones, evadiendo la importancia de lo que piensan, sienten o
hacen los demás.
Comienzas a relacionarte en un nivel de equidad, donde vales igual que los demás.
En realidad, una mentalidad donde todos son distintos.
Te permitirá poner límites saludables dentro de tus relaciones, así como aceptar los
que otras personas establecen.
Por otro lado, desde un punto de vista cognitivo, las personas asertivas experimentan
menos pensamientos ansiosos, incluso cuando están bajo estrés. En su comportamiento te
vuelves firme sin ser grosero, reaccionas a las emociones positivas y negativas sin volverte
agresivo, ni recurrir a la pasividad.
Aunque a algunas personas les cuesta más trabajo dar y a otras pedir, lo ideal es el
equilibrio. A veces das o recibes más, pocas veces es estático. Lo importante es que las
relaciones mantengan un rango balanceado en términos de atención, cuidado, energía,
dinero, entre otros factores; pues aquellos vínculos en donde tú haces más por otros es
poco probable que suelan funcionar.
Considera que es casi imposible que las personas puedan leerte la mente, anticiparse a tus
necesidades y adivinar tus deseos. En ocasiones es probable que te cueste trabajo pedir
ayuda y ser poco claro con lo que quieres, en algunos casos podría, sólo podría, hacer la
diferencia. Por esto, al igual que cuando tienes sed y pides agua, cuando quieras
retroalimentación, espacio, distancia o cariño, simplemente pídelo; seguramente las
personas entenderán y la comunicación estará basada en la compresión, antes que la
crítica.
Muchas veces este hecho es interpretado como ser egoístas y puede hacerte sentir culpable.
Sin embargo, mientras el egoísmo tiene que ver con pensar solamente en ti mismo, el
autocuidado se refiere a pensar primero en ti, lo cual es señal de ser un adulto sano y
autónomo. Así que mientras puedas, sé adulto y hazte cargo de lograr tus objetivos,
cuidando tu cuerpo, tu mente, cubriendo tus necesidades y liberando al resto del mundo de
estas tareas; ya es una gran aportación a la humanidad. Considéralo como amor propio
ocuparte de ti mismo antes que a otros.
Inconscientemente podrías creer que decirle a alguien que ‘no’ es rechazarlo, que este acto
puede lastimarlo y que eso te convierte en mala persona, sin embargo, en la comunicación
asertiva esto es considerado como una acción compasiva e importante para los demás.
¿Qué tal si en vez de entender ese ‘no’ como un rechazo, se entendiera como una
negación? ¿Negarle algo a alguien te hace una mala persona? Considera cambiar este chip
y entenderlo de forma diferente.
La importancia de aprender a decir “no” es colocar límites, los cuales son un elemento
clave en las relaciones saludables. Muchas veces detrás de cada ‘no’ que le das a alguien
más, hay un ‘sí’ que te das a ti mismo. Por ejemplo, “no voy a acompañarte al dentista”
puede significar “sí, voy a tener tiempo para mi práctica de meditación”. Piénsalo.
Incluso en los momentos que te cueste ser asertivo, finge y compórtate de esa manera. Es
probable que al principio tengas sentimientos encontrados al sentir una mezcla de orgullo y
culpa, pero en poco tiempo te acostumbrarás a los buenos resultados y se volverá un hábito
en ti. Pide con confianza lo que deseas y cierra la puerta a lo que te desagrada.
En la misma línea de aprender a decir ‘no’, poner límites y ser asertivo puede tener un
precio que necesitas estar dispuesto a pagar. Aquellos a quienes se les dificulte identificar o
desarrollar esta habilidad o competencia, pueden asociar tu asertividad como agresividad,
lo cual está bien. Manéjalo de forma inteligente y evita tratar de cambiar la mentalidad de
aquellos que continúan en su aprendizaje y búsqueda de mejora.
Encuentra tu equilibrio
1. Si tiendes más a ser un polo pasivo, identifica a aquellas personas que han
aprendido, con la experiencia, que tienen poder sobre ti, es decir, a quienes
simplemente crees que es casi imposible que les digas ‘no’ y entrena con ellos tus
habilidades para establecer límites. El equilibrio se trata, en este caso, de reducir
las sensaciones de haber hecho algo que hubieras preferido evitar realizar.
2. Si tiendes a ser más del polo agresivo, identifica la delgada línea entre
perseverancia y presión que puede hacer sentir a los demás que estás abusando.
Recuerda considerar los sentimientos, puntos de vista e intereses del otro y hazlo
sin anteponerlos a los tuyos.
Acepta los comentarios positivos y negativos con gentileza y humildad. Si consideras que
es una crítica errónea, puedes comunicarlo de la forma más amable posible, alejado de la
defensiva y el enojo.
¡Continúa mejorando!
Ser una persona asertiva requiere de práctica y entrenamiento y, te permitirá encontrar el
equilibrio entre pasividad y agresión. Recuerda que esto significa actuar considerando lo
que a muchas personas les importa y que puedes identificar tus necesidades y deseos,
expresándote de forma positiva, aprendiendo a establecer límites y aceptando esos
momentos donde requieres decir ‘no’ para sentirte bien sin lastimar a alguien.